Las «impresiones» de la vida

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INFORMÁTICA
Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
juventud rebelde
JUEVES
18 DE SEPTIEMBRE DE 2014
ESPECIAL
03
A cargo de AMAURY E. DEL VALLE [email protected]
EL anuncio de que las impresoras en tercera
dimensión o 3D podrían comenzar en breve
a utilizarse también en otras áreas como la
medicina o la alimentación, ha causado una
gran curiosidad por este tipo de equipos, que
hasta hace apenas algunos años solo eran
una idea extraída de la ciencia ficción.
Su uso, inicialmente experimental, ya ha
comenzado a ser cotidiano en el mundo de
la pequeña producción de artículos usuales,
y por ello este equipamiento ha saltado de
los laboratorios y las grandes industrias a los
negocios en escala reducida.
Ya comienza a ser común en muchas ciudades desarrolladas —e incluso en otras del
llamado Tercer Mundo— encontrar carteles
luminosos que anuncian la «impresión en tercera dimensión».
Se trata, por el momento, fundamentalmente de artículos de caucho o plástico, así
como de algunos de una especie de polímero duro muy similar a la cerámica, aunque
cada vez es más común encontrarnos en las
noticias los experimentos que se están realizando en la medicina, tales como intentar
«imprimir» células e incluso órganos; o la
idea de crear un restaurante sobre la base
de esta misma tecnología.
¿Qué son en realidad las impresoras 3D?
¿Cuál es su uso actual y sus perspectivas?
¿Existen ya en Cuba?
TERCERA DIMENSIÓN
Si nos remitimos a la enciclopedia virtual
Wikipedia, en la cual la información sobre
estas técnicas no es muy abundante, encontraremos esta definición: «Una impresora 3D
es una máquina capaz de realizar “impresiones” de diseños en 3D, creando piezas o
maquetas volumétricas a partir de un diseño
hecho por ordenador».
A su vez, explican que existen actualmente en el mercado dos modelos comerciales:
los de compactación, con una masa de polvo que se compacta por estratos; y los de
adición o de inyección de polímeros, en los
que el propio material se añade por capas.
Igualmente, según el método empleado
para la compactación del polvo, se pueden
clasificar en impresoras 3D de tinta, las que
utilizan una tinta aglomerante para compactar el polvo y posibilitan la impresión en distintos colores; o las impresoras 3D láser, en
las que este dispositivo transfiere energía al
polvo haciendo que se polimerice, y luego la
pieza se sumerge en un líquido que posibilita
que las zonas polimerizadas se solidifiquen.
Dicho de modo más sencillo, se trata de
«impresoras» que crean piezas diversas a través de materiales en polvo, lo que permite
que el diseño creado en una computadora
alcance volumen en tercera dimensión y se
convierta en un objeto o en una pieza de
este, que puede ser acoplada a otras.
Bajo este principio, comenzaron a finales
EL NUEVO SISTEMA OPERATIVO
DE APPLE, IOS 8, salió ayer al mercado, a tan solo dos días del lanzamiento del iPhone 6 y del iPhone 6
Plus. El software trae algunas
innovaciones importantes, como
su mayor interconexión con la
«Internet en la nube», así como la
Las «impresiones»
de la vida
Una nueva tecnología comienza a extenderse
en el mundo: las impresoras en tercera dimensión.
Su uso podría revolucionar muchas esferas de la vida.
Cuba debería comenzar a potenciarlo
Ejemplo de impresora en 3D. Foto: www.imprimalia3d.com
de la década pasada y a principios de esta las
primeras impresiones 3D, primero creando
«volumen» en el papel gracias a tintas especiales, y luego haciendo pequeños objetos.
Desde entonces el desarrollo ha sido vertiginoso, hasta el punto de que en muchos lugares que ofertan a pequeña escala este negocio,que todavía es relativamente costoso,se
puede escoger entre varios diseños e incluso
crearse uno propio, para que sea impreso.
Piezas mecánicas, fragmentos de computadoras, objetos de todo tipo y sobre todo
moldes industriales para luego ser utilizados
en la producción a gran escala, son hoy la
parte fuerte de la impresión en tercera
dimensión.
El futuro, en cambio, está para muchos
más allá de las fábricas.
COMIDA «EN TINTAS»
Expertos del Laboratorio de Síntesis Informática de la Universidad de Cornell, Nueva
York, anunciaron recientemente que están
tratando de crear una impresora de alimentos, como parte del proyecto denominado
Fab@home.
La idea es conformar un aparato en el que
se introduzcan porciones de alimento crudo,
como si fueran «tintas», y se ponga la receta
posibilidad de enviar correos electrónicos usando solo gestos, instalar teclados alternativos y compatibles de servidores ajenos a Apple
o la mejora de aplicaciones como
iTunes, AppStore, Wikipedia, etcétera. Según los analistas, la idea
es adelantarse al lanzamiento de
sus teléfonos «estrella» para que
puedan aprovecharse mejor sus
utilidades... GOOGLE ANUNCIÓ
EL PRÓXIMO LANZAMIENTO DE
deseada y la cantidad de raciones que se
desean, para que sea la impresora 3D la que
«cocine».
Como señaló a la prensa el doctor Ian Jeffrey Lipton, jefe del equipo de investigadores,
el dispositivo permitiría «modificar a su gusto
los alimentos, la textura y otras propiedades».
De concretarse, quizá la cocina que hoy
conocemos sea muy diferente en el futuro. Si
ya con microwaves, planchas de inducción,
ollas de presión eléctricas o los llamados
chefs robots, elaborar alimentos se ha convertido para muchos en algo relativamente
sencillo, con una impresora 3D quizá podrían
hasta cocinar pese a que ignoren cómo.
Imagínese que el proyecto pasaría por
«descargar» lo que se quiere comer de Internet
—quiero decir, las recetas—, introducir los
alimentos e ingredientes básicos, y solamente darle «print» para tener la comida lista.
A eso habrá que agregarle otros aditamentos que comienzan a introducirse en los
hogares, como las mesas «inteligentes», que
conectadas a las neveras, también de avanzada, podrían escoger un menú según lo que
hubiera refrigerado o guardado, o simplemente de acuerdo con alguna dieta o régimen alimentario específico de la persona y
aun de la familia.
UN TELÉFONO INTELIGENTE DE
BAJO COSTO que, según los directivos de la firma, contará con el
sistema operativo Android One y
funcionalidades muy similares a
los smartphones más avanzados.
Una de sus principales utilidades
es que permitirá la navegación por
Internet, la descarga de múltiples
aplicaciones, y si el usuario quiere
puede aumentarle la memoria y
otras prestaciones.
El otro elemento importante de los llamados «chef impresoras» es que reducirían sustancialmente los desperdicios de alimentos,
aumentaría la higiene y hasta variarían muchísimo el menú, lo que permitiría a los cocineros profesionales ser capaces de crear
nuevos platos y de personalizarlos para clientes exigentes.
Un chef ya ha probado la tecnología, nada
menos que para hacer sushi, un plato tradicional japonés. Se trata de Homaro Cantu,
propietario del restaurante Moto, en Chicago,
Illinois, Estados Unidos, quien afirmó a la
prensa que el procedimiento realmente significará toda una revolución.
Algunos incluso sugieren que hasta el
concepto tradicional de los restaurantes
cambiará, pues los clientes podrían llegar y
desde la mesa «descargarse» lo que quieren
comer y mandarlo a «imprimir».
Otros proyectos, como el del Instituto de
Tecnología de Massachusetts, han ido más
allá, pues ahora trabajan activamente en la
creación de una impresora 3D compuesta de
jeringas, las que rocían los ingredientes básicos para crear los platos, capa a capa.
CHICHARRONES DE POLÍMEROS
Olvidemos por un momento la impresión
en 3D en la cocina o la dedicada a las investigaciones médicas, la que merece un trabajo aparte. Lo cierto es que esta nueva tecnología ya está revolucionando la forma de
hacer en la industria.
La utilización de polímeros de alta resistencia y versátiles en su uso ha posibilitado
una revolución de los materiales que actualmente se utilizan en diferentes sectores,
algunos con un carácter muy avanzado,
como sucede con la fabricación de partes y
piezas de la industria automovilística.
Por ello las impresoras 3D, como otras
tecnologías que forman parte de la era digital, han llegado para quedarse, por lo cual
comenzar a utilizarlas, conocer su funcionamiento e innovar en sus usos es algo
impostergable para cualquier desarrollo futuro.
En Cuba, por el momento —hasta donde
conoce este redactor—, no existen todavía.
Es cierto que son equipos costosos, pero
también por su utilidad —y especialmente
sus perspectivas— merecen una inversión
para adquirirlos.
El amplio talento desarrollado durante años
en disímiles ámbitos, especialmente el médico y científico, precisan de un soporte tecnológico que lo sustente.
Quizá estemos aún lejos de ver en nuestro país a alguien «imprimiendo» un chicharrón en su casa, un bocadito en una cafetería o un cake en una dulcería. Pero a lo mejor
no está muy distante la fabricación en 3D de
partes, e incluso de órganos que pudieran
salvar muchas vidas.
Teléfonos inteligentes con el sistema operativo Android One de Google.
Foto: Reuters
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