“VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE UN INSTRUMENTO PARA MEDIR FACTORES DE RIESGO PARA ANOREXIA Y BULIMIA” TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGÍA Presenta Melissa Isabel Corona Lara Ciudad Obregón, Sonora; Junio, 2013 ii AGRADECIMIENTOS A Dios Por haberme permitido llegar hasta este punto de mi vida y haberme dado salud para lograr mis objetivos, así como la fortaleza de nunca rendirme y salir adelante en estos 4 años de formación. A mis padres, por todo su apoyo durante este camino, por los valores que me han inculcado, por brindarme la oportunidad de tener una buena educación en el transcurso de mi vida. Y por ser un gran ejemplo a seguir. A Mirsha Alicia Sotelo Castillo, le agradezco la confianza y el apoyo en la realización de esta tesis, la oportunidad de trabajar juntas y de adquirir nuevos conocimientos, como también la dedicación de tiempo durante el desarrollo de este trabajo. A Irma Concepción Lugo Suárez, por todo el apoyo brindado a lo largo de la carrera, por su tiempo, amistad y por los conocimientos transmitidos. A Graciela Castro, responsable del Sistema de Egresos Hospitalarios, Samantha González, Yamilette Verdugo, al departamento de estadísticas de la U.M.F 1 de Cd. Obregón, a las instituciones de salud y educativas por su contribución para este trabajo. A mis maestros que formaron parte de mi formación durante estos 4 años, a quienes les debo gran parte de mis conocimientos, su enseñanza, brindando herramientas necesarias, las cuales nos forman como profesionales competentes. A mis amigos y a aquellos compañeros de la carrera que se convirtieron en amigos; en cada uno de ustedes hay una persona especial, por los aprendizajes, el apoyo, la confianza y los buenos momentos que me han dejado cada uno, por estar siempre allí en el momento y tiempo exactos. iii ÍNDICE AGRADECIMIENTOS .............................................................................................. ii ÍNDICE .................................................................................................................... iii CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN................................................................................ 1 1.1 Antecedentes ................................................................................................. 2 1.2 Planteamiento del problema .......................................................................... 9 1.3 Justificación ................................................................................................. 19 1.4 Objetivos ...................................................................................................... 21 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO .......................................................................... 23 2.1 Adolescencia ................................................................................................ 23 2.1.1 Cambios físicos en la pubertad .............................................................. 24 2.1.1.1 imagen corporal ............................................................................... 27 2.1.1.1.1 Dimensiones clínicas de los trastornos de la imagen corporal .. 28 2.1.2 Cognición ............................................................................................... 30 2.1.2.1 Cognición práctica: pensamiento crítico y toma de decisiones ........ 30 2.1.2.2 Cognición social .............................................................................. 32 2.1.3 Autoestima ............................................................................................. 33 2.1.4 Identidad ................................................................................................ 35 2.1.5 Relaciones familiares ............................................................................. 38 2.1.5.1 Estilos de crianza ............................................................................ 39 2.1.5.2 Conflictos entre padres y el adolescente ......................................... 41 2.1.6 Amigos y pares ...................................................................................... 42 2.1.6.1 Intimidad en las amistades .............................................................. 43 2.1.6.2 Influencia de los amigos y presión de los pares .............................. 44 2.2 Trastornos alimentarios ................................................................................ 45 iv 2.2.1 Anorexia nerviosa .................................................................................. 45 2.2.1.1 Características diagnósticas ............................................................ 46 2.2.1.2 Subtipos de Anorexia....................................................................... 48 2.2.2 Bulimia nerviosa..................................................................................... 49 2.2.2.1 Características diagnósticas ............................................................ 49 2.2.2.2 Subtipos de bulimia ......................................................................... 52 2.2.3 Factores o dimensiones ......................................................................... 52 2.3 Medición en Psicología ................................................................................ 54 2.3.1 Instrumentos de medición ...................................................................... 54 2.3.1.3 Fases para construir un instrumento de medición ........................... 55 2.3.1.1 Escalas de medición ........................................................................ 55 2.3.1.2 Requisitos para un instrumento de medición ................................... 57 2.3.1.2.1 Confiabilidad.............................................................................. 58 2.3.1.2.2 Validez ...................................................................................... 60 2.3.1.2.3 Objetividad ................................................................................ 63 CAPÍTULO III METODOLOGÍA ............................................................................. 64 3.1 Participantes ................................................................................................ 64 3.2 Instrumento .................................................................................................. 65 3.3 Procedimiento .............................................................................................. 65 CAPÍTULO IV RESULTADOS ............................................................................... 66 4.1 Confiabilidad ................................................................................................ 66 4.2 Validez ......................................................................................................... 67 CAPÍTULO V DISCUSIÓN .................................................................................... 72 5.1 Conclusiones................................................................................................ 73 5.2 Recomendaciones ....................................................................................... 74 v REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS APÉNDICES CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN Los trastornos de la conducta alimentaria (T.C.A.) constituyen en la actualidad un problema importante de salud, debido a la eventual gravedad con que pueden evolucionar algunos casos y a la necesidad de un tratamiento especializado y multidisciplinar. La delgadez se ha convertido para algunas mujeres, cada vez más jóvenes, en un hábito del cual no pueden desligarse. La anorexia y la bulimia nerviosa corresponden a un trastorno de alimentación, que perturba a los adolescentes y jóvenes del mundo moderno. Es por ello que el presente trabajo muestra la elaboración de un instrumento el cual mida factores de riesgos en dichos trastornos de la alimentación. Para poder así intervenir ante esta situación que se va expandiendo día con día. 2 1.1 Antecedentes Actualmente en los países occidentales y en las clases sociales donde el alimento está al alcance de la mayor parte de su población, el valor a la imagen corporal denota en la delgadez; el problema de la insatisfacción corporal ha alcanzado estados críticos, por consecuencia, aparecen la anorexia y la bulimia (Salazar, 2007). La delgadez en la imagen corporal, es un hecho aceptado dentro de la sociedad, reforzado y publicitado. Cuando el propósito es obtener una imagen delgada, la persona se somete a una estricta dieta; esta dieta se ha convertido en un hecho normativo dentro de las clases sociales (León, Gómez-Peresmitré y Platas, 2008). Ya que desgraciada y erróneamente, se relaciona la delgadez con el éxito social y esto es algo que vemos frecuentemente en niñas y adolescentes tan claramente al “etiquetar” a las personas con sobrepeso y hacer burla de ellas. Así también, se relaciona con el autoestima y la aceptación social (Guirado y Ballester, 2005). La anorexia nerviosa es definida como el dejar de comer de manera voluntaria, lo que origina una pérdida excesiva de peso (Asociación Psiquiátrica Americana [APA], 2004). Esta enfermedad, que se caracteriza por un temor mórbido a engordar y se acompaña de una distorsión de la imagen corporal y amenorrea, se clasifica en anorexia restrictiva y compulsiva. Entre los síntomas se encuentran, además de los ya mencionados, la preocupación excesiva por la imagen corporal, la motivación para adelgazar, el control de lo que se come y otras conductas compensatorias. La bulimia, a su vez, ha sido definida como la ingesta excesiva en un tiempo menor al que cualquier persona ingeriría la misma cantidad, seguida de sentimientos de culpa que preceden a periodos prolongados de ayuno y otras conductas compensatorias, todo ello con la finalidad de perder peso. La APA (2004) señala que estos comportamientos deben ocurrir por lo menos dos veces 3 por semana durante los últimos tres meses, y al mismo tiempo clasifica a dicho trastorno como purgativo y no purgativo. De acuerdo con Rivarola (2003) en los países occidentales la imagen corporal de la mujer que tiene poca satisfacción con su cuerpo o que tiene mucho control sobre su peso, es afectada a tal riesgo de poder ser un factor para desarrollar algún trastorno alimentario. Gómez (2001) considera como factores de riesgo aquellos que aumentan la probabilidad de que se altere la salud y se desencadene alguna enfermedad. También se les denomina así, porque tienen un efecto negativo en la salud del individuo provocando un desequilibrio ya que hacen al organismo vulnerable facilitando la aparición de la enfermedad. Las personas más vulnerables a estos factores de riesgo las cuales están relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria, quienes se encuentran mas vulnerables son los púberes, ya que a esta edad se encuentran en una etapa en la cual se presentan ciertos cambios corporales y además están en la búsqueda de identidad, así como el cumplir con las normas establecidas por aquellos a quienes admiran y esperan de ellos determinadas conductas (padres, maestros, etc.). Según Bustos (2011) los medios de comunicación, tanto impresos como electrónicos, han fomentado desde hace varias décadas el culto a la belleza y a la delgadez como modelo a seguir, sobre todo por las mujeres, con el objeto de obtener aceptación, estatus, amor, reconocimiento, entre otras cosas. Desde el feminismo y la perspectiva de género se ha hecho amplia referencia a estas situaciones en términos de que históricamente ha habido una dictadura sobre el cuerpo de las mujeres y cómo los medios contribuyen de manera importante en la reproducción de estos estereotipos de género, al establecer patrones específicos de belleza y cuerpo como un ideal a alcanzar, colocando a las mujeres en una espiral de consumo de productos presentados como muy atractivos y milagrosos, utilizando distintas estrategias de mercadotecnia, pues sólo de esa manera serán valoradas y reconocidas. 4 Esto se observa de una forma todavía más incrementada en la publicidad. Todo ello tiene una incidencia en la insatisfacción de la imagen corporal, representando un factor de riesgo que puede derivar en trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia. El factor de riesgo es todavía mayor cuando se observa una relación entre un nivel alto de insatisfacción con la imagen corporal y la aprobación de las imágenes estereotipadas de mujeres y/u hombres en la publicidad. En la mayoría de los pacientes con trastornos alimentarios, existen rasgos como la preocupación y el miedo extremo a padecer o ser obeso, a ser etiquetado o marcado por la sociedad; son personas vulnerables a las críticas y es por eso que temen ser estereotipados. Lo que se relaciona con lo que Guirado y Ballester (2005) concluyeron, sobre los tres factores que aparecen frecuentemente en los adolescentes que presentan trastornos alimentarios, los cuales son la insatisfacción por el propio cuerpo, restricción de alimentos y percepción de sobrepeso. Así también, Merino, Pombo y Godas (2001) concuerdan con tales afirmaciones, puesto que suponen que la insatisfacción corporal, ligada al fuerte deseo por adelgazar, la restricción de comida, son factores importantes en los trastornos alimentarios. Pero adjuntan otro factor que han considerado de igual manera importante, que es la influencia de los pares y amigos, y de la propia familia. Día a día es más evidente que los púberes están adquiriendo la preocupación de los adultos con relación a los alimentos, la obsesión por un peso bajo y la tendencia a querer alcanzar una figura delgada idealizada. Esta ansiedad se traduce cada vez más en conductas de riesgo que pueden generar consecuencias físicas, biológicas y psicológicas. Las chicas son en mayor medida que los varones, quienes se sienten insatisfechas con su cuerpo y apariencia física, se auto perciben obesas y desean estar más delgadas de lo que en realidad están (Merino, Pombo y Godas, 2001). 5 La etapa de la adolescencia es un cambio que va desde la dependencia de la niñez a la independencia de la adultez; y entre espacios están los fenómenos de cambios físicos, psicológicos y biológicos (Salazar, 2007). El cuerpo del adolescente es sometido a cambios radicales, en los que se incluyen (en las mujeres) el aumento de masa grasa, el ensanchamiento de las caderas, es decir, el cuerpo toma una forma más curvilínea que cuando eran niñas. Su alimentación también cambia de manera considerable, necesitan más calorías energéticas, debido, a la necesidad que tiene el cuerpo para desarrollarse. Otros cambios, importantes, aunque menos visibles como es el caso del cambio físico citado arriba, son los emocionales. En donde la mujer juega un papel muy determinado por la cultura donde se desarrolla. La niña crece en un periodo relativamente corto, como consecuencia los cambios físicos afectarán emocional y moralmente a su persona, la sociedad influye directa e indirectamente, pues el estereotipo de mujer varia de un lugar geográfico al otro. En lugares, el cuerpo de la mujer es valorado desde una perspectiva reproductiva, sexual, comercial entre otros (Mora, Muñoz y Villareal, 2001). Saucedo y Unikel (2010) mencionan que los adolescentes son los más expuestos a presentar este tipo de conductas, así también han encontrado que niñas de 9 a 12 años se están viendo actualmente afectadas. Ya se supone, que cuanto más jóvenes son los sujetos, mayor vulnerabilidad y tendencia a las alteraciones de la imagen corporal pueden presentar. Es decir, que en la medida en que el sujeto tiene menor edad, habrá mayor rigidez sobre lo que es la imagen corporal, por lo que habrá mayor necesidad de realizar ejercicio físico (Benedito, Perpiñá, Botella y Baños, 2003). Ya que cuando son personas jóvenes lo más sencillo a percepción de ellos mismos, es controlar lo que comen y hay en cierta medida más persistencia en lograr dicho propósito. 6 Plaza (2010) menciona que aunque las causas de todo esto son múltiples, se ha probado la influencia de los medios de comunicación y factores socioculturales sobre los trastornos alimentarios. Por ejemplo, los mensajes de los medios destacan principalmente la belleza y la delgadez como signo de prestigio y éxito social para las mujeres y esto ocurre de manera insistente. Para Raich (2004) se vive en una sociedad donde la belleza dejo de ser una característica sumamente subjetiva para pasar a ser un negocio perturbadoramente elevado. Invariablemente muchos millones de dólares son invertidos para mejorar la imagen física de las personas, es por eso, que cada vez más las personas se preocupan mucho mas por su aspecto físico hasta llegar a parámetros perturbadores como es el caso de los jóvenes. Así mismo, la presión por ser bello en estos tiempos, por tener una imagen ideal, deseable y necesitada, lleva a la desesperada decisión de ser esbelto. Son las mujeres las principales consumidoras en esta industria, y ocasionalmente, las más afectadas emocionalmente; es por eso, que son las que tienen una mayor probabilidad a padecer algún trastorno alimentario. La cultura de la industria, como los productos light y la cosmética, han hecho que las adolescentes desvíen su atención hacia el culto del cuerpo y a pensar que su identidad y valor social dependan más de su atractivo físico que de su personalidad y sus valores, lo que sin duda alguna, acarrea consecuencias tanto para la salud física como para la salud mental (Cortez, Díaz, Mejía y Mesa, 2003). Por otra parte Facchini (2006) comenta que las conductas relacionadas con la imagen corporal se encuentran fuertemente influidas por el aprendizaje y el medio sociocultural y a veces es difícil diferenciar lo que es moda, costumbre o patología. Plaza (2010) señala que las mujeres aprenden a ver sus propios cuerpos desde la perspectiva de un observador externo. Lo cual lleva a exigirse aun mas en cuanto a la imagen corporal se refiere. 7 Según López, Prado, Montilla, Molina, Da Silva y Arteaga (2008) la imagen corporal hoy constituye la base de muchos estudios desde el punto de vista sociológico en virtud de que la percepción de la misma es uno de los factores de riesgo asociado a los trastornos de la conducta alimentaria. Dichos trastornos ya no constituyen solamente un problema de salud pública en los países desarrollados, sino también en aquellos donde su perfil de salud está caracterizado por altos niveles de pobreza. En este sentido, se torna importante intentar percibir cómo se constituye la imagen corporal en el vínculo madre-hija y qué factores que se asocian a una propensión a padecer un trastorno de la conducta alimentaria influyen sobre ella y la relevancia que puede adquirir el entorno y su relación con la prevención. Hablando un poco más sobre el vínculo madre e hija a menudo a las niñas se les transmite el mandato que ser delgada hará una diferencia crucial en sus vidas. Muchas de sus madres debieron crecer con la cruda realidad que dice que la vida es mucho más dura si se es obesa, por lo que es entendible que de cierta manera intenten mejorar el camino a sus hijas. Se dicen que existen madres que son hipercríticas respecto de sus propios cuerpos frecuentemente también lo son del de sus hijas, las que a su vez suelen presentar una imagen corporal pobre, desvalorizada y un deseo de ser más delgadas. Así también hay factores externos, como lo son una separación, alguna experiencia sexual adversa en la infancia, los cuales pueden afectar a la persona emocionalmente, y puede llegar a necesitar ser aceptada por la sociedad; teniendo pensamientos erróneos, y queriendo lograr tal objetivo teniendo una buena imagen corporal (Sabine y Treasure, 2009). Por el contrario, hablando de consecuencias que servirán para la identificación de la problemática, según Guirado y Ballester (2005), mencionan que se presentan comportamientos no saludables como lo son la dificultad para dormir debido a 8 pensamientos y preocupaciones relacionados por la alimentación o el propio cuerpo, ausentismo escolar, tristeza al herir los sentimientos de los demás, querer cambiar cosas que no le generan satisfacción propia, enfado y mayor consumo de alcohol, por mencionar algunas. En lo que respecta a la investigación acerca de los TCA se han empleado diferentes cuestionarios autoaplicables, como lo es el cuestionario de conductas alimentarias de riesgo, elaborado por Unikel, Bojórquez y Carreño en el 2004 en México, el cual es un cuestionario elaborado con base en los criterios diagnósticos del DSM-IV. Consta de 11 preguntas sobre preocupación por engordar, práctica de atracones, sensación de falta de control al comer y conductas alimentarias de tipo restrictivo (dietas, ayunos, ejercicio y uso de pastillas para bajar de peso) y purgativo (vómito autoinducido, uso de laxantes y de diuréticos), en los tres meses previos a la aplicación del instrumento. La versión original contaba con tres opciones de respuesta; sin embargo, se agregó una opción más para incrementar la variabilidad en las respuestas de los sujetos; y la mayor puntuación en el cuestionario corresponde a mayor cantidad de anomalías en la conducta alimentaria. El Cuestionario de Actitudes ante la Alimentación (Eating Attitudes Test) (EAT) fue diseñado para la evaluación de las actitudes alimentarias anómalas, en especial las relacionadas con el miedo a ganar peso, el impulso de adelgazar y la presencia de patrones alimentarios restrictivos. Su intención era diseñar un instrumento fácil de administrar y corregir y que resultara sensible a los cambios sintomáticos a lo largo del tiempo. Es una herramienta autoaplicada de 40 ítems, cada ítem se valora en una escala Likert de 6 puntos, que van desde nunca a siempre, es un cuestionario válido y fiable que ha sido ampliamente utilizado para la evaluación de los TCA (Garner y Garfinkel, 1979). El denominado Children's Eating Attitudes Test (ChEAT), es una versión para niños del Eating Attitud Test (EAT), el cual es empleado para medir una variedad 9 de actitudes y conductas asociadas con anorexia y bulimia nerviosa. Este instrumento incluye una escala de 26 reactivos que miden dieta restringida, preocupación por la comida y purga. Otro instrumento dirigido a púberes, aplicado a población mexicana con un instrumento autoaplicable denominado Factores de Riesgo Asociados a Trastornos Alimentarios en Púberes - Hombres (FRATAP-H) y Factores de Riesgo Asociados a Trastornos Alimentarios en Púberes - Mujeres (FRATAP-M), el cual midiera conductas alimentarias y aspectos socioculturales, con la finalidad de ser utilizado como prueba en este tipo de población. Este instrumento proviene de una modificación de dos cuestionarios, el EFRATA (Escala de Factores de Riesgo Asociados a Trastornos Alimentarios) y el CIMEC (Cuestionario de Influencias sobre el Modelo Estético Corporal); ambos validados en mujeres hispanas, específicamente mexicanas y españolas, respectivamente. Empleados para medir factores de riesgo asociados a trastornos de la conducta alimentaria. La versión final de dicho instrumento, en su modalidad para hombres y para mujeres, quedó formado por: 19 reactivos del EFRATA; 4 sobre madurez sexual; y 12 para medir los factores socioculturales. La calificación de las respuestas se distribuyó en cuatro categorías: 1 (nunca); 2 (pocas veces); 3 (muchas veces); 4 (siempre). Se añadieron 8 reactivos para recopilar información sobre aspectos sociodemográficos. 1.2 Planteamiento del problema Según Romero, Campollo, Castro, Cruz y Vásquez (2006), el exceso de grasa corporal que caracteriza a niños y adolescentes con obesidad se debe a la presencia de factores genéticos y ambientales, resultando de la ingestión de energía que excede el gasto calórico y los requerimientos para el crecimiento durante un periodo prolongado de tiempo. Se cree erróneamente, que la obesidad 10 es solo cuestión de alimentación, cuando en ocasiones, en realidad existen muchos otros factores que intervienen para que se dé el fenómeno del sobrepeso. En el presente trabajo se planteó la inquietud de abordar el tema sobre factores de riesgo que puedan desencadenar algún trastorno alimenticio por el evidente crecimiento de la aparición de los mismos en poblaciones cada vez más jóvenes; como es el caso de los púberos. Debido a ciertos factores que se abordaran más adelante, los púberes deciden formar parte del grupo de personas que se preocupan constantemente por su peso, adhieren dietas muy estrictas para no caer en sobre peso o subir de peso, imitan modas gracias a la explotación de los medios de comunicación sobre sus mentes, por simple moda entre sus pares o por la burla y bromas de los mismos. Uno de los factores que influyen en los púberes con relación con su peso es el de la presión social, este fenómeno encuadra más hacia las mujeres que hacia los hombres. Para González y Ortiz (2009) la presión social como riesgo para los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), es una constante preocupación y miedo por subir de peso lo cual provoca mayor insatisfacción con la imagen corporal en las mujeres, así como mucho temor a engordar, sentimiento de baja autoestima y valoración de su cuerpo. Cuando se habla de adolescentes y presión social, son las adolescentes quienes se encuentran más vulnerables, a que el grupo subestime sus dimensiones corporales, y que se sienta insatisfecha con su propio cuerpo y apariencia, por lo que desee perder peso, y se someta a una dieta restrictiva con el fin de disminuir su peso y cuerpo. La insatisfacción corporal es un rasgo común dentro de una sociedad que como la nuestra glorifica la belleza entendida como “delgadez” (Merino, Pombo y Godas, 2001). Así también, como menciona Plaza (2010) en su investigación, la presión social sobre las mujeres, sus cuerpos y su apariencia hace que se enfrenten ante la exigencia de ser juzgadas por su aspecto físico. Por lo que claramente se ven obligadas a tener un peso bajo y un cuerpo modelo. 11 Autores como Ruiz, Vázquez, Mancilla y Trujillo (2010) aseguran mediante un estudio con padres e hijos con este tipo de problemática, que la percepción de los amigos y familiares favorecen a la interiorización del modelo de la delgadez, porque para ellas es común tener amigos preocupados por su peso y figura corporal, que llevan a cabo ejercicio o dietas para adelgazar. De esta forma se reafirma la importancia del contexto social que rodea a las adolescentes. El modelo de cuerpo o la imagen corporal delgada, es otro factor que debemos tomar en cuenta; en la etapa de la pubertad, la persona en esa búsqueda de identidad puede llegar a imitar conductas y comportamientos poco o no apropiados para su salud y autoestima. Tal es el caso que plantea Salazar (2008) sobre el cuerpo delgado de la época, como modelo a seguir en la sociedad moderna. La belleza está integrada por la delgadez en el cuerpo, quien posee una figura adecuada o delgada, es una persona feliz o con buena autoestima, en cambio, una persona no delgada es una persona que posiblemente será apartada del modelo “ideal de la belleza” y padezca una baja autoestima. Como mencionan Cortez, Díaz, Mejía y Mesa (2003) los medios de comunicación influyen en la imagen corporal y el deseo de cambiar de peso en mujeres jóvenes y niñas; lo cual se debe a que las personas se ven sumergidas en un mundo de imágenes de modelos anormalmente delgadas que dicen representar el cuerpo ideal. Las jóvenes inexpertas, buscan imitar tal modelo y empiezan con dietas, y a perder peso, cuando esto ocurre, empieza la insatisfacción corporal y después viene la presencia de un desorden alimenticio mucho mayor. Otro factor que ha impulsado este interés por el peso ha sido el Internet, y el uso de los web sites relacionados con los desórdenes alimenticios como lo son “PROANA Y PROMIA” (promotores de anorexia y bulimia) quienes dan consejo a las jóvenes de utilizar el ayuno extremo y el uso de purgantes y laxantes, orillándolas aun mas a caer en un trastorno de la conducta alimentaria. 12 Plaza (2010) dice también que las revistas actuales para jóvenes adolescentes, se basan en lo que psicológicamente ellas necesitan. Ya que las mujeres de la edad comprendida en la adolescencia están en busca de su propia identidad, las revistas para ellas se basan en eso, y en que la delgadez se configura en un medio para conseguir autoestima y aceptación social. Sin embargo otros autores como Madrid, Pombo y Godás (2001) afirman que la autopercepción es un factor relevante. Quienes se autoperciben con sobrepeso y que sienten insatisfacción hacia su cuerpo y apariencia física, tienden a someterse a dietas estrictas o restringidas para poder perder peso; es por eso, que las personas que se perciben a sí mismas con sobrepeso presentan mayor riesgo de padecer algún trastorno de la conducta alimentaria que las personas con sobrepeso. Además, con independencia del peso, cuanto más insatisfecha se siente una persona con su cuerpo y apariencia externa, tanto más obesa se percibe, mayor es su historia de dieta y su deseo de adelgazar (Benedito, Perpiñá, Botella y Baños, 2003). En lo que respecta a las estadísticas sobre la problemática a trabajar, Espido (2004) señala que sobre todo después de la década de los 60 se han incrementado los casos de anorexia y bulimia nerviosa. Por otra parte, señala que 20% de las personas que padecen anorexia en todo el mundo mueren a consecuencia de la misma, y que una de cada tres mujeres está a dieta de manera permanente. Según Ibarra (2009) considera que la anorexia y bulimia afectan preferentemente a adolescentes del sexo femenino, con una relación entre hombres y mujeres de 1-10. Su incidencia ha aumentado en los últimos 20 años en el mundo occidental, pasando de ser anualmente de 0.37 a 6.3, por cada 100 mil habitantes. Según recientes estadísticas, el 90% de quienes padecen anorexia y bulimia son mujeres entre los 14 y 25 años de edad; el 10% restante son niños, niñas y mujeres maduras. 13 En España, Rivas, Bersabé y Castro (2001) realizaron un estudio con 1,555 adolescentes, demostrando que un alto porcentaje (27.5%) de esta población padece trastornos alimentarios, en una relación que va de cuatro mujeres por cada hombre. Específicamente para la anorexia, el porcentaje fue de .5% en hombres y de 3.9% en mujeres, mientras que para la bulimia nerviosa los porcentajes son 0.6 y 0.2%, respectivamente. En los últimos estudios epidemiológicos realizados en España se han obtenido resultados similares a los de otros países desarrollados, con una prevalencia media de trastornos de la conducta alimentaria en la población femenina de entre 12 y 21 años del 4.5% (0.4% de anorexia nerviosa, 0.9% de bulimia nerviosa y 3.2% de trastornos de la conducta alimentaria no especificada). Estos trastornos constituyen un relevante problema de salud pública, ya que se han convertido en una causa de enfermedad crónica en los adolescentes (Ibarra, 2009). Por su parte, Garandillas, Zorrilla, Sepúlveda y Muñoz (2004), en un estudio realizado en Madrid con 1,534 alumnas adolescentes, reportaron que 3.4% mostraba un trastorno de la conducta alimentaria; la prevalencia de anorexia fue de 0.6%, de bulimia 0.6% y de casos incompletos 2.1%. Distintos estudios epidemiológicos señalan que entre un 2% y un 4% de mujeres jóvenes padecen TCA. En España la prevalencia del trastorno se sitúa entre un 3.3% y un 5.5% en adolescentes de 12 a 20 años (Raich, 2008). En España los últimos estudios realizados coinciden en señalar una tasa de prevalencia de casos de TCA en población adolescente de alrededor del 4.1% – 4.5% En Estados Unidos la anorexia nerviosa supone ya la tercera enfermedad crónica más frecuente entre mujeres adolescentes, después de la obesidad y el asma. La prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria es la más alta entre las detectadas por trastornos psiquiátricos. La anorexia se sitúa en torno al 0,3%, la bulimia en el 0,8% de la población femenina de entre 12 y 21 años. La 14 magnitud del problema es evidente, pues está afectando, en mayor o menor medida, al menos a una de cada diez chicas adolescentes. Los TCA están vinculados de forma rotunda al sexo femenino y a la adolescencia. Solo entre el 5 – 10 % de los afectados son hombres y en éstos se da con más frecuencia la bulimia o el síndrome por atracón que la anorexia nerviosa, aunque también entre ellas es superior la prevalencia de bulimia. En el caso de la bulimia el inicio suele darse algo más tarde, entre los 18 y 25 años, aunque se está adelantando la edad de aparición y la enfermedad se manifiesta con más frecuencia entre los 24 y los 40 ya que, al no ser el deterioro físico tan severo como en la anorexia, el cuadro clínico pasa desapercibido durante años (Adeslas, 2012). En México y España distintos investigadores han realizado estudios para determinar la prevalencia de la población que se encuentra en riesgo de padecer algún TCA, todos ellos buscando las relaciones existentes entre los TCA y diversas variables como el sexo, la edad, el IMC y la percepción corporal. La información sobre la prevalencia y incidencia de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en México son escasos. Datos con los que se cuenta mencionan que para la Ciudad de México, 0.9% de los hombres y 2.8% de las mujeres sufren de estos padecimientos. Entre las principales causas registradas como determinantes de los TCA se encuentran las socioculturales y las familiares y, dentro de la perspectiva individual, el anhelo de delgadez y la insatisfacción del propio cuerpo, por lo que la práctica de dietas restrictivas suelen ser antecedentes constantes, así como la obesidad (Pérez, Vega y Romero, 2007). Un estudio realizado por Pamies, Quiles y Bernabé (2011) buscó estimar el porcentaje de adolescentes que presentaban conductas alimentarias de riesgo (CAR) para el desarrollo de un trastorno de conducta alimentaria (TCA); la muestra estuvo constituida por 2,142 adolescentes (47.2% chicos y 52.8% chicas), 15 estudiantes de todos los centros educativos de secundaria de la provincia de Alicante, España. Para obtener el IIMC, todos los participantes fueron pesados y medidos. El proceso de cribado se realizó a través del EAT-40 adaptado a la población española, tomando el punto de corte de >30 para saber el porcentaje de adolescentes que presentaba CAR. Por otra parte Unikel, Saucedo, Villatoro y Fleiz (2002), realizaron una investigación para conocer la relación entre el IMC y la práctica de CAR en adolescentes mexicanos; la muestra seleccionada para este trabajo estuvo constituida por hombres (N= 3,640) y mujeres (N= 3,957) de 13 a 18 años, la cual se dividió en dos grupos de edad de acuerdo con dos de las etapas de la adolescencia: adolescencia temprana (entre los 13 y 15 años) y adolescencia media (entre los 16 y los 18 años). El instrumento utilizado para medir las CAR fue elaborado específicamente para este estudio, con base en los criterios diagnósticos que propone el DSM-IV para los TCA. Al analizar los resultados del estudio se encontró que tanto el grupo de hombres como el de mujeres, clasificados en la categoría de "sobrepeso", presentaron mayores porcentajes de CAR. Los métodos que utilizan los adolescentes con mayor frecuencia para bajar de peso, sin importar la categoría del IMC a la que pertenezcan, es el ejercicio. En el grupo de mujeres se pudo observar claramente que el porcentaje que sigue un método para bajar de peso se incrementa cuando aumenta su IMC, y los que más practican son las dietas y los ayunos. Las mujeres obesas o con sobrepeso del grupo de 16 a 18 años se ayudan con pastillas o diuréticos para bajar de peso. Es interesante observar que la preocupación por engordar, los atracones y la sensación de no poder controlar su manera de comer, se incrementa con la edad y con el aumento del IMC. Sólo recurrió al vómito autoinducido, a los laxantes y a los enemas, un mínimo porcentaje de ambos grupos de edad. 16 El análisis comparativo de uno y otro sexo por grupo de edad mostró diferencias estadísticamente significativas únicamente respecto a los atracones en el grupo de hombres. Al llevar a cabo un análisis de varianza de dos factores (IMC y edad), los resultados mostraron que el número de indicadores clínicos se incrementa a medida que aumenta el peso corporal, con diferencias estadísticamente significativas, pero no influye la edad. En las mujeres se observa la misma tendencia que en los varones, si bien en los sujetos de 13 a 15 años con sobrepeso y obesidad, el porcentaje de los que reportaron con más frecuencia practicar un solo indicador de riesgo (32% y 46.3%, respectivamente) fue similar al porcentaje de los sujetos entre 16 y 18 años (31.6% y 43.5%). Al incrementarse la edad aumentan los porcentajes del número de los indicadores clínicos en ambas categorías de peso, aunque estas diferencias no son estadísticamente significativas al comparar los grupos de edad, pero sí lo son para las categorías del IMC. En Latinoamérica, en particular en México, los estudios estadísticos y epidemiológicos son pocos, pues carecemos de la información sobre la incidencia de los trastornos de la conducta alimentaria, aunque diversos grupos investigan ese fenómeno. Según datos del Instituto Nacional de Nutrición, en muchos países la frecuencia de la bulimia es mayor que la de la anorexia nerviosa. Hablando de características, los anoréxicos llegan a perder al menos 15% de su peso corporal y en casos extremos, hasta 60%, lo que puede ser mortal. Según Casanueva, Kaufer-Horwitz, Pérez-Lizaur y Arroyo (2008) menciona que en las mujeres jóvenes se han encontrado prevalencias de 0.9% para anorexia nerviosa y de 1% para bulimia nerviosa. En donde de igual manera se menciona que en México, la encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, llevada a cabo en población de entre 18 y 65 años de edad, informó la presencia de bulimia nerviosa en alguna ocasión en la vida en 1.8% de las mujeres y en 0.6% de los hombres, mientras que no se encontraron casos de anorexia nerviosa. 17 Palma (2007), investigadora clínica del Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas "Salvador Zubirán" de la Secretaría de Salud (SSA), comenta que la anorexia y la bulimia existen desde la antigüedad, pero hasta ahora se les ha estudiado, tipificado y definido. Por desgracia, en lo que respecta a México y en general en América Latina se carece de información estadística sobre el impacto en la población de estos trastornos alimenticios, que afecta más a los jóvenes que es la muestra a la que estudiaremos, a partir de los factores de riesgo que se mostraran más adelante; y en ocasiones a adultos jóvenes de hasta 35 o 40 años. En diversas investigaciones mexicanas se ha demostrado, que la preocupación por el peso y la imagen corporal, así como modificaciones drásticas en el patrón alimentario, están presentes en la pubertad. En una de estas investigaciones, en una muestra de 962 mujeres de 9 a 13 años, se detectaron factores de riesgo asociados con el desarrollo de trastornos de la alimentación. Se mostró que casi la mitad de las púberes estaban insatisfechas con su imagen corporal. Asimismo, se confirmó que en edades de 11 a 13 años, ya está presente, en una proporción mayoritaria (94%) la aceptación del estereotipo social de la cultura de la delgadez, centrado en la idea de que un cuerpo delgado es el determinante del atractivo de la mujer. También se encontró que las tres cuartas partes de la muestra respondieron estar preocupadas por su peso corporal, no obstante que muchas de ellas eran de peso normal o incluso de peso bajo (Gómez, 1999). En esta publicación se ha recabado información de que en México se han llevado a cabo diversos estudios para detectar dichas manifestaciones conductuales. Los hallazgos en muestras representativas de estudiantes de entre 12 y 24 años de edad han indicado que 1.1% de varones y 5% del estado de Morelos y 3.4% de varones y 9.6% de mujeres en la ciudad de México refieren dichas conductas. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) en el 2012 la proporción de adolescentes que participó (21 519 adolescentes) y que estaban en riesgo de tener un trastorno de la conducta alimentaria, fue de 1.3% (1.9% en el 18 sexo femenino y 0.8% en el masculino). Esta proporción fue medio punto porcentual más alta (0.9 y 0.4 puntos porcentuales para el sexo femenino y masculino, respectivamente) que la registrada en la ENSANUT 2006. Así mismos cuadro detecto que las conductas alimentarias de riesgo más frecuentes en adolescentes mexicanos fueron: preocupación por engordar, comer demasiado y perder el control sobre lo que se come. En las adolescentes, la principal conducta de riesgo fue la preocupación por engordar (19.7%). En los varones, la conducta de riesgo más frecuente fue hacer ejercicio para perder peso (12.7%). Según registros de la Dirección General de información en Salud (2009) en Sonora, el en 2004 se registraron 5 casos de anorexia nerviosa y 1 caso de bulimia nerviosa. Mientras que en el 2005 se registraron 3 casos de anorexia nerviosa y 2 casos de Bulimia nerviosa. En la región según datos de la Unidad Médico Familiar (IMSS) de ciudad Obregón en el 2012 se registró un total de 5 casos de bulimia en sujetos de sexo femenino, de los cuales 2 fueron manifestados en un rango de edad de 15 a 19 años y 3 casos en un rango de edad de 20 a 29 años. Mientras que en ese mismo año se registraron un total de 41 casos de anorexia, siendo 21 casos en sujetos masculinos y 20 casos en femeninos. En lo que respecta a los casos masculinos, se registran 8 casos en un rango de edad de 1 a 4 años, 7 casos de 5 a 9 años, 5 casos de 10 a 14 años y 1 caso en edad de 70 y más. En el sexo femenino se detectaron 2 casos de 1 a 4 años, 4 casos de 10 a 14 años, 3 de 15 a 19 años, 1de 20 a 29 años y 1 caso de 30 a 39 años. Se enfatiza que a inicio de este año los casos de TCA registrados van en aumento, a comparación del 2012, ya que se consideraban que casos de TCA eran escasos en el estado, ya que se cuentan con mayores estadísticas en base a problemas de obesidad. Los datos que se presentan de los casos detectados como anorexia son para niños pequeños que suele suceder como parte de un proceso de enfermedad, sin embargo otra parte de estas estadísticas señalan especialmente en el caso de las 19 mujeres de entre 10 a 29 años, lo que coincide con otros estudios de este margen de edad y de sexo femenino como las más afectadas. En este esquema y aún cuando existan varios instrumentos para medir los TCA, se plantea la sensibilidad para la población sonorense y las características propias de esta región con respecto a sus estereotipos de belleza y las presiones colectivas con respecto a lo adecuado en una mujer y lo aceptado para los sonorenses. Además, la detección de los trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes es aún un proceso en desarrollo más que un capitulo resuelto, especialmente si se busca tener datos oportunos que permitan una detección temprana. Hasta el momento la detección de posibles casos en TCA en niños y adolescentes ha llevado al inicial desarrollo de instrumentos de evaluación dirigidos a los pacientes de distintas edades. Según Becerra (2008) existen pocos estudios sobre la detección y diagnóstico de los TCA debido a varios motivos; la escasa conciencia de los profesionales ante estos problemas, la falta de tiempo real por la gran presión asistencial que impide profundizar en la atención integral de las personas afectadas y en la realización de actividades preventivas, la baja asistencia de adolescentes a las consultas de atención primaria y su falta de conciencia de enfermedad. 1.3 Justificación Unikel, Bojorquez y Carreño (2004) señalan que a partir de estudios se puede demostrar que población más afectada con los TCA son los púberes ya que se encuentran en una etapa crucial de su desarrollo físico, mental y social, lo cual convierte a la detección temprana de casos en una tarea por demás importante. A pesar de que ya se cuenta con muchas aportaciones dirigidas hacia este campo, quedan todavía muchas áreas por explorar y una de ellas es el desarrollo de instrumentos construidos a partir de la información que nuestras poblaciones 20 pueden aportar. Es por ello que surge la necesidad de contar con instrumentos válidos los cuales permitan de manera cuantitativa detectar y generar un buen diagnostico en los púberes el riesgo de desarrollar un trastorno alimentario, lo cual permitirá diseñar intervenciones preventivas de forma más oportuna dirigidas al área de la salud. Existen una gama de instrumentos y entrevistas que pueden utilizarse para los TCA pero como se puede apreciar en los antecedentes estos son instrumentos los cuales han sido estandarizados y adaptados ya que han sido elaborados en otros país ajenos al nuestro así como la aplicación de cuestionarios a niños o jóvenes siendo instrumentos para edades más avanzadas. En el estado la Secretaría de Salud del estado de Sonora, a través de las Unidades de Consulta Externa, hace una búsqueda intencionada de diferentes enfermedades o pacientes en riesgo de tenerlas, entre ellas, trastornos en la conducta alimentaria. Ellos utilizan un cuestionario de conductas alimentarias de riesgo (Unikel-Santoncini C, Bojórquez-Chapela I, Carreño-García S., 2004), el cual está dirigido a adolescentes de 10 a 19 años, de los cuales se sospecha un riesgo de trastorno en la conducta alimentaria. Aunque algunos de los instrumentos mencionados han sido validados, resulta evidente que no es recomendable emplearlos en púberes, ya que ellos tienen otro nivel de comprensión, y de habilidades cognoscitivas, además de que en esta etapa comienza a haber una mayor preocupación por la apariencia y el peso corporal. Debe señalarse, que ninguno de ellos considera aspectos socioculturales como factores de riesgo asociados a los trastornos alimentarios, ni tampoco la conducta alimentaria normal, la cual debería ser un factor protector dentro del contexto de estas patologías y ninguno de ellos ha sido validado en México. La conducta de comer se encuentra afectada por las ideas asociadas con la figura ideal delgada promovida por los medios (televisión, revistas de moda, y 21 espectáculos, etc.) las grandes compañías de productos para adelgazar, los gimnasios, los libros de dietas, entre otros; las actrices, cantantes y conductoras que aparecen con mayor frecuencia en estos espacios, refuerzan la idea de que tener una figura esbelta es necesario para ser atractiva. En la industria del adelgazamiento, los más beneficiados han sido los empresarios, dueños de clínicas y programas de pérdida de peso, clubes de ejercicio y salud, negocios relacionados con la venta y oferta de supresores de apetito, cirugía estética y remedios antiobesidad, cuyas ganancias son millonarias (Braguinsky, 1996). Dado impacto de los trastornos de la conducta alimentaria en el sector salud, psicológico y social es importante contar con instrumentos adecuados para su detección, con fines tanto clínicos como epidemiológicos. En México, por razones principalmente de recursos, son pocas las encuestas que logran tener una verdadera representatividad nacional. Siendo los TCA una enfermedad poco reconocida como problema de salud pública, es improbable que se consiga apoyo para intervenir en este tipo de situación. 1.4 Objetivos Objetivo General: La presente investigación tiene como objetivo la construcción de un instrumento válido y confiable que permita identificar factores riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria como anorexia y bulimia. Objetivos Específicos: Construcción de un instrumento para medir factores de riesgo para anorexia y bulimia. Determinar el nivel de confiabilidad según el índice de consistencia interna Alfa de Cronbach. 22 Determinar la validez de contenido a través de la técnica de juicio de expertos. Determinar la validez de constructo mediante el análisis factorial. CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO En este apartado se presenta la revisión de la literatura que fundamenta el presente trabajo, describiendo aspectos tanto de las características de los adolescentes, de los trastornos alimenticios a estudiar así como también los tipos de validez y confiabilidad. 2.1 Adolescencia Es la transición del desarrollo entre la niñez y la edad adulta que implica importantes cambios físicos, cognoscitivos y psicosociales. Se considera que la adolescencia comienza con la pubertad, que es el proceso que conduce a la madurez sexual o fertilidad. La adolescencia ofrece oportunidades para el crecimiento, no solo en las dimensiones físicas sino también en la competencia cognoscitiva y social, la autonomía, la autoestima y la intimidad. 24 Este periodo también supone grandes riesgos. Algunos jóvenes tienen dificultades para manejar demasiados cambios a la vez y pueden necesitar ayuda para superar los peligros a lo largo del camino; es una época en que aumenta la divergencia entre la mayoría de los jóvenes, quienes se dirigen a una adultez satisfactoria y productiva y una importante minoría que enfrentará problemas importantes. 2.1.1 Cambios físicos en la pubertad La adolescencia constituye, en nuestros tiempos, un periodo de la vida donde con mayor intensidad que en otros, se aprecia la interacción entre las tendencias del individuo y las metas socialmente disponibles. Durante la pubertad aparecen ciertas diferencias en cuanto a tamaño, forma, composición y desarrollo funcional en muchas estructuras y sistemas del cuerpo. El sistema endocrino está conformado por glándulas localizadas en distintas partes del cuerpo humano. Dichas glándulas se encargan de liberar en el torrente sanguíneo sustancias químicas conocidas como hormonas. Las hormonas modifican el desarrollo y funcionamiento del cuerpo (Arnett, 2008). El hipotálamo puede afectar profundamente funciones del cuerpo como la motivación fisiológica y psicológica, así como el funcionamiento en áreas como comer, beber, el placer, entre otros. El hipotálamo se encarga de estimular y regular la producción de las hormonas en otras glándulas. Al inicio de la pubertad, el hipotálamo comienza a incrementar regularmente la producción de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Este incremento comienza en la niñez media, y es a causa de un incremento de grasa corporal en el cuerpo. La hipófisis produce y libera hormonas llamadas gonadotropinas; la hormona estimulante del folículo (FSH) y la hormona luteinizante (LH). La función principal de estas dos hormonas es la de producir gametos en hombres y mujeres. Estas 25 dos hormonas estimulan a las ganadas, incrementando así, su número de hormonas sexuales. Existen dos hormonas sexuales: estrógenos y andrógenos. Para el desarrollo de la persona en la pubertad el estrógeno más importante es el estradiol y el andrógeno más importante es la testosterona; ya que son los responsables de la mayoría de los cambios físicos que se observan durante la pubertad. Uno de los cambios más notables gracias a la producción de hormonas sexuales es el estirón del crecimiento adolescente. Las niñas son quienes se estiran con mayor rapidez, esto tiene que ver con otro aspecto, el que las niñas maduran dos años más temprano que los niños. Durante la adolescencia temprana las niñas suelen ser más altas que los niños, pero esto también indica que las niñas son las de menor estatura durante la etapa de la adolescencia, ya que el estirón marca el final de su crecimiento físico. Durante el estirón, ocurre un fenómeno conocido como asincronía, esto quiere decir que son las extremidades las que crecen primero; la frente se hace más alta y más ancha, la boca se ensancha, los labios se hacen más llenos y el mentón, las orejas y la nariz se hacen más prominentes (Arnett, 2008). Los niveles de grasa corporal aumentan durante la pubertad, pero dicho cambio afecta más a las niñas que a los niños, ya que la testosterona produce incrementos en el crecimiento muscular. Es también en la pubertad donde se presentan otras diferencias sexuales de la forma corporal; en las niñas aparece el ensanchamiento de las caderas y en los niños el ensanchamiento de la espalda y hombros. Según Arnett (2008) además de los cambios de crecimiento y el funcionamiento físico, otros cambios de mucha importancia se hacen presentes en la etapa de la pubertad: las características sexuales primarias y las características sexuales secundarias. Las premisas de las características sexuales primarias son el 26 desarrollo de los gametos tanto en hombres como en mujeres, y el crecimiento de los órganos sexuales. Mientras en las características sexuales secundarias, los cambios corporales se relacionan con las hormonas sexuales, más no directamente, como es el crecimiento del vello en ciertas áreas del cuerpo, el crecimiento de los senos, etc. Las características sexuales primarias se refieren a la constitución de los órganos sexuales involucrados en la copulación y la reproducción. Dichos órganos nos presentaron durante la niñez un desarrollo menor que en los otros sistemas de órganos. En la pubertad, se produce el crecimiento del útero, la vagina, el clítoris y los labios genitales mayores y menores. En las muchachas, los ciclos menstruales pueden ser irregulares a lo largo del primer año, y estar acompañados de un intervalo de esterilidad púberal que dura tres o más años. La capacidad de procreación no es simultánea con la menarquía, ya que esta es apenas la fase inicial del proceso de maduración sexual. Sin embargo, la capacidad de procrear hijos aparece antes de que el crecimiento físico se haya completado, por lo cual el embarazo en adolescentes se considera una situación de riesgo tanto para la salud de la madre como del hijo si no hay un cuidado prenatal adecuado. El crecimiento hormonal durante la pubertad hace posible el incremento de los gametos (óvulos y espermatozoides); éstos maduran de distinta forma en ambos sexos, en las niñas aparece el fenómeno de la menarquía (prime periodo menstrual) y en los niños la espermarquia (primera producción de espermatozoides). Los cambios físicos en los órganos sexuales diferencian entre mujeres y hombres. En el caso de las mujeres los órganos sexuales externos son la vulva (labios mayores, labios menores y clítoris); incrementan de peso y de tamaño los ovarios, el útero alcanza una longitud de 7.62 centímetros, de igual manera, la vagina incrementa también su longitud y su color se hace más profundo. En los hombres el crecimiento de sus órganos sexuales se ve reflejado en el pene y los testículos; 27 el pene en su forma madura incrementa de 7.62 a 10.16 centímetros, y en su forma tumescente tiene una longitud de 13.97 a 15.24 centímetros y un diámetro de 3.81 centímetros. Así mismo, los testículos incrementan en promedio 2.5 veces su longitud y 8.5 veces su peso. Tanto en hombres como en mujeres las características sexuales secundarias modifican su aspecto físico. Hay cambios que ocurren de una manera relativamente similar como el crecimiento del vello en áreas del cuerpo como el bigote, axilas, área púbica, piernas, en la espalda y/o pecho (en el caso de los hombres). Experimentan cambios en la piel y en los huesos; la piel se vuelve áspera en muslos y antebrazos, se vuelve más grasa a causa de las glándulas sudoríparas de la piel, lo que puede producir el acné y un olor corporal más fuerte. Tanto en hombres como mujeres los huesos se tornan más fuertes y densos. El tono de voz se profundiza ya que las cuerdas vocales se alargan. En mujeres y en hombres hay desarrollo de los senos, aunque es en las mujeres donde se muestra con mayor profundidad este cambio; el crecimiento de los senos pasa por una serie de etapas de desarrollo previsibles (Arnett, 2008). 2.1.1.1 imagen corporal La imagen corporal es un constructo teórico multidimensional, sería la representación mental del propio cuerpo, incluyendo el modo en el que la persona piensa, siente, percibe y actúa respecto al mismo. La definición previa, útil desde la perspectiva de la evaluación e intervención terapéutica en los trastornos de la imagen corporal, estima que las dimensiones de la imagen corporal pueden dividirse en perceptivas, cognitivo-afectivas y conductuales. Muchos argumentan que la alteración en el peso o la forma corporal es una característica específica del trastorno de anorexia, existe una negación a su bajo peso corporal en las personas jóvenes, las cuales perciben su cuerpo como más grande, ancho o gordo de lo que en realidad es. Las personas que padecen 28 anorexia reportan esta evaluación distorsionada de su tamaño y forma de cuerpo, no es raro que las personas jóvenes que no son anoréxicas subestimen el tamaño de su cuerpo y expresen una falta de satisfacción de su cuerpo o su peso (Coleman, Hendry y Kloep, 2008). El componente perceptivo se refiere a la exactitud con la que percibimos el tamaño global del cuerpo y/o sus partes; mientras que el cognitivo-afectivo alude a sentimientos y pensamientos relativos al mismo. La dimensión conductual hace referencia a comportamientos favorecidos por el desarrollo de las otras dos dimensiones. Los cambios corporales de la pubertad suelen llevar asociados una imagen corporal negativa y distorsionada; observándose que conductas de restricción de la alimentación, insatisfacción corporal e ideas de peso deseado por debajo del real son factores frecuentes en la mayoría de la población adolescente (López y Valle, 2008) Aunque la insatisfacción con la imagen corporal es un fenómeno extenso entre las mujeres jóvenes, se ha descubierto que las mujeres con anorexia y bulimia están mucho más insatisfechas con la talla y forma de su cuerpo que las demás (Coleman, Hendry y Kloep, 2008). 2.1.1.1.1 Dimensiones clínicas de los trastornos de la imagen corporal Las dimensiones de la imagen corporal son perceptivas, cognitivas, emocionales y conductuales (López y Valle, 2008). Perceptivas: Esta dimensión hace referencia a la precisión con que se percibe el tamaño corporal en sus partes o totalidad. Con frecuencia las personas con trastorno alimentario tienden a exagerar, deformar o distorsionar la amplitud de sus medidas 29 corporales, no tratándose de una alteración de la percepción visual, ya que perciben con mayor exactitud los cuerpos y siluetas de las personas que les rodean. Es la imagen que tienen de su cuerpo la que deforman, distorsionan o exageran. Cognitivas: Esta dimensión hace referencia a pensamientos, creencias e ideas sobre el propio cuerpo. El modelo cognitivo refleja que las cogniciones de la persona determinan como siente y actúa. Según este criterio las emociones no surgen de los sucesos, sino de los pensamientos acerca de ellos. En el ámbito las alteraciones de la imagen corporal, según el modelo cognitivo, el problema no es el cuerpo sino la forma de pensar sobre él y eso explica el hecho de que personas con cuerpos similares no presenten el mismo nivel de alteración de la imagen corporal. Emocionales: Las personas con alteraciones de la imagen corporal pueden padecer un amplio abanico de reacciones emocionales derivadas de la observación del propio cuerpo o de los pensamientos sobre el mismo. Sentimientos como la tristeza, ansiedad, enfado, vergüenza o frustración. El trastorno de la imagen corporal se ha descrito a veces como fobia al propio cuerpo. Conductuales: Las personas con alteración de la imagen corporal pueden organizar su vida con conductas centradas en la preocupación corporal. Pueden realizar conductas como mirarse en exceso al espejo, medirse o pesarse con frecuencia, comparar insistentemente su cuerpo con el de los demás, solicitar a los demás información sobre su defecto y/o camuflar su aspecto mediante ropajes que lo disimulen. En otras ocasiones realizan conductas de evitación como no acudir a reuniones sociales donde pueden ser objeto de observación o verse obligados a tomar 30 alimentos que no desean por su temor a engordar. Las conductas de ejercicio excesivo o dieta desmedida también pueden considerase conductas de evitación para eludir un cuerpo “en teoría” demasiado grueso. La mayor parte de estas conductas intentan conseguir bienestar, pero terminan cursando con ansiedad e incidiendo en la perpetuación de la alteración de la imagen corporal. 2.1.2 Cognición El concepto se refiere a las funciones, procesos y estados mentales de agentes inteligentes, con un enfoque particular en procesos tales como comprensión, inferencia, toma de decisiones, planificación y aprendizaje. Es frecuentemente utilizado para significar el acto de conocer, o conocimiento, y puede ser definido, en un sentido cultural o social, como el desarrollo emergente de conocimiento dentro de un grupo que culmina con la sinergia del pensamiento y la acción (Capra, 1998). 2.1.2.1 Cognición práctica: pensamiento crítico y toma de decisiones El pensamiento crítico según Arnett (2008) se define como aquel pensamiento que no solo implica memorizar la información, sino analizarla, hacer juicios sobre lo que significa, relacionarla con otra información y considerar porque es válida o inválida. En diversas culturas se han sometido ante la pregunta de si los adolescentes pueden o tienen la capacidad de tomar decisiones importantes como practicarse el aborto, los anticonceptivos, someterse a tratamientos médicos, entre otros. Una explicación ante esta pregunta la da la teoría conductual de la decisión, la cual consta de los siguientes puntos: 1) identificación de las opciones; 2) identificación de consecuencias para cada opción; 3) evaluación de la conveniencia para cada consecuencia anteriormente consultada; 4) evaluación de probabilidades en cuanto a consecuencias; y 5) integración de toda la información (Arnett, 2008). 31 Una teoría reciente la cual habla sobre el procesamiento doble; la toma de decisiones de los adolescentes se basa en dos sistemas cognitivos distintos, uno que es analítico y que utiliza el razonamiento de las operaciones formales, y el otro es heurístico, en otras palabras, se basa en factores intuitivos. Los adolescentes pueden verse implicados en la siguiente elección: salir a un centro comercial por la tarde o ir a una fiesta no supervisada donde los riesgos de beber alcohol y riesgos sexuales toman lugar. De acuerdo con la Teoría Procesamiento Doble (FTT) (fuzzy-trace theory) tal análisis puede descubrir cientos de posibles beneficios y riesgos en esta situación, como lo son el inclinarse hacia un trastorno de la conducta alimentaria, el dejar de comer o no, el hacer o no hacer ejercicio (Jacobs y Klancynski, 2005). Este es el tipo de pensamiento que corresponde a la lógica de toma de decisiones racionales, es el tipo de razonamiento que los niños y adolescentes se basan en la mayoría de la hora de tomar decisiones. Así mismo, muchos adolescentes en diversas culturas prefieren tener un mayor grado de diversión que no tener diversión; además lo que es considerado como diversión varía con la edad, por ejemplo de jugar con juguetes a beber en fiestas. Dependiendo de la elección de cada individuo con respecto a lo que a cada uno le satisface hacer (Reyna, Adam, Poirier, LeCroy, y Brainerd, 2005). Esta forma el pensamiento es más intuitivo, y se basa en las reacciones emocionales y señales que en deliberativa cálculo. Conforme los jóvenes van creciendo y van adquiriendo mayor experiencia de vida, la gente cada vez más utilizar este segundo camino "basado en el quid" de la toma de decisiones (Reyna, 2004). 32 2.1.2.2 Cognición social Se conoce como cognición social al término que se utiliza para designar la forma de pensar acerca de otros individuos y de las relaciones e instituciones sociales. La cognición social está formada por dos aspectos cognitivos: la toma de perspectiva y el egocentrismo adolescente. Durante la niñez los niños creen que los temas que hablan sobre ellos interesan a los demás, y muy rara vez se preguntan si pudiera ser de otra manera. Conforme los niños pasan a la adolescencia mejoran su toma de perspectiva, que se define como la capacidad para entender los pensamientos y sentimientos de los demás. Para muchos adultos este sigue siendo un reto, sin embargo para la mayoría de las personas, al crecer, incrementan esta capacidad. Para la pre adolescencia (de los ocho años a los 10), la mayoría de los niños pueden entender que los demás tienen un punto de vista distinto al suyo, así mismo, se dan cuenta de que tomar la perspectiva de otra persona puede ser de ayuda para comprender las intenciones y acciones de los demás (Arnett, 2008). La teoría de Selman (1980) la cognición social se desarrolla con mayor amplitud en la adolescencia tardía; toma de perspectiva del sistema social y convencional es lo que significa que los adolescentes se dan cuenta de que sus perspectivas sociales y las de los demás son influidas no solo por sus interacciones entre sí, sino también por sus papeles en la sociedad. Para los adolescentes, poseer la capacidad de tomar la perspectiva de los demás, es de ayuda para así, tener conciencia de cómo agradan o desagradan a los otros las cosas que dicen y que hacen. También, la toma de perspectiva está relacionada con la forma en que los adolescentes tratan a las demás personas. En la etapa de la adolescencia, el desarrollo cognitivo incluye el desarrollo de la metacognición que es el pensamiento sobre el pensamiento, sin embargo, cuando estas habilidades empiezan a aumentar en grado e intensidad, a los adolescentes 33 se les puede dificultar distinguir acerca de sus propios pensamientos de lo que piensan de los pensamientos de otros, resulta ser un tipo de egocentrismo adolescente. El cual está compuesto por dos aspectos teóricos: la audiencia imaginaria y la fábula personal. La audiencia imaginaria se denomina como la escasa capacidad de los adolescentes para distinguir entre lo que piensan acerca de si mismos y lo que piensan sobre los pensamientos de las demás personas. A causa de la exageración en que los demás piensan mucho en ellos, imaginan una audiencia embelesada ante su apariencia o comportamiento. La fábula personal es creada sobre la audiencia imaginaria; es la creencia o el pensamiento que tienen los adolescentes en la singularidad de sus experiencias y de su destino personal (Arnett, 2008). 2.1.3 Autoestima La autoestima se refiere al sentido general que tiene la persona de valía y bienestar; desde la imagen personal hasta el concepto personal y autopercepción. La autoestima disminuye considerablemente en la adolescencia temprana, pero después aumenta en la adolescencia tardía y en la adultez emergente. Existen varias explicaciones al respecto, una de ellas es que gracias a la audiencia imaginaria los adolescentes piensan que los demás tienen toda su atención en su aspecto, en su conducta, en sus acciones y que por ello serán juzgados severamente. La autoestima aumenta en la adolescencia tardía y en la adultez temprana conforme disminuye la importancia que le dan a las evaluaciones de los pares (Arnett, 2008). La autoestima estable es la opinión constante y perdurable que tiene el individuo de su valor y bienestar como ser humano. Las personas con una autoestima estable alta se evalúan de forma positiva a pesar de dificultades que se le presenten durante el día. Pero las personas con una autoestima estable baja evalúan su persona de manera negativa a pesar de haber tenido días muy buenos. En cambio la autoestima fluctuante es el sentido cambiante que tienen las 34 personas sobre su bienestar cuando responden a diferentes pensamientos, experiencias e interacciones en el trascurso del día. Las jóvenes adolescentes le dan un mayor peso a la apariencia física como base de su autoestima que los muchachos. Durante la adolescencia las muchachas tienen una imagen corporal más negativa que los hombres y pueden ser mas criticas en su aspecto físico; se encuentran menos satisfechas con su cuerpo que los muchachos, la mayoría de ellas creen que están muy gordas y tienen sobrepeso, por lo tanto han intentado hacer dieta. El atractivo físico como fuente de autoestima significa que cuando una persona llega a la adolescencia enfrenta evaluaciones de otros como una posible pareja romántica o sexual y es sobre todo, en el caso de las muchachas donde el atractivo físico es el criterio principal para dicha evaluación. Los factores más importantes que influyen en la autoestima del adolescente son: la aceptación y la aprobación de los padres y los pares; la aprobación de los adultos ajenos a la familia, como los maestros, contribuye también a la autoestima (Arnett, 2008). Los padres de familia son importantes. Los niños y los adolescentes tendrán una opinión positiva de sí mismos cuando sus padres son afectuosos y se interesan por ellos. En todo el mundo, los niños muestran mayor autoestima cuando la familia vive en armonía y sus padres les muestran cariño. Si un padre siempre le ayuda a su hija a hacer la tarea y gustoso la lleva a las lecciones de piano, está diciéndole eres importante para mí. La disciplina de los padres de familia también se relaciona con la autoestima. Los niños con una gran autoestima tienen padres que no temen fijar reglas, pero que al mismo tiempo están dispuestos a discutir las reglas y la disciplina con sus hijos. Los que no las fijan están en realidad diciéndoles que no les interesan: no los aprecian lo bastante para tomarse la molestia de crear reglas y hacerlas cumplir. Los padres que se niegan a discutir la 35 disciplina con un hijo le indican la falta de interés que tienen en la opinan de un niño o joven (Papalia, Olds y Felman, 2005). Los adolescentes pasan gran parte de su vida en la escuela; así que cabe suponer que las experiencias allí influyan en su autoestima. En general, será mayor cuando ponen mucho empeño, cuando se llevan bien con sus pares y evitan problemas disciplinarios. Será también mayor cuando participen en actividades extraescolares: música, consejo estudiantil, deportes y clubes. Por último, la autoestima mejora cuando el ambiente general de la escuela es propicio: cuando los alumnos están convencidos de que los profesores se preocupan por ellos y los escuchan. También las calificaciones son importantes, pero afectan a la autoestima en las materias (matemáticas o español) no la autoestima global. 2.1.4 Identidad Los adolescentes son capaces de considerarse en abstracto, en tercera persona, es durante la adolescencia y adultez emergente donde se exploran aspectos diversos de la identidad, lo que culmina en compromiso que ponen las bases de la vida adulta (Arnett, 2008). En la teoría de Erikson (1950) sobre el desarrollo humano cada época se caracteriza por un problema o crisis a resolver. Cada problema presenta un camino favorable y otro no tan favorable. Cada etapa tiene un problema central y es en la adolescencia donde el problema central es la identidad frente a la confusión de identidad; el camino favorable establece un sentido en la persona firme y claro, sobre quien es uno y cuál es su lugar a ocupar en el mundo. Pero si la persona se va por el camino no saludable, cae en una confusión de identidad lo que incapacita a la persona para formar una identidad estable y segura. En la formación de la identidad es necesario que el adolescente reflexione sobre cuáles son los rasgos, habilidades e intereses que posee, así como también examinar 36 cuidadosamente las opciones de vida disponibles en su cultura, probar varias posibilidades y al final comprometerse. La identidad está formada por ciertos aspectos: el amor (relaciones personales), el trabajo (ocupación) y la ideología (ideas y valores). Erikson planteó otro proceso clave que contribuye a la formación de la identidad, es la exploración de varias opciones posibles de vida. La adolescencia incluye a menudo una moratoria psicosocial, considerada como un periodo en que se posponen las responsabilidades adultas mientras los adolescentes prueban varios yo posibles. Sin embargo si el desarrollo en cualquiera de las etapas anteriores ha sido inusualmente conflictivo, la confusión de identidad podría ser el resultado del desarrollo en el adolescente. La confusión de la identidad puede ser la causa de una incapacidad para evaluar todas las opciones y las posibles elecciones en el individuo; esta confusión de identidad llevada al extremo puede ocasionar en el adolescente una identidad negativa. Los adolescentes con personalidad negativa pueden rechazar la extensa gama de posibilidades aceptables para el amor, trabajo e ideologías que les ofrece la sociedad en donde viven, en cambio adoptan deliberadamente lo que su sociedad considera como inaceptable, raro, despreciable e incluso, en el peor de los casos, ofensivo. En la etapa de las operaciones formales se valen del razonamiento hipotético para experimentar varios yos y conocer mejor varias identidades posibles. Gracias a sus habilidades cognoscitivas avanzadas se imaginan desempeñando diversos papeles. Gran parte de sus pruebas y de sus experimentos están orientados a las carreras. Algunos adolescentes sueñan con llegar a ser estrellas de rock, otros deportistas profesionales, miembros de alguna asociación altruista o novelistas de éxito. Algunas pruebas tienen una orientación romántica. Los adolescentes se enamoran e imaginan que conviven con el ser querido. Y, a veces, la exploración se centra en creencias religiosas y políticas. Ensayan varias identidades como uno conduciría varios modelos de automóvil 37 antes de decidirse por uno. Empiezan a descubrir quienes son imaginando el futuro (Papalia, Olds y Felman, 2005). En su intento de lograr una identidad, pasan por las etapas o estados de difusión (donde el adolescente se siente abrumado por la tarea de obtener una identidad y hace poco por realizarla), exclusión (el estado del adolescente lo determinan los adultos, no una exploración personal), moratoria (el adolescente examina varias opciones pero todavía no encuentra uno que le satisfaga) y logro (el adolescente ya exploró varias opciones y deliberadamente eligió una identidad especifica). Para Arnett, (2008) los adolescentes no alcanzan al mismo tiempo el estado de logro de todos los aspectos de la identidad. Al alcanzar el estado de logro, termina el periodo de la experimentación activa y el individuo posee ya un sentido bien definido del yo. En la búsqueda de su identidad, el adolescente manifiesta varias modalidades específicas de razonamiento. Tiene una orientación muy egocéntrica, es decir, simplemente le interesan mucho más sus sentimientos y sus experiencias que los de la gente. Además en su búsqueda de identidad, muchos se equivocan al suponer que son el centro del pensamiento de los demás. Muchos adolescentes creen que son actores cuya representación es observada constantemente por sus compañeros. Este fenómeno recibe el nombre de audiencia imaginaria. A medida que avanza a la consecución de una identidad, el egocentrismo, la audiencia imaginaria, las fabulas personales y las ilusiones de invulnerabilidad van haciéndose menos frecuentes. Para obtener la identidad, los padres de familia influyen. Cuando estimulan la discusión y reconocen la autonomía de sus hijos, a éstos les será más fácil alcanzar el estatus de logro. Se sienten impulsados a realizar experimentos personales para alcanzar su identidad por el contrario cuando los padres de familia establecen reglas sin justificarlas y las imponen sin dar explicaciones, los hijos tenderán a permanecer en el estado de exclusión. No sienten deseos de experimentar por su cuenta, sus padres simplemente les dicen que identidad adoptar. En general habrá más probabilidades de que establezcan 38 una identidad bien definida en una atmósfera familiar donde los padres alientan a sus hijos para que exploren alternativas por su cuenta, sin presionarlos ni indicarles una orientación explícita. 2.1.5 Relaciones familiares Desde hace mucho tiempo, existe la creencia de que los hijos ofrecen una gran cantidad de satisfacciones mientras son niños, pero que al llegar a la edad de la adolescencia se hacen más ingratos, difíciles, conflictivos y donde antes había adhesión y admiración, ahora hay distanciamiento y crítica. Así, se ven las relaciones familiares durante esta etapa como un desequilibrio, y se describe al adolescente como deprimido, irritable, reservado, no cooperativo y peleador. La importancia de la familia no disminuye durante la adolescencia, al contrario, durante esta etapa de la vida, la familia desempeña un papel central en aspectos tan como lo es el bienestar emocional y psicológico de los hijos adolescentes. La calidad de las relaciones familiares es crucial para determinar la competencia y confianza con la que el adolescente afronta el periodo de transición de la infancia a la edad adulta. Las relaciones familiares influyen en cómo los jóvenes negocian las principales tareas de la adolescencia (como la formación de identidad propia), en el grado de implicación en problemas de comportamiento y/o consumo de drogas y en la habilidad para establecer relaciones de amistad y de pareja (Arnett, 2008). Aunque los adolescentes muestran un interés importante por entablar nuevas relaciones con otras personas ajenas al contexto familiar, los padres siguen jugando un papel crítico en su desarrollo. Sin embargo, si la interacción entre padres e hijos no es adecuada y positiva, pueden aparecer problemas que desestabilizarán la dinámica familiar. Y es que las formas de funcionamiento y 39 organización familiar válidas hasta el momento, es decir, el sistema familiar debe reorganizarse y adaptarse a la nueva situación con hijos adolescentes. Además de los padres, en la familia existen otras personas susceptibles de proporcionar apoyo a los adolescentes. No podemos olvidar que, dentro de la familia, también son fundamentales las relaciones que se establecen entre hermanos y con miembros de la familia extensa. Estas relaciones suponen para muchos niños y adolescentes otra importante fuente de apoyo y ayuda. Hablar de las relaciones entre hermanos en la adolescencia es un tema complejo porque se trata de relaciones caracterizadas por una continua paradoja amor-odio. Más allá de las dificultades, las relaciones con iguales más íntimas, duraderas y constantes puesto que duran más tiempo que la mayoría de las amistades de los adolescentes. Con el tiempo, las relaciones con hermanos trascienden a la muerte de los padres y en algunas ocasiones la formación de parejas. Las peleas entre hermanos a esta edad son muy frecuentes y normales. El que no deriven en conflictos duraderos y no resueltos, que minen el lazo afectivo entre los hermanos, depende de cómo los padres lleven la situación (Arnett, 2008). 2.1.5.1 Estilos de crianza El estilo de crianza de los padres afecta considerablemente a los adolescentes; los adolescentes no solo se ven afectados por sus padres sino que también los afectan. Anteriormente se conoce como efectos recíprocos o bidireccionales entre padres e hijos. Puede que un adolescente sea agresivo y por ende estimula una crianza autoritaria porque es posible que los padres intentando comportarse con autoridad observen que su hijo ignora sus explicaciones de las reglas siendo así, la sensibilidad de ambos padres se ve afectada de modo que disminuye considerablemente para hacer paso a la exigencia. 40 El estilo de crianza puede hacer una diferencia. En contraste los padres autoritarios les dicen a los adolescentes que no discutan o cuestionen a los adultos y que “sabrán mas cuando crezcan”. Los padres permisivos no parecen preocuparse por las calificaciones, no establecen reglas acerca de ver televisión, no se ocupan de las funciones escolares y tampoco ayudan a sus hijos con la tarea ni la supervisan. Los estilos de crianza juegan un papel importante en el desarrollo del adolescente; la calidad de las relaciones entre padres e hijo y los efectos de la crianza. Los estilos de crianza se refieren a las prácticas de los padres en relación con sus hijos y los efectos de esas prácticas. Se destacan dos dimensiones: la exigencia y la sensibilidad. La exigencia es la medida en que los padres establecen reglas y expectativas de conducta y exigen obediencia por parte de sus hijos. La sensibilidad de los padres se refiere al grado en que reaccionan a las necesidades de sus hijos y la manera en que les expresan amor, calidez e interés. Se han combinado esas dos dimensiones para describir diferentes estilos de crianza. Los padres con autoridad (competentes) son aquellos que muestran un grado elevado de exigencia y sensibilidad, es decir, fijan reglas y expectativas claras para con sus hijos, además, establecen con claridad las consecuencias si sus hijos no obedecen, y de ser necesario las cumplen. Una primacía de los padres con autoridad es que explican a sus hijos las razones de sus reglas y expectativas y se pone a discusión los temas de la disciplina, que en algunas ocasiones da lugar a la negociación y al compromiso. Se ha encontrado que los beneficios de la crianza bajo un modelo de autoridad continúan durante la adolescencia. Los padres con autoridad instan a los adolescentes a mirar hacia ambos lados de los problemas, admiten que en ocasiones lo hijos sabe más que los padres y dan la bienvenida a su participación en las decisiones familiares (Arnett, 2008). En cambio, los padres autoritarios son muy exigentes pero poco sensibles en cuanto al trato con sus hijos; exigen obediencia a los hijos e imparten el castigo si desobedecen sin excepción. Una característica predominante en este estilo de 41 crianza es que los padres no permiten el diálogo; esperan que sus órdenes sean seguidas sin discutir ni disentir. Los padres autoritarios demuestran un apego a hacia sus hijos pobre emocionalmente y que incluso, puede llegar a ser hostil. El estilo de crianza correspondiente a los padres permisivos posee un alto grado de sensibilidad, pero un grado menor de exigencia. Al contrario de los padres autoritarios los padres permisivos tienen pocas expectativas claras en cuanto a la conducta de sus hijos y rara vez los corrigen. La creencia visible es que sus hijos necesitan un amor incondicional, al mismo tiempo consideran que la disciplina y el control perjudica las tendencias saludables de los hijos a ser personas creativas y a expresarse libremente. En otras palabras, brindan amor y calidez a los hijos brindándoles mucha libertad para hacer lo que ellos gusten. Los padres no comprometidos tienen un nivel bajo de exigencia y de sensibilidad; intentan reducir al máximo su dedicación y su tiempo a la crianza de los hijos. Exigen poco a los hijos, corrigiendo su conducta rara vez, no ponen límites estables en cuanto a lo que se puede y no se puede hacer. Al contrario de los padres permisivos, los padres no comprometidos expresan poco amor o interés por sus hijos y puede parecer que tienen poco apego emocional hacia ellos (Arnett, 2008). 2.1.5.2 Conflictos entre padres y el adolescente A pesar de que niños establezcan un apego hacia sus padres, en el curso de la vida familiar no todo está exento de conflictos internos; parece ser algo exclusivo en familias con adolescentes. Por algunas razones, la adolescencia puede ser una época difícil para la relación con los padres. Anna Freud (1946) afirmó que los adolescentes no podrían tener un desarrollo normal sin pasar por esta turbulencia en la relación con sus padres. Sin embargo, puede que esto no sea verdad, pues muchas veces padres y adolescentes coinciden en aspectos importantes sobre la 42 visión de la vida, sintiendo mucho amor y respeto mutuo. Otra explicación sobre el conflicto entre padres y adolescentes es que éstos comienzan durante la adolescencia durando un tiempo y disminuyendo en la adolescencia tardía. Algunas de las razones por las que los padres y adolescentes pudieran tener conflictos son los cambios biológicos y cognoscitivos de la adolescencia. Siendo lo biológico significado de crecimiento físico y fuerza, que probablemente haga que para los padres sea más difícil la imposición de su autoridad ante una presencia física mayor. Otro factor es que en la adolescencia surgen los temas sexuales a causa de la maduración sexual, lo que en la infancia no sucedía. En cuanto a lo cognoscitivo, los adolescentes, gracias a sus capacidades para el pensamiento abstracto y complejo, argumentan mejor que los preadolescentes dificultando a los padres imponerse con rapidez en las discusiones con sus hijos (Arnett, 2008). 2.1.6 Amigos y pares Los pares difieren de los amigos en que son solo personas que tienen en común ciertos aspectos o atributos de su estatus. Para los adolescentes, los pares son los compañeros de clase, los miembros de la comunidad y/o compañeros de trabajo de la misma edad. En cambio, los amigos son personas con las que se establece una relación mutua y valorada. Los amigos suelen ser pares en el sentido de que pueden tener su misma edad. Las adolescentes, en su proceso de crecimiento y cambio, se perciben a sí mismos tal como si una imaginaria audiencia de pares pudiese verlos. Es frente a esos espejos que ensayan las nuevas partes de su identidad e inserción social. Los grupos de iguales adquieren gran importancia en el proceso de elaboración de la identidad durante la adolescencia. Con sus iguales pueden probar sus nacientes recursos y alcanzar posiciones que satisfagan la creciente búsqueda de autonomía. Para la púber, será informativo 43 saber cómo responden sus compañeros a las demandas de sus respectivos padres. Los valores y normas de conducta del grupo a que se incorpore le permiten tener la oportunidad de analizar las actitudes y creencias que ha alcanzado hasta ese momento. Los intereses de cada persona joven lo llevaran a unirse a diferentes grupos. Así, habrá quienes cultiven el deporte, las artes, la política, el estudio o la afirmación sexual (Papalia, Olds y Felman, 2005). 2.1.6.1 Intimidad en las amistades La característica principal de los amigos en la adolescencia es el grado de intimidad es decir, el grado en que dos personas comparten conocimientos, creencias, opiniones, sentimientos y emociones personales. Los amigos en la adolescencia se confían lo que piensan y de lo que se hablan, se ayudan mutuamente en situaciones problemáticas, como conflictos con los padres, maestros y pares. La necesidad de intimidad de los adolescentes hacia sus amigos se intensifica en esta etapa más que en la preadolescencia. Lo que hace posible este cambio es la toma de perspectiva que el niño va adquiriendo conforme se va acercando a la etapa de la preadolescencia; los compañeros promueven aun más la toma de perspectiva, cuando comparten sus pensamientos. Además, los adolescentes poseen una mayor probabilidad que los niños as jóvenes de exponer información intima y personal a sus amigos. Algunas características que buscan los adolescentes en los pares para formar amistades son: personas que los entiendan, alguien que pueda compartir sus problemas, alguien que los escuchará, personas que los ayuden. Los adolescentes confirman que la amistad debe poseer confianza y lealtad como los atributos más importantes. El desarrollo cognoscitivo durante la adolescencia da mayor importancia a la intimidad. El pensamiento abstracto y complejo ayuda al adolescente a entender 44 mejor sus relaciones con los demás, es decir, su cognición social. Así mismo, toman conciencia de las complejas redes de alianza y rivalidades que pueden existir en las relaciones humanas, y que los amigos son los únicos en los que pueden hablar de todo. Considerablemente otro tema que abordan los amigos a través de la intimidad es lo referente a la maduración sexual: cambios en el cuerpo, primeros besos, primeros romances, etcétera. Son temas que muy difícilmente pueden hablar abiertamente con sus padres. El género también influye en la intimidad en las amistades; es probable que sean las muchachas las que mantengan un mayor número de amistades y las que pasen mayor tiempo con ellas que los varones. Son ellas quienes asignan calificaciones altas de afecto a sus amistades como amabilidad, cuidado en comparación con la forma en que los muchachos califican sus amistades (Papalia, Olds y Felmand, 2005). 2.1.6.2 Influencia de los amigos y presión de los pares La influencia de los amigos es un término más preciso para referirse a la presión de los pares. Los amigos pueden tener una influencia significativa en los adolescentes, pero los efectos del grupo entero de pares son débiles. La influencia de los amigos es importante en el desarrollo del adolescente porque desalienta las conductas arriesgadas y apoya emocionalmente a los adolescentes en acontecimientos estresantes de la vida. Tanto la influencia negativa como la positiva aumentan en la adolescencia temprana alcanzando su punto máximo en la adolescencia media y disminuyendo en la adolescencia tardía. Un factor que posiblemente aumente la conducta de riesgo en los adolescentes (beber alcohol, drogadicción, conductas sexuales riesgosas, delincuencia, etc.) es que busquen amigos con características y gustos similares al de ellos; pudiendo alentar esto el egocentrismo, el adolescente exagera las similitudes entre ellos y sus amigos en relación con las que en verdad existen, lo cual pudiera correlacionar las conductas de riesgo que declaran para sí mismos y sus amigos. Tanto la selección como la influencia contribuyen a las semejanzas de la conducta 45 de riesgo entre los amigos adolescentes. Los amigos adolescentes no solo influyen para favorecer conductas de riesgo, sino no para desalentar dichas conductas; todo depende de quienes sean los amigos, y que algunos adolescentes se opongan con firmeza a las conductas de riesgo. Sullivan (1953) menciona que hay cuatro tipos de apoyo que pueden proporcionarse los amigos en la adolescencia: a) el apoyo informativo que es el consejo y orientación en la solución de problemas; b) apoyo instrumental es la ayuda en diversos tipos de tareas; c) el apoyo de compañerismo es ser capaz de confiar uno en el otro como compañeros de actividades sociales y d) el apoyo a la estima se refiere al apoyo que brindan los amigos adolescentes cuando se proporcionan felicitaciones cuando tienen éxito y ánimos cuando fracasan. 2.2 Trastornos alimentarios Los trastornos alimenticios, comer en exceso y la falta extrema de alimento son más comunes en las sociedades industrializadas donde la comida es abundante y el atractivo se equipara con la delgadez. Es una enfermedad causada por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico, relacionada con la alteración de los hábitos alimenticios comunes. 2.2.1 Anorexia nerviosa La anorexia nerviosa se caracteriza por la negativa a mantener un preso corporal superior al peso mínimo correspondiente a la edad y estatura personal; un miedo intenso a volverse obeso, así como una distorsión de la imagen corporal. Aquellos con anorexia nerviosa se pesan repetidamente y consumen solamente pequeñas cantidades de alimentos bajos en calorías. Los trastornos de la conducta alimentaria poseen componentes emocionales y sociales que repercuten en la forma de concretarse el trastorno (Sue, Sue y Sue, 2010). 46 La anorexia nerviosa se refleja más en mujeres adolescentes en países de occidente. El síntoma que prevalece con mayor frecuencia es la malnutrición, responsable del resto de las alteraciones en el cuerpo como la amenorrea. Algunos síntomas físicos de la anorexia nerviosa son los siguientes: reducción de las constantes vitales: hipotensión, hipotermia, bradicardia, pérdida de peso y líquidos, deterioro del esmalte e inflamación de las glándulas salivares, ojos hundidos, piel seca y pelo débil, estreñimiento, disminución de ruidos intestinales, amenorrea y sequedad vaginal en chicas, callos en el dorso de la mano por roce con los incisivos al vomitar, entre otros (APA, 2002). 2.2.1.1 Características diagnósticas Aquellos factores que indican un peor pronóstico son: larga duración de la enfermedad, el peso mínimo muy por debajo de lo normal, dificultades sociales, anomalías de la personalidad previas, relaciones conflictivas con la familia y existencia de tratamientos anteriores. El curso de la anorexia nerviosa a largo plazo se caracteriza principalmente por lo siguiente: un tercio de las pacientes aproximadamente se recupera totalmente, otro tercio continúa con síntomas residuales y el otro tercio se mantiene con síntomas crónico o han muerto. Las características esenciales de la anorexia nerviosa consisten en el rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal, en un miedo intenso a ganar peso y en una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo. Además, las mujeres afectas de este trastorno, aunque hayan pasado la menarquía, sufren amenorrea. La persona con este trastorno mantiene un peso corporal por debajo del nivel normal mínimo para su edad y su talla. Si la anorexia nerviosa se inicia en la niñez o en las primeras etapas de la adolescencia, en lugar de pérdida puede haber falta de aumento de peso (p. ej., mientras que el sujeto crece en altura). Generalmente, la pérdida de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta total. A pesar de que los individuos empiezan por excluir 47 de su dieta todos los alimentos con alto contenido calórico, la mayoría de ellos acaban con una dieta muy restringida, limitada a unos pocos alimentos (APA, 2002). Existen otras formas de perder peso como la utilización de purgas (por ejemplo vómitos provocados y uso inadecuado de laxantes y diuréticos) o el ejercicio excesivo. Las personas con este trastorno tienen un miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obesas. Este miedo generalmente no desaparece aunque el individuo pierda peso y, de hecho, va aumentando aunque el peso vaya disminuyendo. Existe una alteración de la percepción del peso y de la silueta corporal. Algunas personas se encuentran obesas, mientras que otras se dan cuenta de que están delgadas, pero continúan estando preocupadas porque algunas partes de su cuerpo (especialmente el abdomen, las nalgas y los muslos) les parecen demasiado voluminosas. Pueden emplear una amplia variedad de técnicas para estimar el tamaño y el peso de su cuerpo, como son el pesarse constantemente en una báscula, la medida de las diferentes partes del cuerpo de manera obsesiva o el mirarse repetidamente al espejo para observar las zonas consideradas voluminosas. El nivel de autoestima de las personas que sufren este trastorno depende en gran medida de la forma y el peso del cuerpo. Consideran un logro perder peso y un signo de extraordinaria autodisciplina; en cambio, ven el aumento de peso como un fracaso inaceptable de su autocontrol. Algunas personas son conscientes de su delgadez, pero niegan que ésta pueda tener implicaciones clínicas graves. La amenorrea es consecuencia generalmente de la pérdida de peso, pero en una minoría de casos la precede. En las niñas prepuberales la anorexia nerviosa puede retrasar la aparición de la menarquía. Muy a menudo los familiares de la paciente la llevan al médico cuando se dan cuenta de su acentuada pérdida de peso (o cuando observan que no gana peso). 48 Si la paciente decide buscar ayuda médica, es debido al malestar somático y psicológico que le ocasiona el comer tan poco. Es raro que una mujer con anorexia nerviosa se queje de pérdida de peso. Normalmente, las personas con este trastorno tienen escasa conciencia de su alteración, la niegan y pueden explicar historias poco creíbles. Por esta razón es necesario obtener información de los padres o de otras fuentes con el fin de evaluar el grado de pérdida de peso y otras características de la enfermedad (APA, 2002). Los estudios sobre prevalencia realizados entre chicas adolescentes y jóvenes adultas han revelado un porcentaje del 0.5-1 % para los cuadros clínicos que cumplen todos los criterios diagnósticos de anorexia nerviosa. Es más frecuente encontrar a individuos que no presentan el trastorno completo. Existen pocos datos referentes a la prevalencia de este trastorno en individuos varones. En los últimos años la incidencia de esta enfermedad parece haber aumentado. 2.2.1.2 Subtipos de Anorexia A continuación se presentan los subtipos en lo que respecta a la anorexia nerviosa (APA, 2002). Tipo restrictivo Este subtipo describe cuadros clínicos en los que la pérdida de peso se consigue haciendo dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso. Durante los episodios de anorexia nerviosa, estos individuos no recurren a atracones ni a purgas. Según Apfeldorfer (2004) menciona que en este tipo de anorexia la persona no exhibe ni episodios de hiperfagias incontroladas ni comportamientos compensatorios para prevenir el aumento de peso. Tipo purgativo Este subtipo se utiliza cuando el individuo recurre regularmente a atracones o purgas (o ambos). La mayoría de los individuos que pasan por los episodios de 49 atracones también recurren a purgas, provocándose el vómito o utilizando diuréticos, laxantes o enemas de una manera excesiva. Existen algunos casos incluidos en este subtipo que no presentan atracones, pero que suelen recurrir a purgas, incluso después de ingerir pequeñas cantidades de comida. Parece ser que la mayoría de las personas pertenecientes a este subtipo recurren a conductas de esta clase al menos semanalmente, pero no hay suficiente información para poder determinar una frecuencia mínima. 2.2.2 Bulimia nerviosa Es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, las personas que padecen de bulimia nerviosa tiene similitud con las pacientes con anorexia nerviosa: intenso miedo a engordar, conductas compensatorias inadecuadas y la distribución del trastorno por sexo. La principal diferencia es que las pacientes con bulimia nerviosa suelen mantener un peso casi normal y que periódicamente recurren a los atracones. En ocasiones puede predecirse por uno o varios episodios de anorexia nerviosa, con un intervalo entre ambos trastornos que puede oscilar entre meses y años, o bien por medio de periodos en que el paciente estuvo sometido a una dieta sumamente estricta provocándole una sensación intensa de hambre que no puede controlar y que da lugar al desencadenamiento de los atracones. Algunos de los síntomas físicos que aparecen en este trastorno son: cara hinchada por hipertrofia de glándulas salivares, alteraciones del equilibrio electrolítico, arritmias, callos en el dorso de la mano, caries y erosión del esmalte dentales, distensión abdominal, ulceraciones en boca y/o esófago, entre otros (Sue, Sue y Sue, 2010). 2.2.2.1 Características diagnósticas Existen algunas variables que predicen un peor diagnóstico: provenir de un cuadro de anorexia nerviosa, severidad del trastorno bulímico, altas puntuaciones en 50 impulsividad, abuso de sustancias, mayor frecuencia de conducta autolesiva y una historia familiar de alcoholismo y /o depresión. Las características esenciales de la bulimia nerviosa consisten en atracones y en métodos compensatorios inapropiados para evitar la ganancia de peso. Además, la autoevaluación de los individuos con esta enfermedad se encuentra excesivamente influida por la silueta y el peso corporales. Para poder realizar el diagnóstico, los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas deben producirse. Al menos un promedio de dos veces a la semana durante un período de 3 meses. Se define atracón como el consumo a lo largo de un período corto de tiempo de una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de los individuos comerían. El clínico debe tener en cuenta el contexto en que se produce el atracón lo que se calificaría como consumo excesivo en una comida habitual puede considerarse normal si se produce en una celebración o en un aniversario. Un período corto de tiempo significa aquí un período de tiempo limitado, generalmente inferior a 2 horas. Los atracones no tienen por qué producirse en un solo lugar; por ejemplo, un individuo puede empezar en un restaurante y continuar después en su casa. No se considera atracón el ir picando pequeñas cantidades de comida a lo largo del día (APA, 2002). Los individuos con este trastorno se sienten generalmente muy avergonzados de su conducta e intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan por lo normal a escondidas o lo más disimuladamente posible. Los episodios pueden o no haberse planeado con anterioridad y se caracterizan (aunque no siempre) por una rápida ingesta del alimento. Los atracones pueden durar hasta que el individuo ya no pueda más, incluso hasta que llegue a sentir dolor por la plenitud. Los estados de ánimo dismórficos, las situaciones interpersonales estresantes, el hambre intensa secundaria a una dieta severa o los sentimientos relacionados con el peso, la silueta y los alimentos pueden desencadenar este tipo de conducta. 51 Los atracones se acompañan también de sensación de falta de control. El individuo puede estar en un estado de excitación cuando se atraca de comida, especialmente en el inicio de la enfermedad. Algunos enfermos describen síntomas de naturaleza disociativa durante o después de los atracones. Otra característica esencial de este trastorno la constituyen las conductas compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso. Muchos individuos usan diversos métodos para intentar compensar los atracones; el más habitual es la provocación del vómito. Los individuos con este trastorno pueden estar sin comer uno o más días, o realizar ejercicio físico intenso, en un intento por compensar el alimento ingerido durante los atracones. Se puede considerar excesivo el ejercicio que interfiere de manera significativa las actividades importantes, cuando se produce a horas poco habituales, en lugares poco apropiados, o cuando el individuo continúa realizándolo a pesar de estar lesionado o presentar alguna enfermedad (APA, 2002). La prevalencia de la bulimia nerviosa entre las adolescentes y jóvenes adultas es aproximadamente del 1-3 %. Entre los varones la prevalencia es diez veces menor. La preocupación por la imagen corporal, la percepción que uno tiene de la propia apariencia, a menudo empieza en la niñez intermedia o antes, pero se acentúa en la adolescencia. En algunos casos, conduce a esfuerzos obsesivos por controlar el peso. Este patrón es más común entre las muchachas que entre los chicos y es poco probable que esté relacionado con problemas reales de peso. Debido al incremento normal en las muchachas de grasa corporal durante la pubertad, muchas, en especial aquellas que están avanzadas en el desarrollo de la pubertad, se sienten insatisfechas con su apariencia, con lo cual refleja el énfasis cultural en los atributos físicos de las mujeres y esta imagen corporal puede dar lugar a problemas alimenticios. 52 2.2.2.2 Subtipos de bulimia Se muestra a continuación los subtipos en lo que respecta a bulimia nerviosa. Tipo purgativo Este subtipo describe cuadros clínicos en los que el enfermo se ha provocado el vómito y ha hecho un mal uso de laxantes, diuréticos y enemas durante el episodio. Tipo no purgativo Este subtipo describe cuadros clínicos en los que el enfermo ha empleado otras técnicas compensatorias inapropiadas, como ayunar o practicar ejercicio intenso, pero no se ha provocado el vómito ni ha hecho un mal uso de laxantes, diuréticos o enemas durante el episodio. En las mujeres con bulimia nerviosa se presentan a menudo irregularidades menstruales y amenorrea; no está del todo claro si estas alteraciones se relacionan con fluctuaciones de peso, déficit nutritivo o estrés emocional. Los individuos que toman exceso de laxantes de manera crónica (para estimular la motilidad intestinal) pueden acabar presentando dependencia a este tipo de fármacos. Los desequilibrios electrolíticos producto de las purgas llegan a veces a ser de la suficiente importancia como para constituir un problema médico grave. 2.2.3 Factores o dimensiones Cuando una persona tiene trastornos de la conducta alimentaria puede ser debido a varias dimensiones como lo son (Sue, Sue y Sue, 2010): Dimensión biológica Las influencias genéticas pueden contribuir en los trastornos de la conducta alimentaria, ocurren más comúnmente en parientes femeninos. 53 La influencia genética puede implicar neurotransmisores o estructuras cerebrales, como el hipotálamo, que están involucrados en las conductas alimentarias. Dimensión psicológica Algunos factores psicológicos que pueden favorecer la presencia de anorexia nerviosa son: insatisfacción con su imagen corporal (relacionada con los rápidos cambios puberales y que determina a su nivel de autoestima), perturbación en la conciencia interoceptiva, irritabilidad y descontrol emocional (que les lleva a intentar aumentar su sentimiento de autocontrol y de éxito a través de una dieta restrictiva, y así al principio consiguen la silueta corporal deseada por la sociedad, aunque luego vayan más allá). También se ha podido hallar una mayor presencia de acontecimientos vitales estresantes sufridos con anterioridad al inicio del trastorno (cambio de domicilio, salir del hogar familiar para ir a estudiar fuera, desengaño amoroso, etc.). En cuanto a la bulimia nerviosa prevalece una personalidad con características de impulsividad o falta de autocontrol. También se ha intentado ver la bulimia como una adicción, en el que la sustancia de abuso ante la que se pierde el autocontrol es la comida. Desde una perspectiva conductual, se intenta dar una explicación a los atracones por medio de la presencia de ciertos indicios externos de comida en sujetos emocionalmente inestables que además no poseen una adecuada percepción de los indicios internos de hambre y/o saciedad. Otros factores predisponentes son la tendencia a engordar y a hacer dieta en personas en las que además coexiste un trastorno afectivo. Dimensión social La anorexia nerviosa se da con mayor incidencia en países con sociedades desarrolladas, y es en éstas donde existe un culto por la delgadez; quizá sea este el factor que mejor explique los demás factores que llevan a una chica a tomar una 54 dieta estricta. Para poder ser aceptados como miembros en esta clase de sociedades, el individuo requiere estar en extrema delgadez. Dentro de la bulimia nerviosa algunos patrones familiares como el favorecer la alimentación a través de la comida rápida individual, a la hora de estar en familia en la mesa y puede ser considerado como un momento que favorece la comunicación y la observación por parte de la familia de posibles hábitos irregulares en los hijos. Dimensión sociocultural Las mujeres toman conciencia de su figura y peso corporal a través de la socialización. En el entorno actual las mujeres son sexualizadas mediante la televisión, videos musicales, letras musicales, revistas y publicidad. Visten a las mujeres con ropa reveladora y son despersonalizadas. 2.3 Medición en Psicología La medición es aquel proceso mediante el cual se pueden probar hipótesis y teorías. La medición puede ser muy útil, por ejemplo se pueden medir objetos (mesas, gente, libros, etc.), propiedades propias de un ser humano (peso, estatura, inteligencia, etc.). Una de las principales funciones de la medición es la de asignar números o numerales a los objetos. Los numerales son símbolos como I, II, III, etc. Para que la medición tenga sentido debe estar respaldado con la correspondencia entre lo empírico y lo que es real. 2.3.1 Instrumentos de medición Según Amon (1982) señala que un instrumento de medición es aquel que registra datos observables que representan verdaderamente los conceptos o las variables que el investigador tiene en mente. 55 Es el recurso que utiliza el investigador para registrar información o datos sobre las variables que tiene en mente. En toda investigación aplicamos un instrumento para medir las variables contenidas en las hipótesis (y cuando no hay hipótesis, simplemente para medir las variables de interés). Esa medición es efectiva cuando el instrumento de recolección de los datos realmente representa a las variables que tenemos en mente. Si no es así nuestra medición es deficiente y por lo tanto la investigación no es digna de tomarse en cuenta. 2.3.1.3 Fases para construir un instrumento de medición Según Hernández, Fernández y Baptista (2003) numera algunos pasos para la elaboración de un instrumento de medición. 1. Listar las variables que se pretenden medir u observar. 2. Revisar su definición conceptual y comprender su significado. 3. Revisar cómo han sido definidas operacionalmente las variables. 4. Elegir el instrumento o los instrumentos (ya desarrollados) que hayan sido favorecidos por la comparación y adaptarlos al contexto de la investigación. 5. Indicar el nivel de medición de cada ítem y, por ende, el de las variables. 6. Indicar como se habrán de codificar los datos en cada ítem y variable. 7. Una vez que se indica el nivel de medición de cada variable e ítem, y que se determina su codificación, se procede a aplicar una “prueba piloto” del instrumento de medición. 8. Sobre la base de la prueba piloto, el instrumento de medición preliminar se modifica, ajusta y mejora, entonces estaremos en condiciones de aplicarlo. 2.3.1.1 Escalas de medición En la medición existe lo que se conoce como niveles de medición; una escala se puede definir como un instrumento de medición (velocímetro, termómetro), que 56 está formado por dos tipos de datos: cualitativos (no métricos) y cuantitativos (métricos). Algunos datos no métricos pueden ser atributos, características y propiedades para identificar a un sujeto, mientras que los datos métricos sirven para medir o identificar las posibles diferencias del sujeto, en cantidad y en grado. Las escalas que corresponden a los datos cualitativos están nominal y ordinal, las escalas que abarcan los datos cuantitativos son de intervalo y de razón. Se conoce como escala nominal a aquella en donde se asignan número u otros símbolos para colocar objetos u observaciones dentro de una clasificación. Los datos que contiene son únicamente número de ocurrencia en cada categoría de la variable sujeto de estudio. La característica principal de esta escala de medición es que las propiedades de los objetos de una categoría son iguales a los de las otras. El único indicador cuantificable dentro de esta escala es que se puede contar el número de casos en cada categoría. En una escala ordinal existe la esencia de la escala nominal, solo que en la ordinal es posible el postulado de transitividad justificada (a=b, b=c, a=c). Es en este nivel donde se pueden exhibir relaciones, ya sea en mayor o menor grado. Las escalas de intervalo nos muestran la distancia que hay entre un punto y otro, y cuál es la medida o el grado que hay entre cada punto. Por ejemplo, podemos decir que Carlos es más alto que Rafael, y además podemos decir cuánto más alto es Carlos de Rafael (15 centímetros). Algunas variables que se pueden medir con este tipo de escala son: la estatura, el tiempo, la temperatura, el ingreso o la inteligencia. Una característica obvia en esta escala es que es una unidad de medición común y constante que asigna números reales a todos los pares de objetos en una serie ordenada. Las escalas de razón no solo incluyen las características de las escalas ordinal, nominal e intervalar, sino que en este caso el concepto de cero es absoluto. Hernández, Fernández y Baptista (2003) hablan sobre los niveles de medición en los cuales se debe de categorizar cada ítem, estos son: 57 1. Nivel de medición nominal que dice que este nivel hay dos o más categorías del ítem o variable. Las categorías en este nivel o tienen orden ni jerarquía. Lo que se mide se coloca en una u otra categorías, es decir, que solo indica que son diferentes respecto a una o más características. Las categorías únicamente reflejan diferencias en la variable. 2. Nivel de medición ordinal se define como el nivel en el cual hay varias categorías, pero además éstas mantienen un orden de mayor a menor. Las etiquetas o los símbolos de las categorías sí indican jerarquía. 3. En el Nivel de medición por intervalos dice que además del orden o la jerarquía entre categorías, se establecen intervalos iguales en la medición. Las distancias entre categorías son las mismas a lo largo de toda la escala. Hay intervalo constante, una unidad de medida. 4. Nivel de medición de razón, en este nivel, además de tenerse todas las características del nivel de intervalos (intervalos iguales entre las categorías, y aplicación de operaciones aritméticas básicas y sus derivaciones), el cero es real y es absoluto (no arbitrario). Cero absoluto implica que hay un punto en la escala donde no existe la propiedad. 2.3.1.2 Requisitos para un instrumento de medición Un buen instrumento de medición deber ser correcto, que indique lo que interesa medir con facilidad y eficiencia. Para la buena evaluación de un instrumento es necesario contar con estas características: Validez: grado en que una prueba está midiendo lo que en realidad se desea medir. Confiabilidad: exactitud y precisión de los procedimientos de medición. 58 Factibilidad: factores que determinan la posibilidad de la realización, como por ejemplo: económicos, conveniencia, y grado en que los instrumentos de medición sean interpretables. Hernández, Fernández y Baptista (2003) hacen referencia a que toda medición o instrumento de recolección de datos debe reunir dos requisitos esenciales, confiabilidad y validez. 2.3.1.2.1 Confiabilidad Se dice que una medición es confiable de acuerdo con el grado en que puede ofrecer resultados consistentes; la confiabilidad es el grado en el cual una medición contiene errores variables. Estas diferencias entre observaciones o entre mediciones, pueden ocurrir durante cualquier momento de la medición, y varían para una unidad dada del análisis al ser medidas más de una vez por el mismo instrumento. En otras palabras, se refiere al grado en que la aplicación repetida del instrumento, al mismo sujeto u objeto produce resultados iguales. Se determina mediante diversas técnicas. Algunas formas importantes de aumentar la confiabilidad son: 1) Aumentar el número de reactivos u observaciones. 2) Elimine los reactivos poco claros. 3) Estandarice las condiciones en las que se administra la prueba. 4) Modere la facilidad y dificultad de las pruebas. 5) Minimice los defectos de sucesos externos. 6) Estandarice las instrucciones. 7) Mantenga procedimientos de calificación coherentes. 59 Namakforoosh (2005) definió métodos principales para estimar la confiabilidad: El método de prueba-contraprueba corresponde más a la definición conceptual de confiabilidad. Se aplica un instrumento de medición de un grupo de personas en dos ocasiones diferentes y se calcula la correlación entre dos series de observaciones. Al coeficiente obtenido en este método se le conoce como confiabilidad estimada. Un segundo método mencionado por el mismo autor es el método de formas paralelas por el cual se aplica a un grupo de personas dos formas diferentes de instrumentos de medición y las dos series de puntuaciones se relacionan para obtener la confiabilidad estimada. La confiabilidad de un instrumento de medición se refiere al grado en que su aplicación repetida al mismo sujeto u objeto produce resultados iguales. La confiabilidad de un instrumento de medición se determina mediante diversas técnicas. Para Hernández, Fernández y Baptista (2003) existen procedimientos para calcular la confiabilidad de un instrumento de medición los definieron de la siguiente forma: 1. Medida de estabilidad (Confiabilidad por test-retest) que menciona que en este procedimiento un mismo instrumento de medición (o ítems o indicadores) se aplica dos o más veces a un mismo grupo de personas, después de cierto periodo. Si la correlación entre los resultados de las diferentes aplicaciones es altamente positiva, el instrumento se considera confiable. 2. Método de formas alternativas o paralelas en este procedimiento no se administra el mismo instrumento de medición, sino do o más versiones 60 equivalentes de éste. Las versiones son similares en contenido, instrucciones, duración y otras características. Las versiones (casi siempre dos) se administran a un mismo grupo de personas dentro de un periodo relativamente corto. El instrumento es confiable si la correlación entre ambas administraciones es positiva de manera significativa. 3. En el método de mitades partidas (Split-halves) explica que los procedimientos anteriores (medida de estabilidad y método de formas alternas) requieren cuando menos dos administraciones de la medición en el mismo grupo de individuos. En cambio, el método de mitades partidas requiere sólo una aplicación de la medición. 4. El Coeficiente alfa de Cronbach desarrollado por J.L Cronbach requiere una sola administración del instrumento de medición y produce valores que oscilan entre 0 y 1. Su ventaja reside en que no es necesario dividir dos mitades a los ítems del instrumento de medición: simplemente se aplica la medición y se calcula el coeficiente. 5. Coeficiente KR-20 es un coeficiente para estimar la confiabilidad de una medición, cuta interpretación es la misma que la del coeficiente alfa. 2.3.1.2.2 Validez Se pueden mencionar dos tipos de validez: interna y externa. Como validez externa se entiende aquella que se refiere a la generalización de conceptos encontrados en una investigación. La validez interna, en cambio, es aquella que tiene como habilidad medir lo que se ha propuesto. Otra forma de clasificar a la validez es a través de tres tipos: validez de contenido, validez con base en criterios externos y validez de construcciones hipotéticas (constructos). 61 Se refiere al grado en que un instrumento realmente mide la variable que pretende medir. La validez es una cuestión más complicada que debe alcanzarse en todo instrumento de medición que se aplica. La validez es un concepto del cual pueden tenerse diferentes tipos de evidencia. De Contenido Se refiere al grado en que un instrumento refleja un dominio específico de contenido de lo que se mide. Es el grado en el que la medición representa al concepto o variable medida. El dominio de contenido de una variable normalmente es definido o establecido por la literatura. Existen dos variedades dentro de este tipo de validez de contenido: validez superficial y validez muestral. La primera hace referencia a la evaluación subjetiva del investigador y del instrumento de medición. Una desventaja de este tipo de validez es que se debe confiar totalmente en el juicio subjetivo a ausencia de reglas aplicables para evaluar instrumentos de medición. La validez muestral se refiere a que el instrumento contenga una muestra representativa del universo de la materia de interés. Hernández, Fernández y Baptista (2003) mencionan que es complejo obtener la validez de contenido, primero, es necesario revisar cómo ha sido medida la variable por otros investigadores, y con base en dicha revisión, elaborar un universo de ítems posibles para medir la variable y sus dimensiones. Después, se consulta a investigadores familiarizados con la variable para ver si el universo es exhaustivo. Los ítems se seleccionan bajo una cuidadosa evaluación, si la variable está compuesta por diversas dimensiones o facetas, se extrae una muestra probabilística de ítems, ya sea al azar o estratificada. Se administran los ítems, se correlacionan las puntuaciones de los ítems entre sí y se hacen estimaciones estadísticas para ver si la muestra es representativa. Para calcular la validez de contenido son necesarios varios coeficientes. 62 De Criterio La validez de criterio establece la validez de un instrumento de medición al compararla con algún criterio externo que pretende medir lo mismo. El principio de la validez de criterio es sencillo: si diferentes instrumentos o criterios miden el mismo concepto o variable, deben arrojar resultados similares. La validez con base en criterios externo tiene como finalidad la puntuación de una prueba a escala, con una o más unidades o criterios externos. Una manera de evaluar este tipo de validez es mediante la validez predictiva. La validez predictiva es la correlación entre los resultados de una medición dada y de un criterio externo. Los resultados se someten a un proceso de comparación entre el instrumento de medición y la otra forma de evaluación. El coeficiente de correlación entre estos dos instrumentos de medición se conoce como coeficiente de validez. De Constructo La validez de constructo es aquella validez que implica relacionar un instrumento de medición con un marco teórico para determinar si el instrumento está ligado a los conceptos y a las consideraciones teóricas. Se dice que hay validez de constructo cuando las medidas de la escala se relacionan con un marco teórico. Es probablemente la más importante, sobre todo desde una perspectiva científica, y se refiere a que tan exitosamente un instrumento representa y mide un concepto teórico. A esta validez le concierne en particular el significado del instrumento, esto es, qué está midiendo y cómo opera para medirlo. Parte del grado en el que las mediciones del concepto proporcionadas por el instrumento se relacionan de manera consistente con otras mediciones de otros conceptos, de acuerdo con modelos e hipótesis derivadas teóricamente. A tales conceptos se les denomina constructos. Incluye tres etapas: a) Se establece y especifica la relación teórica entre los conceptos, b) se correlacionan los conceptos y se analiza 63 cuidadosamente la correlación; c) se interpreta la evidencia empírica de acuerdo con el nivel que clarifica la validez de constructor de una medición en particular. 2.3.1.2.3 Objetividad Se trata de un concepto difícil de lograr, particularmente en el caso de las ciencias sociales. En ciertas ocasiones se alcanza mediante el consenso. La objetividad aumento, al reducirse la incertidumbre. En un instrumento de medición, la objetividad, se refiere al grado en que éste es permeable a la influencia de los sesgos y tendencias del investigador o investigadores que lo administran, califican e interpretan. La objetividad se refuerza mediante la estandarización en la aplicación de instrumentos (mismas instrucciones y condiciones para todos los participantes) y en la evaluación de los resultados; así como, al emplear personal capacitado y experimentado en el instrumento. Según Cegarra (2004) esta característica permite conocer lo que es perteneciente o relativo al objeto en sí y no a nuestro modo de pensar o sentir. La objetividad es indispensable para poder juzgar adecuadamente los resultados de la investigación y su discusión, sin dejarse llevar por lo que se esperaba o deseaba. CAPÍTULO III METODOLOGÍA El presente apartado corresponde a la metodología seguida de la investigación. La cual es una investigación de tipo cuantitativa donde primeramente se describirán los participantes, seguido de las características de las medidas utilizadas para recabar la información, el procedimiento utilizado. 3.1 Participantes En esta investigación participaron 200 jóvenes de sexo femenino con un rango de edad de los 11 hasta los 16 años; con una media de 13.3, la muestra fue seleccionada aleatoriamente de escuelas primarias (21%) y secundarias (79%) de la ciudad. 65 3.2 Instrumento A partir de la revisión teórica se construyó un instrumento que mide factores de riesgo de Anorexia y Bulimia (FRAB), el cual se conformó inicialmente por 90 reactivos con una escala tipo Likert, las opciones de respuesta van desde totalmente en desacuerdo hasta totalmente de acuerdo, todos con orientación negativa. Los reactivos se distribuyeron en 3 dimensiones: 1) psicológica 2) social y 3) conductual. 3.3 Procedimiento En el presente apartado se dará a conocer el procedimiento que se siguió: primero se realizó la búsqueda de literatura la cual brindo el fundamento necesario para la creación de instrumento, después de realizar la creación del instrumento fue necesario que contará con la validez de criterio la cual fue a partir de la validación por expertos quienes fueron dos maestras del área de investigación y clínica, y una nutrióloga. Posteriormente, fue necesaria la autorización a las diferentes escuelas participantes para poder realizar la aplicación del instrumento. Una vez obtenida la autorización, se procedió a la aplicación del instrumento, para luego realizar la captura de datos en el paquete estadístico SPSS versión 15, obtener los análisis de confiabilidad a través del cálculo de Alfa de Cronbach y de validez de constructo por medio del análisis factorial. CAPÍTULO IV RESULTADOS El presente apartado corresponde a los resultados obtenidos en la investigación. Se describirá la confiabilidad, la validez obtenida, así como también la validez de contenido y validez de constructo. 4.1 Confiabilidad Para calcular la confiabilidad del instrumento se empleó el análisis de consistencia interna de las respuestas de los reactivos, para lo que se determinó la consistencia mediante el Alfa de Cronbach, la cual arrojó un valor inicial de .965, indicando una alta confiabilidad. 67 Luego de haber eliminado, los ítems numero 4, 9, 15, 31, 45, 76 y 88, por presentar baja correlación con la escala total, la confiabilidad del instrume nto quedo en .967 con un total de 83 ítems. 4.2 Validez Utilizando el juicio de expertos se buscó establecer la validez de contenido del instrumento. Los expertos se mostraron de acuerdo en que la información incluida era completa y adecuada, así como en la claridad de los ítems, e hicieron comentarios sobre el número de reactivos, pues se consideró amplio. Sin embargo, se hicieron modificaciones en algunos reactivos, con el objetivo de adecuar el lenguaje utilizado por los participantes (véase apéndice 3, 4 y 5). Para determinar la validez de constructo se analizó la estructura interna sometiendo los 83 reactivos a un análisis factorial, se rotaron los reactivos bajo el método Varimax y se excluyeron los reactivos con un peso factorial menor a .40. Se obtuvo un KMO de .884; los reactivos se agruparon en ocho factores, los cuales arrojan una varianza total acumulada del 52.733. Se eliminaron 19 reactivos por poseer un peso factorial debajo de .40 que era lo mínimo requerido (1, 2, 8, 13, 17, 18, 26, 27, 32, 48, 50, 54, 57, 67, 72, 79, 80, 82, 90). Una vez más se calculó la confiabilidad del instrumento sin los 26 reactivos eliminados, lo cual los arrojo un alfa de Cronbach de .960. A continuación se presentan las propiedades psicométricas de cada uno d e los componentes. El primer componente se refiere a la actitud irracional que se tiene con respecto a su cuerpo, está compuesto por 12 reactivos y aporta el 10.33% a la varianza total explicada, el peso factorial de los reactivos estuvo entre .71 y .40. Se obtuvo una confiabilidad de alfa de Cronbach de .911 (véase Tabla 1). 68 Tabla 1. Peso factorial de reactivos en el factor 1: Actitudes irracionales Reactivo Peso Factorial P81 Para mí es un logro perder peso .712 P84 Siento culpa después de comer .681 P71 Siento que fracaso cuando subo de peso .663 P43 Me da miedo ser gorda .649 P60 Cuando me miro al espejo, me siento insatisfecha con mi cuerpo .614 P5 Debo verme delgada para sentirme bien conmigo misma .607 P65 Siento que mi físico posee más defectos que características buenas .582 P59 Como goma de mascar para que se me calme el hambre .489 P58 Me han dicho que estoy muy delgada cuando me siento con mucho peso .488 P47 Si tengo el cuerpo delgado soy una persona feliz .475 P85 Me desprecio a mi misma porque como mucho .473 P62 Entre más horas de ejercicio haga más bonita seré .401 El segundo componente explica pensamientos irracionales tales como miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, inutilidad personal, entre otros. Está constituido por 13 reactivos aportando el 8.40% de la varianza total explicada donde el peso factorial de los reactivos abarca desde .61 a .40. Con una confiabilidad de Alfa de Cronbach de .883 (véase la Tabla 2). Tabla 2. Peso factorial de reactivos en el factor 2: Pensamientos irracionales Reactivo P12 En cuanto más delgada sea mejor persona seré P53 Cuando me invitan a comer invento alguna excusa para no ir P10 La mujer debe tener un cuerpo delgado para llamar la atención P23 Me gusta pesarme varias veces al día P11 Me da miedo que los demás me vean comer P52 Si hay comida en alguna reunión, doy algún pretexto para irme P22 El desayuno ayuda a que mi cuerpo suba de peso P24 Debo tener un bonito cuerpo para poder comprarme ropa de moda P66 La delgadez determina lo saludable que soy P20 La ropa bonita está hecha para mujeres delgadas P35 Dejar de comer por las mañanas es parte de mi alimentación diaria P42 Cuando siento que he comido de más, busco alguna manera de compensarla P36 Prefiero hacer mis ejercicios físicos que las tareas escolares Peso Factorial .619 .613 .600 .588 .560 .557 .525 .507 .502 .452 .442 .425 .407 El tercer componente explica el factor de la autoestima siendo inestable al momento de formar relaciones interpersonales y afectivas, así como también relacionar su autoestima con su forma corporal y peso. Está formado por 11 ítems 69 aportando el 7.78% de la varianza total explicada con un peso factorial entre .59.40. El tercer componente arrojo un Alfa de Cronbach de .850 (véase la Tabla 3). Tabla 3. Peso factorial de reactivos en el factor 3: Autoestima Reactivo P86 Me da pena hablar en grupos P89 Detesto gran parte de mi persona P39 Me da vergüenza alzar la mano en clase para participar P44 Me siento inútil al hacer actividades escolares P40 Prefiero guardar mis emociones que mostrarlas P38 En la mayoría de mis tareas fracaso por ser inútil P28 Prefiero dejar de hacer cosas porque soy poco útil P29 Hablo muy poco con mis compañeros P16 Si fallo en mis metas me siento fracasada P41 Mi mamá me puso a dieta porque me dice bajar de peso P33 Mi mamá hace comentarios negativos hacia mi aspecto físico Peso Factorial .597 .570 .559 .553 .553 .531 .512 .500 .475 .420 .401 El cuarto componente explica las influencias de los medios de comunicación como las revistas, principalmente dirigidas al público joven, debido a que su contenido expresa la demanda de una figura delgada ocasionando en la persona el riesgo de perjudicar su salud ya sea realizando dietas intensivas o ejercicios rigurosos. Está compuesto por 8 ítems y aporta el 6.60% a la varianza total explicada, el peso factorial de los reactivos se encuentra entre .61 y .44. El cuarto componente arrojo un Alfa de Cronbach de .812 (véase la Tabla 4). Tabla 4. Peso factorial de reactivos en el factor 4: Influencia de medios de comunicación Reactivo P55 Me han servido las dietas de las revistas P19 Me gustan las dietas que vienen en las revistas P56 Me impongo dietas y cueste lo que cueste las debo cumplir P34 Aprendo dietas de las revistas que leo P77 Siento que hacer ejercicio en la noche ayuda a bajar de peso P25 Realizo ejercicio físico cuando estoy sola P87 Tengo que ser la mejor en la escuela P73 De ninguna manera dejo de hacer ejercicio Peso Factorial .614 .581 .578 .555 .547 .457 .456 .448 En el quinto componente se explica el autocontrol el cual se manifiesta a través de conductas tales como valerse de los alimentos para manejar la ansiedad y el estrés, baja tolerancia a la frustración, impulsividad, ocasionando un alto riesgo de 70 que la persona presente atracones. Este factor está compuesto por 7 reactivos aportando 6.28% de la varianza total explicada, con un peso factorial que oscila entre .72 - .45. El Alfa de Cronbach que arrojó este componente es de .781 (véase la Tabla 5). Tabla 5. Peso factorial de reactivos en el factor 5: Autocontrol Reactivo P83 Cuando estoy irritada como más de lo normal P69 Normalmente puedo comer mucho aunque me sienta muy llena P74 Puedo comer sin parar durante casi dos horas P64 Tengo la habilidad de comer incluso cuando sienta que es imposible continuar P49 Cuando como mucho me siento tan feliz que es difícil detenerme P46 Pocas personas me conocen P37 Cuando me preocupo, como más Peso Factorial .721 .717 .701 .590 .506 .466 .455 En lo que respecta al sexto componente explica la tendencia a la comparación que se tiene en base a sus compañeras o lo que ven en los medios y como se siente ellas mismas al no recibir la misma aprobación. Está constituido por 4 reactivos aportando el 4.45% de la varianza total explicada donde el peso factorial de los reactivos abarca desde .61 a .50. Este sexto factor arrojó un Alfa de Cronbach de .654 (véase la Tabla 6). Tabla 6. Peso factorial de reactivos en el factor 6: Tendencia a la comparación Reactivo P14 Me gustaría el cuerpo delgado de las artistas que aparecen en televisión P3 Tomo decisiones para agradarles a los demás P21 Me siento mal cuando le dicen piropos a mis amigas y a mí no P6 Necesito la aprobación de otros para sentirme bien Peso Factorial .613 .581 .504 .504 El séptimo componente se refiere a las conductas que pueden presentar un riesgo en la salud de la persona y que son influidas por integrantes de la familia principalmente por la madre y por los amigos o los pares, está compuesto por 5 reactivos y aporta el 4.52% a la varianza total explicada, el peso factorial de los reactivos oscilo entre .62 y .40. Se obtuvo una confiabilidad de alfa de Cronbach de .685 (véase Tabla 7). 71 Tabla 7. Peso factorial de reactivos en el factor 7: Conductas influidas por la familia y los pares Reactivo P51 En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma P63 Mis amigos critican mi peso P61 Mis amigos me han comentado que debo bajar de peso P30 Me gustaría ser otra persona P68 Mi mamá realiza algún tipo de dieta para mantener su peso Peso Factorial .628 .553 .530 .438 .409 El octavo componente explica los rasgos de la personalidad que pudiesen estar presentes en individuos con una autoexigencia elevada, hipercontrol, introversión, timidez y en general características obsesivas y de perfeccionismo. Este componente está conformado por 4 reactivos aportando 3.83 % de la varianza total explicada, con un peso factorial de .69 a .50. Este factor oscilo un Alfa de Cronbach de .710 (véase tabla 8). Tabla 8. Peso factorial de reactivos en el factor 8: Rasgos de la personalidad Reactivo P70 Si veo algo desacomodado lo muevo hasta que quede perfectamente en su lugar P75 Utilizo mucho tiempo acomodando mi habitación hasta que quede perfecto P7 Las cosas me deben salir siempre bien para sentirme útil P78 Hago a un lado la comida para hacer mis tareas escolares Peso Factorial .692 .618 .505 .501 CAPÍTULO V DISCUSIÓN El principal aporte de este estudio, es proporcionar un instrumento válido y breve, el cual pueda ser utilizado en jóvenes el cual permita medir factores de riesgo asociados a los trastornos de la conducta alimentaria. Se puede apreciar que el trabajo de investigación cumple los objetivos generales como específicos que se plantearon. El instrumento quedó conformado por 64 reactivos dividido en 8 factores y con una confiabilidad de .960 y una varianza explicada de 52.73%, a lo que se atribuye que dicho instrumento tiene alta confiabilidad y posee validez de contenido y de constructo. 73 5.1 Conclusiones El instrumento tiene la finalidad de dar a conocer si la persona que responda la escala tiene tendencia a desarrollar un trastorno de conducta alimentaria, tales como anorexia o bulimia. Con el fin de poder detectar y prevenir a tiempo estas problemáticas, ya que el instrumento se basa en componentes los cuales son aspectos dentro de los TCA como lo son actitudes irracionales, pensamientos irracionales, autoestima, influencia de medios de comunicación, autocontrol, tendencia a la comparación, conductas influidas por la familia y los pares y rasgos de la personalidad. Dimensiones ligadas a los factores de riesgo en anorexia y bulimia. Existen variedad de instrumentos que abordan diferentes aspectos de los trastornos alimenticios, se considera importante la actualización y/o elaboración de nuevos instrumentos ya que existen en versiones extranjeras los cuales van desde los años de 1979 hasta el 2009. En México se estandarizan estos instrumentos; pero aun así no significa que posea una validez y confiablidad similar debido a las diferencias cognitivas, y socioculturales de cada país. De ahí la importancia de contar con un instrumento diseñado especialmente para una edad especifica y con estandarización en nuestra región. En lo que respecta a México existen algunos instrumentos que se encargan de medir y/o detectar el riesgo de trastornos alimenticios, similar al instrumento que se presenta en cuestión; como lo es el cuestionario de conductas alimentarias de riesgo (2004), el cual es un instrumento de 10 reactivos, de 3 dimensiones el cual posee una confiabilidad de 0.83, mientras que por otra parte también se encuentra el instrumento Factores de riesgo asociados a trastornos de la conducta alimentaria (2009), el cual cuenta con una división elaborada para hombres como para mujeres, compuesto de 5 dimensiones el cual que posee una confiabilidad de 0.75 y 0.83 respectivamente. Estos instrumentos abordan aspectos de manera más básica y con una cantidad de reactivos menor, también es importante resaltar 74 el año de elaboración de estos instrumentos ya que uno de ellos puede considerarse ya obsoleto, en 9 años han existidos cambios significativos en lo que respecta a la de forma de vida del 2004 hasta ahora. Las dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y socioculturales se tornan diferente con el paso del tiempo. En lo que respecta a la confiabilidad los instrumentos a comparar poseen una confiabilidad aceptable, mientras que FRAB se puede ubicar con una confiabilidad elevada lo cual hace que sea un instrumento apto para arrojar datos consistentes de lo que se quiere medir. 5.2 Recomendaciones Algunas recomendaciones para investigaciones posteriores son la aplicación de las escalas con los factores específicos de la investigación en cuestión, y así se podrán obtener resultados confiables y válidos para el tema de investigación relacionado con la óptima detección de trastornos de la conducta alimentaria. Así mismo, se propone la aplicación del Instrumento FRAB simultáneamente con la obtención de los pesos y medidas de los participantes de la investigación para realizar con ello un análisis de los resultados de la Escala de Factores de Riesgo para Anorexia y Bulimia, y su relación con el índice de masa corporal. Como las investigaciones de Unikel, Saucedo, Villatoro y Fleiz (2002) y Pamies, Quiles y Bernabé (2011), los cuales realizaron la aplicación de ciertos instrumentos, así como el IMC de los participantes para una detección de datos complementaria. Es importante mencionar que se puede generar mejoras a este trabajo de investigación, ya que se recomienda la aplicación futura a una muestra más grande para mejores resultados de KMO y varianza. O tomar la opción de reducir el número de reactivos del instrumento para facilitar su aplicación a la población dirigida. Así como el incremento de las propiedades psicométricas. 75 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Adeslas, S. (2012). Cifras sobre anorexia y bulimia. Prevención de la anorexia y bulimia. SegurCaixa. Recuperado el 14 de Marzo Junio del 2012 de: https://www.prevencion.adeslas.es/es/trastornoalimenticio/masprevencion/Pa ginas/cifras-anorexia-bulimia.aspx American Psychiatric Association, APA (2002). DSM-IV-TR. 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Totalmente en desacuerdo Edad: ___________años Escuela: _________________ Grado:________ Esta escala tiene como objetivo la elaboración de un instrumento válido y confiable que permita identificar factores riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria como anorexia y bulimia. 83 Me da miedo ser gorda Me siento inútil al hacer actividades escolares Me cuesta acercarme a platicar con extraños Pocas personas me conocen Si tengo el cuerpo delgado soy una persona feliz Aunque tenga alguna parte de mi cuerpo herida o lastimada, sigo haciendo ejercicio Cuando como mucho me siento tan feliz que es difícil detenerme Me interesan los artículos o programas de radio o tv relacionados con el control de la obesidad y manejo de dietas En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma Si hay comida en alguna reunión, doy algún pretexto para irme Cuando me invitan a comer invento alguna excusa para no ir Es más importante sacar una excelente calificación que comer bien Me han servido las dietas de las revistas Me impongo dietas y cueste lo que cueste las debo cumplir Cuando voy a pesarme, comparo los resultados de varias balanzas para estar más segura Me han dicho que estoy muy delgada cuando me siento con mucho peso Como goma de mascar para que se me calme el hambre Cuando me miro al espejo, me siento insatisfecha con mi cuerpo Mis amigos me han comentado que debo bajar de peso Entre más horas de ejercicio haga más bonita seré Mis amigos critican mi peso Tengo la habilidad de comer incluso cuando sienta que es imposible continuar Siento que mi físico posee más defectos que características buenas La delgadez determina lo saludable que soy En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma Mi mamá realiza algún tipo de dieta para mantener su peso Normalmente puedo comer mucho aunque me sienta muy llena Si veo algo desacomodado lo muevo hasta que quede perfectamente en su lugar Siento que fracaso cuando subo de peso Gasto mucho tiempo limpiando mis manos De ninguna manera dejo de hacer ejercicio Puedo comer sin parar durante casi dos horas Utilizo mucho tiempo acomodando mi habitación hasta que quede perfecta Puedo ser una persona perfecta Siento que hacer ejercicio en la noche ayuda a bajar de peso Hago a un lado la comida para hacer mis tareas escolares Me da miedo que mi maestro me deje responsabilidades Gastar tiempo comiendo interrumpe mis labores 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 Totalmente de acuerdo 43 44 45 46 47 48 49 50 De acuerdo Ítems Ni en acuerdo ni en desacuerdo # En desacuerdo Cuando me preocupo, como más En la mayoría de mis tareas fracaso por ser inútil Me da vergüenza alzar la mano en clase para participar Prefiero guardar mis emociones que mostrarlas Mi mamá me puso a dieta porque me dice que debo bajar de peso Cuando siento que he comido de más, busco alguna manera de compensarlo Totalmente en desacuerdo 37 38 39 40 41 42 84 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 Para mí es un logro perder peso Mi mamá me obliga a comer menos Cuando estoy irritada como más de lo normal Siento Culpa después de comer Me desprecio a mi misma porque como mucho Me da pena hablar en grupos Tengo que ser la mejor en la escuela Creo que tengo la capacidad de ser la mejor en mi clase Detesto gran parte de mi persona Si estoy enferma de ninguna manera dejo de hacer ejercicio APÉNDICE 2 85 FACTORES DE RIESGO DE ANOREXIA Y BULIMIA Son los indicadores psicológicos, conductuales y sociales, a través de los cuales se pueden identificar síntomas proclives a la manifestación de los trastornos alimentarios, esencialmente Anorexia y Bulimia. DIMENSIONES INDICADORES ITEMS Codificación Distorsión de la imagen: 60 Cuando me miro al espejo, me siento insatisfecha con mi cuerpo (4) Muy de acuerdo Psicológicos: (3) De acuerdo Abarca los factores que - insatisfacción con su imagen corporal (relacionada 65 Siento que mi físico posee más defectos que atributos (2) Ni de acuerdo ni en provienen de la persona con los rápidos cambios puberales y que determina 58 Me han dicho que estoy muy delgada cuando me sientes con propia, ya sea, de la a su nivel de autoestima) mucho peso desacuerdo 12 En cuanto más delgada sea mejor persona seré (1) En desacuerdo percepción que tiene de -preocupación por su imagen corporal (0) Muy en desacuerdo su imagen, de sus - la tendencia a engordar y a hacer dieta en 5 Debo verme bonita para sentirme bien conmigo misma pensamientos que personas en las que además coexiste un trastorno 37 Cuando me preocupo, como más 83 Cuando estoy irritada como demasiado conllevan a sus afectivo acciones. -El sentimiento de logro y autocontrol gira alrededor 16 Si fallo en mis metas me siento fracasada del peso ideal, el cual se convierte en sinónimo de 84 Siento culpa después de comer 85 Me desprecio a mi misma porque como mucho “valía personal”. Autocontrol: 49 Cuando como mucho me siento tan feliz que es difícil -valerse de los alimentos para manejar el estrés o la detenerme 1 Me cuesta trabajo distinguir mis emociones ansiedad - perturbación en la conciencia interoceptiva, 17 Me cuesta trabajo identificar si realmente siento hambre 56 Me propongo dietas y cueste lo que cueste las debo cumplir irritabilidad y descontrol emocional 6 Necesito la aprobación de otros para sentirme bien - impulsividad o falta de autocontrol 3 Tomo decisiones para agradarles a los demás - extrema ansiedad 43 Me da miedo ser gorda -baja tolerancia a la frustración. 81 Para mí es un logro perder peso - Los atracones pueden reducir la disforia de 71 Siento que fracaso cuando subo de peso manera transitoria, pero a continuación suelen provocar sentimientos de autodesprecio y estado de 27 Creo que ser muy delgada es ser una persona sana 66 La delgadez determina lo saludable que soy ánimo depresivo. 44 Me siento inútil al hacer actividades escolares - El individuo puede estar en un estado de 28 Prefiero dejar de hacer cosas porque soy poco útil excitación cuando se atraca de comida, 7 Las cosas me deben salir siempre bien para ser útil especialmente en el inicio de la enfermedad. Pensamientos irracionales: 38 En la mayoría de mis tareas fracaso por ser inútil - una baja conciencia interoceptiva (incapacidad de 8 Me cuesta trabajo hacer amigos interpretar de forma precisa la activación emocional 29 Hablo muy poco con mis compañeros 39 Me da vergüenza alzar la mano en clase para participar y las claves internas del apetito) - sensación grave y generalizada de inutilidad 79 Me da miedo que mi maestro me deje responsabilidades 45 Me cuesta acercarme a platicar con extraños personal - una actitud distorsionada e implacable en lo que 86 Me da pena hablar en grupos 40 Prefiero guardar mis emociones que mostrarlas se refiere a la conducta ingestiva -pensamientos erróneos, como que todo cuanto no 46 Pocas personas me conocen sea triunfar es fracasar, para sentirse bien debe ser 87 Tengo que ser la mejor en mi escuela la primera en todo, necesita la aprobación y la 80 Gastar tiempo comiendo interrumpe mis labores 86 aceptación social. -Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal. -Consideran un logro perder peso y un signo de extraordinaria autodisciplina; en cambio, ven el aumento de peso como un fracaso inaceptable de su autocontrol. -Algunas personas son conscientes de su delgadez, pero niegan que ésta pueda tener implicaciones clínicas graves. Autoestima: -antisocial, inestabilidad de las relaciones interpersonales y afectividad. -buscan metas muy elevadas, tienen buenos resultados académicos, gracias a su dedicación, lo que favorece a la etiqueta de “inteligente” pero la malnutrición disminuye el rendimiento intelectual. - El nivel de autoestima de las personas que sufren este trastorno depende en gran medida de la forma y el peso del cuerpo Social: Abarca la influencia que viene de lo exterior, que esta fuera del control del individuo, como medios masivos de comunicación, así como personas allegadas o significativas en la vida del afectado. Rasgos de la personalidad: - autoexigencia elevada - rasgos de personalidad obsesivos, perfeccionismo y rigidez o impulsividad. -introversión, timidez -persona enferma se satisface en el autocontrol, en el híper control. Influencias de los medios de comunicación: -mujeres sexualizadas mediante la televisión, videos musicales, letras musicales, revistas y publicidad Influencias familiares: - las madres de las niñas con alteraciones en la conducta alimentaria veían a sus hijas menos atractivas y era más probable que pensaran que sus hijas deberían perder peso -la mayor accesibilidad a comidas tipo aperitivos altos en grasa, hidratos de carbono y sal, fácilmente consumibles cuando se está frente al televisor, que se asocian con unos intentos de dietas irregulares 54 Es más importante sacar una excelente calificación que comer bien 88 Creo que tengo la capacidad de ser la mejor en mi clase 78 Hago a un lado la comida para hacer mis tareas escolares 47 Si tengo el cuerpo delgado soy una persona feliz 30 Me gustaría ser otra persona 89 Detesto gran parte de mi persona 2 La mayor parte del tiempo estoy triste 13 Todo lo que haga debe salir perfecto 72 Gasto mucho tiempo limpiando mis manos 75 Utilizo mucho tiempo acomodando mi habitación hasta que quede perfecta 70 Si veo algo desacomodado lo muevo hasta que quede perfectamente en su lugar 31 Yo tengo el poder de controlar todo lo que me pase 76 Puedo ser una persona perfecta 32 Llaman mi atención los anuncios de televisión respecto a productos para adelgazar 50 Me interesan los artículos o programas de radio o tv relacionados con el control de la obesidad y manejo de dietas 14 Me gustaría el cuerpo delgado de las artistas que aparecen en la televisión 33 Mi mamá me hace comentarios negativos hacia mi aspecto físico 41 Mi mamá me puso a dieta porque me dice que debo bajar de peso 82 Mi mamá me obliga a comer menos 67 En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma 51 En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma 4 Me gusta estar mucho tiempo viendo televisión 87 entre los adolescentes que posteriormente favorecen los atracones -patrones de interacción entre los padres controladores -las madres que hacen dieta trasmiten mensajes de lo importante que es la delgadez para las hijas -familias conflictivas, desorganizadas, poco unidas, inestables son las que propician al trastorno alimentario. Influencias de los pares: - requieren una extrema delgadez para ser aceptados -presión entre los pares por bajar de peso - historia de burlas, criticas o comparaciones descalificadoras acerca de la apariencia física 15 Usualmente veo televisión comiendo comida chatarra 18 Debo estar comiendo algo para poder ver televisión agusto 9 En mi casa me dejan ver televisión por muchas horas 19 Me gustan las dietas que vienen en las revistas 34 Aprendo dietas de las revistas que leo 55 Me han servido las dietas de las revistas 68 Mi mamá realiza algún tipo de dieta para mantener su peso 61 Mis amigos me han comentado que debo bajar de peso 10 La mujer debe tener un cuerpo delgado para llamar la atención 20 La ropa bonita está hecha para mujeres delgadas 24 Debo tener un bonito cuerpo para poder comprarme ropa de moda 63 Mis amigos critican mi peso 21 Me siento mal cuando le dicen “piropos” a mis amigas y a mi no Estereotipos: -visten a las mujeres con ropa reveladora y son despersonalizadas - un gran énfasis en el culto a la delgadez -el hecho de no recibir “piropos” en las calles, pues son las mujeres las que reciben voces de admiración mas sexuadas y en algunos casos soeces. Conductual: Actitudes y conductas que presente la persona en relación a la ingesta de comida, desde evitarla hasta realizar cualquier tipo de purgación. -Gradualmente, se van alejando del estudio durante su tiempo libre, así como de otras actividades, y relaciones importantes. -conductas compensatorias inapropiadas purgativas como vomitar o tomar laxantes, que son las que empeoran definitivamente su estado fisiológico. -ejercicio excesivo con episodios nocturnos. - Ayunar periódicamente, en ocasiones durante varios días. - Evitar concurrir a reuniones donde pueda verse obligado a comer, recurriendo a todo tipo de excusas, a veces ridículas. - Abuso de edulcorantes; consumo indiscriminado de goma de mascar sin azúcar. - provocándose el vómito o utilizando diuréticos, 42 Cuando siento que he comido de más, busco alguna manera de compensarlo 77 Siento que hacer ejercicio en la noche ayuda a bajar de peso 25 Realizo ejercicio físico cuando estoy sola 62 Entre más horas de ejercicio haga más bonita seré 22 El desayuno ayuda a que mi cuerpo suba de peso 35 Dejar de comer por las mañanas es parte de mi alimentación diaria 53 Cuando me invitan a comer invento alguna excusa para no ir 11 Me da miedo que los demás me vean comer 52 Si hay comida en alguna reunión, doy algún pretexto para irme 59 Como goma de mascar para que se me calme el hambre 23 Me gusta pesarme varias veces al día 57 Cuando voy a pesarme, comparo los resultados de varias balanzas para estar más segura 88 laxantes o enemas de una manera excesiva. - Pesarse varias veces al día, desnudo y con balanzas exactas. Tener balanza propia, comparando con otras. - los atracones se caracterizan más por una cantidad anormal de comida ingerida que por un ansia de comer un alimento determinado, como los hidratos de carbono. - Los atracones se realizan por lo normal a escondidas - Los atracones pueden durar hasta que el individuo ya no pueda más, incluso hasta que llegue a sentir dolor por la plenitud -pueden estar sin comer uno o más días, o realizar ejercicio físico intenso, en un intento por compensar el alimento ingerido durante los atracones. -ejercicio que interfiere de manera significativa las actividades importantes, cuando se produce a horas poco habituales, en lugares poco apropiados, o cuando el individuo continúa realizándolo a pesar de estar lesionado o presentar alguna enfermedad. 26 entre más comida ingiero, mejor me sentiré 74 Puedo comer sin parar durante casi dos horas 69 Normalmente puedo comer mucho aunque me sienta muy llena 36 Prefiero hacer mis ejercicios físicos que las tareas escolares 48 Aunque tenga alguna parte de mi cuerpo herida o lastimada, sigo haciendo ejercicio 90 Si estoy enferma de ninguna manera dejo de hacer ejercicio 73 De ninguna manera dejo de hacer ejercicio 64 Tengo la habilidad de comer incluso cuando sienta que es imposible continuar 89 APÉNDICE 3 90 APÉNDICE 4 91 APÉNDICE 5 92 APÉNDICE 6 Matriz de componentes rotados P81 Para mí es un logro perder peso P84 Siento culpa después de comer P71 Siento que fracaso cuando subo de peso P43 Me da miedo ser gorda P60 Cuando me miro al espejo, me siento insatisfecha con mi cuerpo P5 Debo verme delgada para sentirme bien conmigo misma P65 Siento que mi físico posee más defectos que características buenas P59 Como goma de mascar para que se me calme el hambre P58 Me han dicho que estoy muy delgada cuando me siento con mucho peso P47 Si tengo el cuerpo delgado soy una persona feliz P85 Me desprecio a mi misma porque como mucho P62 Entre más horas de ejercicio haga más bonita seré P12 En cuanto más delgada sea mejor persona seré P53 Cuando me invitan a comer invento alguna excusa para no ir P10 La mujer debe tener un cuerpo delgado para llamar la atención P23 Me gusta pesarme varias veces al día P11 Me da miedo que los demás me vean comer P52 Si hay comida en alguna reunión, doy algún pretexto para irme P22 El desayuno ayuda a que mi cuerpo suba de peso P24 Debo tener un bonito cuerpo para poder comprarme ropa de moda P66 La delgadez determina lo saludable que soy P20 La ropa bonita está hecha para mujeres delgadas P35 Dejar de comer por las mañanas es parte de mi alimentación diaria P42 Cuando siento que he comido de más, busco alguna manera de compensarla P36 Prefiero hacer mis ejercicios físicos que las tareas escolares P86 Me da pena hablar en grupos P89 Detesto gran parte de mi persona P39 Me da vergüenza alzar la mano en clase para participar P44 Me siento inútil al hacer actividades escolares P40 Prefiero guardar mis emociones que mostrarlas P38 En la mayoría de mis tareas fracaso por ser inútil P28 Prefiero dejar de hacer cosas porque soy poco útil P29 Hablo muy poco con mis compañeros P16 Si fallo en mis metas me siento fracasada P41 Mi mamá me puso a dieta porque me dice bajar de peso P33 Mi mamá hace comentarios negativos hacia mi aspecto físico P55 Me han servido las dietas de las revistas P19 Me gustan las dietas que vienen en las revistas P56 Me impongo dietas y cueste lo que cueste las debo 1 .712 .681 .663 .649 2 3 Componente 4 5 .614 .607 .582 .489 .488 .475 .473 .401 .619 .613 .600 .588 .560 .557 .525 .507 .502 .452 .442 .425 .407 .597 .570 .559 .553 .553 .531 .512 .500 .475 .420 .401 .614 .581 .578 6 7 8 93 cumplir P34 Aprendo dietas de las revistas que leo P77 Siento que hacer ejercicio en la noche ayuda a bajar de peso P25 Realizo ejercicio físico cuando estoy sola P87 Tengo que ser la mejor en la escuela P73 De ninguna manera dejo de hacer ejercicio P83 Cuando estoy irritada como más de lo normal P69 Normalmente puedo comer mucho aunque me sienta muy llena P74 Puedo comer sin parar durante casi dos horas P64 Tengo la habilidad de comer incluso cuando sienta que es imposible continuar P49 Cuando como mucho me siento tan feliz que es difícil detenerme P46 Pocas personas me conocen P37 Cuando me preocupo, como más P14 Me gustaría el cuerpo delgado de las artistas que aparecen en televisión P3 Tomo decisiones para agradarles a los demás P21 Me siento mal cuando le dicen piropos a mis amigas y a mí no P6 Necesito la aprobación de otros para sentirme bien P51 En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma P63 Mis amigos critican mi peso P61 Mis amigos me han comentado que debo bajar de peso P30 Me gustaría ser otra persona P68 Mi mamá realiza algún tipo de dieta para mantener su peso P70 Si veo algo desacomodado lo muevo hasta que quede perfectamente en su lugar P75 Utilizo mucho tiempo acomodando mi habitación hasta que quede perfecto P7 Las cosas me deben salir siempre bien para sentirme útil P78 Hago a un lado la comida para hacer mis tareas escolares .555 .547 .457 .456 .448 .721 .717 .701 .590 .506 .466 .455 .613 .581 .504 .504 .628 .553 .530 .438 .409 .692 .618 .505 .501 94 APÉNDICE 7 FRAB (Escala para Factores de Riesgo de Anorexia y Bulimia) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 Tomo decisiones para agradarles a los demás Debo verme delgada para sentirme bien conmigo misma Necesito la aprobación de otros para sentirme bien Las cosas me deben salir siempre bien para ser útil La mujer debe tener un cuerpo delgado para llamar la atención Me da miedo que los demás me vean comer En cuanto más delgada sea mejor persona seré Me gustaría el cuerpo delgado de las artistas que aparecen en la televisión Si fallo en mis metas me siento fracasada Me gustan las dietas que vienen en las revistas La ropa bonita está hecha para mujeres delgadas Me siento mal cuando le dicen “piropos” a mis amigas y a mi no El desayuno ayuda a que mi cuerpo suba de peso Me gusta pesarme varias veces al día Debo tener un bonito cuerpo para poder comprarme ropa de moda Realizo ejercicio físico cuando estoy sola Prefiero dejar de hacer cosas porque soy poco útil Hablo muy poco con mis compañeros Me gustaría ser otra persona Mi mamá me hace comentarios negativos hacia mi aspecto físico Aprendo dietas de las revistas que leo Dejar de comer por las mañanas es parte de mi alimentación diaria Prefiero hacer mis ejercicios físicos que las tareas escolares Cuando me preocupo, como más En la mayoría de mis tareas fracaso por ser inútil Me da vergüenza alzar la mano en clase para participar Prefiero guardar mis emociones que mostrarlas Mi mamá me puso a dieta porque me dice que debo bajar de peso Cuando siento que he comido de más, busco alguna manera de compensarlo Me da miedo ser gorda Me siento inútil al hacer actividades escolares Pocas personas me conocen Si tengo el cuerpo delgado soy una persona feliz Cuando como mucho me siento tan feliz que es difícil detenerme En mi casa debo comer únicamente lo que me dicen que coma Si hay comida en alguna reunión, doy algún pretexto para irme Cuando me invitan a comer invento alguna excusa para no ir Me han servido las dietas de las revistas Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni en acuerdo ni en desacuerdo En desacuerdo Instrucciones: En el siguiente test ELIJE la opción que consideres se asocie mas a ti en cada una de las oraciones siguientes; no hay respuestas correctas o incorrectas, se te pide la mayor sinceridad posible. Totalmente en desacuerdo Edad: ___________años Escuela: _________________ Grado:________ Esta escala tiene como objetivo la elaboración de un instrumento válido y confiable que permita identificar factores riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria como anorexia y bulimia. 95 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 Mis amigos me han comentado que debo bajar de peso Entre más horas de ejercicio haga más bonita seré Mis amigos critican mi peso Tengo la habilidad de comer incluso cuando sienta que es imposible continuar Siento que mi físico posee más defectos que características buenas La delgadez determina lo saludable que soy Mi mamá realiza algún tipo de dieta para mantener su peso Normalmente puedo comer mucho aunque me sienta muy llena Si veo algo desacomodado lo muevo hasta que quede perfectamente en su lugar Siento que fracaso cuando subo de peso De ninguna manera dejo de hacer ejercicio Puedo comer sin parar durante casi dos horas Utilizo mucho tiempo acomodando mi habitación hasta que quede perfecta Siento que hacer ejercicio en la noche ayuda a bajar de peso Hago a un lado la comida para hacer mis tareas escolares Para mí es un logro perder peso Cuando estoy irritada como más de lo normal Siento Culpa después de comer Me desprecio a mi misma porque como mucho Me da pena hablar en grupos Tengo que ser la mejor en la escuela Detesto gran parte de mi persona Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni en acuerdo ni en desacuerdo Ítems En desacuerdo # Me impongo dietas y cueste lo que cueste las debo cumplir Me han dicho que estoy muy delgada cuando me siento con mucho peso Como goma de mascar para que se me calme el hambre Cuando me miro al espejo, me siento insatisfecha con mi cuerpo Totalmente en desacuerdo 39 40 41 42