Reseña de lectura - Universidad de Antioquia

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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA, FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL
Reseña de lectura
“la educación como practica de la libertad”
July Andrea Restrepo Rios
14/10/2010
“la educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor. No puede temer el debate, el análisis de la
realidad; no puede huir de la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa.” Paulo Freire
Reseña: “la educación como practica de la libertad”
Intentando comprender un poco en qué consistía eso que llaman “educación popular” me
encontré con un hombre que a través de sus escritos logro lo que pocos o quizá ningún
autor había logrado en mi “pasión”, “enamoramiento” Paulo Freire un educador, un
hombre que se caracterizo por ser altamente critico, por analizar profundamente las
situaciones de su país en especial de la educación a la que considero como fundamento
para la liberación de los sujetos, como medio para lograr la democratización de la cultura
y por ende de la participación ciudadana, ese brasileño que se planteo un método
diferente para la alfabetización de los sectores populares y marginados del Brasil y que
mostro que “no hay ignorancia absoluta, sabiduría absoluta”1 que leer y escribir es algo
más que tener el dominio del alfabeto, es la posibilidad de ser portador de “la propia voz”.
Su libro “la educación como práctica de la libertad” plantea precisamente que es la
educación la posibilidad que tiene la humanidad espacialmente las masas, los sectores
populares de ser libre, de hacerse sujeto y no objeto de su realidad, actores principales e
indispensables para la transformación social de un país, de una democracia, anota que “la
educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor” que “No puede temer el
debate, el análisis de la realidad; no puede huir de la discusión creadora, bajo pena de ser
una farsa.” Idea que se desarrollada a través de todo el libro que consta de cinco capítulos
y un apéndice, “la sociedad brasileña en transición”, “sociedad cerrada e inexperiencia
democrática”, “educación versus masificación”, “educación y concienciación”, “educación
practica”
En la introducción Julio Barreiro hace un recuento de algunos de los escritos de Freire, de
su biografía, habla de su oralidad y de su pedagogía dice que la pedagogía de Freire
“corresponde admirablemente con la emergencia de las clases populares en la historia
latinoamericana y con la crisis definitiva de las viejas elites dominantes”, una pedagogía
del oprimido que postula modelos de ruptura, de cambio de transformación total.
Cuando Freire habla de “la sociedad brasileña en transición” lo hace a través del análisis
de dos tipos de sociedades, las sociedades cerradas y las sociedades abiertas, las primeras
sociedades según el autor se caracterizan por ser reflejas, alienadas y alienantes, objeto y
1
Freire, Paulo. La educación como práctica de la libertad: educación y concienciación. Siglo XXI editores.
Primera edición 1969. pág. 101
no sujeta de sí mismas, son “intransitivas” hay en ellas una falta de compromiso entre el
hombre (mujer) y su existencia, el hombre (mujer) es acomodado, no tiene capacidad de
opción, actúa desde la emocionalidad y no desde la razón. En tanto que las segundas
sociedades son esas en las que hay una disposición permanente al debate de las ideas,
plásticas, dispuestas a lo nuevo, logran la integración del hombre, se conocen a sí mismas,
son sujetas de sí mismas, autónomas, el pueblo no es un mero espectador como en la
sociedad cerrada, es una sociedad con una conciencia “transitiva”.
La transición a la que se refiere Paulo es el paso que da una sociedad “cerrada” para
convertirse en una sociedad “abierta”, es la lucha por la humanización, la lucha de la
afirmación del hombre como sujeto; un tiempo de opciones que nacen de un impulso libre
nutriéndose de cambios, una fase en la que la posición de autodesestimanción, de
inferioridad comienza a ser sustituida por la autoconfianza, por lo que los esquemas y
recetas “pasan a ser sustituidos por proyectos y planes, resultantes de estudios serios y
profundos de la realidad”, hay una oposición al asistencialismo ya que, lo realmente
importante es que el hombre (mujer) asuma una posición conscientemente critica frente a
sus problemas.
Para lo cual la educación entra a jugar un papel fundamental, porque es ella la que puede
facilitar “la reflexión sobre su propio poder de reflexionar” tomando “(…) en consideración
los varios grados del poder de captación de que esta posibilitado el hombre”
humanizando así a las sociedades en lugar de masificarlas.
Esa sociedad de la que habla el autor es la sociedad Brasileña, una sociedad que se
caracterizo por su inexperiencia democrática y por ser cerrada y de eso en la “sociedad
cerrada e inexperiencia democrática” Freire anota que el Brasil nació y creció dentro de
condiciones negativas con respecto a la experiencia democrática, durante mucho tiempo
fue una sociedad a la que se le negó el dialogo y la comunicación, haciéndose
preponderantemente muda, el dialogo implicaba un minino de conciencia transitiva pero
esto no se daba en el Brasil, no habían antecedentes culturales de participación popular
en la cosa pública, no había pueblo, este era un pueblo sin una voz autentica.
Hasta que comenzaron las alteraciones que afectaron las fuerzas que mantenían la
sociedad cerrada en equilibrio, cuando se quiebra ese equilibrio se desplomo la sociedad
entrando entonces en la fase de transición “el país comenzaba a encontrarse consigo
mismo. Su pueblo que emergía iniciaba sus experiencias de participación”
Entrar en la fase de transición hace pensar en la “educación versus masificación” ya que,
solo la educación haría posible que el Brasil llegara a ser una sociedad abierta, esa
educación tendría que ser una educación critica, que entienda el desarrollo como un
asunto más allá de las técnicas y políticas económicas o de reformas estructurales, “que
encierre en si el cambio de una mentalidad a otra”, una educación para el desarrollo y
para la democracia que suministre al educando los instrumentos necesarios para resistir
los poderes del desarraigo frente a una civilización industrial, que posibilite la discusión
valiente de las problemáticas, que coloque a las personas en dialogo constante, que haga
del hombre un ser más consciente, más racional. Una educación valiente que maraville
que discuta con el hombre (mujer) común su derecho a participar, que invite a la
injerencia, una educación vinculada a la vida, que no le tema al debata, al análisis de la
realidad.
De no asumirse una educación con estas características se seguiría generando rigidez
mental, “masificando” evitando así que los hombres (mujeres) asuman posturas
crecientemente criticas frente a la vida, guiándose por los medios de publicidad confiando
solo en lo que se oye en la radio, la televisión o en lo que se lee en el periódico.
Y si esa educación ha de ser valiente tendrá que ser “educación y concienciación”
concienciación que se da a partir del proceso de alfabetización, en el cual se democratiza
la cultura y se logra que las masas dejen su estado de ignorancia, una ignorancia que no
apunta solo al analfabetismo sino que incluye la no participación democrática, una
participación que debe ser critica.
Esta alfabetización para el pueblo y el hombre (mujer) común de la que habla Freire se
caracteriza por ser directa y ligada a la democratización de la cultura, por considerar al
hombre (mujer) sujeto de su transformación, por ser un acto de creación en el cual se
desarrolla la impaciencia, la vivacidad, la invención para logar la reivindicación. En ella se
parte de que la posición normal del hombre, es la de estar con el mundo no solo de estar
en el mundo por eso requiere de un método activo, dialogal y participante capaz de
ayudar a la organización reflexiva del pensamiento, al paso de la conciencia ingenua a la
conciencia crítica.
Cinco capítulos que muestran no solo la realidad de Brasil, si no la realidad de las
sociedades latinoamericanas, sociedades cerradas que han adquirido modelos de
democracia de otros países, que han desconocido su contexto, que no han sido
portadoras de su propia voz, que siguen por ello desconociéndose a sí mismas, educando
en el silenciamiento, en el “mudismo” lo que inevitablemente hace pensar seriamente en
la pregunta que el plantea “¿Cómo aprender a discutir y a debatir con una sociedad que
impone?”
Un nota final: este no es un texto solo para educadores, es un texto para todos eso que
quieren liberarse de una sociedad cerrada y pasar a una sociedad abierta, tener una
conciencia crítica de su realidad en lugar de una conciencia ingenua, esos que en su
trabajo con los sujetos quieran dejar de dictar ideas, dictar clases, trabajar sobre los otras
y otras, y empezar a cambiar ideas, debatir y discutir temas, trabajar con el otro y la otra,
ofrecer medio para pensar auténticamente.
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