Radio María - Colombia MARÍA LA MADRE DE DIOS Escuelas Radiofónicas Marianas RADIO MARÍA DE COLOMBIA Enero de 2015 cartilla 3.indd 1 3/02/15 10:38 a.m. 2 cartilla 3.indd 2 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Indice UNIDAD DIDÁCTICA I Objetivo.................………...………………………7 LUGARES ITINERANTES MARIANOS DE PALESTINA ..........................................……… 8 Nacimiento de Nuestra Señora ...………………… 8 La Anunciación ...………………………………….9 La Visitación .…………………………….…… 11 El Nacimiento de Jesús ..………………………… 12 La Presentación en el templo ...…………………14 La Adoración de los Magos ..………………… 15 La huída a Egipto ..………………………………… 15 El hallazgo en el templo ...…………………………17 Las Bodas de Caná ...…………………………………18 Durante los viajes apostólicos de Jesús ...…………19 Jesús es arrojado de Nazaret ..………………… 20 La Pasión de Jesús. El Vía crucis ..…………….……21 EL Calvario y el Sepulcro ..………………………… 22 Después de la Ascensión de Jesús: en el Cenáculo ..….24 La muerte de María ..………………………………… 25 Taller ………..………………………………… 27 Reflexión ...…………………………………………27 Textos para leer ...…………………………………27 Bibliografía .………………………………………… 27 3 cartilla 3.indd 3 3/02/15 10:38 a.m. UNIDAD DIDÁCTICA II Objetivos...………………………………………...28 MARÍA EN LOS ESCRITOS DE LOS DOCE PRIMEROS SIGLOS ..........................................29 La catequesis apostólica ..…………………………30 La maternidad de María ..…………………………31 La Virginidad de María ..…………………………41 La Inmaculada Concepción de María ..…………43 La Asunción de María .……….…………………49 La maternidad espiritual de María ..…………………54 La mediación de María ……….………………… 67 Taller .……………………………….…………76 Reflexión ..…………………………………………76 Textos para leer …………………………………..76 UNIDAD DIDÁCTICA III Objetivos........……………………………………..77 MARÍA EN LA VIDA Y EN LA CIVILIZACIÓN DE LOS PUEBLOS ..........................................78 En la Edad Antigua ..…………………………78 Controversias y polémicas de los primeros siglos ..…79 Influencias marianas en los pueblos convertidos ..…86 La Edad Media ..…………………………………88 De San Bernardo a Dante y Petrarca .........…… 88 La era de las grandes catedrales marinas .....……… 89 Floración de órdenes religiosas marianas .………… 92 La Edad Moderna .………………………………… 93 La Reforma y el Islam ..…………………………93 En el siglo de los grandes navegantes y de los grandes descubrimientos......................................................94 4 cartilla 3.indd 4 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia María, Patrona de los reinos y socorro de los pueblos ..............................………………95 El Humanismo y Nuestra Señora ..…………………96 La Virgen de la Pintura ..…………………………97 El mundo protestante y Nuestra Señora .………… 99 En el período del Racionalismo …………………100 El Mundo Contemporáneo …………………………101 De la Revolución francesa a nuestros días …………105 Devociones particulares …………………………106 Taller …………………………………………109 Reflexión …………………………………………109 Textos para leer …………………………………109 UNIDAD DIDÁCTICA IV Objetivos…………………………………………110 HISTORIA DE LA MARIOLOGÍA ...……… 111 I. La Mariología en la Edad Antigua (Siglos I-VIII) Siglo I Siglo II Siglo III Siglo IV Siglo V Siglo VI Siglo VII Siglo VIII II. La Mariología en la Edad Media (Siglos IX-XV) Siglo IX Siglo X Siglo XI Siglo XII Siglo XIII cartilla 3.indd 5 .………..……………………………… 112 ...……….………………………………112 …………………………………………113 …………………………………………114 …………………………………………118 …………………………………………119 …………………………………………120 …………………………………………121 5 …………………………………………122 ....………………………………………123 …………………………………………123 …………………………………………124 …………………………………………126 3/02/15 10:38 a.m. Siglo XIV Siglo XV …………………………………………127 …………………………………………128 III. La Mariología en la edad Moderna (Siglos XVIXVI - XVIII) Siglo XVI ....………………………………………129 Siglo XVII ...……………………………………… 131 Siglo XVIII …………………………………………133 IV. La Mariología en la edad Contemporánea (Siglos XIX-XX) Siglo XIX …………………………………………134 Siglo XX …………………………………………137 Taller ...……………………………………………… 141 Reflexión …………………………………………141 Textos para leer …………………………………141 6 cartilla 3.indd 6 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Unidad Didáctica 1 OBJETIVOS ¨¨ Dar a los alumnos la oportunidad de conocer de cerca los lugares geográficos donde transcurrió la vida de Jesucristo y de la Santísima Virgen María. ¨¨ De este modo podrá tomar conciencia de la grandeza del acontecimiento de la salvación de Cristo y de la sublime vocación de la madre de Dios. ¨¨ Tener conocimiento de datos de primera mano para que nuestros estudiantes sean serios en la investigación y adquieran fundamentos en sus afirmaciones en torno al acontecimiento mariano. ¨¨ Comprender el modo de pensar semita, distinto a nuestras categorías occidentales. 7 ¨¨ Buscar que la presente unidad nos permita entender que la realidad de Dios en la tierra es cierta e históricamente comprobable. De ese modo la fe se hará más concreta y comprometida en quienes realizan este curso. cartilla 3.indd 7 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 LUGARES E ITINERARIOS MARIANOS DE PALESTINA. Palestina es una región montañosa, constituida esencialmente por una doble cadena de montañas, que descienden paralelamente hacia el sur a lo largo de casi 200 kilómetros, separadas por la depresión, cada vez más profunda, por la que corre el río Jordán; que, naciendo a los pies del monte Hermón, tras haber formado y atravesado el pequeño lago Hulé y el lago de Genezareth, recorriendo un centenar de kilómetros, desemboca y muere en el Mar Muerto. De esta región únicamente interesa a la geografía mariana la cadena montañosa occidental, contenida entre el Jordán y el Mediterráneo, región a la cual se reserva exclusivamente, aunque no con propiedad, el nombre de Palestina. La Virgen Santísima recorrió repetidas veces esta cadena desde las regiones septentrionales de Galilea hasta las meridionales de Judea. La historia evangélica nos ofrece datos suficientes para documentar, en parte al menos, los movimientos de la Madre de Jesús. 8 Nacimiento de Nuestra Señora En el relato evangélico hallamos a María por primera vez en su morada de Nazareth en el momento de la Anunciación. No está, sin embargo, comprobado que Nuestra Señora sea natural de Nazareth; la tradición que lo afirma es tardía, no anterior al siglo IX. La opinión muy anterior, que la hace natural de Belén, no tiene valor, porque se funda exclusivamente en argumentos exegéticos. cartilla 3.indd 8 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia La tradición más antigua la hace nacer en Jerusalén. El primer testimonio remonta al siglo III y nos lo ofrece el protoevangelio de Santiago. Desde el año 400 al 600 nos hablan varios testimonios de una basílica erigida en honor de María junto a la Probática Piscina, al norte del recinto del Templo; después del 603 el Patriarca Sofronio indicó que aquél fue el sitio en que nació la Virgen. En los siglos siguientes los testimonios se van haciendo más explícitos. La Arqueología confirma la tradición: la basílica fue erigida en aquél sitio en la primera mitad del siglo V, pero fue precedida por un oratorio, surgido casi un siglo antes, en la gruta que todavía se venera actualmente como el sitio del nacimiento de María. Hemos de considerar, por ello, muy probable que Nuestra Señora naciese en Jerusalén. La basílica del siglo V, destruida por los persas en el año 614, fue reconstruida entre los siglos VIII y X, y tomó, algunos siglos después, el nombre de la madre de María, Santa Ana, que todavía actualmente conserva. Después de haber estado durante más de siete siglos en manos musulmanas, fue rescatada en 1856 por el gobierno francés, que la confió a los Padres Blancos. La Anunciación 9 María recibió el anuncio del ángel en Nazareth de Galilea, donde vivía (Lc., 1,26). Ignoramos cuándo y por qué se trasladó a Galilea la Virgen (que en el momento de la Anunciación no debía tener más de quince años). El pueblecito de Nazareth no había sido nombrado antes de los Evangelios; ninguna alusión a él ni en el Antiguo Testamento, ni en Flavio Josefo, ni en el Talmud. Esto ha parecido extraño, hasta el punto que algunos críticos lo pusieron en duda, o negaron decididamente su existencia. cartilla 3.indd 9 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 Pero las localidades palestinenses no citadas antes del Cristianismo son centenares: incluso ciudades importantes (como Sefforis de Galilea) no se citan en el Antiguo Testamento. Según Flavio Josefo, Galilea contaba con 205 pueblos y con 15 ciudades fuertes; estas localidades no aparecen en su mayor parte nombradas jamás. Es demasiado, por tanto, poner en duda la existencia de una pequeña localidad por sólo este motivo. Nazareth, además, fuera de la literatura cristiana, aparece recordada en una elegía hebrea sobre las 24 clases sacerdotales, cuya tradición se remonta al siglo III d.C. Galilea meridional (toda la región al occidente del lago de Genezareth, que se extiende hacia el sur, hasta la llanura del Esdrelón) es un macizo montañoso cuyas cimas más altas superan apenas los 500 metros de altura. De repente hacia el sur, falta la montaña y una larga llanura la corta profundamente desde el Mediterráneo hasta el Jordán: la llanura de Esdrelón Nazareth, una de las ciudades más elevadas (casi 500 metros), está situada en los últimos contrafuertes meridionales; apenas dos kilómetros más al sur la montaña, en una rápida inclinación, se hunde en la llanura, el pueblecito se extiende a lo largo de un declive que baja hacia el sur en forma de concha; posición encantadora en una región verdegueante de plantas y cultivada, con amplio panorama hacia el mediodía: la llanura con su característica cima pelada del Tabor, con el pequeño Hermón y, más abajo, los montes de Gelboé. 10 Allí llevó el ángel su anuncio. La actual basílica de la Anunciación, situada en el punto sudoeste de la ciudad, pretende indicarnos la posición exacta. Efectivamente se levanta en el sitio de una antiquísima basílica, que se nombra por primera vez en la historia en 570, pero que probablemente se remonta a Constantino y que encerraba la misma gruta señalada como “la casa de María”, testigo de la Anunciación y después de la vida oculta de Jesús. La cartilla 3.indd 10 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia basílica, destruida por primera vez por los musulmanes y reconstruida muy pronto, fue destruida por segunda vez en el año 1623 por el sultán Bilbars, quien asesinó a los cristianos y dejó reducida la ciudad a un montón de ruinas. Sólo cuatrocientos años después en 1638 surgió una pequeña iglesia en las ruinas de la antigua basílica; finalmente en 1730, los Franciscanos construyeron el edificio actual orientado de manera distinta a la antigua basílica y sin valores estéticos, pero que encierra la antigua gruta venerada en tiempos de Constantino. La tradición sobre la localización exacta de la casa de María se remonta con certeza hasta el año 570, y con seria probabilidad hasta la época de Constantino, dos siglos antes. Poco más de un kilómetro al norte de la basílica surge una iglesia de los griegos ortodoxos, que ha sucedido también a una antigua basílica, que encierra la única fuente natural de agua de la región, “la fuente de la Virgen”. Una leyenda sitúa la Anunciación en la fuente; es cierto que, siendo la única fuente del lugar, tuvo que ir a ella con frecuencia la Santísima Virgen. Actualmente, un acueducto lleva el agua de la fuente hasta fuera de la iglesia, un centenar de metros más hacia el sudeste, y el desagüe de este canal suele ser llamado impropiamente “la fuente de la Virgen”, y representado como tal en las fotografías. La Visitación 11 “Por aquellos días se puso en viaje María y se dirigió diligentemente hacia la montaña, a una ciudad de Judá” (Lc., 1,39). Entre las diversas localidades propuestas como lugar de la Visitación de María a Isabel y del nacimiento del Precursor, una sola presenta cierta aceptabilidad y está apoyada por la tradición: Ain Karim, una pequeña ciudad a siete kilómetros al occidente de Jerusalén, sobre una colina cartilla 3.indd 11 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 enmarcada por el verde intenso de los pinos y los cipreses, y dominando un hermoso valle donde se cultiva la vid y árboles frutales. En los años 1106-1107, un testimonio del igúmeno ruso Daniel la nombra expresamente por vez primera como el sitio de la Visitación. Desde entonces las afirmaciones en tal sentido se van multiplicando. Pero ya un testimonio del 700, impreciso en sí mismo, pero estimado por los críticos, y otro testimonio implícito de gran valor del peregrino Teodosio (530), confieren valor a los testimonios posteriores. La actual iglesia de San Juan se remonta al siglo XII (restaurada ampliamente en 1672); la gruta que se venera actualmente en el fondo de la nave izquierda era considerada como la casa de Isabel en el siglo XII; y como la iglesia es anterior y se levantaba sobre un antiguo lugar de culto de la época bizantina, teniendo en cuenta la tradición, podemos aceptar a Ain Karim como lugar de la Visitación, con suficiente probabilidad. De un segundo santuario, construido también sobre ruinas de origen bizantino, ignoramos a qué memoria haya estado dedicado antiguamente. El Nacimiento de Jesús 12 Después de permanecer con su prima durante tres meses, volvió María a Nazareth (Lc., 1, 56). Pero en el momento del nacimiento de Jesús la hallamos de nuevo en Judea, en Belén, un pueblecito a nueve kilómetros al sur de Jerusalén. Famosa en el Antiguo Testamento, sobre todo como propia del rey David, Belén se halla situada sobre una doble colina, casi a 800 metros sobre el mar, y domina los valles que existen al sur y al norte. cartilla 3.indd 12 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Desde Nazareth llegaron a Belén María y José en un viaje de cuatro días. Llegados a la ciudad juntamente con muchas otras personas venidas para el censo, y no habiendo encontrado sitio en la posada (khan o caravanera), encontraron refugio en una gruta un poco en las afueras de la ciudad, hacia el sur, sobre una altura, que muy pronto fue habitada e incorporada, por consiguiente, a la ciudad. Que Jesús haya nacido fuera de la ciudad está confirmado por el relato evangélico. Los primeros en recibir la noticia fueron los pastores que vigilaban sobre su rebaño. Desde mediados del siglo II, la tradición, representada por San Justino y por el protoevangelio de Santiago, afirma decididamente que Jesús nació en una gruta fuera de la ciudad. Los cristianos continuaron venerando y visitando el lugar (Orígenes, 2,15; Eusebio, 3, 15-25) incluso después de que Adriano, como nos refiere San Jerónimo, instaló allí el culto de Adonis. Finalmente en el año 325, Constantino levantó sobre aquella venerada gruta una basílica de cinco naves, que, a pesar de las restauraciones sufridas a través de los siglos, subsiste todavía hoy, después de más de mil seiscientos años, única entre las construcciones de la época constantiniana en Palestina (a diferencias de los otros monumentos, escapó a la destrucción de los persas del 614, y a las destrucciones árabes del 638, del 1009 y del 1187). Bajo el altar mayor de la basílica se venera todavía hoy aquella cueva, que en tiempos de Constantino y antes todavía en tiempos de Orígenes (principios del siglo III) y en tiempos de Justino (mediados del siglo II), era considerada como la cueva en la cual María dio a luz a Jesús. Ningún otro lugar sagrado puede gloriarse de tantos testimonios, tan antiguos y tan seguros. 13 La basílica, que recibió graves daños en 529 en la insurrección samaritana, fue restaurada en 540 por cartilla 3.indd 13 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 Justiniano, tuvo nuevas restauraciones durante la Edad Media, hasta alcanzar la forma actual. La Presentación en el Templo Después de los cuarenta días prescritos por la Ley para su purificación, encontramos a la Virgen María en Jerusalén, entre los atrios del Templo de Herodes, para rescatar a Jesús y para su purificación. El Templo estaba constituido por una amplia explanada, el “Atrio de los Gentiles”, situada sobre la cima de la colina oriental de Jerusalén y circundado por una fuerte muralla. En esta explanada está contenido el verdadero Templo, un enorme rectángulo, rodeado de pórticos. Se entraba en él por el Este, por la “Puerta Speciosa”. La primera mitad del rectángulo, dividida del resto por un pórtico y por una escalinata, era el “Atrio de las Mujeres”, desde el cual, a través de la puerta que se abría sobre la escalinata, se pasaba a la segunda mitad, que contenía el “Atrio de los Judíos”, el “Atrio de los Sacerdotes”, con el altar de los holocaustos y del edificio sagrado propiamente dicho: el Santo y el Santo de los Santos o Santísimo. Por la segunda puerta Speciosa entró Nuestra Señora en el “Atrio de las Mujeres”, que estaba prohibido atravesar. En esta puerta entregó san José al Sacerdote de turno en la semana los cinco siclos para el rescate de Jesús, y María ofrecía las dos tórtolas y las dos palomas que los pobres tenían que ofrecer para la purificación después del parto. Terminado el rito (del cual ignoramos las ceremonias) y ocurrido el encuentro con Simeón y con Ana, la Sagrada Familia volvió a Belén. 14 cartilla 3.indd 14 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia La Adoración de los Magos Cuando los Magos, viniendo del oriente algunos meses después del nacimiento de Jesús, llegaron a Belén, María, con el Niño y San José, no vivían ya en la cueva al sur de la población. Terminados los días del censo, marchaba ya la gente a la ciudad, así José pudo fácilmente encontrar y alquilar una habitación más cómoda y decente en la ciudad. Y en aquella “casa” fue donde los Magos presentaron sus dones al Niño Jesús (Mt., 2,11). La huida a Egipto Inmediatamente después de la partida de los Magos, Nuestra Señora, con el Niño de pocos meses y acompañada de San José, tuvo que hacer frente al viaje más largo de su existencia. Para huir de la persecución de Herodes, cruzaron la vecina frontera y se refugiaron en la provincia romana de Egipto. Durante siglos de la historia de Jerusalén, Egipto fue el clásico lugar de refugio para los judíos angustiados o perseguidos. Poco a poco se había ido formando una nutrida e importante colonia judía, que, en tiempos de Herodes, si aceptamos los datos de Filón, llegaba al millón. Para llegar hasta allí, María y José realizaron un durísimo viaje de 350 kilómetros. Desde Belén hasta la frontera, bajando primeramente hacia el sudoeste por Hebrón y Bersabée, doblando después bruscamente hacia la costa de Gaza y caminando entre el desierto y el mar hasta la ciudad fronteriza Al-Arish, no había más que unos 150 kilómetros. La Sagrada Familia podía ponerse a salvo al otro lado de la frontera herodiana, en una marcha de tres o cuatro días. Pero ¡qué marcha tan penosa! Después de Bersabée había que caminar por el desierto, es decir, por la estepa árida, desolada, falta de agua y de vegetación donde no se 15 cartilla 3.indd 15 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 encuentra ni el más leve rastro de habitación humana. Pero lo más duro del viaje eran los 200 kilómetros restantes, desde la frontera hasta la región habitada más próxima en Egipto, el Delta: 200 kilómetros de un interminable desierto de arena. Ya no es el desierto bíblico, es decir la estepa inculta y árida, sino el verdadero y auténtico desierto, formado por dunas movedizas de arena, donde el pie se hunde, la marcha es lenta y penosa, las reservas reducidas a lo poco que pueda cada uno llevar consigo, y, sobre todo, falta el agua y la poca agua que puede llevarse no es suficiente para calmar el ardor que atormenta. Este es el camino que tuvieron que realizar, en condiciones miserables, María, con el Niño en brazos, y José, en una marcha por lo menos de unos diez días. En Pelusio, a la entrada del Delta (350 Kilómetros desde Belén), habían llegado ya a la meta, y los recientes regalos de los Magos permitieron a José afrontar los gastos más urgentes. Ninguna tradición suficientemente antigua nos indica el sitio donde se detuvo la Sagrada Familia (algunas demasiado recientes, indican localidades del bajo Egipto, e incluso del Egipto medio); es razonable suponer que no se alejarían mucho de la región este del Delta, la región habitada más próxima a la frontera con Palestina. Algunos meses después, muerto Herodes, hubo de afrontar María por segunda vez, en sentido inverso, la fatigosa caminata. Y no sólo hasta Belén, porque habiéndose enterado de que reinaba en Judea el hijo de Herodes, Arquelao, José tuvo miedo, y prefirió continuar con María otros 150 kilómetros y volver a Galilea, a Nazareth. 16 cartilla 3.indd 16 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia El hallazgo en el Templo De los casi treinta años pasados por Jesús en Nazareth con María y José, no conocemos más que un episodio ocurrido cuando el Redentor tenía doce años. Cada año, por la Pascua María y José, como todos los judíos piadosos se dirigen para adorar a Dios en el Templo de Jerusalén. El viaje, de unos 130-140 kilómetros, se hacía en pequeñas caravanas de parientes o amigos, en tres o cuatro días. La última detención, la tarde del tercero o cuarto día, era probablemente (según una tradición un poco tardía, pero que se apoya realmente en la posición geográfica) en la localidad llamada modernamente El-Bireth, a 16 kilómetros de Jerusalén. Aquel año, la primera tarde del viaje de vuelta, precisamente en El- Bireth, María y José se dieron cuenta de la ausencia de Jesús. Los movimientos sucesivos de los dos angustiados peregrinos son reconstruidos de maneras distintas. Según algunos, después de haber pasado el primer día en el viaje de vuelta de Jerusalén a ElBireth, transcurrió el segundo día en la vuelta a Jerusalén y probablemente, por la mañana, encontraron a Jesús en el Templo. Otros prefieren suponer que, advertida la ausencia de Jesús, angustiadísimos, María y José volvieron a Jerusalén la misma noche entre el primero y segundo día, favorecidos por el plenilunio y por la afluencia notable de peregrinos, incluso de noche; el segundo día transcurrió en Jerusalén en afanosa e inútil búsqueda; hasta que, por la mañana del tercer día, volvieron a encontrar a Jesús. Esta segunda hipótesis hace más movida y dramática la escena, pero resulta un poco dificultoso suponer que María y José hayan pasado un día entero buscando por Jerusalén antes de dirigirse al Templo. 17 Jesús fue encontrado en medio de los doctores de la Ley, ocupado en responder y en interrogarles. A lo largo de los atrios del Templo había habitaciones en las cuales los rabinos enseñaban la Ley a los jóvenes, que escuchaban cartilla 3.indd 17 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 sentados sobre esteras o sobre pequeños escabeles. Aquella vez los rabinos “se quedaban admirados” de la inteligencia de aquel judío de doce años. Las Bodas de Caná Los años de vida familiar que Jesús pasó con María después de este episodio, en la soledad serena de Nazareth, terminaron el día en que el Redentor abandonó su patria adoptiva para dirigirse a Judea, donde Juan estaba bautizando (Mc., 1,9). Pero cuando Jesús volvió a Galilea, junto a Él y a sus discípulos encontramos a su Madre, presente en el primer milagro que realizó en Caná. Caná se encuentra al norte de Nazareth; en cuanto al lugar exacto, los sabios se dividen en dos opiniones igualmente probables y basadas en sólidos argumentos. La mayor parte identifica a Caná con la ciudad moderna de Kefr Kenna, situada a los pies de una colina, siete kilómetros al noroeste de Nazareth. Visitada habitualmente por los peregrinos como la Caná del Evangelio. Otros, sabios de valor, prefieren identificarlo como la ciudad de Khirbet Qana, situada sobre una colina aislada a 14 kilómetros al nordeste de Nazareth. No es fácil decidirse entre ambas identificaciones; la cuestión no puede ser actualmente resuelta. 18 Los testimonios antiguos afirman que en Caná había sido construida una basílica en tiempos de Constantino, para recordar el primer milagro de Jesús, pedido por su Madre; sobre la situación de esta construcción que ya no existe, no está por ahora la Arqueología en situación de revelarnos nada seguro. En Kefr Kenna edificaron los Franciscanos una iglesia en 1789, actualmente meta de peregrinación. cartilla 3.indd 18 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia En Cafarnaúm Después del milagro de Caná, la Virgen siguió a Jesús hasta Cafarnaúm, donde se detuvieron, pero únicamente “pocos días” (Jo., 2.12). La localidad es importante para María, en cuanto que Cafarnaúm se convertirá pronto en “la ciudad de Jesús” (Mt.,9,1; Mc.,2, 1) donde el Maestro tenía “su casa” (Mt.,13, 1-36), y que abandonando Nazareth, había escogido como su ciudad, porque, centro del comercio en las orillas del lago de Genezareth (o de Tiberiades), en los confines de Galilea con la Tetrarquía de Filipo, era muy frecuentada, y le ofrecía mayor oportunidad para desarrollar su ministerio, y para moverse más fácilmente por el lago. Muchas otras veces debió bajar la Virgen para visitar a su Hijo. Aunque se han presentado otras identificaciones, la mejor y más aceptada por la mayor parte de los sabios es la que reconoce a Cafarnaúm en la moderna Tell-Humm, en la ribera septentrional del lago de Tiberiades, tres kilómetros al oeste de la entrada del Jordán en el lago. Allí pueden admirarse las ruinas de una magnifica sinagoga, que se remonta al siglo III d.C., pero que fue construida sobre los restos de sinagogas más antiguas y, por consiguiente, señala el lugar donde Jesús se dirigía a enseñar todos los sábados. Durante los viajes apostólicos de Jesús 19 Que María siguiese a Jesús en sus viajes apostólicos, las Evangelios ni lo afirman ni lo niegan. San Lucas (8,2, ss.) nombra a las Santas Mujeres que, juntamente con los Apóstoles, acompañaban a Jesús mientras “recorría las ciudades y los pueblos” (entre ellas no figuraba la Santísima Virgen). Pero adviértase que los Sinópticos no la nombran siquiera al pie de la cruz, donde ciertamente estuvo presente, como sabemos por San Juan. Un poco de cartilla 3.indd 19 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 luz da este pasaje del Evangelio: María visita a Jesús (Lc., 8,19ss) en una localidad indeterminada de Galilea, pero que pudo ser perfectamente Cafarnaúm, o también un pueblo no lejano a Nazareth, por el cual pasaba Jesús en funciones de su ministerio. Esta visita nos autoriza a concluir que María no seguía “siempre” a Jesús. Naturalmente, al menos cuando su ministerio no lo lanzaba lejos de Galilea, es muy probable que muchas veces Nuestra Señora le haya hecho visitas, incluso prolongadas. En la cruz, un poco antes de morir, Jesús se preocupa por confiar su Madre a Juan, señal evidente de que hasta entonces se había ocupado de alguna manera personalmente de su Madre. Esto nos impide exagerar sobre la separación entre Jesús y María durante la vida, tan trabajada, de su ministerio público. Jesús es arrojado de Nazareth También de cuando en cuando debía ir Jesús a casa de su Madre en Nazareth. Los Evangelios nos hablan de dos visitas apostólicas del Maestro a su pueblo; la primera, al comienzo del ministerio galileo, surtió poco efecto; la segunda, hacia el final, chocó contra la rencorosa incredulidad de sus coterráneos y estuvo a punto de acabar trágicamente. (Los exégetas discuten sin embargo, si se trata de dos o de una única visita.) Al final, los nazaretanos, molestos por las palabras claras de Jesús, lo arrastraron fuera de la ciudad, para precipitarlo por un precipicio. 20 A tres kilómetros al sur de la ciudad, un pico escarpado que se levanta sobre el valle del Esdrelón, es relacionado todavía en la actualidad con este hecho, y denominado “el monte del precipicio” (o, mejor, “del salto”). Y una pequeña altura, situada en las proximidades entre Nazareth y el llamado “monte del precipicio”, recibió durante la Edad Media el nombre de “Nuestra Señora del Espanto” para cartilla 3.indd 20 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia recordar la angustia que de hecho debió producir al corazón de la Madre, que corrió detrás de los verdugos de su Hijo. Estas identificaciones no tienen valor alguno histórico; no están apoyadas por ninguna seria tradición; no es creíble que en un acceso de furor, decididos a una ejecución sumaria, los nazaretanos se hayan lanzado a una marcha de tres kilómetros, subiendo y bajando por las alturas; finalmente, el precipicio por el cual pretendían precipitar a Jesús estaba, como afirma claramente San Lucas¸ en “el monte sobre el cual estaba construida su ciudad (4,29). En los alrededores de Nazareth no faltaban accidentes del terreno que se prestaban magníficamente a ello; junto a la moderna iglesia de los griegos católicos podemos ver uno, de una altura de 10 metros, que podía ser perfectamente el lugar del hecho. Jesús huyó milagrosamente de la muerte; pero después de esto, ¿seguiría su Madre conforme con vivir en una ciudad que había arrojado e intentado matar a su Hijo? Es difícil responder afirmativamente. Podremos, por tanto, pensar que se trasladó a Cafarnaúm, donde ya hacía tiempo se había establecido Jesús, y donde estaban establecidos algunos de sus discípulos (Pedro y Andrés de Bethsaida: Mt.,8, 14) La Pasión de Jesús: el Vía crucis 21 En la narración evangélica volvemos a encontrar a María al pie de la cruz (Jo., 19,25). En el momento de la Pasión María estaba, por tanto, en Jerusalén. Como todos los años, había ido evidentemente para la solemnidad de la Pascua. La devoción popular hace que se encuentren Jesús y su Madre en el Vía crucis. Efectivamente, si la encontramos a los pies de la cruz con San Juan y las piadosas mujeres, es muy probable que hubiese seguido al triste cortejo, mezclada a la muchedumbre. cartilla 3.indd 21 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 Del Vía crucis conocemos el punto de partida, el pretorio de Pilato (probablemente la fortaleza Antonia, en el ángulo noroeste del Templo) y el punto de llegada a saber, el Calvario (en la actual basílica del Santo Sepulcro). Las diversas destrucciones y reconstrucciones de Jerusalén no permiten seguir exactamente el recorrido de Jesús en aquel día, pero el camino que recorren actualmente los peregrinos, rezando las oraciones del Vía crucis, corresponden con cierta aproximación al que debió recorrer Jesús, y en el cual se encontró ciertamente con su Santísima Madre. Inútil añadir que la determinación de las diversas estaciones se remonta a una época muy tardía. El Calvario y el Sepulcro María asistió a la crucifixión, a la muerte y a la sepultura de Jesús. La tradición nos indica con impresionante seguridad el lugar de la crucifixión y de la sepultura del Redentor. Jesús fue crucificado en una pequeña altura, llamada expresivamente “el Cráneo” (en arameo: Gólgota; en latín: Calvario) que se elevaba no más de cinco metros sobre el suelo circundante (jamás es llamado en el Nuevo Testamento “monte” o “collado”, como la devoción popular se lo figura, sino simplemente “lugar”). El Calvario estaba situado en un punto al noroeste de la ciudad de Jerusalén, fuera del recinto de los muros, pero próximo a la puerta de Efraím y al camino que llevaba a la ciudad. Estaba prescrito que las crucifixiones se verificasen fuera de la ciudad, en sitios frecuentados, para que pudiesen servir de amonestación. El sepulcro de Jesús era una gruta excavada en la roca, situada, como se deduce del Evangelio (Jo., 19, 41 s.), junto al Calvario; la Tradición y la Arqueología han confirmado esta proximidad. En tiempos de Cristo, el muro septentrional de Jerusalén, partiendo desde el ángulo noroeste del Templo, dejaba fuera del sitio el Calvario y 22 cartilla 3.indd 22 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia la tumba de Jesús; una docena de años después, el nieto de Herodes el Grande, Agripa (41-44), construyó otro muro más al norte, que encerró dentro de la ciudad también aquellos lugares santos; desde entonces hasta ahora, el Calvario y el Sepulcro han quedado dentro de Jerusalén. Los Evangelios no especifican el punto exacto del Calvario, pero la Tradición nos lo recuerda. En el año 326, Constantino hizo construir allí una grandiosa basílica, que fue después demolida. Pero la basílica actual del Santo Sepulcro se levanta en el punto exacto de la constantiniana, a la cual en gran parte imita, como nos revela la Arqueología. Ahora bien, el punto en el cual hizo Constantino construir su basílica era exactamente el que la Tradición mostraba como sitio del Calvario y del Santo Sepulcro. En 325, el historiador Eusebio, que asistió a los trabajos constantinianos, y San Jerónimo, casi un siglo después, nos dicen que en el año 135 sobre el lugar venerado del Calvario y del Santo Sepulcro, convertido en un inmenso terraplén, fue edificado por el emperador Adriano un templo a Júpiter y a Venus. Entonces (primera mitad del siglo II) los cristianos veneraban aquellos lugares sagrados, que conocían con exactitud, dada la proximidad a los acontecimientos y porque sobrevivían los inmediatos sucesores de los testigos oculares. El templo idolátrico de Adriano, lejos de borrar de la memoria el sitio exacto de la muerte y de la resurrección, ayudó a recordarlos con exactitud, de manera que en el año 325 Constantino no tuvo más que hacer demoler el templo pagano para volver a encontrar la prominencia del Calvario y la gruta del Sepulcro, y levantar allí su majestuoso edifico. La basílica actual, construida sobre las ruinas de la antigua, encierra, por tanto con absoluta seguridad, los lugares sagrados, en los cuales asistió María a la pasión y sepultura de su Hijo. 23 La construcción de Constantino (en su conjunto, 132 metros de larga y 33 de ancha) constaba de tres partes principales: el “Martirium”, la basílica propiamente dicha, consagrada cartilla 3.indd 23 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 al servicio religioso; la “Anástasis” (Resurrección), santuario de forma circular (38 metros de diámetro) –tenía la forma de los mausoleos principescos-, que contenía el Santo Sepulcro, es decir, la gruta, aislada por la roca circundante y convertida en un pequeño edificio redondo; entre la basílica (“Martirium”) y la Anástasis” (sepulcro) había un atrio rectangular, descubierto en un ángulo del cual se alzaba una masa rocosa, avance de la prominencia del Calvario. La basílica constantiniana pasó por dolorosas peripecias: incendiada por los persas en el 614, restaurada después, fue destruida radicalmente en 1009 por los árabes; la volvió a edificar en el año 1048 el emperador Constantino Monómaco, pero sobre un diseño bastante reducido; el edificio no comprendía más que el santuario redondo de la “Anástasis” y la iglesia (antiguo atrio) que guardaba al Calvario. Fue de nuevo restaurada en el 1149 por los cruzados, y después por los griegos en el siglo pasado. Con gusto muy discutible y escasa competencia, resultó el edificio actual, siempre; sobre el plano reducido de Monómaco. Después de la Ascensión de Jesús: en el Cenáculo 24 Por última vez el relato del Nuevo Testamento nos habla de María inmediatamente después de la Ascensión del Señor: “Todos perseveraban… en la oración, con las mujeres, y con María, Madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos, 1,14). Esto ocurría en aquella “sala superior” (v.13) en la cual se habían encerrado los Apóstoles después de la muerte de Jesús, en la cual se les había aparecido Jesús, en la que debía efectuarse la venida del Espíritu Santo, es decir, el Cenáculo. cartilla 3.indd 24 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Una antigua tradición, que se remonta a comienzos del siglo IV, confirmada por muchos testimonios, ha fijado el punto donde estaba el Cenáculo; en el lado oeste del collado alto u occidental de Jerusalén (sería, en cambio, contrario a la tradición más antigua identificar el sitio donde descendió el Espíritu Santo, todavía hoy venerado como el Cenáculo, con el sitio donde Jesús celebró la última Cena, ignoramos el sitio exacto en que estaba enclavada la casa donde tuvo lugar la institución del Eucaristía). En el sitio de la bajada del Espíritu Santo, en el cual los cristianos tenían una pequeña iglesia en los primeros siglos, fue construída una gran basílica poco después de la muerte de Constantino (337). Destruida por los persas en el 614 y reconstruida una veintena de años después, incendiada nuevamente por los árabes en el 966 y vuelta a edificar por los cruzados en el siglo XII fue destruida nuevamente por los turcos en 1244. Casi un siglo después, los Franciscanos reconstruyeron el Santuario, pero mucho menos amplio que la antigua basílica. Este es el edificio que desgraciadamente (a causa de una leyenda infundada que ponía allí la tumba de David) pasó a los musulmanes y fue convertido en mezquita en 1524. Todavía hoy los cristianos que desean visitar el Santuario que indica el lugar en que descendió el Espíritu Santo y en que María oró con los Discípulos, deben dar una propina para conseguir que les dejen entrar. La muerte de María 25 Desde la Ascensión del Señor hasta el día de su muerte vivió Nuestra Señora con el Apóstol Juan, al cual la había confiado Jesús al morir, y que “la había acogido en su casa” (Jo., 19,27). Y como Juan se trasladó a Éfeso en la costa occidental del Asia Menor, fue abriéndose paso la opinión de que María lo siguió y que tal vez moriría, en Éfeso. Esta opinión está fundada sobre todo en una afirmación cartilla 3.indd 25 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 1 incompleta, pero clara, contenida en una carta del Concilio de Éfeso (431), según la cual María vivió en Éfeso con Juan y allí murió. Pero, en general, los críticos no reconocen validez a este testimonio, porque contrasta con otra opinión de solidez y con los datos de la Historia. Efectivamente, San Juan no se trasladó a Éfeso antes del año 58; hasta entonces aquella iglesia fue regida por San Pablo. Nuestra Señora nacida hacia el año 20 a.C. (en el tiempo del nacimiento de Jesús, 6-5 a.C., debía tener unos quince años), en el año 58 era casi octogenaria, no es, por consiguiente, probable que haya seguido a San Juan en un viaje tan largo y tan peligroso. Y es mucho más verosímil que San Juan se haya trasladado a Éfeso todavía mucho más tarde, después de la muerte de San Pablo (67). Una antigua tradición, que se remonta a los siglos IV-V, nos indica a Jerusalén como lugar de la muerte de María, y como lugar de su sepultura el Cedrón, al oriente de la ciudad, entre ésta y el Monte de los Olivos. Entre el año 453 y 458, el obispo Juvenal edificó sobre la tumba de María una basílica de forma octogonal, de la cual hablan diversos testimonios de los siglos V, VI y VII. Destruida en 614 por los persas, reedificada, vuelta a destruir en el siglo XI y reconstruida por los cruzados en 1130, fue definitivamente destruida cincuenta años después por Saladino. No fue reedificada más, pero se conserva todavía su cripta, que contiene la tumba de la Madre de Jesús. 26 Una tradición más tardía, que se remonta al siglo VII, indica incluso el sitio exacto de su muerte, en las proximidades del Cenáculo, pero no tiene en realidad el valor histórico de la precedente. La actual basílica de la “Dormición de María”, que sucede (sólo parcialmente, en cuanto al sitio) a la antigua basílica del Cenáculo, nos indicaría el sitio exacto en Jerusalén donde María acabó su existencia sobre la tierra. cartilla 3.indd 26 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia TALLER Por favor, realice una investigación que demuestre que María Santísima no tuvo más hijos. Para ello haga recurso a distintos catecismos marianos (se pueden consultar en la internet.). REFLEXIÓN ¿Cuáles son sus conclusiones personales después de haber visitado virtualmente los lugares de Palestina donde vivieron María y Jesús?. TEXTOS PARA LEER Las narraciones de María Valtorta en torno a la infancia de María en “Introducción y vida oculta de Jesús” (Se encuentra en internet en PDF). BIBLIOGRAFÍA Vincent Abel, O.P., Jérusalemnoubella. Paris, 1914-1922 Idem, Bethléem.Paris, 1914. P. Perella, C.M., I LuoghiSanti. Piacenza, 1936. 27 J. Dalman, Les itineraires de Jesús. París, 1930. D.Baldi, O.F.M., EnchiridionLocorumSanctrorum. Jerusalén, 1935. J. Ricciotti, Vida de Jesucristo, Barcelona. F. Vigourouz, Dictionnaire de la Bible (cfr. nombres geográficos) F. M. Abel, O.P., Géographie de la Palestine. Paris, 1933-1938. cartilla 3.indd 27 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Unidad Didáctica 2 OBJETIVOS ¨¨ Mostrar cómo desde los primeros siglos la Madre de Dios es testimoniada por la más pura Tradición de la Iglesia y en la doctrina de los Padres. ¨¨ Hacer entender al alumno que si la Virgen María, como Jesucristo, ha sido motivo de controversia e incluso de herejías, estas circunstancias han ayudado a profundizar el misterio mariológico, transversal en la economía salvífica. ¨¨ Este “excursus” histórico permitirá constatar la centralidad de la Madre de Dios y permitirá definir los dones de que ha sido adornada en orden a la misión encomendada por el Señor. La presente unidad manifestará la permanente sensibilidad del pueblo de Dios frente a la importancia de tal acontecimiento. 28 ¨¨ Ayudar al alumno a definir sus propias opciones frente al acontecimiento mariano con base en los hechos de carácter histórico que lo rodean y alejarlo de lecturas supersticiosas ajenas a la realidad. cartilla 3.indd 28 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia MARÍA EN LOS ESCRITOS DE LOS DOCE PRIMEROS SIGLOS Nuestro amor filial hacia María Santísima querría hacerse la ilusión de que ya desde los tiempos más primitivos del Cristianismo todos los fieles tenían plena conciencia y perfecto conocimiento de sus privilegios, tal y como nosotros los creemos y admitimos actualmente; y se comportaban para con Ella tal y como nosotros nos comportamos ahora. Sería pretender demasiado. Aun cuando la Revelación se cerró con la muerte del último Apóstol (alrededor del año 100) y el depósito de la fe cristiana no haya podido aumentar después, la Iglesia, sin embargo, no se encontraba entonces en plena posesión –queremos decir en plena posesión consciente– de numerosas verdades reveladas. Únicamente al pasar el tiempo –no pocas veces ante el estímulo de alguna desviación o herejía- fue adquiriendo esa conciencia y fue conociendo de manera explícita lo que en los primeros tiempos estaba contenido sólo implícitamente en otras verdades. Es éste un principio que no podemos olvidar. Por no haberlo tenido en cuenta, los protestantes de todos los siglos –los protestantes ortodoxos de los siglos XVI- XVIII, así como los de fines del siglo pasado, se fueron aproximando cada vez más a un racionalismo ateo y han acusado a la Iglesia de haberse desviado de su primitiva fe y de imponer a sus seguidores dogmas que de manera alguna se leen en la Sagrada Escritura y en los escritos de los primeras siglos. 29 Tengamos esto bien presente, también en lo que respecta a la Madre en concreto. Ella ocupa en la Iglesia el puesto de una Madre: es la Madre del Verbo encarnado y la Madre espiritual de todos los fieles. Pues bien, un cartilla 3.indd 29 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 hijo no es consciente ya desde el principio de lo que su madre significa en su vida, de cuánto su madre encierra de bondad, de belleza, de poder. Y poco a poco, conforme va creciendo, irá adquiriendo conciencia de ello, hasta comprender totalmente el sentido de esta maternidad. Lo mismo ha acontecido en la Iglesia respecto de María. Por ello es sumamente importante examinar lo que creían y decían los fieles de los tiempos pasados y cuál era su actitud intelectual y moral ante María. La catequesis apostólica María entra en la vida y en la doctrina de la Iglesia como Madre de Jesucristo; y Jesús es la segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo de Dios, hecho hombre para rescatarnos de la esclavitud del pecado y del demonio, para volver a conducirnos al Padre Celestial, restaurando en nosotros la adopción de los hijos de Dios. Pero la Maternidad de María es una maternidad muy especial: ningún hombre le prestó concurso, como ocurre en las demás mujeres. Es una maternidad virginal: fecundada por la virtud del Altísimo, concibió en su seno al Hijo de Dios y después de nueve meses, le dio a luz sin detrimento alguno de su virginidad. Después no tuvo relaciones matrimoniales que pudieran haberle hecho perder su virginidad intacta. 30 Aunque no encontramos mención de Ella en la primitiva catequesis, o sea en la predicación ordinariamente hecha a los fieles, y San Pablo nos diga sólo de manera incidental que Cristo nació de una mujer (Gal, 4,4), creemos, sin embargo, que también el nacimiento de Cristo de una Virgen, contado por San Mateo y por San Lucas, debía formar parte de esta catequesis primitiva. Seguramente en una forma muy concisa, como más o menos aparece en el cartilla 3.indd 30 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Símbolo de los Apóstoles o en el Credo de la Misa: fue concebido del Espíritu Santo y nació de una Virgen; o; se encarnó por obra del Espíritu Santo, de María Virgen, y se hizo hombre; o simplemente: nació de María Virgen. Efectivamente, los primeros defensores de la fe cristiana contra los herejes, que negaban realidad a la Humanidad de Cristo, no se ponen a discutir con ellos, al menos en los primeros tiempos, sino que se limitan a recordar e inculcar esta verdad, como si se tratase de una verdad perfectamente conocida. La maternidad de María Para la Iglesia católica, como sabemos ya, los primeros siglos de existencia fueron todo menos pacíficos. La Iglesia tuvo que sufrir mucho por parte de los judíos, que no le podían perdonar haberse apartado de la antigua religión del Dios de Abraham, sin comprender que la religión cristiana era el perfeccionamiento de la religión judía; por parte del pueblo y del Estado romano, para los cuales la religión y la política constituían una sola cosa. Las persecuciones, unas veces latentes, otras veces violentas hasta lo increíble, duraron hasta principio del siglo IV, es decir, hasta que fue reconocido el derecho de la Iglesia a la existencia. Entre tanto, numerosas calumnias eran lanzadas contra los cristianos, tanto por los judíos como por los Romanos. Estas calumnias no perdonaban a Cristo y a María su Madre, a quien llegó a acusarse incluso de adulterio. 31 Más peligrosas que las mismas persecuciones y calumnias provenientes de fuera de la religión cristiana fueron las insidias de los falsos hermanos, de los herejes, quienes, bajo apariencias de corderos, pretendían inducir a los fieles en error y apartarlos del único verdadero redil de Cristo. cartilla 3.indd 31 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Y éstos eran numerosos ya a finales del siglo primero. El “docetismo” enseñaba que el cuerpo de Cristo era sólo aparente, y, por consiguiente, que nada había recibido de María, aun cuando había pasado por Ella; el “gnosticismo” aspiraba a una salvación distinta de la salvación cristiana, predicada por el Evangelio, y reducía el Evangelio a puro mito. A estas primeras herejías no podía oponer la Iglesia un Concilio general o un poder central sólidamente organizado, tanto más cuando que en los primeros siglos vivía en plena percusión. La Iglesia no disponía entonces ni siquiera de un cuerpo doctrinal sólida y claramente elaborado, y tenía, por consiguiente, que apelar a la fe tradicional recibida de los Apóstoles. Este camino era, además el más seguro, y también los fieles, que se sentían con ánimos de emprender una lucha directa con los herejes, utilizaron abundantemente este argumento. 32 Se trataba ante todo de defender la verdad de la Encarnación del Verbo divino, y fue la maternidad verdadera de María lo que principalmente garantizó la verdadera Humanidad de Cristo; la afirmación de esta maternidad se convirtió de esta manera en el argumento decisivo a favor de la cristología ortodoxa. Pero Cristo era Dios, y la maternidad de María era, por consiguiente, una maternidad divina, la divinidad de su Hijo repercutió de esta manera en su Madre. El primero que se levantó en defensa de la Fe católica contra el “docetismo” fue el anciano obispo de Antioquía San Ignacio (+ ca.107). Conducido hacia Roma, donde debía morir mártir de Cristo, fue huésped del joven obispo de Esmirna, Policarpo, y recibió delegaciones de algunas iglesias vecinas (Magnesia, Trallos y Éfeso). Ignacio escribió una carta a cada una de estas iglesias. Llegado cartilla 3.indd 32 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia después a Troáde, envió cartas a las iglesias de Esmirna y de Filadelfia. Dirigiéndose a los fieles de diversas iglesias, no se cansa de repetir las mismas cosas, para que no caigan víctimas de los herejes. El mejor antídoto contra su alimento envenenado –dice- es una estrecha unión en torno al propio obispo, depositario de la doctrina cristiana y una fe inalterable en las enseñanzas recibidas de los mismos Apóstoles. Esta fe nos dice, entre otras cosas, que uno es el médico que puede curar a todos. Nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo Dios de Dios, quiso encarnarse en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, para procurar nuestra redención (cfr. A los Efesios, 7, 18-20; a Trallos. 9; a los Esmirn.,1). Esta encarnación tuvo lugar en una Virgen desposada, y esto lo quiso Dios para ocultar al demonio la virginidad de María y los comienzos de la obra de nuestra salvación (A los Efes., 19) 1 San Ignacio que es muy conciso, no tuvo tiempo de alargarse sobre las pruebas de esta fe ni de demostrar por las Sagradas Escrituras que el Mesías debía de nacer de una Virgen. Esto lo hicieron escritores posteriores, comenzando por San Justino (+ca.165), quien ampliamente en su Diálogo con Trifón cita numerosos textos escriturarios para defender la religión cristiana de las acusaciones de los judíos, reproduce numerosos textos también de su primera Apología, dirigida a los emperadores para exponer en cierto modo la verdad de la religión cristiana. 33 Contra los gnósticos salieron a la arena San Ireneo, obispo de Lyon, en Francia (+post.202); Tertuliano (+post.220) quien, implacable contra todos su adversarios, abandonó la Iglesia 1 “Nuestro Dios Jesucristo fue llevado en el seno de María según la economía divina, nacido del semen de David y del Espíritu Santo… Al príncipe de este mundo (el demonio) quedaron ocultos: la virginidad de María, su parto y la muerte del Señor: tres misterios clamorosos que se llevaron a cabo en el silencio de Dios” (A los Efes., 18-19). cartilla 3.indd 33 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 católica al final de su vida, para adherirse a un rigorismo moral exagerado, e Hipólito, el primer antipapa, muerto mártir en el año 235, tras haber retractado sus errores y exhortado a sus discípulos a someterse al verdadero obispo de Roma. San Ireneo apela a la fe de los Apóstoles. Atenerse a esta fe es la mejor salvaguarda contra los engaños de los herejes. Esta fe apostólica nos enseña claramente que no hay más que un Dios, Creador del cielo y de la tierra, y que el Hijo de Dios, en todo igual a su Padre, ha querido, por su grande amor hacia los hombres, nacer de una Virgen, para poder unir de nuevo al hombre rebelde con Dios (Contra las herejías, I, 10, 1; III, 4, 1-2). En ninguna parte nos dice explícitamente Ireneo que la Virgen María es la Madre de Dios, pero repite muchas veces que su Hijo es de Dios. Investiga después el motivo por el cual Cristo quiso nacer de una Virgen, y lo encuentra en la economía de la salvación: para que Adán y el género humano, descendiente de él, pudiesen ser salvados, el Salvador tenía necesariamente que ser al mismo tiempo Dios y hombre, y tomar su naturaleza humana de aquella misma humanidad que se perdió en Adán y que debía en Él, Cristo, recobrar la salvación. El nacimiento de una Virgen era, además, la prueba de su origen sobrehumano. Tal nacimiento parecía también exigencia de la misión propia de Cristo; debiendo conducir a los hombres a un nuevo nacimiento, el nacimiento a la inmortalidad, debía nacer Él mismo de una manera totalmente nueva; como Adán, primer padre y cabeza de toda la Humanidad, fue sacado de la tierra virgen, de la misma manera también Cristo, nuevo Adán y nueva cabeza de la Humanidad, debía tener a una Virgen por Madre (contra las herejías, II, 21,10)2 34 cartilla 3.indd 34 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia (clas herejías, II, 21,10)2 . Era, por consiguiente, importante a los ojos de Ireneo el nacimiento del Verbo de una Virgen; importante, por tanto, la maternidad de María. Sí negamos ésta, no puede hablarse de una verdadera redención. Tertuliano debía dar golpes duros y decisivos. Escribió numerosas obras para refutar a los adversarios de la Encarnación, y una de ellas tiene precisamente por título De la carne de Cristo. Pasa revista, uno por uno, a todos los argumentos escriturísticos de los herejes, y responde a ellos de manera perentoria. También él está convencido de que no hay esperanza de salvación para quien niega la maternidad de María o afirma que Cristo no tomó su naturaleza humana de Ella. La concepción virginal de María es de absoluta exigencia: el Verbo divino, engendrado por el Padre celestial desde toda la eternidad, existía antes de su encarnación; cuando quiso tomar, por consiguiente, naturaleza humana de una mujer, ningún padre terreno debe concurrir a ella (De la carne, 18). En suma, la ausencia de una padre humano era la prueba de origen sobrenatural de Cristo. Más tarde, Lactancio (+ después de 310) hablará el mismo lenguaje (Instituciones divinas, IV, 25). Tertuliano recoge también el paralelismo de Ireneo entre Adán y 2 35 “Como por la desobediencia de un hombre, el pecado, y, consiguientemente, también la muerte, entraron en le mundo, de la misma manera, por la obediencia de un hombre la justicia fue introducida y se nos volvió a dar la vida a los que en otro tiempo estábamos muertos. Y Adán fue formado de una tierra tosca, tomó sustancia de una tierra todavía virgen (sobre la cual no había caído aún la lluvia y ningún hombre había labrado la tierra) y fue plasmado por la mano de Dios, es decir, por el Verbo de Dios (por el cual todo fue hecho): el Señor tomó el fango de la tierra y plasmó al hombre; así, recapitulando en sí a Adán, el mismo Verbo nació de María, que era todavía virgen… Sí, por consiguiente, el primer Adán… fue sacado de la tierra y plasmado por el Verbo de Dios, era conveniente que el mismo Verbo recapitulando en sí a Adán fuese semejante a él en el nacimiento. (Contra las Herejías, III, 21, 10). cartilla 3.indd 35 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Cristo: Adán fue sacado de una tierra virgen, también Cristo debía nacer de una madre virgen (De la carne, 17) Cuando deje después la Iglesia católica, a causa de su rigorismo moral, el escritor buscará en la concepción virginal de María una confirmación de su ideas excesivamente rigoristas sobre la remisión de los pecados: antes de Cristo todos los pecados de la carne podría ser perdonados, porque toda carne estaba infestada por el pecado de Adán, pero después de la venida de Cristo estos pecados son irremisibles, porque el Verbo bajó a una carne a que el matrimonio no quitó el sello (De pudicitia, 6). Hemos de advertir, sin embargo, que para Tertuliano, María no fue virgen más que en la concepción, con el fin de probar mejor la verdad de la Encarnación, negó Tertuliano la virginidad en el parto (De la carne, 23).3 Nada especial hemos de añadir sobre la doctrina de Hipólito; se mueve en la misma línea de los autores citados. Únicamente tiene de propio que el Verbo, siendo ya Verbo perfecto antes de la Encarnación, no llegó a ser perfecto Hijo sino en virtud de la Encarnación (Contra Noeto, 15) La doctrina de la Encarnación del Verbo de la Virgen María no sólo es defendida en los escritos contra los herejes, sino que la encontramos también por todas partes, y ésta es 36 3 “De una manera nueva debía nacer aquel que Inauguraba la nueva vida… Una virgen, por consiguiente, concibió y engendró a Emmanuel, es decir, a “Dios con nosotros”. Esta es la nueva vida, cuando el hombre nace en Dios; en el hombre Dios había nacido tomando carne del linaje humano, de manera no humana, a fin de renovarla espiritualmente y limpiarla de la mancha hereditaria. Pero este nuevo nacimiento, en virtud del cual el Señor nació de una Virgen según una racional economía, tiene, como todas las demás cosas, una prefiguración antigua. La tierra estaba todavía virgen, es decir, nadie la había labrado o había arrojado en ella la semilla, cuando Dios plasmó de ella el hombre vivo. Si, por consiguiente, el primer Adán dícese sacado de la tierra, justamente el nuevo Adán, como lo llama el Apóstol, debía ser sacado por Dios de una tierra (virgen), es decir, de una carne, la cual no había sido fecundada por hombre alguno en orden a la generación” (De la carne de Cristo, 17). cartilla 3.indd 36 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia una razón más para afirmar que debió formar parte de la enseñanza ordinariamente dada a los fieles. Así, por ejemplo, san Ireneo, quien emprendió también una Exposición de la predicación apostólica, nos refiere las mismas cosas que podemos leer en su refutación contra el gnosticismo. Tertuliano llama la atención de las vírgenes de su tiempo sobre la fe tradicional y apostólica de la Iglesia. Orígenes (+ 254), el gran maestro de Alejandría y de Cesarea, el asiduo predicador también en la última parte de su vida, propone simplemente esta doctrina, ya emprenda la refutación de una obra escrita por el pagano Celso setenta y cinco años antes, ya comenté la Sagrada Escritura en la escuela o la expliqué ante el pueblo cristiano, Más de una vez enumera entre los puntos fundamentales de la doctrina cristiana la concepción virginal de María por obra del Espíritu Santo. El Salvador del género humano debía, ciertamente, ser hombre; pero el cuerpo que debía ser el instrumento de salvación no podía dejar de estar, en su origen, inmune de toda corrupción proveniente del pecado de nuestro primer padre, por lo cual quiso Él encarnarse en una Virgen. De tal modo se podía probar además su origen sobrehumano (Hom.in Lev., 12,4). Si después escogió Dios una Virgen desposada, esto fue para que lo que había de virginal y sobrenatural en su origen permaneciese oculto para el diablo (es el argumento propuesto ya por San Ignacio de Antioquía), y María no fuese apedreada como adúltera por los judíos (Hom.in Lucam, 6). A Orígenes finalmente, hemos de atribuir, con gran probabilidad, el honor de haber acuñado el apelativo “Madre de Dios” (Theotócos en griego que los latinos traducirán por Deipara). 37 Detengámonos un poco y hagamos el balance de la doctrina católica de los tres primeros siglos expuesta hasta aquí. Debemos decir que asistimos a un doble triunfo: el triunfo de la fe en la Humanidad de Cristo, y el triunfo de la fe en la cartilla 3.indd 37 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 maternidad virginal de María. Existe un nexo estrictísimo entre estas dos verdades: la fe en la maternidad virginal de María es el criterio de la fe en la verdad de la Encarnación del Verbo divino. Porque María es verdadera Madre, tomó el Verbo, no un cuerpo aparente, sino un verdadero cuerpo de hombre; porque María es Madre virgen, su Hijo es Dios. Si no se pudiese probar la concepción virginal de María, Cristo no hubiera sido más que puro hombre. Y éste es por otra parte, a nuestro humilde parecer, el significado primario de las primitivas representaciones de María con el Niño Jesús en las Catacumbas, la expresión de la fe en la verdadera divinidad y en la verdadera humanidad de Cristo. María ocupa, por consiguiente, un puesto muy eminente en la doctrina de la Iglesia. El título, pues, de “Virgen” y “Santa Virgen”, usado comúnmente por los doctores cristianos, y que ese ha convertido en el apelativo equivalente de María, indica la mujer que es virgen por excelencia, la mujer que, a pesar de ser madre, permaneció, sin embargo, virgen, o sea, la Madre de Dios. El nombre “Madre de Dios” es rarísimo, si es verdad que fue dado alguna vez en este periodo a María; pero su equivalente en la expresión: “nacido de la Virgen” o “nacido de la Virgen María”. El siglo IV está ocupado todo por la gigantesca lucha contra el arrianismo, en defensa de la divinidad y de la consubstancialidad del Verbo con el Padre. Sólo incidentalmente se ocuparon de la maternidad de María. Pero esta verdad era admitida como una sagrada herencia de las generaciones precedentes, y los escritores utilizan comúnmente, ya desde principios del siglo, el nombre de “Madre de Dios” (Theotócos). En la segunda mitad de este siglo, San Gregorio Nacianceno(+ 390) sostiene que nadie puede negar, sin correr el riesgo de convertirse en ateo que Jesucristo fue formado en el seno del la Virgen María de manera divina y humana al mismo tiempo: divina, porque 38 cartilla 3.indd 38 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia lo fue sin concurso de padre terreno; humana, porque fue formado según las normas habituales de la concepción humana (Cartas. 101). El arrianismo fue condenado en el Concilio general de Nicea en el año 325. En 381, un nuevo Concilio general tuvo que convocarse porque había sido negada, en una segunda época, también la divinidad del Espíritu Santo. En este Concilio, reunido en Constantinopla, fue sancionada solemnemente la fe anterior en la maternidad virginal de María con la inserción de una frase en la profesión de fe precedentemente promulgada en el Concilio de Nicea; se añadió, pues, que el Hijo de Dios “por nosotros y por nuestra salvación bajó de los cielos y se encarnó por obra del Espíritu Santo de María Virgen y se hizo hombre”, Es la fórmula que seguimos recitando actualmente en el Credo del la Misa. Menos de medio siglo después del Concilio de Constantinopla se desencadenó la gran controversia cristológica. Nestorio y sus seguidores, dependiendo en esto de la doctrina de Teodoro de Mopsuestia, negaban que se pudiese llamar a María Madre de Dios. El principal defensor de Cristo y de María fue San Cirilo de Alejandría (+ 444), quien no tuvo dificultad para probar que María debía ser llamada verdaderamente Madre de Dios. Cristo es Dios; pues bien, en Cristo no hay más que una persona, la persona divina, subsistente en dos naturalezas. Esta persona divina tomó de María la naturaleza humana y María lo dio a luz en cuanto al cuerpo; María por consiguiente debe ser llamada la Madre de Dios. Es una afirmación que encontramos por todas partes en sus obras. Leemos además el primero de sus doce anatemas, que fueron añadidos a la carta dirigida a Nestorio, en el año 430, por Cirilo y por el Sínodo de Alejandría: “Si alguno no profesa que el Emmanuel es cartilla 3.indd 39 39 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 verdaderamente Dios y que, por consiguiente, la Santa Virgen es la Madre de Dios (Ella engendró según la carne al Verbo de Dios), sea anatema” La doctrina de Cirilo, que era la doctrina de la Iglesia, fue plenamente aprobada por el Concilio de Éfeso en el año 431, donde fue condenado al mismo tiempo Nestorio. Parece que las afirmaciones de Nestorio contra María hicieron una impresión tristísima en los fieles de Éfeso. El hecho es que éstos manifestaron un entusiasmo y una alegría sin precedentes ante las definiciones del Concilio, acompañando con antorchas a los venerables Padres a sus respectivas moradas. El siguiente Concilio de Calcedonia, es 451, convocado contra Eutiques, para defender la verdadera naturaleza humana de Cristo, reconoce explícitamente la maternidad divina de María, cuando define que el Hijo de Dios “engendrado desde toda la eternidad por el Padre, según la divinidad, fue también engendrado según la Humanidad, por nosotros los hombres y para nuestra salvación, de la Virgen María, Madre de Dios (Theotócos)…” San León Magno (+ 461), cuya carta dogmática sobre la doble naturaleza de Cristo fue aclamada por los Padres del Concilio de Calcedonia, explica más de una vez a los fieles el porqué del nacimiento de Cristo de una Virgen, y descubre en ello un profundísimo designio de Dios, entrevisto ya tres siglos antes. El Salvador, que tenía que ser verdadero Dios y verdadero hombre, debía estar también fuera de la línea de los hombres a quienes venía a salvar, es decir, debía estar inmune de pecado original; pues bien, el único camino para poder nacer de esta manera era el nacimiento de una virgen a cuya maternidad no prestase su concurso ningún padre terreno, puesto que el pecado original se trasmite precisamente en virtud del concurso de un padre terreno. Si 40 cartilla 3.indd 40 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia esta Virgen, pues, estaba desposada, el origen sobrehumano de Cristo quedaría oculto para el diablo (cfr. Sermones, 22, 1-4). En suma, con la condenación del nestorianismo y de Eutiques había triunfado totalmente una doctrina abiertamente revelada y sostenida siempre por los fieles y por los grandes defensores de la fe católica: el Verbo divino se encarnó en el seno de la Virgen María, y María, por consiguiente, debía ser llamada Madre de Dios. Pero así como el gran criterio de la verdad de la Encarnación había sido siempre la maternidad virginal de María, con todo derecho puede decirse que, ya ahora, más aún ya desde mitad del siglo III, María había derrotado plenamente a todas las herejías. San León Magno exalta la fe de la Iglesia y de los fieles cuando dice: Todos los fieles estaban de tal manera impregnados en la narración del Evangelio, que no podrían prestar oídos a las blasfemias de Nestorio, “sabiendo que no hay esperanza de salvación para los hombres si el Creador de la Madre no es también el Hijo de la Virgen” (Sermones, 28,5) La Virginidad de María En este tiempo había triunfado ya la Iglesia católica contra otro ataque al honor de María, a su virginidad perpetua. En los primeros siglos únicamente algunos herejes habían negado la concepción virginal de María, sosteniendo que Jesús era hijo de Ella y de José, o de Ella y de algún soldado. Basándose en la Sagrada Escritura, los defensores de la fe católica no habían tenido dificultad alguna en probar la Encarnación del Verbo en el seno de la Virgen; y la virginidad en el parto les parecía constituir una sola cosa con la virginidad en la concepción, o, por lo menos, no ser más que una prolongación de ésta. Entre los sostenedores cartilla 3.indd 41 41 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 de la virginidad en la concepción, únicamente Tertuliano, como hemos visto, se atrevió a negar la divinidad en el parto, con el fin de probar mejor la verdad de la Encarnación, o sea de la naturaleza humana de Cristo. Pero en la Sagrada Escritura se habla algunas veces de los hermanos de Jesús. El mismo Tertuliano sostenía que se trataba de hijos que María había tenido de José después del nacimiento de Jesús (De monogamia.8). Se unieron a él, en la segunda mitad del siglo IV, los antidicomarianistas, combatidos por San Epifanio (+403), el obispo Bonoso de Cerdeña, Elvidio, discípulo del obispo arriano Ausencio de Milán, y el monje Joviniano. Casi unánimemente aquellos textos de la Sagrada Escritura habían sido interpretados como que se trataba de hijos de José en un primer matrimonio: así el protoevangelio de Santiago y el evangelio de Pedro, entre los escritos apócrifos, y entre los escritos ortodoxos, Clemente Alejandrino (+215), Orígenes, San Hilario de Politiers (+267-268), etc. Únicamente Hegesipo, hacia finales del siglo II, vio en ellos a los primos de Jesús, es decir, hijos de alguna hermana de María, y esta interpretación debía hacerse común a partir de San Jerónimo (+ca, 420). A San Jerónimo pertenece la honra, además, de haber dado una explicación completa de las dificultades suscitadas por el relato de San Lucas: citando numerosos textos de la Sagrada Escritura, explicó en qué sentido debían entenderse las expresiones: “hasta que”, “antes de que viviesen juntos”, “primogénito”. 42 Entre tanto, se defendía abiertamente la virginidad perpetua de María, y María podría ser presentada como ejemplo a las vírgenes por Orígenes, Ambrosio (véase, ante todo, De virginibus, II, 2), Agustín y otros. En conclusión, en los cinco primeros siglos, dos grandes verdades marianas quedaron plenamente demostradas: la cartilla 3.indd 42 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia maternidad divina y la virginidad perpetua; a ellas debemos añadir inmediatamente que fue también entrevista de una forma clara su maternidad espiritual respecto de los hombres. Esto ya era mucho, pero quedaba aún mucho por hacer, y los siglos futuros cantarían también, a su modo, las grandezas de María. La Inmaculada Concepción de María. María siempre virgen, ¡sí! Pero tal vez se quería ver en esta virginidad algo más, la perpetua pureza y santidad de la que fue saludada por el ángel como la “llena de gracia” y de la cual el mismo Dios, inmediatamente después del pecado en el paraíso terrenal, había predicho que pondría enemistad entre Ella y la serpiente. El privilegio de la Inmaculada Concepción de María, como tal, no aparece claramente sostenido en los cinco primeros siglos, parece más bien que la doctrina de los grandes escritores, que son, por ejemplo, San Agustín (+430) y san León (+461) nos lleva a deducir la negación de este privilegio. Ellos no nos hablan de él; pero, tratando sobre el pecado original, no conocen más que un camino para nacer inmune de él, es decir, una concepción milagrosa, para la cual no concurra padre humano, y tal concepción no es aplicada a María sino por los Colliridianos, una sexta de herejes, quienes convierten a María en una diosa, a la cual ofrecen un sacrificio especial. San Epifanio (+403) es un gran adversario. 43 No faltan, por lo demás, escritores que, como Orígenes, San Basilio (+379), San Cirilo de Alejandría, San Juan Crisóstomo (+ 407), atribuyen a María, alguna falta de fe en la misión de su Hijo (así Orígenes, Hom.in Luc., 17; Basilio, Cartas, 260, 9; Cirilo, Comm.IN Joh., 19, 25), o alguna pequeña complacencia por la estimación de que cartilla 3.indd 43 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 disfrutaba su Hijo entre las muchedumbres (así San Juan Crisóstomo, Hom, in Joh., 21,2): se trata es de verdad, de cosas insignificantes, pero que nos disuenan en la Inmaculada; pero San Agustín piensa de distinta manera: declara abiertamente que, para honra de Dios, no quiere hablar de María donde trata de pecado, porque María recibió ciertamente con abundancia las gracias necesarias para evitar todo pecado (De natura et gratia, 26, 46). Se encuentra aquí el adjetivo tan elocuente que muy pronto, comenzando por Hipólito, los escritores añaden comúnmente el nombre de “María” o de “Virgen”, y la llaman la Santa Virgen o Santa María Virgen. Pero no menos estaba entonces en el horizonte de la conciencia cristiana el dogma de la Inmaculada Concepción. Podríamos apelar al contraste que los primeros escritores establecen entre Eva y María o al hecho de que encuentren en Ella a la segunda Eva. Trataremos de ellos más ampliamente un poco más abajo. Aunque es verdad que no nos aparece claro hasta dónde llevan la oposición, es decir, si se han limitado a ver en ella únicamente la maternidad divina de María, juntamente con su maternidad espiritual respecto de los hombres, o si, avanzando más, han llegado a entrever en cierto modo una oposición absoluta, capaz de equiparar con la oposición que existe entre Adán y Cristo, llamado el segundo Adán. En este último caso, María debería ser considerada verdaderamente como Inmaculada desde el instante primero de su concepción. Podríamos llamar también la atención sobre el protoevangelio de Santiago, uno de tantos apócrifos como pulularon en la Iglesia hasta el siglo IV. El autor anónimo pretende glorificar a María, virgen y madre, y reivindicarla de ciertas calumnias esparcidas entre los judíos, tiene, por ello, especial cuidado en quitar de Ella cuanto podría mancharla, de cerca o de lejos, y, por consiguiente, excluye 44 cartilla 3.indd 44 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia de Ella, la futura Madre del Salvador, cualquier mancha. La manera cómo se expresa ha inducido a algunos escritores a leer una concepción milagrosa; lo cual otros afirman que es ajeno a su pensamiento. Hemos de advertir, sin embargo, que el protoevangelio, ejercerá una enorme influencia en la liturgia y en la teología mariana de la Iglesia griega. Durante algunos siglos, las afirmaciones de los escritores permanecen dentro de los límites de lo implícito; se trata de insinuaciones; recorren toda la gama de los testimonios implícitos; son todas las premisas que lógicamente llevarán a la conclusión del gran privilegio mariano de la Inmaculada Concepción, considerando más bien bajo el aspecto positivo de perfecta santidad que bajo el aspecto negativo de exención de pecado original. El punto de partida se encontró precisamente en la consideración de la perfecta pureza que debía competir a María, en cuanto Madre de Dios, y fue la definición solemne de la maternidad divina en el Concilio de Éfeso, en 431, lo que motivó las inteligencias a reflexionar sobre el valor y las consecuencias de este principio actualmente indiscutible. En Éfeso María fue presentada al mundo rodeada de luz deslumbradora. Desde entonces ningún escritor eclesiástico en Oriente podía eximirse de pagar su tributo de alabanza a María, más aún, todas las homilías al pueblo, pronunciadas con ocasión de sus fiestas, que se multiplicaron desde fines del siglo VI, ofrecían abundantes ocasiones. En occidente el dogma tuvo una marcha más lenta, y encontró nueva oposición ante sí en el siglo XII, cuando menos se hubiera esperado y de quien menos podía creerse. 45 cartilla 3.indd 45 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Para todos, María es la Illibata, la incorrupta, la Inmaculada, o la totalmente inmaculada, la sin mancha alguna de pecado, la triunfadora del diablo, la justificada desde el seno mismo de su madre, la bendita, más aún, la única siempre bendita del Señor, un don enteramente nuevo de lo alto, lirio o rosa entre espinas, etc., etc. Muchos de estos apelativos podrían fácilmente entenderse por el puesto eminente y único que ocupa María en la escuela de las creaturas, en cuanto Madre de Dios, o por su incorruptibilidad virginal, o por la ausencia de toda mancha de pecado original; pero volvemos a encontrarnos desde el siglo VII ante escritores que proclaman abiertamente la Inmaculada Concepción, o que no pueden ser comprendidos rectamente si sus afirmaciones no se entienden en este sentido. Descendamos a algunos detalles. Ya en curso del siglo IV, San Efrén (+373) dice de María en una de sus plegarias dirigida a Ella, que Ella “fue siempre, tanto en cuerpo como en alma, íntegra e inmaculada”, y en uno de sus Poemas Nisibenos afirma que en Jesús no existe deformidad alguna, ni mancha alguna en su Madre. San Ambrosio (+397) comentando el salmo CXVIII, afirma que María fue “virgen inmune por la gracia de toda mancha de pecado”. Teodoto de Ancira (+antes de 446), hablando del paralelismo entre Eva y María, no duda en decir que Ella es una virgen muy acepta a Dios y llena de gracia, “una virgen incluida en el sexo femenino, pero no partícipe de la culpa de la mujer, una virgen inocente, inmaculada, libre de toda culpa, sin mancha, santa de espíritu y de cuerpo, un lirio entre las espinas, y que no conoció los males que nos vienen de Eva”. San Máximo de Turín (+450) afirma que María fue “una morada digna de Jesucristo, no por la belleza del cuerpo, sino por la gracia original”. San Sofronio de Jerusalén (+638) sostiene que María recibió una gracia que jamás ha recibido nadie, y que nadie fue santificado como Ella por anticipado. 46 cartilla 3.indd 46 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia En el siglo VII, fue instituida la festividad de la Inmaculada Concepción, para el día 9 de diciembre; el título difiere, sin embargo de calendario a calendario. Pero no puede haber duda alguna sobre su verdadera significación; ésta, como también la amplitud de su objeto, es muy clara, y más clara aún aparece en las homilías de los oradores que explican al pueblo su valor. Notemos que el primer canon fue compuesto por San Andrés de Creta (+ hacia 740), y que la primera homilía con ocasión de la fiesta fue pronunciada por Juan de Eubea (+hacia 750). Se celebraba, por tanto, la concepción activa de Ana –concepción milagrosa, porque Ana era estéril-, o la concepción pasiva de la futura Madre de Dios, que era llamada la pura, la única pura, la limpia de toda mancha, la inmaculada bajo todos los aspectos, la en todos los siglos inmaculada, el monte santo, el templo de Dios, etc. Y he aquí lo que los grandes oradores San Andrés de Creta, Juan de Eubea, San Teodoro Estudita (+826), Jorge de Nicomedia (finales siglo IX), el abad Teognoste (finales siglo IX), también Focio (+897), etc., sostenían: María, ciertamente, nació como todos los demás hombres, según las leyes de la naturaleza; pero Dios intervino de manera especial en el momento de su concepción, no sólo para hacer fecunda a una mujer estéril, como lo hizo también para la madre de Samuel y del Precursor, sino también con el fin de alejar de María cualquier mancha de pecado original. Tenemos por tanto, a Nuestra Señora adornada, desde el primer instante de su existencia, con la belleza primitiva, restablecida en la condición del primer hombre, constituida primicia de la Humanidad restaurada; y aunque es verdad que murió, su muerte no debe atribuirse a las causas porque mueren los demás hombres (San Andrés de Creta). He aquí a nuestra señora presentada como un sagrado depósito que cartilla 3.indd 47 47 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 pertenece a Dios, pero confiado por Él al seno de Ana (San Germán de Constantinopla+733) o también como nacida a la vida celestial y a la vida de la gracia al mismo tiempo que nació a la virginidad corporal (Juan de Eubea); y también como una tierra sobre la cual la espina del pecado no creció, pero que, en cambio , ha producido el germen que ha desarraigado todo pecado, como una tierra que no fue maldecida igual que la tierra primera, fecunda en espinas y en cardos, sino como una tierra sobre la cual descendió la misericordia del Señor (San Teodoro Estudita). De manera especial predestinada por Dios para ser la Madre de su Hijo, María, hija inmaculada de nuestra raza, en vez de verse manchada con el pecado original, adorna con su belleza a la naturaleza humana, perfecta dueña de su alma, no conoció los movimientos desordenados de la concupiscencia, que son las consecuencias del pecado de origen; jamás cometió pecado personal, sino que su santidad fue de adelanto en adelanto… (Focio). Desde el Oriente pasó la fiesta de la Inmaculada Concepción a Occidente en el siglo IX: la encontramos por primera vez en Sicilia y en Nápoles; después, en el siglo XI, en Inglaterra, de donde volvió y se difundió por el continente. El terreno, sin embargo, estaba ya preparado. Escritores y oradores, como por ejemplo, Ambrosio Autperto (+hacia 780), Pablo Varnefrido (+801), Pascasio Radverto (+860), en un opúsculo sobre el parto de la Virgen, etc., repetían lo que en los primeros tiempos decían los escritores griegos. Pascasio afirma explícitamente que María fue santificada en el seno de la madre y contrajo de ella el pecado original. 48 En Inglaterra la fiesta fue celebrada primeramente en los monasterios, pero apenas intentó conquistar terreno fuera de ellos, encontró una fortísima oposición. Es testigo digno de fe el discípulo de San Anselmo, Eadmero de Cantorbery (+1124), quien escribió el primer tratado a favor del Inmaculada Concepción. cartilla 3.indd 48 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Al difundirse la fiesta surgió la gran controversia en torno a la Inmaculada Concepción. Cuando también la iglesia de Lyon quiso celebrar la concepción de María, se levantó a protestar aquel de quien nadie hubiera sospechado tal cosa, San Bernardo (+1153), quien dirigió una carta al Capítulo de Lyon. Las razones por las cuales se oponía a la fiesta eran las siguientes: la fiesta es desconocida en el rito de la Iglesia, no puede ser aprobada por la razón, está condenada por la antigua tradición, y nosotros no debemos pretender ser más doctores o más devotos que los Padres. Por otra parte, llena como está de títulos para que la honremos, la Virgen no debe ser exaltada con honores falsos e inconvenientes. Basta, por consiguiente, con decir que María fue santificada en el vientre materno antes de nacer, de manera que quitado cualquier pecado, fue santo su nacimiento; pero tal santificación no la podemos admitir para el momento mismo de su concepción. La autoridad de San Bernardo era grande, encontró, por consiguiente, muchos sostenedores de su opinión, a pesar de lo cual la fiesta fue haciendo rápidos progresos, y muchos se convirtieron en defensores de la Inmaculada Concepción. La Asunción de María Muy pronto se interesaron los escritores de la Iglesia por el fin de la vida terrestre de María. El primer problema que espontáneamente se les ofrecía era el de la muerte de la Virgen. En una primera época aparece únicamente que María murió; y nos lo dicen incidentalmente afirmando que Ella permaneció virgen hasta la muerte (San Efrén, +373), o que ella murió para destruir el pecado (San Agustín, +430: Comm. In Ps., 34,3). Parece también que algunos pensaron en una muerte violenta de Nuestra Señora, porque Simeón cartilla 3.indd 49 49 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 le había predicho que una espada traspasaría su alma. Por tanto, San Ambrosio (+897) como San Paulino de Nola (+431) aseguran que ni en la Escritura ni en la historia se encuentra nada a este respecto, mientras que el sacerdote Timoteo de Jerusalén (siglo IV) proclama explícitamente la inmortalidad de María. Un poco diferente es la posición de San Epifanio (+ 403) en su obra contra los herejes: él no quiere decidir y afirmar de manera absoluta que María permaneciese inmortal, pero tampoco asegura que haya muerto, porque nadie sabe cuál fue el fin de la Virgen. Respecto a la asunción gloriosa de María los primeros Padres mantienen silencio. Pero este silencio es roto por una voz, no del todo privada de autoridad. La voz de los escritos apócrifos, que figuran bajo el nombre colectivo de Tránsito de la B. Virgen María. Considerados desde el punto de vista histórico, su valor es nulo, aún cuando el autor anónimo afirma que toma sus noticias de un relato primitivo. Por otra parte, las diversas contradicciones, tanto en el tiempo y lugar de la muerte como sobre otras circunstancias, como, por ejemplo, sobre los milagros que acompañan al tránsito de Nuestra Señora, producen la impresión, más aún, crean la convicción de que no existe tradición alguna positiva que llegue hasta el tiempo de los Apóstoles. Todo lo más, por consiguiente, podemos considerar estos numerosos apócrifos como la expresión y el testimonio del pensamiento cristiano en los tiempos en que fueron compuestos, a saber en los siglos V, VI y VII. 50 Pero ¿qué dicen estos apócrifos? Todos coinciden en las líneas generales fundamentales del relato. La idea que cada uno a su modo desarrolla de manera más o menos rica en cuadros fantásticos, es la siguiente: María, milagrosamente prevenida, o por un ángel o por su Hijo, sufrió la muerte; los funerales le fueron hechos por los Apóstoles, traídos cartilla 3.indd 50 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia de antemano milagrosamente desde las diversas y lejanas regiones de su apostolado, junto a la cabecera de la venerable moribunda; numerosos milagros, verdaderamente trágicos, fruto primeramente de la justicia y después de la misericordia divina, tuvieron lugar durante el traslado de su cadáver al Getsemaní, donde estaba preparado un sepulcro para Ella, puesto que los judíos tenían el propósito de ultrajarlo, por lo cual fueron prontamente castigados, pero después sanados, tras haberse sinceramente arrepentido; pocos días después de su sepultura, su cuerpo fue transportado milagrosamente a la gloria del cielo. No cabe duda de que algunos de estos apócrifos ejercieron un influjo en la institución de la fiesta, aun cuando otros hayan sido compuestos precisamente en el momento mismo de la introducción de la fiesta en algunos lugares. Por otra parte, el influjo de los mismos apócrifos sobre los Padres griegos, comenzando en el siglo VII, será notable, aunque los oradores no se atendrán siempre a la letra del relato. Los primeros testimonios explícitos de una fiesta llamada entonces la “Dormición” o la “Migración” de María, se remontan a la segunda mitad del siglo VI o a principios del siglo VII, del Oriente pasará la fiesta a Occidente, en el curso del siglo VII: la volveremos a encontrar en Roma, después en Inglaterra y en el continente. No hemos de excluir que la fiesta de la “Dormición” de María haya tenido como origen, al menos en muchas Iglesias, la primitiva solemnidad mariana, llamada acá y allá “Memoria de Santa María”, es decir la fiesta del diez natalis de María, o sea de su entrada en la Iglesia triunfante. Como se hablaba –y también actualmente síguese hablando en el lenguaje de la Iglesia –de la muerte de un mártir o de un santo. cartilla 3.indd 51 51 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Los oradores, apenas comenzaron a tratar de la nueva fiesta, se detenían bien poco en el hecho mismo de la muerte de María, porque se sentían arrebatados por la idea de su entrada triunfal en el cielo y por la mediación universal que allí ejerce. Por eso no es raro que las homilías –y a veces se pronunciaban dos o tres homilías en un mismo díadesarrollen los siguientes tres puntos: un breve relato de la muerte y de la “dormición” de la Virgen, inspirado la mayor parte, pero en grado diverso, en los escritos apócrifos; el relato de la resurrección y de la asunción gloriosa del cuerpo de María a los cielos, aunque no faltaban oradores que se inclinaban a admitir más bien un traslado de su cuerpo al paraíso terrestre, donde se conservaría incorrupto- esto comienza especialmente desde mediados del siglo IX, al final, la mediación incesante de María a favor nuestro; a lo cual hemos de añadir inmediatamente que los oradores procuraban señalar un fundamento digamos teológico, al gran privilegio que tocó a la Virgen; se referían preferentemente a la maternidad divina de María, aun cuando no quedaban excluidas consideraciones secundarias: difícilmente podían admitir que la Virgen totalmente santa, Madre de Dios, hubiese podido sufrir la suerte común a todos los mortales y que su cuerpo hubiese conocido la corrupción del sepulcro. Fue, además esta consideración, sugerida por la definición solemne de la maternidad divina en el concilio de Éfeso (431) la que inspiró, según parece, los primeros relatos apócrifos sobre el final terreno de María. 52 Los oradores griegos, cuyo pensamiento fundamental hemos expuesto, son poco más o menos los mismos de quienes hemos hablado tratando de la inmaculada concepción. En Occidente, el término “dormición”, adoptado en una primera época para la fiesta, fue muy pronto cambiado por el de “asunción”, de manera que el objeto principal cartilla 3.indd 52 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia de la fiesta parece haber sido la resurrección y la asunción gloriosa del cuerpo de la Virgen. Entre los escritores, San Isidoro de Sevilla (+636) se expresaba de la misma manera como se expresaba tres siglos antes San Ambrosio respecto a la muerte de Nuestra Señora, es decir, diciendo que nada sabemos de cierto; un siglo después, San Beda el Venerable (+735) confesaba también él su total ignorancia. En el siglo IX, la literatura latina sobre la asunción es más rica, pero nos encontramos frente a dos corrientes de pensamiento, una más bien hostil a la resurrección anticipada de María; la otra, en cambio, favorable. El principal representante de la primera corriente es el autor anónimo –tal vez Pascasio Radberto- de una carta falsamente atribuida a San Jerónimo; es exagerado decir que el autor es totalmente contrario a la resurrección anticipada de la Virgen, pero él no ve en esta doctrina más que una piadosa hipótesis, falta de apoyo de la Escritura y de la Tradición, y afirma, por consiguiente, que es menester guardarse de pretender incluirla entre las verdades reveladas. La corriente favorable tiene entre sus principales representantes al autor anónimo de un tratado sobre la Asunción de la Virgen María, atribuido falsamente a San Agustín –según algunos, el tratado pertenece al siglo XII-: reconoce lealmente que las fuentes de la revelación nada nos dicen respecto de la resurrección y de la asunción de María, pero afirma que existe otro camino por el cual se puede buscar una solución, a saber: el camino de la reflexión teológica o de la analogía de la fe; en otros términos, es necesario apoyarse, al mismo tiempo en datos de la fe, y en la luz de la razón y dejarse guiar por la coherencia y por la armonía de las verdades reveladas, confrontadas entre sí. Dada la gran autoridad de que gozaban tanto San Jerónimo como San Agustín – porque su carácter apócrifo no fue descubierto durante la 53 cartilla 3.indd 53 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Edad Media-, los teólogos estuvieron divididos durante un largo período de tiempo. La maternidad espiritual de María Quien lee las cartas de San Pablo queda en seguida impresionado por la acentuada contraposición que establece el Apóstol entre Adán y Cristo, entre el hombre viejo y el hombre nuevo en nosotros. San Pablo nos describe a Adán y a Cristo como dos cabezas de la humanidad, opuestos el uno al otro y nos propone la obra de la redención como una restauración, como una “recapitulación” en Cristo de todo lo que Adán, en su rebelión contra Dios, había perdido para sí y para todos sus descendientes. Adán, por consiguiente significa desobediencia, pecado, condenación, muerte, para cuantos naturalmente descienden de él, Cristo, en cambio, significa: obediencia, justificación, gracia, resurrección, para todos los que renacen en Él espiritualmente. No es de maravillar que esta doctrina fundamental del Apóstol haya encontrado amplia resonancia en los escritos de todos cuantos se han interesado por la obra de la redención y por la vida espiritual. Entre los antiguos escritores, tal vez ninguno ha puesto tan en relieve esta doctrina como San Ireneo de Lyon: él, efectivamente nos presenta la obra de Cristo como una verdadera recapitulación. El “primogénito de la Virgen” restauró el daño que nos había producido Adán, el “protoplasto de Dios” y por ello se convirtió en “principio de los vivientes”, como Adán, desobedeciendo, se convirtió en “principio de los muertos” (Contra las herejías, III, 18, 7; 32,4) 54 cartilla 3.indd 54 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Junto a Adán, sin embargo, se encontró Eva, que no tuvo una parte puramente pasiva; junto a Cristo se encontró María, cuya parte fue muy activa. Es, por consiguiente, muy comprensible que los escritores cristianos, ya desde mitad del siglo II, hayan edificado sobre la doctrina de San Pablo y enriquecido la oposición entre Cristo y Adán con la oposición entre María y Eva: así, vemos mencionada, junto a la “recapitulación de Adán y Cristo” una “recirculación de María en Eva”. Hemos dicho que los escritores cristianos han edificado sobre la doctrina del Apóstol; convendría tal vez decir que han referido el segundo elemento de un concepto de la tradición apostólica, cuyo primer elemento se lee en las cartas de San Pablo. Efectivamente, algunos eminentes escritores de nuestro tiempo, como Teerien y Lebon4, no dudan en llamar la doctrina de la nueva Eva una doctrina de origen apostólico. Los primeros escritores que oponen María a Eva son San Justino, San Ireneo de Lyon y Tertuliano. El más amplio es el segundo. Su doctrina puede fácilmente compendiarse en lo siguiente: la virgen Eva, seducida por la serpiente, a cuyo mensaje dio fe, transgredió el precepto de Dios y se convirtió en causa de perdición y de muerte para sí misma y para toda la humanidad; la Virgen María, por el contrario, saludada por un ángel, a cuyo mensaje creyó, se sometió a la voluntad de Dios y se convirtió en causa de vida y de salvación para sí misma y para toda la humanidad (cfr. Justino, Diálogo con Trifón, 100; Ireneo, Contra las 55 4 TERRIEN, J.B., La Mére de Dieu et la Mére des hommes. Paris, 5ª ed., p.II, t, I, pp.22-13, 23-24 (hay versión española, donde es fácil encontrar las citas); LEBON, J., L”apostolicite de la doctrine dela médiation mariale, en “Rech, De Théol, ancienne et médievale” 2 (1930), 129-159. cartilla 3.indd 55 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 herejías, III, 22, 4;V, 19, 1; Tertuliano, De la carne de Cristo, 17) 5 5 56 cartilla 3.indd 56 “(Sabemos) que el Verbo salió de la potencia y de la voluntad del Padre antes de todas las creaturas… y que por el ministerio de la Virgen se hizo hombre, para que la desobediencia, inspirada por la serpiente, acabase de la misma manera como había tenido origen. Ya que Eva, siendo virgen y sin mancha, escuchó la palabra de la serpiente y con ello engendró la desobediencia y la muerte. Por el contrario, la Virgen María saltó de fe y de gozo cuando el ángel le anunció la buena nueva, es a saber, que el Espíritu del Señor bajaría sobre ella, y que la virtud del Altísimo la cubriría con su sombra, y que por consiguiente, el Santo que nacería de Ella sería el Hijo de Dios: respondió, pues: Hágase en mí según tu palabra. De Ella nació Aquel… mediante el cual Dios aplasta a la serpiente y a los ángeles y a los hombres secuaces suyos, pero libra de la muerte a aquellos que hacen penitencia por sus pecados y creen en Él” (JUSTINO, Diálogo con Trifjón, 100). “María se muestra obediente cuando dice: He aquí tu esclava, Señor; hágase en mí según tu palabra; Eva, por el contrario, estando desposada con Adán, pero siendo todavía virgen., fue, por su desobediencia, causa de muerte para sí y para todo el género humano…, así María, teniendo como esposo a un hombre predestinado para ella, pero permaneciendo, sin embargo, virgen, con su obediencia se convirtió en causa de salvación para sí y para todo el género humano. De esta manera… queda demostrada la recirculación de María en Eva. Porque de otra manera no podía soltarse lo que había sido atado, puesto que el nudo ha de deshacerse en sentido contrario… De tal manera, por consiguiente, el nudo de la desobediencia de Eva, fue soltado por la obediencia de María. lo que Eva, con su incredulidad, había atado, fue desatado por María con la fe” (IRENEO, Contra las herejías, III, 22, 4). “Como Eva fue seducida por los discursos del Ángel hasta el punto de huir de Dios y transgredir su palabra, de la misma manera recibió María del coloquio angélico, el anuncio de que, obedeciendo a su palabra, llevaría a Dios. Y si aquélla se había mostrado desobediente a Dios, ésta, en cambio, se dejó persuadir de que había que obedecer a Dios, para que la Virgen María se convirtiese en abogada de la virgen Eva. Y como el género humano había sido arrastrado a la muerte por medio de una virgen, es salvado por medio de una virgen, y de esta manera se restablece el equilibrio, la obediencia de una virgen compensando la desobediencia de otra virgen” (Op.cit. V.19, 1). “Dios reconquistó su imagen y semejanza, de la cual el demonio se había posesionado, con una acción rival. De hecho en Eva todavía virgen, se había insinuado la palabra que originó la muerte, de manera semejante, debía descender a una virgen la palabra (el Verbo) de Dios que venía a restaurar la vida, a fin de que la Humanidad, por medio del mismo sexo, por el cual había sido perdida, fuese conducida de nuevo a la salvación. Eva creyó a la serpiente, María creyó a Gabriel; la culpa cometida por la una, creyendo, fue cancelada por la otra igualmente creyendo…” (TERTULIANO, De la carna de Cristo, 17). 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Consideramos la obra de la redención en su totalidad, nos parece que podemos deducir la siguiente conclusión del testimonio de estos tres autores, especialmente del testimonio de San Ireneo. Cuando Cristo se encarnó se convirtió en el nuevo Adán, nueva cabeza espiritual de la humanidad, que lo restaura todo; María, al dar su “Fiat”, se unió íntima e inseparablemente a la obra de la redención de su Hijo, iniciada propiamente en el momento de la Encarnación, y, consiguientemente se convirtió en la nueva Eva, la Madre Espiritual de la humanidad, que recibía una vida nueva de Cristo. Es verdad que ninguno de estos escritores llama a María explícitamente la Madre espiritual de los hombres, sino su exposición se orienta en esta dirección. Con más razón que, según San Ireneo, el nacimiento de Cristo del seno virginal de María significa el renacimiento espiritual de todos los que han de aceptar la doctrina de salvación traída por el mismo Cristo (cfr. Contra las herejías. IV, 33, 11) La doctrina de la nueva Eva fue admitida por todas las generaciones posteriores. No todos los escritores, sin embargo, tratan ampliamente de ella, como trató San Ireneo. Ocurre que la antítesis se detiene en algún aspecto totalmente secundario, y no pocas veces la oposición se describe en una sola frase: “una mujer fue causa de muerte, una mujer nos dio la vida”, o “Eva nos arrojó del paraíso, María nos volvió a introducir en el cielo”, y “por medio de una mujer fuimos maldecidos, una mujer nos procuró la bendición divina” etc. No faltan tampoco algunos escritores que mencionan con frecuencia la contraposición entre María y Eva, ya sea explícitamente, ya sea con evidentes alusiones, como, por ejemplo, el caso de San Ambrosio (+397), quien opone muchas veces la “virgen” a la “mujer”. Y entre estos escritores encontramos a algunos que explícitamente dan a María el nombre de “Madre de los hombres”. 57 cartilla 3.indd 57 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Escuchemos a San Efrén (+373). A la humanidad, nos dice, fueron dadas dos vírgenes: Eva y María; ambas fueron visitadas por un embajador: Eva, por el diablo, María por un ángel, ambas tuvieron influjo, pero totalmente distinto, sobre nuestro común padre Adán y sobre toda la Humanidad: Eva postró a su marido, y fue, consiguientemente, causa de muerte para todos los hombres, María levantó a Adán y se convirtió de esta manera en causa de vida para todos nosotros; en Eva encontramos el sepulcro, y María nos conduce al cielo. Eva escribió el decreto, el quirógrafo, en virtud del cual se convirtió la muerte en común herencia de todos. María, en cambio, lo rasgó, porque concibió en su seno al Señor que quiso restaurarlo todo. Así en muchos de sus Himnos6 . Hemos de concederlo, en los escritos de Efrén no leemos el nombre de “Madre de los hombres” dado a María, pero su doctrina, que se enlaza maravillosamente con la de Ireneo, no permite otra conclusión fuera de que María es verdaderamente nuestra Madre espiritual. Fue San Epifanio (+403) quien por primera vez llamó a María con este nombre. Eva recibió su nombre de madre de los vivientes después del pecado, y esto nos parece muy extraño; de Eva, ciertamente desciende todo el género humano, pero ella fue el tipo de María, que es la verdadera Madre de los vivientes, porque la verdadera vida nos fue 58 6 “Vino (la muerte) a Eva, la madre de todos los vivientes. Esta es la viña, cuyo cercado fue abierto por las manos de la misma Eva para comer su fruto; consiguientemente, Eva, la madre de todos los vivientes, se convirtió, en fuente de muerte para todos los vivientes. Floreció, en cambio María, la vida nueva si la comparáramos con la antigua vid Eva, y en Ella habitó la nueva vida, Cristo…, la vida que destruyó a la muerte” (Sermón sobre nuestro Señor). Véase la edición de LAMY TH., J.,Sancti Ephrem Syrihymni et sermones, 4 vols. Malinas, 1882-1902) . cartilla 3.indd 58 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia dada por medio de ella (Panarion, 78,18)7. San Nilo (+435) habla el mismo lenguaje, mientras que San Pedro Crisólogo (+450) afirma en toda ocasión que María es la verdadera Madre de los hombres. Comentado el saludo del ángel, dice que ahora, es decir, en el momento de la anunciación, la mujer que un tiempo se decía madre por naturaleza de los que mueren, se convirtió verdaderamente en madre por gracia de los vivientes. La misma aserción leemos en un sermón sobre la resurrección de Cristo, en torno a la resurrección de Lázaro, como también en un sermón sobre la parábola de la levadura. En tiempos, sin embargo, de San Nilo y de San Pedro Crisólogo, otra afirmación bastante importante fue pronunciada por San Agustín, a saber, que María es la Madre del Cuerpo Místico de Cristo. Es una verdad proclamada muchas veces por San Pablo la del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. Tomando el punto de partida de la analogía del cuerpo humano, con todos sus miembros, el Apóstol considera a todos los cristianos como otros tantos miembros de un gran cuerpo, cuya cabeza es Cristo y cuya alma es el Espíritu Santo. Factores de unión y de unidad entre todos los miembros son también la Eucaristía y la caridad fraterna. San Pablo 7 59 “María es quien fue nombrada de manera enigmática la madre de los vivientes. Porque Eva fue llamada la madre de los vivientes… después de haber cometido el pecado; es para maravillarse de que, después de la ofensa, le haya sido dado un nombre tan excelente. Si miramos únicamente a la apariencia de las cosas, debemos conceder que de Eva tuvo origen todo el género humano. Pero de hecho fue María quien introdujo la vida en el mundo: engendró a la vida, y por ello se convirtió en madre de los vivientes… Eva ofreció al género humano la causa de la muerte, por medio de la cual entró la muerte en el mundo; María dio la causa de la vida, gracias a la cual la vida misma fue producida… la vida nos vino, por consiguiente, de donde nos había llegado la muerte; la vida tomó el puesto de la muerte, y Aquel que quiso nacer de una mujer para ser vida nuestra, excluyó a la muerte que una mujer nos había procurado. (Pararion 78,18) cartilla 3.indd 59 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 llama a Cristo cabeza de este Cuerpo y sabemos por la doctrina de Santo Tomás que Cristo no puede llamarse cabeza sino porque ejerce un influjo vital sobre todos los miembros que son los fieles, cuyo influjo consiste en la infusión de la gracia (SummaTheol., III, q.8, a.1). también la doctrina del Cuerpo Místico fue profundizada por los escritores cristianos, especialmente a partir de San Agustín, que es llamado el doctor de la gracia, pero a quien podemos honrar también con el título de doctor del Cuerpo Místico de Cristo. Esta verdad se halla también a la orden del día en nuestros tiempos; basta mencionar los estudios de Anger, Mura y Mersch, y sobre todo la encíclica de Su Santidad Pío XII, publicada en 1943, MysticiCorporis. Correlativamente al interés creciente por el tema del Cuerpo místico se ha comenzado también a determinar el puesto que ocupa María en este Cuerpo. Digamos que San Agustín fue el primero en determinar este punto. Muchas veces nos dice el santo que María engendró a la cabeza y que la Iglesia engendra a los miembros, es decir, a los fieles. Pero en una obra sobre la virginidad (c. 2-6) tiene también un texto muy elocuente en el cual afirma que María es la Madre del Cuerpo Místico, es decir, la Madre espiritual de los fieles. He aquí el comprendió de sus afirmaciones. La Iglesia es Madre Espiritual de Cristo porque engendra los fieles a la vida de la gracia; también las vírgenes pueden ser en la Iglesia madres espirituales de Cristo, si cumplen la voluntad de Dios, según la afirmación del mismo Cristo en el Evangelio (Mt.,12, 4850); las madres cristianas son espiritualmente madres de Cristo cuando dejan, con espíritu de fe y de caridad, que sus hijos sean bautizados, pero en cuanto que engendran corporalmente a sus hijos, a causa del pecado original, son madres, no de Cristo, sino de Adán; finalmente María es corporal y espiritualmente Madre de Cristo, es decir, Madre 60 cartilla 3.indd 60 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia del Cristo físico, según el cuerpo, y Madre espiritual del Cristo místico –o sea Madre espiritual de los fieles- porque con su caridad quiso colaborar para que todos nosotros, que somos los miembros de Cristo, naciésemos. Así como en el contexto cita San Agustín el fiat de María, en respuesta al ángel, no dudamos en afirmar que, según él, María fue Madre espiritual de Cristo, la Madre del Cuerpo Místico y de los miembros de Cristo – por consiguiente, Madre espiritual de los hombres - cuando concibió al Verbo divino en su seno, es decir, en el momento mismo de la Encarnación. Entendida de esta manera, esta maternidad espiritual coincide con la maternidad espiritual atribuida a María, cuando es llamada la nueva Eva; María fue antes que nada la nueva Eva, porque nos dio la vida misma, la vida sobrenatural, a Cristo. Hemos dicho que la doctrina sobre la nueva Eva fue admitida por todas las generaciones, aún cuando todos los escritores no hayan dado al tema la amplitud que le dio, por ejemplo, San Ireneo. Tendremos, sin embargo, que esperar muchos siglos antes de leer nuevamente la doctrina de la maternidad espiritual de María respecto del Cuerpo místico de Cristo tan claramente afirmada ya por San Agustín. Pero cuando en los siglos XI-XII esta doctrina se trate nuevamente de una manera plena, algunos escritores hablarán a un mismo tiempo de María nueva Eva y de María Madre del Cuerpo místico de Cristo. Al mismo tiempo veremos que comúnmente esta maternidad espiritual será leída también en el solemne testamento de Cristo moribundo cuando dirigiéndose a su Madre y al Apóstol Juan, les dijo: 61 “! Mujer, he aquí a tu Hijo!” – “! He aquí a tu madre!”. cartilla 3.indd 61 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 En los primeros siglos no se encuentra tal exégesis. Únicamente Orígenes afirma al principio de su comentario al Evangelio de San Juan que “como los Evangelios son las primicias de todas las escrituras, de la misma manera el Evangelio de San Juan la primicia de todos los Evangelios”, y con esta frase pretende decir que el Evangelio de Juan es el más perfecto; “ninguno¸ sin embargo –añade- , puede comprender el sentido de este Evangelio , a menos que no haya reposado sobre el pecho de Jesús, o haya recibido de Jesús a María, convertida de esta manera en su propia Madre”, con lo cual pretende decir que para entender el Evangelio de San Juan, es necesario ser otro Juan. Ahora bien. Para que uno pueda convertirse en otro Juan es necesario ser otro Juan. Ahora bien, para que uno pueda “convertirse en otro Juan, deberá ser tal que, como ocurrió a Juan, Jesús pueda decir que también él es un Jesús”, es decir, que ya no sea él mismo, sino que Jesús viva en él, de manera que pueda decirse de él a María. He aquí a tu hijo, y a él de María: he aquí a tu Madre. No cabe duda que Orígenes se refiera a los perfectos, quienes solamente pueden comprender el Evangelio de San Juan; es necesario convertirse en otro Juan, es decir, en un “perfecto”, en otro Cristo. Pues bien: dado que Cristo fue dado a la luz por María, ¿no podríamos ver en el texto de Orígenes indicada una cierta maternidad espiritual de María para con los perfectos, o mejor, para con todos cuantos deben ser perfectos, es decir, los fieles? 62 Nos parece que a fines del siglo IV o principios del siglo V, la maternidad espiritual de María puede leerse también en una carta escrita por San Jerónimo a Santa Paula. Blesila, la hija de Paula, había muerto, y Paula estaba inconsolable. Y San Jerónimo finge un consejo de Blesila a su madre: Paula debe comportarse como una verdadera madre y no murmurar contra Cristo; para consolarla, le dice: “¿Piensas cartilla 3.indd 62 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia tú que estoy sola? Tengo aquí a María, la Madre del Señor, en lugar de ti” (Epístolas, 39,6). Blesila no dice que María es su madre, sino que la Madre del Señor está junto a ella y ocupa el puesto de Paula. Tal vez Blesila considera a María como Madre suya espiritual, o mejor, tal vez, San Jerónimo llama a María implícitamente la madre de los fieles. Ya San Efrén (+373) había suplicado a Nuestra Señora que no apartase jamás sus ojos maternales de nosotros. En uno de sus sermones sobre la “Dormición”, San Juan Damasceno (+ca.750) pide a María que no nos abandone como huérfanos; más aún, pone en labios de la Virgen moribunda la siguiente plegaria a su Hijo: “Ahora que me voy, sé Tú el consuelo de mis queridos hijos, o más bien, lo que yo he sido para ellos”. En el mismo siglo, Pedro de Sicilia llama a María la “madre de todos”, como también, más tarde, Fulberto de Chartres (+ 1029). Pero sólo a comienzos del siglo XII, o, con más exactitud, desde el tiempo de San Anselmo (+1109 vemos que los fieles llaman a María con el dulce nombre de “Madre nuestra”, y asistimos al despertar de una literatura, casi exclusivamente latina, en la cual las relaciones entre María y los fieles y viceversa, son expresadas con los términos con los que se expresan las relaciones de una madre con sus hijos y de los hijos con su madre. En la famosa Oración 52 habla así San Anselmo. “La Madre de Dios es Madre nuestra; la Madre de Aquel en el cual ponemos exclusivamente toda nuestra esperanza y al cual únicamente tememos, es Madre nuestra”. Y el mismo santo llama después a María “la engendradora de la vida de su alma”, y es el primero, a lo que parece, que entendió las palabras de Jesucristo moribundo: “He aquí a tu hijo”, en el sentido de una maternidad universal de María sobre cartilla 3.indd 63 63 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 todos los hombres (así en una oración compuesta para la condesa Matilde de Canossa). Después de él, su discípulo, Eadmero de Cantorbery (+1124), y después Ruperto de Deutz (+1135?) y una legión de escritores explicarán en este sentido el solemne testamento de Jesús moribundo: lo que decía Jesús refiriéndose a Juan lo hubiera podido decir de todos los Apóstoles, padres de la nueva Iglesia, más aún, de todos los fieles de todos los tiempos, porque todos aman de corazón a Jesús, como Juan lo amaba de corazón. En suma, como dirán más tarde San Berdardino de Siena (+1444), Dionisio de Cartujano (+1471) y otros. Juan representaba a todos los fieles al pie de la cruz, y Jesús, dando a María como Madre a San Juan, la dio como Madre a todos los fieles. En el siglo XIII, como indicábamos, aparece de nuevo, ampliamente explicada, la doctrina de la nueva Eva y de la Madre espiritual del Cuerpo Místico de Cristo, se trata de dos apelativos ahora estrechamente unidos. Los escritores son después muy numerosos. 64 Tenemos por ejemplo a Hernán de Tournai (+ca.1140) que nos habla de esto ampliamente en su tratado de la Encarnación. Comienza contraponiendo a Eva y María: en el libro del Génesis Eva es nombrada “Madre de los vivientes”, pero merece mejor el apelativo de “Madre de los que mueren” `porque fue la causa de nuestra perdición y de nuestra muerte; el nombre de “Madre de los vivientes” compete, en cambio a María, que nos dio la vida perdida. San Pablo decía que, así como en Adán morimos todos, de la misma manera en Cristo recibimos todos de nuevo la vida, y Hermán añade que lo mismo podemos afirmar de María: como a causa de Eva todos hemos muerto, de la misma manera que María todos hemos sido llamados de nuevo a la vida. María es verdaderamente el adiutorium sibi simile cartilla 3.indd 64 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia de Dios encarnado: Dios es el Padre de todas las cosas creadas, María es la Madre de todas las cosas recreadas; Dios lo creó todo de la nada, pero no quiso realizar la obra de restauración sin el concurso de María; Dios lo creó todo, María engendró a Dios, y no sólo engendró a Dios, sino después de Él y por medio de Él engendró también a muchos hijos, a quienes el Hijo de María no se desdeñó en llamar hermanos suyos… “El Hijo de María es nuestro hermano, y, por consiguiente, también María es nuestra Madre”. No de otra manera habla Guerrico de Igny, discípulo de San Bernardo (+1157). En sus bellísimos sermones pronunciados con ocasión de las grandes festividades del año litúrgico, no pretende más que una cosa: indicarnos cómo la vida de Jesús nace en nosotros y va creciendo hasta alcanzar la perfección. María ocupa un puesto eminente en el origen y en el desarrollo de esta vida. También parte de la oposición entre Eva y María: Eva fue más bien para nosotros una madrastra, no una verdadera madre porque nos dio la muerte antes de la vida; por consiguiente, no merece al nombre de “Madre de los vivientes”, sino el de “asesina de los vivientes” o de “Madre de los que mueren”. Eva no pudo, por consiguiente, interpretar su propio nombre, sino que el misterio se verificó en María. De hecho María es la Madre de la Vida, por la cual todos viven y por ello, la Madre de todos los que renacen a la vida; engendrando a la verdadera Vida, engendró también a todos aquellos que recibían la vida de la Vida. Uno fue engendrado por Ella, pero todos nosotros fuimos entonces engendrados, porque todos nosotros estábamos en Él “secundum rationem seminis” es decir, “propter semen spiritualis generaltionis”, como estábamos desde el principio en Adán “propter semen carnalis generationis”. También continúa ahora María teniendo cuidado de nosotros, y su cartilla 3.indd 65 65 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 solicitud supera con mucho a la solicitud que San Pablo sentía por sus hijos; San Pablo los engendró predicándoles la palabra de la verdad; María, en cambio, los engendró de una manera mucho más divina y más santa, engendrando al Verbo mismo; y si Pablo se desvivió en su solicitud de formar a Cristo en sus fieles, cuánto más María: Ella no desea otra cosa más que nuestra perfección espiritual, y se preocupa continuamente para que los fieles se conviertan en “hombres perfectos” y alcancen la “edad viril de Cristo”. También Amadeo de Lausana (+1159) hace uso, a su modo, de las palabras de San Pablo. Así como todos morimos en Eva, de la misma manera todos somos llamados de nuevo a la vida en María. Y se comprende la afirmación de Aelredo de Riévaux (+1166): mucho mejor hemos nacido de María que de Eva: Ella es mucho más madre para nosotros que la misma madre de nuestra carne; más aún, “por medio de María hemos recibido la vida, por medio de María recibimos el alimento que nos mantiene en la vida, por medio de María nuestra vida crece incesantemente”. He aquí, por tanto, el verdadero puesto de María en nuestra vida sobrenatural, he aquí su maternidad espiritual respecto a nosotros. Dios lo creó todo por sí sólo, y ha de ser llamado, por ello, nuestro Padre y nuestro Señor; pero Dios, no ha querido volvernos a crear, es decir, restaurarnos las cosas perdidas sin el concurso de María; por consiguiente, María, precisamente en virtud de la maternidad divina, es decir, porque nos ha dado a Dios-Salvador, debe ser considerada como Madre y Señora nuestra. Esto es lo que no cesan de repetir los escritores, como por ejemplo, san Anselmo, Eadmero de Cantorbery, Hermán de Tournais, San Bernardo, Nicolás de Claraval (+1177), etc. Estos y otros se expresan también de manera un poco distinta. Por medio de María se convirtió Cristo en hermano nuestro; 66 cartilla 3.indd 66 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia por tanto, María es nuestra Madre. Así, Ambrosio Autperto (+784), San Anselmo, Godofredo de Vendóme (+1132), Ruberto de Deutz (+1135?), Hermán de Tournais, etc. En síntesis María es la Madre de nuestra vida, de nuestra inmortalidad, de nuestra sabiduría, de nuestra jusficiación, de nuestra santidad, de nuestra salvación… (San Anselmo y Aelredo de Riévaux). No nos queda por tanto, más que una disposición, una actitud que nos convenga plenamente: la actitud de una confianza filia e ilimitada, como nos lo dice San Bernardo: “Merecidamente los ojos de todos se vuelven hacia Ti, porque en Ti y por medio de Ti y gracias a Ti la mano benigna del Omnipotente ha vuelto a crear todas las cosas que había creado”. La mediación de María. Inspirada por el Espíritu Santo, había predicho María: “!Todas las generaciones me llamarán bienaventurada!”. Desearíamos estar mejor informados sobre la veneración a María en los primeros siglos. En verdad que María es nombrada siempre junto a Jesús y a causa de Jesús; los misterios de María son los misterios de Jesús, y los misterios de Jesús son los misterios de María, de la misma manera que su gloria no es más que un reflejo de la gloria de Jesús. También es verdad que María aparece frecuentemente representada en las catatumbas y en otros lugares: la mayor parte de las veces aparece juntamente con Jesús, a quien lleva Ella sobre sus rodillas; dos veces aparece pintada la Anunciación, otras veces parece que está figurada María en la imagen de la “Orante”. En los tres primeros siglos vemos que los fieles invocan a los mártires de la fe, pero nadie habla de una invocación explícita de María. 67 cartilla 3.indd 67 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 Por otra parte, cuando hacia la mitad del siglo IV podemos constatar que, un poco en todas partes, los fieles invocan a María y ponen en Ella su confianza, nos vemos movidos a adelantar esta actitud; resulta tan espontánea que parece tener ya profundas raíces en la vida del pueblo cristiano. Y si, ya desde mediados del siglo II, vemos que María es considerada como la Madre espiritual de los fieles –y diremos más adelante que esta consideración se remonta tal vez al tiempo de los Apóstoles-, ¿no sería natural que los fieles se dirigiesen a Ella como a una Madre? Pero citemos algunos hechos concretos, y ante todo la convicción que poco a poco iremos descubriendo en muchos escritores, de que todas las gracias nos son dadas por la intercesión de María, y pretendemos decir todas las gracias, desde la primera, recibida en el bautismo, hasta la última o sea la gracia de la perseverancia final; además que la intercesión de María es omnipotente. En sus célebres plegarias a María, San Efrén (+373) –o un seudo-Efrén, porque los escritos a que me refiero son de dudosa autenticidad 8- llama a María “la mediadora” de todo el mundo, después de “el Mediador”, que es su Hijo, por medio de Ella toda la santidad, desde Adán hasta la consumación de los siglos, fue y será concedida a los justos; su intercesión es omnipotente para con su Hijo, porque es la intercesión de una Madre; por eso, no tenemos más confianza que en Ella: María es la esperanza de los que desesperan, la única abogada y auxilio de los pecadores y de los que no encuentran auxilio, la salvación segura de todos los cristianos; María no deja jamás de dirigir a nosotros sus ojos maternos. Y por esto el piadoso autor implora a María que quiera conducirle al cielo. 68 8 Se trata de las obras en la edición preparada por ASSEMANI, J. y Ev., 6 vols. Roma, 1731-1746. cartilla 3.indd 68 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Hacia el mismo tiempo, San Gregorio Nacianceno nos cuenta que la mártir Justina, seguida a todas partes por el mago Cripriano, pedía a María conservar intacta su virginidad, y fue oída (Sermones, 24,11). Justina murió a principios del siglo IV; pero el hecho contado por San Gregorio no parece merecer fe a los historiadores, porque aparecen en él extrañas confusiones. Una cosa es, sin embargo, cierta: en tiempo de San Gregorio se invocaba a María en las circunstancias difíciles. Cuando San Cirilo de Alejandría ve ante sí a tantos obispos congregados en Éfeso de todas las regiones del mundo católico para condenar a Nestorio y para vindicar la fe en la maternidad divina de María, se levanta y canta las palabras de María. Tantas cosas se han llevado a cabo y se llevarán a cabo por medio de Ella. La predicación del Evangelio, la conversión de las gentes, la fundación de las iglesias, el triunfo de la cruz, la salvación de los fieles…: “Salve, oh María, Madre de Dios, gracias a la cual toda alma fiel se salva…” (Sermones, 4 y 11).9 Esta doctrina de la mediación universal de María tiene su apogeo en Oriente en los siglos VI-VII; los grandes Padres griegos Germán de Constantinopla (+733). Andrés de Creta 9 “Salve, oh María, Madre de Dios, venerando tesoro del mundo entero…: por Ella la Santísima Trinidad es glorificada; por ella la preciosa cruz es adorada y celebrada en todo el mundo; por Ella exulta el cielo, los ángeles y los arcángeles se regocijan, huyen los demonios; por Ella el diablo tentador cayó del cielo y la creatura caída fue introducida en el cielo; por Ella todas las creaturas, ocupadas en el loco culto de los ídolos, llegan al conocimiento de la verdad, por Ella el sagrado bautismo es conferido a los creyentes…; por Ella han sido fundadas iglesias en toda la tierra; por Ella son conducidas las gentes a la penitencia…; por Ella han profetizado los profetas, han predicado los Apóstoles la salvación a las genes, los muertos has sido resucitados, los reyes gobiernan…” (Sermones, 4). El sermón 11 no parece auténtico. cartilla 3.indd 69 69 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 (+ca.740) y Juan Damasceno (+ca.750) expresan claramente la convicción, que ya existe desde hace algunos siglos de que por medio de María recibimos a Jesús y todo cuanto en Jesús y con Jesús nos fue dado por el cielo. Los demás escritores orientales se mueven siguiendo la estela de estos tres corifeos. Basta compendiar el pensamiento de San Germán, que sobresale entre todos: no encuentra palabras capaces para expresar adecuadamente la medicación de María. La Virgen es para nosotros lo que el alma es para el cuerpo; porque ninguna gracia se nos da del cielo si no es en virtud de su mediación: su intercesión es vida, nos da la salvación, la penitencia del pecado cometido, la gloria celestial; Ella nos ha dado la vida, ha vuelto a la vida porque ha resucitado gloriosamente y se halla todavía con poder para darnos vida; su intercesión es, además omnipotente: no está limitada más que por su voluntad; Ella puede obtener de Dios cuanto quiera, porque dispone de un derecho materno sobre Él, que hace su súplica agradable siempre a los ojos de su Hijo, y obliga a Éste, por así decirlo, a concederle todo cuanto Ella le pide. En Occidente, la Edad Media, a partir de San Anselmo (+1109), marca el mismo apogeo; entonces acuña San Bernardo (+1153) la fórmula técnica que utilizarán todos los siglos futuros. 70 Entre las oraciones atribuidas a San Anselmo hay algunas ciertamente auténticas; otras, en cambio, tienen por autor a algún anónimo, que vivió antes que él, o contemporáneo, o un poco posterior. Todas reflejan las ideas del mismo San Anselmo. Leemos en ellas que María es más poderosa que todos los mediadores juntos: lo que ellos pueden obtener juntamente con Ella, Ella lo puede obtener sin ellos; de manera que si Ella calla ninguno orará ni ayudará; en cambio, si Ella ora, todos orarán y ayudarán, sin Ella no existe ni piedad ni bondad. cartilla 3.indd 70 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Citando después a San Bernardo, escuchamos la voz de todas las generaciones siguientes. Su pensamiento está principalmente aunque no exclusivamente, expresado en el sermón sobre el acueducto espiritual. La fuente de la vida es Cristo, pero las aguas vitales llegan a nosotros, no directamente sino por medio de un canal, de un acueducto, que las va derramando gota a gota en medida diversa. Este acueducto es María, saludada por el ángel como la “llena de gracia”. Únicamente la voluntad de Dios nos da la razón suficiente de esta manera de proceder: Él ha puesto en María toda la plenitud del bien, para que nosotros reconozcamos que cuanto hay en nosotros de esperanza, de gracia, de salvación , nos viene de Él; como el día no puede ser imaginado sin el sol, de la misma manera, sin María, la estrella del mar, el mundo entero se ve sumergido en una oscuridad completa. Por consiguiente, si Dios ha dispuesto las cosas de este modo, si Él ha querido que todo lo tuviésemos por las manos de María, debemos tributarle la medida plena de nuestra devoción y de nuestro culto. Es verdad que Jesús es nuestro Mediador, y que siempre es oído por el Padre, y que siempre podemos acercarnos al Padre por medio de Él; pero tal vez el recuerdo de nuestros pecados nos inspira temor para acercarnos directamente a Él, porque a fin de cuentas, Él es siempre Dios; entonces conviene que nos dirijamos a María: Ella intercederá por nosotros y su oración es siempre oída por su Hijo. En este momento exclama San Bernardo: “Esta es la escala de los pecadores, ésta es mi máxima confianza, ésta es toda la razón de mi esperanza”. Puesto que María tiene siempre acceso a su Hijo y es oída siempre, busquemos y pidamos la gracia por medio de Ella, jamás nos veremos rechazados. Más no sólo para recibir la gracia debemos dirigirnos a la Virgen, debemos hacerlo también si queremos ofrecer algo al Señor: de esta manera, nuestro ofrecimiento le será siempre agradable. 71 cartilla 3.indd 71 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 En un pasaje, actualmente célebre, invita Bernardo a todos a que recurran a María en todas las circunstancias de la vida, y exalta su poder mediador; se trata del famoso pasaje sobre “Estrella del mar”: “María es para nosotros aquella noble estrella salida de Jacob, cuyos rasgos iluminan a todo el mundo, cuyo esplendor hace radiantes los cielos, penetra los abismos, se difunde por todas las regiones de la tierra, calentando los corazones más que los cuerpos, con un calor que hace brotar las virtudes y secarse los vicios. Ella es la ilustre y excelentísima estrella, que es indispensable brille, sobre este vasto mar, con los rayos de sus méritos y con las fascinación de sus ejemplos. ¡Oh tú, que caminas entre las olas del mundo más que sobre tierra firme, entre tempestades y torbellinos!, no apartes tus ojos de este espléndido astro, si no quieres verte tragado por las tempestades. Si se desencadena los vientos de la tentación, si chocan contra los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, llama a María. Si te das cuenta de que las olas de la avaricia o de la ira o de la sensualidad agitan la navecilla de tu alma, contempla a María. Si eres sacudido por las olas de la soberbia y de la ambición, por la de la calumnia o de lo celos, contempla a la estrella, llama a María. Si turbado por la enormidad de tus pecados, avergonzado de ti mismo, tienes miedo de acercarte al juez divino, y está próximo al abismo de la tristeza o al abismo de la desesperación, levanta tu pensamiento hacia María. En los peligros, en la angustia, en la duda piensa en María, llama a María. Su nombre no se aparte jamás de tus labios, jamás de tu corazón, y ten siempre ante tus ojos la contemplación de su vida, si quieres asegurarte su protección. Siguiéndola no te perderás, recurriendo a Ella no desesperarás, pensando en Ella no te perderás, guiado por Ella no caerás, defendido por Ella no temerás, guiado por Ella no te cansarás, favorecido por Ella llegarás con toda seguridad al puerto…” 72 cartilla 3.indd 72 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Cuando San Bernardo hablaba de esta manera en la sala capitular de Claraval no pretendía más que indicar a sus monjes el camino más seguro para alcanzar la perfección de su ideal monástico. Pero la breve y concisa fórmula con que expresó su pensamiento debía hacer época en la historia de la mediación universal de María: la teología católica la ha adoptado, la liturgia la ha repetido, los Sumos Pontífices la han aprobado en sus encíclicas… Si todas las gracias nos son dadas por intercesión de Nuestra Señora, podemos lógicamente deducir de aquí que Ella es verdaderamente la “Madre de la gracia”. También esta expresión es acogida por los escritores medievales. La volvernos a encontrar en los escritos de Franco, de Affligem (+1135), de Amadeo de Lausana (+1159), quienes la usan junto a las expresiones “Madre de la salvación”, “Madre de la misericordia”; de Ricardo de San Víctor (+1173), etc. La explicación más completa es dada por Godofredo de San Víctor (+1196): “María debe ser llamada Madre de la gracia, no sólo porque intercediendo ante el Padre de las gracias y fuente de la misericordia, Ella es capaz y siempre está pronta a obtener para nosotros, en virtud de sus méritos y de sus oraciones, toda suerte de gracias, sino también porque nos dio a Cristo, es decir al Verbo encarnado, que es la gracia increada”. 73 Muy afín a esta expresión de “Madre de la gracia” es otra de “Madre de misericordia”. No raras veces las encontramos unidas, como, por ejemplo en Amadeo de Lausana, en Ricardo de San Víctor, etc. Según una bella definición de San Agustín, “la misericordia y la compasión que sentimos ante la miseria de los demás, es la voluntad de aliviar esta miseria en cuanto está en nuestras manos” (De civitate Dei, IX, 5). Tanto en San Efrén como en los escritores griegos y latinos de la Edad Media, no aparece rastro alguno de cartilla 3.indd 73 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 duda respecto al poder de Nuestra Señora: es omnipotente por su intercesión, porque es la Madre de Dios, es la “omnipotencia suplicante”: una expresión que vanamente buscaremos en los escritos medievales, pero que muchas veces se halla contenida en ellos en forma equivalente. Ya en el siglo VII, San Sofronio de Jerusalén (+638) llamaba a María la “fuente de la misericordia”. En Occidente, la expresión adquiere ciudadanía a partir del siglo X. Ateniéndonos a lo que se lee en la vida de San Odón, abad de Cluny (+942), fue la misma Señora quien reclamó para si este título. Lo volvemos a encontrar con mucha frecuencia en San Anselmo (+1109). Fulberto de Chartres (+1029),Eadmero de Cantorbery (+1124), Hermàn de Tournai (+ca.1140) Guerrico de Igny (+1157), Amadeo de Lausana (+1150) lo tiene casi de continuo en los labios, ya hable del milagro de la transformación del agua en vino en Caná, ya se ponga a reflexionar sobre la maternidad divina de María; ¿cómo no va a estar Ella llena de amor hacia nosotros, después de que el Amor quiso habitar durante nueve meses en su seno? Debemos citar esta exclamación de un sermón sobre la Asunción. “No hable de tu misericordia, ¡oh Virgen bienaventurada!, quien habiéndote invocado en sus necesidades, recuerde que no fue oído”. Al mismo tiempo, se llama también a María “el cuello de la Iglesia”, expresión inspirada en dos versículos del Cantar de los Cantares (4, 4; 7, 4). Las razones de este apelativo nos las da Hermán de Tournais (+1140) y Amadeo de Lausana (+1150), pero también otros autores la utilizan. El cuello está en medio entre la cabeza y el cuerpo, y une la cabeza con el cuerpo. Así María ha unido a Cristo con la Iglesia, cuando fue hecha Madre del Verbo encarnado; el cuello deja también paso al impulso vital de la cabeza hacia los miembros: recibe él primero este impulso y lo transmite 74 cartilla 3.indd 74 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia después da a los demás miembros del cuerpo humano; así María es llamada justamente el cuello de la Iglesia en virtud de su mediación universal en la distribución de las gracias. En conclusión, Madre espiritual de los hombres y mediadora de todas las gracias, María desempeña, en el orden sobrenatural, respecto de la humanidad y de cada uno de los hombres, funciones de verdadera Madre: Ella nos dio a Jesús, que es nuestra Vida; Ella nos ha dado la vida de la gracia en el primer momento de su infusión; Ella mantiene y procura el incremento de estas gracias, intercediendo incesantemente por nosotros ante su Hijo; Ella ha de darnos la última gracia, la gracia de la perseverancia, mediante la cual esperamos hacernos un día a la vida eterna y a la bienaventuranza celestial. fgfgfgfgfg 75 cartilla 3.indd 75 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 2 TALLER. Por favor realice una pequeña investigación sobre el antiquísimo himno AKETHISTOS. Describa su origen y su propósito. (Se puede consultar en internet) REFLEXIÓN. De las controversias que hemos estudiado, ¿cuál le ha llamado la atención y por qué? TEXTOS PARA LEER María y los primeros cristianos. En bilbiaytradicon.worpress.como, en internet. 76 cartilla 3.indd 76 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Unidad Didáctica 3 OBJETIVOS ¨¨ Presentar a los estudiantes la presencia de la Madre de Dios en la vida y civilización de todos los pueblos, desde la edad antigua hasta nuestros días. ¨¨ Demostrar que la historia de la salvación prosigue a lo largo del tiempo y que del mismo modo como la Santísima Virgen, por designio de Dios, preparó la primera venida, ella es apóstol en orden a disponer la segunda y definitiva venida de su Hijo Jesucristo. ¨¨ Hacer entender que las polémicas y controversias a lo largo de los siglos en lugar de apartarnos del acontecimiento de Cristo, profundizan el dato revelado. En ese sentido no se puede conocer a María sin conocer el misterio de Cristo y el misterio de Cristo sin descubrir la realidad de María. 77 ¨¨ Aprovechar el momento para mirar a la reflexión de los grandes teólogos y su riqueza doctrinal mariológica que aclara la centralidad del acontecimiento de María Santísima en la vida cristiana. cartilla 3.indd 77 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 MARÍA EN LA VIDA Y EN LA CIVILIZACIÓN DE LOS PUEBLOS I. EN LA EDAD ANTIGUA El tránsito de María Virgen al Paraíso no significó su muerte para los hombres. Por el contrario, desde entonces fue creciendo; lo cual acrecentó su acción maternal sobre la Humanidad y, al mismo tiempo, el agradecimiento filial de los cristianos hacia la que fue proclamada Virgen Madre, bendita por las generaciones y amada cada vez más intensamente, según iban pasando los siglos, según iban lloviendo beneficios de sus manos. 78 Creció la Iglesia y creció María, símbolo de la Iglesia y Madre de ella, de tal manera que en nuestros tiempos hemos llegado a una era que puede llamarse mariana. Su existencia espiritual está entrelazada con la historia de los pueblos cristianos, unas veces determinándola, otras transformándola. Su acción sobre la sociedad se expresa de mil maneras y ha producido por el reflejo, testimonios de agradecimiento y documentos probatorios de mil clases, de manera que la historia del Cristianismo está toda constelada por astros marianos: se ha convertido, en sus grandes rasgos, en una historia mariana. En la Asunción, la maternidad de María, “desapareciendo de la vista, al elevarse, se dilató universalmente. Adondequiera que llegaba Jesús, llegaba también Ella. Entrada en la gloria, convertida en Reina, su dominio de gracia envolvió a toda la Iglesia; y su biografía se recortó con intervenciones continuas, se compuso de amores innumerables, se entrelazó con la existencia de Órdenes cartilla 3.indd 78 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia religiosas y de naciones bautizadas, orlando de poesía y tejiendo de belleza virginal la trama de la historia del mundo. Cuanto más fue penetrando el Cristianismo en la historia de la humanidad, más se fue entrelazando con la espiritualidad, con la literatura, con el arte y con la política la intervención de la Virgen gloriosa”10 Precisamente, si pretendiésemos definir el carácter de estas relaciones entre María y las creaturas humanas, entre Madre e hijos, habría que situarlo en la maternidad virginal de María y en una reacción de mansedumbre, de elevación, de filial abandono en Ella. Ella suaviza las durezas, aparta las dificultades, aproxima a los adversarios, enseña el gusto y el valor de la pureza y de la mansedumbre, llena de sonrisas el vacío de las llagas y de los sufrimientos, pone un sello femenino de gracia y de espiritualidad en las relaciones de los individuos, de las clases y de los pueblos. Engendra civilizaciones al engendrar a Jesús en ellas. No hay apóstol que trabaje tanto como Ella para propagar el Verbo y para dilatar el Espíritu Santo. Se ha mantenido a lo largo de los siglos como la antiEva, aparece en los acontecimientos históricos tremendos como ejército organizado para la batalla, responde con la variedad de sus intervenciones a las invocaciones de la letanías, y no sólo de las letanías lauretanas, con las que sus beneficiarios de todos los tiempos se ingeniaron para glorificarla. 79 Controversias y polémicas de los primeros siglos Una tradición nos dice que María, poco tiempo después de la Ascensión, fue a vivir en Éfeso, con el Apóstol San Juan. 10 cartilla 3.indd 79 I.GIORDANI, María di Nazareth, Firenze, pp. 199-200. 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Únicamente de labios de Ella hubiera podido aprender el Apóstol los misterios de la generación divina expuestos en el prólogo del cuarto Evangelio. El evangelista del amor con la Madre del Amor hermoso. Como se descubre en alguno de los evangelios apócrifos, el pueblo humilde que se iba convirtiendo según iba conociendo a Jesús, repetía el grito: “Bienaventurada aquella que te llevó en su seno”. De esta manera Jesús anunciaba a María y María anunciaba a Jesús. Por eso en la literatura judía de los primeros tiempos cristianos, María es combatida con calumnias: atacando a la Madre quieren atacar el Hijo. Y viceversa, entre algunos gnósticos, por quienes Jesús es llamado “hijo de María”, se disminuye la importancia de la Redención anulando, o casi anulando, la encarnación, y reduciendo, por consiguiente, a un simulacro la maternidad de María. En esto Marción tendrá a su ampliador Nestorio. 80 Si María no es Madre del Hombre-Dios, la redención es una apariencia. Por el contrario, los Padres de la Iglesia desde el discípulo de los Apóstoles, Ignacio de Antioquía, hasta San Gregorio Magno, la magnifican; San Hipólito utiliza ya el célebre epíteto “Theotócos” (Madre de Dios); San Justino y San Ireneo hacen ya resaltar que, así como Cristo se contrapone a Adán, María se contrapone a Eva. Esta –afirma Tertuliano- creyó en la serpiente; aquélla en el Ángel. Se ha encontrado una copia, escrita ya en el siglo III, de la antífona Sub tuum praesidium…, en la cual María es invocada como engendradora de Dios; antífona, por consiguiente, como la repetimos nosotros en el siglo XX, que pudo ser también recitada por Sana Inés, por San Cripriano, por San Sebastían. cartilla 3.indd 80 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia En el protoevangelio de Santiago, escrito en parte en la primera mitad del siglo II, se pone de relieve la devoción popular de los orientales ya en los tiempos postapostólicos, mientras que la devoción de los pueblos occidentales está atestiguada, para la misma época, por la efigie de María, Madre del Mesías, en el cementerio romano de Priscilla. Y esto, aun cuando en los primeros siglos urgiese la necesidad de afirmar ante todo a Cristo, de manera que, por lo menos externamente se hablaba menos de María: precisamente como durante la predicación de Jesús en Palestina. Por lo demás, fue precisamente la controversia sobre los atributos de Cristo la que puso de actualidad los de María. En la polémica con los herejes de los primeros siglos, los Padres de la Iglesia –al frente de los cuales está San Cirilo de Alejandría- defienden la Encarnación, presentando a Jesús como el segundo Adán, nacido de María, segunda Eva: de ella tomó Él la humanidad, y ella es, por tanto, la causa de nuestra alegría. Se entiende cómo los gnósticos y otros herejes, como los maniqueos, al reducir el cuerpo de Cristo a una sombra, o de otras maneras, demolían la Encarnación; y como María era un obstáculo –era la refutación viva de sus afirmaciones- , intentaron eliminarla. Por lo cual la Iglesia la puso más de relieve. 81 Análogamente a Jesús, dentro de aquellas polémicas se convirtió María en señal de contradicción. Se ve que disminuyendo a María se disminuía también a Jesús: no había Madre si no había Hijo. Quitada la segunda Eva, no quedaba más que la primera: desaparecía la Redención. Cuando en Constantinopla el sacerdote Anastasio se puso a blasfemar el título de Theotócos (Deipara, Madre de Dios), y Nestorio se levantó contra ellos, desde Roma hasta Alejandría; desde el patriarca Cirilo hasta el Papa cartilla 3.indd 81 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Celestino, precisaron los títulos de su maternidad, títulos que el Concilio de Éfeso sancionó (431). El pueblo se asoció a aquel veredicto con antorchas de júbilo. Y ésta fue una manifestación típica del carácter popular de la maternidad divina de María, cuyo nombre y cuya presencia estaban profundamente impresas en el alma de la gente humilde. La reacción popular volvió a repetirse en el Concilio de Calcedonia, en 451, en el cual, discutiéndose sobre la doble naturaleza de Cristo, se reafirmó la maternidad divina de María. Para testimoniar la fe del pueblo surgieron entonces grandiosas basílicas a la Virgen como Madre del Señor: baste recordar la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, erigida primeramente por el Papa Liberio a mediados del siglo IV, y dedicada bajo el título de Santa María ad praesepe por el Papa Sixto III, las basílicas de Constantinopla y de Tours. Otra reacción contra la falta de amor de los herejes dio palabras a la poesía. Pero también independientemente de la polémica teologal, ya en Occidente San Ambrosio había celebrado en versos el parto virginal del Redentor, casi respondiendo a la voz de San Efrén de Siro, que desde el Oriente había exaltado la belleza de María, definiéndola “paraíso de Dios”. Después, San Juan Damasceno amontonó a sus pies, como ramilletes de rosas, los epítetos más variados: “reina de la naturaleza”, “lirio entre espinas”, “rosa entre espinas”… 82 Romano el Músico, en el siglo VI, confesó que había recibido el carisma de la poesía en la iglesia de la Santísima Madre de Dios, en Constantinopla, donde la noche de Navidad se le apareció en sueños, y alargándole un volumen le dijo: “Tómalo y come”. Y el himno a la Virgen brotó de su corazón. cartilla 3.indd 82 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Primeras manifestaciones del culto mariano y sucesivos desarrollos Sobre la popularidad del culto a María son testimonio evidente las fiestas, sobre todo las fiestas de Navidad y de Epifanía (confundidas en algunos ambientes), en las cuales la Madre era honrada con su Hijo en los brazos. Y muy pronto, las fiestas particulares de Ella. La Anunciación, (la más antigua) y la Purificación. Tales fiestas se celebraban ya entre los siglos IV y V; es decir, cuando los atributos de la maternidad de la Virgen fueron negados por primera vez, y, por consiguiente, fue necesario ponerlos más en evidencia. En el siglo VI fue impuesta como fiesta universal, por el emperador Mauricio, la “Dormición”, es decir, la Asunción, de manera definitiva el 15 de agosto. Más o menos contemporánea fue la fiesta de la Natividad de María. El mismo emperador instituyó la llamada Panagyria, en la cual durante una semana se celebraba a la Madre de Dios con himnos y con representaciones sacras. Hacia la mitad del siglo VII, el Papa Sergio prescribió cuatro procesiones por Roma en honor de María, la Anunciación, la Dormición, la Natividad, la Purificación. Se desarrollaron desde la iglesia de San Adriano, en el Foro, hasta Santa María la Mayor. Después de Carlomagno prevaleció la fiesta de la Asunción, que conserva desde entonces el carácter más popular de todas constituyendo el nacimiento de María, correspondiente al nacimiento de Jesús. En Milán se estableció desde entonces la fiesta de la Purificación, el 2 de febrero. 83 A principios del siglo VII, en el año 626, Constantinopla, bajo el emperador Heraclio, fue atacada por los persas y escitas, y salvada por la Virgen, por medio de un huracán desencadenado contra ellos. De aquel milagro brotó el himno Acathistos (para recitar en pie), especie de letanía que fija los misterios más grandes de la corredentora. cartilla 3.indd 83 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Otra festividad cuyo origen no es posible precisar, es la de la Inmaculada Concepción. Aparece claramente establecida en el siglo VIII. En Occidente aparece celebrada el 9 de diciembre en Nápoles. Pasa, alrededor del año 1100, a Inglaterra, de donde se extiende a Normandía y a Francia. En Roma, por la autoridad de Santo Tomás de Aquino, dudaban “en pronunciarse, hasta que Sixto IV, en 1476, con la bula Prae excelsa”, dio reconocimiento solemne a la doctrina, iniciando el desarrollo papal (llamémosle así) del dogma, que habría de culminar en Pío IX. También es venerada Nuestra Señora bajo otros aspectos y títulos. El amor se hace tan denso, amplio y coral, que siente la necesidad de concretarse, para no dejar en sombras belleza alguna de María; por ejemplo, como Dolorosa, es decir, bajo el aspecto de sus dolores, es contemplada por escritores eclesiásticos e invocada con veneración especial ya desde los primeros siglos, como nos lo recuerdan San Ambrosio y San Efrén. En la Edad Media, San Anselmo y San Bernardo, entre tantos otros, escriben sobre el valor de los sufrimientos de María, los mayores después de los de Jesús. El santuario de Marienthal, en los Vosgos, cuyo origen se remonta al año 1225, fue fundado para hospedar a una estatua de la Dolorosa. “El Stabat Mater” recogió los acentos más doloridos del “llanto de Nuestra Señora”, que los fieles repiten en diversas formas; y fue compuesto, como se sostiene comúnmente por Jacopone de Todi, quien condensa una tradición popular italiana, de la cual brotaron los Laudantes, y más tarde, los Siervos de María. Entre las ciudades que celebraron más intensamente los Dolores de María recordamos a Colonia. 84 Oraciones particulares a la Virgen fueron el Ave María, formada en los labios del Arcángel San Gabriel en la Anunciación, y tal vez sea anterior al siglo XII la Salve cartilla 3.indd 84 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Regina, atribuida posteriormente a San Bernardo, quien la había aprendido de los Ángeles en 1130, pero debida tal vez a Adhémar de Montell, obispo de Puy (+1098), uno de los promotores de la primera cruzada. Y los cruzados cantaron la Salve Regina al tomar Jerusalén. A Hermán Contratto, monje de Reichenau, se debe tal vez la antífona “Alma Redemptoris Mater”. “Es la época en que los cistercienses extienden la práctica, debida a la caballería y al amor “cortes”, de llamar a María “Nuestra Señora” (Madonna, en italiano), y en que los trovadores y juglares cantan los milagros atribuidos a Ella, sobre todo los del buen Teófilo” 11 El himno “Ave Maris Stella” fue también atribuido a San Bernardo; pero es anterior a él, porque era ya conocido en el siglo IV, si no hay que atribuirlo a Venancio Fortunato (+ca.601). También en la Edad Media floreció el sugestivo uso del “Ángelus”, con las tres Avemarías recitadas al sonar las campanas. El uso estaba extendido desde hacía muchas generaciones, cuando Juan XXII (+1334) fijó la recitación de las tres Avemarías al oír el toque de las campanas al atardecer. Después se determinó lo mismo para las campanas de la mañana; y cuando Calixto III (+1458) introdujo el sonido de las campanas al mediodía, se fijó definitivamente el uso actual del Ángelus, que se hizo universal en el siglo XVII. 85 Entre tanto la orden carmelitana divulgaba el uso del escapulario de Nuestra Señora del Carmen, y la orden dominicana el uso del Rosario de María, que, extendiéndose poco a poco, llegó a adquirir una forma popular universal. 11 Daniel-Rops, L”Eglise de la Cathédrale et de la Croissade. Paris, 1952. P.68 cartilla 3.indd 85 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Y María estaba situada en medio de las festividades, como en los jeux floréaux de Toulouse, iniciados en mayo de 1324, en los cuales exaltaban a porfía los trovadores a la Señora (y Arnaud Vidal fue el primer vencedor); y en las fiestas venecianas de la Virgen, que se desarrollaban con regatas por el Gran Canal hasta “el día de Nuestra Señora de las Candelas”, en el cual el Duce cumplía todos los años el voto de agradecimiento por la recuperación de las doce doncellas robadas en el siglo X por los piratas. Y fiestas eran las representaciones sagradas en las cuales se hacían revivir en las plazas de los pueblos los misterios de la vida de María. En ellos se recitaba y se cantaba, y la gente lloraba y gozaba. Hasta el siglo pasado sobrevivieron en Nápoles los pequeños teatros, en los cuales se representaban aquellos misterios que alcanzaron en España el apogeo del arte con los autos sacramentales de Calderón de la Barca. Influencias marianas en los pueblos convertidos. Lanzados los bárbaros contra el imperio romano, la masa de vencedores y vencidos se amalgamó bajo el imperio de la religión, y se agrupó con especial afecto en torno de la Madre común. Ocurrió en todas partes un poco de lo que ocurrió en Roma, donde los bárbaros que irrumpieron en el siglo V destruyeron el templo de Minerva (el Minervium), pero erigieron más tarde en su mismo sitio un santuario a la Madre de Dios, Sancta María in Minervium, que debía convertirse en la iglesia de Santa María supra Minerva. 86 En medio de los bárbaros, entre las devastaciones y las matanzas, ella reconciliaba. Desde los principios inculcó Ella la feminidad, como creada por Dios, con sus características de paciencia, cartilla 3.indd 86 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia finura, intuición, en una sociedad que era, más o menos, androcrática; es decir, donde la mujer era considerada en general como un ser jurídica y moralmente inferior y donde la mujer se emancipaba sobre todo con el vicio. La nueva humanidad puso como modelo, inmediatamente inferior al Hombre-Dios, a una mujer “Madre de Dios”, y, por ello, más alta que toda otra creatura (“alta piú che creatura”)- y con la dignidad de Ella comenzó a reconstruirse la dignidad de las mujeres, que, como bautizadas, tendían a convertirse y aparecían muchas veces como “copias de María”. Con el ejemplo de María, entre tanto se consagraron a Dios numerosas vírgenes, asumiendo una maternidad espiritual, y constelaron a la Humanidad de millares de variadísimas familias de monjas y de hermanas. Y estas jovencitas, imitando a María, permanecieron y permanecen vírgenes consagradas a Cristo en medio del mundo. Santa Gertrudis vio bajo el manto de la Virgen también a tigres, leones y otras fieras: para indicar que Ella amansaría incluso a los más feroces espíritus. Igualmente, el concepto de la familia se ennobleció, produciendo una elevación moral y jurídica de ella cuando comenzó a formarse a ejemplo de la familia de Nazareth, agrupada en torno de una Virgen que era también Madre. Y la maternidad, hecha casta con el ejemplo de María, tomó algo del pudor y de la pureza virginal. 87 cartilla 3.indd 87 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 II. LA EDAD MEDIA De San Bernardo, a Dante y Petrarca Durante las cruzadas, Nuestra Señora, considerada principalmente como “Madre de los cristianos”, consiguió elevar y afinar la aspereza de aquellas gestas. Raza de guerreros, San Bernardo, con tres hermanos y veinticuatro jóvenes, se hacen cistercienses, fundando en 1115 la abadía de Claraval, pero antes que nada construyeron una capilla a la Virgen. Él, sobre todo, escribió y habló sobre los títulos de María, mereciendo el nombre de Caballero de María y Cantor o Citaredo de María. En general, todos los aspectos de la dureza viril de la Edad Media se fueron suavizando bajo la acción de la gracia femenina, por medio de la influencia continuada de la Virgen, que obra en los corazones, con su devoción, cada vez más extendida y conmovedora. La primera poesía vulgar canta a la mujer y canta a Nuestra Señora. Tiende a hacer de la señora de los caballeros una copia de la Señora de los cristianos. Siguiendo el ejemplo de Orlando, los hombres de armas se dirigen a Ella en la hora de la muerte: “! Socorredme Vos, Santa María !” 88 Son muy conocidos los cancioneros en lengua vulgar, ricos en rimas a mujeres idealizadas. Pero no menos ricas aparecen las antologías de versos latinos dedicados a la Purísima, sobre la cual la nostalgia del Paraíso, típica del alma medieval, se desahoga recogiendo las rimas más preciosas, las imágenes más delicadas, sin cansarse nunca de celebrarla. Verdaderamente aparece Ella como la poesía, como la vida íntima de las generaciones, en medio de herejías, de facciones y de miserias. cartilla 3.indd 88 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Epígono de estos cantores teólogos hemos de considerar a Dante, quien entona en lengua vulgar el himno más poderoso, como conclusión de su Paraíso: Vergine Madre, figlia del tuoFiglio, Umileed ed alta piú che creatura, Termine fisso d”eterno consiglio 12 En lengua vulgar cantaron también a la Virgen el cantor de Laura, Petrarca, y el mismo Boccaccio en Italia; Godofredo Chaucer (+1400), enamorado de la Inmaculada en Inglaterra, y en España, Gonzalo de Berceo, Juan Ruíz, arcipreste de Hita, y otros, como el rey Alfonso X en sus Cantigas. La Era de las grandes catedrales marianas De esta manera aparece María en la Edad Media como una estrella sonriente en medio de las tinieblas. Desgarradas por la guerra, por epidemias, por invasiones y miserias de todo género, aquellas poblaciones se refugian en María, estupendas catedrales se unen a los templos románticos, construidas por la masa anónima del pueblo, agrupada en artes y en oficios, cuya Patrona es la Virgen. No es posible dar aquí una lista. Recordemos algunas: 89 Francia, entre sus estupendos templos marianos, cuenta con uno en Chartres, donde se cree que los druidas habían erigido antiguamente una estatua a la “Virgen destinada a engendrar un hijo”; otro en París, “Notre-Dame”: santuarios que durante siglos han despertado la imagen y el afecto de hogares que se asentaban en medio de la furia de 12 Paradiso, XXXIII, 1-3. cartilla 3.indd 89 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 los acontecimientos. Todavía actualmente, quien pretende encontrar lo más sano de la juventud francesa, la encuentra en peregrinación por la carretera que va de Notre-Dame de París a Notre-Dame de Chartres. La célebre catedral de Colonia es una joya de estilo gótico dedicada a San Pedro, porque ya existía en la ciudad una iglesia románica, Santa María en el Capitolio, dedicada hacia mediados del siglo IX, a la Virgen; pero su estatua de mármol sonríe en el coro entre los Apóstoles. A la Virgen está dedicada la capilla central de la más amplia basílica gótica de Francia, la de Amiens, obra maestra de la arquitectura gótica. En ella el arte y la piedad han celebrado a María con las estatuas de la Anunciación y de la Visitación, que recuerdan esos misterios; es célebre la “Vierge dorée”. También en Italia, tanto y más que en el resto de Europa, la nueva arquitectura imprimió un impulso –casi un vueloal arte, destinado a honrar a María, para expresar en honor suyo el amor de un pueblo que había asociado a la Virgen íntimamente con sus propias aventuras y peripecias renacentistas. Por decir dos nombres, citemos a Santa María Novella, en Florencia, y la nueva iglesia de Santa María sobre Minerva, en Roma, que fueron inicialmente obras de Fra Adldobrandini Cavalcanti, el dominico genial que hacía oficio de vicario del Papa Gregorio X, en el siglo XIII. En aquellos dos magníficos templos, el “sexto agudo” es utilizado con una gracia totalmente latina. Más próximo al tipo originario se presenta también en el templo gótico más suntuoso de Italia –la catedral de Milán-, que, comenzado en 1386, corona su fantasmagórico pugilato de agujas con la Madonnina, la estatua de la Madre de Dios más querida para los milaneses. 90 cartilla 3.indd 90 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia A pesar de los iconoclastas, Constantinopla siguió siendo una ciudad mariana, y se ha hablado de una “letanía mariana de los monumentos” de Bizancio. La mayor parte de sus templos, capillas y oratorios consagrados a María estaban dedicados a la “Theotócos”, y se hallaban en todos los lugares públicos, casas nobles, monasterios. Recordemos entre las iglesias a las dos de Nuestra Señora “Panachrantos” (enteramente Inmaculada), y los de la Llena de Gracia y de la Asunción… Una moneda de Andrónico Comneno (1183-1185) lleva una imagen de María orante. Rusia, más que todos los demás pueblos orientales, ha expresado su devoción marina en santuarios innumerables: recordemos los de Kostrom, de Vladimir, de Kazan, de Smolensko, de Moscú… Y toda casa rusa tiene, o, por lo menos, tenía un icono de la Virgen, que era como una persona de casa para todos los rusos. Monte Athos, en Grecia, con sus monasterios, fue muy pronto llamado “jardín de María”. Y precisamente con relación a aquel monte, también Rumania tomó el nombre de “jardín de la Madre de Dios”. Naciones de María se califican a sí mismas Servia, Bulgaria, Siria, Egipto… La literatura armenia florece en alabanzas a María, Madre y Virgen; y también la etiópica, que la aclama Templo permanente, Vestíbulo sacerdotal, Árbol verdegueante, Esposa celestial, Incensario de oro de los serafines… Todo el territorio se halla sembrado de milagrosas imágenes. 91 cartilla 3.indd 91 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Floración de Órdenes religiosas marianas No existe Orden religiosa alguna, grande, ni tal vez siquiera pequeña, cuya historia no se halle de alguna manera vinculada con la devoción a María. El monaquismo de Occidente y de Oriente elabora en torno de las Laudes una preciosa mariología. Es determinada por la exigencia de tener una mediadora entre la humanidad y Cristo, y es acompañada, a partir del siglo XI de una gran devoción hacia la humanidad de Cristo. “Para alabar a Nuestro Señor –escribe Conrado de Sajonia- hemos necesariamente de alabar a su gloriosísima y dulcísima Madre”. El cristiano se vuelve hacia su Madre celestial, la Madre celestial se vuelve hacia su Hijo divino, el Hijo divino se vuelve hacia su tierno Padre: “El Hijo oirá a la Madre, y el Padre oirá al Hijo: he aquí la escala de los pecadores…”, añade San Bernardo. A San Bernardo, que se eleva en el corazón de la Edad Media, como maestro insuperado, en el claustro de Claraval, hemos de añadir, a San Pedro Damiano y a San Anselmo de Canterbury, el cual teoriza la fraternidad de los hombres hacia Dios, en virtud de María; su discípulo Eadmero y Ricardo de San Lorenzo, autor de aquellas Laudes de la Bienaventurada Virgen María, que son un verdadero tratado mariológico. 92 Las órdenes mendicantes, a ejemplo de Domingo y de Francisco, desarrollan la Mariología, mientras que propagan el culto a Nuestra Señora; los Dominicos mueren y los Carmelitas combaten cantando la “Salve Regina”; los franciscanos nacen de la Porciúncula, que es la casa de María, a cuyos pies Francisco cortó la cabellera a Santa Clara; los Siervos de María toman de Ella su nombre. San Buenaventura afirma por todos que es tan grande la sublimidad de esta Virgen gloriosa, que para hablar de cartilla 3.indd 92 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Ella y para alabarla, incluso las Escrituras y las profecías y las parábolas, son insuficientes. Y la contempla como la “Mediadora entre nosotros y Cristo, como Cristo lo es entre nosotros y Dios”. A ella debemos amar y venerar inmediatamente después de la Trinidad. Siguiendo al alemán San Alberto Magno, que quería que nunca nos cansásemos de alabar a María, Santo Tomás sistematiza para todos las teorías de los Padres griegos y latinos y de los doctores medievales, para establecer una doctrina científica en torno a María: de Ella se derivan Antonino de Florencia, Bernardino de Sena, Canisio, Suárez, San Alfonso. En 1313, Bernardo Tolomei de Sena funda en el Monte de los Olivos el primer monasterio de la Congregación de Nuestra Señora, a cuyos religiosos se les dio el nombre de Olivetanos. III. EN LA EDAD MODERNA Debeladora de la Reforma y del Isl{ám. San Pedro Canisio (1521-1597) nos lleva a la Reforma, la cual así como separó la fe de las obras, separó también a Jesús de María: dividió en pedazos al Cristianismo y separó a la Cristiandad. Entonces apareció mucho más María como la debeladora de las herejías y los pueblos resistieron mejor el error y a la división cuanto más apretadamente se agruparon en torno de la Madre común. El Santo Doctor combatió contra más de cien adversarios de María, oponiéndoles más de noventa Padres y Doctores de la Iglesia de los primeros siglos, además de numerosos autores de tiempos posteriores. En este mismo orden hemos de situar el Mariale de San Lorenzo de Brindis, que constituye un tratado original y seguro, rico en vis polémica, de la doctrina sobre la “Beata”. 93 cartilla 3.indd 93 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Mientras que la ortodoxia católica se veía amenazada por la presión protestante, la cristiandad europea era asaltada por la invasión musulmana, con una violencia victoriosa. Se había llegado, a mediados del siglo XVI, al punto de que, aprovechando las disensiones de los príncipes cristianos, la media luna parecía destinada a sojuzgar a Europa. Entonces fue cuando Pío V organizó la última cruzada, y, con la victoria naval de Lepanto, cambió el curso de la historia, derrotando definitivamente el avance turco. Mientras se enfurecía la batalla, el Papa, impulsado por una iluminación, se puso a recitar el Rosario, cuya fiesta se celebraba entonces (7 de octubre de 1571), y tuvo la certidumbre de la victoria por inspiración de María, a la cual se le atribuyó la victoria. Desde entonces se hizo universal la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, bajo Clemente XI, en 1726, y la Misa propia se extendió de la Orden dominicana a toda la iglesia universal, bajo León XIII, en 1887. En el siglo de los grandes navegantes y de los grandes descubrimientos Como los caballeros pasaban en vela la noche anterior a la batalla, delante del altar, igualmente pasó Vasco de Gama y también Cabral la noche que precedió a su gran viaje. Ante sus altares confiaron a María sus viajes Magallanes y Colón, que zarpó en una carabela llamada Santa María, y ésta fue la que “llevó la Encarnación al Nuevo Mundo” (Sargent). La marinería sobre el Océano desconocido cantaba todas las tardes la Salve Regina, y Colón que entrelazaba las iniciales de Nuestra Señora con su propia firma, llama San Salvador a la primera isla que descubrió, y Santa María Concepción a la segunda, y pide se le entierre en la capilla consagrada a la Inmaculada Concepción. Y aquel otro caballero de Jesús 94 cartilla 3.indd 94 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia y María, San Francisco Javier, se embarcó después de haber saludado en Loreto a la Bienaventurada Virgen: recogió así la espiritualidad de su maestro y padre Ignacio de Loyola, que, como fruto de su conversión, al terminar su vigilia de armas en Montserrat, colgó del altar de la Virgen su espada y su puñal. Sargent habla de “nuestra tierra y de nuestra Señora” refiriéndose a América y a la Virgen. Su descubridor, el P.Marquette, individuó y vadeó el Mississipi cantando un oficio suyo en honor de la Inmaculada. También los pieles rojas se acostumbraron a llamarla “Auxilium et refugium indianorum”. A un indio de Méjico, Juan Diego, neófito de cincuenta y cinco años, se le apareció la Virgen de Guadalupe en 1531, mientras se dirigía a toda carrera, para oír la Santa Misa. En el lugar de la aparición, en pleno invierno, brotaron una rosas, y después se levantó allí la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, a la cual Benedicto XV proclamó patrona de aquella nación. Venezuela tiene por patrona a Nuestra Señor de Coromoto en cuya coronación envío el Papa un radiomensaje el 12 de septiembre de 1952. En él se destaca que aquella nación ha comprendido lo que significa la Virgen en la historia de las naciones. Y se recordaba el caso de la Santa María, cuando todo el nuevo conteniente fue dedicado a la Virgen del Pilar, y aquel mar fue denominado por sus mismos descubridores “Archipiélago del Mar de Nuestra Señora”. 95 María, Patrona de los reinos y socorro de los pueblos. Ciudades, provincias, repúblicas, reinos, se han puesto en todos los tiempos bajo su manto y la han escogido como Reina. Inglaterra se llamó “dote de María”; España, en su cartilla 3.indd 95 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 primera victoria contra los moros, le consagró su primer templo; San Esteban, en un momento trágico, le consagró el reino de Hungría. En Polonia, cuyo corazón religioso palpita en el santuario de Czestokowa, Micklewiz saludó a María como “Reina de la corona de Polonia, Duquesa de Lituania”Títulos análogos volvemos a encontrar en diversas naciones cristianas, donde, especialmente en horas trágicas, Nuestra Señora fue considerada como auxiliadora de su pueblo. Para los italianos, María es la castellana de Italia, para los romanos es Salus populi romani. Y en algunas ciudades, como Lucca, es proclamada defensora de la libertad. El Humanismo y Nuestra Señora Con el Humanismo no disminuyó el culto a Nuestra Señora; corrió el peligro que al colorearse, al menos en el arte, con colores profanos. En las poesías, incluso de prelados, se aproximaba o era saludada con títulos o advocaciones más propias de Venus, Diana o de Minerva; y el escenario de su vida se llegó a representar con un fondo de columnas o de arcos que recordaban una gracia artificial, en una atmósfera de lujo, cuando no de lujuria. Así, el Pontano, en sus “Himnos a María”, la nombra divam Mariam; pero, sin embargo, dentro de aquellas expresiones clasicistas, ¡cuántos atisbos se descubren de humanidad y de veneración y cuánta hambre de paz!... 96 El Beato Bautista Mantuano canta que “Ella no es una Driade, ni una Oriada… Tetis se inclina ante Ella, Ceres le sirve… Vino del cielo y es Reina de los seres celestiales, Madre de Dios y portadora de paz a la anhelante juventud”. cartilla 3.indd 96 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Pero, como Éfeso contra los nuevos herejes, también en Florencia, contra los nuevos paganos, el pueblo se empeñó en defender y en salvar la pureza del concepto de Madre de Dios, Virgen sin mancha; y con el pueblo, sus intérpretes más legítimos. Si sacerdotes y literatos se perdían en el dédalo de musas, gracias y ninfas, predicadores populares, como San Bernardino de Sena (Sena, “la ciudad de la virgen”), enamoraban a las muchedumbres evocando los hechos y méritos de la Madre común, oponiendo su castidad y su dulzura al tipo de Madonna Ciuffola, “Alocada y desmemoriada, callejara y ventanera”. Entre los predicadores populares, Jerónimo Savonarola defendió a la Virgen de las profanaciones y del humanismo paganizante, que la vestía “con las galas de las cortesanas” y le daba “los rasgos de las amasías”, en cambio –según decían-, María no iba vestida como ciertos pintores, a manera de Lippi, la pintaba, porque “Ella iba vestida como una pobrecita”. Para el humanismo paganizante, el terrible fraile oponía la humanidad de Cristo, “que derrama sus gracias sobre la Virgen y Ella la infunde en nosotros”. De esta manera defendía a María, el sentir popular, como las turbas habrían defendido a Jesús. La Virgen en la pintura 97 El arte de la pintura ofreció, desde los principios del cristianismo, pasto a la devoción en cuadros de todo género. Una antigua leyenda atribuye al Apóstol Lucas los primeros cuadros de la Virgen. Si la atribución es legendaria (comenzó, según parece, en el siglo VI), documentada, sin embargo, la antigüedad del culto a las imágenes de María, al cual aparece pintada ya en las catacumbas, y, por consiguiente, cartilla 3.indd 97 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 era ya objeto de culto en tiempo de las persecuciones. ¿No fue también Ella perseguida por causa de Cristo? Después de las persecuciones florecieron las imágenes aqueropintas de la Virgen, así como las del Señor. Durante las destrucciones iconoclastas, numerosas imágenes, transportadas por el pueblo se convirtieron en centro de veneración y de arte. Uno de los frutos de las herejías bizantinas, por medio de las cuales el poder político se distanció del pueblo, distanciándose también de la religión del pueblo, fue la invasión de la media luna. Y, sin embargo, los invasores aprendieron en el Corán la veneración popular hacia la Madre de Dios, incluso como Inmaculada, pero no defendieron sus imágenes. El Occidente fue, por consiguiente, el que pintó en miles de actitudes diversas a María. El Humanismo enriqueció el patrimonio pictórico. Se filtraba alguna profanación, hizo traición al amor en una abundancia fantástica de imágenes. Desde Cimabeu hasta Giotto, que pintó en frescos la “historia de la Virgen” en la capilla de los Scrovegni; desde Fra Angelico hasta Vellini, Lippi. Ghirlandaio, Durero, Rafael, Tizlano, Leonardo, Correggio, y más tarde. Dolci y Murillo, por citar algunos nombres entre tantos, ¡cuántos artistas prodigiosos gastaron lo mejor de su talento en pintarnos la belleza de María! 98 Y mientras en Florencia Brunelleschi levantaba la cúpula de Santa María del Fiori y León Alberti embellecía con una fachada policroma a Santa María Novella, y Ghiberi llenaba con los misterios de la Virgen la primera puerta del baptisterio, cerca de diez mil Vírgenes –como ha calculado alguno 13–desembocaban, como un prado de flores, en 13 cartilla 3.indd 98 M. OLIVA, La Vergine nell”Umanesimo. Treviso, 1951 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia este maravilloso mayo italiano, dentro del cual Palestrina ponía música al Stabat de Pergolesi, a cuyas notas llegaba a conmoverse Mazzini, y las populares melodías de Schubert y de Gounod). El mundo protestante y Nuestra Señora. Se ha dicho que la frontera entre el mundo protestante y el mundo católico es una línea que separa el mundo de la tristeza o de la excesiva seriedad del mundo de la alegría que se convierte en fiesta. Los protestantes, al alejarse de María, han vuelto a introducir la rigidez puritana del judaísmo del tipo farisaico, hasta suprimir, durante cierto tiempo en Inglaterra la fiesta de Navidad, porque era excesivamente alegre. Por lo demás, Lutero reconoció, incluso después de su apostasía, los títulos de María como Madre de Dios y Virgen Inmaculada. El culto a María es aprobado en la confesión Augustana. El mismo Zuinglio se glorió de no haber pensado jamás ni enseñado en parte alguna nada “contra la pura Virgen María”. Fue en realidad Calvino quien explícitamente se levantó contra Ella, iniciando las acusaciones de mariolatría. Pretendiendo demoler a la Iglesia, tenía necesidad de eliminar de ella a la Eucaristía y a María y al papado. 99 Actualmente, todo el mundo protestante, al sentir la necesidad de una Iglesia única, vuelve a sentir también la nostalgia de Nuestra Señora. Es notable el hecho de que los católicos, especialmente en tierras confinantes con la herejía, se defendieran tras el culto a la Virgen para resistir a la herejía; y gracias a esto hubo una floración de santuarios marianos. cartilla 3.indd 99 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 En el movimiento de Oxford, conforme se iba definiendo el retorno a los Padres de la Iglesia, se fue aclarando, sobre todo por los escritos y palabras de Newman, la devoción a María. Sobre ella tuvo una polémica con su amigo Pussey. Y Newman, como gran parte de los convertidos en las últimas generaciones, fue ayudado por aquel culto delicado y docto en su vuelta a Roma. No sólo entre los miembros de la alta Iglesia anglicana, sino también entre sus correspondientes del Luteranismo (Hoch Kirche), fue resurgiendo poco a poco el culto a María; ya desde 1863, el protestante alemán Dietlein se quejaba de que hubiese sido eliminada el Ave María de la devoción luterana. En 1919, Max Jungnickel, protestante, sostenía una idea, mantenida otras veces por sus correligionarios: que el mundo protestante moriría de frío porque le falta la Madre: María. El pastor protestante Lorzing ha compuesto un volumen: “Flores marianas”. El sueco Skredvikk, sostenido por un centenar de correligionarios, ha pretendido introducir en la liturgia luterana el sacrificio eucarístico y el culto a la Virgen. “Sólo Dios sabe- ha escrito- lo que el mundo debe a María”. Incluso los calvinistas sienten la nostalgia de Nuestra Señora: así los pastores Saussure, Brémois, Vidal… Hemos de añadir a la mariscala Booth, hija del fundador del Ejército de Salvación. Podemos afirmar que conforme va renaciendo poco a poco el deseo de unidad, y que brota de él la necesidad de una Iglesia visible, renace también el deseo de María, “Mater unitatis”. 100 En el período del Racionalismo. Incluso después del Humanismo, en el aire enrarecido del Racionalismo, del Iluminismo y del Imanentismo, entre las cartilla 3.indd 100 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia ideologías materialistas, María se ha mantenido firme como la Poesía (así la definieron los hermanos Tharaud en sus Contes de la Vierge), y ha inspirado a artistas, a novelistas, a poetas. Desde Sannazaro, que escribió “De partu Virginis”, hasta Chiabrera, Manzoni, Mistral, Carducci mismo, que se sintió conmovido ante la poesía Del Angelus. En el himno al Nombre de María, de Manzoni, oímos ecos del perfecto himno de Pontano, traducido por Carducci: “A Tì, cuando nace el día; a Ti, cuando se hunde el sol en las olas, todas las cosas Te colman de alabanzas”. Pero hasta entre los acatólicos el amor a la Virgen ha inspirado obras maestras. Milton halla acentos delicados para Nuestra Señora, y hasta Byron canta el Ave María, y Wordsworth, que reconoce su Inmaculada Concepción, y Longfellow, Hawthorne y Browning y Kipling y Ruskin: todos protestantes. Entre éstos, Goethe se siente impresionado ante la imagen de la Dolorosa, y parece implorar en el Fausto: “! Oh Madre afligida, oh Madre angustiada, inclina piadosa tus ojos a Mí!” 101 También Novalis, con sus cantos en honor de María, hiere muchas almas de protestantes. cartilla 3.indd 101 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 IV. EL MUNDO CONTEMPORÀNEO En los tiempos modernos florecen santuarios y basílicas nuevas y vuelven a florecer templos antiguos. No hay nación católica que no haya levantado un templo o, por lo menos, una capilla en honor de María. La Madre ha sido tenida presente doquiera ha habido y hay un cristiano. Como en la antigüedad, estos monumentos se hallan ordinariamente ligados a grandes acontecimientos históricos: expresan ordinariamente la emoción del pueblo en un periodo especialmente notable. Guerras, pestilencias, expediciones, victorias, conquistas, conversiones…; todo lo cual nos prueba que la persona de María se halla íntimamente ligada con el desarrollo histórico de ciudades y naciones. Los santuarios más celebres de Europa siguen siendo, en gran parte, los dedicados a la Virgen, recordando alguna advocación o aparición suya. Montserrat, Loreto, Lourdes, Czestakowa, Pompeya, Fátima, Oropa, Guadalupe…, centrales de devoción, surgidas muchas veces milagrosamente. En algunos, como en Lourdes y Caravaggio, el agua, brotada de repente, se convierte en vehículo de gracia. Los más antiguos fueron y siguen siendo metas de peregrinaciones continuas, ayer para los iberos, los francos, los longobardos y los alemanes; actualmente, para europeos, americanos, asiáticos. Donde iban en otros tiempos Felipe Augusto, San Luis, rey; Francisco I, Luis XIV –Chartres- , van actualmente Claudel, Péguy, Huysmans…: aquel Péguy, que se pasa la noche anterior al combate en que murió en la capilla de un convento abandonado, cubriendo las flores del altar de María… 102 cartilla 3.indd 102 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Y también en nuestros tiempos la intervención de María con los hombres ha adquirido muchas veces el aspecto de aparición. Y la historia está llena de sus apariciones visibles. En 1830, veinticuatro años, por consiguiente, antes de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, la Virgen se apareció a Catalina Labouré, una novicia de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, y le predijo, entre otras cosas, los movimientos anticlericales de matanza y destrucción de los años 1870-1871, y le encomendó la difusión de la Medalla Milagrosa (de la Inmaculada). Otra oparación tuvo lugar en Francia, en La Salette, en 1846, pero fue muy discutida, aunque el obispo de Grenoble, en 1851, la declaró sincera. Pero la más famosa en Francia ocurrió en Los Pirineos, en Lourdes, en 1858, cuando María se apareció como Inmaculada Concepción a una niña de catorce años, Bernardita Soubirous, en una gruta llamada Massavielle. Surgió en aquél sitio una basílica, y el agua brotada bajo las manos mismas de Bernardita ha producido y sigue produciendo milagros, controlados por una oficina médica y por científicos de todas las procedencias (Alexis Carrel entre ellos). La aventura de Bernardita fue narrada en un libro famoso del judío Franz Werfel, y puesta después en una versión cinematográfica que ha dado la vuelta al mundo. 103 Las apariciones más recientes y conocidas tuvieron lugar en la localidad portuguesa de Cova da Iria, junto a Fátima, a una pastorcita de diez años, Lucía dos Santos, y a sus compañeros Francisco y Jacinta. La aparición más vistosa tuvo lugar el 13 de octubre de 1917, cuando, mientras que la Virgen del Rosario hablaba con Lucía, el sol se puso a dar vueltas sobre sí mismo vertiginosamente, echando llamas, delante de una multitud extática. La Virgen recomendó el rezo del Santo Rosario, la devoción a su Inmaculado cartilla 3.indd 103 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Corazón, al cual deseaba fuese consagrado el mundo entero (lo cual hizo Pío XII en octubre de 1942), y reveló designios, todavía ocultos, respecto de Rusia. Se anunció que había tenido lugar una serie de apariciones a cinco muchachos en el invierno de 1932-1933, en Beauring (Bélgica), de la Virgen Inmaculada. En Siracusa, recientemente (en 1943), lloró una estatuita de la Virgen, y es ahora objeto de mucha veneración, bajo el nombre de Nuestra Señora de las Lágrimas 14 Las definiciones dogmáticas de nuestro tiempo relativas a María son: la de 1854, cuando Pío IX, en la bula Ineffabilis Deus, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción que muy pronto dio origen a congregaciones religiosas (como la Congregación de los Concepcionistas Hospitalarios, fundada por Monti en Roma), a una literatura y a obras religiosas y sociales de todo género. Y la definición dogmática de 1950, cuando Pìo XII, en pleno Año Santo, proclamó el Dogma de la Asunción corporal de María a los cielos, mereciendo nuestro tiempo el nombre de “Era de María”. Ambas proclamaciones no hicieron más que dar público reconocimiento a creencias y fiestas cuyos orígenes se pierden en los comienzos de la Iglesia, como ya hemos indicado. 104 El año centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción (1954 fue proclamado “Año mariano” por Pío XII, que ha querido reconocer también y proclamar solemnemente la realeza de María. 14 Véase: A. Ortiz Muñoz, La Virgen ha llorado en Siracusa. Madrid, Ed. Studium. cartilla 3.indd 104 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia De la Revolución francesa a nuestros días. La Revolución francesa contempló la profanación de NotreDame, de Paris, donde en el sitio de María fue erigida una cantante, con el nombre de diosa Razón. Pero muy pronto, en 1901, el Concordato napoleónico, que redujo las festividades religiosas a cuatro, puso entre ellas a la Asunción. También en Francia, ya en 1916, después de la furia de la revolución y de las guerras napoleónicas, Eugenio de Mazenod instituyó los Oblatos de María Inmaculada. En el año siguiente nacía la Congregación de los Hermanitos de María. En 1822, el venerable G.C.Colin fundaba la Sociedad de María (los Maristas), y G. B. Scheppers, en 1839, la Congregación de los Hermanos de Nuestra Señora de la Misericordia. En 1845 surgieron en Nimes los Agustinianos de la Asunción (Asuncionistas). También en otras naciones fue extraordinaria la floración de institutos denominados e inspirados en María. Recordemos que la Chiesa, Campestrini y Rosmini, en Verona, pusieron sus institutos de hermanas bajo la advocación de la Dolorosa, mientras que Gerosa y Capitanio ponían a sus hermanas bajo la protección de María Niña. Don Bosco instituyó en 1852 las Hijas de María Auxiliadora, como rama femenina de los Salesianos. 105 En 1863 se constituyó en Bélgica la Asociación Misionera del Inmaculado Corazón de María. Entre los sodalicios, recordemos a las congregaciones marianas (que tuvieron origen en Siracusa, hacia 1560, fundadas por el P. Carbassi, S.J.), y se difundieron después por todo el mundo católico. De una ellas salió en París, San Francisco de Sales, y de estas surgieron las Hijas de María, que tomaron diversas formas desde comienzos del siglo cartilla 3.indd 105 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 XIX, en Lombardía y en Suiza. Una de ellas fue fundada en 1846 por el célebre orador francés P. Ravignan, S.J. Una Congregación especialmente venerada es la de Santa Inés, en Roma. En la segunda mitad del siglo XIX, la devoción mariana, reavivada por Pío IX, se enriqueció con nuevo contenido social bajo el impulso de León XIII, quien, así como publicó una encíclica para la elevación del trabajador, también publicó una decena de encíclicas para propagar el Rosario. Dos años después de “Rerum novarum” (1891), Togniolo escribía a un amigo (José de Bonis): “Precisamente por esta humillante, pero verdadera realidad de las cosas, me parece oportunísimo el celo por propagar la devoción a María, Salud de los enfermos. Las victorias que el nombre de María recuerda y promete exigen como lógica consecuencia que recordemos las debilidades del cuerpo social…” Devociones particulares Entre las devociones especiales que han adquirido en nuestros tiempos mayor difusión se encuentran el Rosario y el Escapulario. En los años de guerra, en millares de casas se han agrupado los miembros de la familia para orar rezando el Rosario. El cardenal Schuster, arzobispo de Milán (+1954) hubo de recordar que si las regiones de su diócesis escaparon a la destrucción preparada por los nazis en su retirada, se debía a la devoción de su pueblo, avivada por él. 106 El escapulario por antonomasia sigue siendo el Escapulario del Carmen, que se dice fue entregado por la misma Virgen al Beato Simón Stock, general de la Orden, en 1250. No han faltado exageraciones y deformaciones del culto (hiperdulía) a la Virgen. Típica fue la aberración de los cartilla 3.indd 106 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Mariavitas, secta de unos 100.000 católicos, formada alrededor de unos sacerdotes, en 1904 en Polonia, que realizaban actos de superstición hacia Nuestra Señora y de idolatría hacia la viuda María Francisca Kozlowska. En compensación, en 1931, con ocasión de otro centenario de Éfeso, se extendió la fiesta de la Maternidad de María y se celebraron manifestaciones marianas triunfales. En 1938, Pío XI concedió a Francia un jubileo extraordinario para celebrar el tercer centenario de su consagración a María. Durante la primera guerra mundial, María fue celebrada entre los combatientes como Reina de la Paz y Madre Universal; y se hizo popular en Italia la Madonnina del Grappa, en unos momentos especialmente trágicos. En la segunda postguerra, es decir, a partir de 1945, la devoción a María ha adquirido caracteres de universalidad con descarriados que buscan a la Madre. En estos años todas las ciudades han celebrado la Pregrinatio Mariae, es decir, se han agrupado en torno de alguna imagen venerada de la Virgen para pedirle socorro e inspiración. Durante el año jubilar de 1950, cuando el Papa Pío XII, accediendo a los deseos del mundo católico, proclamó el dogma de la Asunción, protestantes y anglicanos, en un sitio y en otro, han protestado, como si se hubiese levantado un nuevo obstáculo para la unidad de los cristianos; pero, en cambio, los anglicanos del movimiento de Oxford hacia ya un siglo que celebraban la Asunción y en conjunto, incluso dentro del mundo acatólico, aquel hecho ha puesto más de relieve la figura de la Madre de Dios, aumentando el interés por Ella. Es sintomático el hecho de que circulase en aquel tiempo una vida de Nuestra Señora escrita por un judío racionalista americano (Schalom Asche, autor de Mary). 107 ¡Cuántas conversiones de nuestro tiempo se deben a Nuestra Señora, desde Claudel hasta Alexis Carrell! El comunista cartilla 3.indd 107 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 3 Budenz, entrevistándose con monseñor Sheen, para discutir sobre ciertos escritos polémicos suyos, oyó que le decía de repente: “! Y ahora hablemos de la Santísima Virgen!” El comunista se quedó de piedra, pero aquellas palabras hicieron acudir a su mente el Avemaría aprendida en su niñez, y anheló la paz de la Madre Celestial. Gracias a Ella volvió a la fe. También en nuestros días poetas y prosistas celebran a María. Bloy, Péguy, Verlaine, Claudel, Chesterton, Hopkins, cuya poesía más bella se titula: “La Virgen, comparada con el aire que respiramos”. Jean Guitton ha intentado hacer unas letanías con términos de necesidades actuales, en las cuales invoca a María “Virgen de la reflexión”, “Reina de las sorpresas”. “Reina de nuestras decisiones”. Pues bien, una de sus invocaciones es precisamente ésta: “Virgen mediadora de la Historia”. fgfgfgfgfg 108 cartilla 3.indd 108 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia TALLER Realice un breve trabajo de investigación sobre las más importantes catedrales marianas que hay en el mundo. Describa por favor sus características. REFLEXIÒN Haga su oración meditando la plegaria de San Bernardo a la Santísima Virgen María TEXTOS PARA LEER Lea esto que le será de gran provecho. MARÍA, MADRE DE DIOS, NO ERES MÁS SANTO PORQUE NO ERES MÁS DEVOTO DE MARÍA. (San Bernardo) (caminandocon-maría,org) 109 cartilla 3.indd 109 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 Unidad Didáctica 4 OBJETIVOS ¨¨ Intentamos en esta unidad justificar la Mariología como ciencia teológica desde el momento en que la Madre de Dios es llamada, por participación, a la tarea de concurrir de manera efectiva a la concepción del Mesías, nuestro Señor Jesucristo. ¨¨ La Mariología está íntimamente unida a la Cristología, de la que depende esencialmente. Las dos disciplinas se reclaman la una a la otra. ¨¨ Se quiere rescatar a María Santísima como tipo de la Iglesia, según el parecer del Concilio Vaticano II, y como corredentora en el orden de la gracia, como partícipe de primer orden en la acción salvadora de Cristo. Él, como “causa primera” y Ella como “causa instrumental” y como Madre de la Iglesia. 110 ¨¨ Queremos que el alumno tenga la formación necesaria y para un conocimiento cierto de la Madre de Dios, sin defectos y sin excesos, y en concordancia con el Magisterio de la Iglesia Católica. cartilla 3.indd 110 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia HISTORIA DE LA MARIOLOGÍA La riqueza de las ideas encerradas en los datos mariológicos que se encuentra en las fuentes constitutivas de la Mariología (Escritura y Tradición) ha sido percibida, no de repente, sino progresivamente, ya por los Padres, ya por los teólogos. Tarea propia de la historia de la Mariología es ir rehaciendo con el pensamiento este camino recorrido en esta progresiva explicitación de las diversas verdades o conclusiones mariológicas contenidas implícitamente en las fuentes. Esta historia –según Laurentin- se nos presenta “como una manera creciente en la cual se van sucediendo olas muy distintas. Cada una de estas olas se levanta, culmina, se detiene y muchas veces se deshace antes de que una nueva ola venga a sustituirla” 15. Por razones de orden práctico, dividimos la historia de la Mariología en las cuatro Edades corrientes. Antigua (siglos I-IX), Media (siglos IX-XVI), Moderna (siglos XVI-XIX) y Contemporánea (siglos XIX-XX). La exposición histórica, objetiva siglo tras siglo, del desarrollo de la doctrina mariana a través de los siglos, además de permitirnos lanzar una mirada panorámica a toda la Mariología, sirve para demostrar cómo ésta, lejos de ser una teología de mala ley –como desearían quienes acusan a la Iglesia de Mariolatríaes, en cambio, el desarrollo lógico o la explicación de las formas escriturísticas y tradicionales que constituyen el depósito de la revelación divina. 111 15 Le mouvement Mariologigue á travers le monde, en “la vie spirituelle”, febrero 1952, p.179 cartilla 3.indd 111 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 LA MARIOLOGÍA EN LA EDAD ANTIGUA (siglos I-IX) Siglo I El primero en escribir sobre María Santísima –además de los hagiógrafos- es San Ignacio Mártir, obispo de Antioquía (+107). Combatiendo contra los docetas (que negaban la realidad de la humanidad de Cristo) y contra los gnósticos (los cuales comprometían la realidad de la divinidad, porque lo reducían a un eón, o sea a uno de los intermediarios metafísicos entre Dios y el hombre), San Ignacio insiste en dos puntos: la maternidad divina y la virginidad de María. Tiene también alguna frase en la cual se encuentra, como germinalmente, la idea de María nueva Eva16 Siglo II Un notable paso de avance en el desarrollo de la Mariología fue hecho por San Justino, por San Ireneo y por el autor del apócrifo proto-evangelio de Santiago. San Justino Mártir (ca.110-ca.165), además de afirmar (contra los docetas y contra los gnósticos), como San Ignacio, la maternidad divina y la virginidad de María, enuncia explícitamente, el primero de todos, el célebre paralelismo antitético Eva-María. Estas tres ideas básicas reciben desarrollo más amplio de San Ireneo, obispo de Lyon (ca.140-ca.202) saludado justamente como “el primer teólogo de María”. Efectivamente, además de enunciar la doctrina de la maternidad divina, la prueba con argumentos sacados de las Sagrada Escritura y de la 112 16 Cfr. CECCHINI, A., O.S.M., María nell””economa di Dio” secondo Ignazio di Antiochia. “Marianum”, 14 (1952), 372-383. cartilla 3.indd 112 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Tradición Apostólica: afirma explícitamente la virginidad de la Madre de Dios, tanto antes del parto como en el parto, e implícitamente, la virginidad después del parto; desarrolla además ampliamente el concepto de nueva Eva o Corredentora. Habla de María Santísima como “Abogada de Eva” y como “Aquella que regenera a los hombres en Dios”. El protoevangelio de Santiago, obra de autor católico, además de los detalles sobre el nacimiento y la educación de María Santísima en el Templo, reivindica de manera grosera la virginidad de María Santísima en el parto. Esta es la primera monografía escrita sobre Nuestra Señora. Siglo III Mientras tenemos en Oriente a Orígenes, con sus discípulos Pierio y San Pedro de Alejandría, surgen en Occidente San Hipólito Romano, Tertuliano y San Cipriano. Tres estrellas brillan en Oriente y tres en Occidente. Orígenes (ca.185-254), jefe de la escuela alejandrina, presenta, en sus diversos escritos, sobre todo en las Homilías al Evangelio de San Lucas, elementos para una Mariología muy amplia. Según Sócrates (Hist. Eccl.. VII, 32: PG 67, 812), Orígenes fue el primero que utilizó el término clásico de “Theotócos” y lo ilustró. Alude también discretamente a la maternidad espiritual de María Santísima antes del parto y después del parto. Orígenes es el primero en llamar a María con el término de “Toda Santa”, hecho posteriormente comunísimo entre los griegos. No tuvo, sin embargo, dificultad en admitir en María Santísima algunos pasajeros defectos morales. Fue el primero que interpretó “la espada de dolor” predicha por Simeón en el sentido de dudas en la fe durante la Pasión, motivándolas con el hecho 113 cartilla 3.indd 113 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 de que Cristo es el Redentor de todos, y, por consiguiente, también de su Madre, la cual, si no hubiese tenido algún pecado, no hubiese necesitado de redención. Pierio de Alejandría (+300), según el Códice barrocciano 14217 , compuso un discurso sobre la Madre de Dios. Es éste el primer discurso mariano conocido. San Pedro de Alejandría (+311) parece ser el primero que usó el apelativo –hecho después corrientísimo- “la Virgen”, para designar a María. En Occidente, el primero que escribió sobre María Santísima parece que fue San Hipólito Romano (ca.160235), maestro tal vez de Orígenes. En los preciosos fragmentos que nos quedan de él, fue el primero que usó entre los occidentales el término “Theotocos”. Demuestra, contra los valentinianos, la realidad física de la maternidad divina. Describe, el primero, la Encarnación como las bodas del Verbo con la Humanidad y ve en ella –como ya lo había visto San Ireneo, su maestro- los principios de nuestra regeneración sobrenatural. Para San Hipólito, como para San Pedro Alejandrino, María Santísima es la “Virgen” por antonomasia. San Hipólito es el primero que une el apelativo “santa” al nombre de “Virgen” y bajo la metáfora de “Arca hecha de maderas incorruptibles”, expresa la absoluta santidad de María, la ausencia en Ella de toda clase de pecado. 114 Tertuliano (ca.160-+ después de 220), contemporáneo de San Hipólito, pone en hermoso relieve el paralelismo antitético Eva-María, afirmando, entre otras cosas, que Dios “reconquistó su imagen y semejanza conquistada por el diablo, con una operación semejante a la realizada por el diablo”, “aemula operatione” (De carne Christi, PL 2, 82717 Tixeront, Histoire des dogmes, I, p. 49, n 4. París, 1930. cartilla 3.indd 114 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia 828). Niega, sin embargo la virginidad de María Santísima en el parto y después del parto, y admite en Ella algo de incredulidad. San Cipriano (ca. 200-258) es el primero que, de manera clara y explícita, interpreta en sentido cristológicomariológico el llamado protoevangelio (Gen., 3,15) 18 La razón fundamental de este modesto desarrollo de la Mariología en los tres primeros siglos ha de atribuirse al hecho de que la atención de los Padres y de los fieles estaba concentrada –naturalmente- en el punto central de nuestra fe: Cristo y sus misterios, o sea, la Encarnación y la Redención. La Mariología, por ello, se limita a la parte que tuvo la Virgen en estos dos misterios. Siglo IV Comienza, ya en Oriente, ya en Occidente, un vigoroso desarrollo de la Mariología. Un primer impulso, notable, vino a darlo el Concilio de Nicea (325), en el cual, en presencia del emperador Constantino y de más de trescientos obispos, fue solemnemente definida contra Arrio la consubstancialidad del Verbo, o sea su verdadera y propia divinidad. Un desarrollo mayor de las cuestiones cristológicas ha llevado siempre consigo un impulso también en las cuestiones mariológicas, porque, cuanto más resplandece la figura del Hijo, tanto más resalta la figura de la Madre. 115 En Oriente surgen tres figuras gigantescas. San Efrén de Siro, San Epifanio y San Juan Crisóstomo. Otras tres surgen en Occidente: San Ambrosio, San Zenón de Verona y San Gaudencio de Brescia. 18 Testimonia adversus Iuadaeos, lib. II, c.9.PL 4 272. C-733 A. cartilla 3.indd 115 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 San Efrén de Siro (306-373) es el primer poeta de Nuestra Señora. En sus “Poemas nisibenos” exalta, el primero, con términos equivalentes, la absoluta, la inmaculada pureza de María Santísima, su perpetua virginidad, su misión de nueva Eva, su realeza universal, etc. San Epifanio, obispo de Salamina (ca.315-402), es el primero que escribe dos monografías apologéticas sobre Nuestra Señora: su larga carta contra los Antidicomarianitas y la otra, no menos larga, contra los Coliridianos. Es el primero en proponerse el problema de cómo terminó María Santísima su vida terrena. Duda de su muerte y considera plausible su paso inmediato de la tierra al cielo. Llama a la Virgen “Theotocos” y “Madre de los vivientes”. Es el primer “Doctor del culto a María”. San Juan Crisóstomo (354-407), en sus homilías y comentarios exegéticos enseña la maternidad divina, la perpetua virginidad y la misión corredentora de la Virgen Santísima, admite, sin embargo, en Ella algunas imperfecciones morales escapadas tal vez en un entusiasmo oratorio. En Occidente surge y domina la figura de San Ambrosio (ca.339-397), saludado como el padre de la Mariología latina. 116 San Ambrosio depende mucho de los escritores griegos, especialmente de Orígenes. En su monografía De institutione Virginitate perpetua et sanctae Mariae virginitate perpetua nos ofrece un retrato moral maravilloso de María Santísima, fruto de una penetración admirable de la psicología mariana. La perpetua virginidad de María constituye el punto central, la idea madre de toda su Mariología. cartilla 3.indd 116 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Desarrolla mucho las profecías marianas (Gen., 3,15; Is., 7,14; 11,1 Mich., 5,2), las figuras y los tipos marianos (Eva, Sara, María, hermana de Moisés; la pequeña nube, la columna de nube, el arca, el huerto, etc…). Ningún Padre, antes de él, desarrolló con tanta amplitud y con argumentación tan vigorosa la doctrina sobre la maternidad divina de María. De esta maternidad física respecto de Cristo pasa –el primero de todos- a poner en relieve la maternidad espiritual para con todos los cristianos fundándola en su incorporación a Cristo, que nos viene por medio de María: “desde el seno de María –afirma- se ha difundido por este mundo un montón de grano” (PL 16, 341,343), porque en aquel granito insignificante que era Cristo estaba encerrado todo el trigo, o sea, toda la humanidad. Síguese, por consiguiente, que la maternidad de María se extiende, no sólo a aquel primer pedacito de grano, sino a todo el mundo. María es Aquella que “ha concebido la salvación del mundo”, “ha dado a luz la vida de todos” (PL 16,1.249). Proclama la perfecta inmunidad de María Santísima “de toda mancha de pecado” y alude de manera evidente a la Asunción corpórea. San Ambrosio, finalmente tiene elementos preciosos sobre la naturaleza del culto a María Santísima, sobre la veneración, sobre la invocación y sobre la imitación de Ella, de forma que justifica el título de “Patrono del culto mariano” que le ha dado Harnack. Elementos mariológicos sustanciales (maternidad divina; virginidad perpetua, corredención) se encuentran también en San Zenón, obispo de Verona (+ca.372), y en San Gaudencio, obispo de Brescia (+después de 405). 117 El progreso mariológico fue a desembocar en Siria, y con más exactitud, en Antioquia, hacia fines del siglo IV, en una primitiva festividad mariana, relacionada con la cartilla 3.indd 117 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 Navidad19. Esta “memoria de la Theotócos” dando ocasión a las homilías en su honor, dio también un nuevo impulso al desarrollo de la Mariología. Son dignas de mención las dos homilías de Severiano Gabalitano (+a princ. del siglo V), y los himnos de Cirilón Siro (siglos IV-V). Siglo V Es el siglo de la “Theotocos”, o sea de la maternidad divina –piedra fundamental de todo el edificio mariológico-, declarada dogma de fe en el Concilio de Éfeso de 431, por obra principalmente de San Cirilo de Alejandría (+444), el gran antagonista de Nestorio. En diversos escritos ha iluminado mucho la naturaleza de la maternidad divina de María, y ha exaltado su incomparable dignidad. El entusiasmo demostrado por el pueblo de Éfeso en esta ocasión prueba lo arraigada que se hallaba en el alma de todos los fieles esta verdad. Otro estímulo para abrillantar las glorias de María Santísima l constituye fiesta de María Theotócos, que se celebraba en Jerusalén (el 15 de agosto), hacia la mitad del siglo V, según prueba el Rituale Armeniorum. La maternidad divina y virginal llena de admiración el alma de los oradores orientales, los cuales exaltan, de manera maravillosa, a la augusta Madre de Dios. Baste citar, además de San Cirilo, las homilías de Teodoto de Ancira (+ca.446), de Ático, patriarca de Constantinopla (+425); de Acacio de Mitilene (+ca.438), de San Procio de Constantinopla (ca.390+446) de Basilio de Seleucia (+desp, 458), Hesiquio de Jerusalén (+ca.451), Antipatro de Bostra (+desp.451), Crisipo de Jerusalén (+479), etc. 118 19 Righetti, M., Storia Liturgica, II. Milán, 1946, p.241. Hay trad. Española en BAC. cartilla 3.indd 118 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia En Occidente se señalan en exaltar a la Virgen Santísima San Jerónimo, San Agustín, San Pedro Crisólogo, Sedulio, San León Magno y San Máximo de Turín. San Jerónimo (349?-420) es el “Doctor máximo de la perpetua virginidad de la Madre de Dios”, habiéndola defendido valerosamente contra Elvidio (en su libro De virginitate Mariae) y contra Joviniano. San Agustín (354-430) ha insistido, más que cualquier otro, sobre la participación de María en la Redención del género humano y sobre su maternidad espiritual, indicándonos como fundamento de ella la generación física de Aquel que es nuestra cabeza. “María es Madre espiritualmente… de los miembros de Él (Cristo)…; corporalmente, en cambio, es Madre de la misma cabeza” (De Virg., PL 40,399). San Agustín, por otra parte, en la disputa contra el pelagianismo, es el primero en proponerse de manera explícita y con sus propios términos el problema de la Inmaculada Concepción, y en resolverlo de modo, si no brillante, por lo menos –así nos parece-, suficiente. También San Pedro Crisólogo (+ca.450), San Máximo, obispo de Turín (+desp.465) y Sedulio Celio (el autor de los versos con que se inicia el Introito de la Misa de Nuestra Señora: Salve Sancta Parens…), tiene acentos muy elocuentes, además de otros elementos mariológicos, a la inmunidad de María Santísima de pecado original. San León Magno (+461) en sus obras defiende la perpetua virginidad de María y combate contra los maniqueos, que niegan el nacimiento corporal de Cristo de María. 119 Siglo VI En el siglo VI, se celebraran ya en Oriente las fiestas de la Purificación y de la Anunciación (consideradas, sin embargo, más como fiestas del Señor que de la Virgen), así como las de la Natividad de María, de la Dormición o de cartilla 3.indd 119 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 la Asunción. En Occidente, en cambio, y precisamente en la Galia, en España y en Roma, se celebraba una festividad mariana, festivitas Sanctae Mariae. Este desarrollo de festividades litúrgicas contribuyó no poco, mediante las homilías relativas que ilustran su tema particular, al desarrollo de las ideas mariológicas. Entre los mariólogos orientales de este siglo merecen especial mención San Leoncio de Bizancio (ca.485-ca.543), San Romano músico (+ca.550); Abraham, obispo de Éfeso (siglo VI); San Atanasio I, patriarca de Antioquía (+599). Entre los occidentales son dignos de mención: San Fulgencio, obispo de Ruspe (ca.467-532); San Eleuterio de Tournai (+531), San Gregorio de Tours (538-594), quien es el primero que habla en Occidente de la Asunción corporal de María, y el poeta San Venancio Fortunato (ca.530ca.601). Siglo VII En el siglo VII se instituyen en Oriente las fiestas de la Presentación y de la Concepción. Se distinguen cuatro grandes panegiristas de la Madre de Dios: San Modesto, Patriarca de Jerusalén (+634); San Sofronio de Jerusalén (+638) y Juan, obispo de Tesalónica (+ca.649) 120 San Modesto de Jerusalén testimonia explícitamente la Asunción corporal de la Virgen y expone diversos argumentos para ella. Otro tanto hacen en este siglo, el pseudo-Atanasio e Hipólito de Tebas, mientas que sigue todavía incierto –a causa de la discordancia de los códicesel pensamiento asuncionístico de Juan de Tesalónica. San Sofronio es el primero, en la historia del dogma de la Inmaculada Concepción, que habla de una gracia cartilla 3.indd 120 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia prepurificante, o sea, preservativa (Orat. II in Deip.,18,19; PG 87, 3.248). En Occidente, y precisamente en Roma, en el siglo VII, se celebraban cuatro festividades marianas: Purificación, Anunciación, Asunción y Natividad, como aparece por una constitución de Sergio I (+701) (citada por el Liber Pontificalis, I.p.379), quien la hizo más solemne con la procesión desde San Adriano hasta Santa María la Mayor. Entre los Padres marianos se distingue San Ildefonso de Toledo (+669), el cual, en su tratado De virginitate perpetua S. Mariae adversus tres infideles (PL 96, 51-110), además de defender y de exaltar la perpetua virginidad de María Santísima, canta el himno más melodioso a su Realeza, e insiste sobre la servidumbre que le es debida. Siglo VIII. La Mariología oriental recibe, en este siglo, un nuevo impulso de San Andrés de Creta (+740), de Juan de Eubea (+750), de San Germán de Constantinopla (+733) y de San Tarsio (+806). Llega al vértice especialmente en el De fide ortodoxa de San Juan Damasceno (+ca.749). Todos son testimonio elocuente, en sus discursos marianos, de la Inmaculada Concepción, de la Asunción (excepto Juan de Eubea y San Tarsio, los cuales no tienen nada sobre el tema, de la Mediación y de la Realeza de María). 121 En Occidente se distinguen: San Beda el Venerable (+735), San Ambrosio Autperto (+781), considerado por Morín, como el mayor mariólogo de la Iglesia latina anterior a San Bernardo; Pablo Diácono (+799) y el B. Alcuino (ca. 735-804), quien influyó no poco en la devoción litúrgica mariana. Se inicia en este siglo el periodo de la discusión cartilla 3.indd 121 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 en torno a la Asunción corpórea de María Santísima, y el campo queda pronto dividido en dos partes. La de los gnósticos (capitaneados por el pseudo-Jerónimo, con la epístola Cogitis me, considerada como auténtica) y la de los favorables (capitaneados por el pseudo-Agustín, con su célebre tratado De Assumptone B. M. Virginis, PL 40, 1.143 ss.,considerado también como auténtico, una verdadera obra maestra sobre la Asunción). Las dos partes durante algún tiempo estuvieron equilibradas. Podemos destacar, finalmente, que Ambrosio Autperto, en el Serm. 208 sobre la Asunción, es el primero (adelantándose en nueve siglos a Suárez) en esbozar los fundamentos teológicos de la realeza de María (Madre y Esposa del Rey de Reyes). II. LA MARIOLOGÍA EN LA EDAD MEDIA g (Siglos IX-XVI) Siglo IX En Oriente se distinguen, en este siglo, San Teodoro Estudita (759-826), Epifanio Monje (siglo VIII, autor de la primera Vida de Nuestra Señora), Focio (+891), Jorge de Nicodemia (+860), Teognoste (+890), Teodoro Abukurra (+ca.820), Simeón Metafraste (+ 859) y Nicetas David (+890). La antigua doctrina sobre la Inmaculada, la Asunción, la Mediación y la Realeza de María no sólo es conservada pacíficamente, sino también consolidada y cada vez concretada y determinada más. 122 En Occidente, los benedictinos Ratramo de Corbia (+868) y Pascasio Radberto (+865) discuten sobre el modo como ocurrió el parto virginal de María. Ha dejado, además, varios discursos marianos el benedictino Rabano Mauro (+856). cartilla 3.indd 122 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Comienzan a percibirse los primeros resplandores de la Inmaculada en Aimón de Halberstadt (+853) y Pascasio Radberto. Siglo X Representan en este siglo al Oriente mariológico: León Emperador, llamado el Sabio (+911); San Eutimio, Patriarca de Constantinopla (+917); Cosme Vestitor, Pedro, obispo de Argos (+desp.920); San Juan Geómetra, San Gregorio de Naregh (951-1003), notable mariólogo. Las posiciones anteriores son celosamente conservadas. Es digno de especial relieve el Libro del Tránsito de la B. Virgen María, en árabe, tal vez del siglo X, donde se cuentan numerosos milagros obrados por María Santísima, y que puede considerarse como la primera colección de milagros marianos, preludio de las colecciones que florecerán en Occidente durante los siglos XII-XIV. En Occidente han dejado discursos marianos, en este siglo, los benedictinos Remigio y Aimón de Auxwre, Abón y San Odilón de Cluny (+1049), gran siervo de Nuestra Señora, mientras que la benedictina Roswitha de Gandersheim (+ca. 1022) escribía un largo poema sobre la vida de María Santísima (PL 137, 1.063-1.080), parafraseando el protoevangelio de Santiago. Siglo XI 123 En Oriente, a pesar del cisma de la Iglesia griega (seguida por las poblaciones eslávicas dominadas por Constantinopla), consumado por Miguel Cerulario en 1054, las diversas doctrinas mariológicas continúan enseñándose y defendiéndose. Han dejado, en este siglo discursos marianos de relativa importancia Juan Mauropus (+1050), cartilla 3.indd 123 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 Jacobo Monje y Teofilacto, arzobispo de Bulgaria (+ca. 1107). En Occidente, en cambio, dominan San Fulberto de Chartres (960-1028), San Pedro Damiano (1007-1072), el Cardenal Alberico de Monte Casino (+1088), autor de un tratado –perdido- De virginitate Mariae, y sobre todo, San Anselmo de Aosta (1033-1109) el cual, en su Meditationes y Orationes, añade, a la solidez, una ternura desconocida hasta entonces. Podemos también resaltar que hacia la mitad de este siglo, respecto a la Asunción, se inicia el triunfo de Occidente de la sentencia favorable a la Asunción corporal de María. En este siglo, además, aparece el himno de la realeza de María: la Salve Regina, atribuida ordinariamente al monje benedictino Herman Contratto (+1054). Siglo XII La Mariología oriental se mantiene más o menos estacionaria. Pocos (Juan Furnes, Teodoro Prodromos y Miguel Glykas) y muy pocos hablan de María. En Occidente, en cambio, comienza el período áureo, dominado por la gigantesca figura de Bernardo de Claraval (1090-1153), quien, además de sus Sermones para las cuatro fiestas marianas celebradas entonces y de la célebre Epístola 174 a los canónigos de Lyon, ha dejado una especie de tratadito mariológico, titulado De Laudibus Virginis Matris, el cual está compuesto de cuatro admirables homilías sobre el Missus est, y constituye la primera colección orgánica de Sermones sobre Nuestra Señora. El “doctor melifluo” fue la verdadera alma de todo el movimiento mariano de los siglos XII y XIII. Nadie ha influído tanto como él en los mariólogos siguientes (San Buenaventura, por ejemplo lo cita más de cuatrocientas veces). Él es el verdadero “Doctor de la mediación de María”. 124 cartilla 3.indd 124 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Se une a él Eadmero de Canterbury (+1124), autor del primer tratadito sobre la Inmaculada Concepción; Guiberto de Noguent (+1124), Hugo de San Víctor (+1141), San Amadeo de Losna (+1150), B. Guerrico de Igny (+11511155), Pedro de Cluny (+1157), Arnoldo de Chartres (+1160), el Doctor de la corredención B. Aelredo, abad de Rieval (+1166), Ricardo de San Víctor (+1173). Adán Premostratense (+1178), Serlo Abad (+1178), Pedro Comestor (+1179), Adán de Perseigne (ca.1180), Pedro de Celle (+1183), Felipe de Harveng (+1183), Pedro de Blois (+1200) y Elinando de Froidmont (+1204). Esta es toda la floración de escritores marianos, que hablan con singular elocuencia a la inteligencia y al corazón. En el siglo XII, mientras la sentencia de la Asunción, ha superado el estadio de discusión, alcanza el triunfo la piadosa opinión de la Inmaculada Concepción, tras un período de pacífica posesión, inicia el período de discusión, producido por la festividad de la Concepción, en Inglaterra y en Francia. Sostuvieron el singular privilegio Pedro de Micha, llamado Compostelano; Osberto de Clara, y especialmente Eadmero de Canterbury (+1124?), discípulo y biógrafo de San Anselmo, autor, además del libro De exellentia B. M.V., de la primera monografía concepcionistica con el título Tractatus de conceptione Sanctae Marie, atribuido falsamente a San Anselmo (PL 159, 301-318). 125 El siglo XII, bajo el influjo de San Bernardo, marca un notabilísimo progreso para la Mediación universal de María, tanto en la adquisición como en la distribución de todas las gracias. Además del hecho de la corredención, se comienza a determinar, también, explícitamente, el modo de la misma. El primero en poner de relieve la índole soteriológica de la Compasión de María Santísima fue Arnoldo de Chartres (+1160), seguido de Godofredo de Admont (+1165). cartilla 3.indd 125 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 Se comienza a hablar también, explícitamente, de la cooperación de María Santísima a modo de mérito (Eadmero), a modo de satisfacción (San Bernardo, Arnoldo de Chartres), a modo de sacrificio (Arnoldo de Chartres) y a modo de redención (Arnoldo de Chartres). Con el siglo XIII comienzan, finalmente, a florecer las colecciones de milagros de la Santísima Virgen, efecto y juntamente causa de la confianza universal de los cristianos en el poder y en la bondad de la Mediadora de todas las gracias. Las primeras colecciones se hallan en Francia (Hugo Farsit, Gualterio de Cluny, etc.), y posteriormente en Italia y en España, etc. Siglo XIII En Oriente es digno de especial mención Germán II, Patriarca de Constantinopla (1222-1240), autor de una larga y bella homilía mariana. En Occidente, en cambio, el impulso dado por San Bernardo al dogma y al culto mariano continúa vigoroso a través de todo el siglo XIII y produce sus frutos más copiosos por obra principalmente de Ricardo de San Lorenzo (+desp.1275), autor del amplio Mariale seu de Laudibus B.M.V., libri XII (falsamente atribuido a San Alberto Magno); San Buenaventura (1221-1274); Santo Tomás de Aquino (1225-1274), Conrado de Sajonia (+1279), San Alberto Magno ((+1280), llamado “Secretario y escriba de la Madre de Dios”, etcétera. Todos éstos abundan de tal manera en elementos mariológicos en sus escritos, que han podido dar materia a tratados orgánicos sobre su pensamiento mariológico. 126 En este siglo, con el triunfo pleno de la Asunción, probada con argumentos, convertidos después en corrientes, se intensifica la discusión sobre la Inmaculada Concepción, impugnada por ejemplo por grandes escolásticos –Alejandro cartilla 3.indd 126 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia de Halés, O Min (+1245), San Buenaventura, Santo Tomás, San Alberto Magno, Enrique de Gante (+1293)- y defendida por San Pedro Pascasio (+1300), Guillermo de Ware, O. Min (+ca.1300), maestro de Escoto, demostrada como posible (así como la doctrina contraria) y probable por Duns Escoto (+1308)20 También la mediación y la realeza mariana, por obra especialmente de San Buenaventura, de San Alberto Magno y de Conrado de Sajonia, son iluminadas de manera extraordinaria. La cuestión fundamental de la maternidad divina, así como la de la perpetua virginidad de María, son tratadas con tal amplitud y profundidad, que muy poco han podido añadir a ellas los teólogos posteriores. Aparece también puesta muy en claro la cuestión del culto debido a la Santísima Virgen. Siglo XIV En Oriente nos hallamos en el Siglo de Oro de la teología mariana. Todos los grandes teólogos bizantinos de este siglo (Juan Cabras, Gregorio Palamas (+1360), Nicolás Cabasilas (+1371), Mateo Cantacuzeno (+1356), Teófanes Niceno (+1381), Isidoro Glabas (+1394), Nicéforo Chumno, Máximo Planudes) se emulan en exaltar a la Madre de Dios y sus singulares privilegios, especialmente la Inmaculada Concepción y su gloriosa Asunción. 127 En Occidente, en cambio comienza la decadencia, que se acentúa todavía más en el siglo siguiente, hasta que la reacción contra los ataques protestantes vino a levantar el pensamiento mariológico. Son dignos de mención en este 20 Cfr. Roschini, J., O.S.M., Duns Scote e l”immaolata. Toma, ed. “Marianum”. cartilla 3.indd 127 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 siglo: Raimundo Lull (+1316), Pedro Auriol, O. Min (+1322). B. Pedro Tomás, O.C. (+1366) y Mateo de la Ciudad della Pierve, O.S.M. (+1384), autores los tres de un tratado especial, Tractatus de Conceptione B.M.V.; Dante Alighieri (+1321), Enrique Suso, O.P. (+1365), Lorenzo Opimo, O.S.M. (+1388), Raimundo Giordano (+1381), autor de las Contemplationes de B. Virgine, etc. Continúa en este siglo la discusión- a veces excesivamente viva, especialmente en Francia y en Aragón- sobre la Inmaculada Concepción. La sentencia favorable, como también la fiesta relativa, va ganando continuamente terreno de forma que hacia finales del siglo se hace común entre los franciscanos, entre otros. Además del argumento de suma conveniencia, comienza a aparecer en algunos el argumento escrituristico, tomado de la salutación angélica (en Gerardo Rondel y Pedro Thomas) y del protoevangelio (en Bacon). Los fautores del privilegio excluyen de la Santísima Virgen no sólo el pecado, sino incluso el fomes del pecado. Siglo XV La Mariología oriental está representada por Demetrio Cidonio (+1460), traductor griego de la Suma teológica del Aquinatense; por Manuel Paleólogo (+1425), por José Brientos (+ca.1435), y especialmente por Jorge Scholarios, Patriarca de Constantinopla (+1468), último gran teólogo bizantino, autor de tres interesantes homilías marianas, que ofrecen elementos para un solo tratado mariológico. 128 La Mariología occidental, en cambio, halla dignos representantes en Juan Gerson (+1429), primero en hablar de principios mariológicos, en San Bernardino de Siena (1380-1444), autor de Tractatus de B. Virgine (el primero que encontramos con este título comprometedor, aun cuando no sea en realidad más que una colección de once cartilla 3.indd 128 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia discursos marianos sobre los misterios de la vida de María); en Ambrosio Spiera, O.S.M. (+1455), En San Antonio de Firense, O.P. (+1459); en el Cardenal Juan de Torquemada, O.P. (+1468); en Dionisio el Cartujano (+1471), autor de un doble tratado De laudibus B.M.V.; en Tomás de Kempis (1379-1471) y en Gasparino Borro, O.S.M. (+1498); Bernardino de Bustis, O.F. M. Ob. (+ca.1500) autor de un Mariale que ha tenido numerosas ediciones. Este siglo, a causa de la declaración del Concilio de Basilea (1439), señalase por el triunfo de la piadosa opinión sobre la Inmaculada, que se hace comunísima, mientras que la facultad teológica de la Sorbona, en 1497, condenaba como temeraria, impía, falsa y herética la aserción de fray Juan Morcelle, según la cual no había obligación sub gravi de creer en la Asunción de María Santísima, y le imponía una retractación pública. III. LA MARIOLOGÍA EN LA EDAD MODERNA (Siglos XVI-XIX) Siglo XVI Es el siglo de la discordia entre Oriente y Occidente. 129 En Oriente, en la Iglesia ortodoxa greco-rusa, tras un largo periodo de concordia en torno al privilegio de la Inmaculada Concepción, se inicia un período de viva discordia, que ira creciendo en proporción al favor que va siéndole concedido por la Iglesia católica. Entre los adversarios de la Inmaculada se distinguen Damasceno Estudita (+1577), Juan Natanael, etcétera. Parece, en cambio, que es admitida por Alejo Rhaturos. Comienza y se hace común en la Iglesia greco-rusa la sentencia favorable a la Asunción corporal. cartilla 3.indd 129 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 En Occidente, una violenta oposición contra la Mariología tradicional surge por parte de Lutero, Calvino, Zuinglio y sus secuaces protestantes, los cuales pusieron en duda la evolución homogénea de las verdades de la fe, y negaron la Tradición (como fuente de la Revelación) y el magisterio vivo de la Iglesia, como norma directiva en la interpretación de las fuentes de la Revelación. Basados en estos principios falsos y en otros, especialmente de la naturaleza de la justificación por medio de la fe o fiducia, la figura de la Virgen se vio reducida a las proporciones de una mujer común, llena de defectos, sin misión mediadora, etc. Fue impugnado además, con especial vehemencia, el culto de hiperdulía atribuido a la Virgen, llamado por ellos idolátrico, lesivo del culto debido a Cristo. Se levantaron contra estos errores el Cardenal Tomás de Vio, O.P., llamado Cayetano (+1134); Jerónimo de Hanghest (+1538), profesor de la Universidad de París (con su obra Praeconium sacrosanctae Christi Matris, Virginisque Semper Gloriosae Mariae, adversus ante Marianos propugnacuslum, París, 1529); Tristán de Ascanio (+1540, autor del De Beatissima Virgine adversus impíos Lutheranos, Paris, 1538, y de la Disputa inter hominem et rationem in honorem B.M.V., París 1538); Juan Faber, obispo de Viena (+1541), el cual, como atestigua San Pedro Canisio, publicó una Epístola Apologética para refutar las calumnias antimarianas de Ecolampadio, etc.; Juan Cochleo (+1552), el cual entre otras cosas, escribió un sermón mariano contra Lutero, rebatiéndola con la misma Escritura; Alfonso Salmerón, S.J. (+1595) autor de diversas monografías; San Pedro Canisio (+1597), autor de la Apología más completa de la Mariología, o sea, de la obra De Maria Virgine incomparabili… 21, donde refuta más de un centenar de adversarios de la Madre de Dios, explotando las obras de más de noventa Padres y Doctores y los trabajos de más de ciento diez escritores. 130 21 cartilla 3.indd 130 Bourassé, Summa Aurea, t.8 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Han mantenido en estos siglos e ilustrado las posiciones tradicionales de la Mariología Filiberto Bonnet (1552), autor de un Tractatus de B.M.V. (París, 1556): Santo Tomás de Villanueva, O.E.S.A. (1488-1556), el “Doctor melifluo de España”, Próspero Rosetti, O.S.M. (+1598), etc. También el Concilio Tridentino se ocupó de la Santísima Virgen; respecto a la Inmaculada Concepción, declaró que no era su intención comprender en el decreto sobre la transmisión universal del pecado original “a la bienaventurada e inmaculada Virgen María” (secs.V, Acta, 5, 233, 235, 238, 240). No faltaron quienes pretendieron que se definiera. En cambio, fue definida, según autores de prestigio, la inmunidad de María Santísima de la culpa actual (sess. VI, Acta 5, 799). Siglo XVII En Oriente nos ofrecen elementos mariológicos, en sus escritos, Cirilo Lucaris, Patriarca de Constantinopla (+1638); Gersaimo I. Patriarca de Alejandría (+1638), y Nicolás Cursulas (+1652), todos tres defensores convencidos de la Inmaculada Concepción, contra las negaciones de otros contemporáneos (Metrófanes Critópulos (+1639), Melecio Sigiros (+1664), Dositeo de Jerusalén (+1707), Sevasto Chimenitas (+1702), etc.). También la Asunción corporal continúa siendo admitida unánimemente y es enérgicamente afirmada por Lucaris, por Leoncio Karpovitch (+1620) y por Pedro Moghila (+1646). 131 En Occidente, después de la oposición protestante, surge, en este siglo la oposición jansenista, más contra el culto que contra el dogma mariano, codificada en los flamígeros Monita Salutaria B. Virginis ad cultores suos indiscretos (1673), de Adán Widenfeldt, y llevados a cabo en la reforma cartilla 3.indd 131 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 litúrgica galicana. El opúsculo de Widenfeldt (de sólo 16 páginas) desencadenó inmediatamente una verdadera tempestad: algunos lo aplaudieron, pero la inmensa mayoría se le declaró contraria, provocando, en el breve espacio de un año unos cincuenta escritos, quienes lo calificaron como “ignobile panphlet”, “chiffon téméraire”, “libelle digne de Luther”, “produit de Satan”, etcétera. Aun admitiendo la exageración –propia de toda reacción- , no podemos menos de ver en esos Monita un eco de los prejuicios protestantes del siglo XVI, sobre los abusos relativos al culto mariano, sobre el único Mediador, etc., por lo cual, en 1676, fue puesto en el Índice. Además de Wodenfeldt se mostraron más o menos infectados de jansenismo mariológico G.Launoy (+1678), A. Baillet (+1706) y S. Tillemont (+1698). Combatieron valientemente contra el jansenismo mariológico J. Crasset, S.J. (+1692), H.M.Boudon (+1702), San Juan Eudes (+1680), San Luis Grignton de Monfort (+1716). Ningún siglo como el siglo XVII (si exceptuamos el siglo XX) ha visto una producción mariológica cuantitativamente más abundante, aunque cualitativamente es bastante decadente, excepción hecho del P. Francisco Suárez, S.J. (1548-1617), el cual, el primero entre todos, trató con método rigurosamente escolástico los diversos problemas mariológicos. San Lorenzo de Brindis, O.F.M.Cap. (1559-1619), autor de un Mariale clásico (el primero –a lo que parece- en tratar el problema del primer principio de la Mariología), San Roberto Bellarmino (1542-1621), San Francisco de Sales (1567-1622), el Cardenal Pedro de Bérulle (+1629), Silvestre Saavedra, O.D.M (+1642), Justino Miechow, O.P. (1590- 1689), F. Salazar, S.J. (1576-1646), C.B.Novati (+1648), D. Petavio, S.J. (1583-1652), Juan Olier (1608-1657), Jorge de Roodes, S.J. (1661), Teófilo Raynaud, S.J. (15821663), Cristóbal de Vega S.J. (1595-1672), Hipólito Marraci, O.M.D. (1604-1675), Juan CRASSET, S.J.(1618-1704), etc. 132 cartilla 3.indd 132 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia En cuanto a los problemas marianos, el siglo XVII puede ser llamado el siglo de la corredención, porque en él se advierte, entre los historiadores (alrededor de 130), una doctrina moralmente unánime en torno a la cooperación inmediata de María en la llamada redención objetiva, se comienza además a discutir sobre la naturaleza del mérito corredentor (es decir, si es de congruo o de condigno). En este siglo finalmente se comienza a pedir a la Sana Sede la definición de la Inmaculada Concepción (el primero fue Felipe III, rey de España, en 1619). Siglo XVIII Tanto en Oriente como en Occidente, el desarrollo mariológico permanece más o menos estacionario. En la Iglesia greco-rusa continúan negando la Inmaculada Concepción Juan Lindos (+1796), Nicodemos Aghiorites (+1809), etc., mientras que la admiten Elías Miniatis (+1714), Macario de Patmos (+1738), Macario Scordiles y la Academia eclesiástica de Kiev, etc. Son muchos además los que enseñan la Asunción corporal, o sea Macario de Patmos, Constantino Dapontes (+1770), Dionisio Andiranopolitano, Juan Lindos (+1796), Macario Scordiles, Josè Cornilios, Nicéforo Theótokis (+1800). 133 En Occidente, el siglo XVIII está dominado por dos gigantescas figuras que han tenido un influjo excepcional sobre la verdadera y sólida devoción a la Virgen: San Luis Grignon de Monfort (1673-1716) y San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), el uno con el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, y el otro con las glorias de María. El punto central de la Mariología, tanto del uno como del otro, se halla constituido por la mediación de María, iluminada y defendida de manera singular. Las cartilla 3.indd 133 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 dos obras maestras, en el breve período de dos siglos, han sido traducidas a todas las principales lenguas y han tenido innumerables ediciones (las glorias de María han sido impresas alrededor de 800 veces, de las cuales 120 en italiano). No sin razon Las glorias de María han sido llamadas “el séptimo sacramento del culto mariano” (Juan Marín del Campo) y el Tratado de la verdadera devoción ha sido considerado como “la metafísica de la Mariología” (P. Lepidi.) Contribuyeron al desarrollo mariológico en diversos campos J.Wenner, S.J. (+1746), a.Markel, O.S.M. (+1760), C.M. Shguanin, O.S.M. (+1769), J.C.Trombellini (+1784), V.Sedimayr, O.B.S., etc. IV. LA MARIOLOGÍA EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA (siglos XIX-XX) Siglo XIX Es el siglo de la Inmaculada. Debemos reconocer, sin embargo, que a principios de este siglo la literatura mariana ha de lamentarse de una escasez y de una mediocridad casi sin precedentes. El movimiento mariológico se va levantando lenta, penosamente, hacia 1840. Entre los trabajos que precedieron a la definición de la Inmaculada Concepción, hecho por Pío IX el 8 de diciembre de 1854, merecen especial mención el trabajo de Rivarola (Dissertazione, etc., Palermo, 1822), del Cardenal Lambrushini (L”Immacolato Concepimento di María, Dissert., Roma 1843), del P. Perrone, S.J. (De Immaculato Deiparae conceptu, Roma, 1847) del cual publicó, en 1849, una vigorosa síntesis italiana el P. Bonfiglio Mura, O.S.M; de Guèranger, O.S.B. (Mémorie sur la question de L”Immaculée Conception. 134 cartilla 3.indd 134 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Lyon,1854), señalada por Pío IX a los obispos como “la expresión más competente de la fe de la Iglesia” 22. Hemos de señalar también los volúmenes de los Pareri Dell”Episcopato cattolico, di congregazioni, di universitá, di personaggi riguardevoli, etc., sulla definizione dell”immacolato concepimento della B.V. María. Roma, 1851-1854. La solemne definición de la Inmaculada Concepción suscitó una ola de indescriptible entusiasmo entre los católicos y una viva reacción entre los católicos (ortodoxos, protestantes, etc.). Entre las obras que florecieron a consecuencia de este entusiasmo y por la reacción anticatólica, merecen especial mención los tres gruesos volúmenes de la obra De immaculato Deiparae Semper Virginis conceptu (Roma, 1854), del P.C. Passaglia, S.J. (+1887); el volumen De Immaculata Mariae origine a Dios praedicta, del P.F.S. Patrizi, S.J. (+1881); los dos volúmenes de la obra L”Immaculèe Conception, de Mons.J.B.Malou (+1864), obispo de Bruges; los 13 gruesos volúmenes de la Summa Aurea, de Vourassé (Paris, 1863); los dos gruesos volúmenes de estudios arqueológicos e iconográficos titulados La Vierge (Paris, 1878), de Rohault de Fleury (+1875), los cuatro volúmenes apologéticos de Nicolás, con el título La Vierge Marie (Paris, 1857.1858), y los nueve volúmenes de Roskovány sobre los monumentos literarios relativos a la Inmaculada. 135 Pero el mariólogo más genial y vigoroso del siglo XIX es indudablemente José Scheeben (1835-1888), el cual- según Druwè- “ha consagrado a María las páginas más bellas y más profundas de su Dogmática” 23 Poco después de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción tuvo comienzo –por consecuencia lógica22 DELATTE, Dom Guéranger. París, 1919, t.2.p.12. 23 Bull, de la Soc. Franx. d”Et., Mar., 1936, p.9. cartilla 3.indd 135 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 un movimiento a favor de la definición dogmática de la Asunción. Se publicaron diversos trabajos sobre la Asunción y sobre su definibilidad, entre los cuales podemos citar los del P. Remigio Busnelli, O. F.M. (en 1863), de Mons. Luis Vaccari, O.S.B. (en 1869) de Carlos Bertani (en 1877), de Lana (en 1880), de Iannucci (en 1884) y de Domingo Arnaldi (en 1884), el cual en diversos escritos, puso sobre el tapete la cuestión de la muerte de María Santísima, negándola abiertamente, y encontró quienes le siguieron en esto. Alimentaron no poco la llama de los estudios mariológicos: a) Los documentos del Magisterio eclesiástico, o sea, las Encíclicas de los Papas; la Bula dogmática Ineffabilis Deus, de Pío IX, y las diez encíclicas marianas, sobre el Rosario, de León XIII. b) La publicación de diversas fuentes, como la Colección Patrística, de Migne (en 382 volúmenes), y otros documentos, ya patrísticos, ya litúrgicos. 136 c) La publicación de revistas marianas con fines de divulgación, podemos contar, durante el siglo XIX, una treintena, en varias lenguas y naciones, de las cuales la más antigua parece la titulada Annuaire de Marie ou le véritable serviteur de la trés sainte Vierge, publicada en París a partir de 1838; es sintomática la titulada Le siécle de Marie, publicada igualmente en París desde 1863. d) La celebración de los Congresos marianos, la serie de los cuales comienza con el Congreso Mariano Nacional de Livorno (1895), seguido por el de Florencia (1897) y de Turín (en 1898). e) Finalmente, la fundación de Academias marianas. La “Pontificia Accademia dell” Immacolata cartilla 3.indd 136 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia Concezione”, fundada en 1835 y honrada con el título de Pontifica en 1865 (de la cual quiso ser socio el mismo Pío IX), y la “Academia BibliográficoMariana”, de Lérida, fundada en 1862 por el sacerdote español José Escolá , con el fin de publicar y difundir escritos marianos. Todas estas causas concurrieron a alimentar, por lo menos de manera indirecta, la llama de la ciencia mariológica, como se ve en los diversos tratados de Teología Mariana publicados durante el siglo XIX (Gouthier, Boucarut, Corominas, Depoiz, Mazzola, Haenlein, Hurter, Jamar, Kurz, Oswald) 24 Siglo XX Es el siglo de la Asunción y, en general, el siglo de María por antonomasia. Estimuló no poco la actividad mariológica, precisamente en el alba del siglo, el cincuentenario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, recordado en la admirable encíclica de Pio X Ad diem illum y celebrado con un Congreso Mariano internacional celebrado en Roma en 1904. Además de los tratados marianos más divulgados (Terrien, Schutz, Maino, Muller, Ramoni, Van Combrugghe, Bartmann, Campana, Vassel-Philips, Melkerbach, etc.), se multiplicaron las monografías, especialmente sobre la mediación de María Santísima y sobre cuestiones de índole general (la cuestión del primer principio, mariología bíblica, patrística, textos, bibliografía, etc.) 137 24 El tratado mariológico de Oswald ha sido puesto en el Índice. cartilla 3.indd 137 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 Con la publicación de las Petitiones, hecho en 1944, con el benévolo beneplácito de Pío XII, por obra de los Padres jesuitas Hentrich y de Moos, la atención de la mariología fue casi totalmente absorbida por el problema de la Asunción y de su definibilidad como dogma de fe. Se produjo de esta manera, en poco tiempo, un florecimiento de los estudios asuncionista verdaderamente imponente, el cual contribuyó no poco a preparar la definición de la Asunción hecho por Su Santidad Pío XII el 1 de noviembre de 1950. Ningún siglo puede gloriarse como el siglo XX de poseer una literatura tan rica, ya por su cantidad como por su calidad, con carácter rigurosamente científico. Las causas de este imponente desarrollo mariológico de nuestros tiempos son muchas. Enumeremos las principales: 1. La consagración de la Iglesia y de todo el género humano al Corazón Inmaculado de María (coronada después por la extensión a toda la Iglesia de la fiesta del Corazón Inmaculado de María), hecho por Su Santidad Pío XII el 31 de octubre y el 8 de diciembre de 1942: fue como el principio oficial de la era mariana. 138 2. La proclamación –por primera vez en la historiade un “año mariano”, con ocasión del primer aniversario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, coronado por la solemne proclamación de la realeza universal de María. 3. La erección de distintas Sociedades mariológicas nacionales, con la publicación de sus respectivas revistas, conteniendo los diversos estudios discutidos en las reuniones anuales, a saber: flamenca (1931) (por obra del profesor Bittremieux), francesa (1934), cartilla 3.indd 138 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia española (1940). Portuguesa (1944), canadiense (1953), americana (1950), alemana (1951). 4. Centros o Institutos Marianos Internacionales: el “Centro Internacional Mariano”, fundado en Roma por los Siervos de María en 1938 con diversas iniciativas mariológicas; la “Comisión Mariana Franciscana” fundada por el P. Balic. O.F.M. en 1846, promovedora del I Congreso Mariológico Internacional de 1950, iniciadora de unas seis colecciones mariológicas científicas y organizadora de una “Academia Mariana Internacional”. 5. La erección de diversas cátedras de Mariología (Universidad de Washingon, Ateneo de Propaganda Fide, “Angelicum”, Instituto Católico de Paris, “Antonianum”, Facultad Teológica Romana de los Siervos de María, Menores, Conventuales, Carmelitas, etc.) 6. La erección de bibliotecas marianas: la biblioteca mariana “Pío XII”, de los Siervos de María, de Roma (con cerca de 10.000 volúmenes); la de Banneux, de Bélgica (con cerca de 10.000 volúmenes), y la de Dayton, en los Estados Unidos (alrededor de 3.000 volúmenes) 139 7. La publicación de revistas mariológicas. El “Marianum” (Ephemerides Mariologiae), revista trimestral de la Facultad de Teología de los Siervos de María de Roma, publicada desde 1939, y las Ephemerides Mariologiae”, de los Padres Claretianos Españoles, desde 1951. cartilla 3.indd 139 3/02/15 10:38 a.m. Unidad 4 Permítasenos terminar esta ojeada panorámica con las palabras pronunciadas por el eminentísimo cardenal Pizzardo en la Prolusión del Congreso Mariológico Internacional de 1950: “Esta ciencia y (la Mariología), bajo la dirección del Santo Padre y de grandes teólogos, ha adquirido en estos años un magnífico desarrollo, especialmente por parte de los Padre Roschini, Balic, Filograssi… Mucho se ha hecho, especialmente en estos últimos años, dentro del campo mariológico. Pero mucho queda todavía por hacer. Muchas son las metas alcanzadas, pero muchas más las que quedan por alcanzar. No sin razón María Santísima fue llamada por San Bernardo negotium ómnium saeculorum (In festo Pentec., 2,4. PL 183, 328), el negocio de todos los siglos, puesto que todos los siglos, hasta su ocaso, tendrán para ocuparse en torno de Ella, experimentando cada día más la realidad de aquella célebre frase: De María numquam satis. “De María nunca habremos dicho demasiado” 25 140 25 Alma Socia Roma, 1951. cartilla 3.indd 140 Christi, Acta Congessus…, vol.I, PP.101-103. 3/02/15 10:38 a.m. Radio María - Colombia TALLER Haga una breve investigación y demuestre que la Mariología es ciencia teológica. (encuentra.com). Consultar otras fuentes. REFLEXIÒN Qué provecho le ha dejado en lo personal este curso de Mariología. Medite en los compromisos que desde esta perspectiva surgen en su corazón. (Ojalá los redacte como recuerdo de este esfuerzo) TEXTOS PARA LEER Por favor lea este interesante artículo: La Virgen María en la formación especial e intelectual. Carta de la Congregación para la Educación Católica (catholicchurch.org) 141 cartilla 3.indd 141 3/02/15 10:38 a.m. SINTONÍCENOS EN COLOMBIA App Smartphone www.radiomariacol.org • Antioquia Medellín 1320 AM Turbo 1460 AM Urrao 1450 AM • Atlántico Barranquilla 1580 AM • Caldas Manizales 1500 AM • Cundinamarca Bogotá 1220 AM • Valle del Cauca Cali 1260 AM • Risaralda Pereira 1360 AM • Santander Bucaramanga 1390 AM Socorro 1590 AM SINTONÍCENOS EN DIFERIDO • Antioquia El Retiro 89.4 FM Sonsón 104.4 FM • Bolívar Margarita 89.0 FM • Boyacá Chivatá 89.6 FM Monguí 94.1 FM Socha 94.1 FM • Cesar Valledupar 95.7 FM Aguachica 96.7 FM • Cundinamarca Cucunubá 97.1 FM Chocontá 101.3 FM Fúquene 101.3 FM Gachalá 106.4 AM Mesitas del Colegio 107.4 FM Pacho 94.4 FM Susa 107.8 FM Zipaquirá 107.4 FM • Nariño Boca de Satinga 107.1 FM • Putumayo Puerto Guzmán 107.3 FM 120 cartilla 3.indd 142 • • Sibundoy 107.3 FM Risaralda Belén de Umbría 95.3 FM Santander Coromoro 107.7 FM Encino 88.2 FM Gámbita 101.4 FM Landázuri 107.2 FM Mogotes 103.2 FM Puente Nacional 91.1 FM Santa Helena del Opón 91.2 FM Vélez 107.7 FM Onzaga 91.2 FM CONTÁCTENOS [email protected] FB Radio Maria Colombia Twitter @rmariacolombia Sede Principal Bogotá, Cundinamarca Carrera 21 A No. 151-23 Línea Gratuita Nacional 018000180169 En Bogotá Tel. 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