MULTINACIONALES Y TERRITORIO. FORD EIBM EN LA COMUNIDAD VALENCIANA. Sistemas regionales de innovación: universidad y empresa Pérez Sancho, Miguel Universidad de Valencia Resumen: El proceso de globalización económica se ha manifestado con especial intensidad en las reestructuraciones que se están viviendo en el seno de las empresas multinacionales, los cuales a su vez están teniendo impactos diferenciados en los territorios en los que operan, reforzando los vínculos con la economía local en unos casos, deslocalizándose en otros, y con una gran variedad de manifestaciones entre estas dos posiciones extremas. En la comunicación se analizan, en base a la trayectoria de Ford e IBM en la Comunidad Valenciana, los factores que han influido en la distinta evolución de estas dos empresas en su relación con el territorio. Mientras que Ford ha reforzado los vínculos con la economía local con realizaciones como el Parque Industrial, casi simultáneamente IBM iniciaba una etapa de desvinculación cuya primera fase fue la venta de la planta de Valencia a otra empresa multinacional sin apenas tradición en la fabricación de productos informáticos. La diversidad de las trayectorias, que sin duda debe servir para evitar generalizaciones simplificadoras, permite extraer en este caso lecciones aprovechables para orientar las políticas públicas capaces de compatibilizar la cooperación y la autonomía de los diferentes agentes involucrados. MULTINACIONALES Y TERRITORIO : FORD E IBM EN LA COMUNIDAD VALENCIANA’ 1. La dimensión territorial en la teoría de la empresa multinacional ( emn ) Desde que el término se acuñara en 1960 por D. E. Lilienthal y se incorporase plenamente a la agenda de investigación económica de la mano, entre otros, de S. Hymer y J.H. Dunning, la teorización sobre la emn ha vivido un proceso de transformación, que si bien no permite hablar de rupturas o cambios de paradigma radicales, sí que ha dado lugar a transformaciones significativas debidas fundamentalmente a tres tipos de influencias, las dos primeras de carácter teórico y la tercera de tipo empírico : 1) la progresiva depuración conceptual realizada desde el interior de la teoría dominante desde los años 70 y elaborada en torno al concepto de internalización por los teóricos de ‘Reading School’ como Buckley o Caves y que Dunning formulará en su conocida versión ‘ecléctica’. 2 ) la fertilización desde otras corrientes de investigación, entre las que merecen ser destacadas, la economía de la empresa, la geografía económica y el debate en torno a los nuevos paradigmas productivos. 3 ) el surgimiento de nuevas formas organizativas más relacionales intermedias entre la jerarquía empresarial y el mercado que acompañan al proceso de globalización económica. Cada una de estas líneas de investigación ha permitido incorporar conceptos y temas entre los que merecen destacarse por su relevancia para nuestro análisis : la dimensión estratégico-organizativa, ( Dunning 1993 pg 80; Buckley 1995, pg 8 ) la dimensión territorial y la importancia de la flexibilidad como principio productivo sustitutivo de la lógica de producción fordista. La confluencia de estas aportaciones ha tenido dos consecuencias, que deseamos destacar entre otras : en primer lugar, permitió superar el punto muerto al que había llegado a mediados de los años 80 la teoría, cuya caracterización de la emn permitía aislar un sólo rasgo común ‘que no explica gran cosa: el control transnacional de los activos productivos’ ( Fieldhouse, 1986 pg. 44 ) frente a la enorme variedad de trayectorias que mostraban las empresas en sus procesos de internacionalización. En segundo lugar, más importante desde el punto de vista de la economía regional, los factores de localización dejarán de tratarse como dados ( Buckley, 1993 pp 731-733 ) y el territorio pasa a ocupar un lugar central en la agenda de investigación junto con el análisis de las repercusiones que puedan tener sobre aquél los diferentes modos de organización de la emn. De forma esquemática, el debate se plantea en torno a la posibilidad de ‘sedentarización’ de la emn basada en el reforzamiento de la cooperación y la proximidad exigida por los nuevos principios productivos ( JIT o Lean Production ) y superadora de la anterior lógica de ‘deslocalización’ propia del espacio económico fordista. En este sentido, la relación centro periferia propia de la fase de internacionalización seguida por la emn tras la II Guerra Mundial podría verse reemplazada por una nuevo fase de multinacionalización caracaterizada como ‘un proceso de aprendizaje que adiestra a las empresas en una serie de configuraciones espaciales particulares’ ( Bélis et al.,1994, pg. 741 ), con lo que el territorio pasa a convertirse en un elemento esencial en la construcción de las ventajas competitivas de las empresas que en él operan y la jerarquización del espacio, sin desaparecer, puede dejar de estar regida por una relación centro-periferia según la cual los diferentes ‘centros’ no tendrán por qué ubicarse en el país de origen de la emn. Es posible un proceso de ‘globalización’ caracterizado por tres dimensiones principales : la modalidad de jerarquización del espacio interno a la firma, la aparición de un peldaño regional intermedio en su estructura y el desarrollo de una red de alianzas con otras empresas. En este contexto, el estudio de Ford e IBM, que centraremos en la primera dimensión citada, es de particular interés pues estas empresas ‘fueron las pioneras del desarrollo de la multinacional como una organización global en la que las subsidiarias nacionales desempeñan papeles específicos en el seno de las estrategias de la corporación’ ( McKinlay y Starkey,94 pg 187 énfasis nuestro ). Junto a los cambios sustantivos en la teoría, y en gran parte debido a ellos, el método de análisis también sufrió modificaciones de interés y se hizo evidente que era necesario descender al nivel de la firma concreta dada la gran variedad de estrategias de internacionalización y de modelos organizativos (para la industria del automóvil ver Boyer y Freyssenet, 1996 pg 133 ) que de hecho habían seguido las emn, y que difícilmente podían explicarse en el marco de la teoría de la internalización. Siguiendo esa recomendación metodológica especialmente pertinente desde la óptica territorial, nos hemos adentrado en la ‘black box’ de dos empresas presentes en la Comunidad Valenciana lo que constituyen un excelente oportunidad para aportar elementos empíricos relevantes para el estudio de la relación entre los procesos de globalización de las emn y el territorio. 2. Las trayectorias de Ford e IBM en la Comunidad Valenciana Debemos destacar, que la apertura a mediados de los 70 de las dos fábricas estudiadas no suponen el inicio de las operaciones de Ford e IBM en nuestro país, lo que no deja de tener interés para la contrastación empírica en cuanto muestran que los procesos de multinacionalización no son trayectorias suaves de expansión de las emn. En el caso de Ford la apertura de Almusafes suponía reanudar una actividad que se inició en Cádiz en los años 20 y se interrumpió en Barcelona en los 50. En el caso de IBM por el contrario, la apertura de la fábrica vendrá a reforzar, a partir de 1974, la presencia comercial que desde 1935 poseía la empresa. No podemos detenernos en un análisis histórico necesario sin duda a fin de evitar generalizaciones simplificadoras.Nos centraremos en resumir por separado la trayectoria reciente de las dos empresas en nuestro país. 2.1. La planta de Almusafes en la estrategia espacial de Ford La literatura oficial de la compañía resumía en una frase lo que ha sido hasta fecha reciente su política de localización : ‘we make where we sell, we buy where we make’. En la actualidad el ‘where’ dejó de hacer referencia a mercados nacionales separados por barreras comerciales para adquirir un significado ‘transregional’, y en el caso que nos ocupa, europeo. En este sentido la vuelta de Ford con la apertura de Almusafes debe entenderse como parte de la estrategia que llevó a la firma en Europa a abandonar la configuración multidoméstica vigente hasta finales de los años 60 ( Bélis et al., 1994 ) en favor de una multiregional a partir de la creación de Ford of Europe ( FoE ) en 1967 y que evolucionará posteriormente hasta la actual configuración transregional, entendida ésta como la combinación de un grado de control jerárquico a nivel corporativo y un principio de jerarquización globalizador caracterizado por la existencia de un flujo de intercambios cruzados entre distintos centros dentro de la ‘región’ corporativa. 2.1.1. La escasa integración en la economía local Las ventajas locacionales que ofrecía la instalación en nuestro país eran muy importantes. España presentaba desde finales de los 60 las tasas de crecimiento más elevadas de Europa, tendencia que iba a continuar durante la siguiente década. A nivel regional, la ubicación en Valencia proporciona la disponibilidad de una mano de obra dócil y barata, suelo e infraestructuras adaptadas a las necesidades de la empresa por las autoridades locales. El hecho de que Valencia se encontrase alejada de las provincias donde se ubicaba la industria de componentes no suponía un grave problema para una fábrica que iba a suministrarse en gran medida de otros centros y proveedores de Ford en Europa. De la fase de instalación, deseamos por último destacar, dos conclusiones relevantes, la primera, para la caracterización de la emn y, la segunda, para entender el impacto de la emn en el territorio : en primer lugar, las ventajas locacionales, que junto a las de propiedad, explican la existencia de las emn en el paradigma de Dunning, se crean en muchos casos ex-novo en función del poder de negociación de la empresa inversora, la cual adopta sus decisiones, y entre ellas la de localización, en función de su estrategia global y aprovecha su poder de negociación para que los distintos niveles de gobierno le permitan superar las restricciones de la ubicación deseada, entre las que cabe destacar para el caso que nos ocupa, las relativas a la política arancelaria diseñada para la empresa ( Vellas, 1979 ). En segundo lugar, la ausencia de impactos indirectos importantes en la Comunidad Valenciana se explica por la mayor integración de las operaciones de producción de Ford Europa, permitida por la legislación excepcional que el Gobierno español aprobará, las famosas ‘leyes Ford’ de 1972. La situación inicial no se alterará durante los veinte años siguientes. Durante este período, la evolución de la compañía ha estado enmarcada por dos grandes estrategias conocidas como ‘After Japan’ y ‘Ford 2000’, vigente esta última desde 1995. La lógica de la estrategia ‘AJ’ combina elementos claramente fordistas con otros adaptados de los fabricantes japoneses. Entre los primeros mencionamos como más importantes, el aprovechamiento al máximo de las economías de escala, aumento de la productividad de la capacidad instalada y reducción de costes mediante cierre de plantas ( quince en todo el mundo ) y una nueva política de abastecimientos basada en la adopción del ‘world sourcing’. Entre los segundos, cabe destacar la introducción de la estrategia de calidad y el aumento del compromiso de los empleados. Todo ello se traduce en una drástica reducción de proveedores que pasarán de. los 450 iniciales de la factoría a 125 en 1989, cifra que se ha mantenido sin variaciones y aumentos de productividad muy importantes ( Ford, 1986 y 1996 ). Los porcentajes de compras locales ( en la Comunidad Valenciana ) nunca serán muy elevados, y oscilarán en torno a un escaso 20 % de las compras nacionales, lo que sin duda implica un porcentaje de inputs de producción marginal, el cual a su vez se ha reducido sobre el total de compras de un 54 % a mediados de los años 80 hasta un 42 % como resultado de las nuevas políticas de abastecimiento mencionadas ( Wells y Rawlinson, 1992:385 ). Resulta paradójico que la reducción mencionada ha ido acompañada por un aumento de las ventas de proveedores nacionales a FOE ( Panadero, 1991:148 ) y por una disminución del grado de integración vertical de la planta, hechos que pudieron haber servido para aumentar la contribución de la industria local. Aunque los impactos indirectos sobre la economía regional no aumentan ( no superarán los 1000 empleos según nuestras propias estimaciones, Pérez Sancho, 1997 pg 5 ), en cambio la planta mejora su posición en la jerarquía interna, sobre todo respecto a las fábricas del Reino Unido, porque demostrará un elevado grado de adaptación a las nuevas estrategias acompañado de una elevada productividad y una sensible reducción de la conflictividad laboral, considerable sobre todo en los primeros años de vida de la planta, que coinciden con la transición política española. Su buen posicionamiento en la estructura productiva europea le permitirá diversificar la producción con nuevos modelos y nuevos productos. 2.1.2. Un cambio cualitativo en la geografía de la producción : el Parque Industrial Si la situación descrita refleja adecuadamente lo ocurrido hasta 1995, a partir del 30 de Enero de ese mismo año, la apertura del Parque Industrial ( PI ) supondrá un cambio cualitativo cuyos potenciales efectos tanto a nivel externo sobre la economía local como a nivel interno, sobre el posicionamiento productivo en la jerarquía productiva de Ford de la planta de Almusafes, son sin duda muy importantes. En forma sintética, los rasgos más importantes del PI son los siguientes i: a) Hay que destacar su doble carácter experimental, para la planta, pues todavía no está totalmente operativo y, para la corporación, pues está siendo utilizado para analizar las posibilidades de adaptación en otras fábricas europeas. b ) La experiencia del PI supone el primer intento que realiza Ford de profundizar en la adopción del JIT, la dimensión territorial del modelo Toyota, a sus fábricas europeas. Se trata por tanto de un hecho clave con repercusiones en el debate no cerrado sobre la validez universal del ‘toyotismo’, postulada desde el MIT por los investigadores del International Motor Vehicle Program y vista con mayor escepticismo por los investigadores del GERPISA. ( Ver respectivamente Womack et al 90 y Actes du Programme GERPISA para las diferentes posturas ). Es esta profundización del JIT lo que confiere al PI su rasgo productivo más importante. La proximidad del PI, adyacente a la factoría, permite la unión física de las líneas de producción de los proveedores con las de Ford, lo que se traduce en el sistema de ‘suministro aéreo directo’, ( DAD ) mediante el que se eliminan totalmente los stocks y el tiempo de transporte, quedando reducido el desfase en el suministro de subconjuntos al tiempo de fabricación. Sin que se pueda reducir el JIT a la dimensión del ‘suministro’, el sistema adoptado incorpora importantes ganancias de productividad porque permite al mismo tiempo la flexibilidad técnica y la integración del sistema productivo ( Coriat, 1994 pg 63 ). c) Sobre las empresas operativas en la actualidad en el PI cabe precisar los siguientes rasgos : todas ellas son proveedores de componentes y salvo una de ellas ii, todas son multinacionales extranjeras que ya eran proveedores bien de la corporación, bien de la planta y que han debido relocalizar sus operaciones de producción desde otras instalaciones nacionales o europeas. Por ello, los efectos netos de creación de empleo sobre la industria nacional en esta primera fase pueden ser mínimos o incluso negativos si la relocalización ha sido aprovechada para racionalizar la producción de las empresas. Pero sin duda, se trata del mayor impacto cualitativo y cuantitativo ( estimada la creación de empleo en 2000 personas cuando esté totalmente operativo ) sobre la industria de componentes local desde la apertura de la factoría, producido en este caso, no por efecto multiplicador de las compras locales, sino por la necesidad de explotar al máximo las ventajas de la proximidad, y las consiguientes mejoras en logística, calidad y costes. d) Entre los inconvenientes, de la proximidad, los proveedores suelen destacar la reducción de la escala de producción así como un aumento del control por parte de Ford. El primer problema que puede incidir negativamente en la viabilidad a largo plazo del PI está dando lugar a la búsqueda de nuevos mercados y, sean estos otros centros de Ford en Europa o incluso otros fabricantes. e) El principal inconveniente, dada la actual dependencia de los proveedores de la planta y de un único modelo, se manifiesta en la recurrencia a los paros técnicos por reducción de la demanda que se traducen en que, la imposibilidad de usar los stocks como reguladores de la variabilidad de volúmenes se sustituya por la utilización del tiempo de trabajo y de ocio de los empleados ( Lehndorff, 1996 ) lo que puede suponer un obstáculo a la creación de unas relaciones laborales basadas en la cooperación. Podemos por tanto resumir, que la experiencia rebasa el ámbito local a la vez que supone reforzar el posicionamiento productivo de la planta, de una importancia cualitativa superior a la asignación de nuevos modelos de fabricación, por cuanto que transforma su papel pasivo de unidad productiva de ensamblaje, mera ejecutora de las órdenes recibidas, en el de centro productivo con saberes específicos y únicos en la compañía y que deberá transmitir posteriormente al resto de la organización. Creemos que nos encontramos ante uno de los ejemplos más claros en el que la globalización ha ido acompañada por una profundización de los vínculos territoriales de la empresa potenciador a la vez, de una mejora cualitativa de los intercambios bilaterales de la planta con el resto de la red corporativa. 2.2. La planta de IBM : entre la lógica productiva y la lógica comercial El caso de la planta de IBM presenta similitudes con la de Ford pero también significativas diferencias por lo que respecta tanto a la lógica de su apertura como a su evolución posterior y que pueden explicar ( en parte ) la decisión final tomada en 1995 por la compañía de vender sus instalaciones a Global Manufacturer’s Services. En este apartado trataremos de delimitar los aspectos más relevantes que pueden explicar los motivos que llevaron a IBM a desvincularse de la planta y a la vez los factores que pueden facilitar su continuidad a corto plazo. 2.2.1. Una decisión de naturaleza comercial y defensiva Hasta el inicio de las operaciones de fabricación el 15 de Julio de 1974, IBM estuvo presente en nuestro país a través de su organización de ventas desde 1935 año en que inició sus operaciones de representación comercial con el nombre de ‘Máquinas Comerciales Watson’ y que cambiaría el 30-I-1941 por el de IBM SAE. Dada la naturaleza del producto, el mismo para todo el mundo, IBM actúa desde sus inicios con una clara estrategia de globalización que se traduce en la creación de dos organizaciones regionales, IBM US e IBM WTC a partir de 1956, y que gestionan los negocios de Estados Unidos y resto del mundo respectivamente. El crecimiento de IBM España va de la mano del experimentado por la compañía en la industria informática, será por tanto a partir de mediados de los años 60 con la introducción de la serie de ordenadores 360, cuando se consolide una organización de ventas que pasará en esos años de apenas 200 empleados a superar los 2300 en 1974, año de apertura de la planta. Explicar la lógica que lleva a una emn a abrir una planta en un país extranjero no requiere solamente dar cuenta de las posibles ventajas que la propiciaron, sino también el por qué se realiza en un momento determinado. La literatura sobre la emn ha destacado el papel jugado por las ventajas de propiedad ( de recursos específicos ) y de localización ( de recursos genéricos ), asumiendo implícitamente que el momento de la inversión surgía de forma automática en el preciso instante en que se materializaban mediante la internalización esas supuestas ventajas ( Buckley y Casson, 1985 ). El carácter tautológico de este enfoque, señalado por sus propios defensores, puede ser superado mediante la especificación de las restricciones que permitan identificar a priori qué mercados son más susceptibles de ser internalizados, en qué circunstancias y qué costes de localización son cruciales ( Buckley, 1993 pg 727 ). En el caso que nos ocupa, como ya sucedió en el caso Ford, las ventajas de localización genéricas se tuvieron que completar con otras ‘creadas’ a fin de hacer posible la decisión. Localizar en España tenía para IBM, como para cualquier fabricante que hubiese recibido un tratamiento similar, la ventaja de asegurar el mercado esencial del sector público y protegerse frente a competidores. Entender las razones de la apertura de la factoría y su lugar en la estructura productiva de la corporación ayudará a comprender la lógica de su evolución posterior y en parte, los motivos para su venta. En primer lugar, la datación rigurosa es esencial ( Vilar, 1974 pg 342 ) pues puede alterar la comprensión de las estrategias realmente seguidas por los agentes. La documentación disponible permite precisar que ya en 1969, IBM empezó a considerar la posibilidad de abrir una fábrica en nuestro país. Para ello se crea una oficina internacional de compras con sede en Madrid cuyo objeto era el de seleccionar y desarrollar proveedores nacionales. En 1971 se adquirieron terrenos en La Pobla de Vallbona. A pesar de lo anterior, la fábrica no iniciaría su funcionamiento, y de forma provisional, hasta el 15 de Julio de 1974. En ese momento IBM ya cuenta con una red de 13 fábricas en Europa Occidental que le permiten suministrar el 95 % de los productos que vende e instala en la región ( IBM, 75: 32 ). El grado de especialización de las plantas es muy elevado, ninguna fabrica sistemas completos ( unidades centrales, periféricos y los programas necesarios ), concentrándose la producción de los componentes de alta tecnología y de unidades centrales en Alemania, Francia, y Reino Unido. La lógica de la descentralización obedece a dos razones fundamentales : no incidir negativamente en las balanzas de pagos de los respectivos países y evitar así tentaciones proteccionistas de sus gobiernos y, a la vez, la dependencia excesiva de cualquier fábrica. También IBM sigue la regla de Ford de fabricar allí donde vende; pero a diferencia de ésta realizó su implantación productiva descentralizada a escala europea mucho antes de la consolidación del Mercado Común. En tercer lugar, y a diferencia de Ford, IBM no padece ningún problema de conflictividad obrera, ni problemas de costes que demanden una deslocalización hacia el sur, en un momento en que, a pesar de la crisis económica, la empresa está consolidando su poder de cuasi monopolio en el sector de los grandes ordenadores y en la industria informática en general. No serán por tanto razones de racionalidad productiva las que lleven a tomar la decisión. Las razones hay que buscarlas en la necesidad de mantener buenas relaciones con el gobierno español por motivos estratégicos y con el sector público por motivos comerciales a corto plazo. En palabras del Sr. Maisonrouge, máximo responsable de IBM WTC, la fábrica española, al igual que las de otros lugares, se abrió para colaborar con la política de desarrollo regional ( sic ) del gobierno, pues razones estrictamente productivas hubiesen aconsejado otra ubicación. ( Revista IBM, 1990; pg 4; Kelly y Keeble, 1990 pg 35 ). Que el deseo de colaborar se manifestase en 1974 se deberá sobre todo a contrarrestar lo que será el intento más importante de poner en marcha una industria informática nacional con la creación a principios de los 70 de SECOINSA y TELESINCRO, empresas participadas por el INI y Fujitsu que empiezan la fabricación de miniordenadores. Unido a esto, la pérdida desde 1973 de las compras del sector público, llevan a no demorar más una decisión, que paradójicamente, a pesar de la espera se hará de forma apresurada, cinco días antes ( lo que sin duda no es casual ) de la aprobación el 20 de Julio de 1974 de un Decreto que vendrá a sancionar el trato preferencial de la Administración Pública en su política de compras hacia las empresas que cumpliesen las condiciones de ‘fabricante nacional’. Lo que nos importa destacar de los hechos descritos es que a diferencia de la planta de Ford, la de IBM nace con una marcada debilidad estructural, la de no responder a ningún criterio de racionalidad productiva en relación con la estructura global de la compañía. En el momento en que el sector público perdiese su capacidad de discriminar en función de la ‘nacionalidad’ de las empresas como sucedió tras la creación del Mercado Único, la factoría valenciana perdería la que sin duda fue la principales razón para su apertura. Sería muy sencillo aportar como prueba de lo anterior el hecho de que la venta de la planta se produjese apenas dos años después de crearse el Mercado Único. Sería sin duda simplificador e inexacto. La solución adoptada prueba que la factoría era viable y ello debido a que durante los veinte años de su pertenencia a IBM adquiere y consolida saberes específicos en técnicas de fabricación avanzadas. 2..2.2. La valorización en la jerarquía interna La consolidación de la planta se realizará durante los primeros diez años de funcionamiento. En esa etapa, se dedica casi exclusivamente a la producción de unidades de almacenamiento masivo de datos, unidades de cinta magnética de alta tecnología. A partir de los años 80 incorpora progresivamente la fabricación de ordenadores, que si bien no suponen un aumento de las cualificaciones de las operaciones de montaje, si exige un esfuerzo importante desde el punto de vista logístico y de soporte a los clientes, actividades que absorben cada vez más recursos que las específicas de fabricación. A principio de los 90, la factoría es la principal fábrica europea de las unidades de cinta más avanzadas de IBM, produce también todas las unidades centrales del tipo 370 refrigeradas por aire y además ensambla controladores de telecomunicación que son, a diferencia de los anteriores, productos de altos volúmenes de fabricación. La flexibilidad de la factoría se mostrará durante ese período muy elevada así como sus niveles de productividad y de calidad. Pero todo lo anterior sólo era condición necesaria para su viabilidad pero no suficiente para que se diera en el seno de la compañía. El factor clave que desembocó en la reducción de personal de 1993 y en la posterior venta de la planta de IBM fue la grave crisis que afectó a la compañía a nivel mundial en 1992 cuando registra pérdidas por primera vez en su historia y acelera de forma dramática su reestructuración. El componente esencial de la ésta, reducción de costes y del exceso de capacidad, se tradujo en una drástica reducción de personal a nivel mundial del área de fabricación, la cual había sido potenciada durante los años 70, ‘una de las decisiones peor calculadas de la historia de los negocios’, unida a otra no menos negativa como fue la de abandonar el alquiler de equipos por su venta directa ( Mills, 1996 pg 80 ). Esto tendrá dos consecuencias negativas: la acumulación de un exceso de capacidad de fabricación y la pérdida de una fuente de ingresos que aislaba en gran medida el volumen de ventas de las fluctuaciones cíclicas. La gravedad de manifiesta con el estancamiento de los 80, cuando se pone de manifiesto que la competitividad en la industria había dejado de basarse en la escala de producción para depender más de los servicios de valor añadido y de la integración en redes ( Delapierre y Zimmermann, 1993 ). Será pues, un cambio estratégico exigido por la evolución de la industria y agudizado por la respuesta de la empresa, y no problemas de productividad los que motivaron la decisión. Paradójicamente la nueva situación puede permitir una consolidación de la planta acompañada y reforzada por una mayor vinculación de la misma con el territorio. El cambio más significativo desde el punto de vista interno ha sido el de pasar de una situación secundaria en la estructura europea de IBM a ocupar un lugar central a nivel mundial en la nueva corporación.. La experiencia analizada prueba que si se da la principal manifestación de territorialización, la valoración del capital humano, la desinversión de una emn no tiene por qué contemplar el cierre de las instalaciones como única alternativa viable. 3·. Conclusiones El análisis de la emn ha perdido en la actualidad el carácter polémico de los años 60 , lo que obedece sin duda tanto a razones de tipo sociopolítico como a la intensidad de los procesos de integración económica. Las dos experiencias comentadas nos permiten destacar los siguientes aspectos : 1. La jerarquización del espacio económico por la emn se manifiesta de una forma dual. A nivel espacial y de forma paulatina, el país de origen de la empresa no es, necesariamente, el centro de las actividades de mayor valor añadido. A nivel empresarial, la evolución hacia formas intermedias entre el mercado y la empresa puede intensificar la dependencia de las pyme, convirtiéndose la emn en la estructuradora de un espacio económico fuertemente jerarquizado y cararacterizado por la concentración productiva sin centralización del capital ( Harrison, 97 pg 183 ) y quedando aquellas como meros ‘trabajadores colectivos’. 2. El análisis de casos concretos permite superar el reduccionismo del enfoque de la internalización en el que los agentes se presentan como autónomos o independientes. Los casos Ford e IBM muestran que se da una simbiosis entre emn y grupos de interés representados en los gobiernos cuya actuación resulta imprescindible para que la emn pueda apropiarse de las ventajas de localización. 3. Las trayectorias de Ford e IBM muestran la dificultad de generalizar y la necesidad de profundizar en el conocimiento empírico desagregado, con frecuencia marginado por razones metodológicas y por la propia resistencia de los directivos a proporcionar información relevante y cuyo conocimiento es esencial para la correcta comprensión de los procesos estratégicos como hemos tratado de mostrar. 4. Los procesos de deslocalización de una emn no ocurren de forma inesperada lo que permite anticipar las situaciones de riesgo. Para ello es indispensable mejorar la obtención de información sistemática de las emn presentes en el territorio. incluso si sus instalaciones locales no parecen atravesar problemas. La falta de alternativas de la Administración Pública en la venta de IBM resulta sorprendente si tenemos en cuenta que ya a mediados de los 80 se dieron los primeros casos en la corporación. 5. La divergencia de trayectorias en los dos casos analizados no debe ocultar que un elemento esencial ( tal vez el más importante ) de la ‘sedentarización’ de Ford y de la continuidad de la ex-planta de IBM ha sido la elevada cualificación y capacidad de adaptación del capital humano . Cualquier política regional debería participar activamente, y los agentes sociales son un buen instrumento para ello, en el diseño y seguimiento de las políticas educativas de las empresas. BIBLIOGRAFÍA -Bélis-Bergouignan, M.C. et al. ( 1993 ) : 'Le mirage de la territorialisation de la grande enterprise : le redeploiment spatial de Ford'. Revue d'Economie Régionale et Urbaine, nº3. pp 527-544. -Bélis-Bergouignan, M.C. et al. ( 1994 ) : 'Hiérarchie et multinationalisation. Une application a l'industrie automobile'. Revue d'economie politique nº 104. Sept-Oct. pp 739-762. -Boyer, R. y Freyssenet, M. ( 1996 ) : ‘Emergencia de nuevos modelos industriales. Problemática del programa internacional GERPISA’. 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NOTAS i La información de este punto se ha obtenido mediante entrevistas personales con los directores de producción de los proveedores instalados en el PI hasta Abril de 1997. ii Se trata del grupo Antolín Irausa de Burgos que posee dos fábricas, Irametal y Plásticos IPV en el PI.