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EXCELSIOR 27.02.1977?
EXILIO-DERECHOS HUMANOS-TERRORISMO DE ESTADO-FOTOGRAFIAS
El Largo Asilo de Cámpora
Duro Golpe al Humanitarismo
esperarse
quien no sólo se
OGOTA,
febrero—El
prolongado
Por PEDRO
PABLO
CAMARGO, puede
corresponsal
de de
EXCELSIOR
B
alzó con el gobierno, sino que se ha
asilo del ex presidente argentino
caracterizado por violar los más ele¬
Héctor J. Cámpora en la, embajada
de México en Buenos Aires y la ne¬
gativa de la dictadura militar a otor¬
garle salvoconducto para que pueda
salir del pais, es considerado en Co¬
lombia y el resto de la América del
Sur como una repetición de los episodios del asilo del líder aprista pe¬
ruano Víctor Raúl Haya de la Torre.
Haya de la Torre se refugió en la
segunda década de los años cuarentas
en la embajada de Colombia en Lima,
victima de la persecución de la dicta¬
dura de Odria. Pero el embajador
colombiano Carlos Echeverri Cortés
cometió el error de entrar en polé¬
mica con la cancillería de Torre Tagle, que alegaba que Haya de la
Torre era un delincuente común y
que, en consecuencia, no procedía
el asilo diplomático.
Colombia, fiel en aquel entonces
al asilo, no cedió y como represalia
el régimen militar peruano rodeó la
embajada colombiana en Lima, cavó
trincheras y colocó soldados para
impedir a toda costa la salida de Ha¬
yas de la Torre.
Posteriormente ambos países se
pusieron de acuerdo en llevar el diferendo ante la Corte Internacional de
Justicia, la cual produjo dos fallos
ambiguos que, al final de cuentas,
debilitaron la institución humanitaria
del,derecho de asilo
¿Cómo terminó el diferendo? Des¬
pués del golpe militar del general
Gustavo Rojas Pinilla del 13 de junio
de 1953, que derrocó al caudillo fa¬
langista Laureano Gómez, la canci¬
llería de Evaristo Sourdis buscó un
arreglo con la del Perú. La curiosa
solución consistió en que el gobierno
colombiano consintió en que las auto¬
ridades peruanas penetrasen a su
embajada en Urna para presentar
una acusación formal contra Haya
de la Torre y después decretar su
"expulsión". Haya de laTorre salió
después de varios años de cautiverio
y la cancillería colombiana hizo, como
se dice popularmente,, el papel del
oso.
Seguramente algún "milico", como
dicen los chilenos, le contó al general
Jorge R. Videla, el gorila de turno
en la patria de José de San Martin,
la historia azarosa del asilo de Víctor
Raúl Haya de la Torre y aquél, ni
corto ni perezoso, se niega a darle
el salvoconducto al ex presidente
peronista Héctor J. Cámpora, quien
durante su paso por el poder demos¬
tró ser mejor político qué odontólogo.
Desde luego que el régimen mili¬
mentales derechos humanos de los
argentinos en una represión inaudita.
Y en el colmo de la persecución
política, el régimen militar de Videla
acaba de cancelar la pensión de ex
presidente al señor Héctor J. Cám¬
pora, violando así un derecho legíti¬
mamente adquirido, con el pretexto
de que el cometió actos "contra los
supremos intereses de la nación",
según el comunicado ad hoc del mi¬
nisterio de "bienestar social".
Otros dos ex presidentes peronis¬
tas, Isabel Martínez de Perón y Raúl
Lastiri, están presos y van a ser
privados de sus derechos políticos y
de sus pensiones precisamente por
quienes han atentado gravemente
contra la nación argentina.
Pero es el error de los políticos
de las naciones sudamericanas que
cuando llegan al poder no se preocu¬
pan por acabar ios famosos "ejérci¬
tos profesionales" que son el ariete
de sus propios sistemas y que, en¬
cumbrados en el poder, se consagran
a la tarea de aplastar a sus enemigos
sin clemencia de ninguna naturaleza.
Juan Domingo Perón llegó en su
total decadencia a la Argentina y
fue tan reaccionario como ahora
su sucesor Jorge R. Videla. Quizás
el unico que en la segunda historia
peronista se salve es Héctor J. Cám¬
pora, quien hizo una presidencia
abierta y progresista. Pero cometió
el error de ser demasiado leal a un
Perón decrépito y reaccionario. Le
pagó a Cámpora su lealtad con la
Vicepresidencia a su segunda esposa
que quiso jugar a Evita Perón.
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