44-45 LEGUINA_42-43 LEGUINA.qxd 26/02/13 18:01 Página 44 LA TRINCHERA DE PAPEL Por Joaquín Leguina Cortar por lo sano A la vista de lo que uno lee y oye, en España existe hoy un abigarrado universo de pillos, fulleros, gariteros, rateros, hampones, tósigos y manoseadores de bolsillos ajenos… Nada nuevo, pero lo peor radica en el baile que muchos de ellos han establecido con gente incrustada en la política, lo cual haría las delicias de D. Francisco de Quevedo y le daría ocasión de escribir mil buscones. Los medios de comunicación nos bombardean con la corrupción política mañana, tarde y noche sin que allí aparezca sino lateralmente la madre del cordero, es decir, los corruptores, los que ponen el dinero para comprar voluntades políticas. Empresas y empresarios que son citados por sus nombres y apellidos, por ejemplo, en “los papeles de Bárcenas” y nunca son llamados a declarar ni –que se sepa–la Agencia Tributaria investiga su más que sospechosa contabilidad. 44 4–10 de marzo de 2013. nº 1008 De la agenda negra de Bárcenas se deduce un relato fácil de entender: un tesorero del PP lleva a la vez la contabilidad oficial, limpia como una patena, y la oculta, que es la que ahora ha salido a la luz y en la cual se retratan unas prácticas sucias (ilegales unas, rechazables otras). En efecto –siempre según esos papeles–el PP recibía grandes cantidades de dinero de empresas que, probablemente, pagaban así los beneficios obtenidos (o por obtener) como consecuencia de decisiones políticas institucionales (concesiones, concursos, recalificaciones, etc., etc.). Con esa masa de dinero negro el tesorero hacía dos montones: el primero servía para gastos vergonzosos o ilegales del partido, desde sobresueldos a gastos electorales no contabilizables por excesivos. Y el otro montoncito, haciendo bueno el refrán según el cual “quien parte y bien reparte se queda la mejor parte”, se lo em- ¿De dónde ha sacado Bárcenas al menos 22 millones de euros? Esa es la cuestión principal y lo demás es marear la perdiz y esperar a que la conocida velocidad de la Justicia española se encargue de pudrir la cuestión bolsaba él mismo, amasando una fortuna cuya prueba son los 22 millones que han aparecido en Suiza a su nombre (él ha declarado que tuvo fuera hasta 38 millones)..., pero Bárcenas, en lugar de estar ya tras las rejas, se ha ido a un hotel de lujo en Carcassonne para brindar allí con unos amigotes y luego ha volado hasta Canadá para esquiar, y nadie se ha maliciado que, a lo peor, lo que está haciendo este canalla es eliminar pruebas o sacar el dinero de algún banco para ponerlo a buen recaudo en algún escondite. Aunque el 25 de febrero el juez le quitó el pasaporte, sigue sin entenderse que el juez instructor no le reclame a Bárcenas los papeles originales y si Bárcenas se niega a entregarlos le abra un nuevo procedimiento “por obstrucción a la Justicia” y de paso lo envíe a Alcalá-Meco para que allí tenga tiempo de reflexionar sobre lo corta que resulta ser la vida. F. MORENO 44-45 LEGUINA_42-43 LEGUINA.qxd 26/02/13 18:01 Página 45 Frente a esta historia tan verosímil como impresentable, el PP, hasta ahora, sólo ha sabido oponer la negación de la mayor: “Todo es mentira”, han dicho… pero la pregunta del millón –la que el PP no quiere plantear ni plantearse–es bastante sencilla: ¿De dónde ha sacado Bárcenas al menos 22 millones de euros? Esa es la cuestión principal y lo demás es marear la perdiz y esperar a que la conocida velocidad de la Justicia española se encargue de pudrir la cuestión y que ésta acabe saliendo de la agenda política por aburrimiento del personal. Todo el mundo lo sabe: el caso Gürtel, de donde salió el hilo que escondía el ovillo de Bárcenas, quedará “visto para sentencia” quizá dentro de veinte años… y usted que lo vea, querido lector. Como el cónyuge pillado in fraganti, ante este marrón el PP sólo ha sabido decir: “Cariño, esto no es lo que parece”. Pero si no la certeza, la sombra de la sospecha –lanzada como tinta de calamar por el extesorero–seguirá, espesa, rodeando la sede que el PP tiene en la calle Gé- Una gran parte de esas ‘malas prácticas’ procede de un intercambio en el cual una persona (física o societaria) entrega dinero (negro) a un político o a un partido a cambio de que éste le otorgue una concesión, un contrato o cualquier otra gabela lutamente para nada. En efecto, está comprobado hasta la saciedad el hecho lamentable de que los partidos políticos, que son quienes hacen las leyes, están siempre dispuestos a saltárselas cuando éstas le aprietan –aunque sea levemente–el zapato. ¿De qué zapato hablamos? De los gastos, en verdad exagerados, que los partidos y su inflada estructura burocrática generan. Piense usted, estimado lector, que cada vez que un partido realiza un baño de masas en un estadio o en una plaza de toros, todo el attrezzo –que es cada vez más grande y más caro–lo está pagando usted… y rece para que ese dinero llegue a los partidos vía impuestos, pues si llega vía Bárcenas, es decir, a través de regalos de algún benefactor, entonces será peor. F. MORENO Es hora, pues, de derogar todas las leyes anticorrupción y cortar por lo nova de Madrid. A falta de un análisis que presen- sano aprobando una sola. Veamos: te una taxonomía exhaustiva de los las decisiones políticas sobre concasos de corrupción política que se tratación, obras y servicios públicos vienen produciendo en España, se o concesiones administrativas pasan puede adelantar que una gran parte por tres momentos diferentes: Pride esas malas prácticas procede de mero se decide qué hacer, en seun sistema que bien puede denomi- gundo lugar se decide cómo hacernarse toma y daca. Un intercambio lo (proyecto) y en tercer lugar se deen el cual una persona (física o so- cide quién lo va a hacer (concursos, cietaria) entrega dinero (negro) a un subastas, etc.). Pues bien, el qué hacer y el cómo político o a un partido a cambio de que éste, como mandamás de una hacerlo deben quedar en manos de institución pública, le otorgue una los políticos, pero se ha de prohibir concesión, un contrato o cualquier clara y terminantemente que ningún político pueda intervenir jamás ni diotra gabela. Como es obvio, estos cambala- recta ni indirectamente en la deciches entre cliente y servidor del Es- sión de quién hace la obra, da el sertado son posibles porque el servi- vicio o toma la concesión. El quién dor del Estado tiene capacidad de ha de quedar en manos de comisiodecisión respecto a quién realiza la nes ad hoc compuestas por funcioobra o el servicio licitados o quién narios de carrera. ¿Evitará eso la corrupción? Quizá se puede ocupar de la concesión no, porque siempre que existan seres correspondiente. A estas alturas y visto lo visto po- humanos –y los funcionarios lo sondemos afirmar sin riesgo de error que existirán tentaciones y muchos caetoda legislación vigente para erradi- rán en ellas, pero la corrupción se alecar esas prácticas –y es mucha esa jará de la política porque ya se sabe legislación (Ley de Contratos, leyes que quien evita la tentación evita el contra la corrupción, Ley de Trans- pecado. Precisamente por ahí hay que parencia, etc.)– no ha servido abso- cortar este nudo gordiano. l nº 1008. 4–10 de marzo de 2013 45