la revolución francesa

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LA REVOLUCIÓN FRANCESA 1789-1815
LIBERTÉ, ÉGALITÉ, FRATERNITÉ
INTRODUCCIÓN
La Revolución Francesa supuso una aplastante destrucción del Antiguo Régimen en Francia y el referente para
la democratización del resto de los países. A la lucha de estos revolucionarios liberales burgueses debemos
gran parte de las libertades y derechos de los que disfrutamos hoy día, a ellos debemos la democracia y el
triunfo de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.
1. CAUSAS Y ANTECEDENTES
Francia en 1789, gobernada por Luis XVI y María Antonieta, vivía una grave Crisis social, económica y política:
CRISIS SOCIAL: pues se mantenía el rígido orden estamental que mantenía los privilegios de las élites a costa
del resto de la población, una gran mayoría.
CRISIS ECONÓMICA: pues los gastos provocados por las continuas guerras contra Gran Bretaña, como la
ayuda a la independencia de EEUU, hacía aumentar cada vez más los impuestos del Tercer Estado,
agravándose esta situación con la subida del precio de productos básicos (pan) por las malas cosechas y que
iniciaba un descontento social y continuas rebeliones contra el clero y la nobleza.
CRISIS POLÍTICA: pues el rey comenzaba a perder apoyos, tanto por parte de los no privilegiados (por la
ausencia de reformas) como de los privilegiados (por el temor a ellas), a lo cual se une un exceso de lujo y
derroche por parte de la realeza que contrastaba con un pueblo que pasaba hambre y penurias.
La alta y enriquecida burguesía de Francia, marginada políticamente, veía frenadas sus aspiraciones para
llegar al poder, por lo que aprovechó esta grave situación que vivía el país antes de que estallara la revolución
2. CONVOCATORIA DE LOS ESTADOS GENERALES Y LA ASAMBLEA NACIONAL
La difícil situación económica que atravesaba Francia desembocó en una en un grave crisis financiera
(bancarrota). La única solución posible para superar ese déficit era hacer que los privilegiados pagaran
impuestos pero, lógicamente, estos se negaron, afirmando ser uno de los privilegios que correspondían a su
estamento. Ante esta rotunda negativa, Luis XVI reunió los Estados Generales (Nobleza+Clero+3º Estado)
en Versalles (1989), para establecer una reforma fiscal y, para ello, cada estamento debía redactar antes su
propio Cuaderno de Quejas, donde redactaban sus propuestas para superar la crisis y que, en el caso del
Tercer Estado, era la de suprimir los derechos feudales.
Una vez reunidos los Estados Generales en Versalles, la burguesía pretendía el voto individual (que daría
mayoría al Tercer Estado en la deliberación de la reforma), frente al sistema tradicional de 1 voto por
estamento, pretendido por los privilegiados (mayoría para ellos: 2 contra 1). Estaba en juego la Soberanía
Nacional, es decir, el poder de la mayoría y, por tanto, la voluntad de la nación.
Al no haber acuerdo en el sistema de votación, los burgueses se retiraron y se reunieron en el Salón del
Juego de Pelota, una sala junto a su lugar habitual de reunión, pero que encontraron cerrada el día 20 de
junio. Allí y ante el temor de que el Rey disolviera los Estados Generales, juraron permanecer unidos hasta
redactar una Constitución para Francia, que garantizase sus derechos.
A partir de ese momento se convirtieron en Asamblea Nacional, pues se consideraban representantes de la
mayoría de los habitantes del reino y centraron su objetivo en acabar con el Antiguo Régimen. En las calles
de París, surgieron revueltas populares que apoyaron a los burgueses de Versalles ante la negativa del Rey y
de los privilegiados a acabar con el absolutismo. La necesidad de armas y pólvora llevó al asalto a la Bastilla
el 14 de julio 1789, una cárcel que simbolizaba el absolutismo, mataron a los guardas y comenzó la tradición
de clavar y pasear sus cabezas decapitadas en lanzas. Ese mismo ansia de libertad, convertido en furia y
motivado por la desesperación, se trasladó también al campo, donde los campesinos se negaron a seguir
pagando impuestos y destruyeron todo símbolo feudal.
El rey cedió en principio a las pretensiones de la burguesía y la Asamblea, a partir de ahora llamada
Constituyente, se centró en conseguir su objetivo de poner fin al Antiguo Régimen: se estableció la igualdad
de impuestos y de acceso a cargos públicos. Para ello aprobó el Decreto de abolición de los derechos
feudales y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, ambos, en 1.789; y después, la
primera Constitución Francesa en 1.791, que ponía fin al absolutismo.
3. LAS ETAPAS DE LA REVOLUCIÓN
Tras la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, la revolución atravesó distintas etapas y formas de
gobierno: una monarquía constitucional, una república democrática muy radical convertida en Terror, llamada
Convención Nacional y, finalmente, una república burguesa más moderada, el Directorio (1794-99)
3.1 LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-92)
La nueva monarquía se caracterizaba por la separación de poderes, los derechos de libertad e igualdad y la
soberanía nacional, pero con un sufragio censitario que aún no representaba a la mayoría puesto que sólo
podían votar varones con un mínimo de riqueza. Además se igualaron los impuestos y se nacionalizaron los
bienes de la iglesia.
Surgen los partidos o clubes políticos que aspiraban al poder mediante elecciones, pues una vez aprobada la
constitución era necesario elegir a los diputados del nuevo parlamento llamado ahora Asamblea Legislativa,
uno de estos clubes eran los jacobinos (revolucionarios más radicales), dirigidos por Robespierre que era
partidario de reformas más profundas: sufragio universal y la eliminación de la monarquía con la muerte del
Rey. Por otro lado, los girondinos (revolucionarios más moderados) defendían el sufragio censitario y la
monarquía constitucional. Tanto jacobinos como girondinos, fueron alternándose el poder en el parlamento.
3.2 CONVENCIÓN O PRIMERA REPÚBLICA
Se proclamó tras las sospechas de que el rey conspiraba contra el nuevo sistema político revolucionario
apoyando secretamente a las potencias extranjeras. Luis XVI intentó huir en secreto para apoyar a Austria y
poder restablecer su absolutismo, pero fue detenido, juzgado y ejecutado en la guillotina por traición (“La
República soló puede iniciarse con la muerte del Rey” -Robespierre-) . La guerra internacional contra
Francia (1ª coalición) había comenzado por el temor a que la revolución traspasara las fronteras francesas y
se extendiera por otros territorios.
La revolución fue radicalizándose progresivamente: La nueva asamblea (Convención Nacional) se elige
ahora por sufragio universal, por lo que su composición era más radical, se elimina la monarquía y se proclamó
la I República Francesa. Se llega a la época conocida como “El Terror”, protagonizada por el dirigente de los
jacobinos, Maximiliano Robespierre, que asumió el poder político, además fue responsable de una gran
cantidad de condenas a muerte en la guillotina de todos aquellos considerados enemigos de la revolución,
incluso de los burgueses moderados girondinos. Se suspendió la constitución, pasando a una DICTADURA en la
que Robespierre concentraba todo el poder, aprobando leyes como la de los sospechosos, (ejecución sin
necesidad de pruebas). Pero a Robespierre se le fue de las manos y su locura comenzaba a perder apoyos.
3.3
DIRECTORIO
Ante la gravedad de los acontecimientos, los moderados girondinos volvieron a tomar las riendas de la
Revolución tras el Golpe de Estado de Thermidor en 1794, el apoyo del ejército y la posterior ejecución de
Robespierre y sus seguidores. Pero la guerra continuaba y los republicanos moderados consideraron que era
necesario un poder más fuerte que evitara una nueva dictadura, el Directorio, que acaparaba el poder
ejecutivo, una nueva constitución y vuelta al sufragio censitario. Aquí comenzó a sobresalir la figura del
general Napoleón, que adquirió mucho prestigio en las guerras exteriores, logrando derrotar a la 1ª coalición.
4. NAPOLEÓN: CONSULADO (1799-1804) E IMPERIO (1804-1815)
Napoleón, apoyado en la alta burguesía, dio un nuevo golpe de Estado en Brumario (1799) y se proclamó
Primer Cónsul y creó el Consulado, ejerciendo el máximo poder, casi una “dictadura disfrazada”.
EL IMPERIO NAPOLEÓNICO. Se proclama en 1804, tras un continuo aumento del poder de Napoleón.
Protagonizó un serie de reformas interiores muy positivas: extendió la educación a todos los franceses y la
obligación en el pago de impuestos, creó un Nuevo Código Civil, reforzó la propiedad privada y la libertad.
Estas reformas consolidaron el liberalismo en Francia y el paso de una sociedad estamental a una de clases.
En el exterior, su máxima rival fue Inglaterra, a la que intentó eliminar a través del Bloqueo Continental
(aislamiento comercial de Inglaterra). Se alió con España, a la que invadió posteriormente (Guerra de la
Independencia Española). Se puede decir que la Revolución se extendió por Europa como una mancha de
aceite. Napoleón veía la oportunidad de difundir en el continente los ideales de libertad, igualdad y
fraternidad, por lo que luchó contra los absolutismos y se ganó a su población. Tras numerosas coaliciones
contra el Imperio, no fue hasta la 6ª coalición, cuando las tropas napoleónicas fueron cayendo, primero, en
Leipzing en 1813, y finalmente en Waterloo en 1815. Siendo Napoleón desterrado a Santa Elena y los
Borbones, repuestos en el trono francés.
5. CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Entre las consecuencias más importantes de la Revolución Francesa, podemos citar la abolición del Antiguo
Régimen y el triunfo de los principios del liberalismo político (derechos y libertades recogidos en una
Constitución, soberanía nacional y separación de poderes), aunque como hemos visto, en ocasiones, una
excesiva radicalización y el control de poder, también lleva a suprimir dichas libertades.
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