La República a vista de poeta Barcelona, una ciudad moderna y cosmopolita. Germen de muchas corrientes artísticas del momento. Lugar de culto de intelectuales de todo el mundo y cuna de la moda y el diseño en España. Recibe más de siete millones de turistas al año y es la quinta ciudad europea más visitada. Sin embargo, ¿cómo llega una ciudad a convertirse en uno de los iconos culturales más importantes de Europa? Como una ciudad no se entiende sin su historia, este itinerario –de aproximadamente 3 horas a pie– nos ayudará a conocer, en un paseo por las calles más emblemáticas de Barcelona, una de las etapas más relevantes en la historia de Cataluña: la Segunda República. Época donde se experimentó una gran transformación social, ligada a las nuevas corrientes intelectuales que se abrían paso entre un pueblo que miraba hacía el progreso y que ha hecho de Barcelona la ciudad que hoy conocemos. La historia de un pueblo está en su literatura. Un viaje temporal entre versos nos trasladará a la Barcelona de los años 30 en un recorrido a través de las vivencias de cinco poetas comprometidos con la República. Antonio Machado, Pablo Neruda, M aría Zambrano, Pere Quart y Federico García Lorca nos guiarán por una ciudad que un 14 de abril se despertó republicana, se calzó de morado, caminó firme hacia la libertad y se convirtió, con la llegada de la Guerra Civil, en refugio del eco republicano en una España ya sumida en la sombra del franquismo. «Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra República de la mano.» Antonio Machado «En España hay que darse de cabeza contra los muros para entenderla y amarla. Yo he tenido varios golpes de muro en la cabeza o de cabeza en el muro como para mantener vivo el recuerdo, la fidelidad a mis principios, que pertenecen a su época republicana...» Pablo Neruda «La que forzosamente tuvo que fracasar, porque había ido más allá de su época, más allá de los tiempos. Y es que posee la historia un ritmo inexorable que condena al fracaso a todo aquello que se le adelanta o que le desborda.» María Zambrano «Treballa. Calla. Malfia´t de la història. Somnia-la i refès-la. Vigila el mar, vigila les muntayes. Pensa en el fill que duus a les entranyes.» Pere Quart «En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida.» Federico García Lorca Barcelona a versos Antonio Machado El poeta y dramaturgo vivió el final de la guerra en la ciudad de Barcelona, donde escribiría sus últimos trabajos con la mano casi helada y el calor desbordante de su corazón. En abril de 1938, Antonio Machado y su familia se trasladaron a la ciudad condal como consecuencia del avance de los nacionalistas y posible aislamiento de Valencia, donde residían. Al llegar a Barcelona se instalaron en el Hotel M ajestic, ubicado en el Paseo de Gracia 68. Hoy en día cuenta con cinco estrellas y una suite con el nombre del poeta en su memoria. Sin embargo, el ajetreo del hotel, ubicado en el centro de una gran ciudad en tiempos de guerra, no dejaba concentrarse al poeta, quien amaba la soledad. Un mes después, gracias a la intervención de La Generalitat, Machado y su familia se trasladaron a la Torre Castanyer, una mansión ubicada en el paseo de San Gervasio propiedad de la Duquesa de Moragas. Aunque al poeta se le había oído decir que el único lujo al que aspiraba era el de tener grandes habitaciones y un jardín, sus paseos fueron muy pocos y su estado de salud era cada vez más frágil. A pesar de ello, Machado trabajaba intensamente para revistas, periódicos y folletos, participando a su modo en el combate de los republicanos, mientras que el enemigo cada día ganaba terreno. Escribía artículos para La Vanguardia de Barcelona en una sección titulada Desde el mirador de la guerra. Trabajaba para casi todas las revistas que creaban los jóvenes combatientes del frente, y colaboraba también con Hora de España y los suplementos del Servicio español de información. Además, hizo los prólogos para el libro de Manuel Azaña Los españoles en guerra, y para La corte de los milagros, de Valle-Inclán. El invierno de 1938 estuvo marcado por un frío intenso que acrecentaba las privaciones. Su hermano mayor relataba que no había calefacción, que el dinero ya no tenía valor y las condiciones de vida en Barcelona eran cada vez más precarias. A pesar de ello, Antonio escribía y recibía visitas de otros intelectuales en la tranquilidad de la Torre Castanyer, y aunque se encontraba físicamente débil y decaído, sus amigos afirmaban que tenía la cabeza firme y el espíritu lleno de bondad. En ninguna época el poeta había trabajado más que en esta, llena de sacrificios. Su fuerza tranquila y serenidad ante la angustia, y amor al folklore español, le acompañaron hasta en los peores momentos. Y a pesar de trabajar sin cesar, a nadie, salvo a sus más íntimos le decía que la guerra se perdería irremisiblemente. El 6 de enero de 1939 escribió el último artículo de la sección Desde el mirador de la guerra, terminando con estas palabras: Hotel Majestic / Álex G. Amador «España, por fortuna, la España leal a la nuestra gloriosa República, cuantos combaten la invasión extranjera, sin miedo a lo abrumador de la fuerza bruta, habrán salvado, con el honor de la Europa occidental, la razón de nuestra continuidad en la Historia.» El 22 de enero de 1939 avisaron a la familia Machado para que saliesen de Barcelona junto a un grupo de profesores; las tropas enemigas entraban en Barcelona. El destino sería Colliure, Francia, donde el poeta moriría días después. Y para que se vea hasta qué punto no dejaba Machado de trabajar por la causa, basta saber que hasta horas antes de la obligada marcha, se encontraba escribiendo un artículo sobre el General Rojo, dedicando sus energías, hasta el último momento, a la defensa de la patria. Barcelona a versos Pablo Neruda Los pasos de Pablo Neruda por Barcelona fueron fugaces, pero no distantes en la intensidad que colindó el período de lucha que se vivió durante la época de la República. Una causa donde el poeta se unió y levantó su puño desde las letras. Él lo dijo, España fue una gran herida y un gran amor. Pablo los conoció, estuvo con ellos en esos momentos y también sufrió. El resto es poesía. La primera estancia importante en la ciudad Condal fue en 1934. Neruda llegó a la calle Róger de Llúria para trabajar en el Consulado de Chile, ubicado cerca de la Plaza Cataluña, pero resultó incompetente en el trabajo asignado: tuvo que realizar estadísticas, operaciones aritméticas y cálculos donde el poeta multiplicaba con dificultad y, según su jefe el Cónsul General Tulio Maqueira, no sabía dividir. Tras un mes de trabajo fue designado al consulado de Madrid donde desempeñó su cargo durante dos años. En mayo de 1937, durante la Guerra Civil, movimientos anarquistas ocuparon diversos sitios de Barcelona. Uno de ellos fue la Plaza Real, donde ocurrieron las barricadas que erigieron los movimientos obreros como resistencia a la guerra que se desarrolló en Cataluña. Tras abandonar España en 1936, Neruda juró no volver a pisar España mientras Franco estuviera en el poder. El destino dijo otra cosa. Fue en 1967 cuando el poeta le escribió a Esther Tusquets, –quien le publicó un libro–, que se dirigía a la U.R.S.S. y haría una escala, breve y clandestina, en Barcelona junto a Matilde Urrutia. El poeta arribó al puerto el 16 de abril donde fue recibido por la editora, su esposo y un fotógrafo. Esa tarde recorrieron la ciudad vieja, el ayuntamiento donde Pablo Neruda evocó las esperanzas frustradas, los sueños rotos y a sus amigos caídos en la Guerra Civil. Antes de volver al puerto comieron unas tapas en la Plaza Real, lugar donde hoy también se puede comer y beber debido a la oferta de bares que ofrece la zona. Esa tarde de 1967 Neruda también volvió a la Catedral de Santa María del M ar. Ahí el poeta recordó que, cuando vivió en Barcelona, se enteró de la muerte de su amigo Alberto Rojas Giménez en Santiago. El poeta, apenado, compró cirios de un metro, entró a la catedral, se acercó al altar mayor y la alegría volvió. En ese instante sintió la inspiración para escribir el poema Alberto Rojas Giménez viene volando. Catedral del Mar / Álex G. Amador Neruda abandonó España en 1936 porque el ministerio chileno clausuró el consulado en Madrid. Sin embargo, el poeta volvió a Barcelona antes de los previsto. El 2 de julio de 1937 junto a otros camaradas pasaron una noche en el Hotel Majestic. El destino fue Valencia, donde se realizó el II Congreso de Escritores en Defensa de la Cultura. La adhesión de Neruda a la causa republicana tuvo sus consecuencias: el gobierno chileno no aceptó que la voz del poeta comenzara a ser escuchada y se reflejara en él la inclinación de Chile sobre el conflicto español. Barcelona a versos María Zambrano María Zambrano fue una filósofa y ensayista oriunda de Vélez, Málaga, que desde la década de los años 30 se ha convertido en una de las figuras más ilustres del pensamiento español contemporáneo. Su filosofía giró en torno a la búsqueda de principios morales y formas de conducta que fueran aplicables a los problemas cotidianos no solo de su entorno, sino del mundo. Trabajó para el Ministerio de Estado en las conocidas como «Misiones pedagógicas», creadas desde 1931. Un proyecto de solidaridad cultural patrocinado por el Gobierno de la Segunda República Española en el que participaron más de quinientos voluntarios para ir de pueblo en pueblo con escuelas ambulantes gratuitas. Este proceso, del que ella apasionadamente formó parte, influyó notablemente para que en este tiempo se introdujera por primera vez el sufragio femenino en las elecciones de 1933, concediendo el voto a las mujeres desde los veintitrés años. Universidad de Barcelona/ Álex G. Amador En 1938 su intelecto y humanismo se dejó notar en las aulas de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, dictando seminarios sobre estoicismo y cristianismo, así como la razón discursiva y el pensar poético. Al igual que de filosofía y poesía, testimonio de su vida a pesar de su exilio de más de cuarenta y cinco años. Desde siempre fue admirada porque en aquel tiempo no era común que las mujeres estudiasen filosofía y se rodeasen de intelectuales y poetas de renombre. Ella no sólo lo hizo, sino que dejó huellas imborrables con sus escritos, haciéndose merecedora de galardones como El Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1981 y el Miguel de Cervantes en 1988, máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española. Barcelona a versos Pere Quart En invierno de 1899 nacía en Sabadell uno de los poetas más destacados de la literatura catalana del siglo XX, Joan Oliver Sallarès, quien bajo el pseudónimo de Pere Quart, se convertiría en el referente de la poesía social y reivindicativa catalana. Durante los diez años que Quart pasó en Barcelona, de 1926 a 1936, se convirtió en un barcelonés de manual junto a su amigo Pere Calders. Juntos paseaba por las Ramblas en busca de los mejores manjares, los últimos coches y las mujeres más hermosas. Catedral de Barcelona / Álex G. Amador Entre callejuelas y callejones se llegaría a la Plaza de Sant Jaume, importantísima para él y para la historia catalana, ya que el 14 de abril de 1931 se proclamó desde el balcón del Palacio de la Generalitat la República Catalana. Quart y Calders acostumbraban a pasear por esta plaza para comentar los cuadros y murales que colgaban de las paredes de estos dos palacios, como el propio autor llamaba a estos edificios. Sin moverse del Barrio Gótico y sin cambiar de compañía, también frecuentaban la Plaza del Rey, un espacio absorbido por el gótico y el renacimiento, cerrada por todos los lados menos por uno, donde a través de la Baixada de Santa Clara se comunica con la emblemática catedral de Barcelona. Durante los años de gloria de la ciudad condal, a Pere Quart le fascinaba perderse entre las calles de su querida Barcelona, y siempre que podía visitaba uno de sus lugares predilectos, Montjuïc. También Poble Espanyol, y sobre todo, las cervecerías alemanas, que eran sin duda, uno de los mejores sitios para poder desconectar de una Barcelona oprimida años antes de la proclamación de la República aquel 14 de abril de 1931. «Danses encara i et pentines un xic amb les estelles i maquilles tes nafres amb pólvores i cendres. Però fills teus et deserten, els que aviciares massa, enguantats, clenxinats, patriotes ah ah! No et reconeixen sense el teu posat de monja llamenca. Et maleeixen quan ja no ets polida, oficiosa, inscrita en el joc brut de la riquesa dels favorits i les bagasses.» Oda a Barcelona, Pere Quart, 1936. Barcelona a versos Universidad de Barcelona/ Álex G. Amador Federico García Lorca Federico García Lorca pisó suelo catalán por primera vez en 1925, cuando su gran amigo de la época, Salvador Dalí, le invitó al Ampurdán a pasar una Semana Santa con su familia. Los contactos y amistades que entabló serían su puerta de entrada a una Cataluña intelectual y artística que desde ese momento fue pieza clave en el desarrollo personal y profesional del dramaturgo granadino, así como en la formación de su ideario político, siempre afín a la República. Así lo demuestran muchas de sus declaraciones y discursos, así como su amistad con figuras fervientemente republicanas como Antonio Machado o Pablo Neruda. Entre teatros y cafés en las Ramblas comenzaba su idilio con la ciudad de Barcelona. Lorca frecuentó en los alrededores de esta avenida locales como el Lyon D’or, el Café Oro del Rhin, el Gran Café Colón o el Café de la Rambla, todos actualmente desaparecidos. Estos lugares eran foros de cultura y reunían la élite intelectual de Barcelona y de gran parte de España. La mayoría de estas figuras eran defensoras de la República y con los años, la ciudad acogería a muchos más al convertirse en el último bastión republicano. El autor se convierte en habitual de casi todos los lugares de estreno desde 1927, cuando vuelve para presentar Mariana Pineda en el Teatro Goya. En 1933 inaugura en el Teatro Poliorama Yerma. En estas fechas la República se empieza a vislumbrar como mecenas del arte español y catalán en particular. Su última estancia en la ciudad condal fue en 1935 ya con el ambiente de guerra latente para reestrenar Bodas de sangre en el Teatro Principal Palace. Teatro Principal / Álex G. Amador Para Lorca, las Ramblas era una vía insólita que terminaba en el mar. Esta avenida, que en 1937 estaría llena de barricadas para evitar la ocupación fascista, fue el lugar de Barcelona que más le marcó y al que regaló estas palabras: «Es la calle más alegre del mundo, donde viven juntas a la vez las cuatro estaciones del año, la única calle del mundo que yo querría que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre, la Rambla de Barcelona.» Las ramblas / Álex G. Amador Federico García Lorca se marchó de Barcelona sin hacer mucho ruido, fiel a su estilo modesto. A finales de 1935 el ambiente de preguerra estaba lo suficientemente tenso como para que Lorca decidiera regresar a Granada y estar con su familia. Barcelona a versos Ruta ! ! ! ! ! ! ! Barcelona a versos Leyenda 1. Majestic Hotel Spa Barcelona Dirección: Passeig de Gràcia, 68, 08007 Barcelona Teléfono: 934 88 17 17 Cómo ir: L5 y L3 parada Diagonal o Passeig de Gràcia 2. Universitat de Barcelona Dirección: Gran Via de Les Corts Catalanes, 585, 08007 Barcelona Teléfono: 933 55 60 00 Cómo ir: Vía Passeig de Gràcia o autobús número 22 y 24 3. Teatro Goya Dirección: Carrer de Joaquín Costa, 68, 08001 Barcelona Teléfono: 933 43 53 23 Cómo ir: Vía Calle de Aribau o Ronda Sant Antoni 4. Plaza Cataluña Dirección: Plaza de Cataluña, 08002, Barcelona Cómo ir: Vía Calle Bergara o autobús número 41 y H16 5. Teatro Poliorama Dirección: Rambla de ls Estudis, 115, 08002 Barcelona Teléfono: 933 17 75 99 Horario: Abierto todos los días de 10 a 20:30 Cómo ir: Vía Plaza de Cataluña o Las Ramblas y domingo de 8:00–12:45, 13:00–17:00, 17:15–20:00 Cómo ir: Vía Calle de Portaferrisa 7. Plaza del Rey Dirección: Plaça del Rei, 08002 Barcelona Cómo ir: Vía Calle dels Comtes 8. Basílica de Santa María del Mar Dirección: Plaça de Santa Maria, 1, 08003 Barcelona Horario: abierto todos los días de 9 a 13 y de 17 a 20:30, y domingos de 10 a 14 y de 17 a 20 Cómo ir: Vía Calle de l’Argenteria 9. Plaza de Sant Jaume Dirección: Plaça de Sant Jaume, s/n, 08002 Barcelona Teléfono: 934 02 70 00 Cómo ir: Vía Calle de l’Argenteria o Calle Jaume I 10. Plaza Real Dirección: Plaza Real, 1, 08002 Barcelona Cómo ir: Vía Baixada de Sant Miquel 11. Teatro Principal Dirección: Les Rambles, 27, 08002 Barcelona Teléfono: 934 12 31 29 Cómo ir: Vía Les Rambles o Rambla dels Caputxins 6. Catedral de Barcelona Dirección: Pla de la Seu, s/n, 08002 Barcelona Teléfono: 933 15 15 54 Horario: De lunes a viernes de 8:00– 12:45, 13:00–17:30, 17:45–19:30, y sábado Barcelona a versos 12. Les Rambles Dirección: Les Rambles, 08008, Barcelona Cómo ir: Vía Les Rambles o La Rambla dels Caputxins Recomendaciones Atardecer en Montjuïc Si al terminar la ruta Barcelona a Versos aún es de día, recomendamos subir al parque y contemplar la puesta de sol. El lugar fue uno de los favoritos que tuvo Federico García Lorca durante su estancia en Barcelona. Allí el poeta vivió dichosos atardeceres mientras se deleitaba con el cante gitano de las familias que residían en la zona. Cómo ir: En Metro Plaza España (L1, L3), Paral·lel (L2 Y L3) y Poble Sec (L3). Visitar la Torre Castanyer Para conocer el principal lugar de residencia de Antonio Machado recomendamos visitar la Torre Castayer, ubicada en el Paseo de Sant Gervasi 5-13, donde el poeta avocó todo su tiempo a la escritura y colaborando en revistas, periódicos y folletos que apoyaron la causa republicana. Cómo ir: Autobús 75 , H4, V13 (Passeig Sant Gervasi 13). Comer Tapas en la Plaza Real Pablo Neruda fue un gran amante de la buena mesa y la bebida. Si en tu recorrido el hambre apremia puedes hacer un descanso en la Plaza Real y degustar unas tapas, tal como lo hizo el poeta en aquella tarde clandestina de 1967. Cómo ir: Vía Baixada de Sant Miquel. Epílogo La guerra finalizó el 1 de abril de 1939. La República había llegado a su fin y, con ella, la ilusión del pueblo. La esperanza del cambio quedó atrapada en los cuerpos que perecieron defendiendo su libertad. El nuevo régimen franquista condenaba a todo aquel que simpatizase con el movimiento republicano, por lo que nuestros poetas se vieron obligados al exilio para mantenerse con vida y poder seguir luchando por la República desde el extranjero. Otros, como es el caso de Lorca, fueron fusilados al inicio de la contienda. Orgullosa e invencible, ondea los tres colores. no la vuelven invisible sus honestos seguidores. Dejó una tierra callada, y el legado en el poeta, con su voz amotinado a lo largo del planeta. España de la igualdad y fraternidad en sus lemas, República en libertad, en los más bellos poemas. Con la sangre desterrada, y mil puños en la mano, contó la historia versada, un juglar republicano. Alejandra Gayol Barcelona a versos