órgano del apostolado de la prensa

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Domingo 26 de Febrero de 1899
ÓRGANO DEL APOSTOLADO DE LA PRENSA
EXCMO. É ILMO. SEÑOR DON JAIME CÁTALA Y ALBOSA
Obispo de Barcelona.
1 . " DE NOVIEMBRE DE 1835, t 21 DE FEBRERO DE 1899
LÁ LECTURA DOMINICAL
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SUMARIO
Crónica semanal, por Máximo.—Tras la añadidura, por
Dionisio. — Sección piadosa: Indicador religioso, hanto
E\angeiio. Consideración. San Porfirio, Obispo de Gaza,
por S.—Apostolauo de la Oración: Intención que se recomienda para el mes de Marzo.—Sección de polémica: Fuego graneado, por Matraca.—Paréntesis literario: Ciencias
históricas, por Cesaido. — Noticias y comeotanos. — El
baile de Piñata, por Alfonso Aguirre y C&rcer. — Curiosidades, por Minutius.
CjmAJBA.I>OS
Excmo. é limo, Sr. D, Jaime Cátala y Albosa.
Actualidades: El abate Renaud prestando los auxilio.i espirituales á M, Faure.
San Porfirio, Obispo de Gaza.
Bellas Artes: El buen Samaritano.
Covadonga: La cueva.—Sepulcro de D. Pelayo,
Bl baile de Piñata, dibujos de Pedrero.
Una travesura (historieta).
^-'6~^Cí'"^Nrí"'^C^í^"^Cí"^C5'^Cí'~s^-
Crónica semanal.
L jueves, 17, M. Félix Faure, presidente de la
República francesa, se levanió tan bueno y
con tan buen humor como de costumbre; salió muy temprano de su palacio, el Elíseo, y
dio un largo paseo á caballo. Regresó á las
_^_^^ diez; en seguida entró en la sala del Consejo, y pi coiuió uno de ministros que duró hasta después de
mediodía; varias veces tomó la palabra, interviniendo en
las deliberaciones, y á la una pasó al comedor, y almorzó con su familia: lo hizo muy bien, porque M. Félix Faure
era un excelente gourmet y algo gourmant, hasta el punto de que los méaicos habían notaao en él los terribles síntomas de una enfermedad que no es producida por la
falta, sino por el exceso de alimentación. Terminado el suculento y exquisito almuerzo, pasó S. E. al salón de audiencias, y estuvo recibiéndolas hasta las cinco de la tarde. A
esta hora, despachado el último visitante, entró con varios
papeles para la firma el Secretario particular, M. Le Gall.
iil presidente fijó en él los ojos, y le aijo:
—Me siento mal. Tengo dolor aquí, en la nuca.
El secretario responüió:
—Señor, eso no es nada... Un poco de jaqueca. ¡Han durado tanto el consejo y las audiencia&l
—Así será—repuso el presidente—pero yo no me siento
bien.
Firmó los papeles que le presentaba el secretario, y
éste se salió del despacho presidencial.
Una hora después volvió á entrar M. Le Gall en el despacho de su jete, y encontró á éste tt rriblemente desencajado, de pie junto á una mesa, extraviada la mirada, y r e velando en su actitud y adtmanes que se estaba ahogando.
Con voz muy débil, fijando los ojos suplicantes en su secretario, dijo M. Félix Faure:
—Estoy malísimo.
Corrió el secretario hacia el Presidente, y llegó á punto de evitar que' cayera desplomado en el suelo. Cogió,
como pudo, al cuerpo que no podía ya sostenerse de pie, y
lo colocó en un sota, poniéndole un cojín por almohada; enseguida hizo sonar los timbres, y á poco fueron acudiendo
el general BaiUoud, jefe del cuarto militar, un médico joven que casualmente se hallaba en el Elíseo, el doctor Lannelongue, médico de cabecera, la señora del presidente y
su hija Lucía. Todos comprendieron que el accidente era
muy grave, y formaron angustiado grupo delante del sota
en que yacía Faure en un profundo síncope. Entraron la otra
hija de S. E. Mad. Bergé, y otro médico, el doctor Potain. Aplicaron al paciente los remedios heroicos que reserva la meaicina para estos casos extremos, y á los tres
cuartos Oe hora oió señales de vida, abriendo los ojos, y
íijánüolos, tuibios y tri!>tes, en su mujer y en sus hijas,
exclamo:
—He concluido... Si, sí, he terminado... Pido perdón á los
que haya podmo ofender.
Quería hablar mas; pero no podía. Mad. F a u r e mandó
llamar á un sacerdote. Un cabo de la guardia del palacio
corrió á buscar al Párroco de la Magdalena. Pero pasaba
el tiempo, no venía el sacerdote, y el enfermo cayó en otro
síncope mas proiundo que el anterior, puesto que no cedía
á las inyecciones de cattína que le apiicaDan. Mad. Faure
ordenó que salieran varios servidores en distintas direcciones, para que trajeran al primer sacerdote que encontraran. Un soldado halló en la calle al capellán de la cárcel
del Depósito, M. Renault. "Venidpronto, señor Cura—le dijo
el soldado—que un enfermo se está muriendo.« M. Renatut
se puso en marcha detrás del soldado, llegaron al Elíseo,
y era tal la turbación que reinaba en el palacio, que nadie
preguntó al sacerdote a dónde iba, y atravesando habitaciones, entró en la cámara donde agonizaba el presidente,
sin sentido, tendido el cuerpo ya casi inanimado en el sofá,
tres mujeres llorando arrodilladas delante de él, y un compacto grupo de militares, funcionarios y servidores en
torno de aquel improvisado lecho de muerte. Apartáronse
todos, y el sacerdote absolvió in exíremis y sub conditione
á M. Félix Faure. No bien habla terminado las oraciones
cuando el médico, M. Lannelongue que tenía cogido el
pulso del enfermo, se levantó y dijo con solemnidad:
—El señor presidente de líPRepública acaba de morir.
Y como respondiendo á estas graves palabras, y dominando los sollozos de los circunstantes, el reloj de la cámara dio pausadamente diez sonoras campanadas.
Así ha pasado de esta vida el sexto presidente de la tercera República francesa, el primero que muere dé enfermedad en el ejercicio de sus elevadas funciones, privilegio
que sólo ha compartido con él en este siglo otro jefe del
Estado en Francia: Luis XVIII. Napoleón!, CarlosX, Luis
Felipe, Napoleón 111, Thiers, Grevy, ninguno acabó sus
días en posesión de la autoridad soberana. El antecesor de
Faure, M. Sadi Carnot, murió, sí, de presidente, pero asesinado. Era Faure un hombre insignificante por sus méritos personales; hijo de un rico armador del Havre, pertenecía á la aristocracia industrial; vistió en sus primeros
años la blusa del obrero, pero no porque la pobreza le obligase á ello, sino porque su padre quiso que entendiera de
los negocios de la casa que estaba destinado á dirigir en
todos sus pormenores; tuvo ambición, y por eso se metió
en política, y, según una versión muy acreditada en Francia , por eso se afilió en la francmasonería; se refiere que
le dijo uno: "para subir en política, es preciso ser masón„;
y él respondió: "pues lo que es por eso, no ha de quedar„, y
se inició inmediatamente en la secta. Ascendió á la presidencia por efecto de su misma insignificancia personal, y
ya de jefe del Estado, hizo perfectamente su papel de p r e sidente constitucional, esto es, que no se cuidó de otra
cosa que de firmar lo que le proponían los ministros que
le indicaban las Cámaras. Era un hombre elegante, y
cuando recibió al czar de Rusia, y fué él á pagarle la visita, demostró que para saber hacer cortesías y cumplimientos, no es absolutamente preciso haber nacido y criadose
en un palacio real. ¡Que Dios nuestro Señor, en su infinita
misericordia, le haya perdonado!
Al día siguiente del fallecimiento de M. Félix Faure, las
Cámaras se trasladaron á Versalles, y juntándose en asamblea nacional, según previene la Constitución de la República, eligieron presidente al que lo era del Senado, M. Emilio Loubet, por 483 votos contra 270 que obtuvo M. Méline.
M. Emilio Loubet cumplió sesenta años el 31 de Diciembre próximo pasado. Es abogado, y viene figurando en política desde 1876, siempre en la extrema izquierda republicana; fué muy amigo de Gambetta y del presidente Carnot.
Pasa por ser un hombre de modesta posición, y eso que
disfruta una renta de 100 000 francos, y por de costumbres
sencillas y morigeradas. Carnot le hizo presidente del Consejo de ministros. Se ha distinguido siempre por sectario
furibundo, esto es, enemigo implacable de la religión católica. Ensebio Blasco, qu^ conoce bien la política francesa
por haber escrito en El Fígaro durante algunos años, dice
en El Nacional que Loubet, siguiendo la conducta de
Ferry, volverá á llenar á España de congregaciones religiosas; en efecto, del gobierno de Loubet lo único que hizo
ruido fué su sañuda persecución contra la Iglesia: él expulsó de Francia á un jesuíta irlandés con el pretexto de
que en un sermón había injuriado al ejército, mandó procesar al Obispo de Meude, declaró en la Cámara que haría
cerrar todas las iglesias de Francia si los predicadores hablaban en sus sermones contra los principios de la revolución, y otra porción de diabluras que demuestran cómo su
corazón está lleno de odio á todo lo que huele á catolicismo, y que su elección, si Dios no lo remedia, será un nuevo castigo para la infortunada Francia.
Así parece que lo comprenden todos los verdaderos patriotas franceses que no quieren pasar por el aro de la tiranía judaica y francmasónica que allí domina, y la elección de Loubet ha sido muy mal recibida por el pueblo,
hasta el punto de que, al salir del palacio de Versalles el
presidente electo, y en el camino hasta París, y en esta
mibmacapiíal, ha sido horriblemente silbado, y ha oído muchos mueras; en P a n s se han desarrollado tumultos callejeros que han costado la vida á varias personas, y la prensa sensata considera como una calamidad la elección de
este sectario empedernido, del que se cree que lo primero
que ha de hacer es rehabilitar á Dreylfus, y al que se sacan
algunos antecedentes dudosos relativos al asunto del P a namá; sobre este último punto, el cargo concreto que hemos visto formulado contra Loubet, es su negativa á que
se desenterrara el cadáver del barón de Reinach, uno de
los acusados por aquellos escándalos, exhumación que
se juzgaba por algunos necesaria para el completo esclarecimiento de los hechos.
LA LECTÜBÁ DOMINICAL
Viniendo á los asuntos de España, lo primero que se debe
consignar es el discurso que pronunció el Sr. Romero Robledo en el círculo de la prensa sobre la decadencia del sistema parlamentario, de cuya decadencia se duele mucho el
Sr. Romero, y la atribuye á los picaros reaccionarios, los
cuales se reducen para el travieso político á la conjunción
Silvela- Polavieja. Dijo una porción de cosas peregrinas y
pintorescas, y entre ellas, la muy notable de que en España
no existe ese perturbador caciquismo de que hablamos
todos; el caciquismo es un sueño. Alguien, decía Romero,
tiene que mandar, y todo el que no manda llama cacique al
que manda. Es muchísima la trescura de D. Paco, tipo acabadísimo del político de nuestros días.
El ministro de la Guerra dio un decreto prescribiendo la
amortización del cincuenta por ciento de las vacantes que
ocurran en todas las escalas del ejército, mientras haya
excedentes de generales, jefes y ofaciales. Bienhecho, y ya
es hora de empezar.
Terminó en Zaragoza la asamblea de productores, junta
de la misma clase que la célebre de comerciantes que se
reunió en la citada capital. El convocador, presidente y alma de esta nueva asamblea, es el Sr. Costa, personaje que
con este motivo ha empezado á figurar mucho, y del que
es justo que tengan idea nuestros lectores. El Sr. Costa
es un abogado muy estudioso, pero desdichadamente de
las peores ideas religiosas, filosóficas y sociales que cabe
imaginar. Al concluir su carrera, allá por los años de la
revolución de 1868, se afilió en la escuela krausista, y entre los Salmerón, Azcárate, Giner de los Ríos y demás santones del krausismo pasaba ya por uno de los
más listos y que sabían m á s ; no le dió entonces por la
política, y se dedicó á hacer oposiciones á notarías, r e gistros de la propiedad, etc., y, efectivamente, hizo muchas, y las ganó siempre con el número uno, porque á
estudiar le ganan pocos; desempeñando sus destinos se
eclipsó durante mucho tiempo, no sin que de cuando en
cuando llegasen á Madrid algunos trabajos suyos, demostrativos de que seguía estudiando, y adelantando en sus
errores, porque Costa, como todos los krausistas de su
cuerda, se hizo positivista en filosofía, y socialista-colectivista en la ciencia del derecho. Hace pocos años empezó á
divulgar lo que llama él política hidráulica, ó sea que la
regeneración de España sólo puede venir del aprovechamiento y canalización para el riego de las aguas de los ríos
y pantanos que hay en la Península; nadie creemos que
ponga en duda las ventajas de los canales de riego, pero
de aquí á que sólo canales nos hagan falta, y que sólo por
no tenerlos estamos como estamos, aún hay mucha distancia. Para Costa es esta la expresión de un pensamiento
positivista: la regeneración no ha de venir de las ideas, ni
de las creencias, ni de la religión, ni de la moral, sino pura
y sencillamente del fomento de los intereses materiales;
por eso, dice que hay que echar doble llave al sepulcro
del Cid, esto es, á todo lo romancesco, heroico é ideal de
nuestra historia, y coger todos la azada y el pico para abrir
canales como los antiguos ninivitas y babilonios, que son,
según Costa, los únicos que hasta ahora entendieron bien
eso de la política hidráulica. ¡Una chifladura como otra
cualquiera!
Seguramente que la inmensa mayoría, por no decir todos los productores que han ido á Zaragoza, no entienden
una palabra de lo que Costa quiere, aunque lo aplauden á
rabiar; porque habla mal de los gobiernos y de los políticos, y ya dijo Manzoni que no hay autoridad
comparable
d la de un sabio que trata de convencer d los demás de lo
que ya están convencidos. En España, todo el que diga
que hay íjue ahorcar ministros, fusilar generales y hacer
picadillo de cacique, tiene ,corro, y antes le han de sobrar
que faltarle los admiradores y partidarios. Es un elocuente
signo de los tiempos.
L a asamblea se disolvió eligiendo á Costa presidente de
un directorio, encargado de formular conclusiones prácticas beneficiosas para la producción españoia; pues la única
conclusión aprobada por unanimidad, fué la de que "todo
está muy malo, y que es preciso que se mejore,. Lo mismo
pensamos los que no hemos ido á Zaragoza.
El lunes, 20, se abrieron las Cortes. En el Congreso, el
Sr. García Aux atacó rudamente al gobierno, por su conducta en la pasada guerra y en la paz. En el Senado, el
conde de las Almenas extendió sus ataques á los generales del ejército, de los q»e dijo horrores, acusando su ineptitud, acusándolos de cobardes y traidores, y manifestando su extrafleza porque no se hubiese fusilado á ninguno
después de tantos desastres y capitulaciones vergonzosas.
Con la misma o mayor crudeza ue frase atacó Salmerón
á todo lo atacable en el Congreso, achacando (¡botarate!)
á la espada y á la cogulla la causa de las desgracias patrias. Las oposiciones pensaban derrotar al gobierno en el
Senado en la elección de la comisión que ha de dictaminar
sobre la renuncia de España á la soberanía de Filipinas;
pero no lo han conseguido. De todas suertes, la situación
parlamentaria del gobierno se considera muy poco firme,
y á poco esfuerzo que bagan gamacístas y conservadores,
es probable que consigan derribarlo.
131
Si no es que se cae él solo, sin que nadie tenga que tomarse el trabajo de empujarlo. En una palabra, la situación no puede ser peor; el gobierno no sabe cómo defenderse de los ataques de sus contrarios; cada ministro se
hace un lío siempre que tiene que contestar á un diputado
ó senador contrario; sólo Dios sabe lo que pasará en la próxima semana. El país sigue dormido sin dársele un ardite
de las luchas bizantinas de nuestros políticos,
MAxiMO.
sSSSSSSSííS^vSí-
TRAS LA AÑADIDURA
pviÉRTESE de algún tiempo á esta parte desusada agitación entre todas las
clases de la sociedad española. Como
en el famoso campo de Agramante,
ü allí se pelea por la espada, aquí por el
caballo, acullá por el águila, acá por el yelmo, y
todos gritan y todos pelean, y, dicho sea en honor de
la verdad, ninguno se entiende.
El agricultor clama por sus cosechas, el industrial
por sus manufacturas, el comerciante por su tráfico,
el rentista por el cupón, y el militar y el empleado
porque no se disminuyan las partidas del presupuesto, y todos convienen, ciertamente, en la necesidad
de hacer sacrificios para sacar á España de la triste
situación en que se encuentra, pero á condición de
que los haga el vecino, aplicando al asunto el conocido refrán que dice: justicia y no por mi casa.
Para la defensa de tantos intereses lastimados, se
organizan reuniones públicas, se proyectan ligas y se
discuten temas, que al decir de sus autores, encierran todos ellos la quinta esencia del bálsamo imponderable que ha de curar las heridas de la patria. Pero todo este movimiento que á primera vista parece
beneficioso y fértil en esperanzas de próxima regeneración, se convierte en humo, resulta estéril, más todavía, contraproducente, al embate de los encontrados intereses, no ya de clase á clase, sino de región
á región, dentro de una misma clase ó de las diferentes especies de producción, dentro de un mismo grupo
de productores.
Ejemplo de esta verdad acaba de darlo la asamblea
de productores reutiida en Zaragoza, y anunciada,
como decirse suele, á son de bombo y platillos, y de
cuyos acuerdos esperaban no pocos la regeneración
de la agricultura, el fomento de la industria y el impulso decisivamente favorable para la extensión del
hispano comercio. Y, ¡triste es decirlo!, en lugar
del cumplimiento de tan halagüeñas promesas, la
asamblea tan pomposamente anunciada ha sido una
muestra más del pernicioso influjo que en las costumbres del pueblo español ejercen los vicios parlamentarios.
Intrigas, disensiones, injurias, denuestos y hasta
conatos de retraimiento, como en las Cortes amañadas por el liberalismo; he aquí lo que en su aspecto
externo ha ofrecido la asamblea de productores de
Zaragoza. El nombramiente de iin directorio encarga-
132
LÁ
LECTUBÁ
do en primer término de dirigir un manifiesto al pueblo español y la facultad otorgada á la Liga de productores de tomar parte como tal en las luchas electorales; esto en lo que se refiere al fondo del asunto.
Pero ¿y después?
Después se dedicará el directorio de la Liga de productores á estudiar las modificaciones que habrán de
introducirse en el plan ó programa acordado por la
asamblea de Zaragoza, pues ese plan ó programa tan
agitadamente elaborado se considera como provisional y sujeto á revisión en otra asamblea que deberá
reunirse antes del año próximo,
O lo que es lo mismo:
Que dentro del Estado liberal que nos arruina y
como si no tuviéramos bastante con sufrir un sistema
parlamentario, trata de establecerse otro por la llamada Liga de productores, para que el desorden de
las ideas y la confusión de las lenguas sea mayor si
cabe.
Líbrenos Dios de censurar los esfuerzas que las diferentes clases sociales hagan ó intenten en pro de
sus respectivos intereses y sin menoscabo de los demás que legítimamente sean dignos de consideración.
Pero entendemos que por el camino que llevan las
corrientes de esos esfuerzos sólo se conseguirá aumentar los antagonismos de clase á clase, apresurando el momento de la disolución social que á ojos vistas nos amenaza.
Y se comprende que así sea, porque la lucha por
los intereses terrenos, por muy justificada que sea,
levanta siempre protestas en otros intereses lastimados, y provoca resistencias que en ocasiones toman
el carácter de una verdadera guerra social. ¿Quiere
decir esto que los agricultores, los industriales,, los
comerciantes y las demás clases que forman la patria española, se crucen de brazos y esperen con musulmán fatalismo á que el Estado liberal acabe de
destruirlas y aniquilarlas? Nada menos que eso. Pero
DOMimCÁL
parécenos que para evitar tamaños males, no son
ligas de una ó de varias clases sociales determinadas
lo que hace falta. La indispensable, la urgente, la
primera liga que debe formarse, es la de los hombres
de buena voluntad; más claro, la de los católicos sin
atenuaciones, motes ni distingos, que con pureza de
intención, con espíritu de sacrificio y con propósito
deliberado de no cejar en su empeño de reintegrar á
España su antigua grandeza, busquen ante todo el
reino de Dios y su justicia con la fundada esperanza,
porque así lo ha dicho la Verdad eterna, de conseguir
lo demás por añadidura.
Y he aquí explicado en dos palabras el error fundamental en que incurren todas esas ligas que tan
alborotadas suelen traer á las gentes, y la razón por
la que sus esfuerzos se pierden en el vacío cuando no
caen en los risibles dominios del ridículo. Invierten
los términos de procedimiento en sus pesquisas tratratando de hallar lo último antes que lo primero, y
naturalmente, se quedan sin la añadidura que buscan,
y que sólo se halla después de establecidos sobre sólidas
bases en los corazones de los individuos como en los
pueblos el reino de Dios y su justicia, de que no da
muestras de acordarse ninguno de esos más ó menos
distinguidos Ugueros.
DIONISIO.
~:'iÍM»pif<A^Í£^Hí0Íf<s.o$f-
-
Sección piadosa.
.INDICADOR
RELIGIOSO
Día 26. Domingo de Cuaresma.—San Néstor, Obispo y
mártir; Santos Fortunato, Félix y compañeros mártires, y
los Santos Obispos Alejandro, Justiniano, Porfirio y Andrés.
—Jubileo en la Iglesia del Buen Suceso.—Adoración nocturna, & las nueve de la noche: turno San Vicente de Paúl.—VoT
la intención de una bienhechora.
Día 27. Lunes.—San Baldomero, confesor,
y los Santos mártires Julián, Alejandro, Abundio, Antígono y Fortunato.—Jubileo en la Iglesia de la enfermería de la V. O. T. de San
Francisco. — Adoración nocturna: turno San
Francisco de Asis y San Pascual Bailón.— Por
D. Vicente Diaz (q. e. p. d.)
Día 28. Martes.—San Román, abad, y la
Traslación á Pavía del cuerpo de San Agustín,
Obispo, Doctor y fundador. — Jubileo en la
Iglesia de la enfermería de la V. O. T. de San
Francisco.—Adoración nocturna: turno Nuestra Señora de la Almudena.
Día 1.° de Marzo. Miércoles.—El Santo Ángel de la Guarda; San Hiscio, patrón de Tarifa; San Rosendo, Obispo y patrón de Mondoñedo; San Albino, Obispo y confesor; Santas
Antonina y Eudoxia, mártires.—Jubileo en la
Iglesia de Jesús. — Adoración nocturna; turno
Cor Jesu.
Día 2. Jueves.—San Simplicio, Papa; San
Lucio, Obispo y mártir, y los Santos Jovino,
Basileo, Pablo y compañeros mártires.—Jubileo en la Iglesia de Jesús.—Adoración nocturna: turno Corpus Christi.
Día 3. Viernes.—Santos Emeterio y Celedonio, mártires; San Ticiano, Obispo, y Santa Cunegunda, emperatriz, virgen, esposa de
S(an Enrique, emperador.—No se puede comer
dame, ni aun teniendo Bula, — Jubileo en la
Iglesia de Jesús. — Adoración nocturna: turno
ACTUALIDADES.—El abate Renaud presta los auxilios espirituales A M. Faure , President» Sanguis Christi,
4e la Repúblioa francesa,—(De un croquis de La Croix).
SAN PORFIRIO
0
OBISPO DE GAZA
Día 4. Sábado.—San'Casimiro, electo rey de Hungría;
San Lucio, Papa y mártir; San Cavo y 900 mártires, y los
Santos Basilio, Eugenio, Elpidio, Efréin, Néstor y Arcadio,
Obispos.—jlnima.—Jubileo en las Religiosas de la Latina.—
Adoración nocturna: turno Coi- Mariae.
SANTO EVANGELIO
El de esta Dominica es del cap. xvii, versículos 1 al 9, según San Mateo:
«En aquel tiempo tomó Jesús consigo á Pedro, y á Santiago, y á Juan su hermano; y subiendo con ellos solos á un alto
monte, se transfiguró en su presencia; de modo que su rostro
se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos
como la nieve. Y al mismo tiempo les aparecieron Moisés y
Elias conversando con El de lo que debia padecer en Jerusalén. Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo á Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí: si te parece, formemos aquí tres
pabellones, uno para Ti, otro para Moisés, y otro para Ellas.
Todavía estaba Pedro hablando, cuando una nube resplandeciente vino á cubrirlos; y al mismo instante resonó desde
la nube una voz que decía: Este es mi querido Hijo, en quien
tengo todas mis complacencias. A El habéis de escuchar. A
cuya voz los discípulos cayeron sobre su rostro en tierra, y
quedaron poseídos de un grande jespanto. Mas Jesús se llegó
á ellos, los tocó, y les dijo: Levantaos, y no tengáis miedo. Y
alzando los ojos no vieron á nadie sino á solo Jesús. Y al bajar del monte les puso Jesús precepto, diciendo: No digáis á
nadie lo que habéis visto, hasta tanto que el Hijo del hombre
haya resucitado de entre los muertos.»
CONSIDERACIÓN
Impulsado por alegría enteramente celestial, no sabía el
Santo Apóstol Pedro lo que pretendía al querer levantar tres
tiendas en el Tabor. No pensaba entonces que la recompensa no se puede conseguir sin trabajos, ni la corona sin luchas, ni la alegría sin cruz ni sufrimientos. Más si sólo una
gota de las divinas dulzuras bastó para embriagar de tal
manera á San Pedro, ¿¡qué será el cielo, oh Dios mío, cuyas
inacabables delicias prometidas tenéis á vuestros elegidos?
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN
INTENCIÓN GENERAL P A P A EL MES DE MARZO DE 1 8 9 9 , APROBADA
Y BENDECIDA POR SU SANTIDAD
El sufrimiento cristiano.
Oración cotidiana para este mes.
¡Oh Jesús míol por medio del Corazón Inmaculado de María Santísima os ofrezco las oraciones, obras y trobajos del
presente día, para reparar las ofensas que se os hacen,?y
por las demás intenciones de vuestro Sagrado Corazón.
Os las ofrezco en especial, á fin de que todos los que sufren
aprendan á sufrir cristianamente en unión vuestra.
FropÓBÍto.
Dar gracias á Dios por los suírimieutos que nos envía para
nuestro bien.
ESDE uno de los principales centros
monásticos del Egipto, donde se h a bía entregado á rigurosísimas penitencias, pasó el santo joven Porfirio,
en su deseo de aproximarse á los lugares en
que se verificó la Redención de los hombres,
á la ribera del Jordán, en la cual escogió
para habitar una caverna, donde su salud
acabó de estragarse á fuerza de maceraciones.
De igual manera que no tardó en desasirse de la gloria que
le prometían sus adelantos hechos en las letras griegas y latinas en las más afamadas escuelas de Macedonia, no bien
supo la mmerte de sus padres, envió á su discípulo Marco á
Salónica (Tesalónica entonces, donde el santo oació el año
353) para que recibiendo los bienes de Porfirio, los repartiese
entre los pobres. No quería Marco separarse de su maestro,
habido en cuenta el ruinoso estado de la salud de Porfirio;
mas persuadido á ello, cumplió los deseos del joven asceta,
al cual halló Marco milagrosamente curado cuando regresó
de Salónica.
He aquí los términos en que San Porfirio le relató el prodigio: «No te sorprendas, hermano mío, sino admira la bondad
de Nuestro Señor Jesucristo. Cuarenta días hace que, torturado por mis padecimientos, llegaba, según mi costumbre,
casi arrastrándome, hasta el sepulcro del Salvador, donde,
dominado por el dolor, quedé desvanecido. Rígidos estaban
mis miembros, y de cadáver parecía mi cuerpo, pero mi espíritu vivía como nunca, pues gozaba de la visión de mi Salvador fijo en la Cruz, á cuya derecha estaba el Buen Ladrón^
á imit-acióa del cual yo exclamaba: «Señor, acuérdate de mí
cuando estés en tu reino.» Apenas acabó de pronunciar cetas
palabras, Jesús mandó al Buen Ladrón que me auxiliase: y
bajando éste de su cruz, llegó á mí, me abrazó, y llevándome de la mano, me colocó ante Jesús. El cual entonces, bajando de la cruz, me dijo refiriéndose á ella: «toma este madero y guárdale. Me apoderé del depósito sagrado, y no bien
hubo tocado mis hombros cuando mi cuerpo se irguió por sí
mismo, porque ya estaba curado.»
Ordenado luego de presbítero y encargado de regir la diócesis de Gaza, allí Dios manifestó con grandes prodigios la
santidad de su siervo, que se durmió tranquilamente en el
Señor el año 420, después de incesantes luchas contra paganos y herejes.
S.
« Las arañas no matan á las abejas, pero consumen y corrompen la miel, obstruyen sus panales con las telas que en
ellas tejen, de manera que las abejas no pueden dedicarse á
su noble y hermosa tarea. »
San Francisco de Sales aplica esta sentencia suya A nuestras pequeñas faltas, las cuales, si no han de tener muy graves consecuencias, será preciso que tan pronto como estas
arañas espirituales hayan penetrado en nuestra conciencia,
las rechacemos y desterremos de ella, como lo hacen las
abejas con las arañas corporales.
134
LA LECTUBA DOMINICAL
Sección de polémica.
FUEGO GRANEADO
El jarabe de pico continúa & la orden del día.
La friolera de dos horas duró el último discurso del señor
Romero Robledo, pronunciado ha pocos días en la Asociación de la Prensa. ¡Dos horas un discurso! iMe parece que
es una lata bastante regular!
Y también me parece que el Sr. Romero podía haberse
ahorrado el trabajo de manifestar al auditorio el tema del
discurso, que fué: «Estudio de las causas á que obedece la
decadencia del sistema parlamentario en España»; porque,
¿qué mejor manifestación de las causas de la decadencia y
desprestigio del charlamentarismo que estar charlando dos
horas para no venir á decir nada de provecho?
¡Claro! ¡Como & estos regeneradores de la patria todo se
les vuelve hablar y hablar, y lo que hace falta son hechos y
no palabras, todo el mundo ha concluido por no hacerles
ningún caso, y el sistema decae, y cae por su base! La lástima es que no haya caldo del todo ya hace tiempo. . ¡Cuánto
hubiéramos ganado!...
Pero siempre hubo sabañones y apoplejías; siempre plagas y terremotos; siempre ratas y timadores; siempre tontos
que crean en los específicos infalibles de los sacamuelas de la
política.
Y por eso el sistema no ha caldo ya del todo, á pesar de lo
desprestigiado que está.
Por causa de los tontos.
Pero ya caerá.
El orador ¿cómo no? tuvo desplantes racionalistas, propios
de cualquier pelele librepensador de esos que por dos peselas escriben artículos clerófobos en El Motín.
Censuró que el clero que, según el orador—¡buenas y gordas!—jamás ha gozado de tanta prosperidad como en los
días actuales, haga la guerra al liberalismo en las ciencias,
en las artes, en las diversiones públicas, hasta... «¡en la familia y en el sagrado del hogar!»
¡Picaro clero! ¡Perseguir hasta en lugares sagrados al liberalismo, á quien debe su prosperidad! ¡Ahora que, según el
Sr. Romero Robledo, hasta los monaguillos atan los perros
con longaniza y los apedrean con lomo! ¿Habráse visto mayor ingratitud?
Habla el orador:
«¿Y lo de invocar la ayuda del Vaticano? ¿Es que aquí
hay que pedir consejos al Vaticano para arreglar nuestros
asuntos interiores? ¿Es que esto va á ser una monarquía tributaria de la Santa Sede?»
Que viene á ser, en substancia, lo que todos los días están
diciendo «al pueblo» desde las columnas de El Motín y Las
Dominicales, muchos que le ilustran á cambio de unas perras gordas para aluvias y peleón, á saber:
«¿Qué falta hacen los curas? ¿Hasta cuándo va 4 estar metiéndose en todo la gente de sotana? ¿Es que España va á estar siempre gobernada por Obispos y curas? ¿Cuándo les cortamos á todos la cabeza?»
Ya se sabe cuáles son las últimas consecuencias de esos
principios racionalistas y liberales: la expulsión de las Ordenes religiosas, la desamortización, el saqueo de los conventos y hasta la incautación de las alhajas de los templos y demás frutos, en el orden religioso, del librepensamiento.
Y ¡viva la libertad de incautarse de todo lo de los curas!
El Sr. Romero Robledo recomendó, como único remedio
capaz de conjurar los males que aflijen á la patria, el específico Infalible que él «se traía» en el bolsillo, y que era, no
habla que decirlo, «la reunión de las fuerzas liberales del
país contra los representantes del ultramontanismo», y se
proclamó liberal hasta los huesos, ó sea partidario del liberalismo.
O de la libertad liberal, como ustedes quieran.
De esa libertad que, si en el orden religioso acaba, como
hemos dicho, por predicar y poner en práctica el sistema de
las incautaciones, en el orden civil, social y político principia
por negar la autoridad ó intervención de Dios y de su Iglesia
en el Estado y en la sociedad, y termina por elegir para campo de sus predicaciones y acciones á Despeñaperros y Sierra
Morena, y tiene por últimos apóstoles prácticos á José María, Zafra, Carmena, Diego Corrientes, el Bizco del Borge,
Juan Caballero, Juan Palomo y demás ilustres partidarios
de la libertad de adherirse al dinero ajeno.
Se nos olvidaba.
El Sr. Romero Robledo atacó duramente el turno pacífico
de los dos partidos que, «presididos forzosamente por sus jefes», vienen sucediéndose en el gobierno.
Turno que, según dijo el orador, no debe llamarse de los
dos partidos, sino turno del hambre.
O de los hambrientos, que es igual.
No está mal el calificativo; pero nos parece que no anduvo
muy diplomático el Sr. Romero Robledo al atacar á los turnantes y ponerle motes al turno.
Porque, vamos á ver: ¿qué significan todas esas panaceas
que en forma de discursos y programas ofrecen los modernos reformadores para curar los males del país, así como los
ataques que dirigen á los que actualmente mascan, á dos carrillos, del turrón del presupuesto?
Pues significan sencillamente: Yo, con mi programa, que
es el único infalible, lo haré mejor que esos: hay que echarlos fuera para que entre yo, que convertiré á España en
Jauja en cuatro días.
Lo cual, bien traducido, significa á su vez: Bastante han
comido esos ya: es menester echarlos fuera para que coma
yo otro poco tiempo.
Es decir, que lo que pretenden todos esos reformadores con
sus discursos y programas, es turnar en el turno del hambre,
como con mucha verdad y poco disimulo le ha llamado el
Sr. Romero Robledo.
Y ahora saquen Vds. la consecuencia.
El Sr. Romero Robledo, como tantos otros, lo que quiere es
turnar en el turno del hambre.
Luego, lo que tiene el Sr. Romero Robledo, como otros
tantos, es mucha...
Gana de turnar, claro está.
Y eso lo sabe todo el mundo; conque que no nos vengan
estos reformadores con patrioterías, sistemas y programas
nuevos, porque todos sabemos ya lo que eso significa.
Hambre vieja é insaciable.
Ni más, ni menos.
¡Anda, anda, con doña Emilia! ;Quó manera de darle alas
á las garduñas!
¿A qué no saben Vds. de dónde proceden, según la señora
Pardo, el misticismo de Campoamor y el de Verlaine?
Agárrense Vds. bien.
«Los dos proceden de la Imitación de Cristo», de «esas páginas en que habla el Espíritu Santo».
¡Por Dios, señora, que no gana uno para sustos con esas
cosas que dicen Vds. los escritores eximios!
Comprendemos, sí, que como mujer, la señora Pardo defienda, dentro de ciertos límites, al poeta de las mujeres, según han dado en llamar á Campoamor por su ternura un
tanto dulzarrona y blanducha, pero ¡no tanto, porque eso ya
es demasiado!
Hasta le hubiéramos perdonado á la eximia, ó por lo menos hubiéramos disculpado benévolamente, por la^'razón dicha, el que compare á Campoamor con Salomón, como le
compara en el artículo á que nos referimos.
¡Y miren Vds. que ya es comparar!; porque aunque Salomón tuviera como hombre sus flaquezas y errores, nadie
puede negar que fué el mayor sabio de sus tiempos y uno de
los mayores del mundo, y es casi hacerle una ofensa com-
LÁ LEOTÜBÁ
pararle con un hombre que, como Campoamor, escribe muy
serio, en forma de aleluyas, majaderías como la siguiente:
Toda mujer, qne quiera 6 que no quiera,
6 ea Canadá, 6 ea viuda, 6 es saltera.
iPensamiento vasto, alto y profundo de esos que dejan á un
hombre calvo para toda su vidal
(O perogrullada mayúscula, sandez cursi-poética y tontería supina que no se atreverla á dar al público un dependiente de ultramarinos, ni Clarín siquiera.)
]Y eso que Clarín, en tratándose de versos, se atreve á todo,
como lo demuestra aquel palique que perpetró (|y no lo llevaron á la cárcel, hombrel) en Madrid Cómico, y que empezaba, según recordarán nuestros lectores,
Al señor de la Veg-a, don Enrique,
dedice este palique.
y seguía.
aunque se me figura
que es nieto del insig^ne don Ventura,
y, más 6 menos bardo,
hijo de don Ricardo,
y que era, es y será per omnia saecula saeculorum lo peor de
lo más malo que en renglones cortos y largos (porque aquello
no eran versos, como demostramos á su tiempo) se ha escrito en España, tierra bendita en la que abundan los malos
poetas más que las ranas en Egipto, cuando aquello de las
siete plagas.
Bueno: pues hasta esa comparación se la hubiéramos perdonado á la eximia, hasta cierto punto, en atención á que trataba del poeta de ellas.
¡Pero decir que el misticismo de Campoamor procede de
páginas inspiradas por el Espíritu Santo...
[Eso no, señora, eso no puede decirsel
[Que no, que no!
iQué tienen que ver las páginas que inspira el Espíritu
Santo, con muchas de las páginas de Campoamor, que están
inspiradas por el demonio?
¿Quién no sabe que muchas de las composiciones del escéptico y sibarítico poeta están llenas de irreverencias y
hasta de impiedades, y otras tan cargadas de sensualismo y
concupiscencia refinada, que son capaces de sacarle los colores «á la superficie» á un adoquín?
¿Y quiere V. que esas cosas las inspire el Espíritu Santo?...
Hay que comprimirse; porque la pasión no debe quitar el
conocimiento.
Esas cosas no pueden decirse de ningún modo.
Ni en broma, porque resulta el chiste irreverente: las cosas sagradas no deben servir para «hacer chistes».
Ni mucho menos en veras, porque entonces no resultan
irreverencias, sino blasfemias, ó poco menos.
Por mí pueden ponerle á Campoamor todas las coronas
que quieran, que eso me tiene sin ningún cuidado. Yo, por
mi parte (opinión particular mía), recomendaría una de
laurel con tres cebollas gordas y rubicundas, á manera de
diamantes, para indicar que la corona significaba condimento (pues creo que al poeta le gusta comer bien)y de ningún modo «gloria» ni «apoteosis del genio», ni demás zarandajas.
Y no se vaya á creer que al Sr. Campoamor le disgustaría esta mi humilde opinión, si llegara á su excelso conocimiento: al contrario, estarla muy conforme con ella. Y me
fundo, para creerlo, en aquel verso del propio Campoamor,
que dice así, textualmente:
«que es muy hueno el laurel en los guisados.»
Pero, en fin, por mi parte pueden coronarle con lo que
gusten.
Lo que importa es no poner en parangón á Campoamor
con Kempis para no incurrir en deslices literarios como los
del artículo La Sed de Cristo.
MATRACA.
DOMINIOÁL
135
Paréntesis cientifíco.
CIENCIAS HISTÓRICAS
UNQUE á muchos parezca mentira, todavía existen en el mundo individuos
que se preocupan de cosas que no
son precisamente la próxima caída
de Sagasta, la nueva piececilla de
Apolo 6 la subida y baja de los cambios y del papel; gentes que estudian,
investigan, descubren, meditan, y
hasta que escriben... para que los
lean otros chiflados como ellos. Para
la mayor parte del público, todo lo que no sea noticia sensacional, comentario chismográflco ó novela-relámpago es lata,
según la frasecilla de moda; pero hay quien no lo ve así, y
como para todos luce el sol, y los gustos honrados (por más
que sean raros) merecen satisfacerse, LA LECTURA DOMINICAL inaugura hoy una sección de crónicas cientifican y literarias que se publicarán sin plazo fijo, cuando haya materia y
humor para ello, y las otras secciones del perió-íico, de mayor interés de actualidad, lo consientan. Empezamos por las
ciencias históricas.
Descubrimientos arqueológicos.
En los últimos meses del pasado año de 1898 y en lo poco
que va del presente, se ha dado cuenta de varios de regular
importancia. Excavando en los alrededores de la iglesia de
San Juan Bautisia, en Baños de Cerrato (provincia de Falencia), se han hallado un tríente áureo del rey Witiza, dos
sepulcros, al parecer romanos, y la mitad longitudinal de
una estela fúnebre. El tríente es notable, alemas de pertenecer á un rey de historia tan confusa como Witiza, por
ser de oro, pues la mayoría de las monedas de esta clase que
se conocen, y son de la época romana, son de bronce. El señor Simón y Nieto, corresponsal en Palencia de la Academia
de la Historia, ha escrito una carta-explicación de estos curiosos objetos.
También en Santisteban del Puerto (Jaén) se ha encontrado
una bilibra de cobre, con inscripción griega, del año 235 de
Jesucristo, y en las cercanías de Mérida un anillo de oro
con curiosísima inscripción que está hoy puesta en estudio.
Pero todos estos hallazgos son bagatelas en comparación
de los que se han efectuado en las inmediaciones de Túnez,
y de que tía dado cuenta á la Academia de Inscripciones y
Bellas Artes de Francia, M. Gancker, director del servicio
de antigüedades en la región tunecina.
Son cuatro preciosos mosaicos de la época de los Antoninos, de los cuales tres están en perfecto estado de conservación.
Uno de ellos, descubierto por dos estudiosos oficiales del
ejército francés, los Sres. Ordioni y Queviran, es una especie
de catálogo figurado de todas las clases de buques que se
usaban en tiempo da Antonino Pío y Marco Aurelio para las
navegaciones marítimas y fluviales, esto es, algo así como
las láminas que ahora suelen publicar, sobre todo en tiempo
de guerra marítima, los periódicos ilustrados. El dibujante
del mosaico de la Medeina (así se llama la villa romana en
que se ha encontrado), si núblese nacido diez y ocho siglos
más tarde, hubiera podido ganarse algunos cuartos preparando para el fotograbado 6 la fototipia vistas ae acorazados, protegidos, cruceros, etc., etc., para llenar las planas
del Nuevo Mundo y Blanco y Negro en los días de nuestra última y desgraciada guerra (llamémosla asi) con los Estados
Unidos. Contiene el mosaico vistas de veinticinco tipos diferentes de embarcaciones, y una hermosa orla con imágenes
de Neptuno y de otras falsas deidades acuáticas como la política que nos recomienda el Sr. Costa.
Otro mosaico representa un banquete, y en él figuran veinticinco personas entre convidados, coperos, criados, músicos y bailarinas. Ofrece la particularidad de que los comensales no están reclinados en los triclinios, sino sentados á
la turca que decimos hoy, en anchas banquetas con respaldo
que á la vez les sirven de asiento y de mesa, exactamente
igual que como se colocan ahora los parroquianos en los cafés turcos de Túnez. Se deduce, pues, que no en todas las
provincias del imperio romano se comía reclinado, y, por
tanto, que no puede saberse con absoluta certeza cómo se
comía en Judea, en el siglo i, lo que para el arte cristiano
tiene singular importancia por la representación gráfica de
la Sagrada Cena.
El tercer mosaico bien conservado es una serie de cuadri-
BELLAS ARTES
EL BUEN SAMARITANO
138
lÁ LEGTUBÁ DOMINICAL
COVADONGA.-LA.
CUEVA.
tos con sendos episodios de caza, el último de los cuales es
un sacrificio campestre.á, las e s t a t u a s de Apolo y de Diana;
y . Analmente, el cuarto (que es el deterioradoj representa un
taller, quizá, el mismo en que se hacían los mosaicos; un
cuadro, en suma, de análogo a s u n t o que el tan celebrado de
Las Hilanderas de nuestro g r a n Velázquez.
C ó m o p e r d í a s u s p r o v i n c i a s l a antig^iia
España.
Ahora que a c a b a m o s de perder nuestras últimas posesiones en América y Occeanía, y que del modo como las hemos
perdido, vale m á s ño h a b l a r ; conviene recordar cómo se
perdían las provincias en tiempos de la antigua m o n a r q u í a
española, t a n calumniada por protestantes, libre-pensador e s y m a s o n e s . Entre las provmcias que se perdieron en
tiempo de Felipe IV figura, como todos saben, el F r a n c o Condado que nos a r r e b a t ó Luis XIV con un ejército de 50.000
hombres, no habiendo allí m á s t r o p a s , n o e s p a ñ o l a s , sino
del rey de España, que unos S.OoO soldados, ó mejor dicho,
milicianos del país, c[ue con g r a n entusiasmo defendieron la
b a n d e r a de los castillos y leones, y que no cedieron sino &
la superioridad incontrastable de los franceses.
Sabíase y a que los habitantes del F r a n c o Condado fueron
siempre fidelísimos subditos de la corona de España, que se
opusieron constantemente á la dominación francesa, y que
por mucho tiempo recordaron con hondísima pena el gobierno que h a b l a n perdido. Saavedra Fajardo, en su Idea de un
principe político, elogió la lealtad de aquellos naturales, y
dijo que los franceses (^pudieron quitarles las haciendas, las
patrian y las vidas, pero no su generosa fe y amor entrañable
á su señor naturaU. El elogio de Saavedra resulta en estos
momentos comprobado por el curiosísimo é interesante libro
que a c a b a de publicar M. Emile Longin sobre las últimas
c a m p a ñ a s en el Franco-Condado, en tiempo de Luis XIV.
Dice M. Longin, y lo prueba con infinidad de documentos,
que el a m o r de los franco-condeses á la corona de España era
e n t r a ñ a b l e y firmísimo. «.Cuantas veces intentó Francia quebrantar la fidelidad de aquellos antiguos vasallos de España,
se estrellaron sus esfuerzos contra el varonil ánimo de sus
magistrados y soldados » Y a ñ a d e que este a m o r se fundaba
e n el orgullo de pertenecer al m o n a r c a m á s poderoso del
mundo, y en el horror que la herejía inspiraba & todos los n a
turales de aquel país.
Así, y a i n v a d H o e l territorio por los ejércitos franceses, y
sin ninguna esperanza de socorro, el Arzobispo de Besangon
y el P a r l a m e n t o de Dole escribían, en W¿6. al Príncipe de
Conde: no queremos más rey que el de España; no queremos
ser apartados del suave y justo dominio del gran monarca,
nuestro señor, en el cual hemos vivido siempre con suma felicidad, y en el que queremos morir gloriosamente
Dominaron por la fuerza los franceses; pero los corazones franco-condeses siguieron siendo españoles. En 1675
la policía francesa descubrió en Salins u n a cofradía, compuesta de cien doncellas que llevaban t o d a s , como distintivo, u n a medalla con la i m a g e n de u n león pendiente del cuello, y por eso se llamaba la sociedad del León: reuníanse e s -
t a s doncellas todas l a s t a r des & rezar por el rey de Esp a ñ a , y porque volviesen sus
b a n d e r a s á, ondear en el
país, y p a g a b a n un capellán
que decía misa frecuentemente por el mismo objeto.
Sesenta de estas valerosas
mujeres fueron reducidas á.
prisión, y castigadas cruelmente, como se acostumbraba, en el siglo xvii, con toda
clase de reos, y con especiali lad los de alta traición.
En el mismo a ñ o de 1675
los p a r l a m e n t o s de B e s a n gon y de Dole enviaron & Madrid un comisionado secreto,
á proponer al degeneradogobierno de Carlos II la r e conquista del Franco-Condado, y ofrecían a y u d a r e s t a
empresa con sus Haciendas
y sus vidas. Hoy mismo, dice M. Longin , en n i n g u n a
p a r t e del antiguo imperio español son tan g r a n d e s l a s
huellas de la dominación e s pañola como e n el F r a n c o Condado.
Y no debía s e r , a ñ a d i m o s
nosotros, t a n malo el gobierno de nuestros grandes y católicos reyes cuando i n s p i r a b a sentimientos t a n leales y cariñosos & subditos
de r a z a , idioma y costumbres tan diferentes de las nuestras como eran los franco-condeses. Ciertamente que no se debieron enviar al Franco-Condado las remesas de empleados-sanguijuelas y otras a l i m a ñ a s que la Esp.aña moderna h a enviado periódicamente á
o t r a s provincias, en que n o hemos sabido granjearnos l a s
m i s m a s simpatías que en aquella remota y hermosa posesión
de la Casa ae Austria.
Otros trabajos extranjeros s o b r e la
historia de Kspaña.
Un anticuario italiano, pero de origen español como lo
atestigua su apellido, Lorenzo Salazar, director del Museo de
Ñapóles, h a publicado u n a Storia della famiglia Salazar; en
el prólogo se manifiesta orgulloso Salazar de su origen, y
con este motivo elogia la antigua E s p a ñ a y compadece á la
moderna. En el libro h a y curiosas noticias, que creemos
nuevas, de los S a l a z a r e s que p a s a r o n en otro tiempo al reino
de N&poles.
También el infatigable hispanófilo Morel Fatio h a colaborado con P a z y Mella en las anotaciones á la Vida de Carlos / l i , escrita el sisjlo pasado por el conde de Fernán-Núñez,
que se h a publícalo, en dos volúmenes en 4.", con un prólogo
de D. Juan Valera.
Libros notables.
Lo son indudablemente, y de verdadero valor histórico, el
Catálogo de la Armería Real, dispuesto por el conde de Valencia de Don Juan,director de este precioso Museo, con multitud
de noticias artísticas y biográficas y bellísimos grabados; el
primer tomo que se h a publicado de l&B^Memorias
militares
del marqués de la Mina sobre las c a m p a ñ a s del tiempo de Felipe V, con retratos, m a p a s , planos y estados, y u n a i n t r o ducción que es o b r a postuma del difunto Sr. Cánovas del Castillo, y u n informe laudatorio del general Gómez de Arteche;
el primer tomo del Diccionario de escritores trinitarios de España y Portugal, por Fr. Antonino de la Asunción, impreso en
Roma; otro primer tomo de Tarragona cristiana: Historia del
arzobispado y del territorio de su provincia, por D. Emilio
Morera, corresponsal de la Academia de la Historia; y la
Memoria que á todas las Academias científicas de Europa h a
remitido el P . Domenico Milanesio, sacerdote salesiano y
misionero en la Patagonia; es, según dicen, un notabilísimo
trabajo acerca de las lenguas, costumbres, religión, industria
y antecedentes de los patagones.
Trabajo.s en r e v i s t a s y diarios.
La revista mensual Monumenta histórica Societatis Jesu h a
emprendido la publicación de las o b r a s del P . Jerónimo
Nadal, y y a h a n visto la luz l a s c a r t a s que n o ceden en importancia histórica & las de los Jesuítas que están coleccion a d a s en los tomos desde el xiii al xix del Memorial Histórico. Precede á estas c a r t a s u n prólogo del P . Federico Cervós,
que la Academia de la Historia en su Boletín califica de flor
rae un trabajo de infinita paciencia, sintético y analítico, cuya
LA LEGTUBÁ DOMINICAL
neneridad y sobriedad no excluyen[la claridad de la dicción,
castiza siempre y amena.
En el citado Boletín de la Academia, ha publicado el Padre
Fidel Fita un eruditísimo estudio crítico sobre los tres procesos formados en Alcalá de Henares á San Ignacio de Loyola,
y otro, más breve, en que trata en general de la estancia del
Santo Fundador en la ciudad complutense.
El Sr. Fernández Montaña está insertando en El Siglo Futuro una coli^cción de artículos sobre D. Felipe II el Prudente y su política; es trabajo notable, digno complemento
de las dos obras que en vindicación de la memoria del gran
Rey católico tiene publicadas el insigne y eruditísimo señor
Montaña, y que esperamos ver formando tomo.
Finalmente, el P. Goloma publica en El Mensagero del Corazón de Jesús, con el título de La Reina mártir, un estudio
sobre la infortunada é interesante María Stuardo, que es una
verdadera flligrama de estilo; más bello que la mejor de las
novelas históricas.
CESALDO.
Noticias y comentarios.
La unión es la fuerza.—A 340.000 asciende el número de asociados en Alemania, que, como verdaderos católicos, se han
unido para defender la Religión católica en la prensa y en el
Parlamento, siendo hoy considerados como antemural de la
revolución y de la masonería; pudiendo decirse de ellos que
la unión es fuerza.
Los masones de los Estados Unidos.—Se preparan & celebrar
con todo esplendor el centenario de éu egregio hermano .-.
•lopge Washington. Las logias americanas han dirigido á los
masones de todo el mundo afectuosas invitaciones para asistir á las fiestas anunciadas.
Los masones de Cuba y Puerto Rico son los que más entusiasmo demuestran en esta ocasión, por odio á España y
á la Iglesia católica.
Invitación.—El Comité formado en Roma llamado «Homenaje á Cristo Redentor», ha circulado una invitación á los
artistas y fabricantes de cerámica, mayólica y plástica, para
que hagan objetos de arte, cuyo adorno principal sea una
cruz y la imagen de Cristo Redentor, con esta inscripción:
lesus Christus Deus homo, vivit, regnat, imperat. MOCCCC,
en varias dimensiones. Estos objetos serán entregados al
Comité, desde el 20 al 30 de Abril de 1899.
Conversión.—Una de las damas inglesas más conocidas en la
alta sociedad, se ha convertido al Catolicismo, siendo apadrinada en el acto del bautizo por los duques de Rohan.
Misiones católicas. — El prelado de Braganza (Portugal),
reunió días pasados en la sala capitular de la Catedral la
delegación diocesana para promover los intereses de las Misiones católicas en las posesiones portuguesas.
139
cer piso dedica para que habiten las pobrecitas, sus conterráneas.
Si así todos los pudientes siguieran los preceptos evangélicos en la medida de sus fuerzas, la cuestión social quedaría
resuelta.
Restitución.-Un penitente ha entregado, en el solemne acto
de la confesión, al Rdo. P. Fr. Inocencio de Jesús y María,
Carmelita Descalzo en el convento de Córdoba, una cantidad
respetable para ser restituida.
Auxilios para una Iglesia.—El pueblecillo y parroquia de Santa Bárbara, en la diócesis de Tortosa y provincia de Tarragona, habiendo con grandes sacrificios levantado la iglesia
parroquial de que carecía, tuvo el desconsuelo de que se viniese abajo dicha obra cuando estaba ya para celebrarse su
suspirada inauguración. Inmediatamente pusieron mano á
su reedificación aquellos piadosos vecinos, que no pasa de
mil la localidad, y hoy otra vez abrigan la esperanza de ver
un día realizados sus cristianos deseos. Entretanto se celebra
la Misa en el balcón ó galería de una casa particular, y el
pueblo la oye desde la plaza, al aire libre, con los inconvenientes que son de suponer.
El clero de Cuba.—Conociendo el Sr. Obispo de la Habana
que con el gobierno militar americano no puede continuar
viviendo el clero católico, ha dirigido una Pastoral á los párrocos declarando que la Iglesia debe mantenerse de las contribuciones privadas; les aa instrucciones para que recomienden á sus feligreses que ayuden al sostenimiento del culto, y
les anuncia que llegará á aquella capital un Delegado apostólico.
El Excmo. é limo. Sr. D. Jaime Cátala y Albosa, con cuyo
retrato honramos la primera pagina de este número, nació
en Arenys de Mar, en 1." de Noviembre de 1835. Alumno sobresaliente del Seminario de Barcelona, antes de cumplir la
edad de veintiún años fué nombrado Catedrático del mismo;
su fama de canonista le elevó al cargo de Auditor del Supremo Tribunal de la Rota, y sus insignes méritos le llevaron á
suceder al inolvidable P. Félix en la Diócesis de Cádiz,
donde celebró un sínodo diocesano, restauró muchas iglesias de la diócesis y adoptó medidas conducentes al mejor
cumplimiento de los preceptos de la disciplina eclesiástica,
señalándose, sobre todo, por sus obras de caridad, de las
que conserva indeleble recuerdo el pueblo gaditano. Trasladado á la diócesis de Barcelona, la ha regido durante diez y
seis años, haciéndose acreedor al cariño y á la gratitud del
pueblo catalán, que ha recibido con profundo sentimiento la
noticia del fallecimiento de este insigne Prelado, que en la
madrugada del 21 del actual, confortado con los últimos Sacramentos, entregó su alma al Señor.
iDescanse en paz el sabio y celosísimo Preladol
Palabras de Guillermo 11 ¿sn guardia
Imperial.—Habéis prestado juramento sobre el Crucifijo y las banderas.
Así como la corona no es nada sin
el altar y el Crucifijo, tampoco lo
es el ejército sin la Religión. Estáis
llamados á servir en mi guardia
bajo gloriosos estandartes. Acordaos siemprede que vuestras armas
están destinadas á defender el trono
y el altar, ante la desconfianza general.
iQuó lástima que este príncipe no
haya nacido católicol
Unión antimasónica.—Sucomitémadrileño, al que pertenecen eminentes personalidades del Catolicismo
militante, ha celebrado recientemente una numerosa reunión, en la
que se tomaron acuerdos de importancia.
Nuevo asilo.—La antigua villa de
Castro Urdiales contará muy pronto con un magnífico asilo, donde la
niñez desvalida, así la natural de la
villa, como de sus vecinas aldeas,
ha de hallar seguro abrigo. La señora doña Dolores de los Heros y
Carasa, movida por un grande espíritu de c a r i d a d para con las
huerfanitas, ha consagrado muchos
miles de duros á la'construcción de
un palacio, cuyosVsegundo y ter-
GOVADONGÁ.—üEPvicRO
DE DON PELAYO.
pL B A I L E
DE
PI N A T A
RiLLANTE estaba aquella noche el bailel El Carnaval, que tardaba en despedirse del mundo más que
las señoras cuando hacen visitas de intimidad, se decidía á darle su adiós definitivo y á engañar á
los hombres una vez más, encubriendo su repugnante desnudez con el velo del más inocente buen
humor y con las galas de las más risibles é inofensivas bufonadas.
La lujosa ornamentación de la sala desaparece tras el complicado tejido de serpentinas de varios colores que, como caprichosa enredadera, rodea las columnas de los palcos, une á éstos entre
sí como con cables aéreos, y juntando sus mil hebras en el punto central de la bóveda, baja después, en forma de vistosa cadena, hasta la altura media del teatro, desde donde vuelve á enlazarse
con los puntos más distantes, formando aquí grueso cordón de doradas espirales y allá tupida tela
6 enmarañada madeja de rizadas cintas.
Vese en el escenario un jardín artificial radiante de blanca luz, y formado por hermosas macetas de plantas colosales que encubren en parte á la orquesta y dejan ver apenas el telón de fondo, que representa un delicioso verjel, en que arte y naturaleza parecen querer disputarse el primer puesto; ésta, con
su umbrosa arboleda, pródiga en pájaros y flores, y aquél con airosas estatuas de mármol y magnífica
fuente, cuyo surtidor diríase que podría refrescar el aire.
Las localidades todas están ocupadas por inmensa y ruidosa muchedumbre, que, como si desease hacer un alto
en la Cuaresma, para reponerse de los estragos causados por los cuatro primeros ayunos, se entrega á una bacanal
que gastará, acaso para siempre, el cuerpo sediento de goces y el alma hambrienta de disipación y de alegría. Pero
dejemos esto á un lado, que ahora estamos en el baile, y no es oportuno hablar más que de su lujo y esplendor, que aveataja
al de todos los anteriores, y de su elegante originalidad, que seguramente hará época en los eternos
f
anales de la locura. jQué riqueza y buen gusto en los disfraces! ¡Qué derroche de gracia en las bro^' mas! [Qué ruidosa animación en las palabras y en los semblantesl Esto piensa]Ricardo, joven gomoso, cuyos treinta años no le han quitano aún cierta infantil impresionabilidad
que le permite gozar en un sitio, al cual no
le han llevado vanidades de ningún género, ni intrigas con la gentezuela femenina que brilla en tales centros constituyéndose en explotadora del libertino para
ser después su víctima. Lejos de eso, Ricardo, que está, gracias á sus excesos, dependiendo de los que le visten y calzan y
sujeto á exigencias de usureros, ha determinado pasar el rato en sitio, donde sin
peligro de grandes gastos, por no haber
juego, pueda gozar y distraerse hasta la
siguiente mañana. Pero [ayl ya sabemos
que el hombre no puede hacer más que
proponer, y Dios ha dispuesto otra cosa ó
por lo menos la ha permitido para bien
suyo. Disponíase, ya un poco aburrido, á
dejar el espectáculo de que había 'disfrutado varias horas, cuando tropezó con uno
de sus amigos más adictos, hombre bullanguero y muy bien relacionado entre las
estrellas de primera magnitud de aquella
fiesta; necesita éste reforzar un 'poco la
cantidad que hade gastar con sus amigas, y
acude al bolsillo de quien sabe que es frágil,
esclavo de la amistad y amigo de diver*».—
tirse; Ricardo, que cuenta con algunos billetes, resiste cuanto puede en el combate
que sostiene con su conciencia; y, por último, sucumbe creyendo vencer, cosa que
es más común de lo que parece entre toda
casta de personas; ve á la puerta del teatro el temible fantasma del juego dispuesto
á arrebatarle en cuanto le vea salir, y de
este modo, concluye para sus adentros, que
accediendo á la halagüeña proposición de
su compañero, gastará menos y podrá
cumplir al siguiente día con los muchos
que esperan recibir de su mano parte de lo
debido.
Sigue, pues, este impulso, engañado por
su flaqueza, y poco después, perdida la reflexión y el juicio, come y habla descompasadamente, ríe como un loco y bebe sin
mis tasa quo la de la hartura, que es me-
tÁ LEGTUHA
141
DOMINICAL
dida demasiado amplia; arranca, con la ayuda del otro, las caretas de las dos convidadas, que ya antes hablan soltado el a n tifaz de la vergüenza más convencional, y caen después todos ellos en estúpida borrachera, en que los vapores del vino sueltan el freno á palabras y ademanes, y acaban por conducirlos, finalmente, al estado de bastías.
Algo más podría contarse de lo que le sucedió ea aquella noche, pero no hay para qué; baste decir que & los primeros reflejos de la aurora, tan pronto como Ricardo salió á la calle, una anciana harapienta y desgreñada le agarró de la capa enérgicamente, pidiéndole con ojos suplicantes y voz cavernosa y entrecortada que tenía algo de terrible, una limosna... Habla
un tono de verdad en sus lamentos, una expresión de hambre y de dolor en su fisonomía, y en fin, en todo su ser tal aspecto
de virtud altiva y resignada (á pesar de lo desesperado de sus ruegos), que él, aunque ya sin dinero, no la hubiera desamparado, porque su corazón, fácil de conmover, estaba acostumbrado á latir al unísono de los que le inspiraban confianza y
simpatía. Mas en aquel instante era otro; la orgía le había embrutecido, y
el contraste de las anteriores delicias con aquella miseria que le obstruía
,
,
su camino, le horrorizó, y renegando del mal olor y de la desagradable
vista de aquella mujer importuna, la apartó con asco, la injurió con grosera palabra, y la rechazó con brusco empellón hasta el suelo, donde
quedó clavada, inmóvil y muda como un espectro... Y si á lo menos hubiese oído el chasquido de sus huesos al caer sobre la piedra, los suyos se
hubieran helado de horror contra sí mismo. Pero no; Ricardo está en el
grado más bajo de la embriaguez, ya no tiene de hombre sino la figura, y
aun ésta, tan brutal y repulsiva, que no es ciertamente la del ser creado á
imagen y semejanza de su Hacedor, y sí la del que está esclavizado por el
demonio mediante la culpa.
Poco después, ya en su casa, dormía y soñaba; creíase de nuevo en el
baile y encontrábase otra vez dispuesto á entregarse al placer; mas ahora
veíalo todo con muy distintos colores. Aquellas mujeres que antes le seducían, causábanle repugnancia; sus palabras, que tanto le divirtieron, le
parecían groseras y despreciables; sus ademanes y su mirar en que había
hallado mil encantos, ya no eran para él más que movimientos impuros y
provocativos que le repelían y le hacían temblar; soñaba, pues, pero vela
la realidad de las cosas, y ya no le deslumhraban objetos que deben cegar
& los ojos humanos que los contemplan; lo demás, entonces lo conoció, era
una ilusión peligrosa que parecía haberse desvanecido para siempre. ¿Es
posible, se preguntaba, que esto haya podido agradarme? Confuso y avergonzado de sí mismo, trataba de hallar en aquel espectáculo algo que no
le desagradase, que no le pareciese vil é inmundo; y no hallando respuesta, se despreciaba, descubría claramente el estado de su alma, y cala en honda postración de santa ira y de tristeza.
Cortó después bruscamente el curso de sus reflexiones, y aturdido y mareado salió, abriéndose paso á codazos entre la
masa humana y corriendo se lanzó á la calle; pero antes de llegar á ésta, detúvose su violenta carrera ante un obstáculo
que se atravesaba en el portal del teatro: no era otro que la mendiga & quien habla maltratado; pero esta vez, Ricardo la
miró atentamente, escuchó sus palabras, y entonces, aunque la vela miserable y arrastrándose como un reptil á sus plantas, descubría también en ella un encanto irresistible, muy diferente del de aquellas mujeres del baile, porque era el santo
atractivo del sufrimiento para el que teme y ama á Dios y en él ama también á los hombres; registró febrilmente sus bolsillos, y hallando su cartera con unos cuantos billetes, entregóselos y ayudóla después á levantarse consolándola con dulces
palabras...
Serian ya las tres de la tarde cuando despertó, y llamando á su criado, se hizo servir el almuerzo; mudóse después de
ropa, y encaminóse á la iglesia más próxima que llamaba á los fieles al rezo del Santo Rosario; allí vio acurrucada en
los escalones de la puerta á la pobre que le pidió en aquella madrugada; entonces, se detuvo un momento, y acercándose después á la mendiga, dijo con voz temblona:—¿Me reconoce V.? La mujer le hirió con su dura y altanera mirada por toda respuesta.—Vengo por su perdón, añadió balbuceando; porque si no merezco el de una pobre mujer, ¿cómo podré esperar el de
Dios? La anciana entonces, embargada por la emoción, entró en la iglesia silenciosamente; y Ricardo, que leía el perdón en
sus ojos, la siguió, y arrodillándose con ella, coreó la letanía de la Virgen, y cuando el cura decía desde el pulpito: Reffugium peccatorum, contestaron ambos juntamente más con el corazón que con los labios: Ora pro nobis!
ALFONSO AGUIRRE Y CÁRCER.
--»-H$—>iHé-.^^^^^)-^i-$—^H$-'
LOGOGRIFO NUMÉRICO
123456789
6 7493532
3912845
12 3 7 8 9
3 5 12 3
4 9 12
9 73
4 28
19 3 2
6 7 12 3
Nombre.
En los bazares.
En poesía.
Profesión.
Ejercicio.
En la gramática.
Verbo.
Animal.
Fruta.
Verbo.
PROBLEMA GEOMÉTRICO
CHARADA
Segunda prima hace el mudo
cuando se propone hablar;
primera tres todos tienen,
salvo algún caso especial;
y el todo, lector, es fruta
que fresca no comerás
en invierno, aunque la busques
en toda la cristiandad.
$oluc¡(in & la del número anterior:
Recértese en cartulina una figura igual al dibujo, y con los pedazos fórmese una estrella.
ELEOA.NT|t
142
LA LEOTUBA
Curiosidades
nicciunarios.
El primer Diccionario de la lengua castellana publicado
por la Real Acá lemia y dedicado al rey Felipe V, consta de
seis tomos y de 4 184 páginas á dos columnas. Comenzó &
publicarse en 1726 y terminó en 1739, y contiene 13.365 voces simples, cuyo origen puede clasificarse en esta forma:
De origen latino, 5.385; ídem vascuence, 1.951; Id. griego, 973; la. árabe, 555; id. francés, 202; id. italiano, 157; id. hebreo, 90; del godo y otros secundarios, 1.179; formadas por
onomatopeya, 89; sin origen determinado, 2.784.
En el nuevo Diccionario que preparan los inmortales de
la Lengua (con perdón de Valbuena) y que ya va por la palabra tijereta habrá aumentando en grande el número de
lasdeorigen francés é introducldosemuchas inglesas,gracias
& nuestros distinguidos xportmen y niñas exóticas, que en
cambio desconocerán el significado de muchas voces que esmaltan el lenguaje hermoso de nuestros clásicos.
i
/
Kia sangre azul.
Un periódico francés da á sus lectores, como muy curiosa, la relación que, con motivo de la venta del palacio
de la casa ducal de los Osunas, ha sido hecha de los títulos
de todas rlases que la distinguía entre las de la aristocracia castellana.
Aparte del nombre patronímico, figuran 28 nombres, 13 títulos ducales, entre los cuales se cuentan los de Osuna, de
Béjar, de Gandía, del Infantado, de Lerma y de Franca villa;
10 títulos de conde, 12 de marqués, 4 de príncipe, entre ellos
el de Éboli, sin contar los numerosos títulos de barón y
señor.
Fuera de estos títulos nobiliarios, el acta notarial enumera
el patronato de varias iglesias, el titulo de grande de España de primera clase, el de senador, de gentilhombre de cámara, de comendador de una serie de Ordenes españolas y
extranjeras, miembro de la Academia de la Historia y de la
de Bellas Artes y de todas las sociedades posibles para tal
rango y alcurnia.
Pues á pesar de tanta grandeza, ha acabado el citado pa-
DOMINICAL
lacio en pública subasta de todas las joyas artísticas que hacían de él museo capaz de competir con los de algunas naciones.
Y allí, en la exposición de tanto recuerdo histórico, pudimos adelantarnos en el uso de aquellas palabras que vio
formadas no ha mucho por las ruedas de un carro fúnebre,
un orador filósofo:
Sie traniit gloria mundi...
Auxiliares de la jusliein.
«Hágase luz sobre el asunto», gritan á una todos los
periódicos españoles al menor indicio de falsedad, inmorali •
dad, cohecho y otros terminachos con que sacan á relucir
las consecuencias del olvido de unos cuantos mandamientos; y los yanquis a su vez, exclaman: «A la cámara obscura
con elle»; é inventan un gran aparato fotográfico que haga
resaltar en su obscura cámara la poca luz que arroja un documento falso.
Allí, en todas sus cosas, les informa un Edison; aquí nos
informa un Montero Ríos ó un Sagasta. En España se ocupan
y llenan de leyes y expelientes hasta las sociedades y las
revistas que se llaman científicas; en los Estados Unidos se
sustituyen por aparatos de comprobación positiva los mamotretos infolio que .nada concluyen ni aclaran.
Se trataba de la supuesta falsificación de un testamento,
y nos dice Plioto Revue, que el juez se hizo construir un
aparato fotográfico que, haciendo 3 600 veces mayor el documento en cuestión (escrito con lápiz), permitiera ver con exactitud la parte corregida, y aun contar los puntitos negros
que dejara el lápiz criminal en su trazo sobre el papel.
Esta gran máquina consta de dos cámaras. La parte telescópica tiene 25 pies, y está en comunicación con la cámara
negra, donde se halla la placa fotográfica.
Con la ayuda de este aparato se obtuvo una copia del testamento. Como la falsificación habría sido hecha con otra
clase de lápiz, se ensayaron hasta 2.400 de éstos, y se examinaron en las fotografías. Finalmente, la falsificación fué
descubierta.
Como se ve, este aparato es capaz de buscar al famosísimo Meco.
TJIsrJ^ TI^^V^ISUI^^
MlNUTIUS.
LA LECTURA DOMINICAL
CORRESPONDENCIA ADMINISTRATIVA
D. E. C. P.—Dodro. -Abonada subscripción hasta fin Diciembre 99.
R. P. Fr. A. de la V. del C —Desierto de las Palmas.
ídem id id.
D. G. C. T.—Mahón.—Ídem id. id.
Doña R. C—Arenzana de Abajo.—-ídem Id. id.
D. M. B.—Tolosa.—laem ia. id.
D. J. G. B.—Tejado.—latm id. id. Opúsculos y LECTURA.
D. S. S—Torremocha de Ayllón.—ídem id. id. LECTUEÍA.
D. D. A.—Soleras.—Ídem ia. id.
D. R. A.—Viilarcayo.-ldem id. id. y puesta con la dirección
que indica.
D. V. A.—Salas de los Infantes.—ídem id. id.
D. N. A.—Vilialba.—Ídem id. id.
D. j . A.—Villanueva de la Peña.—Idém id. id.
D. C. A.—Carracedo.—Ídem Id. id.
D. M. G. A.—Villamayor de los Montes.—ídem id. Id.
D. A.. A. V.—Guadix.—Ídem id. id. servido lo que pide.
Sr. P. del C. de O. C.—Jerica.—Ídem id. id.
D. E. F. M.—Begis.—ídem id. Id.
D. J. S. V.—Cabo de Cruz.—Ídem id. id.
D. A. L.—AbelOn.—Ídem Id. id.
D. J. S.—Olot.—Ídem Noviembre 99.
D. M. P.—Redondela.—Ídem Junio99.
D. B. B.—Burgos.—Ídem Diciembre 99.
D. J. R. de las C—Cañete la Real.—Ídem Enero 1900.
D. B. V. O.—Mondoñedo.—Ídem Jumo 99.
D. T. V.—Codorniz.—Ídem Mayo; 99 cumplido su encargo.
D. B. G.—Codorniz.—laem Diciembre 99.
V. L.—Bolaños de Campos.—ídem Id. Id.
D.
V. R.—Monaoñedo.—Ídem Junio 99.
D
G.—Llombera.—Ídem Diciembre 99.
D
A. L.—Santa Lucia.—laem id. id.
D
R.—Coruña.—Ídem id. Id.
D
R. N.—Toledo —Ídem Id. id.
D"
D' R. R.—Cangas de Tineo.—Ídem Id. Id.
B. B. Q.—Roma.—Ídem id. id.
D"
L. Q.—Villoría de Valdeorras.—Ídem Id.
D"
Id.
P.—Alijo.—Ídem Id. Id.
D' T.
N. G.—Lobradelo.—Ídem Id. Id.
D" 1. G. E.—Barco de Vaideorras.—Ídem Marzo 1900.
D' R. P.—Borja.—Ídem Diciembre 99.
D"
P.—Santa Gadca.—Ídem Id. Id.
D"
M.—Almería.-Ídem Id. id.
D*
M. C.—Granada.—ídem Febrero 1900.
D" M. B.—Muros.—Ídem Diciembre 99.
D"
M.—Eslida.—ídem Id. id.
DDoña
'
J. M. Ll.—Carcagente - Ídem Id. Id. la que avisa.
Doña J. M. S.—Ventosa del Rio Almar.—Ídem id. Id.
D. N. G.—Valderas.—Ídem Id. Id.
D. S. H. y Doña M. G. de T.—Torrecilla de C a m e r o s . - í d e m
ídem Id.
D. M. V. G.—Burgos.—ídem Id. id.
D. J. A. G.—Ovieao.—Ídem ia. Id.
D. J. G. P.—Sevilla.—Ídem Id. Id. Opúsculos y LECTURA.
Doña C. F. de E.—Puentecaldelas.—laem id. id. LECTURA.
D. D. R.—Jaén.—Recibidas 3,95 y servido lo que pide.
D. J P. G.—San Mames de Abar. —Anotaaa subscripción
que avisa é indicaciones.
D c . A.—Burgos. • Esta renovado hasta fin Diciembre 99.
D. J. M. D. M.—BolluUos del Condado.—Anotada su subscripción.
D. J. M.—Aleixar.—Anotadas indicaciones.
143
D. T. L.—Valdepeñas.—Ídem Id. Id.
D . J. B, A.—Godelleta.—Ídem id. id.
D. M. S.—Valí de Abajo.—Recibidas 15 pesetas y servido lo
que pide; renovauas subscripciones hasta fln Diciembre 99.
R. P. S. G. A.—Bilbao.—Anotadas indicaciones y servido lo
que pide.
D. M. tí —Cartil de Peones.—Servido lo que pide.
u. R. £). C.— Tarragona.—Ídem id. id.
D. G. C.—Huesca.—Se recibió libranza; abonadas subscripciunes hasta fin Diciembre 99.
D. E. M. S. O.—Orense.—Están renovadas todas sus subscripciones.
D. J. 1. de E,—Guernica.—Anotadas indicaciones y subscripciones.
D. P. C.—Tarrasa.—Recibidas pesetas 54,60; servido lo que
pide.
D. H. de C—ídem pesetas 18,50, ídem Id. Id,, y renovadas
subscripciones.
D. J. B.—Igualada.—ídem pesetas 53; abonados Opúsculos
hasta Mayo 99, y subscripeión de D. J. V. hasta fia Diciembre 99.
D. M. B.—Llivia.—ídem pesetas 15; servido lo que pide y
abonada subscripción hasta fin Diciembre 99.
D, M. A. V.—Palma.—Ídem pesetas 13; id. Id. id,
D. L, D.—Báguena.—Ídem pesetas 3; id. Id. Id.
D. J, s —Següvia.—Ídem pesetas <;0,Ü5; abonadas sus subscripciones, y la que avisa hasta hn Diciembre 99 y servido
lo que pide.
D. V. Z —Mendigorria.—Ídem pesetas 22; abonada subscripción de D. M. A. hasta fin Diciembre 99.
Dona M. C. V.—Zaragoza. — Ídem pesetas 1,05; servilos
Opüscaios que piue.
D. J. P.—San Jaau las Fonts.—Ídem pesetas 1,50; Id. Id. id.
D. J. L. M.—Alhama Qe Granaaa.—laem pesetas 8; id. id. II.
D. J. G. P.—Higuera la Real.—laem pesetas 13 por los conceptos que iiiaica.
D. t . F.—Alameda.—Ídem pesetas 13; renovadas subscripciones hasta hn Diciembre 99.
Doña T. ae las A. P.—Coruña.—Servido lo que pide.
D. A. V,—Muga de Layago.—Ídem Id. Id.
D. J. M. F.—Valencia.—laem id. Id.
D. j . D. M.—Sevilla.—Ídem Id. Id.; se sirve bien.
D. B. R. G.—Támara.—Ídem id. id.
D. p . A. de E.—Labraza.—Ídem id. Id.
D. J. C—Banaguas.—Idei» id. Id.
D. M. A.—Laudamies.—Ídem Id. Id.
D, tí. T—Barruelo.—Ídem Id. Id.
D. J. R. y tí.—Las Palmas.—ídem id. Id.
D. J. M. S. de M.—Barcones.—Ídem id. id.
H. p . Fr. A. de S. T.—Marquina.—Ídem Id. id.
D. M., y D. F. R., y D. D. R.-Codesido.—Ídem id. id.
D. F. R.-Jaganta.—laem Id. id.
D. G. R.—Puveda de las Cintas.—Ídem Id. Id.
D. P. Fr. D. O.—Burgos.—Ídem id. id.
K. p . L. B, de C—Proendos,—Ídem id. Id.
D. G. de la L.—Lamadnd.—laem Id. id.
D, S. G.—Gabanes.—Id. Id. Id.
D. C. F. de tí.—Cumbres ae San Bartolomé.—Id. id. Id.
D, E. F.—Tortosa.-laem id. Id.
D. F. M., y D. A. j . M.—Huelva.—Abonada subscripción fln
Diciembre 99.
D. J. H.—Ciudad Real.—IJem Id. id.
D, S. D. H.—Torralba de Calatrava.—Ídem Id. id.
3414.—Establecimienno tipográfico de A. Avrial, impresor del Apostolado
*e la Prensa, San Bernardo, 92, telíf. 3022.
SECCIÓN D E A N U N C I O S
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DE LA COMARCA
Con las favorables condiciones en que se sirve, se halla un
postre sano, nutritivo, agradable y económico.
Va en botes de hoja de lata de cinco, diez, veinte y cuarenta
kilos, peso bruto por neto, sin cargar nada por el embaas.
Precio del kilo, franco sobre vagón en ésta, una peseta, diez
céntimos.
DIRECCIÓN: Francisco Bellido Rubio. ANDUJAR, Andalucía.
P A R A S A N JOSÉ
Composiciones del maiogrado maestro D. Marianu Garda Gómez, Preciosos Gozos y Plegaria á tres voces, Pts. 2,75. Provincias, 3 pts. Gran surtido de Música religiosa. Lastra, Fuentes y
Asenjo.—Arenal, 22.—¿a ca«< mit iwata de Madrid,
UMABGABITiEnLOEGHES
ÍLNTIBIUOSA,
ANTmBHFiTIOA,
AHTUISOaOFULOSA, ANTIPABABITABU T » l ALTO
OBAOO BB00N8TITUTKNT1
Según la PB&LA DX SAM CAKLOS, Dr. D. Rafael Martines Mo-
lina, con esta agua se tiene la salud á domicilio.—En el último
año se han vendido más de DOS MILLONES de pnrras. —La
eliniea es la gran piedra de toque en las aguas minerales, y éata
euenta elneaenta aAos 4 c • • • g e n c n ü y eon grandes reaoltiMl«s para laa enfermedades que expresa la etiqueta y hoja eliniea, que se da gratis. Depósito central: Madrid, Jardines, IB,
bajo, derecha, y se Tenden también en todas las farmaeiaa y droffuaríM. Su gran caudal de agua permite al «Gran Bitableai-
mieito d« Btioa > eetar «bieiio del 16 dt Juaie al 15 de i«pttMikr*.
144
LA LECTURA DOMINIGAL
Servicios de la Compania Trasatlántica de Barcelona.
Lfnu da las Antillas, New York y Vtraeruz.—Combinación i
pnertoB americanos del Atlántico y puertos N. y S. del Pacifico.—
Tres salidas mensuales, el 10 y 30 de Cádiz y el 20 de Santander.
Línea de Filipinas.—Extensión á Ilo-llo y Cebú, y combinaciones al Golfo Pérsico, Costa Oriental de África, India, China,
Cochinchina, Japón y Australia.— Trece viajes anuales saliendo
de Barcelona cada cuatro sábados, á partir del 2 de Enero de 1897,
y de Manila cada cuatro jueves, ¿partir del 21 de Enero de 1891.
Linea de Buenos Aires.—Seis viajes anuales para Montevideo y
Buenos Aires, con escala en Santa Cruz de Tenerife, saliendo de
Cádiz, y efectuando antes las escalaa de Marsella, Barcelona j
Málaga.
Linea de Fernando P<o.—Cuatro viajes al año para Femando
Póo, con escalas en Las Palmas, puerios de la Costa Occidental
de África y Golfo de Guinea.
Servicios de África.—Z<«<4 de Mamueot.~TJn viaje mensual,
de Barcelona á Mogador, con escalas en Melilla, Málaga, Ceuta,
Cádiz, Tánger, Larache, Rabat, Casablanca y Mazagán.
Servicio de Tánger.—El vapor Joaquín del Piélago sale de Cádiz para Tánger, Algeciras y Gibraltar, los lunes, miércoles y
viernes, retornando a Cádiz los martes, jueves y sábados.
Estos vapores admiten carga con las condiciones más favorables, y pasajeros, á quienes la Compañía da alojamiento muy
cómodo y trato muy esmerado, como ha acreditado en su dilatado servicio. Rebajas á familias. Precios convencionales por camarotes de lujo. Rehajas por pasajes de ida y vuelta. Hay pasajet para Manila á precios especiales, para emigrantes de clase
artesana ó jornalera, con facultad de regresar gratis dentro de
nn año si no encuentran trabajo.—La Empresa puede asegurar
las mercancías en sus buques.
AVISO IMPORTANTE. La Compañía previene á los señores comerciantes, agricultores ó industríales, que recibirá y encaminará á los destinos que los mismos designen, las muestras y
notas de precios que con este objeto se le entreguen.—Esta Compañía admite carga y expide pasajes para todos los puertos del
Hundo servidos por lineas regulares.
Para más informes, en Barcelona, la Compañía Trasatlántica
7 loi Sres. Ripol y Compañía, Plaza de Palacio; Cádiz, la Delegación de la Compañía Trasatlántica; Madrid, Agencia de la
Compañía Trasatlintica, Puerta del Sol, 13; Santander, señores
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D. Antonio López de Neira; Cartagena, Sres. Bosch Hermanos;
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