Las estaciones son los periodos del año en los que las condiciones climáticas imperantes se mantienen, en una determinada región, dentro de un cierto rango. Estos periodos son normalmente cuatro y duran aproximadamente tres meses y se denominan: primavera, verano, otoño e invierno. Las estaciones se deben a la inclinación del eje de giro de la Tierra respecto al plano de su órbita respecto al Sol, que hace que algunas regiones reciban distinta cantidad de luz solar según la época del año, debido a la duración del día y con distinta intensidad según la inclinación del Sol sobre el horizonte (ya que la luz debe atravesar más o menos atmósfera). En las regiones ecuatoriales de la Tierra (donde pasa el paralelo 0°) las estaciones son sólo dos: la estación seca y la estación lluviosa; ya que en ellas varía drásticamente el régimen de lluvias, pero no varía mucho la temperatura. A partir del paralelo 7° se observan los cuatro cambios estacionarios claramente. Ciertas culturas, como las indígenas de Australia, dividen el año en seis estaciones. Métodos de clasificación Existen cuatro métodos principales para dividir el año en estaciones: el método astronómico o tradicional, que se basa en los acontecimientos astronómicos relacionados con la posición de la tierra respecto al sol, el método meteorológico, que se basa en acontecimientos climáticos, sobre todo en la temperatura, el método fenológico, que se basa en acontecimientos relacionados con los cambios en la naturaleza al pasar el tiempo (fauna y flora). el método tradicional asiático/irlandés, basado en la insolación o radiación solar. Método astronómico En astronomía, los solsticios y equinoccios marcan la mitad de su estación respectiva, regiones continentales suelen considerar estas cuatro fechas como el inicio de estas estaciones. Los dos equinoccios como la intersección del ecuador celeste y la eclíptica, y los solsticios, momentos del año en los que el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal; los cuatro puntos en los que inician las estaciones del año. Primavera. Tradicionalmente comienza con el equinoccio de primavera y termina con el solsticio de verano, mientras que meteorológicamente hablando comienza alrededor del 4 de febrero en el hemisferio norte y el 7 de agosto en el hemisferio sur. Verano. Tradicionalmente comienza con el solsticio de verano y termina con el equinoccio de otoño, mientras que meteorológicamente hablando comienza alrededor del 6 de mayo en el hemisferio norte y el 7 de noviembre en el hemisferio sur. Otoño. Tradicionalmente comienza con el equinoccio de otoño y termina con el solsticio de invierno, mientras que meteorológicamente hablando comienza alrededor del 7 de agosto en el hemisferio norte y el 4 de febrero en el hemisferio sur. Invierno. Tradicionalmente comienza con el solsticio de invierno y termina con el equinoccio de primavera, mientras que meteorológicamente hablando comienza alrededor del 7 de noviembre en el hemisferio norte y el 6 de mayo en el hemisferio sur. Debido a la inercia térmica de la atmósfera terrestre y sus océanos, el clima de cada región está desfasado ligeramente con respecto a los períodos de mayor y menor insolación solar. Por ejemplo, en el hemisferio sur el día de mayor insolación es el 21 de diciembre, pero la masa terrestre y oceánica tarda en calentarse y la temperatura máxima se da en enero, un mes después. Método meteorológico El modelo de las estaciones del año basado en la astronomía presenta limitaciones cuando se analiza el año de manera meteorológica teniendo en cuenta indicadores como la temperatura y la precipitación. Así, el verano astronómico no coincide con la fase del año con mayor temperatura ni el invierno con la de menor temperatura, y la primavera astronómica en casi todos los casos es ligeramente más cálida que el otoño astronómico. Por tal razón, en la meteorología la división del año en estaciones es ligeramente diferente: Primavera: trimestre con ascenso de temperatura, en esta época se empieza a florecer todo lo devastado por el invierno pasado (marzo, abril y mayo en el hemisferio norte; septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio sur) Verano: esta época es caracterizada por el gran calor que se produce.En algunas regiones es lluvioso. Trimestre con mayor temperatura (junio, julio y agosto en el hemisferio norte; diciembre, enero y febrero en el hemisferio sur) Otoño: en esta época se empiezan a caer las hojas de los árboles y plantas. Trimestre con descenso de temperatura (septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio norte; marzo, abril y mayo en el hemisferio sur) Invierno: en esta época en las zonas que están fuera del trópico cae nieve, componente muy famoso de la navidad. Trimestre con menor temperatura (diciembre, enero y febrero en el hemisferio norte; junio, julio y agosto en el hemisferio sur) Método fenológico La fenología investiga los ciclos y cambios en la naturaleza a lo largo del año. Ejemplos son el crecimiento vegetal, el florecimiento de las distintas especies o los ciclos reproductivos y las migraciones de animales por razones climáticas. Para esta disciplina de la ciencia, tanto la división tradicional como la meteorológica son demasiado imprecisas para determinar las estaciones del año. Además, en cada zona climática las estaciones se dan de manera diferente. Un ejemplo: Para la fenología el invierno consiste en el período sin crecimiento vegetal. Este período no siempre dura tres meses, por ejemplo en zonas con clima boreal/continental puede durar hasta nueve (ej. Siberia). De acuerdo al desarrollo de su naturaleza, para la fenología cada zona climática tiene estaciones diferentes y también existen bastantes más que cuatro subdivisiones. En Europa central, por ejemplo, la fenología divide el año en 12 estaciones diferentes, de las cuales siempre tres son subdivisiones de las cuatro estaciones principales. Método tradicional asiático/irlandés En algunas culturas del hemisferio norte existe, además de los tres métodos más reconocidos, un método alternativo basado en la insolación o radiación solar. Según este método, los equinoccios y solsticios no marcan el paso de una estación a otra, sino el "día central" de la estación. El verano, como base de la clasificación, es el trimestre con mayor insolación. Por lo tanto se da un desfase de alrededor de 7 semanas con el método astronómico tradicional y uno de 4 semanas con el método meteorológico. Las estaciones se clasifican de la siguiente manera, de acuerdo a sus comienzos, que varían según la cultura: Primavera: entre el 2 y el 7 de febrero Verano: entre el 4 y el 10 de mayo Otoño: entre el 3 y el 10 de agosto Invierno: entre el 5 y el 10 de noviembre Como consecuencia, al igual que con el método tradicional astronómico se da un desfase con los datos de la temperatura, pero invertido a éste: el otoño aquí es más cálido que la primavera. LA CAUSA DE LAS ESTACIONES En este esquema se puede apreciar la inclinación del eje terrestre a medida que la tierra gira alrededor del sol, provocando las estaciones y los llamados solsticios y equinoccios. Contrariamente a la creencia popular, la sucesión de las estaciones no se debe a que la órbita de la Tierra sea levemente elíptica y que en su movimiento se aleje y acerque al Sol, ya que la diferencia entre el punto más lejano de su órbita (afelio) y el punto más cercano (perihelio) es de apenas 2.499.971 km (el 3,4% de la distancia). Por lo que esto tiene un efecto prácticamente imperceptible en el clima. Las estaciones se deben a la inclinación del eje de giro de la Tierra respecto al plano de su órbita respecto al Sol. Este eje se halla siempre orientado en la misma dirección (salvo el fenómeno de la precesión) y por tanto los hemisferio norte y sur son iluminados desigualmente por el sol según la época del año, recibiendo distinta cantidad de luz solar debido a la duración del día y con distinta intensidad según la inclinación del Sol sobre el horizonte (ya que la luz debe atravesar más o menos atmósfera). Cada seis meses la situación se invierte. Si el eje de la Tierra no estuviese inclinado respecto a la eclíptica, el Sol se hallaría todo el año sobre el ecuador; y describiría todos los días la misma trayectoria en el cielo, alcanzando siempre la misma altura máxima sobre el horizonte (que sería igual a 90º menos la latitud donde nos encontrásemos), siempre habría las mismas horas de luz solar, y no habría estaciones. Las estaciones no tienen la misma duración, ya que la órbita de la Tierra es elíptica y recorre su trayectoria alrededor del Sol con una velocidad variable. Va más deprisa cuanto más cerca está del Sol (perihelio) y más lento cuanto más alejada está (afelio). Esto es una consecuencia de la segunda ley de Kepler que dice que el radio vector que une un planeta y el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales. El rigor de las estaciones en cada hemisferio tampoco depende de la distancia al Sol. Como el hemisferio norte tiene más superficie sólida que el hemisferio sur, cuando es verano en el norte la superficie se calienta más rápido y remite el calor a la atmósfera, generando temperaturas más elevadas. En cambio, como el hemisferio sur tiene una superficie cubierta mayormente por agua, en el verano del sur el calor proveniente del Sol es absorbido por el agua de los océanos y es remitido a la atmósfera más lentamente, por lo que la temperatura alcanzada no es tan alta como en los veranos del norte. Durante el invierno ocurre algo similar. Cuando el Sol calienta el hemisferio norte en el invierno, el calor es remitido a la atmósfera muy rápido, por lo cual la temperatura no se eleva ya que los días son cortos y el Sol no calienta por mucho tiempo. Cuando se produce el invierno en el hemisferio sur, el calor del Sol es absorbido por los océanos y remitido a la atmósfera de forma más gradual, y por lo tanto moderando la temperatura. Todo esto se produce a pesar de que cuando en el hemisferio norte es invierno, la Tierra está más cerca del Sol, y sin embargo el hemisferio norte tiene un invierno más intenso que el hemisferio sur. MOVIMIENTO ANUAL Artículo principal: Movimiento anual. El plano de la eclíptica en el cual se mueve aparentemente el sol forma un ángulo de 23° 26' con el plano del ecuador. Por tanto este astro solo puede hallarse en el cenit de un observador ecuatorial cuando pasa por la intersección de ambos planos (línea de los equinoccios), lo que ocurre sobre el 20 ó 21 de marzo cuando el Sol pasa del hemisferio sur al norte, y el 22 ó 23 de septiembre cuando pasa del norte al sur. Entre esos dos momentos, el día 20 ó 21 de junio el Sol alcanza en el hemisferio sur su máxima declinación (distancia angular al ecuador) lo que ocurre para el hemisferio sur el 21 ó 22 de diciembre. El día que el Sol cruza el ecuador, el movimiento de rotación de la Tierra le hace describir una trayectoria ecuatorial aparente, con una declinación de 12 h por encima del horizonte y 12h por debajo, en cualquier latitud. Si es marzo, a partir de esa fecha el Sol culmina más alto en los lugares del hemisferio norte y cada vez más bajo sobre el hemisferio sur. Los días se alargan en el norte y acortan en el sur. Por si fuese poco los rayos solares caen cada vez más perpendiculares en el norte y más rasantes en el sur. La consecuencia de este proceso es un calentamiento primaveral del norte y un enfriamiento otoñal del sur, lo cual prosigue hasta el 22 de junio. En esta fecha el Sol pasa por el solsticio de verano y se inicia en el norte esa estación mientras en el sur comienza el invierno. El Sol ese día alcanza en el hemisferio norte su máxima altura sobre el horizonte alcanzando al mediodía el cenit en el Trópico de Cáncer, es decir el paralelo 23°26'N. Todas las regiones situadas a latitud mayor que 66°33'N (correspondientes al círculo polar Ártico) reciben permanentemente la luz del Sol. En el resto del hemisferio los días son los más largos y las noches las más cortas. En el hemisferio austral por el contrario la situación es totalmente la contraria, es invierno, los días cortos y las noches largas, en el círculo polar Antártico es noche permanente. A partir de esa fecha, la declinación solar disminuye y en consecuencia el sol culmina cada vez a menor altura en el norte y a mayor altura en el sur. El 22-23 de Septiembre el sol vuelve a estar en el Ecuador y los días y las noches duran igual en los dos hemisferios. Las temperaturas en el norte han ido bajando y subiendo en el sur. Al llegar el 21 de diciembre entra el invierno en el hemisferio norte y el verano en el sur produciéndose la situación inversa a la del 21 de junio. Por último se llega al 21 de marzo donde comienza de nuevo el ciclo anual. Este ciclo presenta ciertas irregularidades inherentes a la órbita terrestre que es una elipse con el sol ocupando uno de los focos. COMIENZO DE LAS ESTACIONES Las estaciones varían su inicio porque el año civil dura 365 o 366 días mientras el año astronómico o trópico dura 365,2422 días. Como el año bisiesto dura más que el astronómico, después de un año bisiesto las estaciones empiezan antes. Luego con cada año normal las estaciones retrasan su inicio unas 6 horas, de modo que en los tres años normales retrasan su inicio 18 horas, hasta que un nuevo año bisiesto devuelve su inicio casi al momento de empezar el ciclo. Se calcula el comienzo de las estaciones usando las siguientes fórmulas: Equinoccio primavera del año Y: JD = 1721139,2855 + 365,2421376 * Y + 0,067919 * (Y / 1000)2 - 0,0027879 * (Y / 1000)3 Solsticio de verano del año Y: JD = 1721233,2486 + 365,2417284 * Y - 0,053018 * (Y / 1000)2 + 0,009332 * (Y / 1000)3 Equinoccio otoño del año Y: JD = 1721325,6978 + 365,2425055 * Y - 0,126689 * (Y / 1000)2 + 0,0019401 * (Y / 1000)3 Solsticio de invierno del año Y: JD = 1721414,392 + 365,2428898 * Y - 0,010965 * (Y / 1000)2 - 0,0084885 * (Y / 1000)3 Luego hay que convertir la fecha juliana al calendario gregoriano. Restando las fechas julianas se obtiene la duración de las estaciones, excepción hecha de la duración del invierno; para obtener esta última se suma la cantidad aproximada de la duración del año trópico 365,2422 al comienzo de la Primavera del año Y obteniendo la del año Y+1 y se resta del comienzo del invierno.