segunda conferencia nacional de jueces

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Escuela de Capacitación Judicial de Río Negro
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CONCLUSIONES
JORNADAS PREPARATORIAS DE LA REGIÒN PATAGONIA
DE LA “SEGUNDA CONFERENCIA NACIONAL DE JUECES”
COMISIÓN 1: GESTION JUDICIAL
Criterios de eficacia e incorporación de herramientas tecnológicas
CONCLUSIONES
Resulta indudable que los avances tecnológicos e informáticos han hecho un gran aporte al mejoramiento
de la gestión judicial. Su arrollador avance ha dejado obsoleto el objetivo de la informática de gestión judicial
como la mera ayuda al despacho a través del procesamiento de textos y consulta de jurisprudencia. Tales
medios constituyen hoy un factor estratégico para la transformación en la administración de justicia.
También se reconoce como factor importante para una buena gestión judicial la participación activa conjunta
y comprometida de los recursos humanos disponibles.
Finalmente se advierte la existencia de otros factores que han desbordado las tradicionales estructuras de
los poderes judiciales, tales como el derecho a la doble instancia, conspirando contra una rápida y
adecuada resolución de los conflictos.
En virtud de tales consideraciones se recomienda:
1) Intensificar al máximo el uso de las herramientas informáticas y tecnológicas (Oficina Judicial, integrada
en redes internas y externas con el resto de la jurisdicción, conectadas a Internet, con posibilidad de tramitar
integralmente la elaboración y recepción de documentos y la producción de información para todos los
actores del sistema judicial con uso de la firma digital, etc.) de los RR.HH., y un adecuado programa de
implantación.
2) Capacitar a los organismos judiciales en técnicas de trabajo en equipos.
3) Reformular las estructuras judiciales en función de las garantías previstas en los tratados y pactos
internacionales.
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COMISIÓN 2: LITIGIOSIDAD CRECIENTE
Mecanismos facilitadores para la resolución alternativa de conflictos
CONCLUSIONES:
Se coincide en que es un fenómeno social observable el de la expansión de la judicialización del
conflicto, muchas veces multiplicado en sí mismo por la recurrencia del justiciable a distintas instancias del
mismo poder judicial, sin que exista una respuesta organizada, al menos debidamente del mismo.
Tampoco existen políticas adecuadas de coordinación interpoderes que limiten la redundancia entre los
mismos, asegurando un canal gradual de atención del conflicto que deje al litigio judicial como último
recurso del sistema.
En ese sentido se propicia que se instauren oficinas centralizadas de atención del justiciable que
permita orientar (al modo de las casas de justicia o juzgados multipuertas, oficinas de orientación, etc.) al
justiciable en la dirección del conflicto.
En ese mismo sentido se propicia la instauración de un sistema de Medios Alternativos de Resolución
de Conflictos en el que por una variedad de ellos (conciliación, mediación, negociación, facilitación, etc.) se
pueda arribar al ideal de una justicia restaurativa.
También se propicia que se desarrolle una campaña de educación para el conflicto, que tanto coopere
para la prevención del mismo, como para orientar al justiciable hacia la agencia pública o no gubernamental
más apta (lo que se coordina con la creación de aquellas oficinas centralizadas que se recomiendan más
arriba).
Del mismo modo se propone que se reanalicen los estándares de calidad de la gestión judicial, en los
que el tiempo dedicado por los funcionarios judiciales a los métodos alternativos de resolución de conflictos
sea valorados positivamente, a la par de los actos jurisdiccionales típicos.
Se advierte cierta falta de legitimidad social de la mediación penal, para lo que se requiere también un
debate interno y un esfuerzo comunicacional enderezado a hacer comprender su naturaleza y a hacer
proclive a la misma a los requirentes del sistema en su conjunto. Se trata de transformar la misma
educación de la abogacía típicamente formadas para el tipo adversarial de resolución de conflictos. Se
advierte en los mismos estamentos del sistema judicial las resistencias culturales propias de esa formación.
En este sentido consideramos que debe profundizarse la expansión de los sistemas que recogen los
MARC, sea en el campo de la mediación comunitaria, escolar o prejudicial.
Ello, en primer lugar, porque entendemos que la mediación importa un método para desarrollar una
comunidad democrática, basada en la tolerancia de la diversidad, que parta del reconocimiento del otro
como sustento de toda relación y porque ofrece un camino hacia la paz, en todos los niveles o
manifestaciones, de la comunidad local, regional y global.
Aparece como recomendable la experiencia que en algunas provincias patagónicas como Río Negro y
Neuquén se ha desarrollado en el campo de la mediación prejudicial en el área de los conflictos civiles,
patrimoniales o extrapatrimoniales, como en los de familia, así como en el área de la mediación penal
juvenil, permiten asegurar que la instauración de la mediación previa al trámite judicial como obligatoria,
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tiene un triple efecto positivo: por un lado permite el desarrollo del sistema de la mediación a niveles
estadísticos sumamente relevantes frente a la experiencia comparada nacional e internacional; por otro
difunde la filosofía de la resolución pacífica de conflictos en la generalidad de la población aún a despecho
del resultado concreto de cada mediación particular y por último produce una sensible descompresión del
número de causas en los órganos judiciales del sistema adversarial tradicional.
Asimismo se propicia profundizar los pasos dados en el campo de la mediación educacional, como
herramienta para erradicar la violencia de las instituciones escolares, que profundicen los MARC como
modalidad de abordaje de los conflictos en todos los niveles del sistema educativo, tanto fuere entre
miembros de la comunidad educativa – en cualquiera de sus roles – como de miembros de ésta con la
comunidad local.
También se alienta que los incipientes pasos en el campo de la mediación vecinal sean extendidos y
alentados desde instituciones oficiales como por ejemplo los institutos provinciales de promoción y
planificación de la vivienda, comunes receptores de este tipo de conflictos.
También se advierte la necesidad de establecer estándares de calidad que prevean el seguimiento del
conflicto, que atiendan sus niveles de recurrencia y permitan medir el éxito de la intervención y los
necesarios ajustes del entero sistema.
Se recomienda reiterar este tipo de jornadas y construir un banco de buenas prácticas de resolución de
conflictos que permitan socializar las diversas experiencias que se realizan en cada jurisdicción u órgano del
sistema.
Se concluye que es necesaria una política de estado que recoja estos cambios, en incluso introduzca
estos principios políticos en los respectivos textos constitucionales
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COMISIÓN 3: INDEPENDENCIA JUDICIAL
CONCLUSIONES
Estatus del juez y relación con otros poderes.-
•
Los jueces deben decidir los conflictos teniendo en cuenta que todos los ciudadanos, cualquiera sea
su origen, su credo, sus ideas políticas o riqueza o su pobreza, son iguales ante la ley. Por ello
deben actuar de manera que la sociedad perciba claramente que son independientes de toda
influencia política, económica o social o mediática.
•
Los jueces integran un Poder del Estado cuya finalidad es la defensa de la Constitución Nacional,
controlando que los demás poderes se ajusten a ella, tutelando las instituciones y defendiendo los
derechos individuales de los ciudadanos. Por esta razón es imprescindible fortalecer el Poder
Judicial para que pueda cumplir esa función tan importante en la sociedad
•
Las garantías que aseguran la independencia del juez no son un privilegio ni un beneficio de
carácter personal o patrimonial de los magistrados, sino el resguardo del equilibrio tripartito de los
poderes del estado. Su respeto es fundamental para la independencia del Poder Judicial
•
Quienes han sido encomendados por el pueblo para ocuparse de la gestión de los otros poderes del
Estado, deben realizar una lectura madura de la Constitución que los obliga a proteger las
instituciones, con el beneficio consiguiente para la totalidad de los ciudadanos que habitan este
país.
•
La inamovilidad en los cargos es esencial para que el Juez pueda decidir sin temores a ser
removido. Por ello, todo pedido de enjuiciamiento debe ser fundado y analizado con la mayor
seriedad y rápidamente desechado cuando no reúne esos mínimos requisitos. La amenaza de
destitución por cualquier medio directo o indirecto, frente a sentencias que no conforman a un
determinado grupo, constituyen una afectación de esa garantía
y una seria lesión a la
independencia del Poder Judicial. El poder de enjuiciamiento o el disciplinario no tienen
competencia alguna para revisar el contenido de la sentencia de los jueces
•
Los jueces deben tener la seguridad que estarán en sus cargos mientras dure su buena conducta a
fin de ser independiente de quien los designó. No se respeta esta garantía cuando se establece un
plazo determinado, pretendiendo introducir una dependencia respecto de quien debe renovar el
mandato. También se afecta la garantía si se valoriza desigualmente la tarea de los jueces o si no
se les reconoce un mínimo indispensable para su desempeño independiente.
•
Los jueces deben tener en cuenta las consecuencias de sus decisiones, prestando particular
atención a las demandas que la población tiene respecto de la justicia, y la división de poderes. No
obstante, la decisión judicial no puede basarse en los deseos circunstanciales de la opinión
publicada, ya que debe respetar el debido proceso y aplicar la ley. La independencia judicial
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también se ve afectada cuando se pretende lograr una determinada decisión mediante la presión
pública o el desprestigio del magistrado. Los desacuerdos pueden ser atendidos y los equívocos
corregidos por la vía de los recursos judiciales, pero nadie puede tener el poder de influir sobre los
jueces por vías que no sean las que el derecho permite.
•
El justo reclamo de acceso a la justicia y de una decisión rápida, requiere del dictado de
legislaciones adecuadas por parte de los poderes legislativos y de inversiones en personal y
tecnología por parte de los poderes ejecutivos. Por ello es necesaria la definición de políticas de
estado respecto del Poder Judicial que, basándose en el consenso, sean respetadas en todo el país
para que la población reciba el servicio que merece.
•
IMPLEMENTACIÒN:
Se promueve la creación de una Comisión Permanente de Protección de la Independencia Judicial,
con representantes del Poder Judicial y con el objeto de: *Coordinar la defensa de la independencia
judicial en el Poder Judicial de la Nación y de las Provincias
*Establecer un sistema para hacer conocer al Poder Legislativo Nacional y en las Provincias, las
propuestas de reformas legislativas en el Poder Judicial
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