i ^ N.^^ 15 - 69 H i ^ii^^ EL LABOREO CON TRACTORES EN SUELOS REGADOS Antonio Hidalgo Granodos Ingeniero Agrónomo ^^^^ ^„^^^ ^?^'^^`^ ^^ MINISTERIO DE AGRICULTURA EL LABOREO CON TRACTORES EN SUELOS REGADOS La tierra de cultivo está tormada por partículas minerales (arena, limo y arcilla), materia orgánica o humus (restos de animales y vegetales más o menos descompuestos), ag-ua y aire, ocupando éstos los huecos que dejan entre sí los primeros ^- que en un suelo norn^al equivalen aproximadamente a la mitad del volumen total. I'ara dar una i<lea indicaremos que en un metro cúbic<^ de terreno hay, más o menos : Del 47 al 50 por 100 de partículas n^inerales. Del 1 al 3 por 100 cle humus. Agua y aire en proporciones muy diversas. Las partes sólidas minerales se dividen así, por tamaño : Grava o guijarros, c^_^n cíiámetro superior a dos milímetros. Arena, con cíiámetro entre 2 y 0,2 milímetros. Limo, con diámetro entre 0,2 y 0,002 milímetros. Arcilla, menor de 0,002 milímetros. La textura de una tierra alude a las dimensiones ^ cantidad de estos componentes, excluida la grava. Estos componentes no se encuentran aislados, sino ag^rupados entre sí y con la materia orgánica, formando grumos, agregados, corpúsculos o terrones. Esta agrupación se llama «estructura» ^- suele ser estable, aun cuando el suelo se moje. Sin embargo, el riego y el laboreo con tractores frecuentemente la alteran, creándose en la actualidad problemas sumamente graves ante la -3- O0 O.O O ^^ . ^^^ -..^,_ ^. U ^; 0000 °oooo ^ ^ 000 O ^ Fig. 1.-Esquemas de la eompactación del suelo, A, terreno arenoso 0 arenolimoso no compactado; B, el mismo terreno de A comprimido; C, arcilla no compactada, la arcilla está formada por laminillas microscópicas; D, arcilla comprimida por el paso de tractores en el suelo; E, arcilla muy fuertemente compactada en el subsuelo de D, E es casi impermeable; F, suelo normal con partículas de diversos tamaños distribuidas irregulax•mente; G, el suelo anterior con rna costra superficial ocasionada por la lluvia o el riego; H, el mismo terreno coinpritnido por los tractores en el sub: ueto. - 4 - creciente extensión que están tomando los regadíos y su mecanización. Diyne^astiones deseables pa^ra los grán^ulos.-De acuerdo con los últimos estudios, las dimensiones más aconsejables varían entre uno y cinco milímetros. Los tamaños menores disminu}-en la velocidad de infiltración. El deseo de muchos regantes cíe dejar la tierra «hecha harina» es erróneo. La textura y las dimensiones deseables para los agregados determinan las labores a dar, prevxas a la siembra. En terrenos arenosos pueden obtenerse gránulos mayores labrándolos cuando su humedad es tal q_ue tiende a unir unas partículas con otras. Los limos v más aún las arcillas forman terrones. Estos se deshacen por los agentes atmosféricos o por las labores. En los campos regados, siempre que sea posible, se evitará esto último. Si no puede esperarse una lluvia debe confiarse esta acción al riego, realizado cuando el suelo esté francamente seco, ^ no recién alzado ; así, de una manera natural se formarán planos de fractura y se romperán hiego los grandes agregados con una rastra. Claro que no siempre se puede perder tanto tiempo. En tal caso es inevitable mantener, más que en ningún otro, un importante contenido en materia orgánica que impida se formen terrones. Romperlos con reiterados gradeos, estanda húmedos, a la larga siempre es desastroso. La estructura y las labores. Podemos emplear el siguiente símil: un puente metálico ha sido meticulosamente proyectado y cada uno de sus elementos cuidacíosamente construido. No bastará con cíejarlos al azar junto al río que se quiere cruzar. Para que dicha obra de ingeniería esté terminada hay que montarla sobre sólidos cimientos v atender a su conservación. Si no se hace así, al paso de un camión cargado todo se vendrá abajo. El agricul.tor es el ingeniero que construye y conserva la estructura de su suelo. Esta la representamos por el puen- Fig. 2.-Terreno recién labrado, lleno de terrones Si se hubiese esperado más tiempo los terrones serían menores. te, ti- los cilnientos se curresponden con la materia orgánica. Si em^^lea l,rácticas inaciectiaclas de cultivo, la destrttirá a costa cie su hrollio bolsillo. Ia y^esyo e.c r^anc^h^n ^^icz_^'o^• eya^ ^^e^^a^c^í^n ytc^^ E^lr se^ crsro, ^' i^ia^^^or- t^^abcr-jcr^r<In ^ oaa tr^nrt^^res c^nf^ si^^i^ ellc^.c. 1'or esto damos normas para el más acertado laboreo de las tierras regadas. r Oué funciones deben cumplir las labores? En restunen, las sig-uientes : l.a Obtener una más favorable penetración del agua y su más uniforme distribución, así com^ facilitar la aireación. 2.3 L^^grar las mejores condiciones l^ara la germinación de las semillas. 3.' Iaiminar las maías hierbas. 4.a Incorl^orar al terreno los residuos cíe las cosechas. ^.^ Controlar la erosión. Cualquier labor qtte no sea capaz cíe lograr al menos uno <le los fines exlniestos es un despilfarro y absolutamente desaconsejable si interfiere estos objetivos. - 6 - La introducción cle los tractores oblig^a a una revisión de las taenas de antiguo ejecittadas, ctiando sólo se empleaban yuntas }^ trabajo m^nual. E^a la^ art^r^,a^lidad la teyac^ezicia es a labyn.r lo ^^^ievr^os ^+^o.cible el sz^relo, tra^tá-n^tlolo co^ia, el ytaimo q^1e ernf^lecr ^Irza cr^^^r.a de ca^sa ^ara. li^n^i-ar s^^s t^tá.c preciac^c^s ^or•cel^xitas. E?ati- qtie tener biten sentido para aplicar estos hrincipios, pues lo bueno en un sitio no lo es en otra M^s attn, etl zonas com^^ Andalucía ti- Levante ^- en una misma finca, lr^s métc^dos a utilizar par.a las siembras teilipi-anas ^le n^aíz c^ patatas serán distintos cle los ac^^nsejables ^^ara una se^;tinda c^secha, inchiso de la misma plant^. Tainbién ésta ^niede influir seg^ún la faciliclad de germinación de sus si^uientes. I,os aspectos a tener en ciienta son : 1.° Cultivo qtte se va a itnplantat- ^- época. 2.° i^^aturaleza del teri-eno. 3.° Hun^ed.ad presente. ^ 4.° Sistema cle riego a emj^lear ^ si habrá que re^ar antes o después de la nascencia. ^.° Disp^nibilidades de nzaquinaria aclecuada. Compactación provocada por las labores. Es ttna desg^raciacla c^^nsecuencia de la mecanización. Modernamente se prestia la máxima atención a este hroblema y se vislutnbra su solución. h.n la actualiclad, r.^m^^^ hare tres mil años, para arar ha}- que cc^rtar la tierra que ofrece mucha resistencia, consuiniéndc^se mucha energía. Hoy se estudia el laborec^ p^^i- tensión, que redttcir^í la potenci^ I^recisa en un 7^ Ix>r 100; c^ni^ lo que lc^s tractores podrían ser^ inuch^^ más ligeros. El reg^ante siempre ^lebe escoger,^ a i^^rralda^^^ c^c^ f^^^tezz^i^a recrl, los ^tractores tnen^^s pesacl^^s. - 7 - La, rausa^ ^le la c^^ml^actarióit ,un : 1.'` L1 l^asc^ cull vehículos cle rttedas ^letilnátira^, due ura^i^,nan una intensa ^^ breve con^hre5ión. 2." Las zal^atas cle las c^l-ugas, due la J,r^ ^^-^ ^ran lx^c<^ intensa, per<^ ^ltira^íera. 3.^ L<^s ara^l^^s <le ^lisco, las 1-ejas escarifiradoras ^^ las verte<íeras, ^luc ^ie más a menos y en el or^íen citad^^, taml^i^n roml^rimen. C^^ui^> runseruenria <le ell^^, el sttel^^ l^ierde su estructttl-a y sus partírulati se rea^;-rupan. L^^s element^^s más g^ruesos, inclus^^ el lim^^, tienen f^^rma apr^^xima^lamente esférica, ^• atin r^mll^rimi^lus es lnás fácil hacel-los 1-esbalar ttnc^s sobl-e ^^tros ^- ^lejan alg^úll espaci^^ al a^ua llara ^lesl^lazarse. i 1 AGUA AGUA !! I! !!^---r1^-T-, 1! 1 I 111 :^...^-_^.., Antes de arar Capa compactada Retención de agua en la capa compac. tada Nueva retención de agua Fig. 3.-Fases de la compactación del terreno, que se produce de abajo hacia arriba a partir de la compactación inicial producida por vehículos y aperos. La arrilla está c^^listittti<la hor laminillas mirr<^scópicas, ^^ cuan^l^^ se aln-ietan ^e torma casi un l^iur^^ ^le a<l^^be. muy ^lificil ^le atravesar ix^r el aire, el ag-ua ^^ la^ raíces, ^>or lo c^ue en lt^s terrenos arcillost^s es dontle el l^r^^blema tllcanza ltia^^or ^;rave^lacl. I?n la Naturaleza no suele haber tierra^ tc^rnl<ulas por tui^^ s^^l^^ cie est^^s c^mstituyentes : t^^d<^s entran en »>a_^-^^r ^^ nlen^^r l^rulx^rribn. Fig. 4.-Terreno húmedo recién alzado. Tiene bastante materia orgánica, por ello, los terrones presentan muchas líneas de fractura y se romperán en seguida. Cuando predonlinan los elementos g^rttes^s, en los huea^^ que hay entl-e ell<^s se intr^^ciucen los finc^s, taj,^mánclol^s c^n sus hojilla^. ^1sí se ocasionan costras superficiales, cttancío la causa es el ag^tia cle lluvia o rieg^o, o bien lc^sas en^lttrecidas en el interior al pasc^ de los tractol-es. Si la ^^r^^p^^rcibn mati-or es de los element^s finos, la humedad actúa conlo luhricante y reestructura el suelo en la 3c^rma que venios en la figura, formándose agreg^ados mu^- c^msi^tentes, pero .ci ha_^^ f^oca^ Ia^r,ynedad ^rn lzcr^^^ co^^t^f^^•e.ciól^. I^es^^r^a,ciada^^^re^rt^, ^^ns^r rr^i^ hi-ren te^yia^er•o .ce j^roduce gra^z ^ n^ii^f^arta^ciózr; así é^rrE^ l^s ^n.rnjes ct^rezllnso.c deben^ alznf^.ce cri^n^ldo estrrz^T ba.cta^rrf^^ .^^^^^^ns. Los horizontes ami^^acta^lc^s se f.orman bajo la profundidad normal de la labor, cuando la compactación es c^uisacla por las ruedas o cadenas de los tractores, v sul^er f icialmente si se deben al agua de riego o de llu^^ia al in t iltrarse o al golpear. Conviene qtie la rtieda del tractol- l^i^e fuera del surco, cc^n 1^ que es n^enor el riesgo de cr^m^^resión. Asimislno, ha^- que escog-er las dilnensiones de los rlcumáticos ^- las características de l^s aperos, para ^iuc, teniendo en cuenta las fuerzas que actítan, atenuar o sul^rimir los ^lal^^^^s. -9- I:n las líneas due siguen clam^^s las norlnas que hov se recomiendan para labrar tel^renos reg^ados, a la vista de lo que hemos e^pttesto en resumen. Cultivadores rota'tivos. Los ha^- cle nluchos n7oclelos, clesde los movidos por tractores pesados hasta los muy pequeños para huerta. Su trabajo consiste en cortar, batir y mezclar la capa superior del suelo, incorporánclole cuantos residuos veg^etales en ella eaistan. Destruver7 los terrones g^rancíes, pero tienen el grave inconveniente de que la zona trabajada qtteda muy finamente pulverizada, disn^inuyendo su permeabilidad. 1'ara que compritna menos debe realizarse esta faena después de la recolección, con el terreno seco. Se emplearán sólo para los fines indicados, dando a la labor la lnenor pmfundidad posible; seguidamente se alzará. I?n muchos sitios es frecuente proceder a la inversa, porque se usa esta máquina para pulverizar la zona superficial v no para enterrar restos de cosechas, que es para lo que hoy están indicados. El resultado es que la superficie queda lloco permeable, apenas toma agua, y para contrarrestar Fig. 5.-Costra formada por la circulación del agua a causa de una pérdida de la estabilidad de la estructura. Fig. 6.-Motocultor con dispositivo rotativo para pulverizar el terreno superficial cuya estructura destruye, haciendo disminuir la permeabilidad. esto se e^tiende una caha cie estiércol que no se entierra y que se encarga de neutralizar el desfavorable efectc^ cle rotura de la estructura de la faena indicada, proporcionando humedad para la germinación de las semillas. Las mocíernas cosechadoras-picadoras de forraje dejan los restos cíel cultivo anterior bien triturado, sin tocar al terreno, por lo que se le enriquece en materia orgánica sin riesgo de compactación ni de Pulverización, si se opera cuando está seco. I^^ta máquina es la recomendable en ^-ez de Ic^s cultivadores rotativos, má^inle cuando no es aconsejahle tampoco desterronar con eIlos. Labores de alzar. lleben ron^per las partes endurec.idas. Ls la labor funmental, pero si no se hace bien l^ueden anularse sus beneficios. EI s^at.elo debe ru^ri^er.ce ^or bc^jo del laori,^n^ite cot^a^actado. Normalmente basta alzar a una llrofundidad de unos 30 centímetros, niedidos perpendicularniente desde el borde de la parte no labrada hasta el fondo del surco abierto con el arado. A veces hay que dar labc^^res más proftuiclas. E1 caso es labrar siempre bajo las zonas más endureciclas, ^- j^arn c^^^e Fig. 7.-Normalmente basta alcanzar los 30 centímetros de profundidad para que la labor de alzar resulte eficaz. éstas zzo se for^rrtiest, cada. ayto debe calzarse a u^^ia j^rof^rti^^tidid^ad difereyate. Así se facilita la aireación, la penetrac:ión de las raíces y del agua. I?n las fincas niveladas debe. emplearse el araclo reversible, para no alterar la nivelación. Los modelos ^ie desfonde son análogos a los anteriores. 1'uecíen profunclizar hasta los 50 ó 60 centílnetros. ^u finalidad es restaurar la estructura alterada por las faenas diversas, paso de tractores, remolques y cosechadoras sobre terrenos húmedos, el riego, etc. Se alza.rá ba^jo la^ j^^rrt,e etitid7a,recid^a, sin f^yn f^^^.^idi^za^r ^^raás de lo preciso. F_sta labor no tiene contraincíicaciones en cuanto a tipo de suelos. I)ebe realizarse con la tierra bastante seca ^- rara vez hati- que ahondar hasta los 60 centímetros ; suele bastar llegar a los 40. .F,.ct^ la.bor puede coyasiderarse ^^tiryarz- ^^aejora _y ^a^o debe yej^etir-se frecuent^irael^ate. :^1 quedar en la superficie capas poco rneteorizadas y empobrecidas en n^ateria org^ánica, interesa estercolar, o enterrar un abono sideral, para mantener la fertilidad. Cttando una avenida ha depositado arenas o arcillas, con- - 12 - viene alzar a gran prof.undidad para entrelnezclar los clepósitos alttviales al voltear, uniformándose así el terreno. Labores con subsolador. Tienen hur finalidad facilitar la penetración del ag^ua hasta el interior, romper partes endtu-ecidas o ambas cosas, pero sin invertir la posición relativa de los diversos horizontes. El subsolador corriente cunsiste en un bastidor ^ mtt^fuerte, que se acciona con el levantamiento hidráulico^ del que parten uno o varios dientes capaces de profundizar de una forma reg^ulable a voluntad. Estos dientes llevan en su extremo inferior una reja muv reforzada, de manera que el terreno resulta hendido y aflojado sin volteo. Algunos autores recomiendan subsolar en vez de alzar porque esto huede ^- debe realizarse con la tierra seca, es efectivo para lnatar vegetación indeseable, no desnivela la Fig, S.-El paso de subsolador no evita después tener que alzar la tierra. Fig, 9. - Estado en que deja el terreno una moderna cosechadora de remolacha. parcela, para uua nlisma profundidacl reqttiere menos energía ^- nu clalia la estrttctura. Nosotros entenclemos que tratánclose de labores cíe destonde esto es acertado, sobre todo si en casos graves se dan cl<^s pases cruzados de subsolador. Pero tal labor no evita que ha}-a lueg^o que alzar como taena inicial cle la preparación para la sementera, pero sin due ^e ahcmde más que lo nc^rnlal. Labores preparatorias para la sie^nbra. ^u finalidacl es pulverizar, o Inej<n- dicho, partir tinamente los terrrnles sin destruirlos hasta hacerlos polvo, para clue las semillas no queclen en hueco. Usualmente se da un c^ ^hechu, varios pases cle grada, etc. Cuando no hay más remedio que regar para asegurar la nascencia de las plantas, como ocurre en nuestro país con las cosechas de verano v a veces tanzbién con las tar- - 14 - ^lías cíe primavera, esas labores son excesivas e innecesarias en parte. Lo que procede es unitormar el campo con una rastra o grada de púas para que la superficie quede plana, o dividida en tablares, ^^ meter el agua, un buen caudal n^^ erosivo, el cual sustituirá al gradeo repetido. lina vez que se ha alzado, cuantas n^enos labores se den previas al rieg-o que haya que dar antes de la sementera, mejor. Este ha de sustituir a los gradeos en caso de plantas de gran cultivo. L"ma vez regado, tan pronto esté el ^uelo suficientemente seco en la superficie, se pasa una rastra u otro dispositivo análogo (pero no la pesada gra^la de ^íiscos ) para deshacer el aterronado que el agua no hava rot<^ _^- dejar la superficie suave y apta para senlbrar a voleo. Para sietnbras en línea, después de allanar conviene pasar un cultivaclor, sin pro Eundizar mucho, s61o lo bastante para que la bota de la seinbradora coloque las simientes ^íe ^nanera que queden cubiertas de t^ierra fi^aaa. 1^ laúr^aeda-, pe^o no pztilveriza^d^a yzi aj^eh^ia^uada. F_sto asegura una rápida germinación que, además de agua, necesita aire. En el caso cíe las hortalizas, por la pequeñez de sus semillas hay que introducir algunos cambios en el esquema anterior, pero .ce p^^ocura-rá red^,r,ciy a^l ^ní.y^ii^72o indi.cj^e^r.cable las la.bores, sie^n^re qa^e qi^ede el terre^rn bietir- ^rej^arado. I?n genera] se alzará en verano, se regará y gradeará, quedan^lo así disí^uesto el terreno, a la vez que niueren muchas malas hierbas. Cuan<ío se han secado sufic:ienteinente los 15 centín7etros superfi^ciales, se pasa una lig-era rastra niveladora antes ^lel asurcado siguiendo dirección diferente ^íe la que se empleará para la siembra. Luego la tierra que^ía lista para alomarla, sembrar ^ regar de nuevo, para asegurar la nascencia de las plantas o el arraig^^ c1,e la operación d.e trasplante. Las ^^io^^wtaas anteYiore.r so^i las recoriiendables para clitltas desérticos, o pa.ra veya^io e^^z lo.c de ti^o mediterrá^reo, ^ot^ao el iar^estro. En este último caso, después de un invierno mu}- lluvioso no conviene dar un riego copioso en primavera para ablan^lar los terrones. Sie»if^Ye se lah^^^i^^í cl - 15 - Fig. 10. -Estado del terreno en una parcela preparada para trasplantar cehollas. 1^aí^^rinl^n i^rrdi^sf^e^r^,cahh. Ezi^ ta,les c^asn.c ^ttt^z.c qi^e era^ ryrirt^yít^^r ^^t^^n c^.c ini-presci^^^rcli.hle i.r,ira- br,cera^a pro^^isi.óJt de esti.éycol f^a.ra nta^tt^rl^^r !n^ estrrrct^tra, ^ieseable. Reiterar l^^s g^radeos es caer zn un círrul^> vici^^s<^, cada vez el stiel^^ est^i ^^eol-, más ^nineraliza^lc^ ^- en<lurecido. N^^ se inter^lrete 1^^ qlle acabam^^s c1,e ^lecir en el sentid^^ <le ^^ue se cleha sembral- en un camjx, aterr^>rla^l^^, sin^^ que .ciE^rn/^rc^ I^n^' ^ruc^ lahi^^rr In ^^rcyz^^s t^n.ci.hle. ,^' c^rr vf^rairn la^l .^•i^^^^n ^>'E^be^ srr.ctitr^if• a^^ari^a.c labnre.c. ^i ttti ag^ricttltor tiene ilna ^^arcela eil la clue ^fácilmente así n^^ se lc^gra tlna htiena - 16 - «cama» para las semillas, ha de analizar en seguida la tierra, porque puede haber falta grave de materia org^ánica, un problema de salinidad o de alcalinidad. El terreno donde se va a sembrar tiene que tener humedad y aire para que las simientes puedan respirar, y estar blando para facilitar el esfuerzo mecánico que tienen que hacer las raicillas hacia abajo y el tallito hacia arriba l^ara salir a la atmbsfera. Si hay una costra sttperficial endurecida habrá muchas marras. Lo mismo si e^iste tula capa subterránea endurecida hor un de^acertado labore^, ; en tal caso, las raicillas se curvarán y pueden morir las plantitas, lo que es muy corriente en los algodones de rega<lio. P^^r lo demás, la e^istencia de una zona endurecida due ^ea poco o nada permeable por las raíces hace que los cultivos que se desarr^^llen sobre ella ^len producciones muy ba_jas. E1 inconveniente de las costras superficiales se puede salvar sembrando en caballones ; repetimos, no se debe a apelmazamiento del terreno por las labores, sino a rotura de su estructura por el agua. La compresión en el subsuelo sólo se puede remediar con labores profundas, buena provisión de materia orgánica y un mínimo de pases de tractores pesados sobre el terren^. Binas. El reiterarlas no está indicado en regadío. En este caso s^^U úyiiea f inalic^ad es destyuir las rnalas hierbas, por lo que cada operación será tan enérgica y cuidadosa como se pueda, para reducir el número de binas }-, en consecuencia, la indeseable compactación que produce el paso de tractores por los campos regados. Prácticas recomendables y desaconse jables. I.as normas que siguen se han de adaptar a las características de cada finca, sin olvidar que no es lo mismo una siembra después de varios meses de sequía que a continua- - 17 - Fig. Il.-Con los métodos indicados puede quedar el suelo ligeramente aterronado, pero en excelentes condiciones para la siembra. ción de un largo período de lluvias. Estas normas tienden a conservar una estructura favorable, pero si ésta se ha perdido es imprescincíible una intensiva aportación de materia orgánica y reducir las labores al mínimo. Cuando se siguen estas directrices de una manera ponderada, se ha comprobado que los rendimientos se incrementan notablemente, además del ahorro qtte suponen en tiempo y dinero. La.r ^^r^xcti.cas qrT^e recosrzenda^nos so^i lns q^re tie^^d^e^^, a. ^7iaantener ltitia- b7.^e^aa per^2eabili.dad _y aireacióra. - 18 1:11 COI1tieCi1211C1^1: L° ^e apc^rtará t^^^la la n^lateria ^^rgánica posible (estiérc^^l, residu^^s cle cosechas ^nteri^,res ^- ab^m^^s siderales ) ^- se se^-uirá una rc^ta^^ión en la ^^ue entren leg^uininosas ^f^^rrajeras, alternánd<^se las ^^lantas c^e raíces s^nneras v l^rofunclas, ix^rque éstas s^^n beneficiosas. 2.° Se a^Yarcr hnjn la ^ c^ha ^^^td^ir^eci^^a 1' c^zc^a ^yao a clr.ctinta f^rotr^^yidic^a^d, l^ara que esta lab<^i- i^o i<^r^ne tal ca^^a. Los suel^^s arcillosc;s se alzarán cuando estén bastante secos. Para r^^mper la caha enclurecicla se puede recurrir al stlbsolacl^^ una vez cacla vari^^s añ^^s; ^^ero el stibs^^lad^^ n^> sustittt^-e a la lab^^r de alzai-. 3.° ^e reducirán al mínini^^ iilclis^^ensable las lab^^res preparat^^rias previas ^ la siembra, aunqtte ha}-a terrc^lles, siein^^re que la semilla quede en tierra híuneda }- bien cubierta, no en huea^ ni eu una zrn^a aj^elmazada. 4.° ^e bitiará el menoi- númeru de veces ^x^sible, sól^^ ^c7r-a destr-rtii^r las ^iacrlas h^ierha^s. Cttando ea^nó^nicamente sea tactible el u^^^ cle herbicidas selectivos se suprimirá esta ^faena, am^^^ se ha clesteri-a^l<^ en lc^s trig-ales la esearcla manual. 5." L^^; ^^ase^ cle sttbs^^la<l^^r, cultivad^^res r^^tativos ^^ ti-oceadores de fc^rr^je y i-astrc^jo se harán des^^ués cle la rec^lección, estan^l^^ la l^arcela seca. ^ C rrcnr^f^^ f^l^n ha.^^ lzrriiteda^^ sar,_tici^^^tc° f^ar-cr qrt^E^ ytazcan^ las ^ sc^ntillus: 1.° Ues^>ués cle arar ^e clejará tocío el tiempo posible que se airee el tet-ren^^, antes cle meter-le el agua. 2.° ^e dará sól^^ un rieg-o c^^^^ic^so previ^^, en vez de varios ligcr^^s. 3.° ^e re^lucirán las lab,^res al iníninl^^ indisj^ensable, Fig. 12.-La deficiente nivelación origina encharcamientos que perjudican la estructura del suelo. l^ara que al regar por primera vez la corriente de agua cubra bien el campo. 1'odo ello además de las normas indicadas anteriormeilte. Desa.co^a.ce ja^»tios toda^ la^bor q^^e retarde el ]]tovimieyatn de la l2u^iec^a^^^ o del aire en el interior del s^tielo. Lntre estas labores d^esa^cozi^.cejables, cualesquiera que sean las circunstancias de la sementera, se encuentran las siguientes : l.a Ouemar los rastrojos cuando no ha^^ l^lagas quc hacen imprescindible esta práctica; sólo en este caso estará justificad.a. 2.a No seg^uir una rotación ade^,uada. Sobre todo, es herjudicial repetir indefinidamente siembras en línea, aun- -20- dlie no sea la lnislna plant^,; si se trata de un monocultivu, el efectc^ es to^lavía peor. 3.^ r^lzar sieinpl-e a la n^islna prc^^fundidad ti- alzal- Ias zcmas arcill^>sa^ cuando están húmec^as, iliclttso aunque estén niedianan^lente httmedas. 4.^ Labrar con exceso Ia stt^erficie hasta clejarla finalnente hulveri.zada, i-eitel-and^l g-radeos. á.a I3inar c^m la finalicl^cl de tener la tierra fi'na. C^rt^rrrd^^ ltez^_^^a^ c^rte re^^ar a^rrtes de seisahrar, estcí con^t,raitrdi^a^do: L° Meter el ag^ua en la parcela innlediatamente desl>ttés cle arar. 2.° I)ar varios riegos pl-evios de poco cauclal. 3.° Yulverizar e1 terreno ^-radeándolo después qt^te se regó la I^rimera vez. PUBLICACIONEti1' DE CAPACITACION AC'irRARIA Bravo Murillo, 101, Madrid-20. DepGSito Ie^;ul, )VI. 3.109 19b,4. Se autoriza la reproducción ínteyra de esta publicación mencionando su origen, «Hojas Divulgadoras del Ministerio de Agricultura». '_=r.íflcas L'guina. Aleléndez Valdés, T. ,Uaarid, lss9.