LAS COMUNIDADES PISCÍCOLAS DEL RÍO ALMONTE R. MORÁN LÓPEZ, O. UCEDA TOLOSA Y A.B. PERALES CASILDO GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN BIOLOGÍA DE LA CONSERVACIÓN (1) FAUNA PISCÍCOLA DE LA CUENCA DEL ALMONTE (Chondrostoma arcasii) y el septentrional para otras como el barbo comizo (Barbus comiza). Además, cabe La del Tajo es una de las mayores cuencas peninsula- citar un endemismo propio de la cuenca, la boga de res, cuyo curso atraviesa el norte extremeño y desem- río (Chondrostoma polylepis). Incluso muy reciente- boca en el vecino Portugal. A diferencia de otras gran- mente, en el año 1997, se ha descrito una especie des cuencas, presenta una posición geográfica media nueva para la ciencia que es además endémica de esta dentro de la Península Ibérica . Ello ha motivado que cuenca (DOADRIO y PERDICES, 1997). Se trata de la las comunidades piscícolas que se han desarrollado en colmilleja del Alagón (Cobitis vettonica), una especie sus aguas sean muy interesantes por su composición de pequeño tamaño. En definitiva, y como correspon- igualmente intermedia, pues constituye el límite de de a una zona de transición, el Tajo alberga una fauna distribución de distintas especies. Se puede citar en de gran diversidad e interés. este sentido que la cuenca del Tajo es el límite meridio- En la margen izquierda del Tajo, la penillanura truji- nal para algunas especies como la bermejuela llana se ve drenada por el río Almonte, que con sus (1) Grupo de Investigacion en Biología de la Conservacion (G.I.C.). Area de Zoologia, Facultad de Ciencias, Universidad de Extremadura. Avda. de Elvas s/n, 06071 Badajoz - España. E-mail: [email protected]. Web: http://www.unex.es/unex/grupos/grupos/gic Número 22. Verano de 2008 61 ALMONTE. UN RÍO DE VIDA Y DE CULTURA afluentes Guadiloba, Tozo y Tamuja recogen las apor- lleja (cobítido), o los más numerosos ciprínidos en la taciones de un círculo de sierras (Vi l l u e rc a s , forma de barbos, boga, tenca, y otros menores como el Guadalupe, etc) que por su inclinación vierte a aquél. cacho, la pardilla o el calandino. La escasez de caudales es la principal característica de Por tanto, el río Almonte junto con sus afluentes en su estos ríos (GARCÍA, 1994), con un régimen típicamen- estado actual de conservación, aportan un valor te mediterráneo de marcada estacionalidad. No obs- ambiental notable al área que drenan bajo la forma de tante la dureza del régimen, este área participa en biodiversidad de vertebrados que, como se verá, están gran medida de la riqueza piscícola de la cuenca a que muy amenazados. Esto no siempre resulta evidente pertenece, con un total de nueve especies (Tabla 1 y considerando la escasa visibilidad de un grupo estric- Figura 1. Composición de las comunidades piscícolas presentes en el río Almonte, en función de (a) las familias piscícolas, (b) su origen biogeográfico (autóctonas vs exóticas), (c) grado de endemicidad y (d) grado de amenaza. Figura 1a). Estas especies constituyen un valor reseña- tamente acuático que atrae menos simpatías que, por ble – tanto más para un curso secundario – en un con- ejemplo, las aves. Además de por la riqueza de espe- texto ibérico de baja diversidad debida a una dura his- cies, la fauna piscícola del Almonte es doblemente toria geológica. Así, se pueden citar especies de tres valiosa por albergar numerosos endemismos, i.e. familias como la trucha común (salmónido), la colmi- especies de distribución restringida (Tabla 1 y Figura 62 Piedras con Raíces. LAS CMUNIDADES PISCÍCOLAS DEL RÍO ALMONTE 1c). Seis de las nueve especies son endemismos ibéri- resultado de su mayor especificidad de hábitat. Por cos (colmilleja, barbos común y comizo, pard i l l a , otro lado, se puede establecer una diferenciación entre calandino y cacho) y una más es endemismo de la el curso principal del Almonte y sus afluentes antes cuenca (boga de río). Sólo la tenca y la trucha común citados, cuyo menor tamaño origina masas de agua presentan distribuciones más extensas fuera de las que sufren con mayor dureza los periodos de estiaje. cuencas ibéricas. Las especies endémicas por sus res- Es por ello que su fauna piscícola característica está tringidas áreas de distribución son más vulnerables a constituida fundamentalmente por las especies de todo tipo de impactos. Ello confiere especial responsa- menor tamaño, siendo las más representativas la col- bilidad de conservación de la biodiversidad a los milleja, la pardilla y el calandino. Las grandes especies agentes gestores del medio ambiente a una escala s u f ren en estos lugares grandes presiones por la regional y local, como es el caso del río Almonte. mayor dureza ambiental, la menor disponibilidad de El reparto de las especies en los hábitats fluviales de la alimento y la mayor exposición a la predación por ver- zona es heterogéneo, como cabe esperar de las distin- tebrados terre s t res (MORÁN-LÓPEZ et al., 2005, tas adaptaciones que a lo largo de la evolución han 2006). separado a las especies en su morfología, alimenta- Como se puede ver, este reparto de las especies en los ción, comportamiento, etc (MORÁN-LÓPEZ et al., hábitats óptimos que les son propios, conforme a las 2005). Sólo en los tramos más altos del Almonte es adaptaciones conseguidas en el largo tiempo geológi- posible encontrar al único representante de la familia co y evolutivo, se ve reflejado en una distribución de los salmónidos, la trucha común, que requiere espacial diferencial y en equilibrio con las condiciones aguas claras y oxigenadas (Figura 2). Los ciprínidos ambientales naturales. No es éste el caso de otras dominan los tramos medios y bajos del curso princi- especies, traídas desde cuencas lejanas por el hombre pal, incluyendo especies de tamaño medio a grande en tiempos históricos y aún actualmente. Las denomi- (barbos, boga, tenca) junto con otras de menor talla nadas especies alóctonas, foráneas, exóticas o introdu- (cacho, calandino); es posible además encontrar a la cidas devienen con frecuencia en invasoras cuando colmilleja en estos hábitats de aguas no tan claras, más consiguen adaptarse, siquiera parcialmente, a las con- lentas y con mayor carga de sedimentos. Sólo el cacho diciones locales. El resultado es una colonización eco- parece diferenciar los tramos medios de los bajos, por lógica y geográfica del nuevo medio que puede dar encontrarse únicamente en los primeros, probable lugar a explosiones poblacionales, cuyas consecuen- Número 22. Verano de 2008 63 ALMONTE. UN RÍO DE VIDA Y DE CULTURA 64 Piedras con Raíces. LAS CMUNIDADES PISCÍCOLAS DEL RÍO ALMONTE cias están bien documentadas en numerosos lugares naturalidad, antes apuntado, sino también en su del mundo: las especies invasoras han causado la mayor resistencia ambiental a elementos foráneos. desaparición o merma de poblaciones autóctonas y su Lamentablemente este proceso de desnaturalización desplazamiento hacia tramos marginales, ya sea por de la fauna piscícola continúa, ya que hay que añadir predación o competencia. a esta lista las recientes citas de pez gato (Ictalurus Como prácticamente ninguna otra, lamentablemente melas) en el embalse del Guadiloba por parte de pes- la cuenca del Almonte tampoco está exenta de tales cadores. Hay que señalar que la introducción de espe- invasiones (Figura 1b). Su grado de naturalidad es sin cies tiene efectos muy perniciosos (ELVIRA, 1995), embargo superior al promedio observado en siendo Extremadura, con 30,8% frente a un 37,5% de especies (POLLARD, 1990). Junto con la pérdida de hábitats alóctonas, respectivamente. Así, se ha citado a la tru- naturales, la introducción de especies es la principal cha arcoiris en los tramos altos, probablemente proce- responsable de las extinciones conocidas de especies dentes de repoblaciones continuas, del lucio en el animales en los últimos siglos. Y ello especialmente en embalse de Casillas, y de la carpa en éste y en el los ecosistemas acuáticos alterados por la acción embalse de Guadiloba; sólo una pequeña especie, la humana, donde las especies autóctonas son especial- gambusia, está presente en áreas algo mayores y fuera mente vulnerables. El buen estado de conservación de de embalses pero tampoco muestra una presencia la mayoría de los tramos fluviales del Almonte es con- generalizada. Se puede observar por tanto que este secuentemente el mayor garante de la conservación de componente extraño a la fauna piscícola local perma- la riqueza piscícola autóctona y endémica, que como nece frecuentemente merced a alteraciones del régi- se puede ver tiene ventajas competitivas en regímenes men hidrológico, que proveen hábitats-salvavidas en hidrológicos mediterráneos no alterados. Los conoci- un ambiente por lo demás impropio y desfavorable mientos científicos actuales permiten predecir que (MORÁN-LÓPEZ et al., 2006). Por tanto, el valor de la modificar esta situación conllevará consecuencias cuenca del Almonte no está sólo en su mayor grado de negativas inducidas por la expansión de las especies Figura 2. (pagina anterior). Distribución de especies piscícolas en la cuenca del río Almonte, en base a las cuadrículas UTM de 10 km (mapa central). Especies autóctonas en la parte superior y especies alóctonas en la inferior. Carpa de espejo (1). Datos del Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España (Doadrio, 2001). un grave problema a nivel mundial invasoras. Número 22. Verano de 2008 65 ALMONTE. UN RÍO DE VIDA Y DE CULTURA VALOR EN CONSERVACIÓN DE LAS COMUNIDA- nifica que tales especies se encuentran ante un alto riesgo de extinción a medio plazo. Se incluyen aquí DES PISCÍCOLAS trucha común (Salmo trutta), el barbo comizo (Barbus La presencia de valores naturales per se no garantiza comiza), la pardilla (C. lemmingii), el calandino su conservación a largo plazo. Al comprobar el estado (Squalius alburnoides), el cacho (S. pyrenaicus) y la de conservación y endemicidad de las 13 especies de colmilleja (Cobitis paludica). peces autóctonas datadas en la cuenca del Almonte Dos especies más presentan una menor amenaza (DOADRIO, 2001) se revela una situación preocupan- ((22% de las autóctonas), incluyendo al barbo común te. En efecto, la mayoría de las especies son endémicas (Barbus bocagei) y la boga de río (Chondrostoma y se encuentran amenazadas (Tabla 1 y Figura 1c-d). polylepis), y sólo una está clasificada como no amena- Destaca en primer lugar las seis especies catalogadas zada, la tenca (Tinca tinca). como vulnerables (el 67% de las autóctonas). Esto sig- Señalar que la endemicidad – distribución restringida Tabla 1. Especies piscícolas citadas en la cuenca del río Almonte. Información sobre su origen biogeográfico (A es autóctona y E es exótica), endemicidad (EI es endemismo ibérico y EC es endemismo de cuenca), y estado de amenaza según las categorías de la UICN (EX extinto; CR en peligro crítico; EN en peligro; VU vulnerable; LR menor riesgo; NA no amenazada). Datos del Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España (Doadrio, 2001). 66 Piedras con Raíces. LAS CMUNIDADES PISCÍCOLAS DEL RÍO ALMONTE – confiere especial preocupación a la amenaza sobre ción de las condiciones originales – en el régimen o en las especies, como se ha visto, mientras que más de la los hábitats – se siguen alteraciones de las comunida- mitad (54%) de las especies del área son endémicas des piscícolas que, por bien documentadas, pueden además de amenazadas. Sólo resta señalar que la coin- ser pronosticadas en sus componentes principales. Se cidencia de endemicidad y amenaza sobre las comuni- trata por tanto de una relación causa-efecto originada dades piscícolas en un ambiente fluvial bastante bien por los factores de amenaza. conservado señalan, sin lugar a dudas, una excelente Una de las mayores modificaciones tiene que ver con oportunidad para la conservación de la biodiversidad el régimen hidrológico, cual es el objetivo de los en ambientes mediterráneos. embalses, que alteran la cantidad y calidad del agua En resumen, la cuenca del Almonte ostenta un eleva- circulante. Ello ocasiona en estos lagos artificiales una do valor en conservación de la biodiversidad piscíco- diferenciación de la fauna piscícola para dominar la tanto dentro del ámbito de la cuenca del Tajo como especies de mayor talla como barbos y bogas, junto en un contexto Ibérico. Dicha cuenca alcanza elevadas con multitud de especies invasoras (DOADRIO, 1986), puntuaciones en todos los criterios utilizados habi- y simultáneamente a la pérdida del resto de especies. tualmente en la valoración faunística: número eleva- Ello se debe fundamentalmente a su incapacidad para do de especies, alto grado de naturalidad, elevada adaptarse a las nuevas condiciones, a la predación o endemicidad y gran número de especies incluidas en competencia con las especies invasoras – ahora bene- alguna categoría de amenaza. ficiadas por el nuevo régimen, como se ha visto – o bien a la desaparición de su alimento (GRANADO PRINCIPALES FACTORES DE AMENAZA LORENCIO, 1996). Los efectos ocasionados por los embalses sobre las comunidades piscícolas son en El río Almonte es un buen ejemplo del hecho de que consecuencia muy negativos y están hoy ampliamen- los cursos o tramos fluviales menos afectados por los te documentados. La construcción de presas está usos humanos (agricultura intensiva, vertidos urba- determinada por razones de tipo socio-económico nos e industriales, presas, etc) presentan una mayor (turismo y deportes, regulación de avenidas, produc- riqueza de especies, y de que entre ellas destacan los ción de energía hidroeléctrica y abastecimiento de endemismos propios y numerosas especies incluidas agua potable y para riego) pero no biológicas. en las categorías de mayor amenaza. De la modifica- Los efectos de la creación de aguas embalsadas en ríos Número 22. Verano de 2008 67 ALMONTE. UN RÍO DE VIDA Y DE CULTURA Lucio de gran tamaño reposando en un lecho de charas a finales del periodo invernal. estacionales no sólo se prolongan desde el propio vaso sos de invasión. El resultado es variable y dinámico y curso abajo por factores físicos (inundación y explo- dependiendo de las condiciones físicas y biológicas de tación), sino también curso arriba por factores bióticos los elementos en juego, siendo la presencia del embal- (invasiones biológicas). Las especies invasoras no sólo se un factor fundamental. Por ello el impacto de un utilizan el embalse como lugar de vida sino también embalsamiento es mucho más extenso de lo que como “puente” desde el que realizar repoblaciones puede pensarse en principio, lo cual afectaría en el “naturales” curso arriba (MORÁN-LÓPEZ et al., Almonte a poblaciones de endemismos amenazados. 2006). Se trata de una continua lucha donde la dureza Aguas abajo de una presa la regulación de caudales de los ríos mediterráneos, con su estacionalidad y per- altera la cantidad y periodicidad de los aportes de turbaciones ocasionales (riadas y sequías), ejercen un agua, tanto a nivel diario como estacional. El denomi- empuje río abajo hasta el refugio del embalse, lugar nado caudal mínimo ecológico es con frecuencia inter- desde donde se inician continuamente nuevos proce- pretado con laxitud en una gestión que trata de evitar 68 Piedras con Raíces. LAS CMUNIDADES PISCÍCOLAS DEL RÍO ALMONTE pérdidas del recurso. Ello ocasiona la desaparición de las especies con requerimientos más estrictos en cuanto a cantidad, calidad y estacionalidad de los caudales circulantes, en favor de las oportunistas de ciclo corto que ocupan este espacio tras la construcción del embalse. Por último, las presas se constituyen en barreras infranqueables a los desplazamientos de los peces, con especial incidencia en las especies migradoras. Ello resulta en la fragmentación de poblaciones y en la pérdida de grandes áreas de uso; pese a poseer amplias distribuciones mundiales estas especies han perdido una fracción importante de su hábitat en todo el mundo. Otro aspecto importante del hábitat fluvial es la calidad del agua. La práctica carencia de aportes estivales debido a la estacionalidad del clima provoca fuertes estiajes que fragmentan los cursos en los denominados “charcones”, que dependiendo de su entidad permanecen hasta el siguiente periodo de lluvias o desaparecen a lo largo del verano. Las nuevas precipitaciones suelen tener lugar de forma brusca, con lo que las Barbos frezando en un tramo somero fluvial aprovechando la corriente (superior izquierda). Cacho buscando alimento en un tramo fluvial de curso medio a finales del periodo reproductor; aún son visibles los tubérculos perlíferos(superior derecha). Trucha común durante el periodo estival en una poza ubicada en el tramo alto de un curso de cabecera (centro). Barbo comizo saltando para rebasar un obstáculo durante la migración reproductora. Número 22. Verano de 2008 69 ALMONTE. UN RÍO DE VIDA Y DE CULTURA avenidas rellenan con rapidez los exhaustos cauces, estos meses de las industrias agroalimentarias que provocando finalmente una mejora de las severas con- aportan materia orgánica. La construcción de presas diciones de calidad del agua que imperan durante el en la mayoría de ríos y arroyos de cierta entidad agu- estío. Este comportamiento estacional agrava los pro- diza el problema, especialmente cuando no se respe- blemas de contaminación en los momentos más sensi- tan los caudales mínimos ecológicos, agravando la bles del año, tanto por los aportes sostenidos de las escasez de agua y prolongando el periodo de sequía aguas residuales urbanas como por la actividad en tras el inicio de las primeras lluvias. A ello hay que Curso fluvial de cabecera con un buen estado de conservación de la vegetación riparia y las orillas. 70 Piedras con Raíces. LAS CMUNIDADES PISCÍCOLAS DEL RÍO ALMONTE añadir el impacto de los vertidos de aguas de fondo en ble la modificación de la abundancia, distribución y verano, frías, deficientes en oxígeno y con elevadas conectividad de las poblaciones piscícolas con tres concentraciones de iones reducidos, causantes de efectos asociados: (1) una drástica disminución del mortandades piscícolas (GRANADO LORENCIO, área de distribución (regresión de endemismos); (2) 1996). un aumento en intensidad de impactos biológicos (invasión de exóticas); (3) menor disponibilidad de OPORTUNIDADES DE CONSERVACIÓN hábitats refugio en condiciones extremas (riadas y sequías). El Almonte drena áreas protegidas bajo diversas figu- La alteración de la cuenca y la red fluvial de este ras entre las que cabe destacar las de Lugar de importante afluente de un río severamente alterado, Importancia Comunitaria (LIC) de la Directiva como es el Tajo, conducirá a la destrucción de uno de Hábitats (92/42/CEE), además de Zona de Especial los últimos y más importantes refugios de la fauna Conservación para las Aves (ZEPA) por la Directiva endémica española. La conservación de las comunida- Aves (79/409/CEE). La coincidencia de tan importan- des piscícolas del Almonte constituye como conse- tes figuras de protección de los ecosistemas ligados al cuencia una oportunidad valiosa contemplada dentro medio fluvial del río Almonte no hacen sino reconocer del contexto europeo, donde existe una elevada densi- el excepcional estado de conservación de sus distintos dad poblacional humana con una larga historia de elementos (fauna, flora y hábitats). Y por tanto, que su ocupación y transformación de las cuencas fluviales. estado actual es el derivado del funcionamiento, prác- Sólo raros y por ello preciosos ejemplos del funciona- ticamente inalterado por el hombre, de los procesos miento de los ecosistemas fluviales permanecen en el ecológicos que han conducido a su contenido y confi- siglo XXI, y este es el caso actual del río Almonte y sus guración actual. afluentes Guadiloba, Tozo y Tamuja. La cuenca del Almonte es un notable ejemplo actual de refugio de una fauna piscícola endémica y amena- BIBLIOGRAFÍA zada. Se trata por tanto de un área crítica para la conservación de la biodiversidad piscícola ibérica. La DOADRIO, I. (1986): Distribución geográfica de la alteración intensa de tales hábitats fluviales, en cali- ictiofauna dad y/o cantidad, tendrá como consecuencia inevita- Extremadura. Junta de Extremadura. Consejería de Número 22. Verano de 2008 en la Comunidad Autónoma de 71 ALMONTE. 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