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Año LIV
Miérooles 5 4^ Agosto da 1903
PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN
Í9]IPI97|^CI^H: 0AII.9 BE LA LIBERTAD, U
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN
ÉPOCA
f U 14% ípUU^iUI MIUU4I SI lASlID T nOTMCUf
rmfimT^mt. Bosrrem •« ^«vm»% nw de la Bwfa;. 39.
ámmol^s ••p«t»lMI.-r4 ^ oéaumo* de p<»et«
Ito6* en muute pluis>
M M H «jrtraiQvraa f r««l«inf •« 4 stio^io» coa.fenoioaaloi.
Cada vranoip aattofui Hl oéatimoa de inpnevio,—
mm mmm i m\m n u um
DlnaoMn telepiflOK ÉP&OM^-^UkDXlv
NO Si DEVUELVEN LOS ORIGINALES
BBESSBB
A.Í natural regocijo que aíenten en estos noomentoa
todos los católicos ante la noticia de la elección del
nuevo Pontífloe únese un movimiento de viva sim*
patia, aun entre loe que no comulgan en el «eno de
la Iglesia romana.
El cardenal Sarto, con figurar entre los papables,
no pertenecía i ninguna de las fracciones en que se
hallaba dividido el Sacro Colegio. Alejado d« las lu'
chas de la curia; consagrado por completo á la di*,
rección d9 laa {^lma««n su patriarcado de Veneoia;
modesto, afable, de gran pureza en IM costumbr^^s,
transigente y conciliador, resulta un Papa neutral,
es decir, un Papa que no puede representar, que no
representa, al menos en el momento da su elección,
el triunfo de una tendencia determinada; un Papa
ante el cual no hay vencedores ni vencidos, como
n.0 debo haberlos entre los grandes Principes de U
Ig'asia.
.
Su alejamiento de las luchas politizas hace que
para algunos el nuevo P«tpa constituya una incógnita. RampoUa, Vannutelli, Oreglia, el mismo Qotti, tenían una signifioación bien conocida, y aunque al ceñir 4 6U8 sienes la triple tiara habriase
despojado, cualquiera de ellos que hubiese sido ei
elegido, de todas sus inclinaciones» de todos «us
com'promisos, de sus afecciones y de su representación, para sólo pensar en los altos intereses de la
Iglesia, en el bien de la cristiandad, el juieio público habría calificado, sin duda, al nuevo PUpa con
arreglo ¿ tus antecedentes y á su intervención ^n
los problemas que ha tenido que resolver ó que es(4n pendientes en la curia romana. Del cardenal
Sarto los antecedentes, esca,sos en número, son Qpiti<'
tradietoríos, pues si algunos recuerdan qué el Gobi rno italiano le negó el exequátur cuando fué
nombrado patriarca de Venecia, otros alegan la
coaductt^ observada por aquél en el desempeño del
patriarcado, sus excelentes relaciones con i>^8 autoridades locales y su visitftá los Reyes de Italia,
cuando éstos fueroa i la histórica ciudad de las la»
gunas.
Mas estos antecedentes refiérense, principalmente^ casi exclusivamente, á la política italiana, n« A
la polftioa universal.
Respecto de ésta no hay motivo ni fundamento
Alguno par* emitir juicio. iQuiere esto decir que
creamos, como afirma un colega, qué el Papa ha de
sor lo que sea su secretario de Gstadot De ninguna
laanera: Loa secretarios cambian, y el Papa queda;
los secretarios representan lo acciduntal, lo transitorio, lo que cambia y varia & medida que cambian
y varían las coadiciones de la vida, las necesidades
de los pueblos, la índole de los problemas, y el Papa
personifica ^o eterno, lo inmutable» las y^r^adas
dogmáticas,,la política espiritual, la religión de la
caridad y del amor, da la fraternidad y de la tole*
rancia, de la paz y de la conciliación entre todos los
hombr;,s.
En el mundo no hay hoy pendientes grandes pro*
blemas que afecten al dogma, y hay, en cambio,
un gran aantimiento de respeto, una manifiesta ten*
dencia de acatamiento á Ja alta signiflcaeión espiritual del Panuficado. Bl espectáculo que iodaS las
Í>^acionea han dado durante los últimos añal de la
yidade León ^Iiii y sobre todo ^on motivo da la
muerte de este inolvidable Papa, entraña una gr^n
enseñania q^a no caba olvidar y representa para la
Sarita Sede una fuerza que necesariamente ba de ser
utilizada.
A la actual situación ant0 el n)ut\do del Pontificado parecen responder admirablemente las condiciones de Pío X, su humilde origen, como el de los
Apóstoiea. aii pa90 por modestos curatos, su lenta
elevación, su vida siempre sencilla y modesta, au.
espíritu conciliador, su ardiente fe religiosa, la pureza de sus costumbres, su propio desinterés de las
cuestiones políticas.
Regocíjense, pues, con razón los católicos, que
v»n en el nuevo Papa un dignísimo represantante
de sus creencias, y reciben con justo motivo, con
benevolencia, á Pío X aun los que no partenecen á
la comunión, romana, porque esperan de él que sea
Sel continuador da la amplia y conciliadora política de 8U iniaortal antecesor.
El cardenal Sarto ha subido, por tanto, al Solio
Pontificio acompañado por la veueración |ilial de
los unos y la esperanza de los otros, como un representante de la paz de los espíritus.
La li«i>lila dal RagMl.
Noticias de Malilla afirman que al Pretendiente
no h«^ mu«m, como «e había dicho; pero que es positivo que sé ancuantra herido, teniendo qoe permanacer »C9IM(4¿« i} Wfííi Y* «lejorando.
I I p»ataataMHlo 4m Franala»
Telegrafían de Londres á El Impareiai que TAe
AfarnMfl'fofí dedicó ayer dos artículos á discutir
las opiniottea de Kr. Etienqe, diputado francés, so*
bre la cuostión dé Marrueco».
'Áflfma'el mencionado periódico que si para resol•Ht r» cuestión se toma por base el protectorado de
Francia en Marruacos, por la vecindad de Argelia,
el tarraup elegido será muy peligroso.
*Termma rwe llofn¿np /^osíunoda sus artículos
aq^ipresando la creencia da que el ministro de Negocios Extrálhiéiroa. Mr. Delcasaé, no adoptará las opiniones de Mr. Etienne.
^
^.1
I ••r~7--JgBy¡paaWa>BapMi|M""'"wi»iii'ii liiitM
'•mir
Despachos telegráficos
Omis kvamou. VAUU)
• u q v a a l»«l«a«a an Llabaa.
Liaaoa 4.—Máa de veinte buques ingleses de guerra hanllegado en la mañana de hoya Lagos ÍAIsarvV).
•
° AsegúrAse aue «1 ^ey p. Carlos aaisticá, á bordo
del yate Ameaa,á las mánioDras de la escuadra,
carea del C^bo Sacres.
Lo* #aa#P<«i«»f f«fifwf"f«rl»» •» Ifunari»'
BuDAPESTH 4—Ayer informó extensamente ant^
la Comisión que entienda an al asunto da corrupción el Sr. Hadervary
^
, . . ,
Dio numerosos detallaa sobre el «sunto. siendo l«
ii^rasión de »u informa muy favorable al P'epí"
dente del Consejo. .
HLWmiWaás oposiciones quedaron muy imprasioLaalnaurraeloadaSaKmlpfi.
PABia 4.-(Reclbido el 5 )-Ui» despacho de Saló-ilaléfcibido por la Ageiiom Havaa dice que (Júrenla nocllfiAltima Ips insurrectos destruyeron laa
Wúfii, t9a090
l í A Q S m - C a «tea,« pflSetalS iKfl^lptlff,. l ü ü P i g
toe, tfiafio, 4i, . . .«^^• •|aOVINCUS.-Ua mea, I pt«|^ W»ia|t»a, l§jm
Mfoofitito, Mi na afio, 49.
alaaar—tJn mea, 7 pesetas} ttimestiai M | saaMStn^
ifQ| na afio, 90 oro,
"foiftQgalGUbraltaf f Mamuaos, al atlasa predi
de pTOYínoíaB.
N&moro del día, i9 eintlmot.-r-Afcrasaflo, t9o
La oonsspondonoia de Admiaioteaeión 4 |l« fPmU)
Bedaooióa 7 idminÍBtraoldfi: LIBlBfAB, 10i
m
pr a ir, volaron con dinamita la estación de Banitza,
qu<3maronel almacén de mercancías, levantaron los
rails y cortaron el telégrafo.
Termina diciendo que las partidas de rebeldes
son numerosas, y que la situación se agrava por
momentos-
el priiaero. en au ópera citada; el segundo, en una
partitura de Fausto que se cantó'.en Munich en 1887.
No conozco nada de esta última obra, que obtuvo
en su tiempo gran éxito, y, por consiguiente, ignoro
Si su prólogo en el Cielo será superior á la herniosa
página de Bolto, y á lo escrito por Bungert, que aun
siendo muy bueno, no es, ni con mucho, lo mejor
de su extensa y voluminosa partitura. Una de las
grandes dificultades de la presentación escénica de
Fausto estriba precisamente en poder presentar de
Ningún país puede compararse á Alemania en el modo decoroso y conveniente el Cíelo, según la conculto ferviente que rinde á la tüeihoria da sus gran- cepción cristiana, con sus cohortes y teorías de ándes hombres, y sus admirables poetas y sus insig- geles. El autor de liejlsto/éle acertó al prescribir
pes músicos son objeto, casi anualmente, y ya en que la escena había de desarrollarse únicamente
eata ó ya en aquella ciudad, de grandes festejos, en entre nubes, siendo visible tan sólo la figura del
los que, con todos los éléffientos que suministra el demonio, á fin de que la mente del auditor pudiera
progreso moderno, se reproducen de modo porten- imaginar á su gusto las falanjes celestiales. En la
toso las más maravillosas creaciones de aquelloa presentación escénica de Grube, la visión de los ángeniosi qua aoh y serán honra, gloria y prez del arte geles resulta vulgar, y algo asi como up cromo
amanerado y falto de gusto; pero hay que conlúsaf
|ermánícO.
Una de estas hermosas solemnidades, que recuer- que, dada la necesidad de que los arcángeles habladan, en cierto modoi laa sOlemhéa fepi'esentaCioHéa sen y aetuasen, era preciso quo el público los viera,
del Teatro Griego, acaba de celebrarse an Dussel- y el director de esdena sólo ha podido buscar las
dorf, la ciudad industrial por excelencia, al mismo mujeres más bonitas que fuera posible reunir para
tiempo que centro de las escuelas pictóricas del formar íos coros angélicos, y ciertamente que el
ílhin; en honor de Goethe y de su Fausto famoso. eS eonjunto era de extraordinarias bellezas.
Por el contrario, grandísimo efecto produce la apadecir, de un genio indiscutible y de una obra que
rición
del espíritu da la Tierra en el laboratorio del
ocupa preeminente puesto entre las más preciadas
doctor
Fausto, escena acompañada por una múüioa
concepciones del ingenio humanri.
íliuy
hermosa,
trozo sinfónico en que se dibujan loa
Sabido es que ei autor da Werther concibió su
Fausto an vista de la escena, y para que fuera re- temas característicos de las distintas aspiraciones
presentado, entendiendo, sin duda alguna, quO la del alma del sabio nigromante, que acaban por conrealización an forma plástica de lo soñado por su densarse en la frase suprema que significará la
poderosa fantasía, sobre lodo eh íos episodios alosó* eternal belleza, manifestación de la bondad y la
íleos y simbólicos de la segunda parte, había da verdad infinita...
No he de relatar una por una las escenas pintocontribuir con verdadera efiíjacia á su completa y
rescas,
fantásticas ó grandiosas del primer Fausto,
definitiva comprensión. Quiero anticipar que 4si
bótlrre, y que, en efecto, muchos de los pasajes más limitándome & señalar como otras tantas dificultaabstrusos y alambicados, que en la lectura del se- des vencidas la caserna de la bruja, la cueva de
gundo Faüito permanecen obscuros y nebulosos, Atietbiach y lá espléíidida selva del Broclten en la
adquieren en la representación singulardiafanidád, noche de los Walpurgis. También añadiré que Burdescubrieitáb á ibda itii sü alio y t^rofundb seniidfli get ha puesto comentarios muy sabrosos al cuadro
oculto. Tal sucede, por ejemplo, en la misteriosa qué süfiede fUera de las puertas de la ciudad, preceescena an qua el doctor, pretendiendo saciar su as- dido da un lindísimo preludio, y en el que se en^iraeit^n Habla 1& beileÜa aijsolüla cóH ia ^óSédlSti ctientra un vals lento ó laendler verdaderamente
de la inmortal Elena da Troya, ideal del arte clásico, encantador, bailada por loa aldeanos, y música
manifiesta su pretensión á Meñstófeles. quien le muy característica alas canclohea de la rata, la
contesta que para alcanzar su aspiración habrá de pulga y el rey de Thuló, sin coatar las hermosas esremontalse á las ¡áadVes. fuentes ^ principios d« cenas de la manan* de Pascua de Resurrección y
coanto^isté,iicla^ai£lapbr al subsiguiente episodio, da lá CfltedraL
La ejecución del hermoso poemia ea admirable.
éti (|ue %u8to, de regreso de su viaje sobrehumano,
deshace el vago encanto que ha hecho aparece^ an Actores escogidos de los principales teatros de Aleel palacio del Éthpeirador los vanos lantasüías da i& mania representan los inhniij; personajes, siendo
de hotat el genérico 15 loín, que hace un MoñaiÓÍ*"
eaposa de Menelao y su amante París.
les altamente sugestivo, impreéionando lilucho su
Pero aa lo cierto que la astiiración de btdBthe ilo hutilorisme iarCáSticb en la escSna Con él estudianhabía lo^radb bühCa sar realizada por completo. Va te y én los picantes incidentes Qué stícüdeh en el
en su tieinpo pudo presenciar la representación da jardín de la vecina. Durante todo el episodio diJ
la trageaia da Margarita, que constituya un simple Margarita los cuadros se sueedan con extraordinaria
epiaodi9ÍMeqü(|jl|llá| RPiMóo. aefiiiiíiehtal Jr de* fapide¿. A Ict niejor, para ca^a escena cambia la
licado dala taonnmental concepción, yaunquaesto decoración, y pasamos sin cesar efe lá plñtSL p<!>blina
era ya un primer paso, nadie se hubiera atrevido á á la estancia de Margarita, á su jardín, á casa dé
seguir más adelante, asustado, con razón, ante las Marta y al jardín de la vieja verde, capaz de preproporciones del poema y las dificultades casi insu- tender enamorar al mismo demonio.
perables que ofrecía su adaptación á la escena.
Esta rapídeis en las mutaciones nos permite seSin embargo, como una voluntad constante todo
guir
paso á paso el proCeso de la Interesante ac'
lo paede^ y en Alemania i|unca faltan elementos
dispuestos & prestar auxilio á toda tentativa artísti- ción, y algunos pasajes, como el admirable mono*
ca de verdadero interés, lo que parecía imposible se logo de Margarita en su jardín, cuando nos descuha realizado, y al poeina de Fausto, en todfi su inte- bre su candida alma, alterada por el naciente amor
gridad, desde el primer prólogo en el Teatro, hasta que le inapíra Enrique, nombre bajo el cual ha coel epílcgo en el Cielo, pasando por la Noche del Sá- nocido á Fausto, producen dulcísima emoción. Clabado romántico y la Noche del Sábado clásico, sin ro está que, para aquellos que no conozcan de anteolvidar los episodios de Homúnculos y Eufrión, ha mano el poema, semejante alteración de escenas
sido puesto en escena, rodeado de todoa los prestí- debe producir cierta contusión; pero no se trata de
gios que al atvei.'/^ y el decorado dsben á los pro- un espectáculo popular, sino de una representación
gresos modernos de las artes escénicas. Los mejores para intelectuales capaces de comprender y apreartistas de les principales teatros alemanes se han ciar la intensidad de vida que resulta preaisamente
congregado para eqcarnar loa diversos personajes de aquellas transíormaciones que le permiten estar
creados por elpoeta, y un músico de gran talento, sucesivamente en todos los lugares en que ocurre
Augusto Bungerl, uno de los compositores más no* alguna peripecia interesante en el alma de loa protablea de la moderna Alemania, ha escrito una par- tagonistas.
La representación del poema Fausto dura seis
titura á propósito para acompañar la represéntahoras,
con brevísimos intervalos entra cada cuadrp,
Otón del grandioso poeina y realzar ciertos pasajes
y
tan
largo
espacio de tiempo se desliza rápidálíricos ó fantásticos ^ue requerían el auxilio del arte
in^ñte,
gracias
á la poesía admirable que dimana de
da los sonidos.
la
creación
de
Goethe.
La mente goza con los conCon verdadero deainteróa, pues se dice que lasares
ceptos
del
poeta,
y
los
sentidos se recrean con la
locuciones d^l poema han producido un a^eit
vista
de
lo
que
el
espíritu
sueña, resultando un esanorme, una Sociedad, constituida especialmente
pectáculo
verdaderamente
grandioso, que ennoblepara la celebración de estos festivales en las grance
el
ánimo
de
los
que
lo
presencian;
y gi esto es en
des ciudades del Rhin, suministró los fondos necela
primera
parte,
iqué
no
será
en
la
segunda,
que es
sarios para llevar á cabo tamaña empresa, y Max
cuando
precisamente
se
manifiesta
con
todo
su esGrube, ya célebre pof su pericia en el arte de la
plendor
el
concepto
filosófico
de
Goethe'.
presentación escénica y autor del proyecto da adapRAFAEL MITJANA.
tación del poema de Goethe, pudo dedicarse á efectuar
los trabajos necesarios, que hnn dado por resultado
las ^^^* i^epf esentacioneil admirables de I9. obra inmortal, á las que han asistido innumerables artistas
é intelectuales, venidos da todas partes de Alemania
Nuciros dato* l^loyiráfioof.
y de otros paisas vecinos.
U famllta é«l VéMinnm.
El primer mérito de la adaptación de Max Grabe
Bl origen del nuevo Patriarca de la Iglesia es,
{)| su escrupuloso respeto del texto, en el que sólo se como se ha diché, obscuro y humilde. Tronco de su
nota un corte de cierta importancia, el episodio ajefamilia fueron un modesto escribano municipal y
no á la acción del poema que lleva el título de Sue- una piadosa y sencilla aldeana, muerta hace algu.
años, á quien Su Santidad adoraba.
ño d$ una noeh^ de Walpurgis ó Bodas de ara de nos
Tiene Pío X cuatro hermanas y un hermano. Eate
Qbenon y Titania; y una ligera alteración en al or- último sirvió en el Ejército italiano como carabineden de sucesión de las escenas de la Noche del Sá- ro, y actualmente tiene un almacén de vinos en
bado clásico, necesaria para terminar de modo con- Mantua.
de las hermanas vivían con Giuaepe Sarto
veniepte la segunda jornada, ya que la representa- enDos
Venecia. Otra de ellas casó con un hoatelero en
ción del poema se verifica en tres noches, compren- Riese, siendo cura párroco •] Pontífice.
diendo 1| prin^erfi el prólogo en el Teatro, el próEsta humildad del origen del nuevo Papa contrilogo en el Cielo, las diversas escenas en el íaborato- buye á aumentar la simpatía con que ha sido recir
bida la designación del cardenal Sarto p^ra ocupar
rio del doctor, el episodio de Margarita, y la Noche el
Trono de San Pedro.
del Sábado romántico, viniendo á concluir con la
La BBiwapa <•! l*«pa.
muerte de la protagonista en la prisión. Da las dos
Conocida la gran modestia de la familia Sarto,
partes en que Grube ha dividido el Segundo Fausto puede suponerse que Ips principios de la carrera de
iga Ofsupir^ ptro día. limitándome por hoy 4 tratar Oiusepe constituyeron pafá ella un enorme sacrificio. Con grandes dificultades costearon sus padres
de la primera tragedia de Fausto.
los eatudios hasta que Sarto tue designado cura páAunque, en realidad, no veo que aean muchoa en rroco de Tombolo, muy joven aún, puea apenas
España los lectores del poema de Goethe, la ganei>a- contaba veinütréa añoa. un ano después lo era de
lí||d \ci CoQoq^ e° Cierto modo, aproxiqoíadaménte, Saizanp.
En ambas parroquiaf distmgutóse Sarto por su
por laa óperas populares de Gounod y Boíto, en It)^
apostólico. SuafeUgreaea io reverenciaban, y
q<ua. & decir verdad, bien poco queda del original. calo
admiraban en él su amor á los pobres, au senoilíex
Por el libreto de Meflstó/ete se sabe que el punto y au gran caridad. Como hijo de humildes, los huinicial de la concepción gosthiana sé halla en al pro- mildes fueron siempre aus amigos pradilactos. loa
hermanos preferidos an sus amores. Sin embargo,
Iggfl eij^ q) ^Í6l9, página imitada directamente del era
intransigente y muy enérgico en el cumplilibro bíblico de Job, an la que Meñstófeles, ó sea el miento da los deberes religiosos. Bra al párroco máis
ettpíiflti;! del mal, desafía al Todopoderoso, asegu- celoso de toda la diócesis.
Í5n este modesto cargo pasó Sarto hasta los cuarándole que el alma del Doctor Fausto babrá de
y cinco años da 8>| adSid.
ceder á láa tentacionef que sabrá ofrecerle su vieja renta
Para premiar sus méritos y utilizar sus excalenexperiencia dal corazón humano.
tea dotes, el obispo de T^F'^* lo nombró sú coad"'Ífi§ ^B>E^Htore8. antes que Bangert, han puesto jutor y canónigo del mismo punto luego, inviaan música eata admirable üctn*. ^^t^ y |yi|l«f|:
BUestíTal goetbiano de D&sseldorí
B£. PAPA PÍO ac
examinador prosinodal y l'ieario general: esto es,
le colocó en el lugar inmediato al suyo para que rigiese bajo aus auspicios aquella diócesis, muy turbada enioncea por la propaganda anticatólica y por
la relajación de las costumbres del clero.
Sus trabajos incesantes fueron de gran eficacia y
contribuyeron & elevar el nivel de aquel clero y á
restablecer el mayOr celo religioso.
Estos servicios y la protección que ya le dispensaba el cardenal Parochi le valieron ser elevado al
obispado de Mantua.
El nombramiento de canónigo de Sarto fué hecho
en 1875. Ciiió la mitra da Mantua en 1881, cuando
contaba cuarenta y nueve años- En 12 de Junio de
1893-fué promovido á la dignidad cardenalicia y
poco después al patriarc|do de Venecia, que ha
aeaom peñado hasta ahora.
En Mantua fundó el obispo Sarto un seminario y
diez Escuelas, y contribuyó á otras muchas obras
piadosas y útiles. La fama de su virtud y su saber
llegó á Roma, y el Papa León XI II le llamó varías
veces para consultarle casos de duda.
El patriaroada da Vaneóla.
La diócesis de Venecia, upa de las más extensas
de Italia, necesitaba para su gobierno un prelado
tan celoso cumo conciliador y enérgico, por ser
acaso la más combatida por la propaganda anticatólica. León Xlll consideró que nadie mejor que
Sarto podría realizar la difícil misión, y al premiar
sus merecimientos con la alta investidura encontró
un poderoso au?!iliar para la defensa de la Iglesia.
El cardenal rigió sin pérturoáciones su diócesis
durante los últimos diez años, aimado por loa católicos y respetado por sus n^tiamoaenemigosBajo su cetro las instituciones católicas de Venecia han prosperado de una manera asombrosa, y la
piedad del cardenal, junta con su extraordinario
buen sentido, le conquistaron la veneración general.
No sólo al restablecimiento de los prestigios da la
Iglesia atendió el cardenal Sárto, sino que contribuyó ^ casi todas lag obras benéficas realizadas en Venecia durante ese período.
Bajo sus auspicios, se realizó la alianza del par*^
tido moderado regional y del partido cierical. Bsta
alianza consiguió ganar lá mayoría en las elecciones municipales y provinciales.
Bn el año último triunfó también, y sus partida-^
ríos, reuuido«i una tarde en imponente manifestación ante el palacio patriarcal, expresaron au entusiaitmo por el óürdenal Sarto.
La alta po«tición alcanzada no envaneció jamás al
humilde párroco, modelo del santo cura de aldea.
Tan sencillo an aus costumbres y tan humilde en
aus accione» fué en Venecia como en Tombolo y en
Salzana. Bondadoso y amable, indulgente y, conciliador, se hacía querer de todos, abi de los liberales
como de los catoiióoa. Por eso le adoraban en Venecia y era en el Sacro Colegio uno dé los cardenales más simpáticos.
Acostumbrado á la sencillez, le enojaban las exigencias de la etiqueta de la Corte Pontificia, y cuando iba á Roma soñaba con volver á sus lagunas venecianáa.
Aun después de nombrado cardenal siguió usando
los hábitos modestos de cuando era cura de Tombolo, y vivía en medio de las gallinas de su corral,
,aoa-,'"''do su ticmpo entre los cuidados de los feUiret^ri «1 eu:::'o <1« «" huerto
fcl^Seiaic?«.i^al^^íj.^^
meeia nie (
góndola pof loi canales, sai»..
p«r lOts pescadores y gondoleros- ^
,
j
Su recrea en "V^eneoia á la caída do 1« te»5eera
jugar una partida da (tüietie. Juego de naipes característico de aquella región, llamado así á cansa
de la importancia que sé dátt"los truécis j ' * l«s «ieieS: Bíi éstéluego han de tomar parte cuatro pCrso*
ñas, y el cardenal sostenía la partida ordinariamente con laa autoridades localea italianas,
En su intimidad gusta de íiftbl»r el dialecto veneciano nááí^ qije el idioma de ItaliaA estas virtudes hay qua agregar la de su candad
inagotable y espléndida. El cardenal Sarto repartía
cuantiosas umoenas entre los pobi es de Venecia,
hasta el extremo de qUe, cobrando un sueldo de
40 000 liras, muchas veces se vela privado da lo necesario para el sustento da su casa y de sus servidores•
Por todo ello el pueblo veneciano quería entrañablemente á su patriarca,
Al salir Sarto do Venetíia el día 26 de Julio, para
tomar parte en el cónclave, no tenia ni esperanza
ni deseo de ser Pontífice. Para él, para su secretario monseñor Breson y para un familiar que los
acompañaba tomó billetes de ida y vuelta.
La despedida que le hizo entonces el pueblo veneciano fué calurosibima. Cientos y cientos de góndo*
las se habían reunido llenas de genies en la escalinata, patios y andenes de la estación ferroviaria.
La municipalidad de Venecia le acompañó hasta el
vagón.
Le decían que, sin duda alguna, sería elegido
Papa, más por amable deseo del pueblo veneciano
que porque en aquellos días fuera verosímil la exaltación. Bl negaba.
—No lo merezco, no lo deseo, nadie piensa en
mí...
La alegría de Venecia al ver que su hijo predilecto, el cura campesino da Tombolo, el patriarca
de la ciudad de las lagunas, suceda á León XIII, es
grandísima-ASÍ lo expresan los telegramas que se
reciben en estos momentosLa oaituradal Papa.—9us aplaian**.—9arte
f la Raai familia Italiana.
Los periódicos cuentan que el nuevo Pontífice
conoce bien tudas las cuestionas de actualidad.
Sm embargo, no eati, muy al corriente da los asuntos dipiumaticos ni de las fórmulas y usos palatinos. Es, sin duda, aquel Papa de que haba la leyenda romana, que llega al altar de San Padro sin
Iiaberlu ambicionado, y necesita de guía para reco«
rrer las logias y salones de su propio palacio.
Pío X es maeatro en Ips idiomas griego y latino,
y tiene una cultura vasta de la literatura clásicaEn cambio no conoce el francés, ni lo ha estudiado nuncaLas coirrientes políticas dominantes cuando él se
instruyó siendo niño explican esta ignorancia del
idioma diplomático.
Los principios políticos que se atribuyen al nuevo
Pontífice son moderados, pero no se han manifestado nunca con caracteres de intransigencia; por
esto, sin duda alguna, olvidando las dificultades que
originó su nombramiento de patriarca, es el cardünal italiano que más estimación merece en la Corte
del Bey de Italia, al extremo de que, desde que se
inició el problema de la elección de Pontífice, era él
pHt'larca de Vaneóla el candidato más grato para el
tíuirinal.
Al visitar el Rey Humberto la ciudad de Venecia
pafa recibir al Emperador Guillermo, el cardenal
Sano, 8in tener en cuenta las prevenciones del Vaticano y hasta los deseos entonces manilestados por
León XIII, tributó sus homenajes al Rey de Itali!>,
manifeutación espontánea que la familia Real r.o
olvidó nunca.
La viuda del Rey Humberto guarda desda entoncaa al nuevo Papa todo género de consideraciones y
gran afecto.
También recuerdan los periódicos que en el pasado mea de Mayo el cardenal Sarto fué recibido en
Venecia por el Rey de Italia.
Víctor Manual ha^a dado orden da que el patriarca de Venecia entrará antes que nadie á la audieñ*
cia; pero como éste llegara tardé, se quedó en la
antecámara esparando turno, conversando entretanto con los ayudantas del Rey y con varios
personajes de la Corte, cosa que no había hecho
antea, ni h* hecho después, ningún oardeital italiano.
Sarto hiv^ t'recnente manifeataoión de sus tendencias concilíi^ffóras respecto de la Caaa de Saboya.
En el wei de ^bril ültiní» »|l»Ua. con el Conde dé
Turlnrfeóli éliilnislrd dé WtrttCCiól pijblicf i||-
llano, Sr- Naa!, ;' con el ministro de Instrucción pública de la República Francesa. Mr. Chaumie, i la
colocación de la primera piedra del Campanile da
San Marcqs.
Monseñor Sarto hizo homenaje 4 los Príncipes de
Saboya y pronunció en atiuella occiaión solemnea
palabras de concordia, que ^oy serán recordadas y
reproducidas por la Prensa.
IBOOS DEL DÍA"
Son completamente inexactos los rumores
que ha acogido un peritidico respecto á la salud de S. M. el Rey.
Todas las noticias, oficiales y paiUculares,
coinciden en que, afurtunadamente, D. AllbnXlll goza de excelente salud; hace su vida habitual, y si ha suspendido alguna vez lo» baños ha sido á cauga del estado del mar en los
últimos días.
Cuantas pei-sonas veranean en Sau Sebastián tienen frecuentes ocasiones de ver á S. M.,
y observan en ól los signos exteriores de la
salud más completa.
Con algún apasionamiento y con alabanzas al señor Urzáiz, que no regateamos, pero que pueden
servir para descubrir al autor, ha comenzíMÍo El
Correo á estudiar el proyecto del Sr. ViUaverde
para la mejora del cambio.
Como aplaza para otro articulu el examen de lav
principales resoluciones que contiene el proyecto,
también aplazamos nosotros para entonces la contestación; pero sí debemos anticipar que no ha querido entender Ei Correo, ó quo tergiversa el sentido
claro del art. 4.°. en armonía con la Memoria, porque la reducción de que se habla no es de los artículos cuyos derechos hanfiJe pagarse en oro, sino
la reducción de derechos ó bonificación que se hace
4 los que pagan en ese metal.
Igualmente consignaremos que la oficina de cambio de oro, que al colega le p«irece mal, es una de
las soluciones máa acertadas que se lian propuesto
y que mejor recibidas han sido, resultando, por tanto, infundado cuanto sobre esa punto se insinúa, en
son de criticaOtras censuras y minucias son impropias de todo
hombre de gobierno, y más cuando ciertos prísblemas se inician para fijar la política económica y se
pide el concurso de todos los partidos para realizar
una obra nacionalHasta los elementos más radicales, aquéllos quo
por efecto de un pesimismo sistemático veían con
regocijo que se declarase la huelga general, ante el
fracaso de ésta se ven obligados aTi-econocer sil inoportunidad y su falta de fundamento:
«Tenía un vicio de origen—escribe El Pais-^; la
inoportunidad, y además carecía de un fundamento
que la hiciera indiscutible. Para una huelga parcial
basta un motive secundario; para la general ea preciso estar cargado de raión, no poder pasar por otro
punto que el de lanzarse á ese procedimiento revclucionario por e:ccolencia.»
No es mala la lección que para los obreros encierran estas palabras.
ELIÑUBVO PAPA
DIaposlelenaa allolala«<
La Gaceta correspondiente al día de noy inserta
laa aigQientes disposiciones del miníaterio de Estado
y de la Presidencia del jConsejo de Ministro»:,
^Ministerio de iíVado.—Cancillería.—El embajador de S. M. cerca de la Santa Sede, en telegrama
de ayer 4 de Agosto, á las doce y cuarenta de la tarde, notifica que ha sido elevado al Solio Pontificio
el cardenal José Sarto, patriarca de Venecia, tomando el nombre de Pío X.
Su Santidad nació en Riese el 2 de Julio de WVS.
Recibió la púrpura cardenalicia el IS de Jumo da
1893.
Presidencia del Consejo de Ministros.~R@&l orden.
-—Elevado al Solio Pontificio S- E, el cardenal José
Sarto, patriarca de Venecia, que ha tomado el nombre de Pió X;
S. M- el Ríy (q D. g.) se ha servido disponer
que en el día de hoy se cuelguen é iluminen loa edificios público», ondeando además en ellos el pabellón nacional, para celebrar tan fausto y traSf«tidental sucesoDe Real orden me apresuro á comunicarlo á V. B.
para su conocimiento y el de las antondade» y centros dependiente» del ministerio de su digno cargo.
Dios guardo á V. E. muchos «ños. Madrid, 5 ae AgOB*
toad WO'i—Raimundo F. Villaverde.
Sr. Ministro do...»
La proffaeia da San Malaqulaa.—El PafMft
f laa pariedlataa.
Sabido es que la profecía de eate santo designa
como emblema del nuevo Pontificado la irán W*^
ardéns (fuego ardiente).
Relacionando la profecía con el día de la elección
de PÍO X. observa la Prensa romana que aquélla aa
ha verificado el día de Santo Domingo, en cuyo escudo hay un perro que lleva en la boca una antorcha inflamad aEl emblema cardenalicio de monseñor Sarta «I
un cable rodeando un ancla cerca del m»r<
Cuando el cardenal Sarto llegó A Roma sa hospedó en el Seminario Lombardo-Gomó salé advirtiese desde la curia que debía tener gran cuidado reapecto de sus conversaciones con los perioa'tfawi»
contestó con gran ingenio:
«—Ni yo ni mi secretario Bresson hemoé dfi dtclr
cosa alguna- Mi criado Giozzanni ea un lombardA
que habla mal su dialecto, horriblemente mal al
veneciano y de ninguna manera inteligible él italiano. Aderoá«, padece una enfermedad da la laringe que hace casi inintaligiblas SU» palabras... Salf
puede confiar cualquier secreto-»
Impraalenas y notlelaa da ia PratlM 4»
Remaní Gíorna/e de /ía¿ta afirma que José Sarto olvidará dificilmanlo su pasado, y cree que no será nunca un ardiente adversario de ualia. Es ante todo—
añade—un Papa religioso.
La Tribuna afirma que el partido de RanupoUa e»
el que puede considerarse triunfante. Esté periódico
anuncia para el 9 de Agosto la Coronación del nné»
vo Papa en San Pedro.
Aoanti, recordando los antecedentes biográftcot
del nuevo Pontífloe, su humilde origen y lof pan»*
sos esfuerzos que hubo de hacer para abriraa camino, afirma que Pió X será, sin duda, un buen Papit.
celoso defensor de las clases obreras.
// Popólo Romano anuncia que el primar acto oficial de PÍO >^ ha sido confirmar al cardenal Oregli»
en sus funciones de camarlengo.
Drandca faatat^a an il«iait.
Dicen los doipachoa de Roma que se preparan
alli brillantes festejos para celebrar la eii;áltacióh &i
Solio Pontício de monseñor Jo«é Sarto. Anoche lucieron en la capital espléndidas iluminaciones, ao"
bre todo en los barrios iamedialOi >^1 f l^tCItilO.
Optnianaa da moaaaiai* • a f t a .
El antiguo y principal redactor del Monikur de
HomM, órgano del Vaticano, ha comunicado á L9
Temps interesantes aprecíacionea acerca del nuevO
Pontífice.
«La política do León Xlll—ha dicho» este prelado—continúa, porque el patriarca de Venecia era
un sucesor designado para los temperamentos da
templanza- Hábil conocedor de esa política, terminará la estat|i^ que golpe á|olpe esculpió Kn San-
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