2013 [Escribir el nombre de la compañía] Un cimarrón [ESCLAVOS CUBANOS EN VENEZUELA] La dura realidad de los colaboradores médicos cubanos en Venezuela, la deshumanización con que son tratados por parte de los jefes de la misión y las constantes violaciones de sus derechos humanos son temas tratados en este modesto articulo. La Misión Médica Cubana en Venezuela tiene muchas aristas, muchos matices y cada cual puede valorarla según sea su percepción por las propias experiencias vividas o comentarios escuchados en bocas de terceros, los cuales pueden ser a favor o en contra de la misma, para exaltarla o para criticarla. Existe todo un torrente de información que se divulga por los medios diariamente; estos, por supuesto coloreados por los lentes de quien esté observando. Así pues, hay vivencias que no salen a la luz, existen cientos de anécdotas de cubanos que están enterradas sin poder divulgarse u ofrecerse al conocimiento público, es por eso que en esta ocasión vamos a hacer referencia al estado en que sobrellevan la situación los compatriotas que allí se encuentran; las difíciles condiciones de vida, de trabajo y sobre todo, las consecuencias a que todo esto pueda llevar y que al parecer la pasan por alto quienes deberían poner su mente y capacidad en función del bienestar de aquellos que obligados por la difícil situación imperante en nuestro país y el normal deseo de sobreponerse y darle a la familia al menos unos pocos años de mejoría económica o un único bienestar pero más duradero, (en dependencia de aquello a que dediquen los escasos ahorros con que puedan contar ) son capaces de sacrificarse al punto de separarse de los seres más queridos, de su ambiente personal y profesional y salir por varios años a encontrarse con lo desconocido, lo que no imaginan, confiados inocente y plenamente en que en el exterior contarán con el incondicional apoyo de todos los niveles de dicha Misión. No abarcaremos profundamente la situación de las relaciones interpersonales entre cubanos y nacionales pues es objeto de observación y análisis en otro escrito. Ha de saberse en el mundo entero y sobre todo en nuestra amada Patria, la de Martí y en la querida tierra de ese icono de la libertad que es Simón Bolívar, que detrás de ese aspecto de solidaridad y hermandad entre los pueblos, que tanto se cacarea y se pretende divulgar a los cuatro vientos, se guarda muy celosamente un estado crítico de terror y estrés, donde las víctimas hasta el momento son nuestros queridos hermanos cubanos pero que si no se hacen acciones para cambiar el curso de la situación, muy pronto el pueblo venezolano también acompañará en el mismo banco fatal a los nuestros. Comenzaremos entonces desde la propia llegada a la CUJAE, el centro rector, de la misión, en la antigua provincia Habana, allí generalmente el colaborador realiza una estancia de al menos 7 días, teniendo secciones de clases en la mañana y en la tarde bajo un régimen de mala alimentación, por lo q deben reforzar las comidas en un lugar cercano llamado La Candonga, donde se venden alimentos y bebidas refrescantes por parte de trabajadores cuentapropistas; normalmente cualquiera pudiera imaginar q estas horas en el aula sirven para que los futuros misioneros aprendan sobre costumbres del país al que viajaran o sobre medicamentos y métodos empleados allí, no conocidos en Cuba; nada de eso, las conferencias son mayormente políticas, resaltando lo mismo que todos hemos vivido desde que abrimos los ojos, se repite la misma palabrería que ya nos tiene saturados, no se aporta nada nuevo que le sirva al individuo una vez se encuentre en territorio extraño para sí, se miente descaradamente en cuanto a la labor que se realizara en el país de destino, y para cubrir cualquier duda se reitera una y mil veces que en una misión se hace lo que haya que hacer o como se le dijo en cierta ocasión a un grupo: “los colaboradores cubanos son medios básicos de la misión y del gobierno cubano”; entiéndase pues que una “Misión” que se auto titule a si misma transparente y humana, no tiene porque tener estos antecedentes tan llamativamente faltos de claridad. Una inquietud muy comprensible y común entre los que allí están es la posibilidad de exponerse al peligro en caso de tener que realizar cualquier tipo de campaña política en un país dividido fuertemente entre oficialismo y oposición donde a cualquiera se le encuentra un arma de fuego y el solo hecho de estar en su tierra les ofrece el derecho de rebatir con los medios que estime convenientes cualquier intromisión en sus asuntos internos; pero a esto se le responde cínicamente que solo se va allí a funciones de trabajo, en este caso, médicas, y se le trata de disipar cualquier temor; contrastando con la realidad encontrada allá, donde se les prohíbe hasta el ridículo las salidas y las relaciones interpersonales con nacionales y sin embargo en tiempos de elecciones se les obligan a realizar lo que se conoce como “Casa a Casa”, unas series de visitas en pequeños grupos a las comunidades para exaltarle las cualidades del gobierno y las amenazas subyacentes al dejarles saber que si se pierden las elecciones, las misiones se terminan, además mientras las urnas están funcionado, los consultorios médicos tienen que permanecer abiertos sin protección a sabiendas de múltiples acciones que han sido llevadas a cabo contra los cubanos, aun en situaciones menos comprometedoras. Ahora, en vistas a las próximas elecciones, los módulos trabajan todos los días, sin derecho al descanso ¿Piensa alguien realmente que esta medida tan estúpida y absurda ayudara en algo a conseguir el triunfo electoral al pueblo venezolano? Por otra parte, se puede entender que la labor de un médico es precisamente ejercer la medicina con toda facilidad para ello, sin que otras labores ajenas a su profesión le estorben en el feliz desempeño de la misma, sin embargo, la carga de trabajo a la que son sometidos estos galenos es sencillamente avasalladora e incomprensible, recordándonos literalmente aquellas condiciones infrahumanas a que eran sometidas las personas hace varios siglos bajo el yugo de la esclavitud, es inaudito el caudal de responsabilidades que pesan sobre los hombros de estas mujeres y hombres que con tan buena voluntad están prestos a dar lo mejor de sí en una profesión tan bella la cual estudiaron por años y aman incondicionalmente, ¡Porque para ejercer el ejercicio de la salud en Cuba hay que amarlo sin límites y por encima de muchas cosas! Véase solamente que una visita ya sea del estado o de la dirección nacional de la misión llega al consultorio o al CDI, verificando la existencia de montones de papeles, murales, actas y otros documentos que en la práctica nada resuelven en cuanto a mejoría de la salud del pueblo que en verdad es la finalidad de la presencia medica allí, no vamos a mencionar la propaganda política tan normalmente vista en Cuba, con todas sus fotos de dirigentes y bibliografías anexas. Por solo citar algunos ejemplos vamos a recordar que en primer lugar el registro de pacientes atendidos figuran en la hoja de cargo diariamente pero debe coincidir con las historias clínicas familiares donde también hay q escribir y sobre todo en la historia clínica individual que hay que confeccionarle al 100 % de los pacientes de la comunidad atendida, la cual en ocasiones alcanza la abrumadora cifra de 10 000 ciudadanos incluso hay módulos q superan esta cantidad, es obligatorio plasmar cada visita al consultorio por parte de los pacientes en estos documentos y la cantidad a ver diariamente es de 30 a 35 pacientes, mitad en consulta y al menos 1 más en el terreno, ¿De qué manera es posible para un médico escribir en 35 historias diarias si eso es solo una parte de todo un extenso trabajo burocrático el cual le es exigido con fuerte rigurosidad? Cada semana hay que entregar las estadísticas correspondientes a esos seis días, desglosando, por sexo, grupos de edades, tipo de consulta, puericultura, niños enfermos, seguimiento de embarazadas y puérperas, captaciones en general, terrenos, personas sanas , controles, diferentes enfermedades crónicas no transmisibles y otras que si lo son, así como otras especificidades. Por otra parte debe hacerse mensualmente el pedido de los medicamentos, el cual por supuesto debe corresponder con la cantidad de pacientes atendidos en el modulo y sus enfermedades ya sean de base o casuales, pero este control debe llevarse diario pues un blíster que falte a la hora de una supervisión es motivo suficiente para que ese médico sufra un análisis en la brigada y le sea aplicada una medida disciplinaria, incluso la revocación de la misión, a propósito, buen momento para acordarse de estas cuestiones, pues al principio del convenio los medicamentos se servían por bolsas plásticas enormes sin control alguno, en cantidades gigantescas sin importar la escases que quedaba en Cuba cuyos pacientes se veían privados de sus medicamentos esenciales mientras estos eran impunemente malgastados en Venezuela, costándole la vida a más de un cubano. Además hay que mantener al día diversos documentos como: actas de medios básicos y/o útiles y herramientas, registro de partos (que no se usa en la inmensa mayoría de los consultorios), normas y procedimientos de diversas enfermedades, carpeta metodológica, análisis de la situación de salud, el cual debe estar discutido con la población cuando hay lugares donde la población ni quiere la presencia nuestra, pero aun así hay que tenerlo, los murales políticos, la sala situacional; la Dispensarizacion anual; notificación de reacciones adversas a medicamentos, la programación de las consultas y terrenos a cada paciente, punto este que realmente da risa por lo absurdo de querer hacer en Venezuela lo que ni siquiera se ha logrado en Cuba, la matriz docente asistencial de todos los alumnos de medicina que tengan que ver directamente con el médico del consultorio( en ocasiones se tienen estudiantes de todos los años), tarjetero de vacunación, otro súper absurdo ya que los cubanos no vacunamos , registro de fallecidos y una serie de documentos más que lo único que hacen es aumentar desmesuradamente el caudal de trabajo, el cual ya en si es bastante, para un medico que debería evitarse el estrés y dedicarse con toda entrega a velar por la salud de sus pacientes ya que es este en definitiva el verdadero sentido de la práctica médica. Estos esclavos de batas blancas deben también hacer guardia en ocasiones cada dos días, los Domingos 24h y después deben cumplir con el horario de trabajo, o mejor dicho, sobrecumplir porque cualquiera que pueda razonar se podrá percatar que se necesitan más de 30h diarias para poder cumplir con todo lo que se les exige a nuestros compatriotas, pues un medico debe levantarse escribiendo en las historias lo que no pudo terminar el día antes aunque comúnmente se acostara como es habitual después de las 12.00AM o 1.00 AM, aun así es muy común que deba dedicarle todo el fin de semana a completar esta labor la cual en no pocas ocasiones debe dejar inconclusa, pero los despreciables seres que exigen tanto difícilmente hayan estado alguna vez siquiera en tan indeseable situación, ellos, los jefes, si pueden viajar, pasear, tienen todas las comodidades, y su trabajo es precisamente exigir, exigir y exigir. Llegan a los CDI o módulos con un aire de grandeza, de superioridad, con un lenguaje ya predeterminado y una sonrisa que parece una máscara de teatro exigiendo lo que ellos saben que es imposible tener o para hacerlo hay sencillamente que sacar de donde no hay. Normalmente, pienso yo, la vida de un medico allí debería ser así: levantarse en la mañana, asearse, desayunar y salir para su consulta, atender a todo el que llegue y a las doce ir a almorzar, regresar sobre la una o las dos e irse a realizar terreno en los lugares que la prudencia y la población, por supuesto, lo permitan, esto en caso en que no tuviera que impartir clases esa tarde, pues si así fuera realizaría esta acción y no otra, además debería tener derecho a descansar las pos guardia y a una tarde semanal de superación ya que está obligado, aunque no tenga categoría docente, a impartir docencia a futuros profesionales, terminaría sobre las 5.00 PM y entonces pasaría a disfrutar de sus horas de descanso diarias tan peleadas en el mundo entero desde hace muchísimos años, dicho tiempo para emplearlo en lo que guste cada quien. Lejos de todo esto, el médico debe maltratarse trabajando desde la madrugada, escribir en todo el papeleo ya mencionado según los pacientes que vea en el día, recordando que deben ser como mínimo 30; cumpliendo obligatoriamente con las visitas a las casas, muchas veces mal vistas por la población la cual en ocasiones no abre la puerta, debes “consultar” desde la acera mientras los pacientes están sentados en la sala de su casa, debe entenderse que en este tipo de sociedad no acostumbrada al sistema de salud que opera en Cuba esto puede ser interpretado como una intromisión en su privacidad. Luego de todo el día en funciones asistenciales ya una vez en su casa debe continuar con todo el papeleo mencionado hasta altas horas en la madrugada; esto se debe hacer aunque esa tarde corresponda además docencia o guardia, para seguir con el mismo ritmo al otro día ¿Cómo será, hermanos míos, el estado anímico y físico de ese ser humano al cabo de una semana? ¡Maravillas hacen estos campeones de la voluntad para no complicar y matar pacientes a diario con semejante esclavitud sobre sus hombros! Es completamente nulo para estos profesionales el tiempo para superarse, para estudiar, para obtener nuevos conocimientos aunque sean residentes o se encuentren realizando alguna “maestría”, de moda ahora en la misión, pero una total mentira, como casi todo lo demás, todo es un gran montaje diseñado y dirigido por las altas autoridades de Caracas y La Habana. Las exigencias verdaderamente ya rebasan lo humanamente aceptable, no es de extrañar entonces que cada día sean más numerosos los que se niegan a salir a cumplir misión en Venezuela, a pesar de ser la única forma de buscar medios más cómodos de vida como ya mencionamos antes. Se cuentan por varios los fatales casos de colaboradores que ante la presión de trabajo y las absurdas exquisiteces que complacen a los exigentes jefes, han presentado diversas alteraciones en la salud incluyendo elevaciones de tensión arterial las cuales han provocado accidentes cerebro vasculares y desgraciadamente han llevado a la muerte de los mismos, por supuesto que estos casos se tergiversan muy magistralmente y nunca llega a conocimientos de los familiares y amistades la verdadera causa del desastre, siempre se inventa alguna escusa hipócrita, no tomaba el medicamento, el individuo era indisciplinado con el cumplimiento del tratamiento, no se atendía debidamente y otras mentiras por el estilo. La peor situación la viven los que desesperados por volver a casa, incluso con el tiempo reglamentado como cumplimiento de la misión vencido, se sienten vilmente engañados y ven impunemente violados sus derechos al ser obligados a permanecer en Venezuela por el tiempo que la jefatura de la misión estime conveniente, acrecentando en ocasiones hasta por más de un año su estadía, haciendo caso omiso a las reclamaciones y protestas de estos hermanos, que se ven forzados a alargar en contra de su voluntad la terrible, cruel e inhumana experiencia de separación familiar, aun cuando alguno tenga serios problemas dentro de su hogar que merite la presencia urgente en el seno intimo. Todo indica que estas deshumanizadas medidas obedecen a la necesidad de mantener un número relativamente estable de colaboradores cubanos en dicho país que justifique el pago que por estos servicios paga el gobierno Venezolano, pero si fueran más inteligentes y menos tiránicos, los jerarcas de la misión, pudieran después de un pequeño análisis llegar a la conclusión de que si ellos mismos no hubieran puesto tan insoportable la situación allí, hoy los necesitados médicos cubanos estuvieran dispuestos al sacrificio por tal de mejorarle aunque sea minúsculamente la vida a sus hijos, pero no, estos señores de la imposición y las medidas disciplinarias, la limosna la piden con escopeta. Así es el ejemplo que les están dando a los pacientes y ciudadanos quienes están viendo la forma en que la dirección cubana trata a sus subordinados, los más inteligentes ya captan la verdad de la situación y no se dejan engañar por la propaganda y los comentarios teatralizados y veteranamente ensayados, la verdad se abre paso por angosto que sea el camino, para probar lo que Abraham Lincoln dijo:”Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” Es cada día más necesario, por parte de los pueblos venezolano y cubano, primeramente y por todo el mundo después, el total conocimiento de esta terrible situación que afecta a nuestros hermanos allí en tierras lejanas, los cuales hacen un esfuerzo sobrehumano para poder llevar sobres sus hombros el innecesario yugo que se le ha obligado a cargar, sépase además que los colaboradores simples que allí están no son mercenarios ni injerencistas entrometidos en asuntos que solo le incumben a los hijos de aquella hermosa tierra americana, los profesionales cubanos son, en su inmensa mayoría, personas humildes y trabajadoras que luchan día a día el pan para poner en la mesa de sus hijos, como hace cualquier cabeza de familia que ame a los suyos, deténgase pues el ataque y la represión que ciertos individuos se empeñan en acometer contra ellos, no son los trabajadores los que llevan las riendas en este caso, los que allí están son en unos casos víctimas de las difíciles condiciones imperantes en la isla y en otros casos obligados a permanecer allí y subyugada su voluntad de regresar a su patria junto a los suyos, pidamos entonces comprensión y apoyo para estos hermanos desde cualquier rincón del planeta, QUE VIVA LA PAZ Y LA HERMANDAD, pero que vivan LIBRES. Un Cimarrón