Bernarda Alba.2009

Anuncio
La casa de Bernarda Alba. F. García Lorca
1. Enfrentamiento entre una moral autoritaria y el deseo de libertad.
El tema fundamental de esta obra es el conflicto entre dos actitudes vitales y dos
ideologías: la moral rígida, convencional y autoritaria, que representa Bernarda y el
afán de libertad en todos los aspectos, incluido el sexual, que defienden Adela y Mª
Josefa. Bernarda intenta imponer su moral de opresión y Adela y Mª Josefa se
rebelarán, cada una a su modo. El resto de las hijas reaccionan resignándose a su suerte
y las criadas, aunque odian a su ama, no se atreven a enfrentarse con ella
El autoritarismo de Bernarda se manifiesta del principio al fin de su intervención en
la obra, con sus palabras y actitudes. El primer momento importante es su imposición
de un luto de ocho años; ante la leve protesta de Magdalena, afirma explícitamente:
Aquí se hace lo que yo mando. En distintas ocasiones a lo largo de la obra, insistirá en esta
idea: cuando sus hijas discuten, les dice: ¡No os hagáis ilusiones de que vais a poder conmigo! /
¡Hasta que salga de esta casa con los pies adelante mandaré en lo mío y en lo vuestro! (Acto I)
Dicta el comportamiento que han de mantener sus hijas y les exige obediencia
absoluta: Tú no tienes derecho más que a obedecer (Acto II) una hija que desobedece deja de ser hija
para convertirse en enemiga (A. III) Controla igualmente a todas las mujeres de la casa:
¡Aquí no se vuelve a dar un paso sin que yo lo sienta! (A. II) Mi vigilancia lo puede todo (A. III)
Sin embargo, Mª Josefa, madre de Bernarda, se escuda en su locura para desafiar las
prohibiciones y expresar lo que las hijas sienten. Es la que sufre mayor falta de libertad,
encerrada en una habitación, pero rompe el silencio y se escapa vistiendo enaguas
blancas y flores en el pelo; su lenguaje es surrealista y profético ¡Quiero irme de aquí,
Bernarda! A casarme a la orilla del mar (A.I)
La rebeldía de Adela se muestra también desde el comienzo de la obra en diversos
detalles como el abanico de flores rojas y verdes en lugar del abanico negro de luto o el
vestido verde que se prueba ante las gallinas; más adelante afirma, en el acto II: Nadie
podrá evitar que suceda lo que tiene que suceder / ¡Mi cuerpo será de quien yo quiera! Y en el III:
He visto la muerte debajo de estos techos y he salido a buscar lo que era mío, lo que me pertenecía.
Llega a enfrentarse físicamente a su madre rompiéndole el bastón (símbolo del
poder y la opresión). Su último acto de rebeldía en respuesta a la imposibilidad de ser
libre es su propio suicidio, que va a suponer el sombrío triunfo de Bernarda y el fin de
toda esperanza para sus hermanas: Nos hundiremos en un mar de luto (A. III).
1
2. Personajes.
a) Clases.
Todos los personajes que aparecen en escena en esta obra son femeninos; sin
embargo, se nombra a algún personaje masculino que tiene gran influencia en el
desarrollo de la acción, como es el caso de Pepe el Romano.
Por ello, podemos clasificar a los personajes en tres categorías. La primera la
forman los que podemos ver: las protagonistas, que son Bernarda Alba, sus hijas, su
madre (Maria Josefa) y Poncia (criada que lleva treinta años en la casa), y las figuras
secundarias Criada, Mendiga, Prudencia, Muchacha y otras Mujeres, que aparecen sólo
en momentos concretos y no tienen función relevante.
La segunda categoría la forman los personajes ocultos, que tienen una función
dramática más o menos importante, pero no aparecen nunca en escena; solamente son
nombrados por los anteriores; aquí encontramos a Pepe el Romano, la hija de la
Librada y los Segadores.
Por último, hay algunos personajes que sólo se mencionan de forma anecdótica y
no tienen especial influencia en la acción: Antonio Mª Benavides, Enrique Humanes,
Paca la Roseta, Adelaida, Mujer de las lentejuelas, D. Arturo (notario), el marido y el
hijo de la Poncia y el hombre de los encajes.
b) Caracterización.
Los personajes principales están caracterizados de diversas formas a lo largo de la
obra; lo más importante para definir a un personaje es la forma que tiene de interactuar
con el resto, pero el autor también utiliza otras técnicas: la caracterización indirecta por
medio de la opinión de otros personajes, la autodefinición (lo que dice de sí mismo), el
lenguaje que emplea, los objetos que usa y sus movimientos escénicos, e incluso el
simbolismo de su propio nombre.
Bernarda.
Su nombre es de origen germánico y significa “con fuerza o empuje de oso”, lo cual
concuerda con su carácter agresivo. Alba puede estar relacionado con su afán de
limpieza en lo exterior, con guardar las apariencias.
2
Antes de que aparezca por primera vez, ya ha sido caracterizada de forma indirecta
por las criadas como autoritaria, dominante, violenta, hipócrita, clasista, mezquina,
cotilla y odiada por todos. Más adelante, las mujeres del duelo la insultan en voz baja en
apartes (muestra de odio y miedo a la vez), insistiendo en las mismas características. Sus
propias hijas en sus conversaciones manifiestan el temor que les produce ¡Si te ve nuestra
madre te arrastra del pelo!.
Bernarda muestra en todo momento de su actuación los rasgos que antes hemos
mencionado Esto tiene no ataros más cortas. ¡Pero me vais a soñar!. Su lenguaje está lleno de
expresiones imperativas y la primera y última palabra que pronuncia es ¡Silencio!.
Expresa también una ideología fuertemente conservadora, especialmente en todo lo
relacionado con los comportamientos de hombres y mujeres en la sociedad y, sobre
todo, respecto al sexo.
Se autodefine como la autoridad indiscutible ¡Hasta que salga de esta casa con los pies
adelante mandaré en lo mío y en lo vuestro!. Sus movimientos escénicos son violentos y
vigorosos y el objeto que utiliza es el bastón, con el que impone silencio, amenaza o
golpea a algunas de sus hijas, hasta que Adela lo rompe como símbolo de rebelión.
Poncia.
Su nombre la relaciona con Poncio Pilatos, por su tendencia a “lavarse las manos” y
su ambigüedad en implicarse o no en los problemas de la casa, de la cual es una especie
de ama de llaves. Habla a las hijas de Bernarda sobre los hombres, pero luego hace a la
madre insinuaciones y acusaciones veladas sobre la conducta sexual de sus hijas.
Tiene la misma edad que Bernarda e ideas tan tradicionales como las suyas. Se
autodefine como una criada fiel Soy buena perra: ladro cuando me lo dice. Pero no oculta su
afán de venganza por las humillaciones recibidas de su ama Ese día me encerraré con ella en
un cuarto y le estaré escupiendo un año entero. Por eso en sus conversaciones con ella la
provoca hasta que su ama la manda callar recordándole la distancia social que las
separa. Usa vulgarismos en su lenguaje.
Hijas.
Todas tienen en común la necesidad de amar y la ansiedad por la figura del varón, a
causa de la represión sexual a que las somete la sociedad en general y su madre en
particular. Sus movimientos escénicos se caracterizan por el estatismo: la mayor parte
3
del tiempo están sentadas, frente al dinamismo de Bernarda. Aunque coinciden en
muchas cosas, son muy diferentes en sus caracteres y formas de enfrentar su problema.
Adela es definida por sus hermanas como la más joven y se autodefine como
guapa y lozana. Es quien representa la rebeldía y las ansias de libertad Yo no quiero estar
encerrada. (...) Mañana me pondré mi vestido y me echaré a pasear por la calle. Los objetos que la
caracterizan son un vestido verde y un abanico con flores rojas y verdes que contrastan
con el negro del luto impuesto por la madre. En el tercer acto rompe el bastón de
Bernarda al enfrentarse a ella. ¡Aquí se acabaron las voces de presidio! Esto hago yo con el bastón
de la dominadora.
Su nombre significa “de carácter noble”. Está dispuesta a afrontar la marginación
social por defender su libertad sexual. Me pondré la corona de espinas que tienen las que son
queridas de algún hombre casado. Su suicidio corresponde al apasionamiento de su carácter.
Martirio lleva expresada su situación en su propio nombre, que alude a la
frustración de su pasión amorosa y a la envidia que siente por sus hermanas, sobre todo
por Adela; se reconoce como débil y fea y otros personajes la definen como jorobada, y
como un pozo de veneno ; otra de sus principales características es la hipocresía, con la que
disimula su amor por Pepe y su odio por Adela, hasta que al final tiene que
reconocerlos, rechazando a su hermana abiertamente Mi sangre ya no es la tuya, y aunque
quisiera verte como hermana, no te miro ya más que como mujer. Es quien de hecho le causará la
muerte con su frase Se acabó Pepe el Romano.
El objeto que maneja es la foto de Pepe, robada a Angustias, ya que no puede
aspirar a conseguir el original.
Angustias también tiene un nombre revelador de su situación. Es la mayor de las
hermanas, hija de otro padre y la más rica; se dice de ella que está vieja y es enfermiza y
que habla con la nariz ; no tiene buen carácter, pero está ilusionada ingenuamente con su
boda y en el funeral escucha la conversación de los hombres; causará la envidia de sus
hermanas, que quisieran encontrarse en su lugar.
Magdalena, acorde con su nombre, es la única que llora en el funeral de su padre;
Muestra afecto por Adela.¡Daría algo por verla feliz!. Es la más resignada.
Amelia es la más simple y la que teme más a la madre; aprecia a Martirio y siente
cierto pudor respecto a los hombres ¡A mí me da vergüenza de estas cosas!
4
Mª Josefa
Es la madre de Bernarda y sufre demencia senil, por lo que está encerrada en su
habitación. Es la primera que quebranta las normas de Bernarda respecto al silencio y
que ve lo que ocurre con las hijas; esto la lleva a profetizar: Pepe os va a devorar. Su locura
es simbólica y expresa los deseos de todas: Quiero casarme con un varón hermoso de la orilla
del mar. Usa un lenguaje surrealista e, igualmente, simbólico.
Los objetos que la caracterizan son las flores con que se adorna (símbolos de
libertad, rebeldía y amor) y la oveja que lleva en brazos, que puede referirse a la
maternidad frustrada de sus nietas.
Pepe el Romano
Es para todas las hermanas la encarnación de la idea del varón: se refieren a él
como a alguien atractivo y fuerte: Él dominará toda esta casa. Ahí fuera está, respirando como
un león; se alude a su poder sexual: Él me lleva a los juncos de la orilla. Adela está dispuesta a
entregarse a él a cualquier precio Seré lo que él quiera que sea. Y no reconoce ninguna otra
autoridad En mí no manda nadie más que Pepe.
Sin aparecer en escena nunca, está en el centro mismo del conflicto dramático.
Prefiere casarse con Angustias, que tiene dinero, aunque mantiene relaciones
clandestinas con Adela; sin embargo, ninguna de las hermanas lo culpa por ello.
3. Realidad y poesía.
Se sabe que García Lorca tomó para esta obra ciertos datos de la realidad de su
propio vecindario: nombres de personajes, situación dramática básica, ambientación…;
pero está claro que sometió estos elementos a una fuerte elaboración poética y
simbólica, por lo cual va más allá del drama realista, aunque el autor haya buscado crear
una impresión de verosimilitud.
Todo está visto desde una dimensión poética: hipérbole en los caracteres y la
diferencia de edad excesiva entre Angustias y Pepe; estructuración de la obra en dos
planos: uno real, representado y otro imaginado, no visible y simbólico; abundancia de
antítesis… Pero lo más importante es haber integrado su lenguaje poético, con
abundantes figuras literarias, en el habla de los personajes de forma que parezca
espontáneo y natural; encontramos imágenes sorprendentes y metáforas mezcladas con
5
expresiones coloquiales, vulgarismos, andalucismos, insultos y frases hechas. En el Pater
Noster subió, subió la voz que parecía un cántaro llenándose (A. I) Déjame que el pecho se me rompa
como una granada de amargura (A. III).
Los rasgos realistas abundan en el primer acto y van disminuyendo hasta quedar
reducidas al máximo en el tercer acto, en que los personajes se diluyen cada vez más.
El primer acto se inicia con Poncia comiendo pan y chorizo y la criada limpiando,
acciones totalmente cotidianas y tan realistas como el doblar de las campanas, la llegada
del notario, etc. En el segundo vemos a las mujeres cosiendo, la visita del vendedor de
encajes, el canto de los segadores, el calor y, por último, los episodios del retrato y la
hija de la Librada, que ya tienen una fuerte carga simbólica. El tercero se inicia con las
mujeres cenando; también son realistas los golpes del caballo en el corral o los ladridos
de los perros y la paja en las enaguas de Adela al entrar desde el corral. Pero también se
introducen elementos mágicos, fantasmagóricos o poéticos: la noche estrellada, la
persecución en la semioscuridad entre Adela, Martirio y Mª Josefa, la imagen de la
anciana con la oveja en brazos, de gran plasticidad…Es decir, la obra pierde realismo y
aumenta su dimensión poética.
También aparece el verso en cuatro ocasiones:
-En la letanía (creada por Lorca)
-En la canción de los segadores (dos cuartetas asonantadas: 8a, 8b, 8a, 8b)
-En un dicho popular con forma estrófica (3 versos octosílabos con rima
consonante) Santa Bárbara bendita…
-En la canción de cuna que canta Mª Josefa a la oveja
4. Temas
El tema fundamental de esta obra es el conflicto entre dos actitudes vitales y dos
ideologías: la moral rígida, convencional y autoritaria, que representa Bernarda y el
afán de libertad en todos los aspectos, incluido el sexual, que defienden Adela y Mª
Josefa (Ver 1). Bernarda intenta imponer su moral de opresión y Adela y Mª Josefa se
rebelarán, cada una a su modo. El resto de las hijas reaccionan resignándose a su suerte
y las criadas, aunque odian a su ama, no se atreven a enfrentarse con ella
Al final sale triunfante Bernarda del enfrentamiento, porque Adela termina
suicidándose, pero esto deja al espectador mucho más inquieto y deseoso de oponerse a
la ideología autoritaria que si el final hubiera sido otro.
6
Junto a este tema principal aparecen otros secundarios, que también tienen gran
importancia. Pueden resumirse en:
a) El amor y el deseo del varón.
Bernarda ha bloqueado toda posibilidad de que sus hijas entablen una relación
amorosa, por clasismo: No hay en cien leguas a la redonda quien se pueda acercar
a ellas. Los hombres de aquí no son de su clase. Por eso Pepe el Romano es una
bomba de relojería en ese mundo cerrado y reprimido, de mujeres solas.
La obra está llena de referencias y relatos relacionados con el amor y el deseo,
que ocurren fuera de escena y de vivencias directas de los personajes.
Entre las primeras destacan los episodios de Paca la Roseta, los segadores y el
linchamiento de la hija de la Librada, que parece producirse no tanto por haber
matado a su hijo, sino por querer ocultar su vergüenza.
Entre las segundas sobresale todo lo referente a la pasión amorosa de Adela, el
amor oculto, pero no menos intenso de Martirio, que llevará al enfrentamiento de
ambas y la actitud de Angustias, ilusionada e inquieta por su boda.
b) La posición de la mujer
García Lorca presenta dos modelos de comportamiento posibles para la mujer de
la época pero en los dos, resulta sometida a un papel marginal:
El primer modelo es el de las mujeres que viven en una situación de aparente
libertad, como Paca, la hija de la Librada y la prostituta que contratan los segadores.
Estas mujeres sufren el rechazo social más duro, que puede llegar hasta el peligro de
su integridad física.
El segundo modelo es el de las mujeres “decentes”, que se casan y están
sometidas en todo al varón, según unos papeles rígidamente establecidos por una
doble moral. Hilo y aguja para las hembras, látigo y mula para el varón. También
es patente la desigualdad ante la ley en el caso de mantener relaciones
extramatrimoniales (historia del padre de Adelaida). Dentro de la casa, la sumisión
de la mujer es indudable: Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás
disgustos. ...el hombre a los quince días de la boda deja la cama por la mesa y
7
luego la mesa por la tabernilla, y la que no se conforma se pudre llorando en un
rincón.
Adela a lo largo de la obra se va identificando con el primer grupo.
c) La honra.
Está ligada al comportamiento sexual y a las apariencias.
Bernarda, como reflejo de la moral convencional está obsesionada con este
tema y exige a sus hijas una imagen social intachable. Las mujeres en la iglesia no
deben mirar más hombre que al oficiante, y a ese porque tiene faldas. Volver la
cabeza es buscar el calor de la pana.
A causa de este concepto de honra se produce el linchamiento de la hija de la
Librada.
d) La hipocresía.
Es un tema muy presente en la obra; aparece de forma simbólica en el afán por la
limpieza de la casa que tiene Bernarda y se manifiesta claramente en el duelo,
cuando tanto Bernarda como las vecinas murmuran unas de otras. Las hijas por su
parte se quejan de vivir condicionadas por la opinión de la gente.
Pero como más destaca es como forma de comportamiento constante en Martirio
y en la propia Bernarda, la cual, tras el suicidio de Adela, sólo piensa en ocultar la
realidad: ¡Mi hija ha muerto virgen! ¡Llevadla a su cuarto y vestidla como si fuera
doncella!
e) El odio y la envidia.
Son los sentimientos que predominan dentro de la casa, a causa de la continua
frustración en la que se encuentran los personajes.
Las criadas odian a Bernarda; las hijas envidian y odian a Angustias por su boda
y su dinero y ella también las odia. Los celos y la envidia de Martirio a Adela la
llevan a acusarla y a provocar su muerte. Tengo el corazón lleno de una fuerza tan
mala que, sin quererlo yo, a mí misma me ahoga.
Bernarda por su comportamiento de principio a fin, resulta un personaje odioso.
8
f) La injusticia social.
Especialmente en el primer acto se pueden observar las tensiones de la sociedad
de la época a causa de las desigualdades: Suelos barnizados con aceite, alacenas,
pedestales, camas de acero para que traguemos quina las que vivimos en las chozas
de tierra con un plato y una cuchara.
Vemos varios niveles: Bernarda y su familia-> Poncia -> criada -> mendiga. Los
que ocupan cada clase se muestran crueles y mezquinos humillando a los del nivel
inferior y éstos responden comportándose de forma sumisa y resignada hacia fuera,
pero llena de odio por dentro. Incluso entre las hijas de Bernarda hay desigualdad
económica y es la causa de que Pepe elija precisamente a Angustias para casarse.
Bibliografía:
Claves para la lectura de La Casa de Bernarda Alba. E.Galán Font. Ediciones Ciclo.
5. García Lorca y el teatro anterior a 1936.
A principios del s XX el teatro en España se encuentra dividido en dos tendencias:
- Un teatro comercial, condicionado por los gustos de la burguesía y los empresarios,
que disfruta de éxito ante el público.
- Un teatro renovador y experimental que intenta nuevas formas dramáticas y plantea
problemas existenciales o sociales; Con muy pocas excepciones, no tiene éxito de
público y hay grandes dificultades para su representación.
Recordemos que el género teatral sufre unos condicionamientos comerciales mucho
mayores que los demás géneros, ya que, por su condición de espectáculo, depende de
empresarios privados, que han de considerar al público burgués que pagará las entradas.
Dentro de la primera tendencia, tenemos tres posibilidades:
* La comedia burguesa, representada por Jacinto Benavente y sus seguidores. Este es el
autor de más aceptación en la época. Entró en la RALE en 1912 y recibió el premio
Nobel en 1922. Comienza con una crítica audaz de la posición de la mujer casada en la
sociedad burguesa con “El nido ajeno” pero, ante el fracaso, modera su carga crítica y
se adapta a lo tolerable por las clases altas; las sigue retratando y criticando, pero sin
9
pasar cierto límite. Escribe mayoritariamente comedias de salón, algunos dramas rurales y
una farsa, “Los intereses creados”, que será su obra maestra, con el ambiente y
personajes de la Commedia dell’arte y una visión cínica de los ideales burgueses.
Benavente tiene el valor de haber eliminado la grandilocuencia del drama
posromántico, presentando ambientes cotidianos, diálogos fluidos, ingenio y habilidad
escénica, pero valoró el texto muy por encima de los demás recursos teatrales y dio la
espalda a las innovaciones que surgían en el resto de Europa.
*El teatro en verso, que combinaba residuos posrománticos con estilo modernista
(colorido, sonoridad), ideología tradicionalista y temas históricos; sus mayores
representantes son Francisco Villaespesa (Doña María de Padilla, La leona de Castilla) y
Eduardo Marquina (Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol). Tuvieron gran éxito.
* El teatro cómico, con los géneros comedia costumbrista y sainete, de ambiente
castizo, que alcanzaron éxito de público. Destacan los hermanos Álvarez Quintero, que
reflejan una Andalucía tópica y Carlos Arniches, con obras de ambiente madrileño.
Este autor, a partir de 1916, evoluciona hacia posturas más interesantes en lo que él
llamó la tragedia grotesca; en ella se funden lo risible y lo conmovedor con una actitud
crítica, para hacer una caricatura cruel y patética de la clase media española.
En cuanto al teatro renovador, autores del 98, como Unamuno y Azorín y del
Vanguardismo y la generación del 27 como Ramón Gómez de la Serna o Rafael Alberti,
realizaron interesantes experiencias teatrales, acompañadas por muy poco éxito. Las
dos figuras que sobresalen en el teatro español de los tres últimos siglos con talla
internacional son Valle-Inclán y García Lorca.
* Ramón Mª del Valle-Inclán, bohemio y excéntrico y siempre antiburgués, comienza
su carrera con un modernismo elegante y nostálgico, para pasar gradualmente a una
literatura crítica, basada en una feroz distorsión de la realidad. Escribe narrativa y
poesía, pero donde más destaca es en el teatro. Sus primeras obras dramáticas fueron
las Comedias Bárbaras, de ambiente rural gallego, con personajes extraños, violentos o
tarados, miseria y fuertes pasiones; en ellas usa una mezcla de lenguaje musical y
brillante, pero fuerte y agrio a veces; se consideraron imposibles de representar por la
cantidad de cuadros, personajes y núcleos dramáticos.
10
Esta mezcla de tonos se acentúa en sus obras siguientes hasta llegar a 1920, en que
publica las decisivas: Farsa y licencia de la Reina Castiza, Divinas palabras y Luces de bohemia.
Valle emplea ahora un lenguaje desgarrado y, en esta última obra, da a su teatro el
nombre de esperpento, que seguirá usando para las posteriores, agrupadas en el ciclo de
Martes de Carnaval. Con esperpento Valle designa la mezcla de lo trágico y lo burlesco,
produciendo una realidad teatral sistemáticamente deformada, como “superación del
dolor y de la risa”. Para el autor “España es una deformación grotesca de la civilización
europea” y, ante la imposibilidad de la tragedia, surge el esperpento.
Valle-Inclán fue mucho más allá de lo que permitían las convenciones escénicas de su
tiempo, por lo que muchas de sus obras se han podido representar sólo en las últimas
décadas, cuando han aparecido las nuevas concepciones y técnicas del espectáculo
teatral. Aunque él estaba desconectado de las tendencias renovadoras europeas, fue un
vanguardista que se anticipó a ellas de forma profundamente original.
* Federico García Lorca escribe simultáneamente poesía y teatro; sus comienzos como
autor dramático se mueven dentro de lo experimental, ensayando diferentes
posibilidades: teatro simbolista, modernista (El Maleficio de la mariposa), la farsa (La
zapatera prodigiosa), el drama (Mariana Pineda), lo guiñolesco y popular ( Retablillo de D.
Cristóbal) y el vanguardismo con influencias surrealistas (El público y Así que pasen cinco
años); estas últimas obras fueron lo más avanzado del panorama teatral del momento y
su autor sabía que no se podrían representar hasta mucho tiempo después.
Entonces García Lorca, a raíz de su experiencia en “La Barraca”, empieza a buscar la
comunicación con el público y la orientación social, sin renunciar al rigor estético; así,
llega a la plenitud de su teatro con Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera y La casa
de Bernarda Alba. Estas obras sí tuvieron éxito como teatro profesional, cosa muy poco
frecuente para los autores que procedían de las vanguardias.
Para ellas toma como fuente lo popular tradicional y el esquema del drama rural, pero
usando un lenguaje en el que se unen la poesía y la realidad; aparecen frecuentemente
símbolos, metáforas, comparaciones e imágenes de gran originalidad, en medio de un
lenguaje coloquial y realista. Él mismo afirma: “El teatro necesita que los personajes que
aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre”.
La temática profunda de las obras de Lorca es la misma que la de su poesía y se centra
en el deseo imposible, que lleva a la frustración vital, bien en un plano social (prejuicios,
convenciones) o metafísico (el tiempo, la muerte). Sus personajes frecuentemente son
mujeres que tienen un destino trágico, condenadas a la soledad, el amor estéril o la
11
muerte; es muy probable que su interés por los personajes femeninos venga de la
marginación de la mujer en la sociedad tradicional, igual que muestra especial
sensibilidad hacia los niños, los gitanos, los negros o cualquiera de los perseguidos; no
olvidemos que su condición de homosexual lo llevaba a ser también un marginado.
Por último, hay que destacar que los conflictos y los ambientes del teatro lorquiano
aparecen cada vez más enraizados en la realidad española y andaluza, que adquiere una
dimensión universal.
Bibliografía:
Literatura del siglo XX. Vicente Tusón, Fernando Lázaro. Anaya 1995
ANEXO
La estructura cíclica y repetitiva
ACTO
SITUACIÓN
DE CALMA
CONFLICTOS
VIOLENCIA
I
- Silencio. Ruidos
de campanas.
- Conversación de
criadas.
- Imposición del luto
de ocho años.
- Intentos de
rebeldía (Adela).
- Violencia de
Bernarda con
Angustias.
- La herencia.
- Pepe el Romano.
II
- Mujeres cosiendo.
- Conversaciones
sobre los
hombres.
- Enfrentamiento
de Adela/Poncia.
- Episodio del
retrato.
- Insinuaciones de
Poncia.
- Enfrentamiento
de Adela/Martirio.
- Linchamiento
de la hija de
la Librada.
l
- Mujeres cenando.
- Conversación
- Escopeta y
- Visita de
Prudencia.
de Bernarda/Poncia.
- Encuentro de
Martirio/M. Josefa
- Enfrentamiento
Adela/Martirio.
disparo.
- Suicidio de
Adela.
III
12
-M. Josefa,
arrastrada a
la fuerza
hasta su
habitación.
Símbolos.
Son uno de los elementos fundamentales que conectan la lírica con el teatro de
García Lorca. Cada símbolo puede referirse a más de una realidad al mismo tiempo,
según el contexto; por ejemplo, la luna puede significar muerte, erotismo, fecundidad o
belleza.
En La Casa de Bernarda Alba encontramos gran riqueza de símbolos que se pueden
sistematizar en el cuadro siguiente; podremos comprobar la aparición de cada uno de
ellos en la obra y comentarlos, según este ejemplo:
Contraste entre blanco y negro; el color blanco aparece en las paredes (que van
oscureciéndose según avanza la obra, al cambiar la luz), en las sábanas del ajuar y los
encajes para la boda, en la estrellas, en la enaguas de Adela cuando va al corral con Pepe
el Romano, en el caballo semental, en el pelo y la oveja de Mª Josefa; simboliza, por lo
tanto, la vida, la alegría, el amor y la libertad. El negro aparece en los trajes y abanicos
de luto, en los mantones que se ponen por encima Martirio y Bernarda en las escenas
finales; se dice que la noche es oscura y negra…; simboliza la tristeza, el odio, la
represión y la muerte.
Símbolo
Posible significado
(1) CABALLO
— pasión sexual, deseo amoroso, instinto
(2) OVEJA
— imagen del niño y de la fertilidad
— también puede aludir a la imagen del sacrificio
— la sumisión
— la animalización
(3) PERRO
(4) ÁRBOL
(5) FLORES
(6) LUNA
(7) SOL
(8) AGUA
(9) COLOR BLANCO
(10) COLOR NEGRO
(11) COLOR VERDE
— fuerza y virilidad
— amor, relación sexual, pasión
— muerte
— erotismo
— vida, alegría
— río ~ vida y erotismo
— pozo ~ muerte
— vida, alegría, libertad, amor
— tristeza, prisión, muerte
— rebeldía
— muerte
13
Espacio.
Toda la representación tiene lugar en el interior de la casa, pero cada acto en un
lugar diferente, que viene explicado en la acotación inicial.
El primer acto se desarrolla en una habitación blanquísima, símbolo de un mundo de
apariencias, con muros gruesos que significan el aislamiento del exterior. Es la sala
donde se va a recibir a las mujeres del duelo y donde se anunciarán los ocho años de
luto, es decir, de encierro; está amueblada con sillas de anea y cortinas de yute, que
sugieren lo áspero y duro del ambiente de la casa; los cuadros de las paredes
representan paisajes de leyenda, irreales, que contrastan con las paredes blancas y la
sobriedad de los muebles. El segundo acto transcurre en otra habitación blanca, más al
interior de la casa y aún más sobria y en el tercer acto la acción está situada en un patio
interior, de paredes blancas ligeramente azuladas, con poca iluminación, ya que es de noche.
Como se puede ver, hay un desplazamiento hacia el interior de la casa, al mismo
tiempo que una disminución de la blancura y de la luminosidad, como símbolo del
aislamiento progresivo de las mujeres protagonistas. También es destacable que el
colorido de la obra gira entre el blanco y el negro, como en una fotografía antigua o un
documental, según dice
el propio autor; solamente aparecen como excepciones
simbólicas el abanico y el vestido verde de Adela y las flores de Mª Josefa.
Los tres actos tienen en común la sencillez y sobriedad del decorado, que refuerzan
la sensación de monotonía y enclaustramiento.
Opuesto a este espacio que aparece en el escenario, se menciona el espacio exterior,
donde transcurre la vida del pueblo y pasan los hechos más importantes (las relaciones
entre Pepe y Adela y el suicidio de ella) fuera de la vista del espectador.
La casa se nos presenta como un mundo cerrado y asfixiante, de soledad,
frustración, envidia, tristeza y falta de libertad; los mismos personajes la llaman
infierno, convento, casa de guerra y presidio. Por el contrario, el mundo exterior,
del cual llegan a veces sonidos, aparece como un espacio abierto y libre, donde se
cumplen los deseos vitales y eróticos y se puede alcanzar la independencia y ser
feliz. Los lugares exteriores que se nombran son el pueblo, el campo, el olivar y el
río ( los dos últimos se relacionan con el erotismo para García Lorca); dos espacios
nombrados especialmente interesantes son la ventana y el corral, que funcionan
como puntos de encuentro entre interior y exterior y lugar para relaciones amorosas,
legales o clandestinas, respectivamente.
14
Descargar