serie informe social n° 45

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SERIE INFORME
SOCIAL
N° 45
ANTECEDENTES SOBRE CONSUMO Y
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN DE DROGAS
EN CHILE Y ESTADOS UNIDOS
Por: Rosita Camhi*
Carolina Freire**
El problema del consumo de droga es creciente en nuestra
sociedad y actualmente afecta a todos los sectores socioeconómicos
y todas las edades, no siendo exclusivamente un problema juvenil o
de los estratos sociales de mayor pobreza. Dentro de las áreas para
abordar este problema- represión, prevención y rehabilitación- el
tema de la prevención ha sido el menos abordado desde el punto de
vista de las políticas públicas, siendo el más rentable si se considera
la sociedad en su conjunto.
El presente estudio pretende aportar algunos antecedentes a
esta discusión, y consiste en una recopilación de información
relacionada con el consumo de drogas en nuestro país, tanto en la
juventud, como de la comunidad, en general. Se presenta a continuación una breve reseña de los principales programas de prevención que se están efectuando en Chile y algunos de los Estados Unidos. Entre las conclusiones principales destacan, por un lado, la
gran cantidad de organizaciones no gubernamentales que efectúan
programas preventivos en nuestro país y por otro, la ventaja de que
en materia de combate a la drogadicción se priorize la prevención
por sobre la represión en las políticas públicas.
*Rosita Camhi: economista, investigadora del programa Social de Libertad y Desarrollo
**Carolina Freire: estudiante de la Universidad de Georgetown, trabajo realizado durante su práctica en Libertad y Desarrollo
RESUMEN EJECUTIVO
El presente trabajo aporta información relacionada con el consumo
de drogas ilícitas en la juventud, tales como la marihuana, la cocaína y
sus derivados, sobre la base de información extraída de un estudio sobre
el tema con representatividad nacional efectuado por el CONACE' en
1995. Este estudio se basó en una muestra de todos los estudiantes
entre octavo y cuarto básico del país y entre sus principales conclusiones
destaca el hecho de que el consumo de drogas es más frecuente entre los
hombres que entre las mujeres y que la droga más consumida entre los
escolares es la marihuana. Uno de cada seis estudiantes a nivel nacional
ha consumido algún tipo de droga ilícita por lo menos una vez en la vida.
Uno de cada veinte estudiantes a nivel nacional ha consumido marihuana
en el último mes, 0,6% de los encuestados admitió haber consumido
cocaína y 0,9%, pasta base en ese período, lo que demuestra un consumo
importante por parte de los escolares de este tipo de drogas. Los estudiantes generalmente inician el consumo de drogas ilícitas a la edad de
15 años y la tasa de ex-consumidores de drogas es bastante baja, lo que
significa que es frecuente que los escolares no abandonen el uso de estas
sustancias una vez que comienzan a consumirlas.
También se analiza información respecto de una serie de factores
de riesgo y factores protectores que ayudarían a los estudiantes a
protegerse de las drogas. Entre los factores de riesgo en los escolares,
destacan conductas agresivas y pares o amigos con problemas; entre los
protectores se percibe a la familia como un gran factor protector.
Respecto del consumo de drogas en el país en general, otro estudio
del CONACE, efectuado en 1996, demostró que uno de cada ocho chilenos
entre 12 y 64 años ha probado drogas ilícitas alguna vez en la vida. El
grupo de mayor consumo, corresponde a las personas entre 19 y 34 años
con una prevalencia de vida algo superior al 20% 2 . La droga más
consumida a nivel nacional es la marihuana con una prevalencia de vida
cercana al 13%, seguida por la cocaína (2,4%) y la pasta base (2,0%). El
consumo en el último mes que representa los casos de consumo más
frecuente alcanzó al 2% de los encuestados, siendo 3,4% de ellos hombres
y sólo un 0,8% mujeres. Los datos también muestran que el consumo
total de drogas ilícitas se esparce por toda la escala social, siendo superior
en los estratos más altos. Debe tenerse presente, sin embargo, que este
tipo de drogas son aquellas de mayor costo, existiendo otras sustancias
como los solventes volátiles que no son ilícitos, que presentan una
prevalencia de vida menor (0,73%) a la de las drogas ilegales en general,
pero que son más consumidos en los estratos socioeconómicos de menores ingresos (2,4%).
Dado que la prevención es el área de enfoque de este informe, es
interesante constatar algunas características de los consumidores que
pueden ayudar a diseñar mejores programas preventivos y que se extraen
de la información presentada. Entre ellos, la edad promedio en que los
jóvenes inician el consumo es de 15 años, por lo cual se recomienda
iniciar los programas preventivos mucho antes de esa edad, esto es entre
los 8 y 10 años. El consumo de drogas afecta en mayor proporción a
personas de edades intermedias y aumenta a medida que se asciende en
la escala social. Ello constituye otro aspecto importante de tener en cuenta
en las estrategias preventivas. Por otra parte, se encontró que las personas de mayor riesgo de caer en el consumo de droga, son aquellas que no
trabajan ni estudian, que viven en ciudades grandes, con bajo o mediano
grado de satisfacción familiar y con una situación distinta a estar casados.
A diferencia de los Estados Unidos y otros países desarrollados,
Chile no tiene una historia de acción organizada contra las drogas. A
igual que en la mayoría de los países, el problema de la droga ha sido
abordado a través de tres áreas principales: represión, prevención y
rehabilitación. Sin embargo, la mayor parte de los fondos se han destinado
a la represión con un gran costo para el gobierno, ya que no se han visto
resultados importantes. El área de la prevención no ha sido
suficientemente desarrollada, al menos desde el punto de vista de las
acciones gubernamentales, y hoy en día tenemos que la mayor parte de
las organizaciones que efectúan programas preventivos son de carácter
no-gubernamental. Estas organizaciones desarrollan programas que han
ido surgiendo con el fin de dar respuesta a necesidades en relación al
tema de la droga de las comunidades donde se insertan.
Prevención versus represión es el gran dilema que se enfrenta
actualmente. Desde un punto de vista agregado, los recursos públicos
que se destinan a la represión y el combate contra el crimen derivado de
la droga son, en nuestro país, mucho mayores que aquellos destinados a
la prevención o tratamiento cuya rentabilidad social resulta mucho mayor.
¿Por qué debe darse más énfasis a la prevención? Algunos
argumentos de respuesta se plantean a continuación.
Primero, la prevención es fundamental, ya que el consumo produce adicción 'que es irreversible y por lo tanto genera un problema de
salud y social para toda la vida.
Segundo, la prevención permite que las personas estén mejor
informadas sobre los efectos dañinos de las drogas que son irreversibles, ayudándolas así a evaluar los riesgos y consecuencias que su uso
implica. La prevención a través de la entrega de información técnica de
los daños de la droga en el cerebro de las personas puede constituir un
freno efectivo al consumo de dichas sustancias.
Tercero, el costo de abordar la prevención es menor que el costo
actual de las acciones de represión. La prevención también permite que
la comunidad juegue un papel activo en los esfuerzos contra las drogas y
no deje toda la responsabilidad en manos del Estado.
Luego el informe presenta una breve reseña de los principales
programas de prevención efectuados en Chile, tanto por organismos públicos, como por organismos no gubernamentales, destacando la gran
cantidad de organizaciones privadas que en nuestro país han abordado
el tema de la prevención. Se incluyen en la última sección del estudio
algunos antecedentes relacionados con los programas de prevención de
Estados Unidos, país que lleva largos años de lucha contra el consumo
de estupefacientes.
I. CONSUMO DE DROGAS EN LA JUVENTUD CHILENA
Los primeros antecedentes a nivel nacional relacionados con el
consumo de drogas fueron dados a conocer en el "Primer Informe de
Consumo de Alcohol, Tabaco y Drogas en Escolares del País", publicado en 1995, y fue el producto de un esfuerzo mancomunado entre el
CONACE (3), la Fundación Paz Ciudadana, UNICEF, Ministerio de Educación
y el Ministerio de Salud. El objetivo del estudio fue demostrar la magnitud
del consumo de alcohol, tabaco y drogas entre la población estudiantil y
los factores de riesgo relacionados con su consumo. El estudio se realizó
en forma de una encuesta entregada a estudiantes de octavo básico a
cuarto medio en colegios particulares pagados, particulares
subvencionados y municipalizados a lo largo del país. Los estudiantes
encuestados constituyen una muestra representativa que alcanza a
839.038 estudiantes de todo el país. La definición de droga utilizada en
el estudio fue la siguiente:. "cualquier sustancia consumida sin fines
terapéuticos y que produce modificaciones en el estado físico o mental".
Para los propósitos de este informe, se muestran aquellos antecedentes
relacionados con el consumo de las principales drogas ilícitas o ilegales
de mayor consumo tales como marihuana, cocaína y sus derivados. En
el caso de la información referente a cocaína total se incluye en una
categoría el uso de clorhidrato de cocaína, crack y pasta base.
El estudio proporcionó tres indicadores básicos:
a) Prevalencia de vida: corresponde al consumo de drogas alguna
vez en la vida.
b) Prevalencia de consumo en el último año: corresponde al consumo
de drogas durante el último año.
c) Prevalencia de consumo en el último mes: corresponde al consumo de drogas durante el último mes.
A continuación, la serie de cuadros indica algunos de los principales
resultados del estudio y las conclusiones generales derivadas de éstos.
Entre
l as
principales
conclusiones de la información que
entregó el estudio algunas de las
más relevantes son:
1) El consumo de drogas es mayor
entre los hombres que entre las
mujeres para cada una de las tres
drogas de consumo más frecuente
en Chile.
2) La droga de mayor consumo entre
los escolares es la marihuana.
3) 1 de cada 6 estudiantes a nivel
nacional y 1 de cada 4 en la Región
Metropolitana ha consumido algún
tipo de droga por lo menos una vez
en la vida.
'
CONACE: Consejo
Nacional para el Control
de Estupefacientes.
4) 1 de cada 20 estudiantes a nivel nacional y 1 de cada 12 en la Región Metropolitana ha consumido cocaína o sus derivados
por lo menos una vez en la vida.
5) 1 de cada 20 estudiantes a nivel nacional
y 1 de cada 13 de la Región Metropolitana
ha consumido marihuana en el último mes.
6) 0,6% de los estudiantes encuestados admitieron haber consumido cocaína y 0,9%,
pasta base durante el último mes. Esto
demuestra un consumo importante de pasta
base o cocaína entre los escolares.
7) Los estudiantes generalmente inician el
consumo de drogas a la edad de 15 años.
8) La tasa de ex-consumidores de drogas es
bastante baja, lo que significa que es
frecuente que los escolares no abandonen el uso de estas sustancias una
vez que comienzan a consumirlas. Esta conclusión se puede ratificar en
el Cuadro N°3 donde se observa un consumo total según cursos ascendente a contar de octavo básico, tanto a nivel nacional, como en la Región Metropolitana. La tasa de ex consumo estimada en el estudio resultó de 4,3% en la marihuana, 1,8% en pasta base y 1,1 % en cocaína.
9) Respecto del consumo de pasta base y cocaína, la mayor frecuencia
se da en los alumnos de 3° y 4° medio. Esta frecuencia es bastante superior en los alumnos de la Región Metropolitana si se compara con el
promedio nacional.
La
frecuencia
de
consumo según tipo de
establecimiento se muestra en
el Cuadro N° 4 donde es
posible concluir lo siguiente:
1) A nivel nacional, el consumo
de marihuana es mayor en los
colegios particulares pagados,
seguido por los colegios
particulares subvencionados y
municipalizados donde el
consumo desciende.
2) A nivel nacional, la pasta
base es consumida con más
frecuencia en los colegios
municipalizados y la cocaína en los colegios particulares pagados.
3) En la Región Metropolitana se mantiene la tendencia anterior con excepción de alumnos de colegios particulares subvencionados que pre-
sentan una mayor frecuencia de consumo en
pasta base y cocaína.
Además de los resultados que revelan
tendencias
en
el
consumo de drogas para
la población estudiantil,
el estudio del CONACE
identificó una serie de
factores de
riesgo y
factores protectores que
estarían asociados a
dicho consumo y que
pueden ser modificables
mediante
acciones
individuales o grupales.
Los factores de riesgo
revelan que existe una
relación entre el consumo de drogas y actitudes agresivas, tales como
herir a los animales, fastidiar a los demás o causar daño o destrucción a
la propiedad ajena, entre otros. El tratamiento contra estas actitudes
podría servir como factor protector contra el futuro consumo de drogas.
Otro factor de riesgo asociado con un aumento en el consumo de estas
sustancias son los pares o amigos con problemas y dificultades escolares. Los traumas emocionales -tristeza, miedo, preocupación, nerviosismo-, también pueden ser considerados factores de riesgo.
Por otro lado, también se identificó una serie de factores protectores que protegen a los estudiantes del riesgo de las drogas. El estudio
observó que el uso de marihuana, pasta base y cocaína disminuye en
cuanto los estudiantes perciben una mayor preocupación de parte de
sus padres. La familia es un factor protector. Si los estudiantes perciben
la droga como una sustancia dañina o participan en programas de
prevención también se observa una disminución del consumo.
II. CONSUMO DE DROGAS EN EL PAÍS EN GENERAL
En 1996 fue publicado otro estudio del CONACE, esta vez para
identificar la magnitud del problema del consumo de drogas a nivel del
país. El Estudio Nacional de Consumo de Drogas: Informe Final 1996"
reveló la prevalencia de las tres principales drogas ilícitas consumidas
en el país: marihuana, pasta base y cocaína. Al comparar el uso de estas
tres drogas a nivel regional y nacional se demostró la magnitud del
consumo y su distribución geográfica. También se analizó la relación
entre el consumo de drogas y una serie de variables sociodemográficas,
características familiares, el medio social inmediato y otras variables. La
información fue recopilada a través de una encuesta basada en una
muestra representativa distribuida a personas entre los 12 y 64 años en
todas las regiones del país. Las 8.271 personas encuestadas representaron
a 6.186.528 de ciudadanos chilenos de ambos sexos entre las edades de
12 y 64 años que viven en ciudades con una población que supera los
50.000 habitantes.
Los tres indicadores básicos que proporcionó este estudio son los siguientes:
a)
Prevalencia de vida: corresponde al consumo de drogas alguna
vez en la vida.
b)
Prevalencia de consumo en el último año: corresponde al consumo de drogas durante el último año.
c)
Prevalencia de consumo en el último mes: corresponde al consumo
de drogas durante el último mes.
Los Cuadros N° 5,
6, 7 y 8 muestran los principales resultados de la
encuesta respecto del consumo de drogas ilícitas
alguna vez en la vida.
1)
La prevalencia de
vida es de - 13,4% de la
población nacional representada en la muestra. Estas son las personas
entre 12 y 64 años de edad que han consumido por lo menos una de las
tres drogas principales alguna
vez en la vida. En otras palabras, por lo menos 1 de cada 8
chilenos entre 12 y 64 años de
edad ha probado una o más de
estas drogas.
2)
La proporción más alta de
consumidores corresponde a la
población masculina. 1 de cada
5 hombres ha consumido una
droga ilícita por lo menos una
vez en su vida versus 1 de cada
14 mujeres.
1)
La prevalencia de consumo en la vida alcanzó al 13,4% de los
encuestados.
2)
Existe una variación importante en el
consumo de las tres
principales
drogas,
según grupos de edad.
En efecto, en el grupo
entre 12-18 años, la
prevalencia en la vida
alcanza a un 9,4%, luego
aumenta en el grupo de
19-34 años a una cifra algo superior al 20%.
Después de los 35 años el consumo de drogas disminuye bastan3)
te, alcanzando a un 11,6% en el
grupo entre 35-44 años, y a un
29% en el último grupo entre 4564 años.
4)
Los datos también sugieren que los programas de prevención deben ser orientados hacia
el segmento más joven de la población encuestada, o sea aquellos entre 12 y 18 años e incluso
antes de esa edad para eliminar o
posponer el uso de las drogas.
Los datos demuestran que la marihuana es la droga de consumo
más frecuente en Chile, seguida en bastante menor proporción por la
cocaína y la pasta base.
Los datos del Cuadro
N°8 revelan que el consumo de
las tres drogas analizadas alguna vez en la vida, se esparce por
toda la escala social, siendo superior en los estratos más altos.
Otro indicador del estudio citado se refiere a la prevalencia de consumo en el último
año, la que resulta inferior a la
prevalencia de consumo en la
vida. De la información contenida en el Cuadro N°9, se puede desprender lo siguiente:
1)
4,5% de la población ha consumido una o más de las tres drogas
analizadas durante el último año,
observándose una prevalencia
cuatro veces mayor para la marihuana.
2)
La prevalencia en el último año también resulta superior
en los hombres que en las mujeres.
La prevalencia de consumo en el último mes es aún infenor a la prevalencia de consumo
en el último año y este indicador podría representar a aquellas personas
que son consumidores más frecuentes de droga.
Entre las principales conclusiones que se desprenden del Cuadro
N 2 10, se tiene que:
1)
Solamente 2 % de la población encuestada declaró haber usado
una de las tres principales drogas en el
último mes, siendo
un 3,4% de ellos
hombres y sólo un
0,8% mujeres.
mida por el 1,8% de los encuestados.
2)
Al igual que
en los indicadores de
prevalencia de vida y
prevalencia del último año, la droga
más consumida durante el último mes
es la marihuana la
que ha sido consu-
Aquellos antecedentes de la encuesta relacionados con el consumo regional de drogas ilegales fueron analizados, considerando las 5 zonas geográficas utilizadas en los levantamientos de los censos nacionales y se muestran en el Cuadro N° 11.
Respecto del consumo según zonas geográficas, el Norte Grande
que incluye las Regiones 1 y II, muestra un consumo de 3,5% en el
último año en las tres drogas consideradas. Las Regiones del Norte Chico y Metropolitana muestran la mayor prevalencia de consumo en el
último año (5,8% y 5%, respectivamente). Las zonas que muestran el
menor nivel de consumo corresponden a la zonas geográficas Sur y Austral Estas zonas presentan un consumo en el último año de 2,9% y
2,3%, respectivamente.
El estudio citado también aportó algunos antecedentes respecto de los solventes volátiles, generalmente
contenidos en pegamentos.
Esta información, es importante debido al grave daño en
la salud que implica el uso de
estas sustancias. Sin embargo, debe analizarse con cierta
reserva, ya que puede estar
sub-representada en la
muestra utilizada en el estudio (viviendas), afectando
principalmente a cierta población infantil de sectores marginales (en general niños abandonados y de la calle). Para esta sustan-
cia, se encontró una prevalencia de vida de 0,7%, siendo mayor en el
grupo de edad de 12 a 18 años donde este indicador alcanzó a un 1,2%.
En el Cuadro N° 12 se puede observar el uso de solventes volátiles según
nivel socioeconómico, constatándose una prevalencia bastante mayor en
los estratos más bajos (2,4%)
Otros indicadores analizados en el estudio revelaron una serie de
relaciones entre el consumo de drogas y ciertas variables sociales que
ayudan a identificar factores protectores y factores de riesgo. A continuación se reseñan las conclusiones más importante obtenidas.
1) Al considerar el estado civil, se observa que los mayores consumos de
las tres principales drogas ilegales ocurren en los casos de sujetos que
tienen una situación distinta a ser casados. El mayor consumo de drogas en el último año, que alcanza un 7,5%, se observa en los solteros y
solteras.
2) En los casados se observa el efecto protector que podría suponer la
existencia del cónyuge, ya que en ellos el consumo sólo alcanza al 1,8%
de los casos entrevistados, representando un consumo cuatro veces menor
al de los solteros.
3) Al considerar la situación ocupacional, se observa que el consumo en
el último año de cualquiera de las tres drogas principales es mayor en las
personas que no trabajan ni estudian (11,4%), seguido de aquellos que
trabajan a jornada parcial (8,0%), de los que tienen la condición de
estudiantes (8%) y de aquellos que trabajan en forma esporádica (6,5%).
4) Las personas que tienen una jornada completa o son dueñas de casa,
muestran los más bajos índices de consumo. Tanto el trabajo como las
actividades del hogar, muestran un efecto protector del consumo de
drogas, probablemente por lo que significa la presión positiva de los pares
en el caso de los trabajadores, así como la sanción social, y el rol formador
de otros miembros de la familia en el caso de la dueña de casa.
5) Al considerar el tamaño de la ciudad del entrevistado, se observa que
el consumo de cualquiera de las tres principales drogas ilegales es
proporcional al tamaño de las ciudades de donde provienen los
entrevistados. El consumo de drogas alcanzó un 5 % en las ciudades
grandes (mayores de 500.00,0 habitantes) y desciende a 3,2% en las ciudades medianas (entre 100.000 y 500.000 habitantes), para caer levemente a un 3,1% en las ciudades pequeñas (desde 50.000 a 99.999 habitantes). El consumo en las ciudades más grandes es 1,5 veces mayor que
en las ciudades más pequeñas.
6) Al considerar el grado de satisfacción familiar entre los consumidores
de droga en el último año, cabe señalar que entre aquellas personas que
tienen un grado de satisfacción familiar bajo y mediano se registra el
más alto uso de drogas ilegales.
7) Los datos indican que entre los que consumieron cualquiera de las
drogas ilegales consideradas, el 35,6% tiene o ha tenido algún familiar
que también ha consumido drogas.
CONCLUSIONES GENERALES SOBRE PROBLEMA DEL
III.
CONSUMO DE DROGAS EN CHILE
Las conclusiones del "Primer Informe de Consumo de Alcohol,
Tabaco y Drogas en Escolares del País" y el "Estudio Nacional de
Consumo de Drogas: Informe Final 1996" constituyen un paso importante para contar con mayores antecedentes respecto de la amenaza que
enfrenta Chile ante el consumo de droga. Los esfuerzos en materia de
prevención, rehabilitación y tratamiento se facilitan al identificar y conocer la edad en que los jóvenes inician el consumo, los factores de riesgo
relacionados con la droga, las drogas ilícitas de mayor consumo en el
país, el nivel socioeconómico de los consumidores y sus características
individuales.
Ya que la prevención es el área de enfoque en este informe, es
mportante
resaltar algunos resultados que debieran ser contemplados
i
en futuras iniciativas de prevención.
El consumo de drogas en Chile es más común entre los hombres
(tres veces mayor en el caso de cualquiera de las tres principales drogas).
Entre los estudiantes y la población entre 12 y 64 años de edad, la marihuana es la droga de mayor consumo, seguida por la cocaína y la pasta
base.
A nivel nacional y también en la Región Metropolitana, la edad
promedio en que los jóvenes inician el consumo es del5 años, mientras
que para la cocaína son los 16. El consumo de marihuana y pasta base
aumenta en forma significativa entre octavo básico y primero medio y
nuevamente entre segundo y tercero medio. El consumo de cocaína
aumenta entre primero y segundo medio y nuevamente entre tercero y
cuarto medio. Dados estos resultados, el estudio recomienda iniciar los
programas de prevención en los colegios por lo menos cinco años antes
de la edad de iniciación, o sea, entre los 8 y 10 años. Aunque muchos
programas de prevención gubernamentales se han iniciado en 7° y 8°
básico, es recomendable iniciarlos antes.
El consumo de drogas no es exclusivo de los jóvenes. El "Estudio
Nacional de Consumo de Drogas" muestra que hay un aumento en
consumo en la vida de un 9,4% entre el grupo de 12-18 años a un
porcentaje algo superior al 20% en el grupo de 19-34 años. En cuanto a
la relación del consumo de drogas y el nivel socioeconómico, cabe destacar
que el número de personas que consumen drogas aumenta a medida que
se asciende en la escala social. Este hecho desmiente la tendencia a
pensar que el problema droga es exclusivo de las clases sociales más
bajas y permite crear programas preventivos más acordes a la realidad
que se ha encontrado.
Al analizar la información según tipo de establecimiento
educacional; también se observa un mayor consumo de drogas en los
colegios particulares pagados que usualmente acogen a estudiantes de
familias con mejor nivel socioeconómico. Así, a nivel nacional, el consumo de marihuana y cocaína es mayor en los colegios particulares paga-
dos, seguido por los establecimientos particulares subvencionados y los
municipalizados. Con respecto a la pasta base, el uso de esta droga de
menor costo que la cocaína es más frecuente entre los estudiantes de
colegios municipalizados, seguido por los particulares subvencionados.
Esto estaría indicando que el costo de las distintas drogas es el que condiciona su consumo según los distintos estratos socioeconómicos.
Además de la información cuantitativa presentada, se identificó
en los estudios analizados una serie de factores de riesgo que podrían
facilitar el diseño de futuros programas de prevención. Estos factores
hacen recomendable tomar en cuenta que aquellos en mayor riesgo de
caer en el consumo son las personas con ciertas características específicas: personas que no trabajan ni estudian, personas que viven en ciudades grandes, personas con un bajo o mediano grado de satisfacción familiar, y personas con una situación distinta a estar casados, entre otros.
Entre los jóvenes destacan los amigos o pares con problemas. La familia
y las ocupaciones de jornada completa, por ejemplo, actúan como factores protectores. Se recomienda asimismo que los programas preventivos
no solamente incluyan a los estudiantes, sino motivar a los padres y
demás miembros de la comunidad a asumir un papel activo para que
estos programas sean exitosos.
IV.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN EN CHILE
A diferencia de los Estados Unidos y otros países desarrollados,
Chile no tiene una historia de acción organizada contra las drogas. A
igual que en la mayoría de los países, el problema de la droga ha sido
abordado a través de tres áreas principales: represión, prevención y
rehabilitación. Sin embargo, la mayor parte de los fondos se han destinado
a la represión con un gran costo para el gobierno, ya que no se han visto
resultados importantes. El área de la prevención no ha sido
suficientemente desarrollada, al menos desde el punto de vista de las
acciones gubernamentales, y hoy en día tenemos que la mayor parte de
las organizaciones que efectúan programas preventivos son de carácter
no-gubernamental. Estas organizaciones desarrollan programas que han
ido surgiendo con el fin de dar respuesta a necesidades en relación al
tema de la droga de las comunidades donde se insertan.
Prevención versus represión es el gran dilema que se enfrenta
actualmente. Desde un punto de vista agregado, los recursos públicos
que se destinan a la represión y el combate contra el crimen derivado de
la droga son, en nuestro país, mucho mayores que aquellos destinados a
la prevención o tratamiento cuya rentabilidad social resulta mucho mayor.
¿Por qué debe darse más énfasis a la prevención? Algunos
argumentos de respuesta se plantean a continuación.
Primero, la prevención es fundamental, ya que el consumo produce adicción que es irreversible y por lo tanto genera un problema de
salud y social para toda la vida.
Segundo, la prevención permite que las personas estén mejor
informadas sobre los efectos dañinos de las drogas que son irreversibles, ayudándolas así a evaluar los riesgos y consecuencias que su uso
implica. La prevención a través de la entrega de información técnica de
los daños de la droga en el cerebro de las personas puede constituir un
freno efectivo al consumo de dichas sustancias.
Tercero, el costo de abordar la prevención es menor que el costo
actual de las acciones de represión. La prevención también permite que
la comunidad juegue un papel activo en los esfuerzos contra las drogas y
no deje toda la responsabilidad en manos del Estado.
Finalmente, la prevención en el mundo está probando ser un
método más eficaz que la represión en la lucha contra el consumo de
drogas.
En Chile se han creado diferentes programas de prevención
efectuados por organismos públicos y privados. A continuación, se
presenta una breve descripción de los principales programas efectuados
por dichos organismos.
1.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN GUBERNAMENTALES
Los programas públicos de prevención datan en nuestro país de
largo tiempo. Hasta 1990 existía en la Intendencia Metropolitana una
comisión intersectorial encargada de coordinar acciones de prevención y
tratamiento con municipios y organismos que desarrollaban sus acciones
a nivel local. También los Ministerios de Educación y Salud, desarrollaban algunas acciones dentro de su ámbito ministerial. Posteriormente
en 1990 se creó el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes
( CONACE), dependiente del Ministerio del Interior, cuyo objetivo principal fue coordinar las actividades y esfuerzos de cada organismo
involucrado en el tema y elaborar una política nacional del control de
drogas y estupefacientes. Dentro de las áreas de acción del CONACE
también de abordó el tema de la prevención'.
CONACE
La tarea principal del CONACE es coordinar las actividades de
todos los organismos e instituciones públicas y privadas relacionados
con las drogas y contemplar todos los aspectos involucrados en el tráfico
y consumo. Actualmente el CONACE auspicia varios programas de
prevención en conjunto con los Ministerios de Educación, de Salud, del
Interior y el Instituto Nacional de la Juventud (INJ).
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
En conjunto con el Ministerio del Salud y el INJ, el Ministerio de
Educación desarrolló un programa en 1992 llamado "Programa de
Prevención del Consumo de Drogas y Alcohol en el Sistema Escolar" con
el propósito de desarrollar iniciativas de prevención primaria para
disminuir el consumo de drogas en los jóvenes. Los objetivos generales
del programa fueron:
1)
Capacitar monitores en materias relacionadas con el consumo de
drogas para que éstos promuevan un estilo de vida saludable y libre de
drogas entre los estudiantes.
2)
Desarrollar una campaña por los medios de difusión masivos para
así motivar a la comunidad a participar en los esfuerzos preventivos que
se están llevando a cabo.
3)
Reforzar la coordinación entre los organismos nacionales, regionales, locales y los organismos privados dedicados a la prevención.
El Ministerio de Educación también aporta fondos concursables a
los Proyectos Escolares de Prevención (PEP) que se efectúan a nivel de
las escuelas subvencionadas.
MINISTERIO DE SALUD
El Ministerio de Salud dirige una serie de programas de prevención,
tratamiento y rehabilitación a nivel local. Su programa más importante
es la "Red de Centros Comunitarios de Salud Mental". Este programa se
lleva a cabo en 25 establecimientos dentro de la Región Metropolitana y
en otras tres regiones, y cuenta con 200 profesionales del ámbito de la
salud mental y monitores vecinales. El programa pone énfasis en la
participación, acción local, coordinación de esfuerzos y educación comunal, como los principales contribuyentes al desarrollo integral de los individuos, familias y grupos sociales. Su objetivo es motivar a la comunidad a participar en:
1)
La identificación de sus principales problemas de salud mental y
los factores psico-sociales relacionados.
2)
cal.
El diseño, ejecución y evaluación de programas de prevención lo-
3)
El desarrollo de estrategias de prevención, tratamiento y rehabilitación para abordar los problemas más relevantes.
"Quiero mi vida sin Drogas..." es otro de los programas del
Ministerio de Salud. Consiste en diseñar estrategias de prevención
basadas en la intervención de algunos factores de riesgo relacionados
con el consumo de drogas. Se da atención especial a promover el desarrollo
psico-social del individuo, a enseñarle como manejar sus dificultades
emocionales, a tomar conciencia por su salud y a valorarse a sí mismo.
A las personas involucradas en el programa también se les enseña cómo
resistir las presiones de los medios de difusión masiva y de los pares,
mientras que refuerza las habilidades sociales y de liderazgo. Además de
capacitar a jóvenes entre 10 y 14 años como monitores, trata de motivar
a los padres y demás miembros de la comunidad a tomar parte de la
iniciativa. "Quiero mi vida sin Drogas..." se está llevando a cabo en 26
establecimientos de salud alrededor del país. Durante sus primeros dos
años, el programa benefició a unas 50.000 personas, entre ellas estudiantes, padres y profesores.
INSTITUTO NACIONAL DE LA JUVENTUD (INJ)
Junto con el "Programa de Acción Multisectorial para la Prevención de Drogas en la la Región" y con el Ministerio de Salud, el INJ ha
desarrollado un programa de prevención en esa región titulado "Capacitación para la prevención del Consumo de Drogas (PROCAP)". Los objetivos generales del programa son la creación o reforzamiento de redes
que trabajen en el desarrollo de estrategias innovadoras dentro del área de
prevención y tratamiento de consumo de drogas. Aunque el proyecto aspira a ser implementado en todo el país, se ha limitado a las siguientes regiones: I (Anca e Iquique por separado), III, IV y la Región Metropolitana.
Además del PROCAP, el INJ auspicia varias actividades orientadas
hacia los jóvenes y mantiene un Centro de Información para la Juventud
que se encarga de distribuir información acerca de las drogas y sus efectos dañinos e iniciativas para actividades preventivas.
MINISTERIO SECRETARÍA GENERAL DE GOBIERNO
La División de Organizaciones Sociales (DOS) del Ministerio
Secretaría General de Gobierno, a través del Departamento de Desarrollo
Social y Comunitario, el CONACE y la Universidad de Chile, desarrollaron
un programa piloto entre marzo y diciembre de 1995 llamado "Prevención
a Nivel Comunitario del Consumo de Drogas." El programa fue
implementado simultáneamente en tres comunas del área metropolitana:
Cerro Navia, Conchalí y Peñalolén.
A continuación y a modo de ejemplo se muestra un resumen del
programa efectuado en la comuna de Peñalolén. La prevención en
Peñalolén se está abordando desde cuatro principales canales:
1)
Enfoque municipal: se llevó a cabo el primer y segundo encuentro
de Salud Mental Comunal en noviembre de 1994, donde surgieron ideas
para acción futura: la formación de monitores en colegios y unidades
vecinales; capacitación de profesores y líderes comunitarios; charlas en
colegios y unidades vecinales, actividades de difusión, información, etc.
2)
Enfoque local: Esta comisión difunde sus actividades, incentivando
la participación de los vecinos y uniéndose con instituciones de salud.
3)
4)
Redes sociales abiertas a la prevención
Red Comunal de Salud Mental: esta red fue convocada por la
municipalidad a través de su Dirección de Desarrollo Comunitario.
Red Salud Comunitaria: enfatiza lo comunitario, las ideas de participación y actividad local.
La Red Joven: tiene como objetivo capacitar líderes juveniles para
que ayuden a mejorar la calidad de vida de la comunidad.
Programas, Proyectos y Acciones Institucionales
• Carabineros: charlas en colegios de la comuna a alumnos de 7 y 8
básico y de enseñanza media; videos, cartillas informativas.
• Consultorio Carol Urzúa, Consultorio San Luis, Consultorio
La Faena: mejorar el acceso a jóvenes al sistema de atención de
salud y calidad de la misma. Educación en la comunidad, detección
de factores de riesgo, trabajo comunitario.
• Corporación Cultural: forma la Red Joven de Peñalolén; se dedica a la formación y capacitación de líderes juveniles.
COMISIÓN ANTI-DROGAS DE LA COMUNA DE LAS CONDES
En el año 1996, la comuna de Las Condes optó por destinar $150
millones para programas de prevención de drogas. Nunca antes la comuna
había respondido con tanto interés al problema de las drogas. A pesar de
que hace tres años la municipalidad había implementado programas de
salud escolar, se vio una necesidad de iniciar programas de prevención
dentro de los colegios municipalizados. Por medio de encuestas dirigidas
a jóvenes, padres, apoderados, profesores y otros miembros de la comuna,
se comenzó a tomar conciencia del problema dentro de la comuna. Con
los fondos asignados, la Comisión se movilizó ante las demandas de los
miembros de la comuna. La estrategia que adoptó la municipalidad se
dividió en tres áreas: tratamiento y rehabilitación, prevención y represión.
Después de estudiar la estrategia, se decidió destinar todos los fondos al
área de prevención y difusión.
El Plan de Trabajo consistió en intervenir directamente en los
colegios municipalizados, abarcando estudiantes entre 6 y 12 años, crear
una red de trabajo con todos los colegios e incentivar la intervención por
parte de la Iglesia y las universidades. Al iniciar el programa, fueron
destinados a fondos concursables solamente $50 millones. Sin embargo, en el año 1997 se modificó el programa y todos los recursos se asignaron a través de fondos concursables, ya que esto demostró ser más
efectivo. De esta manera, cada colegio interesado en adoptar un programa preventivo, diseñó su propia estrategia, tomando en cuenta sus necesidades y características particulares. Los programas son muy diversos y abarcan distintos temas. Existen proyectos que enseñan a los
jóvenes a usar su tiempo libre de una forma productiva, proyectos para
niños con déficit atencional, proyectos de capacitación de padres y estudiantes, y obras de teatro que recorren las organizaciones. Además de
estos proyectos, la Municipalidad adoptó el proyecto "Mírame" iniciado
por la Universidad Católica para ser puesto en práctica en los colegios, el
cual tiene como propósito lograr un desarrollo integral en el estudiante.
Además de los programas preventivos, la comuna auspicia dos proyectos
de investigación para así conocer en forma más profunda la realidad
comunal relacionada con el consumo de drogas.
En términos de evaluación, la municipalidad no ha tomado medidas
para evaluar los proyectos implementados de una forma sistemática. Sin
embargo, se ha hecho una evaluación de procesos que consiste en medir
la cobertura, aceptación y buena gestión de los proyectos.
2.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN PRIVADOS
ESTUDIOS ANCORA
Estudios Ancora prepara manuales de prevención contra el consumo de drogas titulados "Programa Poblacional Prevención de la Drogadicción." Los manuales, que son diseñados para profesores, padres,
monitores y estudiantes, presentan un programa de prevención primaria enfocado hacia los jóvenes que viven en sectores urbanos y rurales
de alto riesgo. El programa consiste en ayudar a los jóvenes a desarrollar su auto-estima y habilidades sociales, enseñándoles a rechazar las
drogas, a usar su tiempo libre en forma productiva y a expresar sus
emociones. Otro de los objetivos del programa es movilizar a los miembros de la familia y a la comunidad en general en un esfuerzo mancomunado para combatir el consumo de drogas en su comuna.
El programa de Ancora es estandarizado y puede ser aplicado
fácilmente en cualquier colegio. El programa consiste en capacitar a
monitores entre 15 y 22 años de edad en materia de prevención para que
guíen a grupos de estudiantes de menor edad (entre 8 y 12 años) en
talleres y actividades comunales.
PROGRAMA DE ATENCIÓN PARA DROGADICTOS "CALETA SUR"
"Caleta Sur" es una organización sin fines de lucro que desde 1982
se ha dedicado a prevenir el consumo de drogas entre los jóvenes en más
riesgo por medio de un modelo de intervención comunitaria. El programa
trabaja en comunas del sector sur de Santiago, especialmente en aquellas
poblaciones que presentan un grado más elevado de riesgo, dada su
pobreza y demás problemas sociales. En 1993, había 2.170 personas
involucradas que vivían en las comunas de La Pintana, San Joaquín y Lo
Espejo.
FUNDACIÓN CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL HOMBRE-CREDHO
CREDHO es una organización sin fines de lucro dedicada a la
prevención y rehabilitación de drogas. Con respecto a la rehabilitación,
CREDHO educa y capacita a drogadictos que voluntariamente aceptan
someterse a tratamiento. Con respecto a la prevención, se dedica
principalmente a la difusión de información sobre los efectos dañinos de
la droga entre estudiantes y otros grupos sociales.
CENTROS ABIERTOS DEL HOGAR DE CRISTO
Existen siete centros abiertos a los cuales asisten 1.200 niños de
800 familias en comunas de la Región Metropolitanta que se consideran
de alto riesgo, como lo son: La Granja, Conchalí, La Pintana y Renca.
OTRAS INSTITUCIONES
Programa Centro Pastoral San Roque-Holy Cross, Peñalolén.
Programa de Salud Mental en Comunidades Cristianas.
Centro de Investigaciones y Acción Social Poblacional.
Albergues juveniles del Hogar de Cristo y Centros de Capacitación,
INFOCAP.
Hogar San Francisco de Asís
Comunidad Terapéutica Santa Ana
Centro CREHAD
ConoSur
Caleta Norte
Proyecto Ser
Niños para Cristo
Casona de los jóvenes
Grada
Sie Belén
3.
Casa Azul
Opción
Vicaría Pastoral Social
Comedor Ahinco
Casa de Acogida La Esperanza (Sector Sur, Región Metropolitana)
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN REGIONALES
I ° REGIÓN
Las regiones del país enfrentadas con el problema de la droga
también han tomado medidas preventivas. La más importante de ellas
corresponde a la iniciativa de la l a Región, una de las más afectadas por
su posición fronteriza con Bolivia y Perú. El gobierno y organismos
privados han iniciado una serie de programas similares a aquellos ya
descritos para prevenir la infiltración de drogas ilícitas. La Secretaría
Ministerial de Educación ha diseñado la Política Regional de Prevención
de Consumo de Drogas en el Sistema Escolar en la la Región para así
colaborar con los esfuerzos de la policía. Esta iniciativa defiende la
educación como la herramienta más eficaz para combatir la droga y a la
vez busca integrar a los demás organismos públicos y privados, a la familia
y la comunidad, para que juntos desarrollen un movimiento sistemático
contra las drogas. La la Región también estableció el Programa de Fomento y Desarrollo de Estrategias de Prevención en el uso de Psicotrópicos
(FODEP). Universidades, centros culturales y juntas vecinales participan
en este programa que tiene como objetivo ayudar a la comunidad a encontrar su propia respuesta ante la droga, basada en sus necesidades y características. "Acción Comunal de Iquique" es otro proyecto dedicado a educar
a adolescentes pertenecientes a pandillas callejeras. Otros grupos vecinales han preferido dirigir programas que enseñan a los jóvenes a utilizar su
tiempo libre en actividades culturales, como lo son el folklore y el baile.
VI REGIÓN
La VI Región creó el "Proyecto de Desarrollo Personal para prevenir
el consumo de drogas y alcohol en jóvenes de establecimientos de
Enseñanza Media de la VI Región". 33 colegios de Enseñanza Media se
comprometieron a participar en este proyecto que tiene como objetivos: contribuir a la calidad de vida de los jóvenes por medio del desarrollo de estrategias preventivas y promover la comunicación y reflección acerca de la
drogadicción entre los padres, profesores y estudiantes. A fmales de 1993,
403 estudiantes, 33 profesores y 199 padres se habían favorecido de este
programa que recibió una respuesta muy favorable por parte de todos los
participantes, las autoridades locales y la comunidad en general.
4.
CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LOS
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN EN CHILE
Como se desprende de la información presentada, hay una cantidad importante de organizaciones gubernamentales y privadas dedicadas a la prevención de drogas en Chile. Sin embargo no se cuenta con
información respecto de algún método organizado para evaluar el éxito
que han tenido estos programas en cumplir sus objetivos de prevención
y rehabilitación. Es muy dificil aseverar entonces que la prevención esté
actualmente siendo una herramienta eficaz para combatir el consumo de
drogas ilícitas en el país. Algunas de las ONG's mencionadas
anteriormente se unieron para publicar un informe que explica su percepción acerca de las medidas que ha tomado el gobierno contra las
drogas. Reconocen y aprecian la creación del CONACE y parte de el
trabajo que ha logrado como son la "Política y Plan Nacional de Prevención
y Control de Drogas", a aprobación de la ley N° 19.366, la realización de
los estudios nacionales de consumo de drogas y los fondos brindados a
la policía en el área de represión'.
Uno de los obstáculos más importantes que enfrenta Chile en su
lucha contra las drogas es la falta de un método apropiado de evaluación
para juzgar el grado de éxito que tienen los programas preventivos, labor
que debería corresponder al CONACE. Sin las evaluaciones, se vuelve
casi imposible juzgar si un programa o iniciativa de prevención está teniendo efectos positivos o negativos dentro de un colegio o comunidad.
La tarea de implementar programas basados en manuales diseñados por
algunas de las instituciones mencionadas, se vuelve difícil ya que estos
pueden fácilmente quedar obsoletos ante las necesidades cambiantes de
los estudiantes, padres, colegios y la comunidad. Como ha sido
demostrado por investigadores en Estados Unidos, los programas
escolares y recreacionales que se pensaba eran métodos eficientes de
prevenir el consumo, pueden tener el efecto opuesto si no son
implementados y llevados a cabo en forma correcta 6 . Evaluaciones
apropiadas y rígidas de los programas preventivos son no solamente
necesarios, pero esenciales si Chile está verdaderamente comprometido
a proteger a su juventud del futuro consumo de drogas.
En un artículo titulado "Situación Actual del Consumo de Drogas
y su Prevención", el CONACE hizo una corta evaluación de las estrategia
preventivas que parecen tener los mejores resultados en Chile. De acuerdo
al artículo, la mayoría de los programas preventivos iniciados en Chile no
han sido exitosos en el cumplimiento de sus metas. Aquellos programas
que enfocan el desarrollo del auto-estima, la expresión de los sentimientos y el desarrollo integral de la persona, no han sido muy efectivos en
desmotivar el consumo de drogas ni disminuirlo. También se ha probado que los programas escolares que enseñan a los niños cómo resistir la
presión de las drogas son efectivos, pero que sus resultados desvanecen
al terminar el programa. Otro problema con la prevención es la falta de
participación de parte de la comunidad en la creación, implementación y
evaluación de los programas. Un obstáculo adicional ha sido el desaprovechamiento de las experiencias de ex-adictos, las cuales podrían ser
muy valiosas para un programa de prevención eficaz. De acuerdo al
artículo, la estrategia que podría tener un mayor grado de éxito hoy es el
uso de líderes naturales y redes sociales ya existentes en la comunidad.
Basado en estas observaciones, el artículo recomienda que en el futuro,
las iniciativas de prevención estén basadas en la comunidad y que los
expertos compartan su conocimiento con las organizaciones comunales,
los consumidores de droga, las ONG y con los vecinos en general'.
El "Estudio Nacional de Consumo de Drogas" contiene una sección donde los encuestados evalúan los esfuerzos preventivos que el go-
bierno ha realizado.
El cuadro N 2 13 resume la evaluación dada por los encuestados
acerca de los resultados de campañas preventivas llevadas acabo en sus
poblaciones o comunas y lugares
de trabajo o lugares de estudio.
La tabla muestra que menos de
la mitad de los encuestados
piensan que los resultados de las
campañas preventivas fueron
"buenas o muy buenas". 35,3%
de ellos respondieron que eran
"regular o más que regular", mientras que 19,7% de ellos respondieron
que los resultados de las campañas eran "muy malos, malos o deficientes."
Ante estos resultados, el estudio recomienda que se incremente la acción
preventiva8 .
V.
ALGUNOS ANTECEDENTES DE PROGRAMAS DE
PREVENCIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS
La controvertida historia de los Estados Unidos en la lucha contra
las drogas se presta como referencia al evaluar las estrategias preventivas
a ser adoptadas o rechazadas en los países, especialmente en aquellos
que se encuentran sumergidos en una problemática fuera de proporción.
Durante años, el gobierno federal y organismos privados han
implementado una serie de estrategias en las áreas de represión, rehabilitación y prevención sin tener un alto grado de éxito. Los críticos del
gobierno federal resaltan el hecho de que billones de dólares son gastados anualmente en la llamada "lucha contra las drogas" a pesar de que
ésta no ha producido resultados notables. En una serie de opinión publicada por la Heritage Foundation, por ejemplo, el autor critica los subsidios para los programas de rehabilitación de drogas. El autor señala
que el subsidio de $1.1 billones no se justifica, dado que la mayoría de
los programas de rehabilitación sólo consiguen reducir el consumo de
drogas en forma mínima y que la mayoría de los adictos que completan el
tratamiento vuelven a caer en el consumos.
El problema de las drogas en los Estados Unidos parece no tener
solución. Entre las estrategias y opciones que han sido evaluadas, se
encuentran los programas basados en la comunidad, los que muestran
tener mayor efectividad. Según la US Government Office of Technology
Assessment, "un nuevo cuerpo de investigación se está desarrollando en
torno a la prevención de consumo, abuso y dependencia de sustancias
en las cuatro principales actividades comunitaria: hogares y familias,
colegios y pares, lugares de trabajo, y lugares de recreación". Los
programas de prevención comunitarios han surgido por distintas razones.
Entre ellas se destacan los esfuerzos del gobierno por involucrar a toda
la ciudadanía en la lucha contra las drogas, las iniciativas de juntas
vecinales y educadores preocupados por la infiltración de las drogas en
sus comunidades y escuelas, y la participación de policías en programas
escolares y comunitarios.
El Secretario de Educación Estadounidense, Lauro F. Cavazos,
desarrolló un manual de prevención para los colegios que ha sido difundido en Estados Unidos y en otros países. Como parte de la estrategia
preventiva, el manual sugiere que los programas sean implementados en
los colegios a una edad temprana. Además, no solamente se debe involucrar a los estudiantes, sino que también a la comunidad entera: padres
de familia, los agentes de represión, grupos religiosos, fundaciones de
servicio social y los medios de difusión, entre otros.
En 1983, Darrell Gates, un policía de Los Angeles, creó el programa DARE (Drug Awareness and Resource Education), ya que sentía la
necesidad de que la policía cooperara con los colegios del distrito. El
propósito principal del programa, que ya se ha implementado en 50
estados y tres otros países, ha consistido en prevenir el abuso de drogas
entre adolescentes. DARE asiste a los jóvenes a la edad en que se
encuentran más vulnerables, o sea, antes de que hayan experimentado
con alcohol, tabaco y drogas. La meta de DARE es ayudar a los jóvenes
para que resistan a las presiones sociales que acompañan el uso de las
drogas y el alcohol. Existen varias claves para el éxito de DARE. Una de
ellas es que los programas de educación son enseñados por policías
quienes tienen experiencia directa con las consecuencias de las drogas.
También tiene que ver con el tipo de entrenamiento que estos policías
reciben. Antes de entrar a un salón de clases, reciben entrenamiento no
sólo respecto a la educación preventiva, sino también en manejo de estudiantes, técnicas de resistencia, mejoramiento de la auto-estima y la creación de sistemas de apoyo. Otra clave para el éxito de este programa es
que los policías trabajan junto con los estudiantes.
" Ibid., pg. 8
Hay un gran número de programas a nivel comunitario, cada uno
con características propias, ya que han sido creados sobre la base de las
necesidades de cada comunidad. No existe una sola fórmula para hacerlos
funcionar apropiadamente. Sin embargo, los investigadores han
identificado varias fallas en estos programas que deben ser remediadas.
Una de ellas es la falta de evaluaciones rigurosas de los programas
preventivos, especialmente en los colegios donde se implementan
programas estandarizados que no han sido diseñados para una comunidad en particular. Otra de las fallas es que las actividades recreativas
que se pensaba tenían además un uso preventivo, no son siempre una
herramienta eficaz. Aquellas actividades que no son lo suficientemente
motivadoras para los niños y jóvenes y que carecen de estructura y supervisión, pueden hasta aumentar el riesgo de futuro consumo de drogas' 1 . A pesar de que se ha hecho mucho más en Estados Unidos que en
Chile en materia de prevención, al igual que en Chile, no hay total claridad
sobre el tipo• de programa que daría los mejores resultados.
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Chile". 1986.
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