Número de registro: 17431 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISIÓN 328/2002.
Número de registro: 17431
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XVII, Febrero de 2003
Página: 837
AMPARO EN REVISIÓN 328/2002.
CONSIDERANDO:
SÉPTIMO. Por razón de técnica jurídica, se procede al examen de los agravios expresados
por la autoridad judicial recurrente en contra de la parte de la sentencia que concedió el
amparo a los quejosos, los que resultan infundados en parte, e inoperantes en otra, de acuerdo
con las siguientes consideraciones.
Lo anterior es así, porque para conceder la protección constitucional solicitada respecto del
delito de secuestro, previsto y sancionado por el artículo 141, fracción II, del Código Penal
para el Estado, la Jueza de Distrito se apoyó en el material probatorio que cita, examina y
valora en la sentencia recurrida, y válidamente consideró que las pruebas y los argumentos
que sustentan el acto reclamado son insuficientes para acreditar que al privar de la libertad al
ofendido, los sujetos activos tuvieran la pretensión de causarle daño o perjuicio, ya que
además de que no existe prueba que así lo demuestre, la alteración en la salud que presentó el
ofendido constituyó un medio para cometer el secuestro, ya que opuso resistencia en el
momento en que fue privado de su libertad, por lo que dicha conducta no fue desplegada con
la expresa pretensión de causar daño o perjuicio al secuestrado. La anterior conclusión es
legal, habida cuenta que la juzgadora federal apreció el acto reclamado tal como apareció
probado ante la autoridad responsable, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 78 de
la Ley de Amparo, mientras que la autoridad responsable pretendió justificar la hipótesis del
artículo 141, fracción II, del Código Penal para el Estado, con base en que: "...
independientemente por (sic) lo declarado por el señor ... de que fue golpeado en la cara con
una pistola por parte de uno de los agresores y secuestradores, contamos con el certificado
médico que ya presentó el ofendido y, aún más, en el dictamen pericial desahogado por el
perito en materia de balística, dictaminó que la pistola de nueve milímetros y demás
características que constan en actuaciones y que es la misma que ocuparon los
secuestradores, contenía huellas de sangre; porque a criterio del suscrito se considera que
queda demostrada plenamente la corporeidad material del ilícito de secuestro contemplado en
el artículo 141, fracciones I y II del Código Penal vigente en el Estado, al haberse reunido los
elementos materiales que lo constituyen.".
Contrariamente a lo expuesto por el Juez recurrente, con las anteriores consideraciones no se
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comprueba la hipótesis consistente en que los sujetos activos tuvieran la pretensión de causar
daño o perjuicio al secuestrado, con independencia de que se tratara de causar un daño
patrimonial, sino lo que se demuestra es que ante su resistencia a ser privado de la libertad,
que era la finalidad que los sujetos activos pretendían para obtener el rescate, utilizaron la
violencia y le causaron lesiones para llevar a cabo el secuestro; en esas condiciones, procede
desestimar los argumentos que se hacen valer sobre este aspecto, al ser infundados, pues,
como se dijo, las pruebas existentes en autos ponen en evidencia que los acusados tenían la
intención de realizar el secuestro con el fin de obtener un rescate, en perjuicio patrimonial del
ofendido, y si bien es cierto que para lograr su cometido lo golpearon en la frente con una
pistola, ocasionándole las lesiones que se hicieron constar en el certificado médico emitido
por el perito legista y en la fe ministerial de lesiones de dieciséis de febrero de dos mil dos,
también lo es que utilizaron la violencia como medio comisivo del delito de secuestro, con el
fin de obtener un rescate, y no precisamente para causarle lesiones al secuestrado, de modo
que no se actualiza la hipótesis prevista por el artículo 141, fracción II, del Código Penal para
el Estado, cuyo núcleo no requiere que se acredite la existencia de alteraciones en la salud del
secuestrado, sino sólo la pretensión de causarle daño o perjuicio, que no se demostró en el
caso; de modo que dichas lesiones deben ser consideradas en forma independiente del tipo
penal de secuestro, de acuerdo con las pruebas existentes en el sumario penal, en los términos
y para los efectos señalados por la Jueza de Distrito en la sentencia recurrida.
El Juez revisionista aduce que el auto de formal prisión dictado en contra de los inculpados
por el delito de lesiones, previsto y sancionado por el artículo 114, fracción III, del Código
Penal para el Estado, no es violatorio de garantías en perjuicio de los quejosos, pues para su
dictado se basó en el certificado médico expedido el dieciséis de febrero de dos mil dos por el
médico legista, en el que hizo constar que presentó escoriaciones y herida en la región
supraciliar que interesó piel y tejido, así como en la fe ministerial de lesiones en la que se dio
fe de la existencia de escoriaciones y equimosis en región supraciliar derecha y hematoma,
razones por las que consideró aplicable la fracción III del artículo 114 del Código Penal para
el Estado. Por su parte, para conceder la protección constitucional respecto de tal delito, la
Jueza de Distrito partió de la base de que la autoridad responsable adujo que "dichos
elementos se encuentran debidamente probados en actuaciones, a través de: 1) La fe
ministerial de lesiones practicada por el personal actuante de ésta representación social al
agraviado ... de fecha dieciséis de febrero de dos mil dos; 2) El certificado de lesiones
practicado por el médico legista adscrito a esta agencia del Ministerio Público investigador,
de fecha dieciséis de febrero del mismo año, a través del oficio número 088, por tanto, se
establece que existió una alteración en la salud del pasivo ... misma que fue producida por
una causa externa.". La juzgadora federal consideró que con dichos medios de prueba no se
acreditó que la alteración causada en la salud del ofendido, sea de aquellas que dejan cicatriz
perpetua y notable en la cara, ya que las pruebas en cuestión no hacen referencia a dicha
circunstancia, ni existe en autos diverso elemento de prueba que lo acredite. En esas
condiciones, los agravios del revisionista son insuficientes para revocar la determinación de
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la Jueza de Distrito, pues no contienen los razonamientos lógico-jurídicos encaminados a
combatir las consideraciones que sustentan la concesión del amparo, consistentes en que
ninguna de las pruebas referidas por la autoridad responsable establecen que las lesiones
sufridas por el agraviado le dejen cicatriz perpetua y notable en la cara, sin que sea
procedente suplir la deficiencia de la queja porque la ley no la permite en beneficio de la
autoridad recurrente.
En este aspecto compartimos el criterio sustentado por el Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito en la tesis jurisprudencial 681, publicada en la página 564 del Tomo II, Materia
Penal, Séptima Época, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, y es
aplicable el sustentado por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
la tesis de jurisprudencia 38, publicada en la página 25 del Tomo VI, Materia Común,
Séptima Época, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, que dicen:
"REVISIÓN PENAL. ES DE ESTRICTO DERECHO SI LA AUTORIDAD
RESPONSABLE LA HACE VALER. El recurso de revisión interpuesto por la autoridad
responsable, aun cuando derive de un juicio de naturaleza penal, es de estricto derecho, por
no estarse dentro de ninguno de los supuestos, que de conformidad con el artículo 76, párrafo
tercero, de la Ley de Amparo, permiten suplir la deficiencia de la queja; en consecuencia, los
agravios de dicha autoridad deben combatir expresa y directamente todas y cada una de las
violaciones a las leyes de fondo y forma en que se hubiese incurrido en el fallo impugnado,
sin que el Tribunal Colegiado pueda subsanar ninguna irregularidad o deficiencia de esos
agravios."
"AGRAVIOS INSUFICIENTES. Cuando en los agravios aducidos por la recurrente no se
precisan argumentos tendientes a demostrar la ilegalidad de la sentencia, ni se atacan los
fundamentos legales y consideraciones en que se sustenta el sentido del fallo, se impone
confirmarlo en sus términos por la insuficiencia de los propios agravios."
En otro aspecto, la autoridad recurrente aduce que le causa agravios la parte de la sentencia
que declaró la inconstitucionalidad del auto de formal prisión dictado en contra de ... por el
delito de encubrimiento por favorecimiento, previsto y sancionado por el artículo 281 del
Código Penal para el Estado, pues respecto del primer indiciado, la Jueza de Distrito
argumentó que no existe señalamiento directo en su contra y, en relación con el segundo, dijo
que la acreditación del delito se basó en el hecho de que tenía conocimiento de quiénes eran
los autores intelectuales y materiales del secuestro, pues comentó con algunas personas que el
sujeto pasivo tenía mucho dinero y andaba solo, que tal hipótesis se actualiza porque ... en
una forma u otra, ayudó a ... para que llevara a cabo el secuestro, pues en forma voluntaria le
proporcionó su número de cuenta bancaria y, como tenían cierta amistad, es posible que haya
tenido conocimiento del secuestro; luego entonces, ocultó a la autoridad los hechos que
conocía, impidiendo la investigación, pues no es creíble que no supiera cómo lo obtuvieron,
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ya que cuando era trasladado en helicóptero, reconoció la voz de ... como la de la persona a la
que anteriormente vendió un vehículo, de modo que existía cierto conocimiento y amistad
entre ellos, y puede entenderse que tenía conocimiento de los hechos delictivos.
Los anteriores argumentos son infundados porque para conceder la protección constitucional
solicitada, la juzgadora federal se apoyó en el material probatorio que cita, examina y valora
en la sentencia recurrida, por lo que determinó que no son aptos ni suficientes para acreditar
la existencia de los elementos del tipo penal del delito de encubrimiento por favorecimiento,
previsto y sancionado por el artículo 281 del Código Penal para el Estado, cuya comisión se
atribuye a ... toda vez que con ellos no se demuestra que dichos inculpados, después de la
ejecución del secuestro y sin haber participado en éste, hubiesen ayudado en cualquier forma
a sus coinculpados a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de
ésta, u ocultaren, alteraren, destruyeren o hicieren desaparecer los rastros, pruebas o
instrumentos del delito, o que aseguraren para los inculpados el producto o provecho del
mismo. Lo anterior se encuentra ajustado a derecho, pues como correctamente lo estimó la
Jueza Federal, los hechos demostrados en la causa penal en relación con ... permiten
acreditar, sin lugar a dudas, que sí proporcionó voluntariamente a ... su número de cuenta
bancaria para que la utilizara e hiciera un depósito, pues de otra manera no se explica cómo ...
obtuvo dicho número, ni cómo pensaba retirar el dinero una vez hecho el depósito; sin
embargo, tales hechos son insuficientes para demostrar, sin lugar a dudas, que ... tuviera
conocimiento de que el dinero a depositar provendría del pago de un rescate por secuestro, ya
que no existe ninguna prueba que conduzca a esa conclusión, en la inteligencia de que si bien
es cierto que ... negó haber proporcionado su número de cuenta, ello es lógico y se explica
porque fue trasladado de su domicilio sito en la calle Salto del Agua número 446, colonia
Revolución y Benito Juárez, de Netzahualcóyotl, Estado de México, a la ciudad de
Ozuluama, Veracruz, por agentes de la Policía Judicial o Ministerial, por ser el titular de la
cuenta en cuestión; máxime que su cliente ... afirmó que dicho inculpado ignoraba lo
relacionado con el secuestro, a pesar de que sabía que fue quien guió las investigaciones
hasta su persona, al reconocer su voz en las grabaciones; además, el hecho de que entre ...
existiera una relación de vendedor a comprador, no significa necesariamente que el primero
supiera el origen del dinero que se pretendía depositar, por lo que al no existir señalamiento
directo en contra de ... ni confesión de su parte, no se configura la prueba circunstancial para
tener por acreditados los elementos típicos del delito de encubrimiento por favorecimiento, ni
la probable responsabilidad de ...
En esas condiciones, procede desestimar por ser infundados, los agravios en que la autoridad
recurrente aduce que en una forma u otra ... ayudó a ... para que llevara a cabo el secuestro, al
proporcionarle voluntariamente su número de cuenta bancaria, y como tenían cierta amistad,
es posible que haya tenido conocimiento del secuestro; luego entonces, ocultó a la autoridad
los hechos que conocía, impidiendo la investigación, pues no es creíble que no supiera cómo
obtuvieron el número de cuenta, ya que cuando era trasladado en helicóptero, reconoció la
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voz de ... como la de la persona a la que había vendido un vehículo, de modo que existía
cierto conocimiento y amistad entre ellos, y puede entenderse que tenía conocimiento de los
hechos delictivos, pues tales hechos no actualizan el delito de encubrimiento por
favorecimiento, que se refiere a circunstancias acontecidas después de la ejecución del delito
y sin haber participado en él, de donde se sigue que si la autoridad judicial responsable
sostiene que ... de una forma u otra ayudó a ... para que llevara a cabo el secuestro de ... ello
implicaría participación en los términos señalados por el artículo 28, fracción VI, del Código
Penal para el Estado, hipótesis que proscribe al encubrimiento, ya que la autoría y la
participación no coexisten con este último delito.
En relación con ... el Juez recurrente alega que la sentencia impugnada le causa agravios,
porque afirma que es indudable que dicho inculpado tenía conocimiento de la comisión de los
hechos delictivos, al decir que sabía quiénes eran los autores intelectuales y materiales del
secuestro, lo que mencionaron en igual forma ... al decir que el sujeto pasivo era una persona
que tenía mucho dinero; que ... se enteró posteriormente que lo habían secuestrado, pero no lo
puso en conocimiento de la autoridad porque había comentado con diversas personas que el
agraviado tenía mucho dinero, por lo que es indudable que sin haber participado en el delito
... ocultó lo que había comentado con diversas personas y pudo dar lugar a que los acusados
se pusieran de acuerdo para realizar el secuestro, ocultando datos que podrían impedir la
comisión del ilícito si los hubiese puesto en conocimiento de la autoridad. Los anteriores
agravios son infundados, ya que de la interpretación jurídica del artículo 281 del Código
Penal para el Estado, se concluye que para que se actualice, es necesario que exista la
prestación de auxilio o la cooperación de cualquier especie de las que señala dicho precepto
legal, consistentes en que el encubridor realice alguna conducta o acto de naturaleza positiva
que se manifieste en la realidad exterior, con el fin de que el inculpado eluda las
investigaciones de la autoridad, por lo que no basta la conducta pasiva desplegada por el
inculpado, hoy quejoso, consistente en no denunciar el hecho delictuoso del que tuvo
conocimiento después de que hizo el comentario de que el ofendido tenía mucho dinero. De
modo que, si en el caso no se acreditó en autos que ... a quien se imputa la comisión del delito
de encubrimiento por favorecimiento, hubiese ocultado, alterado, destruido o desaparecido
los rastros, pruebas o instrumentos del delito, es claro que no se acreditaron los elementos
materiales del delito, pues no se justificó que el activo en cuestión haya tenido la dañada
intención de cometer dicho ilícito, ni mucho menos que existiera un nexo causal entre la
conducta atribuida a quienes llevaron a cabo el secuestro y la desplegada por el aquí quejoso.
En esas condiciones, fue correcto que la Jueza de Distrito concluyera que con las pruebas
relacionadas por la autoridad responsable, tampoco se puede integrar la prueba circunstancial,
ni es posible afirmar, sin lugar a dudas, que ... tuviera pleno conocimiento de quiénes fueron
las personas que cometieron el secuestro, ni que al no denunciarlos haya cometido el delito
de encubrimiento por favorecimiento que se le atribuye.
Es aplicable en este aspecto, el criterio sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte de
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Justicia de la Nación, en la tesis 285, publicada en la página 150, del tomo relativo a
Precedentes Relevantes, Materia Penal, Séptima Época, que dice:
"ENCUBRIMIENTO, REQUISITOS PARA LA INTEGRACIÓN DEL DELITO DE. Para
que se configure el delito de encubrimiento, no basta que el imputado tenga conocimiento de
que se va a cometer un hecho delictuoso, omitiendo el deber legal de impedir su
consumación, sino que tal conocimiento debe fundarse en datos reales, perceptibles, y no en
el simple enunciado de una conducta futura de la que se haga confidente a una persona, pero
que no tiene para ésta ningún viso de probabilidad en cuanto a su realización."
De acuerdo con las anteriores consideraciones, no asiste razón al Juez recurrente, cuando
argumenta que el auto de formal prisión se encuentra ajustado a derecho, porque como ya se
dijo, los datos arrojados por la averiguación previa son insuficientes para tener por
comprobados el cuerpo del delito y la probable responsabilidad de los acusados por el delito
de encubrimiento por favorecimiento, con independencia de que la ley no exija que se tengan
pruebas claras para establecer su culpabilidad.
Por último, el Juez revisionista alega que la sentencia impugnada es incongruente, porque
después de valorar los argumentos esgrimidos por los quejosos, les negó la protección
constitucional en el primer resolutivo y, en el resolutivo segundo, les concede el amparo. Los
anteriores alegatos son infundados, pues de la lectura de la sentencia sujeta a revisión, se
constata que fue dictada en estricto cumplimiento de lo dispuesto por los artículos 77 y 78 de
la Ley de Amparo, ya que la juzgadora de distrito fijó en forma clara y precisa los actos
reclamados y apreció en forma adecuada las pruebas conducentes para tenerlos por
demostrados; también señaló los fundamentos legales en que se apoyó para declarar su
constitucionalidad e inconstitucionalidad, respectivamente, con base en la relación y
valoración de las pruebas que le sirvieron de sustento para emitirla, es decir, apreció los actos
reclamados tal como aparecieron probados ante la autoridad responsable, por lo que al
concluir que el acto reclamado por ... dictado en su contra por el delito de secuestro previsto
por el artículo 141, fracción I, del Código Penal para el Estado, cumple con los requisitos que
exige el artículo 19 constitucional, válidamente les negó la protección constitucional y, por
otra parte, también fue correcto que les concediera el amparo a ... por los delitos de secuestro
y lesiones, previstos y sancionados por los artículos 141, fracción II, 113 y 114, fracción III,
del Código Penal para el Estado y, a ... por el delito de encubrimiento por favorecimiento,
previsto y sancionado por el artículo 281 del citado código.
En consecuencia, al resultar inoperantes, por insuficientes e infundados, los agravios
analizados, procede confirmar la sentencia en la parte que se revisa y conceder la protección
constitucional solicitada para los efectos precisados por la Jueza de Distrito.
OCTAVO. Los agravios que expresaron los quejosos, hoy recurrentes, en contra de la parte
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de la sentencia que les negó la protección constitucional, resultan infundados, sin que se esté
en el caso de suplirlos en alguna deficiencia, en términos de lo dispuesto por el artículo 76
bis, fracción II, de la Ley de Amparo, por no advertirse motivo manifiesto para ello, según se
desprende del estudio integral del asunto.
En efecto, contrario a lo que alegan ... la sentencia que les negó el amparo y protección de la
Justicia de la Unión se encuentra ajustada a lo dispuesto por los artículos 77 y 78 de la Ley de
Amparo, y no les causa agravio alguno que deba repararse por este Tribunal Colegiado, ya
que la Jueza de Distrito fijó en forma clara y precisa los actos reclamados, y apreció en forma
adecuada las pruebas conducentes para tenerlos por demostrados; también señaló los
fundamentos legales en que se apoyó para declarar su constitucionalidad, con base en la
correcta valoración de las pruebas que sirvieron de sustento al Juez responsable para emitir el
acto reclamado, es decir, apreció dicho acto como apareció probado ante la autoridad
responsable, por lo que al cumplir con los requisitos exigidos por el artículo 19
constitucional, válidamente negó la protección constitucional solicitada por los quejosos.
Lo anterior es así, porque para negar el amparo y protección de la Justicia de la Unión en
contra del auto de formal prisión dictado en contra de ... por considerarlos probables
responsables en la comisión del delito de secuestro, previsto y sancionado por el artículo 141,
fracción I, del Código Penal para el Estado, en agravio de ... la juzgadora federal sostuvo,
básicamente, que tanto los elementos que integran el cuerpo del delito, como la probable
responsabilidad de los inculpados en su comisión, se acreditaron con el material probatorio
que obra en la causa penal 40/2002 que cita, examina y valora adecuadamente en la sentencia
recurrida, que ha quedado transcrita en el tercer considerando de esta ejecutoria, lo que hace
innecesaria su reiteración; determinación que es legal, pues el auto de formal prisión
reclamado cumple con los requisitos de forma y fondo que exigen los artículos 19
constitucional y 164 del Código de Procedimientos Penales para el Estado, ya que los hechos
demostrados con esos elementos de convicción, adminiculados de manera lógica y natural,
revelan en forma clara y objetiva que el catorce de febrero de dos mil dos, varias personas,
entre las que participaron los inconformes, privaron de su libertad a ... cuando se encontraba
en el rancho Tres Hermanos, del Municipio de Tantima, Veracruz, con la finalidad de obtener
rescate, por lo que se configuraron los elementos materiales del delito de secuestro, ya que es
incuestionable la existencia de acciones ilícitas llevadas a cabo por varias personas, entre las
que coparticiparon ... consistentes en haber privado de su libertad al sujeto pasivo, con el fin
de obtener rescate, con lo que se acredita la afectación del bien tutelado por la norma penal
consistente en la libertad personal del ofendido; que su realización es de naturaleza dolosa,
pues conociendo las circunstancias que integran la descripción legal, los aquí quejosos
quisieron y aceptaron la realización de los hechos ilícitos hasta sus últimas consecuencias, al
haber coparticipado en su ejecución, por lo que sus conductas encuadran en lo dispuesto por
el artículo 28, fracciones III y VI, del Código Penal para el Estado; también aparecen
demostrados el resultado y la atribuibilidad de dichas acciones ilícitas, entre otros, a ... en las
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circunstancias de tiempo, modo y lugar que se justifican en autos, sin que esté comprobada en
su favor ninguna causa que los exima de responsabilidad o que extinga la acción penal.
Ahora bien, esos medios probatorios revelan que los inconformes son las personas que
probablemente coparticiparon en la ejecución de las conductas antijurídicas que se les
reprochan, pues ello se evidencia con: 1) El reporte vía fax enviado al agente del Ministerio
Público investigador de Ozuluama, Veracruz, por Noé Hernández Santa Rosa, jefe de grupo
de agentes de la Policía Ministerial de Naranjos, Veracruz, en donde informa que ... notificó
que su padre ... fue secuestrado a las diecinueve horas del catorce de febrero de dos mil dos,
cuando iba acompañado por su chofer Alberto Valdez Martínez (foja 19); 2) La declaración
ministerial rendida el quince de febrero de dos mil dos por Alberto Valdez Martínez, quien
dijo que es chofer de ... por lo que el día anterior conducía una camioneta de su propiedad,
cuando salieron del rancho "Tres Hermanos", del Municipio de Tantima, Veracruz, y al llegar
a un guarda ganado ubicado en la última división del rancho, estaba estacionada una
camioneta marca Ford, color blanco, que les impedía el paso, y estaban dos individuos
afuera; que uno se acercó a preguntarles si traían cables para pasar corriente, que les dijo que
iba a buscarlos y se bajó de la camioneta para buscar atrás del asiento, y no los encontró,
aunque sabía que sí los llevaban; que el individuo le preguntó "si sabía algo de camionetas" y
le contestó que no; que le dijo que se metiera a su camioneta para que la arrancara, pero le
dijo que iba ver la batería, pues podría traer algún cable roto; que al llegar al lugar donde
estaba la camioneta se asomó para ver la batería, percatándose de que abajo del vehículo
estaban acostados dos individuos más del sexo masculino, tirados sobre el guarda ganado, sin
que dijera nada, pero sospechando algo, quiso caminar hacia la camioneta de su patrón,
cuando los dos primeros individuos lo quisieron agarrar por atrás, pues lo rodearon con sus
brazos, sólo que de un codazo se zafó y echó a correr rumbo al rancho y ... se quedó en la
camioneta que estaba en el sitio donde fueron interceptados, pero ya se había bajado de la
misma; que cuando corría escuchó dos disparos de arma de fuego; que alcanzó al trabajador
Francisco Avilés Pérez quien conducía un tractor del rancho, a quien le comentó lo que había
sucedido y se fueron rápidamente para el rancho; que una vez que llegó habló con el
encargado del rancho, quien es su hermano Andrés Barrera, y éste se comunicó por radio a
Naranjos y habló con ... hijo del agraviado; que de los dos individuos que lo interceptaron
uno era de complexión delgada, "altito", color moreno, cara delgada, rasurado de barba y
bigote, y fue el que habló con el declarante, por lo que le notó acento como del rumbo de
Poza Rica, Veracruz; que el otro era medio "chaparrón", color "blanquito", gordo, sin barba,
ni bigote; que a los dos que estaban tirados en el guarda ganado no los podía describir,
aunque vio que estaban boca arriba e inmediatamente sospechó que era un asalto. Asimismo,
al contestar las preguntas que le hizo el agente del Ministerio Público, entre otras cosas, dijo
que salieron del rancho como a las dieciocho horas con veinte minutos, y cuando llegaron al
lugar donde los interceptaron eran como las seis y media de la tarde, pues ya había
oscurecido y llevaba las luces encendidas; que ... le ordenó que buscara los cables que le
pidió uno de los individuos; que cuando salió corriendo, uno de esos sujetos ayudó al otro
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para agarrar al agraviado y cuando iba como a cien metros escuchó dos disparos de arma de
fuego, y luego escuchó que arrancaron la camioneta y salieron rápido; que después de haber
informado de los hechos a su hermano, ambos regresaron al lugar donde dejó estacionada la
camioneta de su patrón y se fueron a Naranjos a las oficinas de ... que no sabe si su patrón
tenía amantes ni enemigos, ni tampoco si prestaba dinero o si tenía deudas por ganado, que
no gastaba mucho dinero, pues es una persona que cuidaba lo suyo; que sólo conoce a
algunos amigos de su patrón; que el rancho que tiene es de mil setecientas hectáreas y maneja
como ochocientas cabezas de ganado; que en los dieciséis años que tiene de trabajar para él,
nunca había tenido un problema similar (fojas 19 vuelta, 23 a 27); 3) La diligencia ministerial
de inspección ocular llevada a cabo en el rancho Tres Hermanos, Municipio de Tantima,
Veracruz, en las que se especificaron las características de dicho predio rústico, así como las
del lugar donde fueron interceptados por los secuestradores; el dictamen de inspección
pericial y secuencia fotográfica a cargo del arquitecto Roberto Rendón Hernández, perito de
la Dirección Regional de Servicios Periciales en Ozuluama, Veracruz (foja 29); 4) El oficio
124 de quince de febrero de dos mil dos, signado por el jefe de grupo de agentes de la Policía
Ministerial del Estado, Noé Hernández Santa Rosa, quien informó al agente del Ministerio
Público investigador que al iniciar las indagaciones se trasladaron al domicilio de ... que es el
lugar donde se están recibiendo las llamadas telefónicas mediante las cuales los
secuestradores piden la cantidad de diez millones de pesos a cambio de la libertad de ...
donde se entrevistaron con el licenciado Luis Mario Villasana Cano, quien les indicó que
desde el día anterior se encarga de contestar el teléfono ... que está acondicionado con
grabadora portátil, tipo reportero e identificador de llamadas; que las llamadas recibidas
corresponden a los teléfonos celulares ... que al escuchar las grabaciones identificó la voz de
la persona que responde al nombre de Jesús David Alejandre Hernández, con quien la familia
... ha tenido problemas judiciales; que iniciaron la búsqueda del negocio en donde se
vendieron los teléfonos celulares, y en Naranjos, Veracruz, encontraron la tienda
Comunicaciones Telcel donde se entrevistaron con la encargada Adriana Elizabeth Cruz
Torres, quien les informó que el día anterior se presentaron tres hombres a quienes les vendió
los números telefónicos antes indicados; que dichas personas le indicaron que los aparatos
quedaran a nombre de Juan Pacheco Gómez (fojas 49 y 50); 5) La declaración ministerial
rendida el quince de febrero de dos mil dos por Adriana Elizabeth Cruz Torres, quien
corroboró lo expuesto por Noé Hernández Santa Rosa, jefe de grupo de agentes de la Policía
Ministerial del Estado, en relación con la venta de los teléfonos celulares folios ... de donde
salían las llamadas de los secuestradores (fojas 51 y 58); 6) Los tres retratos hablados (fojas
55 a 57); 7) La declaración ministerial rendida el quince de febrero de dos mil dos por el
licenciado Luis Mario Villasana Cano, quien dijo que aproximadamente a las dieciocho horas
con cincuenta y cinco minutos del catorce de febrero de ese año, fue con el ingeniero ... a las
oficinas de Chapopotillo, donde escucharon gritos alarmados en el radio que se utiliza para la
comunicación entre los miembros de la compañía, pues uno de los empleados del rancho Tres
Hermanos avisaba del secuestro del señor ... padre de ... por lo que se trasladaron a las
oficinas de la Policía Ministerial para dar parte y solicitar la movilización policiaca al lugar
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de los hechos; que posteriormente por el radio se escuchó un mensaje para ... en el que
solicitaban su presencia en su casa, porque la sirvienta había recibido una llamada telefónica
buscando a alguno de los patrones; que se dirigieron a la casa de ... donde hizo una llamada al
número telefónico ... que apareció en el identificador de llamadas cuando llamaron para
anunciar el secuestro del padre de ... dijeron que se abstuvieran de notificar a las autoridades,
y le anunciaron llamadas futuras; que por la confianza que le tienen acordaron que en lo
sucesivo él contestaría ese tipo de llamadas, que recibió una del teléfono celular ... y escuchó
una voz distorsionada en forma intencional que quedó en la grabadora tipo reportero; que al
día siguiente recibieron varias llamadas de un teléfono que sólo se distingue del anterior en el
último dígito, esto es, con el 51; que al investigar, lograron saber que esos teléfonos celulares
habían sido activados en Naranjos, Veracruz; el dieciséis de febrero de dos mil dos, Luis
Mario Villasana Cano amplió su declaración ministerial y dijo que como a las siete horas con
cuarenta y cinco minutos de ese día, le comunicaron por radio que ... acababa de llegar a su
domicilio en compañía de José Soria, amigo de la familia, quien dijo que aproximadamente a
las siete horas con veinte minutos manejaba su vehículo por la carretera nacional, rumbo al
norte, procedente de Ozuluama, Veracruz, y al pasar por la entrada denominada "El
Veinticuatro" que conduce a Chinampa de Gorostiza, Veracruz, un menor que le acompañaba
le indicó que ahí estaba el señor que buscaban, por lo que volteó y reconoció al señor ... que
estaba parado a la entrada del lugar conocido como "La Gallera", a quien auxilió y lo trasladó
hasta su domicilio; que al entrevistarse con el agraviado le dijo que durante el cautiverio no le
dieron agua, ni alimentos, por lo que estaba sumamente alterado de sus nervios y débil,
presentaba un golpe con escoriación y equimosis fuerte en el parietal derecho que le afectó la
zona ocular y que le fue causado por uno de los secuestradores con una pistola al momento de
los hechos; que el agraviado le comentó que reconoció a uno de sus captores como el hijo de
un sujeto de nombre Valente Sobrevilla (fojas 59 a 62); 8) La declaración ministerial rendida
el dieciséis de febrero de dos mil dos por José Hilario Soria Rodríguez, quien dijo que como
a las siete horas con veinte o treinta minutos de ese día, a la altura del kilómetro y medio de
la línea conocida como "El Águila", cerca de una gallera, vio parado al señor ... por lo que
dio la vuelta a su vehículo para auxiliarlo y lo trasladó hasta su domicilio, pues sabía que
había sido secuestrado; que en el camino el agraviado le dijo que se encontraba muy débil,
pues no había probado agua, ni alimentos (foja 66); 9) La declaración ministerial rendida el
dieciséis de febrero de dos mil dos por Jesús David Alejandre Hernández, quien dijo que con
anterioridad fue denunciado por la sociedad de producción rural "Chapopotillo" por el delito
de abigeato por lo que se radicó la causa penal 119/2001; que el licenciado Luis Mario
Villasana Cano lo agredió físicamente, de forma deliberada, para perjudicarlo en su situación
y se le revocara la libertad bajo fianza de que gozaba; que Villasana Cano es abogado de la
familia ... quienes son dueños de la persona moral que acaba de mencionar; que su cuñado
Francisco Alfredo Sánchez Gómez habló por teléfono a su casa, para decirle que había
vigilancia de agentes judiciales en las esquinas de la calle Durango donde vive, por lo que le
habló al licenciado Nemesio para que investigara si había algo en contra suya; que dicho
profesionista le comentó después que no existía nada en su contra, que se trataba del
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secuestro de ... hechos en los cuales no tuvo nada que ver (fojas 70 a 72); 10) La declaración
ministerial rendida el diecisiete de febrero de dos mil dos por ... quien corroboró lo declarado
por su chofer Alberto Valdez Martínez y agregó que le impidieron correr, pues lo agarraron
por atrás y le pegaron con una pistola en el ojo derecho; que después le vendaron los ojos, lo
subieron a la camioneta y se lo llevaron con rumbo desconocido; que después de hora y
media de camino tipo terracería, lo bajaron y lo introdujeron en una milpa, donde lo tuvieron
sentado como una hora, y ahí le quitaron la venda; que estuvo sentado toda la noche y una
persona lo estuvo cuidando a quien le pidió que lo llevaran a Ozuluama, pues quería que lo
curaran; que le pusieron papel de baño con cinta canela en la herida; que como los sujetos se
comunicaron a su domicilio a las dos de la madrugada y le pusieron un teléfono celular para
que dijera que se encontraba bien, y que quitaran los retenes de policía que estaban en la
carretera; que ese día habló con ... esposa de su hijo ... y el viernes por la mañana lo
levantaron y se dio cuenta de que estaban en una huerta de naranjos; que como a las cuatro de
la tarde de ese mismo día, nuevamente le pusieron el teléfono celular y habló con su familia,
comunicándose con el licenciado Villasana a quien le dijo que entregaran el dinero para que
todo eso acabara, insistiéndole los sujetos en que les dijera que quitaran los retenes; que
como a las seis de la tarde los secuestradores le dijeron que lo llevarían a un cuarto, pues así
lo había ordenado el jefe de ellos; que como a las nueve o diez de la noche lo dejaron y ya no
los volvió a ver, y como a las tres de la mañana empezó a llamarlos y les decía "Sobrevilla,
Sobrevilla, sáquenme de aquí y nadie aparecía.", por lo que esperó a que amaneciera y al
darse cuenta que estaba solo se alejó del lugar y llegó a la carretera en donde lo levantó José
Soria, quien lo llevó hasta su domicilio. Al contestar las preguntas del agente del Ministerio
Público, dijo que reconoció a un muchacho que se apellida Sobrevilla, como uno de sus
secuestradores; que de los retratos hablados que se le ponen a la vista identifica el marcado
con el número uno, como el sujeto de apellido Sobrevilla, que en un principio no se acordaba,
pero le preguntó si era hijo de Valente Sobrevilla, y al final lo aceptó y le dijo que su papá se
encontraba mal de salud (fojas 72 y 73); 11) El dictamen definitivo de lesiones suscrito por el
perito médico forense Hugo Alejandro Cabrera Rodríguez, en el que hizo constar que ...
presenta lesiones que no ponen en riesgo la vida y tardan en sanar menos de quince días (foja
74); 12) Las actas que contienen la transcripción de las grabaciones telefónicas provenientes
de los teléfonos celulares ... (fojas 81 a 86); 13) La declaración ministerial rendida el
diecisiete de febrero de dos mil dos por Carlos Valdez Martínez, quien dijo que es hermano
de Alberto Valdez Martínez, chofer de ... que un día antes su amigo Daniel Delgado le platicó
que habían secuestrado a ese señor y le explicó que su hermano andaba de chofer; por lo que
se dirigió a Naranjos para platicarle al ingeniero ... lo que intentó decirle dos años atrás, pero
como había sido su empleado y salieron mal, el ingeniero estaba molesto y le respondió que
él no hablaba con jodidos; que le quería comentar que cuando trabajaba en su negocio le
apareció un papel donde le proponían quemar la oficina, pero que antes lo habían buscado
dos personas para preguntarle si daban ganado a medias y les dijo que sí; que le preguntaron
si no había ido al negocio un señor llamado ... y les dijo que no; que no conocía a esas
personas, pero que tienen rasgos como de la gente de ahí de Naranjos; que no recuerda cuánto
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tiempo había transcurrido de cuando discutió con ... porque quería regresar a trabajar con los
patrones ... que le dijo que por qué no secuestraban al ingeniero ... y le contestó que no dijera
"pendejadas" pues el ingeniero le había prestado dos mil pesos a quien gracias a Dios le
podía pedir dinero a la hora que quisiera y no tenía necesidad de hacer lo que le estaba
proponiendo; que cuando le llegó el papel donde le proponían quemar la casa, le ofrecieron
como recompensa un millón de pesos; que el papel decía lo siguiente: "Oyes Carlos, mira, te
proponemos de la cantidad que nosotros pidamos por el secuestro del ingeniero ... darte la
cantidad de un millón de pesos, necesitamos que tú quemes la oficina de ellos porque tú
tienes confianza con ellos."; documento que no tenía nombre ni firma, y después lo quemó
pues le dio miedo; que lo comenta hasta esta fecha ante el Ministerio Público para ver si el
ingeniero ... ahora sí lo escuchaba, y fue él quien le aconsejó que rindiera declaración pues lo
consideraba importante (foja 88); 14) La diligencia de la fe ministerial de lesiones en la que
se certifican las alteraciones sufridas en la salud personal de ... (fojas 88 vuelta y 90); 15) La
declaración ministerial rendida el dieciocho de febrero de dos mil dos por Francisco Manuel
Sobrevilla Díaz, quien dijo, entre otras cosas, que el viernes quince de febrero de ese año se
enteró del secuestro del señor ... con el que no tiene amistad; que es hijo de Hilario Sobrevilla
Morales; que no tiene teléfono celular y que usa el de su patrón Carlos Molina del Ángel que
trae en su camioneta, y es marca Motorola (fojas 90 vuelta y 93); 16) La declaración
ministerial rendida el dieciocho de febrero de dos mil dos por Luis Enrique Sobrevilla
Jiménez quien, entre otras cosas, dijo que se enteró del secuestro de ... en la mañana del
quince de febrero de ese año; que ese día se levantó como a las seis de la mañana y fue con su
padre a embarcar unas vacas para llevarlas al rastro de Naranjos, Veracruz, pues tienen el
embarcadero ahí en la casa y contestó las preguntas que le formuló el agente del Ministerio
Público del conocimiento (fojas 97 vuelta y 98); 17) La declaración ministerial rendida el
dieciocho de febrero de dos mil dos, por Edgardo Sobrevilla Valdez, quien dijo que es ajeno
a los hechos que se investigan y que nunca ha tenido problemas con ... (fojas 98 vuelta y 99);
18) Los oficios 100 y 101, signados por el agente del Ministerio Público investigador al
subprocurador regional de Justicia en la Zona Norte del Estado, en el que solicitó el análisis
pericial de dos cintas que contienen las grabaciones de las llamadas telefónicas que se
hicieron para negociar el rescate de ... en las que al parecer se reconoció la voz de Jesús
David Alejandre Hernández, así como las realizadas después de que fue liberado, en las que
el secuestrador solicitó la cantidad de ciento cincuenta mil pesos y proporcionó la cuenta ...
de Banamex, para que se hiciera el depósito, así como la grabación de la voz de Jesús David
Alejandre Hernández, realizada durante su arraigo en un hotel de Ozuluama, con el fin de
verificar si le resulta responsabilidad en el caso (fojas 103 y 104); 19) El oficio 130 de veinte
de febrero de dos mil dos, signado por Noé Hernández Santa Rosa, jefe de grupo de la Policía
Ministerial del Estado, quien informa al agente del Ministerio Público que en el domicilio de
... se recibió una llamada telefónica del teléfono identificado con el número ... utilizado por
los secuestradores, que exigían que se les depositaran ciento cincuenta mil pesos por haber
dejado en libertad a ... en la cuenta ... de Banamex, a nombre de ... que se estableció contacto
con la institución bancaria, quien informó que la cuenta corresponde a una tarjeta de crédito
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de ... con domicilio en Salto del Agua 446, colonia Evolución de Ciudad Netzahualcóyotl,
Estado de México; que en la investigación realizada obtuvieron información en el sentido de
que, además de que los secuestradores llamaban a la familia del agraviado, también se
comunicaron al número telefónico registrado a nombre de Sergio González Cuervo, quien fue
reconocido, sin temor a equivocarse, por Adriana Elizabeth Cruz Torres, encargada de la
oficina de Telcel, como una de las personas que acudió al negocio a comprar los celulares
(fojas 106 y 107); 20) La declaración ministerial de veinte de febrero de dos mil dos, rendida
por Sergio González Cuervo, en calidad de presentado, quien relató las actividades que
realiza en forma cotidiana y dijo que es ajeno a los hechos que se investigan; que no tiene
teléfono celular y que en el domicilio de sus padres tienen teléfono en donde también su
hermano Juan Gerardo González Cuervo recibe llamadas; que no ha ido a ningún negocio de
venta de teléfonos celulares; que de los hechos se enteró cuando regresó de Poza Rica,
Veracruz, a donde fue en un autobús ADO, pues ese día fue a visitar a su padre quien está
internado en el hospital, postura que sostuvo al declarar al día siguiente en su calidad de
detenido (fojas 114 a 116, 120 vuelta, 122 a 124); 21) La diligencia ministerial de
confrontación practicada el veintiuno de febrero de dos mil dos, entre Sergio González
Cuervo y Adriana Elizabeth González Cruz, en la que lo reconoció como uno de los
individuos que se presentaron en el negocio de teléfonos celulares del que es la encargada, y
se quedó parado junto a la puerta mientras los otros adquirieron teléfonos celulares que
utilizaron los secuestradores para pedir el rescate (foja 117); 22) La declaración ministerial
rendida el veintidós de febrero de dos mil dos por Juan Gerardo González Cuervo, quien
relató las actividades que realiza cotidianamente y, entre otras cosas, dijo es ajeno a los
hechos que se investigan y que el día en que sucedieron estuvo en compañía de su familia;
que como a las cuatro de la tarde del quince de febrero sonó el teléfono y le dijeron "que si
era la casa del señor ... y contestó que no, que era la casa de la familia González, llamada que
se repitió como a los diez minutos siguientes, que era una voz masculina y que no avisó a
ninguna autoridad acerca de esas llamadas que recibió, aunque ya tenía conocimiento del
secuestro porque a los diez minutos salió con su familia para Poza Rica, Veracruz (fojas 140
vuelta, 141, 143 a 148); 23) La declaración ministerial rendida el veintitrés de febrero de dos
mil dos por ... quien dijo que el día de los hechos se encontraba en el rancho "Santa Anita",
que se ubica cerca de la comunidad "Cervantes", arreglando algunos animales vacunos
cuando le hablaron por radio del rancho "Tres Hermanos" y le comunicaron del secuestro de
su padre ... que en compañía de Rogelio Silva Merinos se dirigió al rancho donde ocurrió el
secuestro y en el camino se encontraron una patrulla de seguridad pública conducida por el
comandante Isidro Simbrón, a quien le preguntó que si ya tenía conocimiento del secuestro
de su padre y le dijo que sí; que unos señores les informaron que habían visto pasar una
camioneta chica, cabina y media, que iba muy aprisa y se fueron rumbo a Naranjos, por lo
que se dirigieron hacia allá; que ya habían instalado un retén en el camino cuando le hablaron
por radio de su domicilio para que fuera, porque una persona estaba hablando por teléfono en
el sentido de que le urgía hablar con sus patrones; que ya estando en su domicilio, donde
tiene identificador de llamadas, apareció registrado el número ... al que marcó y le contestó
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AMPARO EN REVISIÓN 328/2002.
una persona de voz ronca quien le preguntó que si ya sabía que tenían en su poder a su padre,
a lo que contestó que sí; que la persona en cuestión le dijo que se trataba de dinero, que no le
avisara a la policía ni a otra autoridad y que le juntara diez millones de pesos, sin que lograra
reconocer dicha voz; que le contestó que no tenía ese dinero, que le indicó que lo juntara y
que más tarde le hablaría; que al día siguiente realizó una llamada al teléfono que apareció en
el localizador por lo que acordó con su hermano el ingeniero ... que fuera el licenciado Luis
Mario Villasana Cano quien se hiciera cargo de las negociaciones por ser el abogado de la
familia; que tiene conocimiento de que al parecer han identificado a uno de los
secuestradores de su padre, como uno de los vaqueros que trabajó con la señora Rosa Pérez;
que es el del retrato hablado número uno, quien tiene su casa junto al predio donde tuvieron
secuestrado a su padre (fojas 161 vuelta y 164); 24) Las declaraciones ministeriales rendidas
el veintitrés de febrero de dos mil dos por ... y Alberto Valdez Martínez, quienes al tener a la
vista tres secuencias fotográficas que corresponden a Jesús David Alejandre Hernández,
Sergio González Cuervo y Juan Gerardo González Cuervo, dijeron que no los identifican
como las personas que secuestraron al primero de los declarantes (fojas 164 vuelta y 165);
25) La declaración ministerial rendida el veinticuatro de febrero de dos mil dos por Dominga
González Sosa, quien relató las actividades que realizaron ella y su esposo el día en que
ocurrió el secuestro, dijo que es ajena a los hechos que se investigan y que está segura que su
esposo Sergio González Cuervo tampoco está involucrado en tales hechos (fojas 166 vuelta,
168 a 170); 26) La declaración ministerial rendida el veinticuatro de febrero de dos mil dos
por Natividad Maldonado Ávalos, quien dijo que la esposa de Juan Gerardo González Cuervo
le dijo que el quince de febrero iban a ir a Poza Rica a ver a su hijo Cruz González
Maldonado, quien está internado en el hospital; que se fueron como a las cuatro de la tarde y
ella se quedó allá; a preguntas que le formuló la representación social dijo que no tenía
conocimiento del secuestro de ... y que tampoco sabe el motivo por el que se encuentran
detenidos Sergio y Juan Gerardo, de apellidos González Cuervo (fojas 182); 27) Las
declaraciones ministeriales rendidas el veinticuatro de febrero por Lilia Cuervo Zaleta, Nilda
Ethel González Cuervo y Sergio de Jesús González González, quienes dieron respuesta al
interrogatorio que les formuló la representación social (fojas 182 vuelta, 184, 187 vuelta y
189); 28) Las fotografías de David Alejandre Hernández, Juan Gerardo González Cuervo y
Sergio González Cuervo, así como cuatro retratos hablados (fojas 190 a 194); 29) El oficio
454 signado por el primer comandante regional de la Zona Norte, dirigido al agente del
Ministerio Público, en el que le informó que se entrevistó con Eliud Díaz Hernández, jefe de
terminal de Autobuses de Oriente ADO, quien verificó el sistema de cómputo y en las listas
de pasajeros del catorce de febrero no aparece Sergio González Cuervo y anexó la lista de
pasajeros que se le proporcionó (fojas 204); 30) La declaración ministerial rendida el
veinticinco de febrero de dos mil dos por Rosa Pérez Mar, quien dijo que es propietaria de
una parcela ubicada en el Municipio de Chinampa, Veracruz, y a preguntas que le formuló el
Ministerio Público contestó que sí supo del secuestro de ... que el día de los hechos no
observó gente extraña en su parcela; que no reconoce a ninguna de las personas que aparecen
en los retratos hablados que le pusieron a la vista; que la ropa que se le pone a la vista es de
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su propiedad pues la ocupa para trabajar en la parcela; que cuando se dio cuenta de que su
ropa no estaba, fue al Ministerio Público de Naranjos, pero no vio a personas extrañas que
supuestamente pasaron por ahí y que son las que llevaron a cabo el secuestro; que ha tenido
dos ayudantes, uno que ya murió y otro llamado José, y al parecer está en Reynosa (fojas 219
vuelta a 221); 31) Con las declaraciones ministeriales rendidas por Jorge Pérez Mar, quien
dijo que la ropa que le pusieron a la vista es de su hermana Rosa, pues la ocupa para trabajar;
que la parcela donde apareció el señor secuestrado no es de su propiedad, sino de su hermano
Javier; que de su casa a esa parcela hay una distancia de cuatrocientos metros; que no vio
personas ni vehículos extraños; que no sabe por qué llevaron a ... al solar de su hermano;
Raymunda Pérez Casanova, quien es hija de Jorge Pérez Mar, relató las actividades que
realizó el día en que ocurrió el secuestro y, entre otras cosas, dijo que ese día no pasó por la
parcela de su tío Javier; Aracely López González, quien es esposa de Juan Gerardo González
Cuervo y, entre otras cosas, relató las actividades que realizó junto con su familia el día del
secuestro; que como a las cinco de la tarde del quince de febrero salieron a Poza Rica, pues
les tocaba cuidar a su suegro y de ahí se fueron a Veracruz, Veracruz, pues trasladaron a su
suegro para allá; y, Julio Bandala González, quien dijo que el quince de febrero Juan Gerardo
González Cuervo llegó a su estética y le cortó el cabello y le comentó del secuestro de ... pues
él se enteró por el periódico (fojas 221 vuelta a 224, 226 a 228); 32) Las declaraciones
ministeriales rendidas por Dalila Arnulfa Cayetano Martínez, directora del jardín de niños
"Virginia Aguilar" en donde Juan Gerardo González Cuervo labora los lunes, miércoles y
viernes, quien confirmó que éste asistió a laborar el catorce de febrero y solicitó permiso para
faltar algunos días por enfermedad de su padre; Blanca Azucena Rodríguez Salvador,
directora del jardín de niños "Federico Froebel", donde labora Juan Gerardo González
Cuervo los martes y jueves, quien dijo que éste faltó a sus labores los días diez y quince de
enero, siete, diecinueve y veintiuno de febrero; Xóchitl Eréndira Ostos Delgado, secretaria
general del Sindicato de Educación Física del SNTE, quien confirmó haber recibido solicitud
para autorizar la inasistencia de Juan Gerardo González Cuervo del dieciocho al veintidós de
febrero; Hermenegildo Sobrevilla Hernández, quien relató las actividades que realizó el día
catorce de febrero y siguientes, y contestó el interrogatorio que le formuló el agente del
Ministerio Público, quien no fue reconocido por el secuestrado ni por su chofer; Emma
Ignacia Basilio Campillo, quien dijo haber recibido la visita de Juan Gerardo González
Cuervo en su casa el quince de febrero a las diecisiete horas, quien le comentó que iba de
salida para Veracruz; Leonel Manzanares Ramos, poligrafista de la Dirección de Servicios
Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien se entrevistó con el
arraigado Jesús David Alejandre Hernández y, una vez que le explicó el motivo de su
presencia, le solicitó autorización para aplicarle el polígrafo, quien se negó rotundamente a
aceptar que se lo aplicara; y ... persona a la que pertenece la cuenta del banco Banamex de la
Ciudad de México, en la que debía hacerse el depósito del dinero solicitado por los
secuestradores, quien dice que es vendedor en una distribuidora Volkswagen en esa ciudad;
que su teléfono celular es el ... que un agente de la policía lo puso a escuchar una cinta
grabada en la que reconoció la voz de uno de sus clientes al que le vendió una camioneta
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AMPARO EN REVISIÓN 328/2002.
Pointer en noviembre o diciembre de dos mil uno, quien siempre iba acompañado de otra
persona del sexo masculino; que se llama ... y no le preguntó de dónde era, pero es moreno,
de bigote, cabello chino, como de treinta y cinco años, con acento costeño; que las
características de dicha persona coinciden con el retrato hablado número uno y las de su
acompañante coinciden con el retrato número dos; se recibieron vía fax, copias de la factura
del vehículo adquirido por ... de la tarjeta de crédito del declarante y de su tarjeta de
presentación como ejecutivo de ventas de Dizar, Sociedad Anónima de Capital Variable
(fojas 244, 246, 250 vuelta, 255, 257, 262 a 263, 266, 268 a 272); 33) La diligencia relativa a
la certificación de objetos afectos a la averiguación previa (foja 255 vuelta); 34) La
certificación ministerial de veintiocho de febrero de dos mil dos donde se asienta que ... y
Alberto Valdez Martínez no reconocieron a Hermenegildo Sobrevilla Hernández como
participante del secuestro (foja 263 vuelta); 35) La declaración ministerial rendida el uno de
marzo de dos mil dos por Norma Luz Sánchez Gómez, esposa de Jesús David Alejandre
Hernández, quien respondió al interrogatorio que le formuló la representación social (fojas
282 a 284); 36) La declaración ministerial rendida el uno de marzo de dos mil dos por
Natividad Pérez Icante, quien dijo que trabaja en la casa de la señora Norma Luz Sánchez
Gómez y que por la mañana del día de los hechos su patrón llevó a una de sus hijas al kinder,
y una vez que regresó ya no salió de dicho lugar (fojas 284 vuelta y 285); 37) El oficio 107
de dos de marzo de dos mil dos, signado por Rafael Baizábal Arenas, jefe de grupo de la
Policía Ministerial del Estado, quien le informó al agente del Ministerio Público, que en
investigación del secuestro en agravio del señor ... se trasladaron al ejido "La Mesa" del
Municipio de Chinampa, Veracruz, lugar donde mantuvieron secuestrado y de donde
liberaron al secuestrado ... que se entrevistaron con el matrimonio formado por Sinecio del
Ángel Aquino y Margarita Cruz Cárdenas, quienes informaron que el quince de febrero de
ese año fueron como de costumbre a cortar leña a la parcela y vieron que una persona del
sexo masculino estaba acostada bajo un árbol de naranjo, quien al escucharlos se sentó, sin
que le dieran importancia, y continuaron con la recolección de leña; que cuando voltearon
hacia el mismo lugar, dicho individuo ya no se encontraba; que desconocían los hechos hasta
que apareció el señor ... y se enteraron que lo tuvieron en esa parcela (foja 286); 38) Las
declaraciones ministeriales rendidas el dos de marzo de dos mil dos por Margarita Cruz
Cárdenas y Sinecio del Ángel Aquino quienes corroboraron lo expuesto por el jefe de grupo
en el oficio 107 de esa misma fecha (fojas 291 a 295); 39) La declaración ministerial rendida
el seis de marzo de dos mil dos por Francisco Javier Martínez Barón, quien negó haber
participado en los hechos que se investigan y respondió a las preguntas que le formuló el
agente del Ministerio Público del conocimiento (fojas 316 y 317); 40) El oficio 164 de seis de
marzo de dos mil dos, firmado por Noé Hernández Santa Rosa, jefe de grupo de agentes de la
Policía Ministerial del Estado quien hizo del conocimiento del agente del Ministerio Público,
que se trasladaron al rancho "El Bejuco" del Municipio de Ozuluama, Veracruz, donde se
entrevistaron con el señor ... padre de ... quien radica en el Estado de México y se dedica a la
venta y reparación de sinfonolas; que tiene otro hijo de nombre ... quien trabaja con ... y que
durante febrero de ese año ambos estuvieron en el rancho a bordo de una camioneta Pointer,
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color gris, modelo reciente (foja 329); 41) La declaración en ampliación ante el Ministerio
Público de Margarita Cruz Cárdenas, quien el siete de marzo de dos mil dos manifestó que la
persona que vio como a cincuenta metros cuando andaba recogiendo leña, es la misma que
aparece en la fotografía que le enseñaron y lo identificó como el sujeto que el día quince de
febrero por la tarde estaba debajo de un árbol de mandarina en el solar del señor Javier Pérez
Mar (fojas 336 y 341); 42) El oficio 167 de siete de marzo de dos mil dos signado por Noé
Hernández Santa Rosa, jefe de grupo de agentes de la Policía Ministerial del Estado quien
hizo del conocimiento del Ministerio Público, que al continuar con las investigaciones se
entrevistaron de nueva cuenta con Margarita Cruz Cárdenas, a quien le mostraron las
fotografías de ... y Vicente Mendoza Flores, identificando al primero como la persona que vio
en la parcela cuando andaba recogiendo leña (foja 337); 43) Dos fotografías que
corresponden a ... y Vicente Mendoza Flores, respectivamente (foja 338); 44) La declaración
ministerial rendida en ampliación por Sinecio del Ángel Aquino, quien dijo que de las fotos
que se le ponen a la vista, la marcada con el número uno corresponde a la persona que estaba
el quince de febrero de dos mil dos debajo de un árbol de mandarina en la parcela de Javier
Pérez Mar (foja 341); 45) La declaración ministerial rendida el ocho de marzo de dos mil dos
por ... padre de ... de apellidos ... de los cuales este último vive en México donde se dedica a
vender sinfonolas; que vio a sus hijos por última vez en Ozuluama, Veracruz, durante febrero
de dos mil dos; que llegaron durante la noche en un carro gris y en la mañana siguiente se
fueron; que estaba en su casa cuando a ... le hablaron a su teléfono celular porque estaban
fallando unas máquinas; que le parece que sus hijos volvieron como a los quince días en el
mismo mes de febrero y se retiraron al día siguiente; que el vehículo es de ... que sus hijos ya
no volvieron sino hasta el siete de marzo de dos mil dos de lo que se percató, pues al ir a
Naranjos vio el coche de ... en el exterior de un hotel, por lo que pasó, preguntó y vio a sus
hijos acostados en un cuarto; que ... es empleado de ... que él no sabe nada del secuestro de ...
(fojas 345 y 346); 46) El oficio 174 de ocho de marzo de dos mil dos mediante el cual Noé
Hernández Santa Rosa, jefe de grupo de agentes de la Policía Ministerial del Estado deja a ...
a disposición del órgano investigador (fojas 347); 47) El certificado médico firmado por el
legista Fernando Raúl Hernández Pinto, quien hizo constar que ... no presentó huellas de
violencia física ni mental (foja 349); 48) La declaración ministerial rendida el ocho de marzo
de dos mil dos por ... quien dijo que en diciembre de dos mil uno ... le comentaron un chisme
referente a que le habían robado al señor ... varias cabezas de ganado, quien era muy rico y
había metido a la cárcel a los culpables; que andaba con ... porque compró una camioneta;
que ... se fue a Oaxaca y después se interesó por el asunto, y dos meses después le hablaron
por teléfono, y ... le dijo: "Oiga pensamos secuestrar al señor, no se le va a hacer nada, se le
va a tratar bien y si no salen las cosas lo dejamos y ya ..."; que después ... le habló para
decirle que lo apoyaría un conocido y la primera llamada la recibió en su teléfono celular ...
que después trabajó normalmente y ... le volvió a llamar dos días antes del secuestro para
decirle que le iba a dar los datos que ... le había proporcionado; que le respondió que sí y que
tales datos se referían al conocimiento de Naranjos y el lugar donde comprarían un celular;
que ellos no conocían a ... pero ... les platicó que iba a diario al rancho y por las tardes se
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regresaba a su casa, pues vive en Naranjos; que el día del secuestro andaba por ese lugar,
pues vino de México a realizar una operación y quedó de verse en la orilla de la ciudad, sobre
la carretera a Naranjos, ya que se conocen sus coches; que ... llegó en la camioneta que le
vendió y le comentó que le andaba fallando; que ... acudió a la cita junto con ... a quien vio en
una ocasión en Oaxaca y le dijeron que se fueran rápido a comprar los teléfonos celulares
porque si no, no iban a estar cargados, por lo que los llevó a una tienda frente a Banamex
donde pidieron los teléfonos, y él los esperó en la camioneta; que compraron dos celulares sin
saber los números; una vez que comieron les deseó suerte y se fueron diciéndole que iban a
ver si secuestraban al señor ... que ese mismo día dieron una vuelta por la entrada de la
carretera y fueron a preguntar por el rancho Tres Hermanos, pues no sabían el nombre ni
datos especiales; que ... se llevaron los celulares y ambos portaban una pistola en la chamarra
o en el asiento de la camioneta; que les deseó suerte y les dijo que se hablarían después y
ellos se comunicaron al siguiente domingo como a las siete u ocho de la noche, y le dijeron
que estaban en México, pues no habían hecho nada, que ellos estaban bien y que al señor no
le habían provocado ningún daño; que al secuestrado lo dejaron a la orilla de la carretera; que
fueron hasta su domicilio donde platicaron muy leve, porque no quería que su esposa se
enterara; que después de eso ... se fueron a Oaxaca; que a los ocho días volvió a ver sólo a ...
porque le pidió que le emplacara su camioneta; que ... todavía traía un celular de los que
compraron en Naranjos; que no sabe cuánto iban a pedir por el rescate, pero cree que pidieron
diez millones de pesos y les ofrecieron cuarenta mil pesos; que nunca hablaron sobre el
monto de lo que le correspondería a él del secuestro, pues no tiene necesidad; que el día del
secuestro únicamente sólo les dijo que preguntaran por el rancho Tres Hermanos; que la
camioneta en que fueron a comprar los celulares es una color crema, con franja roja y la sigue
teniendo ... que un día antes del secuestro, el declarante llegó de México con su hermano ... al
rancho de su papá, pero él no se enteró de nada, pues lo mandaba a hacer otras cosas; que el
mismo día del secuestro salió para Tantoyuca con su hermano y el sábado dieciséis regresó a
Naranjos, y de ahí a México; que el quince de febrero regresó a Naranjos para tratar lo de una
sinfonola y siempre lo acompañó su hermano, y andaban a bordo de su vehículo; a preguntas
que le hizo el Ministerio Público, dio las características físicas de ... y dijo que vive en la
calle Ixtepec, zona habitacional "El Rosario" de Oaxaca, Oaxaca, a quien conoció desde hace
siete años, porque también se dedica a la venta de sinfonolas; que ... es moreno, flaco, pelo
lacio, como de un metro sesenta centímetros de estatura, de treinta años de edad, se rasura el
bigote y no tiene señas particulares, que no sabe su domicilio pues es más amigo de ... que
suyo y tiene poco tiempo de conocerlo; que a ... lo conoce desde que estaba "chavo", siempre
lo ha tratado con respeto y lo describió físicamente; que cuando ... llegaron a Naranjos no
vieron a ... que no conoce ni tiene ninguna relación con ... ni con ninguno de sus hijos, ni
persona cercana a ellos; que entre todos planearon el secuestro de ... la idea de cobrar diez
millones de pesos fue de todos ellos, o sea, de ... y él; que no hablaron de cuánto le
correspondería, pues no sabían cuánto iban a pagar; que ... se comunicaron con la familia del
secuestrado en el número de teléfono de su familia que les proporcionó "el viejito", pues así
se lo platicaron ... que su hermano ... es su ayudante y viven en el mismo domicilio; que
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nunca ha visto ni tratado a Sergio y Juan Gerardo, de apellidos González Cuervo, ni a Jesús
David Alejandre Hernández; que después ... le dijeron que habían dejado en libertad a ... y ...
habló después a la casa de éste, y le reconocieron la voz, pues ... les prometió entregarles
ciento treinta mil pesos si lo dejaban en libertad y no le hacían nada; que esa llamada se hizo
al siguiente lunes sin recordar el día exacto, pero no se habló de las condiciones en que la
familia entregaría ese dinero, pero que uno de ellos les iba a decir cómo y cuándo, en una
ocasión manejaron una tarjeta de crédito o cuenta bancaria donde les depositarían el dinero,
que lo involucraron a él, y volvió a prestar el servicio, así como al señor ... quien le vendió un
carro en la agencia Dizar, a quien le pidió que le prestara su número de cuenta, pues le dijo
que no quería manejar la suya porque tenía un problema legal con una sinfonola, y como le
creyó le hizo el favor y le proporcionó su número de cuenta de Banamex, y ... se la pasó al
señor que contestaba el teléfono en la familia ... pero que ... es ajeno a los hechos, pues nunca
preguntó nada y no le iba a tocar; que lo trató como en tres ocasiones, por el carro que
compró; que una vez convivió con él en una cantina, junto con su hermano ... que además de
la pistola que ... traían el día de los hechos, compraron cinta canela en Naranjos, Veracruz;
que en los hechos sólo participaron ... y él, nadie más; que llamó a casa de la familia de ... y
se identificó como ‘Pedro’, pero "... me mandaron a la fregada, que yo no era, entonces los
comuniqué con ... quien se identificaba como ‘Pedro’ y a él sí le reconocieron la voz, y ... no
sé con qué nombre se identificaba, y en esa ocasión que yo me identifiqué como ‘Pedro’ fue
cuando les di el número de cuenta, ya que después ... entabló plática por vario (sic) tiempo
con ... se identificaron bien lo que vivieron en el momento y esa fue la única vez que hablé a
la casa de la familia ... que ... tiene acento de costeño y únicamente hablé una vez a la familia
... y me mandaron ‘por un tubo’, que ... pueden ser localizados en Oaxaca, Oaxaca, ya que ahí
tienen a su familia, asimismo, quiero manifestar que yo le entré para ayudar a ... ya que
económicamente yo no tengo broncas y yo lo vi relativamente como un paso de información,
y yo no pensé en el riesgo, porque yo tengo mucho que perder ..." (fojas 353 a 358); 49) La fe
ministerial de lesiones, donde se asienta que ... presenta dolor en el brazo izquierdo y edema
en la región orbitaria izquierda (foja 358 vuelta); 50) La declaración ministerial rendida el
ocho de marzo de dos mil dos por ... quien dijo que es ajeno a los hechos que se investigan y
contestó las preguntas que le hizo el Ministerio Público (fojas 370 a 372); 51) La diligencia
ministerial de inspección ocular con carácter de reconstrucción de hechos llevada a cabo en el
kilómetro 60+500, carretera nacional, frente al taller denominado "Los Muros" y la terminal
de autobuses "Serranos", de acuerdo con la declaración ministerial rendida por ... en donde
dijo que lo esperaban ... y dictamen de inspección pericial y secuencia fotográfica (fojas 389
a 391 y 403); 52) La diligencia ministerial de confrontación practicada el nueve de marzo de
dos mil dos, en la que ... tocó con su mano derecha a ... y lo identificó como una de las
personas que durante el tiempo del secuestro lo estuvo cuidando, y diligencia pericial con
secuencia fotográfica (foja 403); 53) La declaración ministerial rendida el nueve de marzo de
dos mil dos por ... quien dijo que conoce al agraviado, pues le ha servido como intermediario
en la compraventa de ganado vacuno y como chofer; que es ajeno a los hechos y contestó a
las preguntas que le hizo el Ministerio Público investigador (fojas 409 a 412); 54) El oficio
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125 de diez de marzo de dos mil dos, mediante el cual el jefe de grupo de la Policía
Ministerial del Estado, Rafael Baizábal Arenas dejó a disposición del Ministerio Público a ...
(foja 425); 55) El certificado médico signado por el doctor Fernando Raúl Hernández Pinto,
quien hizo constar que ... no presenta huellas de violencia física ni trastornos mentales (foja
426); 56) La declaración ministerial rendida el once de marzo de dos mil dos por ... quien
dijo que se dedica a la venta y reparación de sinfonolas; que hace como diez años conoció a
... en unos cursos modernos que se imparten en México; que a finales de enero o a principios
de febrero de dos mil dos, fue la primera vez que estuvo en Naranjos, Veracruz; que
acompañó a ... y en el trayecto le platicó que había un señor que tenía mucho dinero y había
pensado en secuestrarlo para cobrar un rescate, sin recordar si le dijo el nombre del señor;
que le dijo que era muy peligroso, pero aquel le dijo que era algo fácil, por lo que le
respondió que lo iba a pensar; que le preguntó sobre la seguridad y el riesgo que había, y le
contestó que el señor era muy rico y pensaba pedir diez millones de pesos por el rescate; que
cuando regresaron a México se comunicaban por teléfono por cuestiones de trabajo y le
preguntaba qué había pensado, y le confirmó que sí iba a participar, y ... le preguntó si había
otra persona que quisiera participar, por lo que invitó a ... quien estudió derecho y vive en
Oaxaca; que le comentó a ... lo del secuestro y le dijo que pedirían diez millones de pesos por
el rescate, pues el señor era ganadero, tenía dinero y había posibilidad; que quedaban de verse
con ... en algún negocio con motivo de la reparación de sinfonolas, a quien además le dijo
que en caso de que hubiera problemas no perjudicarían al señor ... que decidieron trasladarse
por la mañana del trece de febrero en su camioneta, previa llamada que un día antes le hizo a
... para avisarle que ya iban en camino, quedando de verse en Naranjos, Veracruz, en el hotel
que está sobre la carretera; que cuando llegaron a dicho lugar buscó a ... en la carretera poco
antes de llegar a Cerro Azul, donde le enseñó el arma que portaba y ... lo acompañaba; que
platicaron y fueron a ubicar el lugar donde tiene su rancho el señor ... que el trece de febrero
llegaron como a las cuatro de la tarde y ... ya había terminado su trabajo, por lo que hicieron
una parada para comer en una fonda antes de llegar a Naranjos; que ... y su hermano ... les
dijeron cómo entrar al rancho, fueron antes de que anocheciera y ubicaron el lugar donde
detendrían al agraviado, se regresaron al hotel y ... se fue a su rancho, y él y ... se quedaron
hospedados, quedando de verse al día siguiente durante la mañana; que después del mediodía
compraron los celulares en el lugar que les indicó ... y luego compraron cinta canela; que
salieron para el rancho, acordaron que si todo salía bien se repartirían los diez millones de
pesos en partes iguales; que fingirían una descompostura de la camioneta y ubicaron la
posición en que se iban a esconder debajo del puente, lo que hicieron; que salieron del hotel
como a las cinco de la tarde al rancho y cuando llegó la camioneta de ... le dijo al chofer que
si le pasaba corriente, y el chofer de ... le preguntó qué le pasaba, se bajó a buscar los cables,
y cuando el chofer se acercó a la camioneta, vio hacia abajo y se dio cuenta que estaban ahí, y
salió corriendo e intentó agarrarlo, pero no lo logró; que en ese momento el señor ... ya se
encontraba abajo de su camioneta y al ver que su chofer corrió, él intentó hacer lo mismo,
pero se cayó, por lo que se le acercó y le dijo que cooperara, que no le iban a hacer nada; que
... salieron del escondite y ... gritó "avísale a la gente" y uno de ellos le dijo que se callara;
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que no sabe si cuando el señor se cayó se lesionó o si alguien le pegó, pues no se enteró quien
llevaba la pistola; que arriba de la camioneta el ... preguntaba por qué le hacían eso, si era
hombre de bien; que salieron con el secuestrado a la carretera rumbo a una casa abandonada,
en la cabina iban ... y a su lado ... y atrás iban ... que en el camino le preguntaron al señor por
el número de teléfono de su hijo y el nombre de la persona con quien pudieran hablar, y dijo
que con ... que en el camino se encontraron una patrulla de policía, pero no se dio cuenta de
nada; que rumbo a Naranjos se bajaron a la orilla de la carretera en un camino de terracería,
con una bolsa donde llevaban la cinta canela y la lámpara, acordaron que ... iban a negociar
en tanto que ... y él se quedarían con ... que caminaron por un sembradío de maíz hasta llegar
a un naranjal y habían previsto que si las cosas salían bien llevarían a ... hasta la casita, pero
como no salieron, se metieron al sembradío y en el naranjal se pararon; que ... le habló al
celular y le pidió que se comunicara con ... y le pasara a ... que marcó y contestó una señora a
quien le preguntó que si sabía quién hablaba y le dijo que sí, le pidió que le pasara al señor ...
quien no estaba, pero que le pusiera al teléfono a ... quien le dijo a la señora que estaba bien y
que entregaran el dinero que estaban pidiendo; que una vez que colgó el teléfono platicó con
... quien le dijo que le dolía una pierna y le sangraba la cara a la altura de un ojo, le preguntó
qué le había pasado y contestó que no sabía, que le dio papel de baño para que se pusiera en
la herida; que marcó otra vez a casa del secuestrado y al parecer contestó ... quien pidió que
trataran bien a ... que no le hicieran daño y estaban reuniendo el dinero; que al día siguiente
que marcó le preguntaron que si era "Pedro" y dijo que no, y esa persona le dijo que lo iba a
llamar "Juan"; que se comunicó con ... y le dijo que iba a ir guardar la camioneta en
Tantoyuca, como lo habían previsto; que él también platicaba con la familia de ... pero no se
lo decía; que toda la noche del catorce de febrero se quedaron en el naranjal y cuando
amaneció caminaron más adentro, donde está un jacal, pues no sabían si por ahí pasaba gente;
que el quince de febrero habló con la familia de ... y después ... le habló para decirle que
tuviera cuidado con los retenes y le preguntó si ya le habían entregado el dinero; que más
tarde ... le habló para decirle que la cosa estaba muy difícil porque había muchos retenes; que
como a las siete de la noche le dijo que no se iba a cobrar y que dejaran a ... porque había
muchos retenes, por lo que en ese momento acordaron que lo dejarían ir; que como era
mucha la presión, en la noche encaminaron a ... y lo dejaron rumbo a la carretera, siguieron la
brecha que sale a Naranjos, llegaron a un hotel y se hospedaron; que como a las siete de la
mañana del día dieciséis, salieron a bordo de un camión rumbo a Poza Rica, pero como
demoraba mucho tomaron un taxi que los condujo a Potrero donde se separó de ... y se fueron
a México en diferentes autobuses; que acordaron verse en un parque de Poza Rica donde
coincidió con ... ahí compró una mochila para guardar sus cosas y salieron para México, y
durmieron en la casa de ... a quien le habló a su celular particular; después los tres
comentaron que todo había salido mal, pero él les dijo que llamaran a la casa de la familia del
secuestrado y aceptaron, por lo que ... lo hizo y pidió ciento treinta mil pesos; que tenían la
camioneta en Tantoyuca y ... y el declarante fueron el domingo a buscarla, y ... se quedaron
en México y volvieron a hablar con la familia el lunes, y les dijeron que sólo tenían ciento
treinta mil pesos, pero se los querían entregar personalmente, con lo que no estaban de
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acuerdo y no recuerda quién comentó que lo depositaran en una cuenta bancaria, pero no
supo de qué persona se trata ni el número de cuenta; que ... se fue primero a Oaxaca y luego
él después de legalizar su camioneta a nombre de Ernesto, un conocido de ... que se llevó el
teléfono celular que compraron en Naranjos y lo tiene apagado en su casa; a partir de ahí
siguió con su trabajo y se encontró a ... en sus actividades, y el ocho de marzo le habló
Martha Soriano Martínez para decirle que su esposo ... estaba detenido en el Estado de
Veracruz y le preguntó si sabía el motivo, y le dijo que no, aunque sí sabía; que ella le dio el
teléfono del licenciado Trinidad Obando, que es de México, con quien se comunicó a la casa
de Martha, quien le dijo que iba a dar un teléfono para que le informara lo que estaba
pasando. A preguntas que le hizo el Ministerio Público, entre otras cosas, contestó que en el
secuestro de ... únicamente participaron ... y él; que la idea fue de ... ; que tiene como tres o
cuatro años de conocer a ... que únicamente ... y su hermano ... conocían a ... por ser de la
región; que la pistola que utilizaron en el secuestro la escondió al pie de un mangal y la tapó
con basura, pues no quería portarla en caso de que lo revisaran (fojas 438 a 444); 57) La fe
ministerial donde se hizo constar que ... no presenta huellas de lesiones (foja 444 vuelta); 58)
El certificado médico signado por el legista Fernando Raúl Hernández Pinto, quien hizo
constar que a ... no se le aprecian huellas de violencia física ni trastorno mental (foja 445);
59) La declaración ministerial rendida el diez de marzo de dos mil dos por ... quien relató los
hechos en los mismos términos en que lo hizo el coacusado ... y confesó que fue invitado por
... para participar; que intervino por necesidad; que aceptó la invitación en Oaxaca, de donde
salieron a bordo de la camioneta de aquél y al llegar a Naranjos, Veracruz, se encontraron
con dos personas más que también participaron en los hechos, con quienes finiquitaron los
detalles para realizarlos; y, al referirse a los detalles de la forma en que realizaron el
secuestro, coincidió con lo declarado por ... para llamar la atención y detener el vehículo
donde viajaba ... hasta llevárselo con la finalidad de pedir la cantidad de diez millones de
pesos a cambio de su libertad (fojas 454 vuelta a 457); 60) El certificado signado por el
médico legista Fernando Raúl Hernández Pinto, quien hizo constar que ... no presenta huellas
de violencia ni trastorno mental (foja 461); 61) La diligencia ministerial de traslado y
reconstrucción de hechos practicada en el rancho "Tres Hermanos" del Municipio de
Tantima, Veracruz, donde los inculpados ... relataron la forma en que participaron en los
hechos en que secuestraron al señor ... dictamen y secuencia fotográfica (fojas 480 a 483);
62) El certificado signado por el legista Hugo Alejandro Carrera Rodríguez, quien después de
examinar al agraviado ... hizo constar que presenta lesiones que ponen en riesgo la vida,
tardan en sanar más de quince días, por requerir tratamiento psicológico, y presenta cicatriz
en cara, visible y perpetua (foja 542); 63) La declaración ministerial rendida el quince de
marzo de dos mil dos por Carlos Valdez Martínez, quien dijo que de las fotografías que se le
pusieron a la vista identifica la que corresponde a ... como quien le dijo que está de parte de
los "jodidos" y que a los ricos hay que darles en la "madre"; si quieres vamos a secuestrar a ...
(foja 548); 64) La certificación ministerial de objetos afectos a la averiguación previa (fojas
569 vuelta y 570); 65) El dictamen de balística y dactiloscopía, suscrito por Roberto de la
Cruz Ponce, perito de la Dirección Regional de Servicios Periciales, quien determinó que el
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arma de fuego, motivo de dictamen, está en malas condiciones de funcionamiento y no ha
sido accionada (fojas 571 y 572); 66) Las declaraciones rendidas en formal preparatoria por
... quienes no ratificaron sus declaraciones ministeriales, con base en que fueron objeto de
presiones, torturas, intimidación y amenazas, por parte de los policías aprehensores (fojas 690
a 697); 67) Con la declaración preparatoria de ... quien ratificó su declaración ministerial
(fojas 697 vuelta y 698); 68) Con las declaraciones judiciales de ... y Carlos Valdez Martínez,
quienes ratificaron sus declaraciones ministeriales (fojas 699 y 700); 69) Con la declaración
preparatoria de ... quien ratificó su declaración ministerial.
La justipreciación de los anteriores medios de prueba que sirvieron de base para que la
autoridad responsable tuviera por acreditada la materialidad del delito de secuestro, llevan a
este órgano colegiado a convenir con la Jueza de Distrito en que hasta el momento procesal
en que se actúa, tienen fuerza convictiva suficiente para justificar la probable responsabilidad
penal de ... en su comisión, al quedar evidenciado que, previa concertación con sus
coacusados, participaron en la ejecución de los hechos delictivos que se le reprochan, ya que
prestaron ayuda en forma dolosa para llevar a cabo el ilícito de secuestro, con lo que se afectó
la libertad del ofendido, lo que se corrobora con sus confesiones, así como con la de su
coinculpado ... rendidas ante el agente del Ministerio Público investigador en las que
aceptaron haber coparticipado en la ejecución de dicho ilícito, en él conjuntamente se
pusieron de acuerdo para privar de la libertad a ... con el fin de obtener un rescate, pues a
cambio de liberarlo exigieron a su familia la entrega de diez millones de pesos y, al momento
de interceptarlo, uno de los copartícipes le causó alteraciones en la salud; que si bien no
obtuvieron su objetivo de recibir el rescate, porque se establecieron retenes policiacos para
localizar a la víctima, lo que los obligó a dejarla en libertad, también lo es que después
insistieron ante los familiares del ofendido para exigir que entregaran ciento treinta mil pesos;
confesiones que adquieren pleno valor probatorio, toda vez que se refieren a hechos propios
materia de la imputación; fueron hechas en forma voluntaria por personas mayores de
dieciséis años, en pleno uso de sus facultades mentales, ante el agente del Ministerio Público
investigador y en presencia de los licenciados Rodrigo A. Constantino Chávez, Donato
Hernández Hernández y José Juan Cruz Hernández a quienes designaron como sus abogados
defensores, además de que se corroboran con las imputaciones que entre sí se hacen los
propios inculpados, hoy quejosos ... y por el diverso coinculpado ... quienes relataron
detalladamente las circunstancias de modo, tiempo y lugar en las que planearon y ejecutaron
el secuestro de ... lo que también fue aceptado por ... Las anteriores confesiones también se
robustecen con la denuncia presentada por ... con la declaración del testigo presencial de
cargo Alberto Valdez Martínez, quien conducía el vehículo interceptado por los activos para
privar de la libertad al sujeto pasivo; con la diligencia ministerial de reconstrucción de hechos
llevada a cabo en el lugar donde acontecieron, de la que se constata que los sujetos activos
precisaron la parte de los hechos en que intervinieron en el momento en que privaron de la
libertad al agraviado, quien sin dudas ni reticencias, señaló e identificó plenamente a ... como
uno de los autores del secuestro cometido en su agravio y con el certificado médico donde se
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describen las lesiones sufridas por dicho agraviado. Material de prueba que valorado en
conjunto y adminiculado entre sí, en su enlace lógico y natural, tiene eficacia probatoria
plena para integrar el cuerpo del delito de secuestro y para demostrar la probable
responsabilidad de ... quienes se ubicaron en las circunstancias de tiempo, modo y lugar en
las que ocurrieron los hechos ilícitos que se les reprochan, por lo que hasta el momento
procesal en que se actúa, sus confesiones son aptas y suficientes para acreditar los elementos
típicos del delito de secuestro y su probable responsabilidad.
Es aplicable al caso concreto, el criterio sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia 105, publicada en la página 73, del
Tomo II, Materia Penal, Sexta Época, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación
1917-2000, que dice:
"CONFESIÓN, VALOR DE LA. Conforme a la técnica que rige la apreciación de las
pruebas en el procedimiento penal, la confesión del imputado como reconocimiento de su
propia culpabilidad derivada de hechos propios, tiene el valor de un indicio, y alcanza el
rango de prueba plena cuando no está desvirtuada ni es inverosímil y sí corroborada por otros
elementos de convicción."
No es óbice para arribar a la anterior determinación, el hecho consistente en que al declarar
en formal preparatoria ... así como el diverso coinculpado ... se hubiesen retractado de sus
declaraciones ministeriales, alegando que las hicieron por haber sido coaccionados
físicamente por los policías aprehensores, pues tal circunstancia no desvirtúa las pruebas que
justifican su probable responsabilidad en la comisión del delito de secuestro en agravio de ...
en la medida en que no aportaron elemento de convicción alguno para apoyar dicha
retractación, por lo que sólo constituye una coartada defensiva no acreditada y sí contradicha,
máxime que durante la etapa de la averiguación previa se recabaron los certificados médicos
signados por el perito médico forense Fernando Raúl Hernández Pinto, de la Dirección
Regional de Servicios Periciales del Estado, en los que se certificó que al examinar a los aquí
quejosos, no se les apreciaron huellas de violencia física ni trastornos mentales. En esa
tesitura, los inconformes no justificaron su aserto en el sentido de que fueron objeto de
violencia por parte de sus captores, ni mucho menos demostraron que la agresión de que se
quejan provino del agente del Ministerio Público ante quien declararon, de modo que fue
correcto que no se otorgara eficacia probatoria a esas retractaciones, para hacer perder
espontaneidad a su confesión inicial rendida ante el órgano investigador, por lo que merece
por haber sido rendida ante dicha institución investigadora con las formalidades de ley.
Son aplicables en esta parte, los criterios sustentados por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en las tesis de jurisprudencia 103 y 104, publicadas en la página 72
del Tomo II, Materia Penal, Sexta Época, del Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación 1917-2000, que dicen:
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"CONFESIÓN. PRIMERAS DECLARACIONES DEL REO. De acuerdo con el principio
procesal de inmediación procesal y salvo la legal procedencia de la retractación confesional,
las primeras declaraciones del acusado, producidas sin tiempo suficiente de aleccionamiento
o reflexiones defensivas, deben prevalecer sobre las posteriores."
"CONFESIÓN, RETRACTACIÓN DE LA. Para que la retractación de la confesión anterior
del inculpado tenga eficacia legal, precisa estar fundada en datos y pruebas aptas y bastantes
para justificarla jurídicamente."
También es aplicable al caso, el criterio sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en la tesis publicada en la página 1581 del Tomo LXXXVI, Quinta
Época, del Semanario Judicial de la Federación, que dice:
"RETRACTACIÓN DEL REO (DECLARACIONES ANTE EL MINISTERIO PÚBLICO).
La diligencia inicial de confesión del reo rendida ante el agente del Ministerio Público, tiene
valor legal, por ser éste un auxiliar de la administración de justicia, y aunque posteriormente
haya modificado su declaración inicial, si no da razón fundada de su modificativa, ni menos
aún se encuentra corroborada por constancias procesales, ésta debe desecharse."
Los inconformes presentaron los escritos de expresión de agravios de veintidós y veintitrés de
agosto de dos mil dos, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de
Distrito, con residencia en Tuxpan, Veracruz, en los que aducen que al dictar la sentencia
recurrida, la Jueza de Distrito infringió las garantías individuales que tutelan los artículos 14
y 16 constitucionales, así como el artículo 141, fracción I, del Código Penal para el Estado,
alegatos que devienen inoperantes, sólo en ese aspecto, en la medida en que al conocer de los
juicios de amparo, los Jueces de Distrito ejercen la función de control constitucional y dictan
resoluciones de cumplimiento obligatorio, y obran para hacer cumplir esas determinaciones
según su criterio y bajo su estricta responsabilidad, por lo que si bien a juicio de las partes
pueden infringir derechos subjetivos públicos y en contra de esas decisiones procede el
recurso de revisión, que no es un medio de control constitucional autónomo a través del cual
pueda analizarse la violación de los artículos fundamentales que consagran las garantías
individuales, sino que es un procedimiento de segunda instancia que tiende a asegurar un
óptimo ejercicio de la función judicial en el que el tribunal de alzada vuelve a examinar los
motivos y fundamentos que el Juez de Distrito tomó en cuenta para emitir su resolución,
limitándose a los agravios expuestos. Por consiguiente, no deben analizarse los agravios
consistentes en que la juzgadora federal vulneró el contenido de los artículos 14 y 16 de la
Constitución Federal al conocer de un juicio de amparo, por la naturaleza del medio de
defensa y por la función de control constitucional que el Juez de Distrito ejerce, ya que si así
se hiciera, se trataría en forma extralógica al Juez del conocimiento como otra autoridad
responsable y se desnaturalizaría la única vía establecida para elevar las reclamaciones de
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inconstitucionalidad de actos autoritarios, que es el juicio de amparo, es decir, se ejercería un
control constitucional sobre otro control constitucional. Resulta aplicable en este aspecto, el
criterio sustentado por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis de
jurisprudencia por contradicción 14/94, publicada en las páginas 28 y 29 del Tomo VI,
Materia Común, Novena Época, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 19172000, con el rubro: "AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON LOS QUE SOSTIENEN QUE
LOS JUZGADORES DE AMPARO VIOLAN GARANTÍAS INDIVIDUALES,
SOLAMENTE EN ESE ASPECTO.".
Asimismo, la inoperancia de los alegatos surge ante la circunstancia de que no es jurídico
afirmar que al conocer y resolver los juicios de garantías, el Juez de Distrito infrinja
preceptos legales del orden común, porque al hacerlo, su actuación se rige fundamentalmente
por los preceptos del título segundo de la Ley de Amparo, a la que debe ajustar su proceder,
así como a las disposiciones del Código Federal de Procedimientos Civiles, norma de
aplicación supletoria en términos del artículo 2o. de la ley citada en primer lugar. Es aplicable
en este otro aspecto, el criterio que se comparte, sustentado por el Primer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Séptimo Circuito, en la tesis de jurisprudencia VII.1o.C. J/5, publicada
en la página 950 del Tomo VII, enero de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación, que dice: "AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON CUANDO SE IMPUTA AL
JUEZ DE DISTRITO VIOLACIÓN A DISPOSICIONES DEL ORDEN COMÚN.".
En el primer agravio hecho valer en el escrito de veintidós de agosto, que se reitera en el
segundo y tercer agravios del escrito de veintitrés de agosto, ambos de dos mil dos, los
quejosos alegan que no existen pruebas contundentes para acreditar que pretendían obtener
algún rescate, ya que las grabaciones a que alude la Jueza de Distrito, no es material idóneo
ni suficiente para justificar que la voz de dichas grabaciones correspondía a la de los
inconformes, porque para que tuvieran valor era necesaria una confrontación u otra prueba
parecida en la que los sujetos activos, de viva voz, repitieran las palabras contenidas en las
grabaciones, porque la juzgadora federal no advirtió que, previamente a que los activos
fueran detenidos, la Policía Ministerial aprehendió a otras personas a quienes les atribuían la
misma voz y la comisión del mismo delito, que la autoridad investigadora asociada con el
Juez responsable, mantuvieron arraigados a otras personas, por lo que ante la falta de una
prueba calificada, dichas grabaciones no son suficientes para tener por acreditado que se
pretendía obtener rescate en el delito de secuestro. Los anteriores agravios resultan
infundados, ya que al declarar ministerialmente, tanto ... como ... aceptaron que pedirían diez
millones de pesos por el rescate del agraviado, que inclusive acordaron que el primero de
ellos y el diverso coinculpado ... serían los encargados de comunicarse con la familia del
secuestrado, de ese modo, es claro que trataban de obtener rescate, elemento que requiere el
delito de secuestro, previsto y sancionado por el artículo 141, fracción I, del Código Penal
para el Estado, lo que quedó justificado con las confesiones ministeriales de los sujetos
activos, de manera que el solo hecho de que no se hubiese desahogado alguna otra prueba con
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el objeto de identificar las voces contenidas en las grabaciones, es insuficiente para desvirtuar
sus confesiones, así como tampoco afecta a la defensa de los inculpados, el hecho de que se
hubiera detenido a otras personas y que por mandato judicial hubieran sido arraigadas porque
se les imputaba la comisión de las llamadas telefónicas que constan en las grabaciones, ya
que tales diligencias realizadas durante la etapa de averiguación previa, fueron llevadas a
cabo por el representante social en su carácter de autoridad investigadora con base en las
facultades de investigación y persecución de los delitos que le es propia, por lo que el
desahogo de dichas diligencias no causa daño o perjuicio a los inculpados, ahora quejosos,
porque la integración de la averiguación previa es de orden público; en esas condiciones, en
ese aspecto, el auto de formal prisión reclamado se encuentra ajustado a derecho, como lo
estimó la Juzgadora Federal.
En el segundo agravio del escrito presentado el veintidós de agosto de dos mil dos, que los
recurrentes reiteran en los incisos primero, segundo, tercero y cuarto del presentado el
veintitrés de ese mes y año, los inconformes alegan que fue indebido que la juzgadora federal
les negara el amparo respecto de la hipótesis prevista por el último párrafo del artículo 141,
en relación con el 13, fracción VI, del Código Penal para el Estado, con base en que causaron
daño a la víctima del secuestro al golpearlo en la frente, con lo que se configuró el delito de
lesiones, por lo que es incierto que se acreditara que los inculpados tuvieron la intención de
privar de la libertad al ofendido para obtener rescate y, además, causarle un daño o perjuicio,
pues la alteración en su salud sólo constituyó un medio para cometer el secuestro, al haber
opuesto resistencia al momento de privársele de la libertad, de manera que, si el secuestrado
fue liberado dentro de los tres días siguientes a la privación de su libertad sin haberle causado
daño, como lo manifestó la víctima, con ello se actualizó la citada hipótesis atenuante que les
daría derecho a obtener el beneficio de la libertad provisional. Los anteriores alegatos
resultan infundados, pues como ya ha quedado establecido en apartados precedentes, la
probable responsabilidad de ... en la comisión del delito de secuestro, previsto y sancionado
por el artículo 141, fracción I, del Código Penal para el Estado, quedó evidenciada, entre
otros datos de convicción, con sus confesiones y con la de su coinculpado ... rendidas ante el
agente del Ministerio Público investigador, en las que admitieron que, previa concertación,
coparticiparon en la ejecución de los hechos delictivos que se les reprochan, ya que prestaron
ayuda en forma dolosa para llevar a cabo el ilícito de secuestro en agravio de ... con el fin de
obtener un rescate, pues a cambio de liberarlo exigieron a su familia la entrega de diez
millones de pesos, y si bien es cierto que se justificó que el agraviado fue puesto en libertad
dentro de los tres días siguientes al en que fue secuestrado, también lo es que, al momento de
interceptarlo, uno de los copartícipes le causó alteraciones en la salud como se demostró con
la fe ministerial de lesiones y con los certificados médicos de los exámenes practicados al
agraviado, conducta ilícita que además de integrar en forma autónoma el delito de lesiones,
puso en evidencia que los inculpados utilizaron la violencia para lograr su designio delictuoso
encaminado a ejecutar el delito de secuestro, de modo que al haber causado alteraciones en la
salud del agraviado, ello constituye el daño causado que impide que se actualice la hipótesis
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atenuante que alegan los quejosos en su favor, a que se refiere el último párrafo del artículo
141 del Código Penal para el Estado, que establece: "Si el secuestrador pone
espontáneamente en libertad a la víctima dentro de los tres días siguientes a la consumación
del delito, sin causarle daño, se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y multa
hasta de cuarenta veces el salario mínimo.". A mayor abundamiento, la atenuante a que alude
el párrafo del precepto legal transcrito requiere que el o los secuestradores pongan
espontáneamente en libertad a la víctima dentro de los tres días siguientes a su consumación,
requisito que tampoco se cumple en el caso que se analiza, pues el Diccionario de la Lengua
Española define como espontáneo, la acción que se realiza en forma voluntaria o de propio
impulso, de manera que si de acuerdo con los datos de convicción que obran en el sumario
penal, se constata que los inculpados decidieron liberar a ... debido a que se percataron de que
las corporaciones policiacas del Estado tenían conocimiento del secuestro del ofendido y
establecieron diversos retenes en la carretera para lograr su liberación, lo anterior se acredita
con la declaración ministerial de ... quien dijo que después de que secuestraron al ofendido, el
quince de febrero de dos mil dos habló con la familia de ... y después ... le llamó para decirle
que tuviera cuidado con los retenes, y le preguntó si ya le habían entregado el dinero; que
más tarde ... volvió a hablarle para decirle que la cosa estaba muy difícil porque había
muchos retenes, y como a las siete de la noche le dijo que no se iba a cobrar y que dejaran ir a
... porque había muchos retenes, por lo que en ese momento acordaron que lo dejarían ir; que
como era mucha la presión, en la noche encaminaron a ... y lo dejaron rumbo a la carretera,
siguieron la brecha que sale a Naranjos, llegaron a un hotel y se hospedaron. Por las
anteriores razones, tampoco se actualiza la hipótesis atenuante que alegan los quejosos en su
favor, por lo que fue correcto que la Jueza de Distrito declarara infundados los conceptos de
violación correspondientes, ni son aplicables al caso los criterios que se invocan con los
rubros: "PLAGIO O SECUESTRO Y LESIONES. AUTONOMÍA DE LOS DELITOS
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA)." y "SECUESTRO O PLAGIO,
ATENUANTE EN EL DELITO DE, Y NO TIPO AUTÓNOMO (ARTÍCULO 285 DEL
CÓDIGO PENAL DE NAYARIT).", aunque son respetables no tienen aplicación al caso
concreto, pues se refieren a situaciones y legislaciones diferentes a las que son materia de
análisis en el presente caso. En consecuencia, procede desestimar los agravios que se analizan
al resultar infundados, ya que el auto de formal prisión dictado en contra de los inculpados,
ahora recurrentes, por el delito de secuestro, previsto y sancionado por el artículo 141,
fracción I, del Código Penal para el Estado, cumple con las exigencias establecidas en el
artículo 19 constitucional.
En el primero, segundo, tercero y cuarto agravios hechos valer en el segundo escrito de
expresión de agravios, los recurrentes alegan que en la sentencia recurrida la Jueza de Distrito
omitió aplicar supletoriamente el artículo 222 del Código Federal de Procedimientos Civiles
en materia de resoluciones, que señala que las sentencias deben contener los requisitos
comunes a toda resolución judicial, ya que, en el caso, no se refirió a las manifestaciones que
alegaron en el escrito inicial de demanda, relacionadas con las contradicciones en que, en su
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opinión, incurrieron el agraviado ... y el testigo presencial Alberto Valdez Martínez, que son
las únicas personas que vieron a los secuestradores y conocen la verdad de los hechos,
consistentes en que el primero no pudo haber visto las características de la camioneta que
describió; que a pesar de haber estado cerca de los secuestradores, no oyó ningún disparo;
que sólo reconoció a un sujeto de apellido Sobrevilla, apellido distinto a los de los quejosos;
que uno de los agresores le dijo que no le iban a hacer nada; que la privación de la libertad de
que fue objeto no duró ni setenta y dos horas. Los anteriores alegatos resultan infundados,
pues el artículo 2o. de la Ley de Amparo establece que el juicio de amparo se sustanciará y
decidirá con arreglo a las formas y procedimientos que se determinan en dicha ley, y sólo a
falta de disposición expresa se estará a las prevenciones del Código Federal de
Procedimientos Civiles. En esas condiciones, no asiste razón a los recurrentes, pues al dictar
la sentencia recurrida la Jueza de Distrito lo hizo con estricto apego a lo dispuesto por el
artículo 77 de la Ley de Amparo, que establece los requisitos que debe contener toda
sentencia de amparo, consistentes en la fijación en forma clara y precisa de los actos
reclamados y la apreciación de las pruebas conducentes para tenerlos por demostrados,
también señaló los fundamentos legales en que se apoyó para declarar su constitucionalidad,
con base en la correcta valoración de las pruebas que sirvieron de sustento a la autoridad
responsable para emitir el acto reclamado; asimismo, contiene los puntos resolutivos, en los
que concretó con claridad y precisión los actos por los que negó y concedió la protección
constitucional, por lo que es inexacto que en ese aspecto opere la supletoriedad del Código
Federal de Procedimientos Civiles, pues la ley especial aplicable al juicio de amparo prevé
expresamente dichos requisitos, por lo que la Jueza a quo no estaba obligada a tomar en
cuenta lo dispuesto por el artículo 222 del Código Federal de Procedimientos Civiles.
Es aplicable en este aspecto, el criterio sustentado por la Tercera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la tesis publicada en la página 79, Segunda Parte, del Informe de
Labores de 1988, que dice:
"AMPARO. APLICACIÓN SUPLETORIA DEL CÓDIGO FEDERAL DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES. De conformidad con lo dispuesto por el artículo 2o. de la
Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, el juicio de amparo se sustanciará y decidirá con arreglo a las formas y
procedimientos que se determinan en el libro primero, ajustándose en materia agraria, a las
prevenciones específicas a que se refiere el libro segundo, de la misma ley. A falta de
disposición expresa, se estará a las prevenciones del Código Federal de Procedimientos
Civiles. La aplicación supletoria del Código Federal de Procedimientos Civiles en los juicios
de amparo debe entenderse con la limitación que prescribe el precepto antes transcrito; es
decir, sólo cuando en la Ley de Amparo no exista disposición expresa respecto de aquellas
instituciones establecidas por dicho ordenamiento, no reglamentadas, o reglamentadas
deficientemente, en tal forma que no permita su aplicación adecuada, a condición de que las
normas de la ley de enjuiciamiento civil invocada no pugnen con las de la citada Ley
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Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales."
Ahora bien, no tienen razón los recurrentes cuando señalan que la Jueza de Distrito no tomó
en cuenta las contradicciones antes resumidas, toda vez que de la lectura del auto de formal
prisión que los sujeta a proceso por su probable responsabilidad en la comisión del delito de
secuestro, no se sustenta únicamente en las declaraciones del agraviado y del testigo
presencial Alberto Valdez Martínez, sino en el cúmulo de pruebas que los incriminan que
fueron relacionadas y adecuadamente valoradas por la juzgadora federal, entre las que
destacan las confesiones ministeriales de ... y del coacusado ... quienes confesaron su
coparticipación en la ejecución de los hechos delictivos y relataron detalladamente las
circunstancias de tiempo, forma y lugar en que los llevaron a cabo, por lo que, en tratándose
de un auto de formal prisión, no se requiere que se tengan pruebas completamente claras que
establezcan de modo indudable la culpabilidad de los acusados, sino sólo que los datos que
arroja la averiguación previa sean bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer
probable su responsabilidad, requisitos de fondo y forma que quedaron justificados, por lo
que las supuestas contradicciones que se alegan son insuficientes para desvirtuarlas, por lo
que procede desestimar dichos alegatos.
En el mismo agravio se alega que la juzgadora federal no se pronunció respecto de las
violaciones al procedimiento que hicieron valer en el escrito inicial de demanda, consistentes
en que las firmas del agente del Ministerio Público fueron imitadas y que el secretario de
Acuerdos del juzgado responsable rindió declaración en la averiguación previa, por lo que
debió de excusarse para actuar en la causa penal de donde emana el acto reclamado, pues no
se puede ser Juez y parte. Dichos agravios también son infundados, ya que de la sentencia
recurrida se aprecia que la Jueza de Distrito estudió y válidamente desestimó los conceptos
de violación relativos al declararlos infundados, con base en que el oficio que contiene la
firma del Ministerio Público que pudiera considerarse diferente a la del funcionario que
integró la averiguación previa, se refiere al acuerdo de diecinueve de febrero de dos mil dos,
cuyo contenido no se relaciona con el desahogo de alguna prueba relacionada con los
quejosos, ni trae aparejada la existencia de algún medio de convicción tendiente a desvirtuar
los elementos de prueba en los que se fundó el acto reclamado, además que la afirmación
dogmática de que se trata de firmas diferentes es inatendible, ya que no existe prueba alguna
que la demuestre, y en cuanto a la excusa del secretario del juzgado, estimó que es
innecesaria, pues la resolución reclamada fue dictada por el titular del juzgado que conoce del
proceso y el citado funcionario sólo da fe de la existencia de dichas actuaciones.
Los quejosos aducen que la juzgadora federal no tomó en cuenta que estuvieron detenidos
por más tiempo que el señalado por la ley, ya que consta que fueron detenidos el veintiocho
de febrero de dos mil dos, presentados ante el agente del Ministerio Público el nueve de
marzo y puestos a disposición del Juez responsable hasta el veinte de marzo de ese año, en
que se determinó el ejercicio de la acción penal. Los anteriores alegatos resultan infundados,
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pues a fojas 468, 475 y 512, obran los acuerdos de once y doce de marzo de dos mil dos,
mediante los cuales el Juez responsable, a petición del agente del Ministerio Público, decretó
el arraigo domiciliario de ... por el plazo de quince días, a cuyo vencimiento se ejerció acción
penal en su contra; en esas condiciones, es incierto que su detención haya sido ilegal y la
consignación se hubiera hecho sin respetar los términos que marca la ley, por lo que el solo
hecho de que hubieran estado sujetos a arraigo durante el lapso autorizado por la autoridad
judicial no conlleva a presumir la existencia de coacción moral alegada al rendir su
declaración ministerial, ni mucho menos que hayan sido objeto de tortura, pues como ya se
determinó, tal circunstancia no fue acreditada con prueba fehaciente. En ese orden de ideas,
el criterio que se hace valer con el rubro: "CONFESIÓN. CARECE DE VALOR
PROBATORIO POR SÍ SOLA CUANDO EL ACUSADO ESTUVO DETENIDO
DURANTE CINCO DÍAS, O MÁS, SIN SER PUESTO A DISPOSICIÓN DEL JUEZ
RESPECTIVO, PUES ELLO HACE PRESUMIR COACCIÓN MORAL EN EL
RENDIMIENTO DE SU DECLARACIÓN.", aunque respetable, no tiene aplicación al caso
concreto, ya que la prolongación de la estadía de los quejosos a disposición del Ministerio
Público, tuvo su fundamento legal en un mandato judicial, como lo es el arraigo que se
decretó a petición del órgano investigador.
Los inconformes alegan que la sentencia que les negó el amparo con base en la transcripción
de las pruebas en que se apoyó el Juez responsable para dictar el acto reclamado, consistentes
en las declaraciones ministeriales de las personas que intervinieron en la averiguación previa,
la inspección ocular, confrontación, traslado y reconstrucción de hechos, dictámenes
periciales, fe ministerial de lesiones, es ilegal porque no las analizó en forma pormenorizada
y les da valor probatorio pleno, sin que dichas pruebas cumplan las formalidades esenciales
del procedimiento a que se refieren los artículos 79, 88, 190, 197, 215 y 218 del Código
Federal de Procedimientos Civiles que se transcriben. Asimismo, señalan que la Jueza
Federal no tomó en cuenta que en las declaraciones ministeriales de los testigos y el
agraviado, no los señalan como responsables de los delitos de secuestro y lesiones que se les
imputan, pues en su estudio dijo que dichas declaraciones se corroboran con lo depuesto por
Adriana Elizabeth Cruz Torres, Luis Mario Villasana Cano, José Hilario Sosa Rodríguez,
Andrés Avelino Pérez Silva, Margarita Cruz Cárdenas, Sinecio del Ángel Aquino y Carlos
Valdez Martínez, cuando son contrarias y contradictorias, por lo que con dichos elementos no
se puede afirmar que están acreditados los citados delitos ni su probable responsabilidad,
pues no los identifican ni señalan como las personas que intervinieron en los ilícitos, ni
tampoco en la diligencia de reconstrucción de hechos; que debió aplicarse el principio de
inmediatez procesal a la declaración inicial del agraviado, en la que dijo que sólo reconoció a
uno de sus captores de apellido Sobrevilla; que si bien en la diligencia de confrontación el
agraviado reconoció a ... como uno de sus captores, también lo es que al desahogar dicha
prueba no se cumplieron las formalidades de ley; que la determinación de considerar que el
Juez de la causa valoró correctamente el material probatorio que obra en autos para acreditar
el delito de secuestro previsto por el artículo 141, fracción I, del Código Penal, es ilegal, pues
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con las declaraciones de las personas antes citadas no se acredita su responsabilidad;
enseguida, los recurrentes analizan cada una de dichas testimoniales, la inspección ocular, los
dictámenes periciales rendidos por el arquitecto Roberto Rendón Hernández, las facturas de
dos teléfonos celulares, las conversaciones telefónicas grabadas, lo anterior con el fin de
concluir que, en forma aislada e individual, no son suficientes para demostrar la integración
de los delitos ni su probable responsabilidad, con base en que no los señalan expresamente
como responsables.
Los alegatos antes sintetizados, que se estudian en conjunto por su estrecha vinculación,
resultan infundados, ya que al realizar el estudio de la constitucionalidad del acto reclamado,
la Jueza de Distrito no incurrió en las irregularidades que se le atribuyen, en la medida en que
no estaba obligada a analizar si las pruebas en que se apoya fueron desahogadas con base en
lo dispuesto por los preceptos del Código Federal de Procedimientos Civiles que citan los
recurrentes, relativos a las pruebas y al arbitrio de que gozan los juzgadores para valorarlas;
lo anterior es así ya que el artículo 78 de la Ley de Amparo establece que en las sentencias
que se dicten en los juicios de amparo, el acto reclamado se apreciará tal como aparezca
probado ante la autoridad responsable, que en el caso consiste en el auto de formal prisión
dictado en contra de los recurrentes por el delito de secuestro, previsto y sancionado por el
artículo 141, fracción I, del Código Penal para el Estado, de donde resulta, sin lugar a dudas,
que dicho acto debe apreciarse tal y como se probó ante el Juez responsable, ya que las
pruebas fueron aportadas y desahogadas en la etapa de averiguación previa y no durante el
trámite del procedimiento del juicio de garantías, por lo que la Jueza de Distrito no tenía por
qué acudir a la reglamentación de las pruebas a que se refieren los indicados artículos del
Código Federal de Procedimientos Civiles, sino únicamente le correspondía analizar si la
valoración de las probanzas llevadas a cabo por el Juez responsable, en uso del arbitrio
judicial relativo a la valoración de las pruebas contenido en el artículo 269 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado, fue correctamente ejercido por la autoridad
responsable, por lo que debe convenirse con la Jueza Federal que el acto reclamado cumple
con los requisitos de forma y fondo que establece el artículo 19 constitucional, por lo que
válidamente determinó en la sentencia recurrida negar la protección constitucional solicitada
en contra de la parte del auto de formal prisión dictado en contra de los ahora quejosos, por
su probable responsabilidad en la comisión del delito de secuestro, previsto por el artículo
141, fracción I, del Código Penal para el Estado, porque las pruebas relacionadas y valoradas
por dicho juzgador responsable, con base en las reglas que, para la valoración de las pruebas
y la acreditación del cuerpo del delito, establece el Código de Procedimientos Penales para el
Estado, son aptas y suficientes para demostrar el cuerpo del delito y la probable
responsabilidad de los acusados, de modo que no se aprecia que al proceder de esa manera, la
autoridad responsable haya incurrido en desacato del principio regulador de la valoración de
las pruebas ni del arbitrio judicial a que se refiere el artículo 269 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado, al que dio debido cumplimiento, ya que no alteró los
hechos, ni infringió las reglas fundamentales de la lógica, ni del raciocinio, ni las
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disposiciones que norman el arbitrio judicial sobre el valor de las pruebas, pues si bien es
cierto que las probanzas que mencionan los recurrentes en forma individual y aislada tienen
el valor de indicios, también lo es que adminiculadas en su enlace lógico y natural, integran
la prueba circunstancial con valor probatorio suficiente para justificar la probable
responsabilidad penal de los acusados en la comisión del delito que se les reprocha, máxime
que el acto reclamado se funda en las confesiones ministeriales de ... y del también inculpado
... rendidas ante el órgano investigador, en las que aceptaron haber coparticipado en la
ejecución de dicho ilícito en el que conjuntamente se pusieron de acuerdo para privar de su
libertad a ... con el fin de obtener un rescate, pues a cambio de liberarlo exigieron diez
millones de pesos, y al momento de interceptarlo, uno de los copartícipes causó alteraciones
en la salud del ofendido; que si bien no lograron su objetivo fue porque se establecieron
retenes policiacos para localizar a la víctima que los obligó a dejarla en libertad y después
insistieron ante los familiares del agraviado para exigir la entrega de ciento treinta mil pesos;
confesiones que adquieren pleno valor probatorio, toda vez que se refieren a hechos propios
de la materia de la imputación, fueron hechas en forma voluntaria por personas mayores de
dieciséis años en pleno uso de sus facultades mentales, ante el agente del Ministerio Público
investigador y en presencia de los licenciados Rodrigo A. Constantino Chávez, Donato
Hernández Hernández y José Juan Cruz Hernández, a quienes designaron como sus abogados
defensores, confesiones que se corroboran con la valoración conjunta y adminiculadas con la
denuncia presentada por el agraviado, con la declaración del testigo presencial de cargo
Alberto Valdez Martínez, quien conducía el vehículo interceptado por los activos para privar
de la libertad al ofendido, con la diligencia ministerial de reconstrucción de hechos llevada a
cabo en el lugar donde acontecieron, donde los sujetos activos precisaron la parte de los
hechos en que intervinieron en el momento en que privaron de la libertad a ... quien sin dudas
ni reticencias señaló e identificó a ... como uno de los autores de su secuestro y con el
certificado médico donde se describen las lesiones sufridas por dicho agraviado. Material de
prueba que valorado en conjunto y adminiculado entre sí en su enlace lógico y natural, en
contra de lo que se alega, tiene eficacia probatoria plena para integrar el cuerpo del delito de
secuestro y demostrar la probable responsabilidad de ... por lo que hasta el momento procesal
en que se actúa, sus confesiones son aptas y suficientes para acreditar los elementos típicos
del delito de secuestro y su probable responsabilidad.
En este aspecto compartimos el criterio sustentado por la anterior integración de este órgano
colegiado, en la tesis de jurisprudencia 657, publicada en las páginas 539 y 540 del Tomo II,
Materia Penal, Octava Época, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 19172000, que dice:
"PRUEBAS EN MATERIA PENAL, APRECIACIÓN DE LAS (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE VERACRUZ). En el Estado de Veracruz existe el artículo 269 del código
adjetivo penal, en el que en el capítulo relativo al valor de la prueba, a diferencia de otros
códigos de sistema mixto, se adhiere a la escuela procesalista pura, del completo arbitrio
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judicial, con la única obligación para los sentenciadores de dejar cuenta de su proceder para
acatar las normas constitucionales de motivación y fundamentación, por lo que si al valorar
las pruebas no se alteran los hechos ni se infringen las disposiciones que norman el ejercicio
sobre el valor de las mismas o las reglas fundamentales de la lógica, los tribunales
constitucionales no pueden válidamente sustituirse al juzgador natural en la apreciación de
dichas pruebas."
No es óbice para arribar a la anterior determinación, el alegato en que se sostiene que, al
declarar en formal preparatoria, los quejosos se hubiesen retractado de sus declaraciones
ministeriales, alegando que las hicieron porque fueron coaccionados físicamente por los
policías aprehensores y aportaron la certificación del secretario del juzgado responsable en la
que se hicieron constar alteraciones en su salud personal, pues tal circunstancia no desvirtúa
las pruebas que justifican su probable responsabilidad en la comisión del delito que se les
reprocha, pues como ya se dijo, no aportaron elemento de convicción idóneo para apoyar su
retractación, por lo que sólo constituye una argumentación defensiva no acreditada y sí
contradicha con los certificados médicos del perito médico forense Fernando Raúl Hernández
Pinto, de la Dirección Regional de Servicios Periciales del Estado, que se recabaron durante
la etapa de la averiguación previa, en los que se concluyó que al examinar a los inculpados,
aquí quejosos, no se les apreciaron huellas de violencia física ni trastornos mentales. En esas
condiciones, los inconformes no justificaron su aserto en el sentido de que fueron objeto de
violencia por parte de sus captores, ni mucho menos que la agresión de que se quejan provino
del agente del Ministerio Público ante quien declararon; de modo que fue correcto que la
juzgadora federal no otorgara eficacia probatoria a esas retractaciones para hacer perder
espontaneidad a su confesión inicial rendida ante el órgano investigador, por lo que merece
validez probatoria por haber sido rendida ante dicha institución investigadora con las
formalidades de ley, por lo que es aplicable al caso la tesis que invocó la Jueza a quo para
apoyar su conclusión, con el rubro: "CONFESIÓN. DEBE COMPROBARSE LA
COACCIÓN QUE EL QUEJOSO DICE SUFRIÓ PARA EMITIRLA, DE LO
CONTRARIO, SU RETRACTACIÓN CARECE DE VALOR PROBATORIO.".
Los promoventes del amparo alegan que les agravia la consideración de la Jueza de Distrito
en la que estimó que el acto reclamado se encuentra debidamente fundado y motivado. Dicho
alegato es infundado, ya que como válidamente lo sostuvo la Jueza de Distrito, el auto de
formal prisión reclamado cumple cabalmente las garantías individuales tuteladas por el
artículo 16 constitucional, pues el Juez responsable relacionó los elementos probatorios
allegados durante la averiguación previa, realizó el juicio valorativo y expresó los
razonamientos lógico-jurídicos que lo llevaron a la convicción de que los hechos delictuosos
desplegados por los procesados, se adecuan a las hipótesis que prevén los preceptos de la ley
que tipifican esos hechos, por lo que no puede sostenerse válidamente que el indiciado quede
en estado de indefensión, pues no ignora cuáles son esos motivos y fundamentos. En esas
condiciones, si el acto reclamado contiene los citados requisitos constitucionales, pues se
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citaron los preceptos legales en los cuales se funda, las pruebas que justifican los elementos
materiales del delito de secuestro previsto y sancionado por el artículo 141, fracción I, del
Código Penal para el Estado, y aquellas con las que se justifica la probable responsabilidad
de los inconformes en su comisión, no puede afirmarse que carezca de fundamentación y
motivación, en términos del artículo 16 de la Constitución Federal. En esas condiciones, el
criterio que se hace valer con el rubro: "ORDEN DE APREHENSIÓN.
FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. ASPECTOS QUE DEBE COMPRENDER.", fue
cabalmente acatada por el Juez responsable, como correctamente lo determinó la Jueza
Federal, pues como ya se dijo y ahora se reitera, contiene la relación de los elementos de
convicción que arrojó la averiguación previa, así como la ponderación de cada uno de ellos y
luego establece con qué pruebas se acreditan los elementos del tipo penal y con cuáles se
justifica la probable responsabilidad de los acusados en su comisión.
En este aspecto compartimos el criterio sustentado por la anterior integración de este Tribunal
Colegiado en la tesis VII.1o.P.108 P, publicada en las páginas 804 y 805 del Tomo X,
septiembre de 1999, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que
dice:
"FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN, CASO EN EL QUE NO PUEDE HABLARSE
DE FALTA DE, EN EL AUTO DE FORMAL PRISIÓN.-Cuando el Juez del proceso penal
externa un juicio valorativo sobre la eficacia de los elementos probatorios recabados en el
sumario, así como de los presupuestos que integran el cuerpo del delito que se reprocha a los
quejosos, en forma que no deja dudas sobre los hechos que le fueron imputados y se invoca el
precepto de ley que tipifica esos hechos, no puede válidamente sostenerse que el auto de
formal prisión carezca de motivación y fundamentación, porque en las condiciones apuntadas
tampoco puede establecerse que los quejosos queden en estado de indefensión por ignorar
cuáles son los motivos y fundamentos que dieron lugar para sujetarlos a la traba de la formal
prisión."
Los inconformes sostienen que la juzgadora federal nada dijo en relación con los criterios que
se le propusieron, alegato que es infundado, pues de la lectura integral del escrito inicial de
demanda no se advierte que se haya hecho valer en apoyo de los conceptos de violación,
jurisprudencia o ejecutoria alguna.
Los recurrentes alegan que el dicho de ... es insuficiente para demostrar la probable
responsabilidad de ... en la comisión del delito de secuestro. Este argumento también es
infundado, el acto reclamado no se funda únicamente en dicho testimonio, sino en que el
propio ... confesó ministerialmente su coparticipación en la comisión de los hechos delictivos
que se le reprochan. Por otro lado, aducen que el resultado de la diligencia de confrontación
donde el agraviado señaló e identificó a ... como uno de sus secuestradores, no es suficiente
para acreditar la probable responsabilidad en la comisión del secuestro que se les imputa,
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alegato que deviene infundado, pues además de tal señalamiento, obra el que en contra del
nombrado ... hizo el coacusado ... quien ante el Ministerio Público señaló que todos ellos
(entre los que mencionó a ...) se pusieron de acuerdo en la forma en que llevarían a cabo el
secuestro de ... en mérito de lo anterior, resulta incierto que en contra de tales quejosos
únicamente exista la diligencia de confrontación, pues como ha quedado establecido, el acto
reclamado se sustenta en las confesiones ministeriales de ... y el también coacusado ...
pruebas que fueron debidamente analizadas por la Jueza de Distrito, que la llevaron a declarar
la constitucionalidad del acto reclamado.
En consecuencia, al haber resultado infundados los agravios analizados, procede confirmar la
sentencia que se revisa y conceder y negar la protección constitucional solicitada, negativa
que se hace extensiva a los actos de ejecución por emanar de un acto constitucional.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 90 de la Ley de Amparo, 35 y
37 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve:
PRIMERO.-Se confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ... en contra del acto consistente
en el auto de formal prisión dictado por el delito de secuestro previsto y sancionado por el
artículo 141, fracción I, del Código Penal para el Estado.
TERCERO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a ... en los términos señalados por la
Jueza de Distrito.
Notifíquese como corresponda; háganse las anotaciones en los libros de gobierno; con
testimonio de la presente resolución, devuélvanse los autos a su lugar de origen y, en su
oportunidad, archívese este expediente como asunto concluido.
Así, por unanimidad de votos de los Magistrados Heriberto Sánchez Vargas, Sofía Virgen
Avendaño y Gilberto González Bozziere, lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Séptimo Circuito.
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