amnistía internacional declaración pública

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AMNISTÍA INTERNACIONAL
DECLARACIÓN PÚBLICA
Fecha: 6 de enero de 2010
Índice AI: AFR 36/001/2010
Malawi: Amnistía Internacional pide la liberación incondicional de
una pareja gay
Amnistía Internacional ha instado a las autoridades de Malawi a poner en libertad de inmediato e
incondicionalmente a dos hombres malawianos, Steven Monjeza y Tiwonge Chimbalanga,
detenidos el 28 de diciembre de 2009 y acusados formalmente de “prácticas contra natura
entre varones y ultraje contra la moral pública”.
La policía de Malawi detuvo a Steven Monjeza, de 26 años, y a Tiwonge Chimbalanga, de 20,
dos días después de que éstos hubieran celebrado una “ceremonia tradicional de compromiso”
en el barrio de Chirimba de la ciudad de Blantyre. Según los informes, los dos jóvenes fueron
golpeados por la policía mientras estaban bajo custodia. El 4 de enero comparecieron ante un
tribunal, que confirmó su detención preventiva hasta el 11 de enero. Actualmente están
recluidos en la prisión de Chichiri.
La detención de estos dos hombres únicamente por su orientación sexual, real o percibida,
constituye discriminación y vulnera su derecho a la libertad de conciencia y expresión y a su
intimidad. Las leyes que penalizan la homosexualidad y la identidad de género criminalizan el
ejercicio legítimo de estos derechos humanos, que gozan de protección en tratados ratificados
por Malawi, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos.
En virtud de estos tratados, Malawi tiene la obligación jurídica de respetar y proteger el derecho
a la libertad de conciencia y expresión y a la intimidad, sin discriminación por motivos como la
orientación sexual.
Amnistía Internacional considera presos de conciencia a las personas encarceladas únicamente
por mantener en privado relaciones sexuales consentidas y pide su liberación inmediata e
incondicional.
La organización también ha criticado los intentos de las autoridades de Malawi de practicarles
exámenes médicos anales forzosos para confirmar si habían mantenido relaciones sexuales y
poder así presentar cargos de sodomía contra ellos. El lunes, las autoridades trataron de
obligarlos a someterse a exploraciones anales para determinar si habían “consumado” su
compromiso, pero no llegaron a realizarse porque las autoridades no pudieron conseguir a un
“experto” que las efectuara.
Tales exploraciones anales forzosas, hechas sin el consentimiento de las personas afectadas,
contravienen la prohibición absoluta de la tortura y de otros tratos o penas crueles, inhumanas o
degradantes.
Este tipo de exámenes destinados a “demostrar” que los detenidos han mantenido relaciones
sexuales con otros hombres no sirven para confirmar los actos que se les imputan (que, parar
empezar, no deberían considerarse delitos). Siempre son muy invasivos, abusivos y
profundamente humillantes. Además, los médicos que practican estos exámenes, al hacerlo
contra la voluntad de las personas afectadas, violan sus obligaciones éticas para con ellas. Toda
persona sometida a este abuso debe recibir un remedio apropiado y protección frente a abusos
futuros.
Amnistía Internacional también advierte del riesgo que entraña la detención de Steven Monjeza y
Tiwonge Chimbalanga: los hombres que tienen relaciones con otros hombres (HSH) se verán
obligados a pasar a la clandestinidad, lo cual dificultará el acceso a la información sobre
prevención del VIH y a los servicios de salud. La Estrategia Nacional de Malawi contra el Sida
2009-2013 engloba medidas destinadas a trabajar con HSH para combatir la propagación del
VIH.
La organización ha afirmado los dos jóvenes necesitan el respaldo de su comunidad y del
gobierno, y no la reclusión en una cárcel por su orientación sexual. Deben ser puestos en libertad
incondicionalmente y recibir apoyo para recuperarse de esta experiencia traumática.
Información complementaria
El 26 de diciembre de 2009, Steven Monjeza y Tiwonge Chimbalanga celebraron una ceremonia
tradicional de compromiso en el barrio pobre de Chirimba de la ciudad de Blantyre. La policía
los detuvo dos días después, tras la publicación de la noticia en los periódicos locales.
El 28 de diciembre comparecieron ante un tribunal de primera instancia de Blantyre. El juez se
comprometió a tomar una decisión el 4 de enero de 2010.
El 4 de enero, los jóvenes comparecieron ante el mismo juez, que les denegó la libertad bajo
fianza “por su propia seguridad” y “en aras de la justicia” y dictó detención preventiva hasta el
11 de enero.
El mismo 4 de enero, la policía de Malawi detuvo a Bunker Kamba, activista del Centro para el
Desarrollo de las Personas (CEDEP) en la lucha contra el VIH/sida, por posesión de lo que la
policía calificó de material pornográfico. Bunker Kamba fue detenido después de que la policía
confiscara el material que usa la organización para educar a HSH sobre el VIH/sida. El activista
se entregó a la policía acompañado de sus abogados y quedó en libertad bajo fianza. Según los
informes, la policía también busca a Gift Trapence, director del CEDEP, por el mismo asunto.
Durante la elaboración de la Estrategia Nacional de Malawi contra el Sida en 2009, el gobierno
malawiano realizó amplias consultas, incluso entre HSH, sobre formas de combatir la
propagación del VIH en el país. En septiembre, el gobierno reconoció públicamente la necesidad
de incluir a los HSH en su estrategia contra el VIH/sida.
La doctora Lorna Martin, especialista jefe y directora del departamento de medicina y toxicología
forenses de la Universidad de Ciudad del Cabo, afirma [en una carta dirigida a Human Rights
Watch] que “resulta imposible detectar una penetración anal crónica; el único caso en el que el
examen [anal forense] podría ser de utilidad es el de una penetración anal profunda no
consentida, en la que se pueden observar ciertas lesiones”. Por otra parte, en una comunicación
mantenida con la Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas, el doctor
Vincent Iacopino, asesor médico superior de Physicians for Human Rights y uno de los
principales redactores del Manual para la Investigación y Documentación Eficaces de la Tortura y
otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (Protocolo de Estambul), concuerda en
que “los exámenes anales forenses no tienen ninguna validez a la hora de determinar si ha
habido coito anual consentido”.
La participación de personal médico en exploraciones anales forzosas viola la ética médica. La
Declaración de Tokio de la Asociación Médica Mundial, de 1975, prohíbe a los médicos
intervenir en modo alguno en actos de tortura u otras formas de trato cruel, inhumano o
degradante. Los Principios de Ética Médica adoptados por Asamblea General en su resolución
37/194 de 18 de diciembre de 1982 censuran “la participación activa o pasiva del personal de
salud […] en actos que constituyan participación o complicidad en torturas u otros tratos
crueles, inhumanos o degradantes, incitación a ello o intento de cometerlos”. Además de la no
participación en tales actos, la única relación que el personal de salud puede tener con los
detenidos es aquella cuya sola finalidad sea “evaluar, proteger o mejorar la salud física y mental
de éstos”.
FIN/
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