Núm. 184 - Publicaciones de Defensa

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EVISTA ILtJSTRADA DE
L
ARMAS Y SERVICUOS.
ME
RIO
DEL
EJERCITO
ejército
REVISTAILUSTRADADE
LAS ARMASY SERVICIOS
Año XVI
Núm.184
Mayo
1955
SUMARIO
La munición para el fusil automático. (Impropiamente
llamado fusil de asalto.) (Pág. 3.)—
Comandante Wilhelmi Castillo.
El caballo y el motor, medios de acción de la Caballería. (Pág. ll.)—General López de Letona.
Desembarco en Normandía.—El día D en las playas de Omaha, Goid, Juno y Sword.
(Pág. l3.)—Generales Rubio López-Guijarro y Rodríguez- Cano Martínez.
Conceptos orgánicos sobre la Infantería. (Pág. 25.)— Capitán García Antón.
La defensa de las costas de España en el siglo XVI.—Ideas sobre su organización por el
estudio de un caso concreto.—Sitio de la Coruña en 1589. (Pág. 29.)—Teniente Coronel
Martínez Lorenzo.
Empleo táctico comparado del Puente Bailey. (Pág. 37.)—Teniente Coronel Ruiz Martín.
El infante y su arma individual. (Pág. 41.)— Comandante Salas López.
La zona de retaguardia y transportes. (II.) (Pág. 47.)— Comte. Sancho Sopranis y Favraud.
Información
e Ideas y Reflexiones
El ataque de noche por la Infantería. (Pág. 55.)—Von Georg Lieb. (Traducción.)
La construcción de las bases norteamericanas en España. (Pág. ÓO.)—Contralmirante Perry. (Traducción.)
Diseño para un Ejército “atónjico”. (Pág. 62.)—Coronel B. Sloan. (Traducción.)
Notas breves. (Pág. 6S.)—Blancos automáticos para la instrucción de tiro. ==Radar contra mortero.=- Equipo
AN/MPQ.1o Norteamerjcano.
Galería de la M. M. en la Academia de Infantería.= Educación de los perros con
fines militares.=Varias
noticias del Ejército de EE. UU. =Fotografía
ultrasónica para exploración clínica.=
La cámara cinematográfica
al servicio de la investigación científica.=. Cursos de enmascaramiento.=Trasporte
aéreo del obús de 155. mm.=Proyectiles
dirigidos.=Algunas
noticias de Francia.
Problemas creados por la complejidad de los armamentos. (Pág. 72.)—W.
Cotton. (Traducción.)
Selección de conti gente militar; tipo a incorporar. (Pág. 73.)—C. Andrade Meyo. (Traducción.)
Caballería aerotransportada. (Pág. 76.)—Capitán Rodríguez Toquero.
La invulnerabilidad de las instalaciones hidroeléctricas en tiempo de guerra. (Pág. 77.)—Teniente Coronel Bene.
detto. (Traducción.)
Guía bibliográfica. (Pág. 81.)—Comandante Martínez Bande.
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MINISTERIODELEJERCITO
ejército
REVISTA ILUSTRADA DE
LAS ARMAS Y SERVICIOS
DIRECTOR:
ALFONSO FERNÁNDEZ, Coronel de E. M.
JEFE
DE REDACCIÓN:
General de Brigada Excmo. Sr. D. José Díaz de Villegas, Director General de Marruecos y Colonias.
REDACTORES:
General de Brigada Excmo. Sr. D. Mariano Alonso Alonso, de la Escuela Superior del Ejército.
General de Brigada Excmo. Sr. D. Gregorio López Muñiz, de la Escuela Superior del Ejército.
Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., D. José Fernández Ferrer, de la Escuela Superior
del Ejército.
Coronel de Infantería D. Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central.
Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., D. Carlos Taboada Sangro, del Regto. Artill. n.a 19.
Coronel de E. M. D. Angel González de Mendoza y Dorvier, del Estado Mayor Central.
Coronel de E. M. D. Ernesto Pacha Delgado, del Estado Mayor Central.
Coronel de E. M. D. Manuel Chamorro Martínez, del Estado Mayor Central.
Coronel de Infantería, del Servicio de E. M., D. Alfonso Romero de Arcos, disponible a las órdenes
del Excmo. Sr. Ministro del Ejército.
Teniente Coronel Interventor D. José Bercial Esteban, del Ministerio del Ejército.
T. Coronel Ingeniero de Armamento D. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral, de Industria.
Comandante de Intendencia D. José Rey de Pablo Blanco, del Almacén Regional de Intendencia.
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Infantería.
al
D.
7,00
50,00
18,
Ptas. ejemplar.
1
Director.
Francisco
de
Mata
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Comandante
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Comandante, Ingeniero de Armamento, LUIS WILHELMI CASTILLO, del Alto Estado Mayor.
ERA
Los alemanes
dos frena
tes, eny 194L
sin presentir
aún suluchaban
tragedia,enempieza
preocuparles ya la superioridad numérica de sus ad
versarios. En el frente ruso, sobre todo, hay que
deshacerse de muchos adversarios lo mismo en el
ataque qué en la defensa; a veces, de demasiados ad
versarios para los medios de fuego disponibles. Es
necesario poner fuera de combate a muchos enemigos
antes de poder llegar a sus trincheras; hay que clarear
enormemente las oleadas de asaltantes rojos si no se
quiere que lleguen demasiados de ellos a las líneas
propias. En los frentes, el Mando recurrió a armas es
peciales “para el asalto”; armas del tipo más bien
de pistolas ametralladoras, con poco alcance y escasa
precisión, pero que en el combate próximo contra
grandes masas de hombres eran capaces de impo
nerse más, sin embargo, por su acción moral que
por su verdadera eficacia.
Pero esta primera idea no era práctica. Ni era po
sible que los infantes llevaran dos armas, una para
el combate normal y otra para la fase crítica del asalto
o la contención; ni tampoco era cuerdo dividir los
efectivos en tropas corrientes y tropas asaltantes.
Inmediatamente se pensó en la necesidad de reunir
en una sola arma el mosquetón reglamentario y las
armas de asalto. De esta .idea y de la convicciónad
quirida en el frente de que los alcances de las armas
reglamentarias eran innecesariamenteexagerados,em
pezó a dibujarse la idea del arma que dió en llainarse
“fusil de asalto”, de cuyo nacimiento y desarrollo,
así como de otras cuestiones con ellas relacionadas,
se ha ocupado ya en varias ocasiones este Revista
EJERCITO, con algunos trabajos originales o tra
ducidos (i).
Hoy vamos a intentar dar una idea clara sobre
los tipos de munición desarrollados en torno a este
arma, estudiando sus características y haciendo una
crítica de las mismas, en relación con las exigencias
que se le imponen.
Antes de exponer las características que ha de
tener el fusil de asalto—primerpaso lógico para póder
enjuiciar sobre la munición a emplear en él—no du
damos en insistir una vez más en la importancia de
y
(1)
179.
Ver ndmeros de
EJ E RCITO: 139, 170, 171, 174
dicha munición. Es corriente oír hablar de armas, y
establecer comparacionesentre ellas, en cuanto a al
cance, precisión, efectos en el blanco, etc., sin men
cionar para nada sus municiones. Nada más erróneo
ni nada más paradójico que esto. Es la munición, en
primer término, y no el arma, la que produce esos
efectos balísticos. El arma, naturalmente, ha de lle
nar también una serie de condicionesconstructivas y
de todo orden, pero su principal misión será disparar
la munición proyectada para ella, de tal manera que
se aprovechen al máximoposibletodas sus cualidades.
Hoy día, cualquier arma moderna del tipo que veni
mos estudiando suele cumplir bastante satisfacto
riamente esta condición, a poco bien concebida que
esté. Dos armas modernas de este tipo, que disparen
la misma munición, tendrán siempre unas caracterís
ticas balísticas tan semejantes que podemos llamar
iguales. Si queremos pues estudiarlas y establecer
comparación entre ellas, tendremos que scfialar otras
cualidades distintas de las balísticas; por ejemplo,
la seguridad de funcionamiento,su manejabilidad, la
mayor o menor sencillezde sus mecanismos,el tiempo
de fabricación requerido en una producción en masa,
las posibilidades de fabricarla con maquinaria y ma
teriales de tipo normal, etc.
Dos armas, en cambio, de municiones realmente
diferentes tendrán, en general, cualidades balísticas
distintas, aunque su forma externa y su sistema de
funcionamiento sean análogos.
La sucesión lógica para la concepción, desarrollo
y realización de un arma es como sigue:
t.° Los tácticos, usuarios futuros del arma a rea
lizar, estudian las características que desean para esa
arma, y las concretan en una serie de exigenciasque
a la misma se imponen.
2.°
Los balísticos desarrollan una munición capaz
de llenar aquellas exigencias.
3.° Los proyectistas del arma, desarrollan una
capaz de disparar aquella munición en las condicio
nes antes seflaladas y que cumpla además las res
tantes exigencias, impuestas, unas por los tácticos,
tales como peso, dimensiones,manejabilidad, etc., y
otras de tipo técnico-económico,como las ya seña
ladas, de sencillez, facilidad de fabricación, etc.
Vemos, pues, que la municiónes la que da verdadero
3
carácter y personalidad a un arma. Por esto, al surgir
el concepto de “tusil de asalto”—arma cuyas carac
terísticas quedaron bosquejadasdurante la última gue
rra mundial y se acabaron de perfilar en estos años
de la postguerra—, es necesario proyectar una mu
nición a la medida de estas nuevas exigencias. Vea
mos cuáles son éstas:
Por encima de todas las discusionesque sobre este
tema han existido y continúan aún existiendo, pa
rece prevalecer la idea de que esta arma, llamada
“fusil de asalto”, impropiamente porque su empleo
no se limita al asalto, no debe constituir un arma más
que recargue la excesiva variedad de las que actual
mente padece la Infantería; por el contrario, el “fusil
de asalto”, debe constituir el armamento básico del
infante, como arma unitaria, en sustitución del fusil
ó el mosquetón, que hasta ahora empleaba. Deberá
ser un arma que normalmente dispare tiro a tiro,
con carga automática, y que, cuando se necesite, sea
susceptible de hacer también tiro en ráfagas; pero
ráfagas con eficacia. Sobre este punto merece la pena
detenerse. Indudablemente, quiérase o no, la intro
ducción de esta arma va a representar un aumento en
el municionamiento, no tan elevado ni importante
como a primera vista pudiera parecer, pero el con
sumo aumentará necesariamente en relación con las
armas de repetición. Esto quiere decir que es absolu
tamente indispensable procurar el aprovechamiento
de los disparos, haciendoque éstos vayan siemprebien
dirigidos, y esto tanto en la modalidad de tiro atiro
como en la de ráfagas. Ahora bien, para que un tira
dor de tipo medio pueda mantener su arma apuntada
a un blanco, haciendo fuego ametrallador y con un
peso de aquella que por las exigencias tácticas no
podrá rebasar mucho de los cuatro kilogramos, es
necesario que el impulso de retroceso no sobrepase
un determinado valor; pues a partir de ahí el arma se
levantará, no se podrá mantener apuntada y hare
mos baldío el esfuerzo que viene desde la fábrica de
municiones hasta los últimos escalones del servicio
de municionamiento,para acopiar en primera línea la
munición necesaria, perdiéndose tanto afán en unos
disparos que no tendrán ninguna eficacia contra tro
pas medianamente veteranas.
Fundados en las anteriores consideracionesy en
las upiniones recogidas sobre esta arma dentro y
fuera de España,podemos ya exponer las caracterís
ticas a que debe responder. Su peso no debe exceder
sensiblemente de los cuatro kilogramos. Su longitud,
en general, no rebasará el metro. Funcionará tiro a
tiro, con carga automática, o en ráfagas, debiendo
tener, en este segundo caso, una cadencia media (en
tre 400 y 500 disparos por minuto). Se busca la má
xima rásancia de trayectoria en beneficio de la zona
batida y de la precisión. Respecto al alcance eficaz,
los difetentes especialistasno se han puesto de acuer
do: mientras los unos aseguran que más allá de los
400 ó 500 metros es inútil el empleo de las armas
ligeras del infante, otros, en cambio, propugnan por
4
alcances mínimos de 1.000 metros, o incluso supe
riores. Lo primero, que no está completamente claro
ni hay sobre ello un concepto concreto, es lo que
se entiende por alcance eficaz. Todos tenemos un
concepto de ello, pero al no haber unas condiciones
concretas que lo definan, no es posible tampoco fi
jarlo exactamente para ninguna arma. De todas for
mas, parece lógico que, en tanto no perjudique otras
cualidades, tales como el peso o la longitud del arma
o de la munición, ni haga que el impulso de retro
ceso sobrepase el límite a que antes aludíamos, será
siempre preferible que el arma sea eficaz a mayores
distancias. Esto resalta, sobre todo, si pensamos en.
la guerra en terreno montañoso, disparando de ladera
a ladera. Se pide también, como ya indicamos, un
gran espacio batido o, lo que es lo mismo, una gran
rasancia de trayectoria. Pero aquí precisamente ra
dica una de las mayores dificultades con que ha tro
pezado y sigue tropezando la munición para el fusil
de asalto. Para que dicha munición no produzca una
excesiva reacción en el arma, es preciso que su im
pulso de retroceso no sea tampoco excesivo, y esto
limita el peso del proyectil y su velocidad inicial,
factores de los que dependen el alcance y la rasancia.
Vamos a explicar a continuación lo que se en
tiende por impulso de retroceso de una munición y
por qué se toma esta magnitud para tener una me
dida de tipo comparativo. Fueron los alemanes los
que, convencidos de la importancia de esta caracte
rística de la munición, la estudiaron a fondo, ha
ciendo una serie de experiencias hasta llegar a de
terminar el máximo valor soportable por el tirador
de tipo medio, siempre en el supuesto de dispararla
con una arma de unos cuatro kilogramos de peso.
En realidad, lo que los alemañes llaman impulso
de retroceso no es otra cosa que la cantidad de
movimiento del proyectil y de los gases de la pólvora.
Como es sabido, todo sistema en el que se origina un
movimiento tiende a conservar invariable la posición
de su centro de gravedad. De aquí que si multiplica
mos la masa del arma, que tiende a retroceder, por
la velocidad de este retroceso, ese producto será igual
al de la masa del proyectil multiplicada por su velo
ddad, más la masa de los gases de la pólvora multi
plicada por la suya (la velocidad de los gases es bas
tante superior a la del -proyectil). Por tanto, lla
mando
M
Masa del arma.
Velocidad de retroceso del arma.
= Masa del proyectil.
Velocidad inicial del proyectil.
=Masa de la carga de pólvora.
Velocidad de los gases y partículas de
la carga.
=
y
=
mp
=
rn
=
podemos establecer:
M
.
y
=
mp V0
.
+.flic
.
¡7’
CUADROJEORPALDECARACTERrSTIOAS
DELPSDITAS
}D3RICIOEES
gramos y la aceleraciónde la gravedad
en m/seg’ y V en m/seg. Pues bien,
Mao;
7—65
después de una serie muy minuciosa
1r
CEI
de experiencias, los alemanes llegaron
,a
la conclusión de que, para un arma
un
9,9
7,92
7,02
7,92
7,62
ial o
r
9,3
2,1
6,8
12,8
de cuatro kilogramos de peso, el im
9,3
»6l varo
0,4
1,2
1,8
2,9
Z9
pulso de retroceso no debe ser superior
gr
12,3
17,3
12,0
27,4
24,0
a O’75 Kg. x seg., sise quiere que el
la balo
un
16,0
25,5
46
35
29
tirador pueda mantener su arma enca
aa
33,3
47,8
74
00,4
71,1
rada al blanco, disparando en ráfagas.
ial
u/a
372
685
800
850
755
boca
58,5
kpn
194
222
367
A esta condicióndebe pues supeditarse
342
retreceso kis 0,33
C,71
0,74
1,26
1,13
cualquier desarrollo de munición que
u.
13
k3a
37
71
186
120
se
haga para un fusil de asalto. De lo
a,
kgu
25
88
40
contrario, esta arma perderá su verda
rara bien—
altura;
dera significación,y toda la teoría que
a
21
66
500
500
500
le ha servido de base, y de la cual ha
a
27
4
34
nacido, caerá por tierra.
6 00 a
cm
ai..35O
170
17
La munición que desarrollaron los
alemanes para su primer fusil de asal
Es difícil determinar la velocidadde los gases y de to, llamado MP-44, fué una cuyo impulso de retro
las partículas de pólvora que salen sin acabar de ceso era de 0,71 Kg. x seg. Las demás características
arder. Por esto se ha determinado un coeficiente ex de esta munición pueden verse en el cuadro general
perimental, de valor 1,3, por el que se multiplica la de características que se acompaña.
masa de la carga de la pólvora, se suma este proLa bala era de estructura corriente, con envuelta
producto a la masa del proyectil y se considera, ya de latón o bimetal—como la mayoría de las alema
que esta masa total sale animada de la velocidad y0. nas—y núcleo de acero almohadillado con plomo.
La fórmula defintiva será, pues, expresando ya pesos La pólvora, de excelentecalidad, era de nitrocelulosa
en lugar de masas:
muy alta en nitrógeno, de grano perforado, en forma
de diminutos macarroncitos, y con una gran densidad
P=
Peso del arma.
gravimétrica. La poca longitud del cartucho permitía
p = Peso del proyectil.
cargadores estrechos, poco recorrido del cierre y que
c = Peso de la carga de pólvora.
el tirador pudiera llevar consigo una gran cantidad
de munición.
Con esta munición se hizo un gran avance, gracias
P
+1,3c
.o=[1]
principalmente a las buenas cualidades de su pólvora.
g
g
El cartucho sólo pesaba 4,5 g. más que el de 9 mm.
y, sin embargo, su potencia no podía ya com
El tirador tiene, naturalmente, ue absorber una largo,
pararse con la de aquél. Se había pasado ya de la
energía, la de retroceso del arma, y sería más exacto munición de pistola—que no otra cosa es la de 9 mm.
determinár ésta en cada caso para estudiar las reac largo o Parabellum—a otra intermedia, con muchas
ciones en el disparo. Pero de lo que se trata es sim
plemente de tener una magnitud, sencilla de obtener, más posibilidades. Basta, para darse cuenta de esto,
de tipo comparativo y que dé suficiente idea del com comparar entre sí los valores de energía en boca,
a 500 m. y espacio batido hasta 500, de las
portamiento del arma. Para armas de igual peso y energía
balas
de
9 mm. largo y MP-44, en el cuadro general
análogas características, los resultados a obtener en
de
características.
el tiro pueden preverse si se conoce el impulso de
Sin embargo, con la munición del MP-44 el alcance,
retroceso de su munición.
como se ve, era todavía pequeño y la rasancia tam
Por eso los alemanes calculaban esta magnitud ha bién escasa. Fué un desarrollo realizado en plena
ciendo uso del segundo miembro de la fórmula [1]; guerra y que respondía además a unas ideas tal vez
que llamando ¡ al impulso, quedará:
demasiado radicales, como contrapartida a las cuali
dades balísticas de las armas entonces en uso, con
cualidades inútilmente elevadas.
g
A base de esa munición, la idea de que el fusil de
asalto alemán MP-44 sustituyera a los mosquetones
Para una munición determinada, todos los factotes y a las pistolas ametralladoras, resultaba demasiado
que entran en la fórmula son conocidos y el valor, ambiciosa.
como se ve, muy fácil de hallar.
En la posguerra, muchas naciones se han preocu
En esta fórmula, el resultado vendrá expresado en pado de este problema del fusil de asalto. En los dis:
Kg x seg., siempre que expresemoslos pesos en lçilo tintos desarrollos que se han llevado a cabo, en In
i
—
—
—
—
—
—
-
5
Trayecforis ckd,.vitaa ha/aadfus//para
una¿ 9na/a de óOOm.
Oistanc/as
Eacda vertical /00 vecesnayor viiela ñcrizontal
glaterra, Bélgica, Estados Unidos y Francia, princi
palmente, se ha visto siempre la misma pugna—más
o menos encubierta—entre los proyectistas, que pre
tendían mantener la potencia de la munición dentro
de límites admisibles para que el tirador pudiera
soportar el disro en buenas condiciones,y los usua
rios del arma, que, aun reconociendoque la potencia
y alcance de sus armas clásicas eran excesivas y so
brecargaban al soldado e incluso a la economía na
cional inútilmente, se resistían, sin embargo, a la hora
de examinar un proyecto, a que el arma presentada
disparase una munición menos potente que la hasta
entonces empleada.
Los inglesesdesarrollaron en 1950-51una munición
de calibre 0,28” (7,1 mm. aprox.), con la cual preten
dían ya sustituir la del mosquetón e incluso la de los
fusiles ametralladores.
Era una munición más potente que la del MP-44;
pero sus mejorescualidades en cuanto a rasancia y al
cance eficaz, las conseguía, entre otras razones, por
la disminuciónde calibre, desde 7,92 mm. a 7,1 mm.;
y eso es, precisamente, por lo que Francia y Norte
américa se opusieron a la citada munición inglesa.
En Estados Unidos, el criterio de los Estados Ma
yores fué inflexible: no se admitiría ninguna muni
ción cuya energía en boca no alcanzara, por lo me
nos, los 300 kgm., y cuyo calibre fuera inferior a
0,300” (7,62 mm.).
Con este criterio, que prevaleció por encima de la
opinión e informe de los técnicos, se falseó, a nuestro
modesto entender, la idea básica del fusil de asalto. Si
por una parte este fusil ha de ser el arma individual
del soldado y como tal, no rebasar sensiblemente los
cuatro kilogramos de peso; y por otra, la potencia de
su munición es tan elevada como el Estado Mayor
americano exige, el tirador no podrá controlar sus
disparos cuando haga fuego por ráfagas; el arma así
será una solución de compromiso, con más inconve
nientes que ventajas y el alcance eficaz, que se pre
tendía aumentar por la energía remanente de la bala
quedará disminuidopor la falta de precisión en el tiro.
6
Como consecuencia de
este criterio, y buscando,a
pesar de todo, un cartucho
más ligero y más corto que
el reglamentario americano
para el fusil Garand M-1,
se desarrolló el cartucho.
que fué denominado T-65.
El cartucho primitivo
T-65 tenía una bala plana
por su parte posterior, y
sus condiciones balísticas
no eran demasiadobuenas.
La pólvora era del tipo es
feroidal, con densidad gra
,
/
vimétrica
elevada, que per
mitió reducir bastante el
tamaño de la vaina, dentro
de que ésta, naturalmente, seguía siendogrande dada
la energía exigida al disparo.
Los belgas desarrolaronun cartucho, bajo la denomi
nación de PP-77,igual externamente al americanoT—65,
pero con una bala de trazado aerodinámico,con la cual
consiguieron mejorar bastante la rasancia de trayecto
ria y la energía remanente a distancias largas. Conser
varon el mismopeso de la bala, 9,3 g., pero pusieron
un núcleo de plomo en lugar del de acero que tenían
los americanos, pensando en una posible escasez del
plomo. Conservaron el tipo de pólvora esferoidal.
En los primeros meses de ‘1953, la prensa de casi
todo el mundo dió noticias sobre unas pruebas de
fusiles que se llevaban a cabo en Inglaterra. En rea
lidad, lo que se ventilaba allí era la munición a em
plear, más que las armas; aunque los distintos países
tenían también interés en mostrar sus armas, es com
prensible que pensaran que cada cual se fabricaría
las suyas, siempre que dispararan en cambio la misma
munición. Los resultados fueron al parecer favora
bles a la munición belga PP-77, ya que, teniendo su
bala mejor trazado que la americana, se adaptaba,
además, mejor que la inglesa, a las exigencias mili
tares antes mencionadas de los Estados Unidos.
Norteamérica mejoró entonces su bala, dándole
también forma aerodinámica, aunque conservando el
núcleo de acero y, por supuesto, el mismo peso.
Con ello, hoy día se tiene una munición que es el
cartucho T-6. mejorado y que se fabrica, bien con
bala de núcleo de acero, o de plomo, pero que esde
características en todo semejantes.
Por este cartucho—y no por fusil alguno—es por
el que la NATOse pronunció hacia fines del año 1953.
Por el cuadro general de características puede
verse las escasas ventajas que, en cuanto a disminu
ción de peso y longitud total, presenta el cartucho
T-65 frente a nuestro reglamentario Mauser con bala
PP; siendo en cambio de características balísticas
para distancias largas, notablemente inferiores a él,
como puede apreciarse también por el citado cuadro
y por el gráfico de trayectorias (fig. 1).
Así y todo, el mayor inconveniente de este cartu
cho patrocinado por la NATO es, como queda dicho,
su elevado impulso de retroceso.
Para que el arma fuera estable disparando con esa
munición, de potencia no demasiado alejada del car
tucho Mauser reglamentario, sería necesario que su
peso fuera de unos 7 a 8 Kg.; es decir, de un orden
no muy alejado tampoco de los actuales fusiles ame
tralladores que disparan la munición Mauser. Esto
no podía menos de ser así, ya que se comprenderá
que los proyectistas del mundo entero, no llegaron
por capricho, en sus fusiles ametralladores, a ese peso,
sino porque así lo exigía la munición a emplear en
ellos.
En el dilema de, o tener una munición potente, de
gran alcance eficaz y gran poder de penetración, aun
con los inconvenientes que ello lleva consigo, o con
tentarse con menos alcance—suficientepara el com
bate
de la yInfantería—en
por
la ligereza
comodidad delbeneficio
arma y del
sus infante,
municiones,
se ha pretendido llegar, con la munición T-65, a una.
solución de compromiso,que no llena en realidad ni
una ni otra aspiración.
En España,
el problema
fué planteado
términos
análogos,
aunque
no exactamente
iguales;enpero
se ha
solucionado, en cambio, por un camino totalmente
diferente.
Se exigía desarrollar una munición para un arma
de cuatro kilogramos de peso; con un alcance eficaz,
en cuanto a energía remanente, rasancia y precisión,
de hasta 1.000 m., tanto tiro a tiro como en ráfagas.
Estas exigenciasson muy duras. Es fácil desarrollar
una munición con ese alcance eficaz si el impulso de
retroceso se mantiene elevado; pero entonces no se
cumple la condición, como ya tantas veces hemos
repetido, de que el arma tenga buena precisión en el
tiro por ráfagas. Es fácil. también obtener una muni
ción con poco impulso; pero esto ha de ser a costa
de disminuir el peso de la bala, de bajar la velocidad
inicial, o de ambas cosas simultáneamente. Con una
bala poco pesada de alguna de las formas hasta
ahora conocidas,se pierden rápidamente la velocidad
y energía remanentes. Con poca velocidad inicial no
hay rasancia de trayectoria.
Sin embargo,con
se ha
compaginar
todasdeestas
características
unalogrado
munición—el
cartucho
nú
cleo ligero CETME de fabricación española—conuna
vaina bastante corta y una bala de tipo que se aparta
completamente de las formas usuales.
Dicha bala tiene una longitud de 5,8 veces su ca
libre, proporción qué no alcanza ningún otro proyectil
correspondiente a las armas portátiles existentes en
el mundo. Su velocidadinicial es de 820 mseg. y está
en el límite superior de las usuales para fusiles. ¿Cómo
mantener bajo el impulso de retroceso, a pesar de
esa elevada velocidad inicial? Rebajando el peso de
la bala y el de la pólvora, que había de tener carac
terísticas especiales, Esta doble condición exigía a
su vez:
En cuanto a la bala, unas extraordinarias carac
terísticas de forma para que no perdiera demasia
da velocidadhasta los 1.000metros de alcance exi
gidos.
En cuanto a la pólvora, unas cualidades también
excepcionales, ya que tenía que llevar poca carga
en favor de la impulsión; no alcanzar demasiada
presión, en favor de los espesores del cañón y ro
bustez en general, de las piezas; debía quemar en
un tubo bastante corto y con una bala muy lige
ra; por último, debía dar a esa bala una veloci
dad de por encima de 800 m/seg.
El problema de la bala pudo solucionarse gracias
a una inteligente repartición de masas que permitió
darle la longitud antes indicada, consiguiendoademás
una estabilidad nada corriente a lo largo de toda su
trayectoria. Como se ve en la. figura 2, la bala tiene
un núcleo de aluminio y una camisa inconipleta de
latón. De esta forma, por ser la zona periférica de
mayor densidad, se favorece el momento de giro es
tabilizador; por otra parte, al estar esa camisa más
densa hacia la parte del centro de gravedad y centro
de empujes, se evita el movimiento perturbador de
cabeza y se asegura que una bala tan larga no tenga,
sin embargo, peligro de voltear.
En la citada figúra, en que están representados a
escala los distintos cartuchos, puede apreciarse cómo,
con una vaina mucho más corta que la del T-65, el
cartucho CETME alcanza casi la misma longitud que
el Mauser con bala PP, a causa de la gran longitud
de su bala ligera.
La pólvora representó un problema bastante arduo,
ya que con los tipos de corriente de fabricación en Es
paña no podía solucionarse.Para tener previstos todos
los caminos y no retrasar el desarrollo de la munición,
se hizo el encargo simultáneamente a la Fábrica Na
cional de Granada y a dos Sociedades extranjeras, de
conseguir una pólvora adecuada. Una de las dos So
ciedades extranjeras citadas rechazó el encargo por
considerarlo demasiado exigente. Del otro país se
empezaron a recibir una serie de muestras que se iban
acercando a nuestras aspiraciones, pero sin llenarlas
por completo.
En este punto, la Fábrica de Granada—quehabía
recibido el encargo con retraso, por razones que no
son del caso, y que además había tenido que pre
parar un utillaje especial—enviósu primera mues
tra Esta estaba más cerca de las condicionesexigi
das que ninguna de las recibidas del Extranjero. Ante
este éxito de la citada Fábrica Nacional, se abandonó
ya la traída de pólvora de fuera y al poco tiempo se
podían ya cargar la primera serie de cartuchos con
una pólvora encajada en características y de exce
lentes condiciones.
Cuando se empezaron a realizar las pruebas de.es
tabilidad y precisión con esta munición, se pusieron
inmediatamente de manifiesto sus excepcionales ca
racterísticas, Con el mismo impulso de retroceso que
—
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ÓCVm JEOcnz .Die,oeiejcwa ÓCV,z’
Di.cpersion
a 6Vm
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tenía la primitiva munición alemana del MP-44, esto
es, con la misma facilidad de mantener el arma apun
tada disparando en ráfagas, se había duplicado prác
ticamente el alcance eficaz, pasando de 500 m. a
1.000 m. En efecto, a esta distancia vemos, en el
cuadro general de características, que la energía re
manente de la bala ligera CETME es aún de 25 kgm.,
más que suficiente para poner fuera de combate a
un hombre y capaz de perforar prácticamente—corno
se ha demostrado—cualquier casco de acero de los
reglamentarios en los distintos países, o también al
rededor de 15 cm. de madera de pino. Por otra parte,
a esa distancia de 1.000 m., puede garantizarse que
un tirador ejercitado, con una duración de fuego de
sólo un segundo, sobre un blanco humano, tiene una
probabilidad del 50 por 100 de obtener por lo menos
un impacto; es decir, el arma es verdaderamente
eficaz hasta 1.000 m.
Para hacer resaltar esto de una manera gráfica,
presentamos en la figura 3 tres blancos siluetas de
tipo americano y de análogas dimensiones. Las dos
de la izquierda, son una reproducción de las apareci
das en el número de febrero de 1952 de la Revista
norteamericana “United State Force”;’lade la derecha
reproduce otra silueta, después de disparar sobre ella
en el Polígonode Carabanchel.
Todas elIashan sido obtenidas con la mismaprueba
8
P.R
Calibre
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Peso de/cap/ticho
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29.,
Vehcidacl,»kyál
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feó»c/6O4rnz
flecha trayectoria ó?m /08o,
Diapere/ona 600,s
1/Oca,
de tiro; un minuto de fuego, tiro a tiro, a o0 yardas,
con el arma libremente apoyada. En la figura puede
apreciarse que en las siluetas americanas, que pre
senta la Revista para demostrar la mejor agrupación
y mayor número de impactos obtenidos con la muni
ción T-65 en comparacióncon el Garand M-’l,hay in
incomparablemente menos impactos que en la silueta
española, conseguida con la munición CETME dispa
rada con el fusil de asalto de la misma procedencia.
En esta última silueta pueden contarse alrededor de
80 impactos, doble aproximadamente de los que se
aprecian en la mejor de las dos americanas. Tiros
análogos al reproducido en la figura 3 se han obte
nido en el Extranjero en pruebas realizadas con el
fusil, de asalto español. En junio de 1954, durante
unas pruebas oficiales en el Polígono de Tiro de
Aberdeen, en Maryland (EE. UU.), un buen tirador
de aquel Polígono, pero que empleaba por primera
vez nuestra arma, llegó a hacer 72 disparos en el mi
nuto de fuego, teniendo que utilizar para ello tres
cargadores y obteniendo sobre la silueta también 72
impactos. En Alemania, en enero de 1955, se hizo
una prueba análoga en el Campo de Tiro de Policía
Federal de Fronteras (Grenzschutzpolizei),realizando
los disparos personal aficionado,ya que no se disponía
de ningún tirador profesional.Sin embargo, se llegaron
a conseguir
jiradasen un minutode 64 disparos con
62 impactos sobre la silueta, tiro a tiro, y 124 disparos
con 110 impactos, tirando en ráfagas.
La rasancia de la trayectoria, elemento decisivo
para la eficacia de las armas portátiles, es también
muy notable en esta munición. Hasta 500 ni. su rasancia es casi igual al del cartucho Mauserreglamentario
con bala PP; y a los 800 m. tiene aún una zona batida
de más de 50 m., para un blanco de 1 m. de altura.
Han sido puestos, sin embargo, ciertos reparos de
tipo político a esta excelente munición, a causa de
su estructura, de envuelta incompleta. Por ello se
está experimentandoactualmente, con éxito, una nue
va versión, también española, de esa misma munición,
en boca y ninguna presión máxima; quien tiene todo
esto es la munición. Es lamentable oir, incluso a pro
fesionales, citar armas automáticas que disparan mu
nición de pistola de 9 mm. de largo o Parabellum, re
lacionándolas y comparándolas con las armas del tipo
fusil de asalto que venimos comentando. Esta es la
única razón de que, en el cuadro de características
que ilustra este trabajo, hayamos hecho aparecer una
munición tan distante de la. de los fusiles de asalto.
Esta distancia en las características tenía que pre
sentarse en una munición de pistola y proyectada
para pistola, cuyo rendimiento ha de ser siempre
escaso, sea cual fuera el arma cn que se la dispara.
Fig. 3.
1.
2.
.—Impactos conseguidos a roo yardas, en. r minuto de fuego,
tiro a tiro, con cartucho y fusil Garan.d M-r.
z.—Con cartucho T-65.
i
que salva el inconveniente y conserva. sus buenas
cualidades. Pero por estar en período experimental
no nos es dado aún publicar sus características.
A lo largo de estas breves consideraciones,hemos
procurado hacer ver que las características balísticas
de un arma se las da la munición que dispara. Nunca
se insistirá suficientemente sobre este punto. Cuando
se presenta un arma portátil a la consideraciónde un
profesional, lo primero que debe éste inquirir es la
munición que dispara. Sin este requisito es imposible
enjuiciar el arma; sabiendo, en cambio, la munición
que dispara, ya puede saberse, poco más o menos, el
rendimiento balístico que se va a obtener. Las armas
no tienen ninguna ve1ocida inicial, ninguna energía
3.
3.—Idónhica vueba con cay
hucha y fusil de asalbo
CETME.
En el cuadro general se advierte la ausencia del
dato sobre energía remanente a 1.000 metros, así
como espacio batido a esa misma distancia, para las
municiones de 9 mm. largo y MP:44. Ello es debido
a que estas municionesno pueden, ni remotamente,
emplearse a esas distancias. El espacio batido a 1.000
metros, para munición CETME, es todavía muy pa
recido al del T-6, a pesar de tener un impulso de
retroceso casi mitad de aquél. La dispersión a 600
metros para el MP-44 no se conoce,porque los propios
alemanes no realizaron pruebas a esta distancia por
considerar la munición inadecuada para ello; este
mismo dato para el T-65 se omite en el cuadro por
no disponer de datos sobre ello.
9
Concurso
depremios
a loscolaboradores
deEJERCIT
queregirádesdeIdeenerohasta31dedici
Para estimular y recompensar los trabajos de los colaboradores de EJERCITO, el Excelen
tísimo señor Ministro del Ejórcito ha dispuesto se establezcan, con cargo a la Revista, en el pe
ríodo de tiempo comprendido entre 1 de enero de 1955 y 31 de diciembre del mismo año, premios
en el número y cuantía y para los grupos que a continuación se expresan:
1.—ESTUDIOS GENERALES SOBRE MANDO Y E. M., ESTRATEGIA, TÁCTICA, LOGIS
TICA, ORGANIZACION, MOVILIZACION y ECONOMIA.—Premios: uno de 2.500 y otro
de 2.000 pesetas.
11.—ORGANIZACION, EMPLEO, ARMAMENTO Y MATERIALES DE LA INFANTERIA.—
Un premio de 2.500 pesetas.
111.—EMPLEO TÁCTICO, ARMAMENTO, MATERIALES Y ORGANIZACION PARTICULAR
DE LAS ARMAS (exceptuada Infantería).—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas.
IV.—SERVICIOS.—Uii
premio de 2.500 pesetas.
V.—INGEMERIA
DEL ARMAMENTO Y LA CONSTRUCCION Y ELECTRICIDAD.—Un
premio de 2.500 pesetas.
VI.—ESTUDIOS DE PSICOLOGIA Y MORAL MILITAR. PEDAGOGIA DE LA EDUCACION
E INSTRUCCION.—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas.
VII.—CUESTIONES
setas.
DE GUERRA NUCLEAR, AEREA Y NAVAL.—Un premio de 2.500 pe
VllI.—ARMAS Y DEFENSA C.C., ARMAS Y DEFENSA A.A.—Dos premios de 2.500 pesetas.
IX.—CUESTIONES RELATIVAS A PARACAIDISMO Y A FUERZAS AEROTRANSPORTA
DAS.—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas.
X.—RISTORIA.——Un premio de 2.500 pesetas. Artículos referidos a un caso concreto.
REGLAS
•
PARA LA REALIZACION
DEL CONCURSO
1.a Tendrán derecho a tomar parte en este concurso todos los trabajos publicados en la Re
vista entre las fechas de 1 de enero de 1955 y 31 de diciembre del mismo año.
2.
Los trabajos serán enviados al Director de la Revista, quien elevará al Estado Mayor
Central la correspondiente propuesta de premios, precisamente en el mes de enero de 1956.
3•a Está dispuesto en el artículo 12 de la Or4en Ministerial de 4 de enero de 1951 (D. O. nú
mero 23) que el premio de un trabajo de la Revista autoriza a la anotación correspondiente en la
Hoja de Servicios del autor.
4& Debiendo procederse a pagar las remuneraciones corrientes de colaboración por los tra
bajos publicados inmediatamente después de su aparición, sin esperar a la concesión de los pre
mios, éstos serán, abonados en su día sin descontar la cantidad percibida anteriormente en con
cepto de colaboración.
lo
EL CABALLOY EL MOTOR
MEDIoS
DE ACCIdN DE LAABALLERIA
General de Brigada de Caballería EMILIO LÓPEZ DE LETONA.
LAgran
Caballería
ha sufridoporque
en estos
últimos
tiempos
una
transformación,
para
conservar
nuestra
característica principal, la velocidad, hemos tenido ne
cesidad de recurrir al empleo del motor, ya que la velo
cidad que nos proporciona el caballo es hoy día insufi
ciente para poder cumplir con eficacia muchos de nuestros
tradicionales cometidos.
¿Quiere esto decir que tenemos que prescindir en ab
soluto del caballo? De ninguna manera, porque por mu
cho que se perfeccionen los medios mecanizados y blin
dados, no dejarán de encontrar limitaciones para su
empleo en la naturaleza del terreno, que, en definitiva,
es el que manda y al que hay que adaptarse y será el
que indique, en unión de la misión a realizar, qué clase
de Unidades, montadas, mecanizadas o blindadas, ha
brán de emplearse para obtener el mayor rendimiento.
Desde luego el empleo de las unidades mecanizadas y
blindadas tiene su terreno apropiado. Cuando éste sea
llano o no excesivamente quebrado, los escuadrones me
canizados y blindados encontrarán el medio ideal para
emplearse a fondo y bbtener el máximo aprovechamiento.
Si el terreno es muy quebrado, se prestará a la
ocultación de partidas enemigas, que fácilmente podrán
pasar inadvertidas a los reconocimientos si éstos se rea
lizan con medios mecánicos. Estas partidas que se ocul
tan a los reconocimientos son las que, generalmente,
tienen la misión de realizar actos de sabotage, como co
locación de petardos en los puentes, vías del ferrocarril,
etcétera. Por tanto, es indispensable que el reconoci
miento de esta clase de terrenos sea muy minucioso y
detallado, y para esto la Caballería montada es insusti
tuible, pues el caballo es el elemento más apto para el
reconocimiento en detalle.
Por otra parte, el terreno muy quebrado presentará
a las Unidades mecanizadas y blindadas muchas dificul
tades para desenvolverse, en mayor o menor grado según
su naturaleza, pudiendo llegar hasta ‘el caso, incluso,
de ser prohibitivo su empleo.
Al principio de la campaña de Rusia,- en la pasada
guerra mundial, en cuanto los alemanes rompían el
frente, se lanzaban inmediatamente a la persecución va
liéndose de sus formaciones blindadas, consiguiendo la
captura de un gran número de tropas rusas, y los éxitos
se sucedían continuamente; pero cuando llegó el invierno
y el agua y el barro hicieron impracticable el terreno
para las Unidades blindadas, como los alemanes no tenían
caballería a caballo, se veían obligados a renunciar a la
persecución y tenían que dejarse ir al enemigo sin re
coger el fruto de la rictoria, pues bien sabido es que no
hay victoria completa sin persecución.
Más tarde, cuando el signo de la guerra cambió a favór
de los rusos, éstos, con sus grandes masas de jinetes—se
calcula que hubo en Rusia 60 Divisiones de Caballería—
apoyados por Aviación, emprendieron enérgicas perse
cuciones, siendo un ejempló de los más típicos la reali
zada cuando la retirada de las tropas alemanas del
frente de Kalinin, retirada que el empuje de la Caballería
rusa convirtió en un verdadero desastre. Los rusos decían
que el martillo eran sus carros de combate y la hoz la
Caballería a caballo.
En la campaña de Italia, igualmente, cuando la reti
rada de las tropas del Eje en la región de los Apeninos,
la persecución estuvo a cargo de escuadrones a caballo
norteamericanos, porque las Unidades blindadas encon
traban muchas dificultades para maniobrar en aquella
región, viéndose obligados los americanos, ante la falta
de caballos, a requisar los de todas las granjas.
Un general americano de los que más se distinguieron
en la pasada guerra mundial, el general Patton, proce
dente de Caballería, excelente jiñete y gran concursista,
al que por cierto se debió la salvación de los caballos de
la famosa Escuela Española de Viena, el General Patton,
decimos, que conquistó merecida fama después del des
embarco en Francia, por sus fulminantes avances al
frente de Unidades blindadas, decía al terminar la gue
rra, refiriéndose a las operaciones que tuvieron por re
sultado la ocupación de Túnez y Sicilia:
“Si hubiéramos tenido una División de Caballería a
caballo en Túnez y Sicilia, no se hubieran podido esca
par los alemanes.”
Se deduce de esto, en consecuencia, que si bien la
mecanización de la Caballería es completamente indispen
sable, asimismo es necesario disponer de Unidades mon
ladas, para que del empleo oportuno y juicioso de ambas
partes se pueda lograr un todo armónico y eficaz. Es
decir, que así como en terreno montañoso, accidentado
y con pocas comunicaciones, es insustituible la Caba
llería a caballo, porque tiene más libertad de movimien
tos, cuando el terreno no ofrezca estas características
tendremos que utilizar el motor, conservando de este
modo lo que pudiéramos llamar /e de vida de la Caballe
ría, esto es, ser el Arma más rápida de todas las terres
tres, pues es en esta rapidez en lo que se funda la efica
cia de nuestras intervenciones.
Actñalmente) el carro de combate debe considerarse
—aparte, claro está, de su empleo en misiones de acom
pañamiento de la Infantería—como el verdadero ele
mento de acción de la Caballería moderna. Para la Ca
ballería, los blindados de reconocimiento, y carros de
combate son, ante todo, motor; las demás Armas bus
carán principalmente en los carros protección y arma
mento, es decir, coraza y cañón; la Caballería, sin des
preciar esto, ni mucho menos, busca ante todo veloci
dad, o sea motor.
A todos’ nos ha dolido mucho el tener que compartir
con el motor las atenciones y cuidados que dedicábamos
al caballo; pero no hay más remedio que prescindir de
sentimentalismos y estar en la realidad, y la realidad nos
dice que la Caballería ha sido siempre por excelencia el
Arma de la velocidad y debe continuar siéndolo, porque
las Armas se definen por las misiones que tienen que
cumplir, no por los medios de que se valen para ello;
los medios, por la natural evolución del progreso y de
los tiempos, cambian, pero las misiones no; siguen siendo
las. mismas.
El caballo tiene para nosotros, sobre todo, una signi-,
ficación muy especial y muy íntima, pues es el que forma
lo que constituye nuestro resorte espiritual, el tradicio
nal espíritu propio del Arma, espíritu que si bien se ad
quiere por la práctica constante’ del caballo, no por ello
•
11
es exclusivo de la Caballería montada, pues lo mismo
pie a tierra que a caballo o en carro de combate, el es
píritu jinete de la Caballería, hecho de audacia y abne
gación, de sacrificio .y disciplina, es el que impulsa todos
nuestros actos, constituyendo el distintivo más acusado.
de nuestra personalidad y la mayor gloria del Arma.
Justo es confesar que al principio esto de los motores
y olor a gasolina en Caballería no nos hacía ninguna
gracia; pero meditemos serena y desapasionadamente y
tendremos que reconocer que los nuevos medios emplea
dos—vehículos ligeros T.T., blindados de reconocimiento
y carros de combate—proporcionan a la Caballería un
aumento de velocidad y potencia de fuego que se tra
duce en ampliación de sus posibilidades de reconoci
miento y combate, posibilidades que casi habían des
aparecido al no disponer más que del caballo, pero que
se han recuperado por completo y aun con ventaja,
gracias al empleo del motor, que abre nuevos y amplios
horizontes al Arma para el cumplimiento de sus misiones
eternamente clásicas.
Conservemos, pues, el amor al caballo, que utilizare
mos cuando la naturaleza del terreno así lo exija y al
mismo tiempo estemos firmemente persuadidos de la
extraordinaria importancia que tiene para nosotros el
empleo del motór, pues él ha sido el factor que más ha
influido modernamente en la Caballería para aumentar
sus posibilidades y será también el motor con el que el
Arma renovará sus gloriosas tradiciones.
El empleo de los medios mecanizados y blindados en
Caballería ha traído como consecuencia la necesidad de
que todos los jefes y oficiales del Arma entiendan de
motores tanto como de caballos, y así como tratándose
de estos no basta con saber montar, sino que es preciso
también conocer los preceptos higiénicos y de alimenta
ción que es necesario observar para la mejor conserva
ción del caballo y al mismo tiempo obtener su máximo
rendimiento, del mismo modo respecto a los vehículos
autómóviles no es suficiente saberlos conducir, sino que
los motores requieren asimismo una constante atención
y abundantes cuidados y conocimientos técnicos para
tenerlos siempre en perfecto estado de servicio.
Claro está que estos conocimientos técnicos que deben
poseer todos los que pertenecen al Arma, clases de tropa,
Oficiales, Jefes y Generales, no tienen el mismo grado
de necesidad para todos ellos. En la base de esta escala
jerárquica, los conocimientos técnicos necesarios son de
orden práctico; en la cúspide, por el contrario, son de
orden teórico y pueden no consistir más que en genera
lidades sobre la potencia de los materiales y su rendi
miento pósible en el tiempo y en el espacio.
Concretando aún más sobre la naturaleza de estos co
nocimientos técnicos, puede decirse que los Jefes y Ofi
ciales deben saber la técnica práctica del material que
de ellos depende, mientras que a los Generales les es su
ficiente poseer una técnica superficial porque tienen a
su lado consejeros para completar su conocimiento sobre
las posibilidades del material y no tienen que preocu
parse de multitud de detalles.
El motor ha influido en la Caballería de un modo de
cisivo, influencia muy lógica, pues si el motor ha aumen
tado la velocidad de todas las tropas y del Ejército en
general, con mayor razón tiene que influir en el Arma
cuya característica básica es la velocidad, por lo que
resulta que a quien más ha beneficiado el empleo del
motor es precisamente a la Caballería, porque, siendo
esencialmente velocidad, en ella encontrará el motor su
máxima aplicación.
La naturaleza del terreno y la misión a desempeñar,
determinarán en cada caso la clase de Caballería a em
plear, montada, mecanizada o blindada, modalidades
que únicamente se diferencian en la utilización del ca
ballo o motor, pero que todas han de poseer el mismo
espíritu propio del Arma,
f
12
c._...
Desemlbai»eo e1 JVorm8Ii(lia.
El ¿h B eij las playas ¿e OP/a/ja,(joid, Juqo ySwoirl
General de División CARLOS RUBIO LOPEZ-GUIJARRO, Director
General de Reclutamiento y Personal, y General de Brigada de Infan
tena ALBERTO RODRIGUEZ CANO-MARTINEZ, de la División 52.
E
esta estudio
Revista es
concontinuación
titulos similares
de los
en los
publicados
números
mayo, agosto y octubre del año pasado.
STE
en
de
En el último de ellos vimos cómo se desarrolló la ac
tuación del C. E. VII americano, que desembarcó en la
playa de Utah precedido de un desembarco aéreo. Ahora
estudiaremos el desembarco del resto de las tropas aijadas
en Normandía, dedicando especial atención a lo ocurrido
en la Playa Omaha.
muy fuertes y la inclinación de aquélla suave, la marea
baja en época de mareas vivas deja al descubierto
unos 270 metros, muy peligrosos para la Infantería que
tuviese que recorrerlos bajo el fuego de la defensa. Si
el desembarco se iniciaba en la marea alta, como gran
parte del desembarco se habíade hacer en su descenso,
DESEMBARCO EN LA PLAYA OMAHA
Aunque en líneas generales hemos descrito las carac
terísticas del terreno en donde desembarcaron las fuerzas
aliadas, es preciso detenerse a detallar la Playa Omaha.
Esta tiene una extensión de 6.500 metros entre Pointe
et Raz de la Percée y el E. de Le Grand Hameau (ver
plano n.° 1). En los extremos, la Playa está limitada por
acantilados.
Hacia tierra, por un malecón de pedruscos
de unos 12 metros de anchura; en el sector de Viervilie,
el ripio se apila contra un muro de contención, parte de
mampostería y parte de madera; en el resto de la Playa
no hay muro de contención, y el malecón se apoya en
una línea de dunas. Ni este malecón ni las dunas podrían
ser atravesados por vehículos. Detrás de la playa se
elevan unos escarpados en forma de escalón de 30 a 50
metros de altura, que se unen en los extremos de la
playa con los acantilados que forma la costa al este y
oeste de la playa.
Todo este bloque de malecón, dunas y acantilados
está cortado por cinco barrancos o pasos: el primero,
en Vierville-sur-Mer; otro, en Les Moulins; el tercero,
que se reúne con el anterior en St.- Lourent-sur-Mer;
un cuarto, que llega a Golleville-sur-Mer, y, por fin, el
quinto, que llega a Le Grand Hameau. Los cuatro pri
meros estaban en inmejorables condiciones, y el quinto
era sólo un paso sobre el escarpado, susceptible de ser
acondicionado para vehículos.
Respecto a la playa misma, como las mareas son
Planos
Dibujos
de los autores.
de ¡a Revista
norteamericana
Officers’ Cali.
13
=
se corría el riesgo de que las lanchas de desembarco
quedasen varadas. Por otra parte, en la zona inglesa,
la marea baja deja al descubierto escollos peligrosos.
Por eso y otras razones que ya apuntamos en los ante
riores artículos, se fijó la hora H en una hora después
de la baja mar, o sea para el día 6, a las 6,30 de la ma
ñana.
Volviendo a los pasos de salida de la playa, fueron
considerados igualmente importantes por los defensores
y por los atacantes. Los alemanes acumularon en ellos
sus defensas, como puede verse en los nidos de resis
tencia y puntos fuertes señalados en el plano, y los
atacantes prepararon su fuego de apoyo contra ellos.
El plan americano preveía que los pasos quedarían
abiertos al tráfico lo más tarde a las H más 2, precisa
mente cuando se suponía que la mayor oleada de ve
hículos estaría desembarcando.
14
Las defensas alemanas consistían en elementosde re
sistencia constituidos por posiciones erizo con algún
arma pesada; la mayor parte de las posiciones eran de
hormigón. En algunos sitios estos nidos de resistencia
(como los llamaban ellos) se reunían formando un punto
fuerte, que venía a ser semejante a nuestro punto de
apoyo; tales puntos fuertes disponían de armas pesadas,
estaban rodeados de alambradas y contaban con una
pequeña reserva para contraataques.
La organización de nidos de resistencia y puntos
fuertes se ven en los planos adjuntos, en donde igual
mente se han situado las baterías de costa, en realidad
bastante escasas. Hay que tener presente que ésta no
era toda la Artillería de que disponían los alemanes,
porque la de campaña de las Divisiones no aparece lo
calizada en el plano.
La defensa de Omaha estaba, como ya sabemos, enco
ZONA DE DESEMBARCO DEL
C.E.V AMERICANO
mendada a la División 352. Su sector divisionario com
prendia desde el río Douve (que está al oeste del plano)
hasta unos ocho kilómetros al este de Bayeux (que tam
bién se sale del plano). La División 352 se componía de
los Regimientos 914, 916 y 726, cuyos límites de zona
de acción están señalados en el plano, y del Regimien
to 915, que era la reserva del C. E. LXXXIV, cerca de
Bayeux. Allí también la División tenía como reserva
divisionaria su Batallón de reconocimiento. Como se ve en
el plano, el Regimiento 916 cubría la mayor parte de
la playa Omaha y era el que debía resistir la parte más
importante del esfuerzo enemigo.
El proyecto de ataque americano consistía en el des
embarco del C. E. Y con la División 1 en cabeza, a la
cual se le había agregado el Regimiento 116. En su pri
mer escalón, los Regimientos 116 y 16. El desarrollo del
combate ya se ha explicado en líneas generales en el
artículo del número de agosto de 1954, página 8. El
primer escalón estaría compuesto en el sector del Regi
miento 116 por ias fuerzas siguientes: a partir de Vieiville hasta el límite de la zona de acción, que se ve en el
plano, desembarcarían, acoladas y precedidas de un Bata
llón de carros, las fuerzas de asalto siguientes: Compañía A
(primer Batallón), al oeste, y, sucesivamente, las Com
pañías C, F y E (las tres de fusileros del segundo Ba
talln).
Con la Compañía A desembarcaría también la Com
pañía C del Batallón de Rangers número 2.
Del Regimiento 16 desembarcarían en el primer es
calón, entre el límite de la zona de acción y el límite de
la playa,’ las Compañías E y F (segundo Batallón) y
las 1 y L (tercer Batallón).
Posteriormente
irían desembarcando el resto de los
Regimientos, junto con más Zapadores, Carros, Artille-
15
ría, etc. De oeste a este, detrás de la Compañía A del
Regimiento 116, desembarcaría sucesivamente todo el
primer Batallón, y detrás del segundo Batallón, al este,
desembarcaría
la Compañía de Armas Pesadas y el
tercer Batallón.
En la zona de acción del Regimiento 16, detrás de las
Compañías del segundo y tercer Batallón, desembarcaría
el resto de los Batallones y, posteriormente, el primer
Batallón.
Después irían desembarcando los Regimientos 18 y 26,
y el Regimiento 115 de la División 29 (a la que pertene
cía también el Regimiento 116) desembarcaría a las ór
denes del C. E.
Simultáneamente
al primer desembarco, el resto del
Batallón de Rangers II y el Batallón de Rangers V de
berian desembarcar en los acantilados de Pointe de Hoe
y ocupar la Batería alli establecida que, como se ve,
podia batir de flanco toda la playa.
La primera ola de asalto, compuesta de carros de
combate, Infantería y Zapadores, más elementos nava
les con la misión de limpiar las defensas submarinas, de
bería ocupar las posiciones enemigas de la playa y
practicar pasillos en los campos de minas, dejando libres
los caminos citados, que conducen al interior. Atrave
sada la línea de alturas que domina la playa, la maniobra
seria la siguiente: el Regimiento 116, menos su segundo
y tercer Batallones, convergería hacia su derecha y se
dirigirían a encontrar a los Batallones de angers
de
Pointe du Hoe, continuando con ellos ocupando de
flanco todas las posiciones enemigas de la costa hasta
las proximidades de Isigny; el segundo Batallón avan
zaría a Louviéres; el tercero pasaría de línea al segundo
y seguirían hasta el. objetivo del día D (señalado en el
plano, en las proximidades de la Cambe). El Batallón III
del Regimiento 16 haría conversión al este para ocupar
Mt. Cauvin; el segundo Batallón avanzaría hasta cerca
de Surrain, y el Batallón 1 llegaría hasta Engranville.
Los Regimientos 18 y 26 desembarcarían en la zona
de acción del 16, al cual pasarían de línea para estable
cerse al este del primer Batallón del 16, llegando hasta
la línea que se señala con trazo grueso como objetivo
del día D. El Regimiento jIS desembarcaría en la zona
de acción 116 para dominar desde Longueville hasta el
objetivo del día D dentro de la zona de acción del Regi
miento 116.
El Batallón de Rangers 5 y las Compañías A y B del
Batallón de Rangers 2 tenían la misión alternativa de
que, en caso de que fracasase el desembarco de la Com
pañía A del Regimiento 116, no desembarcarían
en
Pointe du Hoe y vendrían a desembarcar en la zona co
rrespondiente a esa Compañía.
Lo más importante es que las salidas de la playa estu
viesen despejadas para las 1-1más 2, en que la gran
oleada de vehículos de todas las clases estaría al llegar.
El proyecto, como se ve, era sumamente ambicioso:
con dos Divisiones muy reforzadas, menos un Regi
miento de Infantería, se debía ocupar un frente de 27 ki
lómetros avanzando de siete a ocho kilómetros, después
de ocupar las fortificaciones de la costa, que tenían una
potencia bastante considerable. Para ello contaban con
un apoyo naval y aéreo muy importante. Pero si al
gunas de las condiciones o algunos de los elementos
que había de cooperar en la operació.n fallaba, el fra
caso sería de temer.
Ya se sabe que la operación había sido suspendida el
día anterior, por el mal estado del mar, y que el día 6,
aunque el temporal había amainado, la mar continuaba
picada y el techo de nubes impedían que el apoyo aéreo
fuese eficaz. En esas condiciones, veamos cómo se des
arrollaron los acontecimientos:
Antes del desembarco, a las H menos 30, dos Compa
16
ñías de Carros destinados al apoyo del Regimiento 16
fueron transbordadas
a sus botes de desembarco, a
unos 5.000 metros de la playa, botes que inmediata
mente comenzaron a hundirse; de los 32 Carros sólo
cinco llegaron a la playa. La Infantería asaltante hizo
su transbordo a una distancia de 10 a 12 millas de la
costa y 10 de las lanchas de desembarco se fueron a
pique. Más serio pa-ra la operación fué el hundimiento
de mucha artillería. El intento de transbordo de los
cañones fué desastroso: todos los cañones, menos unos
de 105 mm. del grupo de Artillería de Montaña iii, se
hundieron; 6 de los cañones del grupo de Artillería 7,
sufrieron la misma suerte; 5 de los cañones de Jnfantería
del Regimiento 16 se hundieron. Además de todo esto, el
grupo de Artillería 58, que pudo ser transbordado, per
dió tres piezas por choque con una mina. En fin, la Ar
tillería, que debía apoyar a la Infantería en su avance
hacia el interior, no alcanzó la costa.
El desembarco se hizo también con grandes dificulta
des. Al mal tiempo, que hacía difícil la navegación, se
unieron la niebla mezclada con el humo y el polvo le
vantado por el bombardeo naval que ocultó los puntos
de referencia de la costa; además una corriente lateral
inmediata a la costa, de dos o tres nudos de velocidad,
empujaba las embarcaciones hacid el este. Los errores
de los puntos de desembarco fueron inferiores a los que
vimos en el artículo anterior de la playa de Utah; en
la mayoría de los casos no fueron mayores de unos cen
tenares de metros; pero tuvieron mucha mayor impor
tancia en el aspecto táctico, porque todos ellos no fueron
de la misma dimensión, con el resultado de que dejaron
espacios sin cubrir y en cambio en otros sitios se apelo
tonaron varias Unidades.
Como los hombres habían sido instruidos solamente
en lo referente al área en que cada uno debía desembar
car, cuando lo hicieron, en medio de un panorama que
no conocían, trastornados además por el humo y el polvo
del bombardeo, estaban desorientados. Las dificultades
se complicaban por la fuerte oposición enemiga, que
producía el efecto de aislar las secciones de botes, de
manera que su coordinación para el desembarco era
prácticamente
imposible.
El fuego naval había neutralizado algunas de las for
tificaciones enemigas, pero sólo neutralizado, porque
cuando, a causa de la proximidad de las tropas america
nas, .fué necesario alargar el tiro, desde esas fortifica
ciones se podía tirar a los invasores. Los que marchaban
en la primera barcaza que se ac&rcó a la playa pudieron
oir las balas de las ametralladoras estrellándose contra
los costados de acero de la embarcación. Al dejar ésta,
con el agua al cuello, los soldados fueron recibidos con
una granizada de balas; unos buscaban refugio en el
costado de la barcaza y otros ocultándose en el agua.
Incluso el control de la sección de botes se perdía antes
de que los hombres estuviesen en la playa. Las tropas,
sobrecargadas con sus equipos, avanzaban en medio de
la marejada y del fuego enemigo, que aumentaba a me
•dida que se aproximaban a la orilla. Algunos se detenían
para descansar o buscar algún refugio; otros se echaban
a tierra en la orilla y reptaban al subir la marca. Las
bajas generalmente fueron más elevadas entre los que se
rezagaron que entre los que avanzaron a refugiarse rá
pidamente en el malecón. Muchos de los heridos se aho
garon al subir la marca.
La primera ola ya hemos dicho cuál composición de
bía tener. Veamos cómo hizo su desembarco.
Las dos Compañías del flanco derecho (oeste), del
Regimiento 116, que, según indicamos, eran la Compa
ñía C. del Batallón segundo de Rangers y la A. del
Regimiento 116, desembarcaron, como estaba previsto,
frente a Vierville. Una barcaza naufragó y otra recihio
cuatro granadas de mortero; Los hombres de las otras
barcazas avanzaron a la orilla bajo un intenso fuego de nieron fueron un cua
armas alemanas, que produjo a la Compañía A. bajas renta por ciento de
equivalentes a los dos tercios de sus efectivos y mas de sus efectivos totales,
la mitad a la Compañía de Rangers, antes de que puS durante el día, siendo
mucho más elevadás
dieran refugiarse en la base del malecón. De los 16 ca
rros que debían avanzar a la cabeza de la Infantería,
en estos primeros gru
sólo ocho se salvaron del fuego de la Artillería para al
pos de desembarcados.
canzar la costa.
Hay que tener presen
te que como la marea
La Compañía F. y la mayor parte de la G. desem
barcaron agrupadas en el extremo este de la zona de subía rápidamente, si
acción del Regimiento, dejando un espacio libre de un los obstáculos no se le
vantaban
en el mo
kilómetro (será conveniente que el lector vaya seña
mento preciso, era im
lando en el plano la situación de las Unidades). El des
posible hacerlo antes
embarco se hizo precisamente frente a las fortificaciones
de Les Moulins; alli las dos Compañías de Carros que de la próxima marea.
desembarcaron primero llegaron sin pérdidas, pero las
El segundo grupo de
dos Compañías antes referidas no tuvieron esta suerte. olas de asalto estaba
La Compañía G. perdió la cuarta parte de sus hombres
formado por el resto
hasta llegar al malecón, en los cuarenta minutos que de los regimientos 116
tardó en cruzar la playa. La Compañía F., que desem
y 16 con un Batallón
barcó un poco al oeste de la anterior, en donde las for
Química, dos Batallo
tificaciones alemanas estaban cegadas por el humo y por nes de Ingenieros, ele
el polvo, tuvieron pocas bajas. Su única dificultad con
mentos avanzados de
sistía en su desorganización y la confusión de los oficiales, artillería, etc. Ya he
que no sabían el sitio exacto en que habían desembar
mos dicho que detrás
cado.
de la Compañía A. del
La Compañía E. fué a parar dispersa más de un kiló
Regimiento 116 tenían
metro al este de la zona de acción del Regimiento. Del que desembarcar las
Regimiento n.° 16, las Compañías. E. y F. desembarca
demás de su Batallón
ron enfrente de Colleville; la Compañía L. más al este, y enel resto de la zona
y la Compañía 1. se fué tan lejos al este, que rebasó la de acción del 116 de
playa, pasando hora y media antes que pudiera desem
bería desembarcar la
barcar. Las Compañías E. y F. del Regimiento 16 tuvie
Compañía de Armas
ron la suerte de encontrar un lugar poco defendido, de Pesadas del segundo
tal manera que cruzaron las playas con sólo dos bajas
Batallón y todo el ter
ocasionadas por el fuego enemigo. La defensa alemana se cer Batallón.
apoyaba aquí en el punto fuerte de Colleville, que se
El primer’Batallón tuvo al desembarcar, en general,
ve en el plano, constituido por tres nidos de resistencia.
la misma suerte de la Compañía A. La Compañía de
De estos tres, el del oeste estaba desguarnecido, y los ame
•ricanos pudieron ocuparlo• sin dificultad, con la mala la plana mayor del Batallón sufrió tantas bLjas y des
fortuna para ellos de que la ocupación fué hecha por organización que quedó inmovilizada la mayor parte del
día. La Compañía de Armas pesadas, dispersa y muy
una mezcla de tfopas de casi imposible organización;
castigada, tardó dos horas en reunir a los supervivien
pero las que desembarcaron algo más al este sa encon
tes; pudo sólo salvar dos morteros, tres ametralladoras
traron con el resto de las fortificaciones del punto fuerte
y muy pocas municiones. Solamente la Compañía C.
de Colleville y cayeron bajo un fuego de ametralladoras
tan intenso que las diezmó y desorganizó. Muchos de hizo un desembarco más afortunado entre las fortifica
ciones de Les Moulins y las de Vierville, parte ésta no
los carros que habían de preceder al asalto del Regi
miento 16 habían naufragadQ; otros cinco fueron des- fortificada y que además estaba cegada por el humó que
producían los matorrales incendiados por el bombardeo.
fruidos por el fuego de la defensa. Los carros disponibles
Con muy pocas bajas llegó al malecón y se organizó allí,
de ese Regimiento entraban en acción precisamente
a cubierto del fuego enemigo.
frente al nido de resistencia desguarnecido.
Veamos ahora lo que sucedió a los dos Batallones de
Las grandes pérdidas y la desorganización de la primera
Rangers. El Batallón V, juntamente con dos Compañías
oleada tuvieron repercusiones en las sucesivas durante
del Batallón segundo, había esperado a bordo noticias
toda la mañana. Como las defensas alemanas no habían
del asalto que tres Compañías del Batallón II debían
sido neutralizadas, a los ingenieros y a las partidas na
vales de demolición de los obstáculos de la playa les hacer a Pointe du Hoe. Estas fuerzas desembarca
fué imposible abrir caminos como era su misión. Las rían en Pointe du Hoe en el caso de que el desembarco
condiciones del tiempo también contribuyeron
a que de lás tres Compañías del II Batallón tuviese éxito;
estas tropas encontrasen su tarea muy difícil de realizar.
en caso contrario, lo harían en la zona donde primera
La mitad de los equipos navales y de ingenieros se re
mente habían desembarcado las Compañías A. del 116
trasaron en el desembarco y sólo un tercio tocó en el y la Compañía C. dél Batallón II de Rangers, o sea
sitio designado. A causa del transporte por la corriente
en la zona de Vierville. Pero ocurrió que las tres Compa
marítima hacia el este, la zona del Regimiento 116 re
ñías del Batallón II antes citadas se retrasaron cuarenta
cibió mucho menos apoyo de ingenieros del previsto.
minutos en el desembarco porque el barco que las llevaba
Corno es natural, el fuego enemigo fué el principal cau
había también derivado al este; como no tenían nin
sante de la dificultad. De los 16 Bulldozers solamente
guna noticia, creyeron que había fallado el asalto y se
tres pudieron ser puestos en acción en la playa, y uno decidieron por la acción alternativa. Las dos Compañías
de ellos no pudo maniobrar libremente porque detrás
del Batallón II de Rangers desembarcaron infortunada
de él se refugió una partida de soldados. Los equipos
mente en el sitio que se les había fijado, es decir, detrás
navales llevaban boyas marcadoras y postes para se
de los elementos de la Compañía A.; sufrieron en sus
ñalar los pasillos para la navegación, y tantos fueron efectivos unos dos tercios de bajas y se refugiaron como
perdidos que sólo uno de los seis pasillos que abrieron
pudieron en el malecón. El Batallón V de la Rangers
hasta las siete pudo ser marcado. Las bajas de los inge
siguió a la Compañía C. del Regimiento 116, que, como
17
1
D.SølBrifanica
sabemos, había desembarcado en una zona muy fa
vorable.
En la parte este de la zona de acción del Regimien
to 116, frente a Les Moulins, la Compaflía de Armas
pesadas del II Batallón sufrió tal cantidad de pérdidas
y de desorganización que el fuego de apoyo de morteros
y ametralladoras apenas existió. El Comandante del Ba
tallón desembarcó frente a Les Moulins, organizó unos
18
cuantos pelotones de la Compañía F., que habían des
embarcado en la primera ola, e intentó asaltar las posi
ciones enemigas del barranco de Les Moulins. El in
tento, hecho sólo con un puñado de hombres, no tuvo
éxito, pero esto atrajo sobre él la atención del ene
migo y permitió al III Batallón, que estaba desembar
cando, avanzar por el límite de la zona de acción de
los Regimientos 116 y 16, al este de Les Moulins. El
J
P/criO n.°2
Canadien.’e
eatallón llegó a los acantilados algo desorganizado, pero
el avance lo había hecho con pocas bajas.
En resumen: el Regimiento 116, a las H más una,
tenía dos núcleos de fuerzas desembarcadas, que podían
ser organizadas para atacar las posiciones enemigas de
la playa: uno al este de Vierville y otro al este de Les
Moulins, cada uno con un efectivo superior a un Ba
talión.
En el sector del Regimiento 16 sucedieron las cosas
de una manera aproximada. Las pérdidas fueron infe
riores, pero, en cambio, la confusión y la mezcla de Uni
dades en la playa más importantes. Las Compañías
que quedaban del II Batallón (G. y H.) y todo el primero
desembarcaron
al norte de Colieville, precisamente en
el sitio donde vimos que sin grandes dificultades habían
desembarcado las Compañías E. y F. El resto del III
19
un lugar blando en las defensas alemanas en el sector
la Riviére. Ese punto resistió solamente unas pocas
horas, y cuando cayó, alrededor de las diez de la mañana,
sus defensores, el Batallón 441 Ost agregado al Regi
miento 726, huyó dejando el camino abierto a Bayeux;
(es de advertir que los Batallones Ost estaban formados
por personal ruso en su mayor parte, y no es de extrañar
que su resistencia no fuese extremada). Estos aconteci
mientos, sin embargo, no fueron conocidos por los britá
nicos, los cuales creían que la defensa enemiga estaba
al sur de Buhot, en Ryes, St.-Sulpice y Summervieu.
Resultaba difícil en las primeras fases del asalto distin
guir claramente cuál era la acción retardadora del ene
migo más fuerte y descubrir dónde estaban los boquetes
de la defemsa alemana. La División 50, además, sólo
había desembarcado sus fuerzas de asalto y la marca
ascendiente había impedido una efectiva limpieza de los
obstáculos submarinos. La oposición enemiga y las minas
retrasaron la apertura de las salidas de la playa. Tam
bién se produjo una acumulación de barcos en la costa,
y, por consecuencia, las dos Brigadas siguientes de la
División desembarcaron con dos horas de retraso. Cuando
lo hicieron, no encontraron sus zonas de partida com
pletamente limpias de enemigo; los alrededores de Meu
vaines estaban siendo ocupados por las tropas de asalto
(al oeste del boquete que se había producido).
El que el frente quedase roto no tuvo, pues, repercu
sión directa e inmediata en los movimientos ingleses.
En cambio, desde el punto de vista alemán, el desmorona
miento del Batallón 441 Ost se consideró crítico; el bo
quete tenía que ser cerrado inmediatamente.
El Regi
miento alemán 915 reforzado, reserva de su C. E., había
sido situado, como ya hemos visto, cerca de Bayeux
para cubrir esa eventualidad y había practicado justa
mente la maniobra ahora requerida de contraataque
hacia Crépon, pero ocurrió un acontecimiento desgra
ciado para los alemanes. Estos, durante la noche, tuvie
ron información de que el enemigo había hecho un fuerte
desembarco aéreo entre los ríos Douve y Vire (los dos
ríos que se ven desembocar juntos en la parte oeste del
plano núm. 1). Este desembarco amenazaría las ciudades
de Isigny y Carentan; la información resultó falsa, pero
como esos puntos eran vitales, alas cuatro enviaron al
Regimiento 915 desde Bayeux a ísigny. Mientras el Re
gimiento marchaba hacia allá, se abrió el boquete en el
frente alemán. A la vez se enteraron de que ese desem
barco aéreo no había existido, y el Comandante de la Di
visión 352 obtuvo del C. E. la aprobación para que el
Regimiento 915 volviese a Bayeux. Una hora tardaron
en encontrarlo; entonces tuvo que volver unos 30 kiló
metros en una marcha, parte a pie y parte en camiones,
los cuales sufrieron numerosas averías. Otras tres horas
pasaron antes de que una parte de la Unidad estuviese
en posición de ataque. Este retraso fué importantísimo,
porque en esas horas la situación en el Oeste había cam
biado completamente. Volvamos ahora a la playa Omaha.
DESEMBARCO DEL EJERCITO BRITANICO
Ya hemos hablado de las Compañías A. B. y C. deí
Batallón de Rangers que desembarcaron frente a Vier
En los artículos anteriores se ha especificado el pro
yecto de desembarco en las playas entre los ríos Drome ville y fueron casi destruidas; las otras tres Compañías
con retraso en Pointe de 1-loe, con la
y Orne. El ataque, como se sabe (plano núm. 2), se hizo desembarcaron
misión de destruir la batería alemana existente en ese
con tres Divisiones, de las cuales la so, perteneciente
punto. Treparon por los acantilados para asaltar la po
al C. E. XXX, desembarcó en la playa GoId, y las Divi
siones 3 Canadiense y 3 Británica, ambas del C. E. 1, sición enemiga y, una vez en lo alto, avanzaron en pe
desembarcaron, respectivamente, en las playas Juno y queños grupos, por los cráteres producidos por el bom
Sword. La oposición, en general, fué menos deqidida que bardeo. Ocuparon sus primeros objetivos rápidamente
y hallaron que los asentamientos de los cañones de la
en Omaha y el desembarco se hizo sin grandes dificul
batería estaban desiertos, es decir, la bateria desguar
tades.
La División 50 rompió a través de las defensas de la necida. Tuvieron 30 ó 40 bajas aí desembarcar, pero
después una serie de contraataques alemanes de
costa, en algunos sitios durante las primeras horas, y poco
un Batallón del Regimiento 914, los tuvo cercados du
avanzó con dos Brigadas de Infantería acoladas apoya
rante dos días y redujo sus efectivos considerablemente.
das por carros. En la zona de Le 1-lamel, un Batallón
La reacción americana para salvar la crisis, empezó
del Regimiento 726 alemán resistió casi todo el día.
antes de las ocho con un número de acciones indepen
En el este de la playa Gold, los ingleses encontraron
Batallón desembarcó al este de Le Grand Hameau, pero
el jefe de este Batallón no pudo reunirse con sus tropas
hasta -rarias horas después.
Uno de los más graves problemas en relación con las
unidades asaltantes fueron las dificultades en el mando,
no sólamente por las elevadas pérdidas de oficiales y
•porque los errores en los sitios de desembarco dejaron
a muchas Unidades sin mando, sino también por las ex
tremas dificultades de las transmisiones. Las tres cuartas
partes de las radios del Regimiento 116 fueron destruídas
e inutilizadas. Además, con las Unidades mezcladas, bajo
el intenso fuego en algunos sitios, con los hombres ape
lotonados a lo largo del malecón y afectados moral
mente por el choque de los primeros minutos de acción
severa, el mando era difícil. Estos fueron los momentos
de crisis de la operación de desembarco en Omaha.
Privadas las tropas del apoyo aéreo y sin haber podido
realizar la limpieza de la playa, la División 1 había
chocado contra el sector de Normandia- que tenía una
defensa del tipo aproximado al que el General Rommel
ideó para destruir a los aliados en las playas. La Divi
sión 352, que defendía el sector de Omaha, era una
Unidad de primer orden. Al oficial que mandaba la
fortificación de Pointe et Raz de la Percée le pareció
en esas primeras horas que la invasión había sido parada
en la playa. Vió a los americanos cuerpo a tierra en la
playa, buscando la cubierta que podían diez carros y
muchos otros vehículos ardiendo y la arena cubierta de
heridos y muertos.
También los informes que llegaron al Cuartel del
C. E. Y americano pintaban la misma situación. Se veían
aglomeraciones de barcos en completa desorganización;
las playas atestadas de hombres y el fuego de Infantería
y Artillería enemigas efectivos. Lo peor consistía en que
los refuerzos sucesivos antes de llegar a la playa eran
detenidos por la aglomeración de barcazas; aunque algu
nos oficiales tomaban embarcaciones y lograban lle
varlas bajo el fuego enemigo, hasta la costa. Esta si
tuación continuó sin mejoría hasta media mañana.
Poco a poco los mandos se fueron haciendo con los
hombres que estaban refugiados a su lado y les hicieron
avanzar y subir a las alturas, donde el enemigo estaba
atrincherado.
Por otra parte, el fuego naval americano
iba poco a poco aumentando sus efectos sobre las forti
ficaciones alemanas. El Regimiento alemán 916 que,
como se ha dicho, era el que principalmente defendía el
sector atacado, informaba que el desembarco había sido
frustrado, pero que sus propias bajas iban en aumento
principalmente por el fuego naval y que solicitaba re
fuerzos. Estos, sin embargo, no se les podían enviar
inmediatamente,
porque eran mucho más urgentes en
otra parte.
20
dientes por grupos de hombres jamás mayores de una
Compañía y a menudo menores. Algunos ataques tenian
el apoyo del fuego de carros, otros fueron ayudados
materialmente por la acción de los destructores navales,
que llegaron a unos centenares de metros de la orilla e
hicieron tiro directo sobre donde podían observar re
sistencia enemiga.
Veamos cómo se continuó la lucha en los cuatro puntos
de penetración a que antes hemos hecho referencia:
El Regimiento 116 con el Batallón de Rangers Y, que
había llegado, como se sabe, a ambos lados de Les Mou
lins, realizó con éxito ataques por los dos flancos del
camino que .va de Les Moulins a St.-Laurent. Por el
lado oeste pudieron llegar a lo alto de los acantilados
y, aunque con pérdidas, avanzaron unos 200 metros
hacia el interior, hasta que fueron detenidos allí por
un fuego de flanco de armas automáticas. Aproximada
mente al mismo tiempo, el tercer Batallón de ese Regi
miento se dirigió en pequeños grupos por el este de Les
Moulins, hasta coronar la cresta, y avanzó hacia St.-Lau
rent. En la zona del Regimiento 16 se hicieron pequeños
avances aprovechando el boquete producido por el nido
de resistencia desguarnecido del punto fuerte de Cole
ville, y avanzaron entre los caminos de St.-Laurent y
Coleville; se abrieron paso a través de las alambradas y
campos de minas, que les produjeron bajas; ampliaron la
brecha y lograron la rendición de la guarnición de• un
nido de resistencia, después de dos horas de lucha.
Por este sitio continuó su penetración, con grandes di
fici.iltades, todo lo que quedaba de los Batallones 1 y II del
Regimiento 16. El Batallón III del Regimiento 16, que,
como se sabe, había desembarcado frente a le Grand
Hameau, atacó el nido de resistencia que defendía el
barranco que conduce a ese pueblo, con la protección
del fuego de lo carros, y a las nueve de la mañana había
llegado al pueblo con una cantidad muy reducida de
bajas, haciendo prisioneros.
Estas acciones habían conseguido sacar de la playa
a una considerable cantidad de tropas; sin embargo, los
éxitos iniciales estaban limitados por el hecho de que la
Infantería disponía de muy pocas armas pesadas y nin
gún apoyo artillero. Los avances se habían hecho entre
las salidas de las playas, pero ninguna de estas salidas
se había limpiado, y mientras eso no se lograse, había
pocas perspectivas de apoyo de carros y de recibir
suministros, refuerzos, etc. Las playas mismas estaban
bajo la acción de un fuerte fuego alemán, y en la mayor
parte de los sectores no habían sido abiertas brechas
en los obstáculos, sobre todo en los de la playa, que
habían quedado sumergidos por la marca.
En esas condiciones, a las diez, el Regimiento 18 de la
División 1 comenzó a llegar a la playa, atestada de
barcazas, frente al espacio ya ocupado entre St.-Laurent
y Colleville, para desembarcar, sin que los pequeños
éxitos conseguidos por los Regimientos anteriores fueran
perceptibles; el desembarco era muy difícil, pero en este
momento se acentuó la acción americana, en la cual
también jugó un papel muy importante la Escuadra con
su fuego directo sobre las fortificaciones enemigas. Alre
dedor de las diez y media, dos lanchas se lanzaron a
través de los obstáculos de la playa de Colleville tirando
con todas sus armas a todos los puntos fuertes que
guardaban el barranco de ese nombre. Continuaron ti
rando después de encallar, y su fuego, aunque insuf i
ciente para neutralizar el de las posiciones germánicas,
tuvo un efecto animador para las tropas de asalto. Casi
al mismo tiempo los destructores se aproximaron a unos
1.000 metros de la playa y bombardearon las posiciones
enemigas. Bajo la protección de este fuego, los. Ingenie
ros de dos Batallones practicaron dos brechas con BulI
dozers en los campos de minas que cerraban la salida
de St.-Laurent y. cegaron el foso contracarros. Ante las
resistencias del barranco de St.-Laurent también colabo
raron las armas pesadas del Batallón III del Regimiento
116 de Infantería, que, corno se sabe, habían avanzado
en dirección de St.-Lauren’t. Un nido de resistencia del
barranco fué reducido por el fuego de un destructor a
las once y media. El Regimiento 18 avanzó por el ba
rranco de St.-Laurent y pudo hacer prisionera la guar
nición de este subelemento. Con tal acción se había
abierto parcialmente un camino hacia el interior, y una
parte de la playa quedó protegida del fuego enemigo,
para que fuesen haciéndose nuevos desembarcos.
Por todas partes los americanos presionaron hacia e1
interior y, después de salvar la cresta de los escarpados,
intentaron
proseguir en reducidos grupos, pero se en
contraron con una comarca muy compartimentada
por
setos, que aquí jugaron el mismo papel que en la pen.
ínsula de Cotentín; pequeñas posiciones enemigas perfec
tamente ocultas hicieron el avance americano muy lento;
las Unidades y los grupos que avanzaban se disgregaban
a causa de las pequeñas resistencias y el ataque se de
tenía.
El que los alemanes no sacasen partido de esta situa
ción favorable para la defensa se debió a la falta de
reservas con que contraatacar las penetraciones ameri
canas, relativamente
débiles. Por otra parte, el poder
del apoyo naval y aéreo del invasor no era contrarres
tado, y los aviones y cañones navales estaban en condi
ciones de machacar las reservas germánicas que pudie
ran prepararse para un contraataque.
Las restantes aéciones del C. E. Y americano se lleva
ron a cabo en tres áreas generales:
1.°
En Vierville-sur-Mer operaron fuerzas del pri
mer Batallón y también del segundo del Regimiento 116
y del Batallón Y de Rangers, que en total sumaban
800 hombres. El objeto inmediato era tomar Vierville,
para lo cual los Rangers sobrepasarían la ciudad por
el sur, mientras que las tropas del 116 atacarían la
ciudad. Los Rangers alcanzaron el camino de la costa,
pero hallaron en sus posteriores avances posiciones ene
migas de ametralladoras ocultas entre los setos, por lo
que, después de cuatro horas de forcejeos para acallarías,
tuvieron que volverse y, a primeras horas de la tarde,
entrar en el pueblo que ya había sido capturado por el
Regimiento 116. Entonces intentaron avanzar hacia el
oeste para unirse con los Rangers de Pointe du Hoe y
también fueron detenidos por el, fuego de las posiciones
de ametralladoras ocultas en los setos. En vista de eso,
organizaron la defensa del pueblo y se dedicaron a abrir
el camino hacia la costa, cosa que tuvo lugar en la no
che. Esto dió a los americanos grandes posibilidades,
por haber sido atravesado el obstáculo principal en uno
de sus puntos más importantes.
2.° Al este del barranco de Les Moulins, el Bata
llón III del Regimiento 116 se dirigió a St.-Laurent y
estuvo todo el día luchando contra grupos enemigos dis
persos, y aunque realizó algunos avances, fué detenido
cerca del pueblo, a la vez que el Regimiento 115 estaba
desembarcando frente al barranco de St.-Laurent. Debía
haber desembarcado más al Oeste en apoyo del Regi
miento 116, mas la misma corriente que había llevado
a todos hacia el este le llevó a él también; en realidad
esto fué una ventaja porque las fortificaciones ya estaban
allí bastante destruidas, pero desembarcó casi confundido
con el Regimiento 18, lo cual produjo mayor confusión
en las atestadas playas. Los Batallones del Regimien
to 115 avanzaron hacia el sur de St.-Laurent, que se
estimaba guarnecido por una Compañía de alemanes,
para dirigirse a Longueville, en la carretera general de
Bayeux a Isigny. El II Batallón atacó St.-Laurent, pero
el ataque fué rechazado, y en total el Regimiento que
dó detenido, rodeando casi completamente por el este
St.-Laurent.
30
Entre los barrancos de St.-Laurent y Colleville
siguieron las acciones confusas en dirección a este pue
blo, apoyadas durante la tarde por el Regimiento 18,
pero los alemanes contrarrestaron
y detuvieron a los
elementos del Regimiento 16, los cuales, sin embargo,
lograron infiltrarse al oeste de Colleville, cortando la
carretera de la costa. El Regimiento 18 recibió la orden
de reforzar la acción del 16, es decir, de los Batallo
nes 1 y II del Regimiento 16, porque el III Batallón se
había apoderado de Grand Flameau y allí permanecía.
No pudo llegar este Regimiento 18 a las poblaciones de
Formigny y Surrai, que eran los objetivos intermedios
que le habían dado, porque fué detenido por el fuego de
armas ligeras, y quedó enlazado por uñ lado.con el Re
gimiento 16 y por otro con el 115 y un Batallón muy
extendido al este del Regimiento 16, envolviendo por
el sur Colleville. Todavía desembarcó otro Regimiento,
el 26 de la División 1, durante la noche, y se preparó
para el ataque del día siguiente.
La situación en Omaha por la noche era muy diferente
de la que vimos en Utah. La posición principal del C. E. Y
al final del día D era un estrecho sector entre St-Lau
rent y Colleville de algo más de dos kilómetros de pro
fundidad. El flanco derecho en Vierville, tomado por
elementos del Regimiento 116 y los Rangers, estaba
aislado del cuerpo principal; esa salida de la playa que
daba abierta y a ella podían ser llevados refuerzos. Por
el este, Grand Hameau estaba también aislada del cuerpo
principal. Todas las Unidades estaban escasas de ve
hículos y de los suministros, municiones, artillería y
apoyo acorazado necesarios para el avance al interior.
Las pérdidas del C. E. fueron dos mil hombres entre
muertos, heridos y desaparecidos, pero su debilidad prin
cipal consistía en la mezcla de Unidades, en la falta de
transmisiones y, en fin, en las dificultades del mando
para realizar una acción coordinada.
Durante las primeras horas parecía que el asalto a
Omaha había sido detenido; la principal preocupación
del mando de la División alemana 352 estaba en su
flanco derecho, en donde hemos visto que se había pro
ducido un boquete que amenazaba dicho flanco y a la
retaguardia
de la División (ver plano núm. 2). Como
sabemos, el Regimiento 915, reserva del C. E., debía,
después de la jornada de ida y vuelta hasta cerca de
lsigny, contraatacar en dirección de Crépon; pero cuando
el Regimiento se disponía a organizar el contraataque
desde Bayeux, el Comandante de la División 352 recibió
22
la información de St.- Laurent de que estaban desembar
cando grandes efectivos. El General alemán creyó
que los aliados intentaban meter dos puntas sobre Ea
yeux, desde las cabezas de playa de St.-Laurent
de
Meuvaines. El Batallón II del Regimiento 915 fué se
parado del resto del Regimiento que avanzaba hacia
Crépon, y, reforzado con una Compañía de cañones con
tracarros (12 cañones autotransportados de 75), fué agre
gado al Regimiento 916. Este Batallón de Infantería se.
dirigió hacia Colleville a primera hora de la tarde, pero
los americanos detuvieron su avance, produciéndole mu
chas pérdidas.
El resto del Regimiento 915. con el Batallón de asalto
de la División y una Compañía de cañones contracarros,
avanzó hacia Bazenville-Villiers-le-Sec, que sería la po
sición de partida para el contraataque hacia Crépon. Al
alcanzar esta área, se encontró con que los británicos
ya estaban establecidos allí, teniendo un encuentro des
graciado, después del cual las Unidades de la derecha pu
dieron retirarse a St.-Gabriel, donde se les unieron los
diez cañones de la Compañía de cañones contracarros,
sufriendo el Batallón que iba a la izquierda peor suerte
cerca de Bazenville. El Jefe del Regimiento fué muerto,
y el Batallón retrocedió perdiendo el contacto con las
otras fuerzas alemanas por algunas horas. Las fuerzas
del Regimiento 915 no pudieron realizar un ataque co
ordinado y se dispersaron en pequeños grupos que con
tinuaron realizando acciones defensivas. Los cañones
contracarro destruyeron cuatro carros ingleses, que se
habían infiltrado cerca de Brécy, a cambio de la pérdida
de cuatro cañones por el fuego naval inglés. De las fuer
zas de contraataque del Regimiento 915 sólo quedaron
90 hombres, que fueron agregados al Regimiento 726,
al que se le ordenó establecer una línea defensiva en
Coulombs-St.-Gabriel—Esquay-sur-Seulles—cota
64 (al
oeste de Bazenville)—río Grande—Asnelles-sur-Mer. El
objeto del mando alemán de esta manera era cerrar
la bolsa que se había producido, reuniendo todas las
tropas disponibles, incluida la artillería, para impedir
que los británicos entrasen en Bayeux. A la vez el Co
mandante Británico de la 50 División había renunciado
a la ocupación de Bayeux y decidido detenerse al norte
y nordeste de la ciudad, entre Vaux-sur-Aure y Vaux
sur-Seulles, no a causa de la resistencia alemana, sino
del retraso del desembarco de los elementos que nece
sitaba.
Los avances ingleses se ven aproximadamente en el
plano número 2. La situación que se dibuja en la parte
este en el plano es la resultante de toda la lucha en el
día D; en el primer empuje, los ingleses habían llegado
cerca de Caen.
La mayor parte de las contramedidas iniciales el
OB WEST y el Grupo de Ejército B. se dirigieroi di
rectamente contra los británicos. Los británicos habían
establecido la más extensa cabeza de playa y su desem
barco parecía constituir el esfuerzo principal. La Di
visión 3 canadiense, desembarcada en la playa Juno,
había avanzado en una profundidad de cinco a diez
kilómetros y enviado patrullas acorazadas hasta Bret
teville l’Orgueilleuse, a más de 10 kilómetros de la
playa. A su izquierda, la División británica 3 (desem
barcada en a playa Sword) avanzó más allá de Bieville,
hasta unos tr s kilómetros de Caen. Al este del río Orne,
dos brigadas de paracaidistas de la DivisiÓn aerotrans
portada 6 (ver plano núm. 2, en el número de EJERCITO
de agosto de 1954, página 9) habían cumplido con éxito
su misión de apoderarse de los puentes de Benouville
y destruído la batería enemiga de costa de Merville.
Los avances de todas las Unidades británicas llegaron
hasta cerca de sus objetivos, aunque sin tomar ni Caen
ni Bayeux, que eran los principales; sin embargo, re
presentaban la más alta penetración del frenteenemigo.
Además, los alemanes consideraban especialmente vital
1adefensa de este sector, porque Caen es la entrada a
comarca abierta que constituía la mejor ruta de ca
rros hacia París. A los ojos de los germanos, era la llave
de su total posición en Francia. Por otro lado, en este
sector resultaban más fáciles los contraataques alemanes,
ya que las reservas estaban cercanas a él.
A las cinco, el grupo de Ejército B. agregó la División
Panzer 21 al Ejército VII para que contraatacara a las
fuerzas aerotransportadas desembarcadas al este del río
Orne (véase la situación Panzer 21 en el mapa núm. 1
del número de mayo de EJERCITO de 1954, precisa
mente en la región de Caen). Pero parte de esa División
acorazada fué asignada a la División 716, en cuanto co
menzó el desembarco en las playas. En total fueron
agregados .a la División 716 la mitad de la Infantería de
la División, un grupo de Artillería y los grupos de anti
aéreos y de cañones contracarros. El resto de la División
se dispuso a atacar al este del río Orne; pero cuando
estaban haciendo la marcha de aproximación, hacia el
mediodía, se les ordenó cruzar el Orne y atacar al oeste
del río, para contener directamente la amenaza a Caen.
Solamente un puente sobre este río estaba utilizable
y, por consecuencia, el paso retrasó a la División, que
no pudo atacar hasta las cuatro de la tarde. Entonces
con las tropas organizadas en dos agrupaciones de Re
gimiento, atacó a la División 3 británica desde la línea
St.-Conte Hérouville. El ataque fué resistido enérgica
mente e hizo pocos progresos en la orilla del Orne; pero
al oeste un Batallón adelantó por Cresserons y llegó
hasta la playa. Allí los alemanes recuperaron unas forti
ficaciones y resistieron hasta el día 17, a pesar de que
el grueso del Batallón se retiró después de sufrir gran
desgaste. Antes de la noche el contraataque se detuvo
en toda la línea y la División acorazada quedó atrinche
rada al norte de Caen.
La situación quedó aproximadamente en la forma
que se inJica en el plano núm. 2; como el boquete pro
ducido por el contraataque no estaba sostenido con
fuerzas importantes quedó en condiciones de que al
día siguiente fuese cerrado, quedando embolsadas las
escasas Unidades alemanas que habían llegado hasta la
costa.
El contrataque tuvo éxito desde el momento en que
impidió la caída de Caen, punto, como hemos dicho,
vital para la defensa alemana.
Este contraataque fué en realidad el único importante
que tuvo lugar el día D.
En el plano núm. 1 del artículo publicado en esta Re
vista en mayo de 1954, en la página 31, puede verse que
los alemanes disponían de dos Divisiones acorazadas re
lativamente cerca del campo de batalla: la 12 SS. y la
Lehr. Parece natural que el contraataque se hubiese
realizado por el conjunto de las Divisiones, pues en ese
caso podria haber tenido un gran éxito. A las primeras
noticias del desembarco aéreo, en cuanto se localizó el
área, Von Rundstedt tomó la rápida decisión de empe
ñar inmediatamente todas las reservas operativas, si
tuadas a una distancia utilizable, para destruir el des
embarco. Lo hizo pensando que el desembarco aéreo
iría seguido por la mañana de uno naval, y además que,
fuese éste el esfuerzo principal proyectado o no, podría
ser convertido en el esfuerzo principal en caso de tener
éxito. Es de notar que poco tiempo después de realizado
el desembarco aéreo aliado, este General había locali
zado en su plano de manera aproximada la zona de des
embarco. Entre las tres y las cuatro y media, o sea antes
del desembarco en las playas, ordenó a la División
Panzer SS. 12 que se dirigiese directamente hacia Caen
y a la División Panzer Lehr que se preparase para un
movimiento similar. Como estaba. seguro de que los
aliados, que siempre habían realizado sus ejercicios de
asalto al amanecer, desembarcarían a esta hora, Von
Rundstedt necesitaba tener elementos acoizados a
mano para contraatacar en las primeras horas. No había
tiempo para discutir contingencias y tenía qte decidir
rápidamente. Pero las dos Divisiones Panzer no estaban
a sus órdenes, sino dependía directamente del 0KW.
Dió las órdenes a las Divisiones y lo notificó al 0KW pi
diendo su aprobación. Pero éste no lo aprobó. A las
siete y media, el E. M. de Hitler le informó que las dos
Divisiones no deberían ser empeñadas hasta que no se
recibiese órdenes del Fhürer. La División Panzer SS. 12
fué parada en Lisieux; la Panzer Lehr no se había mo
vido. Estas dos Divisiones acorazadas esperaron lejos de
las playas del desembarco durante toda una mañana muy
nublada y adecuada por haberse movido sin la interf e
rencia de la aviación aliada. Esperaron hasta las cuatro
de la tarde, en que Hitler, al fin, dió la orden de empeñar
ambas Divisiones en la batalla. Pero para entonces el
tiempo había aclarado; la aviación aliada era la dueña del
cielo y aplastaba a todo lo que se movía; fué necesario
retrasar el movimiento hasta la noche.
Aunque elementos dispersos de la Infantería Pan
zer SS. 12 llegaron durante la tarde a la zona de espera
de la División 21, hasta el día 8, estas dos Divisiones
no pudieron ser empleadas.
El plan de empleo de Von Rundstedt para estas dos
Divisiones era empeñarías juntamente con la 21 en la
zona de la División 716 (ver plano núm. 2) apoyadas
por ésta; pero al final del día D sólo quedaba de la Di
visión 716 un conjunto de Unidades mezcladas del ta
maño de un Batallón con 12 piezas de artillería, y la
División 21 estaba dispersa y había. tenido un gran
desgaste.
Del resto de las reservas alemanas se recordará que ha
bía una Brigada en Coutances (obsérvese el lado sudoeste
del plano núm. 2, publicado en el número de EJERCITO
de mayo de 1954, página 32); esta Brigada fué llevada
hacia la zona de invasión,, pero no llegó allí hasta la
mañana del día 7. A cada una de las Divisiones 275,
265 y 266 se les había ordenado a toda costa que, antes
de la invasión, tuviesen organizados grupos móviles
para constituir reservas a disposición del Mando (plano
número 1 del mismo artículo). El Jefe del Ejército VII
ordenó que esos grupos que estaban en Bretaña se tras.ladasen rápidamente a la zona de invasión, así como la
División 77 completa; pero el General Rommel consideró
prematuro el movimiento en vista de ciertas informa
ciones referentes a la posible invasión de Bretaña por
línea aérea, y sólo aceptó que fuesen alertadas.
Mientras llegaban esto refuerzos, la División 352,
tan fuertemente atacada, no podía recibir refuerzos de
ninguna clase. Su última reserva, el Batallón de Inge
nieros de la División, fué trasladada al sector del Re
gimiento 916 y agregada a él. Este Regimiento había
perdido durante el día 1.200 hombres y una gran parte
de su equipo.
La situación era todavía peor de la que podían supo
ner los alemanes. Los grupos móviies de las Divisiones
antes dichos (Kampfgruppen), sólo relativamente mó
viles, que habían de trasladarse desde Bretaña a la
zona de desembarco, se consideraba que serían intercep
tados por la aviación enemiga, pero nunca que tarda
rían diez días en alcanzar la zona de batalla. La Divi
sión 352, que luchó bravamente durante todo el día,
no vió ni un solo aeroplano alemán en el cielo. De todo
esto puede deducirse que las cosas resultaron tal como
había previsto Rommel, el cual aseguró que si no se
detenía al enemigo en la costa, la invasión tendria
éxito, porque los movimientos posteriores de las tropas
alemanas serían interceptados por la acción de la avia
ción aliada.
Al terminár el día, los progresos aliados no habían
23
-
ido grandes, y desde luego inferiores a los objetivos
eñalados, pero el éxito del desembarco éstaba asegu
rado porque los alemanes habían empleado todas las
reservas inmediatamente
disponibles, mientras que los
aliados disponían de una cantidad de elementos que
sin cesar irían desembarcando sucesivamente. Dispo
nían del fuego naval de una gran Escuadra y, sobre todo,
del dominio absoluto del aire, que impediría el movimien
to de las reservas alemanas.
Hemos visto cómo, por diversas causas, en las pri
meras horas del desembarco de Omaha, las pérdidas en
las primeras olas de asalto fueron grandísimas; se pro
dujo en ellas y en las sucesivas una gran desorganización
y mezcla de Unidades; pero la continua llegada de re
fuerzos, el gran fuego naval de protección y, finalmente,
la actuación de la aviación salvaron la crisis sobreve
nida y produjeron tal desgaste en los defensores, que el
equilibrio se rompió en favor de los aliados.
Es muy curioso lo sucedido al Regimiento 915, el
cual fué empleado en dirección a Isigny creyendo que
allí se había hecho un desembarco aéreo; después le
hicieron volver en una gran marcha y, por último, le
quitaron un Batallón, ordenáfidole contraatacar
pre
cipitadamente;
el resultado fué su destrucción com
pleta.
En cambio, con las Divisiones acorazadas 12 y Lehr
sucedió lo contrario: por no emplearlas a tiempo se per
dió probablemente la ocasión más propicia para derrotar
a gran parte de los asaltantes. El momento de emplear
las reservas es probablemente el de la mayor responsa
bilidad de un Jefe en la defensiva: si las emplea preci
pitadamente, corre el peligro de no utilizarlas contra el
24
esfuerzo principal enemigo, y si las emplea demasiado
tarde, ha perdido la ocasión.
En realidad, en el caso de la defensa de Normandia
no puede hablarse de una defensiva estática, porque
las Unidades ocupaban unos frentes tan grandes que no
correspondían a los propios de este tipo de defensiva.
La profundidad 4e la zona de resistencia era también
muy inferior a la admitida. Hay, pues, que pensar que
dada la extensión de costas a defender, el pensamiento
de Rommel de establecerse sólidamente en una defen
siva estática era prácticamente imposible. La defensiva
elástica, a base de Unidades móviles de reserva que ta
ponen las brechas producidas por el ataque enemigo,
sin disponer por lo menos de un equilibrio en el aire,
no se puede tampoco llevar a cabo. La defensiva, según
hemos visto en los trabajos que hemos publicado en
esta Revista, no puede admitirse más que como cosa
circunstancial,
pero no como un sistema definitivo de
protegerse contra una invasión. Los alemanes disponían
de una cantidad de Divisiones muy superior en número
a las que desembarcaron, y sin embargo, tuvieron que
resignarse a que todo el poder adversario se ejerciese con
tra unas fuerzas escasas que no podían resistir su empuje.
Hemos visto que los americanos no resistieron el fuego
frontal de las fortificaciones alemanas y se infiltraron
por los intervalos en donde no había obras, aunque es
taban batidos por tiros de flanco de armas automáticas.
Ello fué posible porque el humo y el polvo de las explo
siones cegaba a las armas, que no tiraban sino a muy
escasa distancia. Creemos que hay que tener en cuenta
este cegamiento para no contar mucho con los tiros de
flanco un poco lejanos.
Conceptos orgánicos
sobre lainfanteria
Capitán del Regimiento de Infantería de San
Fernando núm. 11 JOSE GARCIA ANTON
(Conceptos
OS medios de combatir están en continua evo
lución y es preciso encuadrarlos.
Este encuadra
miento puede obtenerse dentro del marco ya estable
cido de los medios antiguos, reduciéndolo a la sola
sustitución
de unas armas ya anticuadas por otras
más perfeccionadas,
o bien bajo un criteriQ distinto,
es decir, tomando como base las nuevas armas, que
motivan nuevos procedimientos
para adaptar la or
ganización a las posibilidades de estos dos factores,
el uno dependiente
del otro: armas, procedimientos
de combate. Esto último significa a veces una remo
ción difícil de llevar a cabo, pudiendo siempre surgir
la duda de equivocarnos al adoptar un nuevo sistema
cuando el anterior ya nos es conocido y hemos com
pulsado én la práctica us resultados. De aquí que las
modificaciones de la organización siempre hayan sido
vistas con un cierto reparo, de todo punto natural,
por el temor de las consecuencias de una preparación
errónea.
Pero hay algo más en qué pensar y es la sorpresa,
precepto fundamental
en toda acción táctica; ahora
bien, la sorpresa no depende solamente de los medios
y procedimientos
de combate, sino también de la or
ganización.
Un ejemplo de ello lo hemos tenido en
las primeras batallas de la G. M. II, las victorias ful
minantes
del Ejército alemán, debidas a sus Divi
siones Acorazadas, puntas de flecha que penetrando
en la organización enemiga la paralizaban por la des
trucción de sus órganos vitales. Y debemos pregun
tarnos si esos procedimientos
de combate no fueron
debidos a la organización de las Fuerzas Acorazadas,
que indicó el más adecuado modo de acción de las
mismas.
El perfeccionamiento
de los medios es cada día
mayor, y en cuanto a Infantería, vemos que las armas
que aparecieron imperfectas y como meras auxiliares
de las que podríamos denominar clásicas, coñ su per
feccionamiento
se transforman
en principales, deter
minando un momento crucial en la evolución de nues
tra táctica. En líneas que siguen expondré unas ideas,
producto de lecturas y meditaciones, cuyo único fin es
contribuir
en lo posible al estudio de la organización
de la Infantería.
Inteutaremos
exponer primeramente
unos concep
tos qne precisen en lo posible las relaciones que pu
diéramos decir constantes de la organización de la
Infantería con los medios de que está dotada y, lo que
es más importante, con los medios de que se la puede
dotar en un futuro próximo, tal vez más próximo de
del autor, expuestos en Tribuna libre.)
lo que creemos, dada la velocidad del progreso de
las ciencias, que escapa a todas las previsiones.
Trataremos
de hacer para ello una clasificación de
la Infantería,
que nos precise los conceptos necesa
rios para el análisis que proyectamos.
Es deseo constante en la Infantería, espíritu clásico
del Arma, el bastarse a sí misma, disponiendo de ele
mentos que resuelven los diversos problemas que en
el combate pueden presentársele. Ello ha hecho que
poco a poco nos hayamos encontrado con una Infan
tería superdotada en medios, algunos de característi
cas artilleras netamente definidas y otros con carac
terísticas de Arma nueva, distinta de la Infantería,
pero que actúan dentro del marco del combate y de
la organización de ésta. Esto ha dado lugar a que
haya disminuído la atención del infante hacia lo
más sustancial y propio en su Arma, la acción indi
vidual del soldado como elemento de choque, ya que
asistamos a un exceso de especialización en el servi
cio de variados elementos, oscureciendo la misión tí
pica del infante, que es el combate en contacto di
recto con el enemigo para lograr la acción resolutiva
en el choque. De aquí que sea normal ver cómo se
produce una selección constante y en todos los esca
lones, para enviar los hombres mejores a las llamadas
25
ARMAS DERIVADAS DE LA INFANTERIA
Unidades de Especialidades,
al paso que se observa
una carencia de interés casi absoluta por las llamadas
Consideramos
como tales aquellas que, habiendo
Unidades de Fusiles, último vestigio de la Infantería
ñacido de una cierta necesidad de la Infantería, han
propiamente
dicha. No decimos nada nuevo ni extra
a procedimien
vagante, pues esta falta de visión del problema de la dado lugar con su perfeccionamiento
Infantería
ha sido ya acertadamente
observada por tos típicos de empleo, tomando caracteres propios.
algunos tratadistas,
por los, que hemos sabido cómo
Este es concretamente
el caso del Arma acorazada,
hubo ocasiones en la pasada Guerra Mundial en que la cual hoy día se considera como Arma definida y
se viera al Mando quejarse de la falta de elementos de completa, si bien, al igual que la Artillería, puede des
empeñar misiones de cooperación con la Infantería,
choque, sin los cuales, y a pesar del lujo de armamen
sin perder por eso su calidad de Arma plenamente
tos, no podría lograr la acción resolutiva a que aspi
independiente
y distinta.
raba en el mcmento crítico.
Pero ocurre que el problema de la Infantería ofrece
Dicho lo que antecede, nos encontramos con que el
una gran complejidad, porque la progresión de los
primer problema que, en cuanto a Orgánica se re
elementos de choque para alcanzar el íntimo contacto
fiere, se le presenta a la Infantería,
es la relación
con el enemigo, o con el suelo que éste ocupa, resulta
cutre Infantería de apoyo e Infantería pura dentro
cada día más difícil, siéndoles de todo punto necesa
de la Unidad combatiente, o sea cuál deba ser la pro
ria una protección activa o pasiva, que les permita
porción entre los elementos de choquc y los de apoyo.
alcanzar ese contacto en condiciones de eficiencia.
Es éste un problema de que ya se ha hablado en más
Así, pues, de la necesidad que la Infantería tiene
de una ocasión y al que han dedicado su estudio emi
de fracciones de choque y fracciones que protejan y
nentes t6cticos, sin llegar a establecer una proporcio
apoyen a las primeras en su marcha hacia el ene
nalidad exacta, lo cual es natural, porque la propor
migo, nace una primera división en Infantería pura,
ción debe variar según las circunstancias
de em
la verdadera Infantería, e Infantería de apoyo, ne
pleo,
terreno,
enemigo,
Artillería
disponible,
elemen
cesaria y vital para la acción de la primera. Y no de
tos acorazados propios, etc. Pero lo que sí estimamos
bemos olvidar aquí a las Armas derivadas de la In
de todo punto necesario, es marcar sus límites, pues
fantería,
que al alcanzar su perfección se han des
prendido ya de lo que en un principio fué misión de por• debajo de un mínimo en elementos de apoyo,
apoyo para revelarse con características
cada vez la Infantería pura pierde gran parte de su capacidad
de combate, y por encima de un máximo, aumenta la
más acusadas de arma independiente.
vulnerabilidad
general, sin aumentar sus posibilidades
en el choquc. La fijación de estos límites la marca la
composición de las Unidades y dosificación de éstas
INFANTERIA PURA
en el espacio.
Considerando como tal al grupo de soldados que
tiene plena aptitud pára combatir por el choque con
un armamento de ligereza suficiente para ser trans
portado por un solo hombre, sin restarle cualidades
combativas,
y cuya actuacién normal es la de pleno
contacto
con el, enemigo. Sintetizando diremos que
está definida por la sutilidad, la ligereza y la acción
de choque más o menos individual.
INFANTERIA
-
DE APOYO
Pertenecen a ella aquellos combatientes que mane
jan diversidad de armas colectivas de relativa lige
reza y que combaten por el fuego en beacticio directo
de la Infantería pura. La dividiremos en normal y
pesada. Es la primera aquélla cuyo armamento
es
fácilmente transportable
a brazo, en diversas piezas,
que pueden ser llevadas por un combatiente a través
de cualquier clase de terreno y cualesquiera que sean
las condiciones del momento. Por pesada entendemos
la que dispone de determinadas
armas que, por su
peso o volumen, suponen un embarazo en su manejo
a brazo, siendo preciso recurrir a la mecanización
dentro del área del combate o a la concurrencia de
elementos hipomóviles para facilitar su movimiento.
En realidad esta Infantería tiene muchas de las ca
racterísticas
de la Artillería y hasta en algún mo
mento puede llegarse a confundir con ella, en su mi
sión de acompañamiento
inmediato.
26
Veamos al respecto de la cuestión planteada lo que
concierne a la que hemos llamado Infantería pura.
Asume ésta en sí el acto material de pisar el terreno,
a defender el terreno a conquistar. Es ella la que
ocupa la periferia de los espacios propios, la que los
asegura con la acción individual de sus combatientes,
la que pisa, choca y expulsa al adversario de las posi
ciones que ocupaba, aferrándose después a éstas y
defendiéndolas
contra los intentos enemigos de recu
perar lo perdido. Es cortina que delimita el terreno
propio; cortina protegida por la pantalla que le su
ministra
de una manera directa la Infantería
de
apoyo.
¿Qué dosificación debe tener en el campo de bata
lla? Distinguiremos los casos de defensiva y de ofen
siva.
Defensiva.—Es
preciso fijar aquí cuidadosamente la
densidad en el espacio a defender. Una falta de den
sidad suficiente en esa cortina corre el peligro de
hacerla ineficaz, mientras que un exceso de ella au
menta su vulnerabilidad
y con ello acelera su des
gaste por la acción moral que el número de bajas
ejerce en los elementos restantes. El estudio de al
gunas batallas de la G. M. II y de la campaña de
Corea parecen confirmar que el objeto principal de
la fortificadún
de campaña no es más que el de per
mitir se pon a en línea la Infantería estrictamente
necesaria, con disminución de su vulnerabilidad, esto
es, dando el espesor justo a la cortina de que antes
hemos hablado. Concretando, estimo que la ínrtifica
¡
k.’ tL.
..
,“..
..
Nirr
OCj0
ción de campaña tiene como fin favorecer el des
pliegue de la Infantería hasta lograr la barrera eficaz
que impidael paso al adversario.
•
•
1.° La masa que ha de establecer contacto directo
con la posición enemiga, ocuparla y defenderla de los
posibles contraataques,
ha de estar constituída por
Infantería
pura, y sus efectivos han de ser precisa.
Ofensiva.—La
dosificación en el ataque depende
mente medidos en función de la acción prevista por
esencialmente
de los resultados que esperamos obte
el Mando.
ner de él, siempre bajo la protección de la pantalla
de las armas de apoyo.
2.° Es precisa una reuuión de elementos de apoyo,
En primer lugar, deberemos tener presente la pro
tales que faciliten la llegada en buen estado de la
fundidad de la masa atacante, con la que vamos a Infantería
pura, a una distancia a partir de la cual
actuar, la cual dependerá de la penetración
que se le basten sus medios propios para alcanzar el choque.
desee lograr, de las obras enemigas a ocupar o des
3.° El Mando deberá prever la acción de una masa
truir y de la densidad con que ese mismo enemigo
de
proyectiles de las más diversas clases y procedenocupe su línea de defensa. No hablo de tener en
cias que tengan como misión el ablandamiento
de la
cuenta la potencia que el adversario ponga en juego
posición enemiga y, sobre todo, la acción moral de
para detener las. Unidades de la Infantería
pura,
disminuir hasta el máximo su voluntad de resistencia.
porque creo que esto no debe influir en el número de
Veamos ahora los medios de que deberá ser dotada
1OF atacantes, sino precisamente en la dosificación de
la
Infantería pura.
las armas de apoyo, ya pertenezcan éstas a la In
Examinemos en primer lugar el alcance eficaz que
fantéía
de apoyo o a otras Armas, Artillería y Blin
le vamos a pedir a sus armas. Este viene marcado por
dados El problema que el Mando tiene que resolver
la distancia a partir de la cual la Infantería pura ne
es el número de infantes que deben alcanzar la posi
cesita combatir con sus medios propios, por haber
ción adversaria, en condiciones de combatir dentro
disminuido la acción de la Infantería
de apoyo, en
de ella y d mantenerla una vez ocupada, y precisa.
virtud de múltiples causas, entre las que se destaca
mente furcjón de es número de infantes y de las
armas
que contra ellos oponga el enemigo será la la distancia de seguridad. Así, pues, podemos fijar
aquel alcance entre los 500. y 600 metros, aunque en
cantidad que tendrá que fijar en elementos de apoyo
la mayoría de los casos bastarán los 200 y, tal vez,
para conseguir la pantalla protectora que se necesita.
aún menos. Sin embargo, es preciso conceder un mar
Concretando,
diremos sobre la dosificación en el
gen suficientemente
amplio, con el fin de que no
ataque:
exista una dependencia absoluta del apoyo.
27.
cruzar pasos difíciles y de vulnerabilidad
mínima;
En cuanto a la calidad de las armas de que debe condiciones éstas que los transportes
mecánicos no
disponer, habrán de tener: densidad de fuego (armas
reúnen y mucho menos los hipomóviles.
automáticas),
potencia de destrucción (cañón sin re
troceso de 50 mm., lanzacohetes) y acción sobre es
¿Qué puede esperarse del posible empleo de los
pacios desenfilados (mortero ligero de 50 mm.). Siendo
medios que acabamos de señalar?
estas tres clases de armas colectivas, para su servicio
En la defensiva, este conjunto de armas puede
tendrían
un equipo compuesto de dos grupos: uno constituir
una eficaz barrera, que ya en las mismas
esencial, formado por tirador y director de tiro-pro
inmediaciones
de la posición aniquile al enemigo con
veedor, y otro auxiliar, constituido por determinado
la potencia de su fuego, la variedad de sus proyectiles
número de proveedores, que tendrán como finalidad
y las distintas procedencias de éstos. Con ellas es po
el transporte
de municiones y defensa y ayuda al sible, pues, dar al combate un carácter resolutivo.
Arma. Las armas destinadas a ser manejadas por los Si los blindados enemigos logran alcanzar el pleno
individuos
aislados forman tres grupos: Armas de contacto con la Infantería, es factible a ésta, con la
combate a distancia (fusil), armas auxiliares del cho
buena combinación de sus armas, lograr la victoria
que (granadas de mano, pistola) y armas de choque
sobre ellos, primero, aniquilando a la Infantería de
(cuchillo, machete). En cuanto a las municiones de acompañamiento
o separándola de los carros por la
cada arma, estimo debe haber dos dotaciones dis
acción en masa de armas automáticas y morteros y
tintas: una para la acción ofensiva en el tiempo com
segundo, actuando libremente ya con los equipos lanza
prendido desde el momento a partir del cual se co
cohetes y los de minas contracarros, aspirando a des
mienza a actuar por los medios propios hasta lograr
truir o averiar a los que hayan llegado a sus inmedia
el choque y el momento inicial de defender el terreno
ciones. A este respecto, podrían decirnos algo los con
ocupado, en que debe sér de nuevo municionada cada
ductores de los 400 carros rusos destruidos en la ba
Unidad o bien relevada por otra con su dotación al talla de Pomerania por un arma tau imperfecta en
completo. La segunda dotación es aquella que consi
tonces como eran los puños eontraearro.
deramos precisa para una acción defensiva, la que
En la ofensiva, dada la potencia del armamento de
vendrá determinada
por el tiempo de duración del que está dotada y la relativamente
poca cantidad
ataque enemigo, dificultades de municionamiento, etc.,
de municiones disponibles a su inmediación, la In
así como de la resistencia exigida a la posición.
fantería pura no deberá emprender el combate hasta
Nos es preciso hacer una salvedad, y es que este
la plena acción eficaz de aquellos medios, o sea a la
equipo de armas colectivas no debe en ningún as
menor distancia del enemigo, buscando la destruc
pecto ser un lastre que reduzca la acción de la In
ción de éste, a base de pocos disparos, pero de una
fantería en el combate próximo. Mas si considerarnos
gran seguridad.
este armamento como esencial, olvidándonos del ver
La Infantería pura en la ofensiva no persigue la
dadero espíritu de la Infantería pura, correremos el neutralización
del adversario, sino su destrucción.
riesgo de ver desaparecida esa moral de choque, que es Podemos decir que la Artillería y la Infantería
de
la base fundamental del Arma. Y para que aquélla
apoyo neutralizan y destruyen, y la Infantería pura
perdure a través de la perfección de su armamento
sólo destruye, o con su acción de fuego o con su ac
para el combate a distancias próximas e inmediatas,
ción de choque.
no debemos descuidar el que constantemente vaya do
El problema del municionamiento
en la ofensiva
tada de un arma blanca, específicamente de choque,
no existe ante una Infantería bien instrnída, ya que
y que la enseñanza del empleo de ese arma, así como
sabrá perfectamente
cómo dosificar su consumo de
la de la lucha decidida, empleando todos los medios
municiones,
obteniendo de éstas el mayor provecho;
a su alcance, incluso si es preciso los mismos puños
pero no es concebible en buena doctrina ver a una
y dientes, sea fundamental en la preparación del In
Unidad pegada al terreno entablando con el adversa
fante. Tal vez se aduzca que este combate inmediato
rio un duelo a ver quién gasta más munición con el
es la excepción en el desarrollo de la batalla y que en fin de nentralizarle, para poder proseguir su avance,
muy raras ocasiones, a lo largo de ésta, llega a efec
pues esta acción de neutralización
corresponde a la
tuarse; pero entiéndase que a través de esta ense
Infantería
de apoyo.
ñanza primordial pretendemos conservar a toda costa
Ahora bien, una vez conquistado el terreno ene
la moral de la Infantería, que corre el gravísimo pe
migo, el afianzarse a él resistiendo los contraataques
ligro de resentirse ante la perfección cada vez mayor
es lo que en más de una ocasión puede poner en si
de las armas para el combate a distancias próximas.
tuación difícil a las Unidades de Infantería pura, ne
Concretando,
sintetizaremos
estas ideas en el si
cesitando un municionamiento
urgente. Para resol
guiente párrafo:
ver este problema lo mejor es contar con Unidades
que sigan a los pri
La Infantería pura combate por la acción de sus especiales de municionamiento
armas blancas, siendo todas las tres armas un medio meros escalones, penetrando con ellos en la posición
enemiga y abasteciéndolos de municiones tan pronto
para alcanzar el empleo de las primeras.
Dado el gran volumen de armas y sobre todo la tomen una actitud defensiva.
cantidad de munición que precisa tener a su inmedia
Dejamos con esto señalada una manera de ver la
ción una Infantería eficiente, ya que siempre ha de
orgánica de la Infantería. La aplicación de estos prin
eontarse con las dificultades cada vez mayores de su
municionamiento,
la Infantería pura deberá tener un cipios a la organización de las Unidades es trabajo
que vale la pena como contribución al problema del
elemento de transporte ligero, que marche con ella Arma, visto desde un punto de vista netamente es
y que no esté sujeto a ninguna servidumbre, esto es, pañol.
con tracción humana, fácilmente desmontable, para
28
La defensa de las costas
de Espaia eiieilsigiloXVI
Jdeas sobre su organizacii5izpor
el es ludio cte ¿iii caso coicreto
-
$itio dela Cornisaen L589
Teniente Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., VICENTE
MAR-TINEZ LORENZO, profesor de la Escuela de Estado Mayor.
PREAMB ULO
La defensa de las costas peninsulares durante
los casi ocho siglos en que aproximadamente se
desarrolló la Guerra de Reconquista contra los do
minadores árabes no sufriÓ notables variaciones
ni mereció apreciable interés, porque las circuns
tancias políticas de la época orientaban las acti
vidades bélicas con marcado carácter terrestre.
Los Estados Cristianos, desde las agresiones nor
mandas del siglo IX, no tuvieron necesidad de
atender a la defensa del litoral, porque sus inquie
tudes se dirigían, por una parte, a las luchas inte
riores, a consolidar coronas contra las rivalidades
de sus vecinos, y por otra, hacia- la lucha, más o
menos intensa, contra los musulmanes.
Las pretensiones de Alfonso X en 1252 a la
corona de Alemania, en oposición a Ricardo Cor
nualles, y las luchas de Juan 1 en 1379 contra las
aspiraciones del Duque de Láncaster a la corona
de Castilla, no fueron de suficiente importancia
para desviar sus acciones a una guerra naval -que
pusiese en peligro las fronteras marítimas de Es
paña.
Sólo el Reino de Aragón inició, desde Pedro II
en 1213, una actividad exterior, por su estrecha
relación con las dinastías transpirenaicas, lo que
motivó la presencia de los aragoneses, primero en
la guerra de los albigenses y después en las Cruza
das, creándose así, un ambiente favorable para la
posterior acción mediterránea, que se manifiesta
en Pedro III (1282) con la conquista de Sicilia,
origen de nuestra presencia en Italia durante va
rios siglos.
Sus sucesores continúan el mismo derrotero, y
así Jaime II guerrea contra los franceses, realiza
la expedición a Oriente con el grito de ¡Desperta
ferro!, conquista Cerdeña, lucha con Génova y si
gue una política de expansión que se mantiene
hasta Juan II.
Pero aun en este caso, el poderío aragonés, que
englobaba gran parte de los pequeños Estados pi
renaicos y la Marca Hispánica que estableciera
Carlomagno como su límite meridional, era de tal
pujanza, que teniendo en general la iniciativa, le
liberaba de la atención defensiva, por ser los ara
goneses quienes realizaban la agresión.
Por parte de los musulmanes, al -terminarse el
Califato en 1031 y surgir los reinos de Taifas, no
existe en éstos una política exterior definida y sí
tan sólo fuertes rivalidades interiores, situación que
no se modifica al venir los Almoravjdes en los fina
les del siglo XI, ni al aparecer los Almohades en
el siguiente.
En 1238 funda Mohamed Alhamar 1 el reino de
Granada, lo cual tampoco altera la actividad te
rrestre de la política árabe, lo mismo que con la
llegada de los Benimerines -en 1333; no habiendo
tampoco nada importante que señalar durante ese
lapso de tiempo en lo que se refiere a la defensa
de las costas peninsulares.
El panorama comienza a cambiar de aspecto
29
después de los Reyes Católicos. Completan éstos
la Reconquista; unen los más poderosos estados
peninsulares; tiene lugar en su tiempo el trascen
dental suceso del descubrimiento de América; efec
túan la reorganización social y la unidad política
y religiosa; luchan en el Rosellón e Italia (grato
recuerdo de los nombres de Ceriñola y Garellano);
conquistan Orán, Bugía y Trípoli y crean un pe
ríodo de transición hacia el engrandecimiento na
cional que culmina en el primer reinado de la di
nastía austríaca.
La familia de los Habsburgo, que comenzara como
Duques de Austria, se afianza desde los primeros
años del siglo XVI, cuando el Emperador Carlos
reúne bajo su cetro el más poderoso dominio euro
peo. Ciñe las coronas de Castilla y Aragón con sus
posesiones de América e Italia (Milán, Nápoles,
Sicilia y Cerdeña); es soberano de Austria, Styria,
Tirol y Bohemia; recibe las tierras de Flandes y
el Franco Condado, así como los países húngaros
que habían quedado fuerá del dominio turco, y
en 1519, la elección de Francfort le da la corona
imperial. Jamás los Habsburgo tuvieron mayor po
der. Cuando en 1598 muere su hijo, Felipe IT,
“no se ponía el sol en sus dominios”.
El grandioso imperio reunido por el Césat Carlos,
suscita los temores y las rivalidades
otros países
europeos y es la causa de las grandes guerras que
tienen lugar durante la primera mitad del si
glo XVI. Francia, cuyo reino se constituyó defini
tivamente en tiempos de Francisco 1 y se consolidó
con Enrique IV, no pudo lograr sus propósitos de
ensancharse por italia, al tropezar allí con las tro
pas españolas, que también encuentra en Flandes,
teniendo que recurrir más a la política de la diplo
macia que a la de las armas para combatir el
poderío de la Casa de Austria. Inglaterra, que
desde 1534, con la herejía de Enrique VIII, inicia
sus simpatías hacia los herejes europeos, se apro
vecha de las Guerras de Religión para empezar a
caminar hacia su posterior desarrollo. Aunque hasta
entonces no se ha enfrentado con España, auxilia
y alienta a los enemigos de ésta y por. ello sostiene
la
moriscos, envía
di
neroinsurrección
y soldados de
a loslosprotestantes
de los armas,
Países Ba
jos y protege disimuladamente a sus corsarios, que se
dedican a perseguir a los galeones españoles y a sa
quear las costas americanas e incluso agredir los puer
tos peninsulares, como hizo Drake en Cádiz en 1587.
Ante tal cúmulo de hechos, a la muerte de María
Estuardo, decide Felipe II romper abiertamente con
Inglaterra, y en 1588 tiene lugar la expedición de
la Armada Invencible, que marca una fecha im
portante en la historia de los dos países y que es
base del caso que hemos de estudiar. Ya tiene
España enemigos marítimos, por lo que le es obli
gado atender a la defensa de su litoral, esencial
mente a la defensa de sus puertos: a los oceánicos,
porque a ellos arriban sus naves que proceden de
América, y a los del Mediterráneo, lo mismo con
tinentales que insulares, porque viven con el cons
tante temor de las agresiones navales de los turcos,
pueblo poderoso y enemigo de la Cristiandad, que
desde 1453, con la toma de Constantinopla, ha
hecho desaparecer el milenario imperio bizantino.
30
¿Cómo tedió España a la defensa de sus costas?
En realidad, la defensa de las costas se concretó,
como queda dicho, a la defensa de los principales
puertos; y de la forma cómo se realizó ésta, nos
podremos dar idea considerando el ataque inglés
al puerto de La Coruña en mayo de 1589, tal
como se relata en un manuscrito de la época, y el
auxilio de otros datos que figuran en textos his
tóricos contemporáneos.
LA VI4IILANCIA
DE LAS COSTAS
Ya desde el iglo XIV, al menos, existían las
milicias locales para la defensa del litoral y se
poseen datos de la concesión hecha por el tercero
de los Trastamaras, Enrique III, a La Coruña,
en 1397, para “que cuando lo juzgase conveniente
pudiese compeler a los moradores del coto y juris
dicción a entrar en el pueblo y .dcfendsrle y es’ar
dentro el tiempo que fuesé necesario”, con la par
ticularidad de que si permanecían diez días, no
estaba la villa obligada a darles riada, pero si la
estancia pasaba de aquel término se les “socorrería
a los hombres de a caballo con cinco maravedises
diarios y a los de a pie con tres dineros”.
En los puntos dominantes de la costa se esta
blecieron torres y vigías, de los que aún quedan
visibles recuerdos por todo el litoral. Estos vigías,
cuando veían aproximarse una flota o una embar
cación sospechosa, hacían señales por medio de
hogueras que desprendiesen mucho humo, para dar
la alarma que permitía la concentración de las mi
licias de los pueblos y lugares próximos al punto
amenazado y poder así resistir y rechazar la agre
sión. Cuando el presunto enemigo era numeroso y
se ignoraba exactamente el punto de ataque, ade
más de la alarma por las hogueras se enviaba aviso
escrito a la autoridad inmediata, señalando en él
la cuantía de lo buques avistados y sus presumi-.
bies intenciones.
De esta manera se daba tiempo a concentrar
mayor número de fuerzas para repeler el ataque, y
además, subiendo la noticia de autoridad en auto
ridad y del litoral hacia el interior, las gentes de
los poblados costeros se retiraban a las montañas
y los de las ciudades marítimas se preparaban para
la lucha próxima.
El jueves 4 de mayo de 1589, el Gobernador del
reino de Galicia, que lo era Juan de Padilla, Mar
qués de Cerralbo, recibía a las siete de la mañana
un aviso mandado desde el “puerto de Bares, a
quince leguas de La Coruña”, cuyo escrito se ex
presaba en los siguientes términos:
“Excm°. Sr: Desde las seis de la tarde (la fecha
era 3 de mayo) se divisa en alta mar una flota
numerosa, compuesta de bajeles y pequeños; se
cree sean enemigos”.
Este aviso tenía simultánea confirmación, al apa
recer, en las mismas horas de la mañana, cubierto
de fogatas el cabo y monte de Prioiro, que era la
señal convenida para indicar que se presentaban
buques enemigos a la vista. Cada fogata indicaba un
buque, y por eso en el manuscrito citado se lee:
“el aviso lo dieron también los centinelas de la
ciudad y por la costa muchos fuegos”.
LAALARMA
Canrio
una villa o ciudad marítima recibía las
primeras noticias sobre la presencia de naves que
suponían ser enemigas, se dictaban las órdenes pre
cisas para comprobar la veracidad de los avisos y
en seguida concentrar las milicias y las tropas, si
las hubiese en la jurisdicción, con el fin de apres
tarse a la defensa.
En el caso que consideramos, las medidas toma
das por el Marqués de Cerralbo fueron:
A.—Confirmar la información.
B.—Dar la alarma.
C.—Efectuar la concentración y preparación.
Lo que se realizó casi simultáneamente, con el
fin de ganar el mayor tiempo posible para la de
fensa, aprovechando al máximo las horas que ha
bían de transcurrir hasta la llegada al puerto de
la flota avistada.
Como queda indicado, el primer aviso recibido
provenía del vigía establecido en el “puerto de
Bares”, que se refiere al de la punta de la Estaca de
Bares (en las Cartas y Derroteros anteriores al del
año 1919 está escrito Vares, pero en el de 1929,
consultado, se lee Bares), formada por altas tierras
montuosas y estrechas que culminan en el llamado
Facho de Maeda
metros de altura), la extre
midad más avanzada al norte de la Península, a
cuyo resguardo está situada la villa con una anti
quísima escollera, anterior a la época de los hechos
que reseñamos. En lo alto del Facho de Maeda
estaba el vigía que avistó a la escuadra que se apro
ximaba en dirección norte-sur.
Es de resaltar la circunstancia de que el aviso
salió de Bares después de las seis de la tarde del
día 3 y llegó a La Coruña a las siete de la mañana
del 4. Como quiera que en su marcha durante la
noche hubo de pasar por Santa María de Orti
gueira, Neda, Puentedeume y Betanzos, porque de
hacerlo en dirección a Puentes de García Rodrí
guez tendría que seguir los caminos de la vertiente
oeste de la Sierra de la Faladora y enfrentarse
con las altas estribaciones de las de la Loba y
Queijeiro, mucho más penosas, se recorrió las
“quince leguas”—en realidad muy cerca de los no
venta kilómetros—en poco más de doce horas,
con una media horaria de siete kilómetros y me
dio, lo cual da buena idea de la resistencia y efi
cacia de los correos empleados para estos menes
teres.
Durante esta misma noche, la escuadra continuó
su navegación hacia el puerto de La Coruña, siendo
avistada con las primeras luces del amanecer del
día 4 por el vigía de “Monte Prioiro” (se refiere
al actual Monte Ventoso en el Cabo de Prioriño,
con una altura de 242 metros, y desde el cual se
descubre un horizonte marítimo de gran amplitud)
y después, por los centinelas de la cuidad situados
en la fortaleza.
Como quiera que desde el momento de avistar
a la escuadra hasta que ésta llegase a las proximi
dades del puerto habían de transcurrir varias ho
ras, el Gobernador tuvo tiempo para la ejecución
de las medidas señaladas.
A.—Confirmar la información
Normalmente se hacía a la vista, por el conoci
miento que los vigías, en general veteranos mari
neros, tenían de los tipos de naves que componían
las escuadras, pero la circunstancia de encontrarse
fondeados en el puerto de La Coruña tres galeones,
dos galeras y una urca, de las que habían formado
parte de la Invencible, permitió al Marqués e
Cerralbo itilizar las dos galeras, por ser más rápi
das y ligeras, para “reconocer la gruesa escuadra
y reconocido que eran enemigos, volvieron con el
aviso”.
Se trataba realmente de una flota que transpor
taba un fuerte Ejército al mando de Francisco
Drake y Enrique Norris, General éste del mismo
apellido que el Almirante inglés Juan Norris, que
en 1740 mandó la expedición que pretendió inútil
mente incendiar el astillero de Esteiro en la ría
de El Ferrol del Caudillo.
La armada de Drake y Norris tenía orden ex
presa de apoderarse de algún puerto de la costa
de Galicia y después pasar a Portugal, para alen
tar y proteger a los partidarios de don Antonio, el
Prior de Crato (hijo natural del Infante don Luis,
nacido de una judía, Violante Gómez, motejada
“La Pelicana”), que pretendía la corona de aquel
reino y venía en persona con esta escuadra “de
120 velas y que había salido de Plymouth llevando
II
//
Fig.1.-La Eumpade Fehpe1/
31
un Ejército de 8.ooo hombres”. (El P. Mariana
fija en setenta el número de navíos y en 14.000 el
de soldados).
B.—Dar la alarma
Confirmado ser enemigos los buques avistados,
“se avisó la tierra adentro y a algunas compañías
de Infantería que por ella estaban (restos también
de las tropas de La Invencible) y se hicieron fuegos
en la Torre de Hércules y en la fortaleza vieja”,
para que las gentes de los lugares vecinos acudiesen
en socorro de la plaza. Al mismo tiempo se despa
charon órdenes “a generales del reino para que
acudiesen en socorro”.
€.—Concentraeión y preparación
“Recogióse la gente qúe había en la ciudad a
las banderas”, frase ésta del manuscrito citado,
que define claramente la acción de reunir a las
tropas, unos 750 hombres que había en La Coruña,
restos de siete mermadas Compañías. Una parte de
ellos se envió a guarnecer el castillo de San Antón
(que aún no estaba acabado de hacer); otra parte,
a los galeones y galeras, para “evitar que el ene
migo echase gente en lanchas, para quemar los
navíos o dar el asalto al fuerte”, y con el resto de
la guarnición se formaron banderas reforzadas por
las milicias locales.
EL DESEMBARCO
Desde el siglo XIV las naves más célebres de
las escuadras eran las carracas, embarcaciones de
un porte considerable, hasta de ochocientas tone
ladas y que llegaban a montar “cien piezas de ar
tillería de todos calibres”; estas naves, que en el
siglo XV no tenían más que dos palos y tres puen
tes, llegaron sucesivamente a poseer tres y cuatro
palos y hasta siete puentes. La popa y la proa se
levantaban a la altura de tres o cuatro hombres
sobre el combés (parte de la cubierta superior en
tre el palo mayor y el castillo de proa).
También predominaban las galeras, barcos de
remo y vela, caracterizados por su gran eslora res
pecto a la manga, y que tenían castillos en popa
y proa artillados con cañones en dos o tres pisos;
el galeón, menos largo que la galera, con dos o tres
cubiertas y aparejando tres palos, y la galeaza, que
tenía tres palos y dos vela latinas, y hasta treinta
y dos bancos de remeros, figurando entre cada dos
bancos un cañón pedrero.
Existían además naves inferiores, como las urcas,
que eran embarcaciones de carga con la popa re
dondeada, y las pinazas, grandes buques mercan
tes, aparejados ambos como los navíos de guerra.
Aparte de éstos, había otros tipos, como los queches,
smacks, yachic, etc., y las pequeñas barcas que
llevaban sobre las cubiertas para los servicios con
tierra.
De todos estos tipos habría en las “120 velas”
que constituían la armada de Drake, el cual, si-
32
guiendo la teoría entonces imperante de no en
frentar a los buques con los fuegos de las plazas y
efectuar sobre éstas un ataque terrestre, fondeó
sus naves dentro de la ría de La Coruña, esqui
vando los fuegos de los cañones de los fuertes y los
que armaban los pocos buques españoles, situán
dose entre Santa María de Oza y Santa Cruz, co
menzandopor
la tarde a “echar gente en el arenal
de Oza”.
“En la primera barcada echó el enemigo en tierra
siete banderas con buen golpe de gente”, pues ‘sa
biendo que el principal refuerzo de la plaza habría
de llegar por los caminos de Betanzos (en donde
había alguna Compañía) y Santiago, trataba de
cortar éstos envolviendo a la ciudad, al mismo
tiempo que buscaba fácil comunicación con su base
de operaciones, la escuadra, situada al abrigo de
los fuertes vientos del sudoeste y noroeste, que
combaten esta parte del litoral “con duros tempo
rales acompañados de violentas rachas y fuertes
lluvias que oscurecen el cielo por completo, tempo
rales que por su persistencia e intensidad compro
meten a los buques que se vean empeñados en
estos parajes”.
Como se ha indicado, parte de las tropas de la
plaza (milicias y banderas) habían cubierto el frente
de tierra, no sólo para prohibir al enemigo el acceso
a la ciudad por esta parte, sino también para hacer
patentes los deseos del Marqués de Cerralbo de
defenderla a toda costa contra las aspiraciones de
los ingleses; por ello, cuando éstos desplegaron sus
banderas, ocupando posiciones por las alturas de
Los Molinos y Santa Margarita, habiendo nuestra
gente “tomado el puesto, se trabó la escaramuza
y la sustenté hasta que echando el enemigo alguna
arcabucería más y picas sueltas a la cola, echó
también un escuadrón con banderas, establecién
dose una lucha, que por la inferioridad de nuestras
fuerzas”, ya que sólo se trataba de tropas de vi
gilancia y cobertura, ordenó el Gobernador se re
tirasen, “como lo hicieron en regla, escaramuceando
siempre con el enemigo hasta llegar a unas picas
que se habían mandado estar fuera para recoger
los, como se hizo”.
Al mismo tiempo, los cañones del fuerte de San
Antón, así como los de los galeones, galeras y urca,
cañoneaban a la gente enemiga que venía por tierra,
con el fin de entorpecer su aproximación y el que
se estableciesen en sus posiciones.
“Siendo cerca del anochecer, se recogió toda la
gente y se cerraron las puertas.”
La ciudad de La Coruña, como la mayoría de las
plazas militares, estaba rodeada de un muro que
englobaba dentro de su recinto la zona habitada
y la fortaleza, cuya muralla tenía fuertes puertas
en los arranques de los caminos que se dirígían a
otras ciudades y lugares. Esto no excluía la exis
tencia de zonas pobladas en el campo exterior y
aun en las inmediaciones de la muralla; tal sucedía
en este caso, principalmente en la parte que da al
puerto, barrio llamado de La Pescadería, y en la
zona que mira a la ensenada del Orzán, donde, entre
otros edificios, había el convento de Santo Domingo,
de grandes dimensiones, y cuyas torres tenían do
minante posición sobre las murallas de la plaza.
EL ATAQUE
Una vez que los agresores tomaron las posiciones
más convenientes para el ataque a la ciudad, re
unieron sobre ellas los elementos necesarios para
la acción, tales como tropas de Infantería y Arti
llería y el material para las cavas y minas que tan
profusamente
se empleaban contra los recintos
amurallados, contra los cuales eran totalmente in
útiles las armas de las banderas. Conviene recordar
a tal fin que en esta época, en que la Infantería
española era el modelo de las organizaciones mili
tares europeas, las tropas se constituían casi en
partes iguales, de piqueros, arcabuceros y mosque
teros.
En cuanto a la artillería, se empleaban las bocas
de fuego de, hierro colado y las de bronce fundido
en hueco, con su gran variedad de culebrinas (pe
lotas de i6 libras en adelante), medias culebrinas
(12 libras), sacres (6 libras), sacabuclies (de 3 a
4 onzas), etc,, lanzando pelotas de hierro (balas),
proyectiles esféricos huecos cargados de pólvora
(granadas) y balas rojas. Estas últimas habían sido
usadas, al parecer, por primera vez por los polacos
en i58o durante el sitio de Polotsk, y se utilizaban
principalmente
en las defensas de costa, tirando
contra los buques de madera, a cuyo fin las bate
rías de los fuertes del litoral estaban provistas de
hornillos para calentar las esféricas balas al rojo
blanco.
(Al final de este trabajo copiamos, sacado del
Memorial de Artillería del pasado’ siglo, el valor
de las piezas y pertrechos de artillería en España
en el siglo XVI, según consta en un nombramiento
de mayordomo para la cuenta y razÓn).
En el ataque al puerto de La Coruña,.los ingleses,
en la mañana del día siguiente a su desembarcQ,
con una lancha “echaron a tierra’ tres piezas de
artillería y la plantaron en la orilla”., de forma que
con ellas pudieran hacer fuego contra los galeonés
que batían sus campamentos. Correspondieron éstos
al fuego con tanta eficacia, que muy pronto “de
las tres piezas descabalgaron dos y mataron alguna
gente”.
Fué en este mismo día (5 de mayo) cuando “dos
hombres salieron de la plaza para retirar un Cru
cifijo; pero habiendo sido vistos de los enemigos,
les cargaron un olpe de arcábucería’, y la de la
muralla y la artillería los socorrió y los recogió,
adentro”.
Catorce días duró el asedio a la ciudad y durante
este tiempo los ingleses efectuaron fuertes ataques
que pusieron varias veces a aquélla en peligro de
ser conquistada. Los ‘hechos heroicos que se des
arrollaron diariamente son hoy páginas gloriosas
de nuestra historia, y su completo relato obligaría
a transcribir íntegramente el extenso manuscrito
que nos sirve de guía en este trabajo. Los ataques
ingleses fueron continuados e intensos, como co
rrespondía a la cuantía de sus efectivos y la gran
cantidad de medios que transpórtaba la Armada.
Ya el día iniciaron los ataques contra las es
casas tropas españolas que defendían, fuera del
recinto, la zona de terreno circundante, y en el
primer ataque, ante la inferioridad de los nuestros,
el Gobernador “los mandó retirar y lo hicieron ar
cabuceándose con el enemigo hasta llegar a la
puerta de la ciudad a tiempo que venían cargando
tan aprisa, que fué necesario armar la muralla de
arcabucería y poner picas en la puerta ‘y con todo
eso hubo enemigos que estuvieron en los umbrales
de ella, los cuales con la vida pagaron su atrevi
miento”.
En la tarde de dicho día efectuaron un fuerte
ataque y ocuparon el barrio de La Pescadería, en
cuyo arrabal encontraron abundancia de “basti
mentos de todas clases, ropas y vestidos, copiosos
almacenes de vinos y licores y, en fin,, cuanto pu
dieran apetecer, circunstancia a la que, más que
a ninguna otra, se debió la salvación de la ciudad,
pues cebados en el despojo y saqueo, no aprove
charon la buena coyuntura que la suerte les ponía
en las manos, que si lo hicieran, difícilmente hubiera
resistido en aquel trance crítico la plaza, donde a
duras pEnas se hacían los preparativos más nece
sarios para «impedirles la entradal’.
Dentro de la ciudad, se aprovechaban, las. horas
de la noche para efectuar la reparación de los daños
que se ocasionaban en los ataques diurnos; se re
partían los puestos, se bastionaban las puertas y
‘se señalaban los hombres que habían de acudir “a
la pólvora y municiones y proveyesen a cada puesto
para que no tuviesen necesidad de salir a buscar
lo necesario para la defensa de cada uno, por ha
berse echado bando, de pena de vida que ninguno
saliese de su puesto que tenían, sin orden del Go
bernador”.
Se prevenían materiales para los reparos; ha
ciendo faginas y saquillos para rellenarlos de tierra
y se trabajaba en los terraplenes de los cubos de
la muralla “con las mujeres que a nada se nega
ban”. Mientras tanto, los ingleses, haciendo, cavas
y trincheras, llegaron a ocupar el convento de
Santo Domingo, en cuyo campanario colocaron un
esmeril y algunos mosquetes y lograron en algunas
escaramuzas con las salidas que hacían los de la
plaza, apresar prisioneros, como lo fueron casi todos
Cebo
“1Garcje
Puentes
de
Rodr9ue
/
1’ g. 2
Betanzos
Crni,s del pi’obe.6/c,/,
pop /COPteo 9eIe
Á .9u/Qpb’,ob, cVrQ,e’sd
ui
33
los hombres de la Compañía de Juan de Monsalve,
quien murió en la refriega.
En el día 8, a las cuatro de la tarde, “tocaron
los enemigos caja pidiendo plática y con el tambor
venía un soldado con una carta en la mano, di
ciendo que querían dar al Marqués un recado de
parte de los Generales. El Marqués ordenó al Sar
gento Mayor (Luis de León) se pusiese en la mu
ralla y que si la plática era del rescate del capitán
Juan de Luna o de otro prisionero, le diese oídos,
y si no le mandase alargar”. Llegó a la muralla
Luis de León, y no queriendo tomar la carta sin
saber lo que era, dijo el que la traía:
“Que los Generales pedían la ciudad por el reino
de Inglaterra y que entregándosela usarían de cle
mencia, no mirando a la afrenta que en el año
antérior le había querido hacer nuestra Armada
y que no queriéndosela entregar usarían de todo
el rigor de la guerra, y que aunque estuviese dentro
todo el poder de España, la habían de tomar dentro
de dos días.”
A esta fanfarronada de los ingleses respondió el
Sargento Mayor que “el I1arqués la defendería por
quién la tenía de todo el mundo y que se largase”.
Hay que señalar que, estando en esta plática, un
arcabucero de la muralla tiró al parlamentario y
otro enemigo hizo lo mismo a la muralla; “el nues
tro se mandó entregar al enemigo y diciendo ellos
que lo aceptaban y querían hacer lo mismo al
suyo y que como fuese trocado el nuestro (que
sería perdonándole), no hubiésemos nosotros con el
otro; se les respondió que pues no querían ellos
castigar al que le entregábamos como él merecía,
lo haría el Marqués y que le pedían perdonasen al
suyo; con lo que se acabó la plática; apercibiéndo
nos para dentro de media hora, se les contestó que
desde luego podían comenzar”.
El heroísmo de que hacían constante prueba
los moradores de la ciudad no les impedía com
prender su crítica situación, y desesperando de los
socorros y auxilios que pudieran venirles, solicita
ron colectivamente la ayuda de Dios, obligándose
con un voto, que al final de este trabajo expone
mos textualmente.
El u de mayo y cuando ya el enemigo había
plantado su artillería en las más apropiadas con
diciones para batir la muralla, salió otra vez un
tambor a pedir plática; “y saliendo le mataron
por nuestra parte desde la muralla y por estar
avisados por el suceso pasado fué ahorcado el que
le tiró, con un papelón en el pecho que delataba
su delito”.
La reacción del enemigo al ser muerto su tambor
fué el batir muy aprisa con su artillería y mosque
tería, durante una hora, y al cabo de ella interesa
ron el por qué de haber ahorcado a aquel hom
bre, “que si era suyo querían hacer lo mismo con
todos los nuestros que tenían prisioneros”. Se les
mandó entregar el papelón que tenía al pecho, y
a su vista dijeron “que aunque no era costumbre
de soldados después de una intimación y de dis
parado el primer cañonazo admitir plática, que
por la ocasión de justicia que se había hecho en
aquel hombre, holgarían admitirnos a partido que
riendo entregarles la ciudad. La respuesta fué que
34
se largasen y que acabasen lo que tenían comen
zado”.
En los días sucesivos batieron fuertemente la
muralla con su artillería; volaron una mina que
habían hecho desde el convento, “que por ser corta
y flaco el cañón de ella, reventó por junto a la
muralla de la parte de afuera sin hacernos daño
ni las piedras que saltaron”, y posteriormente (el
día 14) otra más completa y larga, que dió lugar
a un porfiado asalto por la brecha, en cuya de
fensa se distinguieron nuestras fuerzas y especial
mente las mujeres, las cuales “no cesaron de pro
veer de piedras a los soldados y de tirar ellas tam
bién por la misma batería y algunas cargaban los
arcabuces y mosquétes por detrás de los soldados y
se los daban y tomaban para que ellos no cesasen
de disparar”.
Fué en esta ocasión de este asalto cuando un
alférez enemigo, desde lo alto de la brecha ani
maba y gritaba a su gente, hasta que una mujer
de las muchas que por allí había, llamada Mayor
Fernández de la Cámara y Pita (hoy día se la de
nomina María Pita), viuda de Gregorio Rocamun
de—el cual pocos días atrás había muerto en la
defensa de la plaza—, tuvo el acierto de matarle,
según unos de una pedrada y según otros de un
arcabuzazo, “y con esto causó alguna suspensión
a los que subían y estában peleando con los defen
sores, que ya se cansaban y con esto se animaron y
recobraron para repeler al enemigo”.
El historiador P. Mariana pone en boca de esta
mujer las siguientes palabras: “Buen ánimo, com
pañeros míos; seguidme y tomad ejemplo de mí,
porque en nuestras manos está pendiente el honor
del nombre español”, demasiado floridas para una
mujer enardecida por el furor de la pelea y en unos
momentos en que su ánimo no estaba dispuesto
para pensar en arengas patrióticas. Su -acción he
roica fué premiada por el rey con el sueldo de
alférez.
Los ataques de los siguientes días pusieron en
gran aprieto a los defensores; mas éstos, sin sufrir
desánimo, repelieron los continuos asaltos, así como
los intentos enemigos contra el fuerte de San An
tón, que quisieron atacar por el mar, y los de que
mar la ciudad “arrimando palos con alquitrán a
los voladizos de las casas que salían por encima
de la muralla”.
El día 17 pretendieron un trueque de prisioneros,
que no les fué aceptado, y dos días más tarde, des
pués de haber saqueado los arrabales y los lugares
entre la ciudad y Santa María deOza, reembarca
ron y se hicieron a la vela en dirección a Portugal,
una vez comprobado, a alto precio de vidas, lo di
fícil que les era conseguir sus propósitos por la
heroica actuación de los coruñeses.
Con esta breve reseña queda bien clara la forma
de ataque a las costas y la defensa de éstas durante
los comienzos de la Edad Moderna, cuando Juan
Manrique de Lara, Jefe Superior de la Artillería
Española, proyectaba los rebufos, cre/xntes y be
rracos y el matemático veneciano Tartaglia esta
blecía las tres partes de la trayectoria que un
siglo después aún admitía nuestro célebre artillero
Diego Ufano.
VALOR DE LAS PIEZAS ‘Y PERTRECHOS DE ARTI
LLERIA EN ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
De un nombramiento
de mayordomo
para la cuenta y
razón de la artillería expedido en 1542, extractamos
los
siguientes
valores a que se cargaban los efectos que es
taban a su cargo, en caso de falta o desfalco.
Por cada quintal de artillería labrada
Por cada quintal de pólvora52
Por cada quintal de plomo17
Por
cada
pelota
cañón
pelícano
bras)4
de hierro
(calibre
cada
6)
rs. y
y
cañón
salva/e
de
sacre
Por
cada
pelota
de a 2 2/2
de
falconete
y 22
(ca
(calibre
y 28
de
(calibre
Por
el de sacre
Por
y
el arcabuz
morriones20
con
Por
y
la docena
herradas2
de
todos
»
sus
Rrlación del bombeo que el ejército y la srmadcs nazal inglesa
de que eran generales Enrique Norris y Francisco Dra/e,
pusieron a la ciudad de La Coruña en 1589. (Manuscrito
contemporáneo
del hecho publicado en el Memorial de
Artillería en 1848).
Historia de Felipe II. Por Luis Cabrera de Córdoba. 1619,
y
o falconete7
y
aparejos
»
saetas
emplomadas
»
Por la pica con su cuchillo
hierro
y vara de fresno4
Por
la cureña
de
ñón
serpentino
y regatón
y 17
de
»
campo
larga
de ca
o salvaje,
completa
herrada9
y
también
completa
de Flandes
de dos
para
municiones88
*
y
Por
la de falconete,
idem,
fdem337
Por
el timón
para arrastrar
las cure
ñas,
completo
y herrado599
Por el cárro
completo
BIBLIOGRAFIA
15
Por
el cargador
y atacador
enastados
de cañón
pelícano
o salvajeo
Por
la de sacre,
herrada522
maravs.
de
li
»
pelota
y
12
y
Por
cada
pelota
de
libre
de a 16)2
Por
a
colado
de a s
132
carite y pescado el dicho dia de Nuestra Señora
por razón de la comida, que el Mayordomo solía dar á
los dichos cofrades. Y de más siendo Nuestro Señor ser
vido, de alzar dicho cerco, se hará una procesión general
de disciplinantes,
el dia que se levantare el cerco ó en el
siguiente. Y porque al presente no podemos exténder bas
tante esta memoria, nos obligamos con nuestras personas,
y bienes, de lo guardar y cumplir assi y extendermos
esta
escriptura de memoria y la otorgamos y firmamos de nues
tros nombres.
Basco Pillado. — Baltasar Tello de Guzman, chantre de
la Coruña. — Sebastián Varela. — Ares Gonzalez. — Pedro Jas
pe—El
licenciado Bargas.—Juan
Lopez de Ques.—Fran
cisco Labora. — Juan de San Lorenzo. —El relatór Osuna.—
El licenciado Gerónimo Fernaridez—Fernando
Alonso de
cano. — Luis Alvarez. —Juan Pereira de Castro.— El licen
ciado Rodrigo Lopez. —Juan Orugueira, —Domingo de Cas
tro. —Ares Lopez de Figueroa. —Esteban Varela—El
licen
ciado Layñas. —Ventura Mosquera.
»
y 26
»
y i6
»
y
8
La Casa de Austria.. Por Luis Ulloa Cisneros.
Artillería de los siglos XIV, XV y XVI. (Artículos del Me
morial de Artillería de 2884).
Derrotero de la costa Septentrional de Espcsña entre La Co.
ru’Pla
y el río Bidasoa. Publicación de la Sección de Hi
drografía.
1929.
1
ruedas,
y
8
Los demás efectos se valuaban por el Contadr
Gen si’ y
por el Teniente de Capitán General del pu to.euqie
ocu
rriera la falta.
VOTO’ DE LA CIUDAD
En la ciudad de la Coruña dia lunes áochode
el mes de
Mayo, día de San Miguel año del Sefior de mil quinientos
ochenta y nueve, decimos los moradores, é vecinos de esta
ciudad, habitantes é residentes en ella, que aqñf firmamos,
por nos, é en nombre de los demás que en ella vivieren é
residieren que profesamos, é hacemos voto solemne á Dios
Nuestro Señor, que en el dia de Nuestra Señora de l Visi
tación, que es á dos de Julio, en cada año librándonos Dios
del cerco, en que al presente estamos, por mandado de la
reyna de Inglaterra, de cuyo remedio no esperamos huma
nos, se dirá en el dicho dia, en el monasterio de Santo Do
mingo de esta ciudad, la misa, vísperas y sacrificios que
suelen decir los cofrades de el Rosario y se confesarán y
comulgarán
todos los que entraren en esta Profe8ón.
Y en lugar de la comida y otros gastos profans,
que en
el dicho dia suelen hacer, casaremos quince doncellas, a
razón de veinte ducados cada una que son trescientos du
cados, los cuales se han de repartir entre los vecinos4e esta
ciudad que hicieren dicho voto y más; el mayordono
que
fuere de dicha cofradía, á de dar limosna a todos los pobres
que le vinieren á buscar á su casa, de comer y beber, pan
R
o’e
a
/
la
5/ /,
e
Fon*i’»bo a’. 10
¡»/e&
P,imew,ao’.’c,an
a’. /on rnp/eso
O U Ip,n,c4
u
NORMASSOBRECOLABORACIÓN
EJERCITO se forma preferentemente con los trabajos de colaboración espon
tánea de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oficialidad, sea cualquiera su
empleo, escala y situación.
También publicará EJERCITO trabajos de escritores civiles cuando el tema y
su desarrollo interese que sea difundido en el Ejército.
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fique. Los utilizados en la Sección de “Información e Ideas y Reflexiónes” tendrán
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Revista de la Oficialidad de Complemento. Apéndice de Ejército, en iguales condiciones
que para Guión, siendo la remuneración mínima la de TRESÇIENTAS pesetas, y la
máxima,
de SETECIENTAS CINCUENTA.
—
36
iEii,pieo táclico coiiiparadodel pneiite Bailey
Teniente Coronel de Ingenieros, del Servicio de E. M., ANGELRIJIZ
E
Nlos Estados
Unidos,
que en nuestro
mundo
occidental
va país
destacadamente
a la
cabeza en la investigación y fabricación de ma
terial de guerra, se considera que el puente
Bailey está ya rebasado, no en su magnífica
concepción,
que seguirá vigente muchos años
aún, sino en relación con las necesidades ac
tuales. Por esta razón allí vienen trabajando
en un nuevo modelo que en síntesis es un Bailey
a base de paneles mucho mayores (4 metros
de largo por 2 de alto aproximadamente)
de
una aleación de aluminio muy ligera con cas
quillos y bulones de acero y de una anchura
de tablero también mayor (del orden de los
4 m.). Entre nosotros, el Bailey es.lo más mo
derno que en material de puentes tenemos en
servicio, si se exceptúa alguna unidad sobre flo
tantes más moderno aún; tan moderno que aún
no cuenta con él la totalidad de nuestros Re
gimientos.
Es asunto éste del puente Bailey que merece
ser estudiado en su adecuado empleo táctico
y en su comparación con otros tipos.
Para dicho estudio hay que partir, natural
mente, de un conocimiento previo del propio
puente y del problema general del empleo táç
tico de los materiales de puentes.
MARTIN, de la Jefatura de ingenieros del Ejército.
Sobre el primer punto remitimos al lector al
completo artículo “El puente Bailey”, del Ca
pitán Villota, aparecido en esta Revista (nú
mero 72 de enero de 1946). Sobre el segundo,
el problema general del paso de un río ha sido
expuesto también con mucha brillantez por el
Comandante
Adiados Vicente en su artículo
“Los Ingenieros en el paso de ríos”, aparecido
igualmente
en esta Revista
(número 173 de
septiembre
del año próximo pasado), y no pro
cede añadir nada a lo ya dicho por estos auto
res. TJnicamente nos ocuparemos aquí breve
mente del problema general fuera del caso del
paso de ríos.
Recordemos
a la ligéra que la G. U. Ejército,
para vivir y mantenerse precisa disponer al me
nos de un ferrocarril doblado por una o más
buenas carreteras y que necesita utilizar sobre
estas vías puentes permanentes
o semiperma
nentes, que no importa sean de no muy rápido
tendido, peró sí capaces para las mayores car
gas. Al C. E. le precisa disponer cuando• menos
de una carretera, mejor dos, y sobre ellas los
puentes deben ser también permanentes
o se
mipermanentes
y capaces para cargas muy pe
sadas, y aun no siendo ya admisibles para el C. E.
los tendidos muy lentos de los puentes de cir
37
cunstancias, no es tampoco imprescindible una
exagerada rapidez, ni imperioso el empezar el
tendido sin disponer de una cabeza de puente
de apreciable extensión que permita un trabajo
relativamente cómodo; sus puentes han de pres
tar servicio largo tiempo porque el C. E. no
abandona fácilmente sus itinerarios, y cuando
lo hace, éstos pasañ a serutilizados por el Ejér
cito. La División, finalmente, se mueve por iti
nerarios constituídos por caminos, carreteras o
trozos de unos y otras empalmados, mediante
pistas, en ejes de progresión que se van aban
donando a medida que avanzan los itinerarios
de C. E. y pueden por ellos adelantarse los Ser
vicios. Los itinerarios de la División son, pues,
circunstanciales y de uso temporal, ya que el
C. E. no los utiliza después, salvo algunos de ellos
que est,én en la prolongación de sus propios
ejes, por cuya razón asume sobre ellos desde
el primer momento el restablecimiento de los
pasos, descargando de esta atención a la Di
visión que sobre ellos avanza. La División, por
tanto, precisa un puente de uso puramente tem
poral pero de mucha rapidez de montaje y des
montaje, fácil transporte y posibilidad de esta
blecerse cuando aún no há dejado de recibirse
fuego, aunque lejano, de la Infantería enemiga.
Las cargas que debe admitir son las normales
de la División de que se trate; en algunos países
cuyas Divisiones van dotadas orgánicamente
con pesados carros de combate, tiene, natural
mente, que poder soportar el peso de éstos; en
nuestro país, donde por diversas razones táctico
topógráficas no es tan previsible esta asigna
ción orgánica, puede bastar un 20 a 25 tone
ladas.
Sentados ya estos precedentes, podemos. en
trar en materia.
1 Bailey, a nuestro juicio, entra de lleno en
la categóría de los puentes pesados, según va
mos a ver.
Atendindo a las cargas que puede soportar,
sólo es superado por los puentes de ferrocarriles,
para los que también es, eventualmente, uti
lizable.
Atendiendo a las luces que puede salvar, es
tamos en igual caso.
Atendiendo al peso propio tenemos lo si
guiente:
El Bailey, aunque teniendo en cuenta las car
gas admisibles es muy ligero, arroja los siguien
tes pesos:
Kg. por metro lineal en su estructura
5-5
»
»
a
»
D-S
1.200
1
»
»
T—S
1.400
»
1
D-D
i.Soo
»
»
»
T-T
x.ñoo
flotantes
sobre reforzado.
Son, pues, más ligeros que el Bailey:
El español P-io sobre caballetes367
Kg. x ml.
El
»
P-io sobre flotantes270
»
»
El americano “rápido sobre botes de asalto”
6o 1
»
Elíd. “de acero para ioTm. reforzable para i8 p. exactoig.
El íd. “M-3”)
5
El íd. para 25 Tm. sobre flotantes756
Kg. x ml.
Son,
en cambio,
similares
a él:
El español PL-3o843
a 1.064 Kg. < ml. (s. 1.)
El
Marteil2.500
»
El americano “cte carriladas M- 12.400
1
El
*
“decarriladas M-2”,.,
2.700 »
El
s
H-ao988
»
El
»
H-xopeso
exacto ignorado.
Por consiguiente
vemos
que, por el peso pro
pio, hay que incluirlo
en el grupo
de los puentes
pesados.
Atendiendo
a las velocidades
de tendido
se tie
ne 16 siguiente:
El
Bailey,
consultados,
según
se tiende
los manuales
a razón
de:
americanos
o,zo in. por minuto en su estructura S-S
a 0,24
»
1
» D-S
a 0,17
1
‘
1 T-S
o,T5ao,16
1
1
1
0,12
a Ó;13
1
0I7
»
»
sobre flotantes.
0,14
0,15
T-D
En consecuencia, resultan de tendido más rá
que el Bailev:
piSO
El español P-xo2,0
El
» PV-2o2,0
El americano “rápido
asalto”2,45
El
El
El
El
El
sobre
botes
a
a
de
americano
de acero
para
io Tm. re
forzabi.
para
s8 Tm. mixto
de caba
lletes
y flotantes0,05
americano
de acero para
so Tm. refor
zable
para i8 Tm. sobre
caballetes
so
lamente2,97
americano
de pontones
para 25 Toas,
i
“de carriladas
M-s”0,84
»
“de carriladas
M-2”0,84
Resultan
similares
al
Bailev
4,00
4,00
m. por minuto.
5
1
1
1
»
»
1
1,
»
0,42
en
»
»
velocidad
de
tendido:
El
americano “de carriladas
flotantes de x8.ooo Kg0,29
El americano H-io0,24
El
»
H-zo0,21
M-2 con
m. por
minuto,
1
Resultan, finalmente, muchísimo más lentos
de tender que el Bailey:
El español PL-3o2
El
» Martell3
horas por metro linea’.
» »
760
x.ooo
38
Pero ello a causa del tie»:po que exige la
construcción de los apoyos finales e intermedios.
Por tanto, vemos que, atendiendo a la ve
locidad de tendido, y si exceptuamos los PL-3o
Esquema d la
meto
del pua.Áe Bailey.
y Marteil, hay que incluir al Bailey también
en el grupo de los puentes pesados y, por tanto,
de tendido lento.
Creemos, con los datos comparativos prece
dentes, haber dejado razonada nuestra opinión
de que, en su versión normal, quees la de apo
yos fijos, se trata de un puente pesado y semi
permanente.
¿Cuándo es, por tanto, apropiado? Cuando
se requiere un puente pesado, o sea en los iti
nerarios principales de C. E. y Ejército.
¿Es un puente apropiado para División?
Evidente es que la División no puede, por
sí sola, resolver el caso del forzamiento de un
río, porque para ello tendría que llevar más In
genieros casi que Infantería y no sería una Di
visión ágil y maniobrera, arrastrando iempre
un lastre que sólo habría de utilizar en contadas
ocasiones. A la División hay que resolverle este
problema, e incluso al C. E.,’que tampocó puede
bastarse a sí mismo, precisando del auxilio del
Ejército que, llegado el caso, hará el refuerzo
con los medios de que dispone procedentes de
la Reserva General de Ingenieros (Tropas de
Pontoneros y Zapadores de la R. G.). Fuera de
este caso, la División hemos visto que habilita
un itinerario de uso temporal para cargas li
geras en nuestro caso, .ya que no lleva orgáni
camente carros; además, sobre este itinerario
general, elude las grandes bre.chas, que no le
interesan, resolviéndolas mediante la construc
ción de “desvíos” para tener que instalar sólo
puentes de luz muy corta.
Sería inádecuado dotarla con un material apto
para grandes luces, para cargas muy superiores
a las que tiene que soportar y de tendido más
lento que lo necesario. Sería, además, un des
perdicio de material caro.
Necesita, en suma, un puente más ligero.
Buena prueba de ello es que los americanos,
que si llevan cargas pesadas (6 Compañías. de
tanques pesados—4o toneladas—en la Divi
sión), a pesar de existir y teñer el Bailey en
cantidad, no lo asignaban a las Divisiones, sino
que dotaban a éstas con el puente “de carrila
das”, y hoy, considerando este tipo pesado y
anticuado, no lo han sutituído por el Bailey,
sino qúe han ideado otro material (el puente
aerotransportable para 50 toneladas).
Además, la División no necesita mucho puen
te. En nuestra guerra, sabido es que no llevaba
ninguno, acudiendo, cuando era necesario, el
C. E.; lá División sólo hacía “desvíos” y, a lo
sumo, en el fondo de ellos, un pequeño puente
de circunstancias o un tramo de C. G. 1; (ante
cesor del PL-3o). Los mismos americanos, que
llevaban en su División, cuando yo visité la
que tenían en Alemania en 1950, 26o metros de
puente de carriladas M-i, según informes de
otra visita muy reciente a la misma Unidad,
han reducido su dotación a unos cuantos tramos
sobre caballetes, coincidiendo con la doctrina
española en esta materia.
No es apropiado, por tanto, el Bailey para
el escalón División. No está concebido este ma
terial para desperdiciarlo en salvar alcantarillas:
aquí un tramo de dos paneles, allá otro de seis.
Hay, sin embargo, que exceptuar a las Di
visiones de Caballería y Acorazadas. Estas Di
visiones, concebidas fundamentalmente para la
explotación del éxito, profundizan ampliamente
en terreno enemigo, una vez conseguida la rup
tura del frente y, en su norma de eludir las re
sistencias para alcanzar los puntos vitales de
la retaguardia enemiga, cambian frecuentemente
de dirección de marcha y de itinerario. No es
posib1e saber de antemano si van o no a tener
que cruzar un río o salvar una brecha conside
rable, y han de hacerlo rápidamente, sin meterse
en grandes trabajos de explanación de desvíos.
La velocidad que debe caracterizar su actuación
no da tiempo para ello. Tampoco lo da para
pedir, y esperar a que lleguen, unidades de
puentes de la .Réserva General, y en el caso de
tener que forzar un río, seráporque esté prác
ticamente desguarnecida la -otra orilla (si no
es así, no intentarán el paso y se irán por otro
lado), por lo que no se les presenta el caso de
tener que montar la clásica operación que tan
bien describía el Comandante Adrados én su
artículo citado. Su problema, ante el río, es- el
puramente técnico de tender el puente tras el
paso preliminar de muy pocas fuerzas en unos
cuantos flotantes. Como su ligereza no permite
dotarlas con mucho material, conviene dotarlas
con uno que sirva igual para el caso del río
que para el de gran cortadura y esta condición
sí que la reúne el puente Bailey en sus unidades
sobre flotantes, que resuelve el caso del río y
con cuyos elementos, prescindiendo de. los flo
tantes, puede támbién hacer frente al caso de
brechas en seco.
39
El C. E. es otra cosa. Su itinerario no es ya de
uso temporal, no sólo porque el C. E. lo utiliza
más tiempo, sino porqúe luego pasa a ser usado
por Ejército, según dijimos. El C. E. seguramen
te sí llevará siempre cargas pesadas, no sólo
porque
lo es su Artillería, sino porque, con
toda seguridad, tendrá unidades de carros pro
pios o afectos. Necesita instalar, como dijimos,
puentes pesados de tipo semipermanente,
gran
resistencia
y prolongado uso; aquí sí que está
plenamente
indicado el puente Bailey.
¿En cuál de sus variedades? En los Ejércitos
de países cuyos territorios son abundantes
en
ríos caudalosos y prácticamente ausentes de cor
taduras,
o que se preparan para combatir en
tales territorios,
Bailev sobre flotantes. En el
nuestro, que está en el caso inverso, Bailev so
bre apoyos fijos, coñcentrando
los de aquella
otra característica
en la Reserva General para
su empleo donde verdaderamente
haga falta.
No obstante, y como el Bailey es un material
caro que no conviene desperdiciar desperdigán
dolo en las pequeñas brechas, conviene que el
C. .E. además de su dotación de Bailey, lleve
algunos tramos de otros tipos existentes para
estos casos. de menor cuantía. En nuestro caso,
no estará mal llevar algunos tramos de PL-3o
para esta previsión.
En el escalón Ejército, aún con más razón
que en el C. E., el Bailey parece imperativo.
Sin embargo, teniendo en cuenta que en este
escalón ya no es siempre tan urgente el tendido,
si se dispone de otros materiales aptos para
grandes cargas y luces, aunque sean más lentos
de tender, convendrá usarlos para ahorrar Bai
ley, dado que siempre será poco todo el que se
tenga. Entendámonos:
decimos “si se tiene”,
en el sentido de aprovechamiento
de existencias
útiles, no en el de que, si no se tiene, se vaya a
construir. Si no hay existencias de otros..., pues
Bailey solamente y saldrá ganando la unifica
ción del material y la simplicidad de la instruc
ción. Pero si se tiene..., hay que aprovecharlo;
el material de puentes es costoso, difícil de ad
quirir y tiene poco valor en venta.
Es lo que nos sucede a nosotros con nuestros
PL-3o y Martell, de los que tenemos aprecia
40
bles cantidades; no se pueden tirar por la borda
alegremente. Sospecho que nuestros amigos ame
ricanos harán lo mismo, a pesar de su riqueza,
porque esa norma siguen con armamentos que
consideran ya anticuados, pero que siguen usan
do en razón de los grandes stock.s que de ellos
poseen.
En el escalón Ejército, pues, habrá que prever
un uso intensivo del puente Bailey por las uni
dades de Zapadores y Camineros (versión apo
vos fijos) y de Pontoneros afectos (versión sobre
flotantes),
pero sin descartar un uso, también
intenso, de los tipos PL-3o y Marteil en itinera
rios secundarios y aun en los principales, caso
de no gran urgencia.
Bien entendido que en ningún caso debe cons
truirse más material de los dos últimos tipos
citados, sino simplemente aprovechar el exis
tente. Desprendernos de ellos antes de que estén
sustituídos
por el Bailey en cantidad, sería, a
nuestro juicio, una temeridad.
Ni siquiera lo
juzgamos admisible so pretexto de que podría
venderse para, con el dinero obtenido, adquirir
o construir más Bailey; pues, en primer lugar,
probablemente
por mucho material se obtendría
poco dinero y, por tanto, poco Bailey, y, en se
gundo, nunca estaríamos seguros de que el di
nero obtenido no fuese absorbido por otras
atenciones
consideradas
de momento más pri
mordiales,
y nos quedaríamos con un Parque
de puentes muy escaso. Hay que modernizar, sí,
pero con precaución.
En el escalón Reserva General de Ingenieros
no hemos de insistir, ya que son válidos para
él cuantos razonamientos se han hecho para el
escalón Ejército, a reforzar el cual están desti
nadas, en definitiva, las tropas de dicha Reserva.
Resumiendo,
creemos que el empleo táctico de
los puentes Bailey tiene su marco adecuado en
los escalones C. E. y superiores y nunca en las
Divisiones,
salvo las de Caballería y Acoraza
das. Y que su empleo debe ser simultaneado
y
a’oyado con el de los tipos PL-3o y Marteli a
título de aprovechamiento
de existencias útiles
y ahorro de Bailey a fin de tener en la mano
siempre la mayor cantidad posible de este inte
resantísimo
material.
El hifaifle
y suarria iidividua1
Comandantede
Infantería, Diplomado de E. M., FERNANDO DE SALAS LOPEZ.
Profesor de la Escuela de A. y T. de Infantería.
IMPORTANCIA DEL HOMBRE EN EL MOMENTO tadas por el agresor sin que éste emplee la bomba A
A CTTJAL
o la bomba H, y sin que éstas sean efectivas para
detenerle”.
Aunque estamos viviendo los primeros años de
La posesión de estas armas por ambos bandos y
la Era Atómica, es muy probable que la guerra el temor a las represalias pueden ser dos funda
-tarde bastante en tener un carácter atómico, y mentales móviles para su ausencia del campo de
aünque no se empleen estas armas en un futuro batalla. Por tanto, no es demasiado aventurado
conflicto. Tampoco parece que la guerra a distancia esperar que la próxima guerra tendrá, en sus prin
de tipo “robots” vaya a tomar carta de naturaleza
cipios, el aspecto que podemos calificar de “nor
en la G. M. III. Técnicos de la personalidad de mal”, aunque luego aparecerán nuevos métodos es
Severski, una de las principales figuras mundiales tratégicos, tácticos y medios que le darán su fiso
en la fabricación de armas y aviones, afirmaba, en nomía particular. Por otra parte, las guerras de
una conferencia pronunciada en la Universidad carácter restringido que vamos conociendo: Corea,
Aérea de Chicago, que la guerra a base de “apretar
Indochina, etc., responden al tipo clásico, con el
un botón” se encuentra todavía en un período muy empleo algo tímido, nunca masivo, de nuevas armas
atrasado en la imaginación de los pensadores (i).
y métodos de combate.
Por su parte, el publicista inglés Capitán Liddell
Quizá sea por contraste, en medio del mundo
Hart escribía en un reciente artículo: “Cuando se supertécnico en que vivimos, pero el hecho es que
habla de la guerra futura, la mayor parte de la en todos los Ejércitos es al hombre al que se dedica
gente piensa principalmente en la bomba atómica principal atención y el que es considerado como
y en la bomba de hidrógeno y cae en el peligro de elemento fundamental de la lucha (i). Su moral,
olvidar otros riesgos. La Europa occidental, la me instrucción y preparación bélica es cada día más
ridional, el Oriente Medio, Africa, la India, el Asia compleja y difícil de lograr, y el armamento indi
del SO., todas las regiones continentales exteriores vidual y colectivo que ha de manejar, el resultado
al telón de acero pueden ser invadidas y conquis
ele solucionar numerosos e intrincados problemas.
(x)
“Revista de Aeronáutica”,
y núm. 88, marzo x948.
núm. 84, noviembre
1947,
(i)
“Proyecto de Doctrina para el empleo
las Armas y Servicios”. Madrid 1954.
táctico
de
41
Dentro del marco de nuestro Ejército y concreta
mente de la Infantería, preocupa extraordinaria
mente el armamento con que habrá de ser dotada,
sin tener que transportar sobre sí un excesivo peso
debido a las armas y municiones, pero pudiendo
estar en condiciones de desarrollar en un momento
determinado una gran potencia de fuegos, que es
una de las características más acusadas del com
bate actual por parte de los dos bandos (i).
Y aquí surge la dificultad: La cuestión no está
resuelta ni lo estará nunca en absoluto, aunque sí
se pueda llegar a encontrar soluciones aceptables;
los avances de la Técnica responden cada vez más
adecuadamente a las exigencias de la Táctica, y es
factible lograr armas en las que se den de manera
ponderada y armónica el poco peso y la gran ve
locidad de tiro, factor este último que, en unión
del tiempo, del efecto útil y del número de armas,
nos dan el concepto de “potencia de fuego”.
La tendencia es que un fusil reern
place a estos siefe
,ri/an/CO
Belga Calibre165m172
i*”ode/o£
Italiano Cal,breó.5mrn.4fod /89/
LAS ARMAS DE INFANTERL%
W
Para cumplir sus misiones necesita la Infantería
una variada gama de armas que van desde la gra
nada de mano a las armas de a bordo del carro de
combate, pasando por el mortero de 120 mm. y el
cañón de Infantería. Su clasificación, por tanto,
resulta incompleta si tratamos de agruparlas aten
diendo a una sola de sus características: calibre,
velocidad inicial, empleo, personal necesario, ma
nejabilidad y curvatura de trayectorias, y por eso es
necesario combinar varias, y así cabe distinguir:
ligeras de tiro
.
Armas.
tenso: i•ndividuales
curvo:
individuales
Calibre 170rn7.Sbo,t-Iee-uiifiI1
frances. Calibre Z5iv
,ffoo/o /936
Griego Ca/íbreó.5mm 1#od 1903 14
a
—
Nori,ego Calibre 6.5,nm ,%fode/o
1894
y co1ectvas.
colectivas.
‘
tenso: colectivas.
curvo: colectivas.
lladoras con suficiente profusión como para cam
biar el orden de combate, pasando del lineal al
Solamente vamos a considerar las armas ligeras orden profundo, todavía en vigor. Los fusiles de re
de tiro tenso que constituyen el armamento indivi
petición desempeñan el papel de arma individual,
dual básico del infante.
y como automática ligera se emplean los fusiles
ametralladores,
arma colectiva de Escuadra.
También aparecieron las pistolas ametralladoras,
ANTECEDENTES HISTORICOS
que en sucesivas perfecciones se han convertido
en subfusiles y “metralletas”. En ellas jalonamos
Para enmarcar las actuales tendencias, dentro de la primera tendencia al automatismo en las armas
esta especialidad de armas que hemos mencionado. ligeras e individuales de la Infantería, siendo debida
conviene recordar la decisiva importancia que ha su concepción y desarrollo a la necesidad sentida
tenido el fusil individual en el desarrollo de las en el campo táctico de lograr una mayor potencia
contiendas. Así ocurrió no sólo en la guerra austro- dc fuego en la Infantería, especialmente en el asalto
prusiana de i866 y en la de Prusia con Francia
y en la defensa a cortas distancias. Los subfusiles
en 1870, SiflO en las posteriores a éstas hasta la y metralletas disparan munición corriente de pis
G. M. 1 (2). En esta última se emplean las ametra
tola, con una bala de unos ocho gramos de peso y
de no muy buenas condiciones balísticas, pero sus
(i)
Una prueba del deseo de conservar al combatiente
Su peso me
y de atenuar los riesgos a. que se encuentra sometido la. tituyen a las pistolas ventajosamente.
dio
oscila
alrededor
de
los
4
kilogramos
y su al
tenemos
en el conocido “traje acorazado”
construido
a
base de nylonmarzo-abril
y ensayadode 1952.
en Corea. Revista americana
cance eficaz no pasa de los 200 metros, aunque al
“Ordnance”,
gunos modelos lleven graduada el alza hasta los
pesadas
(2)
1954.
42
Literatura
de tiro
Militar, F. de Salas y F. Nestares,
Madrid
1.000.
Fusiles
El soldado
-
Nuevos y antiguos
(le Iflf8tri
ema
da! fu/en-o u/ll,zarg
da efos:
Zó2nzoz
3.7K4,
/O5CD,
racterísticas, y entre las consecuencias que de su
empleo se sacaron están en el ánimo •de todos las
siguientes:
excesivo alcance del fusil y mosquetón de repe
tición con SUS 2.000 metros, siendo práctica
mente ineficaz a distancias superiores a 200 me
tros si se realiza la puntería por sus medios
normales de alza y punto de mira. Los tiradores
selectos son una excepción.
T -44
A mer, ano
ui:r.-
y
Capac/dgdde/
CarÇJ’do,’ /00
20 capkkho
CaI,bre
P030
3.9A
Z62,rnz,
,Á1
i;;i
8a
8/0-840
4
cap.
geobi’
Loagilexi
‘O5cm.
..
8/0-840 n4
20 cap/ucbos
Ca/,bre
Lo#gilod
11/cm
4.3A7
M-)
Actual
(Garancl)
——
Necesidad de dotar al escalón de asalto del ma
yor número posible de infantes con el arma
mento apropiado (abundantes granadas de mano
y arma automática ligera), por lo que fueron
muy codiciadas las de tipo ametrallador para
en lucha individual de hombre a hombre elimi
nar las últimas resistencias enemigas, después
de realizar el asalto al amparo del fuego de las
armas pesadas de Infantería, de la Artillería y
de la Aviación táctica.
ÁPARItIO
DEL AUTOMATISMO
EN LOS FUSILES
-
La G. M. II se caracteriza, desde este punto de
vista,
que venimos considerando, por haberse em
Cóøac,o,o’ del
8fO-84Qm/s
ca1980bp
pleado desde su comienzo los “fusiles semiautomá
8ca/e,c»o
ticos” y haber nacido en sus postrimerías el “fusil
EJ cattuxho eg/o, .era m, co,’/o. ma.ç cmpecto:
de asalto o automático”.
Los ensayos iniciados en r88i para lograr fusiles
Nuevo modelo
Cartucho
actual
semiautomáticos
(realizan automáticamente las ope
T 65
Cal l62,rn,7.
raciones de carga, pero el disparo es tiro a tiro)
Cal 162am
tuvieron una realización concreta en 1929, que se
¿o/’gIf ud
ion,qitud
comenzó a trabajar en los Estados Unidos sobre el
lf’7rn?
8lmm.
fusil Garand adoptado oficialmente en 1936. Los
Pe,w
Peso
rusos producen el Simonov en 1936 y el Tokarev
23.5g’.
26.7gr
en 1938. Es tan importante este primer paso, que el
Ve/oc/ciad
Ve/o
Teniente Coronel Allen (i) llega a afirmar que la
8I0-84Oes/s
8.V-840m,&
“adopción del fusil semiautomático obligará a una
nación enemiga a adoptarlo también, si no quiere
verse envuelta en el riesgo de perder la superio
Desde la aparición de la pistola ametralladora ita
ridad de fuego”.
liana modelo Fiat 1915 (i), el número de modelos
Fué Alemania la que obedeciendo a una nece
fabricados de este tipo de armas en todos los países sida,d táctica muy sentida, empleó por vez primera
es muy considerable (2).
el fusil totalmente automático, al que dió el nombre
Durante nuestra Guerra de Liberación nos vi de MP-43, denominándolo posteriormente
“fusil
mos obh4gados por necesidad a manejar armas in de asalto” MP-44. Al terminar el conflicto, la casa
dividuales de muy diferentes procedencias y ca Mituser había fabricado ya el MP-45 (2). Sus prin
cipales características son calibre de 7,92 mm., lon
(r)
Conviene recordar que, tal vez por efectos de propa
gitud inferior al metro, y peso, sin cargador,. algo
ganda u ..otras razones, el caso es que con demasiada fre
cuencia a1ribuyen en los fabricantes a un arma cualidades
superior a los, cuatro kilogramos, cón un alcance
de todo órden que están muy lejos de alcanzar. Parece
eficaz de 400 a 5oo m. Puede hacer fuego tiro a
que una,, cosa tan concreta como es un arma y tan fácil
Velocjd,n,c,,ó,/
-
de comprobar, no debería estar sometida a esta clase de
datos falsos.
(a)
Subfusiles o pistolas ametralladoras, por el Inspectos
Morawietz.
Revista EJÉRCITO (Traducción), núm. 41, junio
dex43.
(i)
Fusiles automdtieos. Visión de su desarrollo y ca•yaç
terísticas. Revista “The Army Quarterly”, nóm. r, octubre
de 1951.
(al. El fusil de Infantersa, por Luis Wilhelmi Castillo.
Revista EJÉRCITo, núm. 140, septiembre de 1951.
43
tiro y ametrallador, y la capacidad del cargador es
de 20 cartuchos. Estos son menos potentes que los
normales, con lo que se consigue un menor im
pulso de retroceso y la necesaria precisión a las
distancias de empleo.
Las ideas fundamentales que los alemanes tu
vieron presentes para su fabricación están amplia
mente expuestas por el Mayor General Kittel (i), y
es muy probable que de haber continuado en sus
experiencias, hubieran llegado al arma unitaria de
tiro tenso de Infantería.
CONCIEPClONES Y REALIZACIONES ESPAÑOLAS
Desde hace tiempo se viene trabajando en el
fusil automático o fusil de asalto en nuestros cen
tros de investigación y fábricas militares, y los pro
vechosos resultados obtenidos han sido la cons
trucción de dos modelos de concepción y funcio
namiento diferente, uno a base de automatismo
por toma de gases y el otro obrando directamente
los gases sobre la cabeza de cierre, pero de caracte
rísticas análogas y de una bondad y rendimiento
que está a la altura de los mejores extranjeros y
aun les supera en algunos aspectos. La munición
de ambos es especial de 7,92 mm., aunque la sus
TENDEMIAS
ACTUALES EN OTROS PAISES titución del tubo para emplear el cartucho de la
NATO de 7,62 no ofrecería dificultades. Su cartu
cho reducido presenta muy estimables cualidades,
Terminada la G. M. II, la tendencia al automa
tismo se manifiesta de manera decisiva. Y unas porque su pequeño efecto de retroceso permite el
naciones por su propia iniciativa y otras para no cómodo manejo por nuestro sldado de tipo medio,
para poder realizar el fuego desde la posición de
quedar retrasadas en tan importante cuestión, de
pie e incluso marchando, y también porque da unas
dican su actividad y esfuerzo a los fusiles auto
buenas cualidades balísticas a la bala. Uno de estos
máticos.
modelos ha sido ensayado. en los Estados Uni
Pero la realidad es que ningún país está satisfe
cho con los prototipos logrados y continúan la in dos (i) y ambos continúan el período de pruebas.
Pero es muy interesante destacar que estas armas
vestigación y experiencias. También existe el deseo
“están naciendo’ y el proceso de fabricación y me
inmediato de lograr el fusil de la NATO.
Descartado ya el fusil inglés EM-2, la elección jora de un arma no se hace en un día. Normalmente
recaerá bien en el americano T-44, ó en el bel requiere de tres a doce años, divididos en diferentes
ga FN, casi iguales en sus características más im fases (z). La primera de ellas es la creación del
módelo piloto que representa al arma en sus as
portantes y ambos con cargador de 20 cartuchos
pectos esenciales. La siguiente etapa es de “eva
y calibre de 7,62 mm. (2) y (a).
Parte del problema de la elección lo ha resuelto luación”, realizándose los cambios pertinentes. La
ya la NATO al decidirse por el cartucho americano segunda fase consta de las mismas etapas que la
de 7,62 mm. T-65 para todas las fuerzas que la primera, pero haciendo un mayor número de prue
integran, estando por tanto en vías de su rápida bas con el segundo modelo piloto, y es cosa fre
solución la cuestión del armamento individual del cuente que se repita esta fase hasta media docena
soldado occidental. Si hoy hubieran de entrar en de veces. En la fase tercera se construyen de tres
a seis armas idénticas con tolerancias estrechas
acción los países que forman la NATO, sus Ejér
citos estarían dotados de siete fusiles distintos con que aseguren la intercambiabilidad de piezas y la
siete cartuchos diferentes. La misma División de futura fabricación en serie. Es normal realizar va
Infantería americana tiene en servicio cinco fusiles rias series de seis con algunos centenares de mo
delos antes de llegar a la adopción definitiva. Du
con tres tipos de munición.
Durante los próximos años será necesario em rante lá fabricación también se introducen algunas
mej oras.
plear millares de millones de dólares para sustituir
Como puede apreciarse, es un dilatado y conti
las existencias aliadas, que ascienden a unos diez
nuado esfuerzo que absorbe a técnicos y tácticos
millones de fusiles distintos ().
(usuarios), que han de poner en ello todos sus co
(i)
Devolved a l Infantería su empuje. Revista EJÉRCITO nocimientos, experiencia y juicio.
(Traducción),
núm. 174, julio de 5954.
(2)
El nuevo fusil automático norteamericano,
Revista
EJÉRCITO
(Traducción), núm. 149, julio de 1952.
()
El nuevo fusil automático adoptado or la NATO
y sus peculiaridades constructivas.
Revista EJÉRCITO (Tra
ducción),
núm. 170, marzo de 1954._N0TA.—AuflqUe
a
juzgar por este título ya ha sido adoptado oficialmente el
fusil NATO, en el mismo artículo se hace constar que sola
mente se trata de la adopción por los ingleses el 59 de enero
de 5954 del fusil FN de 7,62 mm., sin que hasta la fecha
se haya producido la definitiva elección.
()
Datos recientes sobre los fusiles de -Infantería.
Re—
vista americana “U.S. News World Report”,
25 de diciem
bre de 1953.
44
TEORIAS SOBRE EL EMPLEO Y ADOPCION
DEL FUSIL DE ASALTO
Pero en esta inquietud intelectual que se vive
en el mundo de las armas, no todos son partidarios
()
Revista EJÉRCITO, nóm. 579, diciembre de
6i.
(2)
El nacilniento de un CrIne. Revista “Ordnance”,
mayo-junio
de 5952.
página
de los fusiles de asalto ni creen que puedan ser el
arma unitaria que sustituya a pistolas ametralla
doras, fusiles semiautomáticos y fusiles ametralla
dores.
Para muchos tácticos, el combate de la Infante
ría no es ya el apoyo combinado y recíproco del
fuego y del móvimiento de los hombres del escalón
de ataque, a base de la recíproca protección de la
Escuadra de fusileros granaderos y la de fusil ame
trallador (i). Ven este combate, acercándose al
contrario, lo más rápidamente posible, los soldados
del escalón de ataque, pero sin hacer ellos fuego,
protegidos por las armas pesadas de Infantería y
la Artillería, hasta llegar a la posición enemiga,
donde la primera arma que emplean es la granada
de mano. Luego se desarrolla el combate dentro de
la posición enemiga, que ventila y resuelve, prácti
camente solo, el asaltante, y parece que es en esos
momentos cuando precisa el arma automática que en
pocos segundos sea capaz de lanzar un “mazazo de
proyectiles” sobre el enemigo que resista o que huya.
Pero esta última necesidad la cubren perfecta
mente las pistolas ametralladoras, subfusiles y me
tralletas, muy ligeras, de sencilla fabricación y pocó
coste, permitiendo ádemás al soldado llevar más
cantidad de municiones.
No pueden desestimarse totalmente las tesis ex
puestas,
pero conviene tener presente que las
armas del Infante también hay que emplearlas en
situación defensiva, y en ella la ventaja de los fu
siles de asalto en relación con.las anteriores se mani
fiesta por poder hacer fuego eficaz a los 6oo m., que
en las otras queda reducido a ioo m.
Hay quien preconiza un arma única que susti
tuya a todas las de tiro tenso, como el americano
Dom Crawford, siendo para él lo conveniente que
el infante vaya dotado de un arma que reúna las
mejores caracteristicas del fusil semiautomático y
del F.A. (2). Desde el puiito de vista sobre estas
(x)
La Infantería en el ataque. El mal llamado escalón
de fuego. General Alonso. Revista
EJÉRCITO,
núm. 62,
marzo de 1954.
(2)
Buscando el arma ligera ideal, Revista EJÉRcITo
(Traducción),
núm 104, septiembre de 1948.
armas de un experto inglés, una de las más ade
cuadas era el MP-44 alemán y se debe ir a una
parecida y de gran simplicidad (i). Al considerar
la calidad del armamento ruso, el americano Roger
Marsh asegura que existen indicios suficientes para
considerar que el fusil semiautomático Tokarev ha
sido convertido en totalmente automático (2).
Como resumen de estas tendencias y opiniones,
llegamos a esta cuestión concreta: “Que el auto
matismo se ha impuesto en las armas individuales
ligeras de tiro tenso”, y es mucho lo que la técnica
ha conseguido hacer, ya que con un peso análogo
al del fusil de repetición, sobre los cuatro kilogra
mos, tenemos armas que nos permiten el tiro en
ráfagas.
A nosotros como Infantes, no nos preocupa cuál
ha de ser “el modelo o marca” del fusil de asalto a
emplear, siempre que reúna las condiciones nor
males que se le exigen, puesto que en el transcurso
del tiempo hemos de conocer varios, dado que la
perfectibilidad es una de las características propias
de las armas. Pero con ellas en la mano, apreciamos
el gran paso que se ha dado para dar a nuestra
arma la potencia, alcance y agilidad suficientes
para poder realizar operaciones ofensivas y defen
sivas con mayor garantía de éxito, especialmente
ante la posibilidad de empleo en el campo táctico
de proyectiles atómicos que obligarán a la Infan
tería a una honda transformación orgánica para
aligerarla y hacerla más maniobrera.
INFLUENCIA DIEL FUSIL DE ASALTO
EN EL INFANTE
Muy dignas de meditación son las cuestiones que
se derivan de la adopción de un arma de este tipo,
pues solamente en el aspecto de fabricacjón reque
rirá la puesta a punto del utillaje para sacar el de
bido rendimiento a la estampación con materiales
económicos de chapa, a fin de ahorrar horas de
trabajo y conseguir precios reducidos, lo que su
pone apartarse de los sistemas tradicionalmente
empleados en el ajuste y la precisión (a). La fa
bricación de la munición con el cartucho nor
malizado de la NATO o bien con el que se
adopte reglamentario, tampoco está exenta
de dificultades, dadas las grandes cifras glo
bales que tiene que alcanzar la produc
ción.
Para la Infantería, es lógico que esta nueva
arma origine una serie de problemas que afec
tan a cuestiones tácticas, técnicas y orgánicas.
Armas para la Infantería.
Revista “British
julio de 1951.
(2)
Révista “Ordnance”, julio-agosto de
()
El fusil automático para la Infantería. General
Scheneider, Revista EJgRcITo
(Traducción), núm. r,
diciembre de 1954.
(i)
Journal”,
45
2.
a) Cuestiones tácticas.—Hasta el momento, cada
nación ha asignado una misión distinta a los fusiles
de asalto, y por ello las características técnicas de
los modelos creados y la organización adoptada
para las pequeñas unidades es diferente.
Unos se limitan a aumentar el fuegp de los fusi
leros granaderos dotando a la mitad de ellos de
fusiles de asalto, continuando el resto de los fusi
leros con armas semiautomáticas y dentro del Pe
lotón con la Escuadra de fusil ametrallador.
Otros han sustituido totalmente las armas semi
automáticas y de repetición por fusiles de asalto.
Y los más avanzados nos muestran un Pelotón
a base de fusiles de asalto, del que ha desaparecido
el fusil ametrallador. El General Kittel dice en su
artículo ya citado: “El fusil ametrallador, que
una vez metido en duros combates absorbe a los
asaltantes para su servicio, es necesariO que vuelva
a dejar libres.a éstos”.
automática más potente, pero también más com
pleja y con mayores servidumbres que las que ve
nían usando.
Problemas de tan difícil solución como el mu
nicionamiento de los primeros escalones de Infan
tería se dificultan considerablemente con estas ar
mas, dotadas de velocidad de fuego de.500 disparos
por minuto y sin otro. inmediato proveedor de mu
niciones que el mismo hombre que la utiliza.
La dirección de fuego en el ataque, práctica
mente imposible de dirigir personalmente por el
Oficial, convierte a cada soldado en director de su
propio fuego, lo que se traduce en una mayor di
ficultad en la instrucción individual para el combate
y en la colectiva de cada Unidad,
*
*
*
En síntesis, sacamos como consecuencia que si
bien el fusil de asalto es un arma más potente y
eficaz en maños del Infante, le crea una serie deb) Aspectos técnicos.—Como se desprende fá servidumbres que le obligarán a ser más rigui’osa
cilmente, las necesidades técnicas del arma varían mente instruído para su manejo, y que el único
en cada uno de los casos de combate que se consi
antídoto para superar estas deficiencias estriba en
deren, desde unas características análogas a las conseguir gran “disciplina, de fuegos” para lograr
del mosquetón hasta las propias del fusil ametra
que éste sea útil y no se desperdicie por un nervó
llador.
sismo individual o colectivo. Solamente podrémos
c) Organización de las Unidades.—Hoy son rna decir que tenemos combatiente cuando haya la se
guridad de que el soldado sabe cómo y cuándo em
chos los Infantes que abogan por la desaparición
del fusil ametrallador, que da excesiva rigidez al plear su fuego y que los cartuchos son de muy difí
cil reposición y es deber suyo administrarlos debi
Pelotón, para conseguir uno más homogéneo y fle
damente, ya que con armas de este tipo en un mi
xible, si bien dotando orgánicamente de ametralla
iiuto puede tirar toda la dotación de municiones
doras ligeras a la Compañía (i).
que transporta sobre sí convirtiéndola en inser
Es indudable que es necesaria la adecuada am
bientación y preparación para el gran salto que se vible.
En las guerras modernas, y a pesar de la gran
va a dar cuando cada soldado disponga de un arma
cantidad de medios que suelen emplearse, hay tam
bién muchos momentos de crisis en sectores deter
(i)
En esencia, ha desaparecido en las ametralladoras
modernas la diferenciación
entre ligera y pesada, por el
minados, como señala acertadamente un General
arma en sí; es función del trípode. Si éste es pesado, la ame
alemán cuando glosando la G. lvi. II escribe: “Todos
tralladora es pesada; si emplea patines análogos a los del FA.,
los adelantos de la técnica no pudieron evitar que
es ligera. La ametralladora
alemana MG-42, cuando hace
en la pasada guerra el Infante haya marchado,
fuego sobre trípode de 19.8 kilogramos, es ametralladora
haya sudado y haya padecido más que en nin
pesada (i kilogramos). Si utiliza los patines, es ametra
lladora ligera o FA. con 11,24 kilogramos. Como estas
guna otra época, ni que jamás se le haya exigido
dos últimas armas se están confundiendo también, resulta
tanto, física y moralmente, como ahora.
cada
vez más difícil distinguirlas.
Lea Ud. “Guión” y la “Revista de la Oficialidad de
Complemento”,
donde encóntrará una ampliación es
timable de las informaciones de EJERCITO.
46
La zona de retagúar—
dia.ytvan8portes.
Comandante de Ingenieroe, del Servicio de E. M., JUÁN MANUEL SANCHO-SOPRANIS
SEGUNDA
PARTE
L—INTRODUCCION
1. Én la Primera Parte de este articulo, publicado
con este mismo título én el número 167, correspondiente
al mes de diciembre de 1953, se expusierón los proble
mas que plantea la batalla moderna a la Zona de Reta
guardia y Transportes.
Se clasificaron dichos problemas, no por orden de ini
portancia, sino por órden de prioridad.
Eran estos problemas;
A.—Primera
categoría: para que haya y para que
llegue.
disponibilidades;
organización y administración;
transportes;
—
construcción y entretenimiento de las vías de comu
•
nicación.
B.—Segunda categoría: para que llegue bien, para que
no falte y para que se conserve:
—
disciplina logística;
—
construcción de instalaciones adecuadas;
—
evacuaciones;
—
reparaciones y recuperación;
—
defensa de la zona;
—
administración territorial.
C.—Y vimos que todos estos problemas han de quedar
resueltos.
—
2. La Zona Avanzada tiene, aunque en menor es
cala, que atender a los mismos problemas. La resolu
ción es misión de las Grandes Unidades Ejército, que
son las que cuentan con Tropas y Servicios adecuados
para asegurar la vida y el mantenimiento de sus Grandes
Unidades subordinadas.
La parte de la zona de acción de Ejército donde se
encuentra la masa de sus Servicios es la llamada Zona
de Etapas, que es al Ejército lo que la Zona de Reta
guardia y Transportes es al Teatro de Operaciones.
3. Mas para que la Zona Avanzada actúe con la
mayor rapidez y el mayor desembarazo posibles—con
diciones del éxito—es preciso que su Zona de Etapas
“le pese poco”.
Para ello:
—
el límite posterior de la zona de acción de Ejército
ha cje estar lo más a vanguardia qe se pueda, de
jando, sin embargo, espacio suficiente para qúe los
Servicios de Ejército puedan funcionar sin agobio;
—
la Zona de R. y T. se ha de hacer cargo de lo que
pueda embarazar a la Zona Avanzada, impulsando
a vanguardia sus Servicios para acortar las distancias
y los tiempos de suministro;
—
las relaciones entre la Zona Avanzada y la Zona
•
de R. y T. han de ser fáciles y sencillas, reducis
al
menor “papeleo” compatible con el cóntrol—páeleo
que no dejará ‘de ser muy voluminoso.
4. Con estas ideas básicas entremos hoy en el estu dio de- la organización de la Zona de Retaguardia y
Transportes.
Y FAYRAUD.
11.—ORGANIZACIONDE LA ZONA DE RETAGUAR
DIA Y TRANSPORTES
1.
La
tunclón.
La función de la Zona de R. y T. es: relevar a las
Grandes Unidades combatientes de toda responsabilidad
de abastecimientos, transportes, evacuación, trabajo y ad
ministración territorial en zonas no directamente afectadcs
por las operaciones tácticas.
De esta función nace su existencia, y se deriva su
organización.
Límite anteriorde la Zonade R. y T.
Como ya dijimos, el límite posterior de las zonas de
acción de las Gs. Us. Ejército ha de estar lo más a van
guardia posible, sin por ello agobiar a los Servicios de.
la Zona de Etapas.
Con ello se disminuye el territorio sobre el cual el
Mando de Ejército ha de ejercer su administración y
se acortan las distancias de suministro.
La frontera entre la Zona Avanzada y la de R. y T.
queda determinada por el Jefe del Teatro de Operacio
nes a propuesta de los Generales Jefes de las Gs. Us.
Ejército.
A medida que las operaciones progresan, esta frontera
se mueve y la Zona de R. y T. va creciendo, Llega un mo
mento en que sus dimensiones son tales que ha de quedar
subdividida para que sea posible el ejercicio del mando.
2.
3.
Desarrollo
de la Zonade R. y T.
Cuando la Zona de R. y T. ha alcanzado su completo
desarrollo, se presentan en ella tres Secciones que estu—
diaremos por su orden de aparición en el Teatro de
Operaciones.
Figra
1.
47
Para ordenar este estudio supongamos que se trata
de un desembarco a viva fuerza y sigamos las fases prin
cipales de la operación.
A.—Primera fase (figura núm. x).
Se acumulan medios de combate, de vida y de man
tenimiento en el territorio propio o aliado; se preparan
los medios de transporte, de asaLto y de protección a
los convoyés.
El Teatro de Operaciones esté. en su base de partida,
replegado sobre sí mismo y dispuesto al salto.
Fgura
2,
•
La capacidad
dísima:
—
—
en r kilómetro de playa pueden desembarcar:
—
vehículos..
425 por día.
—
personal...
3.000 hombres por día.
o, expresado en toneladas de material diverso:
—
toneladas..
i.óoo por día.
Durante unos quince días hay que contar solamente
con el desembarque en playa. Los barcos de carga fon
dean lo más cerca que pueden y hay que proceder al
transbordo a embarcaciones ligeras o a vehículos an
fibios.
Los Zapadores inician tan pronto como es factible la
construcción de puertos artificiales con material prefa
bricado y de circunstancias, para aumentar el rendi
miento de las operaciones de descarga.
b)
El segundo problema es el de descongestionar las
playas y de hacer llegar los elementos desembarcados a
las tropas.
Una playa abarrotada de abastecimientos ve su capa
cidad de descarga enormemente reducida—y ya hemos
visto que no es mucha.
Por otra parte, hay que “echar para adelante” los
abastecimientos a medida que llegan, para que las tropas
los puedan emplear, que para eso se han tiaído.
Luego hay que disponer de vías de salida, carreteras o
ferrocarriles.
Aunque se haya elegido la playa de desembarco te
niendo en cuenta la red de comunicaciones existentes,
raro será que se disponga de carreteras y ferrocarriles
dispuestos a hacer circular tropas, material y abasteci
mientos; el enemigo—que no suele ser tonto—habrá te
nido buen cuidado de destruir lo que más cueste arre
glar y más paralice el movimiento del invasor.
Este mismo problema se presenta, más agudo aún, en
los puertos, donde los abastecimientos se acumulan no
por falta de medios de transporte, sino por falta de vías
de comunicación adecuadas.
A priori podemos admitir que habrá mucho que
hacer, desde el primer momento, en vías de comuni
cación.
c) Estos dos problemas fundamentales sólo pueden
ser resueltos por Zapadores: muchos Zapadores, bien
dotados de medios de trabajo y perfectamente instruídos, porque los problemas han de ser resueltos, biia re
sueltos y rápidamente resueltos.
Hay que poner a la par a muchos Zapadores en tra
bajo, desde que las primeras oleadas saltan a tierra, con
maquinaria
pesada de construcción de carreteras que
permiten alcanzar la imprescindible rapidez.
d) Si recuerda el lector las cantidades halladas como
necesarias para una División en línea, resulta que para
un Cuerpo de Ejército en la cabeza de playa hacen falta:
—
abastecimientos diversos
B.—Segunda fase (figura núm. 2).
Las primeras oleadas de asalto han desembarcado y
han penetrado en territorio enemigo, formando una ca
beza de playa donde se encuentra ya una G. U. Cuerpo
de Ejército.
La Zona de Combate, vanguardia de la Zona Avan
zada, ha puesto el pie en la orilla contraria, pero no hay
todavía espacio suficiente para la Zona de Etapas.
No por ello dejan de estar presentes los Servicios en
esta primera fase del asalto: sin ellos nada podrían hacer
las tropas combatientes.
Se ha solucionado el problema afectando al Cuerpo de
Ejército de primer escalón la llamada “SHORE PARTY”
o PARTIDA DE ORILLA, cuyo primer nombre fué
“ENGINEER
SPECIAL BRIGADE” (Brigada Espe
cial de Ingenieros). Los elementos avanzados de la Par
tida de Orilla desembarcan con las primeras oleadas.
La “Shore Party” es la Zona de R. y T. en embrión.
Es predominantemente una Unidad de Ingenieros, por
que su misión fundamental es clásica de Zapadores:
atender a las vías de comunicación.
El desembarco inicial no se lleva nunca de cara a un
puerto de mar, cuya captura entrañaría enormes dificul
tades: se desembarca en playas próximas, con redes de
comunicaciones aceptables.
a)
El primer problema que tiene que resolver la Partida
de Orilla es el de llevar a tierra los elementos pesados de
combate, de trabajo y los abastecimientos.
48
de descarga de una playa es limita
4
o sea
)<
=
1.458
5.832 Tm. diarias.
3,7 Km. de playa, como mínimo.
No siempre se encontrarán ,7 Km. aceptables en una
sola playa. Lo más seguro es que habrá que disponer de
varias playas para alcanzar esta cifra, playas que debe
rán estar conectadas entre sí y que exigirán entre tódas
más personal para mantenerlas en operación de lo que
exigiría una sola playa.
Estos Zapadores de la Partida de Orilla son indepen
dientes de los de asalto, empleados delante de las oleadas
de primer escalón para limpiar la orilla de minas de
tierra y submarinas y de otras clases de obstáculos que
impidan el acceso de las lanchas de desembarco y de los
vehículos anfibios de asalto.
e) Por todo lo anterior la Partida de Orilla es, como
ya se ha adelantado, predominantemente una unidad de
Ingenieros, ya que su núcleo principal está compuesto
por unidades de Zapadores de diversas especialidades.
A este núcleo se agregan, bajo el mando común de
un General de Brigada de Ingenieros, Unidades de las
demás Tropas y Servicios necesarias para el apoyo lo
gístico de las fuerzas desembarcadas.
f) La composición de esta Brigada es muy variable,
por supuesto. Para dar dna idea citaremos la plantilla
de la “Shore Party” que se Inanejó en un ejercicio sobre
el plano, en mayo de 1952, en la Escuela de Ingenieros
de “Fort Belvoir”, Virgina (EE. UU.).
—
Mando: un General de Brigada de Ingenieros, Jefe
de una
—
Brigada Especial de Zapadores:
—
C. G. de la Brigada.
—
3 Regimientos de Zapadores de desembarco.
—
x Regimiento de Zapadores de Combate.
—
x Compañía de Equipo Ligero.
—
3 Pelotones de Zapadores Bomberos.
—
x Batallón de entretenimiento
de embarca
ciones.
—
—
—
—
—
—
D.—Cuarta Jase (figura núm. 3).
Las Divisiones propias se adentran en territorio ene
migo. Toda la G. U. Ejército ha tomado tierra.
Se ha ocupado un puerto de mar. Las unidades de
Zapadores de Construcciones portuarias han efectuado
las reparaciones de primera urgencia para ponerlo nue
vamente en servicio: remoción de minas submarinas, remoción de buques hundidos, reparaciones de muelles y
diques, r•moción de obstrucciones, arreglo de carreteras
y ferrocarriles de salida.
Mientras se trabajaba afanosamente para rehabilitar
el puerto capturado, las descargas de barco seguían efec
tuándose en las playas de desembarco, cuyas condiciones
Transmisiones:
—
¡ Compañía.
Cuerpo de transportes:
—
x Regimiento de Transportes pesados.
—
3 Batallones de Camiones.
—
3 Batallones de Camiones anfibios.
—
3 Batallones de Puertos.
—
3 Compañías de Tractores anfibios.
Intendencia:
—
6 Compañías de Subsistencias.
—
3 Compañías de Suministro de Carburantes.
—
x Compañía de Centros de Entrega.
Sanidad:
—
3 Hospitales de Campaña
Municionamiento y
—
3 Compañías
ciones.
—
4 Compañías
—
i Compañía
(750
camas cada uno).
Talleres:
de Centros de Entrega
Figra
3.
de muni
dé Depósitos de municiones.
de Talleres.
Guerra Química:
—
1 Compañía de Depósito.
—
Pelotones de Detección.
Policía Militar:
—
x Batallón.
Para la operación de desembarco se afectaii unidades
a las oleadas sucesivas. A medida que van tomando tierra
los escalones superiores va cesando la descentralización,
hasta que toda la Partida de Orilla se halla bajo el
mando de su General.
A partir de ese momento se hace cargo de la totalidad
del apoyo logístico que necesite la Gran Unidad que es
tablece y consolida la cabeza de playa.
—
C.—Tercera fase.
Dos Cuerpos dé Ejército se hallan ya en línea en la
cabeza de desembarco. Empiezan a desembarcar el tercer
Cuerpo de Ejército y las Tropas y Servicios de Ejército.
Ya las exigencias de las tropas exceden de las capaci
dades de la Partida de Orilla. Por otra parte al enon
trarse en tierra una Gran Unidad Ejército, conviene
que ésta se haga cargo del funcionamiento de todos sus
servicios: aparece la Zona de Etapas, con la que colabora
y a quien refuerza la Partida de Orilla.
habían sido constantemente mejoradas. Y probablemente
seguirán sirviendo estas playás durante algún tiempo
para complementar las operaciones en el puerto.
Como la Zona de Etapas de Ejército ha alcanzado
excesiva profundidad, hay peligro de que el avance de
la Zona de Combate sea frenado por la distancia de sus
Divisiones a los órganos de abastecimiento.
Hay que impulsar hacia vanguardia la Zona de Etapas;
hace su aparición la Zona de Retaguardia y Transportes,
para cumplir su misión genérica (ver párrafo x de este
Título).
Se ha dividido en dos Secciones:
—
la Sección Base (BASEC), que queda en la orilla
propia, y
—
la Sección Avanzada (ADSEC), en la orilla asaltada.
a)
La Sección Avanzada.
Generalmente la Sección Avanzada de la Zona de
R. y T. establece una zona de mantenimiento por cada
G. U. Ejército.a que atiende.
Sus instalaciones adquieren un carácter más perma
nente que sus homólogas de las Zonas de Etapas, aun
que han de desplazarse a vanguardia por escalones,
para seguir el movimiento de la Zona Avanzada.
Debido a esto se procura no invertir demasiado trabajo
en su construcción o en su acondicionamiento.
Se ha comprobado en la pasada guerra la conveniencia
de que sean siempre los mismos órganos de ADSEC los
que atiendan a las mismas Gs. Us. de la Zona Avanzada:
49
unos y otras adquieren con el trato continuado una
compenetración
que redunda en beneficio de las ope
raciones.
Los saltos a vanguardia de los órganos de ADSEC
vienen gobernados por la norma siguiente: que la distancia
media entre los Servicios de la Zona de Etapas y los de
ADSEC no exceda 120 Km. para que los camiones de
abastecimiento
puedan hacer el circuito completo en
veinticuatro horas.
b)
La Sección Base.
Es la parte posterior de la Zona de R. y T., aquella
que recibe la masa de los abastecimientos de la Zona
E.—Quinta fase (figura núm. 4).
El avance prosigue. ADSEC se ha desplazado, escalo
nadamente, hacia el frente, para no alargar esa distancia
media de 120 Km. de que hablamos.
Ha dejado sitio detrás de ella para que BASEC se ins
tale, como lo ha ido haciendo a medida que las operacio
nes progresaban.
Se ha hecho cargo BASEC en primer lugar de los
puertos marítimos, relevando en ellos a ADSEC; se han
efectua4o los trabajos de construcción y de acondicio
namiento necesarios para sacar todo el rendimiento de
seado de las comunicaciones—piedra angular del éxito—
y de las instalaciones.
Ahora es cuando verdaderamente cumplen su función
las Secciones de la Zona de R. y T.
—
ADSEC, la de seguir el movimiento de la Zona Avan
zada, operando en íntimo contacto con ella.
Sus depósitos reponen lo consumido en los
de Etapas; sus talleres y sus hospitales re
cuperan lo que la Zona Avanzada tiene
que evacuar.
—
BASEC, la de recibir de la Zona del Interior los abas
tecimientos que clasifica, almacena, prepara
y remesa hacia las instalaciones de ADSEC;
la de dirigir hacia la Zona del Interior los
pedidos y las grandes evacuaciones que no
puede atender.
La orilla propia es ahora parte de la Zona del Interior.
F.—Sexta fase (figura núm. 5).
Si el avance prosigue, puede llegar a ser excesiva la
distancia entre las instalaciones de ADSEC, constante
merite avanzando, y las de BASEC, fijas; el tiempo in
vertido en los transportes .puede ocasionar contratiem
pos, amén de que la vulnerabilidad aumenta.
Fig-iu’a
4.
del Interior el 8o por soo del total consumido en el
Teatro de Operaciones, según vimos en la Primera Parte
de este artículo.
Comprende grandes instalaciones portuarias, aeródrc
mos y estaciones ferroviarias.
Establece grandes depósitos y almacenes, manteniendo
en ellós los días de suministro especificados en las normas
que dicta el Jefe del Teatro de Operaciones.
Procede a las grandes reparaciones; instala hospitales
de todo género.
Sus instalaciones tienen, por tanto, carácter de per
manencia. En’ellas se invierte todo el trabajo necesario
para su perfecto acondicionamiento, protección y ocul
tación.
En esta fase que considerámos todavía no tiene BASEC
espacio suficiente ni seguridad bastante para establecerse
en la orilla ocupada. Funciona desde la orilla propia,
desde la Zona del Interior. ADSEC le va preparando el
terreno, para cuando llegue el momento en que, por
haber progresado suficientemente la Zona Avanzada,
esté justificado el traslado y el establecimiento de las
instalaciones permanentes.
50
1gura
5.
i’i
UI
t
Para remediarlo aparece la tercera Sec
ción de la Zona de R. y T., la Sección
Irztermedia (INTERSEC).
La misión principal de esta Sección es
la de almacenar.
Los grandes depósitos de BASEC re
mesan a los de INTERSEC los abasteci
mientos precisos para mantener en estos
últimos los días de suministro que fije el
Mando. Así se fracciona el abasteci
miento en dos escalones.
INTERSEC, a su vez, repone a ADSEC
lo consumido.
El criterio que permite decidir lá con
veniencia de establecer la Sección Inter
media es el siguiente: que la distancia me
dia entre las instalaciones de ADSEC y
las que abastecen a éstas no exceda de
250 Km., para que los camiones de abas
tecimiento puedan efectuar el circuito
completo en cuarenta y ocho horas.
INTERSEC agrupa las instalaciones
que en ADSEC estaban dispersas, para
formar grandes núcleos, con lo que
aumenta su eficacia y refuerza su control.
G.—En resumen:
a) La Partida de Orilla salta a tierra a la par que las
primeras oleadas de desembarco y se hace cargo de la
totalidad del apoyo logístico de las Os. Us. en la cabeza
de playa.
b) En cuanto la G. U. Ejército ha tomado tierra, la
Zona de Etapas de Ejército se hace cargo de los Servicios
en la orilla asaltada.
c) La Sección Avanzada (ADSEC) de la Zona de
R. y T. hace su aparición para permitir el avance de la
Zona de Etapas de Ejército. Se hace cargo del servicio
de los puertos ocupados.
Opera en íntimo contacto con la Zona Avanzada, que
sigue en su progresión, de moda que la distancia media
de un circuito completo de los camiones de abasteci
miento no exceda los 120 Km.
d) La Sección Base (BASEC) recibe los abasteci
mientos de la Zona del Interior, los clasifica, los almacena, los prepara y los remesa hacia los depósitos de
ADSEC o de INTERSEC.
Sus instalaciones son de gran capacidad y de carácter
permanente.
e) La Sección Intermedia (INTERSEC) se establece
cuando las distancias de abastecimiento se han hecho
excesivas.
Sus instalaciones distan de las de ADSEC alrededor
de los 250 Km.
Su misión principal es la de almacenar.
La figura núm. 6 muestra una Zona de R. y T. con
sus 3 Secciones.
FUERZAS EN LA ZONA DE RETAGUAR
DIA Y TRANSPORTES
1. Son de tres clases principales:
las fuerzas de Tropas y Servicios destinadas en la
Zona de R. y T. para asegurar su funcionamiento y
su defensa;
las fuerzas transeúntes: unidades de paso hacia la
Zona Avanzada o procedentes de ella, personal hos
pitalizado, personal para cubrir bajas, prisioneros de
guerra;
las fuerzas de los Ejércitos de Mar y de Aire.
III,—LAS
—
—
—
2. No es posible, ni remotamente, establecer una
plantilla del personal que necesita una Zona de R. y T
para su funcionamiento, ya que no habrá dos Zonas de
R. y T. en análogas condiciones.
Otraorce
Las condiciones particulares en cada caso concreto
exigirán no sólo un número de efectivos diferentes, sino
una distinta dosificación de especialidades.
3. Ante esta imposibilidad, se Ita buscado la solución
de establecer plantillas de distintos tipos de Cuarteles
Generales de Grandes Unidades Logísticas, capaces de
encuadrar, mandar y supervisar a diversas Unidades or
gánicas de Tropas y Servicios, en número y dosificación
variables.
Estos Cuarteles Generales han sido llamados en la pa-°
sada guerra mundial “LOGISTICAL COMMANDS”.
4. “LOGISTICAL COMMANDS”.
A. Como queda dicho, estos Cuarteles Generales tie
nen por finalidad encuadrar las Unidades orgánicas que
se coloquen bajo su mando.
Están compuestos por Jefes y Oficiales de los distintos
Servicios y por el número indispensable de Suboficiales
y Clases de tropa para el funcionamiento interno del
órgano de mando.
B. En principio pueden atender al servicio de una de
las Secciones de la Zona de R. y T. o, si éstas son excesi
vamente dilatadas, a una subdivisión de las mismas o
a una gran base o distrito.
En la fase tercera considerada en el Título II, puede
un “Logistical Commands” hacerse cargo, bajo la de
pendencia directa del General de la G. U. Ejército, de
una Zona de Etapas.
C. Distintostiposde “Logistical
Gomñiands”.
a)
Son de 3 tipos, sintetizados en el cuadro de la pá
gina siguiente.
b)
Posibilidades.
El “Log. Command Type A” puede hacerse cargo del
apoyo logístico a una División reforzada, en misión in
dependiente.
Puede hacerse cargo de una Sección de la Zona de
R. y T. de poca extensión, o de una subdivisión territo
rial, como una base o un distrito.
El “Log. Command Type B” puede hacerse cargo del
apoyo logístico a un Cuerpo de Ejército reforzado, en
misión independiente.
Puede tener a sus órdenes dos o más “Log. Commands
Type A”.
Puede hacerse cargo de una Sección de la Zona de
RyT.
51
Tipo
A
Mando
Coronel
Oficiales
55
3
Sub.
95
63
y tropa
C
General
gada
General
sión
do
de
Brj- Oficiales
Sub. y tropa
Divi- Oficiales
Sub. y tropa
3
115
194
107
309
110
176
3
293
130
469
133
Puede incluso encargarse de toda una Zona de R. y T.
de escasas dimensiones.
Puede formar el núcleo de un Cuartel General de Zona
de R. y T.
El “Log. Command Type C” puede hacerse cargo
del apoyo logístico de una G. U. Ejército.
Puede tener a sus órdenes dos o más “Log. Commands
Type B”.
Puede hacerse cargo de una Sección de la Zona de
R. y T.
Puede encargarse de toda una Zona de R. y T. de ta
maño apropiado y formar el núcleo de un Cuartel Ge
neral de Zona de R. y T.
Además de atender a las necesidades militares, un
“Log. Command” puede recibir misiones de encargarse
de la administración y gobierno de una porción de terri
torio ocupado o liberado en que no se haya establecido
todavía la autoridad civil.
D. Dependencia
de Mando(fig. núm. 7).
a) El Jefe de un “Log. Command” depende:
—
directamente del Jefe de la Zona de R. y T., si manda
una Sección de la Zona de R. y T.;
de 8.ooo a
30.000
hombres.
hombres.
30.000
a
50.000
hombres.
hombres.
de
400.000
12.000
66
150
B
Fuerza que se le puede Fuerz a total a que puede;
afectar
atender
Compaela del C G
Cuartel General
100.000
de
70.000
rio.ooo
a
hombres.
hombres.
del Jefe del “Log. Command” superior, si está en
cuadrado en él: así el Jefe de un “Log. Command
TipeA” depende del Jefe del “Log. Command Type B”
en que esté encuadrado.
b) El Jefe de la Zona de R. y T. depende directa
mente del Jefe de las Fuerzas de Tierra del Teatro de
Operaciones.
Por ello, si un “Log. Command” queda afecto a una
Gran Unidad en misión independiente, su Jefe depende
—
directamente
del de ésta.
c) Las Jefaturas de Armas y Servicios de un “Log.
Cotnmand” tienen doble dependencia:
—
dependen del Jefe del “Log. Command” para opera
ciones;
—
dependen técnicamente de la Jefatura de su Arma o
Servicio del Teatro de Operaciones en todo lo refe
rente a doctrina y actividades internas.
d) Aparte de la dependencia jerárquica de mando,
ha de existir otra dependencia mutua entre los Cuarte
les Generales de las Gs. Us. de la Zona Avanzada y los
de la Zona de R. y T., y entre los de la Zona de R. y T.
entre sí.
Esta
dependen
cia consiste en el
continuo e íntimo
enlace, material e
intelectual,
para
que el conjunto del
Teatro de Opera
ciones funcione co
mo un todo armó
nico; para que las
necesidades puedan
ser conocidas o pre
vistas,
y satisfe
chas, y para que
cada uno sepa lo
que puede esperar
de los demás y lo
que los demás es
peran de él.
e) Los Mandos
de los “Log. Com
mands” suelen ser
de Ingenieros:
—
porque los pro
blemas funda
mentales a re
solver son en
gran parte pro
blemas de In
Figura 7.
.zo.)w_
genieros: vías de comunicación, construcción, ca
muflaje;
—
porque, debido a ello, es muy fuerte la proporción
de Zapadores en el total de los efectivos del “Log.
Command”.
Sucede, en mayor escala, lo que vimos para la Partida
de Orilla, por otro nombre Brigada Especial de Ingenieros.
5. PROPORCION DE LOS EFECTIVOS DE LAS
DISTINTAS ARMAS Y SERVICIOS EN LA ZONA
DE RETAGUARDIA
Y TRANSPORTES.
Las estadísticas de la pasada guerra mundial, de las
cuales se han sacado grandes ensefíanzas, han revelado
que las distintas Armas y Servicios figuran dentro de
la Zona de R. y T. en las siguientes proporciones:
Unidades de Cuarteles Generales, Je
faturas y servicios especiales
9,0
%
—
Infantería
0,2
%
—
Caballería acorazada
0,2
%
—
Artillería
0,1
—
Zapadores
12,9 %
Transmisiones
7’5 %
Intendencia
15,8 %
Sanidad
17,2
%
—
Municionamiento y Talleres
7’4
%
Cuerpo de Transportes
17,4
%
—
Guerra Química
o,8 %
—
Policí a Militar
2,2
%
—
Personal para cubrir bajas
94 %
xoo,o %
6. Las Secciones de la Zona de E. y T. atienden
también a las necesidades de las fuerzas transeúntes,
así como a las de los Ejércitos de Mar y de Aire locali
zadas en su zona de acción.
IV.—EL PLAN DE DESARROLLODE LA ZONA DE
RETAGUARDIAY TRANSPORTE
1. Toda operación necesita una Orden, tanto más
detallada cuanto mayor sea su envergadura y más largo
su plazo de ejecución.
A medida que se eleva el escalón de mando se va com
plicando la labor; hay más detalles que tener en cuenta,
más previsiones que hacer.
Al llegar al escalón Teatro de Operaciones, la Orden
de Servicios que nos ocupa adquiere proporciones volu
minosas.
Tan voluminosas que en realidad se compone de uno
o varios volúmenes.
2. En la pasada guerra mundial toda operación de
gran envergadura, como la constitución de un nuevo
Teatro de Operaciones, requirió un largo estudio preli
minar. Este duró, según los casos, de i8 a 24 meses.
Los planes tácticos—la Primera Parte de la Orden
de Operaciones—no tardaron tanto en estar perfecta
mente a punto. Quien hizo durar el período preparatorio
fué la Segunda Parte: la de Servicios.
Hubo que redactar verdaderos volúmenes en los que
se pudiera encontrar los datós para los cálculos de ne
cesidades y para los estudios particulares de cada Servicio.
3.
Datos básicosparael estudio.
A. Todo el Plan de Desarrollo de la Zona de E. y T.,
que los americanos llaman “Base Development Plan”,
descansa sobre hipótesis.
El Mando da a conocer su impresión acerca de las fu
turas operaciones y su idea de maniobra, así como el
ritmo según el que cree que se desarrollará la acción.
Por muy buena y exacta que sea la información de
que se disponga, no hay más remedio que basarse en hi
pótesis, ya que se trata de proyectos a i8 Ó 24 meses vista.
Quiere esto decir que, por una parte, el Plan de Des
arrollo ha de ser muy detallado y completo, pues en él
van a buscar los datos que precisan todos los Mandos
del Teatro de Operaciones; pero, por otra parte, no ha
de ser rígido, ha de tener la suficiente flexibilidad para
hacer frente a las contingencias que tuerzan el desarrollo
que se previó.
E.
Los datos básicos para la redacción del Plan son:
—
misión encomendada al Teatro de Operaciones.
—
idea de maniobra del Mando;
—
ritmo previsto para el desarrollo de la acción;
—
fuerzas que llevarán a cabo las operaciones: efectivos
y clases;
—
necesidades específicas de las fuerzas que actuarán;
—
en consecuencia, efectivos y clases de las fuerzas con
que habrá de contar la Zona de R. y T. en cada fase
la
de operación;
— información
acerca de las posibilidades del enemigo
contra
la corriente de abastecimientos y evacuaciones;
— información
acerca de las posibilidades de explota
ción
local y aprovechamiento
de las instalaciones
existentes
en territorio ocupado;
— en consecuencia:
utilización
—
de las instalaciones existentes en la
zona
futurade acción;
plan
—
de construcciones y reparaciones;
calendario
—
de llegada de abastecimientos di
versos,
de tropas y Servicios, y de material para
funcionamiento
el
de la Zona de E. y T.;
—
medios de transportes necesarios.
C. En este Plan de Desarrollo,, los Mandos subordina
dos y las Jefaturas encuentran los datos básicos para sus
previsiones y propuestas:
—
ritmo previsto para las operaciones;
—
exigencias y disponibilidades previstas para cada fase
—
misiones encomendadas a cada unidad.
De este modo, los planes y propuestas pueden ser es
tudiados y redactados dentro de una unidad de doctrina’
y se evitan cuestiones de competencia, lagunas o dupli
cidades.
Antes de la redacción definitiva del Plan, los Mandos
subordinados, elevan sus propuestas y proponen las mo
dificaciones que sus estudios particulares les aconsejen.
Así, los propósitos del Mando, las propuestas de los
subordinados y la información de última hora cristali
zan en un documento detallado, completo y flexible en
todo lo posible.
D. En resumen, el Plan de Desarrollo pretende que
cada Mando y Jefatura sepa:
—
por qué se va a constituir la base;
—
quién llevará a cabo su desarrollo, quién se hará cargo
de cada cometido;
—
qué se hará para conseguir el desarrollo deseado;
—
cuándo empezará cada fase, cuándo llegarán los abas
tecimientos;
—
cómo se piensa realizar el desarrollo;
dónde se instalará cada uno.
4.
Elementos esenciales
de un Plan de Desarrollo.
Es imposible llegar a un formato universal para todos
los casos, ya que las situaciones que se planteen serán en
extremo diversas.
Sin embargo, se pueden admitir como elementos esen
ciales los siguientes:
A. Propósitos del Mando.
B. Ritmo previsto para la operación.
C. Información general.
D. Organización del Mando en cada fase.
E. Distribución de asentamientos.
F. Límites de zonas de acción de las Gs. Us. Logís
ticas.
G. Abastecimiento: organización e instalaciones.
53
H.
1.
J.
K.
L.
M.
N.
O.
P.
Q.
R.
S.
T.
U.
V.
W.
5.
Reparaciones: organización, escalonamiento e ins
talaciones.
Vías de comunicación.
Puertos e instalaciones portuarias.
Instalaciones marítimas.
Aeropuertos y aeródromos..
Transportes.
Transmisiones.
Evacuaciones y Hospitalización.
Efectivos en la Zona Avanzada y en la Zona
de R. y T. en cada fase.
Partes y estadística para control de existencias.
Plan de construcciones.
Servicios públicos.
Instalaciones varias (campamentos de descanso,
campos de concentración, etc...).
Defensa de la Zona: activa y pasiva.
Administración territorial y gobierno militar.
Directivas, reglamentos y normas en vigor para
las operaciones.
Además de estas faltas, imputables al error de hipó
tesis, hubo que luchar contra contingencias debidas al
tiempo: una inesperada tormenta en los dias x8 y 19 de
junio de 1944 se llevó un puerto artificial en la playa
de Omaha; el invierno excepcionalmente duro de 1944-45
hizo sentir la falta de vestuario de invierno adecuado.
B. Otra consideración impedirá muy a menudo que
el Plan de Desarrollo sea perfecto.
No se podrá esperar a que todo esté a punto desde el
punto de vista logístico. Las condiciones estratégicas
obligarán frecuentemente a lanzar la acción sin que todo
esté preparado hasta su último detalle.
Como siempre, las exigencias tácticas se imponen y
exigirán del que prepara el apoyo logístico una adapta
ción de sus planes a las circunstancias; esto supone una
gran flexibilidad de espíritu, de organización y de pro
cedimientos.
Se sacrifica la perfección ala oportunidad de lanzarse
contra un enemigo aún menos preparado, pensando que
a medida que el tiempo pasa aumenta la fuerza del con
trario y más caro cuesta el éxito.
Porquétienequeserflexibleel Plande Desarrollo.
A. La operación OVERLORD, desembarco en Nor
mandía e invasión del continente europeo, nos propor
ciona un ejemplo notable.
Sería fácil hacer un exacto análisis de necesidades y de
los elementos necesarios para satisfacerlas si el ritmo
previsto para la operación resultase ser el verdadero en
la realidad. Pero esto no suele suceder.
La figura número 8 expresa las diferencias que hubo
entre lo previsto y lo real.
Se había admitido un avance medio diario de 2,5 Km.
El resultado fué:
—
falta de munición;
—
exceso de ciertos Materiales de castrametación pre
fabricados;
—
se perdió la oportunidad de apoderarse de una línea
SIEGFRIED ligeramente ocupada, por fallo de trans
portes hubo escasez de carburantes, especialmente de
gasolina;
—
por la pertinaz resistencia alemana posterior, hubo
gran escasez de carros de combate y de personal para
cubrir bajas.
V.—RESUMEN DE LA SEGUNDAPARTE
1. La funciónde la Zona de R. y T. es: relevar a
las Gs. Us. combatientes de toda responsabilidad de
abastecimientos,
transportes, evacuación, trabajo y ad
ministración- territorial en zonas no directamente afec
tadas por las operaciones tácticas.
2. El límite anteriorde la Zonade R. y T. se fija por
el Jefe del Teatro de Operaciones y a propuesta de los
Generales de Ejército, lo más a vanguardia que se pueda,
sin estorbar a las Zonas de Etapas.
3.
Fasesdel desarrollo
de la Zonade R. y T.
A.
La Partida de Orilla o Brigada Especial de In
genieros;
Apárece la Zona de Etapas del Ejército de primer
escalón;
Aparece una Sección de la Zona de R. y T.;
La Zona de R. y T. adquiere su completo desarrollo:
—
Sección Avanzada, que opera en íntimo con
tacto con las Gs. Us. Ejército;
—
Sección Intermedia, con misión principal de
servir de depósito y almacén avanzados
cuando las lineas de abastecimiento son ex
cesivamente dilatadas;
—
Sección Base, que recibe los abastecimientos
de la Zona del Interior, los clasifica, los al
macena, los prepara y los remesa a los depó
sitos de las Secciones a vanguardia.
-
B.
C.
D.
4.
wance
real
-
Avance previsto
____
Fechas roeles
Fecha
PUERTOS
laya.Oaha
laye Utah
ran4charnp
siiy
t. i’aast
arfleur
herburgo
uberes
prevista
de
capture
en
Capacidad
0+30
previStes
Junio - 7 7ur,io
Junio 8 junIo
JuniO 24 Julio
Junio
Junio
JuniO
6
6
11
juniO
21 JuniO 26
26 Junio 19
61e03.
29
Junio 8 Junio 22
Junio 22 Ounio 8
14 Junio
Osoacidvi
6.000
4.500
300
500
Julio
JuliO 1.100
Julio 1.000
Julio 6.000
Sun.
5. El Plande Desarrollo
de la Zonade R. y T.
-
en
Es un voluminoso documento, detallado, completo y
real
flexible, en que cada Mando subordinado al Teatro de
Operaciones puede hallar los datos necesarios para sus
10.000 previsiones
y propuestas en cada fase de la operación,
9.000
dentro de las hipótesis y del ritmo de acción adoptado6
800
1.300 por el Mando del Teatro de Operaciones.
640
En la Tercera Parte de este artículo nos ocuparemos de
640
y Transportes.
5.600 los Ingenieros en la Zona de Retaguardia
-
prevista
real
.
cas tune
6
6
6
6
8
12
en
12.000 5.000
6.0004.000
300
530
503 500
1.100 0
1.0000
7.000 0
j•i.uya
Figua4n,9_.
Lasfuerzasen la Zonade R. y T.
Las Grandes Unidades Logísticas son unos Cuarteles
Generales, de tres tipos, a los que se afectan Tropas y
Servicios, los necesarios para cada situación.
No tienen más plantilla fija que las de los órganos
de mando.
ser
Suelen
mandadas por Generales de Ingenieros, ya
quelos problemas fundamentales que están llamadas a
resolver son específicos de Ingenieros: vías de comuni
cación y construcción.
-
8.
ó
U© U©
o
Iildsief(edo*4f’
ElataquedenocheporlaInfantería.
Von Georg Lieb. De la revista alemana Wehrwissenschaftliche Rundschuu. (Tra..
ducción del Teniente Coronel Adolfo Trapero, de la Zona de R. y M. núm. 39.)
A
línea principal de resistencia. Preóisamente en el mo
mento en que la Infantería tenía que levantarse para la
(i)
En la última guerra, eL ataque •de Infantería a irrupción, se interrumpía el fuego de las armas pesadas
una posición enemiga con preparación tenía lugar, en para seguridad de aquélla, hasta que pudiera ser desen
general, iniciando la artillería la acción ofensiva al ama
cadenado otra vez sobre distinto objetivo, originándose
necer. Esta acción artillera duraba, según las propias una pausa en ese fuego. La Infantería quedaba de nuevo
existencias de municiones, de
a 6o minutos. En casos desamparada.
especialmentó favorables se realizaba un suplemento de
La propia Artillería, acto seguido, retiraba por com
preparación por Ja aviación táctica, poco antes del co pleto su apoyo a la Infanteríay se ocupaba en combatir
mienzo del ataque, o por las unidades de lanzaminas.
a la Artillería contraria o tenían los artilleros que echarse
Las dos armas de apoyo últimamente citadas, sin em cuerpo a tierra para cubrirse, como consecuencia de la
bargo, sólo podían ser empleadas en los centros de gra
entrada en acción fugaz de los aviones de combate ad
vedad especiales. En la mayor parte de los casos única
versarios.
mente era apoyada la Infantería por la Artillería divisio
Desde el comienzo del ataque hasta el asalto estaba
naria; la misma Artillería de Ejército sólo estaba a dis expuesta la Infantería, más o menos descubierta, a la
posición irregularmente.
barrera de fuego de todas las armas pesadas adversa
Después de la terminación de la preparación de arti
rias, de las ligeras de Infantería y de los aviones de
llería se producía casi siempre una pausa en el fuego, asalto; de ahí sus pérdidas, en general, bastante elevadas.
durante la cual la Infantería salvaba descubierta el te
Si la Infantería tenía éxito en el asalto, debía esperar
rreno á vanguardia de la posición enemiga y tenía que en seguida los contraataques
adversarios, para hacer
romper la línea principal de resistencia, apoyada, en el frente a los- cuales raramente podía contar con las armas
caso más favorable, por las armas pesadas propias y al pesadas propias.
guna que otra vez por los cañones de asalto. Y bastante a
Si el ataque era rechazado, esto significaba a menudo,
menudo no se realizaba el penoso acercamiento a la para las baqueteadas unidades, casi la destrucción com
posición adversaria aprcvechando el fuego de prepara
pleta, pues tenían que efectuar un despegue desde uná
ción artillero, porque en la orden de ataque no oincidía posicin enemiga intacta a la posición de partida propia,
casi nunca el comienzo de ese ataque con la termina
de día, y bajo el fuego concentrado de todas las armas
ción de la preparación artillera, y la Infantería, por enemigas.
consiguiente, estaba tendida hasta ese momento en la base
Conseguida la penetración y rechazados con buen
de partida. El tiempo mejor y las posibilidades de acer éxito las reacciones y contraataques, faltaba frecuente
camiento -más favorables eran por eso desaprovechadas,
mente la Artillería para el ‘ataque a los nuevos centros
perdidas.
de resistencia enemigos que aparecían (caseríos, alturas),
Fatigada y entregada a sus propios medios, se apro
porque entonces la Artillería tenía que cambiar de po
ximaba pénosamente la Infantería a la línea, principal sición, ya que desde donde había hecho el fuego de prede resistencia enemiga. El apoyo de las armas pésadas paración para el ataque no podía apoyar.
en el asalto sólo podía ser pequeño—con excepción de la
Cuando se examinaba el efecto del fuego de prepara
entrada en acción de los cañones de asalto—y única
ción sobre el sistema de posiciones enemigas, se podía
mente tenía importancia especial en el combate por la decir, de un modo totalmente general, que era siempre
insignificante e irrisorio. Las alambradas y campos de
(i)
En este artículo, el autor trata sólo del ataque de noche
y quizá pueda considerarse por el lector imparcial que llega a minas estaban apenas deteriorados y los pocos impactos
conclusiones demasiado optimistas. No hay que confundir la guerra sobre los pozos de tirador y “bunquers” habían causado
al adversario escasas pérdidas; así, pues, su fuerza de
de noche, para cuyas actividades (los movimientos, el estaciona
fensiva no había casi disminuído. El efecto moral promiento, el aprovisionamiento y la conservación) hay que recurrir
inexcusablemente
a la oscuridad, con el ataque a posiciones for
ducido, que sobre un adversario flojo pudiera ser impor
tificadas, que es un caso de la guerra de noche, aleatoria en razón
tante, sobre el soldado ruso, por ejemplo, tenía valor ín
de las circunstancias propias de cada caso.—(N. de la R.)
fimo. Esto mismo sucedía en los ataques con bombas
-
-
-
-
-
-
de aviación. Los lanzacohetes sobre un enemigo atrin
cherado producían asimismo un efecto asombrosamente
pequeño; las armas de a bordo de los aviones resultaban
en semejantes casos ineficaces del todo.
Nuestras propias experiencias confirman estas obser
vaciones. Las pérdidas alemanas de Infantería en la
defensa, por efecto de la Artillería enemiga, fueron rela
tivamente pequeñas En un Regimiento de Infantería,
que estuvo empeñado en el frente Sur ruso en los años
de 1943 a 1944, las pérdidas por artillería se elevaron
del io al 12 por ioo del total de bajas. La mayor parte
de aquéllas las produjo el mortero (aproximadamente
el 70 por loo); en segundo lugar, las armas de Infantería
(aproximadamente
el 15 por loo); sólo en tercer lugar
estaban las causadas por la Artillería y lanzacohetes.
Se pudo llegar a saber, por las declaraciones de los
prisioneros, que las pérdidas en la parte soviética resul
taron en proporción igual que las nuestras para armas
homólogas.
Una preparación de Artillería, que por añadidura sólo
duraba minutos, perjudicaba más al atacante que al
defensor. Para éste significaba sólo un toque de diana;
sabía que tenía que sobrevenir el ataque y podía adoptar
los preparativos necesarios para el caso.
Las propias armas ligeras de la Infantería atacante
no entraban en acción eficaz sino inmediatamente antes
del asalto y en el asalto mismo, mientras que las mismas
armas del defensor ya a las distancias medias se hacían
notar de modo muy sensible. Como las mejores armas de
apoyo para el atacante se citaban: los cañones de asalto,
los morteros y las ametralladoras pesadas. Con una buena
coordinación en ellas, estaba la Infantería en situación
de romper casi toda resistencia, una vez que se había
acercado a la distancia de asalto.
El método invariable, que fij aba el comienzo del ata
que al amanecer, estaba anticuado; el Mando echaba de
menos la necesaria capacidad de maniobra, el no ajus
tarse a las circunstancias el efecto de las armas y el
producirse además pérdidas elevadas innecesarias. Como
consecuencia de todo lo cual se ponía en duda más y
más el éxito.
Y se vió que dondequiera se prescindía de esta tác
tica de ataque de día con preparación de Artillería,
trasladándose el comienzo del ataque al anoche cer o a
la noche, haciendo renuncia consciente del fuego de pre
paración y aprovechando, en cambio, el efecto de sor
presa, se conseguían estupendos éxitos con pequeñas
pérdidas.
-
B
El ataque en la osuridad—llamado
simplemente ata
que de noche—ofrece a un atacante bien instruído y
mandado una serie de completas e importantes ventajas,
en comparación con el ataque de día. Ventajas que a
continuación son enumeradas y comentadas:
i.
Sorjresa:
El ataque de día nunca puede llegar a sorprender por
completo al defensor, especialmente cuando es iniciado
aquél por un fuego de preparación más o menos duradero
y además parte el atacante de una distancia media o
larga. Por la exploración aérea y observación se puede,
además, desçubrir la base de partida, sobre todo si no
puede ser ocupada durante la noche. Por el contrario,
el ataque de noche sólo lo descubre el defensor cuando
la Infantería atacante está en la proximidad de la po si
ci5n, es decir, cuando llegue al radio de acción de los
cohetes luminosos o de los puestos de escucha.
Premeditadamente
queda suprimido todo fuego de pre
56
paración de Artillería o demás armas pesadas. Estas
armas corrigen sus tiros el día antes del ataque, buscando,
a ser posible, el que no se delaten los propósitos de una
futura preparación, que sólo tendrá lugar cuando sea
conocido el ataque claramente como tal por el defensor
es decir, cuando las armas pesadas del atacante desen
cadenen las barreras de fuego. Contrarrestan éstas en
tonces las armas pesadas enemigas, principalmente la
Artillería, y protegen los flancos del asalto o cubren un
despegue del atacante. jamás se debe delatar el ataque
por un fuego prematuro. No se debe despertar ni ad
vertir al defensor, como sucedía en la mayor parte de
los casos en la guerra pasada.
Conseguida rápida y rotundamente la infiltración, y
si no entran en acción las armas pesadas enemigas o
apenas se revelan, entonces generalmente callan las ar
mas pesadas propias, para dejar al defensor en la incer
tidumbfe sobre la importancia de la acción.
Un ataque de noche puede empezar al iniciarse la os
curidad o más tarde, con la ligera claridad de la luna y
las estrellas, incluso excepcionalmente con las primeras
luces de la madriigada. Esto depende sobre todo del
objeto del ataque, de su importancia y de la distancia
de la base de partida. Si, por ej emplo, se ha de ensanchar
la ruptura y colocar reservas en la retaguardia enemiga,
debe atacarse en la noche lo más pronto posible, para po
der conseguir la mayor profundidad mientras dura la
oscuridad. Sin embargo, el ataque de noche no repre
senta en todos los casos para el defensor una prevista
sorpresa.
2.
Ocultcicón de las vistas:
Una vez que se ha iniciado el ataque de día, ya no es
posible movimiento alguno sobre el campo de batalla, y
aún detrás, que no sea observado por el defensor y
pueda por tanto ser combatido.
Las cónsecuencias lógicas son bajas y pérdida de ma
terial. Al acercar las reservas a la zona del esfuerzo
principal del ataque, tenían ya con frecuencia estas
reservas pérdidas más elevadas que las mismas unidades
del escalón de ataque.
Esta desventaja desaparece con el ataque nocturno,
a causa de que la noche oculta todo movimiento con el
manto de la oscuridad. Sin embargo, podrán ser descu
biertos los movimientos por la aviación y podrán tam
bién cualquiera de las carreteras utilizadas estar batidas
por el fuego de la Artillería de gran alcance, en cuyo caso
será fácil desviarse o simplemente rodear los lugares pe
ligrosos o batidos, pues el terreno que se controla con la
vista de día por el defensor está por la noche a completa
disposición del atacante.
La Infantería de asalto puede aproximarse a la posi
ción enemiga por el camino más corto, encontrando en
la noche una tan fácil ocultación contra las vistas como
no la encuentra en el día. Si no tiene éxito el asalto, en
cualquier caso, una retirada es más fácil de noche que
de día; además, por un pequeño desplazamiento a un
costado se puede con frecuencia repetir el ataque sobre
otro lugar.
En todos los movimientos hay que considerar, que de
noche éstos se pueden realizar sin estorbos y más rápi
damente que de día, ya que ninguna parte del terreno
se desaprovecha; además, que pueden ser elegidas las
mejores comunicaciones, pudiendo la Infantería las más
de las veces ir derechamente, a pesar de la proximidad
enemiga.
También el avituallamiento hacia vanguardia, especial
mente el de municiones para las tropas combatientes,
acarréo de heridos hacia retaguardia y enlaces, no son,
ni con mucho, tan difíciles como de día.
3.
Exclusidi de la barrerade fuego:
En un ataque de día era .casi imposible para la In
fantería pasar la barrera enemiga establecida, especial
mente si el ataque se iniciaba a las distancias medias
y largas. Algún átaque fracasé ante la línea principal
de resistencia, con grandes pérdidas, por el fuego con
centrado de todas las armas, o la irrupción conseguida
al final fué sólo una victoria pírrica.
Con las bellas frases de la Instrucción 130/9 núme
ro 216: “Las barreras de fuego se han de salvar a la
carrera” y “una tropa con espíritu ofensivo no se de
tiene mucho ante una barrerá de fuego”, no es ayudada
la Infantería, ni se coloca en su mano una solución útil.
Sin embargo, un ataque de noche dirigido hábilmente
evita este peligro casi por completo. Se puede aproximar
la Infantería a las inmediaciones de la línea principal
de resistencia enemiga, antes de que el ataque sea des
cúbierto, no siendo ya víctima de la Artillería y de los
mórteros pesados. Tampoco el fuego de Infantería por
los flancos es de esperar, ya que como las posiciones
laterales enemigas no son sorprendidas casi nada pueden
percibir, entregadas a vigilar atentamente su propio te
rreno a vanguardia. El atacante invasor es, pues, sólo
batido por las armas ligeras de Infantería, teniendo ade
más en cuenta que el fuego de noche, en contraposición
al de día, sólo puede ser efectuado con puntería defi
ciente.
Además, otra gran ventaja para el atacante es la de
percibir los haces de tray€ctorias de las ametralladoras
enemigas, cuando emplean los proyectiles trazadores, po
niéndose a cubierto a tiempo.
El empleo de los anteojos de puntería es imposible,
por lo que el tirador especial pierde eficacia durante
la noche.
4.
Irrupción tácil:
Aunque pbeda parecer dudoso a primera vista el que
un asalto de noche sea más fácil que de día, la experien
cia, sin embargo, ha enseñado que así sucede.
Como ya se ha hecho mención, al atacante sólo se
opone frontalmente el fuego de la Infantería hecho en
condiciones poco propicias. El combatiente, llegado el
momento del asalto, está en su plenitud de fuerzas, ya
que en todo el camino recorrido no combatió, y la mayor
parte de las veces sólo necesitó variar un poco su itine
rario. Además, la tropa está todavía—prescindiendo de
casos aislados—completa y con la moral muy elevada.
El enemigo en parte se encontrará sorprendido, y al
no poder ver, será presa fácil de la confusión, teniendo
que combatir sin el apoyo de sus armas pesadas.
Tampoco estará en condiciones de conocer, al pronto,
la verdadera intención del atacante, creyendo muchas
veces que tiene ante sí sólo una patrulla de contacto o
un golpe de mano.
Conseguida la rápida infiltración a través de la línéa
principal de resistencia y aparecido repentinamente
el
atacante a los flancos y retaguardia del defensor, el pá
nico se propagará hacia todos los lados, produciéndose
además el envolvimiento de una posición con menores
dificultades de lo que a primera vista pudiera parecer.
Un soldado detrás de una tronera, se siente con facilidad
inseguro porque no ve.
Por estas causas resúlta también claro que el defensor
con dificultad piensa en la realización de contraataques.
No se tiene visión de conjunto en los observatorios de
Artilléría y Puestos de Mando, y a menudo están inte
rrumpidas las transmisiones, siendo por ello muy difícil
abarcar la situación de una ojeada; con frecuencia no se.
efectúa la entrada en acción de las armas pesadas ni se
inicia el contraataque. Abundantes ejemplos en el frente
oriental de la guerra pasada confirman esta apreciación.
Se observó igualmente que los rusos no mostraron gran
entusiasmo por el combate de noche, y amparados en la
oscuridad y sustraídos además de la vigilancia de oficiales
y comisarios, fácilmente se decidían por la huída y a
veces por la deserción.
La importancia moral de un ataque de noche por sor
presa, tanto para el atacante en sentido positivo como
para el defensor en el negativo, es evidente por las causas
ralatadas.
5.
Apoyo fácil de Ingenieros:
Ante una posición perfectamente defendida, es misión
asignada a las tropas de Ingenieros el abrir paso a trav
de las alambradas y minas, que es lógico existan. Esta
misión, siempre difícil y peligrosa de día, resulta ms
fácil y segura de llevar a cabo por la noche. Para ello
han de transportar consigo los Ingenieros los medios de
destrucción correspondientes a los obstáculos explorados;
los días anteriores, por la aviación de reconocimiento,
las patrullas de exploración y la observación: cargas
alargadas para la voladura de las alambradas, rollos de
redes de mecha detonante para las minas y aparatos detectores de las mismas. En ciertas condiciones puede
ser abierta brecha en las alambradas con tijeras contra-.
alambre sin delatarse la operación. Si fuera necesario,
previo reconocimiento, estos trabajos podrían ser ejecutados aun de noche, cubiertos los atacantes por humos
contra los cohetes luminosos.
,;‘
6.
Exclusión de la Aviación enemiga:
En un ataque nocturno, la actuación de la Aviación
enemiga, en misión de exploración y combate que obligue
á la Infantería atacante a echarse al suelo aparece descar
tada. Esto adquiere importancia frente a una superiori
dad aérea total. Sólo los bombardeos nocturnos sobre
las posiciones artilleras y columnas en carreteras dan re
sultados. Sin embargo, el infante en el terreno de noche
apenas puede temerla, pues la oye, a menudo también
la ve, y la mayor parte de lás veces puede ponerse a cu
bierto o esquivarla.
7.
Más facilidad para el cambio de posición de las armas
pesadas:
El cambio de posición de las armas pesadas, como ar
tillería, contracarros, cañones de infantería, morteros,
etcétera, tiene mayores dificultades durante el día. En
Rusia, avanzándose decididamente, ufrían aquellas sen
sibles pérdidas, no llegando a tiempo para la siguiente
entrada en acción, y la Infantería tenía que renunciar
con mucha frecuencia a su apoyo.
Este problema durante la noche es fácil de resolver.
Las armas pesadas, una vez terminada su actuación en
el ataque, pueden ser transportadas sin dificultad, bus
cándose con tranquilidad posiciones apropiadas y estando
aquéllas a la mañana siguiehte dispuestas de nuevo para
empresas posteriores en posiciones aún desconocidas para
el adversario.
8.
Menores pérdidas:
Lasgrandes
pérdidas en un ataque son, en la mayor
parte de los casos, sólo una señal de mala dirección e
instrucción—en esto, naturalmente, hay excepciones—.
Grandes éxitos en un ataque con pequeñas pérdidas, debe
ser un lema de todo m.ndo táctico. El ataque de noche
ofrece una posibilidad excepcional para su logro.
Los motivos expuestos en los apartados anteriores
respaldan claramente esta afirmación, y las experiencias
57
1)
ciue la Infantería alemana hubo de cosechar en esta
guerra, especialmente en el frente del Este, son la mejor
demostración de ello, aún cuando desgraciadamente de Preparación y realización de uii átaque de noche poi la
las posibilidades del ataque de noche sólo raramente se
Infantería (diferencia con el ataque de día):
llegó a hacer uso. Incluso ataques que durante el día
Para la realización de un ataque de noche, se han de
entero transcurrieron sin resultado y sólo habían oca
sionado elevadas pérdidas, consiguieron su obtetivo, ini hacer los siguientes preparativos:
ciados de nuevo, a la llegada de la oscuridad, con apenas
bajas y en cortísimo espacio de tiempo.
Minucioso reconocimiento e injornación del tcreno.
Por lo demás, una Unidad, que ha registrado éxitos 1.
sobresalientes con sólo pocas pérdidas, adquiere gran
Con ello se trata de obtener especialmente una cleta
confianza en su mando y es en su mano un instrumento
llada fotografía del sistema mismo de posiciones enemi
de combate siempre seguro y de empleo satisfactorio.
gas. El medio mejor para ello lo suministra una buena
exploración aérea. La fotografía aérea se completa por
la observación con gemelos y la comprobación por pa
9.
Menor consumo de municiones:
trullas. El reconocimiento del terreno es necesario para
Un factor no despreciable es el ahorro de municiones poder elegir el mejor camino de aproximación. (Poco
ele todas clases, que en un ataque por sorpresa de noche apropiados para el ataque de noche son, por ejemplo,
puede ser logrado en beneficio del atacante.
el bosque frondoso y el monte bajo.)
Por de pronto, la actuación de las armas pesadas y la
Todo Mando de Unidad, hasta la Escuadra inclusive,
aviación queda completamente suprimida. Si el ataque recibe un croquis (completado con fotografías) de su
se desenvuelve fácilmente, un apoyo a la Infantería du
zona de ataque. A ser posible, todo tirador debe incluso
rante el mismo no será frecuentemente necesario, que
poder echar unaojeada sobre él.
dando la mayor parte de las existencias de municiones
Además se fijará exactamente la dirección de marcha
disponibles para el siguiente día, en la lucha intensiva a cada Unidad por medio del rumbo. No es posible ad
mitir que una Unidad se desvíe de su dirección y con
iue se entablará contra nuevos objetivos, para ensan
char la brecha o para la defensa contra los contraataques.
ello yerre el objetivo.
Por el enorme gasto de municiones de las armas pesadas
Los exploradores que conozcan perfectamente el te
modernas con grandes velocidades de tiro, el ahorro de rreno por haber formado parte de las patrullas de ex
municiones reviste la más grande importancia.
ploración, pueden ser empleados como guías.
Una pérdida o empleo reducido de las armas pesadas,
Asimismo hemos de llamar la atención sobre la nece
a causa de la falta de municiones, en el primer día de sidad de un radiogoniómetro. Desde la base de partida
un atáque—como fué frecuente en el frente Este du se dirigirá al objetivo una radiación con un aparato de
rante la última guerra—, puede ser salvado ampliamente proyección dirigida, y en la Unidad a orientar se encon
realizando aquél de noche.
trará un enlace con el receptor. Este captará la radiación
También la Infantería ahorra municiones, pues el (en tono largo) y después marchará. Si se desviase, reso
combate por el fuego sólo tiene lugar en las distancias
nará en los auriculares una señal diferente (tono bajo).
próximas y, principalmente, en el asalto e irrupción por como advertencia. Un extravío ya no es posible, aun
la zona de resistencia enemiga. Lo cual reviste gran con una desviación pasajera obligada por el fuego ene
importancia,
ya que el consumo de munición de las migo. En conjunto, el sistema es apropiado también
pistolas ametralladoras, especialmente apropiadas para para el Mando cuando haya que moverse en niebla arel combate nocturno, es muy elevado.
tificial.
Para cónservar la dirección de marcha constantemente,
hay además los siguientes medios auxiliares:
c
a) Fuego prearado.—Se preparan por el día dos fo
gatas, que indiquen la línea del objetivo mirando a través
1)esventajas:
de ellas, o tres que formen un triángulo cuyo vértice
Que el ataque de noche de la Infantería tiene también más avanzado también lo señale. En la noche del ataque
algunas desventajas comparándolo al de día, es evidente,
se encienden, sirviendo así de orientación al atacante.
pero son compensadas con creces por las ventajas ya ex
Naturalmente,
deben ser pequeñas y durar lo menos
presadas. La principal desventaja es que la tropa debe posible.
estar muy bien instruída y ejercitada precisamente en el
b) Trayectorias luminosas .—Una ametralladora pesa
combate de noche. Asimismo se debe exigir a los mandos
da,
o una antiaérea de dos centímetros, disparará con
subalternos altas cualidades morales y de instrucción.
Además, el defensor puede conseguir más fácilmente proyectiles trazadores sobre el objetivo a intervalos de
tiempo variable, por encima del atacante, indicando con
en la oscuridad, por la huida, sustraerse a la destrucción
ello el camino.
o al cautiverio.
Es evidente que tales medios son recursos suplemen
La propia observación del campo de lucha durante la tarios qhe pueden ser pronto captados por el enemigo
noche disminuye más o menás, debiendo ser aumentada
con el establecimiento de señales luminosas convenidas al ser repetidos y denunciar el ataque.
(Artillería, armas pesadas). La falta de observación puede
2.
Corrección dei tiro de la Artillería y armes 75esedas
dificultar algo el mando táctico, si no es compensada
de Infantería:
por una red de radio buena y de trabajo rápido (radio
teléfono con aparatos de onda extracorta para las Uni
Con varios días de antióipación, discretamenre por
dades desde Sección hasta Batallón y armas pesadas
tanto, se corrige el tiro de las armas pesadas, a fin de
de Infantería).
El apoyo al ataque de la Infantería por la Aviación poder contrabatir, en su momento, el fuego de enemigas
táctica queda asimismo suprimido, excepto el empleo de y apoyar a la Infantería invasora, protegiéndola (cam
aviones de combate nocturno o bombardeo para com pana de fuego).
Además pueden ser batidos los días anteriores por la
batir la Artillería y armas pesadas enemigas, que se
denuncien por los fogonazoso cuyos asentamientos sean Artillerta y la Aviación los objetivos de importancia sin
traicionar el ataque futuro por su demasiada insistencia.
conocidos por exploraciones anteriores.
-
58
.
El ataque:
noches pueden receder en ciertas circunstancias a la
adecuada ruptura de los carros.
Los cañones de asalto sólo pueden ser empleados de
noche en el apoyo de la Infantería y carros, cuando sean
noches de luna clara, esté el terreno cubierto de nieve
o se utilicen con aparatos de puntería nocturna y reflec
tores. Los cañones de asalto en el ataque nocturno de
ben permanecer enmascarados u ocultos, en posiciones
preparadas,, hasta que la Infantería atacante es descu
bierta o irrumpa. Sólo entonces corren tras ella e inter
vienen en el combate. Señales intermitentes (multicolo
res) y radio permiten el enlace con la Infantería. Opor
tunamente son puestós al corriente de su misión de apoyo
por un Mando de• Infantería o por un Mando de enlace
destacado COfl anterioridad. Este Mando puede tambión
asumir el encargo de orientarlos.
A manera de tropa de asalto, pueden terminar las sec
ciones de tiradores en unión de los cañones de asalto el
arrollamiento de la línea principal de resistencia y la.
ruptura de la zona del mismo nombre, después de elimi
nar a los contracarros.
A diferencia del ataque de día, no se ataca en ancho
frente, sino en cuña estrecha. Por ejemplo, en la zona
de acción de un Batallón ataca sólo una Compañía en
vanguardia, o a lo más dos. En el primer caso, es envuelto
el enemigo por la masa del Batallón en reserva por ambos
costados; en el segundo caso, aislado aquél por los cos
tados, se cierra sobre el centro para coger al defensor en
una tenaza. Las Unidades avanzadas del ataque (Sección
o Compañía) se encargan además de la seguridad y pro
tección en la dirección en que se profundice.
En una Compañía atacante en primer escalón, sólo se
coloca en el escalón de ataque una Sección. Irrumpir
con más de dos pelotones al mismo tiempo, uno al lado del
otro, es contraproducente. Pues siendo la cuña de ataque
ancha se dificulta la estrecha cooperación, ya que falta
la visión de conjunto, pudiendo dar lugar además fácil
mente a que las propias Unidades choquen unas con
otras. Además, se consigue mejor con cuña estrecha el
momento de la sorpresa, ya que avanzando en ancho
frente de noche se denuncia en alguna parte el ata
cante, siquiera sea por el ruido; además, la cohesión hacia
los flancos, en frente amplio y en la oscuridad, a la larga
Consideración 1iiial:
es difícil de mantener.
El mando de los pelotones o Sección del escalón cTe
En una agresión bolchevique, es de esperar superiori
ataque, se ve favorecido, por lo demás, con que los in
dad en carros, Artillería, Aviación y hombres. Por tanto,
dividuos se vean obligados a ir relativamente próximos el defensor occidental deberá aprovechar la noche para
o juntos. Las amplias distancias e intervalos, que en el llevar a cabo actividades combativas, especialmente en
ataque de día se han de conservar indiscutiblemente y los movimientos para cualquier ataque. Sólo de esta
que sólo inmediatamente antes del asalto se disminuyen manera puede ser equilibrada la propia inferibridad
—lo que con frecuencia demora ese asalto—, quedan su —ante todo en las acciones ofensivas—y ser economizado
primidos durante la noche desde un principio. Los pelo el valioso material humano. También en lo futuro, pro
tones se aproximan lentamente al sistema de posiciones bablemente podrá ‘contar la Infantería en pocos casos
enemigas, tan próximos uno a otro como sea posible, con el apoyo de los carros; sucediendo así, es preferible
aun en hilera, desplegándose sólo, en el último momento, un éxito con pocas pérdidas de noche, sin el apoyo de
inmediatamente antes del asalto, o durante éste, o ante los carros, a un éxito con apoyo de carros durante el
la reacción contraria originada por el hecho de haber día pero con elevadas pérdidas.
sido descubiertos. Si fuera éste -el caso, no debe perderse
La exigencia de una tropa muy capacitada para el ata
tiempo, sino que acto seguido se pasará de la aproxima
que de noche implica la transformación correspondiente
ción al asalto, para aprovechar el tiempo ganando te
de la instrucción de la Infantería, y con ello la amplia
rreno al frente, tiempo que el defensor necesita aún inclusión de esta manera de combatir en los correspon
para prepararse a la defensa.
clientes reglamentos. Hasta ahora, el ataque de noche l’ia
Después de conseguida la irrupción en las primeras sido tratado por ellos sólo como trata una madrastra, a
posiciones, cada pelotón se -dirige independientemente a un hijastro (en Instrucción 13019 únicamente los párra
cumplir la misión que le haya sido anteriormente f i fos 274 al 279).
jada.
Una parte principal de la instrucción sobre el terreno
Por todo lo expuesto, el ataque de noche en muchos ha de ser trasladada a la noche. Ya no es admisible que
aspectos tiene el carácter de un golpe de mano.
la instrucción deba realizarse imprescindiblemente desde
Unade vez
realizada enemiga,
la irrupción
y asegurada
ción
la posición
se hacen
avanzar la
las ocupa
armas las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde y sólo
se realice, aproximadamente,
un antipático ejercicio
pesadas de Infantería. Con ello éstarán a la mañana si nocturno cada cuatro semanas. Además ‘puede ser cam
guiente en las nuevas posiciones, dispuestas para batir biado todo el horario, llegándose a trasladar la parte más
otros objetivos, según los propósitos y la situación.
importante de ,esta instrucción a la noche, mientras la
El ataque de noche, visto desde un punto de vista más mayor parte del día se esté libre de servicio. Convertir
elevado, puede suponer el preludio de una gran irrupción- la noche en día.
para una ofensiva de envergadura. Rompe el frente ene
Junto al adiestramiento de noche hay que colocar
migo, haciendo posible a las reservas o unidades (le además, como de un extraordinario valor complementa
carros preparadas avanzar violentamente y sin demora rio, la instrucción de la sobria tác.tica del cazador, la
a la mañana siguiente. Los sangrientos combates de del combate próximo, la de, la tr’opa de asalto, la de
ruptura resultan con frecuencia ampliamente prohibiti
orientación y la del radioteléfono.
vos para los carros. En un sistema de posiciones, inte
La tropa que combate de noche por propia iniciativa
grado por varias que se protegen mutuamente escalona
estará mejor instruída que la que sólo lleva a cabo tales
das en profundidad, muchos ataques repartidos en varias combates cuando es obligada a ello por ci enemigo.
-
-
-
-
59
La construcción de las bases norteamericanas enEspaña.
Contraalmirante J. R. Perry, Director General de Arsenales y Astilleros del Ministerio de Marina de
los EE. UU. De la publicación norteamericana The Military Engineer. (Traducción del T. C. Casas.)
Una de las mayores obras emprendidas en el exterior
por la organización defensiva norteamericana es la com
prendida en el plan de construcción de bases militares en
España, a cargo de la Dirección General de Arsenales y
Astilleros de la Marina. Dicho programa, tiene por objeto
el establecimiento de cuatro bases aéreas, una base naval
con otra aeronaval a su inmediación, un oleoconducto
de unión entre todas las refcridas bases y tres instala
ciones de almacenamiento de petróleo y municiones para
la Marina. La magnitud de estas obras se deduce de su
ccste total, estimado en unos 250 a 300 millones de dóla
res (10.000 a 12.000 millones de pesetas).
Los cinco lugares más importantes de ubicación de
las bases son: Torrejón, Zaragoza, Morón, San Pablo y
Rota, presentando cada uno de ellos un problema dife
rente, en relación con las instalaciones ya existentes y
las misiones que se asignarán a las bases, una vez cons
truidas.
El plan a que nos venimos refiriendo se inició el 25 de
septiembre de 1953, mediante la firma del acuerdo bila
teral entre los Gobiernos de España y de los Estados
Unidos, madurado durante año y medio de negociaciones
entre las dos naciones. Según las cláusulas del acuerdo,
España recibiría de los Estados Unidos ayuda técnica,
económica y militar, y los Estados Unidos autorización
para construir y utilizar, en unión de las fuerzas mili
tares españolas, ciertas instalaciones militares navales y
aéreas en territorio español. Este acuerdo tendrá vigen
cia durante diez años, renovándose, automáticamente,
dos veces, por períodos de cinco años.
El Secretario de Defensa designó como su Delegado
Ejecutivo para la construcción de las bases al Secretario
de la Fuerza Aérea (Ministro del Aire), que está repre
sentado en España por el Jefe de Grupo Militar Conjunto
de los Estados Unidos (JUSMG). Este Jefe es el militar
americano de mayor categoría que intervino en las ne
gociaciones entre los dos Gobiernos y en quien recae la
responsabilidad del programa de construcción.
Previo acuerdo entre los Ministerios del Aire y de
Marina, el Director General de Arsenales y Astilleros
fijé nombrado Delegado de Construcción para el pro
yecto, ejecución e inspección de las instalaciones mili
tares. El mencionado Director General, como Jefe de
Contratación, es también el responsable directo de todas
las fases administrativas relacionadas con la ejecución
de las obras, teniendo en Madrid dos representantes: el
Director de Construcción y el Comisario de Construc
ción (OICC).
El Director de Construc’ión forma parte de la plana
mayor del Jefe del JUSMG, en su cualidad de asesor
técnico, y dirige las negociaciones que tienen lugar con
Tas autóridades españolas respecto a la construcción: im
puestos, emolumentos de empleados españoles, adquisi
ción de terrenos, materias de importación.
El OICC responde ante el Di ector General de Arsena
les y Astilleros del cumplimiento de los contratos, y,
además de su personal auxiliar, tiene a sus órdenes va
rios Subcomisarios Territoriales de Construcción, de cuya
incumbencia es la parte administrativa de las obras en
sus respectivas- zonas o territorios.
Los convenios entre los Gobiern s reservan a los Es
tados Unidos la facultad de elegir contratistas principa
les para, la inspección y coordinación de los trabaj os;
pero la ejecución real de éstos se encomienda a Empresas
españolas capacitadas para ella. En vista de ello, se
reunió un Comité Mixto Aire-Marina, poco después de
la firma del acuerdo, para estudiar la idoneidad de las
Empresas norteamericanas técnicas (ingeniería-arquitec
tura) interesadas en la formación de los proyectos de las
bases. Concurrieron unas 129 Empresas de tal clase, que
presentaron copiosa docume tacin referente a su expe
riencia y condiciones. Tras la correspondiente selección,
resultó favorecida una Empresa, formada a base de otras
cuatro, denominada Architects-Erigineers, Spanish Bases
(AESB), sobre cuya elección recayó la aprobación del
Director Gene al de Arsenales (Marina) y del Director
de Instalaciones (Aire).
Todo el trabajo de redacción de proyectos encomendado
a la AESB se hace en Madrid, bajo la inspección de OICC.
La AESB utiliza muy poco personal técnico americano;
sólo el indispensable para la concepción general y para
orientar a los ingenieros y arquitectos españoles, que son
los que formulan los proyectos detallados. La AESB
obtiene los servicios de este personal español mediante
subcontrata o convenio directo.
Los contratistas principales americanos para la ejecu
ción de las obras se eligieron del modo acabado de ex
plicar para lo proyectos, con la sola diferencia de que el
Comité de seleccióti estaba integrado totalmente por per
sonal de la Marina; y, como resultado de la gran publici
dad dada al anuncio de selección, acudieron unas 250 Em
presas norteamericanas, que, prácticamente, se presen
taron todas no aisladas, sino asociadas con otras. Nueve
de estas superempresas fueron, en principio, selecciona
das e invitadas a contestar un amplio cuestionario, y tras
estudiar las contestaciones por ellas presentadas, se les
pidieron detalles sobre: su experiencia en construcciones
de gran envergadura en el Extranj ero; su capacidad para
adiestrar personal-español; sus conocimientos sobre posi
bilidades de empleo de materiales locales; sus anteceden
tes en cuanto a economía y austeridad en obras del Es
tado. Y consecuencia de estas gestiones fué la elección
de la superempresa Brown-Raymond-Walsh, que, al igual
que la. AESB, utiliza solamente los servicios de unos
cuanto americanos que dirigen las obras realizadas por
subcontratistas
españoles.
Para la contrata de proyectos y obras se añadió al
coste de ejecución de unos y otras una comisión fija, por
estimar este sistema como el más ventajoso y económico,
ya que, aunque la construcción de las bases no esté con
dicionada por una urgencia de tipo bélico, es indudable la
necesidad de la rapidez. La principal razón que aconsej a
el sistema indicado es la existencia de factores descono
cidos relacionados con la construcción en Esp aña y la
escasa información que se tiene sobre costes y técnica
constructiva en esta nación. Otra importante razón fué
la de aprovechar al máximo la mano de obra y los ma
teriales españoles, recurriendo a la subcontrata a Em
presas también españolas, lo que permitirá acometer los
trabajos en la medida que lo permitan los créditos de
que se vaya disponiendo, y simplificará la labor de la
Dirección General de Arsenales, que tendrá que enten
derse solamente con un contratista para todas las obras
en España.
El convenio entre los dos países establece que se uti
licen constructores españoles, con tal de que éstos estén
-
-
en condiciones de llevar a la práctica las subcontratas
con rapidez, economía y perfección. Todo trabajo no en
comendado a españoles puede ser rea]izado por construc
tores americanos o Unidades Militares también de cons
trucción y de la misma nacionalidad.
No se ha prohibido la colaboración de constructores
americanos o de otras naciones con subcontratistas espa
ñoles, a base de la formación de superempresas del ca
rácter aludido anteriormente, siempre que dichas enti
daAes sean reconocidas por el Gobierno español. En tales
casos, las partes interesadas formarían una Empresa par
ticular sometida a las leyes y reglamentaciones españolas
sobre la materia Pero hay un factor que limitará la co
laboración de americanos y españoles y es la modalidad
de pago, toda vez que éste se hará en pesetas a los sub
contratistas españoles, y en estas condiciones, los socios
americanos encontrarían dificultades para sacar de Es
paña su dinero.
Los españoles tienen gran experiencia en los tipos de
construcción peculiares de su país con los materiales y
mano de obra de que allí disponen. Por tanto, adaptando
adecuadamente los proyectos a dicha experiencia, es de
esperar que las Empresas españolas puedan llevar a cabo
la mayor parte de las obras ya aprobadas o que se au
toricen.
Los procedimientos de contratación utilizados en este
plan de construcciones participan de las características
utilizadas tanto en Norteamérica como en España. Según
esto, los planos y pliegos de condiciones utilizan el sis
tema métrico decimal y todas las notaciones de los planos
van en español y en inglés, siendo también bilingües las
especificaciones de los pliegos. Una de las características
menos corrientes es la relativa a fianzas. En España no
se puede exigir garantía a base de bonos, porque no existe
en este país el correspondiente tipo de sociedad mercan
til, y, por consiguiente, en lugar de tal garantía, normal
mente exigida en los Estados Unidos, se utiliza, como
fianza provisional, una póliza bancaria o cheque certi
ficado, al menos del 2 por ioo del importe total de la
fianza definitiva, que habrá de depositar el adjudicatario
de la contrata. Para sustituir la fianza definitiva, exigida
totalmente en bonos por el Gobierno americano, se exigió
una garantía bancaria de 30 millones de pesetas (unos
750.000
dólares) para la adjudicación de cada una de las
dos subcontratas más importantes. Esta garantía, unida
a la retención normal de un determinado por ioo del
importe de las certificaciones parciales de obra, durante
la realización de éstas, proporcionaría al Gobierno ame
ricano una suficiente protección en caso de incumpli
miento de contrato, sin obligar al subcontratista español
a prácticas para él extrañas.
Otra característica poco corriente de la contratación
se refiere al alquiler de maquinaria auxiliar de construc
ción a los constructores españoles. Los cánones estableci
dos en los pliegos de condiciones son del orden del 25
por ioo de los corrientemente vigentes en los Estados
Unidos. Algo similar ocurre con los materiales de cons
trucción, proporcionados también por el Gobierno ame
ricano, que lo son a un precio unitario previamente de
terminado en los pliegos.
Todos estos hechos se fundan en dos razones principa
les: primera, poner a disposición del subcontratista es
pañol, a un coste razonable, la técnica, la maquinaria y
los iiateriales americanos; segunda, garantizar al Go
bierno de los Estados Unidos el éxito en los aspectos
técnico y económico del desarrollo de su pIan de cons
trucci.n en España.
Para asegurar el necesario entendimiento entre el con
tratista principal y los presuntos subcontratistas, se puso
en contacto aquél con éstos, para cambiar impresiones
y discutir los distintos aspectos de los pliegos de condi
ciones y procedimientos en materia de contratación antes
referidos, así como diversos detalles técnico-constructi
vos indicados en los planos. Dicho contacto da lugar a
conferencias previas a la adjudicación, que hasta ahora
se han visto muy concurridas por representantes de los
constructores españoles y han sido de utilidad para crear
ambiente de licitación.
Las ofertas para la primera fase de las obras de To
rrejón se abrieron el 8 de septiembre y para la misma
fase del proyecto de Zaragoza el 22 de septiembre. En
ambos casos hubo unas catorce ofertas españolas, cuya
disparidád fué análoga a las que presentan las reñidas
competiciones que tienen lugar en los Estados Unidos;
ello ocurrió especialmente en el caso de Zaragoza, en
que las tres ofertas más bajas se diferenciaban tan sólo
en el i por ioo. La adjudicación de las obras de Torrejón
se hizo el 9 de septiembre y el 23 la de Zaragoza, ambas a
las ofertas más bajas.
La preparación del sistema de contratación representó
un intenso estudio compensado por el éxito obtenido en
la licitación y adjudicación de las dos subcontratas más
importantes. A propósito de ello, el periódico español
Madrid, en su número del ir de septiembre, decía:
IMPRENTAS DEL COLEGIÓDE HUÉRFANOS
El Patronatode Huérfanosde Oficiales del Ejército tiene tres imprentas: en MADRID,
TOLEDO y VALLADOLID,qUe,además
de losimpresos
oficiales,
de adquisición
obligatoria
en dichosestablecimientos,
tambiénrealizantrabajosparticulares
de esmerada
confección,
garantizando
la CANTIDAD, CALIDADy ECONOMIA.Losingresos
queporestos
conceptos
se obtienenpasanINTEGRAMENTEa engrosarlos fondosdel Patronatoy se destinana
MEJORAR la situaciónde los HUERFANOS.Se encarecea los señores
Jefesy Oficiales
efectúenpedidos
a esasimprentasa fin de incrementar
los recursos
de los HUERFANOS,
61
La segunda fase de éste, aún no aprobada y que ha de
“Este sistema de adjudicación garantiza la imparcialidad
y elimina la sospecha de favoritismo al poner en pie de ser cargo a créditos del ejercicio económico 1955, se em
prenderá también a base de subcontrata española.
igualdad a todos los contratistas españoles.”
Aunque el plan de construcción actualmente conce
Tras las dos adjudicaciones antes referidas se trabaja
bido corresponde a cuatro años económicos, su ejecución
ahora en la preparación detallada de las correspondientes
al resto del plan de construcción. La mayor de las obras material se prevé durará cinco años, en lo que se refiere
futuras será la pista de Rota y a ésta seguirá la pista de a los proyectos más importantes. Ello supone un enorme
Morón y posteriormente, en la primavera de 1955, las esfuerzo constructivo; pero la íntima colaboración del
Ejército del Aire y de la Dirección de Arsenales y la pe
construcciones portuarias en Rota. El tendido de la con
ducción del oleoducto no se emprenderá hasta el final ricia y experiencia constructora de españoles y america
del verano, aunque los materiales estarán dispuestos antes nos aseguran la feliz realización de tan ambicioso plan.
del día 1 del año citado. Con todo esto se completará la
Febrero 1955.
mayor parte de la primera fase del plan
DiseñoparaunEjército“atómico”.
Coronel Gcorge B. Sloan. De la publicación norteamericana The
Com.bat Forcas Journal. (Traducción del Comandante .4rechederrata.)
empeñar su papel en la estrategia “de nuevo estilo”.
En el desarrollo de ésta, al cabo de 6o, de ioo ó del
número de días que para elló necesiten, nuestras fuerzas
estratégicas aéreas y navales infligirán sus “ataques ma
sivos dé represalia”. Durante ese período, el Ejército,
sus planes actuales para una constitución de fuerzas
Por primera vez en la historia de los Estados Unidos según
confiamos ahora en una fuerza militar “presente” para progresiva, habrá movilizado de 5 a io Divisiones de la
Guardia Nacional y3 quizá, otras cinco más del Ejército
disuadir o derrotar a un posible agresor. Tradicional
Regular (hablo por mi uenta y sin referencia a los planes
mente, en el pasado, confiábamos, no en fuerzas mme
de movilización). Con ello habrá cubierto el i5 por loo de
cliatamente disponibles, sino en las que podíamos cons
su movilización y precisará aún 20 meses más para com
tituir una vez comenzada la guerra.
A juzgar por nuestras manifestaciones oficiales, si se pletar la constitución de fuerzas que se considera necesaria
nos atacara, contestaíamos destruyendo las ciudades y para emprender una invasión de la metrópoli enemiga.
Divisiones movilizadas serán similares a las de la
fábricas enemigas, matando millones de habitantes del Las
G.
M.
II y, aparte de la adición de unos pocos Grupos
país agresor y mutilando o enervando hasta la impoten
de cañones atómicos y de proyectiles dirigidos y sin
cia a muchos millones más.
Podemos imaginar que, poco tiempo después que el dirigir, nuestro Ejército de Campaña será muy parecido
enemigo empiece una guerra, su metrópoli será pasto de al de la G. M. II o al de Corea.
la ruina y el desorden, con un Gobierno inoperante, su
sistema de transportes paralizado y sus comunicaciones
desbaratadas. Y todo ello por obra y gracia de las fuerzas
Durante esos 6o días, nuestro Ejército estará agobia
estratégicas aéreas y navales norteamericanas; nuestro
dísimo con las tareas de reclutamienyo, instrucción y
Ejército no participará en estos golpes devastadores...
Tan completo apartamiento del Ejército terrestre de servicios de millones de conscriptos. Estará también muy
nuestro pian estratégico naciona ha hecho pensar a al ocupado tratando de sacar todo el partido posible de
una serie de acciones retardatrices en diversas partes del
gunos si hay justificación para sostener tal Ejército.
Si fuera cierto (o incluso probable) que la acción aérea mundo. Además, se verá acosado por investigadores par
estratégica puede forzar una decisión, obligar a rendirse lamentarios, atormentado por escaseces y abrumado por
al enemigo, no habría desde luego justificación alguna un exceso de asesoramientos. En resumen, se encontrará
en plena movilización, pero totalmente incapaz y faltc
para tenerlo. Pero, desgraciadamente, no hay pruebas de preparación para poder explotar los efectOs de la
convincentes de que la ofensiva aérea estratégica pueda
obtener tal resultado. Es casi seguro que producirá una ofensiva atómica. Cuando termine el lento y agobiant€
destrucción paralizadora; pero si la Historia nos ha de proceso de la movilización, se habrá esfumado la preciosa
mostrado algo, es que el bombardeo aéreo, por muy in oportunidad de conseguir una victoria rápida. Desapa
tenso que sea, nunca es decisivo. La imposibilidad de recida la impresión de nuestros masivos ataques nuclea
res, desaparecerá también la posibilidad de explotar pie
lue los aviones cierren sobre el enemigo para “rematarlo”
nos demuestra que lo más que podemos esperar de la namente su efecto. Del mismo modo que la Infanterí2
ofensiva estratégica aérea es un resultado indeciso: el tiene que seguir inmediatamente al fuego de cortina d
enemigo quedaría postrado, pero no sin vida, y nosotros su Artillería para sacarle todo el partido posible, tambiér
no dispondríamos de los medios necesarios para infligir el Ejército tiene que estar listo para invadir la metrópol
enemiga tan pronto se desencadene la ofensiva termo
los golpes finales decisivos. Y no los tendríamos precisa
mente por no haber contado con el Ejército para nuestro nuclear. Sólo así nos beneficiaremos al máximo de nues
tra carísima ofensiva atómica!
plan estratégico.
El proyectista militar responderá quizá que, aunque 1
Para esos golpes finales decisivos es para lo que se ne
cesita al Ejército, cuya misión es, precisamente, cerrar que acabo de decir es verdad, no puede realizarse porqu
es un hecho incontrovertible que no podemos mantene
sobre el enemigo y reducirlo a la impotencia. Examine
mos si nuestro Ejército actual puede cumplirla y des- un Ejército “en presencia” de la entidad suficiente pan
La conti’ibución del Ejército a la nueva estratcga
debe ser la creación de tuerzas “en presencia” que
sean completamente aerotransportablcs y capaces de
tomar y defender zonas-clave en la metrópoli enemiga.
,
-
62
invadir la metrópoli enemiga. Qué lo mejor que podemós
“Eso es un cuento”—dirán los técnicos—. ¿ Cómo saca us
hacer es mantener un núcleo o base que nos permita tecl 50 Divisiones de un millón de hombres si hoy no pode
llevar a cabo la agobiante pero imprescindible movili
mos sacar 20 y tenemos millón y medio? ¿Cómo va usted
zación.
a hacer completamente transportable por vía aérea a la
Pero ¿es verdaderamente así? Supongamos que abando División si no hay avión que. pueda cargar el carro M-48?
namos nuestras ideas preconcebidas, que desechamos huestro Concediendo que pudiera transportarse por vía aérea
concepto actual de movilización, que olvidamos nuestra todo el material pesado, le sería imposible transportar y
organización y sus Armas y Servicios, que hacemos abstrae abastecer exclusivamente por vía aérea las o Divisio
.ción de iuestras experiencias de las guerras mundiales y nes. No hay aviones en el mundo para ello! Además,
de Corea. Supongamos que todo el mundo convenga en aban
¿cómo podría sostenerse en el corazón del país enemigo
donar de momento sus re juicios y parcialismos. Suponga
una agrupación táctica de 30 Ó 40.000
hombres? Y,
mos que hacemos todo eso y nos tonemos a diseñar un entre tanto, ¿que estaría haciendo el Ejército Rojo? Los
Ejército capaz de invadir el territorio melroolitano del ataques aéreos estratégicos no lo detendrían porque ha
agresor inmediatamente después de que sean aplicadas nues
almacenado reservas de abastecimientos para seguir ac
tras represalias atómicas. ¿ Cudi sería la estructura de tal tuando durante mucho tiempo. Pero lo peor de todo
Ejército?
es que se juega usted todo a una sola carta: ¿Qué haría
usted si la Fuerza Aérea Estratégica no pudiera des
pegar o si, por cualquier causa, nuestro país se viera
En primer lugar, ¿cuándo y cómo entraría en acción obligado a cambiar su estrategia?”
Las objeciones anteriores son, por supuesto, unas pocas
ese Ejército? Evidentemente, si ha de explotar la ofen
siva termonuclear, ha de poder ir directamente a la de las que pueden formulárseme, pero como creo que
escena de las destrucciones y hacer frente a la situación figuran entre las más importantes, voy a analizarlas.
que allí encuentre. Para ello, nuestro Ejército debe ser .No puedo menos de recalcar, sin embargo, que quien
organizado en agrupaciones tácticas capaces de moverse las formule sigue pensando con arreglo al concepto de
movilización, de guerra terrestre lineal, de líneas de co
autónoma y rápidamente hacia las zonas estratégicas
elegidas y de apoderarse de ellas y conservárlas en su municaciones terrestres y de T. N. T. (en lugar de pensar
en las bombas termonucleares). Tales conceptos, válidos
poder. Estos ataques deberán iniciarse inmediatamente
en su tiempo, no son compatibles con las realidades de
después de la ofensiva aérea estratégica. La conquista
simultánea de las zonas críticas entrañará el golpe decisivo la guerra atómica.
final de la guerra, porque impedirá que el enemigo se
reponga de la impresión de su desastre termonuclear.
¿Cómo podemos sacar o Divisiones de un millón de
Antes o después (probablemente antes), esa conquista
hombres?
De dos modos: reduciendo la División a lo
forzará su rendición.
Si un día cualquiera los Soviets empiezan. la guerra indispensable y reduciendo el personal inspector y ad
lanzando su propia ofensiva aérea estratégica e iniciándo ministrativo én los escalones superiores al divisionario.
invasiones en la Europa occidental, en el Oriente Medio y Tal como hoy está, el Ejército es, reconocidamente, una
en el Japón, deberemos contraatacar inmediatamente con fuerza combatiente ineficiente organizada como el núcleo
una ofensiva atómica devastadora que, en• el curso de de un desdoblamiento y no como una fuerza ideada para
unas pocas semanas, haga llover sobre sus ciudades y cen luchar tal como está constituída. Una gran proporción de
tros industriales centenares de superbombas. Al cabo sus efectivos, de sus fondos y de su energía se dedican a
de, supongamos, IOQ días, aquéllos estarán en ruinas y mantener una base de movilización y una volumjnosa
habrá cesado el tráfico interno enemigo; sus Ejércitos reserva. Pero si aceptamos la ideá (que priva en la Avia
ción y en la Marina) de hacer la guerra con fuerzas “en
fronterizos estarán siendo contenidos por nuestros alia
dos, por nuestras armas termonucleares tácticas y por presencia”, nuestro programa actual debe ser abando
la falta de abastecimientos. Hacia esa fecha empezarán nado o reducido. No debemos mantener por más tiempo
una base de movilización. Podemos llevar a cabo la tan
a descender sobre 15 ó 20 lugares estratégicos agrupacio
nes estrat(gicas (cada una con efectivos similares a los esperada reorganización de los Servicios, y éstos, por
primera vez, con una misión concreta de atender a una
de un C. E.) que conquistarán dichos lugares y procederán
fuerza combatiente, de una entidad conocida, podrán
a extender progresivamente su dominio hacia la agrupa
llevar
a cabo grandes reducciones dentro de ellos mis
ción táctica propia más cercana. Arrollando rápidamente
a los desorganizados defensores locales, explotando el mos. De un modo similar, ,el instrumento de instrucción
odio contra la tiranía comunista de los habitantes de la del Ejército debe ser podado, y adecuado a un fin espe
región y utilizando en provecho propio el nacionalismo cífico. El programa de las reservas debe limitarse a las
que puedan tenerse listas el día D, asignando a algunas
de las diversas minorías raciales, estas fuerzas relativa
de sus Unidades una responsabilidad mayor (o incluso
mente pequeñas deberían poder extender rápidamente
toda la responsabilidad) çn cuanto a algunos aspectos
su control sobre todo el país enemigo.
de la defensa metropolitana
(defensa AA., etc.). El
proyecto actual ‘de reducir nuestras fuerzas de cobertura
*
* *
en Corea, Japón y Europa puede ser acelerado y la
misión de contener a las fuerzas terrestres comunistas
¿Qué clase de organización deberemos tener para poder transferida a nuestros aliados, auxiliados por nuestras
montar una docena o ms de estas invasiones indepen
armas atómicas tácticas. Todas estas medidas permitirán
dientes de gran radio de acción? En síntesis, nuóstro a nuestro Ejército dedicar una proporción mucho mayor
Ejército deberá tener las características siguientes:
de sus medios a su fuerza estratégica. Quizá pudieran
la mitad de sus efectivos para las fuerzas com
una verdadera y completa transportabilidad
por vía asignarse
batientes
de primera línea.
aérea;
Dentro del mismo Ejército de Operaciones pueden
independencia de líneas de comunicaciones terrestres;
reducciones aún mayores. Hoy en día la G. U.
un alto grado de movilidad táctica y de potencia de realizarse
Ejército
tiene
más grupos de Artillería que batallones
fuego; y
Infantería y aproximadamente tantos ingenieros como
unas o Divisiones de io.ooo hombres, con un total de
carristas. Tan tremenda proporción de Artillería proviene
de un millón de hombres para todo el Ejército.
de nuestro concepto de las concentraciones de fuego arti
—
—
,
por vía aérea al M-48, no habría razón alguna
hero de las guerras mundiales. El concepto fué entonces portar
para rediseñarlo. Desgraciadamente, el problema del
acertado, sin duda alguna, pero es evidente que con las transporte de grandes cantidades de estos carros por
armas atómicas ha quedado anticuado. Durante la vía aérea es insoluble. Si queremos tener un carro para
G. M. II, nuestra aptitud para concentrar los fuegos de nuestro Ejército aerotransportado
tenemos que dismi
20 ó más grupos de Artillería en un lugar determinado
nuir
su
peso.
Por
consiguiente,
disminuyamos
su coraza
fué un factor primordial en nuestros éxitos. Pero hoy y conservemos su movilidad y su potencia de
fuego,
puede obtenerse un efecto igual o mayor empleando una que son las características que determinan su eficacia
o varias armas atómicas, y estas armas sólo necesitan ofensiva, su potencia de choque y su efecto psicológico.
una parte insignificante del personal y material que pre
coraza podremos situar un carro con gran
cisaban las concentraciones artilleras de la G. M. II. Sacrificando
ofensiva en los campos de batalla que eli
Parece, pues, evidente que si abandonamos la idea de las capacidad
jamos.
armas de tiro indirecto con T. N. T. y confiamos entera
Con este fin se han propugnado varias ideas prácticas:
mente en las armas atómicas tácticas para fines de satu
una
coraza de nilón laminado; otra, el a oraza
ración de zonas, podremos aumentar casi en un 50 por 100 mientoes la
del carro en el mismo campo de batalla. Esto
el número de Divisiones en los Ejércitos de campaña.
último se conseguiría dotando al carro de paredes relle
nables (una vez desembarcado el vehículo en la zona
de combate) con grava y arena. Cualquiera de estas dos
medidas haría posible el transporte del carro por vía
Reconocemos la eficiencia, la versatilidad y la impor
aérea y el carro seguiría siendo casi invulnerable contra
tancia de las Unidades de Ingenieros del Ejército. Su los proyectiles de las armas ligeras y contra los fragmen
misión primordial en el mantenimiento de nuestras líneas tos de las mayores. Es, pues, imperativa la obtención de
de comunicación es vital. Pero si nos independizamos de un carro que combine la movilidad con la capacidad
las líneas de comunicaciones terrestres, no necesitará ha
ofensiva y un peso relativamente pequeño.
cerse gran part6 de esa tarea y el personal que habría de
Este carro sería la base de la “División estratégica”,
realizarla quedará disponible para otros fines. En reali
que se compondría de tres o más Regimientos de Carrosdad, la independencia de las líneas de comunicaciones
Infantería, de un Grupo de Armas Atómicas y de un
terrestres deberá permitir revisar toda la ciencia logís Batallón de ,Servicios. Tal División sería enteramente
tica y permitir quizá que una sola Sección Base (i) apoye
y no éxigiría para despegar del suelo
simultáneamente por vía aérea a todas las agrupaciones aerotransportable
más
que
la
mitad
de los aviones que precisa la División
que se encuentren operando. Tal posibilidad ofrece gran
de Infantería actual.
des perspectivas para la reducción de personal.
De este modo, reorganizando por una parte el Ejército
en su conjunto sobre el principio de hacer la guerra con
fuerzas “en presencia” (como opuesto al concepto mo
¿Podríamos abastecer en operaciones un Ejército así
vilización) y por otra sus fuerzas de operaciones para constituído? Se dice que nuestra División actual precisa
sacar todo el partido posible a las armas termonucleares
unas 560 toneladas de abastecimientos por día de com
y al transporte aéreo, pueden lograrse economías de bates activos; de ellas, 400 de municiones, 70 de carbu
personal que permitan la organización de unas 50 Divi
rantes y lubricantes, 48 de raciones y el resto de otros
siones de 10.000 hombres. Es completamente verosímil abastecimientos diversos. La Artillería exige el 8o por ioo
que esto nos permita realizar las misiones estratégicas
tonelaje de las municiones, y, por tanto, si eliminamos
que he bosquejado, ya que con ellas se podrán formar del
la mayor parté de la Artillería clásica, reduciremos en
de 15 a 20 agrupaciones tácticas de 20 a 30.000 hombres. unas 300 toneladas diarias el tonelaje del abastecimiento
Ese número parece ser el adecuado, aunque para saberlo necesario. La reducción a 10.000 hombres de los efectivos
concretamente sería preciso hacer planes detallados. En divisionarios disminuye, por otra parte, en aproximada
cualquier caso, o Divisiones disponibles el día D ten
mente -un 40 por ioo las necesidades de tonelaje para los
drán un valor estratégico mayor que roo ó150 seis meses abastecimientos distintos de las municiones. Por tanto,
después.
los requerimientos diarios de la nueva División pueden
estimarSe en unas 200 toneladas de abastecimientos. Estas
pueden ser transportadas por 20 aviones de ro toneladas
¿Cómo conseguir que la División sea enteramente trans
dé carga; si suponemos que la penetración media d€
portable por vía aérea? Ya hemos indicado anteriormente
nuestras fuerzas sea de unos 1.900 kilómetros (casi e.
la primera medida que para ello es necesaria: la sustitu
radio de acción máximo de nuestros aviones de trans
ción de la Artillería convencional por armas atómicas porte modernos), tendremos que asignar dos aviones poi
tácticas. Con ella no sólo reduciríamos grandemente el cada io toneladas de abastecimientos. Así y todo, las 5(
tamaño de la División, sino que reduciríamos también a Divisiones estratégicas no exigirían más que 2.000 avio
menos de la mitad el tonelaje de sus abastecimientos.
nes de transporte para su abastecimiento, cantidad mo
La segunda medida necesaria es la reforma del carro. desta para un país como el nuestro,
El actual es tan pesado y necesita tanto carburante,
que no puede ser encuadrado en la perspectiva del trans
porte por vía aérea. ¿Necesitamos realmente que sea
tan pesado? ¿Debe consumir, como ahora, casi 2,5 litros
La cuarta objeción era que una agrupación del tamañ(
de carburante por kilómetro? Muchos carristas dicen que y organización que proponemos no podría sobrevivir ei
no y señalan que un carro debe reunir tres características
corazón del territorio enemigo. Eso sería verdad s
esenciales: movilidad, potencia de fuego y coraza. El el
actuara una sola; pero el impacto total de lo, 15 6 20 d
carro ideal tiene que reunirlas, y si fuera posible trans
ellós obrando como parte de una gran fuerza estratégica
representaría
mucho más que la simple suma de su
(x)
En la doctrina norteamericana,
la zona de los servicios
efectos, individuales. Estas Unidades caerían sobre ni
de retaguardia
de un teatro de operaciones es común a los Ejér
citos que operan en dicho teatro y se divide, en profundidad.
en país postrado y desmoralizado. La conquista de todas la
varias Secciones. De ellas, la más próxima a la Zona del Interior
zonas estratégicas enemigas, unida a la desorganizació
es la Sección Base y la inmediata al Ejército o Ejércitos operantes,
de su sistema de transporte, a la destrucción de su
la Sección Avanzada. Cuando la penetración en el territorio ene
reservas de carburante y a la impotencia de su Gobiernc
migo lo exige, e crean una o más Zonas Intermedias. (N dsl T)
—
64
impedirían al enemigo concentrar grandes füerzas. No
decimos que en el desarrollo de la acción estratégica
que preconizamos nuestras fuerzas terrestres no tuvieran
revés algunó. Inevitablemente sufriríamos pérdidas dii
rante él. Pero esta estrategia ofrece la perspectiva de
mucha ganancia a costa de pocas pérdidas.
trategia no nos basta para conseguir una victoria. El
Ejército no participa en este plan de represalia inmediata,
no porque no se le necesite, sino más bien porque en su
constitución actual no está preparado para su misión
tradicional de ocupación y subyugación.
Pero es posible organizar nuescro Ejército (con efec
tivos similares a los actuales) de tal modo que pueda
unirse a la Aviación y a la Marina en la común tarea de
derrotar al agresor. Un Ejército así organizado se basaría
En cuanto a los Ejércitos enemigos, es casi seguro que en la aceptación del concepto de hacer la guerra desde
el principio con fuerzas en presencia. Para que esto sea
tan pronto como inicie la guerra el enemigo os hará avan
zar sobre objetivos tan tentadores como la Europa Occi posible será necesario reorganizar los Servicios, trans
dental, el Oriente Medio y el Japón. Estas invasiones ferir a fuerzas de la reserva listas ya en el día D una
deben ser contenidas por nuestros aliados, auxiliados mayor responsabilidad que la que ahora se les asígna
en la defensa de la metrópoli (defensa AA., etc.), confiar
por nuestra Aviación y nuestras armas atómicas tácti
a nuestros aliados (reforzados con armas atómicas tác
ca. Cuando empiece nuestra ofensiva aérea estratégica,
los Soviets se encontrarán con que no pueden hácer ticas) a defensa fronteriza de la Europa Occidental, del
romper el contacto a sus Ejércitos invasores y llevarlos Paralelo 38 y de las otras zonas similares, y, finalmente,
organizar nuestras fuerzas de operaciones terrestres en
al interior de Rusia para defender su territorio metropoli
tano: se lo impedirán la presión de nuestros aliados, el una fuerza estratégica (que podría denominarse el, Ejér
desbaratamiento de sus medios de transporte y nuestros cito estratégico) capaz de descargar ataques por vía
ataques contra sus reservas de carburantes y demás aco aérea simultáneamente o en rápida sucesión sobre las
pios importantes. Entre tanto, en el momento adecuado, zonas estratégicas enemigas inmediatamente después de
nuestro Ejército estratégico asaltará directamente el co la ejecución de la ofensiva estratégica aérea.
Este Ejército estratégico deberá tener las siguientes
razón de su metrópoli, saltando por encima de sus Ejér
citos. aislados en la periferia. En el sentido estratégico, características:
esto constituiría un verdadero envolvimiento vertical.
completa transportabilidad por ‘vía aérea;
independencia
de líneas de’ comunicaciones terres
tres, y
un alto grado, de movilidad táctica y de potencia de
Finalmente, examinaremos la objeción de que nuestro
fuego.
plan no es flexible y nos encadena a una sola modalidad
‘Estas características pueden lograrse sustituyeñdo la
estratégica que no podríamos adaptar después a una mayor parte de la Artillería clásica por las armas ató
serie de circunstancias distintas de las previstas. Es ver micas tácticas en los fuegos de saturación de zonas, eli
dad, desde luego, que la pronta invasión de los centros minando las fuerzas relacionadas con el establecimiento,
estratégicos enemigos presupone el éxito de nuestro ata
entretenimiento y funcionamiento de las líneas de comu
que aéreo estratégico. Si nuestro Mando aéreo estraté
terrestres, y reorganizando la División de tal
gico no pudiera despegar, si los “ataques masivos de re nicaciones
modo que gire sobre un carro de combate transportable
presalia” no son llevados a cabo, entonces no podremos por vía aérea.
llevar a cabo la invasión. Pero esta contingencia, en sí
Tales medidas eliminarán de la nueva estrategia nacio
misma, no invalida el concepto del Ejército inmediata
nal
el defecto de incapacidad resolutiva. Devolverán al
mente operativo. Por el contrario, si por cualquier razón Ejército
su misión dinámica, que es esencial no sólo para
se demorara o tuviera que suspenderse la misión de la seguridad
la Nación, sino para su salud propia. Y
bombardeo estratégico, la existencia de un Ejército listo completará la‘detransformación
de las Fuerzas Armadas,
para el combate y estratégicamente móvil se haría aún que se inició con la aparición del primer aeroplano y
más conveniente. En el mismó caso, las probabilidades
se aceleró con ‘el nacimiento de la Era Atómica en Ala
de que nuestro actual plan de movilización fuera fruc
mogordo.
tuoso serían muy hipotéticas.
—
—
.
***
¿]Iónde voy a parar con todo esto? Volvamos al con
cepto estratégico básico: defenderemos nuestro país con
fuerzas en presencia, en lugar de depender de la movili
zación después del comienzo de la guerra.
La ejecución de esta estrategia correspondé. en primer
lugar a las fuerzas aéreas y navales; pero como estas
fuerzas no pueden penetrar en el óorazón del territorio
enemigo para acabar con su voluntad de luchar, esta es-
Notas
No soy tan ingenuo como para creer que acabo de dar
un acabado plan para la creación de un nuevo Ejército.
.Los ‘cambios que preconizo serán el producto de muchos
cerebros y de muchos esfuerzos. Pero creo fervientemente
que el Ejército debe liberarse de los anticuados conceptos
de movilización, guerra lineal, Artillería clásica y depen
dencia de líneas de comunicaciones terrestres. Debemos
ponernos a la altura de la Aviación y de la Marina, acep
tar la nueva estrategia y aprender a vivir con ella y a
colaborar en ella.
.
breves.
BLANCOS AUTOMÁTICOS PARA LA INSTRUCCION
DE TIRO.—Teniente Coronal Francis S. Keliy. (De
Combcit Forces,)—En caso de movilización total, no dis
pondremos del tiempo necesario para hacer ‘buenos tira
dores a millones dé hombres y, por consiguiente, debemos
buscar de antemano todos los medios posibles para eli
minar pérdidas de tiempo en la instrucción de tiro.
Una de las, principales causas de tales pérdidas de
tiempo’ provienen del empleo de blancos que requieren
mucho personal para su servicio y que constituyen ma
teriales voluminosos. Blancos que no informan en el acto
de los resultados del tiro y que no se abaten cuando son.
alcanzados por la acción del disparo.
El nuevo y perfeccionado sistema utiliza blancos que
‘
.
65
no sólo responden instantáneamente a la acción del fuego,
sino que evitan la necesidad de zanjas protectoras y del
personal que dentro de ellas acciona las siluetas y marca
los impactos. Los nuevos blancos no crean mayores pro
blemas de entretenimiento y su coste no es excesivo.
Hace tiempo que se sentía la necesidad de un blanco,
para el tiro de combate, que desapareciera al recibir el
Figura
i.
impacto, pero. que no fuera afectado por el viento. Este
problema tan sencillo no estaba resuelto, pero ahora dicho
blanco ya se ha conseguido y se encuentra en la fase de
producción. Es totalmente mecánico, no requiere fuente
extraña de energía y puede ser colocado fácil y rápida
mente por las mismas tropas usuarias. Este blanco sirve
para aquellos ejercicios que solamente requieren identi
ficar y batir el objetivo, pues una vez tocado desaparece.
Cuando se emplea un cierto número de ellos, la eficacia
del tiro se puede evaluar por la cantidad en que desapa
recen, lo que facilita la labor del instructor o del árbitro.
Este dispositivo permite dar a los ejercicios más realismo
y amenidad, mayor acicate al tirador y flexibilidad en
la elección del terreno.
Se encuentra en fase de experimentación un blanco
automático de dos tipos (figuras i y 2) movidos eléctri
camente. Puede desaparecer o reaparecer a voluntad del
operador, situado en el origen de tiro, así como desapa
recer cuando es tocado por la bala (fig. 2), registrándose
en un pequeño indicador, colocado en el origen de tiro,
el número de impactos hechos en la silueta. Así, pues,
tanto el tirador como el instructor pueden conocer con
exactitud y rapidez el resultado del tiro. El tirador ve
desaparecer el blanco tan pronto éste resulta tocado, y
el instructor, que es, al mismo tiempo, operador del
blanco, lee en el indicador el número de impactos, lo que
es importante en el tiro con armas automáticas. Con este
dispositivo no se necesita personal en los blancos y se
dispone de más tiempo para la instrucción propiamente
dicha. La eliminación de zanj as, personal auxiliar y dis
positivos de maniobra a mano permite una mayor flexi
66
bilidad en la elección de campos de tiro. La energía eléc
trica necesaria se toma de una red vecina o de un grupo
electrógeno portátil.
También se está experimentando un tercer blanco au
tomático para los ejercicios a distancia conocida. Se trata
de un aparato electrónico que registra los resultados del
tiro y los indica inmediatamente en la línea origen de
tiro. Requiere instalación permanente, pero no zanjas ni
destacamentos de personal de maniobra y señalamiento.
Con este tipo de blanco se pueden realizar simultánea
mente desde la línea origen los ejercicios de tiro de fusil
a las distintas distancias fijas o conocidas. La bala, al
tocar el blanco, transmite eléctricamente la posición del
impacto a la línea origen. Al lado del tirador, un aparato
registrador recoge dicha información que está así ins
tantánea y permanentemente a disposición del tirador y
de su instructor. Se evita, pues, la maniobra de los auxi
liares en las zanjas y el traslado de una a otra que limita
Figura
2.
en cada caso el tiro a una sola distancia, con todo lo
cual se ahorra tiempo en beneficio de la instrucción. El
coste y el entretenimiento de este material no serán pro
hibitivos; es más, al cabo de un cierto período de tiempo,
se conseguirá economía.
Se echa de menos también un blanco móvil, ya que la
mayor parte de los objetivos reales lo son y cada vez
tiene mayor interés este aspecto del tiro. Se tiene en
estudio un blanco eléctrico montado sobre un remolque
que se traslade sobre trayectos cualquiera que sea su
relieve. Los blancos informarán del resultado del tiro a
los tiradores, e.vitándose también la necesidad de zanjas,
destacamentos
de auxiliares y complicadas transmisio
nes. El blanco en cuestión se instalará fácilmente y ser
virá para el tiro con armas desde el fusil 7,62 hasta el
cañón de 120 mm.
Cuando se disponga del sistema de blancos reseñados,
se ahorrará tiempo en la instrucción de tiro individual
y de las pequeñas Unidades. Además, se conseguirá un
mayor interés por parte de los tiradores, al conocer en el
acto el resultado de su tiro, y, al estimular el espíritu
(le competición entre individuos y Unidades, en defi,ni-.
tiva, mejorará el grado de instrucción.—T. C. Casas.
RADAR CONTRAMORTERO.—EQUIPOAN/MPQ-1O,
norteamericano.
(De SignaL) —En diciembre, el Ejér
cito anunció una nueva e importante aplicación del
radar: la localización y persecución del fuego, enemigo
de mortero, haciendo público, al mismo tiempo, que
algunas fuerzas terrestres norteamericanas estaban ya
dotadas con dicho nuevo material. Este, denomina
do AN/MPQ-io, es resultado de la colaboración del
Cuerpo de Transmisiones y de la Compañía Sperry,
de cuya factoría fueron enviados a Corea los primeros
aparatos de este género en diciembre de 1952. El nuevo
detector es un “ojo” radar, que actúa como un centinela,
vigila los movimientos enemigos y localiza sus asenta
mientos de morteros, con vistas a su destrucción por el
fuego propio. Con su ayuda, las tropas propias pueden
descubrir las granadas de mortero enemigas, seguir auto
máticamente sus trayectorias y obtener datos para cono
cer la posición de sus asentamientos. Estas coordenadas
se transmiten a un Centro de Dirección de Tiro de Arti
llería que actúa seguidamente, dando lugar a la produc
ción del fuego necesario para eliminar los morteros, muy
poco después de haber éstos comenzado a disparar.
El AN ¡MPQ-io es robusto y portátil, puede ser remol
cado por un camión para trasladarlo rápidamente en el
combate. El sistema consta de un radar de persecución
automática, con antena en forma de disco; un generador
movido por motor de gasolina, del nuevo tipo ligero
empleado por Transmisiones; un montaje para el perse
Fig.
2.—
El montaje lleva seis de los principales elementos del
sistema, entre ellos los calculadores de elevación y alcan
ce, y este conjunto, unido por cables’ a la consola, puede
ser maniobrado por los operadores a más’ de 30 m. de
distancia y hacer que la antena, girando en sentido ver
tical y 360° en horizontal, vigile en todas las direcciones.
Fig.
x..—Radar de l5ersecución automática
Los sirvientes del sistema al mando de un oficial, con
vierten los datos radar en coordenadas utilizables para el
tipo de Artillería. Su aparato portátil de maniobra tiene
dimensiones análogas a las de uno de televisión domés
tico de pantalla grande, lo que permite ocultar aquél en
trincheras o pequeños abrigos.
Consola de maniobra a distancia.
guidor, análogo al. del cañón de’ 40 mm., que permite
El perfeccionamiento alcanzado por’ este material es
rápidos cambios de asentamiento, y una consola parala ‘,el resultado de bastantes años de experimentación, que
maniobra a distancia, con pantallas y todos los mandos recibió gran impulso a consecuencia de los mortíferos
necesarios para la utilización del equipo radar.
efectos de las barreras de fuego de mortero sufrido en
67
GALERIA DE LA M. M. EN
LA ACADEMIA DE INFAN
TERIA.—Con objeto de perpe
tuar nombres gloriosos para el
Arma, la Academia de Infante
ría ha dedicado en sus nuevos
locales una galería a los Jefes,
Oficiales, Suboficiales y Tropa
de la misma que estén o hayan
estado (fallecidos) en posesión
de la Medalla Militar indivi
dual.
Para ello, ruega a los posee
dores de la honrosa condecora
ción o a sus familiares que de
seen hacerlo, el envío a la Di
rección de dicho Centro de una
fotografía (de 0,30 por 0,20 apro
ximadamente) con una sencilla
dedicatoria para el Centro.
EDUCACION DE LOS PE
RROS CONFINES MILITARES.
(De la publicación militar in
glesa Solder.)—La fama y po
siblemente la fortuna aguardan
al hombre que pueda resolver
este problema. Todo lo que debe
hacer es averiguar por qué un
perro detecta la presencia de
cuerpos extraños enterrados ba
Fig. 3.— Una de las más importantes características de este material es la facilidad con que puede
jo la tierra, y después inventar
ser transportado de uno a otro asentamiento y su rapidez de instalación.
una máquina que haga lo mismo.
Grupos de distinguidos cien
tíficos, doctores y psicólogos
ciertas acciones de Corea. Al final de esta campaña se han visitado la War Dogs Training School (Escuela in
demostró ya prácticamente la eficacia del AN ¡MPQ-Io. glesa para la enseñanza de perros de guerra) en Melton
Mowbray para intentar explicar la misteriosa habilidad
T. C. Casas.
de los perros en la detección de minas de guerra y en la
De estos equipos se encuentran ya algunos en poder localización
de objetos enterrados. Algunas teorías han
de nuestras Unidades.
sido expuestas, pero ninguna soportó las pruebas. Esas
vagas palabras “instinto” y “sexto sentido” son aún las
únicas respuestas.
Los perros tienen dos grandes ventajas sobre los pre
sentes detectores de minas. Pueden localizar las minas no
metálicas que no registran los detectores y además en
contrar dichos artefactos enterrados al lado de las líneas
férreas u otras instalaciones metálicas similares, donde
son inútiles los detectores.
Una de las teorías formuladas consistía en atribuir al
olfato la capacidad de detección del perro, pero dos
perros cuyo sentido del olfato fué cuidadosamente elimi
nado trabajaron no obstante con perfecta eficiencia. Al
gunos llegaron a sugerir que los animales reconocen la
tierra removida, pero en Swnage, donde las minas se en
terraron en arena, después alisada por las mareas, los
perros actuaron como de costumbre. También han loca
lizado minas enterradas en campos arados.
Otra teoría dice que los perros sienten una clase de
eco a través de los dedos de sus patas cuando andan y
el eco cambia si algo sólido está enterrado en la tierra;
sin embargo, un ladrillo puede ser enterrado en terreno
pedregoso, y el perro aún lo localizará prescindiendo de
las piedras que lo rodean.
Minas enterradas a 2,6 metros de profundidad y hace
seis años han sido encontradas por los perros.
Se necesitan nueve meses para enseñar a un perro a
detectar las minas, pero la enseñanza es francamente
sencilla. Al principio trozos de carne son esparcidos alre
dedor del campo de experimentación para que el perro
los encuentre y se los coma.
Más tarde la carne es colocada dentro de latas abiertas
Fig. 4.—-A ntena y calculadores de elevación y alcance.
y enterradas. La vez siguiente las latas son enterradas
sin la carne y el perro es recompensado cada vez que en
cuentra una.
En misiones de localización de minas, el perro es con
ducido al límite del campo minado. Se suelta la correa del
collar y se le pone un arnés sobre su espalda. El perro
sabe entonces que es para trabajar y no para pasear.
Pega la nariz al terreno, camina suavemente hacia ade
lante olfateando de un lado a otro. De repente se con
centra sobre un punto, se sienta entonces y mira a su
intructor
que se coloca precisamente delante de sus
patas delanteras, localiza la mina, la descubre y la quita.
El perro obtiene una recompensa apreciable.
En tódas las demás actividades guerreras de los perros
sólo los machos son utilizados, mas para la localización
de minas la mitad son hembras. Esta ha sido la cos
tumbre desde los días de la guerra de 1939-40.
Antes
sólo los machos eran empleados, pero en Francia los ale
manes y los aliados intentaron neutralizar a los perros en
el le’antamiento de minas adversarias soltando un grupo
de hembras en las proximidades de los perros para atraer
los. Desde aquel tiempo se emplean equipos mixtos de
perros y perras.
Los perros sanitarios son también enseñados en Melton
Mowbray. Son utilizados para localizar desaparecidos.
Los camilleroé pueden salir en una oscura noche, pues
los perros rastrearán el terreno buscando hombres heri-.
dos. Cuando encuentra uno, vuelve adonde está su ins
tructor y se sienta ante él. Este le coloca la correa y el
perro le lleva donde está el herido. De este modo, muy
útilmente, de z8o.ooo perros empleados por los alema
nes, 150.000 fueron perros sanitarios.
Perros guardas, alsacianos salvajes que sólo obedecen
a su dueño, perros rastreadores prestados a la Policía
local para seguir el rastro del criminal, perros patrulleros
para revelar a la patrulla la presencia del enemigo es
condido y perros enlace que transportan mensajes entre
los exploradores más avanzados y los Cuartelés Genera
les, todos son adiestrados en la War Dogs School.—Tra
d’ucción del Cabitdn Díaz-Pinés.
a base de fibra de cristal y plástico. Con ella se trata de
sustituir la actual de madera por la recién ideada, que
pesa menos y es más resistente; Ha sido diseñada para
que sea más fácil de manejar y estibar en los transportes;
no requiere clavos ni cantoneras de metal y va dotada
de una banda de caucho que actúa de amortiguador y
protege su contenido.
Dragaminas antimagnéticos
Para contrarrestar las minas magnéticas, que demos
traron ser tan eficaces durante la G. M. II, la Armada de
los Estados Unidos ha construido unos dragaminas espe
-cialmente ideados para que no produzcan campos magné
ticos. Con tal fin, los cascos de esos barcos són de madera
laminada con clavazón de bronce o aluminio, y de ellos
se han suprimido por completo los productos férricos,
siendo sus motores de materiales totalmente inactivos al
magnetismo.
Se cree que van dotados de dispositivos electrónicos
secretos para detectar las minas magnéticas.
Nuevo uniforme en estudio
El Ejército norteamericano está recogiendo informes y
opiniones entre los militares con gran experiencia sobre el
uniforme más apropiado para uso general. Se pretende
con ello conseguir un vestuario de severa línea castrense,
color adecuado, adaptable a diversas circunstancias cli
matológicas y que sea cómodo de llevar.
El tercer Regimiento de Infantería experimentó re
cientemente un uniforme verde gris. Otro modelo consta
de una guerrera caqui con pantalones de color gris rosado.
Los estudios no se extienden al uniforme de campaña,
del que se muestran muy satisfechas las tropas estado
unidenses.
Marmita atómica
La Comisión de Energía Atómica estadounidense há
ideado una marmita, o caldera, para cocción de alimen
tos, dotada de un reactor atómico que le proporciona
VARIAS NOTICIAS DEL EJERCITO DE ESTADOS el calor necesario para el funcionamiento de ese artefacto
culinario.
UNIDOS. (Revista de los Servicios del Ejército.)
El reactor actúa a base de un compuesto de uranio y
La- Instrucción de combaté
a encerrado en una solución acuosa, en tal forma, que
Un nuevo programa para la instrucción fundamental
los subproductos radiactivos del proceso nuclear son
del soldado norteamericano ha sido redactado con el fin retenidos por la envuelta hídrica, sin que puedan con
de conseguir hombres adiestrados física y moralmente en taminar el ambiente con radiaciones nocivas.
el combate de Infantería.
La -marmita desarrolla una potencia de cien watios
Este programa se desarrolla en ocho semanas y en él y el combustible nuclear_es suficiente para diez años.
se da más importancia a la táctica y el armamento que Comandante Rey de Pablo.
a los temas de carácter general. El número de horas de
instrucción ha sido aumentado en lo concerniente al
adiestramiento individual para las marchas, el estacio
FOTOGRAFIA ULTRÁSONICA PARA E XPLORA
namiento, la instrucción de tiro con fusil y las transmi
ClON CLIMCÁ. (De Signal.)—D.
H. Howry, de la
siones, tanto de día como de noche. Dos nuevas cuestio
Universidad de Colorado, ha ideado un aparato foto
nes han sido añadidas: el combate en las ciudades y el gráfico que puede auxiliar a los rayos X y al fluoros
tiro y la visión nocturna.
copio en el, diagnóstico clínico. Este aparato, deno
Ciertos temas de carácter general, tales como: guerra minado
“Somascope”, funciona a base de un prin
psicológica, instrucción para casos de muy intenso frío, cipio que combina los del sonar, radar y televisión,
nociones sobre el empleo de las fuerzas armadas, etc., siendo su objeto -la obtención de fotografías bien defini
han sido eliminados. En otros temas (hazañas y tradicio
das del cáncer y de los tejidos y órganos blandos e in
nes del Ejército, moral militar, justicia, cuidado y con ternos del cuerpo. Este dispositivo produce una radiación
servación del material) se ha reducido el número de horas de ultrasonidos, -en forma de haz estrecho (i,
mm.),
que a ellos se dedicaban, acentuándoseel carácter práctico que se hace recorrer la- zona sometida a investigación,
de estas enseñanzas y reduciéndose al mínirlio el tiempo recogiendo sus -ecos en una pantalla de televisión, donde
dedicado a conferencias y disertaciones sobre esas materias.
son fotografiados.—T. C. Casas.
-.
-
Una nueva maleta para el Ejército
El Cuerpo de Inteiidencia de los Estados Unidos está
ensayando una nueva maleta para campaña construída
LA CÁMARA CINEMATOGRÁFICA AL SERVICIO
.D.E LA INTESTIGACION CIENTIFICA. (De Signal.)—
Son cada vez más numerosas las, aplicaciones científi
-
69
cas de la cámara cinematográfica, que puede ser aco
plada con el fluoroscopio, con el aparato de rayos X,
con el microscopio y otros instrumentos ópticos. Puede
acelerar o retardar el movimiento, responder a radiaciones
fuera del espectro visible, y hacer frente a la fatiga o pe
ligros insuperables para el ser humano.
Las películas ultralentas son especialmente eficaces
para la obtención de datos hasta ahora imposibles o in
sospechados. El estudio industrial de los problemas del
movimiento puede requerir un mínimo de 120 vistas
por segundo, para cada una de las cuales la exposición
se puede hacer con un destello luminoso de gran intensi
dad y de pequeñísima duración. Las modernas cámaras
experimentales tienen velocidades hasta de ioo.ooo vis
tas por 1”.
Tal fotografía ultrarrápida ha encontrado aplicacio
nes diversas, entre otras en el análisis del funcionamiento
de los motores de combustión interna, fotografiando, a
través de un cilindro transparente, la turbulencia pro
ducida en la mezcla de combustible y comburente, con
un istema luminoso que revela los vapores y corrientes
de aire de diferente temperatura en el interior del cilin
dro. Esta técnica es también aplicable a los estudios
sobre ventilación, calefacción y túneles aerodinámicos.
En las experiencias sobre cohetes, la cámara ultrarápida no sólo revela detalles de otro modo invisibles,
sino que permite alejar al personal y al material, delicado
éste, de las peligrosas zonas de observación.
Aunque ya hoy las aplicaciones de esta técnica son
numerosas y variadas, hay otras apenas exploradas, como
la observación submarina a grandes profundidades; pu
diéndose asegurar que los recientes perfeccionamientos
permitirán una gran cantidad de futuras aplicaciones de
orden científico e industrial.—T. C. Casas.
ceso de mejoramiento de la mvilidad de las fuerzas
terrestres. Este helicóptero puede transportar: 20 hom
bres, con todo su equipo; 12 heridos acostados, con
el correspondiente personal sanitario, o dos toneladas
de carga. El H-21C, que se está entregando a las Com
pañías del Cuerpo de Transportes, permite salvar obs
táculos antes prohibitivos con el obús 155, una de las
armas artilleras de primordial necesidad para la Di
visión de Infantería.—T.
C. Casas.
PROYECTILES DIRI4IIDOS. (De la publicación nór
teamericana
Combas Forces Journal.) —Los cohetes li
bres y los dirigidos están proporcionando a las artillerías
de campaña y antiaérea más potencialidad y más al
cance, lo que significa movilidad.
El “Nike” es uno de los medios principales que de
fienden a Norteamérica de los ataques aéreos. Platafor
mas de lanzamiento para estos potentes cohetes dirigidos
han sido construídas cerca de Wáshington y están en
proceso de construcción alrededor de otras áreas vitales
y densamente pobladas.
Un nido de “Nike” se compone de dos zonas: la de lan
zamiento propiamente dicha y la de control.
Más de g6 toneladas de acero y una inmensa cantidad
de hormigón se precisan para construir una de las “plata
formas” de una batería de cuatro “Nikes”.
A una milla aproximadamente
(1.610 metros) de la
posición de lanzamiento, está situado el control, donde
tres unidades de radar localizan el avión enemigo y
dirigen el cohete de modo que sus trayectorias se en
cuentren inevitablemente.
Dos Oficiales y 36 •hombres están regularmente asig
nados al servicio de lanzamiento y cinco Oficiales y 44
hombres al de control.
El cohete “Nike” tiene un alcance aproximado de
8o kilómetros, pudiendo conseguir altitudes de i8 kiló
CURSOS DE ENMASCARAMIENTO.(De Combat Forces
Su velocidad es de unos 2.400 kilómetros por
J ournal.)—La Escuela de Ingenieros (Fort Belvoir) reali metros.
hora.
za dos clases de cursos sobre enmascaramiento, uno de dos
Una vez que el radar ha hallado el rumbo del bombar
semanas, de carácter general, para oficiales de todas las dero, que se aproxima, el control automático del “Nike”
armas, y otro de cuatro semanas, de especialización, para entra en juego y conduce al cohete, sin error, hasta su
la tropa.
objetivo.—Comandante Hernández Angosto.
En ambos se da importancia a la variación del punto
de vista del observador. Se coloca a los alumnos sobre
maquetas en relieve del terreno, que previamente han
estudiado por medio de fotografías aéreas y estereóscopo.
Los nuevos cohetes dirigidos y los de libre rumbo que
Los alumnos permanecen fijos y las maquetas se mueven están entrando en uso se proyectan para satisfacer dife
eléctricamente dando a aquellos la sensación de vuelo a rentes exigencias del combate. Los tenemos en Norte
velocidad de unos 8o km/hora y altura de i.ooo metros. américa de tierra a tierra, de tierra al aire y del aire a
Para familiarizar a los alumnos con la observación a tierra, en distintos grados de desarrollo y perfecciona
diferentes alturas se utiliza una galería especial en la miento, así como de producción. Parece probable que en
que por medio de maquetas de dimensiones apropiadas
el futuro período de “plenitud atómica” se verá una gran
se simulan alturas desde i.ooo a 6.400 metros. En las profusión de estas modernas armas.
clases se dispone de planos en relieve para que los alum
El nuevo cohete antiaéreo “Nike” está actualmente
nos aprendan a aprovechar los accidentes del terreno a en producción y nuevas Unidades tácticas se están for
efectos de ocultación, del armamento, material vehículos, mando e instruyendo para emplear este arma a cuyo
acantonamientos e instalaciones de los servicios.
cargo quedará la mayor parte de la defensa antiaérea
Se considera el enmascaramiento como una técnica de nuestras grandes ciudades.
importantísima para la seguridad de las tropas en cam
La Artillería de campaña progresa igualmente. Nuevas
paña, sobre todo en la guerra atómica, en la que la armas de tierra a tierra se están proyectando y ensayando
mera identificación de un solo objetivo traería la des
para incrementar el potencial artillero. Actualmente, en
trucción de las unidades vecinas. La Escuela de Inge
período de pruebas y perfeccionamiento,
tenemos el
nieros continúa facilitando instructores de enmascara
cohete dirigido “Corporal” y el de libre rumbo Nonest
miento a las Escuelas y Unidades de la Reserva que los John, que, empleados çomo proyetiles de Artillería de
soliciten, a condición de hallarse situados a distancia campafía, proporcionarán al Ejército medios prácticos y
no muy grande de Fort Belvoir.—T. C. Casas.
seguros en todas las condiciones atmosféricas, con las
ventajas o posibilidades adicionales siguientes:
TRANSPORTE AEREO DEL OBTJS DE 155 MM. (De
Conibaí Forces Journal.)—Un helicóptero H-21C ha
transportado
un obús de 155 milímetros, lo que me
rece registrarse como un hecho importante en el pro-
70-
—
—
Ampliar materialmente el alcance efectivo y la ca
pacidad destructiya de la Artillería de campaña.
Lanzamiento táctico de explosivos atómicos con pre
cisión.
—
—
Aumentar notablemente la movilidad del fuego ar
tillero.
Reforzar grandemente el fuego de apoyo de las fuerzas
terrestres en unión con las Unidades tácticas aéreas,
o cuando tales Unidades estén incapacitadas para
proporcionar el necesario apoyo.
Atacar aquellos objetivos extremadamente importan
tes que no puedan serlo por Unidades aéreas.
El uso deestas armas contra objetivos dotados de una
fuerte defensa antiaérea o en sectores de combate donde
el enemigo disponga de una circunstancial superioridad
aérea y exista por tanto un considerable riesgo para la
Aviación propia, tendrá una especial y adecuada aplica
ción para batir más extensa y eficientemente la reta
guardia enemiga. Esto hace suponer que la profundidad
de un sector dado de combate aumentará en el futuro
al quedar aquélla determinada por el alcance efectivo
de las armas empleadas por los Ejércitos combatientes.
Désde el punto de vista del peso, los cohetes dirigidos
ofrecen una considerable ventaja sobre los de la Artille
ría clásica. Las paredes de un proyectil ordinario deben
ser lo suficientemente fuertes para soportar la tremenda
presión en él ejercida por la carga de proyección en el
momento del disparo en que aquél es lanzado a su má
xima velocidad en una, fracción de segundo. En el aire,
el proyectil.debe ser capaz de resistir las grandes acciones
de su fuerza centrífuga, resultante de su alta velocidad
giroscópica. Su perfil exterior debe proyectarse ‘para que
produzca un mínimo de rozamiento al aire, de tal modo
que se desplace a lo largo de una estable y predicha
trayectoria.
Después de haber proyectado un proyectil que cumpla
estos requerimientos; -podrá el ingeniero de armamento,
y sólo entonces, calcular el peso de la carga explosiva a
ser transportada por aquél. Los factores de fragmenta
ción seguirán luego como una quinta y menor conside
ración.
Al proyectar en cambio, un cohete ‘dirigido de tierra a
tierra, el ingeniero de armamento podrá pr’escindir de
estas consideraciones y partir para su cálculo de un
peso dado de la carga explosiva a transportar. Propul
sado por su propia fuerza, la aceleración inicial produce
en el cohete un choque mucho menor que en’ proyectil,
y puesto que es guiado en el aire por aletas de distintas
formas o tamaños, no tiene que intervenir la fuerza, cen
trífuga. De extraordinaria importancia es, en cambio, su
trazado aerodinámico.
El perfil exterior del cohete debe proyectarse para al
canzar un máximo, de velocidad, cualquiera que sea su’
potencia. La cubierta o cuerpo del mismo debe ser lo su
ficientemente fuerte para resistir velocidades extrema
damente altas y las consecuentes elevadas temperaturas
de su superficie exterior. Pero estas condiciones no exigen
un aumento en ól espesor de sus paredes y por tanto en
el peso dél cuerpo.
La construcción de envueltas ligeras permite el au
mento de su carga explosiva interior, elevando el rendi
miento útil (relación de carga a peso total) del artefacto.
Los cohetes dirigidos ‘y libres tierra-tierra y tierra-aire,
no pretenden reemplazar a ninguna de las armas hasta
ahora empleadas, sino que vienen a ser un natural suple
mento de ellas, ampliando el alcance y potencialidad de
la Artillería de campaña y antiaérea. A causa de su mayor
coste, estas armas habrán de ser usadas moderadamente
en cualquier conflicto futuro, pero siempre quedarán re
servadas como una potente maza a disposición delmando
para golpear rápida y eficazmente detrás de las líneas
enemigas.—Comandante Hernández Angosto.
-
‘
AL(UNAS NOTICIAS DE FRANCIA. (De la publica
ción, Correo de Franc,ia,)
-
Las fábricas Renault.
-‘
-
En 1938, Renault empleaba ‘35.000 personas y produ
cía .ooo
vehículos: en 1954’, con 5i.6oo obreros y em
pleados, ha sobrepasado por primera vez la producción
anual los 200.000
coches—exactamente,
204.666—, re
partiendo salarios por valor de cuarenta mil millones
de francos, con un volumen total de negocio de ciento
veintidós mil millones.
En, diez años, Renault ha producido al Estado francés
mil millones y medio en concepto de dividendos, y sola
mente en el año 1954 ha pagado por impuestos y arbi
trios diez y nueve mil millones. Al propio tiempo, ha
ampliado y modernizado sus instalaciones.
La Renault fabrica, además de sus populares coches
“4 C. V.” y “Frégate”, camiones, camionetas, automo
tores y motores marinos’. Posee actualmente instalaciones
en Billancourt, Issy-les-Moulineaux, Clichy, Saint-Denis,
Choisy-le-Roi, Le Mans, y Saint-Michel-de-Maurienne. En
estos momentos edifica en Flins una instalación ultra
moderna que entrará en producción dentro de pocos años.
La Renault dedica especial atención a las exportacio
nes y ventas en el Extranjero. Siete fábricas aseguran el
montaje de sus vehículos en otros países: Acton (Gran
Bretaña), Haren (Bélgica), Valladolid (España), Sydney
(Australia), Tokio (Japón), East London (Sud-Africa) y
Dublin (Irlanda), son los puntos donde se encuentran
esas cadenas de montaje.,
‘Radar de gran potencia.
El empleo onjugádo del radar y la televisión ha per
mitido por primera vez en el mundo observar aviones en
vuelo sobre el valle del Loira y las costas norte de Fran
cia, captando su imagen por radar y proyectándola sobre
una pantalla gigante cuatrodientas veces mayor que la
de los aparatos corrientes de televisión.
La Compañía encargada de su realización ha aportado
una solución original al problema de la transmisión de la
imagen del radar por televisión sobre una gran pantalla.
Ha conseguido sus fines mediante una cámara tomavis
tas, de reducidas dimensiones, unida por cables multi
conductores a un cajón que contiene los ‘circuitos nece
sarios para el funcionamiento, de la cámara.
Esta cámara, enfocada hacia la pantalla del indicador
del radar, ‘capta con el pequeño “tubo” que contiene, la
imagen, transformándola en modulaciones, que amplifi
cadas en el cajón es transmitida por medio de la antena
en forma análoga ‘a un programa de televisión. El re
ceptor reproduce sobre la pantalla la imagen inicial re
cogida por el radar.
La demostración. de este ingenioso sistema ha tenido
lugar en el centro devigilancia de vuelos de París (el más
importante de los tres centros entre los qüe se reparte el
espacio aéreo metropolitano). Es la instalación más mo
derna en su género de Europa. Gracias a su emisor de
1.000
kw., se, puede descubrir un bimotor medio desde
150 kilómetros de distancia. Los emisores y receptores
tienen ‘duplicados todos sus elementos para asegurar al
máximo el funcionamiento del conjunto. Un dispositivo
especial elimina los ecos fijos ‘que’pueden perturbar la
recepción.
La sala de recepción está dotada de seis pupitres-pan
tallas donde los operadores .ven las.imágenes de los avio
.nes que hay en vuelo en otros tantos sectores de la región
aérea que vigilan.—Co.mandcnee Rey de Pablo.
,
‘
.
‘
71
Problemascreadosporlacomplejidaddelosarmamentos.
LaelectrónicaenelEjército.
Richard W. Cotton. De la revista norteamericana 1Tational Bussi
ness. (Traducción del Teniente Coronel Pedro Salvador Elizondo.)
Los armamentos y equipos de la guerra moderna se han hecho tan coróplejos, que la ins
trucción del combatiente que ha de manejarlos constituye un delicado problema.
-
-
-
De manera general puede decirse que las tropas de los
Estados Unidos no se encuentran suficientemente pre
paradas para manejar con plena eficiencia el equipo elec-.
trónico tan perfeccionado que los científicos han puesto
en sus manos. No se instruyen en esta compleja ciencia
electrónica tantos hombres como son necesarios para ma
nej ar y reparar los equipos desarrollados. Testimonios de
Oficiales combatientes indican que las tropas solamente
son capaces de obtener un 6o por ioo del rendimiento po
tencial de dichos equipos. En cuanto a nuestra aptitud
para conducir una guerra electrónica, aun después de
los dos años de Corea, podemos decir que estamos medio
instruídos y medio equipados.
La pieza vital del moderno equipo electrónico de guerra
es la válvula o tubo electrónico, de los cuales se suelen
inutilizar diariamente tres de cada 200 empleados en los
escalones normales de la retaguardia de las tropas. Y si
nos referimos a la Aviación, el bombardero B-36 está
equipado con más de 2.700 tubos electrónicos de todas
clases, de los cuales hay que contar que se inutilicen
-unos 40 de ellos todos los días. Naturalmente, en cada
caso deberá descubrirse el fallo, localizarlo y repararlo
mientras se marcha o combate con el enemigo.
El liberar a las fuerzas armadas de tener que efectuar
contratos con personal civil especializado en electrónica,
para atender al trabajo -de entretenimientci y reparación,
exigiría un períodomayor de dos años, que es el del ser
vicio obligatorio de las tropas en los Estados Unidos.
Tanto la industria como las fuerzas armadas están de
acuerdo en que se necesitan no menos de cinco afios de
instrucción intensiva para conseguir un buen técnico en
-electrónica.
Después de que el recluta ha concluído su instrucción
básica de nueve semanas y ha comenzado su instrucción
especial, deberá asistir a otras instrucciones que le robarán tiempo. El recluta deberá ser instruído en electrónica
durante una sola fase de diez meses, de los veinticuatro
que debe cumplir en el servicio militar.
Evidentemente
que existen soluci-ones para tal- pro
blema. Unas se encuentran en la industria y otras en las
fuerzas armadas; pero la mayor parte se encuentran, in
dudablemente, en el mismo pueblo norteamericano. Se
trata realmente de la supervivencia de los ciudadanos, y
es a ellos a. quienes compete la responsabilidad de encon
trar remedio a tal situación. Un no lejano incidente, su
cedido durante la G. M. II, nos aclarará mejor que nada
el significado de esto que acabamos de decir.
En dicha época, el Oficial de Artillería del navío in
glés “Hood”, menospreciando las indicaciones del equipo
radar de su moderno sistema de -dirección de tiro, que es
timaba no- serían correctas, transmitió a la artillería de
sus torres los datos de tiro ob-tenidos mediante los apara
tos ópticos; el resultado fué que las salvas lanzadas contra
el acorazado alemán “Bismarck” no alcanzaron a su
objetivo. Por el contrario, a los pocos segundos el “Hood”
era alcanzado por el fuego de las piezas del “Bismarck”
72
dirigidas por sus equipos radar. La lección aprendida es
que en la próxima guerra, en la que sin duda alguna pre
ponderarán la-electrónica y nucleónica, no habrá tiempo
para subsanar errores, que se pagarán al más alto precio.
En la marina, norteamericana, por ejemplo, las casas
que suministran los equipos electrónicos estipulan en sus
contratos que sus ingenieros especialistas (con una expe
riencia de más de diez años) se encarguen del entreteni
miento de los mismos, así corno de proporcionar eficaz
instrucción a los Oficiales y sirvientes encargados per
manentemente de los equipos radar. Sin embargo, en la
práctica descuidan frecuentemente esta última instruc
ción, dedicándose poco menos que exclusivamente a la
puesta a punto de los equipos. De esta manera, el cuidado
excesivo de lo que cierto Almirante denominaba “alerta
miento para la batalla”, descuidaba lo que quizá pudiera
ser más interesante, el “alertamiento para la guerra”, ya
que no existirá suficiente número de combatientes para
ejecutar correctamente sus tareas, si no existe el necesa
rio número de reclutas, perfectamente instruídos, que
exigen las crecientes demandas técnicas de una guerra
total.
Examinando el problema de la instrucción técnica en
los tres Ejercitos de las fuerzas armadas norteamerica
nas, se aprecia que, si bien el servicio obligatorio de reclu
tamiento es de dos años de duración para todas ellas, e
servicio voluntario, sin embargo, es de dos años para e
Ejército, tres a cuatro para la Marina y de cuatro años
para la Aviación, por lo cual en estos dos últimos Ejérci.
tos existen muchas más facilidades para conseguir e
tiempo necesario para la instrucción técnica, caso de qu€
recluten el suficiente voluntariado.
En el caso de que nos, viéramos forzados a intervenir
en una guerra en Europa, es de la mayor importancia
que el equipo electrónico que suministremos a nuestros
aliados se conserve constantemente en estado de funcio
namiento. Por otra parte, dado que el servicio de recluta
obligatoria en las fuerzas de la ONU es de dieciocho me
ses solamente, resulta cte importancia vital que propor
cionemos también el número suficiente de ingenieros en
electrónica para instruir al personal aliado.
Los alemanes tipificaron la producción de válvulas
electrónicas durante la guerra, reduciendo a i6 el número
total de tipos. En cuanto a las listas de preferencia con
feccionadas por la Junta de la Marina y Ejército norte
americanos, contienen más de 300 tipos de válvulas, in
crementándose probablemente- con otros I.ooo tipos es
peciales; tan enorme cantidad complica tanto la produc
ción- -como 1-autilización -de-las mismas.
El actual sistema de contratación de equipos electró
nicos es uno de los más erróneos existentes en el Ejército.
Frecuentemente una Compañía firma un contrato de in
vestigación y desarrollos, -lo cumple satisfactoriamente,
y llegado el momento de otorgar el correspondiente con
trato de fabricación, se concede al mejor postor desde e
punto de vista económico, -como en los tiempos arcaicos
-
En los últimos meses se ha dado el caso de conceder con
tratos por un valor aproximado de 6.ooo.ooo de dólares
(unos 240 millones de pesetas), a Compañías manifiesta
niente incapaces de llevarlos a cabo.
Por nuestra parte estimamos que tales contratos de.
bían ser otorgados solamente a calificados fabricantes de
aparatos electrónicos, y que en el importantísimo pro
grama de proyectiles teledirigidos debería ser preceptivo
que los trabajos referentes a la investigación, desarrollos
y fabricación electrónica fueran contratados solamente
con fabricantes calificados.
El proyectil teledirigido conocido con el nombre de “el
Matador”, por ‘ejemplo, presentó problemas de tal mag
nitud en los principios de su desarrollo, que el 95 por loo
de las válvulas electrónicas destinadas al mismo hubie
ron de ser rechazadas. Un proyectil teledirigido experi
menta un choque tan terrible en el momento de su rapi
dísima aceleración inicial, que plantea próblemas de com
plicada realización.
Insistiendo de nuevo sobre la escasez de personal es
pecializado en la técnica electrónica, recordamos las de
claraóions de un Jefe de la flota norteamericana, que
estimaba que, debido a la impericia de su personal, el
10 por loo de. los equipos electrónicos se encontraban
fuera dé servicio, y otro 50 por ioo era de funciona
miento inseguro; es decir, que el 6o por ioo del equipo
electrónico vital de la flota se eñcontraba en lamentable
condición.
Sin embargo, la Marina no constituye excepción a este
respecto, porque, como es sabido, la electrónica es una
ciencia completamente nueva y la mayor. parte de los
Oficiales actualmente en servicio salieron de las Acade
mias antes de que se implantara en las mismas la ense
ñanza de las ultrafrecuencias; en cuanto al resto de la
Oficialidad, si bien recibió una instrucción básica con una
buena porción de teoría que les capacitaba para manejar
las instalaciones, no se encontraba, sin embargo, en con
diciones de enseñar y efectuar el meticuloso trabajo de
reparación bajo las diflciles condiciones imperantes en
la campaña.
Al demandar una mayor sencillez para el equipo elec
trónico, como un primer paso hacia la resolución del pro
blema de la instrucción del personal, no deberá enten
derse erróneamente que propugnamos el que los científi
cos hagan un alto en el camino de sus desarrollos de nue
vos armamentos. Quizá la cuestión sea adaptar nuestros
jóvenes a la pauta del progreso moderno.
Mi opinión personal es que, cuando una idea sobre ‘un
nuevo equipo militar ocupe las tareas de investigación
y desarrollo de los ingenieros, deberá especificarse de una
manera clara que el equipo resultante sea tal que pueda
manejarse eficientemente y reparado fácilmente por sir
vientes de un nivel de inteligencia e instrucción tal como
la que impera en nuestros servicios.,
Respecto a la idea sustentada por alguno de los que
ocupan puestos de responsabilidad en el Ministerio de De
fensa norteamericano, de que las perspectivas ofrecidas
por los’ programas de las carreras militares constituyen
na buena oportunidad para el personal calificado, no es
de ningún modo correcta, así como tampoco lo es el que
los servicios han sido hasta ahora capaces de proveer su
ficiente personal para llevar a buen término los progra
mas de operadores electrónicos.
Esta opinión es irreal y los Servicios lo saben dema
siado. No solamente se debe procurar mayores incenti
vos a los reclutas forzosos y voluntarios para compensar
el’ severo esfuerzo mental de esta carrera en el Ejército,
sino que deberán ser atraídos hacia la misma por su iden
tificación con las bien pagadas tareas de la vida civil, pen
sando en que, en definitiva, habrán de volver a la misma,.
Uno de los planes sugeridos a este respecto es que a
todo recluta, después de haber servido en el Ejército du
rante un año y haber mostrado alguna aptitud para este
género de trabajo, proporcione oportunidad de realis
tarse por un período de cuatro o cinco años para obtener
una instrucción completa con verdadero aprovecha
miento, aunque siempre con la precaución de estipular
que después del •licenciamiento quede disponible en las
reservas, cuando aplique la destreza adquirida al servi
cio de la industria privada.,
Seleccióndecontingentemilitar;tipoaincorporar.
Newton C. de Andrade Mello. De la publicación portuguesa
A Defensa Nacional. (Traducción del Comandante Wiihelmi.)
1 .—CONSIDERÁClONES
tar, etc, Unas, veces la dificultad está en la escasez de
medios económicos; otras, en el reducido tiempo con
i.i.—Presentamos
a ‘nuestros lectores el resultado de que cuentan los seleccionadores, y otras, en los medios
los estudios hecho. sobre la selección del contingente-tipo
de fortuna de que han de valerse dichos seleccionadores
a incorporar a filas. Estos estudios tuvieron origen en. para realizar sus exámenes. Finalmente, como factor de
una propuesta del Servicio Militar de nuestra 5. Región. orden militar, que dificulta esta selección, pueden citarse
las necesidades de la movilización que condicionan o
1.2.—No
tenemos la pretensión de hacer innovacio
nes. Inspirados en lo que se realiza en las Fuerzas Arma- limitan los destinos de los reclutas.
das de los Estados Unidos, procuramos llevar a cabo la
misión impuesta. El Excmo. Sr. ‘General Jefe de la,5.a Re 2.—FINALIDAD DE LA SELECCION
gión Militar tuvo a bien aprobar nuestras conclusiones,
2.1.—La
finalidad de la selección es reducir en lo po
permitiendo
que se realice, coñ carácter experimental,
sible el trabajo de instrucción en el Ejército. En otras
una selección ‘a base de estas normas, para el recluta na
palabras, la selección tiene por objeto organizar los con
cido en 1935.
tingentes-tipo de las diferentes Unidades.
‘
1.3.—Diremos por adelantado que ya tenemos en
cuenta los diversos factores que pueden interferir en la
ejecución de una rigurosa selección del contingente anual..
Estos factores son de orden económico, social, mili-
2.2.—Qué
se entiende por éontingente-tipo? Propo
nemos para ello la siguiente definición.:
“Se entiende por contingente-tipo de una Unidad el
conjunto de individuos seleccionados, bajo el doble a
73
pecto físico y mental, destinado a llenar no sólo cuanti
tativa, sino también cualitativamente,
las necesidades
anuales de dicha Unidad.” Así, por ejemplo, si una Uni
dad necesita incorporar 500 hombres para cumplir sus
diversos cornetidós, su contingente-tipo será un con
junto de 500 reclutas, cuyas aptitudes físicas, prof esio
nales y mentales se aproximen lo más posible a las reque
ridas para el ejercicio de aquellos cometidos, o al menos
que dichos individuos estén en unas condiciones tales
que la instrucción que hayan de recibir se reduzca a un
míninio.
3.—BASES PARA ESTE ESTUDIO
3.i.—El aprovechamiento sistemático de los reclutas
según sus aptitudes civiles, es un concepto que está ya
rebasado.
3.2.—Según las funciones a que se destinen los reclu
tas, pueden agruparse éstos en dos grandes grupos:
combatientes;
elementos auxiliares.
Entre los combatientes se pueden distinguir las si
guientes especialidades:
infante,
jinete,
artillero,
zapador
soldado de Transmisiones.
Entre los elementos del 2.° Grupo, Servicios auxilia
res, pueden distinguirse los siguientes grupos, caracteri
zados todos ellos por poder ser asignados a todas las
Armas y Servicios:
burócratas,
personal para aprovisionar,
personal para víveres,
personal sanitario,
personal para Servicios generales,
personal de comunicaciones,
personal de transportes.
—
—
—
—
—
—
—
—
—
sivo a los especialistas. Es el cas,o de los topógrafos, ope
radores de radio, conductores de carros, todos ellos de
formación difícil y que exige, naturalmente, una selec
ción por profesiones, aun cuando todos ellos sean considé
rados como combatientes. De todas formas, como tales
combatientes tendrán que responder a un mínimo de
aptitudes físicomentales, no siendo, por tanto, exclusiva
la influencia de su profesión.
3.7.—Observando la organización de un Regimiento
de Infantería, se comprueba que el 62 por ioo de sus.
hombres (soldados, Cabos y Sargentos) son verdaderos
infantes. Por consiguiente, la masa, o elementos decisivos
en el combate de- Infantería, ha de ser necesariamente
bien seleccionada. No será ciertamente adoptando el sis
tema selectivo a base de profesiones civiles como se
obtendrá una Infantería verdaderamente eficiente en el
campo de batalla.
4.—EL PERFIL FISICO
4.1.—Los seis componentes citados en el apartado 3.3
define lo que se llama el perfil físico (PF) del recluta.
4.2.—--Vigor físico. Esta característica se aprecia por las
condiciones de:
resistencia,
fuerza muscular,
agilidad,
peso,
altura.
—
—
—
—
—
4.3.—Oído y vista. Evidentemente, sólo para determi
nadas funciones se exigirán condiciones especiales en re
lación con los órganos auditivos y visuales, como en el
caso de los músicos, exploradores, topógrafos, telefonis
tas u operadores de radio.
—
4.4.—Condiciones mentales. En nuestro reclutamiento
ya se habla de la selección según las aptitudes profesiona
les, intelectuales, morales y psíquicas. Pero podemos con
siderar como innovación -el sentido de equilibrio tempe
ramental-emocional
que damos a esta característica
3.3.—En principio, el combatiente deberá satisfacer mental. Reconocemos las dificultades para juzgar sobre
determinadas condiciones referentes a:
esta característica, pero creemos que debe hacerse un
esfuerzo para tratar de determinarlo. La guerra moderna
a)
vigor físico (lo representamos por VF);
exige más que nunca el control emocional del comba
b) oído;
tiente, especialmente el de primer escalón. Será siempre
c)
vista;
económico retirar de la línea de fuego, hospitalizar e in
d)
inteligencia;
cluso incapacitar para el combate, a aquellos que, sin
e)
escolaridad;
haber sido abatidos por la acción directa del enemigo, lo
1) equilibrio mental.
estén, sin embargo, por sus propias condiciones menta
3.4.—Estos seis componentes anteriores definirán, se les, inadecuados a los rigores del campo de batalla. En
gún el factor sobresaliente, un tipo de combatiente, fusi la campaña de Italia fuimos testigos oculares del desequi
silero, ametrallador,. de operaciones, etc. La aptitud pro
librio nervioso que hizo presa en un enfermero-camillero
fesional en función del empleo civil tiene un valor secun
de una Compañía de Infantería, en el preciso instante
dario,. informativo o suplementario. Así, por ejemplo, en que una granada enemiga alcanzó a alguno de sus
una vez escogido el tipo-patrón para el fusilero de Infan
camaradas, y por tanto cuando más precisos eran sus
tería, es recomendable que éste sea elegido entre el per
servicios. No hubo, otro recurso que retirarlo del frente.
sonal procedente del campo (labrador, leñador, etc.)
¿Se habían tenido en cuenta al seleccionar aquel hom
condiciones mentales?, o lo que es peor, ¿se le se
3.5.—En la selección de los elemntos para Servicios bresus
leccionó
atendiendo únicamente a su deseo de ser enfer
auxiliares, tiene, por el contrario, gran importancia la mero?
aptitud profesional del recluta:
—
—
—
4.5.—Tres ‘SOfl los grados del equilibrio mental:
a)
Por dificultades de tiempo, de espacio y de medios
para preparar especialistas, tales como mecánicos, en
Grado i..°—Individuos de un grado destacado. Son
fermeros, mecanógrafos, dibujantes, etc.
probables candidato
a graduados (siempre que satisfa
b)
Porque la mayoría de estos elementos no irán di
gan.lás demás condiciones exigidas), combatiente de pri
rectamente al campo de operaciones, y esto permite- que nera línea, fusileros,.etc.
su selección obedezca más a la. forrnacióñ civil del r
Grado 2.°—Individuos de equilibrio mental corriente,
cluta que a sus características físicomentales.
admitiéndose en ellos reacciones normales ante el miedo,
las notiéiá relativas a tragedias, muertes y otros aconte
3.6.—El criterio de seleccionar a los combatiefites,
cimientos dolorosos.
ante todo, por sus cualidades físicomentales, no es exten
.
74
Grado 3.°—Individuos de equilibrio mental acentua
damente inestable, no son aptos para el ejercicio de las
funciones de combatiente de primera línea, enfermeros,
sirvientes de piezas, de ametralladoras, de cañones con
tracarros, etc.
4.6.—En el cuadro adjunto hemos relacionado los va
lores asignados a las seis componentes de lo que se ha
llamado el perfil físico. Con este cuadro se facilita la
composición numérica de los diversos tipos de indivi
duos, estando definido cada tipo por un grupo de seis
cifras separadas en dos grupos de a tres. Las tres prime
ras cifras representan los distintos grados señalados en
la columna de la izquierda del cuadro referente a las ca
racterísticas físicas, y el segundo grupo, a los atributos
mentales. Así, por ejemplo, un individuo señalado con
el número 121.132, indica que es: Muy fuerte, con ligera
deficiencia auditiva, visión normal, inteligencia bastante
desenvuelta, curso primario completo y equilibrio men
tal normal.
un índice apreciable del mismo• (observadores, teleme
tristas, apuntadores, etc.).
Hay que considerar por tanto, dentro de cada Gran
Unidad, las diferentes especialidades ateniéndose a la
exigencias de cada una de ellas. La especialidad de fusi
leros tendrá prioridad dentro de la distribución de los
contingentes. Luego seguirá en orden de prioridad el de
ametralladoras,
personal de minas y municionamiento,
personal de morteros, de cañones contracarros, de otras
armas pesadas, etc.
Para atender a las características ‘y virtudes propias
del infante, tendremos en cuenta los, tipos-patrón de las
siguientes categorías:
a)
Fusileros:
Soldado: 111.251
Clase: 111.231.
14
5.—EXAMENES
y
IIr.241.
Armas. ‘especiales:
Personal de minas y municiones, personal de mor
teros, personal de cañones contracarros.
Soldado: 211.242.
Clase: 211.231.
5.1.—Hasta tanto que no estén redactados los textos
c)
Personal combatiente: 311.232.
oficiales para realizar estos exámenes, se está haciendo
uso para la selección de medios de fortuna. Así por ejem
d)
Personal de Planas Mayores: 321.232.
pio, para determinar la resistencia física, se realizan
pruebas tales como la de medir el tiempo que tarda un
6.4.—Cornetas:
individuo en recuperarse después de haber realizado un
cierto esfuerzo físico; para medir la fuerza muscular se
Soldado: 211.242.
puede emplear un dinamómetro, o incluso el levanta
Clase’: 211.232.
miento de pesos. Si no se dispone de una escala visual
reglamentaria, puede sacarse una idea de la vista de un
6..—Músicos:
31L232.
individuo con recursos rudimentarios, así como puede
realizarse la comprobación de la capacidad de audición,
6.6.—Personal de veterinaria.’ En esta especialidad se
empleando, por ejemplo, un reloj de bolsillo que se va re
dará la prioridad a las condicíones profesionales del re
tirando del oído hasta que el individuo deja de percibir cluta, escogiéndose inidividuos que sean herradores o
el tic-tac, midiendo la distancia con una simple regla que hayan ejercido actividades relacionadas con caba
graduada.
lbs o mulas. Para vigor físico se exigirá el grado 2. De
escolaridad, el grado 3 para las clases, y cualquiera para
5.2.—El grado de escolaridad ya se ha tenido en cuenta los soldados.
en las fichas actualmente en vigor en el Ejército; pero
creemos que se debe cambiar el nombre actual de “acti
6.7.—Las restantes clasificaciones deberán ser apre
vidad intelectual” por el de “escolaridad”. La presenta
ciadas globalmente por ser comunes a todos las Armas
ción por el recluta de los certificados o diplomas de sus y Servicios.
cursos aprobados, deben dispensar a éste del examen de
“escolaridad”.
COMPON
6.—LOS TIPOS-PATILON
6.i.—Tomando
como base las considéraciones ante
riores, y a la vista de las fichas de las diferentes Unidades
y contingentes, po’demos establecer el paralelismo entre
los atributos exigidos para las diferentes funciones y las
características de los reclutas seleccionados. De este ba
lance surgirán los tipos-patrón de las diversas Armas y
Servicios.
Grado
1
Muy
fuerte
6.2.—Con objeto de no abusar de la paciencia de nues
tros lectores ni hacer excesivamente largo este trabajo,
vamos a tratar únicamente de los tipos-patrón corres
pondientes a la Infantería.
2
Fuerte
‘
3
Normal
‘
A) ‘Infantería.
.
6.3—in/ante.
Es el combatiente por excelencia. Por
consiguiente, requiere cualidades profesionales de apti
tud física, vivacidad intelectual y equilibrio mental.
En cambio, su grado de “escolaridad” no tiene un valor
decisivo, salvo para determinadas misiones que exijan
4
Débil
‘
O
F
Vigor
físico
.
Oido
Normal
V
1
,.
‘ista
1 AO
Normal 1 en un ojo
en un ‘ y hasta 1/3
oído, dé’ en el otro
bil en el
.
otro
Débil
en ambos
oídos
—
.
DiC de
1 AO
—
‘
E
M
Inteligencia
Escalaridad
Equilibrio
mental
Sastante
desenvuelta
Grado superior com
pleto o no
Superior
Normal
Bschillerato com
plato o casi
completo
Normal
,
‘
‘
Suficiente
Primario
completo
Pocodes
envuelta
Primario
incompleto
Estable
—
‘
75
Caballeríaaerotransportada
Capitán de Caballería Antonio Rodríguez Toquero, Alumno de la E. (le E. M.
1.—La guerra tutura.
Se ha dicho que una guerra comienza con los mismos
medios y procedimientos con que concluyó la anterior;
sin embargo, esta afirmación no es totalmente cierta,
pues hemos visto a lo largo de la historia militar que la
victoria inicial se inclinó hacia el beligerante que con más
empeño introdujo nuevos procedimientos operativos en
el campo táctico-estratégico. Del mismo modo podemos
asegurar que los medios tampoco fueron los mismos, aun
que su nombre y aspecto los asemejase a los empleados
en la anterior campaña. Un claro ejemplo lo tenemos en
los carros de combate, pues sería ignorancia el creer que
los 400 carros aliados empleados en la ofensiva de Cam
brai del año 1917, 0 bieix los 500 que realizaron la contra
ofensiva de julio de 1918 en el sector de Soissons, fueron
empleados con el estilo de Guderian o Rommel tal y como
los hemos visto operar en los campos de Europa o Africa
del Norte en la G. M. II.
Lo mismo podríamos decir de las características del
material empleado en las acciones que comparamos, pues
las posibilidades de los carros Renaul y Whippet, de la
G. M. 1 eran muy limitadas en relación con las que po
seían los Mark de las Divisiones Panzer.
Lo anteriormente expuesto nos lleva a la conclusión
de que la G. M. III no se desarrollará con los mismos mé
todos operativos y medios con que se dió fin a la G. M. IT.
Para reafirmar esta idea transcribimos las palabras del
General Fuller: “Aunque las raíces de la guerra futura
están ocultas en el pasado, no hay que buscar el éxito en
la repetición de sucesos históricos sino cultivando la
imaginación para que surja la idea créadora.”
Los que profetizan sobre la futura contienda aseguran
que el elemento operativo móvil y decisivo del mando.
correrá a cargo de las tropas aerotransportadas, y que
tras una intensa lucha por la superioridad del aire para
asegurar la posibilidad de movimiento de estas tropas,
las Unidades blindadas ligeras lanzadas desde el aire han
de adquirir una importancia capital.
Se dice que Napoleón dejaba sus decisiones hasta las
primeras horas del día a actuar, pues durante la noche
le llegaban informes que confirmaban o desmentían las
confusas noticias del día anterior, de tal modo que le ha
cían concebir en buen número de ocasiones de modo muy
diferente a como lo hubiese hecho en las últimas horas de
la víspera.
El informe que pueden proporcionar las Unidades de
reconocimiento no hará cambiar en esencia la idea de
maniobra general, pero sí adaptarla a ‘la eventualidad
del momento.
Por otra parte, el despliegue de las Unidades debe rea
lizarse coñ una seguridad efectiva que impida las tenta
tivas de sorpresa por parte del enemigo, garantizando la
disponibilidad de un tiempo que permita la ocupación
del objetivo por las Unidades de combate y el acondicio
namiento de la defensa con la organización de los puntos
fuertes del terreno.
Las Unidades blindadas ligeras proporcionarían liber
tad de acción a las otras tropas aerotransportadas, que
podrían libremente cumplir la misión de ocupar el obje
tivo señalado.
111.—Misiones de la Caballería aerotransportada.
En diversas operaciones llevadas a cabo en Corea, la
Infantería de Marina de los Estados LTnidos empleó para
la ocupación de .objetivos a distancia el transporte de Pe
queñas Unidades en helicópteros, y llamaron a éstos “La
Caballería del aire”. Nosotros disentimos, en cierto modo,
de esa denominación, pues el nombre de Caballería lo
asignamos entre nosotros a aquellas Unidades capaces de
realizar la totalidad de misiones que en otro tiempo eran
exclusivas de las Unidades a caballo, y creemos que el
helicóptero, hoy por hoy, es un vehículo muy vulnerable.,
capaz ‘de obtener alguna información y de realizar trans
portes y evacuaciones, pero nada más.
Las misiones a cumplir por las Unidades de Caballería
aerotransportada
tenderán a asegurar la libertad de
acción de las tropas aerotransportadas, proprcionando
una seguridad y exploración terrestre más lejana que la
11.—Necesidad de Unidades blindadas ligeras aerotrans
que puedan garantizar las patrullas constituídas con In
portadas.
fantería aerotransportada.
Las fuerzas aerotransportadas
están dotadas de una
La movilidad, velocidad y potencia de que puede estar
gran velocidad estratégica mientras dura su transporte
dotada la facultarán para no dej arse empeñar a fondo y
por el aire, pero tan pronto como llegan a tierra sufren realizar una ruptura del contacto, cuando la situación lo.
una semiparálisis táctica. Sus movimientos, lentos y limi
imponga, al mismo tiempo que una serie de sucesivas re
tados, son comparables a], de la mancha de aceite. Es, sistencias y reacciones ofensivas que retarden el avance
por tanto, necesario conjugar esta lentitud con la veloci’ del adversario, haciendo más confusa para el enemigo la
dad de unas tropas de Caballería que, al alcanzar tierra, situación que tratará de esclarecer buscando el informe
desplieguen veloces, en múltiples direcciones (buscando con sus Unidades ligeras y delimitar el contorno del área
el informe o proporcionando la seguridad), tratando de de desembarco, que ampliado por la presencia de las
asemejarse a la gota de mercurio ue, lanzada desde de
Unidades de Caballería aerotransportada
a varios kiló
terminada altura sobre una superficie plana y dura, se metros de las zonas de desembarco, favorecerá la confu
fracciona en múltiples gotitas que se dispersan a grandes sión y retardará la actuación de los gruesos enemigos
velocidades.
para reduçir la cabeza de desembarco.
Finalmente, y cuando el enemigo presione el contorno
Creemos que la acción de las tropas aerotransportadas
adolece de una cierta rigidez. La concepción de su ma
verdadero de la cabeza de desembarco, las Unidades de
niobra ha sido planeada con una gran antelación; necesi
Caballería pueden ser empleadas como reserva móvil para
tan saber y conocer al actual enemigo, pero sus noticias reforzar
la defensa
en los sectores
Resumiendo,
podemos
concretar más
estasamenazados.
misiones en:
pertenecen al pasado, y creer conocer al que se le puede
enfrentar le lleva a cometer errores, y éstos son tanto ma
a) Antes del contacto del enemigo con la cabeza de
yores cuanto más tiempo transcurrió entre el informe y
desembarco:
la ejecución.
76
—
—
Reconocimiento, para lograr el informe del enemigo y
completar el del terreno.
Seguridad, para garantizar la libertad de acción del
resto de las tropas aerotransportadas.
b) Después del contacto
de desembarco:
——
Reserva
del enemigo con la cabeza
móvil.
TV.—Caballería aerotransportada organizada en la actua
lidad.
Prescindiendo de los informes que no son del dominio
público (pues naturalmente, hoy más que nunca las ex
periencias que se llevan a cabo por las potencias facul
tadas para ello son guardadas celosamente y tan sólo
trasciende al exterior la noticia vaga que nada concreta)
vamos a referirnos a la organización de la División aero
transportada
de los Estados Unidos, que cuenta con una
Pequeña Unidad, que por sus características y misiones
es una auténtica Unidad de Caballería, aunque la deno
minación americana difiera de la nuestra.
Tiene la División Aerotransportada lo que ellos llaman
“Compañía de Reconocimiento”, con la misión de propor
cionar seguridad y efectuar los reconocimientos que inte
resen a la División mediante acción independiente y sin
necesidad de refuerzo. Puede ejecutar misiones de com
bate adecuadas a las Unidades de carros ligeros. Estos
son la columna vertebral de las fuerzas de reconocimiento
y están apoyados por fusileros montados en vehículos
acorazados.
LaCompañía de Reconocimiento se compone de:
—
—
Plana Mayor.
Tres Secciones de reconocimiento.
Con esta Compañía se pone a disposición de la División
unos elementos instruídos en la ejecución de misiones de
reconocimiento y seguridad que pueden empeñarse en
combates de importancia limitada, tanto en el ataque
como en la defensa o en acciones retardatrices.
Otra de las Unidades de Caballería aerotransportable
(al menos por la misión que se le asigna), es el Regimiento
ligero de Caballería mecanizada de Ejército, de cuya or
ganización y características ha llegado muy poco a nues
tras manos en el momento de escribir estas cuartillas,
pero al que se asigna una serie de misiones especiales
como la de acciones contra desembarcos aéreos y guerri
lleros, así como incursiones en la retaguardia enemiga
como Unidad aerotransportada.
Conclusiones
—
—
En la G. M. III es muy posible que el elemento opera
tivo del Mando lo constituyan las tropas aerotranspor
tadas, y las Unidaçles blindadas ligeras que las integren
tendrán importancia capital.
Las Divisiones Aerotransportadas tienen la necesidad
de integrar en su organización una Pequeña Unidad
de Caballería mecanizada, capaz dé asegurar inicialmente la libertad de acción.
Las misiones de esta Unidad de Caballería serían: Re
conocimiento, seguridad y reserva móvil.
En los Estados Unidos, las Divisiones Aerotransporta
das cuentan con la Compañía de reconocimiento, equi
valente en misiones y características a una Pequeña
Unidad de Caballería.
También asigna al Regimiento ligero de Caballería de
Ejército las incursiones en la retaguardia enemiga como
Unidad aerotransportada.
Lainvulnerabilidaddelasinstalaciones
hidroeléctricasentiempodeguerra.
Rivista Militare, enero de 1954. Teniente Coronel Benedetio. De la publicación italiana Rivista Militare. (Traducción
y refundición del Teniente Coronel Manuel Sonialo Rcvuelta, de la Escuela de Aplicación de Ingenieros del Ejército.)
El problema de la protección y seguridad de los em
balses hidroeléctricos en tiempo de guerra tiene una
gran importancia derivada de la necesidad de mante
nerlos en buen servicio durante el mayor tiempo posible.
Todos están también de acuerdo en concluir que, en cir
cunstancias de emergencia o en casos de invasión, el
muro de presa no debe ser destruído deliberadamente.
Durante la última guerra. surgió cierto optimismo al
comprobarse que en la mayor parte de los casos las
presas permanecían en pie, y las pocas que habían su
frido desperfectos, éstos fueron, generalmente, de poca
importancia. Solamente en algún caso aislado se pro
dujeron daños de importancia, pero conseguidos a ex
pensas de una larga y minuciosa preparación que resulta
muy costosa para ser utilizada en todas las ocasiones.
Este optimismo, en cierto modo justificado, en vista
le los resultados obtenidos por los ataques aéreos del
nemigo, dió lugar a que se llegara a prescindir de aque
[los medios de protección que la experiencia hasta en
bonces aconsejaba tener en cuenta. Al comienzo de las
hostilidades en Italia existía una reglamentación que
regulaba la concesión de los permisos militares para la
construcción de los embalses. En ella se fijaban deter
minadas condiciones que en verdad no resultaban de
masiado gravosas, eran muy eficaces y permitían limitar
los efectos producidos por el ataque. En esta reglamen
tación se excluían de la concesión de nuevos permisos, a
las presas de bóveda, de arcos múltiples y de contra
fuer.tes a causa de su mayor vulnerabilidad a la ofensiva
aérea. Para los embalses ya construídos con diques de
esta naturaleza estaba previsto su vaciado casi total al
comenzar las hostilidades, lo que conducía lógicamente a
una disminución en las reservas de energía eléctrica,
precisamente cuando las necesidades nacionales habrían
de ser mayores seguramente.
Durante la pasada guerra, en Italia no se efectuó nin
gún
aéreoproducidos
concienzudamente
preparado, fueron
por lo
cual ataque
los efectos
por los bombardeos
muy insignificantes. Sólo alguna presa fué alcanzada con
bombas de Aviación aisladas, como la .del Tirso de Sar-
degna, pero los daños sufridos fueron pequeños y se limi
taron al puente de maniobras y al mecanismo eléctrico
de la central. El muro de presa también fué bombar
deado, pero las bombas cayeron hacia un costado del
muro y los daños fueron insignificantes.’
Lo que sí tuvo una importancia decisiva fueron los
ataques de algunas presas efectuados por los guerrille
ros en actos de sabotaje; éstos pudieron ser fácilmente
realizados dada la libertad en que se movían dentro del
régimen de ocupación. En muchos casos se utilizaron las
cámaras de minas ya preparadas de antemano. Pero en
circunstancias normales estos actos de sabotaje se con
sideran poco probables, puesto que, por la grandísima
cantidad de explosivo que ha de colocarse, difícilmente
podrá hacerse sin ser descubiertos.
En Alemania fué efectuado por sorpresa un ataque
aéreo con torpedos sobre la presa de Mohne en el Río
Ruhr, perfectamente preparado en todos sus detalles y
que produjo efectos desastrosos, según se dirá después
con todo detalle. En otros embalses alemanes sólo se
efectuaron bombardeos aéreos aislados, que al igual que
en Italia, produjeron daños muy reducidos.
Las bombas que inciden sobre el paramento seco y
aquellas que lo hacen sobre la parte no sumergida del
•dique tienen muy escasa eficacia, pues su efecto queda
reducido al que produciría una carga explosiva adosada
a un muro sn atra que, cuyos efectos son perfectamente
40.00
Figura
2.
calculables. Se sabe que una carga de 500 kilogramos de
trilita en estas condiciones produce una brecha de cuatro
a cinco metros y que para producir una de ocho metros
se necesitarían 2.000 kilogramos de explosivo.
ESTUDIO DE LOS EFECTOS QUE PUEDEN PROBU
bombas que inciden sobre la parte horizontal de
CIRSE EN LAS INSTALACIONES HIDROELECTRI la Las
coronación del muro de presa, donde el espesor es
CAS.
mucho menor, pueden producir daños, pero éstos no
serán de’ mucha cuantía, pues la coronación generalmente
Los elemento más vulnerables de las centrales hidro
muy resistente, sirviendo de asiento a una carretera,
eléctricas son: los tubos de carga, maquinaria de la cen es
y además el nivel de agua está siempre algunos metros
tral, cuadros de distribución de energía eléctrica, insta
laciones de regulación, transformadores, etc.; pero la debajo de la coronación. Una bomba de 500 kilogramos
puede producir una brecha de cuatro a cinco metros de
profundidad, y como el nivel máximo del embalse dejará
un margen libre de algunos metros, se deduce que el
hecho no produce daño de importancia (figs. i, 2), sola
mente una mayor cantidad de líquido en el desaguadero
Iyil
mxj,
sin producir daño, sobre todo si se ha tenido la medida
de prudencia al empezar las hostilidades de bajar el nivel
de agua hasta unos cuatro o cinco metros por debajo de ‘la
cota del muro.
Una medida muy útil y fácil de adoptar sería la de
construir ‘una coronación más robusta calculada para
resistir esta clase de ataques: por ejemplo, una corona
1
-
1
1.001
Figura
1.
destrucción de estos elementos, al igual que cualquier
otra fábrica o industria, no produce daños irreparables,
ya que las partes destruidas pueden ser reemplazadas con
elementos auxiliares o reparaciones, que casi siempre
podrán hacerse con bastante prontitud.
Para la protección de estos elementos puede ser sufi
ciente un enmascaramiento bien estudiado, o mejor si
tuando en caverna toda o parte de la central. Los cana
les de conducción, los dispositivos de recogida, los alivia
dores de superficie deberán hacerse en galería, y si no es
posible, al menos estar oçultos. Las tuberías y conductos
forzados deberán ir ocultos, y de no poder ser así, deberán
adaptarse al terreno para facilitar su enmascaramiento.
El muro de presa, por el contrario, es muy difícil
de destruir; pero en el caso que esto llegara a realizarse,
los efectos serían desastrosos y su reparación muy lenta
y costosa.
Vamos a considerar los efectos que pueden producirse
por las bombas y torpedos lanzados por la Aviación ene
miga sobre el muro de presa.
78
Figura
3.
ción de hormigón armado con doble armadura análoga
a la que se hace en los abrigos a prueba (fig. ).
Una disposición análoga se podría adoptar también en
las presas de bóveda de arcos o de contrafuertes, y esto
unido a un bien estudiado sistema de evacuación, po
dría resultar decisivo para la concesión militar del per
miso de construcción.
Las bombas que incidan en la parte sumergida de
dique, a causa de la presión del agua, producen efecto
análogos a los de una carga empotrada coi atraque, siend
por tanto los efectos mucho mayores. Una bomba
rompedora de 500 kilogramos de trilita produciría daños
en una esfera de ocho a diez metros de radio (fig. 4).
Un torpedo flotante con 500 kilogramos de explosivo,
al incidir sobre el muro en la línea de nivel de agua o
1—
a)
Maniobrar sobre el nivel dél embalse con el doble
objeto de reducir el volumen de agua, que podría even
tualmente desbordarse en caso de apertura de una brecha
.y para oponer a los torpedos un espesor de muro mucho
mayor.
b) Colocar adecuados dispositivos de prevención con
tra torpedos cuando se teman ataques de aviones tor
pederos.
En la presa del Tirso se adoptaron estos dispositivos
colocándose dos redes para torpedos aguas arriba del
muro sostenidas por flotadores de hierro anclados a la
orillas con cables de acero arrollados sobre tornos que
permitían acomodar la altura de las redes a la altura
variable al nivel del agua. Las redes alcanzaban una pro
fundidad de 20 metros dentro del agua. Para evitar los
torpedeamientos a baja altura manteniendo relativamente
altos y alejados los aviones, se habían dispuesto en este
pantano unos 30 cables de acero transversalmente al
Figura. 4.
algo más bajo (fig. 5), produce efectos análogos a los de
una mina exterior con atraque y abriría una brecha de
cerca de io metros de larga (fig. 6). Si el nivel del agua
se encuentra a la altura normal, las consecuencias son
semejantes a las ya consideradas para las bombas, esto
es, una salida de agua de poca importancia, sobre todo
si puede ser conducida por el desaguadero.
Si el torpedo incide sobre una parte muy baja del
muro, éste recibe daños que estarán comprendidos en
una esfera de ocho a diez metros de radio y que en un
muro de cierta importancia será absorbida por el gran
Figura
veImaxjmo
Figura
5.
espesor de la presa en aquella parte, ño produciéndose
efectos sensibles sobre el exterior, como en el caso de la
figura 4.
Si el torpedo ataca en un punto de altura media del
dique, los efectos son los de una carga, igual con atraque,
por lo que se puede regular la profundidad más conve
niente para el ataque del artefacto, de modo que incida
sobre el muro en un punto al que corresponde un es
pesor de io metros, con lo cual los efectos de destrucción
serían de gran importancia (fig. 7).
6.
embalse y a una altura que variaba entre los tres y diez
metros sobre la superficie del agua y distantes unos 8oo
a 1.200 metros del dique.
En la presa del Mohne, lós alemanes también tenían
tres series de redes para torpédos sumergidas casi hasta
el fondo y distantes entre sí unos 12 metros. Este dispo
sitivo mantenía tranquilos (excesivamente tranquilos) a
los alemanes, porque las, cosas ocurrieron de forma dis
tinta de como las habían previsto.
El ataque de esta presa por los norteamericanos se
efectuó en un golpe de audacia perfectamente prepa
rado, de noche a baja altura (sólo io metros) y a una
distancia del muro sólo de unos 30 metros. Este ataque
debía haber sido impedido por las defensas de tierra,
pero como se realizó durante la noche, se consiguió un
efecto completo de sorpresa. Las bombas eran cilíndri
cas, a las cuales se les imprimía un movimiento de nota-
MODOS DE PROTECCION DE LOS EMBALSES CON
TRA LOS BOMBARDEOS ABREOS
Vistos los efectos que pueden producir las bombas y
los torpedos aéreos, se deduce cómo consecuencia que
es necesario defenderse de los bombardeos verticales y
Figura 7.
de los torpedeamientos a baja altura.
A los primeros se les puede oponer el espesor y la ar
madura en la coronación del muro; y para los segundos ción inicial; una vez caídas en el agua, se deslizaban sobre
la superficie de la misma, saltando por encima de las
se requiere:
obstrucciones de superficie, hasta detenerse contra el
P7fl
aéreas fijadas a cierta altura usadas en el pasado (de 4 a
5.000
metros), por ejemplo, empleando globos cautivos.
El torpedeamiento desde gran altura y larga distancia
se efectúa con torpedos llamados planeado
res, compuestos del torpedo propiamente
dicho y de un dispositivo planeador (ale
tas), dotado de piloto automático, para
mantenerse en ruta. El planeador limita
la velocidad de caída del torpedo, del cual
se desprende ante la proximidad del blan
co. El torpedo incide en el agua con la
adecuada posición y con la conveniente
velocidad de roo metros por segundo y
con un ángulo de incidencia de 15° y es
lo suficientemente resistente para resistir
Figura 8.
el choque con el agua.
¿Podrá este sistema de ataque contra
los navíos utilizarse también, con las debidas correccio
La sorpresa conseguida fué doble: de un lado, por la
y modificaciones necesarias, contra los embalses hi
hora del ataque durante la noche, y de otro lado, por nes
droeléctricos?
los medios con que habían conseguido el ataque.
Los efectos fueron desastrosos. Una bomba de 2.500 ki
logramos hizo explosión a 20 metros de profundidad
donde el muro tenía un espesor de 15 metros y produjo
una brecha de 77 metros de largo y 13 de altura Al. des
peñarse el agua por este boquete se produjeron empujes
debidos a los remolinos, que derrumbaron aún más el
muro que circundaba la brecha.
muro de presa la cabeza del artefacto. Entonces se su
mergía por sí solo y hacía explosión contra la pared a
una profundidad previamente establecida.
TORPEDEAMIENTO A GRAN ALTURA
Figura
No parece que los ataques a baja altura, dificultados
por la eficacia de los modernos métodos de vigilancia y
la reacción de las defensas de tierra, vayan a ser em
pleados en lo sucesivo; por el contrario, la técnica de los
torpedeamientos aéreos, a menos en lo que se refiere a
Figura
10.
la acción contra navíos, se va orientando hacia
ques desde alta cota (algo más de 4.000 metros)
lejos (distancias mayores de los 15.000 metros).
Esta táctica hace por completo ineficaces las
so
9.
Noparece que existan motivos particulares que se le
opongan. Por el contrario, la acción resulta facilitada en
este caso, puesto que se trata de objetivos inmóviles,
bien visibles, de amplia extensión y co
nocidos previamente. La sorpresa se con
sigue con el lanzamiento a la distancia su
ficiente para no ser visto: de esta forma
el ataque puede hacerse también de día.
La defensa activa y la pasiva (fuegos,
barrenas fijas, etc.), difícilmente podrán
ser eficaces en un ataque a gran altura
y desde gran distancia, por lo cual es
de esperar que los torpedos, de todos
modos, llegarán al embalse. Se debe tra
tar, por tanto, de recibir adecuadamente
los torpedos y neutralizarlos a tiempo.
Para esto se utilizarán los obstáculos con
tra torpedos, colocados de tal manera que
no puedan dejar entre sí ningún pasillo.
En los dispositivos de superficie y de
profundidad deben tenerse en cuenta que
debe mantenerse alejado el muro de la
posible explosión de un torpedo (figs. 8, 9, io) y que los
los ata
pueden descender hasta 25 metros de profun
y desde torpedos
didad y además pueden estar provistos de dispositivos
mecánicos para abrir brechas en las redes.
barreras
Guíabibliográfica.
Comandante
Martínez
Bande.
Lecciones de una campaña.
ocurrir. Mientras en el lado francés el General Dugom
mier iniciaba vigorosamehte su mando, reorganizando
La guerra de Esp’aña frente a la Revolución francesa sus fuerzas, y prestando atención preferente a su ins
‘tomó en los años 1794 y 1795 un mal giro: pasose dela
trucción, en el bando español imperaba un estado de total
ofensiva a la defensiva y luego fué invadida Cataluna.
abandono, muy propio de nuestros malos momentos.
Del libro dedicado a esta campaña, ahora publicado (i),
Jomini dijo a este respecto: “El rasgo máspronunciaclo del
pueden sacarse diversas enseñanzas, posiblemente pro
carácter español es una inclinación a la independencia,
vechosas aunque resulten amargas. “Lamentable—se dice ‘o, por mejor decirlo, a la liberación de todo freno y a la
en el prólogo de la obra—, e incluso enojoso, resulta vagancia.”
para el lector español, revivir el recuerdo de unos episo
La elección del Conde de la Unión como General en
dios nada favorables al éxito de nuestras armas.”
Jefe del Ejército de operaciones, debe ser estimada como
La campaña cayó mal aquí, y el seguramente superficial un desacierto. Clonard dice de’ él: “Sus talentos, no es
entusiasmo
desper
taban al nivel de sus atributos, morales... Como todas
tado por nuestros
las organizaciones muy impresionables, la suya se abatía
con la misma facilidad con que se inflamaba.” Esta nota
llónfué
reemplaza’
de carácter, muy del español, medio, se pone de mani
do pronto por una fiesto cuando, tras de las derrotas en el campo francés
ce rro.
totalapatía, en los en el mes de abril, el Conde propone repasar la frontera
linderos del derro
Morla—que era otro carácter—mostróse contrario, afir
CA M.
PANAS
tismo.Contribuyó a mando que “era ese el partido más, funesto de cuantos
r.i os
sin
ello,duda, la podían tomarse”. El espectáculo de una retirada desor
denada colocó a España de vencedora én vencida. Y puede
P 5’
cionria—quintas
ropaganda
revolu
A FNiAiSDkLSfLO X’VflI
columnas
de la épo tanto el Mando en la guerra, que cuando es nombrado
luego Comandante del Ejército el General Ricardos, el
..fl
ca—,
pero
en
muy
cambia de signo de la noche al día.
escasa medida, pues panorama
Hay algo más. La invasión de Cataluña se ofrecía,
y
hade tenerse pre sin duda, a los franceses llena de promesas. Pero su
sente que España creencia de que contaban con la adhesión de los cata
P’eraentonces, en to
lanes para facilitar la derrota de España y la realización
das
las
clases
y
qui
sus planes de desmembración nacional, resultó, a la
zá,‘sobre todo, en de
larga, totalmente fallida. Un historiador francés, Fervel,
las populares, ene nos dispensa de mayores comentarios: “El Ejército fran
miga de la Revolu
cés, al penetrar en ella’ (Cataluña) había de entendérse
‘SER/lClQ 1STOPK.O%L!TPJ)
ción,creyéndonos
las no solamente con las tropas del Rey de España,
sino con una vasta y belicosa provincia que, igualmente
que la Francia Revolucionaria, se levantaba para man
y nuestra ignoran
tener su nacionalidad.” ¿Cuál era ‘el precio que se ponía.
cia, fuertes y pode
al gesto? Tema éste para meditarse y que escapa al
rosos. Algo extraño, sin embargo, había ocurrido, algo presente comentario.
que parecía inverosímil: los Ejércitos desarrapados hijos
de esa Revolución habían triunfado, y un gran tanto
de culpa había que achacárselo a nuestros poderes pú
blicos, que debían haber visto, antes de meterse en libros Instrucción de las Unidades blindadas en el Ejército
francés.
de caballería, el estado ruinoso de nuestra Hacienda, el
total abandono de muchos aspectos de la adminístra
Para el General’ Mateo Marcos la instrucción de las
ción pública y la debilidad de nuestras Unidades arma(las. (Ya el General Ricardos había dirigido al Gobierno, tropas blindadas es el problema. vital que tiene hoy que
resolver nuestra Caballería: los jinetes han de “transfor
antes de continuar la guerra, una comunicación “anun
marse en blin.dcidos”. Por lo demás, el espíritu del ‘Arma
ciando que se avecinaban grandes desastres dimanados
no
ha variado. Las “Armor” anglosajonas son las he
de las malísimas condiciones materiales y morales en rederas
directas de las antiguas tropas a caballo, y las
que se hallaba el Ejército”.)
Abandono del Poder, desmoralización de las tropas, misiones y modos de combatir de éstas ‘las propias de
mal comportamiento de éstas con la población civil...; las Unidades blindadas., Las cuestiones nacidas de las
panorama que no gusta contemplar, aunque enseñe mu mudanzas de los tiempos quedan así enumeradas: “Si
cho. “En pocas luchas podrán apreciarse las estrechas hasta hoy el Arma ha tenido algún prestigio, lo ha ga
relaciones entre la política del país y el desarrollo del nado porque ha sabido cuidar, domar y emplear sus
caballos y hacer jinetes a sus soldados. Si queremos
proceso bélico, de la moral pública con la moral del Ejér
cito”. Ahora, en efecto, nos parece que la guerra y la conservar y acrecentar este prestigio en el, futuro tene
política están entrañablemente unidas, pero, en realidad, mos que aplicarnos a saber cuidar, manejar y emplear
el material automóvil en la misma forma que lo hicimos
más o menos, siempre ha sido así.
En la campaña de Cataluña ocurrió lo que tenía que con los caballos, y a hacer conductores de automóviles
yde carros lo mismo que hicimos antes jinetes.” Por eso
(1)
Estado áayor Central del Ej&cito. Servicio Histórico
la instrucción de las Unidades Blindadas tiene hoy tan
Militar.
“Campaña en los Pirineos a Linajes del siglo XVIII (to
gran importancia.
mo III. Campaña de Catalufla”).—Madrid, i954; dos tomos de 584
A esta instrucción se refiere la parte ‘cuarta del Re
y 380 páginas, con ilustraciones; 27 centímetros; rústica.
glamento Provisional francés de Tropas Blindadas, tra
P! R N O
-‘
-
-
.
,-,
,
.‘.
-
-
—
81
ducido con mucho esmero por el Comandante Portillo
Togores (i). El volumen se divide en cinco títulos, y
éstos en sección, capítulos y artículos. La redacción es
ordenada, ceñida a lo esencial y muy clara, como es de
ley en todo Reglamento militar, sin distinción de nacio
nalidades. La literatura castrense no se parece en este
punto a la barroca que en otro tiempo existiera, y bueno
es transcribir a este propósito las palabras con que co
mienza el Reglamento: “Los términos del lenguaje mi
litar poseen un significado concreto, que debemos cono
cer para usarlos concretamente tanto en la conversa
ción como en las órdenes e informes.”
Este afán clásico de dar claridad a lo que se dice o
piensa—estilo claro, pensamiento claro—ha inspirado,
sin duda, el que antes de entrar en el terreno de la ins
trucción propiamente dicha se den una serie de defini
ciones, entre ellas las relativas al mando, a las misiones,
a las Unidades, a las
formaciones, al te
rreno y a la circula
ción; teniendo tam
bién un carácter se
midefinidor,
en
cuanto se fijan lími
tes exactos, la parte
destinada a los “me
dios de Mando”.
INSTRUCC!ON
Viene luego el tí
UÑIDADES
_____________________________
tuloII, dedicado a
las “generalidades
.ELI NDADAS
sobrela instrucción
de la Caballería blm
dada” El único fin
de la instrucción
—se anuncia—debe
ser la preparación
para el combate.
F.jrio
-Mdrd
1.955
Tiende a crear, tan
to en los cuadros
como en la tropa,
“los reflejos necesa
rios para emplear los medios de combate a pesar de las
emociones del mismo y disponer de Unidades flexibles y
entrenadas, aptas para todas las maniobras”. Se apoya la
instrucción en la educación moral, el entrenamiento fí
sico, la formación técnica y la formación táctica; com
prende dos formas, que son como las dos etapas de un
camino, la instrucción individual y la instrucción colec
tiva, y ha de estar precedida de una selección del perso
nal, contar con buenos equipos y disponer de abundantes
medios materiales.
La “Acción del Mando” llena el título III del Regla
mento. Se estudian aquí los cometidos y atribuciones de
los diversos escalones del Mando y las líneas generales de
la organización de la instrucción, que descansa en una
juiciosa repartición de cometidos, un programa racional
de trabajo y la creación, entretenimiento y perfecciona
miento de las instalaciones necesarias.
El título IV es fundamental: se refiere a la “Marcha
general de la instrucción”. Entrar en el detalle de él
resulta aquí imposible. Pero sea cualquiera el juicio que
a nuestras jerarquías especializadas en el mando de esta
clase de Unidades merezca el. Reglamento francés, su
lectura y meditación será siempre fructífera, pues servirá
para confrontar criterios y puntos de vista. Desde la
instrucción de la tropa y de los cuadros se va a la colec
•
____________________
tiva de la célula elemental y Unidades y a la instrucción
interarmas.
Finalmente, el título V se refiere a los procedimientos
pedagógicos, que han de ser sencillos y a base de emplear
en ellos el material adecuado, aunque “nada puede reem
plazar a la enseñanza directa, es decir, al estudio sobre
el propio material, en las condiciones del combate”.
.
RESENAS BREVES
Estado Mayor Central del Ejército. Servicio Histórico
Militar: Noenc1átor Histórico-Militar.—Madrid, rq55;
372 páginas; 27 centímetros; cartoné.
Con el Diccionario de la Real Academia en la mano
como base y punto de apoyo, se ha escrito este Nomen
clátor; de aquél se han recogido gran número de voces
militares, las cuales aparecen muchas veces con las re
formas estimadas necesarias, “cuando la actualidad ha
desvirtuado su verdadero significado”. No osbtante, el
Nomenclátor, como ya lo dice su nombre, tiene más
carácter histórico que actual, y en tal sentido, y no como
vocabulario de voces militares en uso, debe ser consi
derado.
Las definiciones aparecen concisas, breves, pensando
que sirvan para todos los escalones de la jerarquía: muy
claras desde luégo. El. libro puede ser un punto de par
tida para obras más ambiciosas.
?QtTflhO flÇOfl1
Aage Krarup Nielsen: Corea (La GuerraInaeabada).—
Ediciones y Publicaciones; Barcelona, 1953; 276 pági
nas; 21 centímetros; tela.
-;0]
(x)
“Instrucción
de Unidades
blindadas”.
(Traducción
del Re
glamento Provisional francés de Tropas Blindadas por el Coman
dante Portillo Togores Prólogo del General Mateo Marcos). —
Ediciones EJÉRcITo;
Madrid, x955; 240 páginas, con ilustraciones;
19 centímetros;
rústica.
82
Un reportaje sobre la guerra de Corea, mejor dicho
sobre parte de la guerra. Una guerra “inacabada” dice
el autor; a lo que podría añadirse: y “olvidada”. El libro
tiene el valor de los reportajes de guerra.
Krarup, periodista danés, nos lleva, unas veces al
frente y otras a los cuarteles generales, a las oficinas
políticas, a la retaguardia. MacArthur, Syngman Rhee,
Chiang-Kai-Shek, desfilan. La narración es una serie de
impresiones rápidas, cortadas, inconexas. Luego vienen
las conclusiones sobre la clase humana del enemigo, sus
métodos de lucha y su capacidad combativa. Métodos
de lucha bien crueles por cierto. (He aquí las palabras
de un oficial: “Repetidas veces, los norcoreanos han man
dado a grandes grupos de muchachos jóvenes armados
únicamente con granadas de mano o cuchillos fijados a
bastones de bambú, contra nuestro fuego de ametralla
doras, con el fin de que consumiésemos nuestras muni
ciones antes de iniciarse el ataque propiamente dicho.”)
Por su parte los soldados, duros como el pedernal, po
dían marchar durante veinticuatro horas sin descanso y
lanzarse luego al asalto en forma impetuosa. (Otro Ofi
cial dice: “Si de esta guerra no hemos aprendido otra cosa
por lo menos ahora sabemos sobradamente que los ins
tructores rusos pueden convertir a estos asiáticos en
soldados de primerísima clase.”.)
El hombre occidental no debía olvidar éstas y otras
consideraciones parecidas.
INDICE 4ENERAL
(Las obras citadas a continuación, nacionales o ex
tranjeras, lo son sólo a título de información,.no habien&
sido leídas ni sometidas a juicio.);1]
ESPAÑA
CONCURSOSDE PREMIOS CONVOCADOSPOR LA INS
TITUCION “FERNANDO EL CATOLICO”,DE LA DIPU
TACION PROVINCIAL DE ZARAGOZA.
Angel Ruiz Ayucar. Capitán de la Guardia Civil: La
Rusia que conocí—Ediciones del Movimiento. Madrid.
Arthur C. Clarke: Vuelos jnterplanetarjos.—Edjtorjal
Al
hambra. Madrid.
Tjç:
La guerra fría.—Ediciones Reconquista. Madrid.
£
PREMIO
FRANCIA
2a
General M. Vermoux: Wiesbadeii l940-1944.—Edjcjones
Barger Levrault. París.
Çoronel G. R. Bouvet: Ouvriers de la premibre heure.—-Ediciones Berger-Levrault. París.
Coronel
Bailloux: Arrnée
Berger-Levrault.
París. et carribre militaire.—Edjcjone
4a
INGLATERRA
5a
3a
M. Calvert: Prisoiies of Hope.—--Jonathan Cape. Londres.
G. Blumentitt: Von RundstedL—Odhams Press.
A. Jollv: iBlue Flash. The Story of am Armonred Regiment.
Law Stationery Society.
ITALIÁ
GIMENEZ
SOLER
La Institución “Fernando el Católico” convoca para
1955 el premio “Giménz Soler” dedicado a la mejor
monografía que se presente sobre “Aragón en el pro
ceso unitario de España”.
El premio será de 4.000 pesetas.
Las monografías presentadas deberán ser originales
e inéditas y redactadas en español.
Las monografías se presentarán escritas a máquina,
en papel folio, por una sola cara a doble espacio,
convenientemente encuadernadas y designadas por
un lema. El nombre del autor se consignará en
sobre cerrado no transparente, lacrado, sin marca
especial, y en cuyo exterior figure el lema.
Las obras se presentarán en la Secretaría de la Ins
titución “Fernando el Católico” (Isaac Peral, 3, lo
izquierda, Zaragoza), antes de las doce horas del
día 29 de febrero dé 1956.
PREMIÓ
“INSTI.TUCION
LICO
FERNANDO
EL CATO-
1955”
La Institución “Fernando el Católico” instituye un
premio para la mejor monografía que se presente
sobre el tema “Personalidad histórica de Aragón”.
2. a, El premio será de 20.000 pesetas, entregándose en
sesión solemne en una fecha destacada de la Ins
titución.
a
Las monografías presentadas a esta convocatoria
deberán ofrecer mérito científico suficiente, rigor
histórico y justificación documental amplia. Debe
rán ser originales e inéditas.
4•a
La monografía se presentará escrita a máquina en
papel folio, por una sola cara y a doble espacio,
convenientemente
encuadernada y designada por
un lema. El nombre del autor se consignará en so
bre cerrado no transparente, lacrado sin marca es
pecial, en cuyo interior figure el lema.
5•a
Las obras se presentarán en la Secretaría de la Ins
titución “Fernando el Católico” (Isaaé Peral, 3, i.°,
izquierda, Zaragoza), antes de las doce horas del
día 29 de febrero de 1956.
i.
General Dante Lorenzelli: La Divisione “Superga” nola
tormenta (1940-1943) .—Tipografía Regionale. Roma.
P. D’Agostini: Cosa sono gli Stati Uniti.—Editore Lo
Monaco. Palermo.
F. Pagliano: Storia di 10 aeroplani.—Editore Lo Monaco.
Palermo.
PORTUGAL
eneral A. Telles Ferreira de Passos: Prenuncios de am
período de evoluço paraos cursos do 1. A. E. M.—
Edición Oficial. Caxias.
iumberto Delgado: A marcha para as Indias.---Edicjo
nes de la Revista “Defensa Nacional”. Lisboa.
Teniente Coronel A. Ferreira da Conceiçflo: Viriato. Ca
pitáo da Lusitania.—Autor. Lisboa.
De
reciente
pubHcación
LOGISTICA
La criptografía
miangcdotas
1
MARCHAS Y ESTACIONAMIENTOS
Por el Comandante de Aviación
José Luis Muflo, Pérez.
Por Eduardo Munilla Gómez, Comandante de Artillería,
y Angel Buelta Moreno, Comandante de Infantería.
312 páginas
76Precio:
pesetas
372 páginas
86Precio:
pesetas.
NOTA.——A1 personal militar y Organismos del Ejórcito se les hará un descuento del 25 por 100 sobre estos precios.
Pedidos
a EDICIONES EJERCITO
—
Alcalá, 18
—
MA DR1D
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