Carlos Vega, creador de música escénica para La Salamanca de

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Goyena, Héctor Luis
Carlos Vega, creador de música escénica para
La Salamanca de Ricardo Rojas
Revista del Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega”
Año XXV, Nº 25, 2011
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Goyena, Héctor L. “Carlos Vega, creador de música escénica para La Salamanca de Ricardo Rojas”[en línea]. Revista
del Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega”. 25.25 (2011). Disponible en:
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consulta:..........]
(Se recomienda indicar fecha de consulta al final de la cita. Ej: [Fecha de consulta: 19 de agosto de 2010]).
Revista del Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega”
Año XXV, Nº 25, Buenos Aires, 2011, pág. 471
CARLOS VEGA, CREADOR DE MÚSICA
ESCÉNICA PARA LA SALAMANCA DE RICARDO
ROJAS
HÉCTOR LUIS GOYENA
Resumen
La finalidad de este trabajo es analizar la tarea que desarrolló Carlos Vega al
componer música escénica para el drama La Salamanca de Ricardo Rojas y como
aplicó, en función de un espectáculo teatral, los conocimientos adquiridos a través
de la labor de investigación etnomusicológica que desarrolló.1
Palabras clave: Calos Vega – Ricardo Rojas – música escénica – La Salamanca.
Abstract
The aim of this paper is to analyse the task carried by Carlos Vega when he
composed the incidental music for the drama La Salamanca, by Ricardo Rojas, and
the way in which he applied the knowledge he had gained through his
ethnomusicological research into a theatrical performance.
Key words: Calos Vega – Ricardo Rojas – incidental music – La Salamanca.
***
Vega en los años ‘30
Vega (1898-1966) desde la adolescencia junto a su vocación musical,
puso de manifiesto una clara inclinación por desarrollar actividades
literarias como poeta y dramaturgo, labor que continuó acrecentando, al
igual que la de compositor, a lo largo de su vida de manera bastante
silenciosa porque priorizó evidentemente la tarea musicológica.
Al iniciar sus estudios musicales en su pueblo natal, Dolores, eligió a la
guitarra como instrumento preferido. Radicado en la ciudad de Buenos
1
Este artículo es una versión ampliada de una sección de un trabajo de mayor
extensión que hemos realizado y que se denomina La etnomusicología al servicio
del teatro y del cinematógrafo: Carlos Vega compositor actualmente en prensa.
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Aires, perfeccionó sus conocimientos con el guitarrista español Domingo
Prat y con posterioridad tomó lecciones de armonía con el compositor
Gilardo Gilardi. A mediados de los años ´20 se publicaron algunas de sus
creaciones para guitarra También en esa época empezó a interesarse en la
investigación musical formándose, al igual que muchos otros estudiosos de
los inicios del siglo XX, de manera autodidacta. Tomó contacto con
algunas personalidades sobresalientes de Argentina. De esa manera Héctor
Greslebin, Jefe de la Sección Arqueología del Museo Nacional de Historia
Natural (hoy Museo Argentino de Ciencias Naturales), le abrió las puertas
de la institución y allí conoció a uno de sus principales mentores el
etnólogo José Imbelloni, en ese entonces director de la sección de
Antropología. Consciente Vega de la necesidad de estudiar y difundir la
música tradicional argentina que constituía una parte esencial de nuestra
propia identidad cultural, ideó un proyecto para su recolección sistemática
y al crearse en el Museo el Gabinete de Musicología Indígena, germen del
que sería con los años el Instituto Nacional de Musicología2, inició sus
primeros viajes de investigación de campo por el interior de Argentina.
Vega y Ricardo Rojas
También en esa época entabló contacto con el escritor y ensayista
Ricardo Rojas (1882-1957) quien siendo director del Instituto de Literatura
Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires, en 1933 lo hizo ingresar como auxiliar y técnico de folklore. La
avasallante personalidad y sobre todo el pensamiento de Rojas, ejercieron
fuerte influencia en el joven Vega y desembocaron en poco tiempo en una
estrecha amistad.
Rojas en una serie de libros, publicados a comienzos del siglo XX3,
estudió y concibió la identidad argentina como el resultado de un cruce de
razas y procedencias diversas y se involucró dentro de la tendencia
ideológica del nacionalismo liberal. Toda su creación ensayística, literaria y
crítica se mantuvo bajo la guía de dos corrientes: el romanticismo y el
2
A partir de ahora INM
La restauración nacionalista (1909), Blasón de Plata (1912) y La Argentinidad
(1917). También se destacan entre otras obras importantes de Ricardo Rojas:
Historia de la Literatura Argentina, en cuatro volúmenes (1922), Eurindia (1924),
El santo de la espada. Vida de San Martín (1933), Ollantay (1939), Un profeta en
la Pampa y Vida de Sarmiento (1945).
3
472
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
positivismo. Esto último confirió a sus trabajos un acentuado carácter
historicista.
Vega siguió de cerca las ideas de Rojas. La investigación y el rescate de
la música tradicional argentina que había iniciado y su enseñanza,
coincidían con la búsqueda de un espíritu nacional identitario que
pregonaba su maestro. Con el auspicio del Instituto de Literatura Argentina,
nuestro musicólogo publicó algunas de sus primeras obras.4 Además es
indudable que las afinidades literarias -recordemos que Vega en esa época
ya tenía publicados dos libros de poesías y uno de cuentos breves5-deben
haber estrechado aún más la relación con Rojas.
La Salamanca de Ricardo Rojas
En el año 1943 se le presentó a Vega la oportunidad de colaborar
estrechamente con su mentor y amigo, cuando el historiador ante la
proximidad del estreno de su drama en tres actos La Salamanca. Misterio
colonial, le solicitó que la ambientara musicalmente. Vega que también
aunaba cómo espectador particular atracción por el teatro y el cine6 y que
siete años antes había realizado una primera incursión como compositor de
música teatral7, aceptó gustoso y le propuso a su entonces discípula y
4
Vega, Carlos: La música en un códice colonial del siglo XVII. Buenos Aires:
Universidad Nacional, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Literatura
Argentina, 1931; Música popular argentina: Canciones y danzas criollas. Tomo II:
Fraseología. Proposición de un nuevo método para la escritura y análisis de las
ideas musicales y su aplicación al canto popular. Dos volúmenes. Buenos Aires:
Instituto de Literatura Argentina, 1941.
5
Hombre, Buenos Aires, Talleres gráficos El Inca, 1926, poesia; , Campo. Buenos
Aires, Talleres gráficos El Inca, 1927, poesia y Agua, Cuentos mínimos. Buenos
Aires, Editorial Bonifacini y Cía, 1932.
6
Se conservan en el Fondo Documental Carlos Vega del Instituto de Investigación
Musicológica de la Universidad Católica Argentina (a partir de ahora FDCV)
algunos testimonios escritos en los que manifiesta la trascendencia y el atractivo
que ejercían ambas expresiones artísticas. Además el Fondo guarda numerosos
programas de los espectáculos a los que Vega asistió, en particular en el transcurso
de la década de 1930, que señalan gustos sumamente eclécticos en material teatral
pues se incluyen dramas, comedias, revistas y comedias musicales.
7
Para la obra Madame Bovary, adaptación escénica de Jean Ralnay de la novela de
Gustave Flaubert, que estrenó la Compañía de Camila Quiroga el 25 de abril de
1936 en el Teatro Sarmiento.
473
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
colaboradora en el Gabinete de Musicología Indígena, Silvia Eisenstein8,
que lo ayudara en la tarea.
Rojas, como lo había hecho cuatro años antes con Ollantay. Tragedia de
los Andes, se inspiró en un mito americano, en este caso en Zupay, definido
en sus palabras como “el diablo de nuestro folklore”. De manera similar a
la tragedia anterior, La Salamanca fue escrita en verso. Utilizó una gran
variedad métrica, desde hexasílabos hasta alejandrinos para describir
personajes y acciones que en sus palabras:
“[…] se mueven por pasiones e ideales concretos, pero que trascienden de
lo anecdótico a lo simbólico, de lo histórico a lo filosófico, de lo regional a
lo universal. A través de diabólicas peripecias, triunfa el sentido religioso
del drama, bien claro en su desenlace. Por todo ello esta pieza de asunto
folklórico argentino se adscribe a la tradición de los llamados “misterios” en
el antiguo teatro cristiano.”9
La obra se estrenó el 10 de septiembre de 1943 en el Teatro Nacional de
Comedia (actualmente Nacional Cervantes) y estuvo a cargo de la Comedia
Nacional, bajo la dirección de Enrique de Rosas. Fueron sus principales
intérpretes Luisa Vehil, Blanca Podestá, Iris Marga, Santiago Gómez Cou y
Camilo da Passano. Encabezando el programa se lee La Salamanca,
Leyenda de pasión, de brujería y de milagro. Drama en 3 actos y en verso
por Ricardo Rojas.
El programa, las notas periodísticas, y los comentarios críticos (ver más
abajo los correspondientes a los diarios Crónica y El Pampero),
demuestran que fue una producción importante y onerosa, con una puesta
en escena donde intervenían -junto a numerosos actores- bailarines, coristas
y comparsas. En simultáneo con el estreno, Editorial Losada publicó el
drama con un extenso estudio preliminar del propio Ricardo Rojas.
Constituye una edición sumamente cuidada en el que el texto del drama
teatral se complementó con tres apéndices con las partituras que se
8
Silvia Eisenstein (Buenos Aires, 1917- Caracas, 1986). Pianista, compositora y
directora. Estudió en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires. Desde
1938 trabajó en el Gabinete de Musicología Indígena. En 1951 contrajo
matrimonio con Carlos Vega, acompañándolo en viajes de documentación de la
música tradicional por diversas provincias argentinas. Tras separarse de Vega se
radicó en Venezuela donde fundó y dirigió el coro Madrigalistas de Aragua.
9
ROJAS, R.: 1943, s/n
474
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
interpretaban y con la reproducción de los bocetos escenográficos y de los
trajes que realizó el arquitecto y artista plástico Ángel Guido 10.
Imagen 1 - Programa del día del estreno de La Salamanca de Ricardo Rojas
conservado en el FDCV11
10
Ángel Guido (Rosario, 1896-1960). Ingeniero, arquitecto, pintor, escritor. Uno de
los creadores del Monumento y Parque Nacional a la Bandera, estuvo vinculado
con el pensamiento de Ricardo Rojas, de quien fue amigo. Consideraba que los
valores americanos eran producto de la conjunción de `lo latino´ y `lo nativo´.
Estudioso del arte americano y argentino publicó, entre otras obras, Fusión
hispano-indígena en la arquitectura colonial.
11
El autor consultó para este trabajo el material documental original que Carlos
Vega donó a la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la UCA para la creación
de lo que es hoy el “Instituto de Investigación Musicológica” que lleva su nombre.
Los materiales documentales pertenecen al “Fondo Documental “Carlos Vega” de
dicho Instituto.
475
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
En la introducción Ricardo Rojas sintetiza la historia que desarrolla:
“La fábula consiste en un hombre cincuentón, rico, engreído, voluntarioso,
concupiscente, empeñado en poseer a una niña de quince años que se le
resiste; aunque ella se ha criado y vive en casa de aquel hombre. A la casa
ha llegado un desconocido que pidió hospedaje – y que luego ha partido
fantásticamente-; por sospecharlo mago que protege a la niña, el
pretendiente recurre a las artes de una hechicera para contrarrestar aquel
influjo adverso. Quizá por arte de encantamiento, la sortílega se apodera de
la niña para entregarla a quien la pretende, y éste llega a hacer pacto con el
Diablo, por capricho carnal; mas no consigue su intento, porque el pasajero
misterioso resulta sr un mítico militante que viaja por vocación de caridad
evangélica. Trábase lucha entre este Espíritu de Luz y aquel Espíritu de
Tinieblas; y el que pactó con el Diablo concluye su vida en un desastre,
mientras su antagonista entra victorioso en la cueva de la Salamanca, y
salva a la inocente.” 12
Rojas indica que situó la acción en el siglo XVII en una región
montañosa por “necesidades plásticas de maquinaria escénica”, describe a
los personajes y agrega “[…] Finalmente, en el tercer acto, Zupay, el
diablo de nuestro folklore, aparece con su corte infernal: La Diablesa, un
súcubo nocturno, y El Bailarín, bastonero del aquelarre, y los magistrados
de la Ciudad y algunos animales de nuestra fauna mítica.” 13
La ambientación musical
Para nuestro análisis interesa el último acto que transcurre en la Cueva
de la Salamanca. La escena 1ª se inicia con La Diablesa y los animales
míticos y el texto señala: “(al levantarse el telón, la escena está en tinieblas,
como todo el teatro. Una vidala, remota y dolorida, suena como si el viento
la acercara o alejara según la música Nº 1 del Apéndice)” 14. La Diablesa
anuncia y hace ingresar, con la música de la vidala como fondo, a los
diversos animales: el Chiqui, el Kacuy, la Almamula, el Basilisco, el
Zupaytoro y el Mandinga. Al avanzar la acción, en la escena 6ª en
presencia del Amo, la Hechicera y Zupay, ingresa El Bailarín y un grupo de
danzantes y en la obra se lee : “(Al son de un ritmo de malambo, el
12
13
14
ROJAS, R. 1943:19
Ibídem : 20
Ibídem: 133
476
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Bailarín, bastonero del rito en la Cueva Infernal, guía a la ronda sabática,
según la música Nº 2 del Apéndice)” 15. Los dos números musicales fueron
los realizados por Carlos Vega y por Silvia Eisenstein.16
Imagen 2 - Boceto de Ángel Guido para el Tercer Acto de La Salamanca de
Ricardo Rojas, reproducido en la edición de La Salamanca. Editorial Losada, 1943
15
Ibídem: 149. El Apéndice Nº 3 es la partitura del motete O magnum mysterium
de Tomás Luis de Victoria que se interpretaba como cierra de la obra. De acuerdo
al programa de mano de las representaciones que analizamos, era cantado por la
Asociación sinfónica femenina y coral argentina (sic) dirigida por Celia Torrá. No
es posible determinar si la inclusión de esta composición fue propuesta también por
Carlos Vega.
16
Ambos, la vidala (55070 B/matriz c 13056) y el malambo (55070 A/matriz c
13059) están registrados en un álbum del sello Odeón, que contiene cinco discos
de 78 rpm y que se denomina Colección de canciones y danzas argentinas (1943)
recogidas por Carlos Vega e interpretadas por la Orquesta Argentina de Cuerdas,
dirigida por Silvia Eisenstein. Son las grabaciones que se utilizaron en las
representaciones teatrales. Pero en la edición de la obra Rojas señala para el Acto
III (Ibídem: 51) “Orquesta típica: arpa, guitarra, violín, flauta, bombo y caja.” La
preferencia por las versiones de una orquesta de cuerdas para el estreno, pudo
haberlo pautado el carácter de la producción y el escenario oficial de su desarrollo.
477
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Imagen 3 - Escena del estreno de La Salamanca de Ricardo Rojas.
Zupay (Pascual Pellicciotta) y La Diablesa (María A. López Gamio)
Imagen 4 - Escena del aquelarre en el estreno de La Salamanca
de Ricardo Rojas. Coreografía de Mercedes Quintana
478
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Vega obtuvo las composiciones originales en los viajes de investigación
de campo que efectuó para el denominado, en ese momento, Gabinete de
Musicología Indígena, dependiente del Museo de Ciencias Naturales de
Buenos Aires. La vidala se la proporcionó en 1938 el cantor Roque Acuña
en la localidad Ruiz de los Llanos, provincia de Salta (Viaje del INM Nº
12 17). En tempo moderado y modo menor, la sencilla orquestación, que en
apariencia compartió con Eisenstein18, destaca la línea melódica
conservando la armonización original.
17
En este viaje, Carlos Vega no realizó grabaciones en discos, sino que logró todos
los ejemplos en “tomas directas”, es decir que anotó directamente los melogramas
en el momento de su ejecución. En el cuaderno Nª 3 del viaje, Vega la asentó con
el nombre de Vidalita y le asignó el número de registro 989.
18
En la edición de la obra (Losada, 1943) se presentan los dos números en
reducciones para piano, indicándose que ambas adaptaciones pertenecen a Silvia
Eisenstein.
479
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Imagen 5 - Vidala. Versión para piano de Silvia Eisenstein, reproducida en
la edición de La Salamanca. Editorial Losada, 194319
19
Edición obrante en la Biblioteca de Investigación del Instituto de investigación
Musicológica “Carlos Vega” de la UCA.
480
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Del malambo no se especifica procedencia, señalándose sólo “sobre
rasgueos de guitarra popular”. Con diferentes esquemas rítmicos en compás
de 6/8 y sobre una serie armónica reiterada, las cuerdas graves tratan de
sugerir en paulatino crescendo los zapateos o mudanzas de los bailarines.
En este caso a la Orquesta Argentina de Cuerdas se agregaron un piano y
un bombo.
Imagen 6 (a)
481
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Imagen 6 (b)
482
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Imagen 6 (c)
483
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Imagen 6 (d)
484
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Imagen 6 (e) Ritmo de Malambo. Versión para piano de Silvia Eisenstein,
reproducida en la edición de La Salamanca. Editorial Losada, 194320
20
Edición obrante en la Biblioteca de Investigación del Instituto de investigación
Musicológica “Carlos Vega” de la UCA.
485
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Acordamos con Patrice Pavis que: “En cuanto un texto se enuncia en el
escenario, e independientemente del modo en que se haga, recibe un
tratamiento plástico, musical y gestual: el texto abandona la abstracción y
la potencialidad de la escritura y es activado por la representación.” 21 De
la lectura de La Salamanca no es fácil deducir la puesta en escena del
estreno, desconocemos el metatexto de escenificación que manejó el
director. No es sencillo restablecer la estética, los signos miméticos y el
contexto en que se desarrollaron. Pero por comentarios críticos, los bocetos
de la escenografía y de los trajes, las escasas fotografías conservadas y los
recuerdos de uno de sus intérpretes, podría inferirse que se optó por una
concepción cercana al realismo quebrada muchas veces por el contenido
alegórico de los textos poéticos.22
La música en función teatral, es evidente que posee un estatuto
totalmente único y vale sobre todo por el efecto que produce. Volviendo a
Pavis: ”No se da únicamente una influencia -emocional- de la música sobre
la representación teatral, sino también un impacto de la escena en la música
y su percepción.”23 En La Salamanca y en un intento de salvar las
limitaciones enunciadas para la reconstrucción, estimamos que la música
desempeñó un papel al servicio de la dinámica del juego escénico y la
vidala logró perfecta simbiosis con el texto evocador que introduce a los
animales míticos. Por el contrario, el malambo, con una orquestación
restringida al conjunto de cuerdas y un bombo, no parece haber sido el más
indicado para transmitir la fuerza del aquelarre diabólico que marca y exige
el pasaje.
La crítica contemporánea al estreno fue dispar en la recepción y
apreciación de la obra, pero muy positiva para con la labor de ambos
compositores.
Se extractan los párrafos periodísticos que hacen referencia al aspecto
musical.
La Razón, sábado 11 de septiembre de 1943, página 9, columna 5:
21
PAVIS, P. 2000: 216
Osvaldo Bonet, actor que intervino en el estreno interpretando el personaje de El
Bailarín, coincidió con esta apreciación al recordar algunos aspectos del juego
actoral, que enmarcaba una escenografía corpórea. (Entrevista realizada el 03-072008)
23
PAVIS, P. 2000: 150
22
486
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
“En el Teatro Nacional de Comedia se estrenó “La Salamanca” de Ricardo
Rojas.” “[...] El acto final en la cueva de Zupay, el diablo aborigen, las
danzas rituales y las canciones sobre temas netamente nuestros, los
animales de nuestra fauna mítica y el vigor dramático de un desenlace que
revela triunfante el sentido religioso de la pieza, dan a este acto una peculiar
categoría [...] colorida la música de Carlos Vega y Silvia Eisenstein y
adecuada la coreografía de Mercedes Quintana.”
Crónica, sábado 11 de septiembre de1943:
“[...] Rojas busca la sensibilidad de las gentes mediante la compleja
asociación de las formas –en este caso el versos sonoro de indudable
contenido filosófico- y la utilización de los elementos espectaculares –
música, danzas, canciones- que están en la esencia de los recursos
dramáticos y que la maquinaria moderna del teatro permite mostrar y
valorizar, destacándolos. De ahí que en el espectáculo del Teatro Nacional
de Comedia cobren tanta significación los decorados de Angel Guido,
realizados por Gregorio López Naguil, las músicas- una vidala y un
malambo- recopiladas por Carlos Vega y Silvia Eisenstein, la actuación del
coro a capella, interpretando con la dirección de Celia Torrá, un motivo del
Padre Tomás Victoria, la coreografía de Mecha Quintana y el juego
rutilante de luces y vestuarios [...]”
El Mundo, sábado 11 de septiembre de 1943, página 11, columnas 1-2:
“Brillante y noble espectáculo resultó ayer “La Salamanca”
“[…] Como antes sucediera en “Ollantay”, el poeta supera netamente al
realizador teatral en “La Salamanca”. Ricardo Rojas ha utilizado también
esta vez, un asunto folklórico que desarrolla a la manera de los “misterios”
y “autos sacramentales” de la edad media. La índole autóctona del motivo
se determina únicamente por la precisión de lugar de la acción; por la
presencia de algunos seres de la mitología gauchesca y por el aditamento de
una vidala y de un malambo, cuyas ejecuciones coreográficas no
constituyeron un verdadero acierto […] Muy buenos los figurines de Ángel
Guido, así como las composiciones musicales de Carlos Vega y Silvia
Eisenstein, las cuales fueron ejecutadas correctamente por la Orquesta
Argentina de Cuerdas.”
487
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
Por su parte El Pampero, diario de tendencia nacionalista conservadora
atacó sin piedad a Ricardo Rojas, destruyendo la obra y el montaje.
El Pampero, sábado 11 de septiembre de 1943, página 6, columna 5:
“No se justifica en el Teatro Oficial la obra de Rojas “La Salamanca”.
Confirma a un mal poeta y a un débil dramaturgo. [...]”
Pero el mismo diario en la crítica del martes 14 de septiembre de 1943,
pág. 6, columnas 6 y 7, en el párrafo final rescató la labor de Vega:
“Otros aspectos del fastuoso “camelo” que da el Teatro Nacional de
Comedia.”
“[…] “La Salamanca” es un “camelo artístico” en el que se ha gastado
buenos miles de pesos, porque el montaje de la obra es lujoso, aunque no
inteligente. Ropas especialmente preparadas, reparto numeroso,
comparsería abundante y decorados corporeos, todo cuanto se puede gastar
en una obra de alardes espectaculares se ha puesto al servicio de “La
Salamanca”. Si el director de Rosas no ha sabido emplear todos esos
recursos o si a pesar de ellos no ha logrado el efecto del bluf, es porque no
hay un drama de categoría, como la crítica venal o ramplona ha tratado de
insinuar.[...] Y no continuaremos, porque tampoco pueden los intérpretes
salvar una obra falsa de nacimiento. Dos cosas anotamos de inspiración en
la obra. Las dos páginas musicales que ha puesto Carlos Vega dando una
pincelada de auténtico folklore sobre ese “monumento” a la inflación
dramática que es “La Salamanca” H.G.V. (El subrayado es nuestro).
El espectáculo se mantuvo en cartel más de dos meses. Al pie del
programa del estreno (ver imagen 1) que reproducimos, Vega anotó en
lápiz “unas 60 representaciones”24. Constituía el período habitual de
funciones dentro de la mecánica de la Comedia Nacional que desarrollaba
una temporada de obras de repertorio.
24
Material del Fondo documental del Instituto de Investigación Musicológica
“Carlos Vega” de la UCA.
488
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
A manera de conclusión
Como se señaló, Carlos Vega desde la adolescencia evidenció y
desarrolló dos pasiones: las letras y la música. El interés por ambas
expresiones le hizo concebir como compositor música en función dramática
para el teatro. Los conocimientos adquiridos en las investigaciones
etnomusicológicas que a partir de la década de 1930 le llevaron a
documentar, estudiar y sistematizar los diversos géneros de la música
tradicional argentina, los puso al servicio de creaciones que buscaron
resolver con el estilo más conveniente, las distintas situaciones escénicas
que se le presentaron.
En el caso particular de la música para el drama La Salamanca,
evaluarla en conjunción de o con los elementos textuales y visuales de las
puestas en escena, hizo necesario ubicarse en una óptica etnomusicológica
para determinar sus modos de comprensión. Pero también debe destacarse
la correspondencia de la música con el pensamiento ideológico de Ricardo
Rojas para intentar ambientar un teatro imbuido de un espíritu nacional e
inspirado en mitos y leyendas de procedencia americana
***
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ALATORRE, Claudia Cecilia
1994
Análisis del drama. Buenos Aires: Gaceta.
GOYENA; Héctor Luis
2008
“La etnomusicología al servicio del teatro y el
cinematógrafo: Carlos Vega compositor”. Trabajo leído en
la XVIII Conferencia de la AAM y XIV Jornadas
Argentinas de Musicología. Santa Fe, Universidad
Nacional del Litoral, 14 al 17 de agosto.
PAVIS, Patrice
2000
El análisis de los espectáculos. Teatro, mimo, danza, cine.
Barcelona: Paidós.
ROJAS, Ricardo
1943
La Salamanca. Misterio colonial. Buenos Aires: Losada.
489
Sección Fondo Documental “Carlos Vega”
VEGA, Carlos
2010 [1944]
Panorama de la música popular argentina. Buenos Aires:
Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”.
***
Héctor Luis Goyena. Licenciado en Música, especialidad Musicología y Profesor
de Música egresado de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la UCA.
Doctorando en dicha Universidad. Docente en la carrera de Etnomusicología del
Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla”. Desde 1979 es investigador
del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” en el área de la
Etnomusicología y ha realizado trabajos de investigación en distintas provincias
argentinas, en Bolivia, en Paraguay y en Venezuela. Actualmente está a cargo de la
Dirección de dicho Instituto y asimismo es Editor de la Revista “Música e
Investigación” de la institución. Ha publicado libros y artículos en revistas
especializadas, presentado trabajos en congresos nacionales e internacionales y
dictado talleres y conferencias.
***
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