UNIVERSIDAD ANDINA SIMÓN BOLÍVAR INFORME COMITÉ DE

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UNIVERSIDAD ANDINA SIMÓN BOLÍVAR
INFORME COMITÉ DE INVESTIGACIONES
“SITUACIÓN DE LA EDUCACIÓN EN EL ECUADOR
DURANTE LA DECADA DE 1835 a 1845”
Guadalupe Soasti Toscano
Docente Área de Educación
Quito, mayo de 2003
1
SITUACIÓN DE LA EDUCACIÓN EN EL ECUADOR DURANTE LA DECADA
DE 1835 a 1845
Guadalupe Soasti Toscano
Docente Área de Educación
1.
INTRODUCCIÓN
Durante la primera mitad del siglo XIX, las constituciones y las leyes que
fueron dando origen a las nuevas repúblicas, del conjunto de América del Sur,
fortalecieron, además, la idea de la educación como una prerrogativa y una función
del gobierno1. Esta educación, por tanto, no solo debía enseñar los rudimentos del
alfabeto y la aritmética, sino, ir más allá, imponer a los niños valores de la sociedad,
tales como el patriotismo, la moralidad, las buenas costumbres, el idioma. En este
marco, las escuelas serían las llamadas a cimentar estos valores e imponer una
cultura y una nacionalidad.2 En el caso ecuatoriano las palabras de Antonio Alomía
describen, con claridad, esta responsabilidad:
“... no hay propósito más desinteresado, generoso y benéfico que el mejorar y
facilitar la enseñanza, instrucción y educación que deben recibir los niños que
están confinados a nuestra custodia y protección. Mas esto es precisamente lo que
los padres de familia y los maestros no pueden conseguir por sí solos, por más
esfuerzos que empleen. He ahí pues, la necesidad de Legislación de Instrucción
Pública. En la enseñanza debe intervenir el Estado, esto es, la enseñanza debe ser
nacional; a la instrucción tienen derecho todos los hombres, ó sea la enseñanza
debe ser común; nadie puede enseñar bien sin reglas fijas y uniformes para todos,
o lo que es igual, el legislador debe determinar y promulgar públicamente la
1
Simón Romero Lozano, “La distribución social de responsabilidades y actuaciones en el desarrollo
futuro de la educación en América Latina” en Revista Iberoamericana de Educación. Estado y
Educación, Vol. No 1, enero-abril, OEI, Madrid, 1993;
2
Eric Hobsbawn,”La Construcción de naciones” en La Era del Capital 1848-1845, Barcelona,
Crítica Grijalbo-Mondaran, 1998, pp. 93-108
2
manera como el preceptor haya de conducirse en el cumplimiento de sus deberes,
con relación al fin de formar buenos y útiles ciudadanos”.3
El significado de la educación como función política queda establecido, en
adelante será el factor fundamental del progreso de los pueblos y naciones,
condiciones éstas que fundamentarían la existencia a finales del siglo XIX de los
“sistemas educativos nacionales”. Esta función encierra las prerrogativas de los
gobiernos a la hora de delinear los principios cívicos y patrióticos que debe conocer
cada uno de los ciudadanos. Esta acción pedagógica del gobierno, en la práctica es
normativa, pues recoge todos los preceptos legales y administrativos de la de
organización institucional respecto de la educación de todos quienes habitan en los
límites del territorio, procurando que la enseñanza sea común, con reglas fijas y
uniformes .
El análisis de la educación, en estas circunstancias es importante, a ella se le
ha delegado la misión
de preparar a los
“ciudadanos”,
esto
supone la
conformación de un pueblo moderno para las sociedades “nuevas”.
Por
consiguiente, y en el marco de la investigación histórica, cabría preguntarse: ¿Cuáles
son las bases de su estructura legal, cuáles las instituciones que se crean y cómo se
soluciona el problema de la cobertura educativa y de los planes y programas de
enseñanza?.
Antes de hincar con las respuestas a las interrogantes objeto de este trabajo,
considero conveniente, en primera instancia, dar una idea general del panorama
histórico político del período, para luego ir analizando las formas de concepción y
estructuración de la educación en el Ecuador durante los años de 1835 a 1845.
3
Alomía, Antonio, Boletín de Estadística, Ministerio de Instrucción Pública, Correos, Telégrafos,
Teléfonos, Oriente, Fomento Estadística y Agricultura, Quito, Imprenta y Encuadernación
Nacionales, 1910, p. 15.
3
2.
LOS GOBIERNOS DEL PERÍODO
Durante el período que nos ocupa, siempre en los marcos de la “Historia
nacional”, se han sucedido en el poder tres gobiernos, cada uno con características
importantes. En la historia política del Ecuador, las etapas históricas están
identificadas por la facción política que gobierna en el momento. Así, ubicados en la
periodización ecuatoriana presentaremos los rasgos más importantes que, a juicio de
los historiadores, caracterizan a los tres primeros gobiernos de la República del
Ecuador.
El Floreanismo: Gobierno de Flores (1830 – 1835)
Se inicia con el establecimiento de la “República” en 1830, cuando existe la
voluntad de constituir un “estado libre e independiente” y “separarse de
Colombia”. En agosto de 1830 reunida la Asamblea Constituyente elige presidente a
Juan José Flores. Los aspectos que los historiadores han resaltado de este momento
son: En lo político un “permanente estado de guerra interna”, particularmente en
Guayaquil, que con el apoyo de Cuenca y Riobamba mantuvieron la insurgencia. Un
aspecto importante de estos años fue las sublevaciones protagonizadas por los
militares de los Batallones “Vargas” y “Flores”, por incumplimiento en el pago
remuneraciones, Estas fuerzas estuvieron constituidas por los remanentes de los
soldados alistados en el ejército libertario y que permanecían acantonados en el
territorio del Ecuador. En lo “internacional” se ha identificado problemas con
“Colombia” por Pasto. Al finalizar el período de gobierno de Flores, se suceden, en
la Costa y sierra, varios pronunciamientos políticos, que conllevan a que en 1834, en
4
Guayaquil, se proclame la Jefatura Suprema de Rocafuerte, quien apoyado por
Flores inicia su gobierno.
Gobierno de Rocafuerte (1835 – 1839)
Se inicia el período de gobierno de Rocafuerte con la convocatoria en 1835
de la Asamblea Constituyente que elabora una nueva Constitución, nombra a
Vicente Rocafuerte presidente constitucional e instituye un sistema legislativo
bicameral, para la Legislatura; además se amplían algunas garantías, particularmente
en los derechos de los ciudadanos que no nacieron en el territorio del Ecuador. Los
historiadores ecuatorianos ven a este ejercicio como un gobierno fue de ensayo del
“equilibrio político” entre las fuerzas de las oligarquías regionales.
Aspectos
importantes que se destacan en este gobierno son: La elaboración de la Ley de
Hacienda Pública, que permite organizar las finanzas públicas, dar impulso a la
libre circulación de productos agrícolas y de la industria, organizar el comercio con
aranceles calculados que impidieran el contrabando. Las obras públicas son también
preocupación de Rocafuerte, en un intento de integración nacional se construyen
varios caminos y puentes. En cuanto a la educación, en 1833 se crea la Dirección
Nacional de Estudios, se reforma el Plan de estudios de la universidad y de los
colegios.
Segunda presidencia de Flores (1839 – 1845)
En 1839 el Congreso se vuelve a nombrar Presidente Constitucional a Juan
José Flores quién, al decir de los estudiosos, continúa los impulsos de la
administración precedente. Entre otras cuestiones, logra mantener los éxitos
alcanzados por Rocafuerte en el campo de lo educativo; por otra parte, impulsa un
proceso de organización burocrática, que ayuda a delimitar los alcances de la
administración. Las obras públicas y la recaudación de rentas fiscales son también
5
logros de este período. El apoyo que le brinda Rocafuerte desde Guayaquil le
asegura la adhesión, incondicional, de la costa. En lo económico se impone, de
manera general, el Impuesto personal de tres pesos, que no pudo ser aplicado
principalmente por la falta de un censo poblacional actualizado.
En este período hay que resaltar de forma preponderante la Constituyente de
1843. En estas reuniones se elaboró una nueva Constitución, denominada la “Carta
de la Esclavitud”, que en su contenido establecía varias reformas a la Constitución
del 35 y se definieron entre otras cuestiones que el congreso se reúna cada cuatro
años; los senadores puedan ser reelegidos por doce años; los diputados cada ocho
años y que el mandato presidencial durare ocho años. Por otra parte, “se restablecía
el principio de la constitución de 1830 acerca de la ecuatorianidad para los
naturales de otros países colombianos y la de nacimiento para nativos de otros
países colombianos que casasen con ecuatoriana y tuviesen propiedad raíz de
treinta mil pesos”. Admitía, además, el culto privado de otras religiones y prohibía
la participación de los religiosos en la legislatura.
En marzo de 1845, en reacción al gobierno de Flores y particularmente a la
vigencia de la Constitución del 43, ocurre, en Guayaquil, un pronunciamiento contra
el Presidente, que lleva a establecer un gobierno provisorio conformado por José
Joaquín de Olmedo, Vicente Ramón Roca y Diego Noboa, “con el intento de
superar el claro sesgo regionalista del golpe de estado, sus conductores se
esforzaron por darle una imagen diversa remarcando su carácter nacional, como
reacción al dominio militar extranjero”. A este movimiento se lo ha denominado
como de “nueva independencia”, por su espíritu reivindicativo “nacionalista”,
pues se cambia el tricolor colombiano por la bandera del 9 de octubre, como
emblema nacional. Otras de las medidas que se adopta fue la de contabilizar los años
desde 1845 como “primero de la libertad”. Con este hecho político se inicia en el
Ecuador, hasta 1860, un nueva etapa de gobiernos denominados nacionalistas.
6
Este panorama político del Ecuador entre “1830 y 1845” se convierte en el
marco histórico político de contexto, para hablar de la función de la educación en
estos años.
3. LA EDUCACIÓN EN EL PERÍODO DE 1835 A 1845
Con fecha 18 de febrero de 1835, Rocafuerte, en su calidad de Jefe Supremo,
expidió un decreto convocando a los pueblos a elecciones para el nombramiento de
diputados que debía componer la Asamblea Constituyente, con el objeto de dar una
nueva reforma o una nueva constitución.
La Asamblea, presidida por José Joaquín de Olmedo, se reunió en Ambato el
mes de julio; entre sus primeras acciones estuvo la de nombrar Presidente de “la
República" a Vicente Rocafuerte, y a Juan Bernardo León como Vicepresidente.
No nos ocuparemos de los acontecimientos políticos que fueron variados; nos
limitaremos a transcribir el parecer de José Miguel González, Ministro del Interior,
en su informe a la Asamblea. Inicia, su alocución, haciendo referencia a los
acontecimientos ocurridos entre 1833 y 1835 y justifica su informe diciendo que:
“debe contener no solo el cuadro de las deliberaciones del gobierno
provisorio y el de las desgracias que ha deplorado la patria sino también la
relación de las causas que las han producido, y los medios a que, en
concepto del gobierno, deberían ocurrir los representantes del pueblo para
mejorar la condición interior del país, estableciendo la paz sobre basas
inalterables, y dando a la república una forma más regular y más conforme
con la extensión de su territorio, con el número de sus habitantes, y con la
escasez de sus recursos. Empero, paso por el sentimiento de no poder llenar
cumplidamente este deber, por varias razones que voy a manifestar”.4
4
Informe del Ministro del Interior José Miguel González, Quito, junio 22 de 1835.
7
Más adelante señala que son cincuenta y siete días los que ha estado en el
cargo, por tanto no ha podido recoger los datos:
“de que habéis menester para consultar el acierto en la gran obra de
reconstruir el edificio social, y hacer a esta patria infortunada todo el bien
que ella espera de vuestro inteligente patriotismo. Por otra parte debe tenerse
presente, que el furor revolucionario, traspasando todos los límites, no ha
respetado siquiera el lugar donde reposaban, entre el polvo de la antigüedad,
los documentos concernientes al gobierno, sin considerar que este debe ser
siempre el mismo, aun cuando se varíen las personas de que antes se
componía. Los archivos de todas las oficinas públicas y muy particularmente
el de los ministros, fueron completamente saqueados en julio del año
anterior, y aun después de la batalla de Miñarica, por esos mismos hombres
que, llamándose defensores del bienestar de los pueblos cometieron todo
genero de excesos, causando a la nación pérdidas irreparables”.
Señala, además, que la estructura actual de la “República” ofrece
dificultades:
“Dividido el territorio en departamentos, y estos en provincias, cantones y
parroquias, las órdenes del gobierno tienen necesariamente que pasar por una
escala, tanto más imperfecta y perjudicial, cuanto que mientras el ministerio
se entiende con los prefectos del Azuay y Guayas, y estos con los
gobernadores, y los gobernadores con los corregidores, y los corregidores
con los tenientes, se han pasado mas de dos meses, incluyéndose los quince
días que tardan los correos en ir y venir....”
A lo que hace referencia el Ministro es a la estructura administrativa que
seguía guardando el territorio; división política que el contenido de la constitución
del 1835 cambia.
Con esta nueva carta el “Estado del Ecuador” se declara
“República del Ecuador”, “compuesta de todos los ecuatorianos reunidos bajo un
mismo pacto de asociación política”, conforme consta en el Articulo 1º de la Ley.
En el Artículo 3º se establece que: “El territorio de la República del Ecuador
comprende el de las provincias de Quito, Chimborazo, Imbabura, Guayaquil,
Manabí, Cuenca, Loja y el Archipiélago de Galápagos, cuya principal isla se
8
conoce con el nombre de Floriana. Sus límites se fijarán por una ley, de acuerdo
con los Estados limítrofes”.5
En relación con la educación, en 1835, la Constitución deja sentada entre una
de las 16 atribuciones del Congreso la de “Promover y fomentar la educación
pública, y el progreso de las ciencias y de las artes”. En el texto constitucional no
aparece ninguna otra alusión sobre este tema. Sin embargo, la tercera disposición
transitoria de la carta faculta al Congreso para que dicte las leyes y decretos
necesarios “para el establecimiento de esta misma Constitución”. Situación que
servirá de amparo a los decretos que se van a emitir en los años posteriores para
organizar la instrucción pública.
El Informe presentado, a la Constituyente del 35, por el Ministro del Interior
deja ver que los acontecimientos políticos sucedidos en los años anteriores no solo
han afectado el “estado de cosas”, han repercutido también “sobre aquellos objetos
que, a mi juicio, llaman con más urgencia la atención de los representantes del
pueblo”. Para él, como para el gobierno republicano, la educación es una de estas,
puesto que:
“... es uno de los objetos que más urgentemente reclama la atención del
cuerpo legislativo, ya por el abandono en que desgraciadamente se
encuentra, y ya por que ella es la mejor riqueza que puede tener un país, que
por su medio, cultiva el trabajo y las artes liberales. Creo que estaría por
demás recomendar su necesidad y su importancia, por que todos saben que
es preciso instruir a los hombres con tiempo, en las delicadas máximas de la
moral y de una política equitativa y benéfica, familiarizándolos, desde un
principio, con las nociones mas claras de aquellos conocimientos que son el
fundamento de la sociedad, como las primeras semillas de todas las artes y
ciencias. Pero es preciso confesar, que a pesar de este conocimiento, y de los
esfuerzos de los gobiernos anteriores, la educación se halla muy descuidada
entre nosotros, por falta de fondos; o mejor dicho, por el poco interés con
que en todos tiempos se ha visto este importante ramo de la administración
pública, por los cuerpos legislativos”.
5
Constitución de la República del Ecuador sancionada por la Convención reunida en Ambato.
1835, en Aurelio Noboa, Recopilación de Leyes del Ecuador...,pp. 131 - 163
9
La opinión del Ministro concordaba con lo expuesto por Rocafuerte, en la
Asamblea; para el Presidente,
“La instrucción pública entra en los deberes del Gobierno; porque en el
momento que un pueblo conoce sus derechos, no hay otro modo de
gobernarle, sino el de cultivarle su inteligencia, y de instruirlo en el
cumplimiento de sus deberes. La instrucción de las masas afianza la
libertad y destruye la esclavitud. Todo gobierno representativo que saca su
origen de la elección debe establecer un extenso sistema de educación
nacional, gradual e industrial, que arroje luz sobre la oscuridad de las masas,
que asigne a cada clase su rango y a cada hombre su lugar. No confundamos
la gloria literaria de una nación con aquel grado preciso de instrucción que
necesita el pueblo para su dicha y libertad. La primera exige institutos,
academias, costosos establecimientos, sabios de primer orden, poetas,
filósofos y celebres artistas; la segunda se contenta con el arte de leer,
escribir y contar, humilde en sus aspiraciones, se contrae a simples nociones
de moral y de política, a cortos elementos de otras materias para el ejercicio
de las artes y oficios. Aquella se acomoda a toda forma de gobierno, y aún se
connaturaliza con el despotismo, como sucedió en el siglo de Augusto, León
X y Luis XIV, y esta otra es el alma de las naciones libres, la primera
chispa de la inteligencia que revela al hombre la dignidad de su ser, y lo
guía por el sendero de la virtud a su bienestar y felicidad de su familia”.6
El espíritu del gobierno queda reflejado, también, en el informe del Ministro
González, con la breve relación que presenta de los Colegios existentes en el
Ecuador a la fecha:
“Antes de la revolución existían seis Colegios en el Ecuador, tres en este
departamento; dos en el Azuay y uno en el Guayas; mas ellos han sufrido la
mengua que era consiguiente a un estado de cosas tan violento, como el que
ha tenido lugar entre nosotros, de diez y ocho meses a esta parte. De los tres
que había en el departamento de Quito, solo existen dos en la capital; pero
muy pronto se abrirá el de San Basilio de Ibarra, según las órdenes que se
han dado por la secretaria de mi cargo a la gobernación de Imbabura, para
que se haga componer inmediatamente, el local, y para que a las rentas que
6
Mensaje del Jefe Supremo del Ecuador a la Convención Nacional reunida en Ambato. 1835, en
Alejandro Noboa, Recopilación de Mensajes...., p. 234 -235
10
son propias de aquel establecimiento no sé de otra inversión que no ceda en
su beneficio. La escuela de niñas y el Colegio de San Ignacio de Guayaquil
que estaban cerrados, por consecuencia de la espantosa revolución que ha
desolado aquel hermoso departamento, se abrieron tan luego como fue
posible, mediante el celo del actual Jefe provisorio del gobierno. Los dos
Colegios del Azuay marchan con alguna regularidad; pero el gobierno es de
sentir, que para que los progresos de la educación científica sean más
rápidos, es necesario, vuelvo a decirlo, que se dé un plan de estudios que
conduzca a formar las costumbres de la juventud, y abrace, al mismo tiempo,
los diferentes ramos de la instrucción pública. Desgraciadamente uno de los
grandes males que ha producido en el Ecuador la revolución, es la relajación
de la moral, cuando precisamente son las virtudes del fundamento de las
repúblicas; y es, por tanto, de vital necesidad dirigir hacia la extirpación de
este mal toda la atención de las leyes y la vigilancia del gobierno”.
La responsabilidad que el gobierno tiene con la educación fue
permanentemente reiterativa, como se desprende del mensaje que el presidente
Rocafuerte presenta al Congreso de 1837. En sus palabras se refleja el esfuerzo del
ejecutivo por adelantar la “educación pública”, las “escuelas lancasterianas” y la
educación femenina, en función de lo mandado por la Convención, nos dice:
“he desempeñado gustosísimo tan honorífico cargo, asociándome con
las personas más instruidas y de mayor experiencia en este
interesante ramo de la administración. El nuevo plan de estudios que
el Ministro de Relaciones Interiores, os presentará, está en armonía
con los principios constitutivos del Gobierno, que hemos adoptado, y
tiene por objeto templar las almas con las vivas emociones de la
moral más pura, y difundir las luces, como medios de hacer siempre
triunfar la religión y la libertad. Al establecer el sistema republicano
que nos rige, hemos proclamado la virtud por norte de nuestras
instituciones, y al gran objeto de su propagación, deben dirigirse
nuestros constantes esfuerzos en el cultivo de las facultades
intelectuales”.7
La educación femenina, también, importante “empresa” para el Presidente:
7
Mensaje del Presidente de la República del Ecuador al Congreso Extraordinario. 1837, en Aurelio
Noboa, Recopilación de Mensajes..., p.259 -260
11
“El suave imperio que ejercen las mujeres en las sociedades
modernas, y su constante influjo en la memoria de las costumbres,
han fijado la atención del Ejecutivo, y le han decidido a establecer
una escuela de niñas de que siempre ha carecido esta capital. En tan
importante como nueva empresa, el Gobierno ha encontrado una feliz
cooperación en el celo por el bien público del Ilmo. Sr. Obispo. De
acuerdo la autoridad civil con la eclesiástica, ambas han convertido la
casa del Beaterio, que era antes el asilo del vicio arrepentido, en la
mansión de la inocencia, de la modestia y de las gracias. En lugar de
las beatas que allí existían, se han recogido diez niñas huérfanas hijas
de los mártires de la independencia, y reciben una educación gratuita,
tan buena o mejor que las que les hubieran dado sus beneméritos
padres. Sesenta y siete señoritas principales asisten diariamente a este
colegio; y los rápidos progresos que hacen, pronostican la futura
perfección del bello sexo”.
Las “escuelas lancasterianas”, según el mensaje de Rocafuerte, “no han
adelantado como lo hubiera deseado el Ejecutivo, por la escasez de libros y de
pizarras. Para obviar estos inconvenientes, se ha mandado trabajar una cantera,
que está cerca de Riobamba; y se ha establecido en la Capital una imprenta
dedicada únicamente a la impresión de aquellas obras que son de absoluta
necesidad para la educación primaria”.
En el marco del interés que tiene el ejecutivo por centralizar la educación, es
importante destacar que la creación de una estructura legal y administrativa de
organización y control del “sistema educativo” quedó conformado en 1838.
Con anterioridad, en febrero de 1836, en el marco de la nueva República se dictó el
primer Decreto Orgánico, que en el territorio ecuatoriano organiza la estructura de
la Instrucción Pública; en el Considerando se señala “ Que es necesario uniformar
la educación pública para que produzca los bienes que la nación debe reportar de
la enseñanza” , para alcanzar dicho objetivo el segundo considerando del Decreto
nos dice que: “Que este fin no se puede conseguirse en el Ecuador sin reformar al
12
antiguo plan de estudios, que tanto por las adiciones que se han hecho, como por no
ser adaptable en su mayor parte a nuestras circunstancias locales presenta
dificultades...”8
Los primeros artículos del decreto dejan establecidos los lineamientos que
años más tarde darán cuerpo a una organización más consistente:
“Capítulo 1º; de la Dirección General de Instrucción Pública y de los
Inspectores de Estudios.
Art. 1º Habrá en la capital de la república una dirección gral. de estudios,
compuesta de tres individuos, de los cuales uno será doctor en Jurisprudencia,
otro en Teología y otro en Medicina.
Art. 2º Serán nombrados por el gobierno, que escogerá entre los tres, uno para
presidente.
Art. 3º La dirección tendrá un secretario, nombrado por el presidente y amovible
a su arbitrio.
Art. 4º A la dirección General corresponde: 1º
Dirigir todos los
establecimientos de enseñanza , sea cual fuere la denominación que tengan, y
velar sobre ellos: 2º Tener correspondencia con los encargados de la instrucción
en cuanto diga relación con ella: 3º Visitar los establecimientos de enseñanza,
pudiendo nombrar comisionados para que inspeccionen los colegios y las
escuelas de provincias: 4º Promover en forma legal, ante el Poder Ejecutivo la
suspensión o remoción de los superiores y maestros de los establecimientos de
enseñanza por su mal desempeño, y expulsar a los estudiantes díscolos de la
Universidad: 5º Pedir a la junta de gobierno y a los rectores de todos los
colegios razón del estado de las rentas: 6º Reunirse con la corte suprema de
justicia para nombrar los miembros de la academia de derecho práctico: 7º Dar
pase a los programas de oposiciones a cátedras, a los exámenes para grados y a
los de certámenes públicos.
Art. 5º En las capitales de las provincias habrá inspectores de estudios, que se
entiendan con la dirección general.
Art. 6º Serán nombrados por el gobierno a propuesta de la dirección general y
ejercerán en sus respectivos territorios las facultades que la dirección les
designe; dándole cada año cuenta del estado de la enseñanza.”9
Este era un reglamento que recogía el deseo del gobierno por asumir el
control de la educación y amparar sus iniciativas en la legalidad. A partir de este
8
Decreto orgánico de la enseñanza pública, Quito, 20 de febrero 1836, Fondo Jacinto Jijón y Caamaño,
Biblioteca Banco Central del Ecuador, Código JJ007166
9
Ibid. , p. 2
13
documento y en atención a la constitución, entre 1836 y 1838, el congreso y el
ejecutivo promulgaron varios decretos para asegurar las rentas y fondos de las
instituciones; así como organizar la administración interna de las instituciones.
Pero, es en 1838 cuando se expidió el “Decreto reglamentario de Instrucción
Pública expedido por el Gobierno del Ecuador”.10 Este Decreto, no solo, comienza
por proclamar para el gobierno el control de la educación, sino que establece con
claridad la estructura de la Instrucción Pública en la república. En el artículo 1º dice
“No se podrá fundar o abrirse establecimiento alguno de enseñanza”. Art.2º “Sin
participarlo a la autoridad administrativa del lugar”. En el Art. 3º que es el más
enérgico se declara que “Todos los establecimientos de enseñanza se subordinan a
las mismas disposiciones de los establecimientos de instrucción pública”.
Los siguientes artículos del Decreto se dedican a estructurar la administración
de la educación; no afirmamos que en los períodos anteriores ésta no haya tenido
organización; pero, en esta oportunidad la estructura que prevé el reglamento va a
permanecer inalterable hasta el gobierno de Gabriel García Moreno.
En lo administrativo, por ejemplo, se instituye una Dirección General de
Instrucción Pública, dependiente del Ministerio del Interior, con sede en la capital, y
dos subdirecciones: una en Guayaquil y otra en Cuenca. Las otras provincias,
Manabí, Loja, Chimborazo e Imbabura, contarían con una inspección de instrucción
pública, cada una.
En lo referente a la organización de la Instrucción Pública, como sistema, se
observa una distribución bastante completa; pues toma en cuenta tanto el carácter
administrativo como el aspecto territorial de cobertura educativa. Así, por ejemplo,
los establecimientos de la Instrucción pública son: las universidades, los colegios,
los seminarios, las escuelas. Las instituciones auxiliares de la instrucción pública
son: las sociedades de amigos del país (fomento de industria y agricultura), las
10
Decreto Reglamentario de Instrucción Pública espedido por el Gobierno del Ecuador en el mes de
Agosto de 1838” Quito, Imprenta de la enseñanza primaria, 1838.
14
sociedades de instrucción primaria (encargadas de dotar con libros, útiles y todo lo
necesario), las bibliotecas, los museos y el observatorio astronómico.
La carga de obligaciones de estos establecimientos queda definida de la
siguiente forma: las universidades se compondrían de todos los establecimientos
de instrucción pública comprendidos en el distrito universitario; de los graduados y
de los que dan y reciben la educación. Debemos señalar que la Universidad
Central de Quito fue declarada como central y única de la república en 1836, por
tanto el distrito y su ingerencia comprende todo el país. Los Colegios (nacionales)
fueron creados en las capitales de provincia para enseñar la “instrucción secundaria”
y, además, Latinidad y Filosofía, cátedras previas a estudiar una profesión. Los
Seminarios Clericales estuvieron bajo la inspección del Obispo con arreglo a las
disposiciones canónicas y las leyes de la República, estos mantienen algunos
colegios adjuntos, por la disposición legal de 1821. Los colegios de niñas se
encargaron de proveer instrucción elemental primaria y secundaria, se fundaron en
los conventos de religiosas.
Las escuelas existieron tres tipos: a) elementales
primarias, b) escuelas secundarias, c) escuelas especiales; las escuelas elementales
primarias, fundadas en las parroquias, son de dos tipos: las privadas a cargo de un
institutor que la funda bajo ciertas reglas establecidas y previa autorización. Las
públicas a cargo de los concejos municipales, establecidas para niños pobres. Estas
escuelas mantienen la separación de sexos: niñas y niños.
Las escuelas
secundarias se encargan de perfeccionar la enseñanza elemental que se da en las
primarias. Están establecidas en cada cabecera cantonal. Las parroquias pueden
tener una si la pueden mantener económicamente. Las escuelas especiales se
dedican a formar a los profesionales que necesita la sociedad; así por ejemplo: un
ministro de religión se forma en la escuela de Teología, un letrado en la escuela de
Jurisprudencia, un médico en la escuela de Medicina y un militar en la escuela
militar. A estas escuelas se suman la escuela de Latinidad y humanidades y la
escuela de Filosofía,
que proporcionan estudios obligatorios y son requisitos
previos para optar por los grados académicos en teología, jurisprudencia y medicina.
15
Debemos señalar que el grado académico es el profesional y solo lo otorga la
Universidad, luego de presentar una oposición. Mención importante debemos hacer
a las escuelas normales y preparatorias creadas y establecidas en los lugares de
residencia de las juntas de gobierno de cada Universidad y en las capitales de
provincia para formar instructores de las escuelas elementales primarias y
secundarias. A este conjunto de institutos se agregan las organismos auxiliares de
la instrucción pública, los que coadyuvan a la formación de los niños y jóvenes del
país.
La distribución geográfica de la administración pública de la educación en el
Ecuador de este período sería la siguiente:
Capital de la República:
-
Dirección General de Instrucción Pública
-
Universidad
-
Instituciones auxiliares de la Instrucción Pública
Capitales de provincia11:
- Subdirecciones de Educación en Cuenca y Guayaquil.
-
Inspección de instrucción pública
-
Colegios ( instrucción secundaria)
-
Seminarios
-
Colegios de Niñas: Elemental y Secundaria
-
Escuela Normales
-
Escuela de Latinidad y Humanidades
-
Escuela de Filosofía
-
Escuelas
Especiales
(profesionales)
Teología,
jurisprudencia, Medicina y Militar.
Cabecera Cantonal (municipios):
11
Escuelas secundarias de niños y niñas
En Quito, capital de la provincia de Pichincha, también se observó esta estructura.
16
Parroquias (urbanas y rurales):
-
Escuelas elementales primarias: públicas y privadas
-
Opcional escuela secundaria, si tiene presupuesto.
En el año de 1839 concluye la presidencia de Vicente Rocafuerte y se inicia
el segundo período de Juan José Flores. Para la educación del país lo importante
que ha ocurrido en estos años ha sido la promulgación del “Decreto Reglamentario
de Instrucción pública”, pues como se ha visto este instrumento viene a reorganizar
el sistema educativo y a modernizarlo. Por tanto, los logros que en adelante se
alcancen serán el resultado de la aplicación de esta normativa. Los rasgos de una
educación republicana más uniforme y común solo se pueden ver a partir de 1839.12
Veamos lo que José Miguel González, Ministro del Interior de Flores señala,
en 1839. Su visión de la educación es positiva, según nos dice el objetivo del
gobierno no ha variado “la instrucción pública ha sido uno de los objetos
privilegiados y a costado a su celo amargos sacrificios, porque nada es más penoso
que diferir el bien cuando se desea con ansia ejecutarlo”.13
Más adelante, en su informe, presenta una crítica de la situación anterior de la
educación frente al propósito actual del gobierno:
“Por una parte la esfera de los conocimientos humanos estaba limitada solo a
aquellas fútiles y superficiales nociones, capaces de entretener y confundir
la razón de la Juventud, para que siempre ocupada de cuestiones abstractas y
de errores escolásticos, estuviese sumergida en un caos de absurdos
metafísicos, y apenas tuviese tiempo de obedecer sin examen. Por otra la
predominante y funesta propensión de buscar en las carreras de la iglesia,
del foro y de la medicina una importancia social, ilusoria aunque lucrativa,
había dado lugar a que se confundiese la enseñanza primaria con la
secundaria, superior o clásica. Nada era por lo mismo tan necesario y tan
12
Carlos Landázuri, Vicente Rocafuerte y la Educación, Quito, Ediciones de la Universidad Católica,
Cuadernos Universitarios No 6 , 1984, p. 18
13
Informe del Ministro del Interior José González, Quito, enero 29 de 1839, p.11 y ss
17
difícil como el demoler las barreras que se habían puesto entre nosotros al
poder intelectual, alzar el velo que les ocultaba las realidades que existen en
el mundo, abrir la puerta a los grandes pensamientos, de que es incapaz el
hombre mientras vive en entredicho con su razón, por que no se atreve a
consultarla de temor de que la luz lo ofusque o le precipite y convenía por lo
mismo hacer una clasificación de las diferentes ramas del saber, metodizar
su enseñanza y fijar el minimun del tiempo que debe emplearse en el estudio
de cada uno de ellos. Con todo esta obra presupone un sobrante de tiempo,
de recursos y de hombres, que quizá es imposible combinar. El Gobierno sin
embargo hasta ahora poco había seguido el espíritu público, y dirigiendo
toda su actividad a la investigación de los principios que hacen feliz al
hombre en el estado social, ha cumplido con alarmar la opinión contra la
ignorancia, y conceder a los talentos y al mérito una amplia entrada a las
magistraturas y empleos”.
Para este año los logros alcanzados en el ramo de educación son
inmejorables, “los colegios de uno y otro sexo establecidos en las demás provincias
de que se dio cuenta en la legislatura anterior, lejos de ir en decremento, ha
recibido mejoras considerables, se han reformado sus estatutos, y cada día recibe el
Poder Ejecutivo nuevos testimonios de adelantamiento de la juventud en toda la
extensión de la república”.
El impulso dado a la educación, con seguridad, responde al nuevo espíritu de
fortalecer la República del Ecuador y por ende sus bases, en función de lo estipulado
en el “Reglamento de Instrucción Pública” promulgado en 1838, se realizan
esfuerzos para crear una biblioteca y un museo, instituciones auxiliares de la
educación, al decir del ministro:
“Para que las ciencias y las artes se generalicen en un pueblo, es necesario
que cuando empieza a estimularse el amor a los conocimientos útiles, se
pongan al alcance de todos esos preciosos depósitos en que el espíritu
humano deja marcado los progresos que hace en cada siglo. La biblioteca
presentará a la juventud ecuatoriana medios abundantes para
enriquecer su inteligencia y dar expansión a su exquisita sensibilidad.
Muy fundadas esperanzas hay de que así este establecimiento como todos los
demás literarios prosperaran bajo los auspicios del interés que todos
manifiestan en que el pueblo se ponga en contacto con los hombres que
viven o han vivido para ilustrar a sus semejantes.
18
Aunque el museo que empieza a crearse, no contenga por ahora otra cosa
que una galería de las más exquisitas pinturas que han sobrevivido a las
revoluciones del tiempo, y las muestras de las preciosas producciones
naturales en que abunda esta región equinoccial, debe expresarse que en el
transcurso de pocos años este establecimiento excitará la curiosidad de
los viajeros sirviendo a la vez de escuela práctica a la juventud dedicada
al estudio de las ciencias naturales”.
Para este año, el informe del Ministro del Interior registra que entre la
Universidad, ubicada en Quito; los 7 colegios y los 29 conventos habían en toda la
República 744 alumnos. Las 23 escuelas públicas de niños en el país sumaban 1884
alumnos; las 7 escuelas públicas de niñas tenían 284 alumnas; 188 escuelas privadas
de niños y de niñas (60) contaban con una población estudiantil de 3288, de los
cuales 2621 son alumnos y 667 son alumnas, en solo cinco de las siete provincias
del país; a estas cifras habría que aumentar los datos de Guayas y Manabí que no
constan en el informe, para tener una idea completa de la cobertura educativa. En
estos años el costo que le significó la educación al gobierno, descontando que la
mayoría de los ingresos provenían de las rentas de los conventos menores, fue de
21.248 pesos, utilizados para cubrir sobre todo el pago de profesores, el total de
ingresos ascendía a 17.852 pesos, es de suponer que los otros gastos están
solventados por los concejos municipales y / o los padres de familia.
En 1841 y 1843 el Presidente de la República, Juan José Flores, en sendos
mensajes al Congreso da cuenta de la situación educativa durante su segundo
período de Gobierno.
“En 1841 nos dice: “la educación pública ha recibido fomento y protección.
En la Capital y en las provincias se han formado nuevos establecimientos de
enseñanza, y mejorando los que antes existían; más considera el Poder
Ejecutivo que es menester aún extender y generalizar la educación primaria,
y mejorar la científica y literaria. Si todos los ciudadanos deben conocer
sus deberes para con la patria es tan esencial en los gobiernos
representativos, como lo es la libertad racional para la felicidad de las
19
sociedades humanas. Os pido. Por tanto una ley que acreciente las rentas
municipales con tan plausible objeto” 14
En el 1843, en cambio, se pone énfasis en la necesidad de contar con una ley
que permita mejorar las rentas para la educación, pues señala que “el ramo de
educación pública es digna de vuestra atención. No obstante que en casi todas las
provincias y cantones se han formado nuevos establecimientos de enseñanza, y
mejorado los que antes existían, conviene entender y generalizar la instrucción
primaria, tan indispensable en los gobiernos representativos, como necesaria para
la mejora y progreso de la sociedad. Os pido, por tanto, una ley que destine rentas a
tan plausible objeto”15
La información que se recoge de las exposiciones del Ministro Francisco
Marcos, para los años de 1841 y 1843, nos ayuda a completar el cuadro educativo de
este período y sobre todo la situación económica de las instituciones. Creemos que
este informe resume muy bien el adelanto de las escuelas primarias, los colegios y
la universidad, en el período que hemos revisado. El informe de este año es al más
completo que hemos revisado, nos presenta un detalle minucioso de la distribución
de los establecimientos en el país por provincias, cantones y parroquias, lo cual nos
da una idea del alcance de la cobertura educativa .
En el Anexo, de este trabajo, la Tabla No 1 recoge de manera detallada la
distribución de las escuelas primarias, secundarias y privadas de la República. A
primera vista se podría concluir que el número de escuelas privadas supera en
mucho al de escuelas públicas. Más esta apreciación simplista debe ser revisada a la
luz de los cambios que se establecen, desde el gobierno, para supeditar la educación
14
Mensaje del Presidente de la República del Ecuador. 1841, en Aurelio Noboa, Recopilación de
Mensajes..., p. 328
15
Mensaje del Presidente de la República, a la Convención Nacional, reunida en Quito, 1843, en
Aurelio Noboa, Recopilación de Mensajes..., p. 352
20
en desmedro del control que los municipios tienen sobre ella; es decir desentrañar el
intento centralista del gobierno y el descentralismo en que se han movido los
municipios, problema que fue latente en todo el período.
En todo caso, se puede observar la avanzada del gobierno en cuestión de
educación pública, como proyecto de establecer un “extenso sistema de educación
nacional , gradual e industrial que arroje luz sobre la oscuridad de las masas, que
reemplace las demarcaciones de la arbitrariedad, que asigne a cada clase su rango,
y a cada hombre su lugar”, conforme lo había planteado Rocafuerte en 1835.
La siguiente tabla ofrece un resumen por provincia del número de escuelas y
de la población estudiantil, conocemos que en las siete provincias existían 170
escuelas con una asistencia de 4.451 niños y 546 niñas, que dan un total de 4.497.
Tabla que resume el total de alumnos en 1841
Provincias
Pichincha
Imbabura
Chimborazo
Cuenca
Loja
Guayaquil
Manabí
No.Escuelas No.Alumnos No. Alumnas
22
906
200
23
498
14
23
587
72
828
190
3
66
37
21
1275
105
6
291
En cambio, en referencia a los presupuestos destinados para educación en
estos años podemos decir que se entregaron a Quito 8.372 pesos; a Guayaquil 1.080
pesos; a Cuenca 279 pesos con 60 centavos y a Loja 250 pesos; todo da un total
de 11.981 pesos con 60 centavos. La imposibilidad de contar con el presupuesto
general de la república nos impide, por el momento, establecer una comparación
para conocer cuál es el porcentaje de inversión que tiene el gobierno en este ramo,
como una de las estrategias para que la “instrucción pública entre en los deberes
esenciales del Gobierno”.
21
En cuanto a la situación económica de la Universidad y los Colegios, el
Ministro Marcos, cree necesario presentar un reclamo pues las rentas de los colegios
se ven amenazadas por la ley de 11 de abril de 1839. Dice Marcos que al practicar
la ley “se ha encontrado que ella no está muy de acuerdo con principios de equidad
y de justicia”. Este reclamo obedece a que una parte de las rentas de propios del
hospital de Guayaquil se ha destinado a otros menesteres, en desmedro de la
enseñanza. Sin embargo, en su exposición Marcos señala que “muy felices ha
deseado el Gobierno que fuesen los cuidados que emplea constantemente en el
fomento de los establecimientos de enseñanza, no deja de complacerse al ver que
todo funcionario público, y todo ciudadano concurren al mismo fin”.16
Nos parece importante concluir la descripción del estado de la educación en
el Ecuador, entre 1835 y 1845, complementando este análisis con la regulación que
hace el Congreso de 1843 respecto de la educación en las “casas monásticas”.
La obligación de que se instituyeran en los conventos colegios de segunda
enseñanza quedó establecida desde 1835, según decreto de la Asamblea
Constituyente que autorizaba al Ejecutivo “formar los reglamentos para el gobierno
económico de las escuelas, colegios y casas de educación, procediendo de acuerdo
con las órdenes eclesiásticas en lo concerniente a Seminarios y escuelas de niños y
niñas de los conventos” , además, fueron dotadas con cuatro becas para niños
pobres, pagadas del erario público.
Paulatinamente este pedido se fue concretando, tanto que para el año de 1843
se veía la necesidad de preparar un Plan de estudios y aprobarlo, para que permita el
buen funcionamiento de las “casas monásticas” 17
16
Exposición que dirige al Congreso del Ecuador en 1841 el Ministro de Estado, en los Despachos del
Interior y Relaciones Exteriores, Quito, Imprenta de alvarado por León Espinosa. P. 25 - 26
17
Informe de Ministro del Interior Francisco Marcos, Quito, enero 15 de 1843, p. 12 y ss.
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“La Dirección procurando que ellos se arreglen al plan general, propuso
poco tiempo há: 1º que en todo convento que tengo noviciado se establezca
cuatro cátedras; una de ellas para las gramáticas latinas y castellana, otra
para la enseñanza de filosofía, y dos para la de sagrada teología, conforme al
Art. 158 del decreto reglamentario: 2º que en los conventos se lleve un libro
de matrículas para que en cada año cursivo se sienten los nombres de los
estudiantes de filosofía y teología: 3º que se guarde lo dispuesto en el Art.
174 del predicho decreto, entendiéndose que las veces del Rector de la
Universidad las ha de sufrir el prelado doméstico: 4º que el año cursivo ha
de durar el tiempo que prescribe el estatuto; y que en o demás se ha de
observar el decreto reglamentario, presentando cada convento tres
certámenes anuales en la Universidad a principios del mes de julio; y que de
estos actos el primero ha de ser de gramática latina y de la castellana,
traduciendo las fábulas de Fedro o de la vida de Cornelio Nepote, o las
epístolas de Cicerón, y haciendo el análisis gramatical, el mismo que deberá
hacerse en una obra clásica española; y que el segundo deberá ser de
filosofía, y el 3º de teología: 5º que los exámenes anuales se hagan ante el
prelado doméstico por el catedrático o catedráticos de la facultad, y tres
Padres graduados en la universidad, y a falta de éstos por otros tantos
graduados en la religión, sentándose las actas respectivas con la aprobación
o reprobación, en el libro que al efecto debe llevarse; y 6º que ningún
estudiante pase a estudiar filosofía sin ser examinado y aprobado en latinidad
por la junta examinadora compuesta de los miembros expresados. El
Gobierno, previo dictamen de su Consejo, aprobó este plan y lo ha mandado
ejecutar”. 18
Varias cosas se desprenden de la cita, como la permanente decisión de
normar las prácticas educativas de los colegios y seminarios; pero creo que es
importante acotar que esta reglamentación da cuenta de un esfuerzo mas del
Gobierno, por ampliar el espectro educativo; queda por establecer cómo en la
práctica esta normativa se hace realidad, sobre todo cuando, también, es permanente
el reclamo del Ejecutivo por la falta de rentas para la educación, decía Francisco
Marcos en el Informe que “Notorios deben ser los progresos intelectuales que ha
hecho la república, no menos que los afanes que ocasiona la falta de medios
destinados a objeto tan interesante”.
Estas serán, lamentablemente, las
permanencias en la Historia de la Educación de nuestro país; presupuestos
insuficientes y altas demandas educativas.
18
Ibidem.
23
Finalmente, quiero señalar a manera de conclusión general y pregunta inicial
que los esfuerzos realizados en torno a la educación en el período de 1835 a 1845
vienen a constituir los basamentos normativos legales y las políticas educativas
sobre lo cual se desarrollará la educación del Ecuador en las siguientes décadas.
Falta, sin embargo, completar el panorama educativo en lo referente a las cuestiones
más prácticas de la educación, tales como la organización de programas de estudios,
los textos, los métodos y otros elementos que hacen parte del hecho educativo,
tareas pendientes en el marco de la historia de la educación en el Ecuador.
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