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Presidentes locos
A lo largo de la historia, los países, para su desgracia, ha tenido todo tipo de
presidentes. Los hubo desde iluminados, que casi se consideraban maestros
ascendidos a una dimensión superior, hasta simplemente, torpes, pasando por
muchas tipologías como la de, claramente, locos. Entre estos últimos voy a hablar
de tres que presidieron su país en nuestra historia moderna. Estos, no robaron,
pero el daño que le causaron a su país, no fue pequeño.
Félix Houphouët-Boigny
Presidente de Costa de Marfil desde 1960 (año de su independencia como
colonia francesa), hasta 1993.
Era conocido como “El Sabio” aunque pasó a la historia, a juzgar por sus
hechos, por lo contrario.
La capital era Abiyán, una preciosa y floreciente ciudad, conocida como “ Le
Petit Paris” (El pequeño París), en aquel entonces tenía unos 600.000 habitantes y
las mejores infraestructuras de Costa de Marfil. Pues bien, su flamante presidente,
decide trasladar la capital a una pequeña aldea del interior de apenas 600
habitantes llamada Yamoussoukro, la cual tenía una ventaja sobre Abiyán, que era
la de ser el poblado de nacimiento del Presidente.
Transforma esa pequeña aldea en toda una capital, con grandes avenidas,
palacios, ministerios, universidades y como era de naturaleza piadosa, tenía que
tener su Catedral, ocurriéndosele hacer una copia del Vaticano, con Columnata
de Bernini incluida, faltándole únicamente un Miguel Ángel para su Capilla Sixtina.
Todo lo que haga falta a mayor gloria de la deuda externa que crecía de forma
insostenible, llegando el país, a estar apunto de ser declarado estado fallido.
Y claro, semejante Basílica no podía llamarse de otra manera: Notre Dame de
la Paix (Nuestra Señora de la Paz), que se creen los parisinos, que solo ellos han
de tener una “Notre Dame”
Joaquín Antonio Balaguer Ricardo
Presidente de República Dominicana en varios periodos comprendidos entre
los años 1960 y 1996.
Si el anterior era conocido como “El Sabio”, este, por otros más oscuros
motivos era conocido como “El Caudillo”.
Este Señor fue 7 veces Presidente y con 94 años, ciego y paralítico, se
presenta por octava vez a las elecciones con resultado desafortunado, ya que
como no podía ser de otra manera, pierde las elecciones. Pero no hablaremos de
sus hazañas políticas (que darían para mucho) con innumerables desapariciones
forzadas de los que de una forma u otra lo increpaban, hoy hablaremos de: El
Faro de Colón.
La idea de Balaguer era eclipsar a los antiguos faraones con un potente faro
construido en la primera ciudad del Nuevo Mundo, Santo Domingo, más bien en
su honor que en el de Colón, sería el Faro de Balaguer, con el cual pasaría a la
historia de tú a tú con el Faraón Gizeh, aunque oficialmente sería el Faro de Colón
para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento de América. Esta sería
una obra universal como la Estatua de la Libertad o la Torre Eiffel, pero mucho
más grandiosa, ya que pretendía que su potente luz fuese incluso vista desde
Portugal.
Esta era la lunática idea (seguro que él lo entendería como: ¿por qué no?,
también podría que ser visto desde la luna) y esto fue la realidad de lo que ocurrió:
El proyecto salió a concurso internacional y para semejante hito se presentaron
455 participantes de 48 países. Algo pasó, no puede haber 455 estudios de
arquitectura tan negados, uno gano el concurso (muy a lo Balaguer) y si tú
quisieras hacerlo peor, no te saldría, es una cosa fea, no solamente fea,
“groseramente fea”.
De entrada, yo que he estudiado Arquitectura, doy fe de que en las escuelas de
arquitectura, el primer día de clase se deja claro el concepto de tipología y una
iglesia, es una iglesia, una torre es una torre, un castillo es un castillo y un faro, ha
de ser un faro. Mal iría el que hiciese una iglesia con forma de faro o un faro con
forma de cruz. Por definición, ya de entrada es una idea equivocada. Pues bien,
salió en vez de un faro una cruz tumbada con tan solo 33 m. de alto y 310 m. de
largo, que parece la sepultura de un gigante de otro mundo del que salen 251
focos que pretenden iluminar el mundo o apuntar a Orión…
La potencia eléctrica que consume es tal, que cuando se inauguró en 1992
consumió literalmente toda la electricidad del País, dejándolo sumido en un macro-
apagón y para más INRI de la esperpéntica cruz-faro, su benefactor, no pudo
verla, no porque se muriese antes de su inauguración, si no, tal vez, por castigo
divino, se quedo ciego por hacer algo tan feo y con tanta vanidad.
Semejante monumento es conocido en Santo Domingo y poco más, no cumplió
sus expectativas y en vez de Monumento al Descubrimiento de América pasará a
la historia como Monumento a la Locura y el Despropósito de “Balagué” (como lo
llamaban los dominicanos).
John Joseph Cahill
Nota:
Pongo un nombre, aunque podría haber puesto otro diferente, en este caso no me
cabrían tanto loco en el título, como méritos hicieron sus innumerables
protagonistas para ser mencionados. Puesto que la culpa suele ser siempre en
todos los países del presidente, para ser más imparcial y que no me acusen de
echarle la culpa siempre al mismo, pongo a su Primer Ministro:
Primer Ministro de Nueva Gales del Sur (Australia) desde 1952 a 1959. Quien
aprueba la construcción de la Ópera de Sídney.
Este caso es un poco distinto a los anteriores, el resultado fue un monumento
de los más singulares que han sido construidos por el hombre, declarado en el
2007 Patrimonio de la Humanidad, pero ¡a que precio!
Costó la caída de un gobierno, 30 veces más de lo presupuestado, la carrera
de un prometedor arquitecto y los tres años previstos para su ejecución se
transformaron en 16
En 1956 se abre el concurso para su proyecto, recibiendo 233 propuestas de
30 nacionalidades.
Un año después se comunica que el concurso ha sido ganado por un joven
arquitecto danés, llamado Jorn Utzon. Este había presentado simplemente unos
bonitos croquis, olvidando tanto él como el jurado que alguien tendría que
materializar esos dibujos (si era posible). Este fue el primer error, la elección de un
proyecto que se carecía de tecnología para resolverlo a un coste razonable.
Para unos, la idea hace referencia a las velas de los barcos, para otros,
caparazones de tortuga en vertical, para los menos poéticos, una gigante vajilla
secándose en un fregadero. En cualquier caso, la originalidad y elegancia del
proyecto esta fuera de toda duda.
Segundo gran error: las prisas.
Se comienzan las obras de forma precipitada. Sin tener resuelto el edificio.
Mientras la más prestigiosa ingeniería del momento intenta resolver las bóvedas,
se comienza la cimentación, también sin estudio del terreno y de los interiores,
grandes ventanales, acústica y otras menudencias…ni hablar en ese momento. El
más torpe del mundo (a excepción de los políticos) no empezaría una construcción
de esa envergadura sin tener resuelto el proyecto, su coste, tiempo y otros
factores decisivos en toda obra.
Otro despropósito: Como pensaban financiar el edificio, pues puestos a hacer
el idiota, hacerlo de verdad. ¡Pensaban financiarlo con una lotería nacional!. Claro
que no se quien sería más incauto, si el político o cantante (se trataba de una
ópera) que se le ocurre tamaño disparate o el constructor que acepta la obra. Yo
también soy constructor y si alguien que quisiese encargarme una obra me dice
que la cosa de cobrar, sin problemas, que para eso haremos una lotería…creo
que me partiría de risa al mismo tiempo que correría todo lo que pudiese para no
ver ni de cerca un segundo más a semejantes cretinos.
Caro, se estima que el presupuesto serían tres millones y medio de $
australianos, y aquí, aparece el siguiente premio novel de la construcción: como
puedes presupuestar un edificio del cual desconoces casi todos los datos de
proyecto y terreno, por desconocer se desconocía hasta si podría ser posible su
construcción o se carecía de tecnología para materializarlo. Entiendo que no
habría problema, se hiciese lo que se hiciera, sería el fruto de una lotería.
El joven arquitecto Utzon se convierte en lo que hoy llamamos un personaje del
corazón. Era apodado como el Gary Cooper danés.
Nada más empezar las obras comienzan los verdaderos problemas. El terreno
resulta ser muy blando y no soporta el edificio. En vez de cambiar la ubicación, se
hace una cimentación monstruosa a base de gigantescos pilotes, comenzando ya
los retrasos y desvíos en el presupuesto. En fin, lo de siempre, se le echaba la
culpa del retraso a la adversa climatología y a los problemas con el constructor
que cada vez le gustaba menos eso de jugárselo a la lotería.
Podría extenderme mucho, pero vayamos al problema más serio: La cubierta.
Durante cuatro años una prestigiosa ingeniería se esfuerza por dar solución a
esa difícil estructura sin resultados positivos y el ingeniero jefe Jenkins, dilucida si
suicidarse o dimitir y llega a la conclusión que dimitir es más rentable y que se
escuerne otro. Nuestro apreciado Calatrava, ya andaba en el ajo…era uno de los
técnicos de la ingeniería y no resolvió la cubierta pero se especializó en
complicarse la vida y se prometió a si mismo que en el futuro sus obras no se
quedarían atrás, que lo de estrujarse el coco para resolver una estructura, tenía su
punto aunque no siempre saliese bien…
Otro joven arquitecto español que también participo en el proyecto fue Rafael
Moneo. Este, fascinado por el proyecto, escribió una carta a Utzon para pedirle
trabajo en su estudio y al parecer no obtuvo respuesta, pero el joven Moneo ya
apuntaba carácter y viajó en coche hasta el estudio de Utzon. Ocurrió lo que tenía
que ocurrir, ¡se debe contratar a una persona con tanta determinación!
Al final, tras resolver las cubiertas y no con poco esfuerzo ser construidas,
nuevamente lo de siempre, las cubiertas tenían que ser recubiertas de azulejos
(los arquitectos son así…) y Utzon viaja incluso a China y Japón en busca de la
textura adecuada a su azulejo. Ya le había tomado el gustillo a eso de viajar y ser
perfeccionista. No contento con los 4 años de dedicación en exclusiva de la
ingeniería para resolver su imposible proyecto, la cerámica sueca Hoganas dedica
más de tres años de investigación hasta conseguir exactamente lo que demanda
el perfeccionista de Utzon. Hoganas aguanta estoicamente, estaba en juego un
pedido de, ¡un millón de azulejos!. La colocación de los mismos fue otra historia…
Quedan los interiores, parece ser que hasta esta élite del diseño evoluciona y
deciden que no harán ningún acabado que no este perfectamente definido y
cuenten con planos, eso si, tomándose años nuevamente como de costumbre
para tal fin.
La falta de respeto a los costes de ejecución, los constantes retrasos, el
perfeccionismo y la autojustificación constante de Utzon, ayudado también por
cuestionadas elecciones, tales como elegir una empresa sueca para fabricar
azulejos para una obra en Australia en detrimento de cualificadas empresas
cerámicas de Australia y pretender hacer lo mismo con los prefabricados de
madera contrachapada para forrar el interior de las bóvedas, fuerzan su dimisión.
El partido Laborista en el gobierno durante 25 años pierde las elecciones al ser
acusado de gastar más de 20 millones de dólares australianos en una obra
faraónica aún sin finalizar y que aunque comiéndose el presupuesto nacional,
básicamente solo beneficiará a Sídney. Acusan al Gobierno también de no
controlar la obra y no escuchar las justificadas quejas de los contratistas
australianos. El nuevo Ministro de obras públicas empieza a ejercer control sobre
el Arquitecto, lo obliga a elegir a los contratistas mediante concurso público y crea
una comisión de seguimiento y control…
El Ministro congela el sueldo de Utzon hasta que este aclaren las cuentas y el
Arquitecto dimite en 1966.
Un estudio australiano retoma la obra y 7 años después es finalizada (octubre
de 1973)
La obra que originalmente había sido estimada en tres millones y medio de
dólares australianos fue finalizada con 102 millones de dólares australianos y
curiosamente, la mayor parte del presupuesto fue gastada después de la marcha
de Utzon.
La Reina de Inglaterra inaugura la Ópera en un acto al que acuden miles de
personas. Utzon no es nombrado en ningún momento.
El prometedor arquitecto destruye su carrera. Nadie o casi nadie le encarga
trabajos y durante muchos años, se dedica a diseñar muebles. Muere en el 2008.
Que cada uno saque sus conclusiones y podemos dejarlo en que bien está lo
que bien acaba.
Interior de la Ópera de Sídney
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