educación ambiental para un desarrollo integral del alumnado

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EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA UN DESARROLLO
INTEGRAL DEL ALUMNADO
ÍNDICE
1. Introducción
2. La educación ambiental
3. Necesidades educativas del alumnado
4. Tratamiento transversal de la educación ambiental
5. Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
Como todos sabemos, uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad de
este mundo moderno es el de conseguir un desarrollo que permita satisfacer las
necesidades básicas de la población mundial sin esquilmar nuestros recursos y
manteniéndolos para que puedan ser disfrutados por las generaciones venideras, lo
que se conoce como desarrollo sostenible.
Resulta imprescindible concienciar a la ciudadanía de los problemas ambientales a los
que nos enfrentamos, algunos de ellos tan conocidos como el calentamiento global, el
agujero de la capa de ozono, la desertización o la extinción masiva de especies.
Y es aquí donde entra en juego la educación ambiental, como la forma de lograr esa
conciencia crítica con el modelo de desarrollo que todo lo usa y para el que todo es
objeto de aprovechamiento, sin tener en cuenta las repercusiones que conlleva.
2. LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Por educación ambiental se entiende el proceso permanente mediante el cual los
individuos y las comunidades adquieren conciencia de su medio y aprenden los
conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia y también la determinación
que los capacita para actuar, individual y/o colectivamente, en la resolución de los
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problemas ambientales presentes y futuros. (Congreso Internacional de Educación y
Formación sobre Medio Ambiente. Moscú, 1987).
Se trata de un aprendizaje concebido para actuar, fomentando una conciencia real de
los impactos que producimos sobre el medio ambiente y sus consecuencias, a fin de
lograr la resolución de los problemas.
Para ello, se debe facilitar la comprensión de las relaciones del ser humano con el
medioambiente desde una perspectiva global e interdisciplinar, y esto se consigue
mediante un conocimiento profundo tanto de los procesos ecológicos, como de la
realidad social, económica y cultural de nuestro mundo.
Pero no es sólo cuestión de conocimiento, sino de formar personas conscientes,
críticas y comprometidas con unos valores que contribuyan a un cambio en el modelo
de desarrollo actual.
La adquisición de estos valores, llámense ambientales, cívicos, o morales, debe
llevarse a cabo desde un marco apolítico y de tolerancia que lleve al alumnado a ser
las personas que tanto la sociedad como el planeta necesitan. Así, el reto de la
educación ambiental es conseguir una relación sostenible del ser humano con su
medio, y un desarrollo tanto individual como colectivo más justo y equitativo.
3. NECESIDADES EDUCATIVAS DEL ALUMNADO
La continua pérdida de valores que se está produciendo en nuestra sociedad,
repercute muy negativamente en el medio ambiente, muy alejado de las prioridades
políticas. Sin duda, estamos ante un momento histórico marcado por las
desigualdades y la total falta de solidaridad con los más desfavorecidos.
Esta situación dificulta la labor del docente, que antes encontraba en el ámbito familiar
un valiosísimo aliado en la divulgación de actitudes como el respeto a los derechos
humanos, la cooperación, el respeto a los bienes públicos o el sentido de la
responsabilidad, mientras que ahora debe enfrentarse solo a la ardua tarea de inculcar
estos valores a un alumnado que, en su mayoría, no solo carece de ellos, sino que
presenta actitudes contrarias.
3.1 Valores de educación ambiental
Por todo ello, debe ser el sistema educativo el que se encargue de difundir estos
conocimientos y actitudes de respeto, centrándose fundamentalmente en:
a) Fomentar el conocimiento, la comprensión y la sensibilidad hacia los aspectos
ambientales, haciendo hincapié en las interrelaciones existentes entre el ámbito social
y económico, y el medio ambiente, a fin de lograr una clara interpretación de las
repercusiones que tiene el primero sobre el segundo.
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b) Promover una conciencia crítica hacia los problemas ambientales, así como hacia
sus implicaciones sociales y económicas, tanto a nivel local como global.
c) Formar a un alumnado comprometido éticamente desde los valores de respeto al
entorno y de solidaridad, capaz de participar activamente en la conservación del
medio.
d) Favorecer un comportamiento de respeto y protección del medioambiente, con el
desarrollo de estilos de vida más sostenibles.
4. TRATAMIENTO TRASVERSAL DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Puesto que lo más adecuado es su aprendizaje a lo largo del desarrollo de los
alumnos, resulta indispensable integrar estos valores y conocimientos ambientales en
todas y cada una de las asignaturas que se aborden desde una perspectiva global y
transversal, de forma que sean percibidos como actitudes comunes a cualquier rama
del conocimiento.
El carácter transversal de la educación ambiental quedó reconocida con la
promulgación de la LOGSE, en 1.990, lo que resultó ser una prueba de la importancia
del medio ambiente para el desarrollo de las personas y la sociedad, y desde este
momento, se integró en el currículum.
Así, la perspectiva ambiental se ve reflejada en todas las áreas de trabajo y favorece
su incorporación a cualquier contenido. Por ello, resulta necesario contar con medios
económicos y formativos, y un profesorado competente en la materia y que se
comprometa a llevar a cabo una labor interdisciplinar en coordinación con el resto de
sus compañeros y la comunidad educativa.
4.1 Formación del profesorado
Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las instituciones educativas a la
hora de enfrentar la educación ambiental es la falta de conocimientos de su
profesorado, por lo que se hace imprescindible contratar expertos en la materia que
coordinen contenidos y actividades a realizar en los distintos niveles educativos, y que
formen a este profesorado en la materia mediante cursos complementarios.
Por otro lado, nos encontramos con una “materia” nueva y, por tanto, falta de recursos,
metodología y experiencia, y la mayoría de los centros se limitan a tocar el tema de
forma superficial mediante actividades puntuales sin conexión con los contenidos del
currículo como excursiones, día del medioambiente o día del árbol, sin prestar
atención al carácter transversal de la educación ambiental y a la necesidad de estar
presente en la vida diaria del alumnado, y sin desarrollar un adecuado programa de
educación ambiental para todo el curso.
4.2 Ambientalización del currículum
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Como se ha comentado anteriormente, la educación ambiental según la legislación
actual en materia educativa forma parte de los denominados temas transversales o
educación en valores y, por tanto, debería tenerse en cuenta a la hora de organizar el
currículo y tomar decisiones respecto a cualquier elemento curricular.
Pero esto implica un gran compromiso y coordinación por parte de los centros
educativos, que deberán incluir los valores ambientales en cada uno de los contenidos
del currículo.
Por otra parte, la educación ambiental requiere tener en cuenta algo más que actitudes
o valores a favor del medio ambiente. Así, los conocimientos científicos de cierto nivel
son indispensables para entender tanto las causas de los impactos ambientales y las
repercusiones locales o globales de las actividad humana, como las posibles
soluciones o alternativas a estos problemas.
A modo de ejemplo, un currículo que contemple la educación ambiental en toda su
dimensión debería, entre otras medidas:
a) Conformarse de acuerdo al entorno social y geográfico del alumnado.
b) Presentar unos componentes bien interrelacionados y estructurados de acuerdo
a los valores asumidos.
c) Tener en cuenta las necesidades específicas del medioambiente local, en primer
lugar.
d) Aprovechar los problemas del entorno cercano para construir el aprendizaje.
4.3 Recomendaciones
Según la Estrategia Andaluza de Educación Ambiental, hay una serie de
recomendaciones que podría facilitar enormemente tanto la labor del docente como el
aprendizaje del alumnado, en caso de asumirse por el sistema educativo. Entre ellas,
destacan por ejemplo:
1) La promoción de prácticas educativas que impliquen compromisos y
actuaciones reales para solucionar los problemas ambientales.
2) La creación de una asignatura de educación ambiental incluida en el currículum
oficial y adaptada a cada nivel educativo.
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3) La dotación de recursos humanos y económicos específicos a los proyectos de
centro que lleven a cabo programas de educación ambiental.
4) El diseño y la planificación de actividades de educación ambiental en torno a
proyectos de centro que tengan en cuenta las necesidades ambientales de su
entorno para conseguir así una mayor ambientalización del currículum y del centro.
5) La creación de una estructura de asesores y coordinadores que potencie la
formación y el asesoramiento al profesorado en temas de educación ambiental y
que esté coordinada con los departamentos de orientación de los centros.
6) La Incorporación del profesorado con mayor experiencia y conocimiento en el
campo de la educación ambiental a las tareas formativas.
7) El velar por que los centros educativos integren la educación ambiental en sus
proyectos de planificación, como son el proyecto educativo de centro, el proyecto
curricular de etapa, las programaciones didácticas y de aula, etc.
8) El fomentar la creación y publicación de experiencias educativas y recursos
didácticos sobre temas ambientales para cada una de las etapas educativas.
9) Favorecer la creación de una comisión ambiental en cada centro, encargada de
velar por la coherencia ambiental de las instalaciones y por la incorporación de la
educación ambiental en las programaciones.
10) Incentivar y favorecer la coordinación y realización de actividades y proyectos
conjuntos entre centros con proyectos de educación ambiental.
11) Promover y valorar, con reconocimiento explícito, la participación del alumnado
y del profesorado en iniciativas de ámbito local, autonómico, estatal y/o
internacional relacionadas con la educación, la mejora ambiental y el voluntariado
ambiental.
12) Establecer convenios con instituciones, entidades o empresas para la
concreción de proyectos de investigación de alumnos de bachillerato sobre
temáticas ambientales.
5. BIBLIOGRAFÍA
•
Consejería de Medio Ambiente (2006). Estrategia Andaluza de Educación
Ambiental. Sevilla: Junta de Andalucía.
•
Toro Calderón, J. J. (2005). Educación ambiental: una cuestión de valores
(referentes para la construcción de herramientas de educación ambiental en
San Andrés Isla). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
•
García Gómez, J. y Nando Rosales, J. (2000). Estrategias didácticas en
educación ambiental. Granada: Aljibe.
5
•
Rivas Sánchez, M. R. (1999). Incorporación de la educación ambiental a la
formación del profesorado. Salamanca: Anthema.
•
Ministerio de Medio Ambiente (1999). Libro Blanco de la Educación Ambiental
en España. Madrid: autor.
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