INTRODUCCION Las plagas tanto urbanas como rurales son una amenaza constante para la salud y la calidad de vida humana, son también la causa de pérdidas económicas; como en el caso del tabaco, afectado mundialmente por el insecto Lasioderma serricorne lo que disminuye su valor comercial. Hasta ahora la única forma eficaz de controlar estos insectos plaga se basa en la aplicación de pesticidas químicos, aunque ello trae en consecuencia problemas ecológicos; por tanto el uso irracional de los agroquímicos ha sido causa de contaminación ambiental, en especial a finales de la segunda guerra mundial con el surgimiento de plaguicidas de origen órgano-sintético, que al desequilibrar el balance ecológico, han disminuido la biodiversidad, mientras que sus residuos tóxicos han contaminado los alimentos e inducido resistencia en los insectos. En la actualidad 500 insectos son resistentes a uno o más pesticidas y el número puede aumentar notablemente en pocos años. Una posible alternativa para solucionar este problema es el control biológico, definido como el uso de un organismo natural o modificado genéticamente y/o sus productos para reducir los efectos de insectos plaga. Ignoffo y Hink , citados por Badii en l996 , reportan la existencia de más de 1500 especies de microorganismos entomopatógenos con potencial para el control microbiano de insectos, en relación a su diversidad se señalan: hongos, virus, protozoarios y bacterias , en donde las últimas son las de mayor importancia. De las bacterias la más sobresaliente pertenece al género Bacillus. Falcón citado por Badii en 1996, clasificó a las bacterias en dos grupos a) las esporuladas y b) las no esporuladas. En donde las bacterias entomotóxicas con mayor potencial para la producción de bioinsecticida es Bacillus thuringiensis (Bth), la que más se ha explotado comercialmente, mientras que en segundo lugar se ubica a B. popillae y más recientemente B. sphaericus y B. morati que tiene valor reconocido en el control de plagas urbanas como los mosquitos, vectores de paludismo, dengue, etc. Este trabajo está referido en especial a Bacillus thuringiensis. ASPECTOS GENERALES DE Bacillus thuringiensis Es una bacteria Gram-positiva, aerobiaestricta, morfológicamente relacionada con Bacillus cereus y Bacillus anthracis. Estas tres especies bacterianas, durante su ciclo de vida, presentan dos fases principales, la fase de crecimiento vegetativo en donde las bacterias se duplican por bipartición cada 30-90 min. dependiendo del medio de cultivo y la fase de esporulación, la cual es un programa de diferenciación de bacteria a espora. El programa de diferenciación consta de siete estadíos, se dispara cuando la bacteria se encuentra en limitación de nutrientes. La espora es una forma de vida latente que puede permanecer en el ambiente por períodos de tiempo muy largos (años) en ausencia de humedad y nutrientes. Cuando la espora se encuentra de nuevo en un medio rico que contenga los nutrientes necesarios puede germinar para comenzar de nuevo el crecimiento vegetativo. Bt es considerada una bacteria ubicua ya que se ha aislado de todas partes del mundo y de muy diversos sistemas como suelo, agua, hojas de plantas, insectos muertos, telarañas, etc. A Bt se le diferencia de B. cereus y B. anthracis por contener un cuerpo paraesporal conocido como cristal, el cual es de naturaleza protéica y tiene propiedades insecticidas. Está constituido por proteínas denominadas d-endotoxinas también conocidas como proteínas Cry y Cyt. Se han encontrado d-endotoxinas activas contra insectos lepidópteros (mariposas), coleópteros (escarabajos), dípteros (mosquitos), himenópteros (hormigas), ácaros y también contra otros invertebrados como nemátodos, gusanos planos y protozoarios. La primera bacteria fue aislada del gusano de seda en 1902. Durante muchos años se pensó que Bt era un patógeno de lepidópteros porque solo se aislaron cepas activas contra este tipo de insectos. En 1978, se encontró una bacteria Bt subsp. israelensis capaz de matar mosquitos y en 1983 una Bt subsp. tenebrionis activa contra insectos coleópteros. Fue a partir de entonces que un gran numero de investigadores en todo el mundo se dedicó a buscar más de estas bacterias y se han encontrado una gran diversidad de estas, las cuales se han caracterizado por su serotipo H-flagelar o sea por las proteínas presentes en el flagelo en más de 45 serotipos y 58 serovariedades diferentes. USO COMO CONTROLADOR BIOLOGICO Las bacterias constituyen el grupo más utilizado en control biológico por ser más numerosas en la microflora foliar, por su alto potencial de colonización y por su habilidad para utilizar diferentes formas de nutrimentos bajo condiciones ambientales diversas. Esto hace necesario el conocimiento de la filosfera y la selección de los organismos más eficaces. El Bacillus thuringiensis, una bacteria que existe naturalmente en el suelo, y que es fatal para las larvas de un amplio espectro de insectos que incluye mariposas, polillas, gorgojos y escarabajos. Es de particular interés para los agricultores, horticultores y forestadores porque es muy efectivo contra varias de las plagas que atacan comúnmente a cultivos de gran importancia comercial, tales como el maíz, el arroz, el algodón y la papa. Los agricultores orgánicos han utilizado Bt desde hace un par de generaciones. La toxina del Bt se activa solamente en el tracto digestivo de algunos insectos en su estado larvario y no tiene efectos perjudiciales sobre otras especies. La vida biológicamente activa del Bt es corta y si no es ingerido por una larva, en el plazo de pocos días se vuelve inefectiva. La toxina es por tanto inocua para todos salvo las larvas objetivo y a diferencia de muchos otros plaguicidas químicos y biológicos no daña directamente a las orugas e insectos carnívoros que normalmente controlan las poblaciones de larvas fitófagas. Se enfatiza la palabra “directamente” porque actualmente hay evidencias circunstanciales de laboratorio sobre insectos que pueden sufrir deficiencias biológicas después de haber comido larvas que a su vez habían ingerido Bt. La bacteria se puede propagar fácilmente y puede ser usada en forma de polvo o en solución acuosa. Pocos años después de su descubrimiento ya se encontraba disponible a nivel comercial y empezó a ser utilizada por productores de hortalizas para eliminar las plagas de lagarta (larvas de lepidópteros) antes del advenimiento de los plaguicidas químicos. Los productores típicos de Bt eran pequeñas empresas familiares que operaban a través de encomiendas postales. El Bt era simplemente uno más en el amplio arsenal de insecticidas naturales que eran usados corrientemente, antes de que el DDT abriera las puertas a la era de los insecticidas sintéticos durante la II Guerra Mundial. Para el agricultor más sofisticado, el Bt ofrecía una ventaja sobre la nicotina o el piretro ya que era letal solamente a un pequeño espectro de insectos sin tocar a otros insectos benéficos, tales como las mariquitas y las crisopas. Los productos que se vendían en el mercado consistían probablemente de mezclas de diferentes cepas de la bacteria en proporciones no conocidas, resultando en variaciones de la eficacia de los diferentes productos Bt comercializados. No hay evidencias de uso a gran escala del Bt en los primeros 50 años de conocimiento de su existencia. Ventajas de una aplicación con Bacillus thuringiensis • Nula toxicidad para animales superiores y para artrópodos útiles, abejas y abejorros. • Apto para el manejo en Producción integrada y Agricultura Ecológica. • No genera resistencia por parte de las plagas. • Equipos de aplicación convencionales. • Posibilidad de hacer distintas formulaciones, más potentes y a un menor costo. • Biodegradables en el medio ambiente. • No existen efectos dañinos en partes vegetales de las plantas. • No existe riesgo de manipulación. USO EN LA INGENIERIA GENÉTICA El Bacillus thuringiensis, un plaguicida biológico utilizado por muchos agricultores desde hace varias generaciones, se ha convertido en un niño mimado de las compañías biotecnológicas y agroquímicas. Después de haberlo dejado de lado y prácticamente olvidarlo cuando se introdujeron los plaguicidas sintéticos, ahora el Bt está experimentando una carrera meteórica al estrellato, a manos de los ingenieros genéticos. Por razones que nadie parece poder explicar, existía hasta hace muy poco una creencia entre los entomólogos de que el Bt no solamente era un bioplaguicida ambientalmente inocuo, sino también que los insectos vulnerables no se adaptarían a él. A diferencia de los plaguicidas químicos, existía la creencia de que el Bt siempre sería eficaz. Fue descrito como la «maravilla de los plaguicidas» y la panacea de muchas de las dolencias de la industria de los plaguicidas, aun cuando la mayoría de las plagas de insectos eran y probablemente siempre fueron, naturalmente resistentes al Bt. Algunas empresas químicas grandes, comenzaron a desplazarse hacia el Bt. Empezó la investigación sobre las cepas del Bt y sus posibles objetivos y el mercado para el Bt en la forestación y en la producción de hortalizas creció rápidamente. Inevitablemente, el uso persistente del Bt estación tras estación llevó a la aparición de insectos resistentes. El primero detectado, llamado polilla Diamante y corriente en el Lejano Oriente y Oceanía, ya tenía fama de hacerse resistente a los plaguicidas más rápidamente que otros insectos, y los primeros informes de que había desarrollado resistencia a la fumigación con Bt fueron recibidos con desánimo. El Bt se había utilizado con mayor intensidad en Hawai, que pronto se transformó en un centro de estudios de insectos resistentes al Bt. La respuesta de la industria agroquímica fue típicamente sorprendente: afirmó que sería muy fácil hacer que el Bt produjera miles de cepas genéticamente diferentes y de esa manera estarían siempre un paso adelante de la adaptación que pudieran hacer los insectos para desarrollar resistencia. Fue una estrategia diseñada especialmente para los intereses económicos de los actores mayores en el mercado del Bt, por que éstos corrían con la ventaja de tener los presupuestos de investigación y desarrollo más voluminosos. De esta forma, los productores chicos, tradicionales, fueron marginados. Comenzaron a aparecer en el mercado cepas diferentes del Bt tales como el Bt israelensis y el Bt kustaki. Parecería que la obsolescencia de las sucesivas cepas de Bt, se articularía perfectamente con las necesidades económicas de crecimiento y desarrollo tecnológico continuo, tan cruciales para mantener floreciente la industria de los plaguicidas. Sin embargo, por lo que se conoce más a esta bacteria es por la utilidad que tiene en la ingeniería genética en cuanto a que sus genes se pueden integrar en el genoma de plantas, con lo que éstas producen la proteína insecticida y se convierten en resistentes frente a los insectos que las atacan. Todos los cultivos sobre los que actualmente se utiliza Bt pueden convertirse, por lo menos teóricamente, en plantas transgénicas. No satisfechos con cultivos Bt tales como papa y maíz, la industria está desarrollando también árboles frutales con Bt -entre ellos manzanos y nogales- y hasta árboles maderables como eucalyptus y pinos. El principio de la ingeniería genética es bastante simple. Se aísla el gen Bt que codifica la toxina deseada (hay muchas variaciones moleculares) y luego se agrega a la información genética que la planta ya tenía. Luego la planta expresa la toxina Bt, haciéndose letal para los insectos objetivos. Pero la historia no es tan sencilla. Un panel de catorce entomólogos eminentes convocado por la EPA en 1998, coincidió en que la aparición de insectos resistentes al Bt en los cultivos de gran importancia como algodón, papas y maíz era inevitable. Las preguntas más importantes fueron cómo se podría retrasar la aparición de la resistencia, y qué se podría hacer una vez que se identificaran insectos resistentes. El Bt es el primer bioplaguicida que se ha comercializado globalmente, y, entre otras causas, ese empeño de hacerlo a una escala tan amplia mina su efectividad biológica. Cuanto más grande es el mercado de Bt, más rápidamente los insectos desarrollarán resistencia a éste. El uso sustentable y eficaz de los bioplaguicidas, simplemente no es compatible con la economía de los mercados libres. Parecería que la propia industria agrobiotecnólogica terminará teniendo pérdidas por sus inversiones en Bt. Después será tarea de los gobiernos y las agencias internacionales tratar de arreglar el desastre, tal como están todavía tratando de hacer con los efectos de la primera ronda de estrategias de control de plagas de la Revolución Verde.