Contextualizacion Hume simple

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Contextualización David Hume
1. El texto en la obra.
El texto pertenece al capítulo 2 de la obra Investigación sobre el conocimiento humano de D. Hume (17111776) y fue publicada en 1748.
El objetivo de esta obra era resumir y superar las limitaciones de la primera parte de su obra Tratado de la
naturaleza humana (1738), su obra filosófica más importante, donde se desarrollaban los asuntos relativos al
entendimiento. Para conseguir una mayor facilidad de lectura y aceptación del gran público, simplificó
algunos argumentos y eliminó otros.
Aproximación al Tratado de la naturaleza humana.
En la Introducción al “Tratado de la Naturaleza Humana”, …
1. Hume presenta un diagnóstico pesimista de la situación de la filosofía: ha caído en el descrédito porque
los filósofos aceptan principios sin demostrarlos adecuadamente y argumentaciones erróneas.
2. Pero tampoco está satisfecho de la ciencia de la época: “No hay nada que no esté sujeto a discusión".
Hume pretende construir una nueva teoría filosófica que fundamente tanto a la filosofía como a las ciencias.
¿De qué temas se ocupa en el Tratado?
1. El libro 1º del Tratado de la naturaleza humana, se titula DEL ENTENDIMIENTO,
2. el libro 2º se titula DE LAS PASIONES
3. y el libro 3º se titula DE LA MORAL. La Investigación sobre los principios de la moral (1751) es una
reelaboración de la tercera parte del Tratado.
¿Por qué tiene ese título esta obra?
Todas las actividades humanas remiten directa o indirectamente al ser humano, …
1. algunas porque se refieren a su conducta o a sus gustos, como la ética y la estética;
2. otras porque estudian los principios y operaciones de su pensamiento, como la lógica;
3. y otras porque se basan en el uso de sus facultades cognoscitivas, como la matemática y la física.
La filosofía debe tener como objetivo el estudio de la naturaleza humana. Es fundamental desarrollar una
ciencia del hombre.
Su idea es aplicar del método experimental, que tanto éxito ha tenido en la ciencia newtoniana. El método
experimental se basa en el experimento y la observación. Se debe comenzar por una rigurosa investigación
…
1. de los procesos psicológicos humanos
2. y de su comportamiento moral.
La conclusión del Tratado es completamente pesimista, Hume se siente al borde del escepticismo total.
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Contextualización David Hume
De ahí que los objetivos de la Investigación sobre el conocimiento humano estén dirigidos a fijar los límites
del conocimiento humano.
En esta obra a la que pertenece nuestro texto, Hume expone de manera clara y coherente sus ideas
epistemológicas más importantes, así como los argumentos que conducen a ellas
Los dos principios fundamentales expuestos son éstos:
1) Todas nuestras representaciones se fundamentan en la experiencia. En ella tienen su origen.
2) Las cuestiones de hecho no se pueden reducir a relaciones de ideas.
El capítulo 2 lleva por título " sobre el origen de las ideas" y establece la diferencia entre impresiones e ideas
y que éstas se fundan en aquellas.
En otros capítulos se ocupa de las distintas clases de filosofía, de la probabilidad, de la conexión necesaria,
de la libertad y la necesidad, de los milagros y del concepto de filosofía escéptica, entre otros temas.
2. La obra en el conjunto de la obra.
Además de ocuparse de las cuestiones epistemológicas, Hume se ha ocupado de cuestiones morales,
estéticas, políticas y religiosas.
1. En cuanto a las cuestiones morales se ocupa de las mismas
en la segunda parte del Tratado de la naturaleza humana,
en los Ensayos morales y políticos (1742)
en la Investigación sobre los principios de la moral (1752).
La conclusión a la que llega Hume es ésta: los juicios morales no se fundamentan en la razón, pues no se
fundamentan ni en un conocimiento de relaciones entre ideas ni en un conocimiento de hechos, sino en el
sentimiento de aprobación o desaprobación con respecto a ciertas acciones y el modo de ser de ciertos
hombres. Estos sentimientos, y no ningún juicio racional, son los que nos impulsan a obrar de una manera u
otra. Esta teoría se conoce como emotivismo moral.
2. En cuanto a la cuestión estética Hume se ocupó de ella en una de las cuatro disertaciones titulada Del
criterio del gusto (1757).
Según Hume la belleza tiene un carácter subjetivo que depende del gusto, pero esto no significa que no haya
un criterio para éste que debemos buscar en la observación de los sentimientos humanos. Así nos
percatamos de que lo bello y lo bueno están relacionados entre sí y tienen que ver con lo socialmente útil y
satisfactorio; por ejemplo, la belleza de un campo de trigo reside en su fertilidad que produce satisfacción a
su propietario y a quienes se benefician de él.
Las otras tres disertaciones son ...
La historia natural de la religión
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De la tragedia
De las pasiones.
3. En lo referente a la política, Hume defendió en los Ensayos morales y políticos el deber de obediencia de
los ciudadanos.
En efecto, sin ese deber de obediencia no sería posible la sociedad, pues ésta no puede darse sin autoridad y
ésta, a su vez, sin obediencia. No obstante, hay excepciones a esa obediencia que proceden de los derechos
de la verdad y la libertad ofendida.
4. En lo tocante a la religión se ocupó de ella en los Diálogos sobre religión natural (póstumos 1779) y en la
Historia natural de la religión (1757).
A juicio de Hume, no hay demostración posible de la existencia de Dios. Las ideas religiosas surgen de las
esperanzas y temores de los hombres. Al encontrarse siempre entre la vida y la muerte, la salud y la
enfermedad, la abundancia y la privación, el hombre atribuye a causas secretas sus bienes y males.
Por último, es de mencionar su Historia de Inglaterra.
3. La filosofía de Hume en la historia de la filosofía.
1. Corriente filosófica: el EMPIRISMO
El empirismo (siglos XVII y XVIII) es la corriente filosófica dentro de la cual se sitúa el pensamiento de
Hume y constituye una reacción contra el racionalismo. Los filósofos empiristas más significativos aparte de
Hume son Locke (1632-1704) y Berkeley (1685-1753).
El empirismo se caracteriza por su rechazo radical del innatismo
Según los empiristas, no existen ideas ni principios innatos al entendimiento. Con anterioridad a la
experiencia, nuestro entendimiento es como una página en blanco en la que nada hay escrito. Podemos,
pues, definir el empirismo como la teoría que niega la existencia de conocimientos innatos y afirma que todo
nuestro conocimiento procede de la experiencia. La experiencia es, así las cosas, fuente y límite del
conocimiento
De esta tesis deduce la limitación de nuestro conocimiento: puesto que procede de la experiencia, nuestro
conocimiento no puede ir más allá de la experiencia.
Esta limitación es doble, por lo demás:
en cuanto a su extensión (el entendimiento no puede ir más allá de lo que permita conocer nuestra
experiencia)
y en cuanto a su certeza (sólo podemos estar ciertos acerca de lo que se encuentra dentro de los límites de la
experiencia).
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Frente al optimismo racionalista, el empirismo considera que el conocimiento humano es limitado. La razón
es la única guía del ser humano y debe tener una finalidad práctica. Al considerar imposible la metafísica,
los empiristas se dedican a cuestiones políticas, morales, religiosas, pedagógicas... Por primera vez surge
una razón crítica que examina sus propios límites y posibilidades.
El racionalismo consideraba que con el método adecuado se puede llegar a conocerlo todo,
Los empiristas, por el contrario, consideran que no podemos ir más allá de la experiencia, este es su límite.
Puesto que todas nuestras ideas, hasta las más complejas y abstractas,proceden de la experiencia, un asunto
filosófico primordial para el empirismo será el estudio de su génesis; es decir, cómo nuestras ideas se
originan a partir de la experiencia.
El método al que recurrieron para ello los filósofos empiristas es analítico:
consiste en tomar nuestras ideas más complejas y descomponerlas, hasta encontrar las ideas simples de que
proceden para, a su vez, tomar las ideas simples y estudiar cómo se combinan y asocian formando ideas
complejas.
Se trata, en definitiva, de estudiar los mecanismos psicológicos de asociación y combinación de las ideas.
El problema epistemológico fundamental para el empirismo...
no es como para el racionalismo el de encontrar el método lógico deductivo,
sino el método genético psicológico que consiste en averiguar la génesis del conocimiento.
Como puede apreciarse ya por su planteamiento, el análisis que hacen los empiristas es de tipo psicológico.
Este modo empirista de plantear el problema del conocimiento suele denominarse psicologismo. Por
psicologismo se entiende aquella doctrina según la cual el valor de los conocimientos depende de su génesis,
estudiada desde el punto de vista de los procesos psíquicos de la mente humana.
Como psicologista hay que considerar al empirista inglés Hume, que pretende reducir casi todo a Psicología,
más aún, a mera Psicología empírica, de forma que la única realidad admisible para él es la sensible,
reduciendo también todo conocimiento al mero conocimiento sensible; en esa línea se había movido ya
Locke. Así se pretende reducir a «Psicología sensitiva» no sólo la Lógica y la Teoría del conocimiento, sino
la misma Metafísica y la Ética
Por último decir que en cuanto recurre a la experiencia como criterio, el empirismo llevó a cabo una
contundente crítica de las doctrinas metafísicas; particularmente, de las racionalistas. La crítica a la
metafísica se radicalizó en Hume, hasta llegar a una posición escéptica: solamente conocemos nuestras
propias percepciones, nuestro conocimiento no puede ir más allá de lo dado por los sentidos.
Se llama fenomenismo a la teoría del conocimiento que reduce la realidad a fenómenos (lo que se me
aparece) o impresiones. No podemos hablar de sustancia o realidad alguna: sólo de apariencias sensibles. El
punto de vista fenomenista es tan contrario al sentido común que ningún empirista lo aceptó de modo pleno
y consciente. Hume fue el que llevó hasta el final este principio empirista, y consideró que la posición
fenomenista era la más coherente y verdadera si se asume el punto de vista filosófico. Pero la filosofía es
una actividad meramente intelectual, no sirve para la dirección de nuestra vida ni modifica radicalmente
nuestras creencias básicas, como la de la existencia de un realidad exterior.
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Locke lo negó al creer que son válidos los argumentos causales para remontarnos a las cosas exteriores a
nuestras propias percepciones.
Berkeley lo aceptó en relación a los objetos físicos, pero consideró que hay substancias distintas a nuestras
propias percepciones y en las que creyó: las substancias espirituales.
2. Por lo que toca a los antecedentes de la filosofía empirista,
1º. En el siglo XIII, en plena Edad Media, encontramos ya claras manifestaciones de esta actitud empirista
en el franciscano Roger Bacon (1212-1294), que fue profesor en la Universidad de Oxford.
R. Bacon manifiesta una resuelta libertad intelectual, poco frecuente en su época, por la que fue perseguido
y encarcelado. Comienza por no dar demasiado valor a los argumentos de autoridad.
En el campo del conocer distingue dos fuentes principales, la demostración racional y la experiencia. Ahora
bien, afirma que la demostración racional no proporciona realmente certeza. Muchos se sirven de ella, pero
lo hacen para justificar las cosas que ya saben o en las que creen. La verdadera fuente de conocimiento es la
experiencia, el conocimiento inmediato, que pone las cosas ante nosotros. Por ella se alcanza una intuición o visión directa- de la verdad.
Consecuente con estos planteamientos realizó diversos estudios experimentales. Se interesó por la caída de
los graves y fabricó lentes, con ayuda de las cuales estudió las propiedades de los rayos solares. Todo ello le
valió, sin embargo, ser acusado de hechicero por sus propios hermanos de Orden.
2º. Esta misma preocupación empirista se manifiesta poderosamente en otro pensador inglés, apenas unos
decenios después, Guillermo de Ockham (1294 1349), que se formó y enseñó igualmente en Oxford.
Como Roger Bacon, parte de una profunda convicción de la libertad humana.
Su talante empírico le conduce a no aceptar la gran pretensión de toda la filosofía escolástica: la posibilidad
de conciliar la verdad revelada y la filosofía.
Piensa que el método que se debe seguir para conocer ha de apoyarse en la experiencia, puesto que sólo la
experiencia proporciona un conocimiento intuitivo -directo- que dice con evidencia si las cosas existen o no,
y las relaciones que mantienen entre ellas.
Defiende igualmente la inducción como elemento de ese método, puesto que es la operación por la que de lo
particular se pasa a lo general. Sobre esta base, Ockham construye su propia lógica. Con estos
planteamientos desmonta el complicado edificio de entidades abstractas de la filosofía escolástica.
Su valoración de la experiencia le lleva al estudio de la naturaleza.
Establece el principio de economía del pensamiento -la famosa navaja de Ockham-, que afirma que "no hay
que multiplicar los seres sin necesidad", o sea, que entre dos explicaciones hay que aceptar siempre la más
sencilla.
3º. Dos siglos más tarde encontramos una nueva y destacada manifestación de esta actitud empirista en
Francis Bacon (1561-1626).
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Ya en pleno Renacimiento ve con claridad el poder que la ciencia y la técnica pueden ejercer sobre la
naturaleza, y espera de ellas una completa transformación de la vida humana. Así lo pinta en la novela
utópica La nueva Atlántida. Se trata de una utopía futurista situada en una isla y gobernada por un consejo
de científicos llamado La casa de Salomón, una institución consagrada al estudio de la naturaleza. Bacon
menciona futuros inventos como el pronóstico del tiempo, la previsión de las enfermedades, el microscopio,
y hasta el submarino y el avión. Estas previsiones han hecho que algún autor haya calificado a Bacon de
"profeta de la revolución industrial."
Para Bacon la fuente principal del conocimiento es, como para todo el empirismo, la experiencia. Pero esta
experiencia no es ya una experiencia pasiva, puramente receptiva. La naturaleza no es para él, como para el
científico teórico, objeto de pura consideración, sino material que ofrece resistencia y que hay, por tanto, que
dominar. El saber es, más bien, una actividad práctica por medio de la cual se dominan las cosas. El método
para conseguido es la experimentación, una especie de "tortura" a que es preciso someter a la naturaleza para
que desvele sus secretos.
La rígida actitud empirista de Bacon se manifiesta en su prevención contra los prejuicios o "idola", ideas
que, en su opinión, deforman el conocimiento y que divide en cuatro grupos:
a) Idola tribus, comunes a todos los hombres y provenientes de la propia naturaleza humana. Uno de ellos es
el antropomorfismo por el que concebimos las cosas a nuestra manera.
b) Idola specus -de la caverna-, son propios de cada individuo y proceden de la educación, costumbres, etc...
e) Idola fori, proceden del lenguaje y de las palabras.
d) Idola theatri, proceden de los sistemas filosóficos del pasado.
De todos modos, la simple experiencia no basta ya para construir la ciencia y la técnica. La experiencia al
azar no da un verdadero saber, es preciso dirigirla adecuadamente. El procedimiento que Bacon propone
para ello es la inducción. Una inducción llevada con rigor que atiende no sólo los casos en los que aparece el
fenómeno, sino también aquellos otros en los que no aparece y las variaciones que sufre el fenómeno. La
inducción recoge los datos de la experiencia en tres tablas:
a) tabla de presencia, que recoge los casos en los que aparece un mismo hecho o fenómeno;
b) tabla de ausencia, que recoge los casos en los que no se da ese fenómeno;
c) tabla de grados, que recoge los casos en los que el fenómeno aparece en distintos grados, mayores o
menores
Con el material recogido por medio de estas tablas se elabora una primera hipótesis de trabajo que se tratará
de comprobar mediante experimentos.
De todas maneras, estas hipótesis no son creación del entendimiento como en Galileo y en las ciencias
físico-matemáticas modernas, sino puras generalizaciones, en línea con los planteamientos empiristas de
Bacon.
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3. Influencias posteriores
1º. Immanuel Kant
La lectura de Hume despertó a Kant de su sueño dogmático (racionalista). Kant hace una síntesis del
empirismo de Hume y el racionalismo de Descartes.
Le da la razón a Hume al señalar que todo comienza por los sentidos;
pero también admite, al igual que Descartes, que no todo lo que hay en el conocimiento procede de la
experiencia.
Esta síntesis kantiana conocida como criticismo afirma que el conocimiento se basa en una mezcla de la
experiencia, lo que él llama “a posteriori” y de lo que procede del sujeto, lo “a priori”.
Por otra parte, Kant no puede aceptar los planteamientos escépticos humeanos o que las leyes físicas sean
leyes probables (no necesarias).
2º. Positivismo lógico
En el siglo XX los positivistas lógicos pretendieron elevar a la sociedad al nivel que había alcanzado la
ciencia. El progreso humano debía alcanzar a la moralidad, las creencias religiosas, la sociedad y la política.
Para ello debía extenderse el método científico a todos los ámbitos del conocimiento y la acción humana.
Consideraron a la metafísica como el principal obstáculo a superar. Consideraban metafísico a todo
enunciado que se refiriera a cuestiones situadas más allá de lo empíricamente comprobable, más allá de la
investigación científica. Pensaban que las ideologías intransigentes y totalitarias, las morales y religiones
represoras, las políticas belicistas, el racismo, y en general todas las actitudes irracionales que desgarraban
en ese momento el mundo, se apoyaban en ideas acientíficas, es decir en enunciados metafísicos.
Era necesario encontrar un método (verificacionismo) para descubrir y denunciar toda teoría no científica
que tuviera la pretensión de tener tanto valor cognitivo como la ciencia. Se identificaban con el proyecto
filosófico de Hume con la ventaja que les proporcionaba el avance científico del siglo XIX y XX, en
especial la lógica matemática o simbólica.
Su planteamiento no era demostrar que los problemas metafísicos son insolubles, empíricamente
incomprobables y por tanto sin credibilidad científica. Los problemas metafísicos en realidad no existen, son
falsos problemas o pseudoproblemas que surgen de un uso incorrecto del lenguaje (Wittgenstein) Más allá
de los límites de la experiencia posible, de lo asequible científicamente, no existen respuestas porque no
existe problema alguno.
4. El texto en su época.
1. El siglo XVIII es el siglo de la Ilustración, el llamado siglo de las "Luces", y en él comienza a formarse
un nuevo modelo del mundo del que, en parte al menos, todavía seguimos viviendo en la actualidad.
Característica del siglo XVIII
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En este siglo, la población europea aumenta con rapidez gracias a la disminución de los conflictos bélicos, y
gracias también a unos recursos naturales y técnicos más numerosos y eficaces.
El comercio, incluido el internacional y el colonial, se desarrolla ampliamente,
La burguesía irrumpe en la vida social con una fuerza y un vigor que le van a llevar a desplazar a la
aristocracia tanto de las posiciones sociales y culturales de privilegio como del poder político que había
poseído hasta esta época.
El hombre burgués es muy distinto del aristócrata. Mientras que éste último vive ociosamente y de sus
rentas, el burgués es un hombre activo, práctico, y se siente útil y orgulloso de serlo. Desconfía de lo que
está más allá de sus posibilidades, de lo transcendente, y confía sólo en sus fuerzas, aunque sabe que éstas
son limitadas. Los objetivos que se marca en la vida son objetivos accesibles en los que no hay nada de
exceso, pero tampoco de renuncia. Por eso, el mayor protagonismo de la burguesía en este siglo va a
suponer en toda Europa, y ya desde las primeras décadas del siglo, una nueva forma de ver y sentir la
realidad, y va a provocar la aparición de un movimiento intelectual, la Ilustración, que transforma
radicalmente el panorama existente.
2. La Ilustración tiene origen en Inglaterra -que disfruta desde 1698 de un régimen político liberal y de una
libertad de pensamiento y de expresión superior a la de los demás países europeos-, pero el espíritu de la
Ilustración se extiende rápidamente por todo el continente y, sobre todo, por Francia, que se convierte en el
baluarte de las nuevas ideas.
3. Las ideas ilustradas suponen ante todo, y sobre todo, una reivindicación de la razón del hombre y de todo
lo humano. Bacon, uno de los autores más admirados por los Ilustrados, había hablado del "advenimiento
del reino del hombre", y ésta es también la meta de los ilustrados, que aspiran a configurar un mundo
iluminado por la presencia del hombre.
4. Frente al mundo anterior, en que el hombre se encontraba subordinado al poder político de los regímenes
absolutistas y al poder intelectual y religioso de unas iglesias aliadas con el poder político, los ilustrados que pertenecen en su mayor parte a la burguesía- van a proclamar que no existe otra ley que la del
pensamiento. El siglo de las luces se caracteriza por la conciencia de que la razón y la ciencia iluminan por
fin al hombre
Diderot -hijo de un modesto artesano, y alma de la Enciclopedia de la que redacta los artículos técnicosacuña la metáfora de la luz que dará nombre al siglo: imagina la razón disipando las tinieblas de la
ignorancia y la superstición y dando origen a un mundo más instruido y, por ello, más virtuoso y feliz.
Kant, por su parte, verá en el derecho a pensar por uno mismo la esencia de la Ilustración.
Kant dice que la Ilustración intenta liberar al hombre de su “culpable incapacidad”: incapacidad por no ser
capaz de darse a sí mismo sus propias leyes y normas de conducta, y culpable porque este defecto no se basa
en una dificultad que dependa de la naturaleza, como ocurre en el caso de los niños, sino del temor, la
cobardía y la falta de decisión.
La naturaleza ha dado a todo hombre el instrumento adecuado para que sea dueño de sí mismo y no necesite
el control o la tutoría de nadie: la razón. La Ilustración es el paso a la mayoría de edad y se resume en el
lema “atrévete a pensar”. Atreverse a pensar sobre la base de la experiencia y de la propia razón.
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5. Bajo la divisa de la razón, los ilustrados -los "filósofos", como ellos mismos se autodenominaban- a tratar
de construir un mundo en el que triunfe la libertad de pensamiento y de conciencia, convencidos de que,
únicamente de esta manera, el hombre podrá vivir con dignidad y aparecerán en su horizonte la justicia y la
felicidad. No son pensadores solitarios preocupados por los grandes problemas metafísicos, ni están
interesados en construir grandes sistemas conceptuales, sino más bien asistemáticos, divulgadores,
interesados más por cambiar la vida que por reflexionar sobre ella. Se convierten en los invitados
imprescindibles de cualquier casa o fiesta que se precie y extienden por la sociedad entera la pasión por el
debate y por el conocimiento, aunque sea somero, de las ciencias y de la filosofía.
6. Otros rasgos de la ilustración
El ilustrado pertenece a la élite intelectual.
Para que la sociedad mejore, la cultura debe llegar a todos.
Se cuestiona la autoridad tanto la política como la académica.
La miseria y la opresión nacen de la ignorancia y la superstición.
Tienen una gran confianza en el progreso de la humanidad. Por eso se interesan por la pedagogía.
Pese a ello su penetración en las clases populares fue escasa. La penetración en la burguesía, la aristocracia,
incluidos los monarcas, y parte del clero, fue extraordinaria.
2. La ciencia, sobre todo la ciencia natural, la de Newton -que alcanza un prestigio inusitado en la época-,
pasa a ser el modelo y el prototipo del saber, puesto que es ella la que permite describir el universo y hacer
posible su dominio.
3. En cuanto a la filosofía, son los pensadores ingleses, especialmente Bacon y Locke, los que influyen más
en la formación de los intelectuales ilustrados.
4. En el terreno religioso
Se ha presentado muchas veces a los ilustrados como antirreligiosos y ateos, y aunque es cierto que algunos
de ellos -en concreto, los materialistas- tienen posiciones negadoras de la existencia de Dios, la mayoría más
que ateos son antieclesiásticos.
Pretenden luchar contra todo tipo de prejuicio y tratan de hacer de la religión algo más amable y más
humano, donde no existan las imposiciones, los dogmas, los fanatismos, ni los procesos inquisitoriales o las
guerras de religión. Para ello, intentan liberarla de la artificiosidad que, en su opinión, adquiere en las
distintas iglesias oficiales. De ahí su defensa de la tolerancia.
El Dios de los ilustrados -su concepción de Dios recibe el nombre de deísmo- es un Dios compatible con un
hombre que piensa libremente; es un Dios que no impone dogmas, ni normas de comportamiento, y que deja
el mundo en manos de los hombres para que éstos lo organicen a su manera.
5. En lo que se refiere al pensamiento político el proceso de secularización que separa en la época moderna
la vida civil de la religiosa, alcanza también a la organización de la sociedad y de la vida política, dando
lugar a las llamadas teorías del contrato que se plantean en la modernidad desde los tres supuestos
siguientes:
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a)Supuesto político: negación de la concepción teocrática del poder según la cual el soberano recibe el poder
directamente de Dios.
b)Supuesto jurídico: el derecho natural no depende ni se recibe de Dios, sino que es propio de la naturaleza
racional del ser humano y es dictado por la razón.
c) Supuesto metodológico: para comprender el Estado moderno en su origen y fines, se parte del concepto
de estado de naturaleza como categoría sociopolítica. El estado de naturaleza, como señaló Rousseau, es “un
estado que no existe, y que acaso no ha existido nunca y probablemente no existirá jamás, y del que, sin
embargo, es necesario tener conceptos adecuados para juzgar con justeza nuestro estado presente”.
A partir de los supuestos señalados, el pensamiento moderno ha elaborado, fundamentalmente, tres modelos
distintos de contrato:
El contrato como sumisión (Hobbes, 1588-1679): en el estado de naturaleza los hombres se encuentran en
una situación de guerra de todos contra todos. Para superar esta situación de guerra e inseguridad se instituye
el Estado mediante un contrato de sumisión en virtud del cual los individuos se someten al poder absoluto
del Estado. Los hombres pasan a ser meramente súbditos en relación con el poder soberano y con quien lo
ejerce.
El contrato liberal (Locke, 1632-1704): al contrario que en el modelo anterior, el contrato o pacto por el que
se constituye el Estado no es de enajenación de derechos ni de sometimiento a un poder absoluto; por eso el
Estado resultante del contrato es un Estado liberal: un Estado bajo cuyo poder el individuo queda obligado
con respecto a las resoluciones y los acuerdos de la mayoría, pero ante el cual los individuos, ahora
ciudadanos, pueden también reivindicar sus derechos, que son inalienables y no han sido enajenados.
Pero en consonancia con el espíritu de la ilustración es de destacar la teoría del contrato social de Rousseau
(1712-1778): el objetivo teórico de Rousseau es encontrar una forma de asociación "por la que cada uno,
uniéndose a todos, no obedezca, sin embargo, más que a sí mismo y permanezca tan libre como antes.
Mediante el contrato social se renuncia a aquello que pertenece al hombre natural, pero no en favor de una
voluntad individual, sino en favor de toda la comunidad. De este modo se constituye la voluntad general,
sometiéndose a la cual cada uno se obedece realmente a sí mismo".
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