LETRA EN MOVIMIENTO laernardo Atxaga scribí, no hace mucho tiempo, un cuento que luego salió publicado en una de esas páginas veraniegas que los periódicos han inventado con el objeto de que sus redactores habituales o de plantilla puedan marcharse de vacaciones. Se situaba su acción en un hotel de Miami La voz cascada, grave, dulce, equivalente quizás a la de un Louis Armstrong español del siglo XVI o XVII, subió de tono: "iNon fuyáis, gente cobarde; gente cautiva, atended ... ". Ciertamente, no hay que tomar el párrafo donde, por azar, coincidían dos eventos: un con- al pie de la letra, ya que se trata de mera ficción, y greso de hispanistas en torno a la figura de Don ficción, además, veraniega, ligera e intrascenden- Quijote y la elección de "Miss Estados Unidos". más bien ligero, giraba en torno a la te. Cuando se dice que el objeto de los estudiosos de la Universidad de Illinois era "aislar la verdade- afición que Miss Louisiana parecía sentir hacia la obra cumbre de Cervantes, demorándose a veces trataba de "la voz que Cervantes oía en su mente en la descripción de alguna que otra ponencia de cada vez que hacía hablar a su personaje", los congresistas. que, probablemente, El cuento, Decía, por ejemplo: La segunda ponencia trató de un experimento en el que habían colaborado voz asociaba a la suya propia, o a la de algún familiar o vecino. Podríamos, por otra parte, aplicarnos cuento y preguntarnos si la indagación el tiene al- hispanistas y expertos en inteligencia artificial de la universidad de IIlinois. Habían gún sentido. Si el conocimiento trabajado con treinta variables -posible libro, o a mejor disfrutarlo. El asunto general es la relación del cine con la literatura; relación que, peso, posible altura ... - 40 ra voz de Don Quijote", debe entenderse que se hasta conseguir de la posible voz de Don Quijote nos ayudaría a mejor entender el aislar "la verdadera voz de Don Quijote". en lo que al Quijote se refiere, se ha consumado El momento clic en el ordenador y una voz cascada, muchas veces, sin que en la lista falten los dibujos animados o las series de televisión. Más en con- grave, dulce, equivalente quizás a la de un Louis Armstrong español del siglo XVI hay un transporte, un trasiego de un modo de re- o XVII, dijo: "Si yo, por malos de mis peca- presentación a otro, de un lenguaje a otro; de una dos, o por mi buena suerte, me encuentro novela memorable de mil páginas a las películas por ahí con algún gigante ... " (... ) de hora y media o dos horas de Grigori Kozintsev, top llegó cuando hicieron creto, se trataría de observar lo que ocurre cuando LETRA EN MOVIMIENTO Rafael Gil o G.w. Pabst, por citar únicamente es- pleado. El origen social o geográfico, así como su tas tres consideradas "canónicas". Ignoro si esa observación se puede hacer de forma directa, sulta difícil oír a alguien que no podemos ver y co- cotejando cada película con los pasajes del libro estado físico, también están ahí, en la voz, y no relegir que se trata de "un castellano de pueblo que está muy cansado". Recordemos conversaciones que están en su base; en todo caso, yo prefiero haciendo de la necesidad virtud- situarme en un que hemos tenido a lo largo de la vida: ¿acaso no momento previo y pensar primero en las relacio- nos dimos cuenta, sólo por el tono de su voz, que nes entre ficción literaria y realidad; entre mundo y talo cual amigo nos iba a confesar algo importan- texto. Como se sabe, el asunto es viejo y nuevo a te? Recordemos asimismo la última entrevista que la vez; viejo porque viene de muchos siglos, como hemos oído en la radio. Supimos enseguida que el lo demuestra el propio Quijote; nuevo, porque la entrevistado decía lo que tenía que decir, pero sin gran convencimiento. Y es que en la voz también se inscribe la relación que el hablante tiene con el contenido de su discurso. frontera entre ambos territorios -el el de la realidad-, de la ficción y de la que se dice que es larga y tortuosa, y que va por épocas y lugares, en general no existe. * La voz nunca es neutral. Está siempre marcada, manchada, cargada de significados. Por eso puede afirmarse que la voz "clava" a un sujeto, que lo particulariza, lo individual iza; le otor- Vuelvo ahora a pensar en la voz de Don Quijote. Pero sin cuentos. Sólo porque me lo exige el asunto. No es una característica cualquiera, la voz. ga una identidad. No hay en el mundo dos voces iguales. La voz se utiliza, por ello, como elemento de reconocimiento: combinación puede robarse una clave, una numérica; puede desentrañarse un No es como el color de los ojos o el tamaño de la mensaje cifrado; puede una barba o un peluquín nariz. Podría decirse, sin faltar a la exactitud, que la voz viene a ser una superficie, una lámina blanda engañar al pariente más próximo; pero es imposible imitar la voz de otro. Bastaría la pronunciación en la que se inscriben un gran número de hechos. de unas cuantas palabras para que la identidad Tal ocurre, por ejemplo, con la edad y con el sexo: la voz del niño no es la del anciano; la de la mu- de esta o aquella persona quedara al descubier- jer no es la del hombre. Tal ocurre también con el estado anímico del que habla, sea de alegría o de tristeza, y con la emoción del momento, con su en- to. Insisto: la voz clava a un sujeto. En este sentido, no es locura que ni Don Quijote ni Sancho reconozcan al bachiller Carrasco cuando éste se les aparece disfrazado de armadura y haciéndose fado, con su miedo. Asimismo, en la voz se inscri- pasar por el Caballero del Bosque; pero que no le be el carácter, pues no "suena" igual el arrogante que el humilde, el inseguro que el autoritario. La reconozcan cuando -"con voz que no era muy mala ni muy buena", dice el narradorcanta el situación en el entramado del poder tampoco falta en la voz: el pupilo usa una, el tutor otra, y lo mismo soneto "Dadme, señora, un término que siga" o cuando, a continuación, mantienen con él un lar- puede proclamarse del director general y del em- go diálogo, eso sí demuestra locura. 41 r::l"SUSpénSTan@¡~¡Ctuna!!laS el aire o los agentes curativos dlelilas. ría pensarse que esta incapacidad de literaria es una limitación, y quizás, en altido, lo sea -ya hablaron los poetas anti- guos de la "poquedad del decir"-; pero es, antes que nada, primordialmente, su condición de existencia. Sin esa limitación la literatura no existiría. No sé muy bien por qué. Para saberlo me harían falta conocimentos sobre el funcionamiento de la mente humana que no tengo. Supongo, en cualquier caso, que esa existencia incompleta, inconcreta, "suspensa" de los personajes literarios es lo que permite al lector hacer suya una obra; atraerla hacia sí, interiorizarla. Sancho Panza diría: "arrimar el ascua a su sardina". A medida que el lector va leyendo, va completando, cerrando, agi- LETRAEN MOVIMIENTO hizo de Miguel de Cervantes; la que más se difundió sin olvidamos de en Europa en el siglo pasado, la de Gustave Doré. Debe subrayarse, de paso, que algunos hacen reconocer ciales -su de los rasgos que nos a Don Quijote son circunstan- eterna perilla, por ejemplo- hay veces en que la ilustración no repite la que expresamente y que del personaje se describe en el libro. Así ocurre con Sancho Panza, quien, se- ascua a su sardina y va completando, cerrando, lo que en el texto quedaba abierto e incompleto -"en suspensión", he dicho antes-, esta operación no tiene como resultado un cierre absoluto, una complementación total. No acabamos de ver el rostro de un personaje. No acabamos de escuchar su voz. La ensoñación no acaba de materializarse. La idea que de los personajes litera- gún leemos en el libro, "debía de ser que tenía, rios se desprende a lo que mostraba refiere a la ser muy vaga, y lo es incluso en el caso de una la batalla de Don Quijote con "la barriga grande, el talle corto y pareja como la de Don Quijote y Sancho Panza, arquetípica, carnavalesca, ligada a la tradición las zancas largas ... ". Sin embargo, siempre se le popular, una y mil veces representada en imagen. ha representado Otra cosa sería si hiciéramos el experimento de la que representaba el vizcaíno-, la pintura" -se paticorto, a pesar de que, como de la letra de los libros suele indica Francisco Rico en una nota a pie de pági- Universidad de IIlinois y nos saliera bien, de modo na, Cervantes no da en el Quijote ninguna otra que pudiera resonar en la sala la verdadera voz de descripción del escudero. Ninguna que no sea la derivada del nombre propio, se entiende. De Don Quijote. Quien sabe, quizás llegue también ese momento. haberse impuesto el de "Sancho Zancas" -que también así le llama Cervantes-, la ilustración habría sido otra. Antes de abandonar este asunto, * qui- Podemos ahora ponernos en el lugar del siera ensayar una definición de la lectura que resume todo cuanto he afirmado hasta ahora. que lee un libro pensando en hacer una película, Según mi experiencia y la de muchos a quienes he consultado, la lectura viene a ser una suerte de ensoñación. ensoñación Una ensoñación en convertir el texto en imagen cinematográfica. Fue el caso de los directores que he citado antes en relación con el Quijote: Grigori Kozintsev, guiada. Una Rafael Gil o GW. Pabst. Me pongo en ese lugar para lograr y no encuentro, en principio, grandes diferencias que el autor "preparó" una serie de efectos, siendo el primero de ellos el de sacar al lector de su circunstancia concreta entre ellos y los lectores normales que leen en el -del vagón del metro que le lleva al trabajo, de la piscina donde toma el sol, de la cama donde digo. Olvidándonos de la consecuencia, de lo que de la lectura se derive. Ya sabemos que no es lo descansa- y transportarle a una segunda reali- dad, únicamente mental, estrictamente subjetiva. Si esto fuera verdad, ello significaría que cuando el lector hace suya una obra, cuando arrima el 44 metro, en la piscina o en la cama. En principio, mismo cerrar un libro y quedarse tan tranquilo, que cerrar un libro y ponerse a hacer una película. Tengo en mente una escena de la versión cinematográfica de Rafael Gil, aquella que sigue a LETRA EN MOVIMIENTO la carta que Don Quijote escribe a Dulcinea antes de retirarse a las soledades de Sierra Morena a hacer penitencia. En el libro, la escena es del mis- arrimando el ascua a su sardina: como todos los lectores, pero "dejando pruebas", dejándonos la mo paño que las demás, un paño de doble hilo, imagen de Don Quijote en las peñas de Sierra Morena, haciendo penitencia después de escribir diríamos, en el sentido de que resulta, a la vez, se- la carta a Dulcinea. Todo va según lo previsto, con rio y bufo, realista y paródico, jocoso y grave; una el doble hilo y el doble tono, hasta que Sancho combinación de tonos altos y bajos. Don Quijote escribe la carta a Dulcinea ( "Soberana y alta se- se marcha y Don Quijote, ya solo, en lo alto de la peña, en actitud piadosa, entona el rezo: "Dios te ñora , el ferido de punta de ausencia y el llagado salve, María ... ". No es la actitud de un hombre que de las telas del corazón ... ") y redacta acto segui- va a rezar "un millón de avemarías". Don Quijote do la cédula de los tres pollinos ( "Mandará vues- se ha vuelto, en la pantalla, más cristiano. tra merced, por esta primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho Panza, mi escudero, tres Gil con aquella, excelente, que el cineasta ruso de los cinco que dejé en casa y están a cargo de Grigori Kozintsev realizó en 1957. Ambos recogen vuestra merced ... "); duda luego Don Quijote en- del libro el largo episodio de los Duques que han tre imitar a Roldán en las locuras desaforadas que hizo o imitar a Amadís en las melancólicas. Al final, y acaban por traerle a su palacio, "con prosu- se decanta por la imitación del héroe melancólico, y dice: "Venid a mi memoria, cosas de Amadís, y enseñad me por donde tengo que comenzar a imitaras. Más ya sé que lo más que él hizo fue rezar y encomendarse a Dios; pero, ¿qué haré de rosario, Comparemos ahora la versión de Rafael leído la primera parte de la historia de Don Quijote puesto de seguirle el humor y conceder con él en cuanto les dijese, tratándole como a un caballero andante, los días que con ellos se detuviese, con todas las ceremonias acostumbradas en los libros que no le tengo? En esto le vino al pensamiento de caballerías, que ellos habían leído, y aún les eran muy aficionados". En la versión de Rafael Gil, cómo le haría, y fue que rasgó una gran tira de las el retrato de los duques y del ambiente de palacio faldas de la camisa, que andaban colgando, y diole once ñudos, el uno más gordo que los demás, es amable: el motivo de la invitación a Don Quijote no es otro que el de curarle de su mal, traerlo de y esto le sirvió de rosario el tiempo que allí estuvo, donde rezó un millón de avemarías" ... nuevo a la vida normal. En la de Grigori Kozintsev, "Un millón de avemarías". Bastaría ese el retrato de los mismos personajes y ambientes es sombrío. Vemos a unos aristócratas mórbidos, cómputo para advertir la presencia de ese segundo hilo, malicioso, humorístico, que es lo radical aburridos, afectados, empapados del peor humor del libro, lo fundamental, la base de su grandeza. Pero Rafael Gil tenía sus intereses. O de la Duquesa, Altisidora, cuyo juego -fingirse mejor dicho, su ideología, su forma de estar en el mundo. Un mundo que era el de la España de 1947, el del nacional-catolicismo Realizó así la película -una de la posguerra. buena película- barroco. El eje de la acción es una de las damas muerta de amor por Don Quijotebroma cruel. Naturalmente, también deriva en una Kozintsev arrima el ascua a su sardina. Se olvida del doble hilo, del doble tono, y no recoge en la escena de la "re- 45 LETRAEN MOVIMIENTO de Altisidora los pellizcos y alfilerazos una voz. Debe "encarnarse", diría alguien. Pero no. que propinan a Sancho Panza, ni el escéptico co- No puede decirse tanto. Diríamos que se encarna si, saliéndonos del territorio de la ficción, nos si- surrección" mentario de éste cuando Altisidora confiesa que todo ha sido fingido: "Eso creo yo muy bien -dijo Sanchoque esto del morirse los enamorados tuáramos en la realidad; si pudiéramos ver y oír a es cosa de risa: bien lo pueden ellos decir, pero Don Quijote como nos vemos y oímos en este momento. Pero no estamos en ese territorio, sino en el hacer, créalo Judas". El Quijote que vemos en su de la ficción; ficción cinematográfica en este caso, película es más dramático que el del libro; de lo y este territorio, ya lo he dicho antes, nunca hace frontera con la realidad. que a mí como lector del libro me parece. Si el Quijote fuera real, tendría un solo cuer- Por el contrario, el Quijote de la versión cinematográfica po, una sola voz. Podría alterar su rostro, maquillar- de George W Pabst resulta más liviano, más insustancial. Valgan estos se, ponerse un peluquín, y engañamos un poco; pero ejem- plos para subrayar lo que sabríamos vengo diciendo: en principio no hay diferencia entre lectores. Cada cual hace de él -lo más- que se trata repito una vez en cuanto se pu- siera a hablar y escucháramos su voz y todo lo que su voz arrastra: el acento, su lectura. Se fija en unas cosas y se desentiende de otras. Refuerza o suaviza un tono. Abrevia unos la pronunciación, la edad, el sexo, el estado anímico, episodios y alarga otros. La fidelidad extrema no ha su posición social. No ocurre lo mis- lugar. mo en las películas, en la Pensemos ahora ficción. Don Quijote puede en el segundo momento, cuando el lector, actuando tener todas las voces que quiera. No digo tanto de su ya como cineasta, comienza a realizar su película. aspecto físico ni de su rostro, por tratarse de un Muchos afirman -yo personaje escueto, de pocos rasgos, o con rasgos tan dominantes como la altura o la delgadez, mismo lo he afirmado más de una vez- que este segundo paso implica el cierre de lo que en la obra estaba abierto, una materialización de lo que estaba en suspenso -en pensión-; sus- que la película debe concretar, particu- y por venir determinado por la tradición, por las mil y una imágenes que de él existen desde hace si- larizar. y, en parte, es cierto: una vez en la pantalla, glos; por tratarse, además, de un personaje que siempre va disfrazado de caballero andante ... aun Don Quijote debe tener un cuerpo, unos gestos, cuando, incluso en ese aspecto, las posibilidades 46 LETRA EN MOVIMIENTO sean incontables: debe de haber muchos acto- además, no eran tales, sino piezas de mecano. res que puedan llenar ese molde que Cervantes Me sorprendí a mí mismo siguiendo los episodios construyó al decir que su personaje era "de com- de la obra y "viendo" a Ubú, viendo a su madre plexión recia, seco de carnes y enjuto de rostro". y a todos los personajes, olvidado por completo Así pues, Don Quijote puede tener en la pantalla el aspecto y la voz que el director quiera. Y quien del artificio. Pensé entonces, descubriendo dice Don Quijote, dice -en pos de una mayor evi- dencia- los otros personajes del libro. Pensemos en el bachiller Sansón Carrasco. En la versión de quizás el Mediterráneo, en el poder de ese supuesto reflejo mental que nos permite acceder a la ficción, "entrar" en talo cual historia viendo más allá del actor que da vida a un personaje o del edificio he- George W Pabst, la menos ajustada al texto, se cho de cartón piedra; incluso en los casos en que nos aparece como un lechuguino, un petimetre, una especie de "repelente niño Vicente"; en las de tal operación Gil o Kozintsev como una persona de carácter o na en la que Chaplin hace bailar a dos cucharillas: resulta aparentemente imposible. Recuerdo ahora, por asociación, una breve esce- como un joven sensato. Pensemos también en la bastan veinte segundos para que el público siga versión de Roberto Gavaldón, "Don Quijote cabal- los "pasos" como si fueran los de una auténtica ga de nuevo", en la que es Cantinflas -ni pareja de baile. más ni menos-quien hace de Sancho Panza. Cito el caso de Cantinflas intencionada- cine -en ese segundo momento, cuando está es- mente, para hacerme una pregunta: cribiendo el guión e imaginando ¿Molestaría Concluyo de todo esto que el director de las escenas de que fuera él, Cantinflas, un actor mejicano de muy la película- marcadas características, quien representara a Sancho Panza? ¿Habría entre el público una ma- Debe completar, cerrar, concretar lo que está en sigue sin alejarse del lector normal. el libro; pero lleva tanta ventaja, es tanta la libertad yoría que dijera "no me lo creo"? Planteo la pre- que le otorga ese poder primario de la ficción, que gunta por considerar extremo este caso, despre- sus posibilidades son casi infinitas. Para decirlo en ciando las facilidades que me daría plantearla con una palabra, el director de cine puede cerrar, con- quien hizo de Don Quijote en la misma película, el actor Fernando Fernán GÓmez. cretar, completar como mejor le venga en gana. * A mi modo de ver, no creo que molestara mucho. No a la mayoría. La mayoría se dejaría arrastrar por la ficción. Porque la ficción "engaña" mucho, y es, casi siempre, muy creíble. Porque, sobre todo, existe en nosotros algo que, a falta de mejor nombre, podemos llamar "reflejo mental". Recuerdo que hace muchos años fui a ver una representación de "Ubú rey", que resultó ser Paso ahora a hablar de un tercer momento, aquél en que tienen lugar las modificaciones singulares, aquéllas que no se deben a las forzosas del lector, de todo lector, sino específicas del trasvase entre los diferentes territorios de la ficción (debería decir, quizás, "entre las di- una obra de guiñol en la que un único actor, visible ferentes provincias para el público, manipulaba como veo yo el plano general: con dos territorios unos muñecos que, de la ficción". Porque así es 47 LETRAEN MOVIMIENTO básicos -la otra-, realidad por una parte, la ficción por y con subterritorios que, en lo que a la ficción respecta, dan lugar a novelas, a poemas, a canciones, películas, obras de teatro y demás de la serie fuera negro, porque de ese color era precisamente su perro en la vida real. El dibujante lo disuadió al instante. Era prácticamente imposible dar expresión a un perro negro. Él sólo podía valerse de las líneas de obras artísticas ... ). Lo primero que debe afirmarse: trasvase que el perro protagonista sin modificación, sin cambio. no hay la boca y de los ojos y, para que éstas pudieran Incluso verse y sugerir un estado de ánimo o una actitud en el caso de que el autor quiera ser fiel en es- determinada, el perro debía ser blanco. Y así fue al píritu y letra. En espíritu lo logrará en muchas final: completamente ocasiones, bastando para ello una actitud ética blanco. Hablando de cine y literatura, la cuestión ante la obra ajena y con un poco de inspiración o de suerte; pero en letra, me parece a mí, es es aún más clara. El cine tiene reglas que la lite- imposible. Pensemos se han realizado a partir del Quijote. Lo primero de por ejemplo en un músico ratura ignora. Pensemos una vez más en las que todo, es la selección: hay que llevar una narración que quiere hacer una canción con el poema de de mil páginas a una narración de cien minutos, y un amigo; pensemos en Paco Ibáñez escribiendo es forzoso elegir; elegir y cortar. Cortar escenas, la partitura de un poema escrito por José Agustín cortar diálogos. Ocurre así que Manuel Gutiérrez Goytisolo Palabras para Julia. El poema y la can- Aragón -uno de los directores modernos que ción no dicen lo mismo, son distintos. Aparte de más se ha ocupado de Don Quijote- que no recoge todas los estrofas del poema y de que el orden de alguno de ellas está cambiado, la su película una escena en la que Don Quijote baja a la cueva de Montesinos; tal escena falta en las canción se vale de una repetición que no estaba películas de Kozintsev, Pabst o Rafael Gil. Este úl- en el texto, es decir, tiene estribillo, aquel que dice: "Pero tú siempre acuérdate de lo que un día yo timo, por su parte, recurre una y otra vez al per- escribí pensando en ti, pensando en ti". Muchos lo recordarán; lo sabrán incluso de memoria. Por incluye en sonaje del "vizcaíno"; personaje que falta en las demás. Pero, al igual que hay diferencias, hay eso precisamente lo puso Paco Ibáñez: para ayu- también coincidencias dar a la memoria; para lograr, además, ese efecto des del género. Ya se sabe que al cine le convie- agradable que la repetición provoca en el oyente. En el texto sucede casi lo contrario. El lector no golpes, las luchas. A nadie extrañará, pues, que necesita de estribillos. Por eso no lo utiliza José el personaje de Sansón Carrasca sea de los prefe- Agustín Goytisolo. ridos y aparezca en casi todas las películas, pues Otro ejemplo de trasvase entre campos y de la correspondiente modificación. Fui testigo ne lo espectacular, que delatan las necesida- lo animado: las carreras, los se trata nada menos que del Caballero del Bosque de una conversación entre el dibujante que debía y del Caballero de los Espejos, principal contrincante de Don Quijote. Extrañará aún menos que dirigir una película de dibujos animados y el autor todos los directores hayan recurrido a la batalla de literario que había escrito el guión. Éste planteaba Don Quijote contra los molinos de viento. 48 LETRAEN MOVIMIENTO De todas las películas que he citado, hace que este hecho -el Padre deja morir a su Pabst. Una de las razones es que se trata de un único Hijo- sea reconocible. En el Quijote -sigo en esto al cervantista Avalle-Arcela venta de musical, es decir, de un subgénero que tiene sus Juan Palomeque que aparece en la primera parte la que más se aparta del texto es la de George reglas especiales, sus pasos obligados. Otra, la (de 1605) se corresponde estructural mente con el palacio de los duques de la segunda; en la pelí- actitud que, por lo que se trasluce, tenía dicho director ante el texto. Por decirlo brevemente, cula de Kozintsev, la primera imagen -el molino era poco ligera. Ya he dicho antes que Sansón de viento cuyas aspas giran lentamente- ya nos Carrasca aparece como un petimetre, caracteri- advierte de la escena que llegará luego, a media zación que difícilmente se puede desprender película. del texto. Tampoco se anda con remilgos a la hora de En cuanto al espacio físico, en el caso del hacer caballero a Don Quijote: no es el barbero el maestro de ceremonias, sino un actor ambulante Quijote es alegórico. No se trata de una geogra- que ha llegado a la aldea para representar con su grupo una obra sobre las desventuras de Amadís de Gaula. De todos modos, no hay que exagerar las fía realista, aun cuando la narración discurra por derroteros reales y no confesamente -como la cueva de Montesinos-; fantasiosos no hay en ellos detalle, no hay descripción: se trata de "una venta", "un camino" "un desierto"; se trata casi de diferencias. Cito ahora, para compensar, dos características narrativas que lo mismo sirven en el abstracciones las geografías llamadas utópicas. cine que en la literatura. Sería la primera de ellas sin excepción, esta característica. la "repetición interna", que en algunos casos, los Quijote y Sancho cabalgan solitarios por lugares donde, de vez en cuando, se materializa una aventura. más complejos, pasa a denominarse "prefigura- ción"; sería la segunda el espacio físico, el paisaje, las llamadas "geografías imaginarias". La prefiguración hace referencia a una técnica narrativa usada -según un estudio ya clásico de Erich Auerbachen la Biblia. Así por ejemplo, en la escena en la que Dios ordena a Abraham sacrificar a su hijo lsaac. Como quizás recuerden, la escena -muy emotiva, pues Isaac como las que luego hemos visto en recogen Las películas, Don Acabo ya. Es el momento de enfrentarme a la cuestión que comentaba al principio. No sé si conviene que yo saque mis cacharros y muestre cómo era la voz de Don Quijote, en qué voz estaba pensando Cervantes cuando escribía los diálogos de la obra; la voz que él oía en su mente cada vez que hacía hablar a su personaje, voz se siente inquieto y pregunta a su padre lo que éste no puede responderacaba cuando Dios detiene el brazo de Abraham diciéndole: "Detiene que, probablemente, asociaba a la suya propia, tu brazo. No hagas daño al muchacho. Ahora ya sé todos modos, para aquéllos que se sientan curio- o a la de algún familiar o vecino. Pero va a ser que no, porque es mucha complicación. Diré, de que sientes respeto hacia Dios, porque no le has sos, que es una voz cascada, grave, dulce, equi- negado tu único hijo". La escena prefigura, "pre- valente quizás a la de un Louis Armstrong español para", "hace plausible" la de Jesús en el Calvario: del siglo XVI o XVII. .. 49