Los pobres de Cartagena fueron los ausentes en la Cumbre de las

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Los pobres de Cartagena fueron los ausentes en la
Cumbre de las Américas
Caracas, 18 Abr. AVN.- A las 6:00 de la mañana en el barrio San Francisco de Cartagena, el aire es
irrespirable. A lo largo de la carretera perimetral se extiende la miseria por kilómetros, conviviendo
entre aguas servidas que se evaporan desde que el sol caribeño se asoma a la costa mientras, al
otro lado de la ciudad, los turistas detrás de la muralla ignoran la realidad que viven al menos 60%
de los cartageneros, según cifras de un informe redactado por el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (Pnud).
En esa misma localidad se celebró el pasado fin de semana la VI Cumbre de las Américas con la
propuesta de "conectar" a la región y procurar alianzas "para la prosperidad". Sin embargo, de los
más de cien millones de dólares que se invirtieron en organizar el foro y "maquillar" el lujoso centro
de La Heroica, casi nada llegó a más de 50% de los hogares que viven por debajo de la línea de la
pobreza, índice que revela un estudio de la firma Rueda y Espinosa realizado en 2008.
Uno de los propósitos enunciados por los organizadores de la reunión continental era el de debatir
sobre la integración económica para "alcanzar mayores niveles de desarrollo" y superar los desafíos
de la región "en varias áreas clave incluyendo pobreza y desigualdades". Pero los pobres no fueron
la cara visible en Cartagena.
Lejos de los ateliers de diseñadores, restaurantes donde un plato cuesta más de un sueldo mínimo
por comensal y los hoteles cinco estrellas en el corazón de la ciudad declarada Patrimonio Cultural
de la Humanidad, permaneció la mayoría pobre que apenas ocupó espacio en los medios privados,
donde las páginas se dedicaron en esos días a elogiar "la elegancia" del mandatario norteamericano
Barack Obama o la "rumba" a la que asistió su secretaria de Estado, Hilary Clinton.
A diferencia de las opulentas locaciones por las que se pasearon los más de 2.000 de periodistas
invitados a la cumbre, las más de 30 comisiones presidenciales y cientos de los turistas que eligieron
Cartagena como destino vacacional, la gente del barrio San Francisco continuó su tránsito en los
precarios puentes de madera que se ondulan entre canales de cloacas, cerros de basura y viviendo
en casas edificadas con desperdicios, bolsas plásticas y asbesto.
Los excluidos de la cumbre
Sólo el diario local La Verdad reseñó las palabras de algunos cartageneros como Carmen Iglesias,
para quien la cumbre fue simplemente una falta de respeto a los habitantes de la ciudad. Las
restricciones de acceso a la zona central para garantizar "el resguardo" de los invitados hizo que los
oriundos tuvieran que renunciar a transitar por su propia tierra.
"Yo no me opongo a que eventos como esos se realicen en la ciudad pero en la medida que traigan
bienestar y progreso para los miles de cartageneros pobres, los que la sudamos a diario, pero por el
contrario, es a nosotros a quienes nos excluyen de todo y siempre queda la plata en las manos del
mismo monopolio. Si siguen maquillando la ciudad siempre será la misma", expresó Iglesias y tiene
razón.
El propio alcalde de la ciudad, Campo Elías Terán, declaró días previos a la cumbre que la ciudad se
había "limpiado" de los indigentes que deambulaban por las calles de La Heroica.
Según un reporte de El Espectador, el bugomaestre dijo que esas personas se habían "enviado a una
residencia" y aseguró que después que terminara el evento presidencial se estudiarían cuáles
"indigentes no son de aquí" para tomar las "medidas" de rigor, sin especificar el tipo de acciones.
La exclusión que sintieron los habitantes también fue expresada por Lorena Costa, una costeña de
27 años entrevistada por el diario La Verdad: "Aquí parece que es más importante el que viene de
visita que el vive en la ciudad, definitivamente Cartagena no es para los cartageneros".
Desigualdad intacta
Ya es lugar común hablar de los "contrastes" que existen entre la Cartagena turística y la verdadera.
La primera es la sede de eventos de belleza, foros internacionales o reuniones de burócratas,
mientras la segunda, es considerada la más desigual de Colombia.
El censo de 2005 realizado por la Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) revela
que Cartagena tiene 1 millón 30 mil 149 habitantes. Según una encuesta realizada ese mismo año
por la firma Ipsos-Napoleón Franco a mayores de 18 años, al menos 49% de los cartageneros
manifiesta sentirse pobre.
Pero el drama es aún mayor si se habla en términos de igualdad. Un informe del Pnud recoge
diversos estudios en los que se demuestra que en 2002 "el individuo más rico tenía un ingreso 84
veces el del más pobre y para 2005 esa cifra aumentó a 176 veces", lo cual podría explicar el hecho
de que el crecimiento económico registrado entre 2002 y 2007 no se tradujo en mejores indicadores.
El índice de Gini, que mide los niveles de desigualdad, corrobora esos datos. Si bien en 1995 se
encontraba en 0,38, diez años más tarde subió a 0,45. Es por eso que ciudadanos de esa ciudad,
como Juan Carlos Pérez, se preguntaban después la cumbre: "¿Por qué no mostraron la verdadera
Cartagena donde somos más los pobres que los ricos, donde son más las partes feas que las
bonitas?".
Gastos a la lupa
El despliegue tecnológico y logístico para el evento que pretendía reunir a los presidentes de la
región fue alabado por diarios como El Universal pero criticado por diferentes voceros políticos que
la calificaron de "ostentosa", incluido el antecesor y compañero de partido del mandatario
neogranadino, Juan Manuel Santos.
Según cifras del diario El Tiempo, se estimaba un costo de más de 97 millones de dólares para la
cumbre aunque el gasto total aún genera incertidumbre porque no ha sido confirmada por el
gobierno nacional. Por esa razón, el senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, pidió
saber con certeza los desembolsos que hizo el Estado.
El periódico El País de Colombia, que calificó de "lujos y excentricidades" los gastos durante la
reunión hemisférica, informó el pasado lunes que Robledo solicitó un derecho a petición a la
Presidencia de la República para conocer "en detalle cada peso que se invirtió en esa Cumbre por
cuenta de cada una de las instituciones públicas".
Para Robledo, en la realización de la Cumbre se invirtieron sumas demasiado grandes que a su juicio
"no se compadecen con la realidad social de este país y más de Cartagena".
La opinión del senador coinciden de nuevo con la de Juan Carlos Pérez, quien después de la cita
presidencial realizada decía con sorna a un diario local: "Ya se acabó la cumbre y nosotros seguimos
siendo igual de pobres, la ciudad seguirá siendo igual de insegura y con los mismos problemas de
siempre".
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