Política Exterior de Estados Unidos Reporte de lectura Aplastando enemigos y América Latina: luchando la Guerra Fría A lo largo de la Guerra Fría, Estados Unidos consideró intolerable la instalación de regímenes radicales en América Latina, como el socialismo, marxismo- leninismo y cualquiera que fuese de tinte izquierdista, puesto que éstos representaban una amenaza inminente en contra de la seguridad estadounidense, lo que a su vez violaría los principios de la Doctrina Monroe. En respuesta a lo anterior, a partir de los años 50’s Estados Unidos buscó estrategias para prevenir un desenlace negativo y perjudicial a sus intereses, por tanto los tomadores de decisiones estadounidenses se vieron obligados a intervenir valiéndose de cualquier estrategia. Cabe resaltar que la manera de actuar de cada presidente estadounidense fue distinta, pero encaminada al mismo objetivo, es decir, evitar la propagación de una ideología distinta a la suya. Los países latinoamericanos que sufrieron un mayor grado de intervencionismo por parte de Estados Unidos fueron Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Granada, Nicaragua y República Dominicana, entre otros, los cuales adoptaron diversas posturas para contrarrestar la Guerra Fría, como lo son: a) desafiar a Estados Unidos y seguir caminos socialistas de cambio político; b) buscar el apoyo de EEUU sobre la base de la solidaridad anticomunista; o c) forjar una estrategia siendo un tercero o intermedio con el fin de evitar la alineación con el este u oeste, asegurando así su independencia económica, política y cultural. Como un ejemplo de intervencionismo fallido se encuentra el caso cubano durante el periodo del presidente Eisenhower, quien puso en marcha diversas políticas, las cuales no tuvieron éxito alguno, con el propósito de contener la ideología nacionalista de Fidel Castro en Cuba, a quien se le consideraba inapropiado para el poder, ya que su postura iba en contra de los intereses estadounidenses. Con el tiempo la administración de Eisenhower perdió relevancia en Cuba, lo que permitió a Castro ocupar el poder de forma permanente. Sin embargo, a lo largo de su presidencia hubo diversos atentados para derrocarlo, como es el caso de Bahía de Cochinos, el cual fue un intento fallido de la administración de Kennedy de una invasión a Cuba por parte de exiliados cubanos entrenados por la CIA. A pesar de todos los esfuerzos de Washington de intervenir en Cuba, ésta se mostró siempre poderosa y tenaz en su postura anti- yanqui. A diferencia del caso Cubano, en República Dominicana se alcanzó el objetivo fundamental de EE.UU., ya que con los antecedentes de Fidel Castro, la Revolución Cubana y Bahía de Cochinos EEUU decidió impedir “otra Cuba” en el hemisferio occidental, pues en el momento que Rafael Leónidas Trujillo fue asesinado, la administración de Kennedy tomó acción al enviar una fuerza naval para disuadir a los izquierdistas. Esto causó una división dentro de las fuerzas armadas dominicanas; por un lado se encontraban los “constitucionalistas”, quienes demandaban la instalación de Juan Bosch; y por otro estaban los “lealistas” quienes eran pro-Trujillistas. A casusa de esto, Estados Unidos definió su posición a favor de los lealistas, ya que a Bosch se le consideraba izquierdista. Finalmente, durante la administración del presidente Lyndon Johnson y mediante la Organización de Estados Americanos se provocó que República Dominicana en un principio estuviera gobernada bajo la ocupación militar estadounidense y posteriormente por la instalación de Joaquín Balaguer, quien había sido en el pasado un colaborador de Leónidas Trujillo. De esta manera, EE.UU. alcanzó su meta al lograr la imposición de un régimen que él consideraba adecuado para asegurar sus intereses en el territorio. Claramente se puede observar que la postura de Estados Unidos en asuntos Latinoamericanos siempre fue en busca de intereses propios llevando su individualismo al máximo, ya que no se preocupó por violar no sólo la soberanía de los mismo, sino también sus derechos humanos, su economía y su estabilidad política e ideológica. De acuerdo con el autor Richard Hofstadter en su libro “El estilo paranoico en las políticas americanas y otros ensayos”, Estados Unidos siempre ha actuado bajo una actitud paranoica en asuntos de política exterior, puesto que ve al “enemigo” presente en todo el mundo, incluso en su patio trasero, en otras palabras, “América Latina”. Es por esto, que Peter Smith en su libro “Garras del águila” muestra que Estados Unidos no sólo se interrelacionaba con potencias como Gran Bretaña o Francia, sino también con naciones en vías de desarrollo como lo son los países de América Latina, para asegurar su estancia en el poder como un hegemón y así ser vista como la ciudad en la colina. Del mismo modo, el autor postula las diferentes formas y estrategias que utiliza Estados Unidos para intervenir en cada país, puesto que se enfoca en las necesidades o debilidades de cada uno para así modificar su ideología, es decir, en algunos países interviene de manera violenta con guerrillas o causando revueltas internas y en otros, los subministra a con productos o montos económico para derrocar al gobierno que sea incongruente a sus intereses. Finalmente, podemos concluir que EE.UU siempre mantuvo la premisa de la Tesis de la Frontera, ya que además de su clara intervención siempre ha previsto la expansión tanto de su ideología como de su dominio político, con el propósito de marcar su excepcionalismo dentro de su esfera de influencia y al mismo tiempo fortalecer su etnocentrismo. Es por esto, que el papel que Estados Unidos juega es de suma importancia para los países que lo rodean y que lo ven como el modelo perfecto de democracia al haber sido el vencedor de la guerra fría contra la influencia soviética en el mundo. De igual modo, se deja en duda la veracidad del cumplimiento de la Doctrina Monroe debido a los actos realizados en cada uno de los países intervenidos, puesto que se ha jugado una doble moral, entre la retórica y la práctica. Dante Antonio Contreras Ramos Fernanda López Martínez Karen Parra Castillo Mónica Carrillo Ayala Rosa María Villegas Pavón