Los daños del cannabis y el alcohol también pueden ser

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Los daños del cannabis y el alcohol también pueden ser psiquiátricos - correofarma...
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CONSUMO DE 'DROGAS BLANDAS'
Los daños del cannabis y el alcohol también
pueden ser psiquiátricos
Un consumo elevado de las denominadas drogas 'blandas' puede derivar en cuadros depresivos,
ansiedad, síndrome antimotivacional, celotipia, alucinosis, demencia e incluso episodios de psicosis.
Marta Escavias | [email protected] - Lunes, 22 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
España es el segundo país del mundo en consumo de drogas, por detrás de Estados Unidos. Su ingesta, además de una
dependencia psicológica y física y patología física, puede favorecer la aparición de un trastorno psiquiátrico.
Y no sólo en el caso de las drogas duras, como el éxtasis o la heroína, respecto a las cuales la sociedad tiende a la
estigmatización, sino que el consumo más extendido de las denominadas blandas, como el cannabis o el alcohol, también
provoca alteraciones mentales en el individuo que pocas veces son tenidas en cuenta. Así lo denunciaron expertos
reunidos la semana pasada en Madrid durante la presentación del V Programa de Atención Continuada en Trastornos del
Ánimo en Atención Primaria, patrocinado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y
Lundbeck.
En España, la droga más consumida es el cannabis, con una prevalencia del 11,3 por ciento, seguida de los
hipnosedantes, la cocaína, el éxtasis y los alucinógenos, según datos del Observatorio Español sobre Drogas.
El 83% de los consumidores
de tóxicos presenta un
trastorno antisocial de la
personalidad, y un 60%, un
trastorno bipolar
De un consumo elevado de cannabis se presentan síntomas como
desorientación, hipotermia, palidez o crisis de pánico. Su uso preocupa
sobre todo en el colectivo adolescente. "Ha surgido un nuevo concepto
calificado como generación ni-ni; es decir, jóvenes que ni estudian ni
trabajan porque padecen un síndrome antimotivacional, que en la mayoría
de casos es provocado por el consumo de este tóxico", explica a CF
Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet, de
Zaragoza. Éste se caracteriza por la apatía, el retardo motor, una carencia
de objetivos y una falta de interés en el aspecto personal, además de
dificultades en la memoria reciente. Asimismo, "puede dar lugar a
alteraciones como la psicosis, trastornos de la personalidad, ansiedad y
problemas del sistema inmune", advierte José Luis Garavís,
vicepresidente de Semergen.
La edad de inicio a esta sustancia es precoz: 15,6 años en población escolar y 18,5 en general. Campayo critica que la
precocidad se debe a una baja percepción del riesgo entre los jóvenes.El alcohol constituye la segunda sustancia que no
para de escalar posiciones en este grupo poblacional. La Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas entre Estudiantes de
Enseñanzas Secundarias 2008, presentada en junio y realizada en sujetos de 14 a 18 años, reflejaba que el 58,5 por
ciento había ingerido alcohol en los últimos treinta días y uno de cada tres se había emborrachado. Anna Lligoña,
psiquiatra de la Unidad de Alcohología del Hospital Clínico de Barcelona, afirma que este aumento es fruto de un cambio
de mentalidad. "Antes formaba parte de la cultura, ahora se usa como una droga para llegar al punto de borrachera y así
alterar la conducta".
Sea como fuere, lo cierto es que esta sustancia provoca un deterioro psíquico, físico y social. "Genera una destrucción
neuronal que da lugar a una encefalopatía alcohólica y, en consecuencia, se manifiesta la celotipia (problemas de celos y
envidias), depresión, alucinosis, demencia, e incluso psicosis", alerta Garavís. Ésta última es considerada como una de
las más graves, ya que el estado mental de la persona que lo padece sufre una pérdida de contacto con la realidad.
Problema actual
Precisamente, para atajar este problema Sanidad anunció a mediados de enero la puesta en marcha de un programa
especial para la prevención del alcohol en menores. El inicio temprano es especialmente nocivo para el desarrollo
cerebral y puede ser puerta de entrada para el consumo de otras drogas, como el cannabis.
Se estima que dentro de 25 años, el 75 por ciento de patologías que verán los psiquiatras será por adicciones. Y es que
"la ingesta de drogas eleva entre un 5 y un 6 por ciento el riesgo de padecer una patología psiquiátrica", confirma José
Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental de Semergen.
Los principales rasgos de la personalidad asociados al consumo de sustancias tóxicas son la baja tolerancia a la
frustración, impulsividad, hiperactividad, ansiedad, depresión y baja autoestima. En un alto porcentaje, los casos de
patología psiquiátrica aparecen acompañados de una conducta adictiva, lo que se conoce como patología dual. De hecho,
dos de cada tres personas con adicción a tóxicos sufren, al mismo tiempo, alguna enfermedad psiquiátrica. Los expertos
señalan que el 83 por ciento de los consumidores presenta un trastorno antisocial de la personalidad, un 60 un trastorno
bipolar y el 47 por ciento padecen esquizofrenia.
http://www.correofarmaceutico.com/2010/02/22/areas-profesionales/danos-cannabis-a... 22/02/2010
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Por orden de prevalencia, el trastorno antisocial de la personalidad afecta al 83 por ciento de los pacientes que consumen
marihuana o cannabis y el trastorno bipolar, al 60 por ciento de adictos a sustancias estimulantes y anfetaminas.
Hipnosedantes
Además del alcohol, existe otro tipo de sustancias consideradas como drogas legales que están provocando efectos
graves en los centros de salud: los hipnosedantes.
Se calcula que un 2,5 por ciento de la población es consumidora de fármacos ansiolíticos o tranquilizantes, y entre un
10 y un 20 por ciento lo hace de forma esporádica. Su ingesta, al contrario de lo que se piensa, apunta José Ángel
Arbesú, coordinador de Salud Mental de Semergen, "puede dar lugar a problemas de tolerancia y dependencia, tanto
psicológica como física".
En el primer caso, la adaptación del organismo al efecto de la droga genera una necesidad creciente de dosis para
conseguir el efecto. La dependencia psicológica provoca un deterioro del control sobre el consumo de la sustancia
tóxica y la física genera la aparición de abstinencia al suspender el consumo de la sustancia, como son el deseo de
ingesta, malestar general, agitación, taquicardia y dolores musculares.
Estas sustancias son más frecuentes en ancianos. "Casi todos los consumen, ya que en su mayoría el perfil más
común es el de una persona solitaria, normalmente porque se ha quedado viuda, y que trata de buscar una solución
rápida y eficaz a sus problemas de insomnio en estos fármacos ", añade José Luis Garavís, vicepresidente de
Semergen.
En la actualidad, muchos psicotrópicos son utilizados en medicina para el tratamiento neurológico o psiquiátrico
(psicofármacos). Pero, según los expertos, el desvío de estas sustancias para empleos recreativos es un fenómeno
frecuente.
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