Estructura por edad y sexo de la población española en 1960 y en

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Estructura por edad y sexo de la población española en 1960 y en 2001
Pirámides de población de España en 1900 y 2001
a) La población de 0-14 años en 1900 es elevada. Las barras correspondientes a este grupo de
edad son las más largas de la pirámide y llegan casi al 6% de la población en el grupo de 0-4
años, permitiendo ampliamente el relevo generacional. En cambio, en 2001, la población de 0-14
años es escasa. Las barras correspondientes a este grupo de edad no son las más largas de la
pirámide y decrecen cada quinquenio desde 1975, de modo que la población de 0-4 años se ha
reducido a poco más del 2(7c. Como resultado, no es posible el relevo generacional.
Las consecuencias de una escasa población joven son una disminución de la tasa de natalidad;
una reducción de la tasa de dependencia de la población joven, y una disminución de la
población activa, acompañada de una menor presión sobre el mercado laboral.
b) La población de 65 años y más en 1900 es reducida, debido a la corta esperanza de vida y
muestra porcentajes similares entre ambos sexos a causa de la elevada mortalidad materna. En
cambio, en 2001 la población anciana es mucho más elevada, debido al incremento de la
esperanza de vida, y tiende aumentar por la prolongación de la duración de la vida en los grupos
de mayor edad. Además, los porcentajes de ancianas son claramente mayores a causa de la
reducción de la mortalidad materna motivada por los avances médicos y sanitarios y la mejora
de las condiciones de dar a luz.
Esta situación supone un fuerte envejecimiento demográfico, que tiene como consecuencias
principales una desaceleración económica, debida a la reducción de la población activa y de
la capacidad de innovación; una elevación del gasto en pensiones, dado que su financiación
depende de la población activa de cada momento: un aurnento del gasto sanitario, ya que los
ancianos consumen más medicamentos, visitas médicas y estancias hospitalarias, y un
incremento de los cuidados y atenciones a la población anciana, que eleva las cargas
familiares; aumenta la demanda de residencias públicas y privadas, y la necesidad de planear
para ellos actividades que les permitan distraerse y sentirse útiles.
c) La pirámide de 1900 corresponde a una población joven en su conjunto. Las generaciones
que se incorporan por la base son las más numerosas y los porcentajes de población joven son
elevados. Sin embargo, desde la base tiene lugar una rápida disminución de efectivos
demográficos, que determina unos porcentajes de ancianos bajos. Las causas de este modelo
demográfico son unas altas tasas de natalidad, que determinan el alto porcentaje de jóvenes, y
unas altas tasas de mortalidad, que implican reducidos porcentajes de poblacicín anciana.
- La elevada natalidad responde al predominio de una economía y sociedad rurales en la que los
hijos trabajan pronto ayudando en las tareas del campo, son baratos de mantener y aseguran
el porvenir a los padres, y al desconocimiento de sistemas eficaces de controlar los
nacimientos.
- La elevada rnortalidad está motivada por la dicta escasa y desequilibrada, la alta incidencia de
las enfennedades infecciosas por el atraso de la medicina y de la higiene; las crisis de
mortalidad catastrófica causadas por epidemias, guerras y malas cosechas de cereales, y la
elevada mortalidad infantil debida a infecciones, desnutrición, problemas en el parto y
defectos congénitos.
d) La pirámide de 2001 corresponde a una población envejecida. Las generaciones que se
incorporan por la base desde 1975 son cada vez más reducidas, con la consiguiente disminución
de la población joven. Las causas del envejecimiento han sido el hundimiento de la natalidad a
partir de 1975 y el aumento de la esperanza de vida.
- El hundimiento de la natalidad, iniciado con la situación económica que siguió a la crisis de
1975, se consolidó a partir de 1981 debido a la precarización de los contratos laborales y al alto
precio de compra y alquiler de viviendas, que impiden a los-jóvenes emanciparse. También
colaboró el cambio de mentalidad en la sociedad a partir de la transición a la democracia,
especialmente la creciente incorporación de la mujer al trabajo; la preponderancia de las
relaciones de pareja sobre las reproductivas; el surgimiento de nuevas formas familiares menos
prolíficas, y el creciente deseo de disponer de capital para invertir en bienes de consumo y de
disfrutar de tiempo libre para el ocio, que compiten con los gastos y la dedicación requerida por
los hijos.
- El aumento de la esperanza de vida se debe a los crecientes progresos en la lucha contra la
muerte gracias a los avances médicos y sanitarios, que permiten cada vez a más personas
alcanzar edades avanzadas.
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