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Número
Año V i l .
(30 rs. al año para los suscrito»» de .Madrid.
40 rs. id, enprovinciasiiusco
9 » de febrero de IS51.
20 r s . al Pño para los suscritores d
Madrid que lo sean á !a Biblioteca.
30rs. id. para los de provincias id.
50 rs. id. para el eslrangero yültramar;
PERIÓDICO DE MEDICINA, CIRUGÍA, FARMACIA Y CIENCIAS AUXILIARES-
FILOSOFÍA MEDICA: Sobre el estado actual de la medicina, teórica y p r á c ticamente considerada.—OBSTETRICIA PRACTICA: Embarazo extra-uterino,
implantación del huevo fecundado sobre el mesenterio, desarrollo del embrión,
muerte del mismo del cuarto al quinto mes de gestación, perforación de la vejiga de la orina y espulsion al término de un año de varios huesos de este en completo estado de osificación; entero-peritonitis atilda sobrevenida á la madre y
muerte de esta á consecuencia de la misma.—OFTALMOLOGÍA: Estudios sobre la catarata, por D. Rafael Probanza.—REVISTA TERAPÉUTICA: De la
terapéutica del croup.—FORMULARIO FARMACÉUTICO DE LOS PRÁCTICOS DE PARÍS.—VARIEDADES: Principios generales de filosofía médica.—
Importancia del examen analítico y sintético de los elementos morbosos.—ACTOS DEL GOBIERNO.—CRÓNICA.—ANUNCIO.-YACANTES.
FILOSOFÍA MEDICA.
Sobre el estado actual de la medicina, teórica y prácticamente considerada.
Es una verdad irrecusable que hay un orden moral;
que hay leyes que presiden á las inteligencias y constituyen su armonía, asi como las hay físicas que rigen el
mundo material. En el orden físico hay oscilaciones que
constituyen aparentes desórdenes: los vientos desordenan
y arrebatan cuanto encuentran á su paso; los mares se
agitan y sumergen en sus olas millares de víctimas; los
rios salen de su cauce é inundan los campos destruyendo
Jas esperanzas del labrador; los volcanes , por fin, vomitan torrentes de lava y sepultan entre cenizas pueblos entoos. Mayares y mas freccrcntres sen las oscilaciones ea
el orden moral; y no podia ser de otro modo, teniendo
presente que los seres materiales están sujetos a leyes necesarias, y los dotados de inteligencia tienen, como principal atributo, la libertad. Esta es la razón porque encontramos en la historia épocas gloriosas para la humanidad,
que sehan hecho notables por los grandes hombres que
han producido; por el adelanto de las ciencias; por la
perfección de las artes; y otras f harto fatales, en que leos de seguir ese; espíritu de mejoras y de perfección, se
ia retrogradado perdiendo el fruto de muchos años de
trabajo y de laudables esfuerzos. El siglo en que vivimos
es ciertamente uno de los períodos mas notables de la historia de la humanidad; no somos nosotros los que podemos juzgarle; la posteridad lo hará exenta de afecciones
y de parcialidad pesando en la balanza de la razón el valor
•de los hechos, la importancia de los acontecimientos, la
influencia de unos y otros en la felicidad material y moral de los pueblos, y el mayor ó menor mérito de los que
en ellos han figurado como principales actores: la historia dará á cada uno lo que haya merecido. En tanto, séame permitido deeir que, al mismo tiempo que se han hecho grandes descubrimientos, se han acortado las distancias entre los pueblos, estableciendo entre ellos rápidas
comunicaciones; se ha multiplicado prodigiosamente la
fuerza material por medio de las máquinas; ha cambiado
la faz de j a industria á beneficio del vapor • se ha dado
cierta latitud á la libertad individual y difundido cierto
espíritu de fraternidad; hallamos asimismo anarquía en
las ideas; aberraciones intelectuales las mas estravagantes; absurdos inconcebibles; falta de creencias; escepticismo estremado; espíritu de iiisnbordinaeion y deseo i n saciable de goces materiales. Tal vez no sea fiel este retrato; quizás haya exagerado algún tanto su colorido; sin
embargo, creo haberme acercado á la verdad. Pero éste
estado no será duradero; la duda, la incertidumbre, no
es. la situación normal dé la inteligencia; es una oscila-
Í
ción; ella pasará y la humanidad volverá á su fé, á sus
creencias, como ef cuerpo grave suspendido de un hilo y
movido por una fuerza agena á su inercia, después de oscilar algún tiempo, vuelve á su centro.
La medicina, que ha seguido siempre las diferentes fases de la filosofía, es escéptica como ella; tocios los principios se ponen á disensión; todas las verdades se traen
á tela de juicio; no se respeta ninguna autoridad por venerable que sea; ao hay doctrina que á poco tiempo de
haber salido á luz no caduque; no hay talento privilegiado que tenga suficiente prestigio para imponer á los
demas sus opiniones. Todo es vacilación; todo es duda7 é incertidumbre; se busca una doctrina, y no se encuentran
mas qoe ideas aisladas y divergentes; se reclaman principios, y no se encuentran mas que hechos, sin haber sido
interpretados, por la razón. Prevalece el individualismo;
cada profesor se forma sus convicciones; se forja sus teorias, y hace aplicación de ellas á la práctica; nunca cree
valer "mas que cuando sostiene ese espíritu de independencia y hace ostentación de no someter sus opiniones á
las de ninguno otro.
Por otra parte, vemos enfrente de la medicina antigua
y racional, de la fundada en la observación y esperiencia, de la que atesora verdades de todos los siglos y de
todos los hombres célebres, una escuela moderna que
destruyendo lo que existe, negando todos los principios
establecidos, tiene la alta pretensión de conocer todas las
enfermedades que afligen al género humano, y de haber
encontrado específicos para curarlas. Antes déla aparición de su fundador todo era tinieblas; eotl él nació l a
luz, la verdad. Nonos proponemos impugnar su doctrina; ya lo han efectuado cumplidamente personas masau^
torizadas, ni me lo permitirían los límites que he fijado
á mis tareas. Si he hecho mención de la homeopatía ha
sido tan solo por pintar la situación actual de la medicina. Diré únicamente que sus apóstoles todo lo consideran virtual, dinámico; espiritual la enfermedad, e s piritual el medicamento. ¡Ilusos los que asi pensáis! 'queréis, separar lo que está unido con vínculos indisolubles eo¿
tanto que subsiste la vida; la materia de la fuerza que la
anima; la organización del principio vital! ¿No conocéis.,
que esos dos elementos son igualmente atendibles', y que
la materia, como tal sujeta á las acciones físicas y químicas,
puede sufrir multitud de alteraciones que constituyan
otros tantos padecimientos? ¿No veis que aun en los que
son dinámicos en su origen y en su fondo el trastorno vital no podrá menos de reflejarse en la materia, y que por
lo tanto conviene en toda enfermedad apreciar esps dos elementos morbosos que son inseparables? No insistamos en
este punto: los que han adoptado principios tan erróneos,
en la patología no podían menos de ser consecuentes en la
terapéutica. Contra el dictamen de la razón, la buena lógica y el sentido común, han pretendido sostener la heregia médica de que el poder virtual de los medicamentos
aumenta á proporción que se atenúa su masa y disminuye
su dosis. Este principio no.merece refutarse; así como los.
axioníSs-, basta anunciarlos para conocer su evidencia, lopropio'sucede en los absurdos: basta indicarlos para conocer la contradicción en que se hallan con Ja razón y el
buea-sentido. No hay que esforzarse en demostrar la falsedad que encierran, el entendimiento los rechaza porque
la verdad se halla en él y la verdad tiene también su fuerza repulsiva. Esta nueva escuela, que ha introducido el
cisma en.la ciencia , ha llevado la duda, el desasosiego y
la consternación á las familias. Hasta ahora,en las enfermedades graves el consuelo que quedaba á los interesados,
del paciente era el de consultar con uno ó mas profesores
Ae conocida ilustración y que mereciesen su eonfianza, sus espresiones, «parecían costillas de pájaros, algunas
consultas que se repetían cuantas veces lo consideraba ne- con porrillas en sus extremidades.» Quedó en buen estado
cesario el profesor encargado del enfermo ó sus allegados. de la operación practicada por el referidoBueso, y al dia
Dado este paso, quedaban los ánimos tranquilos y satisfe- siguiente á la misma hora se reprodujo la escena del dia
chos de haber empleado todos los medios hábiles para anterior, y se presentó en la vulva una vértebra y una clasalvar la vida del enfermo, y si el resultado era infausto; vícula, que estrajoD. Francisco Ortega; quedando buena
no quedaba motivo fundado para profundos pesares y re- hasta los cuatro dias, á cuyo término se ofreció en la misma uretra y en el mismo acto de escretar la orina, un pemordimientos.
En la actualidad no sucede asi: tan luego como se ve dazo de hueso sacro, cuyo fracmento, siendo voluminoso, y
comprometida la vida de un enfermo y se anuncia su gra- no pudiendo estraerle el Ortega, lo verificó D. Miguel Vavedad, no falta quien indique que la altura á que ha lle- lenciano, quedando sus funciones regularizadas y sin nuetado el padecimiento es debida al plan terapéutico einplea- va presentación de huesos. Solamente observaba la pacieno con arreglo á los vetustos principios de la medicina ra- te que su vientre se iba aumentando cada dia mas, hasta
cional , y que no hay mas medio de salvación que variar el mes de setiembre, en el que hallándose un dia sentada
de rumbo y ensayar el tratamiento homeopático. ¡Triste en la casilla de la plaza, cual tenia de costumbre, sin causituación en verdad la de las personas que en momentos sa conocida depuso por la vagina una enorme cantidad de
tan críticos rodean al enfermo! Se preguntan á sí mismas a^uas, con cuya salida quedó en un estado apárenle de saque harán en tal apuro, y no saben contestarse; consul- lud, sufriendo desde esta fecha diarreas habituales de poca
tan con otras personas, y encuentran divididos los pare- enlidad, hasta e! mes de abril del presente año, en el que
ceres ; conocen toda la responsabilidad que tienen que ar- se desarrolló la entero-peritonitis indicada.
rostrar al tomar una medida decisiva, y no saben resolVistos los antecedentes que dejo espucstos, es de presuverse.
mir se verificase la fecundación del huevo humano por los
Por último, la relación de algún hecho de buen éxito meses de diciembre del año de 47, época en que faltó á la
considerado como un trinnfo de la nueva doctrina, y exa- Maria Antonia Beiro su primera menstruación. La falta de
gerada su importancia por alguno de sus adeptos, llega á flujo menstruo no procedió directamente de la concepción
vencer la indecisión de una esposa, de un padre ó de un y ocupación del útero con el produelo de ella, pues es vishermano, y se confia la curación á la acción délos glóbu- to que el huevo fecundado se separó del camino ó trayecto
los. Si por desgracia, como suele suceder frecuentemente, que debia seguir, implantándose en el mesenterio y en su
siguiendo el padecimiento su curso fatal, continúa agra- parte correspondiente al colon ascendente, en donde tuvo,
vándose, y el enfermo sucumbe, ¿cuánta amargura, cuán- su desarrolloéincremento, llegando á adherírselas pareto pesar sentirán en su corazón los que hayan contribuido des de sus cubiertas con las del fondo de la vejiga de lá
á ese cambio de tratamiento? ¿Cómo enjugar las lágrimas orina. Este incremento continuó hasta fines de marzo del
de los que desesperanzados de lograr lá curación con los siguiente año, tiempo en el cual llegó á ser incompatible
medios que estaba empleando un profesor ilustrado y ce- con el estado normal del producto de la concepción y filoso , le hayan desairado poniendo la suerte del enfermo siológico de lá madre. Resultó, pues, lo que se conoce coa
en otras manos? ¿Podrán desechar la idea de que tal vez el nombre de concepción estra-uterina abdominal prihabiendo tenido mas perseverancia hubiese sido diverso el mitiva.
Resultado? ¿Podrán nunca ahogar ese remordimiento?
Sin meterme á inquirir las causas de este estravio en la
En otro artículo continuaremos nuestras reflexiones, es- marcha del productodela concepción, pues con razón dice
poniendo algunos de los medios que pueden emplearse, en Moreau «que reina oscuridad profunda acerca de las caunuestro concepto, para mejorar la desagradable situación sas que pueden turbar la acción de los órganos destinados
que hqmos tratado de bosquejar.
á cojer el huevecillo y trasportarle al útero,» solo sí diré
que, en el caso que nos ocupa, podemos juzgar que este
F: A.
mis mo huevecillo tuvo su incremento á espensas del desarrollo vascular y membrana caduca, en el punto arriba
indicado; y que una vez estinguida la vida fetal, se constiOBSTETRICIA PRACTICA.
tuyeron sus membranas en un verdadero quiste, el'cual
impidió la marcha de la putrefacción del mismo feto, hasta el año próximo de 1819.
Embarazo ostra-uterino, Implantación del lluevo fecundado
f
soforc el ínesenterio, desarrollo del embrión, niuerte fie.§
De lo espuesto resulta igualmente, que coincidió la conmismo del cuarto al ijuiní» mes de gestación, perforación
do la vejiga de la orina y espulsion al término de un año
cepción estra-uterina con un falso embarazo; y que entre
de variostortugosde este en completo estado de osificación;
ambos fenómenos anormales existieron al parecer ciertas
entero-peritonitis aguda sobrevenida á la madre y muerte
de esta á consecuencia do la misma.
relaciones ó simpatías; pues creemos firmemente, que ala
muerte del feto se verificó á su vez el desprendimiento del
{CONCLUSIÓN.}
falso engendro, ó vice versa, que al desprendimiento de
Antecedentes y signos conmemorativos. En el mes de di- este ocurrió la muerte de aquel; y que á su consecuencia
se observaron los fenómenos subsiguientes á los partos y
ciembre de 1847 faltó la primera menstruación á la referi- abortos,
especialmente la secreción de la leche y producda Antonia Beiro, no perturbando su falta el ejercicio de ción de las
cuya última función peculiar
sus funciones. En enero del próximo año de 48 padeció un del útero se menstruaciones,
sostuvo hasta el desarrollo del nuevo padecidolor nefrítico. Calmado este, estuvo en regular estado los miento conocido
el nombre de hidrómetra, y hasta la
meses de enero, febrero y marzo, sin mas signo de emba- perforación de lascon
paredes del quiste y de la vejiga y sarazo que la falta de menstruaciones: al final de este último lida
de los huesos por la uretra.
mes se reprodujo el dolor con menos intensidad, en cuya
época, escretando un dia la orina, depuso por la vagina ün
Es evidente que en el tiempo trascurrido desde la muerte
grande coágulo de sangre compacto (tal vez alguna mola). del feto hasta la salida de sus huesos, adquirieron estos su
A su salida se estinguió el dolor espontáneamente; se le completo estado de osificación; y que ayudados de los mocargaron los pechos de leche de buena calidad, y empezó vimientos de contracción y dilatación de la vejiga , disla*á disfrutar de buena salud, sin mas incomodidad que la de ceraron las paredes del quiste y membranas de la misma,
ponérsele timpanítica la región abdominal después de la in- siendo esta la causa de la perforación que se dejó ver en
gestión de los alimentos en el estómago. Se reprodugeron la inspección cadavérica.
con regularidad sus menstruaciones.
Es visto igualmente que las paredes esternas del quis>
En el mes de marzo del 49, y en el acto de espeler la te hicieron el mismo oficio que las dé la vejiga en su esorina, se le interpuso en la uretra un cuerpo estraño, in- tado normal, impidiendo el derrame de la orina contenida
terceptando la salida de este líquido y desenvolviendo un en la misma, en la cavidad abdominal; cuyo impedimento
dolor agudo que la obligó á reclamar los ausilios de don y acción fue durable por espacio de un año, á cuyo térmiFernando Bueso, él cual estrajo el referido cuerpo y reco- no, por desprendimiento, rotura ó destrucción del referido
noció en él un isquion y algunos otros fracmentos hueso* quiste, sobrevino el derrame de la orina en dicha casos: cuatro dias antes de la estraccion de estos huesos, se vidad. Este derrame fue reproduciéndose en proporción
estrajo la misma paciente varios huecesitos que, usando de á la secreción verificada por los ríñones; siendo la causa
de los diversos aparatos de síntomas que én tan corto tiem- membrana ó película que se interponía; y que debía hacerse¡bajar.
Gerónimo Fabrício de Aqúapendenle, después de haber practipo se apreciaron, y del desarrollo de la agudísima é incurable entero-peritonitis que terminó los dias dé nuestra cado algunas operaciones, empezó á dudar, y aun se inclinó á
creer, que la catarata no consistía en la formación de una pelíenferma.
cula delante de la pupila , sino en el mismo cristalino. Decia, que
Ahora bien , ¿en qué punto del abdomen podemos ase- ni
se operaba la catarata ni se restablecía lá visión no desalogurar estuviese implantado el huevo fecundado? ¿Podrá jando la lente cristalina, y que siendo fácil atravesar libremente
fijarse está implantación en el mesenterio y parte corres- y sin resistencia la abertura de la pupila, no podia haber tal
pondiente al colon ascedente? Siendo asi, ¿habrá sido la membrana.
causa de las adherencias del mismo peritoneo que se obserEn el siglo XVII se descubrió el verdadero asiento de la catavaron en aquel punto? ¿Qué causas habrán podido turbar rala. Se cree que Lasmer, cirujano de París, fue el primero que
la acción de las trompas, en el acto de la concepción, en demostró que la catarata era la opacidad de la lente cristalina , y
una muger bien conformada, y que ya habia sido madre de no la interposición de una película. Este asiento fue confirmado
Palfin , cirujano de Gante. Francisco Quarró se atribuye
una niña? Los demás restos del esqueleto ¿habrán sufrido por Juan el
honor de este descubrimiento ; pero su verdadero aulas mismas alteraciones que las partes blandas del produc- también
tor fue Weruer Kolfink. Este manifestó claramente, que ía catato de la concepción, disolviéndose y escretándose por la rata reconocía por causa un vicio de organización en la lente
uretra sin conciencia de la madre?
cristalina. Pedro Brisseau y el maestro Antonio Juan participaron
•
Estas y otras muchas reflexiones ofrece mi tari desaliña- de esta misma opinión.
Juan Bautista Morgagni fue el primero que demostró con muda como curiosa historia, cuya solución , siendo superior
á mis débiles fuerzas, la someto á la consideración del chos anatómico-patológicos la realidad del hecho, y convenció á
mundo médico, para que plunias mejor cortadas que la todos de que el asiento de la enfermedad era la lente cristalina.
SINONIMIA. Catarata en castellano ; suffusio , gutta obscura,
mía la presenten, cabiéndome la satisfacción de ofrecerla opaca
et caliginosa de los latinos; de ¡os franceses, cataracle; de
al mismo de la mejor buena fé, como premio y única re- los alemanes,
dergrave staar; de los ingleses, a cataract ó thescompensa de mi celo y buen deseo.
ba king; de los italianos, calara lia; de los polacos, katarakla; de
Granada 5 de julio dé 1850.
los griegos, hypochima é hypochini. Nuestro compatricio Bernardo de Gordonio la llama agua ó catarata.
•
ETIOLOGÍA GEHERAL. La catarata se puede presentar desde la
vida fetal hasta la edad mas avanzada ; pero sus causas son bien
difíciles de establecer. Según Odier, « no se conocen las causas
que la producen, y hasta el presente no se ha hallado todavía
OFTALMOLOGÍA.
ningún remedio interno capaz de contener sus progresos, ni mucho menos de disiparla cuando ya es completa.» Se dividen en
Esttiilios solsre la c a t a r a t a , por Si. l&afael Probamaa.
internas ó predisponentes , y esternas ú ocasionales.
Las internas son oscuras, ocultas y comunmente desconoci/. Resumen histórico y causas de la catarata.
das. Tales son, por ejemplo, las diserasias escorbútica, artrítica, escrofulosa, sifilítica, psórica. Se presume que un flujo
NiMIest formosius, qaam yisa?,
que subsiste mucho tiempo y se suprime, puede ocasionarla.
Et sino visu nil est formosum.
Edad: Esta enfermedad ataca á las personas en todas edades y
sexos; á los hombres, mujeres y niños , adultos y viejos; pero
Varios célebres autores de la antigüedad dividieron jas partes sin embargo, mas bien es patrimonio de la vejez que de la infanque; componen nuestra máquina en principales, necesarias y úti- cia. Constitución : Los sugetos robustos son mas propensos á la
les ; pero entre estas últimas las hay que, si en efecto, no son de catarata. Herencia: Martin ha conocido una familia cuyos indiviabsoluta necesidad para conservar la existencia, sin embargo, duos todos padecían la catarata á la edad de 15 á 20 años. Richproporcionan al menos vivir mas cómodamente, siendo una de tér ha visto tres hermanos que todos tuvieron la catarata á ía,
estas el órgano de la vida, colocado en la parte mas ventajosa de edad de tres años. Begin refiere un caso semejante, én el cuál
nuestra economía, sin duda previendo ya la naturaleza su impor- los niños heredaron esta disposición de su padre. Janin cita una
tante función, por cuyo medio percibimos los objelos visibles, y; familia de seis individuos, que todos padecían catarata. Mounoir
que, como dice Brisson, «se debe considerar como la reina de cita otra, en la que el abuelo, el padre , los hijos, algunos tíos, y
los sentidos, y la madre de las ciencias sublimes, que la genera- otros varios parientes, sufrieron igual afección. La impresión prolidad desconoce; siendo la bienhechora que fnos proporciona las longada largo tiempo de una luz y iva; el uso habitual de los a l sensaciones mas agradables que recibimos délas creaciones de cohólicos; las lecturas continuas á una luz artificial, y el ejercicio
de varias profesiones que obligan á fijar la vista por espacio de
lá naturaleza».
' y
Nada mas elegante , mas admirable que la estructura del ojo; mucho tiempo en objetos' muy pequeños, sobre todo cuando e s asi como también , nada mas útil, ni mas agradable que la vista. tos son brillantes, son otras tantas causas de catarata. Un aire h ú Perdiéndola se amengua ó aniquila la facultad de contemplar las medo en el cual se vive habítualmente, puede determinar la forobras de Dios, de ejercer los diferentes cargos que el hombre mación de esta enfermedad.
Las esternas ú ocasionales son las lesiones traumáticas, etc.,
está llamado á desempeñar en la sociedad, cuando reúne una buena y armoniosa conformación; de manifestar los afectos del alma; producidas por los agentes físicos y químicos. Este conjunto de
causas puede determinar una atrofia ó una inflamación del crisy por último, de establecer relaciones con los demás hombres.
Para que funcione debidamente él instrumento de dióptrica, talino y de cápsula.
que constituye el órgano de la vista, se necesitan ciertas condiciones, sin las cuales ño puede ejercítarse con la esactitud y precisión que se requiere.
REl'ISTA TERAPÉUTICA.
Bosquejada ya la importancia del órgano de la visión, de ella se
infieren los conocimientos, tanto teóricos como prácticos, que debe tener él que se dedique al tratamiento curativo de las enfermeDE LA TERAPÉUTICA DEL CROOP. — Antes de tratar el croup , es
dades de dicho aparato, y en especial al de la catarata.
Esta palabra significa en castellano tela que se presenta en el menester, dice el profesor Trousseau, tener bien presente el r e ojo impidiendo la visión ; pero en medicina tiene una acepción sultado del método espectante en esta enfermedad. La observación
mas limitada, porqué se entiende con ella la opacidad de la Jente demuestra que de cincuenta individuos atacados de angina maligna, no se cura uno solo cuando el mal se abandona á si mismo. Puecristalina y de sus diferentes- partes.
La catarata fue conocida de los antiguos, como se deja ver por de pues establecerse como ley general, que en una afeccionqueá
las obras de Hipócrates y Celso ; pero sus ideas eran imperfectas: nadie perdona, una medicación, cualquiera que sea, no podrá proalgunos creían que consistía en una gota de líquido, que cayendo ducir peores efectos que la espectacion; y que por consecuencia es
en el aparato cristalino , impedia él paso á los rayos luminosos, un deber del médico intentarlo todo para verificar un cambio en favor de la curación. Establecido este principio veamos, dice el docy oscurecía al mismo tiempo su diafanidad.
En el siglo XVI, empezó á cultivarse y perfeccionarse el estudio tor Trousseau, lo que puede ensayarse con mas probabilidades pade la anatomía, y desde entonces cambió la opinión que se había ra este objeto.
En 1828 el cura de un pueblo donde visitaba este médico duranformado de la catarata. Examinada y demostrada mejor la estructura del ojo, se sospechó la naturaleza y asiento de dicha lesión, y te una epidemia de anginas, le dijo; que todos los habitantes de,
con estos nuevos conocimientos, se atrevieron los médicos á in- su parroquia que eran atacados del nial de'garganta sucumbían,
tentar la operación, que hasta entonces no se habían decidido á escepto los tratados por la tía Tessier, y añadió que él también
habia curado algunos. El profesor Trousseau , tratando de inquiejecutar.
Lanfranc, uno de los cirujanos de la edad media, estaba tan rir la verdad del hecho, supo que esta muger trataba los enfermos
atrasado en su diagnóstico, que decia: ¡.(Cuando la pupila no se del mismo modo que á los cerdos, cuando tenían él muguetes dedilata á la luz, la catarata es incurable.)! Los cirujanos de esta cir, con miel y alumbre; que no curaba a lodos, pero que sin emedad se llegaron á persuadir de que la catarata consistía en una' bargo curaba "algunos. Entre estos lo habían sido sus hijos de una
Antonio Quevedo.
,
— 44:-.•difteritis labial. La tia Tessier, hacia sin duda lo que Areteo de
Capadocia, con la diferencia deque esle insuflaba el alumbre en
vez de incorporarle con la miel. En cuanto al cura se servia del
espíritu de sal ó ácido clorhídrico, remedio muy empleado aun en
la medicina de los animales domésticos, y habia curado áljeneficio
de este agente una niña /repitiendo doce veces la cauterización.
Sabido es que este espíritu de sal es el mismo que preconizaban en
iguales circunstancias Boerhaave, Van Swieten y Marteau de-Granvillers. Pero desde que Home habia oscurecido la cuestión haciendo delcroup una enfermedad distinta de la angina maligna, se
habia renunciado á él, hasta que el profesor Bretoneau havuello á introducirle en la terapéutica de ésta enfermedad. Este eminente práctico ha imitado á los antiguos , que no oponían contra ella mas que un tratamiento tópico. Y en efecto , qué valen las
emisiones sanguíneas y todas las medicaciones indirectas en gener a l , dice el profesor Trousseau , contra esas falsas membranas que
van á invadirlos conductos aéreos. ¿Impedirán acaso que la superficie de un vejigatorio se cubra de películas diftéricas? No. Pues
bien , razonando por analogía , se concibe que hay allí una fleg—
masia con caracteres específicos, en virtud de los cuales se segrega , no moco , sino una falsa membrana con una tendencia especial de propagación. En este caso, si se obra con el nitrato de plata , el ácido clorhídrico ó el alumbre, la acción es directa y ademas eficaz; luego debe recurrirse á la medicación tópica y con
«nergia.
Para cauterizar las fauces con la disolución del nitrato de plata
ó el ácido clorhídrico, es indispensable servirse de una ballena muy
rígida, "porque en el momento que se va á penetrar en la faringe,
la contracción de los músculos de la lengua y del velo del paladar
oponen una resistencia enérgica á nuestros esfuerzos. Ademas debe estar encorvada en ángulo recto en su estremidad. lié aqui el
modo de prepararla. Se loma una baqueta de pistola, la ballena
dé un corsé,ó loque es mejor aun, la de un paraguas en su porción
m,as resistente; se la redondea; se la calienta en seguida á la llama
de una bugía,y cuando lo está suficientemente se la encorva en ángulo recto á "una pulgada de su estremidad ; se la introduce en
agua para enfriarla , y que da este modo conserve su forma. Hecho esto, se practica una escotadura en su estremidad y se fija encima una esponja por medió de un hilo encerado. Luego que esté
preparado el instrumento, se baja la lengua con una cuchara y
después/impregnando la esponja del líquido cáustico , se le introducé hónzontalmente y con resolución. ¿Qué sucede entonces?
JLa esponja eleva la epiglotis, y contrayéndose sobre ella los músculos de la faringe esprimen el líquido, que va á ponerse en contacto coa los ligamentos ariteno-epiglólicos. En éste instante hay,
como no podia menos de suceder, un acceso de sofocación; pero
se disipa al cabo de dos ó tres minutos.
, La cauterización, hecha de éste modo, no es difícil. En los primeros días se la repite dos ó tres veces cada uno; después dos, y
ú|timaménte una sola, hasta que hayan desaparecido completamente las falsas membranas. El profesor Trousseau prefiere el ácido
clorhídrico al nitrato de plata, cuyo sabor es de los mas desagradables ; pero este no es menos ventajoso > sobre todo cuando se usa
una disolución en tres partes de agua.
. Cualquiera que sea el cáustico que se emplee , es menester
auxiliarle con alguna otra cosa- Se empleará como ayudante el
alumbre de Areteo , que se puede insuflar con un tallo de saúco
ó bien con una pluma de ganso. Se echa en este tubo de nueve á
diez y ocho granos de alumbre, se baja la lengua y se hace la insuflación , que puede sin peligro ser muy abundante. Cuando
permanece el profesor al lado del paciente, puede practicarse esta
operación muchas veces al dia, si no se encargan los parientes de
•ejecutarla , ó bien se hace que el mismo niño lleve el alumbre
á. las partes enfermas. A este efecto, el profesor Trausseau
prescribe:
Alumbre. . .
2 á 4 drac.
Miel.
10 drac.
Cada hora ha de tomar el enfermo una cucharada de café de este
<electuário, que va forzosamente á tocar las partes afectas; porque
para tragarle es menester que las amígdalas se toquen, que la faringe se estreche y se amolde sobre el bolo, y es materialmente
imposible obtener un contacto mas esacto y general. Por esta razón es el mejor modo de administrar el alumbre cuando se puede decidir al niño á que lo tome.
:
Otro elemento de la medicina tópica son los calomelanos. Independientemente de la acción que se les atribuye sobre la crasis de
la sangre y sobre las secreciones mucosas de la boca y de la faringe/ejercen ademas una influencia local, que no puede ponerse
en duda. Una difteritis cutánea , por ejemplo , se cura sin mas
que espolvorearla con los calomelanos y azúcar. Pues bien , este agente no produce menores resultados en la angina maligna.
Puede muy bien prepararse el electuario siguiente:
Calomelanos
18 gr.
s Miel. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
10 drac.
y.dar. una cucharada de café de este mucíjago ; y una hora después una cantidad igual del electuario anterior, y asi sucesivamente. En este tratamiento solo hay un inconveniente ; y es que d u rante el invierno pueden producir los calomelanos una estomaW-
tis mercurial, que es peligrosa. Conviene pues administrar este
medicamento con mucha reserva, y si parece peligroso/prescribir
solo el alumbre, que puede darse impunemente.
De unos ocho años á esta parte se ha preconizado el sulfaío de
cobre como específico. El doctor Trousseau no ve en esta sustancia mas que un agente sustitutiyo, que puede conservarse con este título, pero que no es superior á los precedentes. En cuanto á
los vomitivos en general, no tienen poder alguno, en concepto de
este médico, para contener la estension de las falsas membranas:
para este objeto son tan nulos como las sangrías y las sanguijuelas. Sin embargo pueden ser útijes en el tratamiento del croup; pero es cuando el método sustitutivo es insuficiente y el mal ha i n vadido los conductos aéreos. En estos casos los esfuerzos del v ó mito pueden facilitar la espulsion de las falsas membranas. Como
medio de oponerse á la propagación de la difteritis, no tiene elvomitivo ninguna de las propiedades que se le han supuesto. Lo mismo puede decirse del vejigatorio, que posee ademas el gran inconveniente de ofrecer un nuevo campo á las falsas membranas, y de
ser un estorbo , si se quiere practicar la abertura de la traquea.
FORMULARIO FARMACÉUTICO DE LOS PRÁCTICOS DE PARÍS.
POCIONES OLEOSAS PURGANTES EMULSIONADAS POR ENGOMA.
i
Doctor Guenant.
R. De emulsión ligera.
diez dracmas.
Aceite de ricino
dos dracmas y media.
Goma arábiga
una dracma.
H. S. A.
Para tomar de una vez.
Doctor Tournié.
R. De looc de la farm. franc. . . . . seis onzas.
Añádase
Aceite de ricino. . .
media onza.
Jarabe de flor de melocotón... . dos dracmas y media.
Para tomar en tres ó cuatro veces.
Doctor Cruveilihier.
R. Aceite de ricino
una onza.
Hágase con
Solución gomosa
cuatro onzas.
Y jarabe de goma
q. s.
Una emulsión purgante.
Doctor Fauconneau.
R. De jarabe de flor de melocotón.. . una onza.
Aceite de palma christi
onza y media.
Goma arábiga. . .
dos dracmas y media.
Agua destilada de tila
cuatro onzas.
Para una poción purgante.
Doctor Deschamps.
R. De aceite de palma christi
una onza.
Agua de perifollo
dos onzas.
Jarabe de limón.
media onza.
•
Goma arábiga. .
< media dracma.
H. S. A. una poción que se toma de una vez.
Doctor Duval.
R. Aceite de ricino. . .
j
..
De almendras dulces
j a a medm onza'
Jarabe de violetas..
una onza.
Goma arábiga.
dos escrúpulos)'medio.
Agua..'.'..'
c. s.
Hágase una emulsión purgante.
Doctor Beaumelz.
R. De aceite de ricino.
onza y media.
Goma arábiga.. . . . . . '
una dracma.
Agua destilada de lechuga. . . . . dos onzas.
—de flor de naranjo
media onza.
Jarabe de corteza de naranja. . . . siete dracmas.
Para tomar á cucharadas de hora en hora.
Doctor Esperón.
R. Aceite de ricino
media onza.
Goma arábiga. . . . ,
una dracma.
Jarabe de goma.
seis dracmas y media.
Leche de almendras
tres onzas.
Agua de flor de naranjo.
media dracma.
H. S. A.
Doctor Hoffmann.
R. Aceite de ricino reciente
dos onzas.
Jarabe de flor da melocotón . . . . una onza.
(•¡orna arábiga
'.
dos dracmas.
Agua común. ..
tres onzas.
Agua de flor de naranjo
una dracma.
H. S. A.
Para lomar en cuatro veces en el espacio de una hora.
— 45—
;
;
Doctor Gaultier de Clauiry.
,
R. Agua destilada de flor de malva.. tres onzas.,'
—de flor de naranjo
dosdracmas.
Mucílago de goma tragacanto. . . . quince granos
Estrado tebáico..
un grano.
Aceite de r i c i n o . . . . . . . . . . . . . l a a
Jarabe de limón.
\ ' una onza.
B. S. A.
Doctor Pirón Sampigny.
LOOC LAXANTE T VERMÍFUGO.
R. De aceite purificado de ricino. . . . media onza.
Agua de flor de naranjo.
dos dracmas y media.
Jarabe de culantrillo..
«na onza.
Calomelanos al vapor.
ocho granos. .
Agua de lila
dos onzas.
Goma arábiga
c. s.
H. S. A.
Se loma una cucharada de media en media hora.
Doctor Duvitier.
B. Aceite de palma chrisli
una onza.
Jarabe de ruibarbo
media onza.
—de flor de melocotón. . . ; . . . . una onza.
Goma arábiga
dosdracmas.
Agua de cardo santo
( a a ,m e d i a o n z a t
—de flor de naranjo
I
Tintura etérea de digital
doce golas.
Para tomar á cucharadas.
Muchos métodos se han empleado para preparar las pocioneoleosas; pero el mejor para el aceite de ricino , que como ya hes
mos dicho es muy viscoso, es el siguiente.
Se hace un mucílago de la consistencia de la miel con la goma
y suficiente cantidad de cualquiera de las aguas ó jarabes ya dichos en un mortero de marmol, añadiendo en seguida y poco á
poco el aceite, y agitándole vivamente. A continuación se añade el
jarabe restante, y por último las aguas destiladas ó las infusiones,
luego que se hayan enfriado.
La goma arábiga es preferible en general para mezclar los aceites á la goma tragacanto , pues ademas de que el mucílago y la
emulsión se hacen con mas prontitud , el producto que resulta es
mucho mas blanco, menos espeso, y se conserva mas tiempo sin
alterarse.
Se deberá tener siempre presente, que para que la mezcla sea
perfecta se necesita una cantidad de goma arábiga igual al menos
á la tercera parte del peso del aceite empleado.
POCIONES OLEOSAS PURGANTES EMULSIONADAS POR LA TEMA DE HUEVO.
.' .
Doctor Trousseau.
R. De aceite de ricino.
diez dracmas.
Polvos de jalapa
veinte granos.
Yema de huevo. . » . . . ;
n.° \\t
Agua de tila
tres onzas.
Jarabe de flor de n a r a n j o . . . . . . . onza y media.
Acido tartárico.
dos granos.
H. S. A.
Doctor Cabanellas.
.'
R. De aceite de ricino.
. . dos onzas.
Deslíase con
Yema de huevo
. , . , . n.'l,
Añádase poco á poco
Agua común
cuatro onzas.
Para una poción purgante.
Doctor Charruau.
R. De aceite de ricino
una onza.
Yema de huevo.. .
n.° 1.
Agua de flor de n a r a n j o . . . . . . . dosdracmas.
Infusión ligera de tila
cuatro onzas.
H. S. A. una porción purgante.
Fórmula de la fartn. franc.
R. Aceite de ricino
una onza.
Yema de huevo.
n.° 1.
Agua de menta p i p e r i t a . . . . . . . . media onza.
Agua común.
dos onzas.
Jarabe simple
una onza.
H, S, A,
. La yema de huevo, empleada con menos frecuencia que la goma para mantener en suspensión el aceite de ricino en un vehículo
acuoso , es sin embargo preferible á aquella en algunos casos, en
razón de que no aumenta tanto la consistencia de la poción ; asi
es que la farmacopea francesa la prescribe para la preparación
de la poción oleosa purgante, cuya fórmula acabamos de insertar.
En todos los casos, para preparar estas especies de emulsiones,
se hace lo siguiente : se mezcla en un mortero de marmol la yema de huevo con un poco del agua que se prescriba ; se añade
poco á poco el aceite de ricino , meneando lá mezcla que vaya resultando con viveza, y luego que esta sea bien homogénea, se
disuelve, con lentitud en la restante agua y jarabe.
VARIEDADES.
Principios generales de filosofía medien.—-Importancia del
examen analítico y sintético de ios elementos morbosos.
Cuatro grandes leyes, independientemente de la acción
de los fluidos imponderables, rigen y dominan en.;el inundo
todos los seres creados. Esas enormes masas, que en prolongadas cordilleras se sustraen en partea la ley general de
los graves , conservan su desnivelada figura por la fuerza
de atracción que preside á toda la materia inorgánica! El
verdor y lozanía de los variados vegetales que visten y hermoseadla superficie de la tierra, está bajo el imperio.de
una fuerza vital vegetativa; mientras que otra llamada sensitiva imprime vida y movimiento en todos los seres vivientes; presentándose por fina nuestra vista radiante de e s plendor y de claridad la criatura mas perfecta y semejante
á su Criador, reasumiendo en sí la facultad sensitiva é intelectual. Pero abstrayéndonos hasta cierto punto de las indicadas leyes constantes y uniformes, cada una en su esfera, y remontándonos á las elevadas regiones de la filosofía,
para observar el orden admirable de todo el universo, y el
inmenso conjunto de primores y de arcanos que ostenta la
naturaleza en su grandiosa marcha, se levantan ante nuestra vista otras dos potencias, gigantes de cien brazos y mil
formas, que antagonistas de la regularidad intrínseca de
las leyes perpetuas, salen de tiempo en tiempo ai encuentro
de aquellas, interrumpiendo y trastornando su curso uniforme con aterradoras convulsiones, que ya recorriendo
los espacios incomensurables de la atmósfera ó conmoviendo la tierra en sus cimientos, elevan sus erizadas montañas sepultando á la vez ciudades populosas; ó ya produciendo esos gigantescos acontecimientos que la imaginación
contempla asombrada, y superando con el ímpetu de su
vuelo todos los diques del dogma y de los mas sólidos principios , producen en las inteligencias grandes sacudimientos, que al lado de las producciones portentosas de la casualidad ó del genio, han abortado y entronizado monstruosos errores, encaminando las generaciones hacia un profundo abismo.
Estas dos potencias, ó poderes supremos, antagonistas do
las cuatro leyes generales con que la naturaleza opera tan
asombrosos cambios en todos sus dominios, son los fluidos incoercibles y la filosofía. Examinados desde el puntó
de vista en que nos hemos colocado, aparece evidentemente
que el poder de los primeros es al curso físico y material
de los seres, lo que la segunda al mundo intelectual. Y al
antagonismo é intermisión prepotente de estos dos agentes,
parece que está subyugado el orden admirable de todas
las cosas. A laclaraluz suceden las tinieblas; á los dias
alegres y serenos, las tempestades; con el aterido invierno
contrasta el estío abrasador; en aquei los seres organizados
permanecen como sumergidos en su letargo; en este todos
respiran vida y movimiento. La alegre primavera se viste
con matizadas flores para celebrar las bodas de la naturaleza, y el triste otoño asiste al funeral de sus galas. Tan sublime y universal es el doble poder de estos dos modificadores, que ni aun se exime de su influjo el destello de la
divinidad reflejado en el rey de la creación. El mundo intelectual marcha también subordinado á ese antagonismo
supremo, y sigue en su desarrollo un curso análogo al orden físico en todas sus fases. Abrase el gran libro de los
sistemas humanos, tanto políticos como religiosos y científicos, y en las páginas de sus respectivas historias aparecerá
escrito con caracteres indelebles el principiofilosóficoque
dejamos asentado. A las sabias leyes de la antigüedad sucedieron los tiránicos instintos del oscurantismo, y Atenas
y Roma fueron grandes en las ciencias y en las armas, y
los siglos bárbaros sepultaron sus glorias dejando solo frías
reminiscencias de su esplendor. Y si los siglos y los talentos
de varones ilustres, después de mil desengaños, han llegado á regularizar en diferentes épocas el movimiento oscilatorio de la máquina social, mas ó menos tarde vinieron
á amanecer dias de la mayor agitación, que turbaron la venturosa calma y destruyeron sus dulces victorias. Mal avenidas las inspiraciones del genio con el pausado movimiento
del orden regular, y deslumhrarlo por el fugaz resplandor
de una feliz concepción, sin tener presente, como dice Cicerón, que «nadie rompe impunemente la conexión y el
~ cala íntimo de las ciencias»; se lanza impetuoso á deshacer lo
que no consigue ordenar después; y destruida por este brusco y ardoroso empuje la base de todo el edificio intelectual,
vuelven á aparecer necesariamente esas oscilaciones universales que agitan y conmueven al mundo entero. En tales
circunstancias se presentan épocas funestas, como la que actualmente atravesamos, en que las doctrinas fundamentales
vienen á perder su firmeza y esplendor. En semejante situación, sofocado el espíritu filosófico, aliento vital de las naciones, que servia del mas estrecho vínculo social, se despierta y levanta audaz el mas grosero egoísmo, campando
libremente entre el fausto de deslumbrantes goces materiales , soporizando y envileciendo la sociedad, y precipitándola insensiblemente en la mas lamentable anarquía.
Tan humillante abyección, mengua de la dignidad del entendimiento humano, exige indispensablemente que aquella
generación amenazada de muerte, dé la voz de alto; y asi
como el diestro piloto acude al timón y á la brújula para luchar con la furiosa borrasca, vuelva los ojos sobre aquellos
sanos principios que partiendo déla unidad filosófica conducen las generaciones á puerto de salvación. Esta misma necesidad tienen los hombres que representan las ciencias, cuando principios exagerados y genios innovadores han venido á
destruir su fundamento principal. Sin unidad filosófica, de
cuyo punto deben partir todas las ciencias, desaparece la
verdad, y se abren las puertas á una división indefinida, á
la confusión y al aniquilamiento. Todo emana de las doctrinas
filos-óficas: costumbres, educación, literatura, civilización, la
sociedad entera. Si las doctrinas son elevadas, puras, espiritualistas, la razón gravita hacia su centro, hacia la verdad. Bajo
tales condiciones se desenvuelven las inteligencias, se perfecciona el orden intelectual, y la moral llega á gozar de su imperio benéfico; pero si por el contrario se mantienen en boga la
opiniones materialistas, reproducidas y exageradas recientemente por algunos filósofos, agitada la razón, en vez de
buscarla verdad, la sucede lo que al péndulo, que lejos de
pararse en su centro de graved.rd, impulsado por sus propios
resortes, se dirige sin cesar a ios puntos opuestos de sus oscilaciones; y en tal agitación degeneran, se enervan y apagan las inteligencias bajo el grave peso de la duda'y del
error. El edificio social sé desploma, y las pasiones humanas
desencadenadas ejercen sobre las naciones el terrible imperio
del desorden y del caos intelectual.
• Pero donde con mas propiedad y mas al vivo se revela la
índole de las doctrinas filosóficas dominantes en un pais, es
desgraciadamente en una de las ciencias mas útiles al género humano: en la medicina. Eminentemente filosófica en
todas las naciones, es el espejo en que se refleja con todos sus
matices y tendencias el espíritu de-la filosofía reinante. Si
esta es espiritualista, las doctrinas médicas lo serán también;
y si por el contrario sensualista, el materialismo estenderá su
pernicioso poderío. ¿De dónde salieron los sistemas médicos
materialistas mas que del sensualismo de Loke y de Condtllae?.
{Se concluirá.) .
tigaciones, prueban,bastante que sus esfuerzos no conocen otros
límites que los del entendimiento humano. Como otras veces
acompaña al hombre en todos sus trabajos, eñ medio de todos los
peligros^, á jos cual.es se "esponé por someter el universo á su i n teligencia. Ella restaña su sangre en los caffipos de batalla; atraviesa con él la inmensidad de los híafes; le sigue á los países mas
desiertos, Bajo climas eñ dónde todo es huevo para é l , aun el
aire que respira. Ella es la primera que ha levantado su voz á
favor de las víctimas que inmólala industria, la que ha llevado
el aire y la luz á los calabozos, y la que ha roto las cadenas que
destrozaban el alma y el cuerpo de los infelices dementes. De
modo que, señores diputados, hoy la medicina llena como antes
la santa misión que ha recibido.—Las necesidades del erario, y el
principio de igualdad que obliga á todo ciudadano á contribuir
para cubrir aquellas, son los móviles, se dice, de esta contribución. Lejos de la medicina el rechazar ese principio de igualdad
que aprende en sus estudios, á la vista- constante de las dolencias
humanas, y en el contacto diario con las clases mas pobres; peroeste mismo exige que cada uno soporte las cargas en proporción
de su fortuna y de su posición social, el cual se encuentra rotó
cuando se nos reclama la contribución del subsidio.—Bueno que
la paguen aquellas clases que no t a n satisfecho otras cantidades,
ni prestan otros servicios que el pago de su patente, pero á la
médica so le pide por duplicado."Consume su tiempo y mucho d i nero en adquirir sus conocimientos; adquiridos ya, que son su
propiedad , y que debía exigir retribución siempre que ¡os'prestara , puesto que por la ley de subsidio se los considera como uncapital, se los reclaman gratuitamente el gobierno, los tribunales, y esa inmensa mayoría de infelices que no tienen con que pagarlos, y que consumen la mitad del tiempo de cualquier p r o fesor de regular clientela. Si el gobierno tuviera nombrados y 1
con sueldo, como en otros países, los médico-legistas que lá
buena administración de justicia requiere; si tuviera montada la
asistencia facultativa hospitalaria y domiciliaria con profesores
asalariados, aun asi la clase no estaría nivelada con las demás ai
exigirle contribución, por los muchos pacientes, que sin ser pobres dejan de remunerarla , y que rara vez lleva ante el juez,
d9minada por esos sentimientos de humanidad, de desprendimiento, de generosidad, que constituyen la nobleza del arte dft
curar, y que hacen sacrificar á sus individuos su porvenir, el dé
su familia y hasta sus vidas, en medió de las epidemias, en ésoV
momentos de espanto y de terror.—Por lo espuesto conoceráa'
los señores diputados, que los que se dedican á la ciencia de c u rar vienen pagando y haciendo sacrificios por la causa pública,
desde el instante en que se abren las aulas para ellos, hasta el
último de m práctica, cubriendo de este modo parte "de las necesidades del erario, con lo cual se hallan igualados al resto de
los contribuyentes, y que esta contribución es un sobrecargo que
rompe el principio de igualdad á que se apela; por lo cual este
Instituto
Suplica al Congreso de los Diputados se digne lijar su superior penetración en estas razones, exigiendo, al discutirse QJos presupuestos, que se coloque á la clase médica en el art. l. de la
ley , éxoiíerándola, cual á los funcionarios públicos del pago del
subsidio; y si esto lío fuese posible; rebajando la cuota actual á
una mitad, y permitiendo escepluar un número proporcionada
por la asistencia de los pobres, como se hace con los abogados y
procuradores: gracia que espera merecer de la rectitud é ilustración que presiden todos los actos de los dignos representantes de
la nación. Málaga. 16 de enero de 1851.—El presidente, Antonia
José Velasco.—El secretario, Yicenle Marünez y Montes.
A C T O S © E L GOISIEI6IS©.
A fiues del mes pasado se presentó al Congreso de D i putados la esposicion siguiente , que sabemos ha pasado
á la. comisión respectiva. Esperamos que la presten su decidido apoyo los abogados naturales con que cuenta la
profesión en el seno de la representación nacional.
AL CONGRESO DE DIPUTADOS.
El Instituto médico Malagueño acude hoy á la alta ilustración
de la cámara de diputados, y reverentemente espone: Que celoso siempre porque la medicina no pierda el lugar preferente que
hasta aqui ocupara, como arle liberal y como ciencia humanitaria, creería faltar á sus deberes y á su conciencia, si no reclamara contra el derecho de patente que en el dia so la hace pagar, tanto por la naturaleza de él como por su cantidad escesiva,
atendida la situación precaria y empobrecida de la clase. ¿Y qué
razones puede haber para privará la medicina de,sus antiguas
prerogalivas, conservadas desde los tiempos mas remotos, en que
recibiera los honores del sacerdocio, hasta que secularizada por
los gobiernos, ha sido recargada con semejante contribución?
¿Acaso la medicina permanece estacionaria, cuando ¡as demás
ciencias marchan rápidaments, y por eso ha perdido en la estimación y consideración de los hombres? No; porque las obras
numerosas en qué cada dia deposita sus descubrimientos ó inves-
MINISTEUIO DE LA GOBERNACIÓN DEL KEINO ( 1 ) .
En el espediente y autos de competencia suscitada entre el
gobernador de la provincia de Logroño y el juez de primera i n s tancia de Haro, de los cuales resulta: que en julio de este año el
subdelegado de medicina y cirugía del partido de la última villa
se quejó al de farmacia del mismo de los abusos que el farmacéutico de la referida villa D. Donato Mozos cometía en el ejercicio de su facultad; y escitado por el segundo el presidente de
la junta de sanidad para que la reuniera, por creer el asunto de
las atribuciones de la misma, se resistió primero, mas accedió
después á esta convocación: que ante esta junta hizo el subdelegado de medicina y cirugía la denuncia especificada de los abusos, determinando los casos en que Mozos había dirigido por sí la
curación de los enfermos y despachado en consecuencia medica-'
'(i) Insertamos este informe del Consejo Real á pesar de su estensiou, porque contiene datos sumamenie importantes, recuerda decretos
y disposiciones deque tal \ez no tengan noticia algunos profesores, y establece definitivamente el curso que deben seguir los procedimientos relativos á la policía médica. Los subdelegados de medicina, cirugía y farmacia
son los que se hallan mas interesados en penetrarse bien de los diversos
puntos que abraza este decrelo.
— 47 —
menlos heroicos sin recela; y dispuesta y llevada á efeelo por la
junta la instrucción de las diligencias comprobatorias, creyó por
el resultado de ellas que el asunto era de la competencia de los
juzgados, y las remitió al de primera instancia referido: que eo. menzado por este el proceso , acudió Mozos al espresado gobernador escitándole á que reclamara el conocimiento del asunto,
como asi lo verificó después de haber pedido y recibido un informe del juez; mas persistiendo este en que el caso estaba comprendido en los artículos que espresó del Código penal, y en que
por este se hallaba derogada toda disposición anterior en que el
obernador pudiese fnndar su competencia, formalizó esta auloriad la de que se trata:
Visto el art. 15 y los de su referencia, ley 8, título 13, libro 8.'
de la Novísima Recopilación, que prohibe á los farmacéuticos despachar medicina alguna sin que les sea pedida por receta de médico ó de cirujano, según las facultades de estos profesores, y encarga á la junta superior gubernativa de farmacia cuido de que
asi se ejecute y exija á los contraventores,las multas pecuniarias
que estime conducentes, pasando sin perjuicio de cM,as á las j u s ticias el conocimiento del asunto cuando tuviese noticia de que podia resultar ó había resultado daño á la salud ó vida de alguna
persona :
Visto el art. 3. 1 , capítulo 20 de la real cédula de 10 de diciembre de 1828 que, invocando y aplicando las disposiciones de leyes
recopiladas, castiga el ejercicio sin el competente título de la profesión do médico-cirujano, médico y cirujano sangrador, con la
multa de cincuenta ducados por )a primera vez, doble por la sejguada con destierro del pueblo de su residencia, de Madrid y sitios reales diez leguas en contorno, y doscientos ducados á la
tercera, destinándolos á uno de los presidios de África ó de Amériea, bastando para la imposición de estas penas que las justicias
sean sabedoras de semejantes sucesos, ya de ofieio , ya a requerimiento de parte, sin sujetar la prueba á forma de juicio por ser
•comunmentelas referidas infracciones de notoriedad pública.
Vista la orden del Regente del reino de 28 de agosto de I8i2 ,
^ué comete á los géfes políticos y demás autoridades del mismo
«•den el cumplimiento de las disposiciones vigentes contra los
intrusos en cualquiera de los tres ramos de la ciencia de curar,
liasta donde alcancen sus atribuciones gubernativas, previniéndoles que en el caso de que las penas en que incurran los contraventores escedan de los límites de estas atribuciones, los entreiguen á los tribunales ordinarios después de haber recibido la
correspondiente indagación sumaria:
;
Vista la real orden de 23 de noviembre de 1815, que para
•evitarlas competencias entre autoridades dependientes del ministerio de la Gobernación, á que daba margen la imposición de p e nas á los intrusos en las facultades de medicina y eirugia, dispuso
«que la aplicación dé los castigos de que trata el art. 3.°, capitulo
U? de la real cédula de 10 de diciembre de 1828 correspondiese á
la autoridad de los gefes políticos hasta el límite que les señala
•«I párrafo 3.°, artículo 5.° de la ley de 2 de abril de 1843, debiend o , con arreglo al párrafo i.% art. 4.°, de la misma ley, pasar á
¡fes tribunales ordinarios el tanto de culpa que resulte contra los
intrusos, cuando la pena que haya de imponérseles esceda de di"fiho límite:
Vista la real orden de 17 de febrero de 1846, que dispone entre
-otras cosas que cuando la multa que haya de imponerse á los
intrusos en las facultades de medicina y cirugía, con arreglo á la
«real cédula de 10 de diciembre de 1828, deba esceder de mil
reales, se pasea los tribunales el tanto de culpa que resulte, no
solamente para la imposición de la pena, sino también para la
formación del proceso:
Visto el art. 485, párrafo cuarto del Código penal, que impone
nle cinco á quince dias de arresto ó una multa de cinco á quince
•duros al que ejerza sin titulo actos de una profesión que lo exija :
Visto el arl, 486, párrafo 6.° del mismo Código, según los cuales el farmacéutico que despache medicamentos en virtud de
recetas que no se hallen debidamente autorizadas, debe ser castigado con una multa de cinco á quince duros,
i* Visto el art. 563 del propio Código, que declara no hallarse
<escluidas ni limitadas por las disposiciones del libro de las faltas
| á (pe correponden los dos artículos que se acaban de citar) las
atribuciones que por las leyes de 8 de enero, 2 de abril de 18ií>,
y cualesquiera otras especiales, competan á los agentes de la adwiinistracion para corregir gubernativamente las faltasen los casos
«en que su represión les esté encomendada por las mismas leyes:
Visto el art. 3.°, párrafo primero del real decreto de 4 de junio
•de 1847, que esceptúa de la prohibición de provocar competencia
ios gefes políticos en las causas criminales todos los casos de delito ó falta, cuyo castigo esté reservado por la ley á los funcionarios
•de la administración:
Visto el art. 24 del real decreto de 17 de marzo de 1847, según
«1 cual ¡os subdelegados de medicina y cirugía, y los de farmacia
y veterinaria continúan en el ejercicio de las atribuciones que les
•oslan señaladas por reglamentos y reales órdenes, pero bajo la dependencia inmediata del gefe político los de los distritos de la capital de cada provincia y su partido,, y del presidente de la respectiva junta subalterna los que residan en los demás partidos, entendiéndose directamente con estas autoridades en lodos los casos:
f
Visto el art. 23 siguiente, que cómele á los vocales facultativos
de las juntas de partido los cargps respectivos de subdelegados de
medicina y cirugía y de farmacia en el territorio de dicho partido:
Visto el art. 50 del reglamento mandado guardar interiormente por real orden de 26 de marzo referido, que concede á dichos
vocales facultativos en el espresado carácter de subdelegados de
medicina y farmacia, el derecho de reclamar del presidente, como
autoridad superior civil, la represión y castigo de las infracciones
de las leyes, reglamentos y disposiciones gubernativas acerca del
ejerciciodc la ciencia d.e curar ó ds la venta de medicamentos, debiendo este obrar inmediatamente en uso de sus atribuciones, sin
consultar á la junta cuando no lo creyere preciso, ya para resolver
alguna duda, ó ya con cualquier otro objeto:
Visto el arl. 51 siguiente, según el cual los mismos subdelegados pueden pedir á las juntas, en su carácter de vocales, que se
examinen en ella ios hechos acerca de las infracciones de que
habla el artículo anterior, en CUNO caso la comisión nombrada
para informar sobre las propuestas debe hacer cuantas investigaciones sean necesarias para dar toda la claridad posible al asunto,
á fin do presentar á la junta en su informe una esposicion razonada, y, si ser puede, documentos del hecho ó hechos que constituyan "el fundamento de la queja del subdelegado; discutiendo la
junla si se han tomado ó no por la comisión lodos los medios de
ilustrar los hechos, y en la alirrnatha si este hecho ó hechos
constituyen una infracción, dando en lodo caso su parecer razonado, cñ vista del cual el presidente ha de cuidar en los casos de
infracción manifiesta de que se ponga en ejecución lo prescrito por
las leyes, ordenanza», reglamentos ó disposiciones gubernativas
vigentes sobre esta cíase de infracciones:
Vista la disposición 6.a de la real orden de 16 de atril de 1847,
que encarga á los gefes políticos, hoy gobernadores de provincia,
prevengan á los subdelegados de medicina y cirugía y farmacia
persigan sin contemplación y sin descanso á los intrusos, para cuyo efecto deben dichos gefos, como superiores de sanidad en la
provincia y primera autoridad gubernativa de la misma, prestarles eficazmente y sin demora todos cuantos ausilios demanden y
sean necesarios:
Considerando: 1.° Que los hechos que pueden ser objeto de represión en el presente caso se reducen á haber ejecutado el boticario actos de médico ó cirujano, y haber despachado con este
motivo, y de consiguiente sin la atitorizazion debida, sus medicamentos, actos previstos en ios artículos citados del Código penal
483, párrafo 4.° y 48«, párrafo 6.* '
\
2.? Que la represión de estos abusos está cometida á la administración por la ley recopilada y la real cédula que se han citado; y asi ha venido entendiéndose y aplicando respecto del caso
de esta última, en virtud de la orden de 25 de agosto de 1842 y
las reales orden de 45 de noviembre de 1845 y 17 de febrero
de 1846 igualmente eitadas.
3." Que este conocimiento gubernativo se halla admitido y
sancionado por el art. 50S del Código penal que se ha citado.
4.° Que por lo mismo el caso presente es el de escepcion, de
que habla el real decreto de 4 de junio de 1847 en el articulo y
párrafo que se han citado; y la junta de sanidad del partido dé
Haro, asi como se ajustó en la formación de las diligencias á lo
que previenen el real decreto de 17 y el reglamento de 26 de
marzo de 1847 en los artículos que se han citado, no pudo remitir tales diligencias sino al gobernador de la provincia, ya porque
asi se deduce de las mismas disposiciones, como también porque
á esa autoridad está encargada la adopción de los medios á que i)o
alcance la junta para estas represiones, según la otra real orden
también citada de 16 de abril de 1847:
Oido el Consejo Real, vengo en decidir esta competencia á favor
de la administración.
Dado en Palacio á 29 de enero de 1831.—Está rubricado de la
Real mano.—El ministro de la Gobernación del Remo.—Fermín
Árlela.
CRÓMICA.
El 88 del ¡leñinl ge verificó con toda solemnidad la tnnu»
guracion de la Academia delCu.erpQ.de Sanidad militar en el distrito de Madrid. Concurrieron las autoridades militares de la plaza,
muchos de los mas distinguidos generales, y honraron el ac.lo el
señor director general dol Cuerpo D. Manuel Codorniu, el señor
director honorario vicedirector D. Nicolás García Briz, comisiones
de la Academia de Medicina de Madrid y de otras corporaciones
científicas, y muchas mas personas notables y facultativos de todas
clases. Empezó la sesión leyendo el gefe del distrito señor D. Pedro Alonso Valencia un notable discurso, lleno de datos estadísticos sumamente interesantes, y que revelan un ímprobo y minucioso trabajo; y á continuación leyó otro el señor director general
manifestando la importancia de las academias y haciendo una ligera reseña de los servicios prestados en España en todas ocasiones
por el Cuerpo de Sanidad militar. Este último discurso, aunque breve , como no podia menos de serlo, contenia observaciones muy
oportunas y datos y advertencias que debieran aprovechar las a u -
:
ta que estaban en la sala; habiendo sido preciso mandar desocupar el local para qué cesase tan estraña escena. No hallamos
en la historia de la-medicina mas casos análogos á este, que e |
de las famosas convulsiones del cementerio de San Medardo á
principios del último siglo, y el referido por el célebre Boerhaave ,
Parece que en Miranda de ISbro y pueblos inmediatos se
ha desarrollado el tifo con un carácter tan maligno, que todos los
dias hace víctimas en la mayor parte de las casas que invade,
particularmente si sus moradores son pobres y no tienen m e dios: la diarrea es el síntoma predominante, el mas difícil de
Aun tenemos que ocuparnos otra vez de las desagradables vencer, y al que generalmente sucumben lodos los enfermos.
Es curiosa I».siguiente, noticia de ¡os títulos espedidos en
ocurrencias de Burgos, de que hemos hablado á nuestros lectores
en otro número anterior. El señor D.Juan García Oyuelos, que fue los años de 1849 y 1850 para profesores de los diferentes ramos
>
quien acometió en la calle al profesor de medicina D. Bonifacio de las ciencias médicas:
Para licenciados en medicina y cirugía se han espedido 287 en
Gil, nos escribe asegurando que lo.hizo movido por ofensas parti.Guiares inferidas por esle, y délas cuales se ocupan ya.los tribu- el año de 1849, y 179 en 1850; para id. en medicina, 32 en 1840
nales de justicia, y que no es cierto que el señor Gil estuviese su- y 20 en 1850; para id. en cirugia médica , 2 en cada uno de e s dos años; para id. en cirugia, 7 en 1849 y 13 en 1850; para
jeto, por la espalda cuando sufrió los malos tratamientos-de que tos
médicos
puros, solo.4 en 1880; para cirujanos de segunda clase»
hemos hecho mérito. En el mismo sentido nos dirigen un comuni- 152 en 1849
170 en-18aO;'para id. de tercera, 48 en el primer
cado los señores D. José Carabias, D. Baldomero Martínez de Ve- año y 42 en y
el segundo ; para id. de cuarta, solo 3 en 1849 ; para
lasco -y D. Juan de Cartagena, quienes manifiestan ademas que matronas, 17 en cada uno de los dos años; para sangradores, ÍOÚ
ellos nun,ca han defendido la absurda especie de que el ioduro de en 1849 y 131 en 1890; y por último, para licenciados en farma-»
potasio administrado según arte y con las demás precauciones pro- cia, 69 en el primer año y 85 en el segundo.
duzca la amaurosis; pero que se atribuyen éscesos y contraindicaSiOS aluirniaos ma£&'ieaalados era lass f a c u l t a d e s d e m e d i c i n a y
ciones en el caso que.se debate, y que de esto sehaacusado al señor farmacia del reino para el.curso académico de 1850 á. 1851, son
.Gil, aunque no por dichos facultativos. Todas estas rectificaciones, los siguientes:
. -. .
que nos complacemos en insertar porque somos amantes de la jusDE BARCELONA. Medicina : 24 en el primer año, 67
ticia y la exactitud, no alteran mucho sin embargo la esencia de la enUNIVERSIDAD
el segundo, 5 en el tercero, 67 en el cuarto, 68 en el quinto, 54
es4$lion. En.la irritación del señor Oyuelos no pudo menos de in- en él
sesto y 43 en el sétimo. Total, 318.—Cirugia ; 2 en el s e fluir'&onsiderablemente la polémica facultativa sostenida con tanta
año y 6 en el cuarto. Total, 8.—Farmacia: 25 en el priincons\deraci»ri,'y en la que se hacia al señor Gil un cargo infun- gundo
mer año , 37 en el segundo , 7 en el tercero;, 30 en el cuarto y 4-1
• dandísimo; pero muy propio para exasperar á las personas intere- en al quinto. Total, 140.
' . •..•
sadas. De todos modos, y sean cualesquiera las razones que se
ID. DE GRANADA. Medicina : 5 en el primer año y 28 en el s e aleguen, nunca estaría autorizado el atropello de que hemos dado gundo. Total, 33.—Farmacia: 10 en el primer año.
..cuenta á,nuestros lectores, y nos ratificamos en la censura que
ID. DE MADRID. Medicina: 58 en el primer año, 87 en el s e merece semejante conducta. La del señor Gil está.sometida al fallo gundo, 31 en el tercero, 93 en el cuarto, 112 en el quinto, 99 en
-de los tribunales. Por aqui debiera haberse empezado y no por in- el sesto, 62 el sétimo, 15 en el octavo y 12 en el noveno. T o juriarlo atrozmente. Encuanlo á los profesores que, han tomado tal, 569.—Cirugia: 3 en el tercer año y 5 en el cuarto. Total, 8.—
• sobre sí el empeño de hacer responsable al ioduro de potasio y al Farmacia: 41 en el primer año, -103 en el segundo , 28 en el terprofesor que le administró, de una amaurosis acaecida diez y ocho cero, 74 en el cuarto, 81 en el quinto y 3 en el.sesto.—Total, 330.
meses después, ¿qué hemos de decir nosotro?, sino que les ciega
ID. DE SALAMANCA. Medicina: 7 en el primer año y Í6 en el
miserablemente la animosidad, y que es lástima que empleen para segundo. Total, 23.
.
.
:.
probar, su tesis esfuerzos dignos de mejor objeto? Por lo,demás esID. DE SANTIAGO. Medicina : 20 en el primer año , 41 en el s e tamos,persuadidos de que en estos sucesos, ninguna de las partes gundo, 3 en el tercero, 21 en el cuarto, 32 en el quinto, 26 en el
tiene completamente razón, porque ninguna procede ni puede pro- sesío y 6 en el sétimo. Total, 149.—Cirugia: 3 en el primer año,
ceder con la imparcialidad y la calma.q'ue fueran necesarias. Repe- 2 en.el segundo y 1 en el tercero. Total , 6 .
limos otra vez,; que de todoeslono puede resultar masque desdoro
ID. DE SEVILLA. Medicina: 16 en el primer año , 30 en el s e para la ciencia y para sus profesores,, y deseamos ardientemente gundo, 8 en el tercero, 52 en el cuarto, 27 en el quinto, 30 en el
que se corte tal escándalo, cediendo cada cual lo que sea preciso, seslo y 61 en el sétimo. Total, 204.—Cirugia: 7 en «1 primer año.
para que vuelva á establecerse la armonía tan indispensable entre
ID. DE VALENCIA. Medicina: 13 en el primer año^ 25 en el s e facultativos que ejercen la mas sagrada de las profesiones.
gundo, 6 en el tercero, 27 en el cuarto, 33 en el quinto, 62 en él
Según rcsiilíii de los estadas lis mortaiiilail en los hospi- sesto y 14 en el sétimo. Total, 180.—Cirugia: 4 en el primer
tercero y 5 en el cuarto. T o tales militares de España dorante el año de 1850, han fallecido año, 12 en el segundo , 1 en el
' 'L ' " ' • ' '
poco mas del 2 1[2 y menos del 3 por 100 de los enfermos re- tal, 22.
Resulla/ pues,' que se han matriculado en el presente curso
cibidos en dichos establecimientos. Si á estos se agregan los asistidos en los cuarteles, y de los cuales no ha muerto ninguno , ten- 1405 estudiantes de medicina,.51 de cirugia y-480 de farmacia. .
" dremos una proporción mas ventajosa todavía. No echen esto en
olvido los homeópatas , que pretenden aturdimos los oidos con
sus estadísticas , en que aparece un 4 ó un S por 100 de mortanAW UMCIO.
dad. Cierto es que los favorables resultados de la asistencia en
los .hospitales militares se debe en gran parte á ias circunstan'cias de los sügetos que en ellos ingresan; pero esto mismo
prueba , que eligiendo los casos como se ha hecho siempre en
las clínicas homeopáticas, es fácil pintar las estadísticas del color
PERIÓDICO SATÍRICO DE CIENCIAS MEDICAS.
que nos acomode; siendo en realidad un cargo grave á la hoSe
ha
publicado
el número 4.°, que contiene los artículos s i meopalia aun ese 4 ó 5 por 100 de mortandad que confiesa.
guientes: Valor de la homeopatía.—Visita de contrabando. -AlumHeñios visto una circular de! gobernador de la provincia bra linterna.—Apágate linterna —Agallas homeopáticas (remi- .. .
de Valladolid, por la cual se impone á los médicos y farmacéuti- tido).— Comunicado de D. Manuel Codorniu.-Crónica.
cos titulares de los pueblos una nueva obligación: la de asistir
Precio de suscricion en Madrid , 20 rs. al año y 24 en provingratuitamente y suministrarlas medicinas que necesiten las cria- cias. Se suscribe en Madrid , librerías de Monier, Cuesla y Villa.
turas abandonadas antes de ser trasladadas á las casas de espósi- En provincias en las principales librerías y en casa de los subdetos, y cuando salen de estas confiadas á sus nodrizas. No duda- legados de medicina y de farmacia.
' mos que todos los facultativos se prestarán gustosos á secundar
las benéficas ideas del Sr. g-obernador de Valladolid; pero deseamos que no se olviden este y tantos otros servicios análogos, cuanVACAMTBS,
do se trate de imponer contribuciones á la clase, ó cuando se
pida al gobierno en favor de ella un poco de protección.
Médico de Ezcaray, provincia de Logroño. Su dotación seisSegún las últimas noticias de Méjico, parece que el có- cientos ducados anuales , con mas tres mil y pico de reales por
.léra hacia grandes estragos en la Veracruz y en el estado de este las siete aldeas inmediatas, ochocientos reales por la villa de
. nombre^ En la capital habían muerto en una semana 989 perso- Balgañez , y diez y seis fanegas de trigo por la de Zorraquin. Las
.ñas,.y en la provincia 8,648.
solicitudes en el término de treinta dias.
—Medicó-cirujano de Casa-vieja. Dotación 5200 rs. y casa de
En la fábrica de tabacos de í,y«n (Francia) ocurrió dias
.pasados un suceso singular. De resullas de un altercado se vio balde. Las solicitudes hasta el 10 de marzo próximo.
. acometida una muger de un alaque de nervios ; acudieron á so. correrla sus compañeras; pero á medida que se iban acercando,
como si.fuese contagioso el mal, caian con las mismas convulsio'MADRID,
. nes. Hasta veinte llegaron las atacadas de esta manera, de sesen- IMPRENTA DE LA CALLE DE S . V I C E N T E , Á CARGO DE JOSÉ KOBRlGÜEZi
tondades y el gobierno. Terminado el acto pasaron los convidados
& otro salón donde estaba preparado un abundante refresco, y donde tuvimos el gusto de oir brindar al ilustrado general Zarco del
Valle por nuestra amada soberana, protectora de las ciencias, y
por la prosperidad dé la Academia y del Cuerpo de Sanidad militar, cuyos servicios tuvo la galantería de ponderar sin restricciones. A este brindis correspondió con otro análogo el señor don
Manuel Codorniu. Deseamos que las academias instaladas con ;tan
buenos auspicios den todo el fruto que sin dudase habrán pro"pdesto obtener sus celosos promovedores.-
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