ÜLTIMOS TELEflRAMAS Y NOTICIAS DE LA TARDE

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MADRID-—Martes 2 de Agosto de 1910.
ifio LXDL—Rúmero 2!L472
Rimero suelto, 10 cént&Bios.
JMJim
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ADIINISTBACIÓN: CALLE OE LA UBEBTAD, 18
Y Eli U S PRIHCIPALES LIBIIEIlillS DE MiDKiO V PtlVIlItillS
París.—Messieurs Boyveau et Chavillet, rué de la
Banque, 22.
Anuncios españoles, á 2 5 céntimos de peseta
Unea en cuarta plana.
ídem extranjeros y reclamos, á precúos cunvencionales.
Cada anuncio satisfará 10 céntimos de impuesto.—
(Ley 1.0 Enero 1906.)
DIRECCIÓN TKLEGHXFICA: É P O C A . - M A D R I D .
TIIÍFONO HÚM. 39
ii>ARTASO lÚH. 101
NO SE DEVUELVEN L 6 B ORtaiMALSg
^Ém
Si hemos pedido al Gobierno que hable con
hilaridad y con lealtad a c e r c a de cuanto concierne al conflicto con la Santa Sede, seriamos
"lógicos ai no nos felicitásemos de que el señor
ministro de Estado h a y a hablado^ sea cual sea
la luz quc'su aportación arroje sobre el transcendental asunto. Esas referencias á Notas que
no son en su integridad conocidas, no permiten ciertamente formular una definitiva opinión, pero son jalones p a r a el juicio, y nosotros lamentamos tener que d e c l a r a r que no
nos parece robustecida la posición del Gobierno por lo que el señor ministro de Estado h a
declarado al periódico de San Sebastián.
^ Dejemos a p a r t e lo que se dice por el seflor
García Prieto a c e r c a de violencias de lenguaJe» que nosotros condenamos en todo el mundo, pero que no nos sorprenden cuando vienen
disculpadas por la generalidad del tono imperante sobre la materia. Con decir que no pocas
de esas violencias han sido conocidas solamente por referirlas, p a r a protestar contra ellas,
ios ministros, está dicho todo. El bloque tiene
^n eso u n a historia, que no es ciertamente un
título p a r a semejantes protestas por tales estridencias. Nosotros, si, porque de las unas y
de las otras protestamos.
El Gobierno del 8r. Canalejas concretó, en
•Nota ó Notas cuya fecha ó fechas no se nos
^^> sus aspiraciones a c e r c a de la cuestión de
'as Ordenes religiosas, y esas aspiraciones se
**ncretaban en dos: primera, que los obispos
^Imprimieran desde luego los establecimientos
Congrega clónales no fundados con arreglo al
jl^erecho canónico, y segunda, que fuesen au^rizados esos mismos prelados p a r a suprimir,
^6 aquellos regularmente fundados, los estaojecimientos religiosos que no resultasen iníl'spensables p a r a las necesidades de la Reli^ón.
El ministro de Estado encarece la modestia
y .el espíritu conciliador de esas aspiraciones.
\ienen ellas, en efecto, toda la modestia conciliadora del equivoco; porque si á obtener eso
liada más se reducía toda la iniciada negociación, ¿para qué hubiera servido el inmediato
asentimiento de la S a n t a Sede, si toda la cuestión quedaba en pie? Porque, ¿quién iba á determinar cuáles Congregaciones venían funcionando sin arreglo á la disciplina canónica,
"^1 quién iba á determinar cuáles eran indispensables, y cuáles no, p a r a el desenvolviniiento de la vida religiosa? Si ésta es precisamente toda la cuestión, ¿era forma de plantearla, con ánimo de llegar á un término de
concordia, esa que nos indica el ministro de
Estado?
El Vaticano contestó con su Nota del í) de
| I a y o , en la cual, según nos dice e l S r . G a r c í a
"rieto, el cardenal-secretario reproducía, con
alguna atenuación, las Coiiclusíones á que se
llegó en el proyecto de convenio de 1904, y el
interlocutor del ministro de Estado en estas
Confesiones periodísticas, que debe de ser homore m u y eficaz, le pi'eguntó:
—¿Y por qué no rompieron entonces las negociaciones?
.-=-iAh! ¡Porque somos muy conciliadores!—
•^ino á decir el Sr. García Prieto.
No. El ministro de Estado no podía extrañar, el Gobierno del Sr. Canalejas no podía
^Xtraflar aquella contestación. La Santa Sede
había estado conversando con el Gobierno de
España sobre esas cosas, y se llegó á aquellas
Conclusiones. Al r e a n u d a r s e la conversación,
¿qué más n a t u r a l que el volver la Santa
•^ede á lo que tenía dicho y firmado como
'•'Xpresión de su pensamiento, no p a r a mantenerlo seguramente como ultima p a l a b r a , sino
I'ara que no se olvidara en la negociación? No
lacia, pues, falta d e r r o c h a r excesivamente el
espíritu de conciliación p a r a no dar por rotas
entonces las negociaciones, sino que era elemental que el ^ aticano dijera lo que dijo, y
que el Gobierno congruentemente contestara,
y eso fué, sin duda, su Nota del 26 de Mayo.
Y el ministro de Estado afirma enfáticamente que esa Nota «jamás ha sido contestada».
iNo se podrá desconocer que tienen m u y fácil
^i jamás eatos señores ministros! Porque dos
jiieses no son plazo tan largo p a r a que pueda
lanzarse tan rotundo adverbio, sobre todo si
^ considera que en esos dos meses han ocurri'^o cosas que tienen todas las apariencias de
embarazos y de estorbos, por el Gobierno de
España provocados, á la cordialidad de la neociación. Abierta una negociación que signicaba la reiteración del c a r á c t e r concordatario de la materia, ¿qué podía ser más que un
estorbo gravísimo p a r a ella, u n a rectificación en hechos de c u a n t a cordialidad simula^«T'Q las p a l a b r a s , la serie de actos por el Gooierno realizados p a r a a c r e d i t a r su propósito de obrar por su exclusiva cuenta?
El ministro de Estado se complace en recordar todos esos hechos, y cómo fueron ellos
atravesándose en el camino" de la negociación. Primero, la circular del 30 de Mayo soore el decreto de 1902; jdespués, la Real or«en de Junio sobre el art. 11 de la Constitución; luego, el tono general y algunas afirmaciones concretas del discurso de la Corona;
finalmente, el proyecto de ley llamado del
^candado», y <]ue n a d a tiene que ver con los que
oe tal apodo han disfrutado antes aquí y en
otras partes, y todo ello a g r a v a d o por la ocasión en que se producía, por el sentido y por
{os aspavientos con que se producía, ¿cómo
habían de ser prendas de cordialidad, ni sil u i e r a de una escrupulosa lealtad en la negociación?
El Sr. García Prieto acusa á la secretaría
•le Estado de algunas informalidades en la traQiitación de todo eso, de equívocos y rectificaciones, y de cambios de criterio, que sin conocer los textos auténticos no podremos examinar; pero, aun habiéndose quedado corto en la
acusación el ministro de Estado; aun siendo
ella justa, ¿cómo desconocer que no es correcta, que no es sólida la posición del Sr. Canalejas ante la opinión nacional en esa cuestión,
l.nc no puede tener á su lado sino á los sectafios y á los revolucionarios, nunca á aquella
S r a n m a s a del país que desea que en paz y
^ i e g o se resuelva ó se elimine de su política
caá m a l h a d a d a cuestión con que se la viene
desde h a c e diez años perturbando y esteri.liJiando?
Según las decíaraclones del ministro de Estado, que el lector y a conoce, y que en otros
*ictalles habremos de e x a m i n a r alguna vez, la
ultima razón por el Vaticano invocada p a r a
f
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detenerse en la negociación, ha sido el proyecto de ley del «canelado», y con ello confirma el
señor G a r c í a Prieto lo que las referencias oficiosas de Roma han dicho. P a r e c e que otras
veces se han invocado por aquella secretaría
de Estado los otros hechos, los otros motivos
de a l a r m a . Nosotros decimos que eso no v a r i a
los términos de la cuestión.
El íConcordato, con todos sus anejos y derivaciones, a b a r c a cuanto es relación entre el
Estado y la Iglesia en España; es la base sobre la cual está constituida la vida católica
del pueblo español, por lo que h a c e á los contactos de ella con la íntegra v i d a pública de
la Nación. Convenido libre y espontáneamente
por el Estado español, es evidente que éste
puede denunciarlo y suprimirlo; pero lo que
no se puede h a c e r es colocarse dentro de él
p a r a emprender una negociación, y proceder
á la vez como si él y a no existiera. \ no otra
ha sido la conducta ael Gobierno. Más lógico
fué el del general López Domínguez en u»Ot;,
cuando quiso hacer u n a ley de Asocia.cione9
por su exclusiva cuenta; pues aquello significaba la política de desentenderse del régimen
concordatario. ¿Cómo se v a á sostener que es
la misma la política de un Gobierno que* se
pone á negociar?
El del Sr. Canalejas tendría ante la opinión
nacional una posición sólida, si hubiera seguido la negociación con c u a n t a energía y con
cuantos apremios quisiera en ella poner, incluso con conminaciones de plazos; pero lo
que no podía hacer, sin comprometer aquella
posición, e r a simultanear con la negociación
la acción unilateral que no sólo ha desenvuelto en actos de gobierno, sino también en actos
ardorosísimos de p r o p a g a n d a , mezclándose á
las manifestaciones de una p a r t e de la opinión,
y estimulándolas y ayudándolas con los resortes del Poder público. Eso no se podia hacer,
eso no era leal que se hiciera, eso era contin u a r en la política de equívocos con que se h a
venido envenenando cuestión de suyo tan venenosa, y las consecuencias están á la vista.
DESPACHOS TELEGRÁFICOS
(•• BaMtoo itrriaio r&rUralsi y <• is AgMsfai hta«.>
Eleoolones provlnolalea en F r u i o i a .
lios empates.
PARÍS 1.°—Ayer se verificaron las elecciones de
consejeros provinciales en los distritos donde hubo
empate el domingo pasado, siendo elegidos:
Conservadores y candidatos de la Acción liberal, seis; progresistas, 16; republicanos de la Izquierda, radicales y radicales socialistas, 106, y
socialistas aniflcados, 14.
Faltan dos resaltados.
Los conservadores pierden cinco puestos, los
progresistas, uno, y los republicanos de la izquierda, ano. Los socialistas unificados ganan siete.
El cólera ea San Petersbarffe.
PARÍS 31.—Los telegrama^ recibidos de Bosia
dicen qae en la capital aamenta la intensidad de
la epidemia colérica.
El día 30 se registraron en San Petersburgo 90
casos, seguidos de 28 defanciones.
Actualmente hay en los Hospitales de la capital
450 atacados.
Les Beyes en la GItjr.
LONDRES 31.—El Rey Jorge, la Reina y la Princesa María han pasado hoy, por primera vez después de su exaltación al Trono, por la City, visitando el London-ílospital.
Los Soberanos han sido, aclamados á su paso por
las calles.
Vapor en salvo.
ROMA 31.—El vapor Kmnig, de Hamburgo, que se
creía perdido por baberse encontrado en la playa
de Musthapa, de Argel, una botella en que se daba
cuenta de su apurada situación, y no haberse recibido noticias suyas, se ha salvado.
El Kmnig ha entrado esta mañana en Ná poles,
siguiendo su viaje á Hamburgo, sin novedad.
Por haberse roto la máquina al entrar en el Mediterráneo, se encontró en aparada situación.
Maniobras saspenAldas.
ViKNA 1.*—Las grandes maniobras militares qne
iban á verificarse en la región inmediata á la frontera rusa, han sido snspendidas de orden del Em perador Francisco José.
La razón invocada para la suspensión es el haberse declarado y extendido considerablemente
entre el ganado de los regimientos de Caballería
la epidemia del muermo.
TTn centenar de hombres en pelig^ro.
LONDRES 1.°—Ayer se inundó repentinamente
una de las galerías de la mina hullera inmediata
á la estación del ferrocarril Orf.at Virley, en Staffordshire.
Tras de inauditos esfuerzos, lograron ser salvados cien obreros que trabajaban en el lugar del
siniestro.
A consecuencia del accidente han quedado sin
trabajo 600 mineros.
De aviación. — Accidente á. nna aviadora. —
U a e r t e de nn espectador.—El «record» de altura.
LONDRES 1.*—En el Aeródromo de Boldon (Sunderland), la aviadora señora Frank, volando á
ana altura de 25 pies, chocó contra un poste, volcando el aparato.
La aviadora cayó al suelo, produciéndose varias heridas en los brazos y piernas, y matando á
un joven espectador.
—En Bruselas, el aviador Tyck ha batido el record del mando en altara, elevándose á 1.700 metros.
Congreso Internacional de la paz.
STOCKHOLMO 1.°—El congreso internacional de
la paz ha empezado sus sesiones hoy.
Además del Cuerpo diplomático, asistían 600 delegados de 24 Naciones.
Españoles muertos y heridos en la oatá,strcfe
de Argelia.
ORAN.1.*—En la catástrofe ferroviaria ocurrida
en Uledot han resaltado muertos 11 españoles.
Heridos de más ó menos gravedad hay 19.—üotella.
Salvajada yanqui.
NUEVA YOBK 1.»—En Van der-Grif (Pensilvania)
se ha cometido por el populacho un aeto salvaje.
Dos jóvenes mujeres, que no habían realizado
otro delito que el de exhibir su hermosura por las
calles, y ocasionar, sin pretenderlo, el suicidio da
varios desdeñados galanes, fueron hechas prisioneras por la multitud.
Los más atrevidos despojáronlas de las ropas,
rociaron de cola sps cuerpos, y cubriéronlos con
plumas de todas las castas y de todos los colores.
Con tal ropaje las pasearon tranquilamente por la
población, y al final las expulsaron.
Varias noticias.
En Berlín ha fallecido el general do la reserva
Alejandro Von Spltz, presidente de la Liga de los
antiguos militares alemanes.
—Telegrafían de Nueva York que el hoxrador
Jeftries, vencido por el negro Jhonson, ha experimentado tan profundo pesar t)or la derrota sufrida, que se teme que se vuelva loco.
¿QUIEN
GOBIERNA?
Proyectan los católicos de Bilbao realizar
una manifestación en defensa de sus ideales;
inmediatamente que lo saben los radicales,
anuncian que el mismo día llevarán á cabo
otra en sentido opuesto, y ei Gobierno, pretextando el temor de que pudfera producirse un
choque entre unos y otros, prohibe la manifestación católica.
En vista de esto, los catóy,cos deciden realizar la manifestación en SSa Sebastián, y el
Gobierno no niega el permi^:), pero tampoco lo
concede: aplaza su resoluciáu, como si esperaseque surgiese un incidente cualquiera, que le
sirviese de pretexto p a r a fftndamontar la negativa.
El pretexto y a lo tiene; efcSr. Lerroiix dice
hoy un periódico—prepara un yieítiny anticlerical, el día 7, en la poblacifii donde realicen
los católicos la manife8taei%i pública; y como
el Gobierno tiene el deber dí; evitar un posible
conflicto, prohibirá la, manr'estación. aunque,
sin duda, consentirá al pro]:io tiempo el meefiíw.
De este modo el ejercicií? de sus dereclios
queda subordinado p a r a los'católicos á la voluntad délos radicales; y eajyista de eilo, nada
de particular tendrá que atméllos se pre"uuten si no será más práctlc^j en ve^ de solicit a r el permiso del Gobiernoj dirigirse al sefior
Lerroui.
!
CRÓNICAS OONTSBII'ORÁNEAS
LA GASA DEl GREGÚ
«El sol chispas arrancaba» dlt las vípjas piedra»
de Toledo: los guijarros de las galles echabHn lumbre; sus torres no sé cómo no alb desplomaban, derretidas bajo el fuego del cielo. El mismo felire
Tajo no hasía pensar en aquéllas ninfas que, al
decir de Garcilaso, tejen delif .idas tolas durante
las siestas estivales, gozando '
del verde sitio el <njrwíl<thle frío,
sino en los condenados, qne Conforme aseguran
testimonios fidedignos, se chapuzan eternamente
en lagos de pez hirviendo y plomo derretido.
Desafiando los rigores de una temperatura de
48", hice yo mi entrada, no triai fal, pero sí heroica,
en la Imperial ciudad de Toleteo, un día festivo.
Llevábame allá ¡a curiosidad dte ver y visitar la
casa y Museo del Greco, restaurada la primera y
creado el segundo por la geneí^osa iniciativa del
marqués de Vega Inclán.
Dicho sea en honor de Toledo, hay allí casi tantos mendigos como en Madrid: lo que da mucho
carácter á los rezumosos múrallones de ladrillo, á
las ruinas, á las fachadas y atrios de los templos.
No se comprende una portada gótica, con sus estatuas desnarigadas y sus doaeletes y pedestales
medio rotes, ó rotos del todo, sin que, apoyados
en las carcomidas piedras de! zócalo, no encontremos una vieja, de rostro de gárgola, extendiendo una mano en actitud de pe llr una limosna, ó
ttn lisiado, dormitando jaüS,u .íias muletas.
Justo es decir que, para encontrar mendigos en
Toledo, no hay que acercarse á las puertas de las
iglesias... Pululan por todas partes. Uno de ellos,
manco por más señas, pero de buenas piernas, fué
el Virgilio que me guió al través de los círculos de
fuego de la ciudad toledana, hasta dejarme, después de subir y bajar pendientes oallejaelas, atravesar plazas polvorientas y explanadas que fueron palacios, jt.nto á la puerta de la que, sí no fué
casa de Dominico Theotoeópull. pudo serlo, lo cual
basta para la verosimilitud histórica.
***
De un agujero de ancha puerta de tablas seculares, guarnecida de recios clavos, pende una cadena. Tiro de ella, y suena allá, á lo lejos, nna
campana... después rumor de pasos... después la
puerta rechina, se abre lentamente, y aparece en
el umbral un amable conserje, que se brinda gustoso á enseñarme la casa del pintor cretense.
Se cruza un portal fresco y obscuro, y se penetra en un patio entoldado, de forma cuadrangular,
con ancho friso de azulejos. De trecho en trecho,
antiguos tinajones ostentan plantas de anchas hojas. Por varios boquetes abiertos en los muros salen las húmedas bocanadas del aljibe. Una galería con balaustrada de madera corre por la parte
alta del patio, y varios alicatados, así como las ventanas, dan testimonio del origen arábigo del patio.
El amable conserje me hace entrar en la antigua cocina de la casa. A los lados del hogar, por
portuna apagado, y de cuyo centro cuelga, pendiente de las llaves, un caldero, hay dos anchos
escaños; en varias espeteras, adosadas á los muros, diversos cacharros de Talavera, y sobre viejos bargueños, encuadernados en pergamino, el
Arte eisoria, del marqués de ViÜlena; el Libro
de. cocina, de Montiño, y el Tratado de. rt'poaffHa,
de Juan de la Mota.
Hasta en la fantasía menos soñadora evoca
aquella decoración una íntima escena de familia
en el siglo xvt. El fuego chisporrotea en el hogar,
mientras la lluvia, sacudida por el viento, azota
los verdosos vidrios de las ventanas. Una mujer de
canosos cabellos hila blanco lino, haciendo bailar
el huso con sus enjutos dedos; una moza de veinte abriles borda, á la vacilante luz de un velón de
bruñido cobre, y un hidalgo cincuentón, de negra
ropilla, lee alguna historia de santos ó alguna
narración fantástica de un libro de caballerías.
Escena análoga, aunque no igual á la que acabo de imaginar, es la que pintó Theotccopuli en
su cuadro titulado La familia del *Oreco».
Al rincón de intimidad que queda descrito suecdense «cuadras y retretes», en los cuales tropieza
la vista con peregrinas antigüedades: ya una Virgen bizantina, que escuchó las plegarias de los toledanos del tiempo de Alfonso VI; ya lujosos bargueños con incrustaciones de marfil, cuya cajonería sabe L ios cuántos secretos amorosos hubo de
guardar; cofrecillos que encerraron valiosas joyas, anchos sillones en que sestearon, sin duda,
orondos frailes; reclinatorios que conservan las
señales de los codos y rodillas de fervorosos penitentes; faroles de historiada cristalería, que alumbraron los paEOS cuidadosos de las rondas nocturnas; restos de mosaicos desgastados por los pasos
de graves varones y los briales de respetables
dueñas; reliquias, en fin, de cien generaciones fenecidas, históricamente agrupadas, y que se armonizan perfectamente con la disposición y arquitectura de las salas, y con los retratos y pinturas
que penden de las paredes.
Entre estos cuadros los hay del Greco—e\ que
representa á San Pedro es una verdadera maravilla—, de Murillo, de Velázquez, de Ribera, do Carreño...
Yo no sé si con toda certeza podrá decirse: «En
esta casa vivió Dominico Theotocópuli». Recientemente, un joven y erudito escritor ha sostenido
que fué otra la vivienda del Greco. No he visto su
trabajo; pero, sea de ello lo que fuere, la casa restaurada y alhajada por el marqués de Vega l u d a n
es una afortunada y viva resurrección de las costumbres del siglo XVI. Si allí no vivió el pintor cretense, casi de seguro fueron las casas por él frecuentadas, y en las cualesconversó con muchos de
los adustos caballeros que pueblan sus lienzos.
*%
Contiguo á la «asa del Greco está el Museo, levantado y construido por el marqués de Vega lu-
cían, y cedido por ól recientemente al Estado. En
este Museo están ya convenientemente instalados
los cuadres da Theotoeópull, poco há rest turados,
y que hemos podido admirar en la Academia de
San Fernando. El generoso donante se ha propuesto, al hacer entrega al Estado del Museo del
Greco, que se destine aquel lugar á la formación
de una Galería de pintura esjiañola.
Si este pensamiento se realiza, el viajero que en
adelante visite á Toledo, verdadero índice ar
queológico do España, podrá ver reunidas en el
Museo del Greco, y metódicamente agrupadas, to
das las manifestaciones pictóricas del arte nacional; y al Jado de las piedras venerandas, que ha
blan de grandezas y glorías de otros tiempos, contemplará las imágenes de los varones que poblaron estos lugares, en los cuaies, como en ningún
otro de nuestra Patria, parece flotar la sombra del
pasado.
** *
Cuando, después de tan agradable visita, empecé, bajo el sol del Mediodía, á cruzar la explanada
frontera á la iglesia llamada del Tránsito, me
consolaba, en medio del tirrente de fuego que
caíi de lo alto, pensando en que el baño de arte
qne acababa de darme bien valía arrostrar ¡os
peligros de ixna Insolación.
ZEDA.
(!ouceiitrada la atención del Sr. Canalejas
en la cuestión con la Santa Sede y en lo relativo á las huelgas, el Gobierno parece tener
completamente abaudonadog todos los demás
asuntos.
Así se da el lamentable caso de que debiendo celebrarse en el mes de Septiembre las fíestas de la independencia de Jléjico, aún no se
h a y a resuelto la forma en que debemos tomar
parte en ellas.
Es esto tanto más sensible, cuanto que Méjico es una de las Repúblicas hispano-americanas en que más vivo e.stá el espíritu español,
V que mayor amor siente á la antií.;ua m a d r e
Patria.
Tanto como á la de Méjico, nos interesa corresponder á la invitación que nos ha hecho
Ciiile, y tampoco se ha resuelto n a d a respecto
de esta última.
¿No será posible qne el Gobierno dedique
unas horas siquiera á ocuparse de este asunto, que tiene v e r d a d e r a importancia p u r a Espaila?
No tema El Corrso E^añol
que nos entre
comezón de meternos por los trigos del radicalismo antirreligioso, como él dice, con la
buena voluntad que siempre nos ha demostrado.
Lo que nosotros hacemos es atenernos á la
máxima de «Dar á Dios lo que es de Dios, y al
César lo que es del César», que es la que sintetiza la v e r d a d e r a política tradicional do
España, y la que al propio tiempo consiente,
sin menoscabo de los sentimientos religiosos,
todos los adeiaiitos y todos los progresos que
exigen el curso del tiempo y la evolución de
los pueblos.
MADRID.- Un mes, 2 pesátas; trimestre, 6j mrofsrro, 12; í'ílo, 2 4 .
n . ' O TINCiAÜ. - Trimeslro, 6 pesetas; sem^ti-.\ 12; año, 2 4 .
rorU!¡.r:il, Oibralliir y M.-rruocs, ol mismo precio.
íiXTR.VNJERÜ. - Tiirutístit', 15 frauuos; semeatjf, 3 0 ; aüo, 60 francos.
N'úmero del liía, 10 céntimos.—Atrasado, IB.
La correspondencia fie Aiiiriiüistración «liríjase aj
administrador de LA ÉPOCA.
Reáacciúü y Adniiislraeióü; LIBERTAD, 18
«El Centro de Defensa social de Madrid se asocia con entusiasmo á la magnífica y consoladora
manifestación que esa Junta, respondiendo á la
expectación de que la Espafia católica es objeto en
estos momentos, prepara para el demingo próximo. Desea vehementemente que el éxito corresponda á las esperanzas, y que la energía española
salve á los pueblos de Europa de la afrentosa tiranía que los enemigos de Cristo quieren Imponerlos, pugnando vanamente por destruir la Iglesia,
contra ¡a cual no han de prevalecer nunca sus cobardes é hipócpitas maquinaciones.—El presidente. LUÍ» Bahía y Urriitin.*
LñTNOVELA "DE Lñ MONJA
No podía faltar en estos momentos la novela de
actualidad, y ya la están escribiendo á toda prisa
los periodistas ra.-bicales, con motivo de la muerte
de una pobre enferma que estuvo recluida algún
tiempo en el convenio de Oblatas de CiempoZUí^lOB.
Y menos iinl, si detr«s de este folletín no aparece el inevitable drauíd de 1). Benito, que suele
también coincidir con todas las agitaciones del espíritu sectario.
Pero lo malo es c|ue el asunto no se presta á muchas üligranas; pues, hasta ahora, resulta que sólo
se trata de un suceso vulgar, de los qua ocurren á
diario, sin que nadie íije en ellos su atención.
Ni siquiera los diligentes reporíers radicales,
que flogiéndose pariodistis de la Prensa católica,
según dice un periódico, visitaron ayer el convento de las Oblatas, para sorprender el terrible
secreto que guardaban sus muros, han logrado
descubrir cosa alguna que pueda interesar al público.
Por el contrario, de sus mismas informaciones
se desprende que en la muerte de la joven Teresa
Torres Martín no hay nada extraordinario.
Resalta comprobado que esta infeliz muchacha
padecía de ataques histeroepilépticos, durante los
cuales se golpuaba furiosamente, produciéndose
las contusiones y SÍ nales que se han observado en
su cuereo.
Las Obíatas de Ciemnozuelos, que cuidaban de
la joven Teresa Torres Martín, prodigáronla todai las atenciones que requería su estado, bajo la
dirfcción del médico del establecimiento, y cuando comprendieron que podía peligrar su vida, avisari n á 03 ! adres de la enferma, los cuales se hicieron cargo da ella, y en su casa la tuvieron hasta
que falleció.
Como les Tribunales ci^riles y eclesiásticos entienden en el asunto, es indudaliíe <iue todo quedará bien esclarecido, sin que haya que lamentar
más contratiempo qu-j el fracaso de la campaña
de escándalo iniciada por algunos periódicos.
LA tlEGOtUClllliJOH EL VATICANO
( O H BVaSTBO aXBVIOtO FABTiam.JJIl)
Entrega da la Nota.—Lo qae dice «L'Ossorvatore>.
ROMA 1.*—Esta mañana, después de las siete, y
poco antes de salir de Roma el Sr. Ojeda, llegó al
Vaticano an empleado de la embajada de España,
q i e entregó en las habitaciones del Sr. Merry del
Val una Nota oficial, en que el em.bajador español
participaba al secretario de Estado que había sido
llamado por su Gobierno á España, para recibir
instrucciones, y dejaba encargada la embajada al
consejero de la misma, señor marqués de González.
Lo que nosotros pensamos y lo que nosotros
Es ésta la única comanicación que ha recibiqueremos es público y notorio.
do la >Santa Sede, respecto á la salida del embajaEn cambio, ¿quién sabe lo que representa
dor español.
hoy, y á lo que aspira ahora el carlismo?
L'OsHervatore, después de dar cuenta de la ení l u c h a s veces se lo hemos preguntado á M
trega de la Nota, añade:
Correo Español, y el colega no ha podido con«Sn contra de los rumores esparcidos por la
testarnos más que con generalidades, con vaPrensa, podemos asegurar que el Nuncio apostólico en Madrid no ha recibido orden de retirarse de
guedades que á n a d a comprometen; lo cual
dicha capital.»
no nos sorprende, porque el silencio de Don
Informando 4 Su Santidad. — Comentarlos d«
J a i m e , altamente signifícativo, obliga á aquél
los prelados.—El Nnnolo en Sladrld.
á no a v e n t u r a r afirmación alguna.
RO.UA 1."—El diario católico II Corriere d'Italia
dice que anoche el cardenal Merry del Val, viendo
que no llegaba al Vaticano ninguna comunicación del Gobierno español, fué 1 hablar con el
Papa, para darle cuenta de las noticias que publicaba la Prenpa.
( o í NDBSTBO 8EBVI0I0 PABTIO0LAB)
Añade TI Corriere que esa conducta del GobierPreparando la manifestación.—Un telegrama.
no de Madrid fué objeto de vivos comentarios en
BILBAO 1."—Continúan activamente los trabajos
la tertulia de los prelados que concurren por la
para la manifestación del domingo.
noche á los aposentos del secretario de Estado.
Constantemente se dirigen telegramas é San SeEl mismo periódico atribuye á un alto personabastián, para que, á partir del viernes, se reserje del Vaticano la creencia de que no sera llamaven todas las habitaciones disponibles en las fondo á Roma el Nuncio en Madrid, porque la retiradas, hoteles y casas de viajeros.
da del Sr. Ojeda no significa una ruptura.
Los organizadores esperan que desde ese día
«El fracaso—añadió—de la negociación hispanoempezaran á llegar manifestantes de toda España,
vaticana en un extremo determinado, es cottto la
y están dispuestos á que se celebre á toda costa la
interrupción de lospoiirparlera entredós Potenmanifestación.
cias que negocian un tratado de comercio: no se
Dicen que nadie puede , impedirles que el do- pueden entender, y siguen en paz.
mingo visiten la capital donostiarra, y que si les
En último caso, el Papa será quien personalponen trabas para Ir por mar ó por ferrocarril, lo
mente decida si debe ó no ser llamado monseñor
harán á pie y por jornadas.
Vico.»
La Junta ha dirigido al mayordomo mayar de
Información oñoloaa de la Santa Sedé.
Palacio un telegrama que dice así:
ROMA
1."—Insístese en el Vaticano en qae la
«Los católicos vizcaínos ruóganle haga presente
Santa Sede, con objeto de proseguir las negociaal Jefe del Estado que están decididos á acudir el
ciones, pidió al Gobierno español solamente que
día 7, en unión de los de Álava, Guipúzcoa y Naretirara el proyecto de ley del caudado, quedanvarra, para protestar ante él contra la orientación
do, naturalmente, en pie las protestas y reservas
anticatólica del Gobierno y la suspensión de la
manifestación de Bilbao, haciéndole también pre- que tenía formuladas respecto á todas "las demás
disposiciones tomadas por el Gabinete de Madrid
sente nuestra resolución inquebrantable de poner
en la cuestión religiosa.
vidas y haciendas en defensa de los derechos de
Carece en absoluto de fundamento que la Santa
la Iglesia.»
Sede pretendiera conceder ahora al Gobierno esEl Ayuntamiento de San Sebastl&n.—Temores
pañol menos de lo que estaba dispuesta á otorgar
de un confiioto.
en 1904.
SAN SEBASTIÁN l.*—Esta tarde se han reunido
«¿Cómo puede afirmarse lo contrario—dicen—,
en el Ayuntamiento los concejales de las izquiersi las negociaciones con la .Santa Sede quedaron
das, paira tratar de la proyectada manifestación
suspendidas tan pronto como envió ésta su primecatólica.
ra
Nota (según resulta de las noticias ministeriales
Discutióse la conveniencia de presentar en la
comunicadas á la Prensa), á causa de los incidensesión del miércoles una moción pidiendo que se
ya conocidos, que provocó el Ministerio oadenegara el permiso para celebrarla; pero los so- tes,
cialistas opinaron que debía ser autorizada, ale-, pañol y
Es evidente-afladen—que el Sr. Canalejas pregando que la verdadera libertad está en la igualtendía recabar de la Santa Sede mayores concedad.
siones que las fijadas en 1904, las cuales fueron
Entonces se convino en modificar la forma de la
hechas al Gabinete Maura, declarándolas entonmoción, redactándola en el sentido de expresar el
ces insuficientes el jefe del actual Ministerio.»
sentimiento con que el Ayuntamiento de San SeEl convenio de 1904, concertado entre- la Santa
bastián ha de ver que se autorice la manifestaSede y el Gobierno español, había sido aprobado
ción en esta época del año, por los perjuicios que
ya por el Senado, é iba á serlo por el Congreso,
á la población se irrogan.
cuando dimitió el Sr Maura por motivos ajenos
Entre muchas personas existe el temor de que
en absoluto al referido convenio y á la cuestión
el domingo ocurra algún grave conflicto
religiosa.
El ministro de Estado ha dicho que ignora lo
Hallábase, por tanto, propicia la Santa Sede ao
que resolverá el Gobierno; pero que su opinión es
sólo á conceder lo que quedó fijado en 1904, sino
contraria á que se permita la'manifestación protambién á examinar lealmente otras demandas
yectada por los católicos.
del Gobierno español, pero sin poder aceptar la
En Vlgc—BKanifestaolón disuelta.
previa condición que pretendía poner el 8r. Ca-.
ViGO 1."—En el barrio de Contó se organizó esta
nalejas, á saber: que le concediese á él la Santa
mañana una manifestación, á cuyo freute iban
Sede más que á los otros, porque él en 1904 forvarios frailes Capuchinos, cantando y dando vivas
maba en la oposición.
á la Religión.
La Santa Sede estryvo siempre, y continúa, disLos liberales de la barriada organizaron en el
puesta á estudiar con el Gobierno español las nueacto una contramanifestación; pero antes de que
vas demandas de éste, desde el punto de vista obuna y otra llegaran á encontrarse, Intervinieron
jetivo de las circunstancias actuales eñ España,
los guardias municipales y obligaron á los católi- esté quien esté al frente del Gobierno, y siempre
cos á retirarse, en vista de que carecían de permiy cuando acepte negociar lealmente y guardando
so para celebrar la manifestación.
la debida corrección de forma y fondo, y los vi •
Los ánimos están bastante excitados.
gentes compromisos del Concordato.
Estas son condiciones de indiscutible equidad,
Telegrama del Centro de Defensa social.
que se negó á aceptar el Sr. Canalejas, persaadiendo así á la opinión pública de que lo que él
El Centro de Defensa social ha dirigido i la Junquiere no es llegar á un acuerdo, sino entablar
ta organizadora de la manifestación de protesta
una lucha.
católica en Bilbao el siguiente talegtama;
Lll PROTESTA D^LOS CATfilICOS
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