Isla Negra 4/168 Ca s a de poesía y literatura s. -Enero 2009suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO revistai slane gr [email protected] http://isla_negra.zoomblo g.co m Editorial El Taller del Poeta y revista Isla Negra: Nace la colección solidaria de poesía “Tiempos Difíciles” Los poetas Gabriel Impaglione (argentino residente en Italia) y Fernando Luis Pérez Poza (español), el primero en calidad de director y el segundo de editor, ponen en marcha la colección de poesía “Tiempos Difíciles”, editada por la editorial pontevedresa El Taller del Poeta, (www.eltallerdelpoeta.com ). “Tiempos Difíciles” es un proyecto solidario. Por cada libro que se vende de esta colección el autor recibe en su domicilio un ejemplar gratuito del mismo, de tal manera que quien lo compra está ejerciendo la solidaridad para con éste o, dicho de otro modo, apadrinando al poeta publicado. El autor recibirá gratuitamente, en diferentes entregas, un mínimo de 100 ejemplares de su obra publicada. La idea surgió de un encuentro de ambos amigos, Gabriel y Fernando, en Lanusei, Italia. Tiempos Difíciles admite también el patrocinio directo de instituciones, fundaciones, asociaciones, etc., e incluso de particulares, en cuyo caso figurará el logotipo de la entidad o persona patrocinadora en la cubierta o en el interior del libro. El primer libro de esta colección, con formato reducido de bolsillo (14,5 X 10,2 cms) es “Fantasmas de Quijote”, del autor cubano Miguel Crispín Sotomayor, dándose la circunstancia de ser el primer libro publicado en la provincia de Pontevedra y, probablemente, en España en el año 2009. La colecciòn, ya programada para el corriente año, tendrà su versiòn italiana bajo el nombre “ Tempi Difficili” y la intervenciòn de la revista Isola Nera, que dirige la escritora sarda Giovanna Mulas. De esta manera los autores publicados tendràn una importante difusiòn tambièn en Italia, con iguales mecanismos que la colecciòn en español. Invitamos a la lectura de esta colecciòn que apuesta por la poesìa y la solidaridad. Invitamos a cada amigo a adquirir un ejemplar para donar a la biblioteca de su ciudad. Los pedidos de ejemplares pueden hacerse a: [email protected] El pròximo libro a aparecer serà “Memoria absuelta” de la poeta colombiana Amparo Osorio. Rafael Alberti España, 1902- 1999 Hace falta estar ciego Hace falta estar ciego, tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio, cal viva, arena hirviendo, para no ver la luz que salta en nuestros actos, que ilumina por dentro nuestra lengua, nuestra diaria palabra. Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría, sin participación de los himnos futuros, sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado sombrío de la tierra. Hace falta querer ya en vida ser pasado, obstáculo sangriento, cosa muerta, seco olvido. Mahbobah Ebrahimi Kandahar, Afganistán, 1976 El viento Como si estuvieras contando mi historia con tu inconcebible soplo, ¡oh viento! Tus palabras tienen el gusto salobre del agua marina ¿Pasaste por ese mar inmenso y amargo? Suenas bastante inquieto y tu eco, misterioso, deletéreo, extraño. No estás preñado de las semillas de la prosperidad, ni portas fragancias de buen augurio. Te aguarda la maldición de la tierra. ¡Cuidado! ¿Qué más pueden darte estos suelos yermos? Tan sólo polvo para compactarte y llenarte de pólvora ¡para saturarte con ese olor diabólico! Cuentas la historia de mis penas en tus suspiros: ¡Aunque habitas en los cauces de los ríos más salvajes nunca dejas que mi sed se sacie! ¡Nunca permitiste que mi nombre apareciera al pie de ninguna emotiva carta de amor de este mundo! Me ignoraste me ignoraste aunque tu soplo fuera sólo mi historia ahogada en amargura y sangre Carlos Drummond de Andrade Minas Gerais, Brasil - l902-1987 Dios y sus criaturas Quien muere va a descansar en la paz de Dios. Quien vive es arrastrado por la guerra de Dios. Dios es así: cruel, misericordioso, dual. Sus premios llegan tarde, en forma imperceptible. Dios, ¿cómo entenderlo? El tampoco entiende a sus criaturas, condenadas previamente sin apelación a sufrimiento y muerte Traducciòn Carlos Sànchez Julio Carabelli Argentina En las nubes A ella le gustaba bailar íbamos al Marabú al Picadilly y más tarde a esos patios tangueros para gente grande. Ella era feliz se bailaba hasta el fernet y cuando tomábamos una copa sus pies garabateaban corcheas bajo la mesa como si aquel tango que tocaba Pugliese anunciara el fin del mundo en percusión. Yo la acompàñaba bailando como un wichi con botas porque nadie pudo decir nunca que ella no tuviera gracia la tenía en demasía tanta que yo la veía bailando asteroides bajo la mirada de santos circunspectos señores del Big Bang y un jurado de ángeles milongueros. Entonces ambos nos deteníamos frente al paraíso cuyo techo era un parral y ella mientras me abrazaba corrompía a San Pedro guiñándole una teta. Muhsin Al- Ramli Irak, 1967 De un Lorca a otro Lo que estaba se ha llevado lo que queda... y me despedí de Irak Abandoné las comisarías, los cementerios. Crucé las murallas de fusiles y las farmacias vacías. He sido duro con el jardín de las manos en despedida y con las lágrimas de las chicas que se quedaban atrás porque mi llanto, delante de mí, es largo y mi mapa es un bastón de ciego. Mi corazón es un cementerio lleno de seres queridos y mi medicina está allí... allí, con los gitanos de Andalucía. Crucé países, muchas ciudades y conviví con pueblos deprisa porque Granada estaba esperándome, Y yo a ella; Porque Lorca posa su mirada sobre las agujas del reloj y los olivares. Mi amigo, mi hermano, está esperándome desde nuestros primeros cuadernos. Sollozaré entre sus brazos. Mojaré su camisa bordada de canciones. Le contaré todo lo que ha hecho el verdugo en los dos ríos, en las palmeras y en los amigos. Le describiré la cuerda con la que ahorcaron a Hassan Mutlak, y la máquina de picar almas y carne iraquíes. Pero he encontrado su casa vacía a excepción de su sillón, vibrando, entre la ventana y el poema. Llamé: Lorca. Lorca. Oh, secreto de la insistencia de mi madre en fumar, a pesar del asma. ¿Dónde estás? Amigo mío y socio mío en la inocencia. ¿Dónde estás? Nada, excepto su sillón, vibrando, entre la ventana y el piano. Seguí llamando hasta que apareció su vecina, una gitana, y dijo: Tu amigo nos dejó lo que queda. Se ha despedido de su sillón... ahora te describiré el pañuelo con el que le taparon los ojos después de su última mirada al reloj, esperándote. Te cantaré su último poema; su último respiro. Los disparos se agitaron y nos retorcimos en la torcedura... El llanto en todas las partes... Todas las partes son llanto. Nuestras manos han señalado a las nubes y a la alta perplejidad. «He venido a Granada buscando a Lorca. Tal vez... para que escribiera sobre los asesinados de mi familia. Pero... le encontré asesinado». Cèsar Bisso Argentina Revelación a Marta Alzamora. Mirabas caer enero sobre el campo. Entre verdes y ocres la oblicua serenidad del silencio canceló tu asombro. La vida no es recurso del tiempo, sino una manera de revelarnos todo lo que en ella iluminaste. Antonio Porta Milano, Italia 1935 6 La línea une los dos puntos en el papel: Al final de la carrera veloz, insomne, Apoyado en un muro devora su alimento. Después demanda, los ojos tornando graves, todavía despierto, Innumerables indicaciones de una cierta importancia. Disperso en el diván va muriendo, si vivir era posible, Agitado levemente. En las fauces del lobo las hileras encarnadas, Con la campanilla enseña a ulular y puede ser útil: introducir lenta una mano y extirparlas cuerdas vocales, engullirlas, proseguir la carrera y la aventura: ¡entenderán! Los lectores improbablemente: ¿y después qué cambia? Pero descubrir, al menos, es el fin del arte, La imagen del hombre, nosotros. en: Seis poetas italianos actuales. Fundación Lisdero, Buenos Aires, 1971.Traducciones. Raúl Vera Ocampo. Textos originales publicados en: I Novissimi. Rusconi - Paolazzi, Milano,1961 (1ra. Ed.) Indran Amirthanayagam Sry Lanka Mezclas El grano y la uva destilados— sangre cansada balacera ajena--- codo a codo en la neblina-agua de rosas gasolina. Isabel Alamar Torró Valencia, España, 1970 Estamos poco acostumbrados a usar los signos de interrogación Todo nos viene ya dado, listo para tragar, sin necesidad de pensar. Por lo que a la gran mayoría se refiere directamente se conforma. Es realmente fácil conjugar este verbo: el verbo “conformarse”. Yo me conformo, Tú te conformas, Él se conforma... Como premio una paz mansa próxima a la esclavitud desciende Sobre nosotros cubriéndonos con su extraño manto. Es un poco espesa y amarga esta paz, pero da igual. Somos apenas hombres, casi hombres, si nos dejaran de la mano, Vagaríamos por las calles como perros sin dueño y sin collar. ¿Por qué y aunque solo sea para variar probamos a usar Los signos de interrogación? Yamilka Noa Justiz Cuba- 1980 ( residente en Costa Rica) Verso menor III Mi niña se siente libre. Mi niña quiere jugar a morirse y se despeina en mis cabellos se enfada desde mi estómago. Mi niña prueba a envenenarse desde adentro y grita, ¡es un manicomio! grita. Mi niña no sabe, ¡Ay!, no sabe; que no hay espacio para ella aquí afuera, en el púlpito agrietado que me sostiene. Hèctor Berenguer Rosario, Argentina Lamento Un dìa cualquiera, cuando amanezca el sol darà su fiesta y ya no seràs el invitado. Las horas habràn cumplido su ritual de intimaciòn y alejamiento. Lo antes vivido serà la obra inconclusa y como un golpe de luz, uno envejece y muere sin mejores argumentos. De: Entre la nada y el asombro Víctor Bueno Romàn Lima, Perù – 1949 (reside en Alemania) Delal en Gaza o sobre la orfandad de la Media Luna para Sara, mi hermana para Elisa, mi hija En busca de leña y pan, partió tu padre; en busca de leche, verduras y agua, tu madre. Angustia, hambre y sed quedaron contigo, y, al centro, una tenue llama para tu abrigo. Tu padre no ha vuelto; tu madre, tampoco, y a tus quejas se llevan la brisa y el siroco. ¿Quién dará refugio y cariño a esta niña? ¿Quién le traerá arroz y carne, agua y fariña? Eyne hue Ebi? Eyne hiye Ommi? Sirenas del sanitario, del policía y del bombero compiten desigual con estridente y mortal lucero: Diario los ayes y cuerpos sangrantes o mutilados; diario las ruinas, el polvo y la ceniza por todos lados. ¿Por qué desoye Allah a su pueblo largamente afligido? ¿Por qué la indolencia del Poniente ante el pueblo no elegido? ¿Por qué permite Jahve al robo, desalojo y a la usura revivida? A vosotros queda Piedra y Khassam contra su nación atrevida. Eyne hum Ichueti? Eyne hum Jemiean? La Ley es sólo papel y el Derecho dormita o silencia; ambos toleran, allí y de facto, a una atávica prepotencia. La noche partirá con sus Phantoms, orugas y alimañas y yo, Delal, loaré con el día, a lo verde en tus pestañas. Ledo Ivo Maceió, Brasil, 1924 Mi patria Mi patria no es la lengua portuguesa. Ninguna lengua es la patria. Mi patria es la tierra blanda y pegadiza donde nací Y el viento que sopla en Maceió. Son los cangrejos que corren en el cieno de los mangles Y el océano cuyas olas continúan mojando mis pies cuando sueño. Mi patria son los murciélagos suspendidos en el revestimiento de las iglesias carcomidas, Los locos que bailan al atardecer en el hospicio junto al mar, Y el cielo curvado por las constelaciones. Mi patria son las sirenas de los navíos Y el faro en lo alto de la colina. Mi patria es la mano del mendigo en la mañana radiosa. Son los astilleros podridos Y los cementerios marinos donde mis ancestros tuberculosos y palúdicos no dejan de toser / y temblar en las noches frías, Y el olor a azúcar en los depósitos portuarios Y las tencas que se resisten en las redes de los pescadores Y las ristras de cebollas enroscadas en la tiniebla Y la lluvia que cae sobre los corrales de peces. La lengua que utilizo no es y nunca fue mi patria. Ninguna lengua engañosa es la patria. Ella sirve apenas para que yo celebre mi grande y pobre patria muda, Mi patria disentérica y desdentada, sin gramática y sin diccionario, Mi patria sin lengua ni palabras. traducido por el mexicano Jorge Lobillo Josè Agustìn Goytisolo Barcelona, España – 1928- 1999 El que cuenta las campanadas El amante de medianoche, el que ansió que ella le siguiera, el que cuenta las campanadas como un enfermo desahuciado; el que pone cara de cárcel cuando se mira en el espejo: es el furtivo que no duerme acechando a su compañera, y ella es feliz porque ahora vive una noche tan inefable y tan honda como la muerte. William DeWitt Snodgrass Wilkinsburg, Pennsylvania, EEUU, 1926-2009 Recuerdos, 1 Al ordenar cartas y montones de pasados cheques cancelados, viejos recortes y tarjetas amarillentas que alguna vez significaron algo, casualmente encontré tu foto. Esa foto. Ahí me detuve helado, como un hombre que barre las hojas muertas de su jardín y encuentra una mano seccionada. Sin embargo, en ese primer momento, me alegré: Estás tal como eras—tímida, delicada, esbelta, en ese vestido largo de encaje verde y margaritas que llevaste a nuestro primer baile. Tu presencia nos dejó boquiabiertos a todos. Bueno, entonces nuestros anhelos eran otros y nuestros ideales llegaban con facilidad. Fue cuando, durante la guerra y esos dos largos años, en ultramar los japoneses muertos en sus chozas entre platos, muñecas y zapatos perdidos –llevaba esa imagen tuya, ahí, para ahogarme el miedo, probar que había sido, y que podía regresar. Eso fue antes de casarnos. Antes de que cada uno agotara la energía del otro con mentiras, abnegación, mudo lamento y ojos afectados que acusan; antes del divorcio y la traición. Dilo: antes de conocernos. Vuelvo a guardar tu foto, a pesar de todo. Algún día, a su debido tiempo, encontraré que aún está ahí. Traducción : Lillian van den Broeck Carlos Bustriazo Ortiz La Pampa, Argentina – 1929 8 oh mi dormida entre mis brazos cuántos siglos que no teníate desde los abrigos hollinosos entre los valles primigenios desde las cuevas de piel verde desde los aleros silbadores desde las cópulas del guanaco desde las cruces laberintonas y eran lo creado las pinturas y entre nosotros cuántos desmayos una vez fuiste una fogata fuísteme un sol como en desvarío y yo pintábate en el vientre una guarda con miel de abejas llégueme herido de una caza y hierba fuiste forma del unto entre los cueros de la noche con el color de la piedra madre oh mi dormida entre mis brazos y yo velaba en los pedernales! Lílian Maial Brasil Breve luz de um tempo breve O muro que se ergue sorrateiramente, barreira entre o agora e o esquecimento, constrói, de pronto, a morte sólida, sentida no peso das pálpebras ou no fascínio do sono. O abismo que se abre a teus pés te questiona o destino, o caminho, o rumo entre as pedras. E vem o santuário de lembranças, em lapsos insanos, assombrar o espelho e a ampulheta. O que te falta são os risos e a inocência de um bem-estar de certezas e gestos simples, que não recendem a pó de pedra ou argila. O que te cabe é a medida exata do leito, onde deixaste o momento escapar. O que fustiga é a noção da hora próxima, descobrir que tanto adiaste a vida (para um depois, que foi ontem), que te perdeste do atalho, distraído com o olhar nas coisas do mundo. A existência conta os minutos, e a poeira recobre lentamente os versos. Já não se enxerga a lua do poema. Uma porta no tempo te mostra que todo o instante é passado, e que, se não o vives, ele se esvai, apagando como os tantos rostos que já amaste mais que tudo, e que, agora, quase nada. Não! Não quero ser mais um rosto do passado, se desfazendo na bruma do esquecimento! A palavra resiste na pele e na garganta. Sente o cheiro da poesia e embriaga-te! Sente o gosto do medo e cospe-o! O tempo corre sob teus pés, descalço de dúvidas ou hesitações. Alçar vôo talvez seja tua única razão. Arturo Corcuera Perù Marcha fúnebre a la Franja de Gaza Asoman llorando de sus cenizas los niños judíos de los campos de concentración, salen para defender con su muerte la vida de los niños palestinos de Gaza, van arrastrando su orfandad y sus juguetes rotos; de los hornos crematorios de Auschwitz los ancianos desnudos y esqueléticos, marchan a Gaza con sus huesos al hombro, calcinados y cabizbajos; los refugiados, ocultos bajo las piedras, asoman a la luz y enloquecen al descubrir los nombres de sus verdugos que matan en nombre de Yavé: Shimón Peres presidente del Estado de Israel ( Premio Nobel de la Paz. Ahora la historia lo condena ) Ehud Olmert primer ministro ( celebra las matanzas ) Ehud Barak ministro de defensa ( de la tribu Isacar ) Gabi Ashkenazi jefe de Estado Mayor ( la svástica parpadea en su sangre ) Moshé Katsav Ministro de Estado ( no perdona niños ni ni mujeres ) Tzipi Tlvnila la canciller ( émula de Jael ) Saúl Mofaz ministro de transporte ( de armas letales ) Avital Leivovitz portavoz de los partes de guerra Max Reger portavoz del primer ministro encargado de dar la cifra de palestinos muertos. Llueve fósforo sobre Gaza llueve misiles llueve tanques llueve plomo fundido; Ana Frank sollozando sale del desván oscuro, registra los nombres en su Diario y en la última página escribe: “La franja de Gaza es un enorme horno crematorio, donde retrocedemos al Holocausto para volver a morir”. Eduardo Dalter Argentina Guerras de imperio El objetivo en las guerras posmodernas, acaso entre las más bárbaras que la historia reconozca, son los barrios, los mercados, las bibliotecas y la gente sencilla de la calle. Se vio en Irak trizada y martirizada, con sus centenares de miles de muertos y sus escombros aún calientes. Y se ve en la Franja de Gaza, donde el objetivo, a decir por las cifras de la sangre y de la muerte, fueron los niños, por sobre todo, las escuelas ya de polvo y las familias, en camino al abismo, o al baldío del mundo, que los bárbaros han venido tejiendo en cerco y fuego hasta hoy. Pepe Sànchez Cuba A pesar de todo Aquí estoy, mi hortelana, de mesero en la taberna de tus ojos, como el auriga que espera con aplomo pasear la noche junto al desespero. Estoy aquí, mi viña paridora; esta prohibida luz que me sostiene, eres tú, y algo más: un mar que tiene mucho del náufrago que soy ahora. Pero tiempo y espacio (relativos sin la escafandra de Einstein) no reflejan el surco de la fe y sus verbos vivos. De cualquier forma, estos años, dejan en la sangre su golpe; donde, altivos, tus ojos sirven vino y me festejan. Josè Francisco Ramos Lima, Perù Ataque 67 Aviones sobrevuelan el mar de tus piernas Y tus días luchan por no hundirse en vidrios con leche Dale cuerda a ese pájaro de hielo Que mira con todo su poder al sol Arropa a tu hijo Él no tiene la culpa de pisar esta tierra Sólo el recuerdo dentro de una burbuja de placer Explotando en tu jardín Pon el cuerpo a tierra Palomas mensajeras sueltan su carga Entierra tu cabeza cómo lo hace la lombriz Las estructuras se derriten Un polvo verde habita en tus pulmones Mira fijamente a tu dios Bésalo lento lento Con pausas de gillette entre tus dientes Y muerde Muerde Muerde tu cuerpo Antes de caer destrozado Rubèn Vedovaldi Santa Fe, Argentina Oda testamental .....“Quiero elegir el día para mi muerte.” V.H. morir en paz quisiera la muerte de los justos no sin algunos dientes todavía manos curtidas de haber hecho algo por mi, por los demás, no sin algunos versos en un bolsillo simple de ropas me quisiera ir sin fúnebres despliegues lamentables; sobre fresca gramilla o trébol en flor no en helada camilla de apurada ambulancia no quisiera morir sobre el asfalto o a merced de enfermera desconocida en una sala numerada y extraña dolorosamente aséptica cercado por frascos, barbijos, guantes, cables volver al polvo anunciado quisiera mientras se desperezan los primeros pájaros y se esfuman las últimas estrellas morir en paz reposada mi nuca contra el pie de un viejo sauce mirando el río bajar al final de una noche de primavera cuando van destejiéndose las sombras y alrededor las cosas recobran colores y formas de otro buen día devolverme a la tierra en la certeza de que el extenso futuro será para todos para siempre como para todos corre el agua sopla el viento y se suceden días y estaciones hagan la voluntad de los vivos, no la del muerto pues tanto me dará alimentar cuervos y gusanos como ir a la morgue de autopsias o transplantes creo en la evolución de las especies creo en la flora y fauna de este y otros planetas pero no creo en la transmigración del espíritu en el orden litúrgico en el opio sagrado en la resurrección de los muertos y la vida perdurable ni creo en otro Infierno o Paraíso que el de haber vivido Pompeyo del Valle Honduras Estudio de mi madre MI madre tenía la piel blanca y los ojos castaños. Su vida fue corta y nada fácil. Le gustaba vivir y soñar en cosas imposibles. A veces se ponía una flor en los cabellos y cantaba. La espuma del jabón corría en tanto -olorosa, inocente- por sus manos. MI madre tenía los dedos finos, tiernos y hábiles. De sus manos salían flores, frutos y pájaros de hilo. Amaba la belleza y vivió poco. El sol brillaba sobre su frente de muchacha. Shimon Adaf Israel Sofonías explica este futuro Y desperté temprano ayer en mi dolor con Sofonías en los labios: "Pues a Gaza abandonaré y Sderot será asaltada, Ashkelon reducida a silencio, Ashdod exiliada en pleno día y Akron arrancada de raíz." Quién me mandó leer a los profetas menores a una edad demasiado temprana como para oponerme. Traducción: Gerardo Lewin- Fuente: LAT´ZET! de LAT´ZET! (¡Salir!), una antología de poetas y artistas israelíes contra la guerra en la franja de Gaz Dora Giannoni Argentina Verdad en Gaza Daños colaterales, efectos secundarios, consecuencias inesperadas, pérdidas, bajas no deseadas son formas mentirosas de nombrar el terror y la muerte Cada expresión idiomática es una víctima concreta, un indefenso ser humano como vos o yo, despojado, torturado, asesinado Basta de eufemismos Digamos la verdad ya: No es conflicto, es invasión No es guerra , es genocidio traidor A las cosas por su nombre No sumemos mentira al dolor No agreguemos leña al fuego Ni hagamos del lenguaje un misil más. Francisco Garzaro Guatemala Poesía (Diciembre, 2008) A veces llegas cuando bebo café o miro pendejamente al techo así nomás arrojas mis itinerarios mis acertijos básicos a la nada esos rollos importantes así nomás invasora instalas esa parafernalia de ecos ese muerevive en mi conciencia esa carajada saca llanto esas trepidaciones risueñas como estúpidas hijas sin padre ni madre que me salen de la caverna donde te pienso donde me pienso donde pienso en nos ahí hundes tus cuchillos ahí me sacas de onda la vida matándome el vértigo el horror empapando tu hiel en mis ojos habladores rompiéndome esta ridícula lógica que vivo en que todo me muere morir ahí donde diluyes mis prioridades tapas mi boca exiges todos los microbios alienígena intempestiva eres deliciosa madrepadre inflada de placer de ese dulce dolor eres bífida o quizás trífida adorable lengua paseadora alucinógena tú que lames todos mis renglones que obligas la palabra escurriéndola en mis dedos que abres mi boca que elevas mi puño tú que irrumpes con esta ternura tú que te atreves siempre tú que eres beso que eres grito al estallar la aurora. Juany Rojas Castro Pedro de Valdivia, Chile Planchado Estirar la ropa la vida con llamas de carbón encendido Reconocerse en las arrugas en el vapor que se desprende del intento por obviarlas Doblar la tristeza y desplegar el goce de estar vivo Nilda Barba Argentina bolsitas de té seco bolsitas de té seco se alinean dentro de una caja un pesado cuenco de madera la caja el cuenco ¿qué más los une? las bases quietas el hueco Diana Espinal Meza Honduras Encendí Encendí el faro de la polinización y cayó el once de trébol un cajón de perjuicio y un catálogo desbarajustado Confusa de techos y de agujas de perspicacia y de maniobras cambié el destello por dos enebros Con los ojos de daga y el crujido de puerta oxidada extendí los brazos hacia la epidermis de ocres Me vacié enrojecida de antílopes Isolina Bellas Galbán Matanzas, Cuba, 1952 Ya casi va a llover Ya casi va a llover, y se desatan los pertinaces flecos de una manta. Saltan menudas gotas que la tierra absorbe: cimbran las hojas nuevas en las ramas. Se desborda el brocal de una fuente, corre el hilo azogado del agua. Golondrina intranquila, la humedad cruza el aire. de la antología “Poetas en Matanzas V”, (Ediciones Matanzas, 1999) Aharon Shabtai Tel Aviv, Israel, 1939 Mi Corazón Mis labios murmuran: Palestina! No vayas a morir! Mi corazón está con cada jeringa en tu mano, Mustafa Barghuti! Está con la Muqat'a, con el cadáver al borde de la carretera que la ayuda no alcanzó con el lápiz sobre tu escritorio, Mahmoud Darwish. Con los tanques de oxígeno vacíos en los hospitales de Nablus. Maha Abu Sharif, los soldados que violentaron tu casa también mearon sobre las paredes de mi corazón. Y ahora, para las ruedas de una ambulancia de la Media Luna roja, ese corazón se ha vuelto un asiento, y para ti también, Manaal Sufyaan, en Ayn Masbach, yaciendo sobre una piscina de sangre, tiroteado por matones en el porche de tu casa. País nuestro, un nuevo nacimiento está en camino allá en Belén. La sangrante placenta será arrojada en un pote de basura, y del útero una criatura nacida del amor de nuestro pueblo saldrá al espacio. Escuchen, su corazón late a través del mío: soy un judío palestino! envio: Diego Sequera para El primer fuego.- tomados de la traducción al inglés publicada por la editorial gringa New Directions, de una antología titulada "J'Accuse Teresa Iturriaga Osa Islas Canarias, España Crías de áspid (Poetas por la paz en Gaza) He vagado por toda la ciudad buscando esa bazofia, el crimen brutal donde se consume el hombre en la bestia. Y sólo he encontrado las pupilas de los niños maltratados, inconscientes del disfraz de un carnaval acorazado de silencio. Volveré. Noche tras noche. Porque así me lo pides, poeta. Pero no perderé la razón, ni el sexo ni la dignidad ni la palabra ni el verso. Tendrás que inventarte otra excusa para no amarme. Ahora, regreso. Virginia Grutter Costa Rica Payaserìas La mariposa pasó volando El payaso extendió la mano la mariposa siguió volando El payaso se quedó llorando. La mariposa vino de nuevo El payaso sacó un anzuelo La mariposa siguió su vuelo El payaso se vino al suelo. El payaso le tiende un sombrero La mariposa se va hacia el cielo El payaso le tiende un pañuelo La mariposa no baja al suelo. Pasó una niña con una red Movía muy ligera los pies El payaso inmóvil la ve La niña salta y echa a correr. Tras la mariposa la niña va El payaso no la quiere mirar El payaso tiene un pedestal Su número tiene que realizar. Está prisionero de sus pies El no puede saltar ni correr Desde allí llora, llora y ve Nada, nada, nada puede hacer. Eugenio de Andrade Portugal, 1923- 2005 Ainda sabemos cantar... Ainda sabemos cantar, só a nossa voz é que mudou: somos agora mais lentos, mais amargos, e um novo gesto é igual ao que passou. Um verso já não é a maravilha, um corpo já não é a plenitude. Graciela Wencelblat Buenos Aires, Argentina No no sucede a menudo marcar pasos y dejar la huella profunda que llegue al arco mullido entrecano a pesar del instante glorioso y la gestión decidida desde que caducaron las estrellas y tuvimos que partir. No por eso el asombro de quedarse y partir negar la luz doblar la calle alejarse mirando de reojo. Alexander Sànchez Panamà Arte y deleite del buen tomar cafè hoy aprenderemos a tomar café a la francesa entre sorbo y sorbo emita un corto suspiro como si la noviecita o el noviecito de cuando teníamos quince años recién nos hubiera dejado ¡no se les ocurra por ningún motivo tomárselo de un sorbo -semejante insulto al ego del que preparó el cafétómeselo suavecito como sin ganas reclínese de medio lado para que el café descienda fluya a su antojo y no le duela luego el estómago sobre todo si lo tenía vacío no mentira tómeselo como quiera cuando aún está caliente como se lo toman los campesinos o los citadinos de América Latina cuando hace mucho frío y saben que no han comido y que es de noche y que posiblemente afuera está lloviendo y que además es muy probable que no habrá galletas sí tómeselo con calma como pueda que el café es muy bueno sobre todo cuando hace mucho frío y uno se siente solo como yo hoy si hay galletas muchas gracias si no no hay penas basta que estemos ambos usted y yo ahora sí lárguese el suspiro Blanca Castellon Nicaragua Adios tristeza Quiero que estrenes esta noche la risa que te regale en tu cumpleaños vamos suelta el lazo rojo abre la caja de cristal con fieltro al fondo toma la risa y úntala en tu boca yo sonare el manojo de llaves agitare el vaso con monedas de a centavo vestiré las líneas de tu mano enroscare en mi cuello tus huellas digitales será una noche larga y ancha como el rio San Juan al final como sorpresa me pinchare con una aguja el corazón hasta que brote sangre y pinte en rojo tu tristeza. Delfina Acosta Asunciòn, Paraguay El tiempo es beso ¿Escuchas cómo caen las estrellas? La rosa en mi costado dio su aroma, su ensangrentado aroma que me viste. Pasaron desde entonces muchas rosas, y vive aquella flor de mí salida, de mi infectada herida, siempre roja y siempre negra y llena ya de hormigas. Hay sólo una paloma migratoria del sur volviendo en busca de su norte. Ya nunca más bandadas tan ruidosas ni potros desbocados como ráfagas, ni escarcha titilando entre las rocas, ni el último silencio en la campana. Hay sólo una paloma migratoria. La dicha se deshace como un beso y calla la tristeza en una boca. Julio Pavanetti Benidorm, Alicante- España Vergüenza Ojalá los poetas pudiéramos cantarle siempre a la luna, a los amaneceres románticos, a la paz, al amor, llenando nuestros poemas de palabras hermosas, pero… cuando la televisión nos devuelve imágenes del horror de ataques impúdicos, mientras los gobiernos asisten, impasibles, a una nueva masacre de inocentes; cuando entre los escombros de Gaza -que manan del corazón de los viejos muertosse abren las pupilas espantadas de los niños de hoy, y brota la sangre en las mismas calles donde antes corría la vida… ¿Cómo cantarle a la belleza? ¿Cómo escribir un poema de amor cuando se siente vergüenza de pertenecer al género humano? Frente a la Primera Avenida, a la altura de la calle 45, los diplomáticos caminan de prisa, nadie se atreve a mirar la obra de Karl F. Reutersward: ¿será que al cañón del gran revólver del calibre 45 lo han desanudado? Hoy los pueblos se han hecho oír, manifestándose por las calles del mundo contra la barbarie asesina, pero los gobiernos se hacen los sordos y también los mudos, no sólo no escuchan los reclamos de su gente, sino que delinquen con su silencio y su permisividad. En este poema no hay tropos: la luz de la luna es metralla brillante, los amaneceres son de fuego real. ¿La paz? sólo sueño, esperanza remota de los corazones que tiemblan de terror. ¿El amor? la búsqueda desesperada de una madre que no encuentra a su hijo entre los restos de la escuela bombardeada. ¿Cómo cantarle, pues, a los tópicos de la poesía? Marlene Pasini Toluca, México -1970 Mutismo para Alfonsina Storni In memoriam La boca silenciada mutila palabras que agonizan en la punta de la lengua. Látigo de relámpagos: el oculto dolor. El cuerpo gotea su desmesura en su fondo de pozo, por debajo de sí capa tras capa se desflora hasta su centro ínfimo. El grito desolado irrumpe en los muelles de la calma. Vorágine de lunas afiladas, máscara ante una puerta de sombras, desde el limbo rostros de arcángeles se desploman como guijarros de cristal. Selva Casal Uruguay Y lo peor es qe sobrevivimos Y lo peor es que sobrevivimos sobrevivimos siempre al amor a la ruina a la incesante sorpresa de la muerte avanzo entre despojos y sé que lo terrible es que volvemos a ser felices. Tomado del blog: Casa de Poesía (Uruguay) Alfredo Zaldívar Holguín, Cuba, 1956 Concilio de las aguas (fragmentos) V (Donde mezclarse pueden) Aguas que no son aguas. Anden prestos los hombres. Aguas que no son aguas van tomando la forma de las formas, acomodando toda su moldura. Avidamente entran para cruzar los riscos, y hay oscuros niveles, subsuelos anegados, tiernos mantos donde pueden mezclarse como el silencio de las fuentes sin agua. Renato Sandoval Lima, Perù - 1957 Biblos (Líbano) Doble afecto para el que ve lo mismo: escarpada es la planicie del ojo donde se cuecen todos los deseos. Ahí te vi sobre una zarza airada entre los cedros pusilánimes de la desidia y el error. El valle de las sombras en vilo y esos naranjos de tiempo que solo sabe a sí son una deuda de palabras, el oro maronita que no se entrega ni nunca más nos salva. Frente al mar Biblos desciende por los ralos papiros de la hora tercia y bate las peñas contra las olas de un minarete sumergido. Elías Letelier Chile Sin excusas Cuando un dictador se muere lentamente en la cama toda la humanidad ha perdido algo. Yván Silén Puerto Rico La mujer Soy el perpetuo, el deshilado, el deshabitado, el abandonado, el que golpea a la mujer con su básculo roto, pero la mujer no está, no existe, no cruza la frontera empapada de la lluvia. La mujer es la muerte. Y ordena, dirige, discute, pelea, pare, pero no llega, no abraza, no sueña el sueño de los justos. La mujer se viene sola, separada, “indiferente”. La mujer se ahorca. Se exilia, se prohibe, se arroja de la casa y se promiscua. Como un río profundo la mujer piraña, ave y se flamboyaniza. La mujer se inventa oscura como Diana y se promiscua y orina y defeca y esconde el nombre del amante en las catacumbas de los sueños, en el fantasma de los besos… La mujer tropieza como un buzo que viene de los días, como un buzo que aúlla en el monstruo del espejo, falo tras tallo, como un Icaro, como un taxi que se estaciona en la frontera de la mierda, del tiempo, de la espera. La mujer es bella como alguien que llama por las puertas y cena. Como alguien que promiscua y se enfrenta, vulvamente, a la asesina. La mujer es breve. La mujer…ha suspendido las navajas. Beatriz Vallejos, Rosario, Argentina- 1922-2007 El grito De orilla a orilla como si no hubiese nadie. Pasaje de luz La sombra de las hojas Ilumina las naranjas. Un picaflor asentado en una rama bajo la llovizna Largo tiempo estuvo así. Bebimos el tenue silencio tornasol. Y recién entonces levantó vuelo. Bajo la copa de todo amanecer Cedía el aire su pequeño paso, los tréboles el malva y una flor otra flor. Las torcacitas Caminaban de a dos. De, “El collar de arena” Ana Rosa Bustamante Morales Valdivia, Chile Biografìa Los reflejos del río Entrecierran mis ojos y acerco mi mandíbula sobre el ramito pobre y pongo el ramito sobre la losa. cae la lágrima en lo irremediable Una brisa bajo la sombra del árbol Pasa y parto. Llegué al mundo en verano, quizás en otoño, estaba el viento dictando los destinos que golpeaban en las secretas cornisas en la paja ajena, en la voz violenta en las agudas hojas que cortaban la niebla, la camanchaca se llamaba, y estoy en la arena estornudando. El cielo descendía abismante hacia mis ojos. una canícula me daba los espejos trizados, cubriendo mis faldas pequeñas recuerdo, polvo de mi infancia. Era un morro, uno tan grande con agujeros y risotadas, allí se escondían para sorprenderlos sus pechos sangraban en la tierra de hermanos. Mi padre cogía las danzas de mi frente quemaba las orillas y los agujeros de los libros de historias, de gestas, de cuentos, llevaban escaleras, al fondo de la tierra para escuchar las arengas y mis ojos recogían las gaviotas para hablarles del aroma del polvo en mis zapatos, y chillaban ellas sobre el agua cristalina del norte. El ancla era un gran pez de fierro insurrecto en medio de sus aguas y frente al monumento oxidado, las extensiones perdidas a lo largo del silencio, y mis rodillas negras y mi saliva en ellas hacían barro premonitorio. Mis cabellos cortos, decía, no madre, el viento marinero no los mueve como yo quisiera, como se mueven ahora a mis cincuenta, y coquetean ante lo invisible, lo imprudente, y mis dedos los rozan para excitarlos y vuelan. Me colgaba de la glorieta y comía las nueces compradas las uvas forzaban su belleza verde con el riego diario. Las baldosas quemaban mis calzones y mis hermanas corrían y mi hermano minúsculo triunfo del matriarcado. Era la marcha blanca de mis pasos, no era la marcha negra todavía. Existían los sueños en las piedras en su sombra en las barandas donde montaba extenuada, la ansiedad, pues nací desflorada recuerdo allá las veredas alambradas y eran de plata los senderos repetidos, jeroglifos en la tierra seca del desierto profeta de arenas y lluvias. Un día conocí la lluvia, escándalo en los pétalos. El ventarrón sobre los techos, y los pechos, mi abuela me cubría con su refajo debajo, y encima las estrellas tan cerca, el ventarrón hacía escombros los caminos tibios, ¿dónde iría ese trineo en el cielo? que juro que vi con un viejo de barba blanca, y las letras con mi nombre sobre el cielo nocturno y las estrellas eran inmensas, más que mis ojos. Oía el exótico canto de las sirenas sonrientes, estiraban su mano hacia la arena, allí donde quedaron sólo un par de huellas y el murmullo invitando. A los catorce años impresionada , Chile era una brizna multiforme que crecía Fuera del mapa, Llegué a la flor del limón, al rocío dulce y desenvuelto montaba en las carretas Y la vacas caminaban por las aceras desvencijadas y las hilachas verdes y las espigas Eran fruto inmaduro en el oquedal que alumbra la única estrella, Y mi guitarra destemplada en mi canto y el pito Era un sueño patriotero en la banda del liceo. Un sismo en mitad de la noche y una polvareda nos arrinconó hacia la sombra Con todas las utopías de la época seguimos avanzando como Perico trepa por Chile Y en la viña elegante me atrapó la adolescencia blanca y negra que en otros versos Relato. Y esto me lo salto para otra poética. Mi vida ha sido guirnaldas de la noche y un océano. Un azul Valparaíso, una eterna mirada desde lo alto, Barcos llegando, barcos saliendo, y cerros Caleuches sueños y escalas. Escribo hoy en un río los versos de una luna sin recato. Elena Popescu Rumania Nunca me dijiste Me dijiste que no ha habido nunca nada como la Poesía. Un milagro hallado en el momento mudo que se esconde en un echo común. Me dijiste que la Poesía es maravilla que contiene en su interior la desesperación de no poder conocer el Misterio. Pero nunca me dijiste que la Poesía te llama Adonde puedes encontrar la Pregunta-Respuesta. Traducción del rumano por Joaquín Garrigós Manuel Parra Aguilar Hermosillo, Mèxico -1982 Yo me sentìa un extranjero más en Eindhoven y ella no parecía más conmovida que yo en aquella durísima temporada de invierno. “Llámame Helen”, dijo su gafete sin mover los labios cuando me le acerqué en la barra de la estación. En el ruido predecible del tren se escondieron ligeramente las palabras. ¿Puedo decir que en verdad la conocí? Llevaban sus cachetes la dura quemazón de los países bajos. Ahora los árboles habrán crecido y serán de nuevo interminables. Le ofrecí el café más oscuro que pude conseguir por 2 €. La boletera me despidió con un “Buen viaje, norteamericano” para el camino. Esto sucedió en Eindhoven Nélida Martinelli Lanùs, Argentina 23 Las Madres mastican fuerza para ganar territorios en la selva usan armas de carne, hueso, dientes y guitarras. Ritos nocturnos las une en una sola palabra contra el poder establecido: Son las nuevas guerrilleras de los ángeles gestan tréboles e incendios construyen con su llama nuevas brasas elevan VIDA asustan a la muerte van por caminos y edificios secándose el sudor visitan funcionarios pañuelos y pancartas ¡Hacen temblar los escritorios! Antonio Perez Morte España Dos Gin-tonic´s más. (Para Sergio) Para Sergio Algora Esta noche, apoyados a ambos lados de una barra / mostrador, llena de libros y discos, han conversado, por primera vez sin prisa, los poetas que somos, los disqueros que fuimos... Dos gin-tonic´s en vaso ancho, con cuatro cubitos. ¡Dos gin-tonic´s más y un chorreón de surrealismo para este miércoles borde que no ha amanecido! ¡Esta noche, Sergio, devoraré tus poemas y beberé tus canciones! ¡Borracho de nostalgia vomitaré un aforismo! ¿Necesitas algo más? -me dirás como en la FNACSí, por favor: ¡Sentirte así! ¡Saber que sigues vivo! Carlos Pellicer Villahermosa, Tabasco, México- 1897 -1977 Estudio Apenas te conozco y ya me digo: ¿Nunca sabrá que su persona exalta todo lo que hay en mí de sangre y fuego? ¡Como si fuese mucho esperar unos días -¿muchos, pocos?porque toda esperanza parece mar del Sur, profunda, larga! Y porque siempre somos frutos de la impaciencia bosque todos. Apenas te conozco y ya arrasé ciudades, nubes y paisajes viajes, y atónito, descubro de repente que dentro estoy de la piedra presente y que en cielo aún no hay un celaje. Cómo serán estas palabras, nuevas, cuando ya junto a ti, salgan volando y en el acento de tus manos vea el límite inefable del espacio. Elbis Gilardi Brinkmann- Córdoba- Argentina Ángeles de cera Yocasta visitó mi almohada vestía una túnica de agua con un broche de oro enredado en la mata de su pelo dejó a un costado de mis sábanas el aliento agridulce del pecado se cansó de esperar una respuesta no tuve fortaleza en la garganta eran muchos los ángeles de cera que ocupaban el trono de mi lecho Yocasta comió y bebió de mis tormentos hundió su broche de oro en el aire enrarecido de mi sueño arrojó a los adagios del silencio el humo ceniciento de su sino para armar un evangelio con la sangre que brota de los árboles del cielo encontró a otros ángeles de cera en los círculos abiertos del infierno iban todos atados a una cuerda con Edipo el tebano a la cabeza Yocasta sobrevive en la contienda de la onírica locura más abyecta deja migas de pan en el camino para armar con la espiga otra leyenda te invito a mi almohada, conversemos largamente la noche nada sabe de tragedias ni de ángeles de cera sin respuestas tengo mucho sueño no te veo se acabó la luz, el broche de oro se derritió en tu pelo... Ibrahim Nasrrallah Palestina Advertencia Hay algunos asientos quizá no les gusten algunos poemas pegajosos ni la riada de las charlas pesadas. Prestad atención, quizá van a tirar a los sentados. A quienes se sienten encima de sus corazones, los tirarán hasta el fondo del infierno dentro de poco. Traducción del árabe por: Muhsin Al Ramli. – Fuente Poesìa Àrabe Raùl Romero Auad Tarija, Bolivia - 1965 soledad Escucho el llamado de tu voz amiga que retorna. Tanto tiempo en el propósito de abandonarme a otro cuerpo —otro intento. Pero es tu voz cálida y promete un tiempo nuevo. Tal vez tenga mejores digestiones sueños nuevos nuevas alas. Tal vez mi voz encuentre nuevos cantos en tu voz tu voz fría tu voz ocre tu voz sorda. Irene Sánchez Carrón España Infancia Soñaba el corazón... jOh sueños de la escuela! Concha Méndez Calles estrechas, balón, cristales rotos, la rodilla escociendo sobre el suelo, última fila en clase, solitarias vocales buscando consonantes, los números en serie bajo las uñas sucias y un nombre escrito en todos los cuadernos, en todas las paredes, sobre tu propio aliento en el espejo, tu mano en el alféizar alimenta a los pájaros mientras repites que España limita al norte con el mar Cantábrico y alguien te clava espigas en el jersey de lana. de Ningún mensaje nuevo (XII Premio Antonio Machado en Baeza»), Hiperión, 2008. Envio Portal de poesia Ramòn Oviero Panamà, 1938- 2008 Presencia de la sangre adolorida Decidme rosa amarga del sollozo: eclipse sideral de dura piedra: mortaja inextinguible del dolor: corazón repartido en mil pedazos: cadealzo adolorido de tu sombra: resonancia de hueso torturado: campanario de frágil amargura: raíces del dolor de los humanos decidme: están las calles como siempre? Son los hombres los mismos que gritaban repartiendo la fecha del sonido? Son los mismos? Los mismos que luchaban con hojas y jazmines en los dedos? (…) De Los golpes y las horas. Panamá, 1959-1961 Lauren Mendinueta Barranquilla, Colombia, 1977 El espejo que huye En la orilla de las aguas inmemoriales, junto al abandono de la contemplación, mi tristeza se desliza hasta tocar lo puro, lo inmaculado de esas aguas rebeldes donde el reflejo de mi rostro me observa. Estoy sola, contemplada por mí misma, juzgada y condenada a existir ahora, más triste que nunca en la certeza de que me he negado el perdón. Máximo Simpson Buenos Aires, Argentina,1927 El rastreador ¿Dónde están las pisadas de mis pasos, dónde están las miradas que dejé por el aire? En pos de aquellos rastros camino tras el puma, el buitre, la calandria, pruebo pasto, mastico, huelo el viento, la brisa, registro las raíces, las grietas, los resquicios, vuelvo atrás, adelante, giro en torno del olor a pasado, a triste antigüedad, a tardes viejas, convoco desde el sueño las guitarras del mar, los tambores del tiempo. ¿Quién soy yo entre tinieblas? Yo soy el rastreador, el que se busca. (De La casa y otras visiones, 1995) Tomado de Poemanìa 163. Argentina. Liudmila Quincoses Clavelo Cuba Mujer embarazada en Gaza A Marita Ragozza Sobrevuela la muerte, no escuches las bombas hijo mío, la piel traluce el fuego, los gritos te persiguen, las detonaciones. Quédate durmiendo en mis adentros, flotando en el líquido ambarino que te ampara. No sientes mi voz, pequeño mío, si pudieras dormir para siempre en mí. No hay silencio en Gaza. María Laura Quiroga Merlo. Buenos Aires. Argentina Lo inefable El mundo vestido de GAZA roja de inocencia y dolor Corderos de Dios mutilados muerde el poder en la garganta del diablo Cese al fuego Cese al fuego Cese al fuego Caballo de Troya preñado manchas de soberbia indelebles tiñen el cielo de vergüenza degluten los cuerpos esparcen la negra impiedad el asesino acecha y mata los muertos se retuercen en las manos del traidor manos sucias de ambición Alto al fuego Alto al fuego Alto al fuego Un niño llora en la matanza un ángel quebró sus alas ¿dónde está la llave que cierre la agonía? Graça Pires Portugal, 1946 Irremediavelmente Talvez não valha a pena amarfanhar palavras para fugir do medo. A vida não é um jogo. É uma espécie de nudez, onde se perde o pé, irremediavelmente. Ildefonso Finol Venezuela Llueven por mi país cielos de historia. Mi país es un manantial de gestas que cantan los caídos. Todas las aves insurgentes hacen la luz de fuegos ancestrales. Un corazón de luces es el sol entre las mieles. Derramándose generosa la tinaja del alba nos hidrata. Llegó un tiempo para los caminos que nacieron del paso de Bolívar. Por eso mi país es ahora más ancho que el océano. Llueven por mi país chispazos de alegría La humilde mujer que lavaba ropa ajena Se ha operado de la vista en quirófano de lujo Cuando le quitaron la venda de los ojos se alfabetizó y se hizo socialista Esa lluvia no ha parado de cantar redenciones Ni la espada de Bolívar se cansa de germinar Llueven por mi país celos de historia Mi país es un ojo de agua inmenso con alas que iluminan Hay centauros y sirenas cantando en los caminos Maíz jugoso de justicia que vive en la utopía Y la hermandad brotando en flores de mi pecho publicado en "El primer fuego" Laura Ponce Buenos Aires Argentina Yo quiero sentarme a hacer el fuego -la chispa en la piedra de obsidiana-. Grabar la cueva. Inaugurar el rito. Recrear la cópula. Sin altares del sacrificio. Violeta Luna Ecuador, 1943 Los tiempos jubilosos 1. Aunque la piel se gaste yo quiero despertar y hallarte cerca, contigo amanecer día tras día. Yo quiero detenerte, quedarme en tu mirada para siempre. 2. Y cuando caminemos y el aire nos divida o se atraviese el miedo serán tus ojos únicos los que me den la mano. 3. Nos habla esta ciudad con un idioma de alas y barcos, esta ciudad de Seatlle en donde resucitan los recuerdos. Esta ciudad azul tiene un costado ardiente y tiene mil esquinas en donde se han amado nuestros pasos. 4. Hoy puedo agradecerte por esta mariposa de placer, por esta gota ardiente que pones en mi piel alucinada, por esta luz de fresas que traes en la punta del silencio. Te doy amor las gracias por este nuevo vino que me ofreces. Jeny Mastoraki Grecia -1949 La alegría de la maternidad Por las noches hago trabajos peligrosos. Ato grandes cuerdas de ventana a ventana y cuelgo diarios clandestinos. Qué puedo hacer, la poesía ya no rinde. Nos lo dijeron también otros, te dicen. Y después, hay algunos que cantan la alegría de la maternidad. Mi hija nació como todos los niños. Al parecer, tendrá también fuertes pies para correr a las manifestaciones. Transcripción de Poesía Griega Moderna.Selección y traducción directa del griego: Horacio Castillo- Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1997. Envio Patricia Damiano Julius Kazembe Moçambique -1954 Changara Engoliram luas as crianças de Changara. Os olhos delas são pássaros tristes sem voo que no desespero da fome acumulada comem estrelas como se fossem grãos de milho. Quando as sementes secaram nos campos, e o sangue secou nas veias dos rios e a seiva secou nas veias das plantas e o sol secou os celeiros da aldeia, serpentes famintas silvam em volta do peito cindido. Uma toupeira chora ao frémito dos embondeiros. Grave, arde sobre a erva amarga a dor: Das luas engolidas pelas crianças quantas tardarão a ecoar nos jornais? Martín Micharvegas Argentina El olor a piolín que tiene al aire alrededor del asco Todo lo que tengo, sufre. Todo lo que se me acerca, padece. Se quema el agua en mis manos. Arde el agua en mis labios ( se apaga el sol ), el agua incendia las costas con su lluvia. Todo lo que se me aproxima, grita. Abre los ojos hacia un abismo indecible. Abre sus orejas sobre el dato cierto, estricto. Abre su garganta de desconsuelo ( inútil hasta ahí ). Todo lo que me hacen llegar, se pierde. Y encuentro todo lo perdido donde nadie cree está. Es mas que vallejiano este dolor manyado. En vallejo quien retorcía su yo era vallejo mismo. Aquí son las cosas ( no yo, no el yo ni mi yo ) las que giran violentamente sobre sí mismas, saltándose de sus articulaciones como nuevas llaves, desquiciando sus huesitos estructurales al esplendor ( al nuevo tiempo, al por venir ). Todo lo reciennacido, muere indefectible. Y la muerte ( lingüística e histórica ), nace sin cesar ni césares a cada instante. Un poco mas adelante donde debió estar el cuerno de la abundancia, hay un puñado de uvas envejeciendo pacientemente al sol. Pasas. Aquí conmigo, en esta multitud que soy, no hay nadie. Esta misma mesa tranquila es un huracán de pasiones. La silla humilde, un volcán de madera. La tinta naranja, todo un bosque en flor. No hay nadie en la calle, en la mañana. Aquí conmigo la luz contorsionada, el suave estirón mágico de unos gatos buscando refugio del frío en los agujeros de una pared. Éste es el dolor cantante de las cosas, del yo entre ellas. La mañana aplastada por el peso al aire de estas cosas que buscan su sentido. calle de san Patricio 5-Madrid / febrero '78 Ghassan Zaqtan Beit Jala -Palestina, 1954 La trinchera Qué extraños son los días de la sal Es como si fueran de otros Y al igual que una tragedia bien tramada Traída apenas a su fin Comienzan a respirar cuando los recordamos Las olvidadas colinas el tedio de las laderas Las montañas que aspiran hacia el oeste Las errantes caravanas de la muerte La fe de los muertos, completa. Las manos que emergen de la oscuridad Para decirte todo La profunda fraternidad que no conduce a la sabiduría Las palabras no más apropiadas a los lugares elevados Extraños son los días de la sal, Ahora solos en el abismo Esparcidos como podridas semillas Y mientras ascendemos, Porque eso es todo lo que podemos hacer Los días ruedan hacia la distancia a nuestras espaldas, Abandonados y nunca pueden regresar Nuestra tez oscura Nuestros intentos de dormir ... Nombres, títulos interminables Dialectos también Proclamando una campiña Que ya no es necesaria. Qué extraños son los días de la sal No son siquiera dignos de ser recordados. Andityas Soares de Moura Barbacena, Brasil, 1979 A cabeleira um gato sob a coxa esquerda as mãos preocupadas em ora abrir e fechar um volume de curiosidades banais e ora em deixar a seda do pesado vestido mais próxima da pele (flor de aspereza macia as pétalas são como virilhas femininas ) estremecimentos na cintura sentem o peso do tecido afrouxado beijam-se, mas só por necessidade en Algo indecifravelmente veloz: Antología Poética- Edium Editores, 2007--envio portal de poesia Netali Barón Israel Ahjlam En su vida y en su muerte Ahjlam fue portadora de una idea y no tuvo idea de que ella era del todo ella. Cinco años y medio con su vestido sucio y roto en las callejas pestilentes se vuelve lentamente paisaje. Su carne y su alma se volvieron abstractas ella misma terminó reduciéndose y sólo su nombre quedó como osamenta. Traducción: Gerardo Lewin.- Extraído de la publicación LA´TZET! (¡Salir!), una antología de poetas y artistas contra la guerra en la franja de Gaza y el abandono discriminatorio de las ciudades pobres del sur israelí, editada en conjunto por las revistas Ma ´ayan, Etgar, Ma´arav, Daká, Sedek y Guerila Tarbut. http://decantasion.blogspot.com/2009/01/netali-bar.html Juan Rodolfo Wilcox Argentina, 1919- 1978 Para siempre, tal vez ; el desaliento quiere dejar sus ecos agotados al pie de un árbol. Vuelven de callados viajes buscándote, detrás del viento. ¡Oh, para sempre ya !Sobre un lamento los pájaros de amor van desgarrados, perdidos, hasta el cielo. En todos lados la noche me recibe, así, sediento casi como la muerte, en la neblína del extremo del alma que me encuentro atada sobre el cuerpo, que termina. Nada más que quererte, disgregando las nubes en sus días, hacia el centro de un circulo olvidado, amor, llamando. Les Jours heureux, traduction de l'espagnol (Argentine) et présentation de Silvia Baron Supervielle, [édition bilingue] collection Orphée, éditions de la Différence/Unesco, 1994, p. 85 et 84. Helena Faria Monteiro Portugal Depurando no silêncio dos labirintos cansarei os passos enquanto a lua iluminar as perguntas sem fio sem Creta sem Minotauro perseguirei as dúvidas na solidão dos vivos. Miguel Ángel Bustos Argentina- 1932, Secuestrado y desaparecido el 31 de Mayo de l976. Sueño quebrado Sueño quebrado levántate y anda. Marcha de mi frente abre mi tierra. Levanta ruda muralla de niños al dólar de fuego y zarpa de balas. Vuelve joven enamorado del agua al mordido corazón rebelde, abraza y besa prieto hasta la llama pedernal de lágrimas, mi corazón clavado a pico de sangre en las vigilias desnudas de mi cuerpo. (del libro “Corazón de piel afuera” de 1959) Carta abierta A sus elegantes señorìas, los intelectuales europeos que han tenido la gracia de escribirnos cartitas lamentando el encendido verbo de condena a la masacre del estado sionista israelì en Palestina. La edulcorada “intelectualidad que frecuenta las salones elegantes es seria y correcta. Suele codearse con las ilustres señorìas que ocupan los sillones importantes, desde donde sacan a relucir sus ìndices tambièn elegantes y firman con lapiceras a fuente brillantes, suaves, importadas de no sè donde, importantes documentos, contratos por ejemplo de entrega en nombre de los sacros intereses de la Patria. O bombardeos atroces sobre la humanidad, se encuentre donde se encuentre. La intelectualidad que colabora -desde sus lentejuelas de mostrar en las fiestas- en las revistillas de todas partes, que piensa por nosotros, digiere por nosotros la realidad del mundo y nos la explica con la voz del amo. La intelectualidad que se consterna con la poesìa que dice lo que se debe decir, que se consterna por la voz de los poetas que carecen de hilos de moverse en el escenario, que se consternan por los versos que saltan a oponerse a los misiles. Los intelectuales que prefieren no hablar de genocidio, pues no es palabra elegante, de salòn elegante, y es de muy mal gusto hablar de genocidio cuando se esta comiendo. Los intelectuales que escriben cartas poderosas, que hacen tremar pantallas y casillas de correo con sus cartas poderosas, importantes, vigorosamente alineadas a la voz del amo. Los intelectuales que confunden “tufillos antisemitas” con condena al sionismo genocida y al imperialismo genocida y a las dictaduras genocidas y a los holdings econòmicos genocidas (porque tambièn explotar y matar de hambre es genocidio). Los intelectuales ensillonados, encorbatados para la ocasiòn, laureados tantas veces que ya no hay lugar en el estudio elegante para otro diploma: a) no entienden un comino de lo que pasa; b) no quieren entender un comino de lo que pasa; c) les pagan muy bien para desentenderse de lo que pasa. Los intelectuales graves, emperifollados de palabras novedosas, rigurosos con la cita en las peluquerìas, modernos (como cierta izquierda europea, que casi es lo mismo que decir cierta derecha mundial), escriben cartitas a Isla Negra, preocupados porque nuestra misiòn de promover y difundir poesìa se vea intoxicada de versos demonìacos afganopalestinianos venezolanocubanoides boliviatorianos farabundeanosandinistas, versos iraquiatenienses, terribles versos de botas embarradas de floresta y campo. Versos Antibloqueos, versos antiguantanAmèrrrrica. Y les digo que no se equivocan caballeros de la pluma elegante y el best sellers a mano. Isla Negra es una Casa de Poesìa, y la POESIA no entra en ningùn salòn a repetir de memoria lo que viene ordenado. La POESIA no se mancha de lentejuelas ni calla. La POESIA hace saltar su puño consternado delante de la injusticia, delante de las solapas elegantes que callan, delante de la prepotencia y la masacre. Jamàs còmplice de la muerte. Y cuando grita genocidio: grita genocidio! Gabriel impaglione Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. Visitá el blog: http://isla_negra.zoomblog.com Isla Negra en el Directorio Mundial de la Poesia - www.unesco.org/poetry