Tercera parte Dramaturgia femenina en el siglo XX: para quitarse la máscara se necesita . mas que un escenarIO / 31 Hacia una poética feminista: la increíble y triste historia de la dramaturgia femenina en Colombia Beatriz J. Rizk Atint ¿Para qué se reúnen las mujeres? antafé de Bogotá, abril de 1992. Durante el Tercer FesStival Iberoamericano de Teatro se desarrolló el foro "La mujer y el teatro" que tuvo amplia repercusión tanto en el ámbito teatral como en la prensa escrita y hablada de la ciudad (Luna, 1992, lB-3B). "¿Para qué se reúnen las mujeres?", parecía ser la pregunta común, que entre admirados y perplejos se hacían la mayoría de los hombres, y no pocas mujeres, dejando entrever, de paso, la futilidad de tal acción. Algunos de ellos inclusive conjeturaban sobre los posibles resultados: "Nos mandan en la casa y ahoratambién nos quieren mandar en el trabajo", alcanzamos a oír en los corredores del Centro en donde se llevaba a cabo la reunión. En todo caso, la recepción al mismo no fue muy cálida, aunque hubo valiosas excepciones entre ellas los promotores del evento. Es de notarse, por tanto, que el movimiento feminista en Colombia ya presenta importan- 234 / Literatura y diferencia tes antecedentes: en 1981, por ejemplo, se realizó el "1 Encuentro de la Mujer Latinoamericana y del Caribe" en Bogotá al que asistieron más de 300 participantes de toda América Latina, y en 1982 se inauguró en la misma ciudad la primera Casa de la Mujer1• ¿Por qué diez años después todavía causa admiración y espanto que las mujeres se reúnan? La respuesta aunque no es obvia es de fácil deducción y es que esta vez la reunión de mujeres se hace en medio de un recinto dirigido tradicionalmente por hombres, y desde su perspectiva cualquier reunión de mujeres, causada en parte por la mala prensa que en general han tenido estas actividades (Portugal 1986, 9), equivale a militar en un feminismo radical y exclusivista que sólo podría ser explicado por la frustración sexual o social, o ambas, de las participantes. ¿Cómo entonces romper esquemas en un país tradicionalmente patriarcal cuya trayectoria teatral en cuanto a la participación de la mujer se refiere, es una de las más pobres de América Latina? Al hacer un balance, basándonos en algunas de las bibliografías sobre literatura colombiana publicadas recientemente,2 tenemos que a partir de mediados del siglo pasado figuran más de cincuenta dramaturgas de las cuales no llegarán a diez las que han sido llevadas a las tablas y posiblemente a cinco las que han tenido montajes profesionales. ¿Cómo aprender a valorar y a establecer la diferencia entre el producto de la mujer y la mujer como producto en una sociedad en la que lo uno va absolutamente ligado a lo otro? ¿y cómo, por el contrario, derribar las barreras de la diferencia sexual entre los dos géneros, origen de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, cuando casi toda su narrativa, teatral o no, aún de Ver Luz Helena Sánchez. "Balance y perspectivas". Movimiento feminis-. la en América Latina y el Caribe. Santiago: Ediciones Isis Internacional, 1986:72-82. 2 HécLOrOJjuela, Bibliografía del teatro colombiano. Bogotá: Instituto Caro y CUClVO,1974. Fernando González Cajiao, "Adiciones a la bibliografía dellcatro colombiano de HécLOrH. OJjuela, 1978", Materiales para una historia del teatro en Colombia. Ed. Carlos José Reyes y Maida Walson Espener. Bogotá: Colcultura, 1978. María Mercedes J aramillo, Ángela Inés Robledo y Flor María Rodríguez-Arenas, "Bibliografía sobre escriLOras colombianas". las mujeres~ Ensayos sobre literatura colombiana. Medellín: Universidad de Antioquia. 1991:283-481. ,y Hacia una poética feminista: la increible y lriste historia... / 235 autoría femenina, como veremos luego, promueve activamente la misma ideología de la diferencia? Es sintomático de esta situación el espectáculo que se dio en el mismo Festival media hora antes del foro femenino. Como parte de un homenaje póstumo al malogrado autor y director José Manuel Freidel se escenificó su Monólogo para una actriz triste. La actriz, vestida con una t6nica, llevó sus lamentaciones sobre el presunto envejecimiento y el temor al olvido hasta el punto culminante en que, ante la sorpresa de no pocos espectadores desprevenidos, se desnudó totalmente, se vistió con otra prenda y continuó su soliloquio tal cual. Se hace evidente que, aparte del valor estético que el desnudo haya proporcionado a la obra, es a través de la "mirada" exclusivamente masculina que estuvo concebida la representación de la misma. Este hecho confirma una de las teorías feministas más difundidas, en el campo de la cinematografía, que traemos aquí precisamente para develar algunos de los mitos y lugares comunes más aceptados en nuestro medio, sin siquiera darnos cuenta de sus inherentes contradicciones. En las artes visuales la noción del espectador ha cobrado singular importancia en el desarrollo de la "crítica de la representación feminista" que ha señalado al hombre como el portador tradicional de la "mirada" y a la mujer como el objeto "fetichizado" de la misma. De esta manera, "la mirada clásicacinematográfica, nos divide entre hombre (voyeur)y mujer (exhibicionista). Mirar, de acuerdo con este montaje del aparato cinemático [extensible sin lugar a dudas al teatro], es desde siempre una cuestión de diferencia sexual". Igualmente, el placer estético se deriva, en gran parte, de la identificación del espectador con el protagonista hombre y su antagonismo hacia la mujer (Freedman, 1990, 59).3 Por esto no es de extrañarnos que para corroborar, aún inconscientemente, los valores dominantes de esta sociedad 3 Barbara Freedman, "Frame-Up: feminism, psychoanalysis, theatre", Performing Feminisms: Feminist Critical Theory and Theater. Ed. Sue- Ellen Case. Baltimore: The John Hopkins University Press, 1990, p. 59. Esta traducción y las siguientes son nuestras. Sobre la teoría feminista cinematográfica ver Teresa de Lauretis, Alice Doesn't: Femenism, Semiotics, Cinema. Bloomington: Indiana University Press, 1984. 236 / Literatura y diferencia no dada a que la mujer tome la posición de sujeto, como en el referido Monólogo, el director haya tenido que recurrir a un código representacional (la mujer desnuda) que le devuelva al hombre-espectador su función de sujeto. Es por estas razones, y por muchas más, que las mujeres se reúnen como quedó claro durante el susodicho foro para reflexionar y activar procesos no sólo que cambien de manera positiva la imagen de la mujer en el teatro, sino que apelen directamente a buscar formas y salidas para deconstruir la "mirada", subvertir los códigos representacionales y reestructurar los cánones tradicionales. Ello con el fin de que la mujer, y el hombre, se empiecen a percibir de otra manera. El teatro femenino y la realidad n el mundo occidental, la historia del movimiento femiEnista, tiene una larga trayectoria. Se emparenta en los años sesenta con los movimientos de las luchas civiles y estudiantiles tomando el nombre de "liberación femenina" e iniciando un "discurso de inclusión y de especificación social" que abrió dimensiones y nuevas perspectivas a todos los proyectos literarios y artísticos del momento (Case, 1990, 4). Pero el feminismo viene de mucho más atrás, de tantas y tantas mujeres que lograron descollar en sus campos y triunfar en un mundo que, si no adverso, tampoco fue propicio a su pleno desarrollo. El ejemplo clásico que nos viene a la mente, en el campo latinoamericano, es el de la mexicana sor Juana Inés de la Cruz. Mas no hay que ir tan lejos, dentro del panorama literario y dramático del País, una escritora como Soledad Acosta de Samper (1833-1913) ilustraría con creces este punto. Autora de numerosos relatos, novelas y ensayos,. experimentó con el teatro dejando por lo menos cuatro obras publicadas.4 Acosta de Samper, casada con uno de los hombres más conocidos de su tiempo, José María Samper, apeló a éste como carta de presentación a su primera colección de obras (Novelas y cuadros de la vida sur-americana), 4 Ver su bibliografía en ,y las mujnrs7: 289-307. Hacia una poélica feminista: la increíble y triste historia ... / 237 quien expresó "su aprobación" y dio el visto bueno "justificando" las actividades irregulares de su mujer: ... Mi esposa ha deseado ardientemente hacerse lo más digna posible del nombre que lleva, no sólo como madre de familia sino también de la noble patria colombiana: y ya que su sexo no le permitía prestar otro género de servicios a esa patria, buscó en la literatura, desde hace más de catorce años, un medio de cooperación y actividad.5 Los comentarios de Samper nos introducen, a su vez, a lo que fue y sigue siendo la médula del movimiento feminista: Feminism begins with a keen awarness of exclusion from male cultural, social, sexual, political and intellectual discourse. (Dolan, 1988,3) [El feminismo nace de la profunda convicción de estar la mujer [y haber estado históricamente] excluida del discurso intelectual, político, sexual, social y cultural del hombre.] Este movimiento nace también con un objetivo y es el de buscar un cambio cultural en los valores no sólo de las mujeres, sino y sobre todo de los hombres. Bastaría con hacemos la pregunta de quiénes han sido siempre las autoridades culturales que han dado la pauta para la canonización del arte, desde que el arte es arte. Y por supuesto que todos sabemos que han sido siempre, hasta ahora, los hombres los que han sentado los precedentes, los que han establecido las normas, los que permiten o no permiten a la mujer, como en el caso de Acosta de Samper, "prestar otro género de servicios". La cultura, por tanto, es una construcción social, no es un producto natural ni mucho menos es propia de un lugar determinado, sino que se hace, y como tal ha estado siempre 5 José María Samper, "Dos palabras al lector". Prólogo al libro de Soledad Acosta de Samper, Novelas y cuadros de la vida sur-americana. Gante: Imprenta de Eng. Vanderhaehen, 1869. Citado por Montserrat Ordóñez en la Introducción a So/edadAcosla de Samper. Una nueva /ectura. Ed. Montserrat Ordóñez. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero, 1988:13. 238 / Li~ratura y diferencia confeccionada y encaminada a vigorizar el poder social absoluto que los hombres han ejercido. De la misma manera, el concepto de la sexualidad, y en primer plano la sexualidad femenina, ha sido siempre una construcción social. En este sentido, o sea en cuanto a la teoría de la construcción de los géneros, el psicoanálisis moderno ha sido sumamente esclarecedor, aunque también terriblemente contradictorio. Desde Freud, quien elabora su "escenario edipal", en términos bastante simplificados aquí, basado en la identificación del hijo con el padre y el consecuente repudio de la madre "castrada", la mujer quedó relegada al lugar indefinido del "otro" en oposición al "uno" o sea al ser completo (el hombre). Lacan, por su parte, afirma la estructuración cultural de la diferencia de los sexos y la mantiene al introducir, lo que él llama, el "orden simbólico" en el esquema freudiano. Sustituye entonces, la fuerza represiva paternal, como agente catalizador para la identificación del hijo, por un padre revestido de cultura. De esta manera el rol de la mujer en esos primeros años de la formación del género, ya sea inconsciente (Freud) o cultural (Lacan) se ha percibido siempre en términos negativos. Al sostener Lacan la inevitabilidad de este proceso en el que el padre pasa a representar la civilización -la autoridad de la ley con todas sus repercusiones jerárquicas-, al ser el dueii.o del discurso y del lenguaje por medio del cual nos volvemos entes sociales y cuyo símbolo central es el falo; la mujer, siempre en su defecto, vuelve a quedar relegada al lado opuesto, o sea al "otro" en desventaja.6 De modo que la subjetividad y la sexualidad femenina han estado siempre representadas de acuerdo con los valores culturales vigentes definidos por los hombres. El teatro colombiano, en este sentido, no ha sido ninguna excepción. Al examinar la dramaturgia femenina que ha surgido a' partir de los años cincuenta, la obra dramática de una de 6 Ver jacques Lacan, Speech and Language in Psychoanalysis. Trad. Anthony Wilden. BalLimore: john Hpopkins University Press, 1968. Ver también juliet Mitchell y jacqueline Rose, ed. Femenine Sexualily: jacques Lacan and lhe Ecole Freudienne. Trad. jacqueline Rose. Londres: Macmillan, 1982. Hacia una ~tica f~minista: la increibl~ Ytrist~ historia ... / 239 las autoras más prolíficas de la época, la cartagenera J udilh Porto de González, nos ofrece un buen ejemplo. Portadora de un estilo de corte realista, aunque a veces sus obras suceden en otros planetas (Pasan los años en la tierra), Porto de González inscribe su dramaturgia dentro de la cultura dominante y encara las relaciones entre géneros y. clases desde la perspectiva del poder falocéntrico tradicional. Si hay crítica social en su obra, como apunta Javier Arango Ferrer ("La autora, dueña de buenas armas para el avance, cambió los temas históricos por los de crítica social en que son tan puntiagudas las mtúeres ... "),7 es una crítica que confirma el sistema prevalente llamando a la "corrección" de malas costumbres y de nuevos hábitos que amenacen el predominio de la hegemonía masculina. Esta opinión parece ser compartida por Roberto Burgos Ojeda en su prólogo a la colección de obras dramáticas de esta autora: En Mesas de juego regresa J udith Porto de González a la actitud analítica, a la incómoda tarea de advertir a la sociedad la inclinada pendiente por donde está caminando hacia su propia destrucción, la mesa del juego es el argumento para la irresponsabilidad, para el abandono de la tarea rectora que tienen las madres en sus hogares; es una campanada de alerta fina e inteligente (1968). Desde un principio, la autora establece una jerarquía de discursos que avala los valores de la sociedad que reflejan sus obras, en cuya escala la mujer ocupa un lugar de inferioridad indiscutible. En la obra 40 grados bajo cero, una mujer en sus cuarenta, Magda, temerosa de envejecer antes que su enamorado más joven que ella, decide hacerse congelar por siete años por un científico famoso. Esta es la opinión del médico sobre la protagonista: URQUIJO: (A Magda) ¡Es usted la Mujer!. .. ¡En su cuerpo sano, en su espíritu soñador, en sus extraordinarias cualidades para impulsar la inteligencia del varón! (1972,45). DOCroR 7 Javier Arango Ferrer, "El teatro y Judith Porto de González", Solapa anterior y posterior a la edición de sus obras, La obra literaria deJudith lbrto de González. Bogotá: Editorial ABe, 1972. 240 / Literatura y difC'rencia En Pasan los años en la tierra aparece el profeta Elías, quien supuestamente fue capturado por extraterrestres y llevado a otro planeta en el que aterrizan la pareja Astro y Nauta. Astro es inevitablemente el sujeto de la acción y por más que le recuerda a Nauta que ha pasado un siglo desde el presente, en que se sitúa el espectador, y que no tiene razón para dejarse arrastrar por defectos de antaño asociados a su género (como el miedo), en el momento culminante en que la vida de los dos corre peligro, Nauta sin vacilar expone la suya: "No, pruebo yo... iTu vida es más valiosa!" (1972, 327). Sobra decir que nunca nos enteramos por qué. En otra comedia de equívocos, Son los chinos, Otilio (¿Otelo?) ultima a tiros a su mujer Eva y al enamorado de una prima de ésta a quien Eva tiene la mala idea de esconder en el armario de su alcoba ante la súbita llegada del tío de las dos. En el acto segundo encontramos a Eva en la antesala del cielo compareciendo ante San Pedro y Santa Rita, su patrona en la tierra. Lo interesante del asunto es que la autora parece justificar el acto a todas luces irracional del marido, y el atropello a la mujer que le cuesta su propia vida, en aras del "honor" supuestamente mancillado: SANTA RITA:¡Yono pude hacer nada! ¡Todofue tan rápido! EVA:¡Yote invoqué! SANTA RITA:¡Esque las apariencias todas te condenaron! (1972, 399). y más extraordinaria todavía es la respuesta que sigue: EVA:¡Es verdad; Santa Rita, hay algo! A mí no me importa morir, pues tengo mi conciencia en paz, pero así, que Otilio quede pensando que le fui infiel... ¡Es horrible! (Solloza) (1972,399). Al final del asunto una vez confirmada la inocencia de . Eva, San Pedro le da una segunda oportunidad regresándola a la vida alIado de su insuperable Otilio. No sucede igual en Lily llamó el sábado. En esta obra la autora nos presenta el caso clínico de una esquizofrénica con doble personalidad: la de antes del ataque de locura y la de ahora, después de haber pasado dos años en un sanatorio. Las dos se disputan franca y abiertamente las caricias y atenciones de José, el marido, quien aporta el punto de Hacia una poética feminista: la increíble y triste historia ... / 241 referencia a través del cual ambas se miden. El conflicto de la obra, aunque camuflado, se resuelve de nuevo alrededor del tema de la infidelidad. José durante la ausencia de la esposa, al decir de los otros personajes en escena -los criados y la suegra- tuvo numerosos amoríos y Lily, por su parte, en un arranque de sinceridad confiesa al marido haberse entregado al médico bajo la influencia de su propia locura. Como es de suponerse, Lily al final se suicida. Su muerte es inevitable pues compensa el orden moral la estructura de la obra. Contemporáneas de la cartagenera son Beatriz Ortega de Peñalosa y Sofía de Moreno. De la primera nos queda una obra La candidata, escenificada por la Escuela Nacional de Teatro en Bogotá en 1964, en la que abiertamente encara el problema de la mujer que decide salir del recinto sagrado de su hogar y entrar en la vida política. Aunque menos encajada en el discurso dominante que su antecesora, Ortega de Peñalosa nos ofrece una visión lúcida de la mujer de su época supeditada a la voluntad del marido: ¿y qué otra cosa quieres que haga un hombre que llega a su casa, rendido de trabajar, y no encuentra en ella a nadie que lo reciba, que lo distraiga? MARIo: Pero si ya te dije que si lo ordenas, me enclaustro aquí, no vuelvo a ver a nadie. CLEMENCIA: (gritlJ11a ya) MARIo: ¿No digo? ¡Siempre los extremos! CLEMENCIA: ... Tú no sabes ya... (llorando) ni conducirnos a tu mujer y a tus hijos... (1964, 11). La problemática de la familia siempre ha sido la de la mujer y en este sentido la liberación femenina, en una primera instancia, lo único que hizo fue agravarla creando tensiones insospechables. Pues la mujer no solamente seguía teniendo las mismas obligaciones y responsabilidades de antes, como agente principal en la crianza de los hijos, sino que se sentía impelida a ganarse la vida y a empezar a participar visiblemente en la estructura socioeconómica de su sociedad. En esta obra encontramos quizás el primer antecedente de escritura feminista en Colombia en el personaje de Laura, descrita en el reparto como "la feminista". Laura, que tiene un papel secun- 242 / Literatura y diferencia dario, aunque opuesto al sujeto de la obra, Mario, declara sin rodeos que lo más importante para la mujer por encima de las obligaciones domésticas es "atender ante todo al más grave problema de este desdichado país: las reivindicaciones femeninas". La obra termina de forma ambivalente. El marido atiende forzosamente las necesidades domésticas del hogar, ante la ausencia de la mujer, pero de acción y de palabra su reprobación es absoluta. Nos imaginamos que la del público también ante el "espectáculo" del hombre con el canasto en sus manos: Hay otras dos [palabras] que yo no encuentro en toda la casa, por culpa de las mttieres demasiado metidas en política y literatura. MARIO: ... ISABEL: ¿Cuales papá? MARIO: (Enfurecido. Con un canasto en la mano) Sentido común! (Telón) (17). Sofía de Moreno representa a ese numeroso segmento de autoras dedicadas al teatro infantil, uno de los campos más elaborados y menos estudiados dentro del panorama de la dramaturgia nacional. Con su esposo, el conocido Don Eloy -Ángel Alberto Moreno-, proporcionó no pocas horas de gozo a la infancia colombiana tanto mediante el teatro como de la televisora nacional. Los títulos de algunas de sus obras son de por sí bastante sugestivos: El abuelo rin-ron, José Dolorcitos, El conde de cuchitril, El matagigantes, entre otros. También nos dejó una curiosa obra de corte naturalista ¿Quién es el culpable? (1977). En ella nos remontamos con el protagonista; identificado con el nombre de "Él", en medio deflashbacks; hasta su más tierna infancia, desde la que ya estaba señalado, predeterminado socialmente, a vivir una vida de hampón y. a morir trágicamente. "Él", en realidad, es una víctima del destino cruel de su madre, venida a menos por su amor a un hombre inferior a su condición social y repudiada por los suyos. Obligada a trabajar día y noche, después de la prematura muerte de su compañero, la madre se suicida cayendo en un horno en el que cree ver a sus hermanas burlándose de ella. El hijo recurre al robo para poder vivir hasta que ya adulto encuentra a una joven decente, "Ella", Hacia una poética feminisla: la increible y triste historia... / 243 quien lo reivindica con su bondad sólo para acompañarlo a mal morir por sus fechorías pasadas. La obra pone de relieve la identificación forzosa del espectador con el perenne antagonismo del hombre hacia la mujer, que en este caso va unido a la lucha de clases. Así se expresa la joven: Ella: Si usted supiera como he tenido que luchar para seguir una carrera, lograr una posición, sin tener que claudicar, ni como mujer decente ni como persona (1977,24). Desde la perspectiva feminista, tanto el naturalismo como el realismo clásico, se inscriben en el orden dominante del discurso de la sociedad pues la reflejan tal como es. Así, como en este caso, no se subvierte la estructura de tipo patriarca1.8 La denuncia social, si la hay, se queda en mera descripción; lo que parece, a veces, consumir el deseo de cambio. Tanto Sofía de Moreno como Beatriz Ortega de Peñalosa pertenecen a esa primera fase de la escritura feminista que creía en forma optimista que el "realismo era capaz de reflejar la <verdadera, historia de la vida de las mujeres de una manera directa e inmediata" (Reinelt 1989, 48), promoviendo de esta forma no sólo su imagen sino un sitio más positivo en la sociedad. Mucho es lo que se ha escrito sobre el patriarcado recientemente. Algunos estudiosos en la materia se han referido a sus orígenes inciertos, otros han observado su proceso histórico que lo ha convertido en ideología y lo ha institucionalizado prácticamente en casi todo el mundo y los demás se han detenido en los mecanismos que lo han pefP.etuado y que garantizan su pemlanencia entre nosotros.9 La escritora Margarita Azurdia en un encuentro de mujeres en Guatemala definió recientemente el sistema como: 8 Sobre el realismo como "forma narrativa" al servicio del disrurso dominante, ver Catherinc Belsey,"Constructing the Subjcct: Dcconstructing the text", en Judith Newton y Deborah Rosenfelt, eds. Feminist Crilici.smand Social Change: Sex, Class and Raa in uteratuTF and CultUTF.Nueva York: Mcthuen, 1985. 9 Fuera de las autoras citadas previamente, ver también Marilyn French, The War Against Women. Nueva York: Surnmit Books, 1992 y Teresa de Lauretis, ed. Femenist Studies / Crilical Studies Bloomington: Indiana University. Press, 1986. 244 / Literatura y diferencia El patriarcado se refiere a la interrelación entre estado de conciencia y la estructura del poder. Esto ha llevado al mundo a una dualidad dominante y destructiva, que nos tiene esclavizadas y esclavizados; prevalece el poder sobre los otros, siendo sus consecuencias la alienación, el autori. . 10 tansmo y l' a VIO lenCIa. Definición a la que nos adherimos aquí. Nada más a propósito para ilustrar el poder del patriarcado y sus consecuencias para la mujer que la obra El hombre de paja (1964) de Fanny Buitrago. El contexto histórico ha sido fundamental para las obras dramáticas de esta autora. En este caso el telón de fondo es la época de La Violencia, aquella nefasta década (1948-1957) de guerras fratricidas entre conservadores y liberales que dejaron un saldo de cerca de 300.000 muertos. En el pueblo de Ópalo, aparece de la noche a la mañana un espantapájaros colgado del árbol principal de la plaza. Este animal, un "signo icónico plurisemántico" (Andrade y Cramsie 1991, 37) que representa la amenaza de destrucción próxima es, también, la imagen de un país, un poder, en estado de total inercia ante la violencia desatada en su seno. El personaje central, J afet, es un escritor que llega al pueblo en busca de inspiración y de alguien que lo mantenga. El trasfondo histórico presta su esencia narrativa a la obra, la cual confiere al hombre la posición de sujeto de la acción y a la mujer la de objeto, subordinada a las necesidades de éste. Las cuatro mujeres principales que aparecen en escena, incluyendo a la niña / mujer mendiga, se constituyen en el "otro" en relación al sujeto dominante. Éste es el dueño tanto del discurso como de las relaciones de poder que se reflejan unas en otras. Es J afet el único, como bien dice Maria Mercedes. Jaramillo, "que no siente miedo por el hombre de paja; pertenece a una esfera social diferente y superior, donde el individuo no se siente controlado por el terror" (1991, 256). 10 Margarita Azurdia. Ponencia leida en el Encuentro "La mujer latinoamericana y el desafio de la creatividad" en Guatemala, febrero de 1992. Citada por Maria del Carmen Fellecer de Farrington, "Mujer, un nuevo desafio", Prmsa [ilm, Guatemala, 27 de febrero de 1992:51. Hacia una poética feminista: la increible y triste historia... / 245 La representación de la "Otredad", o de los personajes feme-ninos, por el contrario, está hecha de manera negativa. Ellaspersonifican no sólo el objeto del deseo masculino; sino que también en calidad de opositoras del sujeto, están supeditadas a su dominio y servicio.Estánconstruidas, en otras palabras, para validar el dominio del hombre en el seno de la sociedad patriarcal. De esta manera se expresan ellas de sí mismas: MAESTRA: Soy una cretina ... (Alterada) Un perrito faldero que corre en cuanto le haces una señal. Pero se acabó. No quiero rebajarme como "Bella" y esa ramera de Berta Tirado . Detesto a esa mocosa y a todo lo que tenga que ver contigo . (1964,31). Berta, quien mantiene a Jafet, no se queda atrás: BERTA:Oh papi. Ya deja ese sujeto en paz. Sólo es un muileco de paja .... (Paladea su trago a sorbitos melindrosos). Te vi con esa mosquita muerta de la maestra. Hace rato que la veo corriendo, muy apurada, detrás de ti.... (1964, 35). JAFET:No fastidies. BERTA:¿Qué culpa tengo yo? No colgué ese monigote. Tú tampoco (Chillona) Te sirvo whis\..)'del mejor ... No me interesa el resto (1964, 35). Al llamado del interior del hotel-café en donde se requiere la presencia de J afet, éste le recuerda para qué es buena: JAFET:Berta, pierdes dinero ... Tus clientes necesitan un trasero para pellizcar (1964, 38). Para Berta es obvio que todas las mujeres, incluyendo a la niña, son "perras husmeando tras él" (1964,38), Yno está muy lejos de la verdad pues inclusive Bella, la esposa del médico, quien hace su aparición en el segundo acto lo busca para "estar con él", lo que confirma de paso la opinión que el propio J afet tiene de ella: JAFET:Te conozco. Cuando ves un hombre te desesperas bajo la falda. ¿No pudiste conseguir otro que no fuera él? (1964, 41). Al fmal cuando J afet firma su sentencia de muerte al cortar de un navajazo la cuerda del ahorcado, su posición respecto a la "otredad" no puede ser más clara: 246 / Lit~ratura y dif~rencia (Histérico) ¡Estoy vivo! Aunque haya sido un parásito, una larva alimentada por las mujeres, un imbécil que ... (Acezante) Puedo liberarme. Puedo ... (1964, 57) JAFET: A veces para poder hablar y ser oída, la mujer tiene que tomar la posición del hombre dentro del disrurso dominante. Es indudable que Fanny Buitrago comparte la construcción social y rultural que ha perpetuado el patriarcado y limitado la representación de la mujer a la "otredad"Y En efecto, esta autora es una vehemente anti-femenista; no ve ninguna diferencia entre la escritura ma~01lina Y la femenina (en su caso partirular tiene toda la razón) y deplora los esfuerzos de las mujeres por "marginalizarse" a quienes rulpa de la "exclusión" que ahora sí empieza a notar de parte de los hombres: Mientras escribo, veo con pavor cómo los espacios se van cerrando. En Colombia, donde nunca hubo distingos entre autores, ya comienzan a presentarse ciclos que incluyen únicamente literatura femenina. Mientras, en los acontecimientos verdaderamente importantes se deja a un lado a la escritora. No porque fuese la intención inicial de sus colegas. No. Muchas narradoras y poetas lo han propiciado con sus intenciones de "rescatar, o aislar, la obra . ." escnta por mUjeres . 12 En su última obra de teatro publicada, Final del avemaría (1991) ruyo trasfondo histórico es la "guerra sucia" que ha victimizado al pueblo colombiano a partir de 1985 aproxi- II Debemos aclarar aquí que nuestra lectura de la obra es desde la perspectiva feminista y que no discutiremos otros juicios, estéticos o no, que la obra haya podido suscitar en su momento. Fuera de los estudios citados antes, ver Frank Dauster, Historia del teatro hispanoamericano, siglos XiX y XX. México: Ediciones de Andrea, 1973, Fernando Gonzálcz Cajiao, Historia del lea/ro en Colombia. Bogotá: Colcultura, 1986 y Lucía GaraviLo, "El hombre de paja: una aproximación semiótica y hermenéutica", Revista de Estwlios Colombianos, 5, 1988:35-40. 12 Fanny Buitrago. "El verso aquel y el sexo aquel". QJtimera 9, 1991: 28. Reproducido en la Antología de Andrade I Cramsie con el título: "La literatura es buena o mala; no femenina ni masculina", en la que a instancias de la autora y a causa de su rechazo por aparecer en un libro dedicado a mujeres, sólo publicaron el primero y el tercer acto de El hombre de paja. Hacia una poética feminista: la increíble y triste historia... / 247 madamente, enmarca la vida y muerte de un prelado (en la que adivinamos la saga de monseñor Óscar Arnulfo Romero de El Salvador), su visión de la situación femenina no ha cambiado gran cosa. La mujer sigue relegada a un segundo plano, es la asesora del marido y en el mejor de los casos su portavoz. El "saber", por ejemplo, es cuestión de hombres y absolutamente perjudicial para la mujer: ANFITRIONA: No le hagas caso. Hoy le dio la manía de "saber" y se ha empacado un vodka doble . AMIGO1: Saber es peligroso, querida Eso querían las mujeres de Barba Azul y les costó muy caro (1991, 136). Los diálogos entre hombres y mujeres denotan una sociedad en la que la diferencia del sexo es abismal y el intercambio de mujeres parece ser la norma: HOMBRE:Hay que comprar acciones tabacaleras, es lo que dicen ... MUJER:Lo mejor es tener una casa en Miami ... por si acaso ... HOMBRE: Los secuestradores dólares por su rescate ... pidieron veinte millones de MUJER:Tenía un vestido divino, perfectamente divinooo, y ella es una loba espantosa ... HOMBRE:El gobierno se niega a implantar la pena de muerte . MUJER:La dieta más agradable es la de las mareas y la luna . (1991,135). Entre todo este grupo de la alta burguesía capitalina descuella de pronto la Esposa 3a. quien parece empezar a concientizarse de su situación de objeto, rebelándose sorpresivamente durante un encuentro clandestino con su amante: EsposA3a.: (Rechazándole sorpresivamente) ¡Tú, respétame! ¿Qué te estás creyendo? (Indignada realmente) Yo no soy la hembra de nadie. Tengo nombre" (1991, 141). Las disyuntivas que se le abren en un mundo aparentemente tan adverso la conducen al manicomio. Está por demás decir que Fanny Buitrago trabaja con estereotipos y cuando un personaje los rompe por fuerza es castigado. Sus personajes femeninos siguen modelos de conducta que, si 248 / LiteralUra y diferencia bien "ponen en relieve los rasgos otorgados a cada sexo y su significado frente a <lasestrategias de conocimiento y de poder, que han pennitido el dominio de un grupo sobre el otro" (Mora 1982, 8), no presentan el menor asomo de autocrítica. En este sentido es muy probable que Enrique Buenaventura tuviera razón, cuando en 1982 a raíz de su presentación de la obra Opera Bufa en Nueva York, nos respondió en una entrevista para la televisión norteamericana, el porqué su dramaturgia favorecía los papeles masculinos y había tan pocos personajes femeninos importantes. Creo que vale la pena traer aquí su respuesta para contextualizar el trabajo no sólo de Buitrago sino de las demás autoras que están trabajando en esta misma época: Pero, bueno algunas veces dicen que no hay suficientes papeles femeninos en las obras. Y esto es un problema bastante complicado de todas maneras porque no depende de la buena voluntad de nadie, porque en la actualidad es el grupo el que hace las obras. Pero no es problema de voluntad, es un problema sociológico, un problema más complicado. Digamos que es un problema de toda la sociedad, no es un problema del teatro (Rizk 1991,252). Hacia una poética feminista A partir del decenio de los ochenta la teoría y la práctica r1feminista tanto en el mundo de las letras como en el del teatro ha ido cobrando auge. Nuevas voces se suman al repertorio nacional que ya no temen llamar a las cosas por su verdadero nombre. Algunas mujeres también empiezan a tener puestos relevantes en sus instituciones. Entre las más visibles, Patricia Ariza, actriz y miembro del grupo de Teatro La Candelaria, fue asimismo la direc- . tora de la Corporación Colombiana de Teatro por una buena parte de la década. Ariza, de participante activa en la escritura colectiva de las obras del grupo, pasó a escribir directamente para el mismo. Su obra, El viento y la ceniw (1986) trata el mito de la Conquista visto al revés. En vez de "pepitas" de oro, los Conquistadores regresaron a la madre patria con más deudas que antes y costales llenos de sueños rotos. Como al coronel "quien no tuvo quien le escribiera", Hacia una poéúca feminista: la increible y triste historia ... / 249 estos conquistadores polvorientos vivirán lo que les quede de vida en espera de una pensión que nunca llegará (1991). La mujer está presente en la obra aunque corno siempre, e históricamente, en los roles secundarios de madre, prostituta, vieja, entre otros. Otras, corno Beatriz Camargo, después de pasar varios años con el grupo de teatro La Candelaria, torna su propio camino experimentando con las técnicas de Eugenio Barba y su teatro antropológico. La obra que presenciamos en la Cárcel de Mujeres El Buen Pastor de Bogotá en 1988, lleva por nombre Eart y fue dirigido por Bernardo Rey. En esta obra se unen el ritual con el mito y todos los mitos en un mito, el de la madre-tierra-naturaleza, tal corno la autora misma lo explica: ... la cultura es consustancial a la tierra, que es la Magna Mater y que a su vez puede ser Isis, Bachué, María, Ceo, yo, una actriz del Ática, una campesina del Magdalena medio o de Ráquira, donde las mujeres amasan el barro y prolongan la vida.13 Rastreando a través del tiempo y de la historia en pos de la requerida "múltiple etnicidad" que proponen los antropólogos barbianos, Camargo reivindica el matriarcado dándonos un personaje madre, medio herbolaria, medio pitonisa --que también nos trae a la mente a la inevitable Madre Coraje de Brecht con carreta y todo-- en busca de su hija perdida, Omaira, símbolo de la "memoria del pasado" que hay que recobrar. En este caso, Omaira representa a todas las niñas extraviadas y desaparecidas del mundo, y en particular a la criatura que llevaba este nombre y que todos vimos morir, prácticamente ante las cámaras de televisión, atrapada por los escombros durante la catástrofe de Armero en 1986. En el campo de la producción y dirección teatral es innegable la labor de Fanny Mikey quien a través de tres Festivales Internacionales de Teatro hasta la fecha (1992) Y de sus numerosas producciones en el Teatro Nacional que ella dirige, ha ganado al público citadino para el teatro. 13 Beatriz Camargo, cilada por Juan Carlos Moyano Ortiz. "El eterno femenino en el teatro de Beatriz Camargo", El EspecllJdor. Magazin Dominical, 309,23 de marzo de 1989:6. 250 / Lit=ltura y diferencia Otro grupO, Esquina Latina de Cali, cuyo director Orlando Cajamarca define como "un grupo de hombres con una mujer" (Aída Novoa), organizó un Encuentro de Teatro Internacional, "Mujeres en Escena" (1990) en el que participaron grupos de mujeres de toda América Latina. Surgen algunas agrupaciones femeninas en el País, entre éstas, la más interesante proviene de Medellín. El Taller de Teatro "El Chisme", a instancias de Paula Van Ginneken, que en 1987 se dirigió a Urabá, en el norte del departamento de Antioquia, para desarrollar una labor de investigación acerca de las mujeres de la región. La vida de estas pioneras quienes tuvieron, en muchos casos, que abrir trochas en la manigua para construir con sus propias manos sus hogares y proveer a sus numerosas proles el sustento diario, se refleja en obras que han llevado por títulos Jióces (1990), Como el azúcar la sal (1990), Sonidos de mujeres (1991) YRitos (1992). Utilizando la danza contemporánea el grupo, dirigido por Beatriz Marín, ha dejado un testimonio vívido de la saga de estas mujeres olvidadas del mundo, habitantes de una de las regiones menos favorables "para la calidad de vida humana": "mujeres atrincheradas en sus casas ...••, "mujeres cocinando ...", "mujeres soñando ...." Mujeres del gesto / invocadoras de pieles y caricias embargadas / de procesiones amorosas nómadas por el yo / insatisfecho / mujeres con muerto guardado en el asunto de todos los días / mujeres atrincheradas en sus calles... (Marín, Ritos, 1992, 56). Es "La soledad", el nombre que los miembros del grupo le dan a la vida cotidiana de las mttieres de Urabá. AtribULO curioso y lípico de la experiencia femenina que, como veremos confirmado en otras obras, es el precio que tienen que pagar estas mujeres batalladoras por su "exceso de aUlonomía", la mayoría de la veces forzada. En efecto, los· documentos que este grupo de trabajo de investigación ha recopilado (Tardes abrasadas), muestran hasta la saciedad la facilidad y la libertad con que el hombre va y viene y se vuelve a ir en pos de la Carmen, o la Rosa, o la Maria, siempre más joven que la compañera, sin que los cinco, seis u ocho hijos de la unión cuenten para nada en estas decisiones. Otro grupo de mujeres como La Máscara de Cali, integrado por Lucy Bolaños, Claudia Morales, Pilar Restrepo y Hacia una poética feminista: la increible y triste historia... / 251 Valentina Vivas, ha planteado de forma directa una problemáúca femenina que promueve una "conciencia de cambio": Hablar de una conciencia de cambio es lo más dificil porque eso implica pensar por uno mismo y a las m~eres siempre se nos ha pensado de "tal y cual forma" y en esta permanencia hemos estado por mucho tiempo actuando muchas veces -la mayoría de las veces- en nuestra contra. 14 En sus obras, María FaTTar (1983), Noticias de María (1984) e Historias de mujeres (1987) re-escriben para su momento histórico personajes y obras del pasado (un poema de Brecht, cartas de las mOI~as portuguesas) haciendo obvia su relación con un presente en el que la mujer no está en mejores condiciones. Pese a los adelantos aparentes, por el activismo de algunas mujeres en casi todos los campos, las estadísticas nos devuelven a la realidad: las mujeres hacen de dos-terceras a tres-cuanas panes del trabajo del mundo, producen el 45% del alimento que se consume globalmente y aún así todavía devengan tan sólo el 10% del salario mundial porque en la economía global, el trabajo de la mujer (muchas veces no remunerado y relacionado con la producción y mantenimiento de la vida humana y de las fuerzas naturales) no se considera trabajo (Countrivon, 1992, 8). De manera que empiezan a surgir nuevas voces, ya indiscutiblemente feministas, en el campo de la dramaturgia nacional. Algunas provienen del mundo literario como la reconocida autora de ficción, Albalucía Ángel, otras del mundo teatral como Adelaida Nieto y unas terceras se desenvuelven en los dos como Piedad Bonnett. Albalucía Ángel ha escrito dos obras de teatro: Siete lunas yun espejo (1991)y La manzana de piedra (1983, inédita). Ninguna de las dos ha sido escenificada, lo que también 14 Pilar Restrepo, "Historia de mujeTl!s en el teatro", El País. Magazin Dominical, Cali, 30 de agosto de 1987:3. Citado por María Mercedes Jaramillo, NUi!lJ() teatro colombiano: artey política. Medellín: Universidad de Antioquia, 1992:305. 252 / Litrratura y diferencia demuestra la dificultad de llegar a las tablas cuando se trabaja desde fuera del mundo teatral. Observación que abarca igualmente a los hombres. La primera obra es un concierto polifónico compuesto por seis mujeres famosas, algunas reales (Virginia Woolf, George Sand, María Antonieta, Juana de Arco) y otras no (Alicia, la del País de las Maravillas y Julieta, la de Shakespeare) y la" escritora". Los personajes masculinos, como en los libros de cuentos, están representados con los nombres genéricos de Cazador, Zorro y Soldado, quien por su oficio es fácil deducir que representan las fuerzas represivas tanto en el mundo verdadero como en el de la fantasía. El lugar del encuentro fortuito de todos estos personajes es un bosque, que puede ser encantado o no según el cristal con que se lo mire. El objetivo de este singular encuentro es una indagación sobre las causas que han tenido a la mujer excluida, o que han distorsionado su imagen, tanto en el discurso histórico como en el cultural. Para permitirnos un acercamiento crítico a su representación como sujetos en la historia, la autora hace uso de la técnica del distanciamiento brechtiano (Verfremdung) y desfamiliariza a estas mujeres famosas removiéndolas de su contexto inmediato y colocándolas en una región anti-histórica. De modo que al revisar la forma como las mujeres han estado visualizadas en diferentes momentos de la historia, la autora nos obliga también a cuestionar la validez de cualquier pragmática cultural que haya estado ajena a la voluntad de estas mismas mujeres. Esta, por ejemplo, es la opinión de Virginia Woolf sobre Juana de Arco: Para nosotras las mujeres usted no es otra cosaque una criatura con el coraje de una leona que cuida suscachorros, de una m~er que cumple su destino, iluminada y cris-· talina. Usted recuperó para la historia de la mujer el valor y el verdadero peso que ellas merecen (1991, 30). Ellas abarcan una amplia gama, desde las más seguras de sí mismas que vivieron su feminismo contra viento y marea, hasta las frustradas que aparentemente no fueron capaces de pensar y actuar de manera independiente. Las lecciones son muchas y es quizás ese tono prescriptivo, mantenido casi en toda la obra, lo que le resta impacto y Hacia una poética feminista: la increíble y ulSle hisLOria... / 253 teatralidad a la misma. Entre las que llevan la voz cantante es quizás Vrrginia Woolf la más directa: y no falta mucho trecho para que las mujeres se despierten un día con la misma sensación de las aves que atraviesan los vientos, a vuelo tendido ... Con el sabor de haber cruzado el laberinto y desafiado el Minotauro ... Las mujeres tenemos que saber que también poseemos ese poder. No sólo el poder mágico y delicioso de servir durante siglos de espejo de aumento para que los hombres se vean dos veces más hombres, más reyes, más poderosos ... (Pausa) más ... (1991, 22). Alicia, representa a la juventud, a la aprendiz de escritora, de mujer. Su perspectiva del mundo, en lo que respecta a las necesidades de la mujer que quiere ser escritora, contrasta violentamente con las masculinas en el mismo caso: y si yo quiero ser escritora cómo diablos hago para gananne la comida y cuidar a los niños y a mi marido y barrer la casa y limpiar los platos y preparar los teteros, cambiar pañales, y hacer las compras y aplanchar, remendar las medias, las camisas... (Con tono más y más desalentado) ... y cocinar el almuerzo ... y la comida ... y hacer los desayunos ... y limpiar el baño, las ventanas, fregar el piso, sacudir las alfombras (Con gesto de exhausta se deja caer en el piso) iUffif... ! iMadre mía! (Dándose un golpe en la cabeza) iY pagar el arriendo ... ! Y entonces ¿cómo es que quieren que haga? (1991, 61). Sin embargo, no es mímesis lo que sugiere Ángel al contraponer a Alicia a todas estas figuras históricas. El espejo no es para que se vean reflejadas como modelo sino más bien en el sentido que lo interpreta María Mercedes J aramillo, de "cóncavo fiel [que] devuelve una imagen degradada del personaje que apunta a su degradación moral" (1991, 231) al haber aceptado como dogmas tantos sofismas y doctrinas ajenas a sus propios intereses. Hay que buscar alternativas, como bien dice George Sand: "Hay que educar a la mujer, para ayudarla a salvar del laberinto que el hombre teje alrededor de su moral, de sus sentimientos, de su sexo..." (1991, 49). 254 / LileTalUTa Y diferencia Si Albalucía Ángel utiliza en esta obra al teatro como metáfora de la historia, en La manzana de piedra, usa la vida cotidiana de tres generaciones de mujeres, Mariana abuela, Mariana madre y Marianita escritora, para desenmascarar más íntimamente la coerción ejercida desde siempre por el medio. El lenguaje connotativo es fundamental en esta obra. La abuela, por ejemplo, saca a relucir una tradición católica enraizada hasta lo más profundo de la psicología de su personaje. Ella es la "heroína de lo cotidiano", la dadora de vida y la hormiguita trabajadora, silenciosa y laboriosa, que no sirvió sino para "cocinar, limpiar, coser, remendar, rezar... consolar ... Una que otra vez ayudar a traer criaturas a este valle de lágrimas" (1983, 57). Su vida se desarrolló en medio de las luchas civiles que han asolado los campos colombianos con tanta frecuencia. Un mundo en que las mujeres conquistadas por la fuerza pasaban a ser las esclavas de los hombres, o sus mozas con mucha suerte, y en el que los hombres morían fusilados: Dicen que a Derian s6lo le dieron dos años, porque como es militar ... El código de honor, dijeron. Y no sé de cuál de los honores hablan ellos... de códigos escritos por los señores generales. o los señores jueces, o los señores curas ... (\983, 17). ABUELA: La madre pasa la mayor parte del tiempo en el teléfono. Pertenece a esa clase de mujeres acomodadas que se dedican a pasar el tiempo murmurando con sus amigas a falta de un quehacer verdadero. Con su falta de educación y de independencia son las fieles continuadoras del patriarcado cuya incomprensión ante una nueva generación de mujeres pensantes es evidente: Contradecir: eso es todo. Yono entiendo nijota de tanta jeringonza en que anda metida, yo ya había advertido que la Universidad era ne- [asta... ¿De dónde habrá sacado esa bendita muchacha esas ideas de escribir y creerse un hombre? (1983, 9). MARIANA MADRE: [refiriéndose a Marianita} Marianita escritora, es el sujeto de la acción, de la narrativa, del deseo y tiene plena conciencia de su situación en el mundo: Que la mujer que no tenga conciencia del estado real en que está el mundo y en que ella misma está por culpa MARIANITA: Hacia una poética feminista: la increible y triste historia ... / 255 del culto exclusivameote masculino a lo que la naturaleza les donó como simple instrumento de placer y de reproducción ¡es mujer ciega-sorda-y-muda! (1983, 47). Es indudable que Ángel forma parle del grupo de mujeres que se ha dedicado a revisar los cánones históricos, literarios y culturales vigentes hasta la fecha. En el discurso de la mujer hay temas cuyo uso reiterado ha sido constatado por la crítica. Algunos de ellos, como señala Gabriela Mora, son: "la repetición de ciertos estereotipos la pasiva, el ángel de la casa o la devoradora de hombres, la madre abnegada, la soltera amargada, etc.", "el problema del matrimonio desgraciado", "la rebelión marital", "el motivo del suicidio", "la repetición de imágenes expresivas de encierro y escape", "las construcciones metafóricas del concepto volar", y "la frecuencia del tipo confesional" (1982,6-7). En este sentido Una voz en el espejo (1989) de Adelaida Nieto, presentada por el Teatro Nacional de Bogotá en 1990 bajo la dirección de Pepe Sánchez y con la autora en el papel principal, representa la obra quintaesencial de la mujer contemporánea en cuanto agota todos los recursos temáticos mencionados antes y añade otros igualmente típicos de la experiencia femenina. La pieza es la clásica historia, en estilo confesional, de la mujer (Bárbara) que tiene una carrera teatral y la abandona para casarse con un "buen partido" y dedicarse a las labores del hogar. Después de diez años de vivir a la sombra del sujeto, su marido, y de representar el rol característico del "otro", al servir tan sólo de reflejo de la representatividad masculina, sobreviene la crisis. Es, pues, la historia de una mujer que decide pasar vacaciones en el centro de la ciudad en el apartamento de Poncho quien fuera su amante en su época de actriz. Al pasar revista a su vida, en un soliloquio compartido con Poncho, Bárbara se coloca en una "posición de intimidad" que abre alternativas hacia la autocrítica y la reflexión, recursos poco explorados en el contexto de la dramaturgia, ya no sólo femenina, en Colombia. Creemos, como cuestiona Gabriela Mora que la autodefinición "sí precede necesariamente a la autoaserción" y que es uno de los caminos para que la mujer pueda salir de la ignorancia en que la 256 / ü¡.,ratura y dife...,ncia sociedad la ha mantenido. 15 Posición que, por otra parte, parece compartir la autora: Me había llegado la hora de romper mi espejo, en el cual me reflejaban llena de seguridades que he ido recogiendo por ahí, a lo largo y ancho de la vida, pero que empecé a sospechar me pertenecieran. 16 Autorreflexión y teatralidad están yuxtapuestas en esta historia de dos mujeres: la del presente, Bárbara, que se confiesa ante nosotros y la de María Pizarra, prostituta que fue llevada a la horca en el siglo XII, y a quien la primera representó teatralmente no pudiendo "quitársela de su piel". Este collage de las dos vidas superpuestas capitaliza los efectos de la interferencia. Así, el cruce de las identidades y la interrupción frecuente de la narración, nos evita la identificación con el melodrama potencial de la obra. Además, como en algunas de las obras discutidas aquí anteriormente, al interrumpir el presente dramático con el pasado histórico, la autora predispone al "público a entender la identidad femenina como una construcción cultural e histórica cuyas causas y consecuencias constituyen el drama que se desarrolla ante nuestros ojos" (Diamond, 1990, 97). Por otra parte, esta misma fragmentación en la presentación del texto y la inclusión de la historia como parte de ese proceso identificativo, apela, como en el caso de Albalucía Ángel, a un acercamiento crítico al "discurso histórico", lo cual se ha convertido en una característica fundamental del pensamiento, teoría y práctica feminista en el posmodernismo actual. La voz es de singular importancia puesto que con ella se emite el lenguaje y éste, como ya vimos, en términos lacanianos es el portador de la "civilización" y con ella del autoritarismo y de la represión. No otra cosa señala Bárbara, cuando por primera vez en su vida se siente dueña desu expresión: 15 Gabriela Mora. "Critica feminista: apuntes dcfmiciones y problemas", 8. Mora está citando a Sandra M. Gilbert y Susan Gubar, TM MadWoman in 1M Attic. The Woman JoJ7ilerand 1M Nineleenlh Cenlury Literary Imagina/ion. New Haven: Yale University Press, 1979. 16 Palabras de la aulora en el programa. Haria una poéfica klllilJil!lla: la inll'elbl~ y trble historia ... (Derrotada) ... Y podría rcsumir almorzando cu el colegio, donde después por ahí en la calle, dondc no y ahora con.Joaquín, quc no hay de BARUARA: /257 mi vida así: Trece al-lOS era pmhibido hablar; hahía con quiéu hablar, qué hablar (198~),2:\). Es también por medio de la voz poética que escuchamos a María Pizorra, quien siempre habla en vcrso, diciendo las verdades quc son tan vicjas como "la profcsión más anti¡,rua ele! mUlHlo": Estas manos con las que colmé de cal'icias el cuerpo de mis vcrdugos me darán la l1\ucrtc antes de que cllos I1\C traigan al fraile confesor, que no voy a pedir perdón a Dios por lo que cllos deben enmendarsc: quc nació la prost ilución por la ncccsidad del varón y no por la nucsIra (1989, 43). MARÍA: Por 01 ra parte, al cOlllrario de Albalucía Ángel, el espejo de aquí sí devuelve la "mirada" rompiendo la ilusión del espacio teatral, deconstlllye y subvierte la organización aparentcmcnte perfecta de una vida gastada en aras de la comodidad masculina. De ahí lo de la voz, porquc es cl inst rumcnto por medio del cual se está reflejando ya no la realidad, sino el simulacro de la realidad. Igualmente, como en un jnego de espejos, la imagcn reflejada de la aelriz contrarrcsta con el sentido de dispersión del slueto que la mira (en este caso la protagonista) produciendo la separación necesaria que la empujará hacia su propia muerte. En cuanto a nosotros, los espectadores, se supone que . debemos dejarnos atrapar por un doble conocimiento. En éste, tanto la voz como la imagen desempefian un papel fundamental para deconstruir la identidad femenina que se niega a seguir cumpliendo la función social administrada por el marido. En este sentido, Bárbara utiliza la condición de su propia vida, que está dispuesta a sacrificar, para denunciar el orden patriarcal y violento de la sociedad que la oprimc. Esta es una de sus conversaciones imaginarias con el marido a través del espejo: Tanto que hablas de dialogar con la oposición, con los ¡:{uerrillems, con los narcos, con todo el l1\undo, mcnos conmigo en la casa. Aunque pensándolo bicn, es mejor que no se te haya ocurrido dialogar conmigo porquc con todos BARBARA: 258/ l.ileralura y diferencia los que has dicho que vas a dialogal~ simuh.áneamenle planeando acabarlos (1989, 23). est¡ls En el difícil mundo dc los hombres cn que las Illlúeres lÍenen que negociar y luchar por un sitio propio arriesgando el perder la "legitimación paternal", como bien dice Susan Suleiman "muchas veces lo que se les cspera es la locura o el suicidio" (1990, 18). Si le añadimos a esto la angustia de estar para siempre escindida cntre sus necesidades y las de los que se han formado tras siglos de falsas expectativas y concesiones, la mlljer que toma couciencia de su situación real en el mundo está condenada a vivir en medio de IIn mar de eternas contradicciones. Nieto aborda este tema, también sintomático de la escritura feminista, con lucidez: Pemaua ... s('nl ía que ya no puedo ser feliz en ninguna pane ... en Iní han existido siempre dos mujeres, una desesperada y perpleja que tiene la sensación de estar ahogándose, y olra que <¡uiere dar entusiasmo y sonrisas a la gente y entrar en escena como si fuera a un escenario, ocnhando sus venladnas emociones, porque son deuilidades y desconsuelo ... (1989, '15). HARBARA: Tanto como volal~ el suicidio ha sido siempre una metáfora de la libertad. Bárbara opta por este último. La idcntidad femenina y su construcción social vuelve a ser el tema central de la singular obra, Galo por liebre, de Piedad Bonnelt. La autora partió de la historia que sirvió de molÍvo de inspiración a la piezaJacke wie Hose de Manfred Karge, para elaborar la suya. Galo por liebre se estrenó en Bogotá en 1991, b<úo la diI'ección de Ricardo Ca macho y con la actuación de Laura Carda. La novedad de la obra estriba en la manera en que la autora desarrolla el tema y el formalo intertextual de la misma. La anécdota surge de la decisión de una mujer de vestirse de hombre para poder obtener sus privilegios, entre ellos el de ganarse la vida, en una sociedad patriarcal. Es un tema bastante explorado en la dramaturgia occidenlal. Fuera de Karge, la autora en tm addendum a la obra, da cuenta de las novelas El empleo (1933) de Bertolt Brecht, de El cargo de confianza de Ana Seghers, y de la obra de teatro de Bruno Bayer y EIsa Pierce, La señora Ilaldie los que aparentemente se inspiraron en lIn artículo de un diario que contaba este hecho singular. Hacia una pol!tica feminista: la increible y triste historia... / 259 En la literatura inglesa George Moore recoge la historia en su libro Celibate Lives (1922), posiblemente del mismo artículo del diario, el que se refería a un camarero de un hotel famoso de Dublin cuyo sexo femenino sólo fue descu17 bierto hasta después de su muerte. Esta misma historia fue adaptada al teatro por Simone Benmusa, con el nombre de La vida singular de Albert Nobbs. La pieza, dirigida por la misma autora, se representó en París, Londres y Nueva York al comenzar la década de los ochenta. El punto de contacto aquí es que tanto Benmusa como Bonnett utilizan el mismo tema por las mismas razones: colocar a la mujer como sujeto y hacer un comentario sobre el aspecto material de la "representatividad" del género en nuestra cultura, como bien señala la investigadorajill Dolan, al discutir otros casos similares: A woman playing a man, por the traditional representation ofWoman, is quoting gender ideology, holding it up for crilique. By standing outside her gendered character, the performer makes gender available for discussion. When the assumed gender role does not coincide with the performer's biological sex, the fictions of gender are highlighted (1988, 116). [El representar una mujer el papel de un hombre, o la representación tradicional de la mujer, es citar la ideología de los géneros, exponiéndola a una crítica. Al salirse fuera del género de su personaje, la actriz hace que el género pueda ser discutido. Cuando el género asumido del papel no coincide con el sexo biológico del actor, el carácter ficticio del género está siendo realzado.] De esta manera, seguimos con Dolan, el género se convierte en un gestus social, un gesto que representa la ideología circulante en las relaciones sociales (1988, 116). Esto equivaldría a decir también que el género es real siempre y cuando se pueda representar por medio de sus manifestaciones materiales más reconocidas, lo que Bonnett hace precisamente en su obra. Oigamos a Ester Ramírez-Ulises Silva en su primera salida con sus compañeros de trabajo: 17 George Moore. "Albert Nobbs". CelibaJe Lives, 1922. Citado por Ellin Diarnond, "Refusing the Romanúcism ofIdenúty." Ftrf01ning Feminisms, 99. 260 / üleratura y diferencia ... Tomar era de machos. La garganta me ardía, me lloraban los ojos. Aguardiente y cerveza, cerveza y aguardiente; la prueba de mi hombría tuvieron esa noche. Hablan de francachelas, de tetas y de culos, de pendencias antiguas, manosean el rabo de la joven muchacha. Veo dientes y lenguas, todo cerca y lejano, soy Ulises, repito, soy un macho / machote hombre de pelo en pecho, tengo güevas de acero (s.f., 13). Por otra parte, la dualidad actriz-personaje es fundamental para lograr la distancia (muy brechtiana por cierto) necesaria para revertir la "mirada" y hacer que de simple "voyeur" el espectador pase a re-leer, de manera crítica, lo que está viendo en escena. Lo que, al decir de la misma autora, fue uno de los objetivos iniciales de la obra: "Una de las cosas que nos interesó sobremanera a Ricardo Camacho y a mí fue conservar el carácter no realista de la obra, intentando hasta cierto punto conservar, de manera evidente para el público, la dualidad actriz-personaje a través del monólogo" (s.f., 4). Otro de los aspectos relevantes de la división arbitraria de los géneros, es decir, de la construcción convencional del hombre como sujeto y de la mujer como objeto, es el uso de la violencia que ha problematizado siempre la relación entre ambos, especialmente en cuestiones de sexo. Ester desde muy joven se ve forzada a lidiar con su sexualidad en un mundo en que la opresión parece ser la regla general. Así, por ejemplo, ella describe su primera experiencia sexual de la siguiente manera: Mi primer amante fue un chofer de taxi. Era alegre, buen mozo y parrandero. Andaba desvirgando una tras otra después de prometerles tierra y cielo. Yo también era virgen y en la lista me puso y alzó vuelo (s.f., 8). Es evidente que la distancia que ella pensó anular en relación al sujeto dominante al vestirse de hombre, se reproduce inmediatamente cuando es confundida con un Hacia una poética feminisla: la increible y triste historia ... / 261 homosexual y tiene que soportar los desmanes del capataz de la fábrica, en Estados Unidos a donde emigra, hasta que es descubierta y golpeada. Bonnett, al igual que Nieto y Ángel en las obras discutidas antes, se reapropia del cuerpo femenino, trascendiéndolo más allá del género sexual o sea de su idealización fálica. Esta idealización de la sexualidad femenina ha hecho que más de una escritora, sobre todo en el ámbito del pensamiento feminista francés, afirme que en realidad sólo ha habido un sexo, como observa Luce Irigaray: "Lo femenino ocurre solamente dentro de los modelos y leyes que han diseñado los hombres. Esto implica que no hay realmente dos sexos, sino uno solo. Una única práctica de representar lo sexual". 18 Bonnett re-escribe el cuerpo femenino a través de un lenguaje descriptivo que no tiene pudor al enfrentar su sexualidad: "Debajo de la cobija siento mi piel, toco mi vientre, toco mis senos; pero.yo no tengo senos, tengo huevos, huevos de macho y un buen empleo en estos tiempos de mierda" (s.f., 15). Más adelante al responder ella misma a la distancia insalvable que puso entre su cuerpo femenino y sus deseos como mujer, Ester, sujeto y a la vez espectador, observa: "Mujer, mujer de veras. Miro mi desnudez frente al espejo, con ojos nuevos, como reconociendo los senos sofocados de jamás haber sido, la cintura, la cintura sin brazo que la ciña hace tiempo, el sexo anonadado, el sexo muerto" (s.f., 36). Pasamos ahora al estilo de la obra. Se ha dicho con relativa frecuencia que de todos los recientes ismos ninguno ha estado más cerca a la deconstrucción que el feminismo. En la búsqueda de un estilo, de una forma literaria que contrarreste la tendencia lineal, la ambición hacia la unidad que presentan las estructuras narrativas del discurso fálico con las que ha afirmado durante siglos su autoridad y supremacía; el feminismo ha apelado a la invención, o reactualización de estructuras, que multipliquen las posibilidades narrativas para deconstruir el discurso anterior. 18 Citada por Teresa de Lauretis, "Sexual IndilTerence and Lesbian Represcntalion", Perfonning Femenisms: Feminist CriticaJ Theory and Theater. Ed. Sue-ElIcn Case. Baltimore: TheJohn Hopkins Univcrsity Press, 1990:18. 262 / Literatura y diferencia Esto se ha logrado, en parte, por medio de recursos estilísticos ya utilizados por la vanguardia, como son el collage, el pastiche, la parodia, el montaje, entre otros. El descrédito de toda aserción divisoria entre significado y significante en el signo, como entre forma y contenido en la obra, ya sea literaria o teatral, se hace evidente en obras como la de Bonnett. En esta se han rechazado todos los modelos de representación anterior a favor de un discurso discontinuo. Así, a través del corte y la segmentación, tanto de la estructura como de la interpretación, la autora nos entrega una serie de identidades con las que además, como decíamos antes, es imposible identificarnos por la esencia ambivalente de la protagonista, al mismo tiempo objeto y sujeto, plenitud y ausencia, totalidad y fragmentación. Además, si el collage es una de las formas preferidas del posmodernismo por su poder deconstructivo y al mismo tiempo re-constructivo; la intertexualidad se ha convertido en la forma escritural del fin de siglo, desde que fue anunciada por Kristeva (1978). En la presente obra, quizás la más firmemente emplazada en el posmodernismo entre todas las discutidas anteriormente, se hace evidente la pluralidad de su discurso. Ello a causa de su carácter intertextual logrado por la inclusión de poemas, romances, slogans y trozos de cuentos. Abriendo nuestro tema, no podemos concluir este trabajo sin dedicar unas cuantas líneas a la dramaturgia feminista ... escrita por hombres. El tema de los derechos de la mujer, de la apropiación del papel de sttieto por la mujer, de la desmitificación femenina, la idealización fálica de la que hablábamos anteriormente, entre otros, han sido temas tratados, y con bastante éxito, por hombres. En abril de 1992, la dramaturga mexicana, Sabina Berman dijo en una conferencia internacional que una de las obras más feministas que se habían escrito en su país, -la cual llegó recientemente a su función número tres mil-, fue Rosa de dos aromas de Emilio Carbadillo. 19 Igualmente, una de las obras más feministas que se han producido en Colombia en los últimos tiempos, a nuestro 19 Sabina Berman. "Latin American Theatre Today Conference". University ofKansas, Lawrence, Kansas, abril de 1992. Hacia una poética feminista: la increible y triste historia ... / 263 parecer, es Maria es-tres de Fabio Rubiano Orjuela (1991), presentada en el Teatro Popular de Bogotá, TPB, y dirigida por el mismo autor. Como bien dice el programa de la obra Maria es-tres parte "de una reflexión sobre la novela María de Jorge Isaacs, pero no es su adaptación". María y Efraín, multiplicados por tres personajes cada uno, apelan a uno de los mitos más entrañables de la cultura colombiana: la mujer pura y sin mancilla, mitificada en el personaje femenino de la novela romántica por excelencia que es María. Mito que conforma por partida doble "los conceptos bipolares respecto a género que subyacen en la socialización de hombres y mujeres en la América Latina: el machismo y el marianismo". Del machismo ya hemos hablado bastante, nos interesa ahora la definición que la citada escritora chilena Ximena Bunster presenta del marianismo: MARlANISMO. Mariología, o el culto a la Madre Virgen es el culto de la Sllperioridad espiritual femenina, aquella que encarna simultáneamel1le el ideal de crianza / maternidad y castidad. Se espera que las mujeres modelen sus papeles femeninos siguiendo este modelo perfecto inspirado por el catolicismo penetrante.20 Más que re-escribir María, parodiando su contenido, Rubiano re-escribe los personajes, con clara intención iconoclasta, tumbando cualquier modelo que María haya podido dejar. Desde la María-musa que inspiró a Efraín: MARíA1: No soy María Soy tu musa Tu instrumel1lo Tu trenza Un vestido de encajes Una epilepsia atravesada en tu bella carrera Tres metáforas en el poema de amor que le compusiste a esta virgen con convulsiones ... (1991, 4). hasta ganar a María para la vida, aunque sea paradójicamente a través de su propia muerte: 20 Ximena Bunster. "La tortura de prisioneras políticas: un eSludio de esclavitud sexual femenina". Informe del Taller feminista global para la Organización contra el lráfico de mujeres, Rouerdam, Holanda, 6-15 de abril de 1983. Citado por Ana María Portugal, "Qué es ser feminista en la América Latina?", Movimiento Feminista en la América Latina y el Caribe, 13. 264 / ü~rarura y diferencia MAR1A2: Blasfemo cuando hay que rezar MARlA3: Escupo cuando hay que perdonar MAR1A2: Maldigo si hay que coser MAR1A3: Me orino si tengo que delirar MAR1A2: Me río si tengo que escannenlar MAR1A1: No muero de epilepsia, muero de disculpas, de órdenes infecciosas, muero de certificados, muero de costura, de rezo, de tener que queriendo no tener nada que ... (1991,4). En este momento en la dramaturgia occidental una de las prácticas más importantes que se está haciendo, mediante relecturas y re-escrituras de obras, es la apropiación de las producciones culturales importantes del pasado, por medio de la inversión de la simbología. Ello se observa cuando se le otorgan aspectos positivos a los considerados hasta ahora negativos para la mujer y viceversa, como lo hace Rubiano. Maria es-tres es un comentario y un homenaje más que válido no solamente hacia una mujer que existió en el siglo pasado, en la hacienda de El Paraíso del Valle del Cauca, sino a todas las mujeres que como María, han tenido nombre de mujer vestida y se han quedado en olor de santidad, o mejor dicho, las han quedado en olor de santidad. A través de nuestro ensayo hemos rastreado las bases de una nueva poética. Una poética feminista que se impone y que a diferencia de todas las utopías pasadas, no conlleva consigo un ideología (aunque dentro del movimiento feminista sí existe por supuesto el proyecto de un teatro de la mujer para la mujer y punto). Al contrario, de la manera como lo enfocamos aquí, es un discurso de resistencia contra la ideología prevalente del patriarcado en el que, como hemos visto, también participan algunos hombres. El discurso feminista, en el sentido en que lo apoyamos aquí no es uno de exclusión, ni tampoco de oposición. La crítica Jane Gallop señalaba recientemente que "Lo que abordaba el feminismo realmente era el problema de tratar la diferencia sin constituirla en oposición ...••(1982, 93). Creemos que dicha afirmación es acertada. Haciauna poética feminista:la increibley triste historia... / 265 Obras citadas Andrade, Elba e Hilda Cramsie, eds. Dra1TUUurgaslatinoamericanas contemporáTU!as.Madrid: EdiLorial Verbum, 1991. Ángel, A1balucía. SieLe lunas y un espejo. I1Jces en escena: aTltologia di' dra1TUUurgas latinoamericanas. Nora Eidelberg y María Mercedes Jaramillo, eds. Medellín: Universidad de Antioquia, 1991 :13-79. _____ . La manzana di' piedra. ManuscriLo fOLocopiado, 1983. ATiza, PaLricia. El viento y la ceniza. I1Jcesen escena: antologio di' dra1TUUurgas latinoamericanas. Nora Eidelberg y Maria Mercedes Jaramillo, eds. Medellín: Universidad de AnLioquia, 1991 :82-132. BonneLL,Piedad. Gato por liebre. Manuscrito fOLocopiado, s.r. BuiLrago, Fanny. "Final del avemaría". 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Cambridge, MA., London: Harvard University Press, 1990. 32 Del drama a la realidad en las piezas de Albalucía " Angel y Fanny Buitrago María Mercedes J aralnillo Fitehburg State College as obras de teatro de estas dos destacadas escritoras Lcolombianas han analizado la realidad nacional desde dos perspectivas diferentes. Las obras de Albalucía Ángel, Siete lunas y un espejo (1991) y "La manzana de piedra" -inédita-, incursionan en los problemas de la mujer, en sus luchas por crear un espacio propio y por una vida acorde a sus intereses intelectuales, sociales y familiares. Ángel denuncia los abusos de las culturas falogocéntricas y critica la pasividad femenina. Las obras de Fanny Buitrago, El hombre de paja (1964) YElfinal del Ave María (1991), exploran la realidad social y el entorno político; en éstas la autora analiza la violencia que aniquila al pueblo colombiano y denuncia los atropellos que cometen las élites y las autoridades. Estas cuatro piezas reproducen por un lado, la asfixia de la vida doméstica y por otro, la miseria económica que conduce a la violencia política y a los problemas sociales. Las autoras cuestionan la cultura patriarcal basada en la fuerza, el dominio y el poder, donde la solidaridad entre las clases y la simetría entre los sexos no tienen lugar. 268 / Literatura y diferencia Albalucía Ángel: la deconstrucción del espacio doméstico A lbalucía Ángel es una de las más destacadas escritoras r1.del País y su labor literaria ha enriquecido el panorama nacional al buscar un lengu<tie propio para expresar las experiencias femeninas. También ha propuesto en sus obras un espacio simétrico donde se puedan desarrollar las relaciones entre los seres humanos de una manera más armoniosa y que pennita a las mujeres disfrutar sus derechos y ejercer sus deberes. Los personajes femeninos de Ángel luchan por ser protagonistas de su historia individual y por ser artífices de su destino, a la vez que rechazan ser agonistas de decisiones ajenas o de un porvenir trazado por otros. En sus obras narrativas y teatrales se refleja el interés de la autora por recrear el mundo femenino y señalar las barreras, las convenciones y los tabúes que limitan su esfera de acción. Las obras de Albalucía Ángel denuncian la discriminación que legal e ilegalmente se ha ejercido en contra de las mujeres. Siete lunas y un espejo es la primera obra de teatro de Ángel. 1 Esuna pieza que reúne a siete personajes femeninos de distintas épocas y diferentes entre sí. El lugar del encuentro femenino es un paraje ideal: el bosque / locus amoenus / inconsciente / imaginario; donde las protagonistas pueden liberarse de la carga histórica, de las presiones sociales y de los pesos sentimentales. Juana de Arco, Julieta, María Antonieta, Alicia,2 George Sand, Virginia Woolf y la Escritora comparten vivencias en este bosque encantado que se transfonna en otros bosques de acuerdo con la perspectiva personal de cada una de las mujeres, que allí se reúnen. En dicho encuentro se evocan los eventos y las ideas más importantes en la vida de las protagonistas y se analizan desde una perspectiva moderna. Aquí, también, ellas se enfrentan con el hombre que aparece escindido en tres Esta obra [onna parle de la antología compilada por Nora Eidelberg y María Mercedes jaramillo. ~ces en escena: antología de dramalurgas ialinoamericanas, Medellín: Universidad de Antioquia, Colección de teatro, 1991. 2 Alicia es el personaje de CarrolI que ya había sido utilizado por la autora en Dos veces Alicia. Barcelona: Barral Editores, 1972. Del dra,n" ;o1;, ,.,,;olid.,,1 <'n 1.15pie ';o, ", •... / 2G0 roles: Cazador / Soldado / Zorro. Cada persoll¡~je felllcllillo habla desde la posición e identidad que la historia o la ficcióll le Olorga y cada UIlO mllcstra ot ras dimellsiolles y otras posibles variables al propio devellil~ en ese momento virtual que el texto les ha concedido. La confrolllación / rdacióII e11lre las personajes les permite otras posibilidades que les estaball vedadas en la esfera personal (histórica o ficticia). Ello enriquece la biografía illdividual y cuestiona el rol otorgado a las mujeres; ya que la perspectiva histórica permite a las protagonistas analizar y comparar sus propias experiencias. Al confrontarse las diferentes historias y posiciones ideológicas de las person-ues se pueden apreciar los logros y ubiclr los problemas que aúll ellfrentall las 1l1lúereS CIl Sil lucha por UII mundo y ulla vida mejor. La estructura teatral de la pieza tielle elemelltos similares a los de Alicia i'n el país de las maravillas; porquc en el cspacio escéllico aparecen persollajes y se crean siluaciones ilógicas que evocall las peripecias del cuelllo infantil. Ángel utiliza el absurdo como UII mecanismo de distanciamiellto qllc permite analizar la realidad de una forma diferel\le y sobre todo desnaturalizar las actitudes y comportamientos qúe se han aceptado siempre como algo inllato al ser humano. Por ejemplo, a través de la conducta absurda y arbilraria de las reinas del cuento infantil se cuestionan las dd mutHlo real. La escritora le cxplica a Alicia que: ..Hay gentecita que se cree el ombligo dd mundo sólo porque tiene una corona ell la cabeza, o porque la gellte la llama set10r presidellte o set10r alcalde o seii.or comisario ... o ... seilor, sí seiíor ... no set1or ... " (Ángel, 1991, 72). La pieza está dividida ell dos actos de dos escellas cada uno; en el primer acto aparece la Esuitora:-\ en un bosque :-\ Esle persoll~e proyet:la los deseos de la auto)-a, ya qlle ell esle espacio (exlual puede alternar COIIseres ficlidos y pnsollalidades dell'asado; a los que posiblcmenle hubiera querido cOllocer. EII es la IIlczdan la /)ájara Popu)¡u; pieza como ell las obras narralivas alltenores de Állgel se la hisLOria, la ficciólI y la autobiografía. Por ejelllplo. E5/aba /)in/a Jrn/ada P/I su vmJe limón. (Bogot¡í: Biblioleca de Cultura 1975) recrea la historia del País dllrallle la época de J...¡¡ Violcllcia. Elllarrador es ulla lIifla que es lesligo de los hechos y que vivc en un pueblo de los Andes cololllbianos. Misiá SI'1/0rfl (Barcelolla: Argos, 1982) licue COIIIO lellla celllral la aULOllolllía de la Illltier cololllhiana. 270 / UteralUra y diferencia colombiano pues toma café Sello Rojo 4 y tararea la canción que lo anuncia en la conocida propaganda radial. La Escritora es interrumpida por Alicia que entra en escena buscando al Conejo Blanco. Ella se sorprende ante el personaje infantil pero acepta su mundo maravilloso. Este es el mecanismo que abre el espacio teatral; entonces, en la escena empiezan a surgir otros personajes que la autora reconoce y con los que empieza a compartir ideas y experiencias vivenciales. Así, Virginia Woolf entra al escenario lamentándose del frío de los climas ingleses, comentario que indica a la Escritora que debe aceptar las reglas del juego: ubicuidad espacial y temporal. Alicia es el personaje que da la clave: "A todo hay que acostumbrarse. Hace poco no más, el ciempiés me andaba proponiendo que comiera un hongo, para crecer ..." (Ángel, 1991,20). El deseo que tiene Alicia de ser mayor es equivalente a los deseos de la Escritora de conocer a seres del pasado. Alicia es el personaje complementario de la Escritora; realiza las preguntas y los actos a los que la otra no se atreve, por pudor o por respeto. Alicia crea un vínculo entre ellla lector(a)/espectador(a) y los diferentes personajes, pues sus preguntas nos permiten identificarlos y a cada uno de ellos les abre un espacio para definirse. A las intelectuales les da oportunidad de reflexionar sobre la literatura y la situación de la mujer y los objetivos que persiguieron. La escritora inglesa responde a la pregunta de Alicia sobre sí misma identificándose con su quehacer artístico: "Yo salgo de mi propia pluma. De mi necesidad de ser... De mi absoluto deseo de recuperar mi propia sombra" (Ángel, 1991, 21). George Sand, por su parte, le confiesa qué tipo de obras le gustaría escribir: "Yo me siento llamada a retratar al ser humano como yo quisiera que fuera (con pasión intensa) ¡Como creo que debería ser... !" (Ángel, 1991, 47). A María Antonieta, la niña la compara con la Reina de Corazones y con La Reina Blanca que deciden caprichosamente sobre el destino de sus súbditos. "Perdón su majestad, pero son reinas de otro cuento. No me haga caso ... (y se da vuelta, de cara al público, para soltar una risita)" (Ángel, 1991,34). AJuana la consuela por la pérdida de su caballo y la hace reír con sus aventuras con el Conejo. Alicia desafía al Cazador y al Soldado al desobe4 Es una marca de café muy conocida en Colombia. Del drama a la realidad en las piezas de... / 27 1 decer sus órdenes y cuestionar la autoridad respaldada en la fuerza y en las armas. La arrogancia masculina y la actitud de superioridad encarnadas en el Soldado y el Cazador, son disminuidas por Alicia, quien se atreve a cuestionar sus órdenes y actitudes arbitrarias. Alicia es el personaje que abre la puerta de la imaginación y permite la aparición de los personajes admirados / deseados por la Escritora. Li posibilidad del personaje infantil de empequeñecerse, agrandarse o volver a su tamaño natural es una forma metafórica de referirse al ego de los personajes; se crea una metáfora plástica de las imágenes que los personajes tienen de sí mismos: se magnifican como María Antonieta, quien entra en escena diciendo que ella es la reina, dando órdenes, burlándose de "Los derechos del Hombre". La reina francesa es cuestionada por Virginia Woolf y empieza a perder su arrogancia, a cambiar de comportamiento, a caminar descalza, sin usar peluca; pero al final recobra su atuendo inicial y su personalidad: A mí nadie se me envalentona, joven yo soy la reina ... SOLDADO:¿Ah, sí...? La reina de qué . (María Antonieta abre la boca pero no modula palabra pues Alicia se le adelanta) ALICIA:(Repelentísima) iLa reina de corazones ... ! (Ángel, 1991, 76-77). Por el contrario, la actitud humilde de Juana de Arco gana la admiración de todos los personajes. La Escritora y Virginia Woolf reconocen en la historia de la mártir la sublimidad de los actos heroicos y le otorgan un lugar eminente en la historia femenina: "Usted recuperó para la historia de la mujer el valor y el verdadero peso que ellas merecen" (Ángel, 1991, 40). La imagen del espejo también tiene un importante papel en la pieza; por un lado se presenta a la mujer como el espejo donde el hombre se ha visto magnificado. A través de ella el hombre ha podido nutrir su orgullo, poder y virilidad. Por otro lado, El espejo como el "cóncavo fiel" -a la manera de Valle-Inclán- devuelve una imagen degradada del personaje que refleja, lo que apunta a su degradación moral. La reina de Francia al contemplarse en 272 / LileralUra y diferencia el espejo exclama aterrorizada: "no me había percatado ... ¡estoy hecha un adefesio!" (Ángel, 1991,31). Algunos personajes son el reflejo de otros; así, la Reina de Corazones es el espejo de María Antonieta, el Zorro es el reflejo del hombre, y las escritoras se reflejan las unas en las otras. Las siete lunas (personajes femeninos) se reflejan en el espejo (personaje masculino) que está escindido en tres: Cazador, Soldado y Zorro. La inversión del tópico del espejo intenta mostrar al hombre reflejado en el variable mundo femenino, elemento ya insinuado en las siete lunas y en las fases por las que el astro atraviesa. Por el contrario, el hombre siempre aparece fijado en sus actitudes agresivas de conquista y de dominio territorial, señalado en la profesión del personaje masculino y en las armas que lo acompañan. y finalmente, la metáfora más importante: la literatura como espejo de vida, que retrata, distorsiona, magnifica o disminuye las hazañas de los seres humanos. Por ejemplo, George Sand proyecta el modelo de la mujer independiente. Esta escritora francesa desafió a la sociedad de su época con su actitud rebelde, su incursión en el mundo literario y su indumentaria masculina. Y ella fue aún más allá al denunciar el abandono en que se tenían a los campesinos y a los trabajadores a quienes se les privaba del derecho de la lectura y escritura, porque como afirmaba: "Hay que entrar a la historia con nuestra propia versión" (Ángel, 1991, 58). Es decir, la mujer como los otros seres marginados deben apropiarse del discurso para poder ser sujetos de la historia. Por su parte, Virginia Woolf es la abanderada de los derechos femeninos y anuncia el momento en que las mujeres se despierten libres: "Con el sabor de haber cruzado el laberinto y desafiado al Minotauro" (Ángel, 1991, 22). La metáfora del laberinto alude a la casa convertida en prisión, donde la mujer es encerrada para satisfacer necesidades ajenas. El marido transformado en Minotauro y el hogar en un laberinto denuncian las relaciones asimétricas entre los sexos. Esta situación beneficia a uno de los miembros de la pareja pero, a la vez, los priva a los dos de la libertad, ya que se crean relaciones de dependencia entre la pareja. La escritora inglesa también denuncia a los hombres que "quieren la guerra para compensar sus frustraciones de poder y afirmar su hombría, y realizar sus sueños de victo- Del drama a la realidad en las piezas de ... 1273 ria ... Para ellos la guerra siempre ha sido una profesión" (Ángel, 1991, 30). El Cazador con su fusil al hombro, es el encargado de cuidar el bosque,5 y desde un principio crea las divisiones entre señoras y señoritas (aclaración que molesta a Alicia). También crea límites territoriales pues entra en escena buscando al zorro lo que nos indica que no quiere la competencia de otros machos en su espacio. El Zorro aparece tres veces en el escenario para vigilar lo que las mujeres están haciendo y con su gestualidad obscena y agresiva marca su territorio y convierte a las mujeres en objetos sexuales. Él ve a las protagonistas en forma fragmentaria y les niega la totalidad como seres humanos; ellas son: "helnbritas", "tetoncitas", •.culoncitas". Con estas expresiones metonímicas deshumaniza a las mujeres y sólo reconoce en ellas sus atributos sexuales. En su última aparición exclama: "iSon hasta capaces de volver patasarriba este planeta'" (Ángel, 1991, 63). Esta afinnación del Zorro resume el objetivo del discurso femenino: subvertir los valores de la cultura patriarcal y crear un mundo más armónico. A nivel lingüístico, también, la obra busca crear un discurso acorde con el mundo femenino, que no responda a la lógica binaria y racional del discurso patriarcal. Los acertijos, trabalenguas y frases sin sentido de Alicia y de su mundo absurdo son una manera de enfrentar el discurso canónico. Por ejemplo, Alicia ante los comentarios de George Sand sobre el uso de la disonancia en una verso, afirma: •.iAdemás, aquí las palabras quieren decir lo que son pero no son lo que uno quiere decir...'" (Ángel, 1991,46). Afirmación que expresa la dificultad que tiene la mujer de apropiarse de la lengua y de crear dentro de los parámetros lingüísticos establecidos por el sistema cultural dominante. Losjuegos de palabras y las reflexiones sobre el lenguaje y sus limitaciones de expresar la realidad han sido analizados por la crítica literaria como elementos autorreflexivos o metaliterarios. Dichos elementos tienen diferentes objetivos en el discurso de ficción: parodiar y subvertir un discurso 5 El bosque que ya se mencionó como una representación del locus amoenus o del inconscienle. Aquí se manifiesta el deseo del hombre de comrolar tanto el espacio exlerior como el imerior. 274 / Literatura y diferencia canónico, o explorar la "relación problemática entre el artificio con apariencia de lo real y la realidad misma" (Robert Alter citado por Elzbieta Sklodowska, 1991, 64). Estos mecanismos autorreflexivos logran desnaturalizar la relación entre el artificio literario y el referente real y cuestionan la validez del discurso dominante. El estilo aparentemente simple y lúdico de Ángel tiene, pues, un objetivo específico: desmistificar los valores establecidos. El quehacer literario y las disquisiciones de las mujeres acerca de su papel en la historia, son rechazados por el Zorro. El Soldado cargado de armas aparece en la escena final y exige la sumisión de las mujeres: Alicia no le hace caso, Julieta lo llama "bestia torpe" (Ángel, 1991, 78) Y denuncia sus atropellos en otros tiempos y lugares. Al entrar Juana de Arco en escena queda enfrentada al Soldado, imagen que concluye la pieza y que la abre a otras lecturas, a otras posibilidades, a otros enfrentamientos.6 Esta escena final connota el valor de la mujer que ya se ha enfrentado al hombre en el campo de batalla y que, aunque la fuerza física no es uno de sus atributos, sí está dispuesta a luchar en favor de los derechos de los seres menos privilegiados. Esta pieza muestra los problemas que la mujer ha enfrentado a través de los siglos y señala las limitaciones que ha tenido que sufrir y las barreras que ha logrado romper. En 1983, Albalucía Ángel termina de escribir una obra de teatro que está inédita hasta el momento, "La manzana de piedra". La pieza recoge las peripecias femeninas en la esfera doméstica por medio de la anécdota de tres mujeres de una misma familia pero de tres generaciones distintas. Se recrean, entonces, los obstáculos y problemas que las mujeres han enfrentado en la vida personal. La obra está dividida en tres actos con tres escenas cada uno; el escenario está, también, dividido en tres espacios que corresponden a cada una de las tres protagonistas: Mariana abuela, Ma-' riana madre y Marianita escritora. Los nombres de las 6 Pues a pesar de que la mujer ha adquirido derechos en el siglo XX, todavía existen áreas en que la igualdad de los sexos es solamente nominal. Sobre todo en la esfera laboral donde los trabajos femeninos o feminizados pierden valor y reciben una menor retribución económica. Dd drama a la realidad en las piezas de... / 275 protagonistas connotan el marianismo. 7 término que señala los patrones de conducta asignados a la mujer en la esfera individual y en la colectiva y que son trasmitidos de generación en generación. Por eso las tres mujeres de la saga llevan el mismo nombre, lo que indica que son actitudes adquiridas en el ambiente familiar. Abuela, madre e hija aparecen en un mismo espacio y tiempo escénico pero están separadas por sus circunstancias personales y por la evolución temporal. cada una representa a la mujer de su época. La abuela está en la cocina dedicada a los quehaceres del hogar; la madre está en el saloncito pendiente del teléfono o del televisor. hablando con sus amigas sobre los problemas familiares; la hija está en el cuarto dedicada a escribir y a escuchar música. El abuelo. el padre y el hijo son presencias fantasmales que repiten actos mecánicos y silenciosos. están vestidos de blanco y en el escenario doméstico son sólo mudos espectadores del quehacer femenino. Así, se señala, también, la ausencia o falta de presencia del hombre en el hogar pues su rol doméstico ha sido limitado en las culturas falocéntricas. La pieza presenta tres momentos de la vida femenina en el presente siglo en Colombia u otro país similar -católico, patriarcal, subdesarrollado-, cada mujer es ejemplar en su historia ya que se rebela contra el orden establecido. Para ampliar y completar la anécdota de cada personaje en su momento histórico particular se evoca una anécdota similar que le ha sucedido a una pareja contemporánea -Dirían y Florina-. Estas historias hacen un contrapunto a la anécdota central y muestran otros aspectos de la experiencia femenina. Los celos son el origen de la tragedia de Florina y de la abuela. Pues por celos Dirian mató a su esposa y luego prendió fuego a la casa, crimen que confiesa en su permanente delirar. La abuela defiende a Florina quien nunca perdió la compostura ante los halagos de tanto "badulaque"; se defiende al defenderla y desplaza en la historia ajena los contenidos dolorosos de la propia. Los celos del 7 El marianismo es un lérmino derivado del nombre de la virgen y quc señala la conducLa que imiLa el componamiento de sumisión y dcdi· cación a la familia atribuidos a la madre de Dios. La mujer mariana es pasiva sexualmente y acepLa su rol de madre con el cual se sientc dignificada y se siente espirilualmente superior al hombre. 276/ Lit=lturaydiferencia marido de la abuela son el motivo del crimen; la abuela abrumada por el suicidio del marido y por la muerte del hijo se niega a aceptar los hechos y pierde la razón. ABUELA: ¿Qué te hizo herir la carne de tu carne como si fuera lobo hambriento...? ¡Oh padre pérfido! ¡Contemplael río por la postrera vez, el sol de los venados, la sangre de tu sangre que riega los cafetosy llega hasta mi muerte, como un grito...! (Ángel,1983,Mee.,56). El planto de la abuela, que evoca al de Pleberio en La Celestina, denota la pena por su hijo sacrificado y por la conducta inexplicable del marido. La tragedia la sumió en un "delirio quieto, que no le hacía mal a nadie y decidiste que nunca había pasado" (1983, 42). La historia de Dirian y Florina evocada por la abuela, crea una red de relaciones intertextuales que nos permiten adivinar lo que ella no quiere narrar o aceptar en su historia personal. 8 ElIla lector(a)/espectador(a) del drama debe hacer las conexiones entre las dos historias para entender la tragedia de la abuela y los motivos que llevaron a su marido al crimen. Así, se entiende el contenido latente que se manifiesta en todos los actos amorosos de la abuela con los niños, el afán que siente de protegerlos, de complacerlos. Esta conducta se aclara al comparar las dos historias de las dos mujeres (la abuela y Florina). La abuela se convierte en un ser tierno que prodiga a cada niño los cuidados y caricias que no le pudo otorgar a su propio hijo. La pérdida del hijo la detuvo en el tiempo y sigue en la cocina, en un infatigable laborar para no confrontar los hechos. La abuela continúa esperando el retorno del pequeño, que se fue con una camisa blanca y una espada de latón. La anciana recrimina al fantasma del marido y pregunta el porqué del terrible hecho. La respuesta la obtiene de su nieta Marianita: "Porque eras bella y altanera. Yeso era prohibido ..." (Ángel, 1983, mimeó grafo, 42). La injusta muerte del inocente es reflejada en el aborto de otra Florina quien recibe una patada de otro Dirian, cuando tenía cuatro meses de embarazo, episodio que casi le cuesta 8 Dirian y Florina son una pareja que es evocada en dos etapas de la pieza, pues sirve de contrapunto a la historia de la abuela y de la madre. Así se ejemplifican los problemas que la mujer ha enfrentado en detenninados momentos históricos. Deldrama a la realidaden laspiezasde... /277 la vida. Pero él no fue castigado porque la policía no interviene en asuntos de familia. Esta historia condensa el sufrimiento de la abuela y su descontento con una sociedad permisiva con el hombre y rígida con la mujer. La pieza recrea el honor como un código masculino que ha permitido el crimen en contra de las mujeres y que justifica el al;mso de los hombres en defensa de su prestigio. Aquí, también, se establece una serie de relaciones extratextuales con otros personajes anteriores de la autora, ya que se complementan historias, se dan indicios autobiográficos, se plantean teorías esbozadas en otras obras, se dialoga con personajes del pasado que ayudan a comprender el presente.9 A nivel del vocabulario también se enuncia la diferencia de roles entre los sexos. Ante la misma falta cometida los apelativos son diferentes, el epíteto que se da a los adúlteros no tiene la misma fuerza peyorativa que el que recibe la mujer, COlI,lO tampoco son iguales los castigos y las consecuencias sufridas. En la segunda parte de la escena aparece la madre que está siempre desarreglada y en espera del marido, quien llega tarde excusándose con diferentes historias para cubrir sus aventuras. La historia de la madre muestra el cansancio de los matrimonios que ya se han perdido el amor y el respecto. La insatisfacción matrimonial y el descontento personal de la madre se patentizan en sus largas conversaciones telefónicas y en el deseo de indagar los infortunios ajenos. Ella se aterra ante la historia de otra Florina, quien muere de un aborto clandestino, pues Mariana madre, también, hubiera querido tener solo dos hijos pero no tuvo la osadía de Florina. Las historias de sus amigas son un 9 La tragedia de la abuela, esbozada ya en La pájara pinta sentadLJ ro el se aclara a través de la historia de Dirian y Florina. Los celos del abuelo y de Dirian ocasionan la muerte de los hijos de las dos mujeres; que se reclaman inocentes de la acusación / sospecha de sus maridos. verde limón, Las preguntas inocentes de Alicia en Siete lu7UlS y un esjH'jo sobre las responsabilidades domésticas agotadoras son aclaradas en esta obra. El trabajo invisible de las mujeres ha pennitido que los hombres se dediquen a las artes, a la ciencia, al trabajo fuera del hogar; y las mujeres que deseen hacer lo mismo también necesitan una esposa que se encargue de las labores hogareñas. 2781 LiteralUra y diferencia contrapunto a sus posibilidades de mujer casada. A través de las aventuras ajenas se hacen patentes los deseos o temores de la madre. Por medio de esta serie de imágenes complementarias, la autora irradia un espectro más amplio de la vida de una mujer madura de la clase media. La madre es la que vive de una forma más aguda la crisis de valores pues es la que empieza a cuestionar el orden establecido y a imaginar otras posibilidades a la existencia. Por ejemplo, que el país tuviera una presidenta, que la iglesia actuara de acuerdo con las necesidades de la comunidad y no se metiera en asuntos ajenos a lo espiritual. Marianita es la que enfrenta la ruptura percibida por la madre. Ella desea a los veintidós años abandonar el hogar paterno sin haberse casado para poderse dedicar a la escritura. Las dificultades que se le podrían presentar como escritora soltera e independiente se proyectan a través de la vida de Judy, la imaginaria hermana de Shakespeare creada por Virginia Woolf, quien trató de imitar al hermano, y huyó de la casa para evitar el matrimonio que le estorbaba sus aspiraciones artísticas. La joven no pudo conseguir trabajo pero sí las burlas de los artistas de teatro. Finalmente quedó embarazada de un caballero que se "apiadó" de ella. La frustración la llevó al suicidio en una noche invernal. Marianita, identificada con Judy, afirma: "¿Quién podría medir el ardor y la violencia en el corazón de un poeta cuando éste se encuentra capturado y enmarañado en un cuerpo de mujer ... ?" (Ángel, 1983, mimeógrafo, 27). Estos sentimientos que ya fueron descritos por la autora inglesa son los que atormentan a Marianita, pues ve las dificultades que se le presentan como escritora. La joven debe tomar decisiones drásticas para poder dedicarse a la escritura y una de ellas es renunciar a un hogar convencional, a tener hijos y marido. Por eso, entre risueña y seria le propone matrimonio a su amiga Anaís, ya que ella necesita de una esposa; es decir, alguien que vele por ella. La pieza alude a los problemas de la vida profesional femenina que se recarga con el trabajo doméstico. Esta inesperada propuesta de matrimonio responde a la pregunta que hace Alicia en Siete lunas y un espejo. Pues ella también quiere dedicarse a la escritura pero no encuentra el tiempo ni el espacio apropiado. Del drama a la realidad en las piezas de ... / 279 Anaís piensa que Marianita está "sollada" (bajo el efecto de un alucinógeno) o loca o en el plan de decir cosas sin sentido, cuando ésta le propone matrimonio. El rechazo de Anaís hace exclamar a Marianita: Lástima. Con la buena pareja que haríamos: tú rubia y yo morena, tú grande y yo chiquita. tú tan pegada al suelo y yo tan loca ... (corrige en el papel con un bolígrafo y repite) yo tan chiflis, tan excéntrica ... no (medita y luego escribe), tú tan pegada al suelo y yo sin querer bajanne de esa nube. Necesito una esposa. ¿ves...? (Ángel, 1983, mimeógrafo, 21). Las reflexiones meta teatrales -autorreflexivasrecreadas en esta escena muestran el proceso de la escritura y los problemas que enfrenta la mujer cuando escribe. A la vez, se señala el interés de la autora por encontrar un lenguaje apropiado para expresar con precisión sus ideas acerca del mundo femenino que quiere representar. En esta obra, como en la anterior vemos la necesidad de la autora de cuestionar su discurso narrativo, de buscar imágenes y medios expresivos que la separen del lenguaje como lo usarían: "los caudillos y tetrarcas de la lengua. Los rompecueros de la literatura" (Ángel 1983, mimeógrafo, 6) como afirma Marianita. La autora para encontrar un lenguaje propio acude a los dimes y diretes de la infancia, a los elementos rítmicos de las rondas infantiles: "al tin marín de dos pingüe, que sirve de juego y de mecanismo mágico de repartición / distribución. Recurre al lenguaje netamente doméstico: "El mes pasado quedamos enquimbados hasta con la contrata de la leche" (Ángel, 1983, mimeógrafo, 12). Ya la abuela pedía perdón a Dios por" esta lengua", expresión que tiene una doble connotación: primero, porque dice lo que no se debe decir, lo que debe permanecer oculto y reprimido; y segundo, porque no usa la lengua canónica, ya que se expresa con modismos y giros coloquiales. Mecanismos lúdicos que, como ya se dijo, buscan desnaturalizar las imágenes establecidas y subvertir el lenguaje literario canónico. Por su parte, Marianita es acusada de estar atosigada con lecturas dudosas, que señalan los nombres de las escritoras de su biblioteca: George Sand, Virginia Woolf, las hermanas Bronte, Kate Millet, Sylvia Plath, J ane Austen y 280/ Lit"ratura y dif,,~ncia Adrienne Rich.IO Lajoven va elaborando su propio canon, que es realmente un contra canon porque consagra como autores indispensables a una serie de escritoras preocupadas por la situación de la mujer. Otra forma de crear un lenguaje propio y de desnaturalizar los conceptos culturales es usando el vocabulario de un medio en otro. Por ejemplo, el vocabulario legal pierde toda su vigencia cuando es utilizado en el mundo de los cuentos infantiles. Cuando el Hada madrina visita a Marianita en su cuarto, es tratada como una ciudadana común; la joven le pregunta por su estado civil y la visitante desconcertada le dice que eso no tiene nada qúe ver. Pero Marianita la refuta diciéndole que en este país es necesario tener un estado civil: ser seflora o seflorita. Esta escena tiene como objetivo develar la manipulación que se hace de la condición de la mujer, cuyo estado civil siempre se asocia con el control de su sexualidad. La autora ha hecho una selección de palabras, de metáforas, de imágenes que buscan recrear un universo narrativo y modelo del mundo. Yaque en el texto artístico lOEn una entrevista con Raymond L. Williams, Albalucía Ángel nombra a las autoras que han sido importantes en su vida, y dice: "As far as the great demons ofwomen's literature, the first and the foremost one that affected lile is Virginia Woolf. After that come Natalie Sarraute, Christiane Rochefort and Ana María Matute. When I was young the stories of Ana María Matute and Carmen Laforet impressed me a 101. 1 follow them a 101. Also, Susan Hill and Doris Lessing in England, and Elena Poniatowska and Silvina Bullrich. Yes,1 have great femenine demons and I've always been interested in following this literaturco 1 think it has greal strcnght. It is called femenine literature, that is, wriuen by women, but it doesn't have sexo Virginia Woolf, for cxample, demonstrated this great duaJity in her masterpiece Orlando" (Williams 1977. 158) [En cuanto a los grandes demonios de la litera-. tura de mujeres, la primera y la más importante que me afectó es Virginia Woolf. Después viene NataJie Sarraute, Christiane Rochefort y Ana María Matute. Cuando yo era joven las historias de Ana Maria Matute y Carmen Laforet me impresionaron mucho. Yo las seguí mucho. También, Susan Hill y Doris Lessing en Inglaterra, y Elena Poniatowska y Silvina Bullrich. Sí, Yotengo grandes demonios femeninos y yo siempre he estado interesada en seguir esta literatura. Yo pienso que tiene mucha fuerza. Es llamada literatura femenina, es decir, escrita por mujeres, pero no tiene sexo. Virginia Woolf, por ejemplo, demostró esta gran dualidad en su obra maestra Orlando.] Del drama a la realidad en las piezas de ... / 281 ningún elemento es inocente, toda escogencia conlleva un significado, un objetivo. Los objetos significan todo por su presencia como por su ausencia, un término establece relaciones denotativas y connotativas con su opuesto. Porque como afirma Yuri M. Lotman en Estructura del texto artístico: La elecáón, por parte del escritor, de un detenninado género, estilo o tendenáa artística supone asimismo una elecáón del lenguaje en el que piensa hablar con el lector. Este lenguaje fonna parte de una completa jerarquía de lenguajes artísticos de una época dada, de una cultura dada, de un pueblo dado, de una humanidad dada (1982, 30). La intención de Ángel al escoger un lenguaje desenfadado, al recuperar imágenes de la vida doméstica y al usar los ritmos de la cultura oral, es subvertir el modelo de la cultura patriarcal y dominante que ha tenido un control del lenguaje y de los medios expresivos. La autora recrea el mundo femenino desde una perspectiva feminista para que . la mujer reconozca las barreras que la limitan a la esfera doméstica, que coartan su libertad individual y que la sujetan al mundo masculino. Fanny Buitrago: deconstrucción del espacio público linterés artístico de Fanny Buitrago es recrear el mundo Ecotidiano del pueblo colombiano y crear un imaginario poético donde éste pueda mirarse, admirarse, reconocerse y muchas veces aterrarse enfrente del modelo propuesto en el universo literario. La autora quiere romper moldes y estereotipos arraigados tanto en la vida individual como en la comunal; quiere cuestionar conductas aprendidas en lecturas de literatura de consumo y de folletín, y propagadas por los medios masivos de comunicación. Buitrago concibe su profesión como un medio de conocimiento y de acercamiento al hombre común, por eso desea expresarse en su mismo lenguaje y evitar la ruptura entre lenguaje escrito / erudito y oral/popular. En 1964, Buitrago recibió, durante el IV Festivalde Arte de Cali, el Premio Nacional de Teatro con su pieza El hombre de paja, el jurado constituido por Santiago García, Pedro 1. 282 / Literatura y dife",ncia Martínez y J ean Camp le otorgó el premio por unanimidad. Esta es su única obra dramática conocida en el País, debido, seguramente, a la falta de estímulo como bien lo anota González Cajiao, y como lo da a entender ella misma, quien afirma que realmente no hay escasez de dramaturgos en el País sino que en el panorama teatral nacional se repiten los mismos autores (1973, 77-80). El tema de la pieza es la violencia que agitó al País durante las décadas del cuarenta y cincuenta. En ella Buitrago recrea la vida y la actitud de los habitantes de Ópalo, que aterrados por los sucesos violentos que ocurren en veredas y pueblos vecinos, van perdiendo control de sus acciones y empiezan a actuar de forma irracional. No se organizan para defenderse, para averiguar las causas de los hechos o para encontrar a los culpables. Entre ellos surge la desconfianza que los separa y los hace aún más vulnerables; no logran desarrollar una actitud solidaria que les hubiera permitido defenderse y vencer al enemigo común. La obra por medio de símbolos muestra la violencia desde una perspectiva psicológica y refleja sus efectos sociales. El espantapájaro / hombre de paja que aparece colgado del único árbol en la plaza del pueblo y la niña que observa muda el devenir de los hechos, son los elementos que desencadenan la acción y que condensan los eventos. El hombre de paja es el símbolo de las víctimas del terror y la niña silenciosa recrea la actitud y la vulnerabilidad del pueblo que no lucha para defenderse. Según Frank Dauster esta obra es: Escrita con técnica realista que no encubre la dimensión simbólica. El hombre de paja examina la culpa de cada uno por la violencia y. en otro plano, por un siglo violento y cruel. Es muy posible que sea una de las mejores obras colombianas en lo que va corrido del siglo (1973, 146). El título de la pieza connota la debilidad del hombre aniquilado por el terror. Los habitantes de Ópalo son víctimas impotentes, que sucumben ante el miedo sin intentar defenderse; como el espantapájaros sólo tienen figuras humanas pero les falta la vitalidad que le dé sentido a la existencia. La comunidad es controlada por el terror; la gente no se atreve a protestar o a averiguar el origen del hombre de paja y de la amenaza que anuncia. Para analizar Ikl d'<I,".'<I l., 1l,••I"I..d l'I' b, 1''''/,'' d., .. / 2H:~ b cOlldUela de esta ('(llllllllidad y eIlICIl<!t-r las raíces de su actitud sumisa y coharde es imporlante situarla CIl Sil COIltexto cllllllral. Seg-(11lYuri M, Lotlllall en "SemiótiGI de los concq>tos de ve\'giienza y miedo", las limitaciones filie se impollen al ser hUlnano para ubicarlo en nna sociedad y conlrolarlo. se dividen en dos tipos de [llenas: la VtTg-i'len/a y ~Imi('do, I~slas se pueden asociar a las normas ulOl'ales y a las normas jurídicas. La cklerlllinación en una colectividad de IIn gnlpo organizado por la vergiienza y de otro OI'ganizado pOI' el Iniedo coincide con la a1I1ílesis nosotros-ellos, El. estc caso. d earácler de las linlilaciones illlpueslas a 110.1011'0.1 y a ellos es profundamente distiuto. El '//0.1'011'0.1 cultllral es ulla colectividad dcnlro de la ellal aClúan las non nas de la vCI'¡.(iiema y del honor, El lIIiedo y la cocrción ddinen 1I11cSlran'laciún um los otros (1 ~179, ~05-~()(i), En la primera elapa de organización social cuando el hOllllm,: enl\>cl.ó a crcar leyes cnllura1cs, fne indispensable desarrollar el concepto de \'ergüellza flue es un senl imienlo 11I1I1l;lno. ya que el miedo es conocido también por los ;1I\ílllaks, Este sentimienlo cont rola las inlerrelaciones personales y genera las primeras reglas sociales y culturales. Entonces, el ser humano adquiere el pndor ante sus necesidades fisiológicas. Así, "La transformación de la fisiología en cultura viene regida por la verbrtienza" (Lotlllan, 1979. 207). En una seglltlda etapa de evolución. cuando aparece el Estado y cuando el hOlllbre se convierte en tUI "animal políl ico", el miedo entra a desempeilar un papel fuudaluental en la cultura para regular las relaciones entre los hombres y el Estado. Por su parte, la vergüenza controla Jo que es común a todos los s~res humanos. En una etapa superior cuando ::.urgen las clases sociales, las organizaciones profesionales, los clanes familiares, las asociaciones etc., se crean una serie de reglamentos que rigen la conducta de los miembros del grupo. Son reglamentos lIIorales basados en la vergüenza y son considerados como indicio de organización superior. En esta etapa el iudividllo se autoccnsura por telllor a la opinión <~iena, por telllor a infringir las leyes y códigos de honor que cohesionan ul\a cOlllunidad, grupo u organización. En este uivel se estahlece una relación de complelllcnlaridad 284 / Literarura y dife~ncia entre los conceptos de vergüenza y de miedo, porque los que se someten por el miedo no lo hacen por la vergüenza y viceversa (Lotman, 1979, 207-208). En Ópalo encontramos rasgos de la segunda y tercera etapa de desarrollo de conducta social. El nosotros de los habitantes de la pequeña comunidad rural se opone al ellos, que se refiere a los que vendrán de fuera que son bandas de asesinos (chusmeros, pájaros) que pretenderán aniquilarlos. La destrucción del pueblo vecino a Ópalo ocurrió en 19661967 -tiempo futuro desde el punto de vista de la enunciación-; es decir, los eventos son una premonición de lo que pasará en pueblos similares a Ópalo. La historia de la comunidad se condensa a través de las fechas de su fundación en 1842; en 1922, se construyen la iglesia, la alcaldía la escuela; en 1948, muere el líder político en la capital y se desata la violencia que llegará al futuro 1967.11 El devenir histórico de la comunidad y las características de sus habitantes, son el espejo de muchas otras comunidades rurales colombianas. Es una historia modelo que recoge muchas historias similares ocurridas durante la época de "La Violencia". Pero además, tiene la lucidez de apuntar al futuro. El hombre de paja es el primer indicio de la presencia de ellos en la comunidad, y su condición de ahorcado señala lo que le pasará a los habitantes del pueblo / el nosotros. Este es el elemento que desencadena la tragedia porque el pueblo se une en contra de todos los que no pertenecen a la comunidad: ellos / la niña, el Extraño y Jafet. Este es un escritor que huye de la capital porque ya no puede escribir; la vergüenza lo hace abandonar su medio y refugiarse en un lugar alejado y aislado de su mundo original. Jafet trata de romper las barreras que separan a los habitantes del pueblo de los otros pero no lo logra. Él cortó los lazos que ahorcaban al espantapájaros pero alguien lo volvió a colgar; buscó refugio para la niña pero todos se lo negaron (la' maestra, Berta, el Párroco); trató de ayudar al Extraño pero se lo impidieron. La gente del pueblo teme violar los códigos y hacerse acreedora del castigo, que cada vez se hace más tangible a través del pánico que los invade. Todos los 11 Referencia a la muerte de Jorge Eliécer Gailán y al inicio de "La Violencia." habitalllC::s de Ópalo eslablecell ulla difcrell"-'ia ell relaciólI a .Iaf(-t: las 1I11üereS lo adlllirall por su~ adelllanes desellvuellos y por su /onlla de veslir; los hOlllbres lo ¡'ecelan por sns vicios y por celos; el P;'IITOCOlo rechaza por Sil aleísmo. por su liSO de drogas y por su vida disoluta . .Iafel es UII exlraflo en el medio y pierde la vergüenza que lo co1I1rolaba en la ciudad. En Ópalo vive con la duel-Ia del hotel quien lo mantiene y le da dinero para alcohol y eSlupcf;tcielltes. El Médico lo ellvidia y lo acusa de ser diferellte a pesar de que lo husca cualldo lo necesita: ... Ncccsitamos dc li.. Jafc:l; de nuevo alguiell <!l:salóel ICITOry la violellcia. TÍ! 110 sabcs de eso. ¿Cómo vas a saberlo? ESlabas ('11 la ciudad. COIItllSamigos illldccluales. hml ig-;ílldolCdc el 111I1I'a y COIIV"-TsacioIlCS filosóllcas. M iellIras. lIosotros vivíalllos CII Hila era de zozohra y ag-ol:ullicIIIO.... los homhrcs cchados SOIlPCOI' que las hicllas ( I !)(j'l. I !I) . .Iale. es el úllico qlle uo sienle miedo por el hOlllbre de p;Üa. IH..•.lellece a ulla esfera social diferenle. superior, donde el individuo no se siente controlado por el 1error. En esla esrera. por el contrario. tener miedo es motivo de vergiienza (Lolman, 1979.208). Los intentos del esuilOr de destruir d símbolo del terror son impedidos por la conlllnidad qne no lo escucha y es el Ílnico que no ahandona el pneblo. J aret se qneda porque ha encontrado un mot ivo en su existencia y ahora puede escribir; su muerte es el castigo inlligido al que desafía las leyes y al que trata de eliminar los límites de una sociedad determinada. Jaret / el otro reemplaza al hombre de p'Úa en la horca, ahora igual que el Exlraí10 ha perdido todo. Cuando él se da cuenla de su aislallliento afirma: "Ya no soy nadie (Amargo). Perdí mi nombre. mi religión, mi raza" (Buitrago, 1964,21). Cuando el cuerpo de J afet aparece en la horca nadie lo reconoce. La obra que él escrioía se dispersa como papeles que t'uedau por la plaza. La Maestra lee algunos de los papeles doude se narra la historia de un puehlo que tenía una nifla, un árool, una maestra. Las (unjeres se reúnen y recogen los papeles para hacer fuego y avioncitos para los nitlos de la escuela. Cuando Bella pregunta porJaret. le responden que se ha ido. Así. como los hahitantes no reconocieron a J afel en el hOluore ahorcado, la Maestra tampoco pudo recono- 286 / LileralUra Ydiferencia cer a Ópalo en la historia narrada en los papeles que encontró en la plaza. La desaparición de Jafet no elimina la contradicción entre ellos y nosotros porque J afet, la niña y el Extraño no eran realmente los otros, los enemigos de la comunidad, sino que se convirtieron en víctimas inocentes que pagaron crímenes ajenos. Los habitantes de Ópalo actúan como los débiles que al no poderse defender canalizan su frustración en seres indefensos. El Médico, a pesar de pertenecer a la comunidad, se ve también como un extraño, por su educación y por su profesión y se sitúa en un nivel superior yjuzga a la gente de Ópalo como a los otro, cuando esto ocurre él se ubica al lado de Jafet, con el que se identifica porque comparten un nivel intelectual similar. Y por eso le dice: Es así... no conoces estos pueblos: sus habitantes están aletargados de dolor, de miedo y violencia pasadas. Despiertan de mal modo. Son demasiado débiles para luchar abiertamente contra una amenaza distante aún, y demasiado soberbios para aceptar que esta actitud los llevará a una derrota. Optarán por el término medio y estaremos perdidos. Son unos cobardes (Buitrago, 1964, 22). La obra critica la falta de iniciativa del pueblo que no busca una solución adecuada al problema que enfrenta; en lugar de unirse, huye y se hace más vulnerable al peligro que lo acecha. La pieza concluye con el ruido de cascos y de balas que se aproximan a Ópalo. El hombre de paja se ha convertido en hombre real; el símbolo da paso al referente; como la ficción da paso a la realidad. El miedo ha aniquilado a las víctimas de antemano. El Extraño que llega al pueblo sin nombre y sin fe es la concretización de la víctima del terror, no tiene energía ni interés para luchar pues ha perdido todo. Jafet, por el contrario, enfrenta sus problemas personales, su esterilidad literaria y su dependencia del . alcohol y la droga; al final, recupera su capacidad de escritor y su interés por las vida. "Él hace libros y fuma hierba y bebe whisky. Qué trabajo raro. No siembra, no ara, no cosecha. ¿Quién dijo que se comía de eso?" (Buitrago, 1964, 32). Cada comunidad tiene sus propios códigos de honor que la regulan y tolera las rupturas de seres ajenos al medio. Así, en Ópalo se aceptan los desmanes de J afet porque él no pertenece a ese mundo. El carácter de J afet corresponde a Del drama a la realidad en las piezas de ... /287 la actuación del atrevido y del impávido que con sus actos afirma un nuevo tipo de valores morales. Estas personalidades son consideradas por la comunidad como transgresoras de las reglas de la vergüenza (Lotman 1979, 208). La muerte de J afet anula la posible solución al problema de la comunidad, pues él con su comportamiento impávido y éj.trevidohubiera podido canalizar la energía negativa del miedo en una acción en contra del enemigo. La obra contrapone espacios y tiempos diferentes para develar los efectos de la violencia en los habitantes de las pequeñas poblaciones rurales. La acción se sitúa en una comunidad, que aún no ha sido afectada por la ola de violencia que azota a los pueblos vecinos pero que se hace presente en el terror y la desconfianza de la gente. Las muertes en el texto aparecen como hechos irracionales que no tienen una explicación. Los seres humanos son aniquilados por bandas de asesinos que actúan en una forma similar a la de la niña / muerte. Estas bandas fueron inicialmente grupos de hombres armados y protegidos por las élites que luchaban por el poder, pero pronto se convirtieron en una fuerza irracional e incontrolable que se desplazó por los campos y ciudades exterminando a la población casi indiscriminadamente . ... la muerte era una niña que llevaba los ojos vendados y montaba en un potro desbocado; sin bajarse de la bestia, cortaba cabezas a lo largo del camino ... no perdonaba la edad, los sentimientos, o los deseos de las personas ... Una vez cada cien mil años, la niña muerte puede quitarse la venda y confundirse con los habitantes del mundo ..., entonces, ella misma escoge sus propios muertos ... La casualidad no interviene. La tragedia tampoco ... Ella solamente (Buitrago, 1964, 69). Esta pieza de Fanny Buitrago recrea de manera poética el terror y la violencia que ha asolado al País por varias décadas. Sin embargo, la muerte y la destrucción quedan situados en los espacios en blanco que el lector debe llenar, completar e imaginar; sabemos el qué pero no presenciamos el cómo. Así, el hombre de paja colgado en la plaza tiene una doble función inicial en la obra: reemplaza en la escena a las víctimas del terror y anuncia el destino de los pobladores de Ópalo que se atrevan a interferir contra las 288 / ü~ratura y dife~ncia fuerzas opresoras. Al eludir las escenas violentas se persigue un objetivo poético, pero también se busca un distanciamiento de los medios masivos de infonnación que se nutren de la violencia, el crimen y el escándalo. Dietrich Rall afirma que los escritores no describen los asesinatos, las muertes y las escenas sangrientas como "un rechazo consciente de la presentación sensacional, escandalosa de tantas muertes en tantos medios de comunicación masiva: prensa, televisión, cine y literatura trivial" (1987, 421). Por eso la imagen de la niña / muerte y del hombre de paja / víctima tienen un profundo valor poético. Ellas condensan a través de una antigua leyenda o de una imagen alegórica, los desafueros cometidos en este tremendo periodo de la historia nacional. En 1991, Fanny Buitrago publicó El final del Ave María, (1991) pieza cuyo tema central es de nuevo la violencia que afecta al País y que divide a la población en bandos irreconciliables. La anécdota utilizada para recrear la situación política y social de la nación, es la muerte del arzobispo Simón Mayoral, única voz disidente que señala las causas y efectos de los problemas sociales. El prelado ve la corrupción de la clase dirigente, las ambiciones de poder y la desigual distribución de la riqueza como los fenómenos que han deteriorado el nivel de vida del pueblo. Cada grupo es afectado de una forma diferente por la violencia y por la corrupción. La pieza está dividida en quince escenas que recogen diferentes cuadros de la vida de la capital colombiana, y que se sitúan en diversos medios sociales y en diversos espacios (en los salones de la clase alta, en los clubes, en oficinas, en el interior de las casas de la clase baja, en la plaza, en el campo). Ella cubre un amplio espectro de la sociedad colombiana al recoger voces, actitudes e intereses de los diferentes estratos sociales. Las escenas se alternan entre el espacio público y el privado; así, se refleja una perspectiva más precisa del referente y, se crea la polifonía a la que se refiere Mikhail Bakhtin. ElIla espectador(a)llector(a) se enfrenta con una gama de tonos lingüísticos y de expresiones idiomáticas que proyecta por un lado, la variedad cultural y étnica del País, y por el otro, las divisiones sociales, políticas e ideológicas. Del drama a la realidad en las piezas de ... /289 Buitrago utiliza una serie de elementos dramáticos del teatro griego que cargan semánticamente la obra y la enriquecen al nutrirse de personajes clásicos y de su fuerza poética. Utiliza la plaza central y el atrio de la catedral como el espacio público donde aparecen los personajes arquetípicos representados en la gente del pueblo. Así, recrea los inicios sagrados del teatro, cuando las obras representadas ju'zgaban la conducta de los seres poderosos y buscaban la purificación del pueblo a través de la catarsis. La primera escena se ubica en las escalinatas de la catedral donde las tres Ma~as / mendigas / viejas y la muchacha vigilan / viven / velan. Las mujeres permanecen en este lugar sagrado para proteger al arzobispo Simón Mayoral, única voz disidente que enfrenta al enemigo, acusa a los culpables y define la situación política en sus sermones. ¡Todos están contra todos! La guerrilla, la derecha, la izquierda, los narcotraficantes, los paramilitares. El ejército es soberbio e inepto, el gobierno débil, los políticos corruptos (Pausa) y el pueblo corre a ciegas acosado por la miseria (Buitrago, 1991, 132). La obra tiene forma circular ya que se lmoa en un anochecer y se cierra en un amanecer en la plaza. Estos elementos nocturnos -la oscuridad, la neblina y el silencio-- evocan el mundo infernal, donde sólo reinan las tres mujeres, que están habituadas al medio y que no desean alejarse porque no hay otro sitio para ellas: "¿Adónde iríamos? No hay otro atrio, no hay otra catedral, no hay otro cielo bajo el cual cobijarnos. Prefiero morir en mi lugar" (Buitrago, 1991, 162). Con sus cirios encendidos y con sus colores neutros -negro, blanco, gris- evocan, por un lado, a las Erinias y a las Parcas con sus ritos mortuorios y su actitud de jueces implacables. Estos seres míticos eran fuerzas protectoras del orden social que vengaban los crímenes y perseguían a sus víctimas en toda forma hasta enloquecerlas y expulsarlas de su medio social. De otro lado, estas mujeres así vestidas, con cirios en sus manos y en la plaza principal de la ciudad, establecen una clara relación con las madres de la Plaza de Mayo y con otros grupos similares que han protestado por los crímenes cometidos por las fuerzas del terror en contra de sus hijos, maridos y hermanos. 290 / Literatura y diferencia Otro de los personajes del teatro clásico es el Mendigo, quien amonesta a las Marias para que abandonen su puesto ya que también serán víctimas del terrorismo; pues los testigos son aniquilados en un medio dominado por la violencia. Él cumple la misión del corifeo al anunciar los eventos y relatar lo que pasa, es el vidente que nadie desea escuchar y, a pesar de que sus profecías se cumplen, nadie obedece sus consejos o escucha sus advertencias. Este personaje puede identificarse con el saber popular y con la voz del pueblo. También, sus oficios y su anécdota personal condensan la de muchos seres similares, los marginados sociales. Las montañas que rodean la sabana de Bogotá, la neblina que las cubre, los monumentos que las identifican son más que un telón de fondo en el escenario. Ellas son las que indican estados anímicos y crean el clima de las acciones, velan la realidad o la descubren; son testigos tangibles de los sufrimientos y miserias de los pobladores, de los crímenes y traiciones cometidos, de la caridad y del heroísmo, del miedo y del valor de los personajes que ocupan el escenario / ciudad. En los cuadros de la plaza principal se desarrollan las escenas de la vida cotidiana de los seres sin privilegios, que viven, duermen y trabajan en ese espacio abierto. Durante el día la plaza se llena de vendedores ambulantes, de desempleados, de mendigos, de las tres Brígidas que tienen sus puestos de frituras y bebidas y que son el contrapunto a las tres Marías, ya que están siempre pendientes de los clientes y de las posibilidades del mercado callejero, mientras que las otras vigilan la plaza y cuidan al prelado. El afanoso trajinar de las Brígidas es un índice de su responsabilidad familiar y de su vitalidad que les permite enfrentar su rutina, a pesar de la miseria. Este espacio está poblado de olores naturales como el aroma del café Yel olor de la comida.. También la plaza se llena de los ruidos cotidianos como el tráfico, el vuelo de las palomas, del estallido de bombas, los disparos, los reclamos de los vendedores: N°. 1: -Vengan, vengan ... a sus tamales vengan. Hay bofe, corazón, oreja, chunchul1o... BRÍGIDA N°. 2: -¿Qué les provoca? Tengo gallina sudada, chupe, pata de cerdo, morcillas ... BRIGIDA Deldrama a la realidad en las piezas de... / 291 BRíGIDA N°. 3:-jA sus chicharrones! Hay longaniza, plátano frito, papita criolla. (Para sí) ¡No se vende ni agua! VENDEDOR N°. 1: -Estampas del ánima sola, Incienso. Sahumerioooo ... Escapularios benditos. VENDEDOR N°. 2: -Crema de tortuga, aceite de tiburón, germen de trigo... Concha de nácar. NIÑON°. 1: -(Grita para ganarlesa losdemás)Elcardamomo... caballero... dama...cardamomo afrodisiacoy digestivo.Parael mal alientoy loscólicos(Buitrago 1991, 128). Los personajes carecen de nombre y se les denomina por su oficio o por una característica personal, a la vez que su habla y los tópicos de sus parlamentos, nos permiten reconocer su origen y su condición social. Mikhail Bakhtin reconocía la importancia de recoger las formas de expresión verbal de otro hablante, de registrar un habla, un punto de vista, una posición, elementos que son indispensables para la forma como se desea desarrollar la historia. Esta técnica es conocida como el "skaz" porque en estos relatos se recuperaban las expresiones y el habla de una comunidad determinada (1977,182-183). Buitrago recoge el habla y las actitudes de los colombianos, ya que los cuadros de la pieza se sitúan en los diferentes ambientes sociales del País. La capital, como lugar de la acción, exhibe un amplio mosaico del pueblo que la habita. En escena se recrean gustos, expresiones, y creencias de los diferentes pobladores de la ciudad. Esta polifonía da testimonio del diario vivir y muestra los efectos y causas que generan la violencia en los diversos estratos sociales. El valor de estas diferentes perspectivas está en lo que Mikhail Bakhtin reconocía, al estudiar la fábula menipea, como el lugar de encuentro de diferentes realidades antes separadas por los diferentes géneros literarios. El escenario se transforma en "arena de lucha" donde las ideas en conflicto, las diversas actitudes, y los mundos polarizados, se encuentran. 12 Así, la pieza reúne diferentes voces de la plaza pública que hacen un contrapunto a las voces de los salones de la clase alta: 12 Ver el capítulo IVde Problems of Dostoesvky's Poetics de Mikhail Bakhlin donde el crítico ruso analiza los géneros literarios y la influencia de la fábula menipea en la literatura occidental. 292 / Literarura y diferencia -(Escandalizado tira al stulo /¡;¡ colilla) ¿Mariscos?No es temporada de ostras. Y a todo el mundo no le lucen las langostas... ANFITRIÓN: -No me vengas con historias. No me importa que la moda sean las cenas vegetarianas, las frutas con quesos y vinos, las ensaladas típicas... ¡Yani más faltaba!Yo,a lo mío. Y si ella sufre de alergia, pues que se aguante ... (Manotea con los papeles) ¡y estamos en guerra! Y la guerra acaba con las consideraciones sociales... (Toma /¡;¡ taza de café y prueba) Gas... iUaaa! Está horrible y frío. En este país nadie sabe hacer un buen café... por eso prefiero el vino (Buitrago. 1991, 123). ANFITRIONA: Las escenas de la plaza y del salón de la élite muestran el profundo abismo que separa a las clases sociales en el País. La obvia diferencia económica esconde otras más profundas y menos visibles al pueblo, que sólo percibe el abismo material que lo separa de los ricos, siempre pendientes del mundo europeo y estadounidense. El fumar cigarrillos Pielroja, beber licores nacionales o consumir productos hechos en el País, es síntoma de mal gusto y falta de refinamiento. Elementos que patentizan el colonialismo cultural que permite el dominio ideológico y el control del imaginario. Los anuncios publicitarios dan colorido a la plaza y hacen el marco narrativo de la pieza porque son epígrafes que crean un contrapunto a las acciones y dirigen la interpretación de los hechos. El cambio de los avisos tiene una doble función indicial: por un lado, anuncian el paso del tiempo, y por otro, muestran la influencia extranjera en la nación y las fuerzas en el poder. La pieza se inicia con los obreros colocando un anuncio de una bebida gaseosa, "Colombiana, la nuestra", tiempo después aparece el "Café delicioso café", que hacen propaganda a los productos nacionales. Estos avisos serán reemplazados por uno de "Coca Cola, la chispa de la vida" y por "El mundo Marlboro" que publicitan los productos extranjeros y que señalan la influencia de los Estados Unidos. El último anuncio publicitario es una invitación a limpiar la ciudad. Metáfora macabra que han utilizado los grupos paramilitares como lema de sus campañas de eliminación de los marginados. Este lema apunta a la muerte de los personajes que habitan la plaza y de los que se oponen al régimen del terror. La pila de escombros que está al lado de los anuncios, crece y decrece al ritmo de la violencia y de los acontecimientos. Es Del drama a la realidad en las piezas de ... /293 la imagen visual de la descomposición social y moral de la nación. Ella señala el número de víctimas y los continuos crímenes que se siguen perpetrando, a pesar de los cambios en el poder. La pila / basura / desecho es una imagen metafórica que refleja a los marginados, que en la jerga política nacional se conocen como "desechables". . Al inicio, la élite en el poder es nacional y su soporte económico son los productos colombianos "legales" como el café y la Colombiana, y así lo indican los avisos de los productos que dominan la plaza. Luego se siente la fuerte intervención extranjera que se hace patente con el anuncio de sus más conocidos productos, -Coca Cola y Marlboro-. Finalmente, el poder está en manos de las poderosas mafias nacionales que no pueden anunciar sus productos, pero que no dudan en aniquilar a todos los que se oponen a sus intereses económicos y cuyo lema es eliminar a los marginados. Esta nueva élite desea ciudades sin mendigos, prostitutas, gamines,13 homosexuales, enfermos mentales y pícaros. Otras escenas se ubican en el interior de las mansiones de la élite dirigente que emplea su tiempo en cenas, cocteles, complots, juegos de mesa, citas amorosas con las parejas de sus amigos, y en entierros, pues cada vez hay más víctimas de la violencia, de las bombas y de los asaltos. Estos personajes pasan de los entierros a los coeteles, a las fiestas de cumpleaños o a las reuniones de negocios. El tema que domina las conversaciones en estos salones es el miedo, que la gente trata de controlar con chistes y chismes, pero el continuo sonido de balas y explosivos impide liberarse de la realidad. Los anfitriones son una pareja que gasta su tiempo en recibir amigos y en asistir a los eventos sociales. Al fmal, la pareja decide emigrar a los Estados Unidos, porque la violencia está muy cerca de sus puertas. Los amigos toman este viaje como una penitencia, como una forma de exilio. Los anfitriones se radicarán en Iowa,.lugar aislado que convierte el viaje en destierro / castigo. Elemento que refuerza el nivel mítico de la obra, ya que los 13 Es el apelativo que reciben los niños abandonados que viven en las calles de las ciudades y que se organizan en bandas para sobrevivir y protegerse. 294 / Literarura y diferencia rulpables en el mundo antiguo eran condenados a abandonar su mundo, su centro de acción. Como contraste al mundo de la élite, algunas escenas se llevan a cabo en una casita aislada donde el Zarco lleva a sus hombres. Él es un asesino a sueldo y sirve como mesero en casa delJefe. El Zarco es el encargado de hacer eliminar a los enemigos de su patrón y de eliminar a los sicarios 14 y testigos de los crímenes. Él, también, debe entrenar y reclutar gente. Aníbal Erazo es una de sus víctimas quien fue contratado por el Zarco para eliminar al arzobispo Simón Mayoral. El Arzobispo se oponía a la barbarie y llamaba al pueblo para que buscara soluciones a sus problemas. Este personaje reruerda a Monseñor Romero quien también murió en la catedral de San Salvador ruando predicaba a sus feligreses. La protesta de las madres, la eliminación de los disidentes, el trabajo de los niños y la violencia son elementos que permiten ubicar la obra en algunos de los países latinoamericanos que han sufrido un similar proceso de descomposición social y corrupción política. La pieza recrea los problemas que aquejan al tercer mundo ruyas clases dominantes explotan los recursos nacionales, abusan de los privilegios e ignoran las necesidades del pueblo. Ángel y Buitrago en sus obras dramáticas cuestionan el statu qua a través del espacio doméstico y del espacio público. Ángel ha señalado los obstárulos que enfrenta la mujer en su intento por ser el sujeto de su propia historia; en sus piezas de teatro como en su narrativa, la autora se ha empeñado en la búsqueda de un lenguaje que rerupere las experiencias femeninas y que a la vez le permita a la mujer expresarse con un vocabulario más acorde con sus necesidades y con su esfera de acción. En sus piezas, Buitrago ha señalado la violencia que afecta a la sociedad colombiana y analiza sus causas y muestra sus trágicas consecuencias en . el País. Con personajes colectivos y anónimos ella recrea los abismos que separan al pueblo de las élites gobernantes y cuestiona la ineficacia del gobierno, el egoísmo de la clase 14 Sicario es un asesino a sueldo y es un término que se empezó a utilizar en Colombia en la década de los ochenta para denominar a los miembros de las bandas que trabajan para el narcotráfico; general. mente son adolescentes de barrios pobres sin educación y sin trabajo. Del drama a la realidad en las piezas de ... /295 alta y la falta de valores de las clasesbajas. Estas cuatro piezas recrean sin maniqueísmos la compleja realidad nacional y señalan el deterioro moral y económico del país y de sus habitantes. Obras citadas Ángel, Albalucía. Siete luTUlSy un espejo. Vocesen escena: antología de dramatUTgas latinoamericaTUlS. Eds. Nora Eidelberg y María Mercedes Jaramillo. Medellín: Universidad de Amioquia, 1991. _____ . "La manzana de piedra". Copia Mimeográfica, 1983. Alter, Robert. 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