gracias a la vida... ün nuevo camino para nuestros pies

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EDITORIAL
GRACIAS A LA VIDA...
ÜN NUEVO CAMINO
PARA NUESTROS
PIES CANSADOS
No puede perder la esperanza un país que, en medio de su dolor desgarrante, se levanta para entonar un canto a la vida. La jornada del pasado
nueve de agosto debe invitarnos a una profunda meditación. Colegios profesionales, asociaciones de trabajadores, grupos juveniles, artistas, pobladores y religiosos se unieron para exigir una nueva definición de la convivencia nacional. En un ambiente extraño que unía la preocupación y la
alegría, el dolor y la esperanza, el pueblo de Chile afirmó que, a pesar de
la oscuridad de todos los senderos, quería ponerse de pie para caminar.
Este grito de esperanza y de exigencia tiene fuerza porque no es un
huir inconsciente de la realidad sino un deseo de transformar profundamente lo que estamos viviendo, al retomar los grandes valores de la cultura chilena que, en medio de los desastres naturales, en última instancia,
siempre optó por la vida, por el respeto al hombre, por la convivencia democrática y por el realismo.
Así,
no Dodemos seauir
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MENSA.IE N° 332. SEPTIEMBRE 19BJ
Al iniciar el mes de septiembre, tan cargado de significación para el
chileno, nos parece importante recalcar el valor de! signo profético que hemos vivido y que puede transformar hasta sus raíces la lógica de muerte y
división por la que inexorablemente hemos ido marchando.
Los analistas sociales saben que hay momentos cruciales en que una
variable puede cambiar el curso de los acontecimientos; una gota puede
abrir una irrefrenable corriente, puede transformar el temor en esperanza,
o puede galvanizar un sólido consenso.
A quien quiera mirar sin pasión, procurando observar todos los sectores del espectro social, no se le ocultará que Chile, por duro que sea decirlo, es un país en descomposición. ¡Así, no podemos seguir!
Existe en todos los sectores mucho temor por el luturo.
El panorama económico, marcado por errores del pasado y por la situación internacional, pesa con dureza sobre los hombros de Chile y de un
modo muy particular sobre la espalda de los pobres. La enorme deuda extema acumulada, los altos intereses internacionales, los bajos precios del
cobre, la desarticulación del sistema financiero y productivo con su inhumana tasa de desocupación, han llegado a transformarse en un nudo muy
difícil de romper de un día para otro.
Ante estos hechos, los nuevos ministros del sector económico han
mostrado mayor sensibilidad y cierta voluntad de corregir errores. Sin embargo, pensamos con preocupación que las medidas adoptadas, aunque
dignas de apoyo, se mostrarán dolorosamente insuficientes si quedan aisladas de un marco político y social más amplio.
Chile necesitaría una inquebrantable conciencia solidaria, difícil de
consolidar en un clima de desconfianza mutua. Por desgracia todo esfuer401
EDITORIAL
zo solicitado por el gobierno se estrella con una profunda crisis de credibilidad. Es tan pequeña la voluntad de cambio y tanta la sordera ante el clamor de Chile; son tantas las concesiones verbales que se han encontrado
finalmente con la pertinaz dureza de los hechos... que hasta los mejor dispuestos han dejado de confiar.
A este ambiente de desconfianza contribuye que haya grupos ciertamente minoritarios que con su radicalidad dificultan una salida razonable y
dan razones al gobierno para tomar medidas que ninguna razón puede
justificar.
El pueblo de Chile se ha ido acostumbrando a no creer. Pone en duda
lo que se dice oficialmente, ya que desgraciadamente no corresponde con
la realidad que vive. Los medios de comunicación -en particular la Televisión- han sido utilizados para proyectar la imagen de un Chile sin problemas. Los atropellos a ios derechos humanos, el dolor de los desocupados,
el barrial de los campamentos, sólo ha llegado en contadas ocasiones de
manera objetiva, a la primera página de los diarios o a la pequeña pantalla.
Esto ha ido creando un país fragmentado. Hay dos mundos que se ignoran, se condenan y se temen. Cada grupo lee sus revistas, escucha sus
radios y oye lo que lo consolida en sus posiciones. ¿Cómo construir un
pueblo unido como nos han pedido los obispos, si no nos creemos, si no
tenemos un debate respetuoso, público y pluralista?
Nos preocupa particularmente que esta falta de mutua credibilidad se
haya hecho manifiesta en una Universidad que debería ser el centro del
pensar libre, responsable y respetuoso; hogar del diálogo y punto de partida para estructurar una nueva sociedad. Allí la medida de fuerza, la expulsión sin proceso, la falta de diálogo y de búsqueda honrada de la verdad,
la mirada partidista, se presentan como realidad cotidiana.
No es extraño que en este ambiente el panorama político sea oscuro.
Las recientes declaraciones del general Pinochet al New York Times no
han ayudado a aclararlo.
Respuestas desesperadas
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El cuadro preocupante que hemos presentado, puede dar la impresión que se han cerrado todos los caminos para la paz.
Este hecho puede conducir a muchos a estrechar su horizonte y a
acumular su cansancio y su rencor; y puede conducir a los actores socia
les a asumir respuestas desesperadas.
Tal vez en esta linea habría que ubicar la huelga de hambre de los mineros del Teniente, o la de los alumnos de la Universidad Católica.
En esta misma línea podrían entenderse ciertas posiciones políticas
como la del Poder Popular que acentúan unilateralmente los principios
despreocupándose de las posibilidades concretas y creando, por eso mismo muy a menudo efectos diametralmente contrarios a los que esperaba
obtener con sus acciones.
También es desesperada la respuesta de los pobladores que atacan a
los carabineros o de los que preparan emboscadas con efectos de destrucción y de muerte.
Curiosamente, en esta misma línea podríamos colocar las últimas intervenciones del Jefe de Estado. El violento ataque a las personas, la descalificación sistemática de toda alternativa diferente y el tono desmesurado que usa ciertamente bloquean toda salida nacional.
Comprendemos que funcionarios de gobierno se vean forzados por fidelidad a su jefe a dar versiones oficiales más moderadas, que corrijan el
original.
Esas declaraciones producen en la conciencia nacional un cierto rubor de vergüenza. Los ciudadanos no estaban acostumbrados a oír de la
autoridad tales exabruptos, que comprometen en cierto modo la imagen
del país.
Estas respuestas desesperadas en su conjunto nos pueden hacer tomar conciencia de la situación que vivimos pero dif icilmente nos hacen caminar en el sentido de la vida.
1SAJE W 332. SSPTiEMBW
I
EDITORIAL
Evangelio, ética y
política
Frente a este panorama los obispos han dicho una palabra que viene
a despertar nuestra conciencia y a ponernos en la ruta de la vida.
No pretendemos aquí hacer un análisis detallado del importante documento "Evangelio, ética y política" recientemente entregado por la Conferencia Episcopal de Chile. Se hace ahí un llamado apremiante para que la
política se subordine al orden moral...
Se nos invita a que con espíritu de conversión hagamos nuestra contribución para evitar el "desgarramiento del cuerpo social". Que luchemos
contra la margínación económica, social y política de tantos... Que se
acorte la brecha entre el Estado y la nación.
A todos nos llaman a hacer un esfuerzo para que la acción polilica
sea racional, parta de los problemas reales y busque las mejores soluciones posibles. Nos piden estar informados y prepararnos para ser críticos
frente a toda propuesta política.
A los políticos, a los gobernantes, a los militares, a los educadores, a
los padres de familia, a los trabajadores organizados, a los profesionales
se les pide que cada uno en su ámbito de competencia sean constructores
del bien común y concreticen las orientaciones éticas. Los obispos se atreven a hacer una serie de sugerencias concretas que no podemos repetir,
de cuya realización dependería, en parte, el destino de la vida de nuestra
patria.
Hacer lo posible
La vida ha podido perdurar, sobrevivir en el planeta porque ella es
casi infinita en su capacidad de adaptación y en su sabiduría para encontrar nuevos recursos en la adversidad.
La vida, que es grandiosa en su proyecto global, es infinitamente realista para ver lo que es posible y crea en cada circunstancia un modelo. En
la alta montaña se acurruca entre las piedras... en el trópico estalla exuberante... y en todas partes termina dando flores y semillas.
Si queremos seguir cantando "gracias a la vida" nos es necesario desarrollar un sentido de lo posible y tercamente marchar hacia la vida.
La civilidad tiene en sus manos la posibilidad de elaborar un amplio
consenso... seria muy difícil prescindir de ese consenso si él llegara a formularse. El tiempo y nuestra más genuina tradición juegan por la democracia. Es necesario evitar quedar empantanados en discusiones bizantinas,
cuando es necesario dar un paso que es posible dar.
En lo económico, a falta de mayores posibilidades, habría que luchar
seriamente por una audaz política redistributiva que al menos diera pan a
todos los chilenos... y un mínimo de dignidad tan difícilmente alcanzable
por un desocupado.
Las autoridades deben comprender en conciencia que el pueblo de
Chile va diciendo: Así no podemos seguir. Y sacar las consecuencias.
La jornada en favor de la vida ha tenido la fuerza de recordarnos que
es posible luchar por algo positivo... por pequeño que ello sea... y esperamos que eso tendrá la fuerza de un torrente.o
MENSAJE
18 de agosto de 1984
WENSAJENa332 SCPTIEMBHC 19B4
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