ILUSTRACIÓN DECENAL INFANTIL. AÑO II. II MADRID 30 DE

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ILUSTRACIÓN D E C E N A L INFANTIL.
AÑO II.
II
MADRID 30 DE JUNIO DE 1888.
||
U n delantero de la plaza de Oriente.
NUMERO 18.
EL MUNDO DE LOS NlROS.
274
SUMARIO.
TKXTO: Conversación familiar, por D. Manuel Ossorio y
Bernard. — Explicación de los cromos.—Explicación
del grabado.—El Globo, por D. Sinesio Delgado.—De
Barcelona á Bíanila, por D. Ezequiel Lorza.—El,jazmín, la malva y la ortiga, por D. Kamiro Blanco.—
Graduandos de melón, por D. Alfonso Pérez Meva.—
Romances infantiles, por D. M. Ossorio y Bernard.^
Buscando nidos, por D. S. Rueda.—El halcón, por don
Mariano del Todo y Herrero.—Mosaico.—.Juegos de
imaginación.—2\uevos problemas.—Anuncio.
CROMOS: L'n delantero de la Plaza de Oriente.—L'n concierto casero.—La Garduña.
GRABADO : El hombre del or-ranillo.
CONVERSACIÓN FAMILIAR
N o habéis estado nunca, queridos lectores, en
t i Colegio Nacional de s o r d o - m u d o s y de ciegos? En caso negativo, os recomiendo m u y de veras que vayáis, para haceros córgo de los prodigiosos resultados que logra la enseñanza, aun
cuando ésta se de á los desdichados seres que carecen de órganos tan esenciales como la vista y el
oído.
Allí veréis á pobres ciegos ó mudos que leen
y escriben, conocen la Gramática y la Aritmética,
la Higiene, la Religión y la Historia Sagrada; nota
réis que saben bastante d e Agricultura, de Industria, de Historia, Geografía, Física é Historia Natural; veréis que los h a y m u y aplicados en Dibujo
y Pintura; que conocen el solfeo, el piano, el órgano, el acordeón, la guitarra; que trabajan en modelado y talla; que hacen flores y bordan; que trabajan en la Imprenta, e n c u a d e m a c i ó n , carpintería,
zapatería, sastrería y cerrajería....
Parece que los desdichados seres suplen con
su aplicación y con el desarrollo de su facultades
la deficencia de sus sentidos, haciendo g r a t a la trabajosa misión del celoso profesorado de dicha escuela.
Durante el curso que ha t e r m i n a d o , los alumnos del mismo fueron 112 internos y 63 externos.
Pues bien; han obtenido premios ordinarios 23
sordo-mudas; 53 sordo-mudos; 16 ciegas; 22 ciegos y un sordo-mudo y ciego, el prodigioso joven
Martín d e Martín, conocido en E s p a ñ a y fuera de
E s p a ñ a , y del que no renuncio á hablaros extensamente algtin día. Obtuvieron premios extraordinarios, 3 sordo-mudas, 4 sordo mudos, 3 ciegas
y 2 ciegos, y premios especiales dos alumnos de
cada una de las clasificaciones mencionadas.
L o triste es que nuestra patria, á la que se
debe el origen de esta enseñanza, cultivada y a en
el siglo XVI por el fraile Benedictino, F r a y Pedro
Ponce, y muchos de los grandes desarrollos que
ha tenido después, dé hoy tan poca importancia á
la misma, que permita que el Colegio ocupe un
caserón ruinoso y anti-higiénico, y que h a y a h o y
164 individuos que aspiran á lograr plaza en el
mismo.
Hace años se formuló un proyecto p a r a construcción de nuevo edificio, acomodado á las necesidades m o d e r n a s , y con elementos de higiene y
condiciones para nuevas enseñanzas; pero el proyecto duerme en el Ministerio de F o m e n t o , cubierto, sin duda, por numerosas capas de polvo.
El día en que se ponga al despacho y se- resuelva, y los padres de la patria concedan algunos
miles de pesetas para que se realice el noble pensamiento, mis nietos se encargarán de aplaudir á
los gobiernos del siglo XX, y muchisimos desgraciados encontrarán en el futuro Colegio el alimento del espíritu á que hoy aspiran en vano.
V a m o s ahora á otro asunto igualmente serio.
L a comisión de reformas sociales, ha termina do el proyecto de ley, reglamentando el trabajo
de los niños. L a s primeras bases del dictamen, diden así:
I.» Los niños de ambos sexos menores de nueve
años no serán admitidos al trabajo en ninguna fábrica, taller fundición ó mina.
Cuando el hijo trabaje en el taller de su padre, tutor, ó persona encargada á su guarda, ó en su propia
casa, queda sometido á las reglas de derecho común.
2.-' Los menores de ambos sexos de nueve á trece
años, cualquiera que sea la clase de trabajo en que se
les ocupe, no emplearán en él como máximun más que
cinco horas (nunca de noche), y los de trece á diecisiete ocho horas, sin que el trabajo consecutivo exc ;da de
cuatro.
Los comprendidos dentro de esta edad no podrán
en ningún caso prestir sus servicios:
I." En minas y canteras si fuese subterráneo el trabajo.
2." En establecimientos destinados á la elaboración
ó manipulación de materias inflamables, intoxicantes
ó insalubres.
3.° En recintos donde la máquina funcione por acción independiente de la del trabajador.
4.0 En la limpieza de motares y piezas de trasmisión mientras estén funcionando las máquinas.
3.^ Quedará prohibido el trabajo de noche en domingos y días feriados á los menores de trece años.
Aquellos que tengan de trece á diecisiete, podrán ocuparse en los trabajos indispensables en establecimientos industriales de fuego continuo, durante la noche y
días festivos, siempre que se les deje tiempo suficiente
para cumplir sus deberes religiosos, y la información •
para conseguirlo se haga por la autoridad competente;
también se permitirá el trabajo en las primeras horas
de los días festivos á los niños de trece á. deciséis años,
cuando las necesidades de su industria lo exijan.
4." No podrán emplear en sus trabajos los establecimieotos industriales á los niños que no presenten
EL MUNDO DE LOS NIÍÍOS.
certificación de ectar vacunados, de no padecer ninguna enfermedad orgánica o contagiosa, y de asistencia
de tres horas por día ó dieciocho por semana á la escuela, cuando el local de ésta se halle situado á menos
de tres kilómetros de distancia.
5." Ínterin la iniciativa individual no asocie la escuela al taller, será obligatorio para todo establecimiento fabril distante más de tres kilómeiios de la
escuela, y que ocupe permanentemente en sus trabajos
más de veinte niños, el sostenimiento de una de éstas,
pudiéndose deducir de su salario la parte necesaria
para atender á sus gastos.
6." Independientemente de la acción del Estado
las sociedades protectoras de los niños podrán estudiar y proponer por su parte cuantas reformas consideren convenientes respecto á la higiene de los establecimientos y á la organización de la escuela.
7.-' Queda prohibido en absoluto todo trabajo funambólico, ejercido como oficio y espectáculo á los
menores de dieciséis años.
Los autores ó directores de compañía, contratistas,
padres ó tutores de los niños ([ue contravengan este
artículo, serán penados conforme al i ° de la ley sobre
«Protección á los niños» de i." de Julio de 187S.
l.as demás bases, coiiio se refieren á la inspección del E s t a d o para que se cumplan los precedentes, no os interesati tanto, y creo que las
p u e d o omitir.
Diréis que esta conversación resulta muy seria,
y tenéis justo motivo para decirlo; pero para eso
van en este ni^imero otros trabajos mas autorizados y ae;radables.
D e todas maneras, posible es q u e , andando el
tiempo, si vuelve a caer en vuestras manos este
n ú m e r o de E L M L ' N D O D E L O S N I Ñ O S ,
os
fijéis,
m a s que en sus cuentecitos y fabullillas, en los tem a s d e esta revista, que entrañan verdadera graved a d é importancia.
MANUEL OSSORIO Y BERNARD.
-^•%/w^m>vv>v~-
EXPLICACIÓN DE LOS CROMOS,
UN DELANTERO DE ík PLAZA DE ORIENTE,
En los primeros años de la vida suelen empezar á
mostrarse las aficiones que más tarde han de constituir carácter.
Nada, por ejemplo, más general que la afición de
las mujeres á los coches: puts bien, esas mujeres, debieron ser, cuando niñas, muy aficionadas á dar vueltas
en los cochecitos tirados por borregos ó borriquillos.
Nada más general que la afición del hombre á los
caballos: pues bien, esa afición ha nacido y se ha fomentado indudabltmtnte, al montar como delanteros
en los borriquillos de ¡os co;hes citados, como lo hace
el joven retratado por el dibujante en nuestra lámina.
La vocación, queridos míos; la vocación!... iSbrad,
hace algunos años conocí yo en mi calle al chiquillo de
una poitera, que todos los días hacía novillos á clase,
SiS
y que se pasaba las horas muertas en una fuente de vecindad colocando la mano en el chorro, para que desviándose éste, pusiese perdidos de agua á los transeúntes... Puts—para que se note lo que es la vocación,—
hoy le he visto, hombre ya, actuando de manguero de
la Villa.
UN CONCIERTO CASERO.
Muy bonita la música, muy bonita... sobre todo
cuando se ejecuta bien.
Lo malo, para el que ejecuta como para el que oye,
son los principios; pero las dificultades de estos pueden
vencerse... empezando por los fines.
Los principiantes músicos me gustan mucho, por
el estilo de los que hoy aparecen en este número: pintados.
LA GARDUÑA.
Con el nombre de garduña se conoce en casi toda
España á la Fuina, que tiene la fisonomía blanquísima,
la mirada viva, el salto ligero, los miembros flexibles y
todos sus movimientos rapidísimos; salta y da brincos
en vez de caminar; trepa con facilidad por las paredes
ciue no estén muy lisas; entra en los palomares, gallineros, etc., matando á veces gran número de aves
para llevárselas á sus hijuelos; caza también las ratas
y ratones, topos y los pájaros en sus nidos.
Las fuinas viven de 8 á 10 años, y despiden un
olor semejante al de almizcle adulterado, y su carne no
, es gustosa, ni la piel es muy estimada.
EXPLICACIÓN DEL GRABADO.
E L HOMBRE D E l , ORGANILLO.
Dignísimas son seguramente de compasión las pobres mujeres que, perdiendo á sus esposos, se encuentran frente á frente de todas las luchas de la vida, y
obligadas á velar por sus hijos huérfanos; pero acaso
es más digno de couipasión el hombre que en análogas circunstancias se encuentra. Y es más d'gno de
compasión, porque la pobre viuda motiva mayores
sentimientos de caridad, en tanto que al hombre, per
el mero hecho de ser más fuerte, se le sentencia sin
apelación á que trabaje.
Y, sin embargo, cuántos casos existirán en que un
pobre viudo sea doblemente digno de lástiaia!
Todos habéis visto al hombre del organillo, que
figura en nuestra lámina de hoy. Pues bien; ese hombre que era un excelent; trabajador tuvo la desgracia
de que se le muriera su esposa, dejándole una niña de
poquísimos meses; y el pobre, no queriendo apartarla
de su lado, acabó de criarla artificialmente, aprendió
prácticamente los deberes maternos para con los hijos,
vistió, limpió á su niña, y no pudiendo abandonarla
durante las largas horas de su trabajo, dejó su oficio,
se hizo músico ambulante, y convirtió su organillo en
silla y cuna de la tierna criatura. V así ha ido creciendo ésta, formando padre, hija y caja de música, un
conjunto cuya separación no se comprende.
.^í^-^.es-
-H
A
-/^;:r:^^-r'^.
Concierte > casero.
E L MUNDO DE LOS NIÍ?08.
278
EL_ GLOBO,
henchido y orondo,
De niño chiquito
y... yo no lo he visto
compráronme un globo
ni nadie tampoco.
muy lindo, mny grande,
i¿ué rabia tan grande!
teñido de rojo.
Recuerdo que al P r a d o (2ué horrible trastorno!
^le dio calentura,
salía orgulloso,
maldije al gracioso,
porque era el juguete
y puse en mi casa
mayor que los otros,
muy malos á todos.
y al cielo subía
más alto y más pronto.
Después, siendo un hombre
Sería imposible
de pelo en el rostro,
pintaros mi gozo,
cien veces, á solas,
cuando en el globito,
me acuerdo del globo.
clavados los ojos,
()ue apenas, iluso,
veíale alzarse
mirando en mi torno
repleto y orondo,
los muchos placeres
creyéndose libre,
que anhelo y adoro,
creyéndose solo,
desprecio el silencio
y luego obediente
y al mundo me arrojo
del hilo al antojo,
sediento de goces
tornar á mis manos
tranquilos ó loco.»,
t a n hueco y tan gordo.
doradas quimeras
Con cuánta alegría
y sueños me forjo,
mezclada de asombro
y salgo... como antes
veía yo al pobre
luciendo mi globo,
que, atado muy corto,
salía á paseo
pugnai'a por irse
vestido de corto!
del \iento á los soplos!
Pero, ay! que no faltan
granujas ó tontos,
U n día, de un grupo
y sobran tijeras
de niños ó mozos,
que ofrece el demonio...
salió el más infame
Por eso la dicha
y el más revoltoso,
se escapa m á s pronto
y h a c i e r d o una gracia
que el globo de m a r r a s
que no le perdono,
teñido de rojo,
cortóme la cuerda
y... yo no la lie visto
de un golpe, y el globo
ni nadie tampoco.
66 fué por los aires
SlNESIO DF,Lr;AI)0.
*offio«
DE BARCELONA Á MANILA.
CVIAf E ,
REDOtlLZ.)
TRAB.AJO QUE OBTliVO EL PREMIO EN EL TE-\H CUARTO
DEL CERTAMEN ÚLTIMAMENTE ABIERTO
POR
' E L M U N D O DE LOS N J Ñ O S ' , ORIGINAL DE
EZEQUIEL LORZA.
Barcelona 22 de Abril de 1888.
OutRiDO AMIGO P E P E : Aunque hace mucho
tie:i)po que no te he escrito, no creas que te haya
olvidado, pero tan pronto como nos separamos y
llegamos á Barceh II.', se reunieron unos cuántos
jóvenes ricos y pcriAlarios de la instrucción, y determinaron hacer un viaje desde Barcelona á Manila, pasando por el Canal de Suez, y volviendo
al primer punto por el Estrecho de Magallanes.
Como dichos señores eran muy amigos de mi papá
) sí.bian que éste era un excelente capitán de bar-
co, le suplicaron que se encargase de la dirección
del que los había de conducir en el viaje de instrucción y recreo que proyectaban. Mi papá, que
se entusiasma con todas las cosas de mar, accedió
á sus deseos, y como no tiene más hijo que yo, noquiso perder tan buena ocasión para instruirme,
y para que pudiera aprender con aprovechamiento
la carrera de marino que pensaba darme.
Ksta ha sido la causa, querido Pepe, de que no
hayas tenido noticias mías en tanto tiempo, y para
que veas lo mucho que te aprecio, voy á referirte
las mil y mil cosas que he visto en tin dilatado
viaje, porque estoy seguro de que pasarás un buen
rato, ya que tú no has podido disfrutar de tantas
grandezas.
Salimos de Barcelona á bordo del vapor Vallín,
y nos dirigimos a Marsella, donde desembarcjamos
para ver lo más notable de la población. Marsella
es una ciudad de Francia que tiene más de 12o.oca
habitantes, sita en el departamento de las Bocasdcl-Ródano á 130 leguas de París, y junto al Mediterráneo. Es Sede Episcopal, y forma por si sola
su diócesis. Tiene más de media legua de largo, y
está dividida en nueva y vieja, siendo aquélla de
buen aspecto. Tiene tribunales, arsenal, casas de
moneda y establecimientos de Beneficencia; varios
teatros y observatorio, que son edificios notables,
academias y bibliotecas con más de 60 000 volúmenes. Es célebre por sus fabricas de jabón, aceite, licores, etc , y su industria comprende multitud
de artículos. Su comercio marítimo es floreciente.
Fué fundada 600 años antes de J. C. y ha sufrido
muchas vicisitudes. En 1792, gran número de sus
habitantes se dirigió á París á dar impulso á la revolución, y al siguiente año, abrazó el partido de
los Girondinos, representando siempre un papel
principal en aquellos acontecimientos, y su memoria ha quedado popularizada en la canción conocida por la Marsellesa, que tantas veces hemos cantado juntos; es patria del poeta Petionio, de Dumkrsais y de Mascarón.
Enterados ya de todo lo que contenía Marsella,
no.s volvimos á embarcar, y atravesando el Mediterráneo, pasamos por el Estrecho ó Bocade-Bonifacio, entre las islas de Córcega y Cerdeña, y
fuimos á parar á Ñapóles, p?ra hacer lo mismo
que en Marsella. Ñapóles es la capital del país de
su nombre, y de las dos Sicilias, con cerca de
400.000 habitadles, sita ¿ 3 2 leguas de Roma y á
Oiillas del golfo de su nombre. Su aspecto, desde
el mar, es hermosísimo; sus calles, sin embargo,
son estrechas, excepto la de Toledo, que es de las
mejores de Europa Tiene un magnifico palacio
real, varias fortalezas que la hacen plaza de guerra
de primera clase, aunque una de ellas más parece
destinada á dominarla que á defenderla. Universidad , biblioteca enriquecida con los manuscritos
halladüs en Herculano, academias, varios teatros
y muchos establecimientos de caridad.
La industria y el comercio son medianos; se
EL MUXDO DE LOS NIÑOS.
•celebran no obstante sus tejidos de seda y sus ins"
trunientos de cuerda, especialmente violines; las
•cercanías son fértiles, y en ellas se ven curiosas
grutas, las ruinas de Herculano y Pompeya, el sepulcro de Virgilio, las catacumbas y otras antigijedades, así como algunas fuentes de aguas minerales. Esta ciudad fue célebre por las ciencias y
las letras; es patria de Patérculo, de Saunazaro, de
Salvator Rosa, de Filangieri y otros hombres celebres. Su origen se atribuye á los griegos, y fué colonia Romana en tiempo de los emperadores; también la dominaron los franceses, y hoy pertenece á
la corona de Italia. En una de las ramificaciones
de los Apeninos, se encuentra el célebre Vesubio,
volcán de que tantas veces hemos hablado. Como
en Ñapóles no teníamos ya nada que ver, nos embarcamos de nuevo para seguir nuestro viaje, pasando por el e:.trecho ó faro de Messina, que separa la Sicilia de Italia, dejando después á un lado á
Candía, isla del archipiélago griego, para hacer escala en Suez. Esta es una pequeña ciudad de Egipto, á orillas del mar Rojo, que hasta que se abrió
el istmo de su nombre, sólo contaba con unos Goo
habitantes; es célebre por el istmo convertido hoy
en estrecho por el eminente ingeniero francés Fernando Lesseps, que hoy está realizando la misma
obra en el istmo de Panamá. Suez es un considerable depósito del comercio entre Egipto y la Arabia. Baques de vapor ingleses hacen un servicio
regular y periódico desde Suez á Bombay y á
Calcuta. Llamábase en lo antiguo Arsinoe. Ya sabes, por la Geografía, que el Canal de Suez pone
el Mediterráneo en comunicación coa el mar Rojo,
y que separa el África del Asia.
Salimos de Suez para el Cairo, que creímos conveniente visitar por hallarse cerca y ser capital de
Egipto. Tiene unos 300 OOD habitantes; sita, en la
•margen derecha del Nilo; es la ciudad más importante del Imperio Otomano después de Constantinopla, por su extensión, comercio, industria y
monumentos; sU clima varía mucho, y el invierno
es, según dicen, apenas sensible; la enfermedad
común que allí se padece es la oftalmía, atribuyénse a la extraordinaria diferencia de temperatura desde medio día hasta media noche. Bonaparte
estableció en ella la residencia del gobierno militar durante la célebre expedición de Egipto.
Visto el Cairo, continuamos nuestro viaje por
el mar Rojo, y nos detuvimos en Perini, pequeña
isla del estrecho de Bab el-Mandeb, á una legua
de la costa del Yemen. Tiene dos leguas de largo
y buen puerto, pero como carece de agua dulce y
no había nada de particular en esta isla, nos detuvimos muy poco para surcar el mar de las Indias,
y llegamos á Ceilan Esta es una isla del Occéano
Indico, sita á la entrada del golfo de Bengala; tiene 76 leguas de largo y 40 en su anchura media;
produce canelas, arroz, cáñamo, algodón y muchas
frutas. En sus espesos bosques crecen el ébano, la
madera de hierro y otros árboles propios para la
279
ebanistería. La masa de las montañas pertenece á
los terrenos primitivos, y en ellas se encuentran
cristal de roca, calcedonias, granates, topacios,
jacintos, rubíes, záfiros, herbalina, amatistas, plomo , estaño, hierro, manganeso y mercurio. Su
comercio consiste en la canela, la pesca de perlas
y la venta de elefantes. Sus habitantes se dividen
en cuatro castas, como los indios; la mayor parte
de los hombres saben leer y escribir, y cultivan
mucho la poesía. Hoy pertenece á la Gran Bretaña, y su población asciende á dos millones de habitantes.
Continuamos hacia Nicobar, que es un grupo
de islas del golfo de Bengala y se compone de
siete grandes y doce pequeñas, donde abundan los
cocos y otros árboles frutales y aromáticos. Sus
habitantes son cobrizos, industriosos y fabrican
sus casas de bambúes. Los Daneses formaron allí
un establecimiento en 1756, pero la insalubridad
del clima acabó con ellos en 15 años.
Pasamos por el estrecho de Malaca, é hicimos
escala en Singapore. Esta es una pequeña isla de
Asia, en las Indias Orientales, sita muy cerca de
la punta meridional de la Península de Malaca por
donde pasan todos los buques que se dirigen á la
China. Tiene unos 22.000 habitantes, de los cuales algunos viven en barcas sobre el agua. Fué cedida á la compañía de las Indias Inglesas.
Cruzamos el mar de la China y llegamos á
Conchinchina. Esta es una región del Asia Oriental, en el imperio de Anam, con dos millones de
habitantes. Linda al N. con el Tonkin, y al S y
al E. con el mar de la China, y al O con el Camboge y el golfo de Siam. Tiene de superficie 5.040
leguas. Su terreno es bastante fértil, y en él se encuentran todas las producciones de los Trópicos,
estando poblados sus bosques de maderas aromáticas; el comercio de este país se hace particularmente coa la China.
Desde Singapore podíamos habernos dirigido
hasta Manila, pero antes preferimos visitar á Cantón, que es una ciudad y puerto marítimo del imperio Chino, capital de la provincia del mismo
nombre, con 800.000 habitantes. Los americanos
y los ingleses hacen allí un gran comercio. Ya te
contaré cuando nos veamos, las muchas co-^as raras que vimos en esta ciudad, porque se necesitaría un libro para describirlas.
Por último, llegamos á Manila, término de
nuestro viaje, concluyendo con esto la primera
parte de nuestra expedición. Manila es la capital
de la isla de Luzón, y de las provincias españolas
en Filipinas con 140000 habitantes; sita en la
costa occidental de la isla, y en el fondo de li bahía de su nombre. Tiene tres cuartos de legua de
circuito y doce arrabales, comunicando con varios
de ellos por medio de puentes.
(Se conc'uirá.)
La garduña.
EL JAZMÍN, LA MALVA Y LA ORTIGA.
( FÁBULA.)
Va de cuento, lector: En nna huerta
de cierto pueblecillo de la Mancha,
se pusieron á hablar de varias cosas
un jazmín, nna ortiga y una malva.
El jazmín se expresaba de este modo:
—He nacido con suerte, enmaradas;
Boy una flor bonita, tengo aroma
y de mí se enamoran las muchachas.
—Valgo yo más que tú—dijo en seguida
contestando al jazmín la flor de malva:
— p u e s si eres tú bonita, yo soy útil;
la medicina mi virtud proclama.
—Pues yo—dijo la ortiga...
—Fueral Fuera!
Malva y jazmín gritaron destempladas.
—Tienes tú acaso méritos?... Responde,
—Oidme, por favor.
—Ni una palabra.
—Eres—dijo el jaemin—inculta y fea.
—Eres perjudicial—gritó la malva.
—Mala hierba es tn nombre. Qué pretended?
—Hieres sin coiopasióri ¡i quien te trata„.
Un hortelano entonces se presenta
y con imas enormes tijerazas,
malva y jazmín separa de sus tallos
y ambas flores se lleva hacia su casa.
Sirvió el jazmín para formar un ramo,
en unión de otiaj (lores desgraciadas;
•y la malva, á su vez, con agua hirviendo
halló su seixiltura en nna taza.
C!ontó después un zángano á la ortiga,
míentra.s no se qué jugos la chupaba,
el fin de Isis dos flores, y al oírle
así se dijo la dañina planta:
—El mérifo en el mundo suele á veces
de desastres ñn cuento ser la caiua.
Nada valgo... mejor I Hasta mi muerte
quiero vivir oscura y olvidada.
RAMIRO BLANCO.
EL ]\IUXDO DE LOS NlSOS.
EL HOMBRE DEL ORGANILLO.
281
282
EL MUNDO DE LOS NlSOS.
GRADUANDOS DE MELÓN.
2 (Jeíhtnhrc—Xo,
Juanito, no, este año no
te acontecerá, a Dios f^racias, lo que el antcrio".
La experiencia es la maestra de la vida, miigister
vitcc, que decimos nosotros los eruditos en estado
de canuto; el curso actual tienes las clases seguiditas, y te es posible asistir a todas. Bien es verdad,
que yo no soy un Catón, y me acuso de faltas que
no me serían imputables á ser mejor depuradas.
Vamos á ver: Qué culpa me c^be á mí de que las
asignaturas que el curso pasado estudié, ó más puramente pensé estudiar, se explicasen á una misma hora? Ninguna; y si hice novillos, que n-i niego
que los hiciera, no fué por marcharme á la parada,
sino porque las cátedras eran incompatibles, porque los catedráticos son unos tales que no miran
más que su comodidad, ni atienden mas que su
provecho. . Sin embargo, como yo tenía asignaturas rehabilitadas, cualquiera las coordinal .. Vaya!
Pelillos á la mar! Desde este curso, vida nueva,
y á reparar lo perdido, que no soy >'o el único
mortal que tira por la senda en vez de ir por la carretera Ea! Empezaremos hoy las buenas obras:
sea este día 2 el primero de mi regeneración; hoy
asisto á Cátedra.
l'ues, señor, no he entrado en clase; sin duda
mi reloj andaba mal, y acorde con la esquina de
la Puerta del Sol; y por no penetrar en el aula comenzada )'a la explicación . Pero mañana... lo que
es mañana, no me retrasaré; quince minutos antes
de la hora, estoy hablando con el bedel en la galería.
2f) de Octubre.—Parece
mentira! En todo
Madrid no se encuentra un libro de tex'o de los que
yo necesito. Y cuidado que no fui de los más mo
rosos en buscarlos, y llevo no sé cuántas semanas
de escarceos; las ediciones de nuevo, agotadas; las
de lance, no digimos. Lo peor es que no he pisado
el aula en todo el mes. Después de todo, para
que? Para estar allí de comparsa? Que hubiera
aJelant ido con asistir sin poder estudiar? Exponerme á «tirarme una plancha. si me preguntaban
la lección. En fin, ya habrá algún compañero compasivo que me preste los apuntes; ya poco pueden
tardar los ejemplares que necesito, y en cuanto los
compre voy á ser más asiduo á clase que los de la
orquesta, los que se sientan en el estrado junto al
catedrático, para adularle y ganar su voluntad. .
14 de noviembre.
— Parece mentira; pero
aún no he tenido tiempo de abrir los libros que
adquirí la semana pasada .. Mañana i 5, sin excusa
alguna, comienzo á asistir á clase.
lo de noviembre.—No,
pues hoy no voy á
clase; hoy es San Eugenio, y sobre que no entrarán en aula, y me expongo á pasearme en valde,
hace un sol magnífico, y el Pardo me reclama. Por
un día! .. Empezaremos á ser personas decentes el
diez y seis; pero hoy, rindamos parias á las bellotas!
Id de yorienihre.—Conque
se ha puesto
malo el Profesor? Ho)' que pensaba yo empezar a
í'sistir á clase... Tendré desgracia! Preguntaré al
bedel. Qué tiene el Sr Pelaez? Cuestión de ocho
(iias, eh? Bueno, pongámosle quince; no vuelvo
hasta primeros de Diciembre: con eso repasaré en
casa. Ah! Viene el Auxiliar! Pues que venga!
1." (fe IJirie»ihre.—y¡ernesl
Vaya, lo dejaré para el lunes; qué voy á adelantar en un día?
pasado mañana es ya domingo...
3 de Diciembre,—Me
fastidian las semanas
truncadas; el 8 es fiesta, y no empiezo á concurrir
á Cátedra hasta el 9.
fj de Diciembre.
— Qué atrocidad! Vaya un
escándalo! No, pues si el acuerdo es general, yo
no falto al compañerismo ni soy un »cochinos; no
entro en clase. Un poco pronto me parece para
pedir punto, aunque á la verdad, me voy convenciendo de que, el que estudia en su casa... la asistencia a Cátedra es una filfa! Aprieta, dos ilumnos
á la Dirección Pues señor, esto se pone malo; lo
mas prudente es largarse y no volver al Instituto
hasta el año que viene; año nuevo, vida nueva; desde primero del año no dejo de entrar en clase un
solo día; entonces es la mejor ocasión, porque comenzara el primer repaso.
2!) de Enero.— El hombre propone y Dios
dispone; y lo que es firmísimís, sí que lo eran mis
intenciones de no faltar á clase desde primero de
año Aunque á la verdad, no he perdido mucho,
porque entre domingos, días festivos, el mío y el
del Catedrático, y esto á partir de Reyes, no me
resultan más que unos cuantos aprovechables;
nada, media docena de lecciones que me las echo
) o al coleto cuando quiera Y el caso es que hoy
estamos á 29. y para lo que resta .. ]5ah! Hasta
después de Carnaval no parezco por clase.
1.'^ de Febrero.—.Adiós
mis libros, vírgenes
de mis curiosas miradas; bosque de ignorada ciencia que o.s vais á los puestos de viejo. Vuestro
producto se.'a la base de mi felicidad! Menudo capuchón de raso me voy á alquilar para bajar con
esos al Prado los cuatro días! Ahora sí que es indispensable mi entrada en Cátedra, porque sin libros, mis únicos recursos son la explicación y los
apuntes...
20 de Febrero. — Vaya un disparatel A
quién se le ocurre poner la cla.se á las ocho de la
mañana! Y á qué obedecerá tal mudanza? Lo que
es por la temperatura!. . Valiente frío hace! Ea, yo
no paso por el capricho; á mí nadie me fastidia
Hasta que no mejore el tiempo, no me ven el pelo
por aquí Lo dejaremos para después de Semana
Santa; entonces me dedicaré también á estudiar,
porque entregarse á los libros con intermitencias,
ni aprovecha ni luce.
EL MUNDO DE LOS KINOS.
—IH (le Abril.—Pascua
de Resurrección!
La verdad es que no creí que se prolongaría tanto nuestra estancia en Toledo. En fin, qué le vamos á hacer Kii i." de Mayo será otra cosa!...
1." de Mai/O.—Servidor!... l'ues si no me
llega á advertir mi compañero que los que no
contestaran al pasar la lista de hoy quedaban para
Septiembre, me luzco! ..Msto se me echa encima;
yo no he nacido para asistir á clase; la clase es la
rutina, lafciula, la palmeta, la esclavitud déla
enseñanza, coin > el programa es la esclavitud del
pensamiento... Mo vuelvo á clase... pero... y si
pierdo curso?...
¿{ (le Mayo.—Decididamente
dedicare todo
el mes á estudiar en casa; el curso que \icne empezaré á asistir á Cátedra, sin excusa de ningún
género...
^JO (le Junio.— Yo creo que he hecho mal
en dejar pasar mi turno; los que se examinan en
esta segunda vuelta, parece como que descubren el
flaco.—Fuego! Me llegó la vez! .. Hl nombre técnico del murciélago, según Cuvier? Murciélagus..
Y se ríe el tribunal
Claro!... Ya me lo figuraba yo! .. Suspenso! ..
Si e.se tío no me puede ver!.. Como yo no so\' de
los aduladores que asistían á clase! Rióme ) o de
imparcialidades y justicias. Está visto que para
salir bien, es precise» sentarse en la orquesta... Me
dan ganas de saltarle un ojo al profesor! .. Y todo
por no entrar en Cátedra; que lo que es como contestar, he contestado para sacarme siquiera un
aprobadete!
Así decían dos ó tres hojas gurrapateadas,
unas con tinta, y escritas otras con lápiz, y todas
parte sin duda de algún cuaderno de Memorias,
que arrugadas con una papeleta de suspenso , y
una inscripción de matrícula de Historia Natural^
me encontré días atrás en el portal del Instituto,
ALI'ON.SO P É R E Z NIE\-A.
ROMANCES
DESFILE
INFANTILES.
DE
MAESTROS.
Ya salieron de la escuela;
ya están en Latín los chicos,
unos en el Noviciado,
los otros en San Isidro.
Nuevas amistades traban,
procúranse nuevos libros,
con secretos de las ciencias
para ellos desconocidos.
Ya no les llevan de casa
á la clase; van solitos,
y discurren por los claustros
con mayor ó menor juicio.
2S3
Unos dicen que estudiaron
en la calle del Olivo,
otros que en Puerta de Moros
() subiendo hacia el Retiro,
en la Plaza del Progreso,
ó calle de Leganitos.
Y en sus mutuas confidencias,
recuerdos de un mundo antiguo
(pues hay quien tiene diez años
y habla de cuando era niño),
exhiben irrespetuosos,
a sus maestros respectivos,
en cuadros exajerados,
no faltos de parecido;
pero con toques malévolos
y comentarios festivos.
—Yo he estudiado con Don líruno,
que nació en Vitigudino
}• ha corrido treinta pueblos
entre medianos y chicos.
Gasta levitón verdoso
que le llega a los tobillos;
gorro de algodón en punta
que parece un gorro frigio;
peluca de tres colores
con persianas y flequillo
y narices trasparentes
y ojos que van escondidis
tras de cristales ahumados
por no asustar á los chicos.
Siempre encima de su mesa
tiene para casos críticos
cuerdas, palmetas, correas,
disciphnas, cuadradillos,
y hasta otros improvisados
instrumentos de suplicio.
«La letra con sangre entra >
es su refrán favorito,
y tanto quiere enseñarnos
que nos deshace á pellizcos.
—Pues el mió, Don Serapio,
no pegaba y era ríjiílo;
bastantes de su y\cademia
éramos medio pupilos
y llevábamos almuerzo;
pero al más leve descuido,
«Sin comer hoy—exclamab.i,—
Clemente, Juan y l'erico—.»
y con los almuerzos de éstos
se daba él un trato opíparo.
Dos años fui á su escuela
y averiguar no he podido
si su rigor en los sábados,
castigando á dobles niños,
era cuestión de enseñanza
ó por comer los domingos.
—El mío era un gran maestro,
muy bondadoso, un bendito;
no nos castigaba nunca
au
EL MUNDO DE LOS N T S O S .
y hasta cuando le decíamos
que Marruecos es un golfo
ó que es un mar el Egipto,
que el rey Don Pedro primero
fué muerto por Leovigildo,
ó que el verbo y el adverbio
son para el caso lo mismo,
encojiéndose de hombros,
sólo decía: «Estos chicos!^
y aún añadía en voz baja,
aunque nosotros la oíamos:
«•Y por remate de cuentas,
tal vez dirá bien Juanito:
quién sabe en estas alturas
si la historia no es un mito?»
Si por estar bueno el día
nos íbamos de novillos,
decía: «Este sol de España
es cómplice de los niños.»
Si jugábamos en clase:
«Muchachos más intranquilos!»
Si la tinta derramábamos
ennegreciendo lo3 libros:
f En salsa de calamares
quién aprende participios? »
Y siguiendo este sistema,
y siempre por este estilo,
en su ciase no se oían
regaños, llantos ni gritos.
Recuerdo que una mañana
el tunante de Elasillo
le tiró con un canuto
de majuelas un granito,
y que él dijo solamente:
^Pues, señor, valiente tino!
Me ha dado entre los dos ojos:
si tuerce un poco me avío!»
^ P u e s Don Lucas, mi maestro
de primaria, era distinto:
el Señor Prosopopeya
le llamábamos los chicos.
Se sentaba allá en su cátedra,
solemne como un ministro
y largaba unas «soflamas >
de padre y muy señor mío.
Siempre empezaba: «Señores.,,
Hay momentos decisivos,
en nuestra vida, que valen
por meses, años y siglos...
Señores...—y aquí estiraba
los puños dando un suspiro,—'
Señores, las circunstancias...
la atmósfera en que vivimos,
la actividad que nos mueve,
el afán de los sentidos,
el vértigo de los pueblos,
la marcha de los políticos ..
todo nos dice adelante!»
Y el Cosmos con sus prodigios,
la nebulosa y el ente
objetivo y subjetivo
á colación los sacaba,
casi siempre sin sentido.
' Ah! señores—exclamaba—
los hombres somos finitos
y la ciencia nos opone
valladares y peligros...
Ah! señores.. I'^l progreso,
ufano, inmutable, activo,
nos está llamando á voces ..
como le llama al proscripto
la patria tierra en que yacen
con el polvo confundidos
restos de generaciones
c inorgánicos dctr/tus. .?Y cuando de hablar cesaba
preguntábamos: Qué ha dicho?...
—Pues el mío nos tomaba
la lección mirando al libro,
y en alterando un sílaba
se perdía y nos perdíamos.
—El mío era presidente
de no se qué centro ó círculo
y hablaba contra el gobierno
a quien le debe el destino.
—El mío nos enseñaba
á rezar pegando gritos
y de los libros de texto
solo daba el catecismo.
— El mío era muy prudente,
muy metódico, muy rígido;
dudo que en el magisterio
pueda haber hombre más digno;
pero ganaba muy poco
que está bien malo el oficio,
y el explicar en ayunas
no carece de peligros.
^
Y así charlando los jóvenes,
en vez de coger los libros,
evocan de sus maestros
los nombres en desprestigio.
Pobres maestros! Sin ellos,
que cogen al tierno niño
y á la ciencia le dirigen
por diferentes caminos;
sin ellos, pobres cimientos
del admirable edificio
de la ilustración del mundo
y del progreso del siglo,
qué fuera del que se lanza
al golfo siempre intranquilo
del saber, con torpe paso
y ánimo desfallecido?
Ellos, después de los padres,
reclaman del tierno niño
veneración y respeto,
EL MUNDO DE LOS NIÍÍOS.
protección y sacrificios.
Cuando adelantéis en años
y ocupéis altos destinos
no á la ingratitud infame
deis en vuestro pecho asilo,
y recordad al maestro
que en su modesto retiro,
os enseñó la Gramática
y os explicó el Catecismo.
M. OssoRin V BKRXARD.
B U S C A N D O NIDOS.
A'iendo la hermosa tarde (jue hacía, Luis y Pedro,
como dos buenos camaradas, resolvieron no ir á ocupar sus respectivos bancos á la escuela, y sí fué mutuo acuerdo de ambos meterse los libros debajo del
brazo y salirse al campo, nada menos que con la idea
de encontrar cada cual su nido coirespondiente, mucho
mejor si era lleno de pajarillos.
Pedro distinguíase de sus demás compañeros por
su habitual indiferencia hacia toJas las cosas; su cara
de un feo nada comvin, y el mal aspecto de sus vestidos, cuya dadosa pulcritud se comunicaba á su rostro
m i s de lo conveniente.
Luis era, por el contrario , un chicuelo de ojos
llenos de malicia, un tanto grandes, que se hallaban
dotados de un brillo singular. Kn el cuerpo del muchacho, en sus actitudes, en sus jialabras mezcladas de
una sonrisa especial, en todo lo que á él se refería, ob
servábase la vivacidad más canallesca, unida al más
refinado aire de malicia. Era el chiquillo como un raro
compuesto de pájaro y niño, más si cabe de lo primero que de lo segundo. De tal modo era su sensibilidad,
(jue bastaba á arrancar una vibración á su sistema nervioso, el zumbido de un insecto, el brillar de un rayo
de luz, ó la más insignificante palabra de un catnarada.
Con su roto y desl ,cido pantalón á media pierna,
su tirante atravesado sobre uno de los homljros, su
chaqueta cribada de agujeros y el mordisco que enseñaba en una oreja, que daba mayor aire de malicia á
su cara, Luis parecía un charranzuelo de los que se
crían entre barcas en las playas de Málaga.
Poco músculo, ciertos movimientos de gato, mucha
luz en las palabras, y un chisporroteo de inteligencia
en los ojos. Cualquiera creerá <[ue el cuerpo del chiquillo pensaba y discurría, y que sus carnes y sus vestidos reían y hacían muecas, bien que todas ellas picarescas.
Descalzos ambos muchachos, llenos de pinceladas
los rostros, uno con un alpargate en una mano, y otro
con el lil)ro de versos de la escuela debajo del brazo,
descendieron por una vereda cerca del pueblo hasta
llegar á la orilla del río, donde una larga línea de álamos se extendía y adelantaba campo adelante en medio de valles frondosos, lomas tapizadas de verdura, y
montes donde horadaban al suelo de bronce las encinas.
— Sabes Pedro—dijo de pronto Luis —que el maestro nos va á zurrar bien la badana?
—Y á mi qué!—repuso Pedro registrando los árboles con los ojos á ver si encontraba nido.
285
^ P u e s na! Kn cuanto mañana nos presentemos en
la escuela, vas á ver lo que es bueno. Digo! y si no sabemos la lección... ten ahí mi libro á ver si la se.
—Vo soy el maestro.
•—Bien te se conoce, mecache; pero con el libro
abierto, me parece que podrás saber lo que dice.
-—l'iueno, trae, pero no me hagas burla, canastos,
porque si me disgusto, ya sabes á lo que saben mis
uñas.
—Corriente, ten por esa hoja del libro.
—Ya está, cscoiiiiniza.
Y Luis dio principio á la lección, diciendo:
Yo vi sobre un tomillo
quejarse un pajarillo
viendo su nido amado...
De pronto, paróse al pie de un álamo que ponía su
remate al nivel del lejano campanario de la io-lesia y
exclamó, agachando el cuerpo y bajando mucho la
voz:
—Che! mira, Pedro: no ves allá arribar
— Allá arriba?
— Sí, hombre, en la punta del álumo.
— Pues no veo ná.
—Sí, en el cojollo... es un nido!
— A ver, á ver? Si, pus es verdá! pero mira, sube
por él.
—Muy alto está, Pedro.
—(¿uel lo alcanzas en seguida.
— Diablol y tú, por qué no subes?
— Yo no; quita!
— Vo no; yo no! ¡¡areces tonto!
—Anda lú si quieres
—Pos ya se vé que quiero!
—No eres capaz, eh ...
—Que no soy capaz? ten ahí el libro—dijo tocado
en su amor propio L u i s - p e r o mira, si viene alguien
no mires/a'-/77ia,no me vean y se lo cuenten al maestro.
Anda, no viene naid¿.
Abrazóse al tronco Luis, y apenas hubo dado dos
arremetidas hacia arriba subiendo primero las manos
y luego encogiendo las piernas, cuando debió ocurrírsele alguna idea luminosa, porque se deslizó hasti dar
con lo-, pies en el suelo, y dijo:
— Mecache! y de qué será el nido?
-—De jilguero será—respondió Pedro.
—(J de chamarís, no erdá?
—También.
—Pero te digo una cosa.
—Qué?
—Que si alcanzo el nido es pa mí.
-—Y pa mí no?
—Pos sube tú por él, mecache.
—Bueno, es pa tí, pero me darás un !:::(rripaio.
•—Kso, y si tiene huevos, uno, no erda?
— Sí; pero sube.
'^' Luis volvió á abrazarse nuevamente al tronco
del álamo, y empezó á dar peiiueñas arremetidas á
rasO-<!/'arri,í;<7, auxiliándose de pies y manos.
Kra de ver al chiquillo subir y darse maña para
no caer; hincaba los pies en las cortezas, clavaba las
uñas en las grietas, y cogíase con los dientes á algún
tallo, quedando casi suspenso en los aires.
— Anda, valiente!—^decía Pedro desde abajo.
— Viene alguien?—preguntaba Luis, volvietido la
cara con las mejillas completamente rojas.
EL MUNDU DE EOS íilÑOS.
286
—No viene naide; anda; poco te falta. Agárrate á
ese tallo... échate ahora al lado... upa... así; ya estás
en la cruz!
—Eh! Eh!—gritó Luis esparrancado en las grandes
divisiones del álamo. Chel qué bien se vé, digo! la casa
del tío Lucas, la huerta de Hipólito, la igresia... no la
ves tú ende ahí?
—Yo no.
—Y el río, no lo ves?
— Tampoco.
—Digo! qué largo!
—Pero anda, sube.
—Allá voy—dijo Luis—y empezó á erguir el cuerpo sobre el tronco abrazándose á. el.
Al emprender de nuevo la ascensión, el muchacho
trepaba por las ramas con la misma agilidad que un
pájaro.
A tanta altura llegó á verse, que apenas si desde
abajo se le distinguía pegado al tronco del árbol. Los
tallos, cada vez más espesos, salíanle al encuentro; las
ramas hacíanle rasguños en la cara, y las hojas le daban de bofetadas, como si defendieran el nido ya cerca del muchacho.
—Upa, valiente!—decía sin cesar Pedro desde abajo.
—Estoy muy alto?--preguntaba Luis con voz que
ya apenas se le oía.
— L'^y! cuanto!
—Mira, mira, ya lo toco.
Así er.i, en efecto. Luis alcanzó el nido, y diriendo
ron indecible alegría "tiene pájaros,;/ se lo metió cuidadosamente en el pecho, encorvándose para no hacerles daño.
— Que viento! — decía desde arriba Luis, casi sin
oírsele.
— Eh?
—Que... ce... ucho... ento.
•—No te entiendo.
—Me... rece . que... voy... raer.
El aire sopló en aquel instante con tal fuerza, que
el álamo se balanceó de una manera formidable.
Terrible era el momento. Con la color completamente pálida, Luis empezó á temblar entre las ramas,
y á querer agarrarse para descender.
Esfuerzo inútil. Un hálito de tromba imponente
arrancó algunas ramas en torno del niño, hizo besar
el polvo al álamo con la punta, y el muchacho atravesó los aires dando vueltas vertiginosas, yendo á dar en
Una enorme piedra colocada á la orilla del río,
Una exclamación de dolor exhalada por el otro
compañero, y el rumor de un cuerpo que se desgarra,
fueron los ecos que se oyeron entre el zumbido del
viento. Luis quedó completamente destrozado sobre la
piedra. Cerca del haz de músculos y sangre, pudo verse
un pequeño nido con algunos pajarillos sin vida. Sobre ellos volaba dando gemidos de dolor, un breve y
azafranado chamarís.
S. RUEDA.
E n los arbustos, cuyo follaje
cubre los hierros de mi balcón,
las mariposas liban las flores,
que son su amor.
E n una estancia que el sol alegra,
entrando expléndido por el balcón,
tiene su cuna mis tiernos hijos,
que son mi amor.
Por eso paso las horas muertas
en la cancela de mi balcón;
que entre mis hijos, flores y pájaros,
todo es amor.
MARIANO DEL TODO Y HERKEKO.
El día 29, á las cuatro y media de la tarde, se efectuó en las Escuelas Pías de San Fernando, el reparto
de premios á los niños pobres que más se han distinguido en ellas por su aplicación y virtud.
Los premios consistieron en trajes enteros, prendas
de vestir, zapatos, medallas, etc.
Presidió el acto el señor Arzobispo electo de Santiago de Galicia; dos niños recitaron composiciones
poéticas; hizo su debut una gran orquesta de guitarras
y bandurrias y un orfeón, cuyos individuos son niños
de siete á doce años, todos de las Escuelas Pías.
*
* *
Se han verificado con gran brillantez los exámenes anuales en el Colegio Nacional de Sordos-mudos y
de ciegos. El día 24 se verificó en el mismo la solemne distribución de premios, y el 29 y 30, de cuatro á
seis de la tarde, la exposición de trabajos_^de los alumnos.
*
Recomendación de un rrédico de la República argentina á aquel Gobierno, sobre la higiene escolar:
— "Es urgente la creac ón del Medico escolar, bien
reglamentado, con la obligación de visitar periódicamente las Escuelas; aconsejar y decidir en cada caso
los avisos y denuncias que se le hagan á los Maestros
y Consejo. El crecido número de niños enfermos de
la vista y con erupciones contagiosas, hacen indispensables las funciones del Médico escolar.»
Cosas que también quiere y recomienda:
'<Prestar mayor atención á la enseñanza de la gimnasia, agregando algunos ejercicios, perfeccionando la
marcha, el salto y las formaciones, para efectuar con
soltura las diferentes posiciones y actitudes.
»Modificar la posición del cuaderno de escritura en
relación al eje d 1 cuerpo, para evitar las desviaciones
del raquis y de la vista.»
EIv B A L C Ó N .
Rima.
Bajo el alero de mi tejado;
casi tocando con mi balcón
las golondrinas cuelgan sus nidos,
que son su amor.
D. Alberto de la Cantolla ha regalado un ed'ficio
de su propiedad, sito en el pueblo de Liérganes (San
tander), con destino á escuelas públicas de niños.
Ejemplo noble y digno de imitación!
* *
287
EL MUNDO DE LOS NlSOS.
El día 29, á las cuatro, salieron procesionalmente
de la parroquia de San Andrés, los niños pertenecientes á las escuelas catequistas, con motivo de terminarse el curso del presente período.
La comitiva pasó entonando canciones alusivas al
acto, por diferentes calles de la feligresía.
Lo miisica de las canciones estuvo dirigida por el
maestro Sembi y Roselló.
Han remitido las soluciones, los suscriptores sig-uientes:
Luis Irumberri, Arturo González, Eduardo Accino, María O.
Salazar y Gutiérrez, Fernando y Paula Cid, Enrique López
Raura, Salvador Viada y Rauret, María Llórente y Zúñiga,
Arturo González, Andrés üellogín García, Antonio Salvador,
|o-é Martínez ¡''ernández, CJahriel Pastor, Mariano Cáceres
Gclmez, Marfjarita Hsorleffui y Oyarefjui, Luisa Montes y J o vellar y Carmen Fernández Bertrán.
-!
Por acuerdo del ministerio de Fomento, se ha resuelto q'ie las Granjas escuelas proyectadas, se establezcan, á más de los puntos (lue ya las tienen, en
Córdoba, Jerez, Cáceres, Valladolid, Tarragona y Coruña.
-gD^^á^Kigg.
NUEVOS
!-
PROBLEMAS.
CXIX.—Rombo. (Remitido por Andrés Bellogín.)
Nuestro querido amigo, 1). í^nrique Pérez Escrich,
bn tenido el inmenso dolor de ver morir á su nieto
Manuel, precioso niño de ocho años de edad, y que
era alegría y consuelo del distinguido literato.
Enviamos al Sr. Escrich la expresión de nuestro
sentido pésame.
Sustituir los puntas con letras, de modo que horizontal y verticalmente se lea:
J U E G O S
DE
IMAGINACIÓN.
SOLUCIONES Á LOS DEL NtJMEliO 1 7 .
CXI. —Acróstico.
Consonante.
Nombre geográfico.
Un buen amigo.
Un metal precioso.
Vocal.
BAILEN.
CXX. —Charada. (Remitida por María Llórente
y Zúñiga.)
Cordero — Pantera — Ciervo.
Trima-scgiinda te vi
CXlI.—Poligrafía.
CXIII.—Fuga de consonantes.
Todo es segtin el color
del cristal con que se mira.
CXIV.—Semblanza histórica.
VIRIATO.
CXV.—Cuadrado de puntos.
P A P A
A
B
E
L
P
E RR
O
A
L
E
C^^í-—Logogrifo
O
numérico.
SALAMINA.
CXVII.—Problema.
con despecho deshojar,
y á la tercera arrojar
lo que fuera adorno en tí:
esto, todo, esdespreciar
á quien se muere por tí.
CXXI —.Acróstico. (Remitido por Antonio Ochoa,)
Liiculo
Alfonso el sabio
Alejandro Magno
Isabel la Católica
Ataúlfo
Marco Bruto
Nerón
Sigerico
Formar con la iniciales de los nombres que anteceden, el de una batalla célebre.
CXXII.
Fuga de consonantes. (Remitida por
Francisco Martínez)
C X V I I I . - A c e r ijo.
Se forma una estrella de seis puntas con dos triángulos equiláteros, superpuestos y cruzados el uno al
otro; se pone una moneda en cada punto y en cada
ángulo, y queda resuelto el problema.
.i.i.u.a.o
.ee.o
.e. a..a e. e. a.o. ..o ¡o
.e.o .0 .i..o .ue .e o.io
e. .ie..a. .o.i e. .ue.a
EL MUNDO DE I-OS NlSOS.
2RS
CXXIII. — Poligrafía. (Remitida por Julio Cuaresma )
Sustituir los i)untos con letras, de modo que horizontal y verticalmente se lea:
¿AAAAAABBGEEEEEEFGIILMKNNNOOOOORRSSSSTUUUU
Una flor.
Combínense estas letras de manera que resulte un
antiguo refrán de doce palabras.
Un verbo.
CXXIV.—Cuadrado de puntos. (Remitido pnr Luisa A. de Estrada.)
Otro verbo.
Un artículo,
Vi.cál.
CXXVII—Problema matemático. (Remitido por
Josefa Mañozo.)
Sustituir los puntos con letras, de modo que horizontal y verticalmente se lea:
Un santo.
Fenómeno atmobférico.
Una sensación.
Moneda antigua.
Nombre de un tirano.
Una persona recibió 1440 reales en ochenta monedas entre duros y pesetas. Cuáutas habrá de cada
clase:
CXXVIII.-Estrella de punto-í.
I
A
.
O
CXXV. - Problema Aritmético. (Remitido por Fernando Cid.)
—Qué edad tiene el niño:—Preguntan á un padre
y éste respondió:
H á tres años mi Juan.to
tenía, segiin mis cuentas,
cuatro años, con más el cpiinto
y el tercio de los que hoy cuenta.
Se desea saber la edad de Juanito.
ü
CXXYI —Triángulo. •Remitido por Caries Torres
de Navarra.)
Completar los puntos con letras, para que resultan
dos nombres de mujer y otros dos de hombre.
Iiiip. y Lit. de J. Palacius. Arenal, 27.—Madrid.
EL MUNDO DE LOS MÑOS
CUENTOS ILUSIRADOS CON CROMOS
ILUSTRACIÓN DECENAL INFANTIL.
KL N4UNDO O P : L O S NIÑOS.
DIRECTOU
DON MANUEL OSSORIO Y BERNARD.
Se publica los días 10, 20 y 30 de cada mes,
2."
Y CONTIENE
16 PÁGINAS DE TEXTO, CROMOS Y CRAlíAUOS.
70
SUSCRIPCIONES.
Semestre
Año
Peseta.s.
>
4'.'Sü
8'50
Número suelto: 25 céntimos.
ADMINISTRACIÓN.
JULIÁK PALACIOS.—IREHAL, 2 7 .
MADRID.
4."
b."
8."
10.
n.
12.
SI: HAX PUBLICADO LOS SKJUIEMES:
LA CRUELDAD C O \ LOS ANIMALES.
LA AMJilCKJX.
LA MUÑECA DE ELENITA.
CAUECITA DE AJO.
TEATRO GÜIGNÜL.
LOS NIÑOS NÁUFRAGOS.
EL PRÍNCIPE RODOLFO.
LAS DOS CIEGUECITAS.
POR UN PERRO.
II.—LA CRUELDAD CON LOS ANIMALES
LOS REGALOS DEL ABUELO.
LOS CELOS DEL SULTÁN.
Precio de cada cuento: 75 céntimos.
Descuento á los suscritores, Corresponsales y Libreros.
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