la calma: aliento de inmortalidad

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LA CALMA: ALIENTO DE INMORTALIDAD
Por el hermano Bhaktananda
Charla dada en la Sede Central de Self-Realization Fellowship
Revista de SRF Verano de 1987, pag. 32
La calma es la puerta a través de la cual el poder divino fluye hacia nosotros.
Cuando los pensamientos y emociones se han purificado y calmado, nuestra intuición
comienza a funcionar, aportándonos guía, paz, amor y alegría – todo aquello que
necesitamos en la vida. Sin calma, es muy difícil meditar y pensar en Dios – y es imposible
vivir una vida de paz y equilibrio.
Paramahansa Yogananda dijo:
La calma es uno de los atributos de la inmortalidad dentro de ti... El nerviosismo es la
interferencia; la calma es la voz de Dios hablándote a través de la radio de tu alma. El nerviosismo
es la sirvienta del cambio y la muerte; cuando estás calmado, incluso la muerte no puede
asustarte, porque sabes que eres un dios. La calma es el aliento viviente de la inmortalidad de Dios
en ti.
Cuando tenemos experiencias divinas, estamos completamente relajados – no existe
tensión o perturbación en la conciencia. Sin calma uno no puede entrar en estos estados de
percepción más elevados. El Maestro (Paramahansa Yogananda) decía que el nerviosismo o
la inquietud era el enemigo del alma, porque es la única cosa que nos impide darnos cuenta
de nuestra divinidad, de nuestra unidad con Dios.
A menudo no nos damos cuenta de lo inquietos que somos. En 1880, un periodista
francés visitó América. Cuando volvió a Francia comentó: “Los americanos son de una
raza especial. Son muy inquietos. ¡Incluso han inventado una silla a la que llaman
“mecedora” para poder continuar inquietos, incluso cuando están sentados! Desde luego
América no ocupa un lugar especial en esto – puedes encontrar gente inquieta donde quiera
que vayas, porque así es la naturaleza humana.
Venciendo los Obstáculos que Impiden la Calma
Aunque nuestra naturaleza humana es estar inquietos, nuestra naturaleza divina es
ser calmados. Para descubrir esa divinidad dentro de nosotros, primero tenemos que ser
conscientes de los obstáculos que nos impiden lograr ese estado de paz interior. El deseo es
la raíz del problema; porque hace inquietos nuestros pensamientos y emociones. El Maestro
compuso una canción acerca de estas palabras: “No deseques el océano de mi amor con los
fuegos de mis deseos, con los fuegos de mi inquietud”1. Cuando disminuimos nuestros
deseos por las satisfacciones materiales, como han hecho todos los santos, nos damos
cuenta que la vida es mucho más simple y fácil de vivir. Cuantos menos sean nuestros
deseos, más calmados somos. Desde luego, tenemos que obtener las necesidades de la vida
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En “Cantos Cósmicos”, por Paramahansa Yogananda
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– alimento, cobijo, vestimenta y todos los demás accesorios materiales que necesitamos
para funcionar armoniosamente en la sociedad actual. Pero la mayoría de la gente se ve
atrapada en la persecución de cosas que no necesitan realmente, pero que desean tanto que
sienten que no pueden seguir adelante sin ellas. Los deseos por estas “necesidades
innecesarias”, como las llamaba el Maestro, mantienen la mente alterada e inquieta.
Algunas veces tenemos deseos sin darnos cuenta de ello. Recuerdo al Maestro
diciendo que una vez en su juventud él llevó a cabo una campaña para contactar a Dios.
Meditaba larga y profundamente cada día, y sin embargo no recibía la íntima comunión con
Dios por la que estaba luchando. Se estaba desanimando, cuando escuchó la voz de Dios
que le decía: “He estado intentando entrar en tu corazón, pero otras cosas que hay allí me
están impidiendo entrar”. El Maestro dijo que estaba muy sorprendido; él pensaba que se
había librado de todos los deseos, pero cuando hizo introspección con profundidad,
encontró esos obstáculos internos de los que no se había dado cuenta que estaban allí. Al
poner al descubierto todos los restos de deseos y apegos subconscientes, y dárselos a Dios,
él desarrolló esa pureza de corazón que abre la puerta a la presencia de Dios.
Observad los Pensamientos y los Sentimientos
¿Cómo podemos ser conscientes de los deseos que nos están manteniendo alejados
de la calma divina? Nuestros sentimientos son una clave, porque todo deseo despierta una
emoción. Tenemos que ser observadores colocados a la puerta de la mente, observando los
pensamientos y sentimientos que entran en nuestra conciencia. Para mantener la mente y
los sentimientos calmados debemos eliminar los pensamientos y emociones dañinos tan
pronto como aparezcan. La ira, el miedo, los celos, la lujuria, el resentimiento, la codicia, la
autocompasión, la ansiedad, el odio – estas emociones hacen que la conciencia esté inquieta
y perturbada. En el Bhagavad Guita2, el Señor Krishna explica cómo los deseos y
emociones pueden conducir a la aniquilación de la vida espiritual: “Estar pensando en los
objetos sensoriales crea apego a ellos. Del apego surge el deseo intenso y de ese anhelo
emana la ira. De la furia surge la ilusión, y de ello se sigue la pérdida de la memoria del
Ser. De la destrucción de la memoria surge la decadencia de la facultad discriminativa. De
la confusión de la inteligencia, se sigue la aniquilación de la vida espiritual”. Y Jesús dijo
simplemente, “No dejes que se turbe tu corazón”3. Es decir, no dejes que ninguna emoción
negativa entre en tu conciencia; no te perturbes en exceso por los acontecimientos de este
mundo.
Cómo Reaccionar a las Pruebas
Quizás has escuchado el antiguo refrán: “¿De que sirve llorar sobre la leche
derramada?”. Una vez leí una historia verdadera sobre un lechero que estaba descargando
muchos litros de leche en un supermercado. Repentinamente algo fue mal y la leche se
escapó del camión y cayó al suelo, derramándose por todas partes. La mujer que dio cuenta
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II:63
Juan 14:27
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del incidente dijo que ella esperaba que el lechero hubiera montado en cólera; pero en lugar
de eso, se quedó quieto, miró a su alrededor, y comenzó a decir: “Aquí gatito, gatito,
gatito”. ¿Qué podía hacer? La leche ya estaba derramada – y el que se hubiera enfadado no
la hubiera vuelto a meter en las botellas.
Podemos elegir ser calmados, pero esto no llega automáticamente. Tenemos que
trabajar para desarrollar el hábito de reaccionar de forma calmada, en lugar de hacerlo de
manera iracunda, inquieta o resentida a las pruebas diarias de la vida. Como el Maestro
solía decirnos: “Permanece siempre ecuánime y alegre”. Cuando enfrentes una prueba no te
perturbes. Analiza calmadamente cual es el problema; luego busca una solución. A menudo
hacer una observación humorística o recordar algún proverbio que nos ayude a tomar una
actitud filosófica hacia la situación nos ayudará a mantener o restaurar la calma. Debemos
ser como un reloj en medio de una gran tormenta: se mantiene haciendo tictac sin ser
perturbado por toda la conmoción que hay a su alrededor. Un yogui permanece calmado,
decía el Maestro, en medio del estruendo de los mundos que se derrumban.
Cómo Tratar con las Causas de la Perturbación Profundamente Enraizadas
Una vez que una emoción dañina se queda alojada en la subconsciencia, se necesita
una fuerte actitud de perseverancia para desalojarla. Lo sé, porque yo solía ser perturbado
por el hábito de la ira. Si tienes este problema deberías recordarte un número de veces cada
día: “Estoy libre de ira. En lugar de eso tengo paciencia”. Continúa concentrándote y
afirmando cualquier cualidad que sea la opuesta a la ira en tu caso. Para mí era la paciencia,
porque cuando sucedía algo que me agitaba, explotaba inmediatamente. Sin embargo, me di
cuenta de que si era capaz de permanecer paciente y darme tiempo – aunque sólo fueran
diez segundos – la ira disminuía y yo quedaba libre para pensar calmada y racionalmente.
Tenemos que hacer introspección constantemente y percibir estas singularidades
personales que destruyen nuestra calma. Cuando comencé por primera vez a hacer
introspección, descubrí un montón de faltas, así que hice una lista. Llené una hoja de papel,
luego pasé a una segunda hoja, luego a una tercera. ¡Llegué a sumar una lista de unos 90
centímetros de larga! (Las faltas no son solamente las malas tendencias que expresamos,
sino también las buenas de las que carecemos o necesitan ser fortalecidas en nosotros). Me
sorprendí de encontrar tantas faltas sobre las que necesitaba trabajar. Pero las tome una a
una, concentrándome cada semana sobre algo diferente. Después de unos pocos meses me
sentí complacido al comprobar que me sentía mucho mejor; pude ver que había progresado.
Tenemos que darnos cuenta de que nos sentimos automáticamente felices cuando estamos
mejorando.
Un método que he utilizado para desarrollar la calma es lo que llamó el enfoque
intelectual. Yo solía escribir en unas fichas de 7,5 por 12,5 cms. una cita corta del Maestro
sobre el tema de la calma, y llevaba la tarjeta conmigo, leyéndola unas diez veces al día. Es
necesario desarrollar algún sistema que funcione para ti – algo con lo que puedas ser
constante. Si no lo haces, no tendrás éxito, porque es muy fácil olvidarse de lo que te has
propuesto. Existe la tendencia a leer algo que el Maestro dice en las Lecciones y pensar:
“Oh sí, tengo que practicarlo”. Luego, una vez que has terminado de leerlo, te olvidas de
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ello. He utilizado este sistema de tarjetas a lo largo de los años para que me ayudaran a
reemplazar malos hábitos con otros buenos.
Manténte Calmado Durante la Actividad
El Maestro solía decirnos: “Trabaja desde el centro de la calma”. El centro de la
calma es una mente calmada y un corazón calmado – los dos van juntos. Naturalmente,
algunas personas piensan que lo que esto significa es que deberían trabajar desde un centro
de pereza. No comprenden que uno puede trabajar rápida y eficientemente y aun así estar
internamente calmado. Tenemos que ser como un pato sobre el agua: él está calmado y
sereno mientras nada, como echando un vistazo al lago; pero bajo el agua, ¡esos palmeados
pies están remando para hacer el trabajo!
En las Lecciones de Self-Realization Fellowship, Paramahansaji dice:
Mantén tu calma. La vida ordinaria es como un péndulo, yendo sin cesar de un lado
a otro. La persona pacífica permanece calmada hasta que está lista para trabajar;
entonces comienza la acción. Tan pronto como termina, vuelve a su centro de calma.
Deberías estar siempre calmado, como el péndulo que está quieto, pero listo para lanzarte
a la acción siempre que sea necesario.
La actividad debería estar bajo el control de tu calma. En cambio, si tu calma está
a merced de tu actividad, podrás dejar tu huella en el mundo, pero te darás cuenta también
de que eres incapaz de utilizar ese éxito o prosperidad... La calma no debería actuar como
un narcótico que hiciera torpe tu actividad. Permanece siempre listo para entrar en
acción, pero lleva siempre contigo la calma a tus actividades.
Uno llega gradualmente a este estado de continua paz a través de la meditación
diaria y profunda. El Maestro decía que cuando conoció a Rajarsi Janakananda, Rajarsi
estaba tan inquieto por las preocupaciones de la responsabilidad de sus negocios que no se
podía sentar quieto ni siquiera unos minutos. Durante las reuniones corporativas, él se
paseaba nerviosamente por la habitación mientras él y los demás mantenían sus
discusiones. Paramahansaji le enseñó cómo meditar. Rajarsi le dijo más tarde al Maestro:
“Ahora medito mucho y le dedico menos tiempo a los negocios. Ya no me preocupo como
solía hacerlo. Y sin embargo encuentro que el negocio es más estable que nunca y continúa
creciendo”.
Ese es el poder de Dios. Dios puede estabilizar todo en nuestras vidas. Sin embargo,
nosotros debemos realizar nuestra parte: Debemos sintonizarnos con lo Divino de modo
que Él pueda trabajar a través de nosotros. Cuando Rajarsi era nervioso e inestable, esas
cualidades se reflejaban en sus negocios. Cuando él cambió, los negocios cambiaron.
Cuando haya problemas y dificultades, trata de resolverlos; pero si los resultados que
esperas no parecen venir, relájate y permanece calmado de todos modos. Pon el asunto en
manos de Dios y deja que Él lo resuelva. “Actúa lo mejor que puedas y dáselo a Dios”,
como solía decir el Maestro. Te sorprenderá lo que Él haga, si tú también haces tu parte.
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La Calma Interior a la Hora de Hacer Frente a las Provocaciones
Quizás los retos más frecuentes a nuestra calma proceden de nuestro trato con otras
personas – en casa, en el trabajo, siempre que entremos en contacto con otras personas.
Recuerdo una ocasión, por ejemplo; sucedió después del servicio dominical que
daba el Maestro en nuestro templo de San Diego. Se le acercó una mujer que tenía un punto
de vista intolerante de la religión. Ella se sentía ofendida por las explicaciones del Gurú
sobre las enseñanzas de Jesús, y ella comenzó a despotricar y a decir cosas sin sentido
contra Paramahansaji. Estaba completamente fuera de control. Mientras sucedía todo esto,
vi como el Maestro permanecía sentado calmadamente y la escuchaba con educación.
Después de varios minutos, ella se dio cuenta repentinamente que estaba ante una “Roca de
Gibraltar”. Se levantó y, ¡casi salió corriendo de la sala! El Gurú había estado
ejemplificando de una forma maravillosa el tipo de calma que necesitamos desarrollar.
El Maestro dijo en las Lecciones de Self-Realization:
Analiza si puedes tolerar los reproches de tu marido o tu esposa o tus hijos sin
alterarte internamente o sin replicarles con un lenguaje crítico y duro. Todos los días en
cada circunstancia debes aprender primero a controlar tu forma de hablar y tus modales
siempre que seas maltratado por la gente. Primero debes controlar tu conducta externa, y
luego adoptar una calma interior siempre que seas víctima de la provocación. Es correcto
no convertirse en un felpudo, dejando que los demás te pisoteen. Es bueno ser firme,
resistiendo silenciosamente los malos tratos, pero en ningún momento deberías perder tu
actitud de calma interior de perdón y tu estado de imperturbabilidad, especialmente
cuando seas blanco de la crítica.
Paramahansaji nos dio una afirmación que puede ser muy útil para darnos cuenta de
la pacífica naturaleza de nuestra alma: “Soy calmadamente activo, y activamente calmado.
Soy un príncipe de la paz, sentado en el trono del equilibrio, dirigiendo el reino de mi
actividad”. Practica esto y verás que según esta afirmación se vaya convirtiendo en parte de
tu conciencia, te ayudará a mantenerte imperturbable. La agitación y la perturbación son, en
último término, un injerto en tu conciencia; constituyen una reacción emocional subjetiva a
una situación particular; no son tú. Nuestra verdadera naturaleza es la paz.
Un Método Práctico para Restaurar la Calma
Recuerdo épocas en lasque solía estar nervioso – físicamente inquieto – y yo
pensaba: “No hay razón para esto. Estoy completamente sólo; nadie me está molestando.
¿Por qué estoy inquieto?”. Entonces me di cuenta de que estar inquieto era un hábito para
mí, y resolví librarme de él. Decidí que mientras estuviera sentado, de pie, o caminando, me
diría a mí mismo: “relájate, relájate, relájate”. Conscientemente comencé también a dejar
que mis brazos colgaran libremente y a practicar sentir todas las partes de mi cuerpo
pendiendo del esqueleto. Esto facilitó el que me sintiera relajado, y gradualmente aprendí a
mantener ese sentimiento de relajación. Llevó su tiempo, pero finalmente rompí el hábito
de la inquietud.
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El cuerpo desarrolla hábitos muy rápidamente y se aferra a ellos incluso cuando ya
no existe la necesidad de hacerlo así. Por ejemplo, el corazón de una persona con presión
sanguínea alta debe de latir más rápido de lo normal para mover la sangre a través del
cuerpo. Los médicos han encontrado casos en los que esta forma de latido acelerado
continúa incluso después de que la presión sanguínea alta se había corregido – el corazón se
había establecido en el hábito de latir de prisa. Estos pacientes tenían que aprender a
entrenar su corazón para que estuviera calmado. Uno de los métodos utilizados era la
visualización – tenían que sentarse quietos y pensar en escenas panorámicas y en lugares
tranquilos y calmados.
La Meditación es el Mejor Camino para Lograr la Calma
La meditación científica es el mejor camino para lograr la calma. A medida que nos
sumergimos cada vez más y más profundamente en la paz del alma, nuestro ser entero
comienza a inundarse de una paz y un equilibrio divinos. Las técnicas de concentración y
meditación de Self-Realization son ideales para calmar el cuerpo, la mente, los sentimientos
y todos los órganos del cuerpo. A lo largo de los años, varios miembros de Self-Realization
me han dicho que ellos practicaban estas técnicas mientras estaban conectados a monitores
cardíacos en el hospital. Todos dijeron que la máquina registraba un descenso significativo
en los latidos del corazón tan pronto como ellos comenzaban a practicar.
Una mujer, que había estado en el hospital por una afección cardiaca, me dijo que
había estado respirando muy fuerte; era tan desagradable que apenas podía dormir.
Entonces escuchó una voz interior que le decía: “No tienes que respirar así de fuerte; de
hecho no tienes que respirar en absoluto”. Ella comenzó a pensar, ¿Cómo puedo no
respirar? ¿Qué me sucedería?”. Entonces recordó la técnica de concentración de SRF. La
practicó, y entró en un estado de profunda paz y calma, en el que ella sintió una dichosa
libertad de la esclavitud del aliento. Ella estaba tumbada en la cama, con sus ojos cerrados,
disfrutando de esta ampliada percepción. Entonces una enfermera vino a la habitación a
controlar como seguía, y viendo la condición de la paciente, rápidamente se fue y volvió
con un médico. El médico se inclinó para examinarla, y entonces la mujer se dio cuenta de
que estaban alarmados por su inusual estado de absoluta quietud. Entonces le guiñó un ojo.
Él se irguió, y dando un suspiro de alivio dijo: “Quiero que me diga en alguna ocasión
cómo es capaz de hacer eso”4.
Historias como ésta son el testimonio del poder de las técnicas del Maestro. La
ciencia de la meditación que él nos ha dado en las Lecciones funciona clarísimamente, pero
debemos ser pacientes y persistentes en nuestra práctica de las técnicas, dándoles una
oportunidad de que funcionen para nosotros. Al comienzo, cuando nos sentamos a meditar,
la mente está extremadamente inquieta, con pensamientos, sensaciones y recuerdos.
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La práctica profunda y prolongada de las técnicas de concentración y meditación, enseñadas en las
Lecciones de Self-Realization, calma las funciones corporales, y reduce por tanto el deterioro celular,
haciendo temporalmente innecesarios los procesos normalmente ininterrumpidos del metabolismo y la
eliminación. El hecho de que el corazón y el aliento se calmen son el resultado natural, produciendo un estado
de conciencia no limitado por el cuerpo físico.
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Tenemos que perseverar en nuestra práctica. El Maestro solía decirnos: “Yo encontré a
Dios porque fui paciente; vosotros no habéis encontrado a Dios porque no habéis sido
pacientes”.
Después que la práctica de las técnicas nos ha calmado, deberíamos permanecer
sentados durante largo tiempo en esa quietud interior, estando conscientes solamente del
ojo espiritual5. Entrégate a la presencia de Dios que sientes en la quietud en el punto entre
las cejas; sentirás que tu conciencia es elevada dentro de la paz y el gozo de la Presencia
Divina. La Biblia se refiere a esto cuando dice: “Aquiétate y sabe que Yo soy Dios”.
Así que recuerda: practicar la meditación es el modo más efectivo de desarrollar la
calma. Cuando hayas realizado tus deberes del día, pasa algún tiempo en tu interior, en
meditación. Y durante el día mantén la mente en Dios por medio del canto mental de algún
pensamiento devocional. Cuando hacemos esto, nos damos cuenta de que no existe un
hueco para los pensamientos y las emociones negativas. A lo largo de todo el día
permanecemos internamente calmados y sintonizados con Dios, y recibimos Su guía desde
nuestro interior. En esto consiste la vida espiritual – la enseñanza de las almas divinas a lo
largo de las edades.
5
El Centro de Conciencia Crística, asiento de la conciencia espiritual en el punto medio entre las cejas.
También llamado el ojo único (“Cuando tu ojo es único, todo tu cuerpo está también lleno de luz” – Lucas
11:34), el ojo espiritual constituye la entrada a los estados finales de la conciencia divina.
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