TEMA DE LA SEMANA – SEMANA 44 Venciendo el temor a la

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TEMA DE LA SEMANA – SEMANA 44
Venciendo el temor a la muerte
La valentía
Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
Introducción:
Los grandes santos y místicos en la tradición de Sant Mat nos dicen que somos almas, que como almas
somos eternos y lo que se nos presenta como la muerte en verdad es una ilusión de nuestra existencia
humana. Ellos nos instan a vencer el miedo a la muerte a través del arte de la meditación, que es la
ciencia de trascender la conciencia del cuerpo, de modo que podamos descubrir en verdad, qué y
quienes somos. A continuación una lectura de Sant Rajinder Singh Ji quien habla acerca de una
cualidad incrustada en nuestra alma que es la valentía.
Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
Si examinamos nuestras vidas, encontramos que sentimos temor a muchas cosas. Cuando niños
tememos y nos preocupamos de cuánto tiempo nuestros padres van a estar ahí para sostenernos. Como
estudiantes vivimos con temor de no pasar los exámenes. Como padres, tememos que nuestros hijos no
sean saludables o que no resulten buenas personas. Como propietarios de negocios nos preocupa que
nos supere la competencia. Cada uno de nosotros siente temor por uno u otro aspecto de la vida. Detrás
de todos estos temores, en el fondo de cada uno de nosotros existe el temor a lo desconocido.
***
Los que temen a la muerte en realidad le temen a lo desconocido. Todos sabemos que algún día vamos
a morir. Muchos creen que la aniquilación de nuestro ser es el final de la existencia. Ese temor trata de
consumirnos continuamente de una u otra manera. La gente teme a lo desconocido porque puede
resultar desagradable o doloroso. Ya que no saben a qué atenerse, la ansiedad y el temor van
aumentando en ellos. Hay muchas personas que no creen que haya vida después de la muerte. Ellos
temen, es a la incógnita de cómo van a morir y lo que van a experimentar en el momento de su partida.
Temen al dolor de la muerte. El miedo a lo desconocido en el fondo de la mente y a lo largo de la vida,
es persistente.
La Valentía del Alma
Nuestra alma, que es totalmente consciente, es parte de Dios y por lo tanto, no conoce el miedo, ya que
Dios es omnisciente y el alma es una con el Señor; ella es Dios a escala. Dios no siente temor y el alma
tampoco. Es sólo cuando no estamos en contacto con el alma que comenzamos a temer. El alma es la
Verdad, es del todo consciente. Estar en conexión con la Verdad Absoluta significa no tener miedo.
Así pues, no puede existir temor en el alma.
La cualidad de la sabiduría que posee el alma, le da acceso al conocimiento de todo lo que existe. No
hay nada potencialmente desconocido para ella. Sabe lo que es y lo que será. ¿A qué debe temer?
Aquellos que se han puesto en contacto con su alma, los santos, místicos, profetas y seres iluminados,
han llegado a comprender el proceso de la muerte por experiencia directa. Este conocimiento elimina
el temor a la muerte.
Los santos nos dicen que lo que muere es el cuerpo físico compuesto de materia. Como es de materia,
se deteriora, descompone y por último se destruye. Pero nuestro verdadero ser, el espíritu o alma es
eterno. Vive para siempre. Lo que llamamos muerte en este mundo, es sólo la muerte física. Para el
alma es sólo un cambio de vestidura. Por lo tanto, lo primero que debemos comprender es que nuestra
alma es imperecedera. Existió en el principio, existe ahora y existirá por siempre. La destrucción del
alma es imposible porque es eterna. Si podemos comprender esto, eliminaremos uno de los mayores
temores de la vida, que es la naturaleza desconocida de la muerte.
***
Con respecto a esto, hay una historia sobre un hombre que huía de un león feroz. Horrorizado, el
hombre se encontró al borde de un precipicio sin vía de escape. Al ver una rama abajo no tuvo otra
alternativa que lanzarse al precipicio y agarrarse de la rama para poder escapar del león. Creyendo que
permanecería agarrado de la rama hasta que el león se fuera, descubrió con angustia que un pequeño
ratón roía la rama.
Al mirar para abajo vio que el valle estaba a miles de metros de distancia. Con el león esperándolo
arriba y la larga caída abajo, no sabía qué hacer. Le oró a Dios pidiéndole ayuda. “¡Haré todo lo que
me pidas si me salvas de ésta!”, rogaba el hombre. Se sorprendió al escuchar la voz de Dios que le
decía, “¿Harás cualquier cosa que te pida?” “Sí Dios, ¡pero por favor sálvame!”. “Muy bien”, dijo
Dios, “suéltate de la rama y yo te salvaré”. El hombre lo pensó por unos momentos y dijo: “¿No hay
alguien más allá arriba con quien pueda hablar que no seas tú?”.
Nosotros también queremos que Dios nos rescate, pero no somos capaces de soltarnos y confiar en Él.
Nuestra alma dotada de poder, unida a Dios, está ahí para apoyarnos, está ahí para ayudarnos a
enfrentar los retos de la vida. Simplemente tenemos que abandonar nuestro ego e intelecto y dejar que
nuestra alma valiente encare los desafíos por nosotros. Nuestras vidas se llenarán de seguridad, de
confianza y de fe, y nos veremos libres para andar por nuestro sendero sin temor. §
El seguro eterno
Sant Darshan Singh Ji Maharaj
Introducción:
En la siguiente lectura, Sant Darshan Singh Ji describe diversas maneras, como los seres humanos
intentamos tomar una seguro contra nuestra propia muerte, pero en realidad es solo cuando venimos
donde un Maestro espiritual viviente, quien de por sí ya ha conquistado la muerte, y nos enseña el arte
de morir en vida, que aseguramos, nuestra propia liberación.
Sant Darshan Singh Ji Maharaj
¿HAN VISTO ALGUNA VEZ A UN BEBÉ, tratando de agarrarse y subir por su cuna para jugar, y de
repente tropezar y caer? Vean como su mirada de placer cambia a una de miedo; el trata de agarrarse
de las barandas de su cuna, aferrándose para salvar su propia vida. Ésta es una reacción instintiva —
una reacción natural de nuestro propio temperamento. Estamos inclinados a apartarnos de aquello que
tememos y nos pone en peligro. No ahorramos en gastos para prevenir un lamentable accidente al que
tememos. Si conducimos, pagamos por un seguro de autos para cubrir los riesgos financieros
involucrados en un posible accidente. Pagamos grandes sumas de dinero cada mes para cubrir nuestro
seguro médico y el riesgo de cualquier tipo de enfermedad. Si somos médicos, tomamos un seguro por
negligencia médica, por si algún día un paciente nos dice que lo tratamos con negligencia. Hay seguros
contra robo, incendio, inundaciones, o aún la pérdida del equipaje. El mundo moderno nos provee
muchas pólizas de seguro para protegernos contra cualquier desgracia posible. Los vendedores de
seguro se basan en la psicología del miedo, y tal es su capacidad, tal es su fuerza, que los seguros ha
llegado a ser uno de los más grandes negocios, se podría decir que es un súper negocio en el mundo
moderno.
En esta búsqueda de protegernos contra todas las eventualidades, parece que no se nos olvidara nada.
¿Pero, hemos hecho alguna cosa para asegurarnos contra la inevitabilidad de la muerte? por supuesto,
señalaremos los seguros de vida, como una de las formas de seguro más grandes vendidas en el
mundo. ¿Pero es un seguro de vida, o es un seguro de muerte? ¿Hace algo para protegernos de la
muerte inevitable, del dolor que la muerte puede traer, del trauma que puede acompañar la destrucción
de un individuo? Podemos sustituir un carro destruido en un accidente. Si hay un robo en nuestro
hogar, nuestro seguro puede restituirnos los bienes robados. ¿Pero podemos sustituir a una persona que
muere? En el mejor de los casos, el supuesto seguro de vida puede proporcionar solamente una clase
de seguridad económica para las personas que sobreviven. Pero para el que muere, no sirve para nada.
La muerte, entonces, es inevitable. Incluso si se nos permitiera encontrar un substituto para morir en
reemplazo nuestro, nadie estaría dispuesto a hacerlo. La historia de la mitología griega sobre el rey
Admeto ilustra este punto. Admeto era amigo del dios Apolo, y Apolo, sabiendo que Admeto iba a
morir, intercedió en su favor. Zeus, el padre de los dioses, decidió tener piedad de Admeto siempre y
cuando alguien distinto podía morir por él. Apolo, feliz con su éxito, le fue a dar las buenas nuevas al
rey. Un año le fue dado a Admeto para encontrar a un substituto que muriera por él. De inmediato
pensó en sus ancianos padres. Ellos ya estaban viejos, y con la edad avanzada aparecen las
enfermedades, dolores, y sufrimientos constantes. Sus padres con frecuencia decían que sería mejor
morir que vivir en condiciones tan miserables. Pensando que ciertamente encontraría en su anciano
padre un buen substituto, Admeto fue a verlo y le contó toda la historia. Pero el padre de Admeto se
enojó y lo regaño, le dijo, "Te he criado desde tu condición desvalida. ¡Te he educado y dado todo lo
que deseaste, incluso te entregue mi reino, y ahora quieres mi vida!"
Así es en este mundo. No importa en qué condición estemos, no importa cuál sea nuestra edad, no
importa que eventualmente todos debamos morir, nadie está preparado para dejar a voluntad este
mundo.
Una leyenda folklórica de la India aclara este punto con fuerza similar. Una anciana tenía una hija
hermosa que cayó muy enferma. Cuando la medicina demostró ser inútil, la madre oró, "Señor sería
mucho mejor si yo muriera en lugar de mi hija, porque yo ya estoy vieja y he tenido suficiente del
mundo. Mi hija, sin embargo, es un capullo que aún tiene que florecer". Esta oración era constante en
los labios de la anciana.
Un día, poco tiempo después, la puerta externa de la casa accidentalmente quedó abierta y un toro
merodeando se aventuró a entrar al patio. Viendo una enorme vasija de barro, el toro metió su cabeza
buscando comer algo dentro. Pero su cabeza quedo atascada en el pote, confundido y desconcertado,
comenzó a correr por todo el patio con el enorme pote negro cubriendo su cabeza y ojos, mugiendo
aterrorizado, y tropezando contra todo.
Al oír el ruido, la señora salió a ver qué sucedía. Cuando llego al patio, el toro se le abalanzó. Ella
entro en pánico y confundiendo a esta extraña criatura con el ángel de la muerte, le gritó, “¡Por favor,
yo solo soy una pobre anciana! ¡No me lleves! Mi hija está ahí adentro. ¡Llévatela en mi lugar!".
***
¿No es de extrañar que en este mundo moderno en el cual queremos protegernos contra toda las
eventualidades, hallamos fallado en encontrar una respuesta al miedo más radical de todos, la muerte?
Esto no es simplemente un enigma. Ha sido parte de nosotros desde el comienzo de los tiempos. En el
Mahabharata, cuando al príncipe Yudhisthira le preguntaron cuál era la cosa más extraña de todas, él
sin vacilar contestó, "El ser humano percibe todos los días que la muerte es inevitable, pero sigue
viviendo como si nunca se fuera a morir."
***
A diferencia de los agentes de seguro, El Dios-hombre en verdad asegura nuestra vida. Ellos vienen a
recordarnos que no somos el cuerpo, sino el espíritu, y asegurarnos que si el cuerpo muere, el espíritu
sigue viviendo. Son seres que han solucionado el enigma de la vida y la muerte, y habiendo
conquistado ellos mismos el fenómeno de la muerte, nos pueden ayudar a resolverlo también. Lo que
los santos y Maestros nos dan no es solo teoría, sino una experiencia práctica de morir en vida. Es este
proceso de morir en vida, el proceso que los Maestros llaman meditación, el cual nos brinda un seguro
contra la tiranía de la muerte. §
El Protector y la protección
Sant Kirpal Singh Ji Maharaj
Introducción:
Según los Maestros espirituales de la tradición de Sant Mat, es cuando meditamos en la Luz interna y
el Sonido de Dios (también llamado el sagrado Verbo o Naam) que podemos experimentar la
divinidad en nuestro interior y comenzar el viaje de vuelta a Dios. En la lectura siguiente, Sant Kirpal
Singh Ji describe un incidente de su propia vida que ilustra el regalo inestimable de un Maestro
espiritual, alguien que puede iniciarnos en el sagrado Verbo o el Naam. Para Sant Kirpal Singh Ji
Maharaj, su Maestro espiritual fue Hazur Baba Sawan Singh Ji Maharaj. Citando a Gurú Nanak, Sant
Kirpal Singh dice:
Para quien ha encontrado al Satguru
Cualquier cosa escrita en su destino ha sido liquidada.
Sant Kirpal Singh Ji Maharaj
Uno puede estar tan dentro de la irradiación del gurú que incluso el poderoso Señor de la muerte no se
nos puede acercar. Por ejemplo, les contaré un incidente cuando vivía en Lahore. Había una dama que
procedía de mi aldea, pero no era una discípula. Ella cayó muy enferma y su familia permaneció
noches enteras en vigilia cuidándola. Oí decir que estaba enferma y fui a verla, acompañado de Dalip
Singh (ahora tesorero en el Sawan Ashram). Les dije: "Han pasado muchas noches en vela, y deben
estar cansados, así que esta noche vayan todos a dormir, yo cuidare de ella junto a su cama". Dalip
Singh y yo nos sentamos por un tiempo. Ella no era iniciada, pero eso no importaba, le pregunté,
"¿Repite algún nombre sagrado?". Me respondió que sí. Le dije a Dalip Singh que fuera a descansar, y
regresara a eso de las 4 AM. Seguí sentando a la cabecera de la mujer moribunda. Ella continuaba
repitiendo sus nombres sagrados, como le sugerí, pero de repente me dijo: "Hay un anciano aquí".
Miré hacia arriba y vi al anciano, me explicó que ella era su nieta, y que había venido a llevársela, le
dije que no podía hacer eso mientras yo estuviera ahí. Intentó lo mejor de su parte para llevarse el alma
del cuerpo, pero no tuvo éxito, así que después de unos segundos salió. Le pregunté a la mujer si había
reconocido al anciano y dijo: "sí, era mi abuelo; fue muy piadoso".
Después de un rato, Yama, el ángel de la muerte, se apareció en la puerta. Lo mire directo, y salió
huyendo — ni siquiera pudo entrar al cuarto. Volvió varias veces, pero no podía entrar. Entonces
Dharam Raj, el señor mismo de la muerte, se apareció, pero tampoco pudo entrar al cuarto. Él dijo,
"Esta alma me pertenece". Le dije, "Sí, es cierto, porque no ha sido iniciada, pero también sé que no
puedes acercarte a ella porque estoy aquí, así que mejor ve donde mi Gurú y pregúntale que debes
hacer. Si él te da permiso de llevarte esta alma, entonces me iré". ¡Mis amigos, solo vean — cómo es
de poderoso el Naam! Dharam Raj partió, y en cuestión de segundos volvió y dijo: "Tengo el permiso
de llevarme esta alma". Le dije: "Muy bien, llévatela”. Él respondió: "¿Cómo puedo si sigues sentando
allí?". Lo que se escribe con respecto al poder de la protección del sagrado Naam es completamente
cierto, porque les estoy contando lo que en realidad sucedió. Dharam Raj dijo: "A menos que salgas,
no puedo llevarme esta alma". Le pregunté: "¿Qué beneficio obtendrá ella por haber pasado la noche
entera a su lado?". Dijo: "Ella recibirá el fruto de eso, antes de considerar cualquier otra recompensa o
deuda". Solo entonces, Dalip Singh entró al cuarto, le dije: "Hermano, salgamos de este sitio, porque
mientras esté aquí no va a poder morir". Mientras salíamos, le pedí a su esposo que en su nombre diera
algún dinero a alguien necesitado, lo cual le sería atribuido a ella — para así poder ajustar sus cuentas
de dar y recibir y poder dejar su cuerpo. Dalip Singh y yo salimos del cuarto y al instante ella partió.
Dalip Singh está aquí, pueden preguntarle sobre esto.
Si una persona que disfruta del Naam está sentando en alguna parte (no necesariamente el Maestro,
sino cualquier persona que medite) entonces Yama o Dharam Raj no pueden acercarse a ese lugar.
¿Qué creen ustedes que es el Naam? §
El viaje eterno: el vuelo del Ave Fénix
Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
Introducción:
Los santos nos recuerdan cuál es quizás la paradoja más grande de la experiencia humana. Cada día
vemos o sabemos de gente que ha partido de este mundo y sin embargo nos las arreglamos para
ignorar el hecho de que también, un día moriremos. Cuando un pariente o amigo cercano muere,
lloramos y sufrimos la pérdida. Incluso puede que reflexionemos sobre la naturaleza transitoria de la
vida, pero muy rápido bloqueamos la realidad de nuestra propia muerte, y con el tiempo proseguimos
la vida como si fuéramos a vivir para siempre. Cada religión y tradición espiritual ha afrontado el
tema de la vida y de la muerte y ha expresado la esperanza de que la muerte no sea el final de la vida;
aunque el cuerpo pueda morir, el alma seguirá viviendo. En esta lectura, Sant Rajinder Singh Ji nos
hace un recuento del mito del ave Fénix, un pájaro inmortal, que dice, es simbólico de nuestra propia
alma.
Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
SE DICE QUE EL AVE FÉNIX VIVE EN UN PAÍS AL ORIENTE de la India conocido como el
Paraíso Oriental y que esta región solo tiene una estación: la primavera. La Fuente de la Juventud fluye
por sus jardines y todo aquel que beba de ella se vuelve inmortal. Los habitantes, allí, nunca
experimentan la muerte, la noche, no sienten odio, tristeza, ni hambre. Allí siempre hay frutas en los
árboles y cuando se coge una fruta, de inmediato crece una nueva. Es allí donde el ave fénix deambula
por los bosques, viviendo no de alimento, sino del puro aire.
A pesar de la belleza del paraíso, el ave fénix retorna al mundo físico para morir y renacer después de
un largo período de tiempo, que algunos dicen dura quinientos, mil años o incluso más. Al entrar al
mundo físico, el ave fénix vuela en dirección al occidente, hacia Arabia, donde recoge perfumes y
especias de dulce olor. Continúa su vuelo hacia Fenicia, donde crecen palmeras y cedros. En la
palmera más alta construye su nido con fragantes especias. Al amanecer el ave fénix se levanta, vuelve
sus ojos hacia el oriente y canta un himno al sol. El sol detiene su movimiento por el cielo para
escuchar la canción. Luego, cuando sigue su trayecto, del carruaje del dios del sol salen chispas, que
incendian el nido del ave fénix. En medio de las llamas se quema, y de sus cenizas resurge una nueva
ave fénix.
Luego de rendirle homenaje a las cenizas de su progenitor, el joven pájaro comienza su jornada de
regreso al Paraíso, pero no viaja solo, sino que miles de pájaros de todas las variedades garzas reales y
águilas, gorriones y arrendajos, garcetas y martín pescadores siguen al ave fénix. Es una escena digna
de admirar, ver los pájaros volar, juntos amigablemente, sin temor ni desconfianza. El águila vuela con
el zorzal, y el halcón con el gorrión.
***
Hay una gran riqueza de analogías entre la leyenda del ave fénix y el sendero espiritual. Esta noche,
quiero analizar estas analogías y compartir con ustedes, la manera como nosotros también podemos
llegar a ser como un ave fénix, levantarnos de las cenizas de nuestra existencia física y remontarnos al
paraíso de la inmortalidad.
El aspecto de la inmortalidad del alma está consignado en las escrituras de todas las religiones. La idea
de un nuevo fénix que surge del viejo fénix es símbolo de nuestra alma que surge de la muerte del
cuerpo físico y regresa a la vida espiritual. Nosotros pensamos que tan solo somos el cuerpo y la
mente, pero todas las escrituras nos dicen que en realidad somos almas, una gota de Dios, el océano de
conciencia total, como tal, el alma es inmortal.
¿Cómo es que hemos olvidado nuestra verdadera identidad e inmortalidad? Por desgracia, no somos
conscientes de nuestra belleza interna debido a que nuestra atención está dispersa en el mundo. Cuando
nuestra alma se separó de Dios y residió en un cuerpo físico, se identificó con el mundo material. Se
suponía que el alma controlaría la mente y que la mente controlaría los sentidos, pero la situación se ha
invertido: las tentaciones del mundo físico atraen nuestros sentidos, y ellos a su turno llevan la
atención hacia lo externo, así, el alma al identificarse con la mente, se desvía del camino.
Tenemos diez puertas o aberturas en el cuerpo; nueve de ellas nos llevan hacia el mundo. Estas
aberturas son: dos ojos, dos oídos, dos fosas nasales, la boca, y dos aberturas inferiores. También
tenemos una décima puerta o abertura interna, situada entre y detrás de las cejas, conocida como "tisra
til", tercer ojo u ojo único. La Biblia dice: “Si tu ojo fuera único, todo tu cuerpo estaría lleno de luz".
Al concentrar nuestra atención en este tercer ojo u ojo único, podemos ver la Luz interna y escuchar el
Sonido de Dios. Esta Corriente del Sonido, Naam o Verbo, es como un río que fluye de Dios y regresa
a Él. En la medida en que nos absorbemos más en la meditación de la Luz y el Sonido internos, el alma
se eleva por encima de la conciencia del cuerpo y el seguir la Luz y el Sonido, regresa a su fuente. Así
como el ave fénix se eleva por sobre su existencia física para emprender el viaje de regreso a la tierra
de los inmortales, nuestra alma trasciende el cuerpo físico y emprende su viaje eterno de regreso a su
verdadero Hogar.
Con éxtasis y euforia, el alma cruza las estrellas internas, la luna y el sol y encuentra la forma radiante
del Maestro, quien asciende con el alma a los planos espirituales superiores. El alma pasa por los
planos astral, causal y supra causal, que son regiones de belleza y de luz. Cada plano a su turno, es más
etéreo, más hermoso y más lleno de bienaventuranza que el anterior y en la medida en que el alma se
remonta a cada plano, experimenta más y más éxtasis. Por último, el alma regresa a Dios y esta es la
verdadera tierra de la inmortalidad, a la cual se le conoce como Sach Khand o "Maqam-i-Haq", la
región inmortal, que es toda embriaguez, toda bienaventuranza y toda Luz. El alma que llega a este
nivel logra la salvación eterna. §
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