archivo

Anuncio
QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS 17 Y 18 DE LA LEY AGRARIA, SUSCRITA POR INTEGRANTES
DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PVEM
El suscrito, Cándido Ochoa Rojas, diputado por el Distrito IV de San Luis Potos, en nombre del Grupo
Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71,
fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 6, numeral 1, fracción I, 77, 78 y demás
aplicables del Reglamento de la Cámara de Diputados, someto a consideración de esta asamblea la presente
iniciativa, que insta adecuar los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria en vigor, plasmando al efecto la siguiente
Exposición de Motivos
Pongo a consideración de esta soberanía, la modificación de los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria, a fin de que
los beneficiarios de toda persona titular de bienes y derechos agrarios, puedan acceder a los mismos en forma de
herencia, conforme a la voluntad del autor de la sucesión, si es que deja un testamento, o bien, con los lineamientos
de la sucesión legítima regulada por el Código Civil Federal, si es que no lo elaboró.
Porque conforme a la redacción actual de los artículos 17 y 18, en primer lugar solo se puede heredar a una de las
personas que ahí se mencionan y en segundo término, se debe entregar toda la herencia, esta no puede dividirse ni
repartirse.
En efecto, el artículo 17 de la Ley Agraria, establece que el ejidatario tiene la facultad de designar a quien deba
sucederle en sus derechos sobre la parcela y en los demás inherentes a su calidad de ejidatario, para ello, solo debe
hacer una lista de sucesión en la que consten los nombres de las personas y el orden de preferencia, conforme al
cual deba hacerse la adjudicación de derechos a su fallecimiento. También señala este numeral, que para ello podrá
designar al cónyuge, a la concubinaria o concubinario, a uno de los hijos o a uno de los ascendientes o a cualquier
persona.
Como podemos observar, el anterior numeral se refiere a lo que en derecho civil sería la sucesión testamentaria,
esto es, la voluntad del de cujus.
Por su parte, el artículo 18, como vemos de su contenido, se ocupa de lo que en el derecho privado sería la sucesión
legítima, o sea cuando no hay testamento, y es del tenor siguiente:
Artículo 18. Cuando el ejidatario no haya hecho designación de sucesores, o cuando ninguno de los señalados en la
lista de herederos pueda heredar por imposibilidad material o legal, los derechos agrarios se transmitirán de
acuerdo con el siguiente orden de preferencia:
I. Al cónyuge;
II. A la concubina o concubinario;
III. A uno de los hijos del ejidatario;
IV. A uno de sus ascendientes; y
V. A cualquier otra persona de las que dependan económicamente de él.
En los casos a que se refieren las fracciones III, IV y V, si al fallecimiento del ejidatario resultan dos o más
personas con derecho a heredar, los herederos gozarán de tres meses a partir de la muerte del ejidatario para decidir
quién, de entre ellos, conservará los derechos ejidales. En caso de que no se pusieran de acuerdo, el Tribunal
Agrario proveerá la venta de dichos derechos ejidales en subasta pública y repartirá el producto, por partes iguales,
entre las personas con derecho a heredar. En caso de igualdad de posturas en la subasta tendrá preferencia
cualquiera de los herederos.
Lo antes expuesto, parecería que no implica ningún problema, ya que en el ámbito agrario se prevé la sucesión
legítima y la testamentaria, para heredar del autor de la sucesión, o sea, para heredar y/o adquirir bienes del
difunto.
Sin embargo, de un análisis acucioso y comparativo con el derecho civil, nos podemos dar cuenta que existe un
gran vacío, una laguna, una imperfección en la ley agraria, que genera grandes problemas al núcleo familiar,
cuando fallece el ejidatario, y es que deje o no testamento, el problema es el mismo.
Ciertamente, esta deficiencia legal, se presenta desde el momento en que el ejidatario, ya en su calidad de autor de
la sucesión, aunque tiene facultad de elegir a quien dejar sus bienes en tratándose de testamento o bien el
juzgador designar al heredero conforme a las reglas ya existentes, sin embargo, solo puede hacerse en cualquiera
de los dos casos, sobre una persona (cualquiera de las que se mencionan), pero debe ser una sola, lo que se
considera atenta contra los derechos humanos de los individuos, tato del titular de los derechos con posibilidad
de heredar, como el que va a recibir; en el primer caso, porque el de cujus carece de facultad para repartir sus
bienes en forma de herencia mediante testamento, a cuantas personas le nazca hacerlo; y tratándose de sucesión
legítima, el juzgador no puede dispersar los bienes de la herencia en varios individuos, sino solo en uno.
Por lo anterior, es necesario adecuar los artículos 17 y 18, ya que reitero, solo permiten transmitir los bienes,
derechos y obligaciones, a una sola persona, a un solo individuo y esto nos lleva al escenario hipotético -que
considero inadecuado- de que el ejidatario si está casado y tiene hijos y padres, no pueda repartir entre estos sus
bienes; aún más, si tiene un hijo y un cónyuge, tiene que decidirse por uno de los dos, lo cual sin lugar a duda
atenta contra sus derechos humanos de libertad para disponer de sus bienes, derechos y obligaciones que se no
extinguen con la muerte.
Y es que si observamos el Código Civil Federal en sus artículos del 1281 al 1287, podemos advertir que, está
perfectamente regulada la transmisión de bienes cuando fallece una persona, por sucesión legitima o testamentaria,
esto es, haya o no dejado testamento; así tenemos que se precisa que la herencia es la sucesión en todos los bienes
del difunto y en todos los derechos y obligaciones que no se extinguen con la muerte; que hay sucesión legítima (la
que dispone la ley y conforme a la que el pariente más cercano excluye al más lejano) o testamentaria (que implica
la voluntad del de cujus). Y lo que es trascendente, se precisa que el testador puede disponer de todo o de
parte de sus bienes, incluso puede haber herederos (que adquieren todo) o legatarios (quienes adquieren una parte).
Sin embargo, en los artículos 17 y 18 cuya adecuación se plantea, se obliga tanto al autor de la sucesión, en los
casos de testamento, como al juez en el caso de sucesión legitima, a establecer a una sola persona como
beneficiario o heredero, no puede a dos o a más, tiene que ser una, y con ello deja fuera a cualquier otra persona
que conforme al derecho civil, tiene los mismos derechos en tratándose de hijos, de cónyuge o de ascendientes. Y
además, obliga a que se transmita la totalidad de los bienes esta es, no se puede hacer una parte, lo que es
inadecuado, porque atenta contra los derechos humanos del de cujus.
Así, tenemos que la redacción actual, genera grades problemas con la familia del de cujus, puesto que si tiene un
hijo, debió tener cónyuge y en la mayoría de los casos, no es uno sino son varios los hijos y existe el cónyuge,
siendo que no puede disponer y repartir sus bienes, sino que conforme a la ley vigente, debe dejárselos todos a una
sola persona, esposa, hijo, ascendiente o a quien él quiera, en tratándose de testamento; por lo que lo que se
pretende, es que haya una adecuación acorde al derecho privado y que el autor de la sucesión pueda disponer de
sus bienes a favor de más de una persona, repartirlos como él desee y que las reglas de la sucesión testamentaria,
también sean aplicadas por el juzgador en la sucesión legitima, y así, de esta manera, se atenderá un sentido clamor
de justicia de uno de los sectores más vulnerables de nuestro país, como es el agrario.
Este proyecto se plantea y se ilustra comparativamente como están y como quedarían los dos artículos cuya
modificación se solicita a saber:
Es importante precisar que en esta reforma se busca no modificar la esencia del texto, pero sí adecuarla a las reglas
del derecho civil, como referente de respeto a los derechos humanos de todo habitante de nuestro país.
Por lo anteriormente expuesto, fundado y motivado someto a consideración de esta honorable asamblea el siguiente
proyecto de
Decreto
Único. Se reforman los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria en vigor, para quedar como sigue:
Ley Agraria
Artículo 17. El ejidatario tiene la facultad de designar a quien deba sucederle en sus derechos sobre la parcela y en
los demás inherentes a su calidad de ejidatario, para lo cual bastará que el ejidatario formule una lista de sucesión
en la que consten los nombres de las personas a quienes deba hacerse la adjudicación de derechos a su
fallecimiento. Para ello podrá designar al cónyuge, a la concubina o concubinario, hijos, ascendientes o a
cualquier otra persona.
La lista de sucesión deberá ser depositada en el Registro Agrario Nacional o formalizada ante fedatario público.
Con las mismas formalidades podrá ser modificada por el propio ejidatario, en cuyo caso será válida la de fecha
posterior.
Los herederos podrán ser uno o más personas y podrán heredar parte o la talidad de la herencia, en la
forma y términos que determine el autor de la sucesión; misma regla que se aplicará en tratándose de
sucesión legítima, referida por el siguiente artículo.
Artículo 18. Cuando el ejidatario no haya hecho designación de sucesores, o cuando ninguno de los señalados en la
lista de herederos pueda heredar por imposibilidad material o legal, los derechos agrarios se transmitirán de
acuerdo con el siguiente orden de preferencia:
I. Al cónyuge e hijos;
II. A la concubina o concubinario;
III.
IV. A los ascendientes; y
V. A cualquier otra persona de las que dependan económicamente de él.
En los casos a que se refieren las fracciones III, IV y V, si al fallecimiento del ejidatario resultan dos o más
personas con derecho a heredar, los herederos gozarán de tres meses a partir de la muerte del ejidatario para
decidir quién, de entre ellos, conservará los derechos ejidales. En caso de que no se pusieran de acuerdo, el
Tribunal Agrario proveerá la venta de dichos derechos ejidales en subasta pública y repartirá el producto, por
partes iguales, entre las personas con derecho a heredar. En caso de igualdad de posturas en la subasta tendrá
preferencia cualquiera de los herederos.
Transitorios
Primero. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Segundo. Se derogan las disposiciones que se opongan al presente decreto.
Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a los 15 días del mes de marzo del año 2016.
Diputados: Jesús Sesma Suárez (rúbrica), Arturo Álvarez Angli, Jorge Álvarez López, Rosa Alicia Álvarez
Piñones, José Antonio Arévalo González, Alma Lucía Arzaluz Alonso, Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, María
Ávila Serna, Omar Noé Bernardino Vargas, Paloma Canales Suárez, Jesús Ricardo Canavati Tafich, Juan Manuel
Celis Aguirre, Lorena Corona Valdés, José Alberto Couttolenc Buentello, Sharon María Teresa Cuenca Ayala,
Sasil Dora Luz de León Villard, Daniela de los Santos Torres, Andrés Fernández del Valle Laisequilla, Evelyng
Soraya Flores Carranza, Sara Paola Gálico Félix Díaz, José de Jesús Galindo Rosas, Jorgina Gaxiola Lezama, Sofía
González Torres, Leonardo Rafael Guirao Aguilar, Javier Octavio Herrera Borunda, Jesús Gerardo Izquierdo
Rojas, Lía Limón García, Mario Machuca Sánchez, Cesáreo Jorge Márquez Alvarado, Virgilio Mendoza Amezcua,
Cándido Ochoa Rojas, Emilio Enrique Salazar Farías, José Refugio Sandoval Rodríguez, Adriana Sarur Torre,
Miguel Ángel Sedas Castro, Edgar Spinoso Carrera, Wendolín Toledo Aceves, Francisco Alberto Torres Rivas,
Diego Valente Valera Fuentes, Claudia Villanueva Huerta, Enrique Zamora Morlet, Eduardo Francisco Zenteno
Núñez.
Descargar