El reto de educar para participar

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IES Galileo Galilei, de Navia (Asturias)
El reto de educar para participar
MARÍA L. MEANA
DAVID ESPINOSA
Periodista.
No hay tarimas ni diferentes alturas en la clase de Faustino: el ambiente relajado fomenta un debate rico.
Escuela participativa / Gestión participativa / Metodología participativa / Participación / Participación
educativa / Participación escolar / María L. Meana / Educación para la ciudadanía
Dos profesores del departamento de Filosofía imparten Educación para la Ciudadanía en ese instituto naviego.
Uno de ellos se confía a las nuevas tecnologías y ha abierto un blog para que su alumnado pierda el miedo a
opinar. El otro cuida un ambiente de aula relajado en el que propone ejercicios de descripción e intercambio de
miradas sobre las características de ambos sexos. Se trata de estrategias complementarias para un objetivo
común: que perciban la necesidad de implicarse en la sociedad.
“¿Por qué Dios quiso que fuese mujer?” Con esta profunda
reflexión abre el espacio para el debate una alumna de tercer
curso de Educación Secundaria Obligatoria en el IES Galileo
Galilei, de la localidad de Navia. Esta joven, junto con otros 8.000
estudiantes del Principado de Asturias con los que comparte
70 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº380 JUNIO 2008 } Nº IDENTIFICADOR: 380.013
curso, ha comenzado a adentrarse hace algunos meses en la
nueva materia Educación para la Ciudadanía. En el instituto naviego la enseñanza de la asignatura corresponde a dos profesores del departamento de Filosofía, Juan José Alonso Tresguerres
y Faustino Loy Madera, que han optado por diferentes métodos
tema del mes
para trasladar mensajes a su alumnado, pero que defienden el
objetivo compartido de educar para participar.
Ambos docentes han asumido con energía el reto de enfrentarse a la nueva asignatura. Su primer paso ha sido establecer
un enfoque concreto para todo el curso. “Hemos tratado de
buscar lo que nos hace sentir más cómodos, tanto en la selección
de contenidos como en la propia disposición de las aulas. Hablar
sobre ciudadanía nos obliga a compartir un espacio y también
a decidir cómo gestionarlo”, explica Loy. Esa gestión conjunta
conduce, por ejemplo, a disponer en círculo los pupitres para
facilitar la comunicación entre todos los estudiantes y entre
éstos y su profesor. No hay tarimas ni diferentes alturas que
dificulten el intercambio de roles, opiniones o experiencias
entre las personas que comparten el aula. “Entendemos que la
ciudadanía se aprende ejerciéndola y que el espacio común
debe organizarse con normas acordadas y aceptadas por todas
las personas”, apuntan los profesores.
La cultura del debate
Mientras los estudiantes de tercero A que tutela Faustino Loy
se disponen a adentrarse en el terreno de la coeducación y la
igualdad entre sexos, los alumnos de tercero C escuchan atentos las explicaciones de su profesor Juanjo Alonso. Los debates
y el intercambio de opiniones a través de un blog sobre actualidad gestionado por el docente forman parte de la rutina semanal de sus clases de Educación para la Ciudadanía. Durante
los primeros meses del curso, Alonso ha intentado que los jóvenes se introduzcan en la cultura del debate, pero reconoce
que la tarea es compleja. “Prácticas como el debate se fomentan poco desde el sistema educativo y eso genera dificultades
cuando tratamos de incluirlas en la dinámica de las clases”,
admite. Sin embargo, el profesor ha encontrado un recurso
entre las nuevas tecnologías que se ha revelado más útil para
que los estudiantes de Ciudadanía se atrevan a opinar, a implicarse y a exponer sus propios criterios. La creación de un blog
le permite mantener abierto un canal interactivo de comunicación
con sus alumnos, una herramienta más para el intercambio, la
participación y el aprendizaje.
Los límites del arte, la situación de la mujer en la sociedad
actual, la relación profesor-alumno, la petición de eutanasia de
la maestra francesa Chantal Sébire y la guerra de Irak son algunos de los once temas sobre los que hoy propone reflexionar a
los estudiantes, a los que también sugiere otros menos trascendentes como el fenómeno friki de Rodolfo Chikilicuatre. Para
facilitar la tarea les ofrece enlaces de información relacionada
con estos asuntos a través de su blog y los alumnos consultan
las noticias de la prensa digital en el aula de nuevas tecnologías
instalada en el instituto. La mayoría prefiere trabajar en pareja,
porque resulta más ameno y las ideas brotan con mayor facilidad.
Laura y Elena, por ejemplo, lo tienen claro: “Es una clase bastante más entretenida que Matemáticas o Lengua, no nos
cuesta participar y siempre aprendemos cosas. Es una materia
útil”. En el caso de Juan y Antonio, los motivos por los que
disfrutan con la nueva asignatura son bien distintos: “Lo mejor
es que en esta clase podemos utilizar los ordenadores y las
prácticas que realizamos nos permiten estar bien informados”.
Los chicos y chicas se van animando a dejar constancia de sus
opiniones en el blog de su profesor e incluso se identifican por
nombre y curso. Es el caso de Gema, alumna de tercero D, que
escribe sobre el caso de Chantal Sébire: “Ninguna muerte es
digna, pero hay muertes y muertes. Lo más moral sería concederles su deseo a aquellas personas que se sentirían mejor si
tuvieran acceso a la eutanasia”, expone. Andrea y Mariel, alumnas de tercero B, difieren en su análisis sobre Rodolfo Chikilicuatre
y su actuación en Eurovisión. La primera escribe: “¿A dónde
vamos con esa canción? No puede ser más friki. Quedaremos
los primeros, pero por la cola”. La segunda, en cambio, cree que
la canción elegida por votación popular “es divertida y pegadiza, pero no adecuada para Eurovisión, porque la gente que no
conoce nuestro idioma no la va a entender y no la votará”.
La celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora
y el debate sobre la violencia de género motivan también algunos comentarios en el blog. “Está bien celebrar el Día de la
Mujer Trabajadora, pero debería haber otro para los hombres,
porque al fin y al cabo todos somos iguales”, señala Adrián, de
tercero C. Su compañera Eva, de tercero B, sentencia: “Me
parece indignante que a día de hoy todavía tengamos que ver
en televisión muertes por violencia de género. Todos debemos
tener los mismos derechos y ser tratados por igual”.
Los debates televisivos celebrados entre los dos principales
candidatos a la Presidencia de España despierta menor interés
entre el alumnado, aunque también se pueden encontrar algunos apuntes sobre el tema, como el de Saúl, de tercero E, que
asegura: “Me parece bien que se debata sobre el futuro de
España para que los ciudadanos votemos al partido que encontremos más conveniente para gobernar nuestro país”.
Además de las tareas durante su hora de clase semanal, los
alumnos tienen a su disposición el blog de su profesor Juanjo
Alonso durante 24 horas al día para sugerir cualquier asunto que
quieran compartir con sus compañeros y compañeras. “Nosotros,
desde nuestra responsabilidad, tratamos de abordar temas que
plantean cuestiones morales; temas, en definitiva, relacionados
con el concepto de ciudadanía activa”, explica el docente.
Evaluar al evaluador
Juan José Alonso considera que una buena manera de conocer
la opinión de sus alumnos y alumnas sobre la marcha de las clases de Educación para la Ciudadanía y sobre su propio papel en
el aula es someterse a la evaluación de los estudiantes. No teme
fracasar en la prueba y propone a sus alumnos que le examinen.
Una vez analizados los resultados de su particular control, comparte con los chicos cifras y reflexiones a través de su blog. La
evaluación de la práctica docente en las clases de tercero A y tercero C, realizada a finales del segundo trimestre, muestra resultados reveladores.
Los alumnos conceden de media un 6,65 a la materia, aunque la
calificación del profesor supera el 7,5 y su relación con los alumnos ronda el notable. La motivación es el apartado que obtiene
una nota más baja, concretamente un 5,4 en el caso de tercero B
y un 5,7 en tercero C. Lo que tienen claro la mayoría de los estudiantes es que su práctica favorita en la dinámica de las clases es
el uso del blog; de hecho, el 52% del alumnado de Juanjo Alonso
lo considera un buen recurso educativo, entre otras cosas “porque
permite dar tu opinión y conocer la de los otros”.
La evaluación de la práctica docente favorece el fortalecimiento
de algunos aspectos del programa establecido por el profesor y
también posibilita la corrección de aquellos que han resultado menos útiles para alcanzar el objetivo propuesto. Por una vez, los
chicos y chicas se encargan de evaluar al evaluador y de ponerle
notas; por una vez, los papeles dentro del aula se invierten.
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Juanjo ha habilitado el blog para invitarlos a participar de forma deshinibida.
Pero hay algo más, el alumnado también tiene la posibilidad
de evaluar la conveniencia y la utilidad de las prácticas pedagógicas que les propone su profesor y conocer posteriormente los
resultados del particular examen al que se somete quien les
imparte clases de Ciudadanía.
Mientras Juanjo Alonso continúa ofreciendo pautas a sus
alumnos para que participen en el blog, al otro lado del pasillo
su compañero Faustino Loy aguarda con paciencia a que el
alumnado de tercero A refleje por escrito las características que,
a su juicio, mejor definen a hombres y a mujeres. Los alumnos
y alumnas de la clase forman un grupo paritario, mitad hombres,
mitad mujeres, una circunstancia que Loy aprovecha para separarlos por sexos y proponerles una práctica concreta de coeducación. “Las chicas deben dibujar sobre el papel una silueta
femenina y escribir en su interior las características que, desde
su punto de vista, mejor definen a la mujer. Los chicos deben
hacer lo mismo con una silueta masculina”, explica.
El ambiente en el aula es relajado y las fórmulas de participación muy variables. Algunos escriben sin cesar mientras otros se
limitan a esperar el final de la clase. Varias chicas toman notas
guiadas por sus compañeras, que les aportan ideas desde los
pupitres y demuestran que la autoestima femenina se encuentra
en niveles sustancialmente más altos que la masculina. Ellas se
definen como cariñosas, alegres, dulces, curiosas, trabajadoras,
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sociales y sensibles, entre otros adjetivos. Ellos, en cambio, no
son tan generosos en sus apreciaciones y se ven atrevidos, creídos, comediantes, mentirosos, dormilones y hasta borrachos.
Finalizado ese primer análisis del propio sexo, los estudiantes
intercambian los dibujos y se disponen a escribir sus opiniones
sobre el otro grupo. Los chicos tildan a sus compañeras de
marujas, pijas, cotillas y provocativas, aunque también les regalan algún calificativo menos crítico y reconocen que son limpias
o cariñosas. “Recordad que vuestras madres y vuestras hermanas también son mujeres”, recomienda el profesor con un
guiño para apaciguar los ánimos. En el lado femenino, el análisis es igualmente crítico. Sus compañeros son, a juicio de las
chicas, brutos, agresivos, fuertes y competitivos, aunque también
sociables y deportistas.
Faustino Loy dirige la puesta en común de los resultados del
ejercicio y el timbre que anuncia el final de la clase sorprende a
profesor y alumnos en plena actividad, tratando de analizar qué
características de ambos sexos son biológicas y cuáles son adquiridas en el entorno cultural y social. “¿Por qué creéis que las
chicas sois trabajadoras, porque es un rasgo innato de la mujer
o porque la sociedad os educa para serlo?”, interroga el docente. La pregunta queda en el aire hasta la próxima semana, cuando chicos y chicas tendrán que justificar sus opiniones y defender
posturas. Antes de salir, algunas alumnas se atreven a hacer un
tema del mes
análisis rápido de la asignatura. “Los temas que nos plantean me
parecen unas veces más interesantes que otras, pero por regla
general la dinámica de las clases de Ciudadanía es más divertida
que la de la mayoría de las asignaturas”, explica Marta.
Reflexiones en común
Para los grupos de tercero A y tercero C ha finalizado la hora
semanal de Educación para la Ciudadanía, pero a sus respectivos profesores aún les queda tarea. Juanjo Alonso debe
atender sus obligaciones en otra clase, esta vez de Filosofía,
pero aprovecha unos minutos en el pasillo con su compañero
Faustino Loy para intercambiar impresiones. Después de varios
meses de contacto con la nueva materia, ambos han aprendido
a perfeccionar el enfoque de las clases y la relación con el
alumnado. “Las cuestiones del aula no siempre son sencillas, a
veces cuesta hacerse entender en cosas muy básicas, por eso
el primer paso ha sido sentar con firmeza las bases de la materia”, apunta Loy.
Durante los dos primeros trimestres del curso, los alumnos de
Faustino Loy han repasado cuestiones relacionadas con el consumo y su potente presencia en el mundo actual. “Les he pedido que entrevisten a sus abuelas para que conozcan cómo
han sido su vida, su infancia y su trabajo”, señala el profesor,
que considera imprescindible que los estudiantes descubran las
diferencias entre la situación que les tocó vivir a sus mayores y
su propia condición actual. También el análisis de los derechos
humanos y los derechos de la infancia ha ocupado gran parte
de las clases, además del debate sobre el racismo, la difusión
de los valores de otras culturas y el abordaje de la discriminación
y la violencia que padecen ciertos colectivos. Loy está convencido de que la materia desempeña un papel fundamental a la
hora de transmitir valores a los jóvenes que se mueven en edades comprendidas entre los 13 y los 14 años, y no comparte las
críticas que, desde algunos sectores, han llovido sobre la asignatura. “Nadie transmite valores en exclusiva a sus hijos, porque
sencillamente no se puede aislar a los niños del mundo. El código de los derechos humanos ofrece pautas que nos facilitan
la convivencia y todos debemos conocerlo”, defiende.
En las clases de Faustino Loy se usan diferentes materiales
pedagógicos para despertar el interés del alumnado. Vídeos de
Unicef, proyecciones de Amnistía Internacional o ACNUR, películas de cine, coloquios e interpretaciones forman parte de su
rutina docente semanal.
Por su parte, Juanjo Alonso ha tenido que desarrollar dos
programas paralelos para sus alumnos. La razón es que imparte
clases a un grupo bilingüe, que recibe Educación para la
Ciudadanía en inglés, y a otros dos que estudian la materia en
español. Los primeros han analizado el concepto de ciudadanía
en Estados Unidos, las elecciones norteamericanas, la inmigración,
el bullying o acoso escolar y la incidencia del sida, entre otros
asuntos. Los otros dos grupos se han centrado en el concepto
de ciudadano, sus derechos y deberes, la interculturalidad, la
sexualidad, los derechos humanos, el acoso escolar, la paz y la
política. “Educación para la Ciudadanía es una materia transversal y nuestra obligación es educar al alumnado para que pueda
participar. Es algo que deberíamos hacer desde las primeras
etapas de escolarización”, sostiene Juanjo. Su compañero Faustino Loy comparte esa idea: “La participación debe estar pre-
sente en todo el sistema educativo y en todas las materias a lo
largo de todo el proceso de aprendizaje”, añade.
Temas como el medio ambiente, la globalización, la política
o la omnipresente participación se incluyen entre las materias
que propondrán a sus alumnos antes de que finalice el curso.
Aunque en muchos institutos de Asturias la materia corre a
cargo de los profesores del departamento de Geografía e Historia,
tanto Juanjo Alonso como Faustino Loy están satisfechos de
llevar las riendas de esta asignatura en el IES Galileo Galilei
desde el departamento de Filosofía. Los dos profesores aseguran que la implantación de Educación para la Ciudadanía se ha
llevado a cabo con total normalidad en esta localidad del
Occidente asturiano y sólo lamentan no disponer de más tiempo que una hora semanal para abordar la materia. Cada profesor encargado de impartir Ciudadanía tiene libertad para determinar el enfoque y los medios pedagógicos que va a utilizar. En
el caso de este instituto de Navia, Juanjo Alonso y Faustino Loy
utilizan sus propias fórmulas, pero comparten objetivos y cada
uno reconoce los beneficios de las prácticas que lleva a cabo
su compañero.
Juanjo Alonso defiende con rotundidad la materia que se
encarga de impartir. “La mejor virtud de la asignatura es el fomento de los valores del respeto y del debate. Sin ellos, tendremos ciudadanos menos tolerantes y más enrocados en sus
posturas. La sociedad es diversa, y educar en la diversidad, la
escucha y el diálogo me parecen tareas fundamentales e ineludibles. Mientras no hagamos esto, nos encontraremos con
personas que se ‘tiran’ sus opiniones a la cara pero que no las
discuten razonadamente”, escribe en su blog.
La clase de Educación para la Ciudadanía en el IES Galileo
Galilei llega a su término, como cada miércoles, una semana
más, pero las actividades relacionadas con la materia no se
detienen. Los comentarios a pie de pasillo, las noticias actualizadas a diario en el blog de Juanjo o las reflexiones que Faustino
Loy lanza a sus alumnos les mantienen entretenidos fuera del
horario lectivo. El reto de educar para participar es mucho más
ambicioso que los estrechos márgenes marcados por una hora
de clase.
para saber más
X www.educastur.es: portal web de la Consejería de Educación del
Principado de Asturias que recoge información sobre todos los
recursos del sistema educativo autonómico, normativa, centros y
noticias actuales.
X http://juanat.wordpress.com: el blog del profesor Juan José Alonso
Tresguerres, donde recoge sus impresiones y también las de sus
alumnos y alumnas, y en el que se pueden consultar los resultados
de la evaluación de la práctica docente que desarrolla.
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