Isla Negra 4/168

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Isla Negra 4/168
Ca s a de poesía y literatura s.
-Enero 2009suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.
Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO
revistai slane gr [email protected]
http://isla_negra.zoomblo g.co m
Editorial El Taller del Poeta y revista Isla Negra:
Nace la colección solidaria de poesía “Tiempos Difíciles”
Los poetas Gabriel Impaglione (argentino residente en Italia) y Fernando Luis Pérez Poza (español), el primero en
calidad de director y el segundo de editor, ponen en marcha la colección de poesía “Tiempos Difíciles”, editada por la
editorial pontevedresa El Taller del Poeta, (www.eltallerdelpoeta.com ).
“Tiempos Difíciles” es un proyecto solidario. Por cada libro que se vende de esta colección el autor recibe en su
domicilio un ejemplar gratuito del mismo, de tal manera que quien lo compra está ejerciendo la solidaridad para con
éste o, dicho de otro modo, apadrinando al poeta publicado.
El autor recibirá gratuitamente, en diferentes entregas, un mínimo de 100 ejemplares de su obra publicada.
La idea surgió de un encuentro de ambos amigos, Gabriel y Fernando, en Lanusei, Italia.
Tiempos Difíciles admite también el patrocinio directo de instituciones, fundaciones, asociaciones, etc., e incluso de
particulares, en cuyo caso figurará el logotipo de la entidad o persona patrocinadora en la cubierta o en el interior del
libro.
El primer libro de esta colección, con formato reducido de bolsillo (14,5 X 10,2 cms) es “Fantasmas de Quijote”, del
autor cubano Miguel Crispín Sotomayor, dándose la circunstancia de ser el primer libro publicado en la provincia de
Pontevedra y, probablemente, en España en el año 2009.
La colecciòn, ya programada para el corriente año, tendrà su versiòn italiana bajo el nombre “ Tempi Difficili” y la
intervenciòn de la revista Isola Nera, que dirige la escritora sarda Giovanna Mulas.
De esta manera los autores publicados tendràn una importante difusiòn tambièn en Italia, con iguales mecanismos que
la colecciòn en español.
Invitamos a la lectura de esta colecciòn que apuesta por la poesìa y la solidaridad.
Invitamos a cada amigo a adquirir un ejemplar para donar a la biblioteca de su ciudad.
Los pedidos de ejemplares pueden hacerse a: [email protected]
El pròximo libro a aparecer serà “Memoria absuelta” de la poeta colombiana Amparo Osorio.
Rafael Alberti
España, 1902- 1999
Hace falta estar ciego
Hace falta estar ciego,
tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio,
cal viva,
arena hirviendo,
para no ver la luz que salta en nuestros actos,
que ilumina por dentro nuestra lengua,
nuestra diaria palabra.
Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría,
sin participación de los himnos futuros,
sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado sombrío de la tierra.
Hace falta querer ya en vida ser pasado,
obstáculo sangriento,
cosa muerta,
seco olvido.
Mahbobah Ebrahimi
Kandahar, Afganistán, 1976
El viento
Como si estuvieras contando mi historia
con tu inconcebible soplo, ¡oh viento!
Tus palabras tienen el gusto salobre del agua marina
¿Pasaste por ese mar inmenso y amargo?
Suenas bastante inquieto
y tu eco, misterioso, deletéreo, extraño.
No estás preñado de las semillas de la prosperidad,
ni portas fragancias de buen augurio.
Te aguarda la maldición de la tierra. ¡Cuidado!
¿Qué más pueden darte estos suelos yermos?
Tan sólo polvo para compactarte
y llenarte de pólvora
¡para saturarte con ese olor diabólico!
Cuentas la historia de mis penas en tus suspiros:
¡Aunque habitas en los cauces de los ríos más salvajes
nunca dejas que mi sed se sacie!
¡Nunca permitiste que mi nombre apareciera al pie de ninguna
emotiva carta de amor de este mundo!
Me ignoraste
me ignoraste aunque
tu soplo fuera sólo mi historia
ahogada en amargura y sangre
Carlos Drummond de Andrade
Minas Gerais, Brasil - l902-1987
Dios y sus criaturas
Quien muere va a descansar en la paz de Dios.
Quien vive es arrastrado por la guerra de Dios.
Dios es así: cruel, misericordioso, dual.
Sus premios llegan tarde, en forma imperceptible.
Dios, ¿cómo entenderlo?
El tampoco entiende a sus criaturas,
condenadas previamente sin apelación a sufrimiento y muerte
Traducciòn Carlos Sànchez
Julio Carabelli
Argentina
En las nubes
A ella le gustaba bailar
íbamos al Marabú
al Picadilly
y más tarde
a esos patios tangueros para gente grande.
Ella era feliz
se bailaba hasta el fernet
y cuando tomábamos una copa sus pies
garabateaban corcheas bajo la mesa
como si aquel tango que tocaba Pugliese
anunciara el fin del mundo en percusión.
Yo la acompàñaba bailando como un wichi con botas
porque nadie pudo decir nunca que ella no tuviera gracia
la tenía en demasía
tanta
que yo la veía bailando asteroides
bajo la mirada de santos circunspectos
señores del Big Bang
y un jurado de ángeles milongueros.
Entonces
ambos nos deteníamos frente al paraíso
cuyo techo era un parral
y ella
mientras me abrazaba
corrompía a San Pedro guiñándole una teta.
Muhsin Al- Ramli
Irak, 1967
De un Lorca a otro
Lo que estaba se ha llevado lo que queda...
y me despedí de Irak
Abandoné las comisarías, los cementerios.
Crucé las murallas de fusiles
y las farmacias vacías.
He sido duro con el jardín de las manos en despedida
y con las lágrimas de las chicas que se quedaban atrás
porque mi llanto, delante de mí, es largo
y mi mapa es un bastón de ciego.
Mi corazón es un cementerio lleno de seres queridos
y mi medicina está allí... allí,
con los gitanos de Andalucía.
Crucé países, muchas ciudades
y conviví con pueblos deprisa
porque Granada estaba esperándome,
Y yo a ella;
Porque Lorca posa su mirada
sobre las agujas del reloj y los olivares.
Mi amigo, mi hermano, está esperándome
desde nuestros primeros cuadernos.
Sollozaré entre sus brazos.
Mojaré su camisa bordada de canciones.
Le contaré todo lo que ha hecho el verdugo
en los dos ríos, en las palmeras
y en los amigos.
Le describiré la cuerda con la que ahorcaron a Hassan Mutlak,
y la máquina de picar almas y carne iraquíes.
Pero he encontrado su casa vacía
a excepción de su sillón, vibrando,
entre la ventana y el poema.
Llamé: Lorca. Lorca.
Oh, secreto de la insistencia de mi madre en fumar, a pesar del asma.
¿Dónde estás?
Amigo mío y socio mío en la inocencia.
¿Dónde estás?
Nada, excepto su sillón, vibrando,
entre la ventana
y el piano.
Seguí llamando
hasta que apareció su vecina, una gitana,
y dijo:
Tu amigo nos dejó lo que queda.
Se ha despedido de su sillón... ahora
te describiré el pañuelo con el que le taparon los ojos
después de su última mirada al reloj, esperándote.
Te cantaré su último poema;
su último respiro.
Los disparos se agitaron y
nos retorcimos en
la torcedura...
El llanto en todas las partes...
Todas las partes son llanto.
Nuestras manos han señalado
a las nubes
y a la alta perplejidad.
«He venido a Granada
buscando a Lorca.
Tal vez...
para que escribiera sobre los asesinados de mi familia.
Pero... le encontré asesinado».
Cèsar Bisso
Argentina
Revelación
a Marta Alzamora.
Mirabas caer enero sobre el campo.
Entre verdes y ocres
la oblicua serenidad del silencio
canceló tu asombro.
La vida no es recurso del tiempo,
sino una manera de revelarnos
todo lo que en ella iluminaste.
Antonio Porta
Milano, Italia 1935
6
La línea une los dos puntos en el papel:
Al final de la carrera veloz, insomne,
Apoyado en un muro devora su alimento.
Después demanda, los ojos tornando graves, todavía despierto,
Innumerables indicaciones de una cierta importancia.
Disperso en el diván va muriendo, si vivir era posible,
Agitado levemente.
En las fauces del lobo las hileras encarnadas,
Con la campanilla enseña a ulular
y puede ser útil: introducir lenta
una mano y extirparlas cuerdas vocales, engullirlas,
proseguir la carrera y la aventura: ¡entenderán!
Los lectores improbablemente: ¿y después qué cambia?
Pero descubrir, al menos, es el fin del arte,
La imagen del hombre, nosotros.
en: Seis poetas italianos actuales. Fundación Lisdero, Buenos Aires, 1971.Traducciones. Raúl
Vera Ocampo. Textos originales publicados en: I Novissimi. Rusconi - Paolazzi, Milano,1961 (1ra. Ed.)
Indran Amirthanayagam
Sry Lanka
Mezclas
El grano y la uva
destilados—
sangre cansada
balacera ajena---
codo a codo
en la neblina-agua de rosas
gasolina.
Isabel Alamar Torró
Valencia, España, 1970
Estamos poco acostumbrados a usar los signos de interrogación
Todo nos viene ya dado, listo para tragar, sin necesidad de pensar.
Por lo que a la gran mayoría se refiere directamente se conforma.
Es realmente fácil conjugar este verbo: el verbo “conformarse”.
Yo me conformo,
Tú te conformas,
Él se conforma...
Como premio una paz mansa próxima a la esclavitud desciende
Sobre nosotros cubriéndonos con su extraño manto.
Es un poco espesa y amarga esta paz, pero da igual.
Somos apenas hombres, casi hombres, si nos dejaran de la mano,
Vagaríamos por las calles como perros sin dueño y sin collar.
¿Por qué y aunque solo sea para variar probamos a usar
Los signos de interrogación?
Yamilka Noa Justiz
Cuba- 1980 ( residente en Costa Rica)
Verso menor III
Mi niña se siente libre.
Mi niña quiere jugar a morirse
y se despeina en mis cabellos
se enfada desde mi estómago.
Mi niña prueba a envenenarse
desde adentro
y grita,
¡es un manicomio!
grita.
Mi niña no sabe,
¡Ay!, no sabe;
que no hay espacio para ella
aquí afuera,
en el púlpito agrietado que me sostiene.
Hèctor Berenguer
Rosario, Argentina
Lamento
Un dìa cualquiera,
cuando amanezca
el sol darà su fiesta
y ya no seràs el invitado.
Las horas
habràn cumplido
su ritual de intimaciòn
y alejamiento.
Lo antes vivido
serà la obra inconclusa
y como un golpe de luz,
uno envejece y muere
sin mejores argumentos.
De: Entre la nada y el asombro
Víctor Bueno Romàn
Lima, Perù – 1949 (reside en Alemania)
Delal en Gaza o sobre la orfandad de la Media Luna
para Sara, mi hermana
para Elisa, mi hija
En busca de leña y pan, partió tu padre;
en busca de leche, verduras y agua, tu madre.
Angustia, hambre y sed quedaron contigo,
y, al centro, una tenue llama para tu abrigo.
Tu padre no ha vuelto; tu madre, tampoco,
y a tus quejas se llevan la brisa y el siroco.
¿Quién dará refugio y cariño a esta niña?
¿Quién le traerá arroz y carne, agua y fariña?
Eyne hue Ebi? Eyne hiye Ommi?
Sirenas del sanitario, del policía y del bombero
compiten desigual con estridente y mortal lucero:
Diario los ayes y cuerpos sangrantes o mutilados;
diario las ruinas, el polvo y la ceniza por todos lados.
¿Por qué desoye Allah a su pueblo largamente afligido?
¿Por qué la indolencia del Poniente ante el pueblo no elegido?
¿Por qué permite Jahve al robo, desalojo y a la usura revivida?
A vosotros queda Piedra y Khassam contra su nación atrevida.
Eyne hum Ichueti? Eyne hum Jemiean?
La Ley es sólo papel y el Derecho dormita o silencia;
ambos toleran, allí y de facto, a una atávica prepotencia.
La noche partirá con sus Phantoms, orugas y alimañas
y yo, Delal, loaré con el día, a lo verde en tus pestañas.
Ledo Ivo
Maceió, Brasil, 1924
Mi patria
Mi patria no es la lengua portuguesa.
Ninguna lengua es la patria.
Mi patria es la tierra blanda y pegadiza donde nací
Y el viento que sopla en Maceió.
Son los cangrejos que corren en el cieno de los mangles
Y el océano cuyas olas continúan mojando mis pies cuando sueño.
Mi patria son los murciélagos suspendidos en el revestimiento de las iglesias carcomidas,
Los locos que bailan al atardecer en el hospicio junto al mar,
Y el cielo curvado por las constelaciones.
Mi patria son las sirenas de los navíos
Y el faro en lo alto de la colina.
Mi patria es la mano del mendigo en la mañana radiosa.
Son los astilleros podridos
Y los cementerios marinos donde mis ancestros tuberculosos y palúdicos no dejan de toser
/ y temblar en las noches frías,
Y el olor a azúcar en los depósitos portuarios
Y las tencas que se resisten en las redes de los pescadores
Y las ristras de cebollas enroscadas en la tiniebla
Y la lluvia que cae sobre los corrales de peces.
La lengua que utilizo no es y nunca fue mi patria.
Ninguna lengua engañosa es la patria.
Ella sirve apenas para que yo celebre mi grande y pobre patria muda,
Mi patria disentérica y desdentada, sin gramática y sin diccionario,
Mi patria sin lengua ni palabras.
traducido por el mexicano Jorge Lobillo
Josè Agustìn Goytisolo
Barcelona, España – 1928- 1999
El que cuenta las campanadas
El amante de medianoche,
el que ansió que ella le siguiera,
el que cuenta las campanadas
como un enfermo desahuciado;
el que pone cara de cárcel
cuando se mira en el espejo:
es el furtivo que no duerme
acechando a su compañera,
y ella es feliz porque ahora
vive una noche tan inefable
y tan honda como la muerte.
William DeWitt Snodgrass
Wilkinsburg, Pennsylvania, EEUU, 1926-2009
Recuerdos, 1
Al ordenar cartas y montones de pasados
cheques cancelados, viejos recortes y tarjetas amarillentas
que alguna vez significaron algo, casualmente encontré
tu foto. Esa foto. Ahí me detuve helado,
como un hombre que barre las hojas muertas de su jardín
y encuentra una mano seccionada.
Sin embargo, en ese primer momento, me alegré: Estás
tal como eras—tímida, delicada, esbelta,
en ese vestido largo de encaje verde y margaritas
que llevaste a nuestro primer baile. Tu presencia
nos dejó boquiabiertos a todos. Bueno, entonces nuestros anhelos eran otros
y nuestros ideales llegaban con facilidad.
Fue cuando, durante la guerra y esos dos largos años,
en ultramar los japoneses muertos en sus chozas
entre platos, muñecas y zapatos perdidos –llevaba
esa imagen tuya, ahí, para ahogarme el miedo,
probar que había sido, y que podía regresar.
Eso fue antes de casarnos.
Antes de que cada uno
agotara la energía del otro
con mentiras, abnegación, mudo lamento
y ojos afectados que acusan; antes del divorcio
y la traición. Dilo: antes de conocernos.
Vuelvo a guardar tu foto, a pesar de todo. Algún día, a su debido tiempo,
encontraré que aún está ahí.
Traducción : Lillian van den Broeck
Carlos Bustriazo Ortiz
La Pampa, Argentina – 1929
8
oh mi dormida entre mis brazos
cuántos siglos que no teníate
desde los abrigos hollinosos
entre los valles primigenios
desde las cuevas de piel verde
desde los aleros silbadores
desde las cópulas del guanaco
desde las cruces laberintonas
y eran lo creado las pinturas
y entre nosotros cuántos desmayos
una vez fuiste una fogata
fuísteme un sol como en desvarío
y yo pintábate en el vientre
una guarda con miel de abejas
llégueme herido de una caza
y hierba fuiste forma del unto
entre los cueros de la noche
con el color de la piedra madre
oh mi dormida entre mis brazos
y yo velaba en los pedernales!
Lílian Maial
Brasil
Breve luz de um tempo breve
O muro que se ergue sorrateiramente,
barreira entre o agora e o esquecimento,
constrói, de pronto, a morte sólida,
sentida no peso das pálpebras ou no fascínio do sono.
O abismo que se abre a teus pés
te questiona o destino, o caminho,
o rumo entre as pedras.
E vem o santuário de lembranças,
em lapsos insanos,
assombrar o espelho e a ampulheta.
O que te falta são os risos e a inocência
de um bem-estar de certezas e gestos simples,
que não recendem a pó de pedra ou argila.
O que te cabe é a medida exata do leito,
onde deixaste o momento escapar.
O que fustiga é a noção da hora próxima,
descobrir que tanto adiaste a vida
(para um depois, que foi ontem),
que te perdeste do atalho,
distraído com o olhar nas coisas do mundo.
A existência conta os minutos,
e a poeira recobre lentamente os versos.
Já não se enxerga a lua do poema.
Uma porta no tempo te mostra
que todo o instante é passado,
e que, se não o vives,
ele se esvai,
apagando como os tantos rostos
que já amaste mais que tudo,
e que, agora, quase nada.
Não! Não quero ser mais um rosto do passado,
se desfazendo na bruma do esquecimento!
A palavra resiste na pele e na garganta.
Sente o cheiro da poesia e embriaga-te!
Sente o gosto do medo e cospe-o!
O tempo corre sob teus pés,
descalço de dúvidas ou hesitações.
Alçar vôo talvez seja tua única razão.
Arturo Corcuera
Perù
Marcha fúnebre a la Franja de Gaza
Asoman llorando de sus cenizas
los niños judíos de los campos de concentración,
salen para defender con su muerte
la vida de los niños palestinos de Gaza,
van arrastrando su orfandad y sus juguetes rotos;
de los hornos crematorios de Auschwitz
los ancianos desnudos y esqueléticos,
marchan a Gaza con sus huesos al hombro,
calcinados y cabizbajos;
los refugiados, ocultos bajo las piedras,
asoman a la luz y enloquecen
al descubrir los nombres de sus verdugos
que matan en nombre de Yavé:
Shimón Peres
presidente del Estado de Israel ( Premio Nobel
de la Paz. Ahora la historia lo condena )
Ehud Olmert
primer ministro ( celebra las matanzas )
Ehud Barak
ministro de defensa ( de la tribu Isacar )
Gabi Ashkenazi jefe de Estado Mayor ( la svástica parpadea
en su sangre )
Moshé Katsav
Ministro de Estado ( no perdona niños ni
ni mujeres )
Tzipi Tlvnila
la canciller ( émula de Jael )
Saúl Mofaz
ministro de transporte ( de armas letales )
Avital Leivovitz portavoz de los partes de guerra
Max Reger
portavoz del primer ministro
encargado de dar la cifra de palestinos muertos.
Llueve fósforo sobre Gaza
llueve misiles
llueve tanques
llueve plomo fundido;
Ana Frank sollozando sale del desván oscuro,
registra los nombres en su Diario y en la última página escribe:
“La franja de Gaza es un enorme horno crematorio,
donde retrocedemos al Holocausto para volver a morir”.
Eduardo Dalter
Argentina
Guerras de imperio
El objetivo en las guerras
posmodernas,
acaso entre las más bárbaras
que la historia
reconozca, son los barrios,
los mercados,
las bibliotecas y la gente
sencilla
de la calle. Se vio en
Irak
trizada y martirizada,
con sus centenares
de miles de muertos
y sus escombros
aún calientes. Y se ve en
la Franja
de Gaza, donde el objetivo,
a decir
por las cifras de la sangre
y de la muerte,
fueron los niños, por sobre
todo,
las escuelas ya de polvo
y las familias,
en camino al abismo, o al
baldío
del mundo, que los bárbaros
han venido
tejiendo en cerco y fuego
hasta hoy.
Pepe Sànchez
Cuba
A pesar de todo
Aquí estoy, mi hortelana, de mesero
en la taberna de tus ojos, como
el auriga que espera con aplomo
pasear la noche junto al desespero.
Estoy aquí, mi viña paridora;
esta prohibida luz que me sostiene,
eres tú, y algo más: un mar que tiene
mucho del náufrago que soy ahora.
Pero tiempo y espacio (relativos
sin la escafandra de Einstein) no reflejan
el surco de la fe y sus verbos vivos.
De cualquier forma, estos años, dejan
en la sangre su golpe; donde, altivos,
tus ojos sirven vino y me festejan.
Josè Francisco Ramos
Lima, Perù
Ataque 67
Aviones sobrevuelan el mar de tus piernas
Y tus días luchan por no hundirse en vidrios con leche
Dale cuerda a ese pájaro de hielo
Que mira con todo su poder al sol
Arropa a tu hijo
Él no tiene la culpa de pisar esta tierra
Sólo el recuerdo dentro de una burbuja de placer
Explotando en tu jardín
Pon el cuerpo a tierra
Palomas mensajeras sueltan su carga
Entierra tu cabeza cómo lo hace la lombriz
Las estructuras se derriten
Un polvo verde habita en tus pulmones
Mira fijamente a tu dios
Bésalo lento lento
Con pausas de gillette entre tus dientes
Y muerde
Muerde
Muerde tu cuerpo
Antes de caer destrozado
Rubèn Vedovaldi
Santa Fe, Argentina
Oda testamental
.....“Quiero elegir el día para mi muerte.” V.H.
morir en paz quisiera la muerte de los justos
no sin algunos dientes todavía
manos curtidas de haber hecho algo
por mi, por los demás,
no sin algunos versos en un bolsillo
simple de ropas me quisiera ir
sin fúnebres despliegues lamentables;
sobre fresca gramilla o trébol en flor
no en helada camilla de apurada ambulancia
no quisiera morir sobre el asfalto
o a merced de enfermera desconocida
en una sala numerada y extraña
dolorosamente aséptica
cercado por frascos,
barbijos, guantes, cables
volver al polvo anunciado quisiera
mientras se desperezan los primeros pájaros
y se esfuman las últimas estrellas
morir en paz
reposada mi nuca contra el pie de un viejo sauce
mirando el río bajar
al final de una noche de primavera
cuando van destejiéndose las sombras y alrededor
las cosas recobran colores y formas de otro buen día
devolverme a la tierra
en la certeza de que el extenso futuro
será para todos para siempre
como para todos corre el agua
sopla el viento
y se suceden días y estaciones
hagan la voluntad de los vivos,
no la del muerto
pues tanto me dará alimentar cuervos y gusanos
como ir a la morgue de autopsias o transplantes
creo en la evolución de las especies
creo en la flora y fauna de este y otros planetas
pero no creo en la transmigración del espíritu
en el orden litúrgico
en el opio sagrado
en la resurrección de los muertos y la vida perdurable
ni creo en otro Infierno o Paraíso
que el de haber vivido
Pompeyo del Valle
Honduras
Estudio de mi madre
MI madre tenía la piel blanca y los ojos
castaños. Su vida fue corta y nada fácil.
Le gustaba vivir y soñar en cosas imposibles.
A veces se ponía una flor en los cabellos
y cantaba. La espuma del jabón corría en tanto
-olorosa, inocente- por sus manos.
MI madre tenía los dedos finos, tiernos
y hábiles.
De sus manos salían flores, frutos y pájaros
de hilo.
Amaba la belleza y vivió poco.
El sol brillaba sobre su frente de muchacha.
Shimon Adaf
Israel
Sofonías explica este futuro
Y desperté temprano ayer en mi dolor
con Sofonías en los labios:
"Pues a Gaza abandonaré
y Sderot será asaltada,
Ashkelon reducida a silencio,
Ashdod exiliada en pleno día
y Akron arrancada de raíz."
Quién me mandó leer
a los profetas menores
a una edad demasiado temprana
como para oponerme.
Traducción: Gerardo Lewin- Fuente: LAT´ZET! de LAT´ZET! (¡Salir!), una antología de poetas y artistas
israelíes contra la guerra en la franja de Gaz
Dora Giannoni
Argentina
Verdad en Gaza
Daños colaterales,
efectos secundarios,
consecuencias inesperadas,
pérdidas, bajas no deseadas
son formas mentirosas
de nombrar
el terror y la muerte
Cada expresión idiomática
es una víctima concreta,
un indefenso ser humano
como vos o yo,
despojado, torturado, asesinado
Basta de eufemismos
Digamos la verdad ya:
No es conflicto, es invasión
No es guerra , es genocidio traidor
A las cosas por su nombre
No sumemos mentira al dolor
No agreguemos leña al fuego
Ni hagamos del lenguaje
un misil más.
Francisco Garzaro
Guatemala
Poesía
(Diciembre, 2008)
A veces llegas cuando bebo café
o miro pendejamente al techo
así nomás arrojas mis itinerarios
mis acertijos básicos a la nada
esos rollos importantes
así nomás invasora
instalas esa parafernalia de ecos
ese muerevive en mi conciencia
esa carajada saca llanto
esas trepidaciones risueñas como estúpidas hijas
sin padre ni madre que me salen de la caverna
donde te pienso donde me pienso donde pienso en nos
ahí hundes tus cuchillos ahí me sacas de onda la vida
matándome el vértigo el horror
empapando tu hiel en mis ojos habladores
rompiéndome esta ridícula lógica que vivo
en que todo me muere morir
ahí donde diluyes mis prioridades
tapas mi boca exiges todos los microbios
alienígena intempestiva eres deliciosa
madrepadre inflada de placer de ese dulce dolor
eres bífida o quizás trífida adorable lengua paseadora
alucinógena tú que lames todos mis renglones
que obligas la palabra escurriéndola en mis dedos
que abres mi boca que elevas mi puño
tú que irrumpes con esta ternura
tú que te atreves siempre
tú que eres beso que eres grito
al estallar la aurora.
Juany Rojas Castro
Pedro de Valdivia, Chile
Planchado
Estirar la ropa
la vida
con llamas de carbón encendido
Reconocerse en las arrugas
en el vapor que se desprende
del intento por obviarlas
Doblar la tristeza
y desplegar el goce de estar vivo
Nilda Barba
Argentina
bolsitas de té seco
bolsitas de té seco
se alinean dentro de una caja
un pesado cuenco
de madera la caja el cuenco
¿qué más los une?
las bases quietas
el hueco
Diana Espinal Meza
Honduras
Encendí
Encendí el faro de la polinización y cayó
el once de trébol
un cajón de perjuicio y
un catálogo desbarajustado
Confusa de techos y de agujas
de perspicacia y de maniobras
cambié el destello por dos enebros
Con los ojos de daga y el crujido de puerta oxidada
extendí los brazos hacia la epidermis de ocres
Me vacié enrojecida de antílopes
Isolina Bellas Galbán
Matanzas, Cuba, 1952
Ya casi va a llover
Ya casi va a llover,
y se desatan
los pertinaces flecos
de una manta.
Saltan menudas gotas
que la tierra absorbe:
cimbran las hojas nuevas
en las ramas.
Se desborda el brocal
de una fuente,
corre el hilo azogado
del agua.
Golondrina intranquila,
la humedad cruza el aire.
de la antología “Poetas en Matanzas V”, (Ediciones Matanzas, 1999)
Aharon Shabtai
Tel Aviv, Israel, 1939
Mi Corazón
Mis labios murmuran: Palestina! No vayas a morir!
Mi corazón está con cada jeringa en tu mano, Mustafa Barghuti!
Está con la Muqat'a, con el cadáver al borde de la carretera que la ayuda
no alcanzó
con el lápiz sobre tu escritorio, Mahmoud Darwish.
Con los tanques de oxígeno vacíos en los hospitales de Nablus.
Maha Abu Sharif, los soldados que violentaron tu casa
también mearon sobre las paredes de mi corazón.
Y ahora, para las ruedas de una ambulancia de la Media Luna roja, ese corazón
se ha vuelto un asiento,
y para ti también, Manaal Sufyaan, en Ayn Masbach,
yaciendo sobre una piscina de sangre, tiroteado por matones en el
porche de tu casa.
País nuestro, un nuevo nacimiento está en camino allá en Belén.
La sangrante placenta será arrojada en un pote de basura, y del útero
una criatura nacida del amor de nuestro pueblo saldrá al espacio.
Escuchen, su corazón late a través del mío: soy un judío palestino!
envio: Diego Sequera para El primer fuego.- tomados de la
traducción al inglés publicada por la editorial gringa New Directions, de una antología titulada "J'Accuse
Teresa Iturriaga Osa
Islas Canarias, España
Crías de áspid
(Poetas por la paz en Gaza)
He vagado por toda la ciudad
buscando esa bazofia, el crimen brutal
donde se consume el hombre
en la bestia.
Y sólo he encontrado
las pupilas de los niños maltratados,
inconscientes del disfraz
de un carnaval acorazado de silencio.
Volveré.
Noche tras noche.
Porque así me lo pides,
poeta.
Pero no perderé la razón,
ni el sexo ni la dignidad
ni la palabra ni el verso.
Tendrás que inventarte otra excusa para no amarme.
Ahora, regreso.
Virginia Grutter
Costa Rica
Payaserìas
La mariposa pasó volando
El payaso extendió la mano
la mariposa siguió volando
El payaso se quedó llorando.
La mariposa vino de nuevo
El payaso sacó un anzuelo
La mariposa siguió su vuelo
El payaso se vino al suelo.
El payaso le tiende un sombrero
La mariposa se va hacia el cielo
El payaso le tiende un pañuelo
La mariposa no baja al suelo.
Pasó una niña con una red
Movía muy ligera los pies
El payaso inmóvil la ve
La niña salta y echa a correr.
Tras la mariposa la niña va
El payaso no la quiere mirar
El payaso tiene un pedestal
Su número tiene que realizar.
Está prisionero de sus pies
El no puede saltar ni correr
Desde allí llora, llora y ve
Nada, nada, nada puede hacer.
Eugenio de Andrade
Portugal, 1923- 2005
Ainda sabemos cantar...
Ainda sabemos cantar,
só a nossa voz é que mudou:
somos agora mais lentos,
mais amargos,
e um novo gesto é igual ao que passou.
Um verso já não é a maravilha,
um corpo já não é a plenitude.
Graciela Wencelblat
Buenos Aires, Argentina
No
no sucede a menudo
marcar pasos
y dejar la huella
profunda
que llegue al arco
mullido
entrecano
a pesar del instante glorioso
y la gestión decidida
desde
que caducaron las estrellas
y tuvimos que partir.
No
por eso el asombro
de quedarse y partir
negar la luz
doblar la calle
alejarse mirando de reojo.
Alexander Sànchez
Panamà
Arte y deleite del buen tomar cafè
hoy aprenderemos
a tomar café a la francesa
entre sorbo y sorbo
emita un corto suspiro
como si la noviecita
o el noviecito
de cuando teníamos quince años
recién nos hubiera dejado
¡no se les ocurra
por ningún motivo
tomárselo de un sorbo
-semejante insulto al ego
del que preparó el cafétómeselo suavecito
como sin ganas
reclínese de medio lado
para que el café descienda
fluya a su antojo
y no le duela luego el estómago
sobre todo si lo tenía vacío
no
mentira
tómeselo como quiera
cuando aún está caliente
como se lo toman los campesinos
o los citadinos de América Latina
cuando hace mucho frío
y saben que no han comido
y que es de noche
y que posiblemente afuera
está lloviendo
y que además es muy probable
que no habrá galletas
sí
tómeselo con calma
como pueda
que el café es muy bueno
sobre todo cuando hace mucho frío
y uno se siente solo
como yo
hoy
si hay galletas
muchas gracias
si no
no hay penas
basta que estemos ambos
usted y yo
ahora sí
lárguese el suspiro
Blanca Castellon
Nicaragua
Adios tristeza
Quiero que estrenes esta noche
la risa que te regale en tu cumpleaños
vamos
suelta el lazo rojo
abre la caja de cristal
con fieltro al fondo
toma la risa y úntala en tu boca
yo sonare el manojo de llaves
agitare el vaso
con monedas de a centavo
vestiré las líneas de tu mano
enroscare en mi cuello
tus huellas digitales
será una noche larga y ancha
como el rio San Juan
al final
como sorpresa me pinchare
con una aguja el corazón
hasta que brote sangre
y pinte en rojo tu tristeza.
Delfina Acosta
Asunciòn, Paraguay
El tiempo es beso
¿Escuchas cómo caen las estrellas?
La rosa en mi costado dio su aroma,
su ensangrentado aroma que me viste.
Pasaron desde entonces muchas rosas,
y vive aquella flor de mí salida,
de mi infectada herida, siempre roja
y siempre negra y llena ya de hormigas.
Hay sólo una paloma migratoria
del sur volviendo en busca de su norte.
Ya nunca más bandadas tan ruidosas
ni potros desbocados como ráfagas,
ni escarcha titilando entre las rocas,
ni el último silencio en la campana.
Hay sólo una paloma migratoria.
La dicha se deshace como un beso
y calla la tristeza en una boca.
Julio Pavanetti
Benidorm, Alicante- España
Vergüenza
Ojalá los poetas pudiéramos cantarle siempre
a la luna, a los amaneceres románticos,
a la paz, al amor, llenando nuestros poemas
de palabras hermosas, pero…
cuando la televisión nos devuelve imágenes
del horror de ataques impúdicos,
mientras los gobiernos asisten, impasibles,
a una nueva masacre de inocentes;
cuando entre los escombros de Gaza
-que manan del corazón de los viejos muertosse abren las pupilas espantadas de los niños de hoy,
y brota la sangre en las mismas calles
donde antes corría la vida…
¿Cómo cantarle a la belleza?
¿Cómo escribir un poema de amor
cuando se siente vergüenza
de pertenecer al género humano?
Frente a la Primera Avenida,
a la altura de la calle 45,
los diplomáticos caminan de prisa,
nadie se atreve a mirar la obra
de Karl F. Reutersward:
¿será que al cañón del gran revólver
del calibre 45 lo han desanudado?
Hoy los pueblos se han hecho oír,
manifestándose por las calles del mundo
contra la barbarie asesina,
pero los gobiernos se hacen los sordos
y también los mudos, no sólo no escuchan
los reclamos de su gente,
sino que delinquen
con su silencio y su permisividad.
En este poema no hay tropos:
la luz de la luna es metralla brillante,
los amaneceres son de fuego real.
¿La paz? sólo sueño, esperanza remota
de los corazones que tiemblan de terror.
¿El amor? la búsqueda desesperada
de una madre que no encuentra a su hijo
entre los restos de la escuela bombardeada.
¿Cómo cantarle, pues, a los tópicos de la poesía?
Marlene Pasini
Toluca, México -1970
Mutismo
para Alfonsina Storni
In memoriam
La boca silenciada
mutila palabras que agonizan
en la punta de la lengua.
Látigo de relámpagos:
el oculto dolor.
El cuerpo gotea su desmesura
en su fondo de pozo,
por debajo de sí
capa tras capa se desflora
hasta su centro ínfimo.
El grito desolado irrumpe
en los muelles de la calma.
Vorágine de lunas afiladas,
máscara ante una puerta de sombras,
desde el limbo
rostros de arcángeles
se desploman como guijarros de cristal.
Selva Casal
Uruguay
Y lo peor es qe sobrevivimos
Y lo peor es que sobrevivimos
sobrevivimos siempre
al amor a la ruina
a la incesante sorpresa de la muerte
avanzo entre despojos
y sé que lo terrible
es que volvemos a ser felices.
Tomado del blog: Casa de Poesía (Uruguay)
Alfredo Zaldívar
Holguín, Cuba, 1956
Concilio de las aguas
(fragmentos) V
(Donde mezclarse pueden)
Aguas que no son aguas.
Anden prestos los hombres.
Aguas que no son aguas
van tomando la forma de las formas,
acomodando toda su moldura.
Avidamente entran para cruzar los riscos,
y hay oscuros niveles, subsuelos anegados,
tiernos mantos donde pueden mezclarse
como el silencio de las fuentes sin agua.
Renato Sandoval
Lima, Perù - 1957
Biblos (Líbano)
Doble afecto
para el que ve lo mismo:
escarpada es la planicie del ojo
donde se cuecen todos los deseos.
Ahí te vi sobre una zarza
airada entre los cedros pusilánimes
de la desidia y el error.
El valle de las sombras en vilo
y esos naranjos de tiempo
que solo sabe a sí
son una deuda de palabras,
el oro maronita
que no se entrega
ni nunca más nos salva.
Frente al mar Biblos desciende
por los ralos papiros de la hora tercia
y bate las peñas contra las olas
de un minarete sumergido.
Elías Letelier
Chile
Sin excusas
Cuando
un dictador
se muere
lentamente
en la cama
toda la humanidad
ha perdido algo.
Yván Silén
Puerto Rico
La mujer
Soy el perpetuo, el deshilado,
el deshabitado, el abandonado,
el que golpea a la mujer
con su básculo roto,
pero la mujer no está, no existe,
no cruza la frontera empapada
de la lluvia. La mujer es la muerte.
Y ordena, dirige, discute, pelea,
pare, pero no llega, no abraza,
no sueña el sueño de los justos.
La mujer se viene sola, separada,
“indiferente”. La mujer se ahorca.
Se exilia, se prohibe, se arroja
de la casa y se promiscua.
Como un río profundo
la mujer piraña, ave y se flamboyaniza.
La mujer se inventa oscura
como Diana y se promiscua y
orina y defeca y
esconde el nombre del amante
en las catacumbas de los sueños,
en el fantasma de los besos…
La mujer tropieza
como un buzo que viene de los días,
como un buzo que aúlla
en el monstruo del espejo,
falo tras tallo,
como un Icaro, como un taxi
que se estaciona en la frontera de la mierda,
del tiempo, de la espera.
La mujer es bella
como alguien que llama por las puertas y cena.
Como alguien que promiscua
y se enfrenta,
vulvamente,
a la asesina.
La mujer es breve.
La mujer…ha suspendido las navajas.
Beatriz Vallejos,
Rosario, Argentina- 1922-2007
El grito
De orilla a orilla
como si no hubiese nadie.
Pasaje de luz
La sombra de las hojas
Ilumina las naranjas.
Un picaflor asentado en una rama
bajo la llovizna
Largo tiempo estuvo así.
Bebimos el tenue
silencio tornasol.
Y recién entonces
levantó vuelo.
Bajo la copa de todo amanecer
Cedía el aire su pequeño paso,
los tréboles el malva
y una flor otra flor.
Las torcacitas
Caminaban de a dos.
De, “El collar de arena”
Ana Rosa Bustamante Morales
Valdivia, Chile
Biografìa
Los reflejos del río
Entrecierran mis ojos
y acerco mi mandíbula
sobre el ramito pobre
y pongo el ramito sobre la losa.
cae la lágrima en lo irremediable
Una brisa bajo la sombra del árbol
Pasa y parto.
Llegué al mundo en verano,
quizás en otoño,
estaba el viento dictando los destinos
que golpeaban en las secretas cornisas
en la paja ajena, en la voz violenta
en las agudas hojas que cortaban la niebla,
la camanchaca se llamaba,
y estoy en la arena estornudando.
El cielo descendía abismante hacia mis ojos.
una canícula me daba los espejos trizados,
cubriendo mis faldas pequeñas
recuerdo, polvo de mi infancia.
Era un morro, uno tan grande con agujeros
y risotadas, allí se escondían para sorprenderlos
sus pechos sangraban en la tierra de hermanos.
Mi padre cogía las danzas de mi frente
quemaba las orillas y los agujeros de los libros
de historias, de gestas, de cuentos,
llevaban escaleras, al fondo de la tierra para escuchar
las arengas y mis ojos recogían las gaviotas para hablarles
del aroma del polvo en mis zapatos,
y chillaban ellas sobre el agua cristalina del norte.
El ancla era un gran pez de fierro insurrecto en medio de sus aguas
y frente al monumento oxidado,
las extensiones perdidas a lo largo del silencio, y mis rodillas negras
y mi saliva en ellas hacían barro premonitorio.
Mis cabellos cortos, decía, no madre, el viento marinero no los mueve
como yo quisiera,
como se mueven ahora a mis cincuenta, y coquetean ante lo invisible,
lo imprudente, y mis dedos los rozan para excitarlos y vuelan.
Me colgaba de la glorieta y comía las nueces compradas
las uvas forzaban su belleza verde con el riego diario.
Las baldosas quemaban mis calzones y mis hermanas corrían
y mi hermano minúsculo triunfo del matriarcado.
Era la marcha blanca de mis pasos, no era la marcha negra
todavía.
Existían los sueños en las piedras en su sombra en las barandas
donde montaba extenuada, la ansiedad, pues nací desflorada
recuerdo allá las veredas alambradas y eran de plata los senderos
repetidos, jeroglifos en la tierra seca del desierto
profeta de arenas y lluvias.
Un día conocí la lluvia, escándalo en los pétalos.
El ventarrón sobre los techos, y los pechos, mi abuela me cubría con su refajo debajo,
y encima las estrellas tan cerca, el ventarrón hacía escombros los caminos tibios,
¿dónde iría ese trineo en el cielo? que juro que vi con un viejo de barba blanca,
y las letras con mi nombre sobre el cielo nocturno y las estrellas eran inmensas,
más que mis ojos.
Oía el exótico canto de las sirenas sonrientes, estiraban su mano hacia la arena,
allí donde quedaron sólo un par de huellas y el murmullo invitando.
A los catorce años impresionada , Chile era una brizna multiforme que crecía
Fuera del mapa,
Llegué a la flor del limón, al rocío dulce y desenvuelto montaba en las carretas
Y la vacas caminaban por las aceras desvencijadas y las hilachas verdes y las espigas
Eran fruto inmaduro en el oquedal que alumbra la única estrella,
Y mi guitarra destemplada en mi canto y el pito
Era un sueño patriotero en la banda del liceo.
Un sismo en mitad de la noche y una polvareda nos arrinconó hacia la sombra
Con todas las utopías de la época seguimos avanzando como Perico trepa por Chile
Y en la viña elegante me atrapó la adolescencia blanca y negra que en otros versos
Relato.
Y esto me lo salto para otra poética.
Mi vida ha sido guirnaldas de la noche y un océano.
Un azul Valparaíso, una eterna mirada desde lo alto,
Barcos llegando, barcos saliendo, y cerros Caleuches sueños y escalas.
Escribo hoy en un río los versos de una luna sin recato.
Elena Popescu
Rumania
Nunca me dijiste
Me dijiste que
no ha habido nunca
nada como la Poesía.
Un milagro
hallado
en el momento mudo
que se esconde
en un echo común.
Me dijiste que
la Poesía
es maravilla
que contiene
en su interior
la desesperación
de no poder conocer
el Misterio.
Pero nunca me dijiste
que la Poesía
te llama
Adonde
puedes encontrar
la Pregunta-Respuesta.
Traducción del rumano por Joaquín Garrigós
Manuel Parra Aguilar
Hermosillo, Mèxico -1982
Yo me sentìa un
extranjero más en Eindhoven
y ella no parecía más conmovida que yo
en aquella durísima temporada de invierno.
“Llámame Helen”,
dijo su gafete sin mover los labios cuando me le acerqué en la barra de la estación.
En el ruido predecible del tren se escondieron ligeramente las palabras.
¿Puedo decir que en verdad la conocí?
Llevaban sus cachetes la dura quemazón de los países bajos.
Ahora los árboles habrán crecido y serán de nuevo interminables.
Le ofrecí el café más oscuro que pude conseguir por 2 €.
La boletera me despidió con un “Buen viaje, norteamericano” para el camino.
Esto sucedió en Eindhoven
Nélida Martinelli
Lanùs, Argentina
23
Las Madres mastican fuerza
para ganar territorios en la selva
usan armas de carne, hueso, dientes y guitarras.
Ritos nocturnos las une
en una sola palabra
contra el poder establecido:
Son las nuevas guerrilleras de los ángeles
gestan tréboles e incendios
construyen con su llama nuevas brasas
elevan VIDA
asustan a la muerte
van por caminos y edificios
secándose el sudor
visitan funcionarios
pañuelos y pancartas
¡Hacen temblar los escritorios!
Antonio Perez Morte
España
Dos Gin-tonic´s más. (Para Sergio)
Para Sergio Algora
Esta noche, apoyados a ambos lados
de una barra / mostrador, llena de libros y discos,
han conversado, por primera vez sin prisa,
los poetas que somos, los disqueros que fuimos...
Dos gin-tonic´s en vaso ancho, con cuatro cubitos.
¡Dos gin-tonic´s más y un chorreón de surrealismo
para este miércoles borde que no ha amanecido!
¡Esta noche, Sergio,
devoraré tus poemas y beberé tus canciones!
¡Borracho de nostalgia vomitaré un aforismo!
¿Necesitas algo más? -me dirás como en la FNACSí, por favor: ¡Sentirte así! ¡Saber que sigues vivo!
Carlos Pellicer
Villahermosa, Tabasco, México- 1897 -1977
Estudio
Apenas te conozco y ya me digo:
¿Nunca sabrá que su persona exalta
todo lo que hay en mí de sangre y fuego?
¡Como si fuese mucho
esperar unos días -¿muchos, pocos?porque toda esperanza
parece mar del Sur, profunda, larga!
Y porque siempre somos
frutos de la impaciencia bosque todos.
Apenas te conozco y ya arrasé
ciudades, nubes y paisajes viajes,
y atónito, descubro de repente
que dentro estoy de la piedra presente
y que en cielo aún no hay un celaje.
Cómo serán estas palabras, nuevas,
cuando ya junto a ti, salgan volando
y en el acento de tus manos vea
el límite inefable del espacio.
Elbis Gilardi
Brinkmann- Córdoba- Argentina
Ángeles de cera
Yocasta visitó mi almohada
vestía una túnica de agua
con un broche de oro
enredado en la mata de su pelo
dejó a un costado de mis sábanas
el aliento agridulce del pecado
se cansó de esperar una respuesta
no tuve fortaleza en la garganta
eran muchos los ángeles de cera
que ocupaban el trono de mi lecho
Yocasta comió y bebió de mis tormentos
hundió su broche de oro
en el aire enrarecido de mi sueño
arrojó a los adagios del silencio
el humo ceniciento de su sino
para armar un evangelio con la sangre
que brota de los árboles del cielo
encontró a otros ángeles de cera
en los círculos abiertos del infierno
iban todos atados a una cuerda
con Edipo el tebano a la cabeza
Yocasta sobrevive en la contienda
de la onírica locura más abyecta
deja migas de pan en el camino
para armar con la espiga otra leyenda
te invito a mi almohada, conversemos largamente
la noche nada sabe de tragedias
ni de ángeles de cera sin respuestas
tengo mucho sueño no te veo
se acabó la luz, el broche de oro
se derritió en tu pelo...
Ibrahim Nasrrallah
Palestina
Advertencia
Hay algunos asientos
quizá no les gusten algunos poemas pegajosos
ni la riada de las charlas pesadas.
Prestad atención,
quizá van a tirar a los sentados.
A quienes se sienten encima de sus corazones,
los tirarán hasta el fondo del infierno
dentro de poco.
Traducción del árabe por: Muhsin Al Ramli. – Fuente Poesìa Àrabe
Raùl Romero Auad
Tarija, Bolivia - 1965
soledad
Escucho el llamado de tu voz
amiga que retorna.
Tanto tiempo en el propósito
de abandonarme
a otro cuerpo
—otro intento.
Pero es tu voz cálida
y promete un tiempo nuevo.
Tal vez tenga mejores digestiones
sueños nuevos
nuevas alas.
Tal vez mi voz encuentre nuevos cantos
en tu voz
tu voz fría
tu voz ocre
tu voz sorda.
Irene Sánchez Carrón
España
Infancia
Soñaba el corazón...
jOh sueños de la escuela!
Concha Méndez
Calles estrechas,
balón,
cristales rotos,
la rodilla escociendo sobre el suelo,
última fila en clase,
solitarias vocales buscando consonantes,
los números en serie bajo las uñas sucias
y un nombre escrito en todos los cuadernos,
en todas las paredes,
sobre tu propio aliento en el espejo,
tu mano en el alféizar alimenta a los pájaros
mientras repites
que España limita al norte con el mar Cantábrico
y alguien te clava espigas
en el jersey de lana.
de Ningún mensaje nuevo (XII Premio Antonio Machado en Baeza»), Hiperión, 2008. Envio Portal de poesia
Ramòn Oviero
Panamà, 1938- 2008
Presencia de la sangre adolorida
Decidme rosa amarga del sollozo:
eclipse sideral de dura piedra:
mortaja inextinguible del dolor:
corazón repartido en mil pedazos:
cadealzo adolorido de tu sombra:
resonancia de hueso torturado:
campanario de frágil amargura:
raíces del dolor de los humanos
decidme: están las calles como siempre?
Son los hombres los mismos que gritaban
repartiendo la fecha del sonido?
Son los mismos? Los mismos que luchaban
con hojas y jazmines en los dedos?
(…)
De Los golpes y las horas. Panamá, 1959-1961
Lauren Mendinueta
Barranquilla, Colombia, 1977
El espejo que huye
En la orilla de las aguas inmemoriales,
junto al abandono de la contemplación,
mi tristeza se desliza hasta tocar lo puro,
lo inmaculado de esas aguas rebeldes
donde el reflejo de mi rostro me observa.
Estoy sola, contemplada por mí misma,
juzgada y condenada a existir ahora,
más triste que nunca en la certeza
de que me he negado el perdón.
Máximo Simpson
Buenos Aires, Argentina,1927
El rastreador
¿Dónde están las pisadas de mis pasos,
dónde están las miradas que dejé por el aire?
En pos de aquellos rastros
camino tras el puma,
el buitre, la calandria,
pruebo pasto, mastico,
huelo el viento, la brisa,
registro las raíces,
las grietas, los resquicios,
vuelvo atrás, adelante,
giro en torno
del olor a pasado,
a triste antigüedad, a tardes viejas,
convoco desde el sueño las guitarras del mar,
los tambores del tiempo.
¿Quién soy yo entre tinieblas?
Yo soy el rastreador,
el que se busca.
(De La casa y otras visiones, 1995) Tomado de Poemanìa 163. Argentina.
Liudmila Quincoses Clavelo
Cuba
Mujer embarazada en Gaza
A Marita Ragozza
Sobrevuela la muerte,
no escuches las bombas hijo mío,
la piel traluce el fuego,
los gritos te persiguen,
las detonaciones.
Quédate durmiendo en mis adentros,
flotando en el líquido ambarino
que te ampara.
No sientes mi voz, pequeño mío,
si pudieras dormir para siempre en mí.
No hay silencio en Gaza.
María Laura Quiroga
Merlo. Buenos Aires. Argentina
Lo inefable
El mundo vestido de GAZA
roja de inocencia y dolor
Corderos de Dios mutilados
muerde el poder en la garganta del diablo
Cese al fuego
Cese al fuego
Cese al fuego
Caballo de Troya preñado
manchas de soberbia indelebles
tiñen el cielo de vergüenza
degluten los cuerpos
esparcen la negra impiedad
el asesino acecha y mata
los muertos se retuercen en las manos del traidor
manos sucias de ambición
Alto al fuego
Alto al fuego
Alto al fuego
Un niño llora en la matanza
un ángel quebró sus alas
¿dónde está la llave que cierre la agonía?
Graça Pires
Portugal, 1946
Irremediavelmente
Talvez não valha a pena
amarfanhar palavras
para fugir do medo.
A vida não é um jogo.
É uma espécie de nudez,
onde se perde o pé,
irremediavelmente.
Ildefonso Finol
Venezuela
Llueven por mi país cielos de historia.
Mi país es un manantial de gestas que cantan los caídos.
Todas las aves insurgentes hacen la luz de fuegos ancestrales.
Un corazón de luces es el sol entre las mieles.
Derramándose generosa la tinaja del alba nos hidrata.
Llegó un tiempo para los caminos que nacieron del paso de Bolívar.
Por eso mi país es ahora más ancho que el océano.
Llueven por mi país chispazos de alegría
La humilde mujer que lavaba ropa ajena
Se ha operado de la vista en quirófano de lujo
Cuando le quitaron la venda de los ojos se alfabetizó y se hizo socialista
Esa lluvia no ha parado de cantar redenciones
Ni la espada de Bolívar se cansa de germinar
Llueven por mi país celos de historia
Mi país es un ojo de agua inmenso con alas que iluminan
Hay centauros y sirenas cantando en los caminos
Maíz jugoso de justicia que vive en la utopía
Y la hermandad brotando en flores de mi pecho
publicado en "El primer fuego"
Laura Ponce
Buenos Aires
Argentina
Yo quiero sentarme
a hacer el fuego
-la chispa
en la piedra de obsidiana-.
Grabar la cueva.
Inaugurar el rito.
Recrear la cópula.
Sin altares del sacrificio.
Violeta Luna
Ecuador, 1943
Los tiempos jubilosos
1.
Aunque la piel se gaste
yo quiero despertar y hallarte cerca,
contigo amanecer día tras día.
Yo quiero detenerte,
quedarme en tu mirada para siempre.
2.
Y cuando caminemos
y el aire nos divida
o se atraviese el miedo
serán tus ojos únicos
los que me den la mano.
3.
Nos habla esta ciudad
con un idioma de alas y barcos,
esta ciudad de Seatlle
en donde resucitan los recuerdos.
Esta ciudad azul
tiene un costado ardiente
y tiene mil esquinas
en donde se han amado nuestros pasos.
4.
Hoy puedo agradecerte
por esta mariposa de placer,
por esta gota ardiente
que pones en mi piel alucinada,
por esta luz de fresas
que traes en la punta del silencio.
Te doy amor las gracias
por este nuevo vino que me ofreces.
Jeny Mastoraki
Grecia -1949
La alegría de la maternidad
Por las noches hago trabajos peligrosos.
Ato grandes cuerdas
de ventana a ventana
y cuelgo diarios clandestinos.
Qué puedo hacer, la poesía ya no rinde.
Nos lo dijeron también otros, te dicen.
Y después, hay algunos que cantan
la alegría de la maternidad.
Mi hija nació
como todos los niños.
Al parecer, tendrá también fuertes pies
para correr a las manifestaciones.
Transcripción de Poesía Griega Moderna.Selección y traducción directa del griego: Horacio
Castillo- Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1997. Envio Patricia Damiano
Julius Kazembe
Moçambique -1954
Changara
Engoliram luas as crianças de Changara.
Os olhos delas são pássaros tristes sem voo
que no desespero da fome acumulada
comem estrelas como se fossem grãos de milho.
Quando as sementes secaram nos campos,
e o sangue secou nas veias dos rios
e a seiva secou nas veias das plantas
e o sol secou os celeiros da aldeia,
serpentes famintas silvam em volta
do peito cindido. Uma toupeira chora
ao frémito dos embondeiros. Grave,
arde sobre a erva amarga a dor:
Das luas engolidas pelas crianças
quantas tardarão a ecoar nos jornais?
Martín Micharvegas
Argentina
El olor a piolín que tiene al aire alrededor del asco
Todo lo que tengo, sufre.
Todo lo que se me acerca, padece.
Se quema el agua en mis manos.
Arde el agua en mis labios ( se apaga el sol ),
el agua incendia las costas con su lluvia.
Todo lo que se me aproxima, grita.
Abre los ojos hacia un abismo indecible.
Abre sus orejas sobre el dato cierto, estricto.
Abre su garganta de desconsuelo ( inútil hasta ahí ).
Todo lo que me hacen llegar, se pierde.
Y encuentro todo lo perdido donde nadie cree está.
Es mas que vallejiano este dolor manyado.
En vallejo quien retorcía su yo era vallejo mismo.
Aquí son las cosas ( no yo, no el yo ni mi yo )
las que giran violentamente sobre sí mismas,
saltándose de sus articulaciones como nuevas llaves,
desquiciando sus huesitos estructurales al esplendor
( al nuevo tiempo, al por venir ).
Todo lo reciennacido, muere indefectible.
Y la muerte ( lingüística e histórica ),
nace sin cesar ni césares a cada instante.
Un poco mas adelante donde debió estar
el cuerno de la abundancia, hay un puñado de uvas
envejeciendo pacientemente al sol. Pasas.
Aquí conmigo, en esta multitud que soy, no hay nadie.
Esta misma mesa tranquila es un huracán de pasiones.
La silla humilde, un volcán de madera.
La tinta naranja, todo un bosque en flor.
No hay nadie en la calle, en la mañana.
Aquí conmigo la luz contorsionada,
el suave estirón mágico de unos gatos
buscando refugio del frío en los agujeros de una pared.
Éste es el dolor cantante de las cosas,
del yo entre ellas. La mañana aplastada
por el peso al aire de estas cosas que buscan su sentido.
calle de san Patricio 5-Madrid / febrero '78
Ghassan Zaqtan
Beit Jala -Palestina, 1954
La trinchera
Qué extraños son los días de la sal
Es como si fueran de otros
Y al igual que una tragedia bien tramada
Traída apenas a su fin
Comienzan a respirar cuando los recordamos
Las olvidadas colinas el tedio de las laderas
Las montañas que aspiran hacia el oeste
Las errantes caravanas de la muerte
La fe de los muertos, completa.
Las manos que emergen de la oscuridad
Para decirte todo
La profunda fraternidad que no conduce a la sabiduría
Las palabras no más apropiadas a los lugares elevados
Extraños son los días de la sal,
Ahora solos en el abismo
Esparcidos como podridas semillas
Y mientras ascendemos,
Porque eso es todo lo que podemos hacer
Los días ruedan hacia la distancia a nuestras espaldas,
Abandonados y nunca pueden regresar
Nuestra tez oscura
Nuestros intentos de dormir
... Nombres, títulos interminables
Dialectos también
Proclamando una campiña
Que ya no es necesaria.
Qué extraños son los días de la sal
No son siquiera dignos de ser recordados.
Andityas Soares de Moura
Barbacena, Brasil, 1979
A cabeleira
um gato sob a coxa
esquerda
as mãos preocupadas em ora
abrir e fechar um volume de
curiosidades banais e ora em
deixar a seda do pesado vestido
mais próxima da pele
(flor
de aspereza macia
as pétalas são
como virilhas femininas )
estremecimentos na cintura sentem
o peso do tecido afrouxado
beijam-se,
mas só por necessidade
en Algo indecifravelmente veloz: Antología Poética- Edium Editores, 2007--envio portal de poesia
Netali Barón
Israel
Ahjlam
En su vida y en su muerte
Ahjlam fue portadora de una idea
y no tuvo idea
de que ella era del todo ella.
Cinco años y medio
con su vestido sucio y roto
en las callejas pestilentes
se vuelve
lentamente
paisaje.
Su carne y su alma
se volvieron abstractas
ella misma
terminó reduciéndose
y sólo su nombre
quedó
como osamenta.
Traducción: Gerardo Lewin.- Extraído de la publicación LA´TZET! (¡Salir!), una antología de poetas y artistas
contra la guerra en la franja de Gaza y el abandono discriminatorio de las ciudades pobres del sur israelí, editada en conjunto por las revistas Ma
´ayan, Etgar, Ma´arav, Daká, Sedek y Guerila Tarbut. http://decantasion.blogspot.com/2009/01/netali-bar.html
Juan Rodolfo Wilcox
Argentina, 1919- 1978
Para siempre, tal vez ; el desaliento
quiere dejar sus ecos agotados
al pie de un árbol. Vuelven de callados
viajes buscándote, detrás del viento.
¡Oh, para sempre ya !Sobre un lamento
los pájaros de amor van desgarrados,
perdidos, hasta el cielo. En todos lados
la noche me recibe, así, sediento
casi como la muerte, en la neblína
del extremo del alma que me encuentro
atada sobre el cuerpo, que termina.
Nada más que quererte, disgregando
las nubes en sus días, hacia el centro
de un circulo olvidado, amor, llamando.
Les Jours heureux, traduction de l'espagnol (Argentine) et présentation de Silvia Baron
Supervielle, [édition bilingue] collection Orphée, éditions de la Différence/Unesco, 1994, p. 85 et 84.
Helena Faria Monteiro
Portugal
Depurando
no silêncio dos labirintos
cansarei os passos
enquanto a lua iluminar
as perguntas
sem fio sem Creta sem Minotauro
perseguirei as dúvidas
na solidão dos vivos.
Miguel Ángel Bustos
Argentina- 1932, Secuestrado y desaparecido el 31 de Mayo de l976.
Sueño quebrado
Sueño quebrado
levántate y anda.
Marcha de mi frente
abre mi tierra.
Levanta
ruda muralla de niños
al dólar de fuego y zarpa de balas.
Vuelve
joven enamorado del agua
al mordido corazón rebelde,
abraza y besa prieto hasta la llama
pedernal de lágrimas,
mi corazón
clavado a pico de sangre
en las vigilias desnudas de mi cuerpo.
(del libro “Corazón de piel afuera” de 1959)
Carta abierta
A sus elegantes señorìas, los intelectuales europeos que han tenido la gracia de
escribirnos cartitas lamentando el encendido verbo de condena a la masacre del
estado sionista israelì en Palestina.
La edulcorada “intelectualidad que frecuenta las salones elegantes es seria y correcta.
Suele codearse con las ilustres señorìas que ocupan los sillones importantes, desde donde sacan a
relucir sus ìndices tambièn elegantes y firman con lapiceras a fuente brillantes, suaves, importadas
de no sè donde, importantes documentos, contratos por ejemplo de entrega en nombre de los sacros
intereses de la Patria. O bombardeos atroces sobre la humanidad, se encuentre donde se encuentre.
La intelectualidad que colabora -desde sus lentejuelas de mostrar en las fiestas- en las revistillas de
todas partes, que piensa por nosotros, digiere por nosotros la realidad del mundo y nos la explica
con la voz del amo.
La intelectualidad que se consterna con la poesìa que dice lo que se debe decir, que se consterna por
la voz de los poetas que carecen de hilos de moverse en el escenario, que se consternan por los
versos que saltan a oponerse a los misiles.
Los intelectuales que prefieren no hablar de genocidio, pues no es palabra elegante, de salòn
elegante, y es de muy mal gusto hablar de genocidio cuando se esta comiendo.
Los intelectuales que escriben cartas poderosas, que hacen tremar pantallas y casillas de correo con
sus cartas poderosas, importantes, vigorosamente alineadas a la voz del amo.
Los intelectuales que confunden “tufillos antisemitas” con condena al sionismo genocida y al
imperialismo genocida y a las dictaduras genocidas y a los holdings econòmicos genocidas (porque
tambièn explotar y matar de hambre es genocidio).
Los intelectuales ensillonados, encorbatados para la ocasiòn, laureados tantas veces que ya no hay
lugar en el estudio elegante para otro diploma: a) no entienden un comino de lo que pasa;
b) no quieren entender un comino de lo que pasa; c) les pagan muy bien para desentenderse de lo
que pasa.
Los intelectuales graves, emperifollados de palabras novedosas, rigurosos con la cita en las
peluquerìas, modernos (como cierta izquierda europea, que casi es lo mismo que decir cierta
derecha mundial), escriben cartitas a Isla Negra, preocupados porque nuestra misiòn de promover y
difundir poesìa se vea intoxicada de versos demonìacos afganopalestinianos venezolanocubanoides
boliviatorianos farabundeanosandinistas, versos iraquiatenienses, terribles versos de botas
embarradas de floresta y campo. Versos Antibloqueos, versos antiguantanAmèrrrrica.
Y les digo que no se equivocan caballeros de la pluma elegante y el best sellers a mano. Isla Negra
es una Casa de Poesìa, y la POESIA no entra en ningùn salòn a repetir de memoria lo que viene
ordenado. La POESIA no se mancha de lentejuelas ni calla. La POESIA hace saltar su puño
consternado delante de la injusticia, delante de las solapas elegantes que callan, delante de la
prepotencia y la masacre. Jamàs còmplice de la muerte. Y cuando grita genocidio: grita genocidio!
Gabriel impaglione
Isla Negra
no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes,
porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas.
Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía.
Visitá el blog: http://isla_negra.zoomblog.com
Isla Negra en el Directorio Mundial de la Poesia - www.unesco.org/poetry
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