RESEÑA DEL PROYECTO DE LA COMISIÓN OFICIAL 185 § 106. FORMACIÓN Y VETO DE LAS LEYES. DE LA CONVOCATORIA DEL RECESO. Tenemos sobre el tapete otro de los fundamentales capítulos que, tomados una vez más de 1787 (§ 61), aclimatan luego con escasas variantes en nuestro constitucionalismo positivo (§§ 231 y 232). Todos los legisladores tienen iniciativa. Pasados dos días de presentado un proyecto, la Sala delibera si lo admite; pero no podrá discutirse hasta cuatro días después. La Sala puede aceptarlo, modificarlo o desecharlo, en cuyo caso no se propondrá hasta el período siguiente. Aprobado un proyecto se pasará copia a la otra Sala, seguirá un procedimiento semejante: silo rechaza no puede sentarse hasta el próximo período, y si lo aprueba se al Ejecutivo. El Directorio Ejecutivo debe aceptarlo o devolverlo dentro de diez días, dando en este caso las razones en que se funda. Si las dos terceras partes de la Sala insiste en la sanción, lo pasará a la otra, y si las dos terceras partes de ésta conviniere, se hará ley. Los votos serán por sí y por no, y se insertarán en el Diario. Si el Ejecutivo no devuelve en término el proyecto, se considerará aprobado (cap. XV del Proyecto). Las Salas pueden ser convocadas por sus presidentes en los plazos establecidos. Ellas se pueden emplazar, y en caso de discordancia, el Directorio decide. El Congreso se reunirá una vez al año y sus sesiones durarán tres meses. La mayoría de las Salas puede prorrogar las sesiones, y, en casos extraordinarios, el Directorio Ejecutivo también puede convocarlas (cap. XVI del Proyecto). § 107. EL PODER EJECUTIVO, SU COMPOSICIÓN Y ELECCIÓN. El régimen es complejo, de Triunvirato, Consejo de Estado y ministros. La organización triunviral era la vigente entonces en Buenos Aires y provenía de España. Había sido establecida 186 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL en el Río de la Plata por el Bando del 23 de setiembre y los reglamentos del 22 de octubre y 22 de noviembre de 1811 .(ver T. III, §§ 425 y s.). En cambio, el Consejo de Estado recién se crea el 26 de enero de 1814, al suprimirse el Triunvirato para implantar el Directorio unipersonal. El Poder Ejecutivo - establecía la Comisión Oficial -, reside en un Directorio compuesto de tres individuos, elegidos por seis años y amovibles por terceras partes cada dos. La Presidencia turna entre ellos cada dos años por orden de antigüedad. El Senado y la Cámara de Representantes reunidos, eligen en sesión secreta y por mayoría de votos los miembros del Directorio. Si no hubiese mayoria se hará nueva elección entre los más votados. El que siga en número de sufragios será suplente. Para ser miembro del Directorio Ejecutivo se requiere haber nacido en el Estado, ser residente por diecisiete años, con treinta y cinco de edad, y una renta sobre terrazgo que señalará el Congreso, o tener profesión militar o de letras, y, además, haber desempeñado sin nota, alguna magistratura. Ningún eclesiástico puede integrar el Directorio. Sus miembros tendrán una compensación proporcionada a su dignidad, y al decoro del Estado, a juicio del Congreso (cap. XVII del Proyecto). Ningún individuo del Directorio podrá salir fuera del territorio del Estado hasta pasado un año por lo menos de haber cesado en sus funciones, salvo en caso de comisiones del Estado, con consentimiento del Senado (cap. XVII, Adición). § 108. LAS FACULTADES DEL EJECUTIVO (s)1) Tiene el mando en jefe del Ejército, la Armada y las Milicias nacionales (§ 67). 2) Promulga las leyes. (s) Estas facultades del Ejecutivo provienen de todas las fuentes antes indicadas, incluso de los estátutos anteriores del Río de la ,Plata (T. II, §4339 y s.). RESEÑA DEL PROYECTO DE LA COMISIÓN OFICIAL 187 3) Nombra con consentimiento del Senado los miembros del Consejo de Estado, los embajadores, cónsules, jueces, fiscales y agentes de la Administración (§ 66). 4) Puede suspender la ejecución de algún castigo y perdonar ofensas contra el Estado (§ 68). 5) Forma los reglamentos y ordenanzas para la mejor administración y ejecución de leyes, que sólo podrá suspender el Senado por inconstitucionalidad. 6) Dirige las rentas. 7) Tiene la superintendencia de las fábricas de moneda. 8) Provee a la seguridad interior y defensa del Estado; distribuye sus fuerzas y les da dirección. 9) Recibe embajadores y ministros extranjeros. 10) Mantiene las relaciones exteriores, conduce las negociaciones y puede hacer estipulaciones preliminares con consentimiento del Senado. Firma y concluye tratados de paz, alianza, neutralidad, tregua, comercio, etc. Las declaraciones de guerra, y los tratados de paz, alianza y comercio, serán propuestos, discutidos, decretados y promulgados como leyes. 11) En circunstancias extraordinarias, convoca al Congreso o al Senado. 12) Decide las discordias entre las Salas sobre la de sus sesiones. 13) Puede proponer leyes; sus proyectos irán acompañados de una exposición y seguirán los trámites establecidos, pero no tendrán reconsideración. 14) En caso de invasión o sublevación, puede suspender la ley de seguridad individual, pero en el día convocará greso, y le dará cuenta; sin su aprobación, no podrá la medida. 15) Sus miembros son inviolables y no pueden ser removidos, sino por traición, malversación o violación constitucional. 16) Sólo la Cámara de Representantes tiene derecho de acusarles por estos delitos. 17) El Senado solamente puede juzgar si hay lugar o no 188 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL a acusación, pronunciándose sobre su culpabilidad (cap. del Proyecto). 109. EL CONSEJO DE ESTADO. Habrá un Consejo de Estado, compuesto de diez individuos de orden, ilustración y mérito, uno por cada Provincia, que serán nombrados por el Cuerpo Legislativo de la lista nacional de elegibles; dos serán eclesiásticos, tres militares y cinco ciudadanos. El Directorio oirá su dictamen en todos los asuntos graves de gobierno y en los proyectos de leyes. También lo oirá para suspender los generales, los secretarios de Estádo, los gobernadores de Provincia y los empleados superiores; así como para proveer judicaturas o dar dirección a la fuerza armada. El Consejo presentará candidatos a los obispados y prebendas eclesiásticas. Llevará un libro de consultas y resoluciones que firmarán sus miembros, pudiendo asentar sus votos; y se presentará al Senado cuando lo pida. E1 Consejo se renovará por quintas partes cada dos Los consejeros pueden ser acusados ante la Sala de Representantes, y suspendidos por el Ejecutivo dando cuenta al El Consejo formará su reglamento, y sus miembros pueden reelegidos (cap. XIX del Proyecto). § 110. LOS SECRETARIOS O MINISTROS. Habrá cuatro secretarios de Estado y del despacho sal, a saber: de Gobierno, de Guerra, de Hacienda y del rior. Su nombramiento lo hará el Poder Ejecutivo. El formará un reglamento que determine los negocios de cada y lo presentará al Congreso. Todos los decretos y órdenes del Poder Ejecutivo; sean obedecidos, deben ir firmados por los secretarios Los secretarios son responsables de los decretos, órdenes reglamentos que autoricen contra la Constitución y las leyes. RESEÑA DEL PROYECTO DE LA COMISIÓN OFICIAL 189 Formarán los presupuestos anuales de gastos de cada ramo, y rendirán las cuentas de su inversión. Son jefes superiores de los empleados en sus respectivos departamentos. Serán obligados a informar al Ejecutivo de todas las variaciones que convengan para la mejor administración (cap. XX) (r°). Este capítulo reviste extraordinaria importancia exegética, pues el régimen de Ministerio ad-hoc caracteriza y distingue el sistema constitucional rioplatense (ver infra, cap. XXI). El Proyecto de la .Comisión Oficial es el primero que define este instituto con los caracteres que luego perduran, dándole tono propio a nuestro constitucionalismo. Estamos, pues, frente a un antecedente jurídico fundamental. El Tercer' Proyecto introducirá,después la clásica iaterpellation (§ 125). § 111. EL PODERJUDICIAL. Habrá una Corte Suprema de justicia para todo el Estado; un Tribunal Superior en cada Provincia; jueces letrados en los partidos y alcaldes en los pueblos. Los miembros de la Corte serán elegidos por el Congreso; los de los tribunales, los jueces y alcaldes, por el Ejecutivo a propuesta del Consejo de Estado. El Congreso formará los reglamentos. La Corte tendrá su residencia con el Gobierno, y sus facultades se extienden a dirimir las competencias de los tribunales de Provincia entre sí o con otras autoridades; a remover y sentenciar a los jueces; a imponer penas a los miembros del Ejecutivo y empleados superiores, después de removidos en virtud de acusación de la Cámara; a conocer de la nulidad de las sentencias de los tribunales, y hacer efectiva su responsabilidad; a representar al Congreso lo conveniente para cortar abusos, y promover la justicia con brevedad. (rs) Provienen estas disposiciones' de la Constitución (tít. III, cap. II, sec. IV), que las había tomado de ese año, y de principios de ascendencia inglesa proclamados la Revolución en 1789. Cádiz los recogió después (arts. luegó a estos proyectos rioplatenses con adecuadas variantes, a nuestro ulterior constitucionalismo positivo. 190 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Los tribunales de Provincia tienen facultad para conocer en segunda y última instancia en todos los negocios civiles contenciosos de su Provincia; para dirimir competencias de los juzgados; para formar proceso a los jueces y remitirlo a la Corte; para decidir de los recursos de fuerza de los tribunales eclesiásticos. Los jueces de Partido conocen en primera instancia en todos los negocios civiles de su distrito. Los alcaldes harán el oficio de jueces de paz, invitando a las partes a una composición amigable. También conocerán en demandas de poca entidad. Los "jueces criminales" aplicarán la ley después que los ciudadanos hayan sido declarados culpables por sus iguales. El proceso será público y se hará por jurados. El orden judicial es independiente, y será uniforme en todo el Estado. La facultad de juzgar y aplicar la ley pertenece exclusivamente a los jueces, según las formas establecidas. Deben hacerlo por el texto expreso de la ley, y toda interpretación o arbitrariedad es un crimen del que responderán. La justicia se administra a nombre de las Provincias Unidas. Los jueces permanecen en sus empleos mientras obren bien, y no pueden ser removidos sino por sentencia (r'). lli. DE LOS AYUNTAMIENTOS. En todas las ciudades, villas y cabezas de Partido con trescientos habitantes, habrá ayuntamientos, compuestos de alcaldes y regidores nombrados por el pueblo. La ley prescribirá la forma de elección. Los objetos de su institución son: velar sobre la,sanidad, (ii) La organización judicial, como la del Poder Legislativo, responde también a ascendencia norteamericana (4 56), pero ofreciendo diversos mentos propios, que combinan con otros de vieja usanza provenientes tradición española. RESEÑA DEL PROYECTO DE LA COMISIÓN OFICIAL 191 comodidad, abundancia, prosperidad y ornato de sobre la educación pública; sobre los establecimientos ficencia; y sobre la conservación del orden público, forma y con la extensión que prescriba la ley (cap. Proyecto). CAPíTULO XI RESEÑA DEL PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIOTICA SUMARIO: 4 113. Las Provincias Unidas y su asociación. 4 114. Los derechos del hombre y la religión. 4 115. De la ciudadanía. 4 116. Las asambleas primarias y electorales. 4 117. El Congreso y sus cámaras. 4 118. Las prerrogativas parlamentarias y sus limitaciones. 4 119. Los privilegios y el impeachment. 4 120. El Gobierno Ejecutivo; sus atribuciones y límites. 4 121. Las Provincias y sus municipalidades. 4 122, El Poder Judicial. 4 123. La seguridad individual y la libertad de imprenta. 113. LAS PROVINCIAS UNIDAS Y SU ASOCIACIóN. El proyecto de Carta constitucional de la Sociedad Patriótica, carece de la importancia exegética que reviste el de la Comisión Oficial. La mayor parte de sus disposiciones fundamentales, en efecto, tienen carácter atípico. Consagra también el bicameralismo, pero confiere la iniciativa parlamentaria a la Cámara de Representantes, otorgando al Senado la simple facultad de veto. Introduce por primera vez en el Río de la Plata el Poder Ejecutivo unipersonal o presidencial; pero, paralelamente confiere al Senado funciones ilegitimas de Consejo de Estado, con intervención y sufragio en todos los negocios graves de gobierno, debiendo ser llamado a las deliberaciones más arduas. Al veto legislativo del Senado se suma así, un verdadero poder de veto administrativo. Estas fallas~técnicas quedan compensadas en parte, con. su vigoroso espíritu centralizador, en torno a los diferentes poderes que integran el "Estado indivisible", y, en particular, a la potestad "tuitiva" del Senado. Establece, en efecto, que las Provincias de la América del Sur, unidas a las del Río de la Plata, se han congregado en un acto solemne de asociación general por medio de sus represen- . tantes. Sus decisiones son leyes que forman la Constitución, y deben guardarse por todas las entidades, clases e individuos. Ninguna mudanza puede hacerse sino es en otra asociación 194 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL solemne. El principio en que se fundan las leyes constitucionales es la libertad de las Provincias Unidas (cap. 19 del Proyecto). Las Provincias Unidas forman un Estado indivisible, cuyas bases fundamentales son las cuatro potestades a las que toca conservar firme y en pie el Edificio del Estado. Ellas son: una ejecutiva, una legislativa, una judicial y una tuitiva, confiadas a los tres supremos poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Estos poderes no pueden nunca ser ejercidos por una sola autoridad; el ejercicio de .cada uno debe ser independiente y estar en diversas manos (cap. 69). Los poderes Legislativo y Ejecutivo deben ser elegidos por los pueblos, y el judicial por la Legislatura. Los pueblos nombrarán electores (cap. 79). La potestad tuitiva - queda dicho - pertenece al Senado, que constituye en este proyecto un verdadero poder moderador entre el Congreso y el Ejecutivo. Carece de iniciativa parlamentaria, pero toma intervención forzosa en todos los proyectos aprobados por la Sala de Representantes; al propio tiempo, sin integrar el Ejecutivo, interviene igualmente en todos sus actos importantes a la manera de un Consejo de Estado. Encarna, pues, un órgano centralizador por excelencia, dentro de un Estado rigidamente unitario. 114. LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y LA RELIGIÓN. Los derechos del hombre - establece - son la vida, la honra, la libertad, la igualdad y la propiedad. El primero, de concepto uniforme, no necesita ser explicado; el segundo, resulta de la buena opinión. La libertad es la facultad de obrar cada uno a su arbitrio, sin violar las leyes, ni dañar derechos de otros. La igualdad consiste en que la ley, bien sea preceptiva, penal o aflictiva, es igual para todos. La propiedad es el derecho de gozar imperturbablemente de los bienes, rentas y productos. La seguridad es la garantía que el Estado concede a cada uno para que no se violen sus derechos. Todo hombre RESEÑA DEL PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIÓTICA 195 gozará de estos derechos sea americano o extranjero, ciudadano o.no (cap. 29) (ver § 124). La religíón católica es y será siempre la del Estado; pero ningún hombre será perseguido por sus opiniones en materia religiosa (cap. 39) ('). § 115. DE LA CIUDADANÍA. Las municipalidades llevarán registros de los ciudadanos. Todo hombre libre, nacido y residente en el territorio, es ciudadano desde que cumpla veinte años. Todo extranjero de más de veintinueve años, con cuatro de residencia, que sea propietario o tenga oficio o arte, gozará de sufragio activo en las asambleas, siempre que sepa leer y escribir, y después de diez años de residencia podrá ser elegido. Los que nacieren después de la Constitución no pueden ser ciudadanos si no saben leer y escribir (cap. 44). La ciudadanía se pierde por la naturalización en jero, o por aceptar pensiones o distinciones de nobleza Nación, y por la imposición de pena aflictiva o infamante. se suspende por el estado de deudor fallido; por acusación crimen que merezca pena corporal; por ser doméstico asalariado; por no tener propiedad u oficio y por el estado mencia (cap. 54) (ver § 101). § 116. LAS ASAMBLEAS PRIMARIAS Y ELECTORALES. Habrán asambleas primarias en los distritos, que elegirán electores (cap. 84). Estos electores forman la Asamblea Electoral de la Provincia, que se reunirá el 28 de noviembre, convocada pQr el Prefecto. Esta Asamblea elige los diputados, a razón de uno por cada quince mil almas, y dos senadores por Provincia. También votan por Presidente y Vicepresidente del Estado, sufragando (') Ver T. II, 44 292, 294 y 296, árts 3os. 196 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL los electores por dos personas, una de la Provincia y otra de afuera. Estos votos se remiten al Senado, donde se practica su escrutinio (cap. 99) (ver supra § 102, e infra §-126). § 11%. EL CONGRESO Y SUS CÁMARAS. El Congreso o Cuerpo Legislativo se compone de dos Cámaras; una de representantes y otra de senadores, y se reúne en la Capital, la que .verá siempre una ciudad que no tea cabeza de ninguna Provincia, y esté en un centro igualmente distante de los extremos del Estado, de donde pueda el Gobierno comunicar igualmente su acción a todas partes. En la Cámara de Representantes se dará principio a las mociones sobre las materias y negocios del Congreso. Después de su discusión y sanción, se enviarán al Senado, y aprobadas que sean, pasan al Ejecutivo; pero si el Senado objeciona dos veces el proyecto, no se le volverá a presentar en ese periodo. Elevado un proyecto al Poder Ejecutivo, dispone éste veinte días para observarlo y. suspenderlo, hasta .nuevo (cap. 10). La Cámara de Representantes debe reunirse el 25 de mayo de cada año, con la concurrencia minima de las dos terceras partes de sus individuos;, si así no lo hiciere, el Ejecutivo, de acuerdo con el Senado, tomará providencias. Ella se renovará cada dos -años y sus miembros tendrán veinticinco años por lo menos. Nombra su Presidente y secretarios de entre sus componentes; hace un reglamento para su economía interior, y puede corregir a sus miembros por lo defectos cometidos contra el orden económico. El Ejecutivo con acuérdo del Senado, tomará providencias para su reunión extraordinaria (cap. 13). El Senado se formará por la libre voluntad de los pueblos, y cada Provincia elegirá dos senadores a pluralidad de votos, en las mismas asambleas que eligen representantes. Los senadores han de tener treinta años. Su mandato será de seis años; pero cada bienio se mudará la tercera parte del Senado. RESEÑA DEL PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIÓTICA 197 Tendrá éste las mismas facultades que la otra Cámara para su economía interior; pero su Presidente nato será el Vicepresidente de la República. No mudará su lugar sin anuencia de la otra Sala (cap. 144). El Senado tiene el poder exclusivo de juzgar a los funcionarios públicos en los casos previstos en la Constitución; la sentencia requiere dos tercios de votos; y ella se limitará a su deposición e inhabilitación; para su castigo arreglado a las leyes, se hará acusación ante el Tribunal Supremo de justicia (cap. 159). El Senado debe también tener intervención y sufragio en los negocios graves del Gobierno, y ser llamado a las deliberaciones más arduas (art. 117). Se necesita su consentimiento para nombrar oficiales del Ejército y la Armada (art. 118). § 118. LAS PRERROGATIVAS PARLAMENTARIAS Y SUS LIMITACIONES. El Congreso tiene facultad privativa para hacer leyes generales, que se han de observar en todo el territorio; establece las contribuciones y derechos de Alcabala de cualquier género, aunque sean provinciales; arregla el pago de las deudas del Estado; toma préstamos sobre su crédito; mánda"acuñár monedas y arregla su valor, así como el de las pesas y medidas; establece leyes de bancarrota, de correos y caminos, de premios a inventores y autores; arregla el comercio con las naciones extranjeras y de unas Provincias con otras; constituye tribunales y judicaturas (art. 87). Tiene el derecho de guerra; el de ordenar represalias reglamentos de corsos; el de levantar y mantener ejércitos, término de dos años; el dé construir y equipar buques el de hacer ordenanzas marciales; el de convocar tropas dias cívicas, proveyéndo a su organización y armamento; ordenar el destino y acantonamiento de las fuerzas; y proveer a la defensa, incremento y prosperidad del Estado (arts. 88 y 89) (2). (2) En lo fundamental, coinciden estas facultades con las 198 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Ello no obstante, el Congreso no puede: hacer tributario particular o imponer derechos y alcabalas que no sean iguales y proporcionados a la población y el comercio del país; dictar leyes ni decretos de infamia con fuerza retroactiva; conceder títulos de nobleza (arts. 90 a 93). Las exportaciones no se gravarán con contribuciones perpetuas, sino accidentales; no se extraerá cantidad alguna del Erario que no esté determinada por leyes (art. 94). Ni el Congreso ni sus salas pueden delegar a sus miembros sus funciones constitucionales. Los legisladores recibirán del Tesoro una asignación proporcionada (arts. 96 y 97). Ningún Senador ni Representante podrá obtener durante el tiempo de su investidura otro empleo de la República; ni podrá ser elegido miembro de alguna Cámara quien tuviese empleo público (art. 98). Las sesiones del Congreso serán públicas, salvo cuando el interés del Estado exija lo contrario (art. 99). 119. Los PRIVILEGIOS Y EL IMPEACHMENT. Toda duda sobre el nombramiento de componentes de las Cámaras, debe resolverla la respectiva Sala (art. 119). Ningún miembro del Cuerpo Legislativo puede ser juzgado por las opiniones particulares que sostuviese por escrito o de palabras durante el ejercicio de sus funciones. Tampoco puede ser molestado en su marcha de ida y vuelta, ni podrá ser juzgado sino en la forma establecida por la Constitución (arts. 120 y 121). En caso de in fragauti delito, que por ley merezca capital o aflictiva, podrá ser detenido por cualquier en el acto será remitido a la Sala de Representantes examine las pruebas e instruya al Senado (art. 122). En los casos de traición u otros en que corresponda pena la Comisión Oficial (§ 105), cuyo origen norteamericano es incuestionable (§ 57, nota 13). Lo propio ocurre con el Tercer Proyecto (§ 129). RESEÑA DEL PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIÓTICA 199 corporal o aflictiva será juzgado por la Cámara de justicia, admitida la acusación por el Cuerpo Legislativo (art. Las acusaciones contra los legisladores deben dirigirse a la Sala de Representantes, ante la que comparecerá el acusado dentro de tres días, y será oído en sesión secreta. En caso de hacer lugar a la formación de causa, debe comparecer al Senado dentro de .dos días, y después de oírlo en sesión reservada, declarará si ha lugar o no a acusación, separándolo de su investidura y remitiéndolo al Tribunal de justicia (art. 124 a 126). El Presidente y el Vicepresidente serán juzgados casos por el mismo orden (art. 130). 120. EL GOBIERNO EJECUTIVO; SUS ATRIBUCIONES Y LÍMITES. El Poder Ejecutivo ha de nacer de la libre voluntad de los pueblos, y será investido por un solo individuo que se llamará Presidente, y durará en el ejercicio tres años. Su edad será de treinta y seis años arriba (arts. 131 a 133). Para ser nombrado Presidente debe verificarse una pluralidad a lo menos de la cuarta parte. En concurrencia de dos o más personas con igual número de sufragios, o en casos de dispersión de sufragios,, la Cámara de Representantes votará por alguno de los que hubiesen reunido más votos. Debe siempre nombrarse un Vicepresidente para suplir las vacantes por muerte o causa accidental. Su elección se hará, acto continuo, como la del Presidente. Presidirá el Senado; pero en caso de acusación contra el Presidente, lo hará el decano del Supremo Tribunal (cap. 17).. El Presidente será el comandante general del Ejército, la Armada y la fuerza cívica (art. 141). Tendrá facultad para suspender ejecuciones y conceder dón en los grandes acontecimientos, salvo en las acusaciones oficiales (art. 142). Con aviso y consentimiento de las dos terceras partes del Senado puede hacer la tregua, tratados de paz, de alianza y comercio con las naciones. Bajo la misma regla nombrará em- 200 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL bajadores y otros ministros públicos, los jefes y oficiales, cónsules y demás empleados (arts. 143 y 144). Puede convocar extraordinariamente al Congreso, y, ínterin, expedir con aviso y consentimiento del Senado, decretos que no permitan tardanza (art. 145). Recibirá embajadores y otros oficiales de naciones, cuidando de instruir al Senado de los motivos de su misión (árt. 146). Recogerá los derechos y alcabalas y pagará las deudas. Cuidará que las leyes sean fielmente ejecutadas (arts. 147 y 148). Informará al Congreso del estado en que se hallen las Provincias y de los medios a propósito para consolidar su unión (art. 150). Tendrá el Presidente un sueldo fijo que le asignará el Congreso, y no recibirá ningún otro emolumento o dádiva (art. 151). Decidirá las diferencias entre ambas Cámaras sobre su separación o permanencia en Congreso (art. 152). Pero el Gobierno Ejecutivo tiene sus limites: a pretexto de cumplir las leyes, no podrá conocer en materia judicial; y cuando deba arrestar ciudadanos, los pondrá el mismo día a disposición de los magistrados (arts. 153 y 154). El Presidente, el Vice y los demás funcionarios, renovados por acusación de cohecho, traición y otros señalados por ley (art. 155). El Presidente puede tomar el mando del Ejército en campaña con anuencia de dos tercios del Senado (art. 156). No puede ser reelegido hasta pasados seis años (art. 157). Sus secretarios no serán más de cuatro: de Estado, Guerra, Interior y Hacienda y durarán el tiempo de su buena conducta. La policía correrá a cargo del Ministro del Interior, bajo el reglamento que dicte el Congreso (arts. 158 y 159) (a). (a) Si la Comirión Oficial introduce los principios del régimen ministerial, que luego perduran, la Sociedad Patriótica hace lo propio can el Ejecutivo unipersonal, aún cuando atribuye al Senado funciones específicas de Consejo de Estado (4 129), apartándose así del sistema presidencial típico. Este sistema que pasa luego a las Cartas positivas, lo encontramos en su forma RESEÑA DEL PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIÓTICA 201 121: LAS PROVINCIAS Y SUS MUNICIPALIDADES. En todas las Provincias habrá un Prefecto que residirá en su capital, y tendrá la parte que le cabe en el gobierno parcial de su Provincia, debiendo cumplir todas la órdenes, que le comunique para tu ejecución el Presidente (arts. 160 y 161). Cuidará que la fuerza cívica esté organizada e instruida, y que los censos sean arreglados (art. 162). Será nombrado por el Presidente a propuesta Municipalidad de la cabeza de Provincia (art. 163). Nombrará prefecto-s subalternos con igual propuesta terna de la Municipalidad respectiva (art. 164). Los prefectos durarán dos años, pudiendo ser reelectos (art. 165). Los prefectos subalternos estarán sujetos al Provincia (art. 166). En las ciudades y villas cuyo distrito pase de dos mil almas, habrá municipalidades, que tendrán a su cargo los cometidos fijados en la Constitución y propondrán a la policía los establecimientos útiles ('). § 122. EL PODER JUDICIAL. El Supremo Poder de Justicia reside en nueve magistrados que se escogerán de los más provectos de todas las Provincias. Recibirán,una compensación del Erario, que no se disminuirá durante su magistratura (arts. 167 y 168). A1 Supremo Poder Judicial le corresponde juzgar lincuentes contra la Constitución; a los que delincan mares violando el derecho de las naciones; y a pura en las ltuóruccionzs orientales. La fórmula ministerial propuso Ellauri en la Constituyente uruguaya de 1830 (ver infra, (4) Las municipalidades se compondrán del Prefecto o Subprefecto, Irenarca, del Defensor de Pobres, del de Menores, y de tres en los pueblos, y de cinco en las cabezas de Provincia, los que dos por un año por el Prefecto o Subprefecto (arts. 208 y 209). 202 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL el territorio del Estado. Si fuesen funcionarios pasarán por el juicio primario del Senado. También, tomará conocimiento decisivo en los casos de competencia de unas Provincias con otras (art. 169). Extenderá su jurisdicción a todos los casos que procedan de tratados celebrados con las naciones; a los que se relacionen con sus embajadores y ministros extranjeros; y a los que ocurran entre una Provincia y otra. (art. 170). Cada Provincia tendrá en su cabeza una Sala de Apelaciones compuesta de cinco jueces, en la cual re acabarán los juicios (art. 177). Sus sesiones.serán públicas, pero los jueces deliberan en secreto y publicarán sus sentencias (art. 173). Los parientes no pueden ser miembros de un Tribunal (art. 174). Cada pueblo cuyo número de habitantes pase de cinco mil, tendrá dos jueces de primera instancia, y en los que no lleguen a ese número, habrá uno (art. 176). El juicio criminal se establecerá por jurado (art. 175). . Todos los jueces duran el tiempo, de su buena conducta, deben ser juristas y tendrán su competente asignación. Conocen en todos los asuntos civiles y criminales (arts. 171 y 178). En las ciudades habrá un Acusador o Irenarca (art. 180). El juicio por pesquisa queda abolido (art. 182). La acción de acusar delitos públicos, es popular; pero las acciones privadas no están bajo la autoridad de los magistrados (art. 184).. El juicio criminal en rebeldia, también, queda -abolido (art. 186). Los pobres tendrán un defensor en cada pueblo, y los menores otro. Sus oficios serán consejiles (arts. 187 y 188). § 123. LA SEGURIDAD INDIVIDUAL Y LA LIBERTAD DE IMPRENTA. Ningún ciudadano será desterrado o confinado a pretexto 'de medidas de precaución, sin pasar antes por el juicio de jurados. El funcionario o tribunal que ataque esta parte de la seguridad queda expuesto a las resultas (art..189). Ninguno puede ser arrestado sin semiplena prueba RESEÑA DEL PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIÓTICA 203 haber cometido delito. Este se hará constaren proceso, y se remitirá a los jueces inmediatamente (art. 190). Nadie será convencido de delito si no hubiese la ley (art. 192). La voluntad general expresada por la mayoría presentantes y senadores de los pueblos, constituye (art. 193). Nadie puede ser obligado a hacer lo obliga (art. 194). No habrá excepción en las causas les, y todos serán juzgados por sus iguales, salvo en campaña (art. 195). La correspondencia particular es inviolable (art. 197). Nadie sufrirá multas si no es por ley expresa (art. 198). Todo ciudadano debe estar seguro contra las requisiciones arbitrarias y apoderamientos injustos de sus papeles y efectos (art. 200). Ninguno 'será obligado a declarar contra si propio, ni será mortificado para que confiese (art. 201). Ningún arrestado estará incomunicado (art. 203). Toda medida inútil para la seguridad de su persona, es atentatoria (art. 204). La casa del ciudadano es un sagrado, cuya violación es un crimen, salvo en caso de resistencia al allanamiento del juez (art. 205). Todo hombre puede permanecer en el territorio o abandonarlo cuando guste (art. 207). Todo hombre puede publicar sus ideas libremente previa censura. El abuso de esta libertad es un su acusación corresponde a los interesados. El acusado juzgado por jurados. Los autores son responsables (arts. 210 a 213). CAPÍTULO XII RESEÑA DEL TERCER PROYECTO CONSTITUCIONAL DE 1813 SUMARIO: § 124. Declaración de derechos y deberes. § 125. Del Estado, su territorio, representación y culto. § 126. De las elecciones. § 127. El Cuerpo Legislativo, sus funciones y privilegios. § 128. De las prerrogativas de ambas salas. § 129. De sus facultades y prohibiciones. § 130. La formación de las leyes y el veto; la convocatoria y el receso. §131: El Poder Ejecutivo. § 132. Los secretarios o ministros. § 133: El. Poder judicial. § 134. Los ayuntamientos. § 135. Reforma de la Constitución y disposiciones generales. 124. DECLARACIÓN DE DERECHOS Y DEBERES. E1 Tercer Proyecto del 27 de enero de 1813, - hemos dicho -, armoniza y refunde los anteriores, optando por sus mejores soluciones (§ 83). Comienza con un preámbulo de once artículos que consagra los derechos y los deberes del hombre, perfeccionando el capítulo respectivo de la Sóciedad Patriótica (§ 114). No puede subsistir mucho tiempo una sociedad, - expresa en su encabezamiento -, si los individuos que la componen ignoran sus derechos y olvidan sus deberes. Convencidos de ello, los representantes de las Provincias Unidas proclaman los derechos del hombre en sociedad, antes de establecer el nuevo pacto que ha de ligar a lo pueblos. El hombre tiene derecho a la libertad civil, a la igualdad legal, a la seguridad individual y a la propiedad (Preámbulo art. 19). La libertad es la facultad de hacer lo que no daña a otro ni al cuerpo social; la igualdad consiste en que la ley obliga; protege y castiga igualmente a todos; la seguridad resulta del concurso de todos, para asegurar los derechos de cada uno; la propiedad es el derecho de disponer libremente de sus bienes, de su trabajo y de su industria (ibídem, art. 29) (ver § 114). 206 La de los lo que obliga GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL ley es la voluntad general expresada por la mayor ciudadanos o de sus representantes. Nadie puede la ley no prohibe, ni está obligado a lo que la (Ibíd. art. 3Q). Toda contribución se establece para utilidad común; debe repartirse igualmente entre todos en razón de sus tades (Ibíd. art. 4Q). Ningún individuo o reunión parcial de ciudadanos puede atribuirse la soberanía, ni ejercer autoridad alguna, ni desempeñar función pública, sino por representación legal (Ibfd. art. 5Q). Cada ciudadano tiene el derecho de concurrir directa directamente al nombramiento de sus representantes y funcionarios. Los empleos públicos no serán herencia dad de ninguna persona o familia (Ibíd. art. 64). Todo ciudadano tiene derecho a publicar libremente ideas, siendo responsable del abuso conforme a la ley (Ibid. art. 7Q). Toda persona tiene libertad para abandonar el territorio del Estado o fijar su residencia donde le acomode (Ibíd. art. 84). E1 ciudadano tiene la obligación de defender y servir a la sociedad (Ibid. art. 94). No es buen ciudadano el que no es buen padre, buen hijo, buen hermano, buen esposo (art. 10). No es hombre de bien el que no observa las leyes sincera y religiosamente (art. 11). 125. DEL ESTADO, SU TERRITORIO, REPRESENTACIóN Y CULTO. Las Provincias Unidas del Río de la Plata, constituyen un Estado libre e independiente (art. 19 del Proyecto). Su soberanía reside esencialmente en el pueblo, y el ejercicio de ella en sus inmediatos representantes (art. 24). El pueblo es la reunión de todos los hombres libres (art. 34) (ver supra § 100). El territorio del Estado comprende las Provincias de Buenos Aires, Paraguay, Córdoba, Salta, Potosí, Charcas, Cocha- RESEÑA DEL TERCER PROYECTO CONSTITUCIONAL 207 bamba, La Paz, Cuyo y Banda Oriental (cap. 24 del Proyecto) (t). La población es la base de la representación nacional. El derecho a expresar la voluntad general del pueblo corresponde sus representantes, elegidos en la forma que prescribe la Constitución (cap. 5p). La religión católica es la del Estado. El gobierno la protegerá y mantendrá; pero ningún individuo puede ser perseguido y molestado por sus opiniones religiosas, con tal que no altere el orden. Queda abolido el Tribunal de la Inquisición (cap. 44): § 126. DE LAS ELECCIONES. Cada dos años, los ciudadanos eligen un elector por cada quinientas personas, en asambleas originarias de parroquias. Los electores parroquiales forman las Asamblea de Partido, que eligen un elector de Provincia por cada cuatro mil almas; también eligen electores del Senador de la Provincia, a razón de uno por cada Partido (a.). Los nombrados por los partidos forman la Asamblea de Provincia que elige diputados a la Sala de Representantes, a razón de uno por cada veinticinco mil personas. Los diputados serán nacidos o avecindados en la Provincia, residentes en ella ni¡ año antes, y tendrán veinticinco años de edad y siete de ciudadanía en ejercicio por lo menos. Los electores de Partido nombrados al efecto, designan el Senador de la Provincia. Para ser Senador se requiere ser ciudadano en ejercicio, nacido en el territorio del Estado, mayor de treinta y cinco años, que posea los bienes que se fijen o haga profesión de letras o armas, y haya desempeñado sin nota al- (1) Ver supra 4 100, nota 3. (2) Como se observa, este complejo sistema de elección indirecta grado, coincide con el de la Comisión Oficial, y caben los mismos sobre su procedencia y su falta de interés actual 0 102). 208 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL guna magistratura. Los Senadores no podrán ser reelegidos sino después de cuatro años. Cada cuatro años se hará la calificación de idoneidad de los ciudadanos para obtener empleos del Estado. Las asambleas de Parroquia formarán a pluralidad de votos una lista de los vecinos más idóneos para obtener empleos. Esta lista no excederá de la cuarta parte de los vecinos ni bajará de la octava. Las asambleas de .Partido, teniendo presente las listas parroquiales, harán otras a pluralidad de votos, para obtener los empleos públicos de Partido. Esta lista no excederá de la quinta ni bajará de la décima parte de las listas parroquiales. Las asambleas de Provincia eligen de las listas de Partido los ciudadanos más aptos para desempeñar los grandes empleos del Estado, cuya lista no excederá de la octava ni bajará de la décima parte de los comprendidos en las listas de Partido. Para Obtener empleos de Parroquia es condición indispensable estar inscripto en su lista, para los de Partido y Provincia en las listas de Partido, y para los grandes empleos del Estado en las listas generales de Provincia. Se exceptúan los nombramientos que pertenecen al pueblo o a las Asambleas Electorales. Estas listas de elegibles se forman cada dos años (cap. 64) (ver supra §§ 102 y 116). §127. EL CUERPO LEGISLATIVO, SUS FUNCIONES Y PRIVILEGIOS. Los representantes y senadores forman el Cuerpo Legislativo, que se divide en dos salas, la del Senado y la de Representantes. Estos se renovarán cada dos años, y aquellos en mismo término pero por tercias partes (art. 66). Las funciones del Cuerpo Legislativo son indelegables. El no puede ejercer por sí, ni por delegados, el Poder Ejecutivo ni, el judicial. Los individuos del Cuerpo Legislativo' no ton comisionados particulares de las Provincias, sino representantes del Estado (subrayado original del art. 67). Ningún Senador o Representante será molestado RESEÑA DEL TERCER PROYECTO CONSTITUCIONAL 209 niones, discursos o debates que haya sostenido en el ejercicio de su comisión. No pueden ser arrestados en el tiempo de las sesiones, ni sesenta días antes de comenzadas o después de concluidas. Se exceptúan las acusaciones de la Cámara de Representantes, y las de homicidio o violación a mano armada. El juez que verifique el arresto dará cuenta a la Sala respectiva. Tampoco pueden ser demandádos por deudas o causas civiles, hasta pasado un mes de concluidas las sesiones (art. 68). Tendrán una compensación moderada que señalará la ley. Sus empleos son incompatibles con cuálesquiera.otro.del Estado (arts. 69 y 70) (a). § 128. DE LAS PRERROGATIVAS DE AMBAS SALAS. La Sala de'Representantes tiene el derecho de acusar a los miembros del Directorio Ejecutivo, a los del Supremo Tribunal de Justicia, a los grandes empleados del Estado y a los gobernadores y jueces superiores de Provincia, por delitos de traición, malversación, cohecho e infracción de la Constitución (art. 72). A dicha Sala corresponde el derecho exclusivo los proyectos de leyes sobre contribuciones, subsidios quier impuesto; en estos proyectos no se mezclarán gocios (art. 73). Le corresponde igualmente examinar, y publicarlas cuentas de gastos (art: 74). A1 Senado toca juzgar a los acusados por la Sala de Representantes, limitándose a remover del empleo al acusado. Los convencidos de crimen se someterán a juicio ante los tribunales (art. 75). El Senado puede suspender los reglamentos que expida el Directorio por razones de inconstitucionalidad (art. 76) ('). Las salas nombran sus presidentes y oficiales. Aquel se renovará anualmente. Prescribirán su método interior para asegurar el orden de sus debates (arts. 78 y 79). (s) Ver supra 44 103 y 117, respectivamente. (') Ver 4 103, nota 7. 210 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Pueden mandar comparecer a cualesquiera empleados y ciudadanos, y pedir los documentos y libros de cualquier archivo, castigando la falta de obediencia o respeto (art. 80). No podrán deliberar mientras no se reúnan sus dos terceras partes; pero un número menor puede compeler a los ausentes (art. 81). Cada Sala decide de la legitimidad de los poderes, y determina la forma de enjuiciar y castigar a sus miembros por desorden de conducta, pudiendo expelerles por dos terceras partes de votos (art. 82). Llevarán un Diario en el que asentarán los votos y proyectos. Sus sesiones serán públicas salvo en asuntos que sean de reserva. Ningún negocio legislativo puede ser tratado en otro lugar que en las respectivas salas (arts. 83 a 87). § 129. DE SUS FACULTADES Y PROHIBICIONES. En sus arts. 88 y 89 el Tercer Proyecto relaciona las facultades del Congreso y sus expresas limitaciones. Repite al respecto las establecidas en el Cap. XIV de la Comisión Oficial (ver § 105), por cuya razón omitimos repetirlas. Estas facultades - queda dicho - provienen de Norteamérica, y están otorgadas en régimen de concesión expresa de poderes (§ 105). Pero el Tercer Proyecto, - como el de la Comisión Oficial -, excluye sus principios federalistas. A las facultades articuladas por la Comisión (§ 105), el Tercer Proyecto agrega la de fijar la sede del Cuerpo-Legislativo, la Silla del Gobierno y demás autoridades supremas del Estado, y disponer todo lo que convenga a su prosperidad y seguridad, que no esté previsto en la Constitución; decidir todas las diferencias de jurisdicción o territorio entre las Provincias, y hacer la división de ellas y de sus partidos; acordar premios y recompensas nacionales a los guerreros y demás ciudadanos con servicios extraodinarios; formar el ceremonial y señalar el tratamiento y precedencia de las corporaciones; señalar las armas y el pabellón del Estado (art. 88 in fine). RESEÑA DEL TERCER PROYECTO CONSTITUCIONAL 211 § 130. LA FORMACIÓN DE LAS LEYES Y EL VETO; LA CONVOCATORIA Y EL RECESO. Sobre estos puntos, el Tercer Proyecto también sigue al de la Comisión Oficial, y reproduce en su art. 90 los arts. 14 a 26 del Cap. XV de aquélla, con exclusión de los arts. 21 y 24, que. son redundantes. Nos remitimos, pues, a lo ya expresado (§118)., .. _ _ _ -- - . . ._ § 131. EL PODER EJECUTIVO. Confia el Proyecto la facultad de hacer ejecútar_las leyes y. gobernar el Estado a un Directorio de tres miembros (arts. 98 y s.), conforme a las mismas condiciones establecidas por la Comisión Oficial (ver § 119), y con facultades semejantes (§ 120). Adopta, pues, el régimen triunviral, de origen español, entonces vigente, agregando al respecto: a) Fuera de los casos de acusación por la Sala de Representantes, ni el Directorio ni sus miembros pueden ser llamados por el Cuerpo Legislativo. Más cuando algún negocio muy grave exija su presencia, asistirá y tomará asiento; pero el Cuerpo Legislativo no puede deliberar (art. 103). b) Los ascendientes y descendientes, hermanos, tios, sobrinos y primos, y los deudos en estos diversos grados, no pueden ser al mismo tiempo miembros del Directorio, ni suceder inmediatamente en el mismo empleo, sino después de dos años de la cesación de su relacionado (art. 100 in fine). c) En casos dé muerte, renuncia o separación de algún miembro del Directorio, el Cuerpo Legislativo nombrará sustituto dentro de tres días (art. 101). d) E1 Directorio no puede deliberar no habiendo dos miembros presentes; pero puede hacerlo sin la asistencia de secretarios, en cuyo caso un miembro redactará el acuerdo en un libro secreto (art. 101). e) En los casos de conspiración puede arrestar e interrogar 212. GÉNESIS UNITARIA y FEDERAL a los sospechosos; pero dentro de tres días los enviará bunal competente (art. 102). Este Proyecto suprime el Consejo de Estado de la sión Oficial (§ 121). § 132. LOS SECRETARIOS O MINISTROS. Reproduce y perfecciona el Tercer Proyecto, las disposiciones respectivas de la Comisión Oficial acerca de los ministros de Estado (§ 122), agregando que los ministros no deben ser parientes de los miembros del Directorio (art. 112), y que pueden asistir alas salas del Cuerpo Legislativo siempre que sean llamados, e informarán. de todo lo que se les pregunte, dando su dictamen cuando la Sala lo exija (art. 120). He aquí la clásica iuterpellatiou del' Derecho Parlamentario en su primeia.consagración rioplatense. Ella proviene las Constituciones revolucionarias de Francia (§ 244), después entre nosotros carta de ciudadanía, contribuyendo forma decisiva a la perfilación de nuestro sistema político medio ((§§ 242 y 245). Estamos en presencia, pues, de fuente auténtica de nuestro constitucionalismo (§ 110). § 133. EL PODER JUDICIAL. Sobre el Poder judicial el Tercer Proyecto recoge en sus arts. 123 y s. las disposiciones de la Comisión Oficial (§ 124). Llama a la Corte, Tribunal Supremo de justicia, agregando entre sus facultades la de conocer de los asuntos civiles contenciosos en que alguna Provincia sea parte (art. 138 NQ 2), y la de decidir privativamente de los delitos de sublevación en alta mar, piratería y demás crimenes contra el derecho de gentes (Nq 6). Expide los títulos de Abogado conforme a la ley. En cuanto a los tribunales de Provincia, a los jueces de Partido y a los alcaldes o jueces de Paz, reitera también lo establecido por la Comisión Oficial (§ 124). Establece, además, la gratuidad de la justicia (art. 147) y que en ningún juicio habrá más de tres instancias (art. 150). RESEÑA DEL TERCER PROYECTO CONSTITUCIONAL 213 Fuera de ello, el Tercer Proyecto incorpora al Cap. 10 sobre el Poder Judicial las disposiciones del proyecto de la Sociedad Patriótica acerca de la seguridad individual (§ 135), pero superándolas notablemente, por cuya razón las transcribiremos: Ningún ciudadano puede ser castigado sin forma de proceso ni sentencia legal. Tampoco podrá ser arrestado ni detenido sin prueba al menos semiplena, o indicios vehementes de crimen, y en fuerza de un decreto emanado. de autoridad pública del que se le dará copia. En la orden que se expida para la prisión de un ciudadano, registro de sus papeles y embargo de bienes, se expresará el nombre de la persona, los objetos de la diligenciá y la causa del procedimiento. La Orden irá firmada por el juez (art. 152). Ningún reo estará incomunicado después de su confesión, ni antes para su familia, sin especial mandato (art. 153): Dentro de cinco días se le hará saber la causa de su prisión; se le leerá- el sumario y las declaraciones, facilitándosele los medios de dfensa (art. 154). Ningún Alcaide o Alguacil puede recibir un preso sin orden escrita de autoridad legitima. Todo rigor en el arresto, sin necesidad, es un crimen. Todos los que sin autoridad, firmen o ejecuten arrestos, y los alcaides o alguaciles que contravengan las disposiciones anteriores, son reos de violación pública (art. 157). Todo ciudadano que a -los seis días ignore la causa de su prisión y el nombre de sus acusadores, podrá ocurrir por sí, o por sus parientes o amigos en su nombre, al juez inmediato su. perior al que decretó la prisión, o a los tribunales de las Provincias o al Supremo del Estado, para que se le ponga en libertad, aun cuando la prisión haya sido decretada por el Poder Ejecutivo. El juez que niegue el mandato solicitado, siendo cierta la exposición del preso, y que no de aviso a la autoridad suprema, es responsable de delito (art. 157). Infraganti, todo delincuente puede ser arrestado y conducido a juez (art. 158). 214 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAD Ningún ciudadano está obligado a declarar con juramento sobre su delito, ni tampoco sus parientes hasta el cuarto grado (art. 159). Queda abolido el tormento, las penas crueles e inusitadas y la confiscación de bienes (art. 160). Ninguna pena produce infámia en la familia (ait. 161). Sólo se hará embargo en casos de delitos que traigan responsabilidad pecuniaria, y en cantidad correspondiente (art.162). La casa de un ciudadano es un asilo inviolable. Ninguno tiene derecho de entrar en ella, sino en .los casos de incendio, inundación, ó reclamación que provenga de la misma casa, o cuando lo exija algún procedimiento criminal conforme'a las leyes, bajo la responsabilidad de las autoridades que. expidan el decreto. Las visitas domiciliarias y ejecuciones civiles sólo podrán hacerse de dia, en virtud de la ley, y con respecto a la persona y objetos expresamente indicados (art. 163). La diligencia no podrá extenderse al registro y examen de los papeles particulares, pues éstos deben mirarse como inviolables, igualmente que las correspondencias epistolares de todos los ciuda. danos, que no podrán ser interceptadas por ninguna autoridad; ni tales documentos probarán nada en juicio, si no se exhiben por la misma persona. Se exceptúan los delitos de alta traición contra el Estado, el de falsedad y demás que se cometen precisamente por escritura (art. 164). Los militares serán juzgados por sus ordenanzas respectivas. Estos y los eclesiásticos gozarán de fuero en los casos y forma que prescriba la ley. Queda abolido cualquier otro fuero (art. 165): En los negocios civiles ejecutivos se procederá con arreglo al Código Civil, y en los mercantiles según las formas establecidas en el respectivo Código (art. 166). § 134. LOS AYUNTAMIENTOS. El Tercer Proyecto reitera en sus arts. 167 y s. las disposiciones de la Comisión Oficial sobre los ayuntamientos (§ 124). RESEÑA DEL TERCER PROYECTO CONSTITUCIONAL 215 § 135. REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN Y DISPOSICIONES GENERALES. Este Proyecto prevé en capitulo especial la adición .o reforma de la Constitución. La iniciativa queda a cargo de los legisladores. Si las dos terceras partes de cada una de las salas y el Directorio Ejecutivo convienen en ella, se imprimirá el proyecto y se pasará a las Provincias (art. 171). Las asambleas de Provincia conferirán especial facultad a sus representantes para aprobarlo o no (art. 172). Si el nuevo Cuerpo Legislativo lo aprueba por dos tercios de votos de cada Sala, quedará sancionada (art. 173). Entre las Disposiciones Generales previstas en el Cap. 13 se establece que, todos los individuos pueden dedicarse libremente a todos los ramos de cultura, industria y comercio, de consiguiente ninguna autoridad podrá conceder privilegios (art. 174). Es inviolable la libertad para reclamar los derechos (art. 175). Los extranjeros de todas las naciones gozarán de la misma seguridad en sus familias, personas y propiedades que los demás ciudadanos (art. 176). Queda abolido el comercio de esclavos (art. 178). Solamente los individuos del Ejército, Marina y Milicias están sujetos a leyes militares (art. 180). La fuerza pública es esencialmente obediente. Ningún cuerpo armado puede deliberar. La fuerza militar no prestará auxilio, si no es requerida por autoridad competente, conforme a las leyes (art. 181). En los lugares en que sesione el Cuerpo Legislativo, ni a diez mil metros de distancia podrá existir ningún cuerpo armado sin su consentimiento (art. 182). Toda reunión de gente armada que se forme sin orden de autoridad competente, es un crimen contra la seguridad pública y será dispersada por la fuerza (art. 183). Mientras no se organice el Código Civil y Criminal, quedan en su fuerza las leyes y la práctica observada hasta aquí, en lo que no se oponga a la Constitución (art. 184). 216 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL La presente Constitución, las leyes qué en su consecuencia se expidan y todos los tratados que se concluyan, serán la suprema ley del Estado (art. 185). Todos los pueblos, ciudades y Provincias que quieran incorporarse al Estado, serán admitidos por el Cuerpo Legislativo (art. 186). CAPÍTULO XIII EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS DE 1813 SUMARIO: § 136. Inexplicable error interpretativo. § 137. Su oculto origen. § 138. Recíproco y opuesto influjo ideológico unitario y federal. § 139. Otras incongruencias jurídicas. § 140. Técnica contradictoria de los proyectos unitarios. § 141. Su evidente centralismo revolucionario. § 142. La soberanía plural de la Federación. § 143. El sistemvfederal de poderes dobles y superpuestos. § 144. Dualidad constitucional. Las cartas territoriales. 1145. Federalismo y Democracia. § 146. La autonomía municipal y la Federación de Estados. § 147. Los gobiernos provinciales. § 148. Otras consideraciones corroborantes. § 136. INEXPLICABLE ERROR INTERPRETATIVO. Los tres proyectos constitucionales antes reseñados, resumen y compendian la tendencia centralista de Buenos Aires, consagrando en fórmulas claras y precisas un vigoroso dogmatismo unitario, de evidente procedencia rousseauniana, inspirado directamente en las Cartas revolucionarias de Francia. Sin embargo, en base a sus fórmulas de organización y de representación política, se ha pretendido descubrir en ellos, con manifiesto error, el remoto origen del federalismo argentino. Nada más distante de la verdad. Cuando Clemente L. Fregeiro publicó por primera vez en 1896 el proyecto constitucional de la Sociedad Patriótica, anticipó comentarios y calificativos equivocados al confrontarlo con el de la Comisión Oficial: "En el de la Sociedad Patriótica es evidente - dice -que el Estado a constituirse lo será-con entera sujeción a principios unitarios... El proyecto de la Comisión, - en cambio -, creaba no sólo la descentralización administrativa, sino un gobierno federativo para las Provincias del Río de la Plata". (r). Huelga decir que idénticas conclusiones (') Clemente L. Fregeiro, Primera Corut. Argeatitta, La Biblioteca, cit., T.I, 218 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL podrían aplicarse al Tercer Proyecto, ya que utiliza sobre el punto las mismas fórmulas de la Comisión Oficial. Esta herejía interpretativa se equipara con otras de similar entidad, que atribuyen los orígenes del federalismo a la creación de la Junta Grande en diciembre de 1810, a los reglamentos orgánicos del Deán Funes, o al tratado comercial con el Paraguay de 1811 (T. II, cap. IX y X); errores éstos que han perdurado luego hasta nuestros días, a pesar de su notoria evidencia (ver T. II, cap. VIII). En fecha reciente, autor de tanto prestigio como Ricardo Levene, recoge la extemporánea tesis de Fregeiro; afirmando que en el Proyecto de la Comisión Oficial "la tendencia federal aparece al crear las asambleas electorales de Provincia (cap. VII), que elegían sus representantes en la Sala y en el Senado (un senador por cada Provincia, cap. VIII); con la institución del Consejo de Estado, compuesto de diez miembros, uno por Provincia, nombrados por el Cuerpo Legislativo...; con el origen popular de los ayuntamientos en todas las ciudades, villas y cabezas de Partido, con 300 vecinos por lo menos (cap. XXII), y la creación de los tribunales superiores de Provincia, para conocer entre otros asuntos, en segunda y última instancia de todos los negocios civiles contenciosos de ' la Provincia (cap. XXI)" (a). "Es también el punto de vista de Emilio Ravignani afirma, Levene -. A la disposición absorbente que acuerda al Congreso la facultad de aprobar los impuestos municipales y de formar el Poder judicial de las Provincias - dice Ravignani -, se contrapone la garantía de que ese mismo Congreso no impondría derechos sobre el comercio interior, ni obligaría a los barcos de una Provincia a pagar gravámenes aduaneros págs. 370 y s.; y Estudios Históricos sobre la Revolución de Mayo, Buenos Aires, 1930, T. I, pág. 198, en que repite su afirmación. (a) Ricardo Levene, Historia del Derecho Argentino, Buenos Aires, 1948, T. IV, pág. 313. EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 219 en los puertos de otra. De estos indicios de federalismo no participa la Sociedad Patriótica, en cuyo ensayo campea un concepto unitario" (a). Si estos errores pudieron explicarse cuando aparecía confusa la génesis misma del federalismo rioplatense, ellos no se justifican después de 1939, en que el propio Ravignani difundió la totalidad de lbs proyectos e Instrucciones de 1813, tan claramente diferenciados en sus dos grandes corrientes antagónicas: la unitaria y centralizadora dé los tres ensayos constitucionales porteños-sin distingos ni atenuaciones posibles-; y la ampliamente federal del proyecto artiguista de 1813 y de las Instrucciones de Abril,, nacida e inspirada ésta, desde tierra oriental, en contraposición y réplica de aquélla (ver T. II, caps. IV, V y XII). Si resulta imposible indicar entre los cinco instrumentos federalista de la época, cual de ellos lo es más ('); ocurre lo propio, aunque a la inversa, con los tres proyectos porteños en lo que atañe a su rígido unitarismo, que se configura por igual en todos, de modo perfecto e inconfundible. 13%. SU OCULTO ORIGEN. La aberración de atribuir tendencia federal a los proyectos de Buenos Aires, proviene del hecho realmente paradójico de haber sido estructurados inspirándose en las fórmulas norteamericaqas de organización y funcionamiento de los tres grandes poderes del Estado. Esta convergencia de soluciones tan disímiles en todos los proyectos de 1813, en los cuales coexiste el organicismo federalista de Filadelfia, con el "dogmatismo" unitario (s) E. Ravignani, Hist. Conrt. de la Rep. Argentina, Buenos Aires, 1930, T. I, pág. 343; citado por R. Levene, ob. cit., T. IV, pág. 314, nota 2. (f) Aludimos a las tres Instrucciones Orientales, del Congreso, de Amigar y de Soriano (T. II, §§ 292, 294, 296), y a los dos proyectos constitucionales de 1813, el Federal del diputado por Canelones Felipe Santiago Cardozo (T. II, cap. XII), y el Provincial, para la Banda Oriental (T. II, cap. XIII). 220 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL de la Revolución francesa, atenúa el error de Fregeiro y Levene al atribuir carácter federal al.proyecto de la Comisión. El propio Levene, después de adelantar su afirmación, declara éontradictoriamente, que en este proyecto "se acusa la influencia española de 1812 (por ejemplo en todo lo referente al nombramiento de diputados), y a través de ésta, la Constitución francesa de 1791; y en el de la Sociedad Patriótica, adquieren mayor resonancia las ideas de los revolucionarios de .Francia y Estados Unidos" (`). En verdad, ambas influencias se hacen sentir por igual, de la manera indicada, en los tres proyectos de 1813, predominando en ellos - como queda dicho -, el dogmatismo de Fíancia y el organicismo de Norteamérica. Las Cartas de Cádiz y de Venezuela influyen también, pero de modo secundario, en cuanto refleja aquella la tendencia de Rousseau (e), y la última el federalismo del Norte, al que sigue casi literalmente. . . En puridad de verdad, es tan cerrado y rígido el unitarismo centralizador de los tres proyectos porteños, que provocan la inmediata réplica de las Instrucciones orientales de abril de 1813. Se produce entonces otra extraña y desconcertante coincidencia. Estas Instrucciones, se identifican también en su faz orgánica con aquellas iniciativas de Buenos Aires, en cuanto estructuran del mismo modo la fórmula clásica de división tripartita de los poderes públicos, con igual independencia en todas ellas, con idéntico bicameralismo legislativo, y hasta con la misma unipersonalidad del Ejecutivo, que aparece ya en el proyecto unitario de la Sociedad Patriótica (t). (s) Ricardo Levene, ob. cit., T. IV, pág. 314. (°) "Ella se inspiró en Rousseau y en los principios revolucionarios" (Demicheli, El Poder Ejecutivo, 4 39). "Se le ha acusado de no ser más que un influjo de Rousseau y de los revolucionarios franceses. Acusación fundada...". (Gonzalo de Reparaz, La Const. de España, págs. 91 y 95). (t) Ver Instrucciones del Congreso Oriental, arts. 69, 14 y 15 (T. II, 4 292), que consagran respectivamente la independencia de los poderes públicos (69), EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 221 La divergencia, el antagonismo, la contradicción entre las iniciativas porteñas y las orientales, se plantea exclusivamente en lo dogmático, y queda circunscripta a la consagración de los derechos del Estado supremo y.de sus núcleos territoriales. Los proyectos de Buenos Aires no reconocen la personería provincial; las Instrucciones orientales, por el contrario, .la proclaman en forma categórica, como base y fundamento primario del Estado. En este sentido, 'igual oposición dogmática que con las Instrucciones, acusan también-las iniciativas porteñas, con los dos proyectos constitucionales redactados en 1813 por el artiguismo, el uno de carácter -nacional, para las Provincias Unidas como entidad política confederada, y el otro territorial, para la Banda Oriental, como parte integrante de dicha Confederación, desarrollados ambos de acuerdo con las fórmulas concretas de las Instrucciones (ver T. II, caps. XII y XIII). Sin embargo, entre estos dos proyectos orientales y los tres porteños, se anota el mismo paralelismo orgánico ya señalado. . 138. RECÍPROCO Y OPUESTO INFLUJO IDEOLÓGICO UNITARIO FEDERAL. Estas dos grandes corrientes políticas'- la unitaria y la federal-,llegan juntas al Río de la Plata_vestidas con el prestigio de las do! revoluciones del siglo XVIII, la de Norteamérica con su federalismo al niodo de Montesqúieu (§§ 1 y s.; 20 y s.), y la de Francia, con el unitarismo del 1791, a la manera de Rousseau.(§§ 2 y 22 y s.). La primera arraiga al principio en.Montevideo, y la otra lo. hace en Buenos Aires. Se diseña asi sobre el ancho río la cruz de los caminos políticos del mundo, siendo menester otear en ellos con profunda sagacidad y cautela, para evitar posibles confusiones y estravfos. El federalismo llega con la clásica fórmula tripartita en su más la unipersonalidad del Ejecutivo presidencial (14), y la bicameralidad legislativa (15). 222 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL rígida aplicación - al modo de 1787 -, con su Ejecutivo unipersonal o presidencial, su Legislativo doble, integrado por las cámaras de senadores y de representantes, y su Poded judicial independiente y múltiple, disperso en todo el territorio. Este sistema político es de tipo representativo, ya que los tres poderes públicos encarnan a idéntico título la soberanía del Estado, que cada uno representa con igual derecho en su respectiva función especializada. Dentro de la Federación, el sistema es dual, aplicándose exactamente esas mismas fórmulas orgánicas, tanto en el orden del gobierno nacional, que integra la Unión de los Estados, como en el ordéü del gobierno local o territorial, formado particularmente por cada Provincia o Estado (Instrucciones orientales, arts. 44 a 6Q). La división de poderes, y la independencia política e igualdad jurídica de éstos, son particularmente aptas para el desarrollo del sistema federalrepresentativo. El unitarismo, en cambio, tiene exigencias orgánicas absolutamente opuestas. Se funda en la existencia de un "yo común" del que emerge la voluntad general y la soberanía absoluta e indivisible del Estado. Admite la separación de los poderes.públicos, pero aplica la fórmula de modo flexible, consagrando la primacía política de la Cámara de origen popular, por ser el órgano público que encarna en mejor grado la voluntad común. Es pues, de tendencia parlamentaria, y propende al unicameralirrno legislativo. Por la misma causa, tiende a la organización pluripersonal del Poder Ejecutivo, con marcada inclinación al gobierno ministerial, confiado a los agentes de la asamblea del pueblo (§§ 2 y s., 15, 43). Por este procedimiento, procura concentrar el poder en esta última, asegurando su predominio práctico dentro del Estado. Y bien; cuando las Instrucciones y los proyectos orientales introducen aquí el sistema representativo y federal, recogen todas las fórmulas orgánicas de la Carta madre de 1787: la división tripartita de poderes, el Ejecutivo unipersonal, el Legislativo bicameral, el judicial múltiple. A su vez, cuando los pro- EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 223 yectos porteños de 1813 estructuran el unitarismo de Rousseau y de la Revolución francesa, lo hacen apoyándose orgánicamente, en las mismas fórmulas norteamericanas. Consagran así, el dogmatismo de la Revolución francesa, pero revestido con la envoltura orgánica que impuso la Revolución americana. Por tal modo, no todo es antagonismo en los proyectos iniciales. Sus dos tendencias tan dispares en lo relativo a la concepción del Estado y de su soberanía, coinciden en cambio, sobre múltiples principios de técnica constitucional, relacionados con la organización misma de los poderes públicos. De ahí las confusiones que a menudo se producen, y que llevan a señalar como revistiendo alcance federal a diversos institutos que no tienen tal carácter (ver T. II, caps. VIII a X). § 139. OTRAS INCONGRUENCIAS JURÍDICAS. Al singular paralelismo que existe entre los proyectos de 1813 y las principales fórmulas orgánicas de la Carta constitucional de Norteamérica, se agrega todavía la copia casi literal, tanto de las facultades del Congreso, como de sus expresas prohibiciones; transcriptas por la Comisión Oficial y el Tercer Proyecto sin suprimir siquiera algunas de carácter netamente federalista. Tal lo que ocurre, con la prohibición señalada expresamente por Ravignani de no "imponer derechos sobre artículos exportados de cualquier Provincia; ni conceder preferencias o privilegios en las regulaciones del comercio o rentas de unos puertos a otros; ni obligar a los barcos de una Provincia a entrar, "aduanar" o pagar derechos en los puertos de otra" (§§ 105 y 129). Estas prohibiciones tienen un sentido claro en su fuente de origen, en que existen Estados autónomos, con comercio, puertos y barcos propios. También lo .tienen en las Instrucciones y proyectos de Artigas, que incorporan el principio con la misma lógica, enseguida de proclamar la soberanía de la Provincia y la libertad de sus puertos de Maldonado y Colo- 224 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL nia (s). En cambio, en los proyectos porteños resultan en absoluto improcedentes tales prohibiciones, ya que en ellos no existen Provincias autónomas, ni puertos libres, ni aduanas interestatales. En verdad, tendría razón Ravignani cuando se apoya en su alcance naturalmente descentralizador (s); pero olvida que ellas carecen de explicación lógica y plausible en los proyectos unitarios, al omitir estos presupuestos esenciales inherentes a la propia prohibición. Trátase, por tanto, de transcripciones hechas sin sentido, carentes de todo significado jurídico. Estas incpngruencias resultan, por lo demás, peccata minuta, dentro de la compleja técnica de los tres proyectos de 1813, que amalgaman las más antagónicas tendencias doctrinarias y prácticas, culminando al consagrar las fórmulas orgánicas del federalismo norteamericano, coetáneamente con los principios dogmáticos del unitarismo revolucionario francés. § 140. TÉCNICA CONTRADICTORIA DE LOS PROYECTOS UNITARIOS. La contradictoria influencia de las bases de organización norteamericanas y del dogmatismo revolucionario de Francia, provoca lógicos errores de aplicación. Esa misma circunstancia, en cambio, ha impregnado a estos proyectos de relevante originalidad, que se trasmite luego a nuestro constitucionalismo posterior. Acusa originalidad, sin duda, la extraña técnica de los tres proyectos porteños de 1813, en cuanto intentan armonizar lo orgánico del federalismo, en la estructuración práctica de los grandes poderes centrales del Estado, con lo dogmático del unitarismo, en la atribución de derechos y de facultades a esos (s) Instrucciones de Artigas, ares. 11, 12, 13 y 14 (T. II, 4 294), y del Congreso del 5 de abril de 1813, arts. 94 y 16 (T. II, 4 292), Proy. Federal, arts. 29 y 37 (T. II, cap. XII). (s) Emilio Ravignani, Historia Constitucional de la República Argentina, Buenos Aires, 1930, T. I. pág. 343. EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 225 únicos órganos de mando. En esta técnica desconcertante, que logra utilizar principios tan contradictorios, reside el mérito efectivo de estos primeros ensayos, que se depuran luego en las Constituciones intermedias de 1819 y de 1826, y más tarde tras, cienden a las Cartas defintivas de 1830 y de 1853, consiguiendo armonizarlos esta última - recién entonces -, con las normas de. un lógico y perfecto federalismo positivo. En verdad si bien los proyectos de 1813 toman de la Constitución norteamericana de 1787 sus bases de organización nacional y sus principios "representativos", estructurando .al modo de Filadelfia los tres grandes poderes del Estado, prescinden deliberadamente de sus diversos textos "federalistas", eludiendo la consagración misma de los Estados locales, y salteando ex-profeso todos sus "derechos", para sustituirlos por una subordinación al Poder central, de significado político en absoluto inverso. En la dogmática del Estado, en efecto, los tres proyectos de Buenos Aires se inspiran por igual en los rigidos principios del constitucionalismo revolucionario de Francia, repitiendo las fórmulas más categóricas y precisas de sus Cartas de 1791, de 1793 y de 1795, como la relativa a la soberanía nacional, suprema y única, que culmina en la indivisibilidad del Estado, - sin ninguna posible parcialización -, y armoniza en su alcance unificador, con la que atribuye a la ley la suprema expresión de la. voluntad general.. En este terreno, de suyo tan inestable y contradictorio, después de reproducir los más importantes principios de organización del federalismo representativo de 1787, los proyectos porteños de 1813, para complicar más aún su ya compleja técnica, toman también, junto a lo dogmático, otras bases orgánicas del unitarismo semi parlamentarista de Francia, como.ocurre con el régimen ministerial, al instituir el refrendo obligatorio, la interpellation, la responsabilidad de los ministros, etc. (cap. XXI), confiriendo ási a éstos, estatuto y función propia, naturalmente limitativa del Ejecutivo presidencial o triunviral. 226 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL § 141. SU EVIDENTE CENTRALISMO REVOLUCIONARIO El carácter centralista y unitario de los tres proyectos - y en forma preferente el de la Comisión Oficial -, resulta de fácil y sencilla demostración. Todo sistema federativo presupone como primera y fundamenta] condición, la necesaria existencia de un Estado local autónomo, llamado a formar con otros semejantes, en pacto constitucional reciproco, un super Estado nacional, emergente de la voluntad común de todos. En este sistema, pues, los Estados locales tienen existencia de hecho anterior al acto constituyente, y concurren de jure a la creación de un Estado central por obra de su unión confederada. Ninguna de-estas características esenciales presentan los proyectos que venimos comentando. Todos sin excepción se estructuran en base al principio regalista de la soberanía nacional, absoluta y única, indivisible y suprema, al modo de Rousseau y de la Revolución francesa (t°). Rousseau había expresado, en efecto, que "la soberanía pertenece i la Nación, porque estando el individuo subordinado del todo a esta soberanía, permanece libre... Dándose cada uno a,todos no se da a -nadie" (rt). En esta pragmática de la soberanía nacional se afirmó el unitarismo político rioplatense, como.antes lo habia hecho el de la Revolución francesa. La Federación es en absoluto implicante con estas rigidas concepciones, que llevan a declarar junto con la indivisibilidad del Estado ('% la del propio Cuerpo Legislativo (ts), cuyas leyes encarnan la voluntad general ("). Fueron estas, exacta- (t°) Ver Comisión Oficial, caps. I y IV; Sociedad Patriótica, arts. 19, 29 y 32 a 37; Tercer Proyecto, arts. 19 a 39, 11 y 67. (rr) Juan J. Rousseau, El Contrato Social, L. I, cap. VII. (") Const. de 1791, tít. II, art. lo; de 1793, Acta Constitucional, art. 19; Const. de 1795, art. 19. (IS) Const. de 1793, art. 39. (") Const. del 1791. Declaración de Derechos, art. 69; de 1793, Declaración de Derecho, art. 49; de 1795; Declar. de Der., art. 69. EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 227 mente, las fórmulas recogidas por los proyectos porteños de 1813 (ver supra, §§ 100, 113, 124 y 125, e infra §§ 149 y s.), los tres de clara filiación rousseauniana ('°), sin ningún género de atenuaciones (§ 159). , §142. LA SOBERANIA PLURAL DE LA FEDERACIÓN. En la Federación, en cambio, ese riguroso postulado revolucionario de la soberanía nacional, se transforma en. un ,concepto pluralista, enriqueciéndose la dogmática. constitucional con una nueva categoría de derechos políticos: los del Estado autónomo, desconocidos por el unitarismo, que sólo admite la soberanía del Estado nacional y la libertad del individuo. En la Federación, por el contrario, entre la personalidad "soberana" del. Estado, y la personalidad "libre" del individuo, se reconoce constitucionalmente la personalidad "autónoma" de los Estados locales, con atributos intermedios, que oscilan entre la libertad y la soberanía. En este sistema, pues, el dogmatismo político se ensancha con una noción nueva, que presupone tres aspectos distintos de una misma idea en diversos grados de madurez. Del reconocimiento y consagración de estos derechos esenciales, adolecen los proyectos porteños, dado que organizan por igual un Estado único, de carácter nacional, sin que aparezca en ninguno de ellos el menor atisbo federalista. Fue esto, precisamente, lo que provocó la inmediata réplica de las Instrucciones y proyectos orientales. Y mientras estos últimos consagran reiteradamente la "soberanía, libertad e independencia" de las Provincias, las iniciativas porteñas no reconocen su existencia política, ni organizan su gobierno autónomo, ni mencionan sus poderes, ni amparan sus "derechos", en absoluto inexistentes. El constitucionalismo porteño de 1813, es general y único, (t°) En Buenos Aires "el gusto de la literatura francesa es el dominante, hay muy pocos de condición científica que no conozcan este idioma. se instruyó en él..." (Manuel Moreno, Vida y Memoria del Dr. Mariano Moreno, Buenos Aires, 1930, pág. 53). 228 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL sin el más remoto esbozo de Cartas provinciales. No existen, por tanto, Legislaturas locales ni párlamentarizaciórq alguna de alcance territorial. Todos ellos, organizan un Cuerpo Legislativo o Congreso enla capital, con un Ejecutivo también nacional, al que estarían subordinados los prefectos o gobernadores de las Provincias. El Poder judicial, aunque dividido en. jurisdicciones territoriales, como en Norteamérica, funcionaría bajo la égida de una Corte Suprema de carácter nacional, atribuyendo al Poder central el nombramiento de todos los jueces. "El orden judicial en lo civil y criminal será uniforme en todo el.Estado" (Tercer Proyecto,.art. 126) y `.`la justicia se administrará gratuitamente a nombre del pueblo de las Provincias Unidas del Río de la Plata" (art. 147) (§§ 111, 122, 133). § 143. EL SISTEMA FEDERAL DE PODERES DOBLES Y SUPERPUESTOS. En toda Federación, los Estados miembros deben moverse y actuar dentro de la órbita de su propio constitucionalismo, cada cual con su régimen particular de gobierno autónomo, y todos con potestades o poderes comunes, diferenciados y distintos de las potestades y de los poderes del gobierno nacional. "Cada Estado retiene su soberanía, libertad e independencia, y todo poder, jurisdicción y derecho que no esté delegado expresamente por esta Confederación. a los Estados Unidos juntos en Congreso", así establecía el Art. II de la Carta de 1781, repitiendo luego el mismo principio todas las Instrucciones orientales y el Proyecto Federal (art. 2Q). "Los poderes que la Constitución no delega a los Estados Unidos ni prohibe a los Estados, quedan reservados a los Estados respectivamente o al pueblo", agregó después la Carta norteamericana (Enmienda X). "El gobierno supremo entenderá solamente en los negocios generales del Estado. El resto es peculiar al gobierno de cada Provincia", establecieron por su parte las Instrucciones orientales (art. 74), complementando y perfeccionando el art. II de la Confederación de 1781 con esta disposición original y notable. Las fórmulas son distintas, pero su pensamiento orientador es el mismo; todas EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 229 parten de la base de una doble estructuración gubernamental, en un sistema escalonado de poderes, sea en virtud de una concesión expresa y de otras correlativas e implícitas, como en Norteamérica; sea en mérito al grado de generalidad o particularidad que alcancen a revestir esos poderes, como en la.fórmula artiguista, cuando supera el alcance de aquellas de- modo realmente admirable. En los regímenes unitarios, sólo se organizan los grandes poderes centrales - Legislativo, Ejecutivo, Judicial -, que son los únicos que ejercer, cada cual en su esfera, las potestades fundamentales del Estado, en calidad de depositarios exclusivos de la soberanía nacional. Era esto lo que consignaban de igual modo los proyectos de Buenos Aires. En la Federación, en cambio, se plantea en sus diversas partes integrantes, exactamente los mismos problemas de organización que en el Estado mismo. La doble concesión de poderes que ella presupone, implica el advenimiento de idénticas funciones, tanto en lo nacional como en el orden local; y, en el lógico encadenamiento de los términos, la existencia de las mismas funciones, crea la necesidad de órganos semejantes para su adecuada prestación (t°). Por tal modo, el Estado local, imitando el instrumental político del Estado nacional, se organiza también en régimen de división tripartita de poderes. "Así éste como aquél se dividirán en Poder Legislativo, Ejecutivo y judicial", expresaban las Instrucciones orientales (art. 5Q), respetando la exigencia política primaria (ts) - "Toda ciudad - Estado -, encierra en sí tres poderes: la voluntad universalmente conjunta de una triple persona: el poder soberano (soberanía) en la persona del legislador; el'Poder Ejecutivo (según la ley) en la persona del Gobiemo, y el Poder judicial (como reconocimiento de lo mío de cáda cual) en la persona del juez (yótertar legirlatoria, rectoría et judiciaria). Lo cual corresponde a las tres proposiciones de un pensamiento práctico: a la mayor o principios, que contiene la ley de una voluntad; a la menor, que contiene el precepto de conducta en consecuencia de la ley... y, en fin, a la conclusión -que contiene la sentencia, o lo que es de derecho en los diferentes casos" (Manuel Kant, Principios Metafísicos del Derecho, cap. XLV). Kant (1724-1804), escribió esto después de publicada la obra clásica de Montesquieu. 230 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL y esencial de toda Federación, principios típicos que lógicamente, en todos los proyectos unitarios de Buenos Aires. faltan § 141. DUALIDAD CONSTITUCIONAL. LAS CARTAS TERRITORIALES. Lo expuesto involucra otra superposición política semejante: la del constitucionalismo federalista, estructurado en.un régimen doble de Cartas: una nacional, común a todos, y otras territoriales, para los diversos Estados, en reconocimiento del propio derecho de- cada cual. Si la existencia de los tres poderes centrales del Estado con funciones y potestades específicas, constituye la cuestión constitucional por excelencia en todo régimen representativo ¿pueden dejar de serlo las variadas y múltiples excepciones impuestas en el mismo orden tripartito, por la autonomía de los núcleos locales? Plantear el problema es resolverlo., A esos conceptos se ajustan las Instrucciones, en cuanto expresan que cada Provincia "tendrá su Constitución territorial", teniendo derecho a concurrir además, a la sanción de la Carta_general (rt). Si ésta existe de necesidad,, las otras serán su consecuencia. forzosa. Lo accesorio sigue siempre la suerte de lo principal. Si los fines, las funciones y las potestades de los. tres grandes- poderes nacionales, son por antonomasia de esencia constitucional, será también constitucional a fortiori, todo aquello que, de un modo ú otro, tienda a limitar esos poderes, condicionando el libre ejercicio de sus propias.prerrogativas. La constitucionalización de una ñorma general, exige .la necesaria constitucionalización de todas sus excepciones, ya que de lo contrario quedarla frustrada la intención misma del constituyente .al falsearse el principio que ha querido consagrar. De aquí procede el constitucionalismo duplex de -la Federación: el nacional de un lado; y el territorial por otro, que en aquel se basa y organiza. Las Instrucciones Orientales consagran este doble régimen, y el Proyecto Federal dedica además una última nota a los (rt) Instrucciones de Artigar, art. 16; ídem del Congreso, art. I8. EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS "puntos principales de la Constitución primarios que faltan sistemáticamente en de Buenos Aires. 231 provincial", conceptos los tres instrumentos 145. FEDERALISMO Y DEMOCRACIA. De lo expuesto precedentemente resulta que, los "síntomás" federalistas que Fregeiro y Levene atribuyen al proyecto de la Comisión Oficial (ra), no encuadran dentro de las características jurídicas y políticas de dicho sistema. La descentralización electoral, o la forma de integrarse los órganos representativos, invocada por aquéllos como prueba de la tendencia "federalista" de la Comisión Oficial, es cuestión que afecta al régimen democrático del Estado, y no a la autonomía de sus elementos constitutivos. En una Democracia, en efecto, todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a concurrir a la elección de los poderes públicos, en todas las circunscripciones territoriales del Estado; pero estos principios, aunque aseguren la representación de las Provincias en los órganos de.Gobierno - principalmente en el Senado'-, son en absoluto ajenos al verdadero federalismo, el que no alcanza. a configurarse sin un régimen de gobierno autónomo en cada una de las grandes divisiones territoriales del Estado. Las fórmulas electivas de la Comisión Oficial y del Tercer Proyecto, en cambio, se limitan exclusivamente, a organizar los poderes centrales del Estado, mediante su integración con representantes de las diferentes Provincias y dé sus asambleas electorales. Lo propio ocurre en el proyecto tan "utíitario" de la (ts) "Tal afirmación es inexacta, afirma Seco Villalba. Nada dice el proyecto (de la Comisión Oficial) sobre el gobierno y modo de regir las Provincias, y tal vacío es deliberado. A1 guardar silencio sobre la forma de gobierno provincial, el proyecto afirmaba la tácita sanción del sistema vigente... La verdad es que los dos proyectos fueron elaborados por hombres de la Revolución de octubre y tenían un propósito centralista, porque.ese era el orden político que se había propuesto la Revolución: consolidar un sistema de indivisibilidad del poder sobre la base de la unidad de las Provincias" (José Armando Seco Villalba, ob. cit., pág. 49). 232 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Sociedad Patriótica, en el cual los senadores se eligen por sus asambleas electorales, a razón de dos por cada Provincia. Que esta descentralización electoral permanece en absoluto ajena al verdadero federalismo, lo prueba el hecho decisivo de que la Carta de Rivadavia de 1826, "consolidada en unidad de régimen" (art. 74), instituya exactamente el mismo procedimiento. En esta Constitución, los senadores también provienen de los colegios electorales de las Provincias (art. 23), régimen electoral descentralizado que luego adopta la más unitaria de todas las Constituciones rioplatenses: la del Uruguay de 1830 (art. 27). En síntesis, podemos decir que, en todos los proyectos de 1813 y en las diversas Cartas posteriores, unitarias y federales sin discriminación, se organizó indistintamente el mismo sistema representativo norteamericano, integrándose la Cámara de Representantes con diputados electos en las Provincias, en proporción a sus habitantes, y con uno o con dos senadores por cada una de ellas, en equivalencia perfecta. Este régimen electoral -afecta la democratización del Estado, pero es ajeno en absoluto a su estructura federativa. Sin democracia no habrá verdadero federalismo, pero sin federalismo, puede existir democracia e igualdad representativa de los ciudadanos, de los pueblos y de sus territorios (§ 54). § 146. LA AUTONOMÍA MUNICIPAL Y LA FEDERACIÓN DE ESTADOS. La descentralización municipal, que alegan también a favor de su tesis los autores citados, además de ser igualmente extraña al verdadero federalismo, tampoco existe en ninguno de los proyectos, y menos aún en el de la Comisión Oficial. Si ésta organiza ayuntamientos en las ciudades, villas y cabezas de partido, "compuestos de alcaldes y regidores nombrados por los pueblos anualmente" (cap. XXII, art. 14), sólo les atribuye cometidos vecinales estrictos, debiendo "velar sobre la sanidad, comodidad, abundancia, prosperidad y Ornato de los pueblos; sobre la educación primaria, los establecimientos de beneficencia, la conser- EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 233 vación del orden público, en el modo y forma y con la extensión que prescribirá la ley". .Lo propio hace el Tercer Proyecto. Por tratarse de cuestiones netamente diferenciadas, podría existir descentralización municipal, sin federalismo de Estado, coexistiendo con el unitarismo del mismo modo que con la Federación. Esta afecta a los Estados como tales; aquélla sólo se refiere al orden comunal o vecinal, en concepto administrativo estricto y políticamente restringido. Pero ocurre todavia que el régimen municipal más centralizador dentro de estos tres proyectos, es precisamente el de la Comisión Oficial, al establecer por modo expreso que "al Congreso corresponde exclusivamente la aprobación de los impuestos municipales, que las municipalidades juzguen conveniente establecer en su territorio. A él corresponde aprobar las distribuciones de los impuestos generales que se hagan a las Provincias, y las que las municipalidades hagan en sus territorios; y disponer sobre el modo de enajenar, distribuir o administrar las tierras del Estado" .(cap. XIV, art. 14, Nros. 15 a 17). El proyecto de la Sociedad Patriótica no va tan lejos, aun cuando también faculta al Congreso para "establecer las contribuciones de Alcabala de cualquier género, aunque sean provinciales" (art. 87). 147. LOS GOBIERNOS PROVINCIALES. Debemos destacar que, mientras el proyecto tan unitario de la Sociedad Patriótica organiza al menos el "Gobierno Ejecutivo de cada Provincia" (cap. 20), a cargo de un Prefecto nombrado por el gobierno central de ternas municipales, la Comisión Oficial y el Tercer Proyecto, no disponen nada al respecto, faltando además en ellos el más elemental esbozo de gobierno provincial autónomo y hasta el reconocimiento de las Provincias mismas como tales. Con toda lógica, pues, afirman que, "el ejercicio del poder soberano de la República, reside en el Congreso, en los depositarios del Poder Ejecutivo y en los tribunales establecidos por la ley". 234 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL El principio descentralizador que involucra la elección del Prefecto de ternas municipales, pierde de inmediato toda eficacia al establecer la Sociedad Patriótica que su cometido será el de "cumplir en ella (en su Provincia) todas las órdenes que le comunicará para su ejecución el Presidente" (art. 161), el que "informará oportunamente al Congreso del estado de tranquilidad o novedad en que se hallen las Provincias, y los medios que le parezcan a propósito para consolidar o mejorar su unión" (art. .150). § 148. OTRAS CONSIDERACIONES CORROBORANTES. La prueba evidente y palmaria del sentido unitario de la Comisión Oficial, emerge de modo incontrovertible del estudio de las facultades generales que atribuye al Congreso. Ella siguió con fidelidad en su articulado, aquellas disposiciones de la Carta de 1787 que no contrarían sus propósitos centralizadores; en cambio, se apartó deliberadamente del modelo, toda vez que éste consagraba principios federales. El cap. XIV de la Comisión Oficial, al enumerar en sus trece primeros artículos las facultades del Congreso, reproduce la Sec. VIII del Art. I de la Carta norteamericana, en sus ca= toree incisos iniciales; a pesar de ello elude sistemáticamente las expresiones típicas del léxico federalista "los Estados Unidos", "iodos los Estados", "la Unión", etc., sustituyéndolos por los términos unitarios: "el Estado", "nacional", "la República", etc. Se abstiene por otra parte de reproducir el inciso 17 relativo a1 Distrito Federal que será "sede del Gobierno de los Estados Unidos", y en el cual sólo el Congreso tendrá jurisdicción privativa. Nuevos y valiosos elementos de juicio surgen, si cabe, del estudio comparativo de las prohibiciones. La Carta norteamericana, en efecto, las divide en dos categorías expresamente diferenciadas: a) las impuestas al Congreso en garantía de los derechos fundamentales del hombre (art. I, sec. IX); y b) las im- EL UNITARISMO DE LOS PROYECTOS PORTEÑOS 235 puestas a los Estados, en salvaguardia de los derechos superior res en la Unión en materias de su exclusiva incumbencia (art. I, sec. X). Pues bien; la Comisión Oficial recoge literalmente las primeras (cap. XIV, Nos. 20 a 25), absteniéndose de hacer lo propio con las segundas; procura defender al hombre frente al Poder Público; pero no a la Unión frente a los Estados que, para ella, carecen de existencia, y, por ende, de derechos. CAPÍTULO XIV LA SOBERANIA Y LA VOLUNTAD GENERAL EN LOS PROYECTOS CONSTITUCIONALES DE 1813 SUMARIO: § 149. El "Estado indivisible" inicial. § .150. Su ascendencia revolucionaria. § 151. La Soberanía nacional y sus atributos. § 152. Teoría de la voluntad general. § 153. El unitarismo de la Revolución francesa. § 154. Carácter nacional de las investiduras políticas. § 155. Rousseau y la Revolución de Mayo. § 156. La soberanía y la voluntad' general en los proyectos porteños. § 157. Exclusión total de posibilidades descentralizadoras. § 158. La Soberanía estatal en la Federación. § 159. Réplica del federalismo oriental. § 160. Génesis rioplatense federal y unitaria. § 149. EL "ESTADO INDIVISIBLE" INICIAL. Se ha dudado, - aunque sin fundamento valedero:-, de la tendencia centralista que caracteriza al proyectó de la Coraisi6n Oficial (cap. XIII). No ha sucedido lo mismo con el de la Sociedad Patriótica, de tan neta filiación unitaria que no admite controversia al respecto. Lo propio ocurre con el Tercer Pro,yecto de 1813. El texto de estas iniciativas fundado en el principio de la soberanía y de la voluntad general, resulta intergiversable y categórico. La Sociedad Patriótica, en efecto, al-legislar en el Cap. 69 sobre "la forma que adoptan las Provincias Unidas para su régimen y gobierno", define su unitarismo en dos disposiciones concretas: "Las Provincias Unidas - dice - forman un Estado indivisible. Sus bases principales son las cuatro potestades fundamentales a quienes toca conservar firme y en pié el Edificio del Estado" (1). Por tal modo, frente a los órganos centrales del (1) Ara. 32 y 33 del proyecto de Constitución de la Sociedad Patriótica. "Estas potestades - agrega - son una tuitiva, una ejecutiva, una legislativa y una judicial; a ellas están confiados los tres supremos poderes del Estado, Legislativo, Ejecutivo y judicial" (art. 34). La potestad tuitiva pertenece Senado (art. 36); la legislativa al Congreso, integrado por la Cámara de 238 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Estado no existe el menor indicio de descentralización política ni de autonomía administrativa de carácter territorial. La Constitución de Rivadavia de 1826 recogerá después esta misma corriente ideológica, preceptuando que "la Nación Argentina adopta para su Gobierno la forma representativa republicana, consolidada en unidad de régimen" (art. 74). Es incuestionable la ascendencia revolucionaria dé estas disposiciones. El "Estado indivisible", consolidado en "unidad de régimen",procede de Francia. Así lo consagran la Constitución monárquica de 1791, y las Cartas republicanas de 1793 y de 1795. E1 concepto se apoya en la soberanía de un Estado "único", y en la voluntad general del cuerpo político, conforme a las conocidas definiciones de Rousseau (§ 22), que dichos estatutos políticos copian al pie de la letra. Los mismos principios reaparecen luego en Buenos Aires en los proyectos de 1813, que utilizan términos y fórmulas idénticas (§ 156). Las pragmáticas rousseaunianas de la soberanáa nacional y de la voluntad general, por su parte, influyen en la concepción unitaria del Estado, descartando en asboluto todo reconocimiento de soberanía próvitlcial, y hasta de simple descentralización administrativa local. Las propias investiduras políticas adquieren entonces carácter estrictamente "nacional" (§ 154), provocando todo ello la réplica federalista de las Instrucciones orientales, en cuanto establecen que las Provincias "retienen su soberanía, libertad e independencia", y que sus diputados no son representantes de la Nación, sino del pueblo que los elige (§ 158). § 150. SU ASCENDENCIA REVOLUCIONARIA. La inclusión de la indivisibilidad del Estado en fórmulas constitucionales concretas, proviene - ya hemos dicho -, de las Cartas de la Revolución francesa. La del 3 de setiembre ,Representantes y el Senado (art. 78); la ejecutiva, al Presidente (cap. 19); y la judicial a los nueve magistrados que integran dicho Poder (cap. 21). LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL 239 de 1791, que mantenía aún la realeza, preceptuaba categórico, que "el reino es uno e indivisible" En 1792, Francia suprime la monarquía; pero, "lá Convención Nacional declara que la República una e indivisible" ('), imponiendo pena de muerte intente o proponga destruirla unidad de Francia tituciones de 1793 y de 1795 consagran también la indivisibilidad de la República (°). Lo expuesto significa que tanto el reino, como la República; como el Estado en suma, no admiten ninguna posible fragmentación, conservando de manera permanente su estructura unitaria (supra §§ 23 y 141). El Estado, en efecto, no debe parcializarse en regiones soberanas, ni éstas en comunas autónomas, porque, al decir de Duguit, "no puede existir en un territorio determinado más que una sola y única soberanía, y un mismo hombre no puede estar sometido sino a una sola y única soberanía" ('). Queda descartado por consecuencia, en absoluto, no sólo el hecho.federal.en si mismo, sino también hasta la propia descentralización municipal, a la que es óbice el principio básico de la indivisibilidad del Estado. De acuerdo con esta concepción revolucionaria, "no hay más que un país, una Nación, una soberanía, una ley" ('). (a) Ver título II, art. 14. "El reino es indivisible", repite más adelante citada Constitución de 1791 (Título III, cap. II, sec. L, art. 14). (s) Decreto del 25 de setiembre de 1792. El reinado fue abolido de setiembre de 1792. Decreto del 16 de diciembre de 1792 (L. Duguit y H. Monnier, Constitutiosu de la Franco, París, 1925, pág. 35, nota 4). (') Acta Constitucional del 24 de junio de 1793, art. 19, y Constitución 22 de agosto de 1795, art. 19. (^). L. Duguit, Soberanía y Libortad, págs. 145-146. (r) L. Duguit, Las Transj. del Der. Public., ed. cit., pág. 185. "Supongamos, - dice Duguit en otra de sus obras -, que en un mismo territorio soberanías, o que un mismo hombre esté sometido a dos soberanías. nemos que los dos soberanos dan órdenes contradictorias, 240 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL "Esta idea de la unidad de la soberanía, - agrega Duguit -, ha dado origen al célebre problema del Estado federal. Con arreglo a esta teoría de la soberanía, es absolutamente imposible explicarse el sistema federal, el sistema de los Estados Unidos, donde, por ejemplo, el habitante de Nueva York se halla sometido al mismo tiempo al poder federal de los Estados Unidos y al poder local del Estado de Nueva York. Si estos dos poderes se llaman soberanos, o bien se neutralizan, dejando ambos de serlo, o bien uno de ellos debe ceder al otro, y deja, por esto mismo, de ser soberano. En tal caso, el titular del poder que deja de ser soberano, no es un Estado. Si cede la Federación, los Estados Unidos no son un Estado. El problema es verdaderamente insoluble, y, según mi opinión, esta es una de las mayores pruebas de cuanto tiene de artificial e irreal esta teoría de la soberanía" (e). § 1,51,. LA SOBERANÍA. NACIONAL Y SUS ATRIBUTOS. Para consolidar la indivisibilidad del Estado, la Revolución francesa, en efecto, atribuye exactamente el mismo significado y alcance a la pragmática de la soberanía, declarando, - aún dentro del régimen monárquico -, que ella "es una, indivisi- no se ejecutarán, y entonces no existiría del todo soberanía, dos pretendidas soberanías se traban y anulan recíprocamente, independientes, o bien, si de las dos órdenes contradictorias entonces la voluntad que ha dado esta orden es la única soberana, no, puesto que está limitada, cohibida por la otra voluntad. pues, más que una sola soberanía en un mismo territorio, que los mismos hombres. En otros términos: suponed sobre un mismo dos pretendidas soberanías dictando leyes contradictorias. fuerza obligatoria ninguna de estas dos leyes, y entonces no soberanía, o si una sola de estas leyes es obligatoria, la lo que esta última no será soberana, y sólo lo será la primera. pues, más que una sola soberanía en un mismo territorio". (L. ranía y Libertad, ed. esp. pág. 146). (s) L. Duguit, Soberanía y Libertad, ed. cit. pág. 147 (ver supra 4 23). LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL 241 ble, inalienable e imprescriptible" (a). Idéntico concepto reaparece en la Carta de 1793, proclamada ya la República: "la soberanía reside en el pueblo - dice -; ella es una e indivisible, imprescriptible e inalienable" (t°). "Si el Estado es una persona moral cuya vida consiste en la unión de sus miembros, - había dicho Rousseau -, y si el más importante de sus cuidados es el de su propia conservación, debe haber una fuerza universal compulsiva para mover y disponer cada parte de la manera más conveniente al todo. Como la naturaleza da a cada hombre un poder absoluto sobre todos sus miembros, el pacto social da al cuerpo político un. poder absoluto sobre todos los suyos, y este poder es el que dirigido por la voluntad general, lleva, como he dicho, el nombre de soberanía" (rr). "La primera y más importante consecuencia de los principios arriba establecidos es que la voluntad general puede por sí sola dirigir las fuerzas del Estado, según el fin de su institución, que es el bien común..." "Afirmo, pues, que no siendo la soberanía sino el ejercicio de la voluntad general, no puede enajenarse, y que el soberano que es un ser colectivo, no puede representarse sino por sí mismo, pudiendo el poder trasmitirse, pero no la voluntad" (t'). "Por la misma razón que la soberanía es inalienable, es in—. divisible, porque la voluntad es o no general: es la de todo el pueblo o la de una parte. En el primer caso, esta voluntad de- . clarada es un acto de soberanía y hace ley; pero en el segundo, es tan sólo una voluntad particular, un acto de magistratura o a lo más un decreto" (ta). Es en tal virtud que "en lugar de la persona particular de (s) Constitución del 3 de setiembre de 1791, título III, art. 19. (to) Constitución 1793, Declaración de Derechos, art. 25. (tt) Rousseau, ob. cit., L9 I, cap. IV. (ta) Rousseau, ob. cit., L9 II, cap. I. (ta) Rousseau, ob. cit., L9 II, cap. II. 242 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL cada contratante, este acto de asociación (el pacto social) produce un cuerpo moral y colectivo, compuesto de tantos miembros como la asamblea de votos, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad" (r4). "... Cuando se propone una ley en la asamblea del pueblo, lo que se le pregunta no es precisamente si aprueba la proposición o la rechaza, sino si es conforme o no a la voluntad general, que es la suya; dando cada uno su sufragio, dice su opinión, y del cálculo de los votos se deduce la declaración de la voluntad general" (t"). § 152. TEORÍA DE LA VOLUNTAD GENERAL. El dogma de la soberanía nacional, una e indivisible, se complementa con el principio correlativo de la voluntad general, cuya máxima expresión corresponde a la ley. De ahí la indivisibilidad del Poder Legislativo que la emite. "No teniendo el soberano otra fuerza que el Poder Legislativo, no obra sino por leyes, siendo las leyes actos auténticos de la voluntad general" (lo). Esta misma tesis la sustentaban con toda claridad las Cartas revolucionarias: "la ley es la expresión de la voluntad general", proclama la de, 1791 (tr); "la ley es la expresión libre y solemne de la voluntad general", agrega la de 1793 (18); "la ley es la voluntad general expresada por la mayoría de los ciudadanos o de sus representantes", reitera la de 1795 (ta), Estas definiciones categóricas. conducen a declarar como lo hace la Constitución de 1793, que "el Cuerpo Legislativo es uno, (t4) Rousseau, ob. cit., L9'1, cap. VI. (rs) Rousseau, ob. cit., LQ IV, cap. II. (r°) Rousseau, ob. cit., LQ III, cap. XII. (ir) Declaración de Derechos, art. 6. (ts) Declaración de Derechos, art. 4. (ts) Declaración de Derechos, art. 6. 243 LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL indivisible y permanente" (art. 39), lo mano toda posible parlamentarización local. que descarta de ante- Para Rousseau, "el principio de la vida política está en la autoridad soberana. E1 Poder Legislativo es el corazón del Estado", dice ('°). "... Las leyes no son sino las condiciones de asociación política... E1 cuerpo político tiene un órgano para enunciar su voluntad... El pueblo quiere siempre el bien, peco no siempre lo conoce; la voluntad general es siempre recta pero el juicio que la guía no es siempre claro... Los particulares quieren el bien que alcanzan a ver, el pueblo quiere el que no ve. Todos necesitan igualmente de guías... Ved, pués, de donde nace la necesidad de un legislador" ("). Francia aplicó estrictamente esta teoría dando preeminencia a la asamblea y depositando en la ley la expresión firme .y auténtica de la voluntad general (n). De ahí las fórmulas transcriptas (§ 151). Estos mismos conceptos postulan entre yectos constitucionales porteños de 1813 (§ 156). nosotros los pro- (ao) Róuneau,.ob. cit., L9 III, cap. XI. "El Ejecutivo es su cerebro; - afirma Rousseau -, que da movimiento a todas las partes. El cerebro puede paralizarse, y vivir no obstante el individuo. .Un hombre queda imbécil y vive; pero tan pronto como el corazón cesa en sus funciones muere" (Ibíd.). (x1) Rousseau, ob. cit., 1,9 II, cap. VI. . (sa) "Francia tenía por legisladores estudiantes que aprendieron de memoria la lección de sus maestros.-Aquellos maestros fueron Rousseau y Mably. Cuando se lee "El Contrato Social", causa extrañeza ver expuesta en aquel libro la teoría de la Revolución. Cuentan que uno de nuestros historiadores, al oír los gritos de un motín, se asomó a la ventana y dijo: "He ahí mi historia de la Revolución que pasa". Desde 1790 a 1795, Rousseau hubiera podido decir: "He ahí mi Contrato Social que pasa". Sus ideas fueron las que inspiraron a nuestros legisladores... Rousseau quiere que el legislador cons= tituya su pueblo. Hace de él un mecánico que inventa y pone en movimiento la máquina social. En la Revolución esta idea de mecánica se encuentra por. todas partes. Se quiere formar un pueblo de la manera que se hace una cerradura". (E. Laboulaye, "Estudios sobre lo Constitución de los EE. UU.", trad. esp. de J. Guichot, Sevilla, 1869, T. I, págs. 9 y 10). 244 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL 153. EL UNITARISMO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA Como lógica 'consecuencia de las pragmáticas de la soberanía y de la voluntad general, la Revolución persiguió ferozmente cualquier posible conato de Federación (§ 27), llegando a decretar-pena de muerte contra el que intentase destruir la unidad de Francia (a'). "El principio dé toda soberanía reside esencialmente en la Nación",establece la Carta constitucional de 1791, y "ningún cuerpo, ni ningún individuo puede ejercer autoridad que ,no emane expresamente de ella" ("). Estos principios se oponen a toda posible áutonbitiía federal, y el constituyente de 1791, para asegurar la más rígida centralización política, los. repite sist ática 1 en y em rnente: "Ella (la soberanía) pertenece a la Naci' ninguna sección del ,pueblo, ni,ningún individuo, puede atribuirse su ejercicio" La. Constitución de 1793, al proclamar la- República, establece que "la soberanía reside en el pueblo", pero continúa sosteniendo que "ninguna porción del pueblo puede ejercer la potencia del pueblo entero" ('e). "La soberanía reside esencialmente en la universalidad de los ciudadanos, - se agrega en 1795 -. Ningún individuo, ninguna reunión parcial de ciudadanos, puede atribuirse la soberaiía. Nadie puede sin delegación legal, ejercer ninguna autoridad ni desempeñar función pública" (at). Todos estos principios son en absoluto implicantes, no ya con la soberanía de los Estados miembros de una Confederación, sino también hasta con la propia autonomía local en su grado más simple y rudimentario. Sobre esa base las Cartas revolucio- (?a) Decreto de1;16 de.diciembre de 1792 (ver § 150, nota 4). (e4) Constitución de 1791, Declaración de Derechos, art. 3. (as) Constitución de 1791, título III, art. 19. (ss) , Constitución de 1793, Declaración de Derechos, arts. 25 y 26. (et) Constitución, de! 1795, Declaración de, Derechos, ares. 17 a 19. LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL 245 narias procuraban unificar la Nación, terminando de antemano con cualquier intento descentralizador ( § 27). § 154. CARÁCTER "NACIONAL" DE LAS INVESTIDURAS POLÍTICAS. Las expresadas fórmulas revolucionarias influyen por su lado, en el alcance mismo de la representación política, y hasta en la naturaleza de las investiduras populares. La Constitución monárquica de 1791 preceptuaba que, "la Nación de la que emanan todos los poderes, no puede ejercerlos sino por delegación. La Constitución francesa es representativa; sus representantes son el Cuerpo Legislativo y el Rey" (28 ). La Constitución republicana de 1793 agregó que "la población es la base de la representación nacional", y, "cada diputado pertenece a la Nación entera" (2a). A su vez, la Carta de 1795 define más claramente aún el concepto sosteniendo que, "los miembros del Cuerpo Legislativo no son representantes del Departamento que los eligió, sino de la Nación. entera, y no se les puede dar ningún mandato" (a°). Estos mismos principios pasan a los proyectos porteños de 1813, y la Asamblea Constituyente de Buenos Aires los aplica estrictamente al declarar, en sus primeras sesiones, que "los diputados de las Provincias Unidas son diputados de la Nación en general... no pudiendo de ningún modo obrar por comisión" (§ 177). El precitado Decreto provoca la enérgica réplica del Congreso oriental del 5 de abril de 1813, en cuanto resuelve que los diputados orientales "no se presentarán en la Asamblea Constituyente como diputados de la Nación, sino como representantes de este Pueblo" (§ 177), siendo responsables "de cualesquiera deliberación que directa o indirectamente les sea opuesta" (a1). ('s) , Constitución de 1791, título III, art. 2. (rss) Constitución de 1793, Acta Constitucional, arts. 21 y 29. (ao) Constitución de 1795, título V, art. 52. (a1) Instrucciones del Congreso Oriental, arts. 19 y 21 (v. tomo II, § 246 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL 155. RGUSSEAU Y LA REVOLUCIÓN DE MAYO. Resulta incontrastable la influencia de Rousseau en la Revolución del Río de la Plata (§ 24). Uno de los primeros actos de la Junta de Mayo, en efecto, fue la reimpresión oficial, en junio de 1810, en la Real Imprenta de Niños Expósitos, de la traducción de "El Contrato Social" hecha por su activo secretario, el Dr. Mariano Moreno, "para instrucción de los jóvenes americanos", como se dice en su portada. - En ella se pueden leer los conocidos versos de Virgilio: "...Fo:deris ¿equas. Dicamus leges, socios que in regna vocemus. lEnsid. XI" (§ 4, nota 8), que oportunamente volveremos a encontrar, aplicados con mejor acierto, en el Proyecto Federal del artiguismo (T. II, cap. XII). Como afirma Stammler, Rousseau "ejerció, históricamente, una enorme influencia debido a que sirvió de bandera a la Revolución francesa y se enfrentó victoriosamente al sistema del feudalismo" (88). "Las ideas directrices del Contrato - agrega Chevalier -, penetraron entonces en todos los espíritus cultivados, fecundándolos" (8'). "Lo que la gente aprendió en Rousseau, - concluye Cole -, no fue sólo una teoría de la soberanía popular, sino también del gobierno democrático" (8'). Las doctrinas del filósofo ginebrino llegaron igualmente al Río de la Plata. 'Sus obras, prohibidas durante el coloniaje, figuraban entre aquellas- que el Tribunal de la Inquisición había interceptado en la Aduana de Buenos Aires, impidiendo su difusión y lectura ('°). (sa) Rudolf Stammler, Doctrinas modernas sobre el Derecho y el Méjico, 1941, pág. 112. (sa) Jean Jacques Chevalier, Les Grandes Oeuvres Politiques, pág. 173. (as) G. B. H. Cole, Doctrinas y Formas de la Organización Política, 1938, pág. 42. (as) Se encontraban entre ellas las obras de Maquiavelo, Montaigne, -Raynal, Voltaire, Montesquim y Rousseau, junto con los 39 tomos LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL 247 Pero, como muy bien expresa Seco Villalba "estudiados por los intelectuales y conocidos por la generalidad de los hombres cultos, - tanto "El Contrato Social" de Rousseau, como "Del Espíritu de lar Leyes", de Montesquieu -, con su reguero de fecundas germinaciones, aunque prohibidos, formaban parte del bagaje ideológico colonial y se anunciaban sin recato" (aa). La prematura muerte de Mariano Moreno, no apagó el entusiasmo por la obra de Rousseau. La Sociedad Patriótica fué creada por sus amigos y partidarios, para debatir los principios del gobierno libre (§ 82), y su proyecto de Constitución se fundamenta precisamente'en el concepto de la voluntad gerteral de un Estado indivisible, recogiendo por tanto con toda fidelidad las enseñanzas del filósofo. En Moreno se ha pretendido reconocer después, un precursor del futuro federalismo rioplatense; sin embargo, nada más ajeno a la verdad misma que fluye de los hechos. Moreno fué en estas latitudes, no sólo el introductor "oficial" de Rousseau y de sus teorías centralizadoras, sino también uno de los más vehementes e ilustres propagandistas de su doctrina y de sus ideas (T. II, § 329). § 156. LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL EN LOS PROYECTOS PORTEÑOS. Se explica así qué "el Estado indivisible" que proyecto de la Sociedad Patriótica (§ 149), se afirme en el prin- prestigia el Enciclopedia Francesa y los 4 del Diccionario Histórico y Critico de Bayle (Archivo Gral. de la Nac., Gob., 1812, S. V. C. VIII, A. 3, NQ 4). (ss) José Armando Seco Villaba, ob. cit., pág. 13. "Consúltese: Ricardo Levene, Ensayo Histórico sobre la Revolución de Mayo y Mariano Moreno, Buenos Aires, 1920, T. I, cap. II y sig.; José Ingenieros, La Evolución. de lar Ideas Argentinas, Buenos Aires, 1918, T. I, cap. I; Vicente Fidel López; Historia de la República Argentina, Buenos Aires, T. I, cap. XXIII. El propio Deán Funes se atrevió a exponer ideas de Rousseau, nada menos que en la Oración F'nebre.de Carlos III, pronunciada en la Catedral de Córdoba, y publicada en Buenos Aires en 1790, en la Real Imprenta de Niños Expósitos (ibídem, pág. 13, nota 10). .248 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL cipio correlativo de la indivisibilidad de la soberanía, y en el dogma revelado de la "volante générale", que presupone la existencia de un "yo común" encarnando la soberana voluntad de la Nación ( § 22). Los apotegmas políticos de Rousseau, recogidos primero por el constitucionalismo revolucionario de Francia (§§ 150 y s.), trascienden luego ad lítteram a los tres proyectos confeccionados en Buenos Aires a fines de 1812 y principios de 1813. "La soberanía del Estado reside esencialmente en el pueblo", - decía la Comisión Oficial -, y "el ejercicio del poder soberano de la República reside en el Congreso, en los depositarios del Poder Ejecutivo y en los Tribunales establecidos" ("). "La voluntad general, expresada por la mayoría de los representantes y senadores de los pueblos, constituye la ley", agregaba la Sociedad Patriótica (art. 193). E1 Tercer Proyecto de 1813, por su parte, reproduce ambas fórmulas a la vez: preceptúa como la Comisión Oficial, que la soberanía "reside esencialmente en el pueblo", y "el ejercicio de ella en sus inmediatos delegados" (art. 2Q); y prescribe, - como la Sociedad Patriótica -, que "la ley es la voluntad general expresada por la mayor parte de los ciudadanos o de sus representantes". "El derecho de expresar la voluntad general del pueblo, -agrega más adelante -, corresponde a sus representantes elegidos por la comunidad de todos los ciudadanos, libremente, y en la forma que prescriba la Constitución" ('s). He aquí como fructifican en el Río de la Plata, las teorías mismas de Rousseau y las fórmulas concomitantes de la Revolución, sirviendo ambas de sólida base política y de lógico fundamento jurídico al unitarismo indeclinable de la vieja capital del Virreinato. (st) Proyecto de la Comisión Oficie cap. I, art. 24, y cap. IV, art. 1°. (ss) Tercer Proyecto constitucional de 1813, Preámbulo, Np 3; y cap. 54, art. 11. LA SOBERANÍA Y LA VOLUNTAD GENERAL 249 § 15%. EXCLUSIÓN TOTAL DE POSIBILIDADES DESCENTRALIZADORAS. Comentando los principios de la soberanía nacional y de la voluntad general, impuestos poda Revolución francesa (§ 152), - que recogen, según lo expresado, los proyectos de 1813 (§ 156) -, dice con todo acierto León Duguit: "La consecuencia que resulta de esto, desde el punto de vista de la ley, se advierte fácilmente. Siendo la ley la expresión de la voluntad soberana una e indivisible, es evidente que no puede haber sobre un territorio más que una ley, porque los miembros de la Nación no pueden estar sometidos más que a una sola ley, la ley nacional, y no puede haber ni leyes regionales ni leyes de asociaciones o corporaciones" (e°). La Federación, pues, con su Gobierno y su Parlamento local era en el Río de la Plata un hecho jurídica y políticamente imposible, cómo lo fué en Francia bajo el imperio de las mismas teorías (§ 153). Estas dos pragmáticas armónicas de la "voluntad general" y de la "soberanía del Estado", en efecto, convergen en un tercer principio concordante, que importa en si mismo la más rotunda negación federalista: "Ningún individuo, o reunión parcial de ciudadanos, - preceptúa el Tercer Proyecto de Buenos Aires -, puede atribuirse la soberanía, ni ejercer autoridad alguna, ni desempeñar función pública, sino por delegación legal" ('°). Este precepto proviene también de las Cartas. revolucionarias (§ 153), importando una de las más claras y definidoras disposiciones del unitarismo porteño de 1813. Si ninguna reunión parcial de ciudadanos puede atribuirse la soberanía, quedan por ello en absoluto excluídos, jurídica y políticamente, todos los derechos básicos de las Provincias, que, al constituir simples secciones o partes del Estado, no pueden desempeñar función pública, sino por mera delegación de sus órganos centrales. Conforme a estas ideas no cabe el hecho federal, en que una reu- (ss) L. Duguit, Las Transformaciones del Der. Público, págs. 184-185. (4o) Tercer Proyecto, Preámbulo, N° 5. 250 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL nión parcial de individuos (los ciudadanos de la Provincia), ejercen por sí la soberanía, designando su Gobierno y su Parlamento, dándose una Carta política dentro de su propia circunscripción territorial. El principio arriba transcripto, aparejará luego interesantes aplicaciones acerca de la naturaleza de las investiduras políticas de los integrantes de la Asamblea Constituyente, al declarar ésta que sus miembros eran representantes de la Nación (§ 177), concepto que provoca la contundente réplica del Congreso de Montevideo del 5 de abril de 1813, en cuanto resuelve que los diputados orientales no se presentarán en la Asamblea como -diputados de la Nación, "sino como representantes de este pueblo" (4t). § 158. LA SOBERANÍA "ESTATAL" EN LA FEDERACIÓN. Si de Rousseau y de Francia llegan al Río de la Plata principios políticos de la indivisibilidad de un Estado apoyado en las pragmáticas fundamentales de la voluntad neral y de la soberanía nacional; de Montesquieu y de América, en cambio, proviene el sistema opuesto de la ción, con su pluralidad de Estados conforme al dogma de la soberanía de los Estados miembros de la Confederación. Para Montesquieu este sistema constituye "una convención mediante la cual diversas entidades políticas sé prestan a formar parte de un Estado más grande, conservando, cada una su personalidad" (§ 21). Consecuente con ello en la primera Unión norteamericana de 1781, se declaró expresamente que "cada Estado retiene soberanía, libertad e independencia, 'y todo poder, jurisdicción y derecho, que no es delegado expresamente por esta Confederación, a los Estados Unidos juntos en Congreso" ("). En la reforma constitucional de 1787, aunque este principio (4t) Instrucciones del Congreso, art. 19 (v. T. 11, (42) "Artículos de Confederación y perpetua Unión" de 1781, art. LA SOBERANÍA Y .LA VOLUNTAD GENERAL 251 fue omitido en los textos escritos, él se mantuvo implícitamente al definir por modo limitativo las prerrogativas y facultades de los tres poderes del gobierno central, estableciendo en fórmulas explícitas las facultades propias de cada uno de ellos - particularmente las del Congreso -, en régimen de conce ion expresa de poderes (§ 54). La Enmienda X colmó poco después ese vacío, agregando que "los poderes no delegados a los Estados Unidos por la Constitución, ni prohibidos por ella a los Estados, están reservados a los Estados o al pueblo, respectivamente" (4"). Tan concreta como definidora disposición -, no existe en . los proyectos constitucionales de Buenos Aires; en cambio, figura, aunque revistiendo distinta forma, en las Instrucciones y proyectos orientales (§-159). § 159. RÉPLICA DEL FEDERALISMO ORIENTAL. Los principios unitarios de la Revolución francesa, se fundamentan los proyectos porteños de 1813, nación inmediata en las Instrucciones y en los tales del mismo año. En- lugar del "Edificio de un Estado indivisible", proclaman que "no admitirán. otro sistema que el de la Confederación para el pacto recíproco con las Provincias que formen nuestro Estado" ("), organizando en concordancia el Proyecto Federal de 1813, la Confederación de las Provincias Unidas de la América del Sur ('"). En su consecuencia, sustituyen el principio dé la soberanía nacional, una e indivisible, absoluta y suprema, por el de la soberanía "provincial", estableciendo que cada Provin- (4s) E1 sistema constitucional norteamericano ha tulos IV a VII. Nos remitimos, pues, a lo allí (44) Arts. tos. de todas las Instrucciones orientales (v. T. II, y 296). (4s). Art. 19 del Proyecto Federal del diputado por Canelones Felipe dozo (v. T. II, cap. XII). "Plan de una Constitución liberal federativa las Provincias Unidas de la América del Sud", se titula el Proyecto, niendo sesenta y cuatro "Artículos de Confederación y perpetua 252 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL cía "retiene su soberanía, libertad e independencia, der, jurisdicción y derecho que no sea delegado expresamente por la Confederación en las Provincias Unidas" ('e). "El pueblo que ocupa el territorio anteriormente llamado Campaña Oriental, - agregará el proyecto de Constitución para la Banda Oriental confeccionado también en 1813 -, por la presente acuerda solemne ¡mutuamente con cada uno de los otros, formar él mismo en un cuerpo político, o Provincia libre, soberana e independiente con el nombre de Provincia Oriental del Uruguay" (47 ). En concordancia, la precitada Constitución oriental expresa que "el pueblo de esta Provincia tiene el solo y exclusivo derecho de gobernarse él mismo, como un Estado libre, soberano e independiente; y desde ahora en adelante ejercitará y gobernará todo poder, jurisdicción y derecho que no sea, o no pueda ser en lo sucesivo, delegado expresamente por él en las Provincias Unidas juntas en Congreso" ('e). Se explica asf la primera y fundamental divergencia que se plantea entre la Asamblea Constituyente de Buenos Aires y el Congreso Oriental de abril de 1813, sobre el carácter nacional o local de las investiduras representativas (supra § 157; infra §§ 177 y 178). Planteado el problema político en términos tan claros como irreductibles, comenzará a funcionar también desde entonces, prácticamente, el régimen de los pactos políticos para facilitar la posible constitución y organización del Estado (cap. XIX). las Provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, tal, Córdoba y Tucumán", como expresa en su encabezamiento 44 87 y 99). (se) Art. 99 de las Instrucciones del Congreso; art. 11 de las de Artigas; art. 29 del Proyecto Federal de 1813. (st) Art. 19 del cap. 2 del proyecto de Constitución para (a Banda Oriental (ver T. 11, cap. XIII). (fs) Art. 49 del cap. 19 del proyecto de Constitución para la Banda LA SOBERANÍA _Y LA VOLUNTAD GENERAL 253 160. GÉNESIS RIOPLATENSE FEDERAL Y UNITARIA. Recapitulando tenemos que los proyectos porteños de 1813 toman sus disposiciones de diversas fuentes: en su faz dogmá• tica, es decir, en lo que atañe a los derechos del Estado, se apoyan en el constitucionalismo revolucionario de Francia; pero en su faz orgánica, esto es, en lo atinente a la composición y funcionamiento de los poderes públicos, se basan en la Carta norteamericana de 1787. Sin embargo, cuando buscan inspiración en Francia, siguen con absoluta fidelidad sus pragmáticas unitarias; en cambio, cuando adoptan las principales bases orgánicas de los Estados Unidos, excluyen sistemáticamente todas sus fórmulas de tendencia federal. La Carta de 1787 estructura en sus primeros artículos, los tres grandes poderes nacionales; pero por el IV, "los Estados Unidos aseguran a cada Estado, en esta Unión, una forma republicana de gobierno" (art. IV, sec. IV). Privada de este fundamental principio, la Constitución norteamericana resultaría tan típicamente unitaria que podría servir de modelo a cualquier país individualista de régimen centralizado. Fue esto precisamente, lo que intentaron los proyectos porteños de 1813, y lo que hicieron después las Cartas rioplatenses de 1819 y de 1826. Por el contrario, las Instrucciones orientales de abril de 1813, y los planes artiguistas de estructuración federal y provincial, se amoldan estrictamente, en letra y en espíritu, en lo dogmático como en lo orgánico, al constitucionalismo norteamericano; y si bien fluctúan entre sus dos grandes fuentes de 1781 y de 1787, no toman nada en cambio, ni de la centralización francesa ni del unitarismo rousseauniano. Es posible que de esa lealtad a los principios de la democracia del Norte, que se mantienen puros e incontaminados, provenga su expansiva fuerza de convicción, que opone firme y resuelta valla al propósito unificador de Buenos Aires, definido ya en todos sus estatutos de 1810 y 1811, y que encuentra luego su máxima expresión en los proyectos constitucionales que venimos estudiando, así como en la obra misma de sus tres grandes Asambleas Constituyentes. 254 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Aquellos proyectos no fueron entonces sancionados, pero la primera Asamblea recogió fielmente su espíritu centralista, para trasmitirlo a las Constituyentes posteriores de Tucumán y Buenos Aires, agudizándose en la primera con su tendencia monárquica; y en la segunda, con el propósito irreductible de Rivadavia de liquidar para siempre cualquier posible manifestación descentralizadora. Sin embargo, el federalismo inicial, de origen artiguista, se sobrepone con éxito a toda adversidad, y venciendo las resistencias que se le oponían, logra disolver las dos primeras Constituyentes, para derogar después, como veremos, las Cartas unitarias de 1819 y de 1826. CAPITULO XV EL UNITARISMO PORTEO Y LA REPLICA ORIENTAL DE 1813 SUMARIO: 4 161. Enfoque histórico del problema político rioplatense. 4 162. Régimen unitario de las juntas de Gobierno. 4 163. Concentración del Poder en los triunviratos. 4 164. Los proyectos centralistas de la Ca-misión Oficial y de la Sociedad Patriótica. § 165. EL Tercer Proyecto y su tendencia unitaria. 4 166. Régimen de gobierno "único" en los proyectos de Buenos Aires. 4 167. La Capital centralizadora del Estado. 4 168. Desconcentración judicial. 4 169. La Asamblea Constituyente de 1813 y la unidad del Estado. 4 170. La Federación y el régimen de sus poderes públicos. 4 171. El dualismo gubernamental federalista. 4 172. Su estructuración práctica. § 1671. ENFOQUE HISTÓRICO DEL PROBLEMA POLÍTICO RIOPLATENSE. La indeclinable vocación centralizadora de la antigua capital del Virreinato aflora en todos sus estatutos e iniciativas políticas, desde los primeros decretos de la Revolución inspirados lógicamente en las prácticas de España, hasta 1827, en que las Provincias argentinas, sin otra excepción que las de Buenos Aires, Catamarca y Tucumán, "convienen en.desechar la Constitución que ha sancionado el Congreso Constituyente por estar formada cobre la base del .sistema de unidad, que está en oposición a la voluntad general de las Provincias" (r). En concordancia con su definida tendencia unitaria, los proyectos constitucionales de 1813 recogen el influjo ideológico de Rousseau y los grandes principios correlativos de las Cartas revolucionarias de Francia. Pero, la línea histórica de Buenos (s) Art. 39 del proyecto de "tratado de alianza ofensiva y defensiva entre las Provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Santiago del Estero, Rioja, Salta, Mendoza, San Juan, San Luis y Banda Oriental, por el que se comprometen a la organización del país en un nuevo Congreso bajo la forma federal" (V. Ravignani, ob. cit., T. VI, 28 parte, pág. 167). Este tratado fué suscripto parcialmente. 256 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Aires, se determina ya desde su iniciación, de modo preciso, en el Acta Capitular del 25 de mayo de 1810, manteniéndose luego sin claudicaciones, durante diez y siete años consecutivos. Si el 25 de mayo se confía a la Junta de Gobierno "la autoridad superior del Virreinato", el proyecto de la Sociedad Patriótica tenderá en 1813 a "conservar firme y en pie el Edificio del Estado", de "un Estado indivisible" (§ 149); y la Carta de Rivadavia del 24 de diciembre de 1826 proclamará después a la Nación Argentina, definitivamente "consolidada en unidad de régimen" (art. 7). De ahí la alianza de las "Provincias federales" y su compromiso de poner "todos sus recursos para destruir a las autoridades nominadas nacionales" ('). Antes de 1813, el unitarismo político y la centralización administrativa habían recibido consagración práctica en los diversos estatutos y reglamentos de las juntas y triunviratos, confeccionados bajo influencia española; después de 1813, el principio orientador de la soberanía nacional, única e indivisible, al modo revolucionario, pasa a los estatutos provisorios del régimen directorial, y más tarde a las dos Cartas de 1819 y 1826. La Constitución uruguaya recogerá en 1830 esos conceptos básicos, que llegan a nuestros días a despecho de todas las reformas posteriores (a). Por el contrario, las Instrucciones y los proyectos tas de 1813 proclaman entonces el dogma político inverso soberanía provincial, por el que retienen las Provincias con "su soberanía, libertad e independencia, todo poder, dicción y derecho no delegado expresamente en la Confederación" (§ 158). El respeto al principio de la "soberanía cial" promueve entre 1813 y 1820 diversos pactos concertados entre Buenos Aires, Artigas y las Provincias litorales, (a) Art. 49 del Tratado del 17 de mayo de 1827. (s) Esa continuidad de principios aparece de manifiesto en el art. 49 de revisión de 1951, al consagrar la misma fórmula del art.-49 de~1830, estableciendo ambos que "la soberanía en toda su plenitud existe radicalmente la Nación". EL UNITARISMO PORTEÑO 257 después por los grandes e históricos tratados de 1827, 1852 y 1859, que consolidan en definitiva la República tina (cap. XIX). Este doble proceso político en que se trastocan paradóJicamente los términos del problema, cristalizando en tierra oriental el unitarismo porteño, y en las Provincias argentinas el federalismo artiguista, es digno, en todos sus aspectos, de meditado estudio y de justa y adecuada valorización'jurídica. 162. RÉGIMEN UNITARIO DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO. El 25 de mayo de 1810, se confía el poder a una junta de Gobierno Provisorio, integrada por siete miembros (') en calidad de "depositarios de la autoridad superior del Virreinato" (textual), quedando solamente "excluidos de ejercer el Poder judiciario% y necesitando la adquiescencia del Cabildo de Buenos Aires para imponer contribuciones o gravámenes (s). Por tal modo, la junta recoge la potestad de los antiguos virreyes, centralizando el Poder Público en todo el territorio. En el mismo acto se dispone que los Cabildos de las ciudades y villas del interior, convoquen a la parte "más sana del vecindario" para elegir representantes, a los efectos de "establecer la forma de gobierno que se considere más conveniente" (art. 11), agregándose en la circular del 27 de mayo que "los diputados han de irse incorporando en esta junta, conforme y por orden de su llegada a la Capital" (s). Esto dio mérito a la (') Sus nombres figuran en el Acta Capitular, correspondiéndole a nelio de Saavedra la presidencia, siendo vocales Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Tenía la Junta, además, dos secretarios: los Dres. Juan José Passo Moreno (V. Ravignani, ob. cit., T. VI, 29 parte. pág. 926). (s) Arts. 39, 99 y 79, respectivamente, del Acta Capitular del 25 de de 1810). (s) Por el Acta Capitular del 25 de mayo los diputados debían jurar "no reconocer otro soberano que el Sr. D. Fernando VII y sus legítimos sucesores..., y estar subordinados al Gobierno que legítimamente le represente" (art.11). 258 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL formación el 18 de diciembre de 1810 de la llamada Junta Grande, compuesta por veintidós miembros con los representantes de las Provincias, desapareciendo así, en el órgano ejecutivo de Gobierno, la incipiente división de poderes insinuada en el Acta Capitular (ver T. II, § 335 y T. III, cap. II). Nada obstó sin embargo, a que la nueva junta continuara centralizando el Poder Público. Creadas con posterioridad las Juntar Provinciales, presididas por el Gobernador e integradas por otros cuatro miembros de elección popular, se dispuso expresamente el 10 de febrero de 1811, que en ellas "residirá in solidum toda la autoridad del Gobierno de las Provincias... pero con entera subordinación a esta Junta .superior" (art. 24). El régimen de Mayo, fue así en todas sus manifestaciones eminentemente unitarió y centralista (T. II, §§ 334 y 338 y T. III, cap. II). § 163.'CONCENTRACIóN DEL PODER EN LOS TRIUNVIRATOS. El centralismo-de Buenos Aires no sufrió variante alguna cuando se resuelve por Bando del 23 de setiembre de 1811, "constituir un Poder Ejecutivo compuesto de tres vocales y tres secretarios sin voto". Por el contrario, se agudizan estas características con la concentración del Poder en el Triunvirato. El Bando del 23 de setiembre, justifica esa reforma en "consideración a la celeridad y energía con que deben girar los negocios de la patria, y las trabas que ofrecen al efecto la multitud de los vocales". Se establece entonces que los miembros de este primer Triunvirato, "tomarán el Gobierno bajo las reglas o modificaciones que deberá establecer la Corporación o Junta Conservadora que formarán los .señores diputados de los pueblos.:. debiendo entenderse que los miembros que componen el Poder Ejecutivo son responsables de sus acciones a la Tunta Conservadora" (t). (t) Bando del 23 de setiembre de 1811 (V. Ravignani, ob. cit., T. VI, 2s parte, pág. 931). Según el Reglamento del 22 de octubre de 1811 la junta 259 EL UNITARISMO PORTEIVO Por el Reglamento sin vigencia del 22 de octubre se confiaron a la Junta Conservadora determinadas legislativas (°) y al Triunvirato las de orden declarándose que "el Poder judicial es independiente" art. 19) (T: III, § 426). E1 Estatutó provisorio del 22 de noviembre de 1811 disuelve poco.después'la junta Conservadora, reasumiendo el Triunvirato la calidad de "Gobierno provisional de las Provincias Unidas del Río, de la Plata a nombre del Sr. D. Fernando VII" (ver T. II, §§ 340 y 342, y T. III, § 428). El 8 de octubre de 1812 el primer Triunvirato fue reemplazado por otro, sin variar por ello su carácter de Poder único, ni la concentración total del Gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Este segundo Triunvirato convoca el 27 de octubre la Asamblea Constituyente para entrar al estudio y redacción de una Carta constitucional (ver T. II, cap. IX). § 164. LOS PROYECTOS CENTRALISTAS DE LA SOCIEDAD PATRIÓTICA. DE LA COMISIÓN OFICIAL Y La concentración del poder en los triunviratos porteños, prepara el clima propicio para el advenimiento de los referidos proyectos constitucionales de 1813, que introducen en el Río de la Plata, como ya lo hemos destacado, los principios de la soberanía indivisible del pueblo y de la voluntad general del Cuerpo Político (§ 156). Se abandona desde entonces la influencia de España, para seguir resueltamente a Rousseau y a Francia en sería "CONSERVADORA de la soberanía del Sr. D. Fernando (ibídem, pág. 601). (s) "La declaración de guerra, la paz, la tregua, tratados de límites, comercio, nuevos impuestos, creación de tribunales o empleos... tos de individuos del Poder Ejecutivo... son asuntos de su privativo procediendo el informe y consulta del Poder Ejecutivo" (Sec. (s) "La defensa del Estado, la organización de los ejércitos, público, la libertad civil, la recaudación e inversión de los fondos el cumplimiento de las leyes y la seguridad real y personal de 'ciudadanos forman el objeto del ejercicio de su autoridad" 260 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL la faz dogmática de esa primera formulación política (supra, cap. XIV). Pero, en la faz orgánica, acepta Buenos Aires la doctrina de Montesquieu y los principios de la Carta norteamericana de 1787, particularmente en lo que refiere a composición y funcionamiento de los órganos del Gobierno nacional, incorporándose desde entonces a nuestro constitucionalismo, el verdadero régimen de división tripartita del Poder Público, con su Legislativo doble, su judicial independiente y su Ejecutivo único, de carácter presidencial (Sociedad Patriótica) o triunviral (Comisión Oficial), recíprocamente vinculados entre ellos por los clásicos mecanismos de control de dicha fórmula originaria (infra, cap. XX). Llegamos as¡ a un punto de coincidencia, y a la vez de diferenciación, entre este incipiente régimen orgánico de Buenos Aires, y la concepción artiguista de las Instrucciones orientale y del Proyecto Federal de 1813. Estos instrumentos, en ,efecto, organizan también en el orden nacional la división de poderes al modo norteamericano, con igual composición de los tres órganos fundamentales del Estado, y hasta con idénticos frenos y contrapesos de contención. Pero las bases artiguistas estructuran al propio. tiempo, de modo paralelo, un régimen autónomo de gobierno provincial, aplicando en él, exactamente, la misma fórmula tripartita de poderes. Los proyectos constitucionales de la Capital como sus estatutos positivos, en cambio, no consagran entonces otro sistema político que el del gobierno central y único radicado en Buenos Aires. § 165. EL TERCER PROYECTO Y SU TENDENCIA UNITARIA. Hemos dicho que el proyecto de Constitución fechado el 27 de enero de 1813, que se designa generalmente como el Tercer Proyecto, procura conciliar y armonizar las iniciativas de la Comisión Oficial y de la Sociedad Patriótica (§ 83), sumando por consecuencia sus vicios y virtudes. En la faz orgánica recoge EL UNITARISMO PORTEÑO 261 las disposiciones de la Comisión Oficial, estructurando su mismo régimen de poderes públicos a semejanza del de Filadelfia; pero. en la faz dogmática se inclina más al rígido unitarismo de la Sociedad Patriótica, de notoria ascendencia revolucionaria (§§ 149 y s.). El Tercer Proyecto, pues, mantiene la técnica de la Comisión Oficial en lo que respecta a la composición y al funcionamiento de los tres grandes poderes del Estado, reproduciendo igualmente sus diversos textos relativos a la organización electoral, municipal y judicial. Estas últimas semejanzas, y de modo principal las de carácter electoral, han llevado a descubrir en su articulado el mismo atisbo federalista entrevisto en el proyecto de la Comisión Oficial (§ 136). Sin embargo, nada más relevante que su bien definido unitarismo. Las razones expuestas al comentar aquella iniciativa (cap. XIII), se aplican en su totalidad al Tercer Proyecto, ya que si bien sigue en lo orgánico a la Carta de los Estados Unidos de 1787 (§ 138), lo hace con iguales salvedades y con la misma inconsecuencia que caracteriza a los proyectos de la Comisión Oficial y de la Sociedad Patriótica (§ 139). No consagra la soberanía provincial (§ 142), ni su régimen dual de gobierno, y de poderes (§ 143), ni su doble Constitución (§ 144), ni los demás principios básicos que alcanzan a configurar una .verdadera Federación. Ni siquiera establece el Tercer Proyecto el "Gobierno Ejecutivo de cada Provincia" - que encontramos en el proyecto de la Sociedad Patriótica (§ 159) -, limitándose siniplemente a repetir su régimen municipal subordinado (cap. 11). La potestad ejecutiva se concentra en un Directorio triunviral (art. 110), del mismo modo que la potestad parlamentaria radica en el Cuerpo Legislativo. A éste compete, entre otras, la facultad de "aprobar los impuestos municipales que los pueblos quieran establecer para el fomento de su territorio", lo mismo que la de "decidir sobre todas las diferencias de jurisdicción o territorio entre las diversas Provincias del Estado, y hacer la división de ellas y de sus respectivos partidos" (art. 88). 262 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL § 166. RÉGIMEN DE GOBIERNO "IJNICO" EN LOS PROYECTOS' BUENOS AIRES. Pese a'la notoria influencia norteamericana en lo relativo a la composición y funcionamiento de los poderes públicos, los proyectos de Buenos Aires guardan total consecuencia a Francia y a Rousseau, tanto al proclamar los grandes principios teóiicos de la soberanía y de la voluntad general (§§ 152 y 156), como al abstenerse, prácticamente, de organizar en las Provincias un régimen de gobierno propio, no reconociendo otros poderes autónomos que los del Estado central. La Comisión Oficial y el Tercer Proyecto, en efecto, no crean órganos provinciales. La Sociedad Patriótica, por su parte, si bien establece el "Gobierno Ejecutivo de cada Provincia" (r°), a cargo de un Prefecto nombrado por el Presidente de la República "en terna de la Municipalidad respectiva" (art. 164), agrega que este Prefecto de Provincia "deberá cumplir en ella todas las órdene que le comunicará para su ejecución el Presidente (art. 161), entendiéndose con éste "por conducto de la Policía" (art. 149), la que "correrá a cargo del Ministerio del Interior" en todo el país (art. 159). _ Lo propio acontece en el orden parlamentario, en que los tres proyectos, de modo idéntico, concentran en las Cámaras nacionales toda la potestad legislativa del Estado. Decía entonces la Sociedad Patriótica que al Congreso compete "la facultad privativa de.hacer las leyes generales que se han de observar en todo el territorio del Estado", y, entre ellas, "la de establecer las contribuciones de cualquier género, aunque sean provinciales", lo mismo que ]as de arreglar el comercio "de unas Provincias con otras dentro del territorio del Estado". Todas estas leyes "deben guardarse recíproca y religiosamente por todas las ciudades, clases e individuos", sin la menor posibilidad de descentralización parlamentaria (tt). (to) Proyecto de la Sociedad Patriótica, cap. 20, arte. 190 a 166. (tt) Proyecto de la Sociedad Patriótica, arte. 29 y 87. EL UNITARISMO PORTEÑO 263 La Comisión Oficial, por su parte, expresaba categóricamente que "la potestad de hacer las leyes reside en el Congreso", al que "corresponde exclusivamente la aprobación de los impuestos municipales" (t' ). El Tercer Proyecto confiaba también al Poder Legislativo la facultad de "aprobar los impuestos municipales", agregando que "las funciones del Cuerpo Legislativo son indelegables" (ra). 1.67. LA CAPITAL CENTRALIZADORA DEL ESTADO. Para asegurar la mayor celeridad y eficacia posible en el manejo de todos los resortes que centralizan la actividad política y administrativa, los proyectos de la Comisión Oficial y de la Sociedad Patriótica, ubican la Capital del Estado fuera de Buenos Aires, en un centro geográfico del país, "de donde pueda el Gobierno comunicar su acción a, todas partes". "Al Congreso corresponde determinar el lugar de sus sesiones y el en que haya de. establecerse la Silla del Gobierno - decía la Comisión Oficial -, el cual ha de ser precisamente fuera de Buenos Aires" ("). Con esta proposición se procura mantener la unidad centralizadora del Estado; conforme a la expresada definición inserta en el Proyecto de la Sociedad Patriótica: "El Congreso se juntará en la Capital, que será siempre una ciudad que no sea cabeza de ninguna Provincia, y esté en un centro igualmente distante de los extremos del Estado, de donde pueda el Gobierno comunicar igualmente su acción a todas partes" ('"). Comprobaremos en su oportunidad la desconcertante coincidencia que se produce, en este aspecto, entre las Instrucciones orientales y los proyectos porteños, al ubicar todos sin excepción, la Capital del Estado fuera de Buenos Aires, defendiendo (ra) Proyecto de la Comisión Oficial, cap. IV, art. 24 y cap. XIV, art. 15. (ts) Tercer Proyecto de Buenos Aires, arts. 88 y 67, respectivamente. (ra) Proyecto de la Comisión Oficial, "Adición" al cap, XIV. (ts) Art: 78 del Proyecto de la Sociedad Patriótica. 264 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL por igual, exigencias inherentes a sus respectivas escuelas unitaria y federal. Las Instrucciones procuran neutralizar la preeminencia de la poderosa Capital del Virreinato (ver T. II, § 292, art. 11, y § 294, art. 19); los proyectos porteños, en cambio, sólo buscan, como lo dirá después la Asamblea, que el Gobierno pueda obrar con energía, ejecutar con rapidez y dirigir con unidad todos los resortes del sistema político. Esta posición abona, indudablemente, la sinceridad de sus autores, demostrando que responde a firme convicción principista y no a razones meramente hegemónicas, dado que sacrifica el derecho de Buenos Aires fundado en la tradición colonial, para propugnar por una nueva Capital en el centro geográfico del país, de donde pueda el Gobierno irradiar con eficacia su acción a todas partes. § 168. DESCONCENTRACIóN JUDICIAL. Corresponde destacar que, dentro del rígido sistema de los proyectos de Buenos Aires, el de la Sociedad Patriótica - quizás el más unitario en lo que se refiere a facultades del Poder Legislativo y Ejecutivo -, establecía una excepción expresa en el orden judicial, consagrando la descentralización de las Provincias en materia contenciosa. Ella organiza, como en Norteamérica, un Supremo Poder de Justicia en la capital del Estado, con determinada competencia originaria; pero a continuación agrega: "cada Provincia, tendrá una Sala de Apelaciones en la cabeza de dicha Provincia, en la cual se acabarán los juicios con los dos grados de vista y revista" (te). Esta descentralización judicial la encontramos también entonces, como aspiración política de las Provincias, en otros instrumentos unitarios de la época. En las Instrucciones que dio Córdoba a sus diputados el 12 de diciembre de 1812, se exigía ya, en efecto, a pesar de ser notoriamente unitarias, "que todas las causas civiles y criminales de cualquiera gravedad o (ra) Proyecto de Constitución de la Sociedad Patriótica, cap. 21, art. 177, 265 EL UNITARISMO PORTEÑO cantidad, pertenecientes a los habitantes de esta ciudad, sean en ellas substanciadas y concluídas en todos los grados y recursos; incluyendo también el último de suplicación" (ver T. II, á 348). § 169. LA ASAMBLEA ESTADO. CONSTITUYENTE DE 1813 Y LA UNIDAD DEL Los tres proyectos constitucionales que venimos comentando fueron sometidos por el Gobierno a la Asamblea Constituyente en sus sesiones iniciales, y si bien ésta no llegó a sancionarlos, sus principios unitarios encontraron en su seno ambiente propicio desde el primer momento. En la sesión inaugural del 31 de enero de 1813 declaró ya la Asamblea "que reside en ella la representación y ejercicio de la soberanía de las Provincias del Río de la Plata", quedando así plenamente de manifiesto su propósito centralista y unificador. Consecuente con ello, en el "Estatuto dado al Supremo Poder Ejecutivo" el 27 de febrero de 1813, la Asamblea se atribuye, con carácter privativo, la totalidad de la potestad legislativa (§ 175). "La salud pública exigía entonces - dice la propia Asamblea en su exposición de motivos -, no reconocer más ley que la necesidad del momento, hasta que constituido por la voluntad de los pueblos el Poder Legislativo, que reside hoy en la Asamblea General, se crease un Gobierno capaz de obrar con energía, de ejecutar con rapidez, y de dirigir con unidad todos los resortes del sistema político" ("). § 170. LA FEDERACIÓN Y EL RÉGIMEN DE SUS PODERES PÚBLICOS. Oponiéndose a esta unánime tendencia centralizadora de los estatutos y proyectos de Buenos Aires, Artigas y el Congreso oriental del 5 de abril de 1813, estructuran sus Instrucciones y proyectos federales con idéntica división tripartita de los pode(iT) Ravignani, ob. cit., T. 266 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL res públicos, pero aplicada, indistintamente, al régimen nacional y al provincial. "Como el objeto y el fin del gobierno - dicen - debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos y de los pueblos, cada Provincia formará su gobierno bajo esas basés, además del gobierno supremo de la Nación. Así éste como aquél, se dividirán en Poder Legislativo, Ejecutivo y judicial. Estos tres resortes jamás podrán estar unidos entre sí y serán independientes en sus facultades" ('a).. En'las fórmulas orientales, ello es así tanto en el orden del gobierno nacional, como en el régimen local autónomo, perfectamente diferenciados con las expresiones inequívocas de los préceptos transcriptos, en que cada Provincia "formará su gobierno además del gobierno supremo de la Nación", y, "asa éste como aquél" se dividirán en tres poderes recíprocamente independientes. En el desarrollo de esta estructura federalista, el Legislativo reviste también la clásica forma bicameral norteamericana, integrándose con un Senado y con la Cámara de Representantes ("); el Poder judicial conserva su inalterable independencia (2°), teniendo el Ejecutivo carácter exclusivamente unipersonal o presidencial, como en los Estados Unidos (2r). Esta composición dé los tres poderes públicos resulta idéntica en las Instrucciones del, Congreso Oriental, y en el Proyecto Federal de 1813 (ver T. II, § 292, arts. 69, 14 y 15 y cap. XII). La Carta constitucional artiguista confeccionada el mismo año para la Banda Oriental, se afilia a un régimen análogo en lo que se refiere al gobierno de la Provincia, organizando igualmente un Poder Legislativo integrado por Senado y Sala de Representantes; un Ejecutivo unipersonal, a cargo del "Gobernador (1s) Art. 49 a 69 de las Instrucciones- del Congreso Oriental y de Artigat (ver T. 11, 44 292 y 294). , (r°) Instrucciones del Congreso Oriental, art. 15; Proyecto (2o) Instrucciones del Congreso Oriental y de Artigat, (rr) Instrucciones del Congreso, art. 14, y Proyecto 267 EL UNITARISMO. PORTEÑO de la Provincia Oriental del Uruguay"; el Poder Judicial (ver T. II, cap. XIII). asumiendo los Cabildos § 171. EL DUALISMO GUBERNAMENTAL FEDERALISTA. Las Instrucciones y los proyectos orientales de 1813, apartándose de modo manifiesto de los rígidos cánones revolucionarios, declaran que cada Provincia formará su gobierno propio además del gobierno supremo de la Nación, organizándose ellas también en régimen de división de poderes. Pero, al"margen de este aspecto meramente formal, extendían esa misma dualidad a la respectiva competencia del Estado y de sus Provincias. Planteaban por consecuencia, problemas no sólo de estructura dentro del instrumental político, sino de esencia y de fondo en el funcionamiento mismo de sus instituciones nacionales y locales. Todas las Instrucciones y proyectos orientales de 1813 reproducen el Art. II de la Confederación norteamericana de 1871 (§ 158), consagrando as¡ por modo expreso el principio de la soberanía provincial (2r); pero agregando que "el gobierno supremo entenderá solamente en los negocios generales del Estado. EL resto es peculiar al gobierno de cada Provincia" (2a). El régimen dual de la Federación nace aquí con doble contenido funcional. La fórmula. artiguista es original sobre el punto, superando evidentemente al modelo norteamericano. En éste se consagra un sistema de concesión expresa de poderes; Artigas avanza un paso más y establece un sistema de concesión general. Logra así una fórmula más acabada y perfecta, en virtud de qué todos los asuntos que no revisten generalidad, dejan de ser común al gobierno de todas, para ser "peculiar" o privativos del gobierno de cada Provincia (ver T. II, § 292, art. 79). (22) Ver art. 99 de las Instrucciones del Congreso; art. 11 de las Inrtruccio nes de Artigas; art. 29 del Proyecto Federal; y art. 49 del cap. 1 del Proyecto Provincial (ver T. II, 44 292 y 294 y caps. XII y XIII, respectivamente). (2s) Arts. los. de las Instrucciones del Congreso y de Amigas. 268 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL § 1%2. SU ESTRUCTURACIÓN PRÁCTICA. El Proyecto Federal de 1813, después de consagrar la soberanía local (art. 24), establece la competencia de cada Provincia, confiándole "los poderes no delegados a las Provincias Unidas por la Constitución" (art. 52). En tal virtud, - agrega -, "además de esta Constitución General, cada Provincia por separado debe formar una, arreglada a su territorio, usos y costumbres de sus naturales" ('4). "Esta Provincia tendrá su Constitución territorial", establecían imperativamente las Instrucciones orientales (2°); en cuyo sentido, "las Provincias Unidas asegurarán a cada Provincia en esta Unión, una forma republicana de gobierno", conelufa el Proyecto Federal (2°). Haciendo aplicación práctica de estos principios, el proyecto de "Constitución para la Provincia Oriental del Uruguay", también de 1813 -, organiza, en el orden local, los tres poderes Legislativo, Ejecutivo y judicial ('r), confiando este último a los Cabildos y el Ejecutivo a un Gobernador de la Provincia. E1 Poder Legislativo oriental, se divide, en cambio, como el nacional, en dos Cámaras, una adventicia, de Representantes, y otra permanente, de Senadores, con amplia potestad "para hacer, ordenar y establecer toda especie de órdenes, leyes, estatutos, ordenanzas, etc., que no repugnen o sean contrarias a esta Consti tucióry siempre que juzgue ser para bien y prosperidad de esta (s4) Nota final del Proyecto Federal relativa a Constitución Provincial". (ss) Art. 18 de las Instrucciones del Congreso, y art, 16 de las (as) Art. 61 del Proyecto Federal. "La Constitución garantirá cias Unidas una forma republicana de gobierno, y que asegure a de ellas de las violencias domésticas, usurpación de sus derechos, seguridad de su soberanía" (art. 20 de las Instrucciones de Artigas de las de Soriano) (T. II, 44 294 y 296). (sr) "El Gobierno de esta Provincia - agrega -, nunca ejercerá res Legislativo y judicial, o uno u otro de los dos; el Legislativo nunca ejercerá los poderes Ejecutivo y judicial, o alguno de ellos; el judicial ejercerá los poderes Legislativo o Ejecutivo o alguno de ellos, sea un Gobierno de leyes, y no de tiranos" (art. 21 del cap. 14). EL UNITARISMO PORTEÑO 269 Provincia y para el necesario sostenimiento y defensa de su Gobierno" (aa): El artiguismo, pues, no sólo admite, sino que exige la dualidad gubernativa y legislativa, reconociendo la existencia de una ley local o provincial en paridad con la ley nacional; la primera para los asuntos "peculiares" de las Provincias, la otra exclusivamente para los negocios "generales" del Estado (aa). La Federación de 1813 reviste así, desde el primer momento, todas las características inherentes al sistema que preconiza bajo las formas más puras y perfectas. (as) Proyecto de Constitución para la Banda Oriental, cap. 29, (T. II, cap. XIII). (as) Instrucciones del Congreso y de Artigas, arts. 7oa.; ident art. 89. CAPÍTULO XVI LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1813 Y SU DISOLUCION EN 1815. SUMARIO: § 173. El unitarismo de la Asamblea "soberana @\§174. Fórmulas y bases orientales. § 175. El Estatuto del 27 de febrero dé 1813. § 176. El Congreso Oriental y la potestad "legislativa" de la Asamblea. § 177. Las investiduras políticas en la Asamblea. § 178. Nueva réplica -oriental. § 179. Ubicación histórica de las Inftruccioner de Artiga.r. § 180.. El. pacto federal en la organización política. § 181. El principio de la soberanía, pro. vincial y su salvaguardia. § 182. El primer pacto federal rioplatense: la "Convención de la Provincia Oriental" § 183. Grave crisis política. § 184. Implantación del Directorio Supremo. § 185: Victoria artiguístá: disolución de la Asamblea. § 173. EL UNITARISMO DE LA ASAMBLEA "SOBERANA". Las rígidas fórmulas unitarias contenidas en los tres proyectos porteños, encuentran eco en el seno de la Asamblea. lostalada ésta de modo solemne en Buenos Aires el 31 de enero de 1813, ese mismo día proclama el principio eminentemente centralizados de la soberanía nacional (§§ 151 y s.; 156 y s.), declarando en forma expresa y categórica "que reside en ella la representación y ejercicio de la soberanía de las Provincias del Río de la Plata" (1). En concordancia con esta decisión; se califica a sí mismo de "soberana Asamblea", "soberana Corporación"; llamando "soberanos decretos" a sus resoluciones, que deben recibir "fe y crédito como si fuesen autorizados por todos" (a), y agregando que, "las personas de los diputados que constituyen la Soberana Asamblea son inviolables" (a). Para elimi- (1) Decreto del 31 de enero de 1813, art. lp (ver Ravignáni,-ob: pág. 5). (z) Decreto citado, art. 8°. (s) Ellos "no pueden ser aprehendidos ni juzgados, sino en los casos y términos que la misma Soberana Corporación determinará" '(Decreto citado, art. 2°). . . . 272 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL nar cualquier duda sobre su preeminencia política en todo el territorio, y en todos los órdenes de la actividad del Estado, exige que, tanto el Poder Ejecutivo como "las de más Corporaciones", incluso las provinciales "existentes fuera de la Capital", procedan a prestar de inmediato "juramento de reconocimiento y obediencia a esta autoridad soberana" ('). La fórmula del juramento, aprobada en la sesión del dia siguiente, guarda perfecta concordancia con la "soberanía" única e indivisible que la Asamblea se arroga, ya que por ella debían todos comprometerse a "no reconocer otras autoridades, sino las que emanen de su soberanía" ("). La Asamblea Constituyente de 1813 inicia su actuación a la manera de las grandes Convenciones de la Revolución francesa, produciéndose de inmediato por tal causa, el conflicto con Artigas y la Banda Oriental, que proclaman el principio opuesto de la soberanía provincial (§ 159), exigiendo, necesariamente, un régimen doble de gobierno (§§ 170 a 172), y reservándose de modo privativo, "el derecho de sancionar (aprobar) la Constitución general de las Provincias Unidas que forme la Asamblea Constituyente" (°). § 174. FÓRMULAS Y BASES ORIENTALES. Artigas y los orientales, en efecto, al proclamar el dogma de la soberanía provincial (§ 159), establecen una fórmula inversa de juramento, conforme a la cual sus legisladores y magistrados debían manifestar: "sinceramente reconozco, profeso, afirmo y (f) Decreto citado, art. 69. (s) "¿Reconocéis representada en la Asamblea General Constituyente - decía la fórmula precitada -, la autoridad soberana de lar Provincia.' Unidas del Río de la Plata? ¿Juráis reconocer fielmente todas ciones y mandarlas cumplir y ejecutar? ¿No reconocer a otras sino que lar que encanen de su soberanía? ¿Conservar y sostener integridad y' prosperidad de las Provincias Unidas del Río de (ver Ravignani, ob. cit., T. 1, pág. 6). (^) Instrucciones de Artigas, art. 16. LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1813 273 declaro que esta Provincia es, y por derecho debe ser, un Estado libre, soberano e independiente' (r). El gran conflicto político del Río de la Plata, quedó planteado así desde el primer instante, hasta en las exigencias y formalidades de simple ritual. Artigas y los orientales se niegan a jurar "subordinación" a la Asamblea, absteniéndose de reconocerla de modo incondicional como ésta pretende. El 17 de febrero de 1813 la Asamblea designa al diputado Pedro Vidal para que se traslade al Sitio.de Montevideo y proceda a tomar a los ejércitos y a sus jefes el ordenado juramento de obediencia (a). Esta circunstancia da mérito a la convocatoria del Congreso Oriental del 5 de abril de 1813, expresamente organizado para fijar las "condiciones" de dicho reconocimiento (T. 11, § 281). Entre otras el Congreso estableció como esenciales las dos bases siguientes: "Será reconocida y garantida la Confederación ofensiva y defensiva de esta Banda con el resto de las Provincias Unidas, renunciando cualquiera de ellas a la subyugación a que ha dado lugar la conducta del anterior Gobierno. "En consecuencia de dicha Confederación, se dejará a esta Banda en la plena libertad que ha adquirido cortes Provincia compuesta de pueblos libres; pero queda desde ahora sujeta a la Constitución que emane del soberano Congreso General de la Nación, y a sus disposiciones consiguientes, teniendo por base la libertad" (e). Para fundamentar esta decidida actitud, el Congreso y Artigas estructuran de inmediato las Instrucciones orientales. (Ver T. II, cap. III). § 175. EL ESTATUTO DEL 27 DE FEBRERO DE 1813. Por el Estatuto "dado al supremo Poder Ejecutivo" febrero de 1813, la Asamblea Constituyente que habla (r) Proyecto de Constitución para la Banda Oriental, del año cap. 20 (ver T. II, cap. XIII). (s) Ver Ravignani, ob cit., T. VI, 20 parte, pág. 57 (ver T. II, §§ y 280). (a) Ver el documento en Ravignaüi, ob. cit., T. VI, 2e parte, pág. 274 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL ya la "soberanía" del Estado (§ 173), reasume también a fortiori el ejercicio total de las potestades legislativas en todo el territorio. "El Supremo Poder Ejecutivo, - establece -, queda delegado en lastres personas que lo administran... hasta la sanción de la Constitución", con las facultades expresas de ejecutar las leyes y gobernar el Estado, mandar las fuerzas, efectuar' los nombramientos, formar reglamentos, administrar las rentas; mantener las relaciones exteriores„ conducir las negociaciones,.conclúic-tratados, declarar la guerra,..." etc. ('°). Pero, - concluye la Asamblea -, ``la misma libertad conduce al despotismo y se convierte en germen de anarquia, cuando los tres. pode res que dirigen el Cuerpo Social se confunden en el ejercicio dé sus'atribuciones, usurpándose recíprocamente el imperio que tienen 'demarcado por su naturaleza". En virtud de este sabio principio de la división de poderes, se declara en la exposición de motivos del decreto del 27 de febrero que, "el Poner Legislativo reside hoy en, la Asamblea General" (tt). Esta resolución, de corte.tan unitario como centralista, agudiza entonces el conflicto con Artigas. La.Asamblea de Buenos Aires procura organizar un régimen desgobierno `.`capaz de obrar con energía, de ejecutar con rapidez y.,de dirigir con. unidad todos los resortes del sistema político", según ella .misma lo expresa, invocando razones de salud pública (r~). Amigas y los orientales, por el contrario, exigen la Confederación que "dejará a esta Banda en la plena libertad que ha adquirido como Provincia compuesta de pueblos libres"; y si bien "queda desde ahora sujeta a la Constitución que emane del soberano Congreso' de la Nación ya sus disposiciones consiguientes',', ello ha de ser."temiendo por base inmutable surlibertad". El,Congreso Oriental del 5 de abril de 1813, no pudo ser más explicito ni categórico en sus determinaciones (§ 174). (i°) Ver estas facultades en el Tomo II, 4 352. (ii) Ravignani, ob. cit., T. I, pág. 17. (12) Ver Ravignani, ob. citada, T, 1, pág.,17. LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE ~1813 275 § 176. EL CONGRESO ORIENTAL Y LA POTESTAD '"LEGISLATIVA" DE LA ASAMBLEA. Transformada la Asamblea en Poder Constituyente y Legis= lativo a la vez, la réplica oriental, cristalizó en forma concreta en el art. 20 de las Instrucciones del Congreso .del 5 de abril de 1813, concebido en los siguientes términos:: "No se extenderán sus facultades (de la Asamblea) a lar de legislador, pues tan sólo las damos para formar la Constitución del Gobierno que debe regirnos; activar la fuerza del Ejército de-'las Provincias Unidas a fin de libertar a los pueblos oprimidos, y residencias los anteriores gobiernos" (ver T. II, § 292). La Asamblea, en efecto, había sido convocada para sancionar la Constitución del Estado, decretar "la figura con que debía aparecer en el gran teatro de las Naciones", y dar "a los pueblos la Carta de sus' detechos y al Gobierno la de sus obligaciones" (ra). Los orientales admiten la potestad legislativa de la Confederación; pero circunscripta exclusivamente a cuestiones de carácter "general", común a todas las Provincias ("). Exigen; además, la elección directa dé los legisladores: "Los individuos que compongan la Sala del Senado y Sala' de Représéntarites di las Provincias Unidas, serán también elegidos por los pueblos libres, y no por la Asamblea General", preceptuába el art. 1'5 de las Instrucciones del Congreso (T. II, § 292). Las Instrucciones orientales contienen as¡ un planteo total del problema: limitan la potestad legislativa nacional á "los negocios generales del- Estado", con exclusión dé todo lo que es "peculiar al gobierno de cada Provincia" (arts. los. de las Instrucciones), y confían su ejercicio a los órganos centrales, denlo= cráticamente elegidos al efecto "por los pueblos libres". Acuerdan al Poder Legislativo, pues, su. clásica estructúráibiéámeral; (rs)' Del Decreto de convocatoria dé la Asamblea del 24 dé-octubre de (r4) "El gobierno supremo entenderá solamente en los: negocios generales del Estado. El resto es peculiar al gobierno de cada Provincia" (Art. 79 de las Instrucciones oiientales). 276 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL negando al mismo tiempo validez a la fórmula de juramento de la Asamblea que impone a todos la obligación de "no reconocer otras autoridades sino las que emanen de su soberanía", es decir, de la propia Asamblea General Constituyente, en cuanto asume "la autoridad soberana de las Provincias Unidas" (§ 173). Son estas pretensiones las que resisten los orientales, negándoles su adquiescencia, por ser contrarias a su ideal federalista. § 177. LAS INVESTIDURAS POLÍTICAS EN LA ASAMBLEA. Reseñamos ya que, en las Constituciones de Francia, los principios de la soberanía y de la voluntad general, al conducir a la indivisibilidad del Estado, condicionan naturalmente el carácter de las investiduras representativas de los legisladores. Las Cartas revolucionarias, en efecto, habían declarado que los diputados pertenecen a la Nación entera, y no representan al Departamento que los eligió (§ 154). E1 Tercer Proyecto constitucional de 1813, recoge casi sin modificaciones este principio, aparentemente formal, pero que en lo intrínseco compendia y resume las fórmulas centralizadoras de la época. "Las funciones del Cuerpo Legislativo son indelega bles", establecía en su art. 67, subrayando a continuación que, "los individuos del Cuerpo Legislativo no son comisionados de las Provincias sino representantes del Estado". Reproduce así en forma textual el art. 52 de la Carta de 1795. La Asamblea Constituyente de Buenos Aires sigue con fidelidad estos principios, haciendo aplicación concreta de los mismos. Resulta ello de la sesión del 8 de marzo de 1813, ya que "por el orden del día, se propuso a discusión la moción hecha por el ciudadano Representante Alvear, "para que se declarase que los diputados de los pueblos son diputados de la Nación, y que una vez constituidos en la Asamblea General, su inmediato representante es el todo de las Provincias Unidas, colectivamente,_ quedando en consecuencia sujeta su conducta al juicio de la Nación, y garantida por esta misma la inviolabilidad de sus personas" ('°). (is) Acta de la sesión del 8 de marzo de 1813 (Ravignani, ob. cit., T. 277 LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1813 La Asamblea así lo resolvió sin discrepancias el mismo día, estableciendo en su decreto fechado el 8 de marzo de 1813 que, "los diputados de las Provincias Unidas son diputados de la Nación en general... no pudiendo de ningún modo obrar en comisión" (t'). Acicateada por estas la reacción oriental (§ 178). resoluciones, se produce de inmediato § 178. NUEVA RÉPLICA ORIENTAL. "No se presentará en la Asamblea Constituyente como diputado por la Nación, sino como representante de este pueblo - decía el Congreso oriental a sus diputados -, porque no aprobamos el decreto del 8 de marzo que se halla inserto en El Redactor del sábado 13 del mismo" ('r). Se expresaba así el franco repudio a la decisión de la Asamblea, al declarar que sus miembros eran diputados de la Nación, siendo las Provincias Unidas, colectivamente, su inmediato representante (§ 177). Por consecuencia, se define así en forma perfecta el espíritu mismo de las Instrucciones orientales, estructuradas por Artigas y por el Congreso del 5 de abril, con el firme propósito de contrarrestar la tendencia centralizadora que alienta en los págs. 29-21). El diputado mocionante Carlos Alvear había sido designado Presidente de la Asamblea en su sesión inaugural del 31 de enero de 1813 (ibídem, T. I, pág. 5). (is) Acta de la Asamblea del 8 de marzo citada, que dice: "A este soberano decreto es indudable que los representantes del pueden tener otra mira que la felicidad universal del Estado, Provincias que lo han constituido solo en cuanto aquélla no exacta de todos los intereses particulares. Y aunque por este puramente hipotética la contradicción del interés parcial de común de la Nación, resulta sin embargo, que en concurso de debe siempre prevalecer, determinando en su favor la voluntad cada diputado considerado distributivamente". ('t) Art. 19 de las Instrvcciones del Congrcro a los diputados orientales (T. II, 4 292, aré. 19). 278 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL' proyectos porteños y en las primeras resoluciones de ción Constituyente. El gran pleito ideológico y político del Río de la Plata, queda planteado desde entonces. Son dos escuelas, dos tendencias, dos conceptos doctrinarios antagónicos, los que se enfrentan decididamente. § 179. UBICACIÓN HISTÓRICA DE LAS INSTRUCCIONES DE ARTIGAS. Lo expuesto permite ubicar, históricamente, las Instrucciones orientales de 1813, para la cabal comprensión de su recto sentido político. El Gobierno de Buenos Aires quiere "obrar con energía", "ejecutar con rapidez" y "dirigir con unidad todos los resortes del sistema político" (§ 175), a cuyo efecto proclama el principio de la soberanía nacional (§ 156), confiando a la Asamblea Constituyente "su representación y ejercicio" (§ 173). Artigas y los orientales rechazan esa tesis, declarando de modo categórico que "no admitirán otro sistema que el de la Confederación" (ra), en cuyo sistema cada Provincia retendrá "su soberanía, libertad e independencia, y todo poder, jurisdicción y derecho que no sea delegado expresamente por la Confederación en las Provincias Unidas, juntas en Congreso" ('e). En tal sentido, "la independencia, la libertad y la soberanía de los pueblos serán absolutamente antepuestas a toda otra mira política" ('°). El principio de la soberanía "provincial", contrapuesto al de soberanía "nacional", plantea el problema en sus verdaderos términos. Artigas había definido ya su posición con perspicuidad meridiana al sostener que, "la soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada como objeto único de nuestra Revolución" (T') Las ('s) Arts. tos. de las Instrucciones orientales. ('s) Art. 99 de las Instrucciones del Congreso del 5 de abril de 1813. (T. 4 292) y art.ll de las Instrucciones de Artigar (T. II, § 294). (xo) Instrucciones de Soriano del 18 de abril de 1813, art. 12 (ver T., II, § 296). ('i) Art. 89 de las "instrucciones" particulares dadas por Artigas el 2 de LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 181_3 279 Instrucciones orientales, al proclamar la soberanía de la Provincia, son consecuentes con ese pensamiento, en cuanto lograr ese fin constituye primordialmente, el "objeto único" de la Revolución. § 180. EL PACTO FEDERAL EN LA ORGANIZACIÓN POLíTICA. El principio definidor de la soberanía "provincial", encamina inicialmente el Derecho Público rioplatense por la senda natural y fecunda de los pactos políticos entre las diversas entidades territoriales "soberanas", facilitando así la formación y constitución del Estado federal. Fue éste el camino utilizado por los Estados Unidos norteamericanos (§ 30 y s.), y fue también el aconsejado por Artigas cuando propuso en el art. 24 de sus Instrucciones el sistema de la Confederación, "para el pacto recíproco con las Provincias que forman nuestro Estado". Artigas parte de la base jurídica - y así lo dice -, de que los orientales "abandonados en la campaña pasada en el goce de sus derechos primitivos, se conservaron por sí, no existiendo hasta_ahora un pacto expreso que deposite en otro pueblo de la Confederación la administración de fu soberanía" (aa). Y cuando el Gobierno de Buenos Aires le ordena que jure acatamiento a la Asamblea, él dirá a sus compatriotas en el Mensaje del 4 de abril dirigido al Congreso de Montevideo: "La Asamblea tantas, veces anunciada empezó ya sus sesiones en Buenos Aires. Su reconocimiento nos ha sido ordenado... Examinad si debéis reconocer la Asamblea por obedecimiento 0 .POR PACTO. No hay un solo motivo de conveniencia para el primer caso (el de obediencia), que no sea contrastable con el segundo (el de pacto), y al fin reportareis la ventaja de haberlo conciliado todo con febrero de 1813 a su diputado Tomás García de Zúñiga para el ,arreglo de su entredicho con Sarratea y con Buenos Aires (ver T. 11, § 275). . (2a) Carta de Artigas al Gobierno paraguayo del 21 de setiembre. de 1812 (ver T. 11, § 266). Alude Artigas al armisticio de Buenos Aires con, España del 20 de octubre de 1811, por la que fué entregada a ésta la Banda Oriental (ver T. 11, cap. 1). 280 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL vuestra libertad inviolable. Esto, ni por asomo se acerca a una separación nacional: garantir las consecuencias del reconocimiento, no es negar el reconocimiento' (aa). El pacto federal tiene por objeto, precisamente, garantir la "seguridad" de la soberanía provincial (§ 181). Es por ello que Artigas le expresa al Congreso que no se debe proceder "al reconocimiento de la Asamblea General, antes del allanamiento de nuestras pretenciones" ("), y el Congreso, por su lado, fija hasta ocho "condiciones" para dicho reconocimiento (a°), exigiendo como esencial que, "será reconocida y garantida la Confederación ofensiva y defensiva de esta Banda con el resto de las Provincias Unidas" (§ 174). La Confederación, pues, es eminentemente un pacto político, encaminado a asegurar el "objeto único" de la Revolución, es decir, la soberanía de cada Provincia. § 181. EL PRINCIPIO DE LA SOBERANÍA PROVINCIAL Y SALVAGUARDIA. El federalismo de 1813, no sólo reclama - y repite de continuo -, el principio básico de la soberanía provincial, sino que propende a su "seguridad" utilizando diversos expedientes prácticos. "La soberanía, libertad e independencia" de las Provincias, en efecto, se relaciona íntimamente con otros principios complementarios que concurren a garantir con eficacia su "seguridad e igualdad". "Esta Provincia es, y por derecho debe ser, un Estado libre, soberano e independiente", dice el proyecto de Constitución de 1813 para la Banda Oriental (ae); pero, ella "entra separada- (%a) Mensaje de Artigas del 4 de abril de 1813 al Congreso Oriental Tres Cruces (ver el instrumento en Ravignani, ob. cit., T. VI, 20, parte, págs. 573-594). (aa) Ibídem. (as) Acta del Congreso Oriental del 5 de abril de 1813 (Ravignani, T. VI, 2? parte, pág. 594). (2e) Cap. 20, art. 15 (ver T. II, cap. XIII). LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1813 281 mente en una firme liga de amistad con cada una para su defensa común y seguridad de su libertad...", las Instrucciones orientales, al consagrar la obligación de "asistir a cada una de las otras contra toda ques hechos sobre ellas, o sobre alguna de ellas, religión, soberaníd', etc. ("). A los representantes orientales corresponde tomar medidas "para preservar a esta Provincia las ventajas de la libertad y mantener un gobierno libre" (as). "El objeto y el fin del gobierno, en efecto, debe ser conservar la libertad, igualdad y seguridad de los ciudadanos y de los pueblos..." (2a). "La Constitución garantirá la soberanía, libertad e independencia de los pueblos". .. "y a las Provincias Unidas una forma de gobierno republicano, que asegure a cada una de ellas de las violencias domésticas, usurpación de sus derechos, libertad y seguridad de su soberanía" (so). "El despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos" (s'). Se dictarán, pues, "estatutos de la fuerza competente" para "garantir la soberanía, libertad e independencia de los pueblos" (a2). "Para la seguridad de su libertad, no podrá cho de los pueblos para guardar y tener armas"... vincia tiene el derecho a levantar los regimientos nombrar los oficiales de compañía y reglar la Milicia para la seguridad de su libertad..." (ss). Todo converge, en suma, a la proclamación multiforme del (r°) Instrucciones del Congreso y de Artigas, arts. l0os. (as) Instrucciones da Artigas, art. 20 y de Soriano, art. 15. (2o) Instrucciones del Congreso y de Artigas, arte. 4os.; de (ss) Instrucciones del Congreso, art. 12; de Artigas, art. 20, art. 15. (s') Instrucciones del Congreso, art. 84; de Artigas, art. 18; de Soriana, art. 11. (a2) Instrucciones del Congreso, art. 12. (sa) Instrucciones de Artigas, art. 17. 282 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL principio básico de la soberanía provincial, y a su afianzamiento real y efectivo, consagrado en forma expresa en todos los textos transcriptoS. § 182. EL PRIMER PACTO FEDERAL RIOPLATENSE: LA "CONVENCIÓN DE LA PROVINCIA ORIENTAL". El cisma producido entre el dogma unitario de la soberanía. nacional, y el federalista de la soberanía provincial, amenazó destruir a principios de 1813 la unidad de la Revolución rioplatense. Los jefes del Ejército de Buenos Aires que sitiaban entonces la plaza de Montevideo, procuraron solucionar el grave conflicto planteado de modo tan irreductible entre los orientales y Buenos Aires. Se llegó así a suscribir en el campamento del Yí el convenio militar del 8 de enero de 1813 (T. II, § 271). Días después - el 20 de enero -, se acordaron nuevas soluciones conciliatorias entre el jefe de los Orientales y los dos delegados de una Junta de guerra del Ejército argentino, coroneles French y Rbndeau (T. II, § 274). Producida esta situación, el Gobierno de Buenos Aires, el 6 de abril de 1813 autorizó al General en jefe José Rondeau "a fin de,obtener un entendimiento," con Artigas, confiriéndole "instrucciones y facultades bastantes a garantir las concesionés, derechos y solicitudes" de los orientales (T. II, § 289). En cumplimiento de ese laudable propósito, Rondéau y Artigas conciertan y firman.el 19 de abril de 1813 la "Convención de la Provincia Oriental del Uruguay" (textual), qué constituye el primer pacto federal celebrado en el Río de la Plata (§ 215). Por ella entra la Banda Oriental "en el rol dé las Provincias Unidas", como "parte integrante del Estado" (árt. 19). "Su pacto con las demás Provincias - agrega -, es el de una estrecha e indisoluble Confederación ofensiva y defensiva. Todas las Provincias tienen igual dignidad, iguales privilegios y derechos, y cada una de ellas renunciará al proyecto de subyugar a otra" (art. 19). ... LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1813 283 "La Provincia Oriental - en efecto -, compuesta de pueblos libres, quiere se la deje gozar de su libertad; pero queda desde ahora sujeta a la Constitución que organice la soberana Representación General del Estado, y a sus disposiciones consiguientes, teniendo por base inmutable la libertad civil" ("). Con esta Convención triunfan los principios federales de la soberanía provincial; pero el Gobierno de Buenos Aires, fiel a su tendencia unitaria, no le prestará luego su necesaria ratificación. 183. GRAVE CRISIS POLÍTICA. El Gobierno y la Asamblea no sólo se niegan a ratificar la Convención del 19 de abril, sino que, invocando defectos meramente formales, desestiman los poderes de los diputados orientales que comparecen a la Asamblea Constituyente. En verdad, son sus Instrucciones la causa determinante del rechazo, ya que la Asamblea lejos de admitir la Confederación, postula por un gobierno "capaz de obrar con energía, de ejecutar con rapidez y de dirigir con unidad todos los resortes del sistema político" (§ 175). "Uniformar el sentimiento general de los habitantes a la unidad de un Estado indivisible...", es la primera consigna que la Asamblea de 1813 da a sus comisionados ante las Provincias interiores, expresamente designados por ella para que procuren "desimpresionar. con destreza a los pueblos de las supuestas ventajas que se prometen del federalismo, y persuadirles de la necesidad de la Unión...", ya que "la unión. e indi- (") Art. 29 de la Convención de la Provincia Oriental (ver el instrumento en Ravignani, ob, cit., T. VI, 2& parte, pág. 62). El art. 39 y último decía: "Atendida la población de esta Banda, y siguiendo el orden establecido demás Provincias, pasarán a incorporarse y completar la representación Estado en la Asamblea, los cinco diputados electos por esta Provincia, del de la ciudad de San Fernando de Maldonado". La Convención está fechada en el "Campamento frente a Montevideo" el 19 de abril de 1813, y lleva las firmas de Rondeau y de Artigas. 284 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL visibilidad del Estado consiste por ahora la única y verdadera fuerza que debe oponerse a los enemigos de la libertad". En este sentido, la Asamblea llega al extremo de ordenar a sus comisionados que den preferencia para los empleos "a aquellas personas cuya opinión sea decidida por mantener la unidad de las Provincias, para la formación de un Estado indivisible..." (a'). Consecuente con este propósito, el Gobierno de Buenos Aires da nuevas instrucciones a su General en jefe Rondeau para que convoque otro Congreso en Montevideo, que designe nuevos diputados orientales y anule las decisiones federalistas de abril de 1813. En virtud de esta conducta injustificada y extemporánea, Artigas abandona personalmente el sitio de Montevideo, siendo luego seguido por la mayor parte de las Milicias orientales. La crísis política rioplatense se precipita así con inusitada rapidez. Para contrarrestar la rebelión artiguista, se suprime en Buenos Aires el Triunvirato ejecutivo, implantándose en su lugar un nuevo régimen de Directorio unipersonal, "capaz de obrar con energía, de ejecutar con rapidez y de dirigir con unidad todos los resortes". Acicateada y favorecida por tantos factores imponderables, estalla al fin la guerra civil, que ha de postergar por años el entendimiento leal entre los hombres y los pueblos del Plata. § 184. IMPLANTACIÓN DEL DIRECTORIO SUPREMO. Si por el Estatuto del 27 de febrero de 1813 (§ 175), la Asamblea se propone dirigir con unidad todos los resortes del sistema político, por el Estatuto directorial del 26 de enero de 1814, procura dotar de mayor energía aún al Gobierno de Buenos Aires, con el propósito de abatir definitivamente la insubordinación oriental. (ss) Instrucciones expedidas por la Asamblea Constituyente el 23 bre de 1813 a sus comisionados ante las Provincias interiores Antonio Jonte y Francisco Ugarteche, a fin de acordar con ellas el arreglo hacienda y la unión del Estado (ver Ravignani, ob. cit., T. VI, 21 parte, pág. 68 y s.). LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1813 285 "La experiencia en el mando.- dice el propio Triunvirato en su mensaje del 21 de enero de 1814 -, ha enseñado a este Gobierno que, para, dar el impulso que requieren nuestras empresas, y el tono que nuestros negocios exigen, la concentración del Poder en una sola mano es indispensable" (ae). En su consecuencia, por el "Estatuto provisorio del Supremo Gobierno" del 26 de enero de 1814, "la Asamblea General ordena que en la persona en quien se concentre la suprema potestad ejecutiva, recaigan todas las facultades y preeminencias acordadas al Supremo Gobierno por el Estatuto del 27 de febrero de 1813"; "ella será distinguida-agrega-con la denominación de Director Supremo de las Provincias Unidas" (°'). El nuevo Estatuto crea un Consejo de Estado compuesto de nueve miembros; pero, simplemente, para. "abrir al Supremo Director los dictámenes que tuviere a bien pedirles en los negocios de mayor gravedad"; "los secretarios del despacho universal se considerarán consejeros natos, e integrarán el número designado"; "cinco miembros formarán el Consejo" (aa). El proceso político que lleva a la creación del cutivo unipersonal, se identifica con la situación Buenos Aires y Artigas. La guerra civil se desencadena hasta culminar un año después con la victoria artiguista disolución de la Asamblea Constituyente (§ 185). § 185. VICTORIA ARTIGUISTA: DISOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA. El primer acto del Director Supremo Gervasio A. Posadas, tiende a organizar, a principios de 1814, una expedición militar punitiva, con instrucciones precisas de "apoderarse de todos modos y a cualquier costa de la persona de D. José Artigas", y hacerlo "fusilar dentro de pocas horas" (aa). (ae) Ravignani, ob. cit., T. I, pág. 82. (st) Estatuto del 26 de enero de 1814, arts. 14 y 29 (Ravignani, págs. 83-84). (ss) Estatuto del 26 de enero de 1814, arts. 12, (ss) Instrucciones del Directorio al coronel Barón 286 GÉNESIS UNITARIA Y FEDERAL Por decreto del 11 de febrero de 1814 "se declara a D. José Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la ley y enemigo de la patria"; "corno traidor a la patria - agrega - será perseguido y Iriuerto", siendo "deber de todos los pueblos y las justicias, de los comandantes militares y de los ciudadanos, perseguir al traidor por todos los medios posibles. Cualquier auxilio que se le dé, voluntariamente, será considerado como crimen de alta traición. Se recompensará con seis mil pesos al que entregue la persona de D. José Artigas, vivo o muerto" ('°). Si en la Revolución Francesa se dictó "pena de muerte contra quien quiera que proponga o intente romper la unidad de Francia" (§ 150), en el Río de la Plata el Directorio emplea también exactamente la misma violencia compulsiva. Cuando "todo en fin anunciaba el triunfo de la libertad, bajo los aupicios de la unión - dirá el Directorio en la exposición de motivos del decreto -, Artigas perjuro, ingrato, insensible... abrigaba los más pérfidos designios". De ahí las medidas punitorias. Pero Artigas se habría de sobreponer entonces a tanta adversidad. El 22 de febrero de 1814 vence en El Espinillo a las fuerzas de Buenos Aires, tomando prisionero al Barón de Holmberg y a todos sus oficiales, que devuelve de inmediato al Directorio. La guerra civil culmina un año después en la acción decisiva de Guayabos, evacuando el ejército argentino la Banda Oriental. Y cuando Artigas cruza el Paraná por Santa Fe para dirigirse victorioso a Buenos Aires, el Ejército enviado por la Capital se niega a combatirlo; rebelándose en Fontezuelas el 13 de abril de 1815. Cae entonces el Director Alvear y se disuelve la Asambla Constituyente. Se queman en la Plaza de Mayo por medio de verdugo; los decretos de infamia, "tejido de imputaciones, las. más execrables contra el ilustre y benemérito jefe de los Orientales", según el propio Cabildo de febrero de 1814 (ver Arce y Demonte Vitali, Artigas, Paraná, 1950, Apéndice Documental, Documento N9 2, pág. 154). (4°) Decreto del 11 de febrero 1814, arts. 19 a 39 (ver el instrumento en Ravignani, ob. cit., T. VI, 21 parte, pág. 72). LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1_813 287 Buenos Aires, que aconseja al pueblo olvidar "las atroces imposturas con que hasta aqui os lo han presentado" ('i). Se cierra así el primer ciclo del intenso drama político que ha de convulsionar por varias décadas el ámbito del Río de la Plata. (' i) Registro Oficial de la República Argentina, T. 1, pág. 310. CAPITULO XVII LA SOBERANIA NACIONAL EN LAS PRIMERAS CONSTITUCIONES SUMARIO: § 186. Proceso político inicial. § 187. Los gestores del constitucionalismo rioplatense. § 188. El principio de la soberanía "nacional" en la Carta de 1819. § 189. La reacción federal de 1820. § 190. Nueva Constitución unitaria de 1826. § 191. El Uruguay y su independencia. § 192. La Constitución uruguaya y la influencia de Santiago Vázquez. 4 193. La Federación en la Constituyente oriental. § 194. Consolidación de la nacionalidad uruguaya. § 195. La soberanía "nacional" en la Carta de 1830. § 196. Continuidad de principios en las reformas constitucionales del Uruguay. 186. PROCESO POLÍTICO INICIAL. Los antecedentes reseñados permiten destacar la paradójica perfilación de dos vigorosas corrientes políticas, que corren caudalosas por el cauce común de la historia rioplatense hasta configurar constitucionalmente dos grandes Cartas positivas: la uruguaya de 1830 y la argentina de 1853. El principio de la .soberanía nacional que consagran los tres proyectos unitarios porteños de 1813, pasa a los estatutos directoriales y luego a los efímeros Códigos de 1819 y de 1826; cristalizando por último, al modo revolucionario, en la Constitución uruguaya de 1830, en cuanto declara que ella existe, "en toda plenitud", "radicalmente en la Nación" (art. 44). Desde entonces esa pragmática permanece inmutable, a despecho de todas las revisiones, llegando intacta hasta nuestros días (§ 196). En cambio, el principio opuesto de la soberanía "Provincial", que introducen en 1813 las Instrucciones y los proyectos orientales - proclamado y defendido siempre con tenacidad por las Provincias del ex-Protectorado -, provoca diversas luchas sangrientas con Buenos Aires, imponiéndose en las primeras Cartas locales (Cap. XVIII), y en los múltiples pactos que conforman la futura nacionalidad. Culmina al fin, como