UNIDAD 3

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Se entiende por socialización el proceso a
través del cual una persona incorpora en sí misma la
cultura de una sociedad, es decir, la adquiere.
sido adquirida por unos individuos, unos individuos
conocen, sienten y ponen en práctica sus distintos
una cultura son necesarios para poder desenvolverse
ASIGNATURA : SOCIOLOGIA DE LA EDUCACION
( A – 2009 ) IPRGR- DEPARTAMENTO DE SOCIALES .
elementos .Un cierto conocimiento y asimilación de
UNIDAD 3
SOCIALIZACION / CARÁCTER SOCIAL DEL PROCESO EDUCATIVO /
ESTRATIFICACION SOCIAL
Una cultura existe en la medida en que ha
en una sociedad.
En la medida que un individuo adquiere la
cultura de una sociedad, se hace apto para vivir en
esa sociedad, es decir, se socializa.
“Adquirir”
en
este
contexto
significa
principalmente aprender. Adquirir ciertos valores no
significa solamente aprenderlos, conocerlos, sino
interiorizarlo también, lo cual conduce, por ejemplo,
a sensaciones de agrado o desagrado ante conductas
que promueven o que conculcan dichos valores;
similarmente, no es lo mismo “conocer” las creencias
de determinado grupo religioso que participar de
ellas...
Guy Rocher define más ampliamente la
socialización como “el proceso por suyo medio la
persona humana aprende e interioriza, en el
transcurso de su vida, los elementos socio-culturales
de su medio ambiente, los integra en la estructura de
su personalidad, bajo la influencia de experiencia y
de agentes sociales significativos y se adapta así al
entorno social en cuyo seno debe vivir”.
La etapa más intensa del proceso de
socialización tiene lugar lógicamente, durante los
primeros años de la vida de cada individuo. En la
mayoría de los casos, no nos socializamos, nos
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socializan: unas veces con nuestra anuencia, otras veces a pesar nuestro. Al adquirir una cierta
parte de la cultura de una sociedad, un individuo se hace apto (se ad-apta) para vivir y
desenvolverse en esa sociedad.
AGENTES DE SOCIALIZACIÓN.
Labor socializadora como objetivo explícito y reconocido y aquellos que tengan la labor
socializadora como un objetivo implícito, es decir, que “ejerzan esa función de un modo
solamente instrumental, con miras a otras actividades o a otros fines tomados como objetivos
explícitos”.
Los primeros son la familia, las iglesias y sectas religiosas y los centros de estudio de
cualquier nivel.
Del segundo tipo, podemos mencionar empresas, sindicatos, partidos,
asociaciones recreativas y similares grupos de compañeros, grupos de amigos. Son “grupos
identificables”, pero la socialización también se lleva a cabo de manera más difusa, por cuanto
concierne al conjunto de una colectividad y afecta a una masa. Los medios de comunicación de
masa.
SOCIALIZACIÓN Y PERSONALIDAD.
Entenderemos por personalidad la organización en el individuo de predisposiciones
para actuar. Las personas se comportan de modo diferente según se encuentren en una
situación o en otra. La conducta de las personas depende, por un lado de la situación en que se
encuentran. En una misma situación, diferentes personas se comportan de modos diferentes.
La conducta de los individuos depende de :
a) unos factores externos a ellos mismos, que constituyen la situación.
b) otros factores internos “propios” de cada individuo, los cuales serían las “predisposiciones
para actuar” según Newcomb.
Al conjunto de estos factores propios de cada persona la llamamos personalidad.
Externos
SITUACIÓN
CONDUCTA
Internos
PERSONALIDAD
Podemos clasificar en tres grupos los elementos que contiene el concepto de personalidad:
a.- Volitivos: valores, aspiraciones, necesidades, gustos (también aversiones)...
b.- Capacidades: fuerza, inteligencia, habilidades adquiridas...
c.- Elementos sensitivos: mayor o menor propensión a sentir miedo, compasión, alegría...
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La personalidad “no se ve”. La tenemos que inferir a partir de los datos que tengamos
sobre la situación y la conducta. Esto quiere decir que para averiguar la personalidad de un
individuo nos fijamos primero en su conducta, pero al mismo tiempo hemos de tener en
cuenta la situación en la que se está desarrollando esa conducta.
La personalidad se desarrolla a partir de una base biológica dada en cada persona.
Cada individuo nace con una determinada capacidad craneana, unos músculos con unas u
otras características, un sistema nervioso más o menos excitable, más o menos rápido en
reflejos...
El desarrollo de estas características no depende solamente de la constitución
biológica del sujeto, sino también de su experiencia. Los seres humanos sólo pueden
desarrollar adecuadamente su personalidad en el seno de una sociedad. El proceso de
desarrollo de la personalidad y el proceso de socialización vienen a ser lo mismo, sólo que lo
llamamos una cosa u otra según centremos nuestra atención en los efectos sobre el sujeto o
en el hecho de la transmisión de elementos culturales respectivamente. La cultura no es ni el
único determinante de la personalidad ni un determinante rígido.
POSICIÓN SOCIAL.
Este continuo fluir de intercambios de acciones sociales de distintos tipos entre los
miembros de un grupo, en los que siempre encontramos ciertas regularidades, lo traducimos
en nuestras mentes en un esquema estático y decimos que los individuos ocupan distintas
posiciones sociales en el grupo. Las dos caras de la posición social son el Rol y el Status.
ROL Y STATUS.
Cada miembro juega un papel en el grupo. Este término está tomado del teatro : el
papel teatral en francés se llama “rôle” (el equivalente literal español sería “rollo”, que alude a
la forma que tomaban antiguamente los papeles que se tenían que aprender los actores).
Pueden usarse indistintamente los términos papel social o rol.
No todas las posiciones sociales nos parecen igualmente importantes o prestigiosas.
Esta mayor o menor categoría que atribuimos a las distintas posiciones sociales se designa con
el término “status” social.
PAPEL SOCIAL O ROL.
El rol no consiste en la conducta de quien ocupa una posición social. Consiste en las
expectativas que tenemos los otros sobre la conducta que debería seguir quien ocupa una
determinada posición social. El rol le viene dado desde fuera, del mimo modo que al actor le
dan su papel hecho, no se lo redacta él.
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El rol consiste en un conjunto de normas que pesan sobre una posición social. Se le
deja un margen de libertad al sujeto que será diferente según roles y según culturas. Los roles,
como las normas en general, pueden evolucionar y cambiar a través del tiempo.
Los roles son elementos de la cultura.Los que ocupan las distintas posiciones sociales
aprenden sus respectivos roles a través del proceso de socialización.
Puesto que hemos definido el rol como algo que le es impuesto al individuo desde
fuera, como las expectativas de los otros, está claro que el concepto de rol no se refiere en
absoluto a la personalidad del sujeto.
La influencia de la personalidad sobre el rol es bastante indirecta, lo que depende
directamente de la personalidad es el modo de desempeñar el rol.Al cabo de algún tiempo de
estar comportándose el sujeto según se le exige en virtud de su rol, su personalidad queda
influida por esa conducta.
Aquí podemos distinguir dos fases:
1.- El rol es, en primer lugar, un fuerte determinante de la conducta.
2.- La conducta, a su vez, influye sobre la personalidad de diversos modos : se aprenden cosas,
se adquieren habilidades y, muy importante, se interiorizan valores; recordemos a este
respecto las hipótesis de la disonancia cognoscitiva y de la autopercepción que vimos al tratar
los procesos psicológicos de la socialización.
STATUS.
“Status” no significa solamente prestigio : “por status entendemos el conjunto de
derechos que pertenecen a una posición social dada y está formado por el conjunto de
expectativas legítimas del que ocupa la posición respecto al comportamiento de otros
miembros del grupo”.
La cuestión de los status es una cuestión de valores y, por tanto, un fenómeno cultura :
las posiciones que gozan de un status alto en una cultura pueden tener un status bajo en otra.
Distinguir entre status adscrito y status adquirido. El primero es el que se tiene por
herencia o en virtud a alguna circunstancia independiente de la voluntad del sujeto, como
edad, sexo, raza... El segundo es el que adquiere el sujeto al llegar a una posición social en su
lucha por la vida.
A nivel individual el status es también un poderoso determinante de la conducta.
Sobre todo la amenaza, real o imaginada de una pérdida de status suele preocupar bastante a
los interesados y los lleva a comportamientos defensivos tendentes a reafirmar su status.
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ESTRATIFICACION Y CLASES SOCIALES
El término de estructura, que proviene de la geología, se incorporó a la
sociología en la década de 1940. La estratificación social, a diferencia de la geológica, lleva
implícita la evaluación de los distintos estratos (capas sociales jerarquizadas), que se juzgan de
acuerdo a una escala de valores: ingresos económicos, nivel de educación o grado de
autoridad. Los estratos sociales se definen de acuerdo a los valores de cada individuo según su
posición social; esto es, las oportunidades que puede tener cada uno. Constituyen un estrato
aquellos individuos que tienen oportunidades más o menos semejantes.
El estrato social está muy relacionado con el concepto de clase social y estatus, pero es
mucho más amplio: las clases sociales corresponden sólo a un determinado tipo de
estratificación y el estrato social está ligado a una cierta forma de estatus .Hay diversos tipos
de estratificaciones y cada sociedad presenta distintas combinaciones. Además, dentro de un
sistema estratificado los individuos pueden desplazarse de un estrato a otro
Estratificación social, en sociología, concepto que hace referencia a la distribución de
individuos o grupos en estratos o clases superiores e inferiores, que forman una jerarquía de
prestigio, dinero y poder.
Jerarquía, orden de los elementos según criterios de valor. La jerarquía es la
disposición de personas, animales o cosas, en orden ascendente o descendente, según
criterios de clase, poder, oficio, categoría, autoridad o cualquier otro que conduzca a un
sistema de clasificación.
El filósofo francés Auguste Comte fue el primero en clasificar las ciencias según un
orden jerárquico. Comte se basó en tres criterios: grado de complejidad de los datos que
estudian, exterioridad de su objeto con respecto al hombre (los astros o los números) y
momento en que acceden al conocimiento positivista (basado en el conocimiento empírico).
En una determinada sociedad, la jerarquía es el orden jerárquico de los elementos
existentes, ya sean políticos, sociales, económicos u otros. En algunas sociedades tradicionales
la organización jerárquica es el modelo de estratificación social. Es el caso de las castas en la
India, jerarquía que se transmite de una generación a otra. En la Europa feudal el sistema
jerárquico se fundó también en la herencia, pero presentó mayor flexibilidad. El sociólogo
italiano Gaetano Mosca distinguió cuatro jerarquías políticas en el sistema social autoritario o
feudal: 1) el tirano, césar o déspota; 2) la clase política (situada a su lado); 3) la clase media
(por debajo), y 4) la masa o pueblo. La sociedad francesa anterior a la Revolución de 1789 se
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organizaba en tres órdenes jerárquicos: nobleza, clero y tercer estado, según criterios de
honor y prestigio.
Max Weber distingue tres tipos de estratificaciones sociales: la clase, fundada en las
diferencias económicas; el estatus, fundado en el prestigio, y el partido, fundado en el poder
político. El sociólogo estadounidense Pitirim A. Sorokin distingue la estratificación económica,
la política y la basada en la profesión. Sin embargo, hay numerosos criterios: riqueza, renta,
cultura, popularidad y otros. La división de la sociedad en estratos es un fenómeno social
universal y no es posible la existencia de una sociedad sin estratificaciones.
El actual sistema de Estratificación social , presenta las siguientes diferencias con
respecto a los otros sistemas :
1.
se pertenece a un grupo social sin que interceda nada , religión ,juridico
2.
el hecho de que la posición es adquirida , por lo tanto hay movilidad
3.
las diferencias estan marcadas por la situación economica ( renta, patrimonio)
4.
la posición de clase , no se fundamenta en relaciones personales ( amo- esclavo) , sino
en funcion de condiciones de trabajo.
El sociólogo estadounidense Talcott Parsons estudió la jerarquía de las funciones en el
sistema social: en el grado jerárquico más alto situó la función de estabilidad normativa
(valores) y la de integración entre las partes (normas), por estar inspiradas en el sistema
cultural y social, y requerir un mayor control; la función de prosecución de objetivos
(colectividades) y la de adaptación a los medios (roles) las situó en el grado inferior, por estar
en contacto con la realidad concreta, operar sobre personas y grupos, y requerir, por tanto, un
menor control.
Clase social, en sociología, término que indica un estrato social en una sociedad y su
estatus correspondiente. El principio de organización en clases sociales es diferente del que
opera en las sociedades de castas o estamentales y choca con la ideología igualitaria asociada
a la ciudadanía en los Estados de derecho.
Cada uno de estos sistemas define a las personas y a los grupos según cuatro
parámetros: su procedencia, su trabajo, el tipo de personas con quienes pueden contraer
matrimonio y los tipos de derechos y deberes rituales propios. Además, cada uno de estos
sistemas está regido básicamente por un determinado tipo de regulación. La casta está regida
por una reglamentación de tipo religioso, el Estado por una de tipo legal y el estamento por
una de tipo social. La clase social se diferencia de ellas en que está regida fundamentalmente
por una ordenación de tipo económico. Estas tres formas de estratificación (de casta, estatallegal y estamental) son históricamente anteriores al concepto de clase social.
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La clase social está configurada por el mercado, constituido por personas que realizan
un determinado trabajo o poseen un capital. Las clases sociales adquirieron gran importancia a
comienzos de la industrialización. Se considera a Karl Marx como el creador del concepto de
clase social, aunque a Max Weber se le reconoce una importante labor de clarificación del
término.
Marx vinculó el concepto de clase social con los de burguesía y proletariado, a través
de una teoría de la historia que sostenía que los intereses materiales son el principal motor de
la humanidad y que los individuos en un estado de naturaleza (según Hobbes) vivían en un
conflicto permanente y endémico. Por otra parte, los individuos en una sociedad civil
mantienen una lucha estructurada por los medios de producción (los recursos para extraer
productos de la naturaleza) y esta lucha es en sí un conflicto de clases sociales. Este
enfrentamiento, que implicaba la explotación del proletariado por la burguesía, propietaria del
capital y de los medios de producción, conduciría a la revolución del proletariado cuya meta
sería la sociedad sin clases sociales: el comunismo.
Las ideas de Marx y el desarrollo de la sociedad industrial han hecho variar la
terminología acerca de las clases. Antes, las referencias a la estratificación aludían a la
aristocracia, a los comerciantes y a los grupos inferiores, mientras que la lucha entre la
burguesía y el proletariado dominaba el análisis político. Actualmente, con el auge de la
sociedad postindustrial, el debate se centra en si el concepto de clase social ha perdido
vigencia o si la idea marxista de la historia, el materialismo dialéctico (enfrentamiento entre
dos clases sociales antagónicas, mantenido de forma dialéctica, en donde el auge de una de
ellas, provocaría paradójicamente su desaparición), ha llegado a su fin.
Esta postura, que ha sido defendida por varios historiadores liberales después de la
caída de los regímenes comunistas en Europa, no puede negar la importancia de la clase social
como factor fundamental de diferenciación social. En la mayoría de los países (y entre un país
y otro) las desigualdades en cuanto a capital, ingresos, sanidad y educación son cada vez
mayores. Algunos sociólogos intentan explicarlas utilizando otros atributos humanos como
género, raza, religión o inteligencia, aunque este debate supone restar importancia a las
terminologías o al significado de clase social. Otros autores destacan los grandes cambios que
han tenido lugar a medida que la estructura de las sociedades se ha transformado gracias a los
avances tecnológicos. Así, por ejemplo, las clases más desfavorecidas han podido mejorar sus
condiciones de vida, en términos absolutos, al aumentar la riqueza .
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Generalmente se define ‘clase social’ como grupo de personas situadas en condiciones
similares en el mercado de trabajo. Esto significa que las clases sociales tienen un acceso
distinto, y normalmente desigual, a privilegios, ventajas y oportunidades.
Casta, rígido sistema social que perpetúa una jerarquía de generación en generación, no
permitiendo apenas la movilidad entre los estratos sociales. El término se aplica a cada una de
las clases sociales hereditarias establecidas entre los habitantes de la India. La palabra ‘casta’,
utilizada por primera vez por los comerciantes portugueses en el siglo XVI, procede de la
palabra portuguesa casta, que significa tendencia, cuna o raza. En sánscrito se utiliza la palabra
jati, y varna significa grupo de jatis o sistema de castas.
El sistema tradicional de castas en la India se desarrolló hace más de 3.000 años,
cuando grupos nómadas arios llegaron del norte hacia el 1500 a.C.; se instituyó para
diferenciar a los aborígenes de los recién llegados. Entre los años 200 a.C. y 100 d.C. los
sacerdotes arios escribieron el Manu Smriti o Código de Manu y crearon el sistema de castas
con sus cuatro grandes divisiones hereditarias, actualmente vigente, en el que ellos estaban a
la cabeza del sistema como dioses terrenales (brahmanes). Después situaron a los guerreros
(kshatriyas), a continuación a los agricultores y mercaderes (vaisyas) y por último a los
trabajadores (sudras), nacidos supuestamente para ser los siervos de las otras tres castas,
especialmente la de los brahmanes. Muy por debajo de los sudras (realmente fuera del orden
social y destinados a las tareas más bajas) estaban los sin casta (harijans o intocables),
representados por los dravidianos que eran los habitantes originales de la India, y a los que se
iban añadiendo los parias o personas expulsadas de su clase social por haber cometido algún
pecado de orden religioso o social. Este sistema de castas creado por la clase sacerdotal pasó a
formar parte de la ley religiosa hindú, ya que pretendía ser una revelación divina.
Entre las características del sistema de castas indio se encontraban la pertenencia
estricta y hereditaria a la casta de nacimiento, la posibilidad de contraer matrimonio sólo con
personas de la misma casta, la limitación en la elección del trabajo y en el contacto personal
con miembros de otras castas y la aceptación por parte de cada individuo del lugar que tenía
asignado en la sociedad. El sistema de castas se ha perpetuado gracias a los conceptos de
reencarnación (samsamara) y de calidad de acción (dharma). Las cuatro castas originales han
ido sufriendo subdivisiones a lo largo de los siglos y actualmente resulta imposible determinar
su número exacto. Se estima que en la India existen de 2.000 a 3.000 castas establecidas por la
ley brahmánica y cada región tiene sus grupos propios fijados por ley consuetudinaria.
Movilidad social. Capacidad de la población de una sociedad para moverse en la escala
social. La movilidad social puede referirse a cualquier movimiento entre posiciones en una
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sociedad, tanto en dirección horizontal como vertical, y a lo largo del tiempo. Las posiciones
también pueden ser de tipo geográfico, religioso, nacional o incluso sexual. Se ha considerado
oportuno restringir la movilidad a la jerarquía ocupacional o de clase social, a pesar de que
tradicionalmente también se ha incluido el movimiento intergeneracional e intrageneracional
Orden social y desigualdad .En todas las sociedades conocidas se presentan diferencias más o
menos acusadas de riqueza material, poder y prestigio entre sus miembros. La desigualdad
social es característica tanto de las sociedades simples como de las más complejas. Es cierto
que el grado de desigualdad, o los criterios a partir de los cuales se estructura, se encuentran
sometidos a una enorme diversidad social y cultural. Pero el hecho indudable es que la
desigualdad social es un fenómeno universal, propio de todas las sociedades humanas.
La universalidad de la desigualdad, así como la variedad de las formas que adopta, son dos
de los factores que probablemente más hayan contribuido a alimentar un flujo continuo de
reflexión sobre el fenómeno.
En las sociedades preindustriales la desigualdad se consideraba, típicamente como un
fenómeno natural, que en no pocos casos gozaba además del apoyo y la legitimación de las
creencias religiosas: a menudo las jerarquías sociales no eran sino el reflejo terrenal de un
orden mítico, transcendente y atemporal. Ese modo de representar la desigualdad
correspondía a ordenaciones sociales muy rígidas, caracterizadas por una escasa
permeabilidad.
Sin embargo, la disolución de las instituciones feudales y la emergencia de las sociedades
industriales provocaron grandes movimientos de población que inevitablemente terminaron
por acarrear relevantes cambios de condición social. Los movimientos masivos de las
poblaciones industriales abrieron para muchos la posibilidad de experimentar el cambio de
posición social.
A las rápidas transformaciones sociales y económicas que generó el capitalismo industrial
le siguió la preocupación de la sociología por la desigualdad. En un mundo como el moderno
en que la desigualdad no es un fenómeno natural ¿cómo pueden explicarse las desigualdades
sociales que todos somos capaces de observar? ¿Son debidas a los diferentes méritos de los
que ocupan posiciones distintas en la escala social? ¿O dependen de factores puramente
aleatorios? ¿Reflejan las desigualdades diferencias de capacidad o formación? ¿O, por el
contrario, son sólo la consecuencia de haber heredado de los padres una posición social
ventajosa? El análisis de la estratificación social se ocupa de responder a ese tipo de preguntas.
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FORMAS HISTÓRICAS DE ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
La esclavitud es una forma extrema de desigualdad, en la cual algunos de los individuos
son poseídos por otros, literalmente, como su propiedad. Las condiciones legales de la
posesión de esclavos han variado considerablemente entre las diferentes sociedades. Algunas
veces los esclavos fueron privados de casi todos sus derechos por ley, como en el sur de los
EEUU, mientras que en otros casos su posición fue más semejante a la de un sirviente.
Los esclavos fueron utilizados casi exclusivamente como trabajadores en las plantaciones
o como servidores domésticos en los EEUU, Sudamérica y las Indias Occidentales, durante los
siglos XVIII y XIX. En la Atenas clásica, por el contrario, se hallaban presentes en la mayoría de
otros tipos de ocupación.
La casta se asocia sobre todo con las culturas del subcontinente indio. El término casta
no es indio, viene del portugués casta, y significa raza o estirpe pura. Los varna, vocablo para
describir el sistema de castas en su conjunto, consisten en cuatro categorías diferentes
jerarquizadas según su honor social. Los miembros del varna más elevado, los brahmanes,
representan la condición superior de pureza, lo intocables la más baja.
Los estamentos eran parte del feudalismo, pero también existieron en muchas otras
civilizaciones tradicionales. Los estamentos feudales consistían en estratos con diferentes
obligaciones y derechos, algunos de los cuales estaban establecidas por ley. En Europa, el
estamento más elevado era el compuesto por la aristocracia y la nobleza. El clero formaba otro
estado, con inferior status pero en posesión de varios privilegios distintivos. Aquellos que
serían denominados tercer estado eran los plebeyos, siervos, campesinos libres, mercaderes y
artesanos.
La expresión clase nos remite a un término latino –classis- que los censores romanos
utilizaron para referirse a los distintos grupos contributivos en los que se dividía la población,
de acuerdo a la cuantía de los impuestos que pagaban. Es decir, las classis eran grupos de
referencia económica, en los que los individuos aparecían ordenados de acuerdo a su riqueza.
Sin embargo el término clase ha adquirido unas connotaciones teóricas y políticas muy
importantes en un proceso de desarrollo conceptual, en el que, la aportación marxista fue
ciertamente uno de sus hitos fundamentales, dentro del contexto de la aparición del sistema
capitalista.
De todos estos tipos de estratificaciones que se han presentado a lo largo de la historia,
nos centraremos en la última que es la que más nos interesa por que es la que nos
encontramos en la actualidad.
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Estructuras de clases contemporáneas
Estructura piramidal (Sociedades industriales incipientes). Durante el s.XIX las clases
sociales se dibujaban claramente del siguiente modo: por una parte, una amplia mayoría (el
proletariado u obreros de cuello azul) y una pequeña minoría (la burguesía).
Estructura de diamante (Sociedades industriales maduras). Tras la segunda guerra
mundial, y gracias al empuje del Estado de Bienestar (Welfare State) impulsó una ambiciosa
política social pública por parte de los gobiernos de occidente. La consecuencia fue el auge de
las clases medias, y una presencia cada vez más importante del sector servicios, y del
proletariado u obreros de cuello blanco (administrativos, profesionales...).
Estructura dual (Sociedades tecnológicamente avanzadas). La crisis de 1973, el aumento
del déficit público, y la quiebra del Estado de Bienestar en los años ochenta, han ido labrando
el camino para la tercera figura, una sociedad cada vez más dualizada, donde existe una
mayoría satisfecha, cada vez más acomodada y disfrutando de los beneficios del desarrollo
social y económico, y una minoría numerosa excluida del bienestar. Los perfiles de los
excluidos, que conforman esta infraclase, subclase o nuevos pobres serían los siguientes:
parados de larga duración, madres jóvenes solteras carentes de vivienda y de ingresos, los
refugiados, los emigrantes retornados, los trabajadores sumergidos, determinadas minorías
étnicas, etc. Lo que los identifica a todos es la situación de extrema pobreza y la falta de
perspectivas o de futuro que les hace prácticamente imposible salir de esta situación.
Concepto de clase social
Antes de presentar una definición, puede resultar útil seguir la estrategia de Giddens
(1983:94-95) de distinguir las clases de las otras formas de estratificación. En primer lugar, las
clases no son grupos cerrados, sino agregados difusos de individuos. Es decir, no se pertenece
a una clase por nacer en el seno de una familia a la que las leyes sitúan en una determinada
posición social. Ocurre más bien que los sistemas clasistas son muy fluidos y a menudo resulta
difícil establecer claras fronteras entre una clase y otra.
En segundo lugar, las clases no son una característica adscrita de sus miembros, sino en
muy buena medida adquirida. Esto significa que el nacimiento no siempre o no
necesariamente determina la clase a la que pertenecerá un individuo; el sistema de
estratificación basado en clases permite el cambio de clase social de individuos y grupos.
En tercer lugar, las clases sociales no incluyen, al menos como elementos sustantivos, los
factores no económicos que están presentes en otras formas de estratificación.
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En cuarto y último lugar, las clases sociales no implican los vínculos personalizados de
lealtad u obediencia que son característicos de los otros sistemas de estratificación. Mientras
la relación entre un amo y su esclavo o un señor y su siervo son relaciones personales, las
relaciones entre miembros de clases diferentes se suelen dilucidar en el ámbito anónimo de
los mercados o las grandes organizaciones. Por tanto, las clases se pueden entender como un
conjunto de relaciones sociales impersonales a gran escala.
Una vez que sabemos lo que las clases no son, podemos sintetizar sus características
básicas y proponer una definición. Las clases sociales son (1) grupos nominalmente abiertos, la
pertenencia a ellas no se establece por ley o por costumbre; (2) las clases sociales son estratos
muy permeables, que permiten la circulación entre ellos; (3) las clases son agregados sociales
con un componente eminentemente económico y las diferencias económicas representan un
papel decisivo en la configuración de las clases; y (4) la conexión entre los miembros de clases
distintas adopta la forma de vínculos impersonales y anónimos, que a menudo son de tipo
puramente contractual.
Podemos entonces definir las clases como grandes agrupamientos de personas que
comparten los mismos recursos económicos, los cuales influyen poderosamente en su estilo
de vida (Giddens, 1990:240). Las clases en las sociedades modernas son grupos desigualmente
recompensados en lo que se refiere a riqueza, poder y prestigio que, sin embargo, no se basan
en distinciones legales, sino que se constituyen más bien como conjuntos de ocupaciones. La
ocupación o el tipo de empleo es el indicador más utilizado para determinar a qué clase se
pertenece en sociedades como las modernas en las que la competencia por los recursos se
desarrolla en el mercado capitalista. En resumen, las clases son los grupos socioeconómicos
que estructuran la desigualdad en las sociedades industrializadas, que se basan en las
ocupaciones y que se distinguen por sus diferentes niveles de riqueza.
Todos los autores vienen a coincidir en aplicar divisiones tripartitas a las modernas
sociedades occidentales. Tales divisiones llevan a dibujar “mapas de clases” que distinguen
tres estratos jerárquicamente dispuestos en la estructura social: la clase alta, constituida por
aquellos que disfrutan de las mayores ventajas materiales; la clase media, heterogéneo
conglomerado, integrado por los profesionales y los empleados de cuello blanco; y la clase
obrera, compuesta por quienes realizan trabajos manuales y tienen poca o ninguna
cualificación laboral.
Para muchos autores- en especial para los marxistas- las clases sociales son los
principales grupos a partir de los cuales se estructura la desigualdad en las modernas
sociedades capitalistas. Sin embargo, existen otras formas de desigualdad que son
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originalmente no económicas y que demuestran tener su propio peso en las modernas
sociedades capitalistas occidentales. Entre ellas se deben incluir las desigualdades relacionadas
con el género y la edad así como las que se derivan de pertenecer a grupos o minorías étnicas.
Indicadores de clase social
Los indicadores nos permiten darnos indicios sobre la variable que nos interese estudiar.
Así, para describir a qué clase social pertenece una persona, podemos utilizar los siguientes
indicadores:
a)Indicadores subjetivos son aquellos que dependen de la opinión de una persona,
posicionándose en una escala de este tipo; por ejemplo: la respuesta puede realizarla el propio
interesado o se puede dirigir, de manera indirecta, a alguien que los conozca (vecino, familiar,
amigo...)
b)Indicadores objetivos son aquellos que no dependen de la opinión sino que son fruto
de una realidad dada. El más importante es el nivel de ingresos o rentas, que normalmente se
refiere a la cantidad de dinero que entra en la unidad familiar que estamos estudiando (renta
familiar). Otros indicadores objetivos utilizados son el status socio-profesional y los gastos,
aunque es posible añadir infinidad más, como por ejemplo: la calidad de la vivienda, el lugar de
residencia, el coche...
La movilidad social
El término se refiere simplemente a los desplazamientos de individuos y grupos desde
unas posiciones sociales a otras. Puesto que las posiciones sociales se hallan jerarquizadas,
denominamos movilidad vertical a los movimientos ascendentes o descendentes en la
jerarquía de un sistema de estratificación dado. Lógicamente, la movilidad es ascendente si el
desplazamiento se dirige hacia posiciones sociales superiores a las del origen del movimiento;
es descendente si la dirección del cambio conduce a posiciones inferiores a las de partida.
Junto a la movilidad vertical, se suele distinguir la movilidad horizontal, que alude a los
desplazamientos territoriales o geográficos, es decir, a los cambios de ciudad, región o
vecindario. En muchas ocasiones, ambos tipos de movilidad –vertical y horizontal – se
producen de forma conjunta, pero esta coincidencia empírica no debe borrar la distinción
analítica entre las dos formas. Las teorías de la estratificación se ocupan principalmente de la
movilidad vertical y dado que los mejores indicadores de la posición social son las categorías
ocupacionales, el estudio de la movilidad social se basa en muy amplia medida en la
observación detallada de los cambios de situación laboral.
Ahora bien, al estudiar la movilidad podemos proceder de dos formas distintas.
Podemos examinar, en primer lugar, los desplazamientos que se producen a lo largo de la vida
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de los individuos: estaremos entonces analizando la movilidad intrageneracional, la movilidad
que experimentan los miembros de una misma generación a lo largo de su vida. Podemos
también observar los cambios de posición social de los hijos en relación con sus padres, a lo
que se denomina movilidad intergeneracional: en este caso, lo interesante es comprobar hasta
qué punto los hijos comparten o no la misma posición social (las mismas categorías
ocupacionales) que sus padres o abuelos.
LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL EN LAS SOCIEDADES INDUSTRIALES
El hecho de que no sea fácil proporcionar una definición clara, simple y unánimemente
aceptada del término clase social revela la existencia de un debate teórico de singular
profundidad en torno a esa categoría sociológica.
Esquemas teóricos clásicos: Marx y Weber
Para Marx, las clases son grupos económicos que se sitúan en idéntica relación con los
medios de producción o, para ser más precisos, con la propiedad y el control de dichos medios.
De este modo, las clases son grandes grupos de personas que comparten los medios con los
que se ganan la vida para sobrevivir. En las sociedades capitalistas, las dos grandes clases son
la burguesía y el proletariado.
Marx opina que las relaciones entre las clases sociales son necesariamente conflictivas
porque son relaciones de explotación. En relaciones como las que vinculan a esclavos y amos,
o a señores y siervos, la explotación es evidente. En el capitalismo la propiedad de los medios
de producción es el instrumento del que se valen los empresarios para explotar al proletariado
en el propio proceso de producción.
En esta visión las clases eran las principales fuerzas históricas. De hecho la historia de la
humanidad no era otra cosa que la historia de la lucha de clases, como se afirma en El
Manifiesto Comunista. Además, su concepción de la sociedad era marcadamente materialista:
la estructura económica condiciona o incluso determina los procesos de la vida social, política
y cultural.
Weber entiende que las clases son grupos de individuos que comparten las mismas
oportunidades de vida, las cuales vienen, a su vez, determinadas por el mercado. Como vemos,
la importancia que Marx atribuía a la producción reside para Weber en el intercambio
mercantil. De manera que mientras Marx consideraba que eran las relaciones de producción
las que separaban a unas clases de otras, Weber definía las clases en función del acceso
diferencial a las recompensas que se obtienen en el mercado. Las clases son así un fenómeno
con un claro componente económico. Pero ese elemento económico no se restringe a la
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propiedad de los medios de producción, sino que incluye también todos aquellos factores que
permiten aumentar los beneficios derivados de las relaciones de mercado como, por ejemplo,
la educación, los conocimientos técnicos y las cualificaciones.
Ahora bien, como en la sociedad real puede existir una variedad casi infinita de
situaciones de mercado, Weber se vio forzado a presentar un esquema de clases simplificado
que incluía cuatro grandes grupos sociales: (1) los trabajadores manuales o clase obrera; (2) la
pequeña burguesía; (3) los técnicos, especialistas y administradores de bajo nivel; y
finalmente, (4) los privilegiados gracias a la propiedad o a la educación. No es difícil advertir
que tal esquema no difiere en exceso del marxista, aunque los factores que dan lugar a las
diferentes clases sí son distintos en uno y otro enfoque.
Para Weber, las clases no son el único criterio de la desigualdad social. Si la aproximación
marxista al estudio de la estratificación es unidimensional y se circunscribe a la esfera
económica, el enfoque weberiano presenta al menos otras dos dimensiones básicas de la
diferenciación social: el status y el poder. En primer lugar, el status se refiere al prestigio u
honor (positivo o negativo) atribuido a determinados grupos y, en ocasiones, puede ser
elemento fundamental en la atribución de recompensas materiales y, como tal, factor decisivo
de las oportunidades vitales.
Aunque la posesión de riquezas suele relacionarse con el reconocimiento de un status
elevado, debe quedar claro que las clases se definen por su índoles económica, mientras los
grupos de status tienen que ver con estilos de vida peculiares y particulares pautas de
consumo, al tiempo que comparten una marcada identidad de su posición social .
En segundo lugar, el poder, que se refiere a la capacidad de exigir obediencia ajena,
puede operar también como un elemento decisivo de diferenciación social. El punto de vista
de Weber es que el poder no se subordina exclusivamente a la explotación y que las
diferencias de status o de poder no se explican necesariamente en función de las diferencias
de clase, como han parecido pensar los marxistas.
Teorías recientes de la estratificación
Tras los dos autores clásicos, el siguiente hito que merece ser destacado en el desarrollo
de las teorías de la estratificación es la perspectiva funcionalista. El funcionalismo sociológico
aparece vinculado a la figura del sociólogo Parsons y se puede decir que, cuando menos en las
universidades americanas, dominó la teoría sociológica en los años que siguieron a la Segunda
Guerra Mundial. Dos ideas constituyen el núcleo de la perspectiva funcionalista: (1) el orden
social se fundamenta en un consenso básico respecto a los valores fundamentales que
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comparten los miembros de la sociedad; y (2) las instituciones cumplen funciones esenciales
para la supervivencia del sistema social .
Las teorías funcionalistas de la estratificación sostienen que las desigualdades sociales
proporcionan una estructura de incentivos en virtud de la cual los más capacitados ocupan las
posiciones más importantes para la supervivencia del sistema, lo que redunda en beneficio de
todos. A causa de las ventajas que reporta al sistema en su conjunto, existe un amplio
consenso respecto a la importancia de las diferentes posiciones sociales y a sus
correspondientes niveles de recompensa.
La sociedad aparece dividida en estratos que (1) se relacionan entre sí a través de la
división funcional del trabajo; (2) aparecen ordenados en función del prestigio; y (3) en modo
alguno tienen intereses antagónicos, puesto que todos ganan con la supervivencia del sistema.
Así pues, las teorías funcionalistas de la estratificación se sitúan en las antípodas de la posición
marxista, ignorando los elementos de conflicto entre las clases y acentuando la
interdependencia y la complementariedad funcional de los distintos estratos.
El análisis de clase contemporáneo
No es exagerado decir que el debate contemporáneo sobre las clases se desarrolla,
fundamentalmente, en el ámbito de los análisis empíricos de la estructura de clases. En la
actualidad el uso más extendido del término clase alude a la división del conjunto de las
ocupaciones en grandes grupos que presentan rasgos comunes. Las sociedades industriales
avanzadas se caracterizan por continuo desarrollo de la división técnica del trabajo que genera
una creciente diferenciación de ocupaciones. Y las ocupaciones han terminado por convertirse
en los indicadores más importantes de los diferentes niveles de retribución material, autoridad
y reconocimiento social de las sociedades contemporáneas.
El sociólogo británico Goldthorpe, representante neoweberiano del análisis de clase,
construye su esquema de clases a partir de una clasificación de ocupaciones basada en una
escala de deseabilidad general. La agrupación de las distintas ocupaciones incluye como
componentes principales de la posición de clase las dimensiones de la situación de mercado –
fuentes y niveles de ingresos, seguridad económica y oportunidades de mejora económica – y
situación de trabajo – ejercicio o exclusión de la autoridad y control del proceso de trabajo -, y
lo que denomina el status del empleo, en virtud del cual se pueden distinguir, dentro de una
misma categoría ocupacional, los simples empleados de los trabajadores autónomos o de los
capataces.
El trabajo de Goldthorpe conduce a distinguir siete categorías de ocupaciones o clases
que suele presentar agrupadas en tres grandes clases: la clase de servicio, integrada por
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grandes propietarios y directivos de las empresas, profesionales, administrativos y
funcionarios; las clases intermedias a las que pertenecen los empleados no manuales de la
administración y el comercio, los pequeños propietarios y los técnicos de baja graduación y los
supervisores de los trabajadores manuales; y las clases trabajadoras, que reúnen a los
trabajadores manuales, tanto calificados como semicalificados, y no calificados.
EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN Y LA IGUALDAD ANTE LA LEY.
La secular misión de la familia de instruir y socializar a los individuos, va pasando a
partir del siglo XIX, a instituciones docentes cada vez más independizadas de la iglesia y de la
familia. Aún a principios de la sociedad industrial, la escuela reflejaba la estructura clasista de
la estructura social, ya que la asistencia a determinado tipo de escuela servía para confirmar
un determinado status familiar.
Para Dahrendorf, el sistema escolar constituye, en las sociedades industriales
avanzadas, la base para la determinación de la estructura social, ya que es el nivel educacional
el que fija la pertenencia a un sector, y no a la inversa.
Este fenómeno social ha permitido a H. Schelsky el hablar en términos de la transición
de la “sociedad de clases” hacia la “sociedad profesional nivelada”.
A medida que se impone en las sociedades industriales el criterio del rendimiento
personal como el principio básico para la adjudicación de los diferentes puestos de la
estructura social, la sociedad necesita testimonios (tests, diplomas), maestros y escuelas que
permitan el funcionamiento de tal criterio adquisitivo. Las instituciones docentes pasan a
desempeñar una función primordial en las sociedades industriales, en el proceso de distribución
entre sus miembros de los puestos disponibles.
En cuanto a los cambios producidos en los derechos de los ciudadanos, el sociólogo
Marshall distingue tres aspectos de la igualdad que se han ido produciendo progresivamente.
La implantación de la igualdad jurídica a fines del siglo XVIII, de la política o derecho de
sufragio universal en el siglo XIX, y de la social en el siglo XX.
Los derechos de la igualdad jurídica tenían un carácter “formal” que con la progresiva
ampliación a otros derechos sociales, se han convertido en auténticos logros materiales. “Sólo
cuando a finales del siglo XIX se produjo una ampliación de los derechos a la igualdad a la
esfera social, se asignó el status de ciudadanía el signo de una igualdad material. Este
desarrollo evolucionó paralelamente al incremento de los ingresos del trabajador, a un sistema
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de impuestos fiscales directos, reductor de diferencias, y a la producción en masa de los bienes
de consumo...
La reducción de la desigualdad robusteció la exigencia de su total suspensión, al menos
en lo referente a los aspectos fundamentales de la asistencia social. Estas exigencias fueron
satisfechas en parte mediante la inclusión de derechos sociales en el status de ciudadanía y por
la creación de un derecho general de percibimiento de ingresos reales, independientes del valor
de mercado del interesado”.
Esta tendencia se interpreta por muchos como un fenómeno de “aburguesamiento” de
la clase obrera, en lugar de la progresiva proletarización preconizada por Marx y Engels.
Dahrendorf prefiere utilizar el término, tomado de Schelsky, “nivelación”, para caracterizar
esta tendencia igualitaria, que “implica la fusión de ciertas características sociales en un nivel
común”. Esto no significa la existencia de facto de la igualdad social, sino la constatación de
una tendencia que contradice la tesis marxista.
BIBLIOGRAFÍA
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