Mauricio Luján Seminarios en urgencias oncológicas Enfoque diagnóstico y manejo básico de las metástasis cerebrales Diagnostic evaluation and basic management of brain metastases Mauricio Luján1 1 Grupo de Oncología Clínica, Instituto Nacional de Cancerología, E.S.E., Bogotá, D.C., Colombia Resumen Las metástasis cerebrales son los tumores intracraneales más frecuentes. La mayoría de los pacientes que desarrollan metástasis cerebrales tendrán una supervivencia corta que oscila entre 4 y 40 semanas según las alternativas terapéuticas. Se realizó una revisión de los principales aspectos epidemiológicos, fisiopatológicos, clínicos, pronósticos y terapéuticos de las metástasis cerebrales. Se hizo especial énfasis en las opciones terapéuticas básicas en el servicio de urgencias como el uso de corticoesteroides y anticonvulsivos. Se basó en una selección de los artículos de Medline y Bireme con las palabras brain, metastases y evidence-based medicine. Palabras clave: Metástasis Cerebrales, Metástasis de la Neoplasia, Radioterapia, Cirugía, Pronóstico Abstract Brain metastases are the most frequent intracranial tumors. Most of the patients with brain metastases will have a short overall survival (between 4 and 40 weeks) depending on the treatment given. This is a review about the epidemiology, physiopathology, clinical aspects, prognosis and treatment of brain metastases. Special emphasis was made in the treatment options at emergency services, such as the use of steroids and anticonvulsants. The study is based in a selection of papers from Medline and Bireme, with the terms “brain”, “metastases” and “evidence-based medicine”. Key words: Brain metastases, Neoplasm Metastases, Radiotherapy, Surgery, Prognosis Correspondencia: Mauricio Luján, Grupo de Oncología Clínica, Instituto Nacional de Cancerología, E.S.E. Calle 1 No. 9-85, Bogotá, D.C., Colombia Teléfono: (571) 334 1111, extensión 552 Correo electrónico: [email protected] Recibido: 02/02/2005; aceptado: 12/04/2005 Rev Colomb Cancerol 2005;10(1):61-66 61 Enfoque diagnóstico y manejo básico de las metástasis cerebrales Introducción Las metástasis cerebrales son los tumores intracraneales más frecuentes de los adultos; son diez veces más comunes que los tumores cerebrales primarios. La mayoría de los pacientes que desarrollan metástasis cerebrales tienen una supervivencia corta (1-4). La frecuencia de las metástasis cerebrales ha aumentado con el tiempo, lo cual se puede atribuir, probablemente, a la mejoría en la terapia sistémica que produce una supervivencia mayor, al aumento en la incidencia de cáncer de pulmón y melanoma, y a la mejoría en los procesos de imágenes neurológicas. Aproximadamente del 10% al 15% de los pacientes con cáncer tendrán metástasis cerebrales, aunque en los estudios de autopsias se han encontrado metástasis cerebrales hasta en 20% a 40% de los pacientes. Se deben sospechar metástasis cerebrales en todos los pacientes con cáncer conocido, que presenten síntomas neurológicos (5-7). Las metástasis cerebrales se pueden desarrollar de cualquier cáncer sistémico primario; algunos sitios específicos tienen una predilección especial para metastatizar al cerebro. La revisión de la literatura muestra al cáncer de pulmón como el cáncer primario que con mayor frecuencia causa compromiso cerebral metastásico, 18% a 64%; seguido por el de mama, 2% a 21%; el colorrectal, 2% a 12%; el melanoma, 4% a 11%; el de riñón, 1% a 8%; el de tiroides, 1% a 10%, y el primario desconocido, 1% a 18% (8). En el Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá, Colombia, los tumores primarios más frecuentes son: mama, 34%; pulmón, 18%; primario desconocido, 11%; melanoma, 7%, y cuello uterino, 7% (2,4). Las metástasis cerebrales son más comunes de la quinta a la séptima década de la vida. En la mayoría de los pacientes que desarrollan metástasis cerebrales, el cáncer ha sido diagnosticado previamente (presentación metacrónica), con períodos de latencia que oscilan entre 6 meses —en pulmón— y hasta 2 años en mama y en melanoma (9,10). Las metástasis son múltiples hasta en 75% de los pacientes; la detección de un número mayor de metástasis se debe al uso de la resonancia magnética. Los tumores primarios de mama, colon, tiroides, 62 Rev Colomb Cancerol 2005;10(1):61-66 adenocarcinoma de pulmón y renal, tienden a causar metástasis únicas, mientras que los melanomas y el tumor de células pequeñas producen metástasis múltiples (2-6). Fisiopatología Se cree que las metástasis cerebrales se deben, principalmente, a diseminación hematógena de células tumorales circulantes o a embolismos tumorales. Las células tumorales se desprenden del tumor primario, degradan la matriz extracelular para ganar acceso a la corriente sanguínea, y llegan al sitio de localización a través del suministro arterial (4). Ciertos tipos de tumor como los melanomas y los tumores de mama, usan factores derivados del endotelio que permiten la penetración directa del tumor a través de las paredes arteriales. La localización más común de las metástasis es la unión de la sustancia blanca y gris, debido al cambio de tamaño de los vasos a este nivel que actúan como una trampa para las células cancerígenas. La distribución de la metástasis sigue el flujo sanguíneo a las diferentes áreas del cerebro; por esta razón, el 80% se localizan en los hemisferios, 15% en el cerebelo y 5% en el tallo cerebral, y son raras en los ganglios basales, la glándula pineal y la hipófisis (11). Los tumores pélvicos y los abdominales tienen predilección por metastatizar a la fosa posterior, fenómeno que se ha tratado de explicar por la presencia del plexo venoso vertebral de Batson, aunque esta hipótesis no puede explicar por qué estos pacientes no tienen también, una alta incidencia de metástasis espinales y craneales, ya que estas estructuras también son drenadas por el plexo de Batson (5-9). Un segundo mecanismo implicado es la siembra del cáncer por extensión directa a las meninges adyacentes a la base del cráneo; este mecanismo es más común en aquellas neoplasias con afinidad por el hueso, como el de mama y el de próstata (2). Presentación clínica El desarrollo de metástasis es una de las complicaciones más devastadoras de la progresión tumoral debido a que el cráneo es un compartimiento rígido y, aun Mauricio Luján las pequeñas lesiones pueden tener efectos clínicos. El cerebro es fisiológicamente distinto de los otros órganos por virtud de la barrera hematoencefálica, la autorregulación del flujo, la falta de drenaje linfático y la incapacidad de regeneración (1,2,10). altamente variables dependiendo, principalmente, de la ubicación de la lesión; la hemiparesia es el signo más común, 44%, seguida por alteraciones del estado mental, 35%; papiledema, 10%; pérdida hemisensorial y ataxia del tronco, 13% (1-3). Los signos y los síntomas de las metástasis cerebrales pueden ser ocasionados por el edema cerebral o por el aumento de la presión intracraneala, dado por el incremento del volumen de la lesión y la hidrocefalia secundaria; o estar relacionados con la compresión o destrucción local del tejido (7). Se han descrito algunos síndromes clínicos inusuales que incluyen: oclusión del seno sagital debido a metástasis en la duramadre u óseas a nivel del seno sagital posterior, efusiones subdurales, metástasis miliares —que producen un estado confusional progresivo—, diabetes insípida por compromiso de la región posterior hipotálamo-hipofisiaria y el síndrome de la línea media cerebelosa que cursa con ataxia, cefalea progresiva y somnolencia, debido a hidrocefalia obstructiva (6). Más del 70% de los pacientes con metástasis cerebrales tiene algún tipo de síntoma neurológico; los síntomas y los signos de presentación dependen de la estructura neuroanatómica afectada; algunas lesiones se presentan lentamente con cefalea leve y disfunción cognitiva. Hasta el 10% de los casos se presentan en forma aguda con convulsiones (8). El sangrado dentro de las metástasis puede producir cefalea intensa, súbita, y hallazgos neurológicos focales. Los tumores particularmente susceptibles de sangrar son los melanomas, los de células renales y el coriocarcinoma. Los síntomas más frecuentes de presentación son: cefalea, 31% a 42%; cambios cognitivos o mentales, 31% a 34%; debilidad, 24% a 27%, y convulsiones, 20%. Hasta el 10% de los pacientes pueden estar completamente asintomáticos (10-12). Diagnóstico Una vez sospechado el compromiso metastásico, se deben practicar estudios imaginológicos. La resonancia magnética es la modalidad de elección, dado que suministra mejor resolución que la tomografía (aun la tomografía con doble dosis y contraste tardío) y es especialmente útil para evaluar la fosa posterior. La resonancia magnética con contraste puede detectar lesiones tan pequeñas como de 1,9 mm. Se debe realizar una resonancia magnética cuando se presentan lesiones únicas y se planea tratamiento quirúrgico (9-11). En la era anterior a la existencia de las imágenes neurológicas, la cefalea era el síntoma más común de presentación. Esta cefalea se caracteriza por dolor matutino que se exacerba por la posición supina durante la noche; empeora con la maniobra de Valsalva y se asocia a cambios de visión, vómito, confusión o síncope, y es de localización bifrontal. Con el advenimiento de la tomografía y de la resonancia magnética, las metástasis se descubren más tempranamente y los cambios cognitivos son los síntomas más frecuentes de presentación (3). La tomografía se puede usar en la evaluación aguda de pacientes con rápido deterioro clínico para descartar hemorragia, hidrocefalia obstructiva o efusión subdural. No existen características patognomónicas en la tomografía ni en la resonancia para distinguir las metástasis cerebrales; sin embargo, la localización periférica, en la unión de la sustancia gris y la blanca, de forma esférica, con realce en anillo y edema peritumoral prominente (las lesiones menores de 5 mm frecuentemente tienen menos edema), y las lesiones múltiples, sugieren metástasis (12). Las convulsiones pueden ser focales o generalizadas y pueden ocurrir durante el curso de la enfermedad hasta en el 40% de los pacientes; son más comunes en los pacientes con metástasis múltiples situadas cerca de la corteza cerebral de los hemisferios (9). Los signos clínicos de las metástasis cerebrales son La punción lumbar es innecesaria en el diagnóstico excepto cuando existen signos, síntomas o hallazgos imaginológicos que sugieran carcinomatosis leptomeníngea, la cual puede coexistir con múltiples lesiones pequeñas superficiales, alteraciones del plexo coroideo, o adyacentes a los ventrículos. Rev Colomb Cancerol 2005;10(1):61-66 63 Enfoque diagnóstico y manejo básico de las metástasis cerebrales La biopsia está indicada cuando se requiere establecer el diagnóstico firmemente, cuando no existe foco de tumor primario o en pacientes con enfermedad sistémica bien controlada, especialmente cuando ha transcurrido un tiempo prolongado desde el diagnóstico inicial de cáncer; también estaría indicada en pacientes con apariencia radiográfica atípica. Con la disponibilidad de la biopsia estereotáxica, no hay ninguna justificación para tratar una metástasis cerebral presuntiva sin un diagnóstico histológico de cáncer (4,6). Cuando se descubre una masa cerebral sin diagnóstico previo de cáncer, es difícil determinar hasta dónde se deben realizar investigaciones sistémicas; en la mayoría de los casos, el cáncer primario está localizado en el pulmón, y siempre se recomienda una radiografía y tomografía del tórax; los pacientes con metástasis cerebrales tienen cáncer pulmonar primario hasta en 60% a 68% de los casos. La tomografía de abdomen ocasionalmente muestra un cáncer que no se haya sospechado, de origen renal o de colon (12). Las búsquedas más agresivas del tumor primario casi nunca son más productivas si no hay características en la historia y el examen físico del paciente. Los diagnósticos diferenciales de las metástasis cerebrales incluyen tumores primarios (principalmente gliomas y linfomas) y procesos no neoplásicos como abscesos, encefalitis herpética, granulomas, placas desmielinizantes, infartos o hemorragias (2,12). Factores pronósticos Múltiples estudios han identificado como favorables los siguientes factores pronósticos: buen estado funcional, metástasis única, ausencia de metástasis sistémicas, tumor primario controlado, edad menor de 65 años, intervalo entre el diagnóstico primario y la aparición de metástasis mayor de 12 meses, función cognitiva conservada y buena respuesta a los corticoesteroides. El pronóstico no es diferente entre los pacientes con cáncer primario conocido o desconocido (4,6). Tabla 1. Clasificación pronóstica de las metástasis cerebrales Clase Criterios I Índice de Karnofsky mayor o igual a 70, edad menor de 65 años, tumor primario controlado, sin metástasis sistémicas 7,1 II Índice de Karnofsky mayor o igual a 70 y, al menos, uno de los siguientes: edad mayor de 65 años, tumor primario no controlado, metástasis sistémicas. 4,2 III Índice de Karnofsky menor de 70 2,3 Tratamiento Las metas del tratamiento son aliviar los síntomas neurológicos y mejorar la calidad de vida; el tratamiento es curativo en contadas ocasiones. La supervivencia media sin tratamiento se estima en 4 semanas (3). Las opciones terapéuticas varían desde: ningún tratamiento a pacientes con enfermedad extensa y diseminación sistémica progresiva, a tratamiento de emergencia para corregir la hidrocefalia, la elevación de la presión intracraneana o la hemorragia de la fosa posterior y estrategias para controlar las metástasis. Las metas del tratamiento son diferentes para las metástasis solitarias y las múltiples; para las lesiones solitarias el objetivo es la resección y posible cura, mientras que para las metástasis múltiples el tratamiento es básicamente paliativo. En la Tabla 2 se resumen las opciones de tratamiento para las metástasis cerebrales (9-13). Tabla 2. Opciones de tratamiento para las metástasis cerebrales Sintomático Corticoesteroides Anticonvulsivos Definitivo Se ha desarrollado un árbol pronóstico basado principalmente en la escala funcional según el índice de Karnofsky del paciente, el cual permite predecir la supervivencia media y definir algunas conductas terapéuticas (Tabla 1). 64 Rev Colomb Cancerol 2005;10(1):61-66 Supervivencia media (meses) Radioterapia holoencefálica Cirugía Radiocirugía estereotáxica Quimioterapia Mauricio Luján Tratamiento sintomático Corticoesteroides. Todos los pacientes con metástasis sintomáticas se deben tratar con corticoesteroides, ya que producen una rápida mejoría de los síntomas que se puede notar en las 6 primeras horas, con un efecto máximo entre el tercer y el séptimo día. Este beneficio es temporal y la supervivencia media de estos pacientes es de 2 meses (7). Los corticoesteroides tienen efectos antiedematosos, al disminuir la permeabilidad capilar y aumentar la absorción de líquido extracelular. El corticoesteroide preferido es la dexametasona debido a su efecto mínimo mineralocorticoide y a menores tasas de psicosis. No existe consenso sobre la dosis que se debe utilizar; algunos autores sugieren un bolo de 10 a 24 mg seguido por una dosis diaria entre 2 y 6 mg cada 6 horas; el estudio que compara 4 mg por día contra 8 y 16 mg por día demostró el mismo beneficio paliativo y menos complicaciones. La recomendación es utilizar las dosis más altas en los pacientes con cefalea intensa, déficit focal o compromiso del estado de conciencia y disminuir gradualmente hasta la dosis mínima necesaria para controlar los síntomas neurológicos del paciente o hasta que el paciente reciba un tratamiento definitivo tal como cirugía, radioterapia o quimioterapia. Cualquier corticoesteroide es efectivo si se utilizan dosis equipotenciales (3-5). Es importante tener en cuenta los efectos adversos como hiperglucemia, sangrado gastrointestinal, perforación intestinal, psicosis, miopatías, infecciones oportunistas y supresión suprarrenal. Anticonvulsivos. Los pacientes que presentan convulsiones requieren anticonvulsivantes y se recomienda el uso de anticonvulsivantes estándar como fenitoína, carbamazepina, fenobarbital y ácido valproico; este último se prefiere cuando el paciente recibe quimioterapia concomitante, ya que presenta menos complicaciones. No se recomienda el uso profiláctico de anticonvulsivos. En un metanálisis de 12 estudios, 10 de los cuales incluyeron pacientes con metástasis cerebrales, ninguno demostró la utilidad del uso profiláctico de anticonvulsivos, los cuales se asociaron, por el contrario, a efectos adversos y a interacciones medicamentosas, e hicieron menos efectiva la acción de la quimioterapia y de los corticoesteroides (5,9). Tratamiento definitivo Sin tratamiento, la supervivencia media de los pacientes con metástasis cerebrales es de 4 semanas aproximadamente, con corticoesteroides se extiende a 8 semanas. El uso de radioterapia prolonga la supervivencia a 16 semanas, y la cirugía más radioterapia, hasta 40 semanas (3,5,8). Radioterapia holoencefálica. Permanece como la principal modalidad terapéutica; se ha demostrado en varios estudios la utilidad para mejorar la supervivencia y la función neurológica hasta en 90% de los pacientes. Se han reportado casos de curación posteriores a la radioterapia con una supervivencia prolongada. Es el tratamiento de elección en pacientes con lesiones únicas que no son candidatos a cirugía o radiocirugía, especialmente, aquéllos con enfermedad sistémica activa y extensa, o en pacientes con lesiones múltiples. Los tumores radiosensibles, como los de mama, responden mejor que los radioresistentes (colon, riñón, melanoma). Hasta el momento no se ha demostrado ningún beneficio con la adición de sustancias radiosensibilizadoras (9-12). Cirugía. Se recomienda la cirugía en casos de lesiones únicas en pacientes con enfermedad sistémica controlada o controlable; o en casos de múltiples lesiones para remover la lesión dominante que esté causando compromiso neurológico importante. Algunos autores sugieren la cirugía en casos de hasta dos o tres lesiones en pacientes con buen estado funcional y enfermedad sistémica controlada (7). Radiocirugía esterotáxica. Este procedimiento permite la administración de una alta dosis única de radiación usando una fuente de cobalto o un acelerador lineal a través de un elemento estereotáxico a lesiones de hasta 3,5 cm de diámetro. Este tratamiento produce una mejoría en los síntomas, con tasas de respuesta del 80% al 90% y supervivencia media de 7 a 12 meses. Es una alternativa en pacientes con contraindicaciones médicas o técnicas para la cirugía, o en pacientes con recurrencia luego de radioterapia holoencefálica convencional. Se realiza bajo anestesia Rev Colomb Cancerol 2005;10(1):61-66 65 Enfoque diagnóstico y manejo básico de las metástasis cerebrales local de manera ambulatoria u hospitalizaciones cortas, con pocos efectos adversos y ha demostrado ser rentable, en relación con la cirugía (4). Radioterapia posoperatoria o posterior a radiocirugía. La cirugía puede liberar depósitos micróscopicos celulares así como pueden ya existir microdepósitos que no son visibles en las imágenes. Estas consideraciones favorecen el uso empírico de la radioterapia posoperatoria. El uso de radioterapia posoperatoria produjo un aumento en el control de la lesión y reducción de la mortalidad por causas neurológicas sin afectar la mortalidad general ni la independencia funcional. Además, se asocia con múltiples efectos adversos tempranos y neurotoxicidad tardía (leucoencefalopatía y deterioro cognitivo). Se reserva su uso a terapia de rescate cuando existe recurrencia posquirúrgica (3-10). Quimioterapia. La quimiosensibilidad es el factor crítico para la respuesta de la las metástasis cerebrales a la quimioterapia. Las metástasis cerebrales son tan sensibles como el tumor primario y se obtienen mayores respuestas en tumores que nunca han recibido quimioterapia, además, es menor a terapias de segunda y tercera línea. Las mejores respuestas se obtienen en las metástasis del carcinoma de células pequeñas del pulmón (21% a 76%), el carcinoma de células no pequeñas de pulmón (27% a 50%) y el cáncer de mama (35% a 60%). El cisplatino más etopósido, el topotecan y la temozolamida parecen ser las drogas más efectivas (6,8). La quimioterapia representa el tratamiento de entrada (seguida por la radioterapia holoencefálica) solamente en pacientes con metástasis de cáncer de pulmón de células pequeñas y tumores de células germinales. Tabla 3. Supervivencia media de los pacientes con metástasis cerebrales según el tratamiento Opción 66 Supervivencia media Sin tratamiento 4 semanas Corticoesteroides 8 semanas Radioterapia holoencefálica 16 semanas Cirugía 40 semanas Cirugía más radioterapia >40 semanas Rev Colomb Cancerol 2005;10(1):61-66 Referencias 1. Soffietti R, Ruda R, Mutani R. Management of brain metastases. J Neurol. 2002;249:1357-69. 2. Lassman AB, DeAngelis LM. Brain metastases. 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