La Chambre Bleue (El cuarto azul, Mathieu Amalric, 2014). Bilbao (Bigas Luna, 1978) Suscripción a la alerta del programa mensual del cine Doré en: http://www.mcu.es/suscripciones/loadAlertForm.do?cache=init&layout=alertasFilmo&area=FILMO Suscripción a la alerta del programa mensual del cine Doré en: http://www.mcu.es/suscripciones/loadAlertForm.do?cache=init&layout=alertasFilmo&area=FILMO Ciclos en preparación: Junio Ciclos en preparación: FILMADRID 2016: Julio Bressane, Aleksandr Sokurov, ChantalMarzo: Akerman, Frederick Wiseman, Boris Lehman… Stanley Kubrick WilliamBruno Wellman (y II) Federico Año Dual España-Japón Festival de Cine Africano – Cinenómada: Idrissa Ouedrago y Abderrahmane Sissako 3XDOC Ellas crean: Nueve cineastas argentinas Cine checo reciente Alberto Lattuada Recuerdo de: Jesús Franco, Alfredo Landa, Lolita Sevilla … Luc Moullet de Rafael Gil (y II) Centenario Jacques Becker Jirí Menzel Jean-Marie Straub Mikhail Romm Brian de Palma Alberto Lattuada GOBIERNO DE ESPAÑA MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE MAYO 2016 Werner Hochbaum DocumentaMadrid: “España 1936-1939: La guerra filmada” Paulo Branco Femmes Fatales (II) Eduardo García Maroto Cine para todos Paulo Branco y Raúl Ruiz en el Festival de San Sebastián Werner Hochbaum Agradecimientos mayo 2016: Bundesarchiv-Filmarchiv (Jutta Albert), Berlin; Cine Company (Paco Hoyos), Madrid; Il Cinema Ritrovato (Guy Borlée), Bolonia; Classic Films, Barcelona; Deutsche Kinemathek, (Martin Koerber, Diana Kluge) Berlin; Embajada de Portugal en España, Madrid; Filmarchiv Austria (Nikolaus Wostry, Anna Dobringer), Laxenburg; Friedrich-Ebert-Stiftung/AdsD, Bonn (Ralf Gräf); Friedrich-Wilhelm-MurnauStiftung (Carmen Prokopiak), Wiesbaden; Iberoamericana Films Produccion, Madrid; Justin Rosenfeld y Marion Rosenfeld Behr, Somerville NG; Messidor Films, Barcelona; MOMA, Nueva York; Österreichisches Filmmuseum (Regina Schlagnitweit, Alexander Horwath, Oliver Hanley, Claudia Siefen) Viena; Park Circus (Graham Fulton), Glasgow; Radiotelevisión Española (Alberto de Prada, Silvia Rubio), Madrid; Rosebud Films, Madrid; Svenska Filminstitutet (Jon Wengström ), Estocolmo ; Théâtre du Temple (Vincent Dupré), París; Vértigo Films, Madrid; Video Mercury, Madrid. Introducción Dedicamos por primera vez en España un ciclo al desconocido director alemán Werner Hochbaum (1899-1946) que está en siendo descubierto y reivindicado en toda Europa a raíz del ciclo que le dedico Il Cinema ritrovato en 2014 con un programa comisariado por Joachim Schätz, aunque el MOMA ya le había dedicado una muestra pionera en 1978. Desde entonces, Hochbaum es considerado un interesantísimo precedente del neorrealismo e incluso del cine poético francés. Nuestra retrospectiva consta de 9 de sus 13 películas, entre ellos la bellísima Razzia in St. Pauli (1932) o la muy exitosa en su momento Die ewige maske (1935). Esperamos que este ciclo ayude a redescubrir a un cineasta que consideramos imprescindible. Cumpliendo con nuestro convenio de colaboración con el Aytuntamiento de Madrid, de los días 3 al 10, la Filmoteca albergará el ciclo paralelo del festival DocumentaMadrid 15 (http://www.documentamadrid.com/es/) denominado España 1936-1939: La guerra filmada, en la que se muestran veinte películas que hablan sobre nuestra Guerra Civil, diez desde el documental y otras diez desde la ficción. En el ciclo se unen películas filmadas durante la guerra junto a otras que la han reconstruido a posteriori. Entre los documentales destacan El honor de las injurias (Carlos García-Alix, 2007), Morir en Madrid (Frédéric Rossif, 1962) o Spanish Earth (Joris Ivens, 1937). Y entre las ficciones, Rojo y negro (1942, Carlos Arévalo, 1942), ¡Ay, Carmela! (Carlos Saura, 1990) o Aurora de esperanza (Antonio Sau, 1937). Organizado por la Embajada de Portugal en España, dedicamos un ciclo al productor Paulo Branco, una de las figuras centrales del cine europeo desde hace 40 años y considerado el productor independiente más importante del mundo. La lista de directores a los que ha producido es una buena muestra de su importancia: David Cronenberg, Jerzy Skolimowski, Wim Wenders, Chantal Akerman, Alain Tanner, Werner Schroeter, André Téchiné, Andrzej Zulawski, Olivier Assayas, Sharunas Bartas, João César Monteiro, Philippe Garrel, Mathieu Amalric… Entre todos ellos destaca su colaboración con Raúl Ruiz y Manoel de Oliveira. Paulo Branco es, además, un viejo amigo de la Filmoteca, y ya nos visitó en 1986 y 1996. Este ciclo constará de 9 títulos, entre ellos Mistérios de Lisboa (Raúl Ruiz,2010), Linhas de Wellington (Valeria Sarmiento, 2012) o Cosmos, la última película del recientemente fallecido Andrzej Zulawski. El ciclo se inaugurará el día 10 con la presencia de Pedro Berhan da Costa, Agregado Cultural de la Embajada de Portugal y Paulo Branco estará con nosotros el día 26 para presentar La Chambre bleue (Mathieu Amalric, 2014). Continuamos este mes con el ciclo de Femmes fatales, mostrando otros ejemplos de este icono narrativo y de este arquetipo tan temido como admirado. Así, este mes podremos ver a actrices como las míticas Greta Garbo (Flesh and the Devil, Clarence Brown, 1926) y Marlene Dietrich (A Foreign Affair, Billy Wilder, 1949) junto a otras actrices que han marcado toda una forma de entender el cine como Ava Gardner (Pandora and the Flying Dutchman, Albert Lewin, 1951), Joan Crawford (Mildred Pierce, Michael Curtiz, 1945), Peggy Cummins (Gun Crazy, Joseph H. Lewis, 1949), Bette Davis (Jezebel, William Wyler, 1938 y Beyond the Forest, King Vidor, 1949, esta por primera vez en Filmoteca), Gloria Grahame (Human Desire, Fritz Lang, 1954 y The Bad and the Beautiful, Vincente Minnelli, 1952), Simone Simon (La Bête humaine, Jean Renoir, 1936 y Cat People, Jacques Tourneur, 1942), Barbara Stanwyck (Double Indemnity, Billy Wilder, 1944, The File on Thelma Jordon, Robert Siodmak, 1950 y The Strange Love of Martha Ivers, Lewis Milestone, 1946) Sharon Stone (Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992), Lana Turner (The Postman Always Rings Twice, Tay Garnett, 1946) y Kathleen Turner (Body Heat, Lawrence Kasdan, 1981). El ciclo continuará en junio. Con motivo de la publicación del libro Eduardo García Maroto. Vida y obra de un cineasta español, de Miguel Olid y de la exposición que le va a dedicar la Academia de Cine, le dedicamos un pequeño ciclo a Eduardo García Maroto, director clave para entender el desarrollo de la industria cinematográfica española desde el cine mudo a los años sesenta. El ciclo se compondrá tan sólo de tres sesiones porque lamentablemente son muchas las películas dirigidas con él que se encuentran o bien desaparecidas o sin copias aptas para la proyección (caso de Schootis, Mi fantástica esposa, Truhanes de honor y Tres eran tres). El día 27 se presentará el libro con la presencia del autor, Miguel Olid y de dos hijos del cineasta, Eduardo García Matilla y Agustín García Matilla. Dentro de nuestros dos ciclos permanentes, CCR: sesiones de archivo donde este mes proyectaremos Casanova (Alexandre Volkoff, 1927), procedente de un depósito de Paco Hoyos. Esta película muda se podrá comparar con The Casanova Variations (Michael Sturminger, 2014), la última adaptación cinematográfica de las memorias de Casanova, que se proyectará en el ciclo de Paulo Branco. Y en Encuentros con la Alliance française proyectaremos La Vie de Jésus (Bruno Dumont, 1997), no estrenada comercialmente en España (aunque sí distribuida en DVD) y Le Chat du Rabbin (Joann Sfar, 2011), adaptación en animación del cómic del mismo título. El día 19 presentaremos el libro Luis Buñuel en su archivo, de Javier Herrera, con la presencia del autor, Ian Gibson, Pedro Poyato, Alfonso Puyal, Ramón Rubio y Mario Barro. Tras la presentación se proyectará Los olvidados (Luis Buñuel, 1950), con los dos finales. El viernes 20 albergamos la inauguración del festival ImagineIndia con la proyección de la película Island City (Ruchika Oberoi, 2015). Chema Prado El pasado 31 de marzo, Chema (José María) Prado (Rábade, Lugo, 1952) se prejubiló como director de Filmoteca Española, tras 27 años en el cargo. Chema Prado entró a trabajar en Filmoteca Española en 1976, primero en el Departamento de Programación, del que se hace cargo hasta 1989, año en el que asume la Dirección que ha ostentado hasta hoy. Además, desde 1993 hasta 1999 ha sido miembro del Comité Ejecutivo de la FIAF y es un referente para el conocimiento de la historia del cine español. Con el impulso de Chema, la Filmoteca ha tenido también una sede administrativa central, recuperando el Palacio de Perales, y ha logrado que el cine Doré se haya convertido en la sala permanente de proyecciones, por la que han pasado importantísimas personalidades de la historia del cine. Hay que añadir la consecución de la construcción, puesta en marcha y funcionamiento del Centro de Conservación y Restauración de la Filmoteca Española, situado en la Ciudad de la Imagen, en Pozuelo de Alarcón, que ha supuesto un paso de gigante para la conservación del patrimonio fílmico. Chema Prado es una figura con un enorme prestigio internacional, tanto en el terreno de los archivos fílmicos como en el de la producción cinematográfica. Gracias a su impulso e interlocución, son numerosas las figuras de primer nivel que han visitado Filmoteca española: Budd Boetticher, Chantal Akerman, Néstor Almendros, Patricio Guzmán, Isabelle Huppert, Isabella Rossellini, Alain Tanner, Robert Kramer, Jean Negulesco, Alain Robbe-Grillet, marguerite Duras, Atom Egoyam, Jean Eustache, Jacques Demy, Philippe Garrel, Amos Gitai, Marcel hanoun, Santiago Álvarez, Claude Chabrol, los hermanos Dardenne, Barbet Schroeder, Jim Jarmusch, Wes Anderson, Bernardo Bertolucci, Paulo Branco, Jean-Claude Carrière, Stanley Donen, Raymond Depardon, Harun Farocki, Robert Guediguian, Harun Farocki, Werner Herzog, Aki Kaurismaki, Abbas Kiarostami, John Malkovich, Manoel de Oliveira, Bob Rafelson, Arturo Ripstein, Ridley Scott o Vittorio Storaro, entre muchos otros. En noviembre de 2015 recogió dentro del marco de la decimotercera edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, representando a la Filmoteca Española, el Premio Fénix por la Contribución a la Cultura Cinematográfica de Iberoamérica. Ha colaborado como asesor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y ha participado como Jurado en los Festivales de Cine de Cannes, Sundance, Valladolid, Locarno, Los Ángeles, Montpellier, Guadalajara (México), La Habana, Miami, Rotterdam y Venecia. Ha sido nombrado Chevalier des Arts et des Lettres de la República Francesa (1995), Medalla de Oro de la Academia Gallega do Audiovisual (2004) y Encomienda de número al Mérito Civil (2011). Dedicado también a la fotografía artística, desde 1993 ha comenzado a exponer de manera regular su obra fotográfica en ciudades como Madrid (Círculo de Bellas Artes, Fundación Jorge Castillo y galerías Nájera, Bárcena y Moriarty), Venecia (Galería Imagine), Las Palmas (Palacio Salazar), Gran Canaria (Casa Colón), Lanzarote (Los Aljibes), Gijón (Centro de Cultura Antiguo Instituto), Santander (Galería Nuble), México D. F. (Museo del Chopo), Murcia (FotoEncuentros), Lyon (Institut Lumière) y en Guadalajara, México (Chema Prado/Series). Werner Hochbaum Un hombre que ha pasado quince años en prisión se encuentra de pie ante la puerta de su apartamento. Toca el timbre, pero nadie le abre; en el interior sólo se oye el canto de un canario. Tras un momento de desánimo, el ex-convicto empieza a tocar de nuevo el timbre, no tanto porque espere que le dejen entrar sino para entablar una conversación musical con el canario. Esta breve escena de Morgen beginnt das Leben, de Werner Hochbaum, se presta bien para resumir el estilo y la atmósfera de sus películas: es el de Hochbaum un cine de la melancolía, si no de la desesperación, con repentinas sacudidas de alegría. Tanto en la vida (1899-1946) como en el trabajo, el cineasta alemán permaneció siempre en el umbral entre la experimentación y la popularidad, entre el compromiso político y las idiosincrasias poéticas, entre la fama y el olvido. Elogiado por los críticos nacionales e internacionales contemporáneos suyos y redescubierto apasionadamente en los años setenta –el historiador del cine Ulrich Kurowski lo definió como “el cineasta alemán más importante después de Murnau, Lang, Lubitsch y Ophüls– Hochbaum permanece aún en los márgenes de la historia del cine: una figura escurridiza, cuando no un secreto bien custodiado. El carácter esquivo de su obra se debe en parte a una vida llena de rupturas y de cambios de rumbo que conforman aquella y complican los juicios. A los treinta años, cuando terminó de rodar su primera película, Brüder, había combatido ya en la Primera Guerra Mundial como voluntario y se había visto involucrado en un absurdo proceso por traición. Brüder fue financiada por el Partido Socialdemócrata de Hamburgo, gracias al cual se inició también como crítico cinematográfico. Hochbaum se inspiraba para sus críticas en el periódico local del partido en los escritos de Béla Balász y en las películas de Walter Ruttmann. Su influencia queda patente en los dos primeros y desconcertantes filmes sonoros del director, Razzia in St. Pauli y Morgen beginnt das Leben. Partiendo de presupuestos exiguos e historias minúsculas, las dos películas exploran las texturas y los ritmos de la vida cotidiana con una soltura que recuerda el cine impresionista francés, y defienden un ideal formalista a punto de desaparecer para siempre de las pantallas alemanas. Hochbaum siguió trabajando en Alemania después del ascenso al poder del nazismo, pero el giro decisivo en su carrera llegó con dos coproducciones con Austria, la premiada Die ewige Maske y Vorstadtvarieté, conmovedora adaptación de una obra teatral antimilitarista de Felix Salten. El éxito de crítica le orientó hacia una carrera especializada en elegantes películas de consumo, que terminó bruscamente en 1939. Inmediatamente después de rodar el filme propagandístico Drei Unteroffiziere, Joseph Goebbels le prohibió ejercer su profesión. La bandera con la esvástica que ondea al final de Drei Unteroffiziere es la última imagen de una película de Hochbaum. Murió de tuberculosis en 1946 mientras preparaba el drama sobre la resistencia Der Weg im Dunkeln. Apropiado epitafio para una carrera marcada por la tenacidad pero también por el compromiso político, el título puede traducirse aproximadamente como “El camino a través de la oscuridad”. Joachim Schätz, “Werner Hochbaum. Un uomo diverso” en Catálogo Il Cinema ritrovato 2014, Los contrastes de Werner Hochbaum Werner Hochbaum (1899-1946) tuvo una vida breve y una carrera como cineasta bastante paradójica; su nombre no figura en muchos diccionarios y es casi habitual que las historias del cine omitan mencionar una sola de sus películas. Ni siquiera Georges Sadoul pareció tomar nota de su primer largo, Brüder (Hermanos, 1929), pese a tratarse de una obra decididamente proletaria, claramente influida por Eisenstein y con una fuerza notable tanto en la creación de imágenes como en su mensaje militante; hasta sus mayores limitaciones – un maniqueísmo algo caricaturesco y ciertos efectos de montaje simbólico procedentes de La huelga (1924) y Octubre (1927/8) – se ven compensadas por rasgos pre-neorrealistas: no utilizó actores, sino auténticos obreros portuarios y sus familias (muy convincentes) para narrar una histórica huelga del puerto de Hamburgo aplastada en 1896-1897. Aparte de un par de documentales y otro par de corto o mediometrajes, al parecer perdidos (o destruidos), la filmografía de Hochbaum comprende catorce largos, divididos entre dos periodos muy claramente diferenciados: de 1929 a 1933 y de 1934 a 1939. Algunos le reprocharon, tras su primera etapa izquierdista, que se convirtiese en un sólido artesano “de la UFA” sin tener en cuenta que en medio Hitler se hizo con el poder y que durante el nazismo los antecedentes de Hochbaum eran peligrosos en extremo ni tampoco que, por lo general, a partir de 1934 procuró hacer películas austriacas, además de una húngara y otra austriaco-suiza, hasta que, a partir de 1938, tras la anexión de Austria, ya dio lo mismo, por lo que hizo en Alemania sus dos últimas películas(en 1938 y 1939) y durante la guerra permaneció inactivo; hay que señalar que recurrió a la astucia de rodar operetas vienesas o melodramas de época, que era la mejor manera de tratar de eludir la propaganda y hasta la omnipresente imaginería nazi (banderas, svásticas y uniformes por doquier). Por otra parte, y aunque las escapistas no son ciertamente sus mejores películas ni las más interesantes, el cine de Hochbaum no dejó de tener un acusado vigor estético, ideas visuales brillantes y muy notable dirección de actores, sobre todo, creo yo, en Man spricht über Jacqueline (1937); pero todas las que he visto resisten la comparación con las “guerras de valses” de Ludwig Berger y similares, y son muy superiores a las películas de Ernst Marischka en los años 50, aunque a ciertos paladares puedan resultar excesivamente almibaradas, y estén, desde luego, en los antípodas de la tradición social (o comunista) del cine alemán que ilustraron, al menos ocasionalmente, entre otros, Carl Junghans, Joe May, Richard Oswald, Lupu Pick, Karl Heinz Martin, Phil Jutzi, G.W. Pabst o Slatan Dudow. Pero lo más valioso de Hochbaum es, por supuesto, ese primer periodo, en el que retrospectivamente pudo parecer la promesa de un Jean Vigo alemán, con obras tan asombrosas y vivas aún hoy como Razzia in St Pauli (1932), Schleppzug M 17 (1933, empezada e interpretada por Heinrich George), y Morgen kommt das Glück(Mord im Café Central)/Morgen beginnt das Leben(1933), que conjugan sorprendentemente la militancia con el lirismo, la descripción e ilustración de ambientes obreros y de marginales al borde de la ley, más cerca de imágenes, rostros, gestos y actitudes (a menudo acompañados de canciones) que tendemos a asociar con el cine francés, desde L’ Hirondelle et la Mésange (1920) de André Antoine a L’ Atalante(1934), desde los Renoir, Duvivier y Grémillon de esa época hasta el posterior Jacques Becker; incluso encuentro que algunos rasgos muy deslumbrantes y originales para 1932 de Razzia in St. Pauli anticipan cosas semejantes de un film como À bout de souffle (1959) de Jean-Luc Godard y recuerdan que los años en que se consumó la transición al cine sonoro fueron de los más innovadores y aventureros en aspectos como la estructura narrativa, la diversa duración de las escenas, las elipsis que daban paso a otras secuencias, la iluminación y la textura visual. Miguel Marías, abril 2016 España 1936-1939: la guerra filmada Se cumplen 80 años del comienzo de la Guerra Civil española, y DocumentaMadrid, con la colaboración de Filmoteca Española, propone este año un repaso por algunas de las películas que, desde 1936 hasta hoy, han abordado el que es uno de los acontecimientos que más interés ha suscitado dentro y fuera de España. La muestra incluye diez documentales y diez ficciones que, desde distintos momentos de la historia y desde prismas diferentes, abordan un conflicto que puso a España en el centro de atención del panorama mundial y que, desde entonces, ha atraído a directores de diferentes nacionalidades, algunos de ellos grandes nombres de la historia del cine. De entre las películas incluidas, la producción realizada durante la contienda nos permite acceder sin mediaciones a esos momentos en los que el cine era entendido como arma política. Largometrajes como Aurora de esperanza (A. Sau Olite, 1937), Tierra de España / Spanish Earth (J. Ivens, 1937), Defenders of the Faith (R. Palmer, 1938), L´Espagna vivra (H. Cartier-Bresson, 1939) y Ispanija (E. Shub, 1939) se posicionaban hacia un bando u otro y lo hacían con la vehemencia que caracterizaba al cine de la época. El fin del conflicto no implicó la desatención hacia este relevante acontecimiento, que durante las siguientes décadas sería abordado de manera retrospectiva y bajo una amplia diversidad de estilos y posicionamientos. Uno de los títulos más paradigmáticos incluidos en el ciclo es Por quién doblan las campañas (S. Wood, 1943), producción estadounidense basada en la novela del corresponsal durante la guerra y escritor Ernest Hemingway. También están presentes dos películas controvertidas: la falangista Rojo y negro (Carlos Arévalo, 1942), cuya carrera comercial, interrumpida repentinamente, ha dado lugar desde entonces a todo tipo de elucubraciones acerca de las posibles razones de su salida de la circulación; y Morir en Madrid (F. Rossif, 1962), película francesa que abordaba el conflicto desde el punto de vista de los perdidos y que estuvo prohibida en España hasta 1977. Dentro de la producción nacional, Tierra de todos (A. Isasi-Isasmendi, 1962), realizada bajo la dictadura franquista, es una mirada al conflicto con voluntad conciliadora. Y títulos surgidos ya en democracia como La vaquilla (L. García Berlanga, 1985), La guerra de los locos (Manolo Matji, 1986), ¡Ay, Carmela! (C. Saura, 1990), Tierra y libertad (K. Loach, 1994), La hora de los valientes (A. Mercero, 1998) y La lengua de las mariposas (J. L. Cuerda, 1999) hablan del peso que este hecho histórico seguía teniendo en la configuración de una memoria cinematográfica sobre el conflicto pasado casi medio siglo de su inicio; y también, en no pocos casos, de la buena acogida de esta temática por parte del público. Con el presente ciclo, DocumentaMadrid propone un repaso por las diferentes y valiosas maneras de abordar desde el cine un conflicto sobre el que volvieron su cámara cineastas de todo el mundo y que, pese al tiempo transcurrido, aún sigue ejerciendo una especial fascinación. Paulo Branco Paulo Branco comenzó su carrera como productor entre París y Lisboa en 1979 y es, en la actualidad, una de las figuras más importantes de la producción independiente. Figura imprescindible del cine de autor, se le conoce por haber haber brindado su primera oportunidad a numerosos realizadores que se han convertido en cineastas inmensos. A lo largo de 30 años, Paulo Branco ha producido más de 270 películas y trabajado con los cineastas más reputados del mundo, como David Cronenberg, Jerzy Skolimowski, Wim Wenders, Chantal Akerman, Alain Tanner, Werner Schroeter, André Téchiné, Andrzej Zulawski, Christophe Honoré, Olivier Assayas, Sharunas Bartas, Cédric Kahn, Lucas Belvaux, Valéria Bruni-Tedeschi, João César Monteiro, Paul Auster, Philippe Garrel o Mathieu Amalric, entre otros muchos. Su carrera se ha visto también marcada por una intensa colaboración, de más de 20 años, con Raúl Ruiz (Le temps retrouvé, Tres vidas y una sola muerte, etc.) y con Manoel de Oliveira (Francisca, El valle de Abraham, Le soulier de satin…). Su contribución a la dinámica del cine independiente resulta tan notable como la extensión de su carrera internacional. Desde el inicio Paulo Branco ha estado presente en los más importantes festivales internacionales. Ha sido miembro del jurado en los de Berlín (1999), Venecia (2005) y Rotterdam (2006), y Presidente del jurado en el Festival de Lecce y en el de Locarno en 2011. Es el productor con mayor número de películas seleccionadas para el Festival de Cannes y con mayor número de películas premiadas con la Palma de Oro. Ha presentado 53 films en Cannes, de los cuales 27 en la Sección Oficial, además de 48 en la Mostra de Venecia. Es también Presidente del Lisbon & Estoril Film Festival, que fundó en 2007. Todos los años recibe a los más grandes artistas e intelectuales del mundo, como David Lynch, Pedro Almodóvar, Bernardo Bertolucci, Francis Ford Coppola, Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Don Delillo, J.M. Coetzee, Cindy Sherman, Lou Reed, Stephen Frears, John Malkovich, Matthew Barney y Paul Giamatti, por citar sólo a algunos. Nombrado el « Más Europeo de los Productores » por la Cinemateca Francesa (homenaje «Bravo Branco»), la carrera de Paulo Branco se ha visto jalonada por numerosos homenajes y premios. El Parlamento Europeo le otorgó en 1997 en Estrasburgo el Premio al Mejor Productor Europeo. En 1998, la República de Chile le concedió la Orden Gabriela Mistral, la más alta distinción del país, por su colaboración con Raúl Ruiz. En 2002, el Festival de Locarno concedió por primera vez su Premio Raimondo-Rezzonico al Mejor Productor Independiente a Paulo Branco. En 2004, la República Francesa le concedió la distinción de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras. En 2014, el trigésimo Festroia (Festival Internacional de Cine de Setúbal) rindió homenaje a Paulo Branco y la Asociación Cultural de São Paulo «Produção Criativa» organizó un ciclo dedicado a su obra, «O cinema de Paulo Branco». Para concluir, ese mismo año el Festival Internacional de Cine de Dublín le propuso impartir una Master Class. “Paulo Branco, productor”, en http://www.alfamafilmsportugal. com/paulo_branco_cv_pt.pdf Eduardo García Maroto Eduardo García Maroto nació en Jaén el 14 de diciembre de 1903. Debido a la profesión de su padre (gerente de centrales eléctricas), pasó su infancia en diversas localidades de España hasta que se instaló en Madrid. Aficionado al cine desde joven, entró en contacto con la profesión como auxiliar de laboratorio en Madrid Films. Poco después fue ayudante de cámara en algunos largometrajes de cine mudo, en los que también intervino con pequeños papeles como actor dada la insistencia de los directores y su afición a caracterizarse en los más variopintos personajes (vaquero, oficial del ejército, chófer, soldado árabe, etc.). Fue uno de los pioneros de nuestra cinematografía en conocer las nuevas técnicas del cine sonoro en París y en aplicarlas en España. Trabajó como operador de noticiarios y filmó la proclamación de la II República en Madrid y el entierro de Pablo Iglesias. Más tarde, formó parte del equipo fundador, como jefe de montaje, de la productora C.E.A. Allí llegó a trabajar con Luis Buñuel y Miguel Mihura. Con este último escribió el guión de sus primeros cortos, Una de fieras, Una de miedo, Y ahora... ¡una de ladrones!. La crítica recibió con innumerables elogios estos trabajos en los que parodiaba el cine de aventuras, el de terror y el policíaco. Tuvieron tal acogida de público, que Vicente Casanova le llamó para proponerle producir una película, La hija del penal, con la que también logró un gran éxito comercial y de crítica. Se encontraba en el mejor momento de su carrera, pletórico por los elogios y preparando su segundo largometraje, cuando estalló la Guerra Civil. Debido a su vinculación laboral con Cifesa y a que el alzamiento militar le sorprendió en Córdoba, controlada por los militares sublevados a la República, se incorporó al equipo que participó en la producción de los documentales propagandísticos en favor de éstos. Tras la Guerra Civil no pudo seguir haciendo comedias como las realizadas durante la II República porque la censura prohibió sus guiones. También tuvo muchísimos problemas con Millán Astray, que quiso vetar su penúltimo largometraje, Truhanes de honor, por el retrato que hacía de los legionarios. Dirigió buenas comedias como Los cuatro Robinsones y Mi fantástica esposa junto a otras, que lograron un gran éxito, pero de las que renegaba, como Canelita en rama. También fue autor de A mantilha de Beatriz y Nâo ha rapazes maus, largometrajes rodados en Portugal, donde tuvieron un gran éxito. En su última película, Tres eran tres, volvió a sus orígenes al parodiar de nuevo varios géneros, como el western, el terror y la ‘españolada’, pero se encontró de nuevo con la intolerancia de los censores. Tampoco logró muchos apoyos en su último empeño como director, la adaptación al cine infantil de Don Quijote en seis episodios de 30’, obra que quedó inconclusa. Por fortuna, emprendió una nueva como director de producción de las grandes producciones del cine norteamericano rodadas en España desde mediados de los años 50. Su papel fue decisivo en películas de la talla de Orgullo y pasión, Salomón y la reina de Saba y Patton, entre otras muchas. Tras retirarse del cine dos décadas después, disfrutó de varios reconocimientos y premios, incluido del Festival internacional de cine de San Sebastián. Residió los últimos años de su vida en Marbella pero falleció en Madrid el 26 de noviembre de 1989. Miguel Olid Suero