crónica hispano-americana.

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NÚM. 1 3 .
MADRID.
AÑO XVI.
CRÓNICA HISPANO-AMERICANA.
FUNDADOR,
MECIOS DE SUSCRICION: S» ESPAÑA, 34 rs. trimestre, 96 adeantado.—En el EXTRANJERO, M francos al año, suscribiéndose
directamente; si no. 60.—En ULTRAMAR, 12 pesos fuertes.
PROPIETARIO
Y DIRECTOR. — D . E D U A R D O
ASQUERINO.
ANÜKCIOS EN ESPAÑA: medio real línea.—COMUNICADOS: 20 rs. en
adelante por cada linea—REDACcto.N T ADMINISTRACIÓN: Madrid,
calle de Floridablanca, nüm. 3.
Los anuncios se justillcan en letra de 7 puntos y sobre cinco
columnas.—Los reclamos y remitidos en letra de 8 puntos y cuatro
columnas.—Para mas pormenores véase la última plana.
COLABORADORES: Señores Amador de los Rios, Alarcon, Arce, Sra. Avellaneda, Sres. Asijuerino, Auñon (Marqués de), Alvarez (Miguel de los Santos), Ayala, Alonso (J. B.), Araquistain, Anchorena, Benavldes, Bueno, Borao, Bona, Bretón de ios Herreros, Blasco (Eusebio), Campoamor, Camus, Canalejas, Cañete, Castelar, Castro y Blanc, Cánovas del Castillo, Castro y Serrano, Conde de Pozos Dulces, Colmeiro, Correa, Cueto, Sra. Coronado, Sres. Calvo Asensio, Dacarrete, Echegaray, Eguilaz, Bscosura, Estrella, Fernandez Cuesta, Ferrer del Rio, Figuerola, Figueroa (Augusto Suarez de), Forte«a, (Jarcia Gutiérrez, Gayangos, Graells, Harzenbusch, Janer, Feliu, Labra, Larra, Larrañaga, Lasala, Lorenzana, Llórente, Mata, Mané y Flaquer, Montesino, Mollns (Marqués de), Martos, Moya (F. J.), Ochoa,
Olavarrla, Olózaga, Osorio, l'alacio. Pasaron y Lastra, Pl Margall, Poey, Reinuso, Retes, Rios y Rosas, Rivera, Rivero, Romero Ortiz, Rolrigue/. y Muñoz, Rosa y González, Ros d e Olano, Rosselí, Ruiz AJguilera,
Rodríguez (Gabriel), Selgas, Sanz, Segovla, Salvador de Salvador, Salmerón, Sanromá, Serrano Alcázar, Selles, Saamartiu, Trueba, Torres Mena, Tubiiio, Varea, Valora, Boix. Vidart, Wllson (baronesa de).
Las dificultades exteriores, como todos
vemos, se van disipando como por enReviita general, por D. Mariano Calavia.—£/ culto canto; la fuerza de la opinión pública es
de la Virgen en. la Edad Media, por D, Gonzalo tan vigorosa, que nada al cabo puede
Calvo Ásenlo.—La educación de la mujer, por contrarestarla, y es luchar vanamente
D. E. H —La tumba de Chateaubriand, por O J.
M. Vergara y Vergsra.—{/» episodio antes de los contra la corriente el pretender resistirla
Arapiles —Ezpoticionde Lyon.—Lot partidos po- y el querer oponerse á sus naturales y
litices ante la Historia, por D. J T. Mena.—Don lógicas tendencias.
Aureliano Fernandez Guerra, por D. E. d« AmiPero no basta tener el buen deseo de
eb.—El teatro de Shakspearf, por í>. H. de D. H.
—SSperro.—Carta abierta AlSr. D, E. H.,para servir á la opinión y el anhelo de cumentregar i D. Francisco Flores y Garda, por don plir sus justos designios; la dificultad esJ0;é María Prellezo —Recuerdos de Portugal, po>- tará siempre en los procedimientos y en
D. Modi?8to Feruanlrz y González.—Don Juan
Francesh y Serret.—Plagios y coincidencias. (Mo- la manera de poner en juego los medios
saico literario), por D Edu*rdodeCort4z»r.—La de acción oportunos para el caso. Mucho
manodeDios.—ACorinaipoetia),
por D. Pedro confiamos en la previsión, en el arte, en
Mata—Anuncios.
;ji dk»t|üaio de las circunstancias de que
VIeaailíftiffido muestra elocuentelos homL A AMfiRlGA.
brea encarg^ados de corresponder á esta
MADRID 13 DE JULIO DE 1872.
misión altísima qoA les está encomendada; pero no por eso hemos de descuidar
REVISTA GENERAL.
Constituido el ministerio radical, afir- (pues que tai es el cometido de la prenmad > de nuevo su programa por medio sa) el evidenciarles constantemente y el
de una circular dirigida á los recientes ponerles á cada paso de manifiesto el esg'obernadores nombrados, señaladas las collo de cada momento, el obstáculo que
bases g-enerales de su conducta, anun- haya que vencer á cada instante, y princiadas las más capitales reformas inme- cipalmente las dificultades interiores, las
diatas por tan largo tiempo esperadas, más graves siempre, las que más enerremovido el personal de la adminis- gía necesitan para ser rechazadas, y sotración y publicado el decreto de di- bre las oue más perentoriamente debe
solución de las Cortes que tan abu- tenerse fija la atención y activo el peneiramente habia logrado confeccionar samiento.
el gabinete Sagasta, puede decirse que Como hemos tenido ocasión de obserla política ha entrado en su periodo nor- var por los últimos acontecimientos, á
mal j Que han cesado los acontecimientos. los partidos populares de hoy en adelanY efectivamente; las noticias de emo- te les ha de ser muy fácil conquistar el
ción, las laboriosas luchas interiores de poder. A medida que la conciencia púloa dos bandos mal avenidos que consti- blica gana en penetración, gana tamtuían el conato de partido conservador, bién en poderío, y acaba por sobrepolas crisis repentinas, el oscurecimiento nerse á todo y por subordinarlo todo, por
del horizonte, lo pavoroso y sombrío de resistente que sea, á sus indeclinables
las perspectivas, la insurrección carlista propósitos. Pero si en algunas horas de
ue iba constituyéndose en la enferme- sacrificio y en algunos dias de prueba
ad natural del anterior estado de las los partidos populares alcanzan el poder,
casas, todo, todo se va disipando á más necesitan para conservarlo y hacerlo serandar, y la calma renace, y la confianza vir á sus fines naturales una permanenaumenta, y la estabilidad de lo consti- te discreción y un espíritu constantementuido se robustece y entra en caja sin te reflexivo, que no deje caba por atar
ni soldadura por hacer. Por de pronto,
esfuerzos de ninguna especie.
Puede decirse con profundísima razoc, jamás el poder debe alucinar á los que
que los sucesos han cambiado radical- para rectos fines lo consiguen. Quédese
mente de aspecto. En vez de hechos ex- allá para los que lo solicitan como medio
teriores, explosivos, ruidosos, agitados, de especulación, como asunto de grantodos aguardan hechos interiores, re- jeria y como medro personal y egoísta,
formas llevadas á cabo insensiblemente, el hacer del poder un sibaritismo repugacontecimientos Íntimos que, sin ^movi- nante y un endiosamiento tan vacío comiento apenas, trasformen el deplorable mo inocente al cabo. El poder político,en
estado de nuestra administración, de su recto y racional sentido, no es, ni seniiestra Hacienda, de nuestro crédito, rá jamás otra cosa que un medio y una
de nuestra riqueza material y moral; al- pura condición exterior para el cumpliXO en fiu que sea como el comienzo de miento de los fines sociales, morales,
administrativos y jurídicos
Í a revolución, realizándose por dentro, económicos,
en las entrañas de nuestra sociedad, en de los pueblos. Es completamente inútil
«1 fondo de nuestra historia, en sos ci- pjosar acerca del poder otra Ci;sa dismientos, en el origen mismo de noestru tinta.
Los partidos conservadores de nuestra
'Visibles decadencias, y en la fOcífite de
donde hasta aquí han emanado les Ota- patria han pensado siempre (y aquí ectá
Íes que todos sentimos y que todos la- su pecado original) que el ,poder era comentamos. Si esta DO es la misión del mo una especulación, como una especie
partido radical, ¿qué otra pudiera serlo? de agencia para servir las pretensiones
SUMARIO.
3
de los amigos, de los paniaguados, de más frecuentes y comunes en tal géaero
los que con la humillante sonrisa del de reaccionarios, el gabinete Ruiz Zorcortesano mendigaban el favor de los rilla ha publicado un decreto mandando
restablecer los ayuntamientos y diputaaltísimos, altísimos liliputienses, que solo
podían ser ablandados á prueba de ensa- ciones provinciales, arbitrariamente desyar con ellos posturas laudatorias y de tituidos por el gabinete Sagasta, al cual,
dirigirles memoriales saturados de adu- por lo visto, le eran estas corporaciones
lación é impregnados de, esa literatura un estorbo legal para su engendro paroficiosa que soto sabe em|ílear la bajeza. lamentario.
Reivindicar los fueros del derecho vioPrecisamente porque los partidos conservadores no han tenido otra noción, ni lado, desagraviar la soberanía de la nahan podido dis[ioner de otros medios, ni ciou expresada por meaio del sufragio
han sido más que las últimas superficia- universal en la constitución de sus podeles consecuencias de la política de Ma- res locales; hacer del respeto á la mani3uiavelo, es por lo que su reinado ha si- festación siempre solemne de e.sta sobe0 8lempr« efimero, violento y repug- ranía, la pauta permaaente d« la conducta del gobierno, que antes que go-nante.
La conducta de los partidos conserva- bieruo de un partido es gobierno de la
dores de España ha debido ser eu este nación entera, es, ciertamente, un acto
punto de gran enseñanza para el partí- que honrará siempre al poder que á tales
do radical que acaba de subir al poder. eternos principios de justicia se atempeObservando atentamente los procedi- re y á tales bases inquebrantables de ramientos de aquellos, ha debido apercibir- zón se someta.
Asi lo expresa el señor ministro de la
se de cuál es el camino que siguen los vividores políticos, para alcanzar á la som- Gobernación terminantemente en el nobra de la adulación un prestigio inme- table preámbulo que acompaña á ese derecido y una reputación postiza; ha de- creto: «Lo que importa y urge, dice, es
bido conocer cuántos lazos hay para el reintegrar en su estado legítimo las corprestigio y la virilidad de los principios; poraciones pupulares; lo que uo cabe dien confiar á manos ó inhábiles ó prosti- latar es el restablecimiento de las leyes;
tuidas el éxito de las grandes reformas y lo que no se puede permitir es que ayunel resultado de los grandes esfuerzos; ha tamientos nombrados sin facultades y
debido notar por qué caminos se ingiere contra derecho sigan ocupando el puesel inepto, y qué sendas emprende el es- to que corresponde á los elegidos del
peculador de todas las situaciones, y el pueblo.»
que toma á oficio lucrativo el echarse á
Mediante tales rectificaciones, á favor
pretendiente de lo que el vulgo llama de procedimientos semejantes es como
con profundísimo sentido «e/ sol que mis ha de lograrse que, no ya un partido decalienta.»
terminado, sino la nación entera, se haPor de pronto, el partido radical debe ga, en cierto modo, ministerial, franca y
en este terreno ser sumamente precavi- desinteresadamente. España esta ya verdo. De este puuto de partida depende en daderamente cansada de vivir en la opogran parte el éxito, que con fundadísima sición, y en la oposición violenta y anrazón espera de el la opinión pública. gustiosa de estos últimos años.
Las convicciones no se cambian jamás
España tiene profunda necesidad de
repentipamente, y solo al escéptico ó al descanso, está ávida de vivir la vida de
positivista de nuestros dias le es fácil en- las naciones que son dueñas de sus prosayar todo género de posturas, con tal pios destinos; siente contra las agitacioque estas le sean provechosas, y con tal nes meramente políticas un disguato que
no puede ya contener, y quiere princique le deparen lucro.
Después de esto, que como regla infle- palmente descaosar de los recelos de tanxible ue circunspección y de conducta, tos años, de las desconfianzas que le han
debe, en nuestro concepto, tener muy inspirado tantos hombres, de los desasopresente el partido radical, es otro de sus siegos que le han proporcionado tantas
cometidos, Ja interpretadion fiel, exacta ambiciones bastardas como ha visto flodel espíritu de las leyes y de los precep- recer y encunbrarse, en la confianza da
un gobierno leal, celoso, vigilante y '
tos constitucionales vigentes.
atento á las garantías de su libertad, de
y no se crea que esta interpretación su derecho y de su honra.
fidelísima consiste solo en ajustarse al
contenido inmediato del texto y á su maEspaña ha comprendido ya que las asterial cumplimiento, sino que además, y piraciones políticas, cuando uo envuelpor encima de esto, es á la trascendencia ven en su fondo un contenido social y
de la ley y á su sentido regenerador á lo humano, regenerador sensato y pacífique debe á la par atender con minuciosa camente hábil de su vida y de sus cosescrupulosidad.
tumbres viciadas, no tienen razón de ser,
Un acto importantísimo acerca de este y está decidida á relegar al olvido para
punto acaba recientemente de realizar el siempre todo lo que no sea más que
ministerio Zorrilla. Con el objeto de rec- egoísmo de posición, monopolio de clase
tificar uno de los abusos conservadores y exclusivismo persoual. España está
LA AMERICA.- -AÑO XVI.—NÜM. 13.
saturada de g-eneralea ineptos, de tribu- fundos desastres y humillaciones la han como elemento autoritario ejerció una que responde perfectamente á sos múltiples y
nos de pcffa, de charlatanes políticos, de traído.
saludable y fecundísima influencia en espinosas manifestaciones, y sobre ludo i los
conservadores atildados, de literatos suAfirmar su vida interior, renovar su aquella Edad de hierro, entregada ¿ la fines de la creación.
Bstas consideraciones tlevarisn el desaliento
que repentinamente se tras- administración, su ejército, su Hacien- eterna guerra, y cuya expresión comple- i nuestro
espíritu, si no supiéramos que el ini})erfíciales
orman en ministros, de audaces que lo da, dar á sus nacientes instituciones po- ta era el desorganizador feudalismo.
ciador de an pensamiento o de una idea en el
Ahora bien, dadas estas condiciones mundo de la ciencia, no es el llamado á darla
escalan todo, porque precisamente para líticas verdad, robustez y estabilidad, es
nada sirven, de intrigantes adocenados toda su obra. Si estos elementos sabe de vida, y teniendo en cuenta el culto cima y perfeccioaamiento por lo regular, porque
que, solo halagando vanidades y acari- combinar hábilmente M. Thiers, habrá que á la mujer tributaban los bárbaros, esto es la obra del tiempo en el que la idea se
ciando imposibles, pueden medrar; de hecho la gran cosa, y la Francia deberá fácil es comprender y explicarse el in- desenvuelve y desarrolla y adquiere su compledemagogos por despecho, de intransi- algo más positivo en el porvenir á su menso prestigio que debía alcanzar en mento y perfección, y así, por mucho que desde nuestras fuerzas, por mucho que
gentes por codicia; en una palabra, Es- modesta iniciativa, que á los que le de- aquellos tiempos la poética creación de confiemos
confesemos,
confesamos, nuestra debilipararon
el
ruido
de
cañones
de
Marengo
la Virgen. En la Edad Media, Jesús era dad para tan como
paña ha llegado á adquirir la persuasión
ardua empresa, nos creemos en el
y
el
choque
de
espadas
á
que
tan
aficioDios, el demonio le disputaba el imperio deber de exponer la necesidad de llenar este vaintima de que esa nube de gusanos que
nuestras viejas tradiciones al descompo- nada se mostró en sus días de desvane- de las almas, y en la tremenda y gigan- cío y de iniciar la idea de dar á la mujer una
tesca lucha entre Dios y el demonio li- educación conveniente, siquiera nuestros esfuernerse han ido produciendo, hay que ex- cimiento.
brada, la figura expléndida de María, zos solo sirvan para abrir discusión sobre tan vitirparla radical y decisivamente.
M. CAl.WtA.
eternamente bella, y amorosa, se levan- tal asunto para la sociedad y para el porvenir
Cuanto sucede, pues, desde el advenitaba coronada de resplandores, como del mundo.
miento de los radicales al poder, es perDe la discusión sale la verdad, como del roca
EL CULTO DE LA VIRGEN
iris de paz para la conciencia, y refugio
fectamente lógico y naturalísimo. Al
y amparo de toda suerte de tribulacio- del pedernal sale la luz; que se haga la luz y se
volver laa cosas á su posición adecuada,
BN Lk. EDAD MEDIA.
produzca la verdad es nuestro deseo; que el
nes y dolores.
y al encauzarse su corriente, so podían
hombre se fije en tan importante materia, y
El
catolicismo
es
una
forma
de
civiliaugurar fácilmente todos los hechos que
Y si se registran los empolvados cro- rompa e! mundo la serie de preocupaciones que
ahora presenciamos. El asentimiento vi- zación y un alto elemento de moralidad, nicones, y paramos nuestra atención y le ofuscan é impiden llegar al perfeccionamiengoroso y espontáneo (jue la opinión que no se comprende como hecho his- estudiamos cuanto la ciencia teológica to de esta importante y esencial pane del géneÍ)resta á la nueva situación, la benevo- tórico sino en los tiempos de la Edad produjera, encontraremos la expresión ro humano es el fin que nos anima y el rodvil
encia que con ella tienen los partidos Medía, en los que creció y se desarrolló acabada del entusiasta amor con que la que pone hoy la pluma en nuestras manos. ¡Ojahoaradamente interesados en la regene- al par da la cultura de los pueblos bár- Virgen fué reverenciada en todas aque- lá consigamos nuestro deseo y veamos consaración de nuestra patria, el pavoroso baros. Y ninguno de sus dogmas está llas centurias en las que la humanidad, grarse al exclarecimiento de esa cuestión el taasombro de los descalabrados por su in- más en consonancia con el carácter y la al entregarse á las más cruentas empre- lento y el genio!
Manifestados nuestros deseos, y, expuestas
hábil conducta, todo, todo estaba como vida de los nuevos pueblos, que el poéti- sas, entonaba himnos sublimes en loor nuestras
aspiraciones, hecha la franca confesión
pendiente de la solución suprema á que co de la Madre de Dios.
de la hermosísima madre del Redentor de nuestra insuficiencia, debemos empezar por
Aquellas
generaciones
de
guerreros,
liemos venido á causa de la imposición
divino.
reconocer, que para llegar ordenadamente al
ineludible de las circunstancias, y por el nacidos para la lucha sangrienta, y para
¿Y cómo no, si aquel culto respondía término que nos proponemos, preciso es que
estado y actitud inquebrantable de los los que su fiesta era la muerte; aquellos y aun exaltaba el que á la mujer aque- abordemos algunas cuestiones preliminares, y
partidos, de las cosas y de los hombres. feroces hijos de Odin, que no sentían llas generaciones dedicaran instintiva y para esto t{uo desceodamus á tiempos de remota
Hasta las protestas biliosas de los con- otro amor que el que su cortante framea groseramente en los albores de su cul- anligfledad, tomando como punto de partida de
trabajos é investigaciones desde el
servadores "se adivinaban, así como los les ínspiraDa, ni sabían entonar otros tura, amparadas por el símbolo santo de nuestros
principio del mundo, presentándonos frente i
trasnochados pujos convencionales con Cantos que los que la ira y la terrible la cruz, en los grandes y prodigiosos frente
del origen del género humano.
que inauguraron su pataleo, y el sálvese venganza ponían en sus labios, trému- días del pontificado y del imperio? María
No ignoramos las diferentes opiniones de las
los
de
cólera;
aquellos
espantosos
conquien puedafínalque han dado en su úlera la intercesora con Jesús en bien del diversas sectas en que el mundo está dividido
timo manifiesto, tan anticuado en su li- quistadores, traídos á Europa por el hu- humano linaje, en el siglo x, en aquel respecto á tan importante y trascendental suceracán, y ante cuyo esfuerzo no hubo mu- tétrico siglo, cuyas inspiraciones som- so, pero 00 es este el lugar oportuno ni para
teratura como vacío en su contenido.
ralla
que se resistiese, ni aliento romano brías se suceden en toda aquella edad, y exponerlas, ni para impugnarlas, porque esto
¿Qué más podemos decir acerca de (jue no
se entibiara, para quienes el tro- se condensan y subliman, como nube trabajo á nada conducirla, ni para el objeto que
este documento desdichado? Si no lo di- teo
más preciado era la ensangrentada tempestuosa, sobre la homérica frente nos proponemos, ni para la idea que vamos á
jeran todo las circunstancias en que ha Cabeza
del enemigo, y su más ilustre del inexcedible poeta ñorentino, á sus dilucidar, y por otro lado acaso fastidiarla en
aparecido, hablarían muy alto en contra
gloria
la
alcanzada en los campus de ba- ruegos y amantes súplicas debió la hu- vez de educar y convencer á nuestros lectores,
suya la carencia de atirmaciones y la
y sobre todo i la mujer para quien en primer
absoluta falta de doctrinas propias que talla; sentían en su alma un vago anhe- manidad nueva y gloriosa existencia: término escribimos, á quien encaminamos nueslo
que
los
dominaba
y
convertíalos
en
ella detenia el rayo, pronto á caer sobre tros trabajos.
«n él se notan. ¿Dónde está el tan cacareado sistema de gobierno de los conser- sumisos esclavos, en cuanto esta escla- la cabeza del reprobo: ella calmaba las
Preciso nos es sin embargo escoger una de
vadores? ¿Bastan acaso unas cuantas vitud era compatible con su innata fiere- tempestades, y hacia del seno de las nie- esas opiniones, y al hacerlo debe ser en armonía
censuras inspiradas por el despecho, za, una misteriosísima deleitación, un blas surgir expléudido y coronado de con la que domina entre nosotros; adoptamos,
para suponer seriedad de convicciones y algo piadoso y sublime al contemplar á resplandores inmortales el sol próximo pues, la exposición de ios libros sagrados, y es4e principios en un partido que tan ino- la mujer, á su eterna compañera, aierva á extinguirse: ella inspiraba á ios tro- cogemos el Génesis, y al hacerlo así debemos
que es, porque ante rsa autoridad enportunamente di::imulauuas y otros, pre- ante las antiguas civilizaciones, y se veros y Juglares las más ardientes y en- confesar
madeceitios, no tanto porque ella fué la creencia
cisamente en los momentos en que debía prosternaban confusos y admirados, rin- tusiastas concepcionea, y en el siglo xu •Je
nuestros padrea, y porque es la de la mayoestar más interesado en ponerlos de re- diendo amante culto á la más alta per- la Iglesia enseñó á pronunciar á las tur- ría de nuestro pueblo, razones por demás sufisonificación de tan desconocido senti- bulentas muchedumbres el Ave-María; cientes para que la adoptemos, cuanto porque
lieve?
miento, á la diosa Veleda. ¡Grande y au- y ea el siglo xv la más alta representa • largos años de estudio y de meditación nos la han
El resultado ae todo ello no ha podido gusto sentimiento, tan en consonancia
hecho conocer como la única que descansa sobre
ser más fatal para los firmantes de la con la misión histórica que venían á cion de la ciencia teológica la declaró sólidos é incuestionables principios, ya se consicasi dogmáticamente, más hermosa que dere con lostojos de la filosofía, ya con los de la
protesta. Han evidenciado que son vie- realizar al mundo!
Eva, y hasta, según confesión de los fe, y como además el corazón de la mujer ea rejos, que están gastados, que el país los
La mujer, para el hombre del Norte,
conoce profundamente, que sus procedi- no es una sierva; y si no llega en la cos- doctores de aquel entonces, el culto que ligioso, y conviene que lo sea sobre todo y por
mientos han pasado y que todo en ellos tumbre de la ferocidad á sentir dentro de se la consagraba hirió de celos á su di- cima de toda otra educación, nos afirmamos más
es mezquino, pobre, raquítico y extóril. su alma el amor, ese eterno misterio de vino hijo. Y fueron tantas y tau porten- y más en esta idea y desde estos principios heTodas esasfirmasen otro tiempo vale- Psíquís, que de tal manera enlaza dos al- tosas las excelencias que en aquella de- mos de proceder.
Sentadas esta% premisas, hemos llegado al
deras y casi tomadas seriamente como mas, que las confunde hasta convertir- licada y poética concepción cristiana en- punto
Coloquemdnos, pues, frente
garantía de prestigio, son hoy valetudi- las en una, ni tampoco á comprender el contraron los hijos de la guerra, que Ma- á frentededepartida.
la creación, traspasemos con los ojos
ría
llegó
á
ser
considerada
digna
de
finarias, enfermizas, y están gusanadas cariñoso respeto que de ese amor se desdel espíritu los tiempos y los espacios que nos
por dentro y por fuera. Arriba han per- prende, y tanto á quien le guarda enal- gurar en la Trinidad cristiana, y sabio separan de la época que estudiamos, preséntedido su autoridad postiza y no pueden tece, su misma aspiración vaga á ese varón hubo que describió encantado la menos en el lugar en que los libros Santos copasar ni aun por caricaturas; abajo han ideal sublime que el cristianismo realiza, augusta ceremonia en la que la pobre locan tan poética escena. Veamos salir de la
quedado tan al descubierto, que hasta el mismo instintivo afecto que en él tan esposa de José pasó á ocupar el trono nada ante la voz poderosa del Creador, la tierra
sus flores y sus plantas; el cíelo con sos
la opinión de hábiles de que algún día por completo domina, condiciones son de oro al lado del de el Dios de los cató- con
astros y sus estrellas, el aire con sus brisas, los
di-ífrutaron.se les ha evaporado por com- de adelantamiento y progreso, al par licos.
coa sus aguas, los animales con sus múltiPodía darse mayor fanatismo! El cul- rios
pleto.
ples y variadas especies; las aves con sus vistoque innegables, facundas por todo ex- to 1de
la Virgen recuerda las fiestas y sos pinmages y armoniosos trinos, la creación,
Después de esta reseña de la política tremo.
adoraciones del paganismo. La Edad en fin, con su indescriptible belleza, con sus fasinterior, apenas si nos queda na la que
El mundo romano se moría, y la agoindicar de importante sobre las cosas ex- nía de aquella civilización ponía en ries- Medía fué supersticiosa hasta llegar á cinadores encantos, y un movimiento de agrasorpresa se apodera del alma y la arrebata
teriores. Francia, resignándose á sufrir go de muerte á la humanidad. Una id^a la irreverencia, y en sus extrañas cos- dable
con dolor las consecuencias que se van salvadora, y generaciones nuevas y ro- tumbres religiosas ¡cuánto no blasfemó y cautiva al par que la excita y exalta.
Por mocho que paremos la atención en el
¿educiendo de su funesta guerra, es to- bustas, vírgenes de todo sensualismo, de los mismos misterios de la religión
cuadro que á grandes rasgos hemos trazado
do lo notable ocurrido en esta quincena. que pudieran cumplirla sobre la tierra, que profesaba!
más y más nos convenceremos que es digno del
GONZALO CALVO ASBNSIO.
La lectura del tratado con Alemania he- eran de absoluta nece.sidad para que la
mayor detenimiento y de la más constante y escho por Thier8,ha producido en la Asam- vida humana se determinase, y la sociecrupulosa meditación, y sin erobargodeprestarblea de Versalles el efecto dolorosísímo dad regenerada entrara en una era desle todo el interés que su magoiflceocia reclama,
LA EDUCACIÓN DE LA MUJER.
de una herida que se pone al descubier- conocida y grandiosa. Los bárbaros ahucuanto mis en él noi fijamos, mis comprendemos que á su belleza y hermosura falla su
to con el objeto de aplicarle una nueva yentaron la muerte, que como buitre sanmejor ornato, su más bello complemento; pero
cura. Han vuelto á reproducirse momen- griento devoraba las entrañas de la poEn el anterior articulo dejamos demostrada la oigamos la voz de Dios, que satisfecho do sa
táneamente las antiguas quejas, y el odio drida Roma; la idea de la personalidad,
necesidad de educar cooveoieaiemeoteá la mu- obra, por que había visio que era bueoa, exclaal imperio, y el anatema que el país lan- que reintegraba al hombre, que aun no jer;
mas como quiera qae esta educación baya ma: «Hagamos al hombre á nuestra imagen y
zó contra todos esos pretendidos poderes había pasado de ciudadano, era la co- de reconocer
un fín en consonancia con su mi- semejanza» y 4 '» eficacia de esta palabra, el
conservadores que, á pretexto de garan- lumna de fuego que guiaba á aquellos sión en el mundo, antes que de aquella nos hombre broia del seno de la nada, para ser sotizar los intereses, los llevan entre flores feroces coiiquistadores por las ásperas ocupemos con el espacio y la detención que tan berano, y Señor de la creación entera que debia
al precipicio, ha sido otra vez repetido vertientes de la vida. Pero esto no basta- capital materia exige, preciso noses ocuparnos, subvenir i sus necesidades y contribuir á sa
felicidad y á su dicha, á sus goces y á sus plade un modo tan inexorable como severo ba: había elementos de regeneración; siquiera sea á grandes rasgos, de la segunda.
ceres.
y decidido.
Hemos
manifestado
con
toda
franqueza,
y
haspero con ellos solo se imposibilitaba toA su vista se desenvuelve aquel panorama
donde nos lo ba permitido la índole de nuesDespués de todo, con estos recuerdos da obra, porque faltaba el enlace, la tra- ta
tro trabajo, nuestra opinión, encaminada al de- inmenso de belleza indescriptible, ante sus ojos
algo gana la opinión pública en la na- bazón, la unidad, sin las que la sociedad seo de que la mujer reciba una educación coa- pasan las aves y las fieras, patentes están los
ción vecina. Ellos le hacen reconocer con no hubiera podido cimentarse sobre só- veniente, y con la misma franqueza estamos en cielos, patentes están las flores, patentes las
más intensidad que nunca, dónde ha es- lidas bases, y el catolicismo, que como el deber de abordar esta cuestión, por mis que plantas, patentes los frutos, á sus pies murmutado la verdadera causa de sus males, y dogma se imponía á la conciencia del nos creamos insuficientes para salir airosos de ran las aguas cristalinas, sobre su frente gime
son como el aguijón para que persevere guerrero, conservaba las grandes tradi- empresa tal, que desde luego confesamos qne el blando céfiro, todos sus sentidos se embriaen sus propósitos rectificadores, y para ciones autoritarias de la Roma Cesárea, exige más meditación, más estudio, y sobre to- gan de placer, así á la vista del colorido de los
mayor caudal de ciencia y de talento que el frutos como al resplandor de los astros, así á
que volviendo otra vez en si, atienda con que habían de servir para consolidar la do
la percepción del aroma de la fragante flor,
la eficacia que jamás ha tenido á sus ne- sociedad y fundar un sistema de go- queLaposeemos.
misión de la mujer en la tierra es harto im- como al gusto del sabroso alimento, así en el
gocios interiores, sin preocuparse de cor- bierno.
portante para que nos no arredre la idea de po- cristal de las aguas como en la trasparencia de
rer aventuras caballerescas que tan mal
El catolicismo bajo estos dos diversos nerla en condiciones de llenarla cumplidamente la atmósfera, y al fruto y í la flor, al astro y i
parada la han dejado, y que á tan pro- aspectos, como elemento civilizador, y por medio de una educación adaptada i ella, y la luz, al rio y al ambientei al ave y al insec-
CRÓNICA HISPANO-AMERICANA.
to, al peseado y al caadrúpedo, á todo itnpoae la mujer de la delicadeza y unción necesaria pa- lo nos ocuparemos de los medios y el modo de
oco después de Cristo, no hubiera pedU
nombre Adán, osteatanJo la profanda sabiduría ra ese cariño que todo lo supera y que uo pocas practicarla y perfeccionarla.
o para su tumba ninguna imagen, ni la
que niagaa hombre volverá i poseer j la su- veces las lleva hasta el heroísmo. La mujer del
de su corona, sino esa que pocos años
E. H.
sentimiento y de la unción es la que debe edublimefilosofíaqne sus hijos no alcanzarán.
antes recordaba á los esclavos ladrones.
carse,
y
por
tanto
á
estos
fines
han
de
tender
Satisfecho debiera estar el primer hombre.
Para que esto suceda es preciso que la
Todo h estaba sometido, todo le obedecía, era los preceptos. Es, por tanto, necesario, que la
cruz diga y signifique mucho.
«1 rey, el Señor, el legislador del maado; para educíon sea adaptada á las condiciones físicas y
LA TUMB.4 DE CHATEAUBRIAND.
Di la vuelta alrededor de la tumba,,
quien todo había sido criado por la mano de Dios, morales de lamujer, paraque produzca su efecto.
Ningún peligro tiene el hombre en sus gray sin embarco, la Sagrada Escritura nos dice
lento cual si contara los pasos: ocupé
^u« te durmió, excitando de este modo nuestra ves y trabajosas faenas; pero tendría muchos la
Forma la orilla del mar una ribera pe- tanto tiempo como el que empleé en dercuriosidad ; y llevando < nuestro entendimiento mujer si á estas se consagri«se; ningún incooveñascosa
y dentellada, donde si hay peli- redor de la de Napoleón en los Inválidos.
nieute
ofreceal
hombre
uo
estudio
profundo;
no
una duda, grave, nueva, una grave y debatida
pocos
experimentaría
la
mujer
consagrándose
á
gros
durante
el temporal en que la in- En ambas me preocupaba la historia del
cuestión, si al terreno filosófico teológico nos
hubiéramos de encaminar: nosotros no lo hare- las ciencias, y desde luego hay uno acreditado vade el mar, en cambio pueden ir las muerto. Pero acaban peregrinaciones
mos: preferimos seguir la opinión de un filósofo por la experiencia, y es que las mujeres que á mujeres bástala orilla durante la bonan- más largas aun y esta también acabó.
Me senté en el escalón de la tumba, y
«ristiano que asegura que este sueño no fué tal ellas han consagrado sus cuidados, sobre no lle- za. Esta orilla es tajada y está erizada al
sueño, sino un dulce estopor, hijo de la falta de nar su misión en la casa, no han sido madres; pió de rocas agudas que el mar pule y me recliné en la r^a que la circuye y
una compañía en que se encontraba para com- testigos dti este aserto son Isabel del Saúco y La
recé. Sí recé: descendiendo de las poétiLatina entre nosotros, y M. Genlis entre los afila al azotarlas. Tras de la temible e s - cas regiones de la gloria humana y de
partir tanta dicha, tan grande felidicidad.
collera
se
vé
el
monstruo
enroscado
en
franceses.
Tampoco
debe
dedicarse
á
la
literaPartiendo de este principio y haciendo nuesla poesía terrena, recé despacio un Patra esta opinión, aparece que al volver en st de tura siu licencia de su marido, según una ley un golfo lleno de bajíos y de corrientes. dre Nuestro en sufragio de esa alma. Le
vigente;
y
esta
ley
esiá
fundada
en
la
posibiliDe las rocas para arriba viene una pene»ie arrobamiento en que, según la opinión qne
seguimos, el alma del primer padre pedia á au dad de que el calor de la imagioacioD, tan fácil diente cascajosa que tiene de vez en deseé en prosa cristiana, que es la verde
exaltar,
no
las
lleveá
consecueociasque
pueHacedor una compañera, encontró satltfdcha su
cuando algunas hebras de yerba, y que dadera poesía, que Dios le diera su eterpetición, hallando á su lado á Eva, lo cual dice dan turbar la dulce armunfa del matrimonio. forma una colina. Este islote se llama el no descanso, y que luciera para él la
con Irresistible elocuencia que la mujer fué la Nosotros aun señalaríamos otros de no menor Gran Bé. Tras de esta colina hay un ba- eterna luz. Largo rato pasé después megracia primera que Dios otorgara i la primer peso y trascendentales coosecuencla?.
jío arenoso que el mar inunda todas las ditando por qué arte de magia cabia
plegaria de su criatura predilecta, y que la muAcaso al leer las anteriores líaeas no falle tardes, y después de estd bajío se sube á tauta grandeza en tan pequeño espacio.
jer trajo á la tierra una importantísima misión quien crea que la mujer no debe sereducadt;
Con el brazo izcjuierdo enlazado á un baespiritual que llenar cerca del hombre, la de en- tal vez alguna de las muchas que hoy se dedican la otra colína en tierra firme, donde está laustre de la reja, reclinado sobre el otro
dulzar sus amarguras, enjugar sus lágrimas y á la literatura se crea ofendida al leer nues- edificada la ciudad. Salí por la puerta
ser el ángel de su consuelo; una misión física que tro juicio y nos considere como enemigos, sien- correspondiente, bajó hasta el arenal, lo que apoyaba en mi rodilla, permanecí
cumplir, la de continuar en compañía del hom- do sus mejores amigos: á las primeras respon- atravesé, subí la colina solitaria hasta allí buen espacio, mientras un zuavo,
bre, IH grande y admirable obra de la creación. derá nuestro trabajo, además de llamtrlas la llegar á su cumbre, busquó con los ojos que no tenia ganas de meditar, tentaba
Asi lo dice sn organismo, asi lo publica la deli- atención sobre nu punto que no poco interesa al el monumento que deseaba y que está un descenso hasta la escollera.
cadeza y unción de so alma.
hombre y es la imposibilidad de que cuide de en la mitad de la falda al lado del mar;
Reconstruí mentalmente toda mi vida
Desde este momento, oí podemos ni debemos sus hijos y esposo, atienda á su familia y arregle se le vé solitario. Yo tenia una falsa idea desde el dia en que cayó en mis manos
considerar á la mujer como ana hembra más en su casa la que tiene todo au cuidado puesto en
el primer libro del muerto, cuya tumba
la naturaleza; dolada de inteligencia, como el los hijos de su inteligencia: fijaríamos, además, del monumento: me habla figurado algo, honraba hasta ese instante. Vi el ancho
no
sé
qué
de
mármol:
debía
haber
no
sé
su
atención
en
el
cariño
que
las
vigilias,
tan
prohombre, no debe carecer de los elementos nececorredor de Casa-Blanca, en que leí ese
aarios para ejercitarla; pero estos elementos de- pías del estudio, han de caberle en las horas del qué de adornos griegos, de recuerdos ro- libro y en que quince años después esben estar en armonía con los fines que bao de recoglmíeoio, tan apetecidos para el retiro del manos.
cribí en la pared el borrador de unos
llenar, así es qne la robustez física del hombre estudio: á las segundas diremos que su porveLa tumba de Cecilia Metella, que h a DOS dice su misión, al par que la complexión de- nir está allí ádoude su misión en el mundo la lla- blift visto en la Via Apia de Roma, me versos á Átala. Pobló aquella casa querida con la sombra de mis muertos, y
licada de la mujer publica la suya, y usa y otra ma, que es al lado de su esposo y en los quehaestablecen, con la diferencia, la necesidad de ceres de la casa, y que su gloria está en educar hacía creer que Chateaubriand hubiera volví á pasar el mar para encontrarme
medios diversos y métodos distintos para culti- virtuosos hijos que sean la gloria soya y de la dado la idea de una cosa, si no parecida, allí, solo y desconocido, en una playa de
varlas en pro de la sociedad, en beneficio del patria, y esto no puede hacerlo si su corazón y de un orden extraño y tinico. Pero al ver Bretaña, meditando en una lengua que
mundo. El hombre represeúta el trabajo, la mu- su inteligencia no está toda, absolutamente toda este monumento me sentí herido en mi
jer el sentimiento; aquel tiene mayores y más á estos fines consagrada; y las decimos más; que vanidad, porque habia creído compren- no me entenderla ninguna de las perso •
extendidos horizontes donde ejercitar sus fuer- el siglo presente es de positivos cálculos, y que der al poeta y su genio, y me habia ñas que andaban ese dia por allí.
zas físicas y sus potencias; la mujer, espacios el hombre, antes de unir su suerte á la mujer, equivocado totalmente. El me habia e n Volvió el zuavo de su peligrosa excurmás reducidos, donde brillan sus virtudes y pesa y examina, acaso más de lo que á la musión,
llamándome á gritos que cortaron
gañado
como
Zéuxis
á
los
pájaros
con
la
campean las bellísimas condiciones de sus deli- jer interesa, en las conveniencias de esta unión,
mis coloquios y ahuyentaron las somcados sentimiento;; la fuerza en el espíritu del siendo este cilculo no pocas veces un obstáculo sencillez y la verdad. Nada de fantasprimero da más libertad á sus hechos; la delica- para contraería. Alabarán los hombres, cree- magoría ni de aparato: lo que encontré bras evocadas. Llegóse él también á la
deza en el corazón de la segunda presta más mos, las mujeres, sus producciones, pero no se- allí y que era tan diferente de lo que ha- tumba á pedirma noticias sobre el muerancion á los sentimientos de su alma; por esto rán ellas el medio mejor para atraerlos é incli- bia soñado, si hirió mi vanidad artística to, de quien no conocía sino el nombre.
requieren métodos diferentes la enseñanza de la narlos al matrimonio.
y mi inventiva, me hizo comprender y Interesaron mis respuestas á las perso;
una y la del otro, aplicaciones diversas, distinEstoy oyendo que me ponen por modelos de admirar al hombre que y a admiraba. ñas que por allí andaban y se acercaron.
tos procedimientos.
la opinión contraría una Santa Teresa, una sor Siete pies de tierra, lo suficiente para Habia uua pareja de recien casados, unos
Desde el momento en que se examinan estos Inés y alguoas otrasqne tanta y tan merecida esconder un cuerpo humano y no un artesanos y una madre con dos joveacidos seres, desde el instante en que se somete gloria adquirieron; mas por lo mismo que es- alma, tienen en derredor unas piedras tos. Todos ellos se sentaron eu derredor
al análisis físico su organismo, asalta á la vista tos ejemplos son excepciones, está justificada que detienen en el declive la tierra que de la tumba: el novio se sentó junto á mi
sos diferentes posiciones en la naturaleza y se la regla que establecemos, y plenamente en
y al lado de él su novia, que cogía una
«omprenden, sin grande esiadis ni esfuerzo, las sn lugar nuestro Juicio. Además, enciérrense se amontonó sobre su cuerpo. Encima
funciones que en el mundo vienen á desempe- en un claustro, que para estaa no escribimos; no hay flores ni se h a sembrado orgu- de sus manos entre las suyas.
Todo mi auditorio conocía vagamente
iSar; por ley de la naturaleza estas faociones en- allí están en su lugar los trabajos mentales y llosamente un laurel. Una grama tupida
trañan sus deberes, y por ley de la naturaleza literarios; pero querer vivir en la sociedad y como la de todas las campiñas verdea á Chateaubriand, y el que más adelantaestán obligados á llenarlos y cumplirlos; y como llenar en ella su puesto separándose de sus allí, y á la cabecera, plantada entre la do estaba sabia que había sido un guerlas leyes de la naturaleza son eternas é iamuia- principales deberes ó abandonándolos, ni nos cabeza y el corazón del muerto, hay una rerol Fué menester, pues, rectificarles
bles, y de ellas arrancan los deberes y derechos parece justo ni lógico, ademis de ser alta- cruz tosca de piedra común, u n a verja las ideas. Como yotenia la palabra y tode la especie humana, á estas leyes debemos mente perjudicial, no tanto para sí como para
dos oían con atención, menos la novia,
acudir, en primer término, para establecer los los demás, como una simple reflexión comprue- de hierro rodea el sepulcro.
¡Ni un nombre! Más, ¿para qué nom- que no veia sino á su esposo; menos la
principios que ligan á los seres sociables en el ba con la continua perspectiva de las que al
nundo, y regular su modo de aér y de vivir en estudio se dedican. Uaa simple visita á sus ca- bres? Allí se lee y se leerá siempre: \Clia- chiquilla que, como una mariposa, revosas será una prueba más elocuente que mis pa- teaubriandl Este nombre escrito en un laba eu torno de la tumba, se estableció
la tierra.
mármol se borraría con los siglos y al- un completo silencio, en el cual no se ola
Partiendo de estos principios, es evidente y labras.
fuera de toda duda que, escrito el derecho naMuchas y muy graves reflexiones podríamos g ú n sabio futuro no podría deletrearlo. sino mi voz, que en una lengua extraña
tural en el corazón humano por el dedo su- hacer, que serian oportunas y estarían muy en En vez de mármol se conserva en la me- para mi y despacio, porque no la poseía
premo de Dios, la naturaleza misma se encarga su lugar respecto á esta para nosotros viciosa moria de los hombres, más seguro. De lo suficiente para hablarla como propia,
4e enseñar y dirigir al Ser intelectual en el educación, y perjudicial nso de la ioteligencia de generación en generación se irán dicien- les contaba la vida del hombre sobre su
«nmplimiento de estas leyes inoludibles é ilegis- las mujeres, pero como nuestro objeto sea tralables, debiendo encaminarse todas sus fuerzas zar solamente á grandes rasgos cuadros cual do ai despedirse una de otra y al ver la cadáver.
< esclarecer, según los tiempos, y facilitar, se- conviene á lás publicaciones periódicas, y como tumba solitaria: iChateaubriandl En un
Esto era extraño, y extraña también
gún los sexos, el cumplimiento de estos deberes, además observamos en la perversión de ideas rico panteón pueden ser violados los la escena de un americano hablando de
y el goce de los derechos que encarnan. Tene- que arrastran y trastornan la sociedad en el pre- huesos por robarse el oro: aquí nadie irá un bretón en una playa de Bretaña. De
mos, pues, necesidad en nuestro trabajo de re- sente siglo, que esta es una, ó acaso la princi- á robar un puñado de tierra por descu- vez en cuando una ola más recia sonaba
montarnos á los primeros tiempos, de ver como pal , y que no basta el perióJico para contener brir los restos hechos tierra.
al despedazarse en los escollos ó se oia
el hombre compila en ellos su destino, de exa- sus progresos, de aquí que solo nos ceñimos á
el
viento en una ráfaga más silbadora.
No
ocultaré
que
tuve
la
esperanza
de
minar como la mujer llenaba el suyo; tenemos exponer, anotándolos, los males, en la esperan—«Chateaubriand, les decía yo. nació
necesidad de pasear nuestra imaginación, y re- za que su exposición ha de despertar á genios é ver la sombra de Chateaubriand sobre
correr eoQ ella el mundo, sometiendo á nuestro ilustraciones más competentes para procurar su su tumba: no ocultaré tampoco que cuan- en aquella casa que se vé allí, y se la
estudio las prácticas ó costumbres de lodos los remedio.
do el sol rompió su barrera de nubes, no mostraba con el dedo, en 1768. Era despueblos de la tierra, el modo cómo en ellos la
Queremos que la inteligencia de la mujer no alcance á ver otra sombra que la de la cendiente de poderosos caballeros y nomujer y el hombre se producen en las respecti- esté inactiva, pero queremos qne toda, absoluta- cruz sobre yerba verde. Segunda lección bles señores; pero su familia había venivas órbitas que están uno y otro ser llamados á mente toda, pues de toda necesita, se consagre
recorrer, y el modo como se conducen estas dos al mudo de llenar sus deberes en la casa y en la para mi vanidad: ¿á qué buscar en los do á menos con el tiempo, que aumeninteligencias en el uso de sus respectivas funcio- familia, y al tener este deseo, damos á la mujer sepulcros otra sombra que la de la cruz? taba su nobleza y disminuía su fortuna.
Gracias á Job, uno puede hablar de- Sus dotes extraordinarias para la poesía
nes, en el cumplimiento de sos sagrados y altos la mejor prueba de todo el Interés que nos iosdeberes. Da este examen, de esUs mediíaciooea pira. No esti su misión en la cátedra, ni en el lante de las tumbas. Pasé como una flor. le vinieron de su madre y de un tío macomo de premisas ciertfsimas y evidentes, hemos ateneo, ni ha de vestir la toga ni el arnés por Mis dios se secaron como el heno. Creo que terno, que eran poetas. Con el nombre
de partir para sacar conclusiones qne igualmen- más qne no haya faltado en su sexo quien haya mi Redentor vive y en el último dia me he de su padre Renato, el carácter de su
U ciertas y de incontrastable verdad, nos hagan desempeñado cátedras con aplauso, y postrado de levantar de la tierra. iQué es el hom- hermana Lucila y el suyo, forjó después
senur principios que nos pongan en camino del enemigos con valor; ¿pero cnanto más no brilla
su Rene, y pintó como escenario de su
acierto que deseamos en esta importante cues- la que presenta ordenada su familia, tiene arre- bre!... Lo visitas por la mañana, y al mo- novela elcastillo de Combur^fo, en que
mento lo pruebas.
tión.
glada su casa, hace feliz con su delicada ternura
Pero el que ignore las palabras de Job se ci ió y que vosotros conocéis, pues no
Desde el Génesis hasta nuestros días, desde el á su msrldo, y conduce y dirige y forma el co- no puede hallar nada delante de esos está lejos de San Malo. Gomo era sepueblo más inculto ha«ta el más civilizado, ve- razón de sus hijos, inspirada de ese amor que la
monteciUos que el rey de la creación gundón, tuvo que labrarsa su suerte.
mos que la mujer solo se ocupa de criar sus hi- llevarla por ellos al mayor de los sacrificios?
Destinado primero á la carrera eclesiáisjos, cuidar de so esposo y familia, y atender á
A estos fines debe encaminarse la educación forma con sus huesos. En la tumba no tica y después á la de marina, no sila dirección y gobierno de la casa, y compren- de la mujer; llenándolos, se glorifica y glorifica á puede verse sino la nada ó Dios. Una cruz guió ni una ni otra por tomar la de las
demos la razón de aquella sublime y terrible BU familia y á su patria, y por esto hay necesi- sobre una tumba lo dice todo. El que
sentencia, «en dolor pariráa tus hijos, y estarás dad de preparar y educar su inteligencia á este aquí yace creyó y oró, y al morir espe- armas, que dejó por la de viajero. Ensujeta á tu marido,» así como examinando los efecto; así llenará cumplidamente su cometido, ró. ¿Habrá sido confirmada su esperanza? tonces estuvo en América, de donde voldeberes del hombre y sus ocupaciones en el mon- asi el mundo y la sociedad la respetará, y los La cruz lo asegura. No se adopta un sig- vió trayendo una prisionera que habia
cogido en los desiertos de la Florida, á
do los vemos en perfecta armonía con aquella aplausos qne en esta obra consiga y los laureles
otra lanzada sobre su frente: «Con el sudor de que en este palenque adquiera su frente, serán no de infamia por mil generaciones, si Átala.
tu rostro comerás ta pan.»
ínmorules, serán un escudo, porque nadie hay por algún medio no hay seguridad de
—lAtalal me dijo la novia: yo la coTenemos aquí un principio que, como axioma ni más respetado ni más fuerte que el que cum- que es ya áigno de gloria. Un esclavo
de verdad infinita, viene i demostrarnos lo que ple sus deberes dentro de la Órbita que el dedo mendigo muerto un dia antes de Jesu- nozco.
dejamos dicho; que el hombre fué dotado de la de Dios le tiene trazada en el mundo. Cuál deba cristo no hubiera aceptado para su tum—Seguramente, le repliqué. ¡Quién
«oficíente robuilez para el trabajo, al paso qne ser su educación, lo liemos dichoi en otro articu- ba semejante di«tintívor un rey al morir, no conoce á Átala I
S
LA AMERICA.—AÑO XTL—NUM. 13.
—Yo la he visto eu los grabados de hipotecarlo. En sus últimos años se vio el camino se bifurca, dudó un momento
EXPOSICIÓN DE LION.
una posada. {Je I' ai vue dam les gravuresprecisado á vender sus Memorias de Ul-cuál Labia de seguir.
tratumba, para poder sostenerse y dejar Dirigió su mirada en derredor, como
d' une auberge.)
El domingo último se inauguró la Ex—Pues bien, esa Átala fué la que trajo un pan á su viuda para los primeros dias para orientarse, y al fijar los ojos en el posición universal é internacional de
del duelo. La Francia, que cubre doce ó labriego, fuese recto á interrogarle.
de América.
Lion. sobre la cual da los siguientes porveinte veces cualquier empréstito que se
En el estilo propio del que, descono- menores Una correspondencia de aquella
—¿Y se casó con ella?
—No era mujer: era un carácter, una levante tín su nombro, no quiso cubrir ciendo un idioma, se ve, sin embarsfo, ciudad.
«El palacio de la Exposición se halla
novela. Las Atalas, agregué, no sirven ni una el que levantaba en el suyo Cha- en la precisión de usarle, y con la altipara esposas. Los tipos de pasiones exa- teaubriand, ni el que después levantó vez de conquistador, preguntó á nuestro establecido cerca del parque de la Tete
Bernardo por el camino que á Salaman- d'Or en el muelle construido para impeeradas apenas alcanzan á servir para Lamartine.
Para ambos fué sorda, y ambos tuvie- ca conducía.
dir al Ródano que inunde los Broteaus.
eroinas de novela.
Poco debió agradar á esto la forma en Ír ocupa un espacio de 1.700 metros de
A su regreso á Francia, su familia le ron que vender su sudario. La humaniproporcionó un buen casamiento con dad ha sido hecha de barro, dice la Es- que se le interrogaba, y haciendo un argo por 18 á 70 de ancho.
La entrada del palacio de la Exposiuna señorita noble, bella y rica; tales critura, y la Escritura se prueba todos mohin que lo mismo podia significar ignorancia que desprecio, continuó el tra- ción se halla situada en la miima entracualidades no le inspiraron una pasión á los dias.»
Yo hablaba, hablaba animado por el bajo por un instante interrumpido.
da del parque de la Tete d'Or. y se comese hombre, que vivió enamorado de
En el segundo sentido, sin duda, lo in- pone de once cuerpos de edificios que
fantasmas creadas por su imagiaacion. silencio de mi auditorio. Mi zuavo azoMaria Teresa Lavigne, que fué su espo- taba con su varita las escasas yerbas terpretó el oficial cuando le amenazó fie- tienen la figura de un arco de circulo
sa en 1792, le acompañó hasta su muer- que crecían eu las grietas del peñón, y ramente, y pronto á convertir el amago en los cuales se han establecido ocho
galerías y dos pabellones, en cuyo cente y le sobrevivió. Ella le amó, pero él mis dos novíDs se miraban sonriéndose eu hecho, desenvainó su espada.
Antes de que pudiera esgrimirla, Car- tro hay la gran nave de gusto morisco
no la hiüo dichosa, aunque sí supo esti- y entrelazando sus manos sentados en el
marla. Es dado á los poetas cantar la fe- borde de una tumba, como lo hace siem- racedo, que espiaba sus acciones, se aba- que sirve de entrada principal al palalicidad, pero no sentirla ni darla. Sus mu- pre la felicidad en el mundo, mientras el lanzó rápido como el rayo, descargando cio de la Exposición, pero que aun no essas son celosas y echan amargura en to- viajero americano les contaba la historia sobre el insolente francés el azadón, ins- tá concluida. Las galerías y los corredoda copa que no se liba con ellas. El cielo de su mismo compatriota, que ellos ig-^ trumento de su trabajo, derribándolo del res ocupan una superficie de más de
40.000 metros, esto es. una superficie
no concedió más hijos á aquel matrimo- üoraban. Yo no hubiera podido hablar caballo.
La herida causada privó en pocos ins- igual á la del Palacio.de la Industria de
nio que las obras del esposo, hijos que tanta eu una lengua extraña si uo me
se aman más antes de tenerlos que des- hubiera servido muchas veces de las pa- tantes de la vida al temerario que le ame- los Campos Elíseos.
Hé aquí las dimensiones exactas de las
pués de que nacen: tales son los libros. labras mismas dal muerto, que se me nazó.
Inmediatamente abandonó Bernardo diferentes galerías de la Exposición:
Su nacimiento es tan doloroso como el de habian quedado en la memoria cuando
La primera galería destinada á las
los hijos verdaderos; pero una vez naci- leía su libro postumo en la biblioteca real sus tareas, y fué á dar el oportuno conodos se separan de sus padres y vau á de París. Así, según he leido en un libro cimiento al alcalde de Alaejos, que á la máquinas en movimiento, á la metalurde viajes, habia una tribu en América sazón lo era D. Manuel González.
gia, etc., tiene 190 metros de largo y 42
sonreír á otras almas.
Ocultaron el cadáver por temor á las de ancho y ocupa una superficie de 7.080
Siguió la gran revolución que, so pre- que acababa de matar al enemigo caído
texto de arreglar los negocios de Fran- con las armas que la quitaba cuando ya represalias, sí el hecho acaecido llegaba metros.
á noticia de los invasores.
La segunda galería, destinada ¿ mácia, torciólos del mundo. Chateaubriand, no podía defenaerla*.
Mi zuavo me recordaba que era hora
Entre los objetos hallados en los bolsi- quinas de coser, quinquillería, etc., tiene
como noble y como bretón, como poeta
y como realista, tomó parte en la causa de partir, porque si uo podíamos que- llos del traje se encontraba un pliego 185 metros de largo y 18 de ancho y
de esos reyes que se iban como los dio- darnos incomuaicados cuando la marea cerrado, que llevaba en el del interior de ocupa una superficie de 3.330 metros.
La tercera galería, en que se hallan
ses de Roma. Su vida fué entonces una viniese á ocupar sus nidos de la noche. su casaca.
Apresuráronse á romper el sello, pero de manifiesto chimeneas, objetos de calarga carrera de desventuras de que no Nos levantamos para irnos, pero antes
sacó otro fruto que poder escribir uno de metí trea veces mi brazo pjr entre la ver- su curiosidad quedó frustrada en aquel lefacción, etc.. tiene 35 metros de largo
y 85 de ancho y abarca uua superficie
los libros de Los Mártires, aquel en que ja de hierro, arrancando cada vez un pu- momento.
El contenido estaba en francés: nadie de 1.225 metros.
Eudoro cuenta su vida de soldado. Sol- ñado de graua, y destinado cada uno paLa cuarta galería contiene objetos de
dado, combatiente, herido y después ra dos amigos que tenían en mi lejana de los presentes en el momento conocía
emigrado, pasó á Inglaterra, donde apu- Bogotá, y á quienes conocía como admi- aquel idioma, entonces poco generaliza- ambulancia y de campamentos, cueros,
ró la miseria hasta su último grado: radores del mismo que yo admiraba: el do entre nosotros y odiado quizá por ser armas, etc.. tiene 185 metros de largo y
18 de ancho y su superficie es de 2 230
una noche cayó desfallecido de hambre tercer puñado era para mí. Chactas, dice el de los onemigos de la patria.
La importancia del documento, si real- metros.
«n una calle, y en otra durmió en un ce- Ciíateaubriand, guardaba una magnomenterio, porque no tenia otro refugio, lia del desierto que le habia dado Átala; mente la tenia, les era desconocida.
La quinta galería, destinada á proaunque á la verdad es el único que tie- yo quiero guardar conmigo unos hilos
Recordó, sin embargo, un sugeto la ductos quimicos, vinos, licores, etc., y á
nen los desgraciados, pero no para pasar de la yerba que cubre los restos del can- circunstancia, á la sazón importantísi- sala de conferencias, tiene 110 metros de
tor de Átala. Los otros son los que envío ma, do que en el pueblo existia un vir-' largo y 40 de ancho, siendo su superficie
una noche de la vida.
Escribió en esa época su Ensayo sobreá Vds., amigos mios, y hó ahí la histo- tuoso y en gran manera ilustrado sacer- de 4.449 metros.
dote, el 3r. D. Antonio Santana, que saLa sesta galería en que se hallan exlas revoluciones, libro odioso, volteriano,ria del manojito de yerba.
bia
la
lengua
francesa,
por
haber
sido
puestos
artículos alimenticios, papeles
indigno de su genio y de su corazón.
J. M. VBR8.VRA T VBROABA.
antiguo colegial en el famoso Tri lingua pintados, muebles, mármoles. objetos
Después se convirtió y escribió en comde la Atenas española.
iiaos de cerrajería, pavimentos de lupensación el Genio del Cristianismo, que
Mándesela recado; acudió con presteza jo, etc., tiene 95 metros de largo y 40
deshizo en pocos días la obra de la im)iedad de muchos años. AHÍ probó que UN EPISODIO ANTES DE LOS ARAPILES. al llamamiento, y sus amigos le pusie- de ancho y uua superficie total de 3 800
ron al cabo del suceso acaecido.
metros.
! a civilizacioa es cristiana y la barbarie
Pronto su clarísimo talento comprenLa sétima galería (parte central), conincrédula. Volvió al fin á Francia y obdió la inmensa importancia que el papel tiene objetos de cerámica, de platería,
tuvo destinos del mismo Napoleón, á
En la provincia de Valladolid, y como hallado podría tener en los críticos mo- muebles, cristales, etc.. y tiene 70 mequien se los devolvió airado el dia en que á la
mitad del camino que de esta ciudad mentos que la nación atravesaba.
tros de largo y 70 de ancho, y además el
supo el asesinato del duque de Enghíen. conduce
la de Salamanca, se halla siApresuróse á leerle, y en efecto, era ábside. La superficie que ocupa es de
Cuando cayó aquel coloso, á quien él tuada la ávilla
de Alaejos, una de las ri- superior á todo encarecimiento.
4.900 metros.
admiraba y odiaba al mismo tiempo, re- cas é importantes
de Castilla la Vieja.
Lo que tenia en sus manos era un desLa octava galería, destinada á instrucobró en la corte borbónica el rango deLa tradición que en ella se conserva, y pacho dirigido por José N. Bonaparte al mentos de música, relojes, bisutería, jobido á su nacimiento noble y á sus ser - que
sucintamente vamos á referir, se re- mariscal Marmont, eu que le ordenaba yería, perfumería, etc.. tiene 95 metros
vicios. Fué embajador en Roma y des- monta
en que los franceses, que procurase esquivar la batalla con de largo y 40 de anchoy comprende una
pués en Londres, donde pasó en carroza dueños aldetiempo
casi
toda
España, hacían Wellington, porque esperaba reforzar superficie de 3.800 metros.
Eor la calle en que un dia se arrastró de aquellas fértiles comarcas
teatro de sus el ejército de aquel con el grueso de la
La novena galería está destinada &
ambre.
operaciones militares.
división Polombini y el cuerpo del cen- objetos de bellas artes, pieles, prendas.,
Después de alcanzar hasta la dignidad
El vencedor de Waterlóo, lord "We- tro, fuerte de 10.000 honbres.
de vestir, hilados, etc.. tiene 110 metros
de par, que renunció, y de haber figura- llington, apenas hacia un mes que, desdel efecto que l^ traducción de largo y 40 de ancho, siendo su superdo noblemente en las más peligrosas in- pués de reñidos asedios, se habia pose- delJuzgúese
parte producirla en todos los ánimos. fice de 4.400 metros.
trigas en favor de los BorSones destro- sionado de los fuertes de San Vicente,
La décima galería contiene tejidos. Ni
Dispusieron
que sin pérdida de tiempo
nados por los Orleans, se retiró á su tier- San Cayetano y la Merced, en la ciudad el propio Carracedo
montase á caballo y longitud es de 218 metros, su latitud de
ra de Vallée-aux-Loups, que habla com- de Salamanca.
llevase á lord Wellington el despacho á 18 y superficie de 3.780 metros.
prado con el producto de sus obras, y
El mariscal francés Marmont, duque
Cristóbal, donde se sabia acampaba
La undécima galería está destinada á
en donde «hacia sombra á los árboles de Ragusa, llegó tan solo á aquella po- San
el
general.
objetos
de enseñanza y tiene 35 metros
que habla sembrado,» esperando que se blación á presenciar, digámoslo así, la
A la caída de la tarde del 21 llegaba al de largo y 35 de ancho, ó sea uaa sula devolvieran cuando ellos fueran jóve- rendición de las tropas que defendían cuartel
general el munsajero y entrega- perficie total de 1.225 metros.
nes y él viejo. Sin embargo, no pudo dichos fuertes.
ba
el
precioso
documento.
En los 40.000 metros de superficie no
conservar esa tierra ni su casa de Paris;
Los ejércitos de ambos generales, desWellington, con esta importante no- va comprendida más que la parte cufué separándose de todo, y al morir no pués de varias maniobras, marchaban ticia,
hábilmente el des- bierta; y en un espacio considerable perposeía sino la casa de su madre que se paralelamente de uno y otro lado del cuidoydeaprovechando
Marmot. que prolongando de- teneciente al parque de la Tete d'Or hay
ve alli, y estos siete pies de tierra que Guareña, inspirándose, al parecer, mu- masiado su
ala izquierda, se creaba una jardines. Exposiciones particulares, casihabia pedido de regalo al ayuntamiento tuo respeto.
difícil
posición,
presentó con rapidez la tas rústicas, cafés en que se dan concierde San Malo cuando era ministro podeSentaron por fin sus reales el 20 de batalla á su enemigo, obteniendo un se- tos y en que lucen sus habilidrdes bailaroso.
Julio del año 1813, el inglés en su anti- ñalado triunfo sobre las armas francesas, rinas y cantantes para proporcionar ra¿Comprendéis el doloroso apólogo de gua posición de San Cristóbal, el fran- y quizá de los más importantes que re- tos de solaz al público. En uno de estoa
su vida? DB todas sus prosperidades no le cés en una extensa llanura entre Alba y gistran los anales de aquella gigantesca cafés, situado en el extremo del parque,
quedó sino su tumba. El mismo señaló Salamanca.
lucha contra la invasión napoleónica.
caben 3.000 personas.»
su lugar, que es este: desde aquí se vé
Eu la mañana del 21, un honrado vePequeñas causas suelen á veces enel balcón de la alcoba de su madre, en cino de Alaejos trabajaba en un terreno gendrar grandes efectos, y no seria
El emperador de Rusia ha querido coaque él nació, y el mar que lo arrulló. propio de su amo, cercano á la pequeña aventurar que la victoria de los «Arapi- solidar con su presencia en Crimea la
¿Comprendéis este otro apólogo aun más laguna denominada en el país de Pedro les» se debe en no pequeña parte al mo- importancia de los resultados que le dedoloroso que el otro, y que como el otro Mella, y en el punto precisamente donde desto bracero de Alaejos. que eu su odio vuelve en Oriente el tratado de Londres,
uede aplicarse á toda la humanidad? coinciden dos caminos: el de la derecha
invasores prestó, sin sospecharlo, y los cañones de Odesa y Sebastopol haa
Ílesde su cuna paáo mirar su tumba. va á Fuentesauco, el del frente á Sala- áunlosimportante
servicio á su patria.
saludado al buque imperial que por priPara conseguir este suelo de su enter- manca.
La certificación expedida a petición de mera vez selpresentaba en el mar Negro,
ramiento ^astó tres años desde el dia en
Rápido trotar de un caballo hirió su Bernardo el Rucho por el mismo lord después de las desgracias que condujeque lo pidió basta el dia en que se lo oído, y levantando la cabeza vio venir Wellington la conservó durante su vida. ron á la tumba al czar Nicolás. Su hijo,
concedieron. El año en que yo nací le di- sobre el bruto á un oficial francés, cuyo y no sabemos si sus herederos la ten- el emperador Alejandro, aprovechó la
jeron sus compatriotas: «Ahí tenéis ya el vistoso uniforme no fué bastante á que drán todavía á la fecha que escribimos reunión de la oficialidad de marina para
lugar de vuestra supultura, ¡y ojalá esté interrumpiese su campestre labor Ber- estas mal trazadas líneas.
decirles que con placer inauguraba la repor largo tiempo vacío!»
nardo Carracedo, el Rucho.
generación de la escuadra rusa en el
Antes de ocupar su sepulcro, tuvo que
Al llegar el extranjero al sitio en que
mar Negro.
f
CRÓNICA. HISPANO-AMEBICANA.
las primeras discusiones parlamentarias, ticos, de que lo tenían de su parte; cuya teniéndose, por lo tanto, extraño á los
que fueron empeñadas y borrascosas al- artera extrategia sirvió poderosamente accidentes de la política palpitante.
ANTE LA HISTORIA.
gunasi terminando, por último, con una para asegurar el éxito de las elecciones.
Los partidos, sin embargo, se dispusegunda escena del abrazo de Vergara, Para justificarse Espartero de tan gra- taban con celo sus favores, por medio de
LIL
entre las poco antes enardecidas oposi- tuita complicidad y condenar al propio halagos y sugestiones: los moderados se
Cerrada la legislatura de las Cortes ciones.
Si el ministerio no hubiera esta- tiempo la conducta ministerial en las lisonjeaban de atraerlo á su causa por la
Constituyentes el 4 de Noviembre de do
envenenado
por los odios de partido; elecciones, hizo publicar después una eficaz mediación de Cristina, entre la
1837, quince dias después, el 19, se inau- sentir en su corazón
los latidos dol pa- especie de protesta, bajo el nombre de su cual y Espartero mediaba una inteligenguraba la de las ordinarias, cuya ma- átriotismo
y
en
su
cabeza
los consejos de secretario Línage; documento conocido cia tan cordial é íntima, como lo permiyoría era de significación moderada, y la prudencia, ¿quién duda
que habría en la historia con el nombre de Manifiesto tían la alta alcurnia de aquella y el hontan genuica, como no se había conocido aprovechado
coyuntura tan favorable y de Mas de las Matas, que fué el pueblorado comedimiento de éste; mientras que
otra en el trascurso de la vida parlamen- rara, para restaurar,
al calor de aqnel donde se firmó.
los progresistas, adivinando en el humiltaria. La situación política tomó ese gran triunfo de la libertad,
los gastados
de hijo del pueblo al soldado de la liberLIV.
rumbo, anunciado primero por un he- resortes de la máquina constitucional?
no podían concebir se expusiese &
cho negativo, el de la omisión de menlas Cortes con toda pom- tad,
Bien lejos de obrar así, provocó la an- paReuniéronse
manchar las limpias glorias del campacionar la Milicia Nacional en el discurso tigua
regia,
anunciándose
en
el
discurso
reproduciendo la cues- de la corona proyectos reaccionarios so- mento con las pestilencias de la corte.
regio de apertura, y después sucesiva- tión dediscordia,
ayuntamientos,
la exacerbó bre imprenta periódica, elecciones, dipuLos moderados, aristócratas por linamente por actos positivos bien remarca- con otros dos proyectosy sobre
Milicia taciones provinciales, ayuntamientos y je algunos y por presunción todos, hados.
ascos de la pobre cuna del hijo
El 16 de Diciembre se constituyó un Nacional é imprenta, igualmente con- diezmos. La escasa minoría progresista ciendo
carretero de Granátula, y menosprecombatió con enérgica inteligencia todos del
ministerio bajo la presidencia del conde trarios al espíritu de libertad.
Aquellas Cortes, compuestas en su in- los fraudes electorales, por medio del ciando al militar de filas, sin barniz acade Ofalia, personaje de origen y fama
mensa
mayoría de progresistas, á pesar examen de actas; concitando la animo- démico, le adulaban importunos porque
absolutista, haciendo el Sr. Moa su rfetemían y necesitaban, en tanto, al
iuí bajo tales auspicios, y aun cuando del dogmatismo electoral del Sr. Borre- sidai de la opinión liberal, dentro y fue- le
menos,
no pudieran derribarle de su
go
y
de
la
presión
oficial
de
toda
una
sira de la Cámara, contra un gobierno que pedestalque
eu él se reservó la cartera de la Guerra
para colocar sobre él un ídolo
para Espartero, como no la aceptase, tuación completamente moderada, vié- tales desvarios cometía, y contra la ma- de
su hechura, que á esto tendían las
nombróse á Carratalá, á quien vino á ronse forzadas á acfeptar la lucha, con yoría moderada, cuyas tragaderas con- calaverescas
exhibiciones de Narvaez
tanto
desacuerdo
provocada,
como
con
memoró Fray Gerundio coa aguda sátisuceder Latre, más acepto á palacio. El
Madrid y Sevilla, en el año autarior,
primer acto notable de este ministerio tenacidad sostenida, por el malhadado ra. Adoleciendo las listas del vicio legal por
bajo la protección de la famosa sociedad
reaccionario, fué solicitar de nuevo de ministerio Pérez de Castro Arrazola; y de formación, obra de unas diputacio- secreta
intitulada de Jovellano.s: los proFrancia la intervención armada, ó el envíoconvencido éste, á los primeros embates, nes proviuciales incompetentes, y agra- gresistas,
por el contrario, sentían vivas
de
su
impotencia,
acudió
otra
vez,
en
31
vada
esta
causa
con
la
aprobación
de
de un cuerpo de tropas á las Provincias
simpatías
hacía
por analogías concode
Octubre,
á
la
atrabiliaria
tregua
de
actas, las más escandalosas, no bien mitantes, pero noél lo
Vascongadas, precisamente cuando el
cansaban coa imfracaso de la celebre expedición de don suspender las sesiones por veinte dias. constituido el Congreso, huyeron de él portunas
y
pérfidas
obsesiones.
Pero
la
mayoría
parlamentaria,
que
coalgunos de los diputados progresistas,
Carlos acaba de despejar los horizontes
Deslindados así los campos de los dos
de la guerra civilj, hacia la aurora de la nocía ya la táctica de los moderados, an- dejando consignadas formales protestas.
libertad. Tan tenaz insistencia, por par- ticipándose á la lectura del decreto de
Las actas y el discurso de la corona partidos, en los momentos críticos de
te de políticos sin conciencia ni valor fué suspousion, presentó tma proposición habían consumido mes y medio de tareas que venimos ocupándonos, el moderado
rechazada, con acuerdo de las Cámaras motivada en los principios más rigoro- parlamentarias, y el 6 de Abril comenzó elevó su último memorial á Espartero
francesas, por medio del célebre jamás sos de la doctrina constitucional, enca- la discusión batallona, no sobre el pro- por medio de la procuración de la reina
de M. Mole, ministro que era de Nego- minada á que declarase el Congreso: que yecto de ley de ayuntamientos, sino so- gobernadora, la cual, con sus hijas y
cios extranjeros, pronunciado en tono los españoles no están obligados á pa- bre otro (ie simple autorizacian para toda la corte, marchó al efecto hacía
gar contribuciones, arbitrios, ni otra es- plantear aquel. Estraña á nuestro objeto Barcelona, bajo el especioso pretexto de
repulsivo y como didciplinario.
empréstitos ó anti- la crónica de esta famosísima campaña tomar baños de mar, pero realmente en
La cuestión de recursos inetálicos no pecie de impuestos,
que no hayan sido votados ó parlamentaría; bástanos consignar que busca de aquel que se hallaba por allá
apuraba menos al ministerio, por lo cual cipaciones
autorizados, según el art. 73 de la Cons- el 5 de Junio quedó resuelto el asunto en tras Cabrera y demás secuaces de don
se cubrían apenas, siempre tarde, aun titución.
el Congreso, y sumarísimamente pocos Carlos. Tan urgente é imperioso se conlas necesidades más perentorias del ejérAprobada esta proposición, casi sin dias después eu el Senado, con manifies- sideró el viaje, que, para emprenderlo,
cito.
A la región política, lanzó el proyecto debate, por 91 votos contra 3, el minis- ta violación del art. 70 de la Constitución fué necesario desbaratar el plan de la
de ley de ayuntamientos, caja de Pan- terio debió darse por muerto allí mismo, vigente, del Código de 1837, aceptado campaña ea que estaba empeñado el
dora, de la cual volvieron á sacar los teniendo contra sí el país legal y care- tras años hacia por los moderados, con ejército liberal, para escalonarlo sobre el
moderados los vendavales revoluciona- ciendo de recursos para gobernar. Pero las manifestaciones más expontáneas y itinerario de la Corte, y aua así corrieron las augustas viajeras grave riesgo
rios; y en medio de tales desaciertos y esta herida, mortal por necesidad, en placenteras.
Los moderados sinceros han confe- de caer en poder de la facciou de Balmacontrariedades, la tremenda derrota del cualquiera organización común, apenas
ejército de Oraá ante la plaza de More- se manifestó leve en la callosa del minis- sado, que la ley de ayuntamientos deseda.
Los ayuntamientos de todo el reino se
11a, yendo á parar de rechazo sobre el terio, y reaccionando esta con nuevos 1840 fué, cuando menos, una indiscreministerio, determinó su calda á fines de brioá, excepción hecha de Alaix, que ción de su partido;» pero los arguciosos hablan manifestado contrarios á la repronunció el 18 de Noviembre, víspera é intransigentes han sostenido, que con forma antiliberal de los mismos, y los
Agosto de 1838.
día en que debían reanudarse las in- ella y las demás que se preparaban se de los pueblos del tránsito de la corte
El que le sucedió, presidido por el du- del
terrumpidas sesiones, lanzó un decreto produciría una reacción necesaria en el aprovecharon la coyuntura para hHcerlo
que de Frías, no fué más afortunado du- de
disolución de las actuales Cortes y de sentido genuino de la Constitución de entender así á S3. MM. entre aclamaciorante su breve existencia, pues vivió en- convocatoria
otras nuevas para el 18 1837, la cual, según ellos, habían anu- nes entusiastas y respetuosas; sigaifltre motines y conmociones populares, de Febrero dede1840.
lado los progresistas, por medio de las cándose notablemente en esta unánime
originados principalmetite por el enardelas corporaciones populaMedida tan arriesgada, anunciaba ya, leyes orgánicas con que la completaron. demostración
cimiento de los pechos liberales contra
invicta Zaragoza.
los facciosos, á causa de los bárbaros sin ambages, el advenimiento de una El Sr. Pastor Díaz su pretencioso dog- resEndaLlaérida
esperaba Espartero á Sus
asesinatos cometidos por estos sobre la pulítica anticonstitucional y reacciona- matízador, ha dicho (1) á este propósito: Magestades, con
las llaves de la rebelde
vencida hueste de Pardiñas eu los cam- ria á todo trance; y como el norte do ella «El gobierno responsable y fuerte debia Morella en sus victoriosas
manos; les
tener
agentes
propios:
las
Cortes
de
37,
pos de Maella. Y en este tiempo se ma- estaba fijo en unas Cortes devotas, pael ejército, les dio escolta hasta
nifestaron también los levantiscos inten- ra traerlas cual se deseaba, se pusieron le dieron por agentes á diputaciones in- presentó
desde donde marchó de
tos de Narvaez sobre Madrid y Sevilla, en juego medios tan reprobados como dependientes. Los funcionarios del go • Esparraguera,
nuevo
sobre
Cabrera,
fugitivo ya, y en
bíerno
debían
ser
obedecidos
en
los
pueconjurados á tiempo por Espartero, con- eran los finesa que soaspiraba. Renovóese punto se celebró la primera confetra el cual iban principalmentedirigidos. se casi por completo el personal de la ad- blos: las leyes de 37, colocaron al frente rencia
política. Recapitulando en ella
Las sesiones de Cortes suspendidas en ministración, sobre todo en aquellas pro- de los pueblos autoridades que no esta- Espartero
las quejas déla opinión, acen17 de Julio, se reanudaron el 8 de No- vincias donde las autoridades habían mos- ban obligadas á obedecer al gobierno. tuadas
con
la franca sinceridad de sus
El
Poder
Ejecutivo
tenia
en
sus
manos
trado
más
templanza
en
presencia
de
la
viembre, en cuyo día se anunció otro miconsejos,
mostróse
dispuesta Cristina á
el
mando
de
la
fuerza
armada:
aquelllas
nisterio, caracterizado por Pérez de Cas- lucha electoral anterior; se persiguióá los
el personal y la política del actro y Arrazola, cuyos nombres no daban progresistas de más prestigio; se amor- Cortes armaron y centralizaron la Mili- cambiar
tual gobierno; compromiso que corrobosatisfacción á la opinión, alarmada por dazó la voz de la prensa independiente; cia nacional con separación del poder ró
en la segunda entrevista celebrada
las amargas reminiscencias de los dos se conservaron las diputaciones , contra público.» Infiérese de estas amañadas ya
en
Barcelona el día 13 de Julio, si
alegaciones,
que
los
que
las
emplean
el
precepto
legal
que
disponía
su
renoanteriores.
bien
con
frió indiferentismo.
confunden
el
gobierno
constítucíjnal
Afrontó este la temeraria cuestión de vación parcial periódica, acordada adeLVI.
con
el
absoluto;
que
desconocen
las
lemás
por
decreto
ad
hoc
de
24
de
octubre,
ayuntamientos, elocuente y vigorosísiyes
fisiológíco-políticas
de
los
poderes;
mamente combatida por la minoría pro- porque habiendo sido exploradas, se maNo tardó en hallarse la causa secreta
gresista, hasta el punto de que, no pu- nifestaron dispuestas en su mayor nú- que juraron con mentales reservas pú- de este cambio de miras, porque al día
diendo el ministerio contrarestarla en el mero á secundar los planes del ministe- nicas, el pacto sacrosanto de la alianza siguiente fué sancionada cautelosamenterreno por él elegido, apeló al mañoso rio, como los secundaron á maravilla, en j de 1837; que lo que pretendían de los te la funesta ley de ayuntamientos, y
recurso de aplazar los debates, suspen- el importantísimo punto de la rectifica-' progresistas no era una concordia sino burlado bajamente Espartero, por cuandiendo las sesiones de Cortes el día 8 de cion de las listas electorales; y prepara- una abdicación; en una palabra, que hu- to lo contrario era una de las bases de su
de Febrero de 1839. Semejante medida, da así la máquina, amarróse á ella el biesen empleado los materiales destina- programa. Puesto en trance tan critico,
cuando estaban por votar las contribu- país, arrastrándole en busca delbellocino dos á levantar el alcázar de la libertad, su conciencia y la pública vindicta la
en reforzar los macizos muros del mo- exigían un acto que aclarase sucesos de
ciones, cuando nabia pendientes de dis- electoral.
cusión otros proyectos de ley y cuando
Triunfó el gobierno por medio de sus nárquico palacio.
tan equivoco sentido, y para ello, hizo
se hallaban en estado de sitio algunos agentes, pero á la manera de Pirro con
LV.
dimisión motivada de todos sus cargos,
distritos militares, enconó más los áni- sus elefantes en Heráclea, contra el cónProvisto el gobierno con el material por medio de un notable documento, femos, dando lugar á manifestaciones hos- sul Levino, que se lamentaba como pu- de guerra reacionario fabricado en las chado el 16 eu Barcalcma, que comenz;itiles, aun cuando pacificas, en Madrid, diera haberlo hecho de la más infausta malaventuradas Cortes de 1840, solo le ba con este significativo párrafo: «Un
y muy desagradables en Valencia. Tres derrota; soypfrdido, exclamó, si consigo faltaba un jefe militar que llevara á eje- triste desengaño, demasiado sensible á
de los ministros, aconsejándose en la otra victoria como esta.
cución sus planes, y al efecto pensó en mi corazón, me ha conveacido de que en
prudencia, dimitieron sus cargos, sienMas es indispensable hacer constar, Espartero, la figura más descollante en- el día no puedo ser útil á mi Reina ni á
flo reemplazados por otros que, alentan- que el ministerio habia agravado lo cri- tre las filas del ejército y entre las ma- mi Patria, porque sin duda los homdo á los resistententes, llevaron las co- minal de su política con lo artero de su sas del pueblo. Empeñado por afición y bres que ostentan hipócritamente intesas al extremo, en Junio, de disolver las conducta. Consignamos ya oportuna- por deber en las graves atenciones que rés por tan caros objetos haa podido más
Cortes.
mente, cómo se habia tratado de com- demandaba la reñida lucha sostenida en el ánimo de V. M. que este soldado
prometer á Espartero en la conjuración contra el carlismo, tuvo Espartero el fiel á sus itromesas, á sus juramentos y
Lili.
reaccionaria, asociándolo oficiosamente buen juicio de no contribuir al acrecen- 4 los deberes que su cargo le imponía.»
Coincidiendo la reunión de las nuevas á los ministerios moderados, que venían tamiento de las discordias intestinas en- El 17 , declarándose el poder confeso
Cortes en 1.° de Setiembre, con los me- sucediéndose con tan anómala intermi- tre la familia liberal, cuando habia un de los tremendos cargos desenvueltos
morables sucesos de Vergara, estos y la tencia; más no curándose estos de los enemigo común 4 quien combatir; man- contra él por Espartero en su citada excuestión de fueros vascongados, ligada desaires de aquel, corrieron al presente
posición, le aseguraba el presidente del
¿ ellos, dieron abundante materia para la voz, á manera de santo y seña poliConsejo de ministros, á nombre y por
(1) En 3U obra citada, ptfgiaa 35.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS
6
LA AMERICA.—AÑO XVI.—NÜM. 13.
encargo de 8. M., que no habiendo caido I en «uno de esos extremos en que la ar- biertas de cuadros; en un lado un pintor que
Pezuela, conde de Cheste, general, alto, fl],
de la gracia de ésta, ni desmerecido su rogancia de los reyes ó la altivez de tor- trabajsbá en un lienzo y alrededor un círculo coy pálido, traductor de tres poemas: Dante
confianza, no tenia & bien admitirle la pes ministros tiene que postrarse ante la de hombres, parte sentados y parte de pié, y en Tasso y Camoé:is.
Siguen los traductores: Gabino Tejado, traexpresada dimisión.
fuerza de una insurrección popular,» medio un joven que estaba leyendo.
Este joven, me dijo el Sr. Guerra, era Zorrilla.
de I promesi sposi, de Taparelli y da
Paliativo tan vulgar, no podía calmar nombró Cristina el día 12 un ministerio La sala era el estudio del pintor Esquivel, muer- ductor
otros muchos escritores católicos; filósofo, atillos dolores de aquella crisis, y el pacien- progresista, bajo la presidencia de don to hace pocos años, famoso en su tiempo, y en dado prosista, de aspecto manso y benigno. A
te acudió por sí al remedio heroico de su Vicente Sancho, No habiendo aceptado cuyo estudio soliaa reunirse ios más ilustres es- su lado un joven de ruda apariencia y de granterapéutica instintiva; ¿ la revolución. El éste, nombró á Espartero, facultándole critores y artistas quefl3recieroaen España des- des cejas. Poeta, más conocido como autor de
18, por la tarde, Barcelona en masase pro- para que eligiese por compañeros á los de 1800 acá. El cuadro representa ana de estas una Historia de la liter'ilura española, en diez
nunció por la Constitución y el duque de la que bien le pareciese; lo cual efectuó,' reuniones, que tuvo lugar en su casa no sé qué grandes tomos, llamado aquí el Tiraborchi esVictoria, contra el ministerio y la ley de deíjpueá de haber pasado á Madrid para dia del año 1846, para oir leer al mismo Zorrilla pañol, más justo, pero no menos difuso.
uno de sus dramas. Lo pintó Esquivel en el misSombrero en mano, el duque de Rivas; esto
ayuntamientos, y llamado aquel á pala- sondear todo el fondo de la situación, mo año, y lo compró el ministerio de Fomento
es,
no es él ni tu retrato, sino un cuadro que
cio, le rogó Cristina que conjurase el pe- proponiendo como candidatos á los seño- por mil duros.
confusamente le representa; á la sazón embajaligro de que se veia amenazada. Por con- res Ferrer, Cortina, Gómez Becerra, FerEl que posee Guerra es una fotografía, pero dor en Ñipóles, ya ha muerto. Gran poeta drasejo de Espartero accedió al relevo del nandez Gamboa, Chacón y Frías. Con tan excelente que, sabiendo que son parecidísi- mático y lírico, autor del célebre drama Don Alministerio moderado, nombrando otro estos, bajo la presidencia de Espartero mos á los originales los retratos del cuadro, se varo y de admirables TOmmcds históricos, figuprogresista, caracterizado de tal, princi- sin cartera, quedó constituido el minis- puede decir que por ella se conocen de vista en ra severa y simpática, alto, pálido.
Valladares y Garriga y Cirios Doncel, poetas
palmente por González, Sancho y Fer- terio en Valencia el dia 9 de Octubre, pocos instantes lodos los más notables personaraz; pero expuesto su programa, y no después de prestado el debido juramento jes del moderno Parnaso español. Zorrilla leia dramáticos, complemento el uno del otro, que
y lee prodigiosamente, lamo que, después de escribieron siempre juntos. El primero más resiendo aceptado por la corona, se des- en manos de Cristina.
Ventura de la Vega y de Cañete, se le atribuye flexivo, el segundo más inspirado, ambos discrecompuso eu parte por la retirada inmeJ. T. M.
la palma entre los lectores hoy en dia. El audi- tísimos: sus dos obras más célebres son: Zas
diata del presidente.
torio está atentísimo i la lectura, en actitudes traeesiirat de Juana y El guante de Coradino.
Hostigada la corte en Barcelona, huye
diversas; algunos hablan al vecino al oído, otros
Va estamos en medio del salón, detengámomeditan con los brazos cruzados y la cabeza ba- nos un momento. De aquí adelante casi lodos los
á Valencia, donde es recibida con receD. AURELIANO FERNANDEZ GUERRA.
ja; el cuadro está lleno de vida, parece que se que vamos á encontrar viven aún. En medio esloso silencio, con el silencio aforístico de
oye la voz del poeta, y «stá uno tentado de ten- tá Zorrilla, pequeño, moreno, con dos bígoiillos
Mirabeau; y sin entender su alcance ó
afilados, gran cabellera negra, ojos grandes, da
Da la Naxione, periódico florealiao, copiamos der el oido para recoger las palabras.
despreciándole, repuesta un tanto de la
Nuestros lectores desearían acaso conocer á frac y corbita blanca y tápalos.
pesadumbre revolucionaria, acepta la re- coa grande complaceacia, por cuanto es mu;
Lee con voz solemne y sonora, con entonanuncia de los ministros progresistas, honrosa para nuestro país, esta descripcíoa de la los lustres españoles que rodean al joven poeta:
hecba al ilustre dcadémico por ua escri- también yo tuve ese deseo; pero la sala está ción enfática y agradable, aunque algo monótoreemplazándoles el 30 de Agosto con visita
completamente llena de gente, y por rápida que na, como Prati, con quien tiene macho» puntos
tor italiano:
otros sacados de la panacea moderada,
fuese la reseña que yo hiciera resultaría larga, de semejanza, por ejemplo, en el lentimiento
f Madrid 16.
Cortázar. Ateta, etc. Conocido en Ma... .Una de las primeras preguntas que hice pero nos serviremos en parte de las palabras del católico, en la prodigiosa facilidad de versificadrid, el 31 por la noche, este suceso, hi- en Madrid fué la siguiente: «¿Cuites, entre los Sr. Guerra, y de los juicios que he oido á otr?.s ción, en lo vago, ardiente y atrevido de sus bazo en la opinión las veces dú la mecha que viven, vuestro primer prosista?» Me nom- personas muy doctas; y entonces les parecerán ladas y poemas.
braron á varios, pero el nombre que oí más breves. El primero, á la izquierda, es un sacerPasemos á la derecha de la sala. La fisonomía
aplicada á la mina.
Despierta de súbito la revolución en i menudo fué el del Sr. D. Aureliano Fernandez dote alto, de rostro franco y sereno, qua se pa- que llama antes la atencioo es la de Fernandez
recería á Pío IX si tuviese la mirada más viva y
el seno de todas las clases, pero con es- Guerra, académico de la real Arademia española, algunas facciones méuos marcadas. Saludémos- de la Vega, bello perfil realzado por una abuncorresponsal
de
la
real
Academia
de
ciencias
de
cabellera castaña, ano de los fundadores
espíritu tal de orden, que las mismas Berlín, miembro y director honorario del Institu- le, porque es el príncipe de los poetas líricos dfuite
del Liceo, célebre sociedad de artistas y escritomasas populares más acaloradas se di- to arqueológico de Roma. Su trabajo más nota- contemporáneos, autor de la tragedia El Osear res, en la quefigurabanpríncipes y reyes, y
rigen al ayuntamiento pidiéndole que la ble fué la publicación de las obras de Quevedo, y de la Oda del Dos de Mayo, y traductor de / que concluyó en 1834.
regularice y represente. La corporación coa gran copia de notas críticas, comentarios, promesl sposi. Su llama Nicasio Gallego, y faDespués de Fernandez, Ventura de la Vega,
municipal responde al llamamiento, y discursos críticos, una maravilla, según lodos, lleció ya hace años, con general sentimiento. pequeño, calvo, buenos ojos, poeta de gran imaapoyada en la Milicia nacional, con la de erudición y de ingenio, que le cosld largos Este escucha i Zorrilla con profundo recogi- ginación. Deseó, y lo dijo públicamente, escribir
miento, pero con las cejas fruncidas, como si di- la mejor comedia, la mejor tragedia y el mejor
cual iraterniza el ejército, después de años de fatigas; se dedicd también á la poesía jese: «Tengo algunas cosas que advertir.»
lírica,
y
escribid
algunas
odas
y
baladas
que
se
drama del teatro español moderno. Consiguió,
una ligerísima colisión, se forma una leen «ún con admiración.
Junto á él se ve un semblante redondo y lle- quizá, su deseo con la comedia El hombre de
Junta provisional de gobierno, el memoraObtuvo fama de escritor dramático de valia no de salud, que inspira paz y bondad desde una mundo, que agradó y sigue agradando muchísible 1. de Setiembre de 1840; conducta
con cuatro dramas, que fueron acogidos con gran legua: es Gil y Zarate, lio de Manuel Tamayo, mo. Quedó atrás en su tragedia César, respecque siguen inmediatamente las provin- aplauso. La peña de lo» enamorado», Alonso muerto hace pocos años, autor dramático de va- to al Edipo de Martínez de la Rosa, y la Virgicias.
Cano, La hija de Cervantes y La rica-hembra; lor escaso, más conocido como autor de una His- nia de Tamayo. No superó con su drama Feresta última tiecha en colaboración coa Tamayo; toria de la instrucción pública, muy querido nando de Antequera ni el Alfonso el Casto de
LVII.
ilustró y anoid á Cervantes; escribió acerca de nuestro, ya que no por otra cosa en gracia á su Hartzenbusch, ni el ¿Quién es elláí de Bretón,
Sobrecogida de estupor la corte, en- cuestiones arqueológicas, filológicas y de histo- sobrino. Quitémonos otra vez el sombrero; al ni La locura de amor de Tamayo. Junto ti pincastíllase con el ministerio en palacio, ria, y publicó, por úliimu, varios discursos aca- lado de Gil y Zarate está Bretón de los Herreros; tor y á Ventura de la Vega está Luis Olona,
donde después de meditaciones y conse- démicos que están reputados como modelos de vive aun, octogenario, gran poeta cómico, pin- autor aplaudidisimo de zarzuelas notables por
tor insuperable de la antigua clase media; autor su vis cómica y su enredo.
'os intranquilos, se resuelve ordenar á estilo y de lenguaje por los más severos culti- del
drama famoso ¿QutVn es ellal y de la come- , Henos ya en Esquivel, el pintor que se vuelispartero que marche con su ejército á vadores de la clásica prosa española.
ve hacia Zorrilla, teniendo e.a la mano la paleta
Nació en Granada el año 1816; fuá primero dia Marcela.
sofocar el movimiento insurreccional de aburado, y después profesor de literatura ea la
Más allá. Ros de Olano, que también vive, y el pincel. Fué hombre de modales rudos, vioMadrid. Colocado este caudillo en una Uaiversidad de Madrid. Es también miembro de general, inventor del morrión militar que lleva lento, caprichoso, pero de nobilísimo corazón.
situación ouáloga, aun cuando mucho las Academias de la lengua y de la historia, y su nombre, poeta elegante y extravagante, es- Nació en Sevilla, copió á Murillo, amó la poetimado como general por los poetas y como poe- sía, ganó mucho dinero, lo gastó todo en socormás estremada, á la en que so vio poco vive completamente extraño á la política.
Los hombres más eminentes en literatura y ta por los generales. Próximo á él Biírgos, el rer artistas necesitados y murió pobre después
antes en Barcelona, salió de ella inspide una vida agitadísima. Dejó tres cuadros de
rándose en el mismo atinado y patriótico en ciencias son ó fueron sus íntimos amigos. gran traductor de Horacio, que ya ha muerto, fama,
San Miguel, Judil y Sara, fué amigo íninluistro que fué de Fomento, encuentra los vercriterio, es decir, resistiendo el cnnipli- Quintana, él du.(ue de Rívas, Zorrilla, Espron- sos de Zorrilla poco clásicos, y está pronto á le- timo de los principales escritores de su tiempo,
ceda.
Hubiera
bastado
mucho
menos
para
que
miento de semejante orden, por las razonaciera en mí un deseo vivísimo de conocerle; vantarse para decírselo cara á cara, suceda lo le llamaban el amigo de los poetas. Guerra hanes que explicó en su célebre manifiesto sobf, pues, las escaleras de su casa con emo- que suceda.
bla de él conmovido, y esto basta para hacerme
del 7; del cual trascribimos á continua- ción; pero fué una emoción de pocos instantes;
Otro saludo: aquel hermoso anciano de fren- venerar so memoria.
ción, los párrafos que más cumplen al cuando lo vi, me pareció haberlo visto otras te despejada, de ojos grandes y mirada apacible,
Y ahora hagamos un saludo más profundo qae
veces. Es uno de aquellos hombres serenos y es Martínez de la Rosa, ministro, poeta, histo- nunca, porque estamos delante del gran poeta
objeto de esta historia.
beoévolos
que
agradan
tanto
á
los
jóvenes,
riador, autor dramático, crítico, traductor, alma de la guerra de la Independencia, del secretaria
Su contexto literal es como sigue: "En
el pronunciamiento que se ha verificado porque les ofrecen ana bella imagen de la edad noble, hombre querido en Europa y ana de las de la Junta central, del redactor de las terribles
madura, y que al mismo tiempo tratan con los principales glorias de España. Un paso más proclamas contra Napoleón y la Francia, don
ya, ha sido poca la sangre vertida. El jóvenes
con gusto, porque son jóvenes ellos
objeto se me dice que no es otro que el mismos todavía de corazón y de inteligencia. Yo atrás: Ferrer del Rio que, á primera vista, se Manuel José Quintana, la figura colosal de ¡a
puede tomar por Silvio Spaventa, alto, grueso,
sostener ileso el trono de Isabel II, la quisiera envejecer de ese moJo, le dije al en- ojos grandes con gafas, periodista é historiador moderna literatura española; su alma está retratada en su semblante, tiene facciones viriles,
regenciade V. M., la Constitución del trar.
laboriosísimo, corresponsal de ios periódicos dilatadas sus pupilas, su porte lleno de majestad
Estado y la independencia nacional
El empezó enseguida á discurrir acerca de americanos, escritor tenaz, pero vigoroso y de y de fiereza. Fué escritor profundo, gallardo y
puro: sus Vidas de los españoles célebres es una
Por el relato de esta exposición se evi- aquellas cosas en que ya adivinaba que yo abri- estilo bonghiano.
Otro saludo: aquel hombrecillo sin barbas, de las más bellas colecciones de bibliografías de
dencia, sin hacinar otros antecedentes, gaba intención de preguntarle, y lo hizo con
que la dirección de los negocios no ha una sencillez, con una claridad, con una viveza risueño, cou un aire modesto, no hay que juz- todas las liieraturas, sus Odas guerreras son
llevado el sello de la prudencia, ni de la tan espontánea y agradable, que yo sentía cada garlo por su aspecto, como decía Galdino á Inés rayos.
una de sus palabras estampárseme en la memo- hablando del padre Zacarías: es nada menos que
Cerca de él ¡ahí en un cuadro, porque ya haimparcial jucticia que hace fuertes y ria
como un nombre de amigo, y creo que Hartzenbusch, que aún vive, á Dios gracirs,
respetables los gobiernos. El empeño cuando salí de su casa habría podido escribir, príncipe de los escritores dramáticos, conoce- bla muerto en 1846, José Espronceda, el autor
de Bl Diablo mundo y de El estudiante de
ha sido constante desde la disolución con pocas equivocaciones, todo lo que le oí. Al dor profundo del corazón humano y «seritor Saíamanco, ingenio vigoroso, joven gallardo,
de las anteriores Cortes, de desacredi- cuarto de hora lo quería bien y pensaba ya con elegante.
valiente, calavera, que tuvo en su vida y hay
tar al partido Jiberal denominado del pro- sentimiento en el dia en que me fuera de MaMás allá Rodríguez Rubí, ministro no há mu- en sus obras algo de Byron, de Musset y de Tosgreso , estableciendo un sistema de pro- drid. Cada vez que me llamaba, como aquí es cho de Isabel II; poeta de moda del 42 ai 51, y colo, maravilloso por su armonía y su vigor.
tección exclusiva en favor del otro parti- uso, Don Edmundo, acudia á mis labios la pala- que ahora acompaña en la emigración á la reina Malogrado para ti^spaña y para el mundo en lo
bra gracias. Por poco no le digo Leí mifadel caída. Escritor cómico de imaginación vigorosa, mejor de su edad.
do llamado moderado, que se procuró au- frene.
pero cuya fama quizá exceda de lo justo.
A la derecha Manuel Cañete, otro lector famentar con periíonas de precedentes sosIsidoro Gil, hermano de Zarate, traductor in- moso, barbilampiño, pero hombre, como aquí se
Quisiei'a que los lectores me creyeran, ese',
pechosos, y haciendo patrimonio de esta
hombre más semejante á Manzoni que he cono- fatigable de obras francesas en tiempo del ro- dice, de pelo en pecho, crítico insigne, ilustrafracción todos los principales destinos cido .hasta ahora. Mucho menos avanzado en manticismo, y el primero que españolizó á Víc- dor del antiguo teatro español, defensor acalodel Estado
Yo creo, Señora, que pe- edad, con el cabello gris todavía, más fresco, tor Hugo y áDumas.
rado de la primacía literaria de Italia, sobre loligra el trono de mi reina, y estoy per- más vivaz que nuestro ilustre conciudadano,
Sigamos adelante: Flores, cara de diplomáii- do eu la cuestión de los origines del teatro mosuadido que pueden evitarse ios males de pero afable, franco é ingenuamente modesto co- co, novelista de fama, autor de Ayer, hoy y derno, escritor dramático, autor de dos conocidos dramas, de Bl dtique de Alba y Un rebato
mi país apreciando los consejos que para mo él. Es un hombre de corta estatura, con los mañana, libro que merece leerse.
Cayetano Rossell, de pies sobre una silla, no en Granada.
conjurarlos me pareció dar á V. M. To- ojos negros, la voz juvenil y una risa natural y
sé si para coger un libro en un estante ó para
Más á la derecha Pedro Madrazo, ilustre eadavía, Señora, puede ser tiempo: un sonora que alegra.
En pocos momentos me hizo ver cien cosas mejor ver á Zorrilla. Es un hombre simpático, oritor de Bellas Artes, poeta lírico no sin méfranco manifiesto de V. M. á la nación
preciosas. De una colección de antiguos manus- poeta lírico notable, autor de una hiztoria rito, hermano de Madrazo, el más célebre de
ofreciendo que la Constitución no será critos
sacó un legajo de poesías de Góngora, con apreciadísima premiada por la real Academia, los pintores que viven.
alterada, que serán disueltas las actua- las enmiendas hechas de su puño; nn paquete El combate de Lepanto, y hoy exclusivamente Al llegar aquí, el Sr. Fernandez Guerra se
les Cortes, y que las leyes que acordaron de mannscritos de Quevedo, una orden escrita dedicado á estudios bibliográficos.
echó í reír, y comprendió que habíamos llegado
se someterán á la defiberacion de las que de puño y letra de Felipe IV para desterrar de la Más acá un hablador infatigable y amenísi- delante de su retrato. Yo miré al retrato y le minuevamente se convoquen, tranquilizará corte á Quevedo y muchos otros curiosos ma- mo, represenlado en actitud de distraer á los ré á él. El miró al retrato y me miró i mí, y
los ánimos, 8i|al mismo tiempo elige nuscritos. Entre lus modernos me enseñó el Don que están junto á él; es Escosura, jóvende bue- convinimos en que ya se le parecía poco. Las
V. M. seis consejeros de la corona de Juan Tenorio que le regaló el mismo Zorrilla, na presencia, perioiiista. escritor dramático, au- personas que además del aspecto tienen agradayo observé con gran curiosidad los borro- tor de Bárbara de Blomberg y de La corle del ble la voz, la acción, la sonrisa, lo son en todo
concepto liberal,jmros, justos y sabios.» donde
aquello que hacen y dicen, pierden mucho en los
nes, las a'iiciones y enmiendas, después de ha- Buen-Reliro,
Este manifiesto, fué como la sanción au- ber leído coa gran placer todo el trabajo.
Molins, cara larga y grave, con gran corbata retratos,
gusta de un pronunciamiento universal,
Le restituía el Don Juan Tenorio cuando tro- á lo Lamármora, actual director de la real AcaDespués de Guerra, y más acá, hacia el esllevado á cabo sin alarmas ni vejámenes pezó mi mirada con un cuadro cuyo asunto no demia, buen poeta lírico y sobre todo dramáti- pectador, encontramos la figura austera y
en nombre de las instituciones represen- comprendí al pronto y se lo pregunté. El cuadro co, autor de ¿oSo Áfor/o <í« Afoíina y de mu- tranquila de Cándido Nocedal, jefe del partido
católico carlista, orador, jurisconsullo y escritor
tativas mancilladas; y hallándose el país representaba una gran sala, con las paredes cu- chos y apreciables discursos académicos.
Í
CRÓNICA HISPANO-AMERICANA.
de gran mérito, aulc de una bella Hittoria de ante, por las aéreas regiones de lo espi- Su alma, empero, le llama por su nom- de su designio. El triste, desventurado
bre, y cautivo de trenzadas ligaduras, dócil
amante no guarda odio ni resentimiento
Bspaña, y no menos estimario por lo elevado de ritual.
sn ingenio, amigo ínlimo y profundo admirador
No tan angélica como Desdemona, no azor, vuelve árenovar la sabrosa y aman- alguno, no va armado de rencor ó vende Guerra.
tan gentil como Porcia, pero si más ve- te plática, deseando al terminarla ser el ganza; la fiera resolución que le domina
Deirá«deél, apoyado en la pared, loliUrio, hemente, más apasionada, más intere- sueño y la paz, para, paz y sueño, apo- solo atañe á su persona, no va más lejos,
con nna gran cabellera, Romero Larragaña,
y con tal que no le estorben, será manso
poeta lírico y dramático de fama por los años sante y conmovedora en sus elevados sentarse en el corazón y los ojos de Julieta.
¡Qué imágenes,qué ideas estas tan en- cordero para los extraños, corriente sin
1836 á 1830, y ahora inspector de la Biblioteca arranques, la Julieta de Shakspeare caracteriza el tipo bello, perfecto, superior, cantadoras y bellas, tan propias de la si- olas para sus mismos contrarios. La prinacional.
Entre los que se hallan más próximos al es- de la más perfecta, superior y bella sen- tuación, tan en armonía con los puros vilegiada imaginación de Shakspeare,
pectador, hiere la vista una cara ancha, con dos sación del alma. Haciéndola, ó bien in- sentimientos de los dos amantes! Todo que amenudo, tras una frase ligera, tras
ojos que brillan bajo las gafas, y que revelan un térprete de su exquisita sensibilidad, ó nuevo, todo original del poeta, está sin una idea incompleta, tras una simple
ingenio suspicaz y pronto. Es Mesonero Roma- bien irrecusable testimonio de su rara embargo escrito en la conciencia del in- palabra, deja adivinar un segundo pennos, peta lírico y dramático, pintor excelente concepción, el eminente poeta la ha eter- dividuo, y el que lo siente, el que lo oye, samiento, una perfecta sucesión de code costumbres, conocido sobre todo por ciertos
sas, en la entrevista de Romeo con el
bocetos ó ioi9ue;os que tuvieron gran boga. Imi- nizado reina entre sus heroínas, y le ha juzgándole natural y propio, se pregun- Boticario, en la despedida de aquel y
1(5 generalmente i los franceses y escribid una ceñido el laurel de su nombre inmortal. ta si no lo ha escuchado ó sentido otra Baltasar, hace ya ver de un modo notoJulieta, unificada con Romeo, es la fiel vez, si es posible que se diga ó se sienta
bellísima Historia de Madrid. Finalmente el durio los benignos sentimientos que gerque de Frias, sentado, con la cara vuelta hacia representación de la tragedia del amor, de otro modo.
minan en el corazón de su protagonista,
el que mira, con un pié sobre otro; muy pare- como dice M. Guizot, lo mismo que ÓteY sin embargo, pálida aparece segu- elevando
por medio de esta mezcla" de
cido á Rossini, poeta, saludémosle, moderno de lo, lo mismo que Macbeth, arrastrados ramente esta graciosa escena, comparalos más eminentes, autor de la renombrada por sus infernales consejeros, conforman da con la mas dulce , más tierna, más dulzura y fortaleza, de desesperación é
Oda á Felipe U, que es como nuestro 5 [de Maindulgencia, el carácter del héroe prinyo, embajador en Francia y jefe de guerrillas las tragedias de los celos y la ambición. encantadora de la despedid» de Romeo y cipal de su tragedia.
Lo hemos dicho antes, y no nos cansa- Julieta.
durante la guerra de la Independencia.
Los primer os resplandores del dia orlanEl que disculpa y hasta defiende la
Duran es el último á las derecha del cuadro: remos de repetirlo, por más que la docta
del mísero droguista, el que
anel gran Ilustrador de los antiguos romances es- pluma de Chateaubriand haya querido en Oriente las nubes crepusculares, tas venalidad
elhalla una voz de injuria para tildar el
pañoles, varón grato á la musas y á la fecunda consignar diferencias, Shakspeare so- torchas de la noche se han extinguido yno
aparente olvido de fray Lorenzo, el que
restauración de las letras.
bresale sin rival por la pureza y natura- rienle dia trepa á la cima de las brumosas
Estos son los personajes del cuadro; y ahora lidad de sus creacciones, por la vi7a y montañas: los dos esposos, cobradas ya tiene en cuenta la bondad de su sirvienel que quiera leer dramas, comedias y tragedias extraordinaria similitud con que retraía las primicias de su misteriosa unión, tris- te en el supremo instante de darle el úlya sabe cdmo y dónde buscarlas, gracias al buen los sentimientos humanos. Así como es- tes en medio de su fugaz ventura, pla- timo adiós, el que poco más adelante impintor Esquivel y al amabilísimo Sr. Fernandez
plora perdón del propio Tybal, á quien
(Juerra.que rae permitid detenerme á estudiar tos predominan, como se elevan y des- tican tiernamente, prolongando en lo ve reposando en su sangrienta mortaja,
cienden,
como
se
cambian
á
merced
de
Eosible
el
acuerdo
de
su
amoroso
deseo,
aquella fotografía.
a luz que se distingue no es para Ju- debe á la fuerza dirigir á París las conCoando llamé á su puerta brillaba un hermo- impulsos repentioosé indefinibles, asi su
sísimo sol; cuando tomé el sombrero para mar- prodigiosa imaginación los detalla, sin lieta la luz de la aurora, es solo la luz cretas frases con que paga su.s insultos:
charme era casi de noche. Salí coa cuatro d cinco esfuerzo, sin ningún premeditado estu de algún meteoro que el sol ha exhalado «Te
pa- amo más que á mí mismo, vive, y
libros bajo el brazo, corrí á mi caba y me puse i dio, sin quitar ni añadir un solo punto ra servir de conductor á su dulce bien; di, á contar desde hoy, que la piedad de
leer ávidamente Algunos datos nuevos para ilus- á la verdad, postergando siempre á ésta la voz que ha penetrado en los oídos de un furioso te impuso el huir.»
trar el Quijote, y leí muchas horas seguidas, no todoficciosocompuesto, toda floridez y éste es la del ruiseñor, cantante de laño- Pero el prometido de Julieta, despresé si más fascioado por la belleza de la armociando las súplicas de este sublime deche, no la de la alondra, anunciadora del
niosísima prosa, d aturdido por la profusión de elevación.
Fehaciente testimonio de este proce- día. Romeo comprende lo contrario, ve la mente, se empeña en contrariarle, y se
la doctrina, d seducido por la fuerza del razonader son los interesantes caracteres que, inmediata necesidad de partir, más pre- hace él propio víctima de su persistente
miento que campea en este precioso libro.
Leí y después pensé en el cuadro, y después aparte el de los protagonistas, fijuraii fiere ser sorprendido por complacer á su afecto y de su injusta acusación. Muere,
me volvieron á la memoria los versos amatorios en la pieza que traducimos á continua- adorada, y conviene al fin en que el gris pues, á manos de Romero, y Romero, su
matador, no se encoleriza ante la sangre
que el Sr. Guerra mismo me habla leído con un ción.
resplandor de la mañana es solo el pálido
fuego juvenil, y por último, me dije á mí mismo
que ha vertido; por el contrario, se lareflejo de la frente de Cintia.
Fray
Lorenzo,
Mercucio,
la
Nodriza,
que aquel era uno de los más hermosos dias que
del hecho, y siempre rebosando
Capuleto, cada uno en particular, es tipo
Dulce, encantadora condescendencia, menta
había pasado en España.
conmiseración,
cumple la postrera vo¡Qué agradable y venerable personal Atiles de de perfección admirable, tipos ó pintu- que seduce más por la sencillez, por la luntad de Páris, y siempre luchando con
ras
que
van
ofreciendo
al
lector
contraspropiedad
de
su
expresión
que
por
otra
dormirme repetí dos d tres veces á solas, sonla indispensable idea de su suplicio, juzriendo, üon Edmundo, y tratando de imitar tes inesperados de pureza y sublimidad, cosa; idea no nueva ni extraordinaria se- gándose perdido para el mundo, muerto
aquella voz alegre y benévola; y no sé por qué de sencillez y grandeza, siempre ade- gurameate, sí extraordinaria y nueva
se aparecía en mi mente la imagen de uu an- cuados á las situaciones, siempre en ana- por su forma, por el conjunto en que se llamándose, deposita á la muerte en la
ciano que me quería mucho, y que no vive ya, logia con el sentimiento especial que de- envuelve, por la atmósfera de qiie bro- explendente tumba de su amor.
y que acaso si leyese esta carta, en la que he de- terminan.
¡Su amor! ¡Oh! ¡qué ideas brotan de la
ta. Esta atmósfera y este conjunto, compositado un reflejo del amor que le profesaba,
El bello protagonista de esta pieza, en binación de gozo y de melancolía, de calenturienta mente de Romeo al conhabría bendecido á sn ahijado ausente.
cuya repentina mudanza de afecto han inefable dicha y de pesar profundo, efec- templar de nuevo á la que llena su alma
E. DE Amcis.
to de una satisfecha esperanza y de una toda! «¡.Vmormio, esposa mia! lapice; la
querido muchos fundar una crítica severa, sin ver, como dice razonadamente esperanza desvanecida, engendra, si no muerte, que ha extraído la miel de tu
no ha tenido poder aúu sobre tu
Víctor Hugo, que el nombre deRosalina los primeros, loa más reales, los más con- aliento,
EL TEATRO DE SHAKSPEARE,
beldad: no has sido vencida; el carmín de
es solo el psudónimo de la belleza ideal sistentes y tristes presentimientos en el la
luce en tus labios y mejillas,
que absorbe la mente de aquel; Romeo, alma de los dos amantes. Ya no es una do belleza
aún
no
ondea la pálida enseña de la
Las obras del ingrenio, del talento, del meridional en su conducta, meridional simple, infundada, particular frase, cual muerterte. — ¿Por qué luces tan bella
estudio, de la fe, de la perseverancia y en su lenguaje, hijo legítimo de la ex- la emitida por el taciturno Montagüe al aún?»
del amor á las bellas letras tendrán siem- tremosa Italia, hablando el idioma del entrar en la mansión de Capuleto; es, sí,
Este preciso, arrobador lenguaje; éste,
pre nuestro humilde pero entusiasta aplau- Petrarca, puro amador de sus antítesis, una doble, idéntica sensación de funesto
so. Por eso hoy, con toda sinceridad, se lo de sus tiernas alegorías, de sus gracio- porvenir, en que la vista y la imagina- sin duda, raro modo de pintar un tal
tributamos A la nueva traducción de sas al par que vehementes comparacio- ción se aunan para dejar lüás honda hue- conjunto de encontradas emociones, toShakspeare que acaba de dar á la estam- nes. Romeo, buscado y hallado por lla y hacer más esperado, más indefecti- das ellas respirando pureza, naturalidad
Shakspeare en las leyendas italianas, ble el romántico, solemne, moral y gran- y vigor, ésta sublime contemplación de
pa el marques de Dos Hermanas.
Comprende una de las más admirables mantenido italiano con asombrosa maes- dioso desenlace de la tragedia. «Ahora, la belleza en la muerte, quizá no alcance
creaciones del gran poeta: Julieta y Ro- tría, todo italiano en su pasión por Ju- que abajo estás, dice Julieta al mandar el artificio y refinamiento de la exquisimeo, sublime epopeya del amor, que no lieta, también oriunda de las regiones su postrer adiós á Romeo, me parece que ta pintura del Petrarca, pero le exceda
del Sur, aparece desde el principio hasta te veo como un muerto en el fondo de en robustez y verdad. Laura y Julieta,
envejecerá nunca.
Esta obra, como las dos que ya le han el fin de la pieza tal como el pensamien- una tumba. O mis ojos se engañan, ó pá- ambas envueltas en el blanco sudario da
precedido. Ótelo y El mercader de Vene-to, como el alma, como la vida de la in- lido apareces.» «Pues de igual suerte te la tumba, son dos tipos casi uniformes,
cia, ha sido fielmente traducida del ori- teligencia le buscaran para hacer de él ven los míos, contesta el infeliz desterra- que han eternizado dos plumasmaestraa;
ginal inglés, con presencia de las prime- la vida, el alma, la encarnación del amor. do; el dolor penetrante deseca nuestra son dos efigies sorprendentes, que han
desposeído á la muerte de sus negros
ras ediciones y de los textos dados á luz
Su graciosa declaración en el baile de sangre »
Esta despedida, lo volveremos á decir, horrores; dos primorosos modelos termipor los más célebres comentadores del máscaras y su más bello é interesante eninmortal poeta.
cuentro con Julieta en el jardín de Capu- prepara admirablemente la sublime es- nados por insignes pinceles, represenForma el voh'tmen III de sus obras, se-, leto, elevan á superiores regiones la más cena del cementerio, escena en que tando un argumento mismo, sin rival el
gun el orden en que las va publicando desprevenida imaginación,preparándola Shakspeare, dejándose arrastrar por su uno por la suavidad de sus toques, sin
su ilustrado y concienzudo traductor; y sin esfuerzo á las escenas que subsiguen. poderoso genio, arrebatando á los héroes ejemplar el otro por la pujante verosimísu impresión es tan correcta, lujosa y «¡Oh cara acreencia! mi vida es propie- de su tragedia el florido y dilatado idio- tud de su colorido; son, en verso, cuaelegante como el II, que comprende Él dad de mi enemiga,» dice Romeo al sa- ma (j[ue les hace hablar desde el principio, dros de amor tan bellos y distintos, cober el nombre de su amada; exclamación prestándoles en cambio la concreción, el mo en prosa, los patrióticos cuadros tramercader.
En la seguridad de complacer á nues- únicamente comparable con la breve, laconismo de la raza sajona, la ruda y zados por las inmortales plumas de Détros lectores, dándoles una idea acabada expresiva sentencia que muy poco des- vigorosa imaginación del Norte, los co- mostenos y Cicerón.
¿A quién, sino á Shalcspeare, se le hude la última obra del marqués de Dos pués emite Julieta: «Si está casado, es loca á la altura del drama horrible en
Hermanas, insertamos la Introducciónprobable que mi sepulcro sea mi lecho que figuran, haciéndoles propios, dignos biera ocurrido, en el supremo instante de
con que el mismo la encabeza, trabajo nupcial.»
representantes de él. ¿Quién, sino un j finalizar su brillante tragedia, el capri
critico de relevante mérito, que muestra
Amantes que en el primer albor de su consumado maestro, hubiera así roto de choso cúmulo de conceptos que, sin susen su fondo y en su forma la erudición y misterioso y singular afecto se expresan improviso todas las reglas, tan lalrgo pender el rápido curso da la acción, la
v
conducen, a.sombrando siempre, á su
el buen gusto del marqués su autor.
ya de este modo, deben necesariamente tiempo continuadas?
«Aléjate de aquí, dice Romeo á Balta- desenlace? Inagotable como una corrienproducirse como lo hacen en la bellísima
Hé aqui dicho trabaio:
escena segunda del segundo acto; deben sar asi que llega á la tumba de su ama- te caudalosa que. desbordando á trechos,
«INTRODUCCIÓN.
remontarse á las esferas celestes y ha- da, y haz cuenta que sí, receloso, vuel- conforma y alimenta profundos cauces
La obra cuya traducción ofrecemos blar el puro, cadencioso idioma de los ves para espiar lo que tengo el designio en su carrera, sin menguar en su podehoy á nuestros lectores es «na de las arcángeles; deben entregarse á esos rap- de llevar á cabo, te desgarraré pedazo á rosa desembocadura; prestando eterna
más bellas, de las más selectas que en- tos, á esas expansiones inocentes que pedazo, y sembraré este goloso suelo con vida á sus creaciones, comparables, 83cierra el teatro de Shakspeare Graciar brotan de las almas vírgenes, que, ro- tus miembros. Como el momunto, mis gun Lamartine, á los vírgenes bosques
sentimiento, naturalidad; sublime len- deadas de extremas castidades, divisan proyectos son salvajes, feroces, mucho de las orillas del Mississipí, que rebosan
guaje, expresión del amor ardiente que el terrestre paraíso de su felicidad supre- más fieros, más inexorables que el tigre perenne frondosidad, la mente, el genio
fecundo del inmortal poeta, después de
aspira á la correspondencia, del amor ma. Rome) tiene que dejar á su Julieta; hambriento ó el mar embravecido.»
correspondido que lucha con la contra- nada le importa que le sorprendan, nada
Este rudo, preciso y aterrador discurso haber puesto en boca de su.s protagonisriedad, del amor triunfante y satisfecho puede temer de sus enemigos los Capu- viene á ser un anticipado resumen de lo tas los mil bellos, selectos discursos que
que pierde improviso el cielo de su ven- letos, nada de su encono, si la mirada de que va á sucederse en el cementerio. El hemos citado ya, halla nuevas y más extura; hé aquí, en pocas palabras, el cua- su bien se dulcifica, mas tiene que partir alma de Romeo, toda entregada aun traordinarias locuciones que darles, nuedro cada vez más correcto (jue va á en- y apartarse de su edén querido, como el pensamiento, al pensamiento, á la idea vos y más admirables, más robustos,
tretener nuestra imaginación y á re- amor del amor se aleja, como el niño quede reposar al lado de Julieta, no intenta más precisos, más adecuados conceptos,
montarla, sorpresa, extasiaday anhe- vuelve á la escuela, con semblante contrito;
mostrarse inflexible sino en la ejecticion conquistadores de imperecedera fama.
8
LA AMERICA.-AÑO XVI.—NÜM. 13.
La belleza de Julieta, su aspecto de vida tipo de humanoconocimiento, de bondad sirven de fiel preámbulo á la conclusión irresistible. «Deten la airada mano, dice
á Romeo. ¿Eres hombre? Tu figura lo
en brazos de la muerte, despierta un admirable. Lafilosofíadel monje, escri- del drama.
Realizada la unión de los amantes, no pregona, mas tus lágrimas son de mujer
mundo de ilusión, de celosa duda en la be Méziéres, es solo el juicio que pronunimaginación de Romeo.
cia el poeta; cuando habla, oímos lo que vuelve á presentarse el monje hasta la y tus salvajes acciones manifiestan la
«¿Debo creer, la dice entonces, domi- éste se dice en voz alta á si mismo, co- escena tercera del siguiente acto. Pero ciega rabia de una fiera. ¡Bastarda hemnado por la ferviente llama de su amor, municándonos los resultados de su expe- ¡en qué circunstancias tan difíciles! Gra- bra de varonil aspectol /Deforme monsdebo creer que el fantasma de la muerte riencia personal y las conclusiones á que ves acontecimientos han tenido lugar en truo de doble semejanzal me has dejado
se halla apasionado, y que el horrible, le ha llevado el conocimiento del mundo. pocas horas. Romeo, insultado grosera- atónito. ¿Por qué injurias á la naturaledescarnado monstruo te ¿uarda aquí en Profundo en el estudio de la humana na- mente en las calles de Verona, detenido za, al cielo y a la tierra? Naturaleza, cielas tinieblas para hacerte su dama? Te- turaleza, penetra sus debilidades, sus en medio do su felicidad por el fatídico lo y tierra te dieron vida, y á un tiempo
meroso de que así sea, permaneceré á tu contradicciones, sus impacientes deseos, rencor de un encarnizado enemigo de au quieres renunciar á los tres... Haces inlado eternamente, y jamás tornaré á re- y sin mostrarse ni indiferente ni tirano linaje, paciente primero, después deses- juria á tu presencia, á tu amor, á tu entirarme de este palacio de la densa no- para con sus propias hechuras, sonríe perado, ha tenido que vengar la muerte tendimiento: con dones de sobra, verdache. Aquí, aquí voy & estacionarme con ante su extravío,' se lastima de su debi- de su íntimo confidente, de su hermano dero judío, no te sirves de ninguno para
los gusanos, tus actuales doncellas; sí, lidad, las amonesta á veces llamándolas de juventud, de su leal compañero Mer- el fin, ciertamente provechoso, que haaquí voy á establecer mi eternal perma- al deber; pero siempre lleno de compa- curio, cortando la vida de Tybal. el pre- bría de dar realce a tu exterior, á tus
nencia y á sacudir del yugo de las estre- sión, extiende al fin su mano protectora, dilecto pariente, el más querido primo de sentimientos, á tu inteligencia. Tu noble configuración es tan solo un cuño
llas enemigas este cuerpo causado de y con sabios consejos invita á la con- la noble Julieta.
El príncipe, lleno de amarga pesa- de cera, desprovisto de viril energía; tu
vivir.»
formidad.
Extraña, fantástica, pero última y su«Sin ser joven ni exaltado cual sus hé- dumbre, cansado de ver holladas las le- caro juramento de amor un negro perblime emanación de un alma, cuya vida roes, ama la juventud, excusa la pasión, yes, influido por los Capuletos, violen- jurio, que mata la fidelidad que hiciste
se hallaba concentrada en la vida, en el y su alma noble y generosa acepta las tando su indulgente carácter, ha dictado voto de mantener; tu inteligencia, este
alma de la que supo tornarle el alma y causas de aquellos á quienes condena su un fallo de destierro; y el nuevo consor- ornato de la belleza y del amor, contrala vida, de que se hallaba carente.
te, que aun no ha gustado las primicias riedad al servirles de guia, prende fuego
razun.»
de su amor, el infeliz victorioso , que por tu misma torpeza, como la pólvora
El carácter de Romeo, de una ternura
Este bosquejo, que rinde merecido tri- maldice su infeliz estrella y comprende en el frasco de un soldado novel, y te
excesiva, que casi, según Hallam, pudiera tomarse por afeminamiento si el buto al inmortal poeta, compendia en su infeliz percance, ha buscado refugio hace pedazos en vez de ser tu defensa.
varonil coraje con ^ue venga la muerte pocas frases el venerable carácter de fray en la celda del religioso, en el humilde ¡Vamos, hombre, levántate! Tu Julieta
de Mercucio no hiciera ver otra cosa, se Lorenzo. Ministro evangélico, ministro albergue de su cariñoso protector.
vive,—un mar de bendiciones llueve soha pretendido determinar por cierto ilus- de la caridad y de la ciencia, se parece
bre tu cabeza, la felicidad, luciendo sus
Enterado
de
todo
por
Romeo,
el
montre crítico como la viva encarnación del bien poco, como dice acertadamente Víc- je ha salido en busca de noticias, y vuel- mejores galas, te acaricia:—vea reunirinfortunio. Según el escritor citado, la tor Hugo, al moDJe ignorante, engaña- ve con ellas. Su alma, llena de resigna- te con tu amante.»
fatalidad acompaña sin cesar al joven dor y trapacista que han puesto en evi- ción yfilosofía,no presiente sin duda la
¿Cómo desatender tan vigoroso lenMontagüe, y cuanto bueno intenta ha- dencia Bücacio y Rabelais. Sin ser má- espantosa tormenta que está á punto de guaje? ¿Cómo desoír la potente argucer, se trueca por su intercesión en de- gico, como el Lorenzo de la leyenda ita- estallar; su despejado juicio, aleccionado mentación del veraz amigo y consejero?
sastroso y funesto. ¿ Es esto verdad? M. liana, puede augurar, en fuerza de su por la experiencia, al saber el mal, ha ¿Cómo rechazar, en fin, la seductora tenMaginn confunde ciertamente la falta de ciencia profunda; sin ser ligero, sin ser pensado en el remedio, y la esperanza tación de correr á las plantas de J ulieta,
prudencia con la falta de fortuna. El ge- confiado, como el sacerdote del drama
bien futuro se mezcla ya en su cora- solo castigo impuesto por el monje á sus
nio impaciente y ardoroso de Romeo, impreso en 1597, puede acordar su anuen- del
zón
el dolor del infortunio presente. injustos, frenéticos arranques?
que se presta admirablemente al desar- cia á la unión de los amantes, basándo- Así,con
La calma ha vuelto á los agitados espues,
el inquieto amante,
rollo del importante y especial papel que se en un fin altamente provechoso é in- estimando cuando
en .uénos la vida que el terri- píritus, y esta milagrosa conversión derepresenta en la tragedia, no pudiera en vocando la intervención celeste para des- ble pesar que
le oprinae, inquiere la re- be recibir el merecido encomio. «Me hadiverso sentido arribar al culminante vanecer sus escrúpulos.
solución
del
príncipe,
el buen sacerdote bría quedado aquí toda la noche para oir
desenlace que le es propio. Una mente
Cuanto dice y opera el monje desde
consejos», dice la Nodriza.
reflexiva, un espíritu frío jamás pueden que entra en escena, va envuelto en una le contesta sin vacilar: «Un fallo menos saludables
«Si
una
alegría
superior á toda alegría,
riguroso
que
el
de
muerte
ha
pronunpreiitar alimento á una pasión exaltada, tal atmósfera de grandeza yfilosofía,de
y uu amor vehemente tiene á la fuerza rectitud y experiencia, de abnegación y ciado su boca. De aquí, de Verona, es- agrega Romeo, no me llamara á otra
que ser ciego y dejarse arrastrar por las de bondad, que atrae por completo la tás desterrado. No te impacientes, pues parte, seria para mí un gran pesar separarme de tí tan pronto.» Sencillas, envertiginosas corrientes de la exaltación. atención, desviándola poderosamenta de el mundo es grande y extenso.»
Al oír estas frases, la exaltación del cantadoras frases con que cierra admiLa fatalidad no es la inseparable compa- todo otro motivo. Desde que se le oye, se
rablemente Shakspeare esta borrascosa
ñera del protagonista; la fatalidad es el adivina el importante papel que está lla- joven se desborda.
preciso, adecuado y moral fin de la tra- mado á representar en la tragedia, se
«Fuera del recinto de Verona, excla- escena.
Como última de las muy notables en
gedia. Romeo no lleva el infortunio á la comprende todo el alcance de su ciencia, ma, el mundo no existe; solo el purgatomansión de los Capuletos; el inveterado todo el poder de su intervención, y cada rio, la tortura, el propio infierno. La que resalta la figura de Fray Lorenzo
rencor de las dos nobles familias do Ve- uno de sus elevados axiomas, de sus con- proscripción es la muerte con un nombre citaremos la primera del acto cuarto.
rona es la causa verdadera y determi- clusiones sorprendentes, son brillantes supuesto: llamar á ésAt destierro, es cor- I Los padres de Julieta, tergiversando la
nante de los sucesos que ocurren; San- compuestos que contribuyen á la excel- tarme la cabeza con un hacha de oro y poderosa causal que ocasiona el acerbo
pesar de su hija, atribuyendo á la muerson y Gregorio lo predican desde el co- situd de la pieza.
sonreír al golpe que me asesina.»
te de Tybal su continuo lloro, han remienzo de la primera escena.
La
tormenta
ha
estallado,
la
lucha
se
Si las dimensiones en que debemos en- halla en su primer período de crecimien- suelto desposarla con Páris, y ya fijado
El joven Montagüe, perdido y deses- cerrar este prólogo no fueran inconve- to; y antes que el poderosj timón de la en esto el intransigíble Capuleto, el noperado, en vez de contrariedad, halla niente, citaríamos aquí toda la escena sabiduría arrumbe la débil nave comba- ble anciano, que tan bien auna lo cabaventura al lado de Julieta, se cura de sus tercera del acto segundo. La singular tida, enormes oleadas de loco frenesí de- lleroso y lo cortés á lo pertinaz y á lo
antiguos errores, y en alas de una suer- descripción de laaurora que poneShaks- ben jugar con ella á su capricho.
dominante, es inútil toda resistencia.
te propicia, recibe pronta corresponden- peare en boca de fray Lorenzo, el graRomeo ha partido para Mantua, la in«El destierro es un suplicio, no una dulgente
cia de su amada, la habla sin ser visto cioso cuanto exacto símil con que este gracia,
y buena Nodriza, ayuda hasta
prosigue diciendo Romeo: el pa- alli de la aflijida
en el jardín, después del baile, y lleva á finaliza su monólogo, los dulces, senci- raíso está
joven, ha cambiado reaquí,
donde
vive
Julieta.
¿No
cabo su enlace con ella, sin que ningu- llos y oportunos cargos con que repro- tenias, para matarme, alguna singular pentinamente de parecer, y ya harto
cha el monje la inconstancia de Romeo,
na contrariedad se le presente.
mistura, un puñal aguzado, un rápido comprometida, se niega á patrocinar sus
La muerte de Tybal solo le ocasiona todo, sí, instruye y encanta á la vez, medio de destrucción, siempre menos vil amores.
Lady Capuleto defiende al conde su
yn destierro, y aun ya desterrado, lo- puro contraste, no de lágrimas é hilari- ue el destierro?—Tú no puedes hablar
gra llegar al pináculo de la dicha y salir dad como en la escena final del acto, si e lo que no sientes. Si fueras tan joven sobrino y odia á Montagüe. ¿A. quién
para Mantua, sin dar con nadie en su no de majestad y sencillez, de sublimi- como yo, el amante de Julieta, casado acudir? Propicio confidente del misterioruta. El que tanto alcanza, el que halla dad profunda y gracia encantadora.
de hace una hora, el matador de Tybal, so enlace que une los destinos de Julieta,
La tercera eminencia del drama no ha si estuvieses loco de amor como yo, y solo queda el monje franciscano; solo, sí,
siempre' en sus cuitas un amigo y protector religioso que le tiende la mano, el sido, empero, hasta aquí sino bosqueja- como yo desterrado, entonces podrías en la celda de Fray Lorenzo puede aqueque se aparta de su amor llena el alma da á medías; las maestras pinceladas que hacerlo, entonces, arrancarte los cabellos lla encontrar el consuelo y la protección
de consuelos y esperanzas, no puede ser, van á darle vida imperecedera en el lien- y arrojarte al suelo, como lo hago en es- que necesita.
Las circunstancias son, empero, difíno puede determinar la encarnación del zo colosal donde ya aparece comienzan te instante, para tomar la medida de una
ciles, y solo acudiendo á un extremo reinfortunio. Romeo, vastago de una ima- en la escena cuarta del acto segundo. fosa que aún está por cavar.»
ginación meridional, sin duda engendro Romeo, mudo y febril, no cuidoso de otra
La excepcional disposición de Romeo, curso es dable salvar el conflicto en conde un amor perdido en la noche de los cosa que de su pronto enlace con Julie- con tan vivos y naturales colores refle- cepto del sabio religioso. Su joven protiempos, educado en extranjero clima y ta, penetra, devorando su impaciencia, jada, habría hecho de seguro sucumbir tegida llega á él armada de valor y repor preceptor extranjero, sin variación en la celda del monje: Fray Lorenzo, á la ciencia si el genio siempre inagota- solución, dispuesta á darse la muerte ande sentimientos, pero con ganancia de pensativo, pero determinado, midiendo ble de Shakspeare no se alzara omnipo- tes que su mano, unida á la de Romeo, sirvirilidad, extraordinario compuesto de con calma la gravedad de la situación, tente, para continuar elevando sin me- va de sello á otro pacto. Nada asusta á la
dulzura y de fuerza, figurando en medio viene á su lado. Su alma está en Dios, dida la actitud de sus grandiosos perso- fiel y enamorada consorte; precipitarse
de los máltipies contrastes que amolda el su alma pide al cielo que presida el pactonajes. Sublime es la que muestra el des- desde lo alto de una torre, discurrir por las
elevado y caprichoso genio de Shakspea- sacrosanto que vá á celebrarse, para quedichado amante; la voz de la nodriza, sendas de los bandidos, velar donde se abrire, es, á semejanza de las escenas que le la conciencia no le reproche en las horas
lasveconcretas, desgarradoras frases ver- gan serpientes, encadenarse CM OSOS feroces,
imprimen movimiento, melancólico ó nideras; pero Romeo no es capaz de tidas al entrar, han puesto el colmo á la permanecer durante la noche en un osario
expresivo, severo ó jocoso, débil ó fuer- apreciar esta solemne invocación; para desesperación de Montagü(>; el dulce repleto de rechinanta esqueletos, de fétidos
te, nuncio de desventuras ó felicidades, él la presencia de su amante es la suma bien por quien su alma suspira, llora y trozos de amarillas y descarnadas calaveras,
solo inmutable en el dominante senti- felicidad, el contemplarla un breve ins- gime cual él, el nombre de Romeo la ser envuelta con un cadáver en su propia
todo lo osara, á todo está pronta
armiento de su pasión, que es el que real- tante compensa todos sus futuros dolo- aniquila, lo propio que el disparo de un mortaja,
mente constituye la base de su carácter. res, enlazado á su bien nada le importa ma mortífera. ¿Cómo resistir á esta idea? para conservar la inmaculada esposa de su
«¡Oh! dime, religioso, prorumpe el joven dulce bien.
Inocente y sencillo, lo propio que Ju- que la muerte, vampiro del amor, desplegue
La profunda experiencia del monje, el
lieta, lleno como ésta de bondad, ambos su osadía; llamar suya á Julieta es su en su parasismo, dime en qué vil parte
de este cuerpo reside mi nombre, para gran conocimiento que tiene de las yeramantes se conquistan la general sim- único afán.
bas y las plantas, le han hecho poseedor
patía: todos les quieren, todos desean su
¿Qué entiende de remordimientos la que pueda arrasar la odiosa morada.»
de
un misterioso narcótico, de un brababien y todos, deseándolo, les conducen volcánica fantasía del exaltado joven'
La borrasca ha llegado á su más culpor medios extraordinarios á la fatal «¡Ah! esos violentos trasportes, exclama minante 'punto: un momento de duda, je eficaz que opera el exacto símil de la
pendiente de su destino. La fatalidad, al oirle elfilósofofranciscano, son como un instante de perturbación, y el propio muerte. Tenida por difunta, Julieta no
como lo hemos dicho, es la base moral el fuego y la pólvora, que, al ponerse en acero que ha pasado el pecho de Tybal será nuevamente desposada, el furor
de Capuleto no se hará extensivo á nade la tragedia, la ley á que en común se contacto, se consumen. La más dulce irá á hundirse en el de su contrario.
Montagtle podrá reunirse secretaobedece; cuantos personajes figuran en miel, por su propia dulzura, se hace emLa solemne voz de Fray Lorenzo pre- die,
mente
con su amada, y un dia quizá,
aquella, contribuyen sin pensarlo á este palagosa y embota la sensibilidad del viene el golpe; su discurso, enérgico al terminadas
las contiendas de los parienindispensable fin.
paladar. El que va demasiado aprisa, lle- principio, reflexivo después, manantial tes, revocado
el fallo del príncipe, una
La importante figura de fray Lorenzo ga tan tarde como el que va muy despa- de indulgentes esperanzas á lo último, dicha y ventura general se extenderá A
resalta notablemente y es un acabado cio.» Breves, proféticas expresiones que todo lo convierte á efecto de una magia todos.
3
CRÓNICA HISPANO-AMERICAÍÍA.
9
Así piensa en su interior Fray Loren- accidente intempestivo, resultado de un gen la concentrada cólera de Tybal, el condido y extraordinario, halló, de sezo, mientras que la arrebatada jó veu in- súbito capricho, de uaa imaginación fa- indiferentismo de lady Capuleto y el in- guro, en la historia citada, el mejor arvoca su auxilio. El aparente ánimo de tigada: es el acontecimiento necesario, esperado, cínico cambio do la Nodriza. gumento del exquisito drama coa que soesta le provoca; pero ¿tendrá la fuerza, de donde debe surgir el desenlace. Ty- Dulce, benigno, indulgente, á más de ñaba su imaginación. Pero ¿cuál de los
la calma y la tranquilidad necesarias en bal tiene que matar á Mercucio, á fin de hidalgo y caballero, nadie habría temido libros, cuál de las obraaquehemos apunal padre de Julieta, todo se hubiera tro- tado sirvió de original?
el crítico instante de la ejecución? Indis- que Romeo mate á Tybal.»
El papel de la Nodriza, secundario cado en lo contrario, esta exquisita piepensable es convencerse de ello á todo
Verplauck sostieue que Shakspeare.
trance y para evitar un compromiso su- ciertamente, llama sin embargo la aten- za no llevaría el nombre de tragedia.
exceptuaado el ideado carácter de MerShakspeare todo lo ha medido, todo lo curio, lo tomó todo de Brooke,- Maloae y
premo. Sí, lo es; y hé aquí la causa de ción por la extrema propiedad de que le
:a iniauciosa, de la terrífica relación que ha revestido la suprema concepción del ha pesado concienzudamente en ella; su Heerviu, dando como harto probable qua
hace á su protegida el sabio franciscano. poeta. El vulgo, como dice con harto genio poderoso ha revestido de tales en- el poeta sacase determinados antecedenRasgo maestro que todos reconocen, juicio M. Taine.jamás sigue una directa cantos, de tal propiedad, grandeza y si- tes de la novela de Payuter ó de alguna
doctas plumadas que encierran todo lo línea de razonamiento; vagando entre militud este seductor compuesto, que ha otra traducción ea prosa de Boisteau,
docto y maestro que, de maestro y de cien incidentes, dando vueltas alrededor desecado los manantiales que contribu- aseguran, como Verplanck, que el poedocto, pueden encerrar lo.'i maestros ras- de una idea, produciendo infinitas repe- yeron á darle vida. ¿Qué son hoy las tra- ma inglés es laindiscutibiebase del draticiones, llevado sin cesar á la senda del diciones, las leyeudas, los poemas, que ma ea cuestión; M. Lloyd, apoyado ea
gos de un ingenio privilegiado.
Shakspeare se muestra en la descrip- último pensamiento que cruza por su antes del drama presente ya exaltaban Walker, asevera que la tragedia Hairiación de que hablamos tan profundo fisió- mente, se afana horas tras horas por al- este episodio de amor sublime? Si se ci- na, de Luigi Groto, única que consigna
logo como inteligente conocedor de la canzar una sonrisa, y conseguida no tan, sí se comentan, si se buscan, á la magnífica escena del ruiseñor, y ea
época que retrata, é injurian su nombre, puede sufrir que se le escape. Este exac- Shakspeare lo deben; los nombres de sus la que aparece una antitética deflaicioa
injurian su saber, hasta desconocen su to, este verdadero símil del vulgarismo, héroes despiertan siempre la memoria de del amor, enteramente igual á la que
genio los que, no harto pacientes para se ajusta admirablemente á la madre este inmortal maestro.
Shakspeare produce en su tragedia, deestudiarle ú ofuscados por su inmensa Prudencia: ella quiere, ella ama á JulieY, sin embargo, lo acabamos de apun- termina el directo origen de esta última;
claridad, han pretendido recurrir al cam- ta porque la ha criado, y no puede pres- tar ahora mismo, y lo hemos también Fraucisco Michel, conviniendo en qua la
po de la interpretación para darse cuen- cindir, por lo tanto, cuando la hablan dicho al comenzar el prólogo, Shaks- mayor parto de los toques de Romao y
ta de la belleza y propiedad que encierra de la infancia de su niña, de ensartar las peare buscó en fuentes extrañas el argu- Julieta guardan estrecha analogía coa
viejas, las mil veces contadas ocurren- mento de su magnifica composición. Los los que relata en su historia Girolamo
este final escénico.
Otra notable figura de la tragedia es cias de su crianza. Deténganla ó no en su nombres, incidentes, situaciones, la ma- dalla Corte (I), acepta com) fundamento
la de Mercucio, personaje de la entera relato, las produce; deténgala ó no las yor parte de los detalles y caracteres que más probable de la tragedia inglesa el
creación de Shakspeare, nacido de su comenta; y al comentarlas, olvida por aparecen en la historia de que hablamos que determina el comiutador Malone;
fantasía, puro compuesto de las dotes completo el asunto que ha dado margen se encuentran en otros libros igualmen- Le Tourneur la haca pura emaaaeioa del
más singulares. Contraste de Romeo, á la historia, y solo viene á él cuando, te determmados.
romauce de Baadello.
hombre descortés, presuntuoso, incre- ya fatigada la lengua, sin otra recomVifta, pues, esta variedad da opiaioLuigi
Da
Porto,
oficial
oriundo
de
Veyeute, pero siempre humorista, gracio- pensa que su propia hilaridad, tiene ne- necia, los compiló en una novela que vio aes, ¿quédebamosjuiciosamaate peasar?
so y satírico, ayuda admirablemente al cesidad de reposo.
A resolver tau solo por la más genela luz en 1535, s^is añ is después de su
Impúdica, licenciosa, de buen cora- muerte, aseverando que le fueron conta- ral concordancia, el poema debió ser la
realce y buen desarrollo del drama, prestándole importantes componentes, de que zón, mezcla de pronunciado cinismo y dos por un tal Peregrino, viejo arquero legítima fuente en que se iaspiró el poecarecía en su origen. Amigo y confiden- de ridicula dignidad, sensible y egoísta de su regimiento, que le hizo compaña ta. Presciudieudo del fondo de la histote del protagonista, perenne compañero á un propio tiempo, atrevida, medrosa y en cierto viaje de Gradisca á UJina, á rii, en que todos convienen, el último,
del bueno y amable Benvolio, á entram- voluble seguu las circunstancias, patro- través de los entonces devastados cami- lo mismo qua Brookd, apallida Montabos ama y con entrambos se concuerda cina durante los dos primeros períodos nos del Frioul. Según el relato de Da gües á bs parientes de Romeo, Fray
admirablemente, sin excusarlos por ello del drama los amores de Julieta; es la Porto, el triste suceso de Romeo y Julie- Juau al mensajero del harmauo Lorauza
secreta y activa confidente del matrimo- ta tuvo lugar á principios del siglo xiii, y Freetown á la residencia de ios Capude sus picantes jocosidades.
Franco en demasía, su propia íran- nio de Romeo, la fiel mensajera de los cuando Bartolomeo de la Escala era se- letos; determina las personas que deban
queza le excusa; licencioso oportuno, infelices esposos, la ciega admiradora y ñor de Verona.
concurrir al festín del conde, y llama
despeja de celajes las dudosas situacio- panegirista de Fray Lorenzo. Contraria
Escalus
al príncipe de Varona.
La sangrienta rivalidad de los Mónnes; atrevido y valiente, es el verdadero de Tybal, lamenta su muerte con pene- teseos y Capuletos, la entrevista de los
Paynter no personifica á los convidarepresentante de la causa de los Monta- trantes chillidos, le ensalza bástalas nu- amantes, el injusto desafío de Tebaldo, dos; dá el nombre de Villafranca á la
gües y el real y positivo adversario de bes, reniega de su asesino y concluya au iamajiata muerte, el destierro de su tradicional mansioa de los Capuletos, y
Tybal. el intransigible defensor de los por traer á éste á la alcoba de Julieta. matador, la intervención del monje fran- el de Sigaor Escala, ó señor Bartolomeo
Censura del paterno abuso, falta de tacto ciscano, la entrega y toma del narcótico, de la Escala, al primer jefe magúate da
Gapuletos.
Mercucio conoce todos los refranes, y penetración para apreciar el grado de el terrible sopor de Julieta, su enterra- la ciudad. Tales difereucias, por pequetodas extrañas relaciones, todas lasagu- familiaridad que Capuleto le dispensa, miento en el cementerio de San Francis- ñas qua apareziaa, pruebaa irrecasaOla(le/.as que pueden aplicarse á una situa- cree poder mezclarse en los serios y gra- co, la trasmisión de esta noticia por con- m'^jnte, como ya lo hemos dicho, qua
ción determinada, y loí ensarta sin pie- ves asuntos de la familia; y al verse hu- ducto de Pedro, el suicidio de Romeo, Shakspuara siguió paso á paso el poamia
dad ni compasión para satisfacer su in- millada, al sentirse deprimida por el or- forman en compendio el contenido de la de Brooke.
cesante afán de hablar, cuidándose poco gulloso imperio de su señor, en vez de novela citada, que en su parte final ofreSi además de la general se toman en
ó nada de los sentimientos que ataca, de rebelarse empequeñece, en vez de forta- ce el doloroso cuadro del reconocimiento cuauta las coacordaucias particulares, si
la gravedad ó importancia de las perso- leza cobra miedo, y olvidando cuanto ha de los esposos.
no solo el conjunto sino los detalles, por
uas que le oyen. A las puertas del pala- hecho en pro de Julieta, sin medir los
insignificantes que sean, dabiu haceraos
Veiuticuatroaños
después
delfallecicio de Capuleto, enristra con Romeo, se compromisos que la envuelven, cambia miento de Da Porto, y diez y ocho á con- formar uaa opinión, creamos qua Shasburla de su amor, combate sus escrú- repentinamente de idea, y después del tar de la publicación de su Giulietla, un peara sacó antecadeates da Payater y de
pulos, y tomando pié de una confesión borrascoso final de la escena quinta del acreditado romancista, el monje domiai- Groto. El primero dio á luz su libro ea
inocente y natural, se aferra al aéreo acto tercero, da por todo consuelo á su co Mateo Bandello , hizo reaparecer en 1567, ciuco años después de la publicacarro de la reina Mab, y le sigue incan- protegida que se case coa París.
un nuevo libro, compilación de cuentos, ciou del poema, siguiendo flalmanta el
sable por las mil extrañas revueltas del
El carácter de la Nodriza, lo decimos dado á la estampa eii Luca, el relato an- texto de B )Í3teau, Ubro apreciado por tofantástico sueño.
de nuevo, se halla fielmente dibujado. terior, que, contentivo de reformas y dos los eruditos de la época, y que, por
Uaa advertencia de Benvolio le re- Es el fiel tipo de esas viejas, asquerosas, adiciones de poca monta, logró pasar la exactitud de su versioa, debió conomonta al más original espiritismo, y le consentidas serviciales de las grandes como de su propia inventiva. Este libro cer y consultar el autor da ROMEO Y JÜUShace descender á la más grosera conclu- familias, á quienes por habitud se sufre, obtuvo un gran éxito, y de aquí segura- TA.. La magnífica y encautadora escena
sión; la vetusta faz de la Nodriza desata á quienes, en fuerza de su miíraa anti- mente el que Pedro Bjísteau, de origen del ruiseñor, aparte da otras notables sisu lengua licenciosa; una pura recon- güedad, se consulta en los caseros asun- bretón, se hiciera de él y trasladara á su militudes, induce á creer lo qus hamos
vención de Tybal presta pábulo á sus tos, & quienes odian y maldicen los cria- idioma la trágica relación de Romeo y apuntado del según lo.
Tales lo que juicio mmente sa dessarcásticos insultos y le lanza á la lu- dos. Shakspeare, con la charla la ha da- Julieta, introduciendo en ella dos novacha. Herido de muerte por su contrario, do el origen, con el asma le ha impreso ciones de suma importancia, el original prende, y lo que hau pensado sobra el
ni se alarma, ni cambia de habitud; la el ridículo, con lo mudable, la condición carácter del Boticario y el desenlace fi- particular de que hablamos ¡os más docestocada, que le ha llegado á través del esencial de su carácter.
nal, que hace morir á los amantes sin tos y eruditos literatos. Que Shaskspeabrazo protector de Romeo, no es tan proPara acudir á la terrible prueba del alcanzar la última y suprema entrevista re, curioso, prolijo, amanta da las antiguas leyendas, rebuscador da viejas trafunda, en su concepto, como un pozo, ninarcótico, preciso era que Julieta se vie- en el cementerio.
de rarezas literarias, tuviese &
tan ancha como una puerta de iglesia, pero
se desamparada de todos, que solo hallaPedro Boisteau dio á luz la cambiada diciones,
la
vista
otros
antecedentes, no es cosa
liará ciertamente su efecto.
ra.recurso en la profunda ciencia de Fray traducción del romance de Bondello, soTal es, tal se muestra Mercurio desde Lorenzo. El postrer consuelo de la joven bre el año 1559, y basada ea ella, aun- por cierto que pondremos en duda.
La trágica relación de que aos ocupaque empieza hasta que concluye: la bur- acababa de naufragar; la fuga de la casa que con graves alteraciones, en 1562_ la
lona sonrisa, el dicho agudo, no le aban- paterna era imposible. La imprudente historia fué convertida ea ua poema iu- mos sa ramouta á épocas biea anteriores,
hasta sorprendente analogía
donan ni en el critico instante de perder negación del aya debía precisar la vero- gléá por ArthurBroaka, bajo el siguien- ycouguarda
diversos hachos históricos. Piramoy
lavida; esencia de su naturaleza extraor- similitud dramática, y este magnífico te título: Tlie Tragicall History of Romeus
Tisbe se amaron como Julieta y Romeo,
dinaria es la mofa, y por eso, al concluir, toque no podia escapar al maestro pincel and Juliet, containing a rare Example of
y contrariados en su pasión, tuvieron ua
del
gran
poeta.
true Constancie: vith the subtill Counsels,
uo teniendo de quién burlarse, se burla
ñu semejante. Jenofonte da Efeso, en su
ani
Practices
of
an
oíd
Fryer,
and
their
de sí mismo. «Créemelo, dice á Romeo;
Y aquí viene de punto hablar sobre el
poema Los Efesiacos, relata una ocurrenill
event.
para este mundo eáttiy en salsa. ¡Maldi- carácter de los esposos Capuletos. Algu del todo parecida; Girolamo della
Este poema, publicado por Richard cia
ción sobre vuestras dos familias! Ellas nos críticos han tachado á Shakspeare el
Corte, refiriéndose al año do 1303, tamme han convertido en pasto de gusanos." no haberlos representado coa más digni- Tottet, se reimprimió por el propio li- bién la coasigua ea su Historia di VeraSegún un muy respetable crítico, M. dad y elevación de conducta, conside- brero en 1582.
na; Masuccio di Salerno, novelista antiEn el de 1567, es decir,, en el interme- quísimo, la cuenta en su Novellino; ThoDryden, Shakípeare se vio en la necesi- rando impropio de su alto linaje la casi
dad de matar á Mercucio en medio de la jovial grosería que ostentan de ordinario dio de las dos ediciones que acabamos mas Dalapeend, en su fábula de Herm%pieza, para que Mercucio no acabase con y la innatural impiedad con que tratan á de citar, WiUiamPaynter tradujo lite- phroditas y Salmacis, hacj mención da
él; pero en esto hay falta de verdadero su hija. Los que tal sostienen, olvidan, ralmente la versión de Boisteau y la in- ella; B. Rich, en au diálogo entre Marcriterio. El inmortal poeta, que ha sabido seguramente, que esa acritud, que esa sertó en el tomo 2.° de una compilación curio y un soldado, asevera que el asunpresentar, desenvolver y llevar felizmen- obstinación, sou el principal justificante de diversos cuentos, titulada El palacio to, por demasiado tradicional, se hallaba
te á conclusión otros tan difíciles carac- de Julieta. Joven, pura é inocente, ar- del placer.
representado en tapices.
teres como el de que ahora nos ocupa- rastrada por el amor sublime á los ma¡Cuántos ensayos, cuáatos afanes para
De todos modos, llegaran ó no estos
mos, habría podido, variando de ánimo, yores extremos, ¿cómo pudiera, sin sen- inmortalizar una triste, lamentable hisantiguos
datos á manos del poeta, innedar vida más duradera al amigo y com- tir dureza semejante, arribar hasta el toria, digna de inmortal, lamentable recesarios debieron ser después de la pupañero de Romeo, sin riesgo de sucum- suicidio? El géaio duro, pertinaz y dés- cuerdo!
blicación de Bandello y da las versionea
l3ir. «La muerte de Mercurio, dice John- pota de Cíipuleto es el que requiere el jeAsunto de amor, el más sublime de
son, no ha sido en manera alguna preci- fe de la enemiga casa de Montagüe para los sentimieutos humanos, Shakspeare, que de ella se hicieron. JOLIBIA r Rosiso
pitada; ha vivido el tiempo que le estaba mantener el odio tradicional de su fami- el más promudo conocedor de las pasioasignado en la construccioade la pieza.» lia, es el que demanda la suprema deci- nes, debió gustarlo con avidez, y aficio(1) htorie di Verona, del Sigaor della Cor-.
«Su fin, añade Víctor Hugo, no es un sión del monje franciscano, es el que exi- nado á lo antiguo, á lo curioso, á lo es- le, édile. de 1394.
10
LA AMERICA.-AÑO XVI.-NUM, 13.
no puede, no debe considerarse bija sino la muerte de Julieta, lo comprueban coa qae en todo tiempo ha sido tarea harto espinosa procura morder; rehusa los alimentos, la bebidoctos escritos muchos distinguidos lite- retratar i los hombres tales como realmente da, 6. loma de lodo, pero en corta cantidad.
de estos últimos y precisos originales.
existido; por eso recorremos las páginas de
Después de dos ó tres días de este estado se
SI, lo repetimos, nija de ellos, mas solo ratos. «La afectuosa reconciliación de los han
historia, y nos confundimos al observar nn aumentan los síntomas; el animal deja de pronpor su argumento; bija, engendro exqui- dos enemigos (Montagüe y Capuleto), la la
caos de opiniones contradictorias acerca de los
a casa de su amo, huye por lodos lados, pera
sito y primoroso de Shakspeare, por las justa defensa del sabio monje, dice Tieck, hechos de este ó aquel personaje. ¿Y esto qué tol
su andar es ioclerlo, su lana se eriza, su mirada
mil Dellezas que atesora, por las felices justifican la continuación del drama. Pa- prueba? Que desde la época mis remota hasta se extravia, marcha con la cabeza baja, con la
y acertadas innovaciones que presenta, ra que la glorificada esencia de éste hi- los tiempos que alcanzamos, los historiadores no cola entre piernas, y arrojando por la boca una
por los maestr<J8 toques que le ban dado ciera tangible al alma del oprimido han sido imparciaies, que cada uno aisladamen- baba espumosa y con la lengua de fuera; entonoyente el íntimo fin moral del poema, se te ha mirado al hombre, como dice Montaigne, ces experimenta accesos de furor que le atacaa
vida inmortal.
«por el balcón de su propia conciencia,» y el por intervalos, y se lanza sobre los anímale»
Lope de Vega, poco antes que Shaks- requerían los últimos detalles que con- hombre
que juzga según esta manera de ver, que se halla el paso, los muerde y continúa sa
peare, dio á luz una pieza basando su signa en su obra el inmortal poeta.»
no es posible que narre con imparcialidad. Por camino. En este grado de enfermedad el animal
Víctor Hugo, á quien ya en este pró- lo tanto, ¿ddode encontraremos nosotros héroes no toma ningún género de alimento y huye da
argumento en la leyenda italiana; ¿por
qué este trabajo, sin duda correcto, espi- logo hemos citado más de una vez, apo- 00 lisonjeados ó no calumniados?... ¿Ddode? toda clase de bebida.
Ahora lo veremos; me propongo hacer un fragritual, ligero, divertido, con todos los ya también el final de que tratamos.
Sin embargo, algunas veces se le ha visto co«En lugar de concluir su drama con el mento de historia imparcial; voy á hablar de los mer, beber y atravesar lo» rios, pero;por el conméritos y defectos de las comedias de caperros,
seguro
de
qae
estos
no
vendrán
i
repa y espada, no ha llegado ni con mu- anatema de la desesperación, Shakspeacurso de estos signos se puede juzgar de la nasí vitupero sus defectos, ni á darme turaleza de la enfermedad; más siempre desconre le ha reasumido en un grito de espe- convenirme
cho á la altura del drama inglés?
fiemos de la mordedura que hace un animal que
Oigamos lo que sobre el particular nos ranza. La lucha entre el amor y el odio las gracias si alabo sus buenas cualidades.
Lejos de observar el drden analítico de un na- no ha sido provocado.
dice uno de los más sensatos, de los más se termina en definitiva por el éxito del turalista,
de este animal según me acuerEn su consecuencia, es un deber de lodo buen
profundos admiradores del autor do buen principio; la batalla, que parecía de de las hablaré
distintas razas que existen, sin que ciudadano vigilar atentamente el estado de los
haber perdido el amor, se acaba, gracias tampoco por
Hamlet:
esto se eotieoda que contraigo la animales que tenga en su casa, y desde los pri«La pieza española carece de las cuali- á un cambio repentino, con la derrota obligación de aoatizarlas todas.
meros sígaos de ia enfermedad de un perro,
dades suprema."?, le faltan la observación del odio. La muerte de los dos amantes
m perro de aguas, fíel, ioteligeote, diestro, debe por la propia seguridad de su familia y por
que escudriña el interior del alma, la opera la reconciliación que no babia po- hace el ejercicio y otras habilidades; se lanza in- la tranquilidad pública, ó sacrificarle al moimaginación que crea los caracteres, la dido llevar á cabo su enlace; los márti- trépido en el agua para coger el bastón de su mento, 6 encerrarle en un palio, d en un paraje
concentración que regula el movimien- res convierten á los verdugos, las vícti- amo; se lava, se peina y se alinda antes que los aislado donde no pueda escaparse.
niños; es bastante sufrido para prestarse pacfflCuando un hombre ha sido mordido por un
to; hay en ella acción, pero no hay vida; mas se llevan el triunfo. ¡No más quere- cameute
los juegos crueles y tiránicos de los animal rabioso, dice el doctor Comie, su primer
todo-s sus personajes se agitan, pero no llas intestinas en lo futuro, nu más ven- bulliciososi herederos
de su amo.
cuidado debe ser el de lavarse al momento la
respiran; hablan, pero no piensan; gi- ganzas domésticas! Los Capuletos tienSiguiendo, pues, mi sistema de imparcialidad, herida, apretarla en diferentes sentidos para esmen, pero sin sentir; se nos muestran den la mano á los Montagües, Eteocles diré que se bao exagerado mucho las cualidades primir la sangre y extraer la baba que el diente
como autómatas, que hace mover á la abre los brazos á Polinice, Tiesto se ar- del perro, coocediéodole cualidades propias del del animal ha depositado alli. Para este objeto
casualidad un irresponsable capricho. roja á los piéi de Atreo. El sacrificio de hombre social: se han inventado otras expresa- puede emplearse el agua de una fuente 6 la del
Shukspeare ha vendado á los amantes Romeo y de Julieta es el holocausto ex- mente para él; á tal punto que si esta admira- primer arroyo que se encuenle; pero las lociode Verona de las ironías de Lope, les ha piatorio, que debe por siempre apaciguar ción no se explicase oataralmente por el afecto nes seráo más eficaces si se emplea el agua caque tienen los hombres hacia lo maravilloso, liente mezclada con jabón y sal; el agua hirvuelto su perdida terneza, su inquebran- las furias del fratricidio.»
una necesidad de creencias, que hace, como viendo, el agua de legla y el orin caliente son
tablefidelidad,su fin sublime. El drama
El violento fin de Páris en el cemente- por
dice Pascal, que á falla de verdad acogemos lo lanbien remedios muy eficaces.
inglés, prosigue diciendo el célebre es- rio, ante el panteón que encierra el cuer- falso, me inclina á creer que el perro no es mis
Después de esta loción primera, que debo hacritor de que hablamos, no es la parodia, po de su prometida, también ha sido ob- que un contraste, nna antítesis, creada por la cerse
con sumo cuidado y continuarse lo menos
es, sí, la resurrección de la leyenda ita- jeto de crítica. Escritores de alta reputa- civilización para dar en rostro i los hombres con por espacio de diez minutos, es preciso quemar
liana. Shakspeare ha reanimado con un ción han tachado á Shakspeare este nue- sus vicios, como Tácito en otro tiempo de una la parte mordida, bien aplicándole un hierro
soplo soberano todas esas figuras, que vo desastre que presenta en su grandio- población de salvajes formd un tipo admirable, candente, bien un cáustico tal como el agua
cual presté todas las virtudes de que carecían fuerte ú otra sustancia de la misma naturaleza,
yacían envueltas en el manto de la tra- sa tragedia, considerándolo como innece- ei
los romanos. No hay duda que las facultades
«El mismo tratamiento debe emplearse con
dición: Romeo. Julieta, Tvbal, la Nodri- sario, y hasta cierto punto repugnante y instintivas
de este animal excitan la admiración respecto al ganado que ha sido mordido por un
za, el Monje, Capuleto. El poeta, no solo odioso.
y el afecto.
animal rabioso; sin embargo, sí la mordedura
ha hecho revivir los personajes de la his¿Es acaso fundada esta objeción? El
Observemos al perro de Groenlandia, por se ha limitado á la cola, á la oreja, 6 en una
toria, sino que ha vuelto la época de erudito doctor Heinrich Theodor Rcits- quien
su amo atraviesa desiertos impracticables parte de poca importancia para la vida, es más
ella.»
cher, ep su valiosa obra titulada Filoso- para ios demás animales.
sencillo corlar al instante algo mis de la parte
Víctor Hugo tiene razón. La Italia del fía del Arte (1), ha probado que no de un Dirijámonos al perro de! pastor ; señor seve- mordida.»
Después de estos procedimientos empleados
siglo XIV, la Italia de los bandos, de los modo concluyente. Páris, sin verdadera ro, defensor intrépido y obediente asociado.
Pero especialmente al compañero natural del contra la rabia, no será ocioso mencionar las
partidos, de las reyertas, se nos muestra pasión, atacando el dominio de la libre
de caza, cuyo retrato dirá más recientes observaciones qne acaba de hacer un
tal cual era, tal como se representaba en individualidad, se empeña «jn llevar ade- hombre, al perro
seca descripción.
vecino de Puerto Real, llamado D. Fermndo
cada Estado, en cada población, en cada lante el matrimonio de pura convenien- queEsnuestra
un compañero casi indispensable para el Guerra de la Vega, acerca de la existencia de
cia
que
ha
tratado
con
los
padres
de
Jufamilia. Güelfos contra Gibelinos, Blancazador un buen perro de caza, pues solamente una planta que, según él, pnede también emcos contra Negros, Orsinis contra Colon- lieta, y es, por consecuencia de su inmo- él puede hacer que ésta sea abundante, por la plearse como antídoto contra la hidrofobia. Ss
Qas, Gapuletos contra Montagües, todos ral prestación, el verdadero y legitimo misma razón en todos los tiempos han existido llama este remedio cortexa.ie almsso, pero añade que el -examen aislado de esta corteza no
en disensión continua, ensangrentando causante de todos los infortunios que leyes contra estos perros.
Entre los perros útiles debemos incluir al do- proporcionará todo el conocimiento que se desee
las calles, burlando las leyes, satélites acaecen.
La muerte de Tybal, el destierro de go, al mastín, al guarda, al portero, al cervero inquirir, porque la corteza de este raro árbol
del odio conspirando contra la humaniuna perfecta semejanzi con la del laquido
Romeo, habrían tan solo producido tor- de nuestras casas, más poderoso en favor de la étiene
dad.
roble, sus hojas con la de la encina, y su fruque el nuevo Cddígo penal.
¿Pero á qué insistir más sobre pantos mentos, lágrimas, acaso desesperaciones propiedad
Pero los perros más queridos, festejados y to con la bellota del alcornoque, aunque algún
que ya se encuentran sobradamente ven- prolongadas, pero no extremas. Julieta, acariciados son los inútiles para sus amos, incé- tanto más esférica en su figura, pero también se
tilados? La excelencia del drama inglés, libre de violencias, mantenida en su fe, raodos para las personas extrañas. Mucho tiem- diferencia de las demás bellotas conocidas en su
su ventajosa superioridad ha pasado al conforme con su esperanza, no hubiera po ha reinado la moda del falderlio de lanas, sabor particular. Además indica, para mayor
dominio de lo indiscutible, y los pocos querido matarse, no hubiera apurado el perpetuo invasor de los sillones, de ios sofás, y esclarecimiento, que este arbusto es vulgarmenie conocido con el nombre de mesto, el cual
lunares que aun pretende encontrarle la fatal narcótico; Romeo, impaciente en aficionado á morder las pantorriltas de los ami- debe
entenderse por sindnimo de mirto.
gos
de
la
casa;
haragán,
gruñón
y
goloso.
Mantua,
pero
viviendo
y
subyugándose
critica moderna son nuevos toques de
El danés, perro de orejas mutiladas, impertiIgualmente asegura el Sr. Guerra de la Vega
belleza, rasgos más bien de admirable por su amor, no se hubiera arrojado al nente,
aunque de buen tono, perro que por poco que todas las personas y animales que han usapropiedad, en concepto de ilustres y eru- suicidio.
mata á J. J. Rousseau, derribándole y haciendo do de CFle preservativo han evitado el desarrollo
La tenaz insistencia de Páris, su pro- que
ditos pensadores.
se hiriese la cabeza sobre el pavimienlo.
de la infección hidrofdbica, siendo en todos anáSí, el desenlace de JULIETA T ROMEO lle- saica inclinación, su falta de talento paEstos animales tienen dos enfermedades pro- logos sus resultados, y sin producir acción senra
adivinar
el
verdadero
motivo
de
la
repias y caracierícticas á su especie, la una in- sible sobre la economía al neutralizar el virus
vado á cabo por Shakspeare según Brooke y Paynter, esto es, de acuerdo con pugnancia de Julieta, son pues, como cómoda y peligrosa para ellos solamente; estoes, hidrofébico.
El Boletín de medicina y cirujia del 16 de Selas innovaciones hechas por Boisteau, antes heúios indicado, los poderosos de- el moquillo; la otra no solo nociva á ellos, sino
muy dañosa para el hombre que tiene la desgra- tiembre de 1851 publicd un artículo que da
no merece fundada censura. Da Porto en terminantes de la horrible, amorosa ca- cia
de tropezar con un perro; esto es, la rabia. cuenta del resultado obtenido con la virtud espeBU novela y Bandello en su romance, tástrofe.
Se
dá
el nombre de rabia al conjunto de los fe- cial de la corteza del almezo en siete años de ex¿Debían quedar impunes semejante ndmenos
presentan una última entrevista délos
que resultan en el hombre de la mor- perimentos, todos satisfactorios, y se refiere adeamantes en el cementerio; Montagüe, ya violencia, tamaña ceguedad , ataques dedura de los animales rabiosos. Muchas veces más á un rico labrador que usa de este vegetal
tan
contrarios
á
la
justicia
y
la
moral?
apurado el tósigo fatal, siente respirar á
se ha designado bajo el nembre de hidrofobia cpn mucha frecuencia para impedir el desarrollo
8U adorada, oye su dulce voz, y ebrio, No, el triunfo completo de la buena cau- (que significa horror al agua); pero esta aver- de la hidrofobia en su ganado, obteniendo siemenajenado de gozo, olvidándose por un sa era indispensable en la tragedia, y sión hicia los líquidos se manifiesta eo diversas pre un éxito.conforme á sus deseos.
momento de la muerte que ya le oprime por eso Shaksijeare hace que París acu- afecciones nerviosas, y por consiguiente, la paAñadiremos de paso que el Sr. Guerra de la
en sus garras, exclama: «¡Oh cielo, vida da al cementerio y que sucumba á manos labra hidrofobia debe más bien designar uno de Vega es un comandante graduado de artillería,
los
síntomas
de
la
rabia,
que
la
rabia
mism*).
y en sus últimas explicaciones acerca de la matede mi vida, corazón de mi cuerpo! ¿quién del único, legítimo juez que debe castiEsta enfermedad es susceptible de desar- ria indica muy oportunamente que escribe en una
jamás experimentó placer tan grande gar su presunción y su torpeza.
espontáneamente en el perro, en el lo- materia ageha de sus conocimientos, por lo cual,
como el que siento en este instante?» (1).
Y con esta última manifestación da- rollarse
en el gato y la zorra, quienes pueden trasmi- á nuestro parecer, son más de admirar y agra¡Fúlgida ilusión! El -terrible veneno, mos fin á nuestro prólogo. Si peca de bo,
después á otros cuadrúpedos ó al hombre; decer sus observaciones, bario benéficas i. la
devorando las entrañas del infeliz espo- extenso, si, traspasando los límites del tirla
pero no está probado que se manifieste sin mor- humanidad.
so, le torna á la realidad, y esta reali- traductor, hemos entrado en análisis v dedura precedente en los animales de otra espeA lo dicho anteriormente, será bueno añadir,
dad, que el propio Romeo de.scubre á su en consideraciones que atañen al domi- cie, ni que estos puedan, cuando han sido mor- por vía de complemento, algunas observaciones
bien querido, ocasiona una escena de do- nio de la crítica, sea nuestra excusa sin- didos, comunicarla á otros individuos. Algunos respecto al perro, para lo cual le pondremos en
lorosos ayes, que prolonga la angustia cera el indecible entusiasmo, la fervien- médicos han considerado la rabia en todos los relación con la historia y la civilización. Los
pero no hace más sublime el dolor. «No, te devoción que nos inspira el inmortal casos como el efecto de una imaginación muy griegos y los romano» adiestraban á sus perros
hay una medida de agitación, dice el poeta, cuyas gigantescas figuras, cuyos afectadaí pero la opinión general atribuye esta con especial cuidado, y el mismo Jenofonte no
concienzudo Schlegel, más allá de la cual sorprendentes cuadros le hacen, á dife- temible enfermedad á la acción de un virus par- se ha desdeñado de entrar en algunos detalles
depositado en la llaga producida por la sobre el conocimiento y la educación de estos
todo lo que se agregue causa tortura, rencia de Corneille y de Racine, la uni- ticular
animales.
mordedura.
sin acrecentar la impresión del ánimo.» versal personificación de todas las edaSe hace mención en la historia de un pueblo
La
rabia
es
ana
enfermedad
aguda,
caracte¿Qué más puede expresar el sentimien- des, la viva imagen de todos los sisterizada con accesos de furor, y con vehementes de la Etiopía, que fué gobernado por nn perro,
to, qué más puede decir el amor infortu- mas.
deseos de morder á menudo, acompañada de la cuyos ladridos y movimientos se estudiaban y
nado que lo que dice y expresa Romeo
aversión al agua, y convulsiones al ver cuerpos consultaban en circunstancias importantes y esM.
D
K
D.
H.
antes de morir? ¿Qué más honda sensapioosas. Sajón el gramático refiere que Osen,
brillantes y luminosos.
ción que la de Julieta al escuchar el breEsta enfermedad, como ya lo hemes dicho, rey de Suecia, después de haber subyugado á
ve relato de Fray Lorenzo? ¿Qué mayor
sobreviene espontáneamente á algunos anima- la Noruega, la hizo gobernar por un perro, al
EL PEaRO.
tristeza que la que imprimen estos dos
les; el hombre y otros mucho» animales no son cual dié el nombre de Snening, obligando, por
atacados de ella más que por la mordedura de ignominia, á los rebeldes á rendir pleito homesublimes suicidios?
La imparcialidad es una de las cualidades qne
Que Shakspeare ha tenido fundadas
razones para no dar ñn á la tragedia con
(1) "Véase en los argumentos la extensa nota
que hace referencia al desenlace de la novela.
uno ya enfermo, por el contacto «í la introducmis recomiendan los escritos hisldricos: y por ción de su baba en una herida, <J en una part
cierto es la que menos sobresale en ellos, bien cubierta con una piel muy fina.
Cuando la rabia se declara en el perro, éste
(1) Vol. IV, RoMio ANO JuLiET, Anolyzed, aparece primero triste, abatido, se sienta en un
icüh especial reference to the Arí ef Dramatic rincón, gruñe con frecuencia, sin causa aparente, sobre todo contra los extraños, i los cuales
Representation. Berlin, 1842.
naje á este gobernador de nueva especie.
El perso del padre de Pericles fué el héroe
de su raza: habiéndose embarcado sin él para
pasar á Salamina, el animal se precipitó en el
agua y siguió i nado el navio. Este precisamente es el lugar de referir el rasgo de Alclbiades y
SU perro, en el cual este último no hace más que
CRÓNICA HISPANO-AMERICANA.
II
un papel pasivo. Alcibiades tenia un perro de del Sena y del Loira, le llama comunmente Digo, cuando es verdad inconcusa que la atención por el lado que gusta á los
una estatura extraordinaria y de tan gran belle- frech dog (perro francés). Estafigurade retóri- el más templado de los Daríos, Alejan- correligionarios del Sr. Flores.
za, ane le compró en setenta minas (cerca de ca no «s muy política, y es injusta. El delicado dros, Césares, Solimanes y Napoleones,
Exagerado por demás está el articuTeintisiele mil reales de nuestra moneda), y Homero introdujo primero al divino Aquilea, di- ha bajado y bajará la cabeza ante la
lista al suponer que en la casa de la mumanddqaele cortasen la cola, que era justa- ciendo ál divino Agamenón que no es «impumente lo que más hermoso tenia. Sus amigos le dente como un perro.» Esto podría justificar al más débil mujer á quien se humillan, jer literata anda todo manga por homrogándole acepte su libertad y pujanza bro. Sí el tal hubiese tenido conocimienreconvinieroo, diciéndole que todo el mundo ha- populacho Inglés.»
blaba de esta acción, y le vituperaban mucho
No coocluyamos sin hacer una observación á cambio de una sonrisa. Y eso que por to de como escribió miss Beecher Stowa
por haber dejado ¡mperfucio 4 un perro tan her- que nos sugiere ol patriarca de Ferney, y es lo común no han dado con uua Juana la Cabana del lio Tomás, obra que causó
moso.
que el gato no ha encontrado lugar en los cie- de Arco, Mad. Roland, Isabel Blackwell una revolución para redimir de la escla—Eso es lo que yo quiero, reapondid Alcibia- los ó en sus constelaciones, al mismo tiempo ó María Padilla, y otras de su temple, vitud á la raza africana en América, no
des riéndose; que los atenienses se entretengan que aparecen allí las cabras, los cangrejos, que hacen bajar la vista al mismo Ayax habría incurrido en tal desliz, pues su
con esto, para que no hablen de otra cosa, y no los toros, los carneros, las águilas, los leo- Telamón, que era todo un mozo que, á
ilustre autora compusosus mejores caoes, los peces, las liebres y los perros. El
digan de mi otras peores.
jCuántas veces se ha parodiado este rasgo en- perro, en fin, presta grandes servicios al hom- pesar de los dioses, le mandaba sus fle- pítulos en los intermedios de sus faenas
tre nosotros, y siempre con el mismo éxito, bre, y éste no le recompensa nunca como me- chazos al Olimpo. Y á propósito, lo de culinarias. Que no se excluyen los quehapues tal es la ligereza de los modernos ate- rece. Lejos de esto, le maltrata incesantemente Elena basta, y sino que lo diga el padre ceres domésticos y las ideas elevadas, ya
sin razón y sin justicia, y no obstante, el pobre Quevedo, al confesar que
DiensesI
sean políticas, artísticas ó literarias, es
En las medallas anticuas, el perro aparece animal continúa siempre fiel, leal y obediente, y
tan verdad como que insignes escritoras
«Al
infierno
el
tríelo
Orfeo
como el símbolo de la hdelidad. A Mercurio le lame la mano cruel que despiadamente le casque todos conocemos, aquí mismo en
su mujer bajó i buscar
»
tiga.
dan este símbolo por su vigilancia y por su inMadrid,
no son modelo de desbarajuste,
dustria en hallar lo que busca. Diana tiene sus
Pero dejemos á un lado teogonias, fá- ni las artistas, cualquiera que sea el ralebreles á su lado: en varios pueblos de la anbula, leyenda, historia y teatro, y hasta mo que cultiven, han dejado de arreglar
CARTA ABIERTA.
tigüedad iamolaban el perro i Mercurio y al
la misma práctica mundana de la vida, jamás su tocador ni olvidaron prender
dios Marte: estaba en gran veneración entre los
que de sobra hay con volver razones por las cintas de su vestido. Fuórale más
egipcios, y sobre todo, en la prefectura Cinopolitana. Annbis era allí adorado bajo la forma AL 8R. D. E. H. PARA ENTREGAR A D. FRANCIS- flores al señor ídem para callar, dándole bien propicio á su teoría el argumento.
con el texto en la cara, al decir escolás- sí en vez de fijarse en la mujer ilustrade un perro; el respeto hacia estos parece que
CO FLORES Y GARCÍA.
tico, á él y otros muchos si fuere menes- da, el escritor tomara por punto de mira
se funda en que Osiris é Isis tenían un perro
Muy señor mío: Dejando á un lado to- ter.
destinado i su guarda; más otros refieren que
ese tipo que tanto abunda en las altas
después que Tifón asesinó á Oiiris, un perro do cumplimiento, paso á decir á Vd. alDice, y puede Vd. verlo, mi querido
guardó al cadáver y condujo i Isis al sitio don- gunas palabras, en esta mí primera, res- E. H., después de empezar asintiendo en regiones de la corte: la señora marquesa recibe á sus amigos que le celebran
de el asesino se habla ocultado, y para pasar á pecto al modo de ver que ambos tenemos
la posteridad la memoria de lafidelidadde este una cuestión de suma trascendencia so- nuestras doctrinas, cual buen ecléctico ó sus devaneos tan solo porque es hermoacomodaticio doctrinario, que, efecto de
perro, en las ceremonias celebradas en honor
cial. Trátase de la MÜJBR y su emancipa- la gran evolución humana en pos de la sa ó simpática, y su conversación frivode his, los perro* marchan i la cabeza.
la por demás, está salpicada del aroma
ción.
perfectibilidad, al través de tantos siglos
Los romanos, al contrarío, aborrecían á este
Ka
el
número
anterijr
de
LA AMÉRICA de esfuerzos, y merced al subhme diná- de los cuentos verdes que oye con gusto;
animal desde que los perros i quienes estaba
preocúpala la moda y sus veleidades, va
confíada la custoiia del Capitolio se dejaron he visto con sumo placer el bien medita- mico de la revolución que ha universali- al teatro y á la soirée para lucir, y acomdo
y
mejor
escrito
artículo
en
que
se
sorprender por los galoszado las ideas, hay mujeres que «se creen pañada de su joven amante, por lo coTodos loa Hflos tenían la costumbre de sacrifi- ocupa Vd. de la educación de la mujer, yigual al hombre en todo, considerándose
car á un perro, mientras que paseaban en triun- en el que á fuer de amante de la luz, hi- con las mismas aptitudes, con iguales mún á su nivel, abandona sus hijos á las
fo por la ciudad una oca, que colocaban en una ja de la discusión, cree Vd., como buen derechos y hasta con la misma misión pasiegas que los modelan á su imagen
y semejanza; en tanto la administración
magnifica litera, y á cuyo animal colmaban de campeón del progreso, «haber abierto
honores, en memoria del importante servicio palenque al certamen y campo para di- que realizar.»
de la casa anda en manos de la doncella
¿Y quién lo duda? Por ventura, ¿choca de confianza, cómplice por lo general da
que hibia prestado á los romanos, suplicado i
lucidar
tan
importante
materia.»
A
fe
al ¡3r. Flores lo que asi debe ser, por más
la ficticia vigilancia de los perros.
que razón le sobra, y con razón la tiene que no sea? Preciso es ser muy poco re- su señorita, y allá en las altas horas da
Pyrrai, en sus Viajes i las Indias Orientales,
la noche, escenas bastante fuertes para
dice que los perros son tan aborrecidos en las quien conoce que los males sociales tie- volucionario para escamarse por cosa ser contadas, vienen á turbar la dicha
Maldivlas, que si uno de e^tos aaimales loca i nen en su mayor parte origen en tan tan natural, lógica, justa y necesaria, de ese matrimonio, imposible entre la
algún habitante, éste último corre inmediata- punible como lamentable descuido; mas como la consagración de los derechos
mente á bañarse para purificarse; al paso que como abundamos en las mismas ideas, humanos, máxime cuando los reí vindica nerviosa dama que se encuentra hastiaTavernier, en sus Viajes á Turquia, Persia y pasemos más adelante, que ley es avan- la parte desposeída hasta ahora, no por- da, y su ilustre consorte que fatigado
por los trabajos burocráticos ó bursátilas Indias, habla de una población India, en la zar para nosotros, y declararé, sin em que es débil, sino porque se la ha debili- les, por buscar distracción pagó su vaque los perros son venerados.
bargo, que vá más allá mí ánimo al emEl afecto que algunas personas han tenido á puñar la pluma con que doy comienzo á tado en la esclavitud por la atrofia de la nidad irritándose al perder sobre el tainteligencia, la prostitución del corazón pete verde su dinerofiadoen las dudosasBUS perros ha rayado casi en locura; el duque
y las apremiantes necesidades de la mi- probabilidades de un rey contra una sota.
de Sao Simón, en sus Memorias, al hablar del esta carta. Vamos á cuentas.
En el mismo niimero de este peripdico seria; siempre rodeada de atractivos que
general Vandoma y del cardenal Alberoni, dice
Se comprende que cada cual juzga en
que el primero se acostaba en la cama con una en que ven la luz nuestros escritos, al exaltan su delicada sensibilidad, llana de
relación
á lo que cerca de sí tiene, y por
infinidad de perros. Tampoco habrá quien igno- volver la hoja, detrás del suyo, y antes las supersticiones de una mala educare que Enrique IH decía con frecuencia que del fiu en que concluye el pobre ensayo ción, y, lo que es más, vejada por el tanto conoce. El Sr. Flores comprende á,
amaba más á sus perros que á su pueblo.
en que doy á conocer el gran trabajo del hombre que la burla y engaña, sirvién- la mujer publicista en el caso de los escritores que respiran bajo la presión de
«Nunca olvidaré, dice M. deSully, la actitud Honorable Wendell Phillips, insigne puestravagante en que se encontraba este príncipe blicista y hombre de Estado americano, dose de ella como medio para aparecer la monarquía, expuestos á las arbitramás grande; y negándola hasta el dere- riedades de funcionarios que todo lo decierto día en su gabinete.'Tenia la espada á un
cho como madre de dar nombre á la fa- ben al favor del tirano y se ensañan conlado, una pequeña capa sobre sus hombros, una tocante a los derechos de la mujer, he leído
especie de toca en la cabeza, y una cesta llena con más sorpresa que gusto el que sus- milia, ya que solo, gracias & ella, existe tra el que no aplauda sus hechos, miende perritos colgada á su cuello por medio de crito por D. Francisco Flores y García el hogar, de que es la piedra fundamen- tras dan la justicia al opulento que coa
una ancha cinta, y le vf tan inmóvil, que nos lleva por título la Emancipación de la mu-tal, y que, como nota muy bien Castehablaba sin mover la cabeza, ni los pies, ni las jer, que juzgo fué equivocación al bau- lar, es profesora de higiene, medicina, una mera indicación de disgusto de su
manos.»
tizarlo, puei solo traduzco esclavilud, co- moral, ciencias, y hasta el ministro de parte puede causar la pérdida de su destino.
Los mahometanos tienen en sus ciudades más mo habrá de verlo todo el mundo, salvo
Los siguientes párrafos comprueban
populosas hospitales consagrados i estos anima- los reaccionarios que están dispensados Hacienda, según mi criterio, que tan admirablemente sabe nivelar los presu- mejor que nada la justicia de mis reles, y un viajero español asegura que al recorrer con la bula romana.
puestos para evitar la bancarrota.
estos puntos observó que los mahometanos ricos
paros.
Y no le extrañe que á Vd. me dirija,
al morir legaban pensiones á los perros, y que
¿Negará esto el Sr. Flores y García
«Imagínese el lector la espaciosa estancia
se pagaban gentes para que ejecutasen las vo- pues aunque á ninguno de los dos hu- por muy conservador que sea?
donde reside un club.
luntades del testador. ¿Y dejaremos de mencio- biese tratado , al menos hasta ahora,
Créame
Vd.,
compañero,
que
la
mayor
El lenguaje empleado en estos cealros es casi
nar en este artículo, que Leibnitz ha hecho á Vd. ya le conozco, y á él también, por
mención de un perro que hablaba? En fia, si aquello del griego, que para conocer á parte de los resabios que respecto á este siempre apasionado.
punto quedan á la raza latina, son efecto
mal no recordamos, nos parece que el año 34 ó
En lo más interesante de la sesión, se oye la
35 llegó & nuestras manos un libriio que se pu- uno bastaba oírlo, y por tal concepto de la perniciosa influencia de la civiliza- voz fina y delicada de la ciudadana G., que pide
blicaba en Parts con el título de Histoire des á Vd. me dirijo con leal franqueza, en- ción romana, que mal de su grado ha- la palabra para terciar ea el debate.
chiens célebres, cuya obra nos pesa en Cüte mo- cargándole la misiva, ya que ninguna brá de escapársele de entre las manos á
Cuan fo la ha llegado su turno, la ciudadana
mento 00 haber leído, pues acaso nos hubiera distancia nos separa ni discrepamos un los conservadores, por más que se es- atraviesa el salón, en cuya atmósfera está condemostrado cosas curiosas.
pelo en opinión.
fuercen en galvanizar el cadáver del pa- densado el humo de los cigarros, lo que algubl perro ha sido también un objeto digno de
Dice, pues, el Sr. Flores, flores verda- sado. No así sucede entre la gran fami- nas veces hasta impida la respiración á los homla pluma de un escritor tristemente célebre del deramente, y para que el dechado estu- lia sajona, y conocido es por demás el bres, y ocupa graciosamente la tribuna, no sin
haber escuchado al pasar por entre la multitud,
siglo xviii. Hé aquí algunas reflexiones de Vol- viese (leurdelissé , que dirían los frantipo de la mujer inglesa, que aun en la los punzantes epigramas con que la obsequialairo acerca de este animil.
cos traspirenaicos, levanta la enseña de
• Parece que la naturaleza ha concedido el Balzac, que aunque toda la Francia, clase de criadas excede en ilustración á ran sus correligionarios políticos.»
muchas señoras de la aristocracia, que le
perro al hombre para su defunsa y para su reSi esto no es desconocer lo que pasa en
creo. De todos los animales es el más fiel y el inclusive la parte invadida y sujeta- encomiendan sin reparo la educación de otros países donde el respeto á los demás
da
por
Prusia,
me
lo
sostenga,
yo
se
mejor amigo que puede haber encontrado el
sus hijos. Que hay diferencia entre esta es condición de la libertad, y paladinahombre; parece que hay muchas especies de es- lo disputo aquí y en Valladolid, como di- y nuestras amas do cría lo reconoce el mente confesar al mismo tiempo la netos animales enteramente distintas. ¿Cómo pen- ría Villergas, que no es autoridad el di- más ciego.
cesidad de reforma en las costumbres,
sar que un lebrel provenga originariamente de fuso novelista, autor sin enmienda, de la
un perro de aguas? No tieoit de él ni la lana, ni Fisiología del matrimonio, quien puede Y no quiero hablar de la mujer yankee, que me emplumen. Todo, ¿efecto de qué?
las piernas, ni la cabeza, ni las orejas, ni el la- hablar de la regeneración Ue la mujer, pues delineado está el tipo en ÍANY y De la indiferencia con que se ha mirado
poco cuesta hacer el viaje para conocer la educación de la mujer, pues como dice
drido, ni el olfato, ni el instinto. Un hombre
que no hubiese visto, en materia de perros, pues sabido es que su moral trasciende prácticamente la gran organización po- Vd. muy bien, mi querido E. H., de ella
más que los de aguas ó loa falderos de lanas á perfume del Trianon purificado en los lític )-social de la república de los Esta- depende que los hombres no estén todacrecidas, y encontrase un lebrel por vez prime- Cnateauxde F/eurs del imperio de la bour-dos-Unidos de América, que desconoce vía á la altura que debieran en nuestra
ra, le tomarla más bien por un caballo enano geoisi que dio el pequeño Napoleón á los las Maritornes y Sanchos de los tiempos anómala sociedad.
que por un animal de aquella raza...
diablos en Sedan, al cabo de tantos des- de Don Quijote.
Pero esto son tortas y pan pintado al
Cuanto se refiere respecto á la seguridad, la aciertos y para coronamiófato de su obra
Pero pasemos, para que vea Vd. que lado de este excelente párrafo que reproobediencia, la amistad y el valor de los perros, cancanesca de Cesarismo.
tengo razón en lo que digo, á examinar
es prodigioso y verdadero. El filósofo militar
Y digo, ya que del francés me ocupo, punto por punto los chistosos argumen- duzco á continuación;
Ulloa asegura que en el Perú los perros espa«Oigan VJs. un discurso femenino de club, y
ñoles conocen i los hombres de raza india, los que su decir ni deslumhra ni satisface á tos con que el Sr. Flores trata de justifi- digan luego cou franqueza si de él han podido
qnien
piense
y
obre
como
hombre,
que
car su vieja teoría, y veremos cuanto se sacar algo en limpio, y digan también si algo
persiguen y los despedazan; y que los perros
peruvianos hacen otro tanto con los españoles, es lo que en su sentir sedebe hacer cues- codea con el error por huir de la verdad provechoso tiene que decir ó hacer una mujer ea
lo cual nos prueba que una y otra especie de ta arriba á la mujer que abdica las gra- q ue sobre todo resplandece.
semejante lugar.
perro conservan todavía el odio que le inspira- cias de su sexo, quedando en el estado
Nada: su trabajo se concreta única y exclusiTomando
por
tema
la
mujer
publicista,
ron en la ípoca del descubrimiento, y que todas de neutralidad de los serafines del cielo
traza el cuadro de más negro colorido vamente á declamar en media hora ó en una, el
las razas combaleo siempre por sus amos con el católico.
que á duras penas escribió en un día
que el Severo Catalina no imaginó con discursiio
mismo entusiasmo y el mismo valor...
y en dos aprendió de memoria, y cuyo conteni;Es
cosa
que
encanta,
miqueridoE.H.,
objeto
de
desalentar
á
la
mayoría
de
Los turcos, aun sin estar enfadados, dicen,
do es la sempiterna repetición de las palabras
con ánimo de despreciar, los «perros de los cris- oír las sutilezas del ingenio que se opone nuestras mujeres para quienes leer y es- más huecas y rimbombantes del diccionario dft
tiaiios.» El populacho inglés, cnando ve pasar á á que los privilegios de lo que se ha da- cribir es contrabando, sin embargo de los escritores á la fuerza y de los políticos por
«n hombre que por su aspecto, por sn vestido ó do en llamar sexo fuerte, no deban ser oscilar entre la iglesia y el .salón de bai- compromiso. Menos cuando no emprende una
peluca, manifiesta haber nacido en las márgenes. extensivos al mal llamado sexo débil! le ricamente enjaezadas, á fin do llamar senda, para olla más desconocida y difícil que la.
12
LA AMERICA, —AÑO XVI.—NUM. 13.
rnlinaria, pero de más gloria, y proclama la Allí se respetan los nombres de los ingenios que No deja de ser un poderoso auxilia para los na- cio fué hecho para la vida campestre y deliciosa
destraccion de la familia, la liquidaclou social, producido la España contemporánea, y quizá turales del pueblo, en su inmensa mayoría ex- de familia.
la anarquía, y hasta la aecesidad de achicharrar algunos de ellos igoorea que sus producciones casos de recursos, el de proporcionar los veMandó edificarlo el rey D. Joan I, y los suceson leídas con avidez ó se representan en el hículos indispensables y los guías, que son su sores de este monarca le reformaron en alta
coa peirdleo i la mitad del géaero hamaoo.*
teatro.
Verdad
es
que
nuestro
representante
en
Idgica coasecueocia.
grado, sin que perdiera su carácter primitivo.
Sobre ser exagerado el afirmar en abLisboa, con esa prodigiosa actividad y esa ilusMás de una, y más de dos veces, el que estas Parece que existían sotes de su construcción alsoluto que una mujer no pueda hacer un tración que amigos y adversarios le reconocen,
escribe encoolrd en la cuesta del castillo gunas obias de los moros, y según un escritor
discurso en regla, es ridicula la timidez ha trabajado con fe en esta empresa, si bien le líneas
larga caravana de viajeros, arístoerálieamente portugués, fué la pequeña Alhambra de los reque se apodera del ánimo, porque demos secundaron en la obra liieratos, artistas y hom- montados, unos en tierra por apresuramiento de yes de Lisboa. Mas sea de esto lo que quiera, es
de barato que suceda, una mujer pida la bres públicos de la nación vecina. (1)
los animales, y otros forcejeando por conservar indudable que su fundación se remonta á tiemreforma social, cosa que no comprenden
Los portugueses tienen grande añcioo á la lec- la posición vertical; y era de verá corpulentos pos antiguos, y hasta pudiera atribuirse á la
los santones sin el petróleo. Parece cosa tura de nuestros libros, porque encuentran rica hijos de la altiva Albion pidiendo auxilio para época en que los sarracenos ocuparon como se<lel heleno Sr. Caudau tal hipótesis com- en vocablos y armoniosa en los períodos la len- atajar la marcha al humilde cuadrúpedo, que ñores la Península ibérica. A pesar de los tiemgua castellana; á la música popular que les re- habla hecho todo lo posible por desasirse de su pos y de la trasformacion, todavía conserva
burente.
vestigios del gusto que dominaba á la arquiteclos cantos de su tierra y las composicio- nu nuevo amo.
En fin, ya que tocamos ese punto, cuerda
nesde sus más insignes vales; á las pinturas y
El convento (hoy palacio) y castillo de la Pe- tura de aquella edad. Actualmente está destibueno será que convengamos en que los grabados de nuestros artistas, que les presentan
ña, debid construirse por los años 1503 al 1504 nado á residencia de verano de SS. MM.
neo-conservadores, que tanto temen á la ante sus ojos sus propias costumbres y la re- próximamente. La crónica reñere que D. Juan
En el terremoto de 179S sufrió el palacio
libertad no tienen más bienes raices que producción de grandiosos monumentos. Asi es, de Castro, último virey de la India, fué propie- grandes deterioros, que fueron reparados en lo
que
si
nuestros
compatriotas
favoreciesen
la
pulas de sus muelas, y al declamar siemtario del terreno y sus edificaciones, que su con- posible por el marqués de Pombal. Hay en 61
pre contra toda reforma es por el afán blicación gratuita de una selecta biblioteca con virtió más tarde en asilo de religiosos. Ahora una particularidad digna de notarse. Fué prisión
de lucir el taco, á fia de que caigan en obras de escritores españoles, y subvencionaran pertenece, por compra hecha, á un particular, de Alfonso VI, y existe en la capilla, encima del
Lisboa y Opono un teatro nacional, nuestro al padre del monarca lusitano.
coro, el sitio donde ola misa sin ser visto del
las redes de su fingido crédito los pobres en
país seria conocido y apreciado de la) clases poSegún nuestras noticias, aquella magnífica pueblo.
honrados que viven de su trabajo. Es pulares. Solo coQOCiéadose y apreciándose muDespués de visitar la morada de los reyes, el
máxima estudiada que surte sus efectos. tuamente, sin perder nada de su autonomfa é pojcsion figuraba en los inventarios de los bienes desamortizables coando las asociaciones mo- viajero tiene todavía tiempo de subir al castillo
Y diré, por conclusión, mi querido E. independeacia, poiráo llegar á ser hermanos násticas dejaron de tener existencia legal, y por de
los moros, que pertenece al rey Don FernanH., que sine ira et sluUio, es á saber, sin ambos pueblos.
consiguiente, fué objeto de la venta en pública do, y de examinar las preciosas casas de campo
propósito deliberado de ofender, digo las
bebemos acostumbrarnos á no esperarlo todo subasta. Un particular, como mejor postor, ad- que se encuentran dentro del término de Cintra,
verdades cuando se presenta la ocasión. del Estado. Los hijos de España, que tanto quirió la propiedad; pero siéndole gravosa su Sobre todo, lo que merece la atención más diliAsi, pues, sin temer al progreso, cuyas quierea á su pairia, pues nada bay mis vivo que administración y no pudiendo conservarla como gente y un verdadero estudio, es la de .M. Kook,
iras son caricias para el género humano, el sentimiento nacional hallándose en tierra ex- merece, hubo de traspasar el dominio al rey uno de los fabricantes más conocidos en Inglala emancipación de la mujer vendrá, y tranjera, están en el caso de asociarse en bene- D. Fernando, previo el pago de una cantidad terra, y cuya aficcion á las artes es digna del
ficio suyo y en el de su pais. Con la valiosa considerable.
mayor elogio. No hace seis años que ha terminacon ella el mejoramiento de la familia, ofrenda del rico y la modesta suscricioa del obreNuestros lectores saben que este príncipe es do su casa, con honores de palacio, y hoy es el
porque es cierto de toda certeza que el ro podrían crearse algunas escuelas y hospitales,
muy aficionado á los objetos de arte, y no les depósito particular más completo de objetos anhombre es tanto más perfecto cuanto donde se admitiese á los pobres de ambos paí- extrañará seguramente que haya dedicado sus tiguos y modernos, tanto cieuifticos como indusmejor es la mujer, piedra angular de la ses, y se enseñara á los niños, en idioma espa- vigilias y gran parte de su fortuna á la mejora y triales. Seis millones de libras esterlinas aplicasociedad y exacto reflejo de las costum- ñol, los primeros onocímieoios de la vida. Ue trasformacion de un castillo feudal en el más dos á la adquisición de cuanto pueda ser útil ó
esta suerte acabarían de una vez y para siempre admirable modelo de la arquitectura de la Edad agradable, bajo el punto de vista del arte y de la
bres y cultura de los pueblos.
injustificadas y añejas preocupa- Media. Cierto que aprovechó gran parte de las ciencia, con (sabia elección y gusto delicado,
No nos pese, ni nos desaliente, á los resistencias
ciones.
murallas, fosos y almenas que antes exlstiau; fueron lo bastante á construir la base de su Muque trabajamos por la revolución univerpero no lo es menos que ha completado con seo, po'que museo es su casa, sus muebles, sus
11.
sal, que se nos pre.senten obstáculos en
nuevos trabajos un sistema de fortificación de la adornos, cuanto hay dentro de el.
Así
como
los
extranjeros
al
llegar
á
Madrid
el camino; tanto mejor: la solución de
época que representa. Los adornos del edificio,
Para penetrar en aquel recinto, se exige la
los grandes problemas sociales que ha- visitan el monasterio del lüscorial antes que las los detalles más insignificantes de la obra, hasta cualidad del extranjero. Así es que los españoles
academias, museos, hospitales y eiifícios notabrá de realizarse en lo que resta del si- bles de la cdrte, así los que van i Lisboa se di- los muebles, guardan perfecta armonía, y al están comprendidos en la franquicia concedida
glo, tienen forzosamenie que traer fuer- rigen á Cintra, sin cuidarse de las bellezas ar- penetrar en aquel recinto recuerda la memoria por M. Kook.
las descripciones de antiguos escritores y los
tes conmociones, de las que mal librado if:>iicas que encierra la ciudad del Tajo.
Después de examinar, aunque ligeramente,
modelos que todavía existen en nuestro país.
habrá de salir el carcomido edificio del
La capital del vecino reino presenta un as- Las personas que han visitado la Alhambra de las bellezas artísticas y naturales de Cintra, el
viajero tiene á su disposición durante el verano
pasado en justa expiación del mal (jue ha pecto sorprendente por la multiplicidad de consGranada encuentran algo parecido entre una y seis ú ocho ómnibus que le conducen á Lisboa en
producido y do los vicios constitutivos de trucciones, que recuerdan iodos los drdeoesar- otra coQstruccioo.
las últimas horas de la tarde (<).
su origen.
quitecidnicos, y por las sinuosidades del suelo,
Y antes de llegar á la capital, todavía puede
Des le las torres del castillo, que parece esEl porvenir solo aterra á los egoístas, que hacen más vanada la vista de la población;
conderse entre las nubes, se descub.-e un ex- ver en el camino las magníficas obras ejecutadas
pero
el
viajero
encuentra
mayores
atractivos
en
cuyo temor de sufrir va hasta la avertenso horizonte, y en dias claros se ve el Mar, para la conducción de aguas, y el sin número de
sión contra los que sufren, así comonun- ¡a poética Cintra, que Inspiré á Camocns sus Mafra, y algunas leguas de Uerra. La dilatada casas de campo que rodean á Lisboa.
versos más melodiosos, y hasta el tétrito lord
ca sorprendió á los fuertes, que viendo Byron
Parécenos que en tan breve período de tiemno pudo ser indiferente lanzando Clores, vista del Océano no puede ser más imponente
po, desde las siete de la mañana hasta igual
bajo la mortalidad social la imperdura- si bien con espinas, sobre este nuevo paraíso. ni más conmovedora.
bilidad humana, sonríen ante las granEntre las muchas bellezas que avaloran el hora de la tarde, no es posible encontrar un esA cinco leguas al Noroeste de Lisboa se halla
des catástrofes que preparan el nuevo Cintra, en terreno poco llano , pero apacible, y castillo, so encuentra en primar lérmioo la ca- pectáculo qus más halague á la inteligencia.
dia, y al ver los primeros rayos de luz su romántica sierra, tan decantada por la belle- pilla. E\ viajero, se detiene ante el altar mayor, Además, el viaje es cómodo, el gasto reducido,
la impresión agradable. Aunque uno sea indifeue asoma rasgando las negras nubes za de sus bosques y la amenidad de su clima. porque en él existen trabajos artísticos de gran rente, que no puede serlo, á las obras de los
valía,
aparte
de
la
signilieaeion
religiosa
que
el horizonte del presente, dirán con más Proldngase esta hasta el mar, donde termina el inspira siempre la creencia católica; las escul- hombres, que suponen grandes trabajos 6 infe:—«Ailelantel Adelantel Confiemos en el cabo de Roca, y desde ella se descubre la em- turas de las eñgies que allí se veneran tienen rasnsos tesoros, al menos rindamos culto á los
bocadura del Tajo, bahía deSetubal y las islas
porvenir] •>
un mérito extraordinario; retratan á lo vivo el principios de la naturaleza, cuando esta se prede Berlangas y Peniche.
carácter, la humildad, hasta la ñsQoomfa del senta en todo su expleodor.
Con todo lo cual queda del Sr. D. E. H.
La comunicación entre Cintra y Lisboa se re- que
vive solo y exclusivamente para sus semeobsecuente servidor, su más adicto y siente de la falta de un ferro-carril, siquiera
MODESTO FsRNJiNoez v GONZIILEZ.
laal compañero que ledesea valor yener- fuese movido por fuerza animal. Sin em bargo, jantes, y en dosornaciaas laterales ae ve la Pasión y muerte de Jesucrislo, trabijo delicadísimo
gía para la lucha y mejor éxito en 1^ son tantos los carruajes, dmnlbus y diligencias como ejecutado sobre mármol y en espacio suDON JUAN FRANCESCH Y SERRET.
que encuentra el forastero, que por una cantidad mamente reducido. La capilla, en su forma y
empresa.
insigniflcaote
realiza
un
viaje
de
ida
y
voelta,
Salud, etc., etc.
en su fondo, es digna de un monarca, y pusobre todo en los meses de verano. En el resto diéramos decir de un artista.
¿Quién es el Sr. Francesch? preguntan
Vuestro afectísimo
del año es preferible un coche de alquiler duen estos momentos todas las personas
El
palacio
conserva
gran
número
de
pinturas
rante un dia' que suele costar 4.000 reís (unos
JOSÉ MARÍA PRELLEZO.
que han sabido por los periódicos el atre84 reales pntximamente), y en cuyo espacio de y objetos antiguos que le hacen codiciable á ojos vido golpe de mano que ha intentado dar
Madrid, Julio 2 de 1872.
extranjeros.
El
hombre
de
ciencia
tiene
allí
á
su
tiempo se examinan, aunque muy á la ligera,
las preciosidades artísticas del castillo de la Pe- disposición una selecta biblioteca Je útil y va- en Ríus al frente de 600 carlistas.
El hecho justifica la curiosidad del púña y las bellezas naturales que esmaltan la sier- riada lectura; el escultor encuentra no pocos
modelos que imitar; el naturalista observa una blico: un hombre que detiene un tren,
ra de Cintra.
RECUERDOS DB PORTUGAL.
lozana y una verdadera riqueza en hace apearse á los viajeros, manda á la
Ante todo, el viajero, una vez instalado en el vegetación
exóticas; el pintor puede reproducir en
pueblo que está á la falda de la montaña, tiene plantas
lienzo las obras de los grandes artistas; al ar- gente que tiene á sus órdenes que suba
«\ estas cobaes vlllis submetida?
A junta también Maf a em pouco espapo, que proveerse de uno ó más v jiocípedos del gé- quitecto se le presentan ante sus ojos construc- á los coches y dice al maquinista «¡á
nero asinus, si no quiere llegar rendido de fa- ciones de envidiable gallardía, y el que solo vive Reus! •> no es una persona vulgar.
E ñas serras iJa Lúa conheci las
tiga al palacio y castillo del rey D. Fernando. de los trabajos agrícolas, que vaya á la posesión
Subj ig\ i fiia Guiira ó duro brafo,
En efecto, el Sr. Francesch es, ó era,
Uesdo la población, que reúne todos los encan- del rey Don Fernando para examinar las má- porque á estas horas ha muerto, un homCiiiir», onde a5 naaades escon iida4
N.s foatcs, vaoíUi{iiJo aodoce lapo.
tos de la naturaleza y del arte por el iamenso quinas, artefactos, saltos de agua y procedibre de talento, de instrucción militar y
Onde amor as em-fda brandamente.
número de casas de campo y de caprichosos jar- mientos de cultivo.
Ñas íguai accedindQ foKO árdante.•
de carácter enérgico.
dines,
hasta
el
castillo,
modelo
de
arquitectura
(CAMOUNS.—Oí Luisadas.)
Después de recorrer las habitaciones de pala¡Lástima que todas estas condiciones
gdtica, no hay otro camino que una pendiente
I.
en forma de caracol, muy pronunciada, accesi- cio, el viajero vuelva á la plataforma, que se se hayan puesto en actividad para conble á los carruajes, pero que la prudencia acon- halla á la entrada de la capilla. El punto do visEspaña y Portugal conslltnyen la Península seja no usar en aquel punto como medio de lo- ta que en aquel sitio ofrece el castillo y cuanto tinuar las luchas civiles que amenazan,
ibérica. Lascostumbre?, la lengua, la religión, la comoción.
le rodea, es de lo más pintoresco, pu s so en- no acabarse nunca en nuestro país!
¿Pero quién es el Sr. Francesch?
manera de ser de la familia, los derechos civiles
cuentra
á una altura de novecientos y tantos
es que se ve á los extranjeros y i los hijos metros sobre
y poitlicos de los naturales presentan en ambos delAsí
el nivel del mar. Desdo allí se ve
Un oficial de ingenieros que ingresó,
país,
sea
cual
fuere
su
clase
y
categoría,
en
pafses idéiiicos caraci^íres y tienen no pocos
en lo alto del monte la estatua colosal de Vasco en la Academia en 1850; dedicado á los
humildes
cabalgaduras,
llegando
á
constituir
espuntos de semejanza. Hasta en las variaciones
de Gama, que se reproduce en miniatura en uno estudios de ciencias exactas, al salir de
del clima, en la riqueza del suelo y en las obras te detalle uno de ios más divertidos del viaje. de los cristales de la capilla.
la Academia se encontró en el mundo
del arte se encuentia algo especial que les disAntes de llegar al pueblo, el viajero encuen- sin las nociones indispensables para no
tingue de las demás naciones. A pesar de la
(1) En España era muy raro ((ue ge leyese tra abiertas las puertas de los partes, bosques,
Identidad de origen, pocos pueblos habrá que un libro portugués, si se exceptúan algunas per- jardines á invernaderos. El botánico más exi- chocar cou esta sociedad ligera, que no
hayan tenido menos relaciones entre si; y es que sonas, como los Srss. Romero Ortiz, Valera, gente tiene que rendir culto á la variedad de fa- averigua el fondo de las personas, Limisus híbitaotes fomentan y conservan cierta indi- Barrantes, Martínez (U. Joaquín Benigno), Bala- milias y especies que allí existcu, y á la pródi- tándose á juzgarlas superficialmente.
ferencia, que puede llamarse tradicional.
guer. Amador, Moreno Nieto, García Barzana- ga naturaleza que las cobija en su seno.
(1) El viaje en ómnibus es un medio de trasLos gobiernos han procurado, y hoy más que llana (D. Jasé), Calvo Asensio, Castelar, CamRodean al castillo, en un perímetro de dos
nunca procuran, estrechar los intereses comer- poamor y Fernandez de los Rios, aficionados co- leguas castellanas, extensos terrenos cultivables, porte barato. Cuesta el billete personal desde
ciales, facilitando las transacciones mercantiles mo pocos al estudio de aquella literatura. En hallándose destinados en su mayor parte i pra- Lisboa á Cintra, haciendo escala ea Altada Porealhata, 20 reales. Estos carruajes parten de la
de ambos pueblos. El telégrafo y el ferro-carril Portugal no eran mucho más conocidos nuestros dos, huertas y alamedas.
plaza del Pelouriuho. Sin embargo, las familias
hacen cada dia más fícil esta obra meritoria, y libros. Gracias ahora al empeño de hombres
ó los amigos que excedan de dos personas y no
es de creer que llegue un momento, y quizá es- ilustrados de ambos países, nuestras relaciones
III.
pasen de cinco, deben elegir un coche de alquité cercano, en que las tarifas postiles, telegrá- literarias con aquel reino se han estrechado y
íicis, aduaneras, monetarias y del giro mutuo, prometen ser fecundas. Para dar una idea de
Instalado ya en la población, no debe abando- ler, ajustándolo antes, condición que la prudenesto, bastarl decir que las corporaciones cien- narl» el viajero sin visitar el palacio real, que cia aconseja usar á todo extranjero que visite la
se confundan entre sf.
Se observa desde los últimos años una afluen- tíficas de España han enviado á las de Portugal se encuentra en la plaza del mismo nombre. Es capital del reino lusitano, sobre todo con losconcia mayor de españoles en territorio portu- en el espacio de dos años 6.820 volúmenes , y un edificio notable por la irregularidad de su ductores de carruajes.
Convíeoe advertir á nuestros lectores que la
gués; podiendo asegurarse que en Lisboa llega las de Partugal han enviado ee cambio á las de arquitectura, por sus elevadas almenas de fori 40 000 el nlSmero de nuestros compatriotas, España 7.012. Consta además que en el comer- ma cónica y por la belleza de su ornamentación, moneda española se admite en pago de toda clacio
de
libros
de
Portugal
ha
crecido
mucho
el
que recuerdan gusto puro arábigo. Todo en él se de transacciones, y el tipo oficial del cambio
y excede de 20.000 en la comercial Oporto. Los
es antiguo, pero airoso; y aunque las construc- es 940 reis por cada duro español; pero los parlibros de lo» escritores más conocidos entre nos- pedido de obras españolas.
otros, las publicaciones periódicas, y hasta las
En Lisboa se han establecido tres cátedras do ciones de su época están fortificadas con gran- ticulares no llegan más alli de 930, ó á lo surevistas de modas, circulan de mano en mano. lengua castellana, y aun se va á establecer otra. des fosos y torreones para 1« defensa, el pala- mo 933.
3
CBÜNICA
fflSPANO-AMEBlCANA.
franqueza de confesar paladinamente lo que en
sus creaciones intelectuales incluye como fruto
de diferentes entendimientos.
Pasemos á Iks coíacidencias. Lo es intencional cuando un autor intercala ó cita en determinada obra un episodio, un incidente, un ras?;o caracterfstico, un concepto, nn verso, ana
rase que claramente se vé que aquel ha interpuesto de un modo expreso entre las suyas propias, ya como tributo de admiración d afecto al
autor del pensamiento dramático, Krico, poético
6 céiníco que se ha hermanado y ligado al irabajo en que se incluye, ya para confirmar con
opinión de extraños la de uno propio, ora como
recuerdo consagrado á un autor de mérito, ora
cual medio de amplificar un fruto intelectual
embrionario. La coincidencia eatual resalta de
la doble, triple y basta múltiple homogeneidad
d igualdad de pensamiento en que incurren diferentes autores, ignorantes por completo de esa
uniformidad de ideas propia y extrañas.
Aun pudiera decirse que el plagio delicado es
la misma coincidencia intencional, d vice-versa.
Yo prefiero las cuatro clasificaciones mencionadas, porque la coincidencia intencional se contrae i menores proporciones imitativas que el
plagio delicado: este al conjunto de una obra:
aquella á partes de la misma.
Toda cita es coincidencia de pensamiento
cuando este no nace del conocimiento de aquella. El deslindar esto solo podría hacerse con
ayuda de la buena fe de los autores. Respecto
de algunas coincidencias, no hay necesidad más
que del estudio para determinar lo intencional ó
casual de cada caso.
IIL
Emitir ideas, y cuando con hechos concretos
puedan confirmarse, citar y enumerar estos es
el medio mejor de hacer resaltar la bondad y
exactitud de las mismas.
Quien quiera que á estudios literarios se dedique con alguna preferencia ó siquiera atención,
habrá observado con cuánta frecuencia la lectura de una comedia recuerda otra; cémo un
asunto, un detalle, un verso, un pensamiento,
poae en la memoria otro parecido.
Dramas, saíneles, novelas, cuentos, artículos
de costumbres, poesías enteras, versos sueltos,
fábulas, epigramas, refranes, modismos y locuciones vulgares, nos recuerdan á cada momento
otras locuciones, otras poesías, otros artículos,
otros dramas más ó meaos semejantes. Todo ello
no es sino efecto del mismo plagio 6 de la mismi coiociJeocia.
Es más: á veces el drama hace pensar en la
novela, el cuento en la comedia, el verso en el
artículo, la poesía en el refras; y así, por el mismo drden, anos por otros, cualquier trabajo literario recuerda los que en algo se le asemejen,
aun siendo frecuentemente, na ya literario, sino
es también propio de distinto ramo del saber
humano, que también en ciencias, armas y artes existen coincidencias y plagios, los cuales,
por referirse estos ligeros apuntes únicamente á
las letras, no citaré también. Quizá lo haga algún dia.
De antiguo, de muy antiguo parten aquellas y
aquellos, y su campo de acción por la redondez
de la tierra ha sido tal, que un estudio detenido
de los preceptos bíblicos primero, y después de
las producciones de los clásicos latinos y griegos, de las de escritores de la Edad Media y del
dia, nacionales y extranjeros, ya ingleses, ya
alemanes, ya italianos, ya franceses y portugueses y árabes y hebreos, nos suministraria
vasto arsenal de textos que confirmara mis aserciones.
Ni á la publicación á que este escrito se halla
destinado permite gran variedad de citas, ni para ellas he hecho trabajo de preparación alguno:
son las siguientes, la reunión de aquellas que á
mi propósito cuadrando vienen á la memoria en
la presente ocasión, y que citaré coa la coordinación misma en que se ocurran i la mente.
IV.
13
Nombrar la honra sugiéreme otro ejemplo de tener á bien los autores leerme sus trabajos licoincidencia; en cierta leyenda heráldica se es- terarios y consultar mi opinión humildísima sobre los mismos, que me autorizan á proclamar
tampa lo que sigue:
«Da la vida por la onra, y la onra por el alma.» en alta voz que existen «coincidencia» literaNo es el mismo pensamientoel que dicta Cal- rias,» porque de buena fe me asegurat)an aquellos no conocer producciones á las que yo sacaderón en Bl Alcalde de Zalamea, diciendo:
ba de las de estos analogías, parecidos y se«Al rey la hacienda y la vida
mejanzas.
se ha de dar; pero el honor
Y esto en todos géneros, cuentos, fábulas,
es patrimonio del alma,
cantares.
y el alma sdlo es de Dios.»
Prescindiendo de lo privado y aludiendo á lo
La situación de dicha gran comedia calderoniana, en qae el hijo digno y noble del alcalde de dominio público, citaré dos cosas.
La conocidísima fábula de Samaniego La c(Pedro Crespo se parte con las tropas del capitán D. Lope de Figueroa, y la familia del bisoño garra y la hormiga, halla su similar en título,
capital y terminación con otra del doctor
le ve alejarse por lo blanco del camino i la luz asunto
D. Antonio Mira y Amescua.
de la pálida luna, es escena que el espectador
Termina la de aquel fabulista así: •
que la conozca ha de recordar siempre que vea
«iHoial ¿Con que cantabas
el final del primer acto del buen drama de PéCuando yo andaba al remo?
rez Echevarría Leu Qaintae, cuando en un tanPues ahora que yo como.
to parecidas circunstancia Julián marcha á serBaila, pese á tu cuerpo.»
vir al rey.
Ré aquí la conclusión de la del arcediano del
Pocos plagios y pocas coincidencias habrá tau Guadix:
frecuentes como de situaciones dramáticas: bas«Pues cantaste en el verano.
ta por eso la citada comprobación de que en toDanza, hermana, en el invierno.»
das partes se hallan, d como suele decirse,
Como en cantares coinciden también autores
«En todas partes cuecen habas
diferentes, se tendrá leyendo los que signen,
y en la mia á calderadas.»
Proverbio.d refrán que viene de molde para bellísimos por cierto, y que han publicado en
intercalar texto italianp, justificando con él la 1871 poetas que ni se conocen, ni :ie tratan, ni
eoiocideocia que apunté de nacionales y ex - tenían noticia alguna de su>¿respeciivas composiciones.
tranjeros:
• Tutto il mondo é fallo como la casa noitra.» D. Augusto Ferran, en xu libro La pereza:
«Por la noche pienso en tí,
«El hábito no hace al monje,»
Y en tí pienso á todas horas;
Y mientras tanto yo viva.
•Debajode unamalacapa hay un buen bebedor.»
Vivirá en mí tu memoria.»
Del jévan D. Tomls Senderos.—Kerioi, 11brito microscdpico:
«Las apariencias engañan,»
«¿Quieres saber cdmo pasa
¿no expresan ideas muy semejantes cada ano de
Todo el dia para mi?
dichos adagios?
La mitad en tí pensando,
Los refranes sirven continuamente para títuY la otra pensando en tí.»
los de obras dramáticas, para artículos literaEl mencionar cantares me trae á la memoria
rios, denominación de libros y aun de poesías. que en una marza, canclonj montañesa se dice:
Uno solo de aquellos da titulación á más de un
«Dama, si queréis amor, amad.»
trabajo, y todo esto no es menos que coincidir
Pensamlenta
es este que el autor del libro
en pensamiento ya creando, y esta es la coincidencia; ya adoptando, que también es coincidir de donde la copio le compara con el de Séneca:
en adoptar.
«Si vii amari, ama.»
Cuando Alarcoa en sos Poetlai eérias y huPara resolver si Bl cura de aldea, drama del
morUtieas dice:
Sr. Pérez Escrich, y La oración de la tarde, de
¿Y qué hiyaun lirio más,qué importa al mundo? D. Luis Mariano de Ltrra, eran plagio una obra
no plagia ó coincide intetuionalmenlt con Es- de otra, d meramente coincidencia, se eelebrd
prooceda al final de su canto III de Bt diablo años ht una reunión en la que, si no me engaño, se decidid lo segundo.
mundo en
Ante tal prueba, ¿hacen falta más?
Trueqúese en risa mi dolor profundo.
Diré, sin embargo, que como hay coinciden¿Qué haya un cadáver más. qué importa al mondo? cias
buenas y malas, hay quien coincide intenlo mismo que el Sr. Campoamor en el poema cionalmente con Lope de Vega Carpió, parodianLa novia y el nido, coincide coa Fr. Luis de do su
León, que dijo:
«En una de fregar cayd caldera;
«Que descansada vida
Trasposición se llama esta figura.»
La del que huye el mundanal ruido.
D. Pedro Antonio de Alarcoa, muy dado, al
Y signe la escondida
parecer, de intercalaciones de ajenos versos,
Senda por donde han ido
hablando de las granadinas, dice:
Los pocos sabios que en el mundo han sido,»
«Las de ojos negros y gentil cintura
escribiendo ahora el académico de la española:
Te recomiendo yo, pálidas diosas;
«¿Para qué habrán servido
(Trasposición se llama esta figura).»
Los nidos todos que en el mando han sido? •
No tengo que decir á qué gusto pertenece coRecuerdos como los citados, inlencionales se- piar d imitar ciertos errores. Es verdad que dice
guramente, podrían apuntarse multitud de ellos; el refrán, y la linda comedia de D. Fernando
más los expuestos en verso, y el siguiente en
prosa y verso, serán suficiente para mi objeto: Martínez Pedresa, mí particular amigo;
«De gustos no hay nada escrito.»
«Más dura que el mármol á sus quejas»
De cuyo precepto existe además esta otra loera una dama, y estas partían de su amante. Así cución francesa:
se expresa el Sr. Fernandez Guerra hablando de
«Oi n« doit pat disputer des gouts.»
una comedia de Ruis de Alareon.
Igual nacionalidad tiene la siguiente coinposiGarcilasodejd escrito en su Égloga I, poelon de Malherbe:
niéndolo en boca del pastor Salido:
PLAGIOS T COINCIDENCIAS.
*EUeétait de cet monde, ou let plus belles choset
«O más dura que mármol á mis quexas.»
ont I» pire deslin,
AI
mismo
autor
pertenece
este
terceto;
(MOSAICO LITERARIO.)
Et rose elle á vecu ce que vivenlles rotes,
«En msdio del invierno está templada
L'espace d'un ma<tn.»
I.
El af ua dulce desta clara fuente,
¿Quién no conoce aquellos versos de Lope de
Aquí hay dos coincidencias: una donde se haEntre el plagio y lo que yo me complazco en Vega, tan repelidos para los que escribimos paY en el verano más que nieve helada» (1).
bla del destino de las cosas, con Petrarca, qaiaa
llamar •coiocídeDCia literaria» existe una ooia- ra para el público, que dicen:
Y el segando verso hace recordar el de Pe- en el soneto c. c. x. c. libro invita di M. lau1>il(jima difereocia.
trarca á la fuente de Valclasa , patria de su ra, exclamaba:
«El vulgo es necio, y pues lo paga, es justo
Hay persona qué llama plagio á las situacioqueridísima Laura:
Hablarle en necio para darle gusto (i).»
"Cesa bella mortal passa é non dura;»
nes dramáticas que recaerdau otras; á las comPues bien; en La picara Juitina, novela comtChiare, fretche é dolce acque,»
la segunda con Rioja, el cual en la silva á It
posicioaes que coa otras coincidan ea algo; á puesta
por el licenciado Francisco López de yesteoiro de Voliaire:
rosa dejd dicho:
los títulos de prodacciooes literarias que algunos semejantes traigan i la memoria; ti los ver- tlbeda según unos, y según otros fray Andrés «C/o»r« fontaine, onde oimable, onde puré» (2).
«Pura, encendida rosa,
Pérez,
leonés,
dominico
y
autor
de
diferentes
sos y cantares asimilables á cantares y versos
Emula
de la llama
La edición de las obras que tengo á la mano
de distinto aaior; á cualquier asunto, en fio, que libros más, se dice:
Que sale con el dia,
del
célebre
egloguisia,
comprende
varias
notas,
«Que
con
los
discretos
hablo
bien,
y
con
los
en otro anilogo haga pensar.
¿Cdmo naces tan llena de alegría.
las que se van detallando los versos en que
Pero como entre el plagio y la coincidencia necios hablo en necio para que me entien- en
Si sabes que la edad que te dá el cielo
el
vate
bucólico
imité
dcopid,
ó
como
yo
digo,
»
de pensamiento median, repito, notables dife- dan
Es apenas un breve y veloz vuelo?»
coincidid
C
O
D
pensamientos
é
imágenes
de
Virgirencias, conveniente me parece fijarlas y deterLa palabra necio me recuerda otros dos casos lio, Ovidio, Tíbulo, Horacio, Sanázaro, Tedcrito,
El mismo escritor y Jorge Manrique, y ana
minarlas aquí. '
que pueden parecer contraposición, y, sin em- Propercio y algunos otros clásicos primitivos.
Gdngora, ofrecen punto de examen en el preEl plagio se divide y snbdívide en varias cla- bargo, coineidencla también.
sente artículo.
Unas
ciertamente
que
serian
inspiradas
por
ses, como sucede con la coincidencia misma:
Cervantes hace exclamar al eandnigo del Qui- obras del autor de la Bneidaj de las Geórgicat,
El racionero cordobés, calterano y poDzanta
hay plagio grotero y plagio delicado: la coinci- jote: «Que vale más ser loado de ios pocos sa- 6 por las del que escribid las Traiformacionet,
dencia se clasifica en xnUncionai y eamal.
bios, que victoreado de los mochos necios;» y d por el elegiaco vate, 6 por el modelo epístola» poeta, esofibia:
«Arroyo, ¿en qué ha de parar
Estas divisiones admiten cada una otras sub- después Iriarle termina una de eos fábulas así: riod cualquiera otro de los escritores antes menTanto arribar y subir.
divUiones entre st: de buen gusto d de mal gus«Si el sabio no aprueba, malo;
cionados.
Tú, por ser Guadalquivir,
to, 6 sean plagios 6 coincidencias oportunas d
si el necio aplaude, poor.<
Pero muchas serian coincidencias, como hay
Guadalquivir por ser mar.»
Inoportunas. Excusado creo iadicar qué es de
Véase
cdmo
los
cuatro,
Lope
y
fray
Andrés
motivo
para
creerlo,
de
sin
número
da
casos
de
Halla aaalogías el lector, ea esa pintara del
nial gusto y qué lo es de bueno.
Pérez por un lado, y Cervantes é Iriarte por algunas que por su carácter privado no puedo en lo qne para la vida, coa el decir del vate
El del lector apllcari por sí propio el corres- otro, han venido á coincidir en el fondo de cua- citar aquí, aunque yo aseguro que existen. Típondiente i cada caso en las subdivisiones; se- tro textos, en que el talento debe ser siempre tulos de obras, composiciones y asuntos de otras, sevillano:
flalaremos únicameste la primera clasificación. hoofado por el genio.
«Como los ríos en veloz corrida
prosa y versos, inédito todo, conozco yo, por
Se llevan á I& mar, tal soy llevado
11.
A último suspiro de mi vida.»
(i) En alguna parte he leído yo en lagar de
(1) Un comentador del poeta toledano, funPlagio groiero as aquel en que el antor de la
Yo sí, y las anteriores citas no so dir< qoa
«paga,»
poner
«quiere;»
pero
en
la
nota
305
dado
en
el
testimonio
de
Tamayo
de
Vargas,
obra ha utilizado ajeno pensamiento, revistiéndifieren del pensamiento dominante en la com" dolé con detalles propios de su ingenio, y aun á de las del libro Don Juan Ruis de Alareon y asegura que la composición se refiere á la fuen- posición conocidísima de Jorge Manriqae, en
te
sita
en
la
casa
del
autor,
y
conocida
en
BaMendoza
por
D.
Luis
Fernandez
Guerra,
se
veces del de diferente escritor, anunciando y puque, segan él, señoríos y rios y todo, Irá: «i ae
tres por Fuente de Garcilaso.
blicando el trabajo as( elaborado como producto asegura que Lope dijo:
(2) Battura cita la composición de Voltaire acabar.»
del autor del remedo, plagio delicado se llama
«Porque como las paga el vulgo, ea justo
Y es cieMo; todofinél mando acaba y muere.
como Inspirada por otra de Petrarca.
-«1 en que el plagiario tiene la ingenuidad y la
Hablarle en necio para darle gasto».
Enamorado Francesch de ana bellísima joven perteneciente & uoa familia de
la aristocracia española, TÍO UÜ día y
otro pag:ada su pasión con desdenes.
Francesch no tenia una posición distingruida, ni una figura arrogrante, ni
una eleg-ancia sorprendente, ¿por qué
aspiraba á enamorar á una joven de las
mas elegantes, de las más bellas, de las
más aristocráticas de nuestra sociedad?
Las ciencias matemáticas servirán para muchas cosas, pero no conquistan corazones.
El pobre oficial de ingenieros devoró
en sileucio los desdenes y se propuso
perder la vida ó adquirir por su valor
una posición brillante en el ejército: solicitó y obtuvo con este objeto ir á la
guerra de África, y en ella se portó con
tanto arrojo que se le veia siempre en
los lugares de más peligro.
Puede decirse que Francesch durante
la campaña vivió en las guerrillas.
Pero la suerte no acompaña siempre
al valor, y el enamorado militar, quo iba
buscando algo que le enalteciera á los
ojos délas gentes, volvió de la guerra con
algunas cruces que colocar sobre su pecho y algún grado más en su carrera,
pero inútil para el servicio de las armas
j desfigurado por un balazo recibido en
a rodilla derecha.
Una gloria coja no suele entusiasmar
al bálIo sexo.
Desde aquella época quedó Francesch
en situación de retirado, y su carácter se
agrió de tal manera, que sus amigos necesitaban en ocasiones dominarse para
conservar sus buenas relaciones.
Sin embargo de hallarse retirado, el
22 de Junio salió á la calle á combatir la
insurrección y obtuvo una recompensa
por sus servicios en favor de la causa del
orden.
Como matemático, era Francesch un
hombre muy notable y ha tenido en Madrid una academia donde acudían casi
todos los jóvenes que se preparaban para ingresar en carreras especiales.
Desde que la revolución de Setiembre
reanimó al apagado partido carlista,
Francesch se acogió á esta bandera y
h a hecho en los últimos años diferentes
viajes á la residencia del pretendiente,
obteniendo expresivas muestras de distinción del príncipe á quien acataba como á su rey.
Guantas personas conocían á Francesch y sabían que estaba al frente de
una partida esperaban ó temían que llevase á cabo alguna acción extraordinaria, y en efecto, la entrada de Reus del
cabecilla carlista es un acto de arrojo
que, á haber sido secundado por la suerte, hubiera puesto en un conñicto al g o bierno.
El acto del cabecilla carlista y de los
que le acompañaban, y la defensa bizarra que han hecho las tropas del g o bierno, prueban una vez más que qued a n héroes en España.
Í
LA AMERICA.~AÑO XVI —NüJI. 13.
14
IguaUodolo todo la muerte: hasta los enemigos
ton perdonados entonces,
«Qae m<8 allá de la muerte
No hay venganzas ni rencores.»
como ha dicho Larra (D. Luis Mariano), y ya
antes Quintana expresó la idea del perdón de
ofensas, consignando que:
«La muerte de un contrario valeroso,
solamente el que es vil la solemniza.»
V.
Creo que el haber escrito ahora aquí «la
muerte» me pone en afán de ir matando mi entusiasmo por aglomerar citas.
Aun me quedan frescas y bullenles en la memoria otras cuántas coincidencias de Descartes;
eon Aristóteles; de Shakespeare con Sdphocles;
Villamediana con Cervantes; Rojas Zorrilla con
Ruiz de Alarcon; Hurtado con Moratio; Castro
y Serrano con Víctor Hugo; Ruiz Aguilera con
Florentino Sauz, y otras varias que no cito en
obsequio á la brevedad; y para terminar de una
vez el presente articulo, donde todavía hallarla
el lector «plagios ó coincidencias,» si señalase
más símiles entre el Dante y Calderón, y Petrarca y Balbuena, Campoamor, iüscalaote, Gguilaz,
Ochoa y otros escritores de diferentes países y
naciones y distintos tiempos y edades, que acabaran de completar este cuadro, verdadero
mosaico literario. Dejémoslo para mejor ocasión.
EonARDO DE CoaT>Z4R.
LA MANO DE DIOS.
menzó á trabajar en el taller de un distinguido
artista.
Los días festivos y las horas que debiera consagrar al descanso las ocupaba en estudiar la
máquina de la torre.
Cerca de medio siglo habla trascurrido, y el
atrevido artista cumplía el juramento hecho ante la Providencia en la torre de la catedral.
Era el 31 de Diciembre de 1842; toda la comarca vestía gala; los habitantes se apiñabau en
plazas y balcones; las clases todas de la sociedad preparaban festejos y obsequios en honor
del privilegiado artista: á las seis de la tarde el
reloj había de regir.
Las autoridades de Strasburgo dispusieron una
lucida procesión, en la qne se hallaba lo más distinguido de la ciudad y los contornos.
Llegada aquella á la catedral se celebró una
solemne fiesta religiosa para dar gracias al Señor por tan memorable sucedo.
Schwilque, después de recibir la bendición
del obispo, se dirigió sereno y con paso firme á
la torre de la catedral, acercóse i la máquina y
la tocó con su mano; al puato el reloj se puso en
movimiento; el ángel marcó las seis, los apóstoles se inclinaron ante el Divino Maestro, el cuadrante señaló las evoluciones atmosféricas, agitó
sus alas el gallo y produjo el canto; y la campana, doblando, anunciaba á los vecinos que se
habia veriñcado el milagro, escogiendo la Providencia como insirumealo á Schwilque.
El prelado pronunció en la catedral una sentida oraciooi excitando á los fieles á dar gracias
al cielo por haber escogido un hijo de Strasburgo para probar una vez más la grandeza del poder divino.
La ciudad de Strasburgo, hoy presa de los
alemanes, se hallaba enriquecida por multitud
Una sola persona faltaba en tan solemne cede monumentos y obras notables de ar^e de ex- remonia.
traordinario mérito, distinguiéndose entre ellos
El anciano sacristán, testigo del juramento,
lina magnlQca catedral, cuya elevadísimt torre habia pagado algunos años antes su tributo á la
mide sobre 4Ü0 pies de altura.
naturaleza.
¡Cuál habría sido su entusiasmo en aquel dial
Las crdiiicas aseguran que antes de la edad
cristiana existia en el sitio en que está aquella
catedral construida un bosque sagrado, el cual
fué más tarde destruido por los romanos, levanÁ CORINA.
tándose un templo á Hércules.
El reloj de dicha catedral, obra de Habrecht,
Madrid Agosto de 1867.
faé construido en 1580; en él se observan todas
Cuando partiste de Madrid, Corina,
las revoluciones de! calendario, las ecuaciones
también sentí brotar mis tentaciones
solares y lunares, el cómputo eclesiástico y
de abandonar la capital de España
otras muchas preciosidades artísticas. Al dar las
y á las proviucias emigrar del Norte.
lloras se inclinan doce apóstoles ante el trono
Ya entrando en la estación del Mediodía,
del Señor; ostenta asimismo un gallo como símmovióme aquel trajín de tanto coche,
t)olo de vigilancia, el cual, coando la campana
de ómnibus tanto con febril carrera
marca las horas, agita las alas y produce un sosus criaiagos lanzando más que al trole;
nido Imitado al de esa ave.
Aquel coiiiíüuo descargar de gentes,
Refieren las crónicas de aquellos tiempos que
de mundos, sombrereras, sacos, cofres;
temiéndose que el autor de tan grande obra, coaquella efervescencia de viajeros,
nocida por la tercera maravilla de Alemania,
de deudos y de amigos y consortes,
pudiera construir otra análoga, y ser entoneei
que las aceras á poblar volaban,
aquella menos célebre, el magistrado le mandó
y el pórtico á llenar de bote en bote;
sacar los ojos, y en veogania el artista de haber
aquel tomar billetes á zarpazos,
recibido tan brutal recompensa, cortó uno de
el entrar y salir de los salones,
ios principales resortes de la máquina, quedandonde los bultos facturados Hueveo
do esta completamente imposibilitada de funciosin alterar la flema de los hombres
nar.
que los pesaO) numeran y rotulan,
Bu los últimos años del pasado siglo na hijo
extraños siempre al exterior desorden;
de aquella ciudad, de nueve años, llamado
aquella discordancia do murmullos;
Schwilque, pasaba todo el dia observando el reaquel concierto monstruo de mil voces
loj de la catedral, y era objeto constante de las
donde es el grito del silbato un figle
reprensiones del anciano guardián de ta basílica,
y un bajo el murmurar de los vapores;
como asimismo de sus padres por su escasa
la súbita explosión de abrazos, besos
aplicación y conllaua falta de asistencia á la esy llantos, y gemidos, y trasportes
cuela.
con que las despedidas hasta mnevea
Un dia el niño Schwilque preguntó coo gran
los más empedernidos corazones,
empeño al sacristán:
al resonar la voz de la campana
—ÍPbr qué no anda ese reloj?
que la partida anuncia i raudos toques;
—Muy curioso eres, respondióle. A tí ¿qué te
las lochas que, al entrar [en los andenes,
importa?
provoca aqut una madre, allá una jóvea,
—Gs que deberla ser una grande obra cnandp
á quienes el favor no otorga venia
toda la máquina estuviese «o movimiento.
de acompañar al pié de los wagones
—Ya lo creo, coatestó el interpelado; este real hijo y al amante que se marchan,
loj era conocido como la tercera maravilla de)
tal vez sin esperanza de que tornen;
país.
el confuso rumor que engendran juntos
con su áspero chirriar los carretones,
—¿Y por qué no le hacen funcionar?
con sus broncos bufidos las calderas,
—le se esperaba á ti p»ra que lo consigas,
los coches añadidos con sus cboques;
replicóle con ironía.
los estridentes silbos del alarma
Callóse el muchacho, y el buen guardián se
de la campana el último redoble;
dirigió solícito á enseñar á unos extranjeros toel largo tren que con los ralis rozando
rfasla» bellezas artísticas y objetos importantes
empieza ya i toover su grave mole;
que encerraba la catedral, ganoso de aumentar
los votos y los ruegos que se cruzan
su exiguo salario coa algunas monedas que le
al darse al fin los últimos adioses;
proporcionaba su oficio de cicerone.
todo, Cerina, me incitaba el pujo
Los viajeros lamputaron que la máquina del
de no volver al seno de la corte;
reloj no se hallase corriente, extrañándoles que
de encasquetarme uñ hongo, de colgarme
en UH pait lan artista no se hubiera atrevido
la limosnera al hombro y un capote
ninguno á componerlo.
ó manta echarme, con botinas blancas
Bt jóv^n Schwilque, que había acompañado (
Qo traje en sus matices uniforme
lo* viajeros y oido la conversación, contestó con
y huir á cualquier parte, á Cataluña.
la mayor seriedad:
i Bisrrilz, á Vichy, óquedarme en Móstoles,
- ^ « e » bien; yo le haré andar.
y luego regresar, mintiendo imbécil
—ÍESUS aun ahí, buena alhaja/... Tú te ha^
que vi la Expósicton, que vi los montes
vuelto loco, dfjole el sacristán.
y lagos de Suiza, y en el Tiber
—No eíi verdad, repuso el niño postrándosp
del centenar las místicas funciones,
de hinojos y exclamando:
^
las márgenes del Rhin y de Is Mancha,
—líuro ante la presencia del Dios de los cier
el gran Canal, y el Támesis y Londres.
los que me escucha, y cuya protección imploro,
Todo á partir brindaba. Puro el cielo
que contando con su ayuda, yo volverá la vid^
sus trasparentes alas á la noche
á eáa máquiml... [SI, hago voto de hacer andar
tendía plateadas por la luna
el relojl
que en plena fas sus tibios resplandores
Qoeidóse Jesimef^a silencio murniurando una
sobre la tierra á derramar venia;
devota oración. Los circunstantes se rieron de
en tanto que los vuelos juguetones
Ja promesa del muchacho, y se retjraron admtdel céBro nocturno mitigaba
rj4os de la fQripjalidad y aplomo con qpe pabladel abrasado suelo los ardores.
ba en medio it> sus e(>f^oa años.
Y masque todo, tú, bella Corina,
ííjk euaqto halMsolo »| sacristán, que aun no
que igual á la azucena, cuyo broche
había vuelto de SQ estupor al ver la promesa del
se abre al rayar el alba, cautivabas
joven desaplicado, rogóle pidiese á su p»dre le
de todos las miradas y alencionei;
iwrmltieie aprender el oficio de relojero; acce4ii gustoso el padre, y el joven Sehwltqne co-
brindabas á partir á tus amigos
y á cuantos de tu espíritu conocen
las altas cualidades y bellezas
que hacen de tí un jardín de hermosas flores.
Por un wagón tu cuerpo devorado
nos ibas á robar los dulces goces
que al rededor de tí tu claro ingenio
sabe verter como un fecundo polen
que engendra sentimientos esquisitos
en todo corazón de ritmo noble
y abre al alma un raudal en donle bebe
el delicioso néctar de los dioses.
Al contemplarme en el anden, herido
per tantas y tan varias impresiones
debajo de techumbres colosales
robustos esqueletos de.cien bosques;
eo medio de ese inmenso laberinto
que llaman Estación, cuyo horizonte
no aSarcan las pupilas detenidas
por máquinas y trenes, que á montones
alrededor se agrupan de talleres
pertrechos, mercancías, fraguasi dockes,
vías en toda dirección cruzadas
que el suelo por kilómetros absorben;
echado á discurrir qué pensarían,
devueltos á su ser nuestros mayores,
allí desde so tumba trasladados,
al arrancar un tren, y las visiones
que su espantada mente asaltarían,
resucitar creyendo en algún orbe
de los desconocidos ó encentrarse
cercanos del inñerno á las regiones;
cuando los ecos desgarrando rudo
el moderno dragón con silbo enorme
sos nudos sacudió y huyó rugiendo
y estremeciendo el suelo con su roce.
En ese triste instante en que se sienten
los que son de una marcha espectadores
el corazón opreso y las mejillas
bañadas por las lágrimas qne correo;
ya solo vi de tu gentil semblante
brillar entre las sombras los dos soles
que Dios te dio por ojos como brillan
de la cadente estrella los fulgores.
1 Despareciste! y á Madrid volviendo
mi anhelo por marcharme trasformóse
en esc sentimiento que en mí sabe
con toda privación estar conforme.
Mas, fuera de perderte, hermosa amiga
no ceas que sufriese rudo golpe
quedándome en Madrid, Ya de los viajes
no encuentro el chiste, y á la vida inmóvil
me siento cada vez más inclinado.
De mis contados días á la postre
me voy asemejando á los moluscos
que eutre sus conchas su existencia esconden.
Un tiempo fué que con fruición profunda
hubiera yo surcado aguas salobres,
la vuelta al mundo dando y recorriendo
sus continentes é islas y hasta islotes.
Hoy solo pienso en recorrer mi cuarto
y hacer eon mi fortuna filiforme
un delgado capullo que me encierre
hasta que en polvo inerte me trasformen.
Yo me hallo bien en mi Madrid querido,
mientras del sol el refulgente coche
por Leo, Virgo y Libra va rodando
'
que es tiempo para mí de vacaciones.
Dueño y señor de mi persona vivo,
¿y no es este un placer de primer^ orden?
mis circunstancias prenso y saco jugo,
que es para vivir bien un gran resorte.
Despunta el sol y de mi alcoba escapo,
de par en par abriendo los balcones,
y el ambiente saneo de mi albergue
segttu la docta higiene lo dispone.
Asalto mi petaca, saco un puro
que es bueno, ya que no de los mejores,
como arda bien y sin chupar con fuerza
nublados de humo, que no aspire arroje.
I e bruces al balcón, tomando el fresco
veo pasar las lindas maritornes
con su novio soldado, las cuadrillas
de las burras de leche, los gritones
traperos, horchateros, buñoleros,
carruajes de alquiler, trabajadores
los carros de limpieza) las mujeres
que eo busca van de sucios papelotes;
los perros sin bozal que la estrignina
no hizo morir en tiesas convulsiones,
los médicos, en fia, y cirujanos
que empiezan ^u revista de dolores
y ese prosaico cuadro de costumbres
que muchos nunca han visto y que muy pobre
les pareciera al verle, me distrae
si ya no me abre campo á reilexiones.
Aguardo á que mi fámula me diga
que el consabido chocolate tome
y en traje matinal, hacia el Retiro
principio doy á mi far niente dolce.
Recorro las sombrías alamedas
donde se ocultan pardos ruiseñores
que dan al sol naciente la alborada
con vos que siempre con delicia se oye.
Veo correr el agua en arroyuelos
y escucho sus moaótonos rumores
con un placer que no tas cansa nnuca
aunque no tenga el tema variaciones.
Aquí me para de no hogar de hormigas
el incesante afán y las labores;
allá una verde oruga, que sus alas
labrando está en las hojas que corroe.
De un álamo al amor, me siento á veces
en
ódel
yiqne
Dejo
tal
Tal
ó la
contemplando
ora
en
la
cual
porvenir
merced
se
vez
vagar
alas
arena
me
deshace
arpegio
mi
abismo
deerrante
musa
escribiendo
del
mi
desgarro
áideal
el
arranca
loca
en
proporción
antojadiza,
curso
elmis
fanusla
que
pensamiento
eldulces
recuerdos,
no
de
brote;
velo
discorde,
unal
que
nombres,
celaje
informe.
arpa
corre.
ora
son Icaros también mis ilusiones.
De nuevo emprendo mi paseo y busco
los setos y los árboles que oponen
á los solares rayos el follaje
juguete de aireciUos retozones.
Corros de niñas y elegantes pollas
me alegran eon los juegos, en que rompen
al invadir los sotos, donde tienden
alguna vez sus redes los amores.
Salgo, por fio, del parque, y á mi choza
me vuelvo antes que Febo se remonte
y esparza su candente caballera
por las sombrías calles que me acogen.
Algún lugar amigo por ventura
me place saludar sin que trastorne
sus usos ni costumbres, ni me obligue
á estar de cumplimiento hecho un Quijote^
Eotro en mi casa, y de su ambiente corto
con el aire exterior las relaciones,
y así consigo que á templada altura
conserve mi termómetro su azogue.
Un parco almuerzo mi apetito halaga ,
coo su tacita de café por postre,
y al quinto, sexto, ó sétimo cigarro
voy dando por chupadas pasaporte.
Con la familia en pláticas amenas
entretenido sigo, y á las doce
en aofiba y fresca alcoba el cuerpo entrega
sin resistencia alguna á los colchones.
Echo mi siesta coo sopor profundo,
si algo entre cejas no me tiene insomne,
y sin conciencia de mí ser, Imito
de la gallega gaita los roncónos.
Dispiértanme i las cuatro, me desnudo,
un baño de placer media hora dóime,
y el retintín de platos y cubiertos
hiriendo va mis tí-npanos acorde.
Gastrónomo vulgar, mi sobria mesa
fácil las fuerzas qne perdí repone,
y vuelvo á mi café y á mi cigarro
y á mi balcón en pos de distracciones.
Un nietecito que es el diablo mismo
hermoso para mí, porque es mi prole
á esa hora es mi solaz y esparcimiento
sin que me enfade nunca aunque alborote..
El y ia calle mi ánima recrean;
si hay toros, en su arroyo apenas cojea
los ómaibas, ya llenos, ya vacíos
ue cruzan en opuestas direcciones,
os filas de macetas las aceras
parecen matizadas de colores
coa los vestidos que las bellas lucen
bajando al Prado con airoso porte.
La tarde va espirando coa dulzura
y así que el Sol canicular traspone,
ya estoy andando con mi abrigo al brazo,
y al Prado voy también con pretensiones.
En un sillón de hierro que me ceden
por medio real qne yo les doy en cobre,
la fresca brisa del salón me orea
y allí las horas permanezco inmóvil.
Bu la fuente de Apolo oir me agrada
el dulce murmurar de sus pilones,
y ver sus leves ondas que rielan
al reflejar la luz de los faroles.
Las vueltas y revueltas de la gente,
las arpas de los hijos del Piamonte,
el canto estrafalario de los chicos
que truecan en chicharra su gañote^
los clarines del parque de artilleros
que dan á su retreta un lindo toque
la luna cuyos rayos argentinos
se asocian á ese cuadro en ocasiones,
son para mí un coojunt) de recreos
que eogañín mi atención y que respondea
al bienestar tranquilo que yo busco
hastiado de más vivas diversiones.
Si es noche de verbena doy mil vueltas
en torno de los puestos de licores,
rosquillas y buñuelos, envidi.indo
del pueblo las ardientes espansiones.
Allá á las diez por lo común me alejo;
hacia un caté cantante tomo el tole, *
y en tanto que la espuma de cerveza
de la ponchera cóncava basta el tope
sube y que un vaso y otro vaso apuro,
bañando en esa espuma mi bigote;
testigo soy de los oltrages hechos
al arte de Rossini y de Bethowen.
Muy rara vez asisto á los Elíseos
menos aun de Alfonsos y de Poles
á los redondos circos y otras partes
donde por un placer hay cien sudoresi^
Me recojo por fin en mi vivienda,
y asi que dan en mi reló las once,
parodio á Tito y acostado exclamo:
Posible es que mañana mejor obre.
Gscusado es decir que en esos diaa
se torna mi tintero piedra pome»
que es el polvo la fuod» d^ "n'» "broa
y que el habla escatinoaa mis pnlmonesr
Tal es la vida que en la corte llevo
durante la esucion de los calores,
amen de otras frioleras que me callo
de la prudencia á los consejos dócil.
iLa lástima es, Corina, que tan Urde
lo qne esa vida es buena ahora notel
iQaé tiempo tan perdido el que al trabajo,
be consagrado en años anterioresl
¡Cómo ha de ser, huyamos por lo estárileí
un bobas y Un tristes digresiones,
lo cierto es que yo gozo en el verano
en ostra convertido de la corte.
Procura, pues, amiga que en tu viaja
deMadrid:
tu salud187i.—Imprenta
la posesión recobres,
de LA AIIÍRIOA,
y vuelvas
á Madrid
quisiera
4 cargo
de Josécomo
Cayetano
Condequien traza i tu solaz estos borrones.
Floridablanca,
3.
PEDRO MATA.
S
CRÓNICA HISPANO-AMERICANA..
15
SECCIÓN DE ANUNCIOS.
TONI-WUTRITir
au Quinquina et a u Cacao c o m b i n e s
43, m e R é a n m u r
%9 e t %9, r a e P a l e s t r *
Los facultativos lo recomiendan con éxito en las enfermedades que dependen de la pobreza de la sangre, en las nevro*ia* de todas clases, las ñorei blanea$, It
diarea crónica, perdidas seminales involuntarias, las hemoragias pasivas, las escrúfulas, las afecciones escorbútica», el periodo adinámico ae Uu ealenturai
tifoidales, etc. Finalmente conviene de un modo muy particularmente especial á los convalecientes, íi los niílos débiles, á las mugeres delicadas, e t i las penonts
de edad debilitadas por los años y lus padecimientos. La Uniotí medical, la Gaceta de los Hospitales, la Abeja medica, las Sociedades de medidna, bán cOD«Ut«do
la. superioridad
superioridad del
del presente
presente iremedio sobre los demás tónicos.*
En Dudnos-Ayres : A. DEMARCHI y HERMANOS, y en las.principales farmacias de las AmericaK
Depósitos en La Habana : SARRA y C"
43, ruó néaíuniar
%9 c t 9t», r u é P a l e i t t r o
Cliez J . L E B E A Ü L T , pharmacieo. k París
los MALES DE ESTOMAGO, GASTRITIS, GASTRALGIA
y las IRRITACIONES de los INTESTINOS
Sen carados n i p i n n I I T r i p | f * Q • p » n r Q
del»KI-iAl«GaE!»'IE»,nieRichelieu,26,enParis.—EsieagradabIealimento,queestáaprobadoporlaAcademIaimperii|
por el uso del n A u H n U U i U C L U w A n f l D l I O de Medicina de Francia y por todo$ los Médicos mas ilustres de París, forma un almuerzo tan digcsiivo como reparador.—
Fortifia el estdmago y los inleslinos, y por sus propriedades analépticas, preserva de las fiebres amarilla y tifóidm y de las enfermedades epidémicas.— Desconfiese de las Falsificaciones.-^
,
Depósito en las principales Farmacias de las Américas.
Deide el descubrimiento de estos TVnlet perfetíoi, M
abandonan esos Untes débiles LLAHADOS AGUAS, que
I
exigen operaciones repetidas y que. mojan demasiada
« n iBStontaneaaiente ü eabell* y •
la cábese. — Otcuro, cattaño, eatlano claro, 8 fra, —•
b * lu color primlUvo, por una glmpto aplioacioo,
Negro rublo. 10 fi'S. — Iir. CALLHANN, « 9 , m e d e
grasar ol Uñar, lin ownchar la cara, 7 m Mour axmaco, FABSULCÉUTIOO DE Í> qtMsas, IAUREASO DS LOS BOBPITAUBB OS PABIS r C e h l v a l e r , FABIS.—LA HAIAUA, • A B B A 7 C ^
n e d a d e a de aJ«M ni «tmaeMW.
i a , m e d e rsícbiquier. Parla.
. INOFENSIVOS JlríiT^ir r^^\
IRRIGADOR
Invención del Doctor ÉGUISIER.
Los irrigadores que llevaD l i estampilla ORAPIERft FILS, son losúDieoi
que nada dejan que desear.
Estos instrumenlos reconocidos como
iuperiores; de perfección acabada,
ninguna relación lienenconlos numerosas imitaciones esparcidas en el comercio.
Precio: 14 i 32 fr. *eg;un el tamaño
INTURES
DU
CA
D O C T E U K
L L M A N N
ledalli i li UtMti 4t Iti Cieldu
iidMtriilet It Pirii.
•
RRAGUERO CON MODERADO
NO MAS CANAS
PARA EL TRATAMIENTO Y LA CURACIÓN DÉLAS HERNIAS.
»^*^^^^W^^>S^VS^^^^^^»»i^^V»*»^^VW»«^^WV*l»WM«^MNWtf<^
Estos nuevos Aparatos, dc superioridad Incontestable, founen todas las perfecciones
del AHTZ BE&NiAaio ; ofrecen una fuerza que uno mismo modera á su gusto.
Todas las pelotillas son el en Interior de cautcbú maleable; no tienen acción ninguna
irritante y no perforan el anillo.
Se encuentran en nuestros almacenes toda especie de Bragueros y Suspensorios.
D R A P I E R & F I L S , 41, ruede Rivoli, y 7, boulevard Sebastopol, en Paris.
VERDADERO LE ROY
EN LIQUIDO ó PILDORAS
Del Doctor SlGíiORET, ÚDÍCO Sucesor. 61, me de Seine. fABlS
Los médicos mas célebres reconocen hoy dia la superioridad de los CTacuatlTos
sobre todos los demás medios que se han empleado para la
V
©
MELANOGKNi
TINTCRA SOBRBI ÁLIKim
de D I c g U E U A R E atoé
N u e v a . I n v e n c i ó n , c o n p r i v i l e g i o s . g. d. g.
CURACIÓN DE LAS ENFERMEDADES
ocasionadas por la alteración d« los humores. Los evacuativos de
I.K HOY son los mas Infalibles y mas eficaces: curan con toda segu^ ridad sin producir Jamas malas consecuencias. Se toman con la
-J ^ mayor facilidad, dosados generalmente para los adultos i una ó
^'a. dos cucharadas ó k 26 i Pildoras durante cuatru ó cinco,
.» ^ k ' días seguidos. Nuestras frascos van acompañados siempre
«4 B V. de una Instrucción Indicando el tratamiciitu que debe
.que se exija
el verdadero
La ROY.
En los
tapones
^ (9 l^ieguirse.
Recomendamos
leerla
con toda
atención
y
^ Vle los frascos hay el
H ^vsello Imperial de
A
PEPSINE BOÜDAÜLT
EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE 1867
la medalla nniea para l a pepaiaa pura
§!• •ido «lorgadii
A RDESTRA PEPSINA BOODADLT
la tQla «eonaejada por el D ' CORVISART
m M l c o del Emperador n a p o l e ó n III
y l a aola e m p l e a d a e n loa HOSPITALES n E PARÍS, con éxito infaübU)
en Eiiair, Tino, J a r a b e BOVDAVLT y poWoa (Frascos de una onza), en lae
Oaalrllla
GaalralRlaa
Asruraa
Naaaeaa
Rrnetoa
Oprealon
Pltoltaa
Gaaea
Jaqnoea
DIarreaa
•f loa Tomlloa de laa majerea eBsbaraaadaa
PARÍS, KN CASA d e HOTTOT, S u c c , 24 R P B DBS LOMBARDS
rOCONFIfSE DE LASFALSIflGACIONESDE.lLA VERDADERA PEPSINA BOUDAULT
^AWE^OWV^Il
0 1 HDAR
Para tsflir «a aa Biaata, asi
totfos lea Bauaas, les eabeilea
y la barba, sin peligre para la pM
y sin alagaa alee.
Bsu Uolura es aayaiM* á *»•
dae tas asadas hasta al Ma i a
hoy.
Fábrica eo Rúan, me Salntfllcolat, W.
» Depósito «n casa de los principales patnadorss y pertumadoraa del mundo.
cata en raria, rae st^Uonort, WT.
NICASIO mM'W.
ESTABLECIDO CON UBRB'lfA
MERCERÍA Y ÚTILES l E
ESCRITORIO
en } Valparaíso, Santiago y
Copiapó, los tres puntos
mas importantes de la república de Chile.
admite toda clase de coaslga*ciones, bien sea en los ramos
arriba indicados ó en cualquiera
otro que se le confie bajo .condiciones equitativas para el reml tente.
Nota. La correspondencli
¡debe dirigirse á Nicasio Ezquerra, Valparaíso (Chile.)
GÉLI3*CÓÑfÉ
Farmacaotioo ds I" olasse de la Facultad da Paris.
Aprobadas por la Academia de Medicina da Paris.
Este Jarabe este empleado, hace mas de 30 aOos, por los
Reiulu de dos informes dirigidoa a dicha Academia el aOe
masOcelebres médicos de todos loa paites, par» curar las
1840, y hace poco tiempo, que las Grigeas de Gélii j
AUTORIZADO BN FRANCIA, EN AUSTRIA, EN BÉLGICA Y EN RÜSSIA.
onfermedadeg del coraxon y las diverias hldropetiai.
ConU, son el mas grato y mejor ferruginoso para la curaciom
> i í * JííáíSÍ,'.'.* 'S? ÍS'P'teles recomiendan el nuevss, Invetedaras 6 rebeldes al marearlo y También se emplea con feli» éxito para la curación de las tiaide la oloroaii (colorM piMot); las perdidas blancas:
ROB VEGETAL BOTVÍAO LAPFECTEÜR, otros remedios, asi como los empeines y laa en piíacionei y opresiones nerviosas, del asma, de los catarros
las debilidades de temperamento, em ambos sexos;
aprobado per la Real Sociedad ds Hadldna. i fermedades cutineas. El Rob sirve para curar:
crónicos,
bronquitis,
tos
convulsiva,
esputos
de
sangre
exaranllaadO eos la Irma del doctor Ginmitmu ¿ Herpes, abeesos, gou, marasmo, catarros
para facilitar la menstruación, sobre todo a 1M Javadni-Gtrntí, médico da la Paenlud ds Paris de la vejiga, pálidas, tumores blancos, asmu tinción de Tox, etc.
nés, etc.
Esta remedio, de muy boen gnsto y mny flclí nerviosos, úlceras, sarna dejensrads, reumatisda tomar con el mayor sigilo, se emplea en la mo, hipoeondrlas, hidropesía, mal de piedra,
Deposito
general
en
casa
de
LABÉLONTE
y
C, calle d'Abonklr, 09, plaia del Caire.
Barloa rsal bace mas de i asenta afios, y cura eiaiis, ga8th)-enteriUs, escréfulu, eaeorbuto.
•ñ poco tiempo, ron pocos gastos y sin temor
.--Jlí'JÍ**; •" Batana, Lerlrerend, Reyea; Fcraaiidea y C , Sara y C ; - en Ktjico, • . r a o W I n a a e H y Vi
Depósito,
noticias
y
prospectos,
grills
encasa
4» cecaidaa, todas las enfermedadaa iIlBUtlcas ds los principales boticarios,
«spésito general en la casa de Doctor CUrandeao de •alnt.^erTato, II, caUe Rlehir, Pl«». ¿¡ffliio « » ^ . ' ' ' J i ? " í " ' " " l ' r ñ ? S , ? » * 1 . ' • - • • « « « • ! - •" Banoi-Ayret, Demarchl h e r u . a n o . , - en Santiago y TaU
-DepOslio en todas las o»"''",'-''"«"/>'« * t o /W«í/Ic4h«, yaiUaseta Onaaqne Tilla la parauo, H o n s l a r d l a n - en Coítoo, BoHca central i — en iiato, Dupeyron y « • : — «n GitavOQuil, GauUi G a l w
y C* ,•/ en l u principalet farmacias de la America y da las Filipinaa.
» v ,
«n üuayaipt», u-ui , u.s««i
tapa, y lleva lafirmaOlraudeau de Salnt-Gervaia.
n •»
ROB BOYVEAU LAFFEGTEUR
S
16
LA AMEEICA.—AÑO XVI.- -NÜM. 13.
PIIDORIS DiniET
-EiU nueva coniblnaeion, fundada
^sobre principios no
Iconotidoa por loi
Imidlcot antlguoa,
filena, con ona
preeiilon digna de
alenrion, toda* lai
condicione! del problema del medicamento purgante.—Al reveí
de otros purgativos, este no obra bien sino
•uando se toma con mu; buenos alimentos
y bebidas fortlDcantes. Su efecto es seguro,
ti paso que no lo es el agua de Sedlitz }
otros purgativos. Es fácil arreglar la dtfsis,
según la edad y la fuerza de las personu.
Los nlBos, los ancianos j tos enfermos debilitados lo soportan sin dificultad. Cada
jual escoje, para purgarse, la bora ; la comida que miüor le convengan según sus ocupaciones. La molestia que causa el purgante,
tstando completamente anulada por la buena
llimentaclon, no se halla reparo alguno eo
purgarse, cuando haj'a necesidad.»Los médicos que emplean este medio no encuentran
'ermos que se nieguen á purgarse so pred« mal gusto 6 por' temor de debilitarse.
la ¡Wrueeion. En todas las buenas
das. C«Jasde30rs.,7del0rs.
S0Ak
TENEDURÍA DE LIBROS.
EL TAETUFO,
POR D. EMILIO GALLDR.
N u e r a edición refondida oon n o t a b l e s a n m e n t o i e n la teoría y en.
COMEDIA E N TRES ACTOS.
la práotioa.
Obra recomendada por la Sociedad Económica de Amigos del país de AU
Se vende en Madrid, en la librería de Cuesta, calle de cante,;
de grande aceptación por el comercio en España y América.
Carretas, núm, 9.
Un tomo de SOOpiginas próximamente, en 4.° proiongado, que se vende '
30 reales en las principales librerías, y haciendo el pedido al autor en Alicante.
Barcelona, Miabó, Espadería, i4.—Cádiz, Verdugo y compafiia.—Madrid
Bailly-BallUere—Habana, Chao. Habana. 100.
CATECISMO
D E L A RELIGIÓN NATURAL,
Jaunctra, Call<>«lila<l«a,i)J«a
,¡ <«e P^kilo, uñettm roa, etc., en iU
miuutos se desato»
la uiiO da ellos con las LIMA8 AMGIIICANAa
de P. Mourllié, con privilecl» m.
K. d. K-. proteedor de ios ejércitos,
aprobadas por diversas academiss j
por 15 gobiernos. — 3,000 curas a«léniicus. — Medallas de -primer» j
segunda clases. — Por intitacion d«l
señor Minisiro de la guerra, t.OOO soldados ti&n sido carados, j su curacioa
s« ba hecho constar con crrlificados
eficiales. (F#a«« el prospecto.) Depíslto general en PARÍS,Í8,rué Ceoffroy
Lasnier,; en Madrid, BORilRL hermanua, &. PuerU del Sol, J • • *•daa laa (arinaciaa.
CALLOS=
roK
D- JUAN ALONSO Y EGUILAZ.
REDACTOR DE fEL UNIVERSAL.»
Este folleto encierra en una forma clara, metódica y compendiosa, el resumen sustancial de los principios de la religión natural, es
decir de la religión que á todos ios hombres ilustrados y de sano criterio dicta su simple buen sentido. Contiene en su primera parte un
Í'ISTA Y JARABE DE NAFÉ prólogo, una introducción, el credo, mandamientos, etc., etc.; y ea
de DELAIVGRBMER
la segunda, preguntas y respuestas sobre el texto.
Les dnicos pectorales aprobados por los proSu precio un real en Madrid y real y medio en provincias.
?!2™".»* •"•>"'«»<» O» Medicinare Frahda
«por ^0 médicos de ios Hospitales de P . i ^
S e nalla en las principales librerías.
•fulenes han heclio constar su superioridad •»•
ure todos los oíros peciorales y su Indudable
imucia contra los lloaMdiaos, artpp*. brttá.
•lonas y las AfMolenu dol pmtae y de la
JiARABE DEPURATIVO"
BaeOBTItAa OINAllIllaSAMtRS»
CON iODURO OE POTASIO
» • «.•». l a a e s a ,
• l >M « • • UaM-ltalM-raal, rarla.
Kl lodsro de potasio «a an Terdatoe alleranta, an depuratiro d«
traada eleacia; asociado al jarab«
Mevrtasas da naranju amargas «s
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de cada mes.
Regreso de Cádiz los dias 1.* y 16.
Para paiages, fieles y otros informes dirigirse i
D. JULIÁN MORENO, ALCALÁ .28.
o
o
a
a
CORRESPONSALES DE LA AMÉRICA EN ULTRAMAR Y DEMÁS CONDICIONES DE LA SUSCRICION.
ISLA DE r.llBA.
riLIFlNAS.
CENTBO AMÉRICA.
Haliana.—STes. M. Pujóla y C " , agentes Manila.—Sites. Sammers y Pnertas, agen- Guatemala—En la capital. D. Ricardo E s cardille.
tes generales con quienes se entienden
generales de la isla»
San Salvador.-H.
Luis de OJeda.
los de los demás puntos de Asta.
Alatamas.—Sies.
Sánchez y C."
S. Miguel.—J). José Miguel Macav.
Trinidad.—h. Pedro Carrera.
La Vnion.—D. Bernardo Courtaae.
SANTO noamco.
Cienfvegot.—n.
Francisco Anido.
Hondura! (B<H*«).—M. Garcés.
A/orow.—Sres. Botlri(.uez y Barros.
Nicaruaga (S. Juan del Norte).—D. A n (Capital).—1>. Alejandro Bonilla.
Cárdenas.—í). Ángel R. Alvarez.
tonio de Barruel.
Puerlo-Plata.~D.
Miguel Malagon.
Hernia.—^. E n eterio Fernandez.
Costa
Rica (S Jo«i).—D. José A. Mendoza.
MUa-Clar .—I). Joaquín Anido Ledon.
SAN TECHAS.
Mtttizanillo. - D . Eduardo Ccdina.
KCETA GRANADA.
Ivivicav.—t).
Bnfael Vidal Oliva.
¿"di! Antonio de Rio-Blvnco.—'b.
José Ca- (Capital).—1>. l u i s Gnasp.
JSoffoW.—Sres. Medina, hermanos.
Curaiao.—Tü. Juan Blasinl.
denas.
Santa Marta.—D. José A. Barros.
Calataiar.—V>- Juan Ferrando.
Cartagena.—D. Joaquín F. Velez.
a^jico.
€iiitarUn
D. HlrólUo Escobar.
J>fl»omd.—Sres. Ferrari y Deilatorre.
^valeo.—D- J"»" <'rPSi o y Arango.
Colon.—D. Matías Villa verde.
Bnxo y Fernandez.
Ueígtiin.—D- José Wannel Guerra Alma- (Capital).—SKS.
Cerro deS. Antonio.—S,T. Castro Viola.
VífííffKi.—D.Juan Carredano.
Mondren.—Í).
Fsntiafio Muñoz.
Tampieo.—H. Antonio Gutiérrez y Victo- MedelHn.—'D. Isidoro Isaza.
Cííífl «cctia.-TiD()niiní¡o Kosain.
ry. (Con estas agencias se entienden t o - Mompot.—STes. Rlbcu y hermanos.
Pasto.—n. Abel Torres.
Cimarrona.—1).
Francisco 1 ina.
das las del resto de Méjico.)
Sabanaldaga.—D. José Martin Tatls.
Jarvco.-D.
Luis Guerra Clialius.
Sineelejo.-h.
Gregorio Blanco.
Soíitio la Cratide.-h.
hidaleci9Banios.
VEKEZVELA.
Barranquilla.-D.
Luis Armenia.
Quemado de tiUnes.—D. Agustín Mellado
Pinar ael Rio.—r>. .losé María Gil.
Coroeaí.—D. Evaristo Fombona.
PERlS.
tltmedus.—í).
Alejandro D e ' p d o .
Ptierto-Cal>ello.—T). Juan A. Segresláa.
5nn/icf(?.-Sres. Collaro y Miranda.
La Guaira.—Sres. Marti, Allgrétt y C
timo.—Sres. Calleja y conipañia.
Maraicabo.—St. D'Empaire, nijo.
Arequipa.—D. Manuel de G. Castresana.
CiudadBoHvar.—h.
Andrés J. Montes.
PCEBTO-RICO.
Iguigue.—Ti. O. E. Billinghurst.
Barcelona.—T>. Martin Hernández.
Puné.—D. Francisco Laudaela.
Pietri.
San jBflB.—Viuda de Gcnzalex, imprenta Carípano.-ST.
Tacna.—h. Francisco Calvet.
PWiippe Beanperthuy.
y librería. Fortaleza 18, agente g e n e Uattirin.—li.
Trfí«//o.—Sres. Valle y CasUllo.
ral conquienseentendeián los estable- Yalencia.—D. Julio Buysse.
Callao.—h.
1. R. Aguirre.
Coro.—D.
J.
Thielen.
cidos en todos los puntos importantes
Arica.-D.
Carlos Eulert.
de la Isla.
Piura.—}i. E . de Lapeyrouse y C
BRASIL.
La P s i . — D . José Herrero.
Cohija.—Xi. Joaquín Dorado.
Coenabamha.—D. A. López.
Potoni.—Xi. Juan L . Zaoala.
(. ruro.—D. José Cárcamo.
Rio-Janeiro.—n.
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Ria grande del Sur.—íi. J. Torres Creh^
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Guayaquil.—H.
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Yalparaiio.—h.
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Copiapó.—h. Cirios Ferrari.
La Serena.—Sres. Alfonso, hermanos.
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Rosario — D. Eudoro Carrasco.
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POLÍTICA, ADMINISTRACIÓN, COMEECIO, AETES, CIENCIAS, INDUSTRIA, LITERATURA, etc.—Este periódico, que se publica en Madrid los dias 13 y 2»
de cada mes, hace dos numerosas ediciones, una para Espafia, Filipinas y el extranjero, y otra para nuestras Antillas. Santo Dommgo, San Thomas, Jamaica y demás posesiones extranjeras, América Cential, Méjico, Norte-América y América del Sur. Consta cada número de 16 á 20 páginas.
La correspondencia se dirigirá á D . Eduardo Asquerino.
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Se suscribe en Madrid: Librería de Duran, Carrera de San Gerónimo; López, Carmen; Moya y Plaza, Carretas.—Provincias: en las principales librerías, ó p o r m e ' io de libranzas déla Tesorería Central, Giro Mutuo, etc., ó sellos de Correos, en carta certificada.—Extranjero: Lisboa, librería de Campos, rúa nova de Almada, 6 a
i aris, librería Española de M. C. d'Denne Schmit, rué Favart, núm. 2: Londres, Sres. Chidley y Cortázar, 17, Store Street.
Para los anuncios extranjeros, reclamos y comunicados, se entenderán exclusivamente en París con los señorea Laborde y compañía, rué de Bondy, 42.
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