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Flumen 1(1):38-51 (2005)
Revista de la Universidad Católica Santo Toribo de Mogrovejo
Chiclayo, Perú
Explicación de la violencia actual:
Reflexión moral sobre la situación presente
Explanation about prevailing violence:
A moral reflection on present situation
Eutiquiano Saldón Valiente
Resumen
El clima de violencia creciente que azota al mundo tiene sus raíces en la cultura moderna. A partir
de Descartes la filosofía tomó un giro subjetivista que se afianza con Kant y Hegel. El hombre ya
no dependería de las cosas en su conocimiento, sino al contrario, la realidad sería producto del
pensamiento. En las valoraciones morales se sustituye la ontología por la sociología. Aristóteles
es reemplazado por Kant como rector del quehacer filosófico. En ese clima de pensamiento y
cultura tiene gran influencia la disociación que se produce entre el entendimiento y la voluntad.
No se ve la diferencia que hay entre lo bueno y lo malo. Las decisiones ya no serán iluminadas por
la razón sino que la fuerza de la voluntad será autónoma. No será la verdad la que oriente a la
libertad.
Los medios de comunicación social tienen también una grave responsabilidad no sólo por
divulgar la violencia, sino por alimentar sus programas de una “cultura de muerte”. La situación no
es irreversible, puesto que las tendencias últimas entre los pensadores van aportando un alza en
la cotización de Aristóteles y una baja en la de Kant.
Más atención al Magisterio de la Iglesia acelerará la solución a este gravísimo problema.
Palabras clave: Violencia, cultura, voluntarismo, verdad objetiva
Abstract
The atmosphere of growing violence affecting the world has its roots in modern culture. From
Descartes on, philosophy took a subjectivist shift reinforced by Kant and Hegel. Man would no
more depend upon things in his knowledge, but oppositely, reality would be a product of thought.
In moral valuations, ontology is substituted by sociology. Aristotle is replaced by Kant as the
leader of the philosophical task. In that atmosphere of thought and culture, the dissociation
between understanding and will has a great influence. The difference between right and wrong is
not perceived. Decisions will no more be illuminated by the reason, but the strength of will shall
become autonomous. Freedom will not be oriented by the truth.
Mass media also have a great responsibility not only for reporting violence, but because they
foster their programs with a “culture of death”. The situation is not irreversible, since the new
trends among thinkers contribute to raise Aristotle's value and reduce Kant's.
More attention to the Church ministry will accelerate the solution to this very serious problem.
Key words: Violence, culture, voluntarism, objective truth
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo,
[email protected]
Presentado 22 agosto 2004 - Aceptado 18 noviembre 2004
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Explicación de la violencia actual
Introducción
El aumento de la violencia en el mundo está
preocupando seriamente a muchas personas. Ciudadanos corrientes y autoridades
quieren controlar, y quisieran -con más
razón- que desaparezca esta creciente y
general amenaza. Nadie se siente seguro.
Pero pocos se preguntan ¿cómo se ha
originado y propagado tan rápidamente? Y
¿cómo es posible su desaparición?.
Voy a intentar dar una explicación de este
fenómeno masivo y universal, y a presentar
mi escepticismo acerca de los métodos con
los que se pretende combatir. Se puede
aplicar también en este terreno el principio
que descubrió Pasteur para la biología: no
existe la generación espontánea. Toda
célula viva procede de otra célula viva.
Durante siglos se había hablado en el lenguaje popular y hasta en el científico y filosófico de “generación espontánea”. Este
científico francés no estaba satisfecho con
la opinión generalizada y comenzó unos
experimentos con medios muy rudimentarios, pero muy eficaces, y llegó a la conclusión axiomática que nadie ha podido refutar. Pues me parece que es aplicable
también a nuestro terreno sobre la violencia
-aunque en analogía- que todo esto es sólo
una consecuencia. Es lo que voy a intentar
desarrollar en las páginas siguientes. Al
mismo tiempo espero dejar claro que si no
se va al fondo, no es posible el éxito en este
flagelo de principios del siglo XXI.
Primera Parte
Los cambios con el fenómeno del Niño
Los que vivimos en la costa peruana estamos acostumbrados a contemplar el
desierto y los cerros sin vegetación. Parece
imposible que ese paisaje pueda cambiar
en poco tiempo. En un viaje que hice a la
sierra en la época de lluvias en nuestras
costas, me sorprendió gratamente a la vista
el cambio ocurrido en el paisaje. El color
pardo duro y desagradable de los arenales
y las crestas montañosas peladas, habían
sido sustituidos rápidamente por el verde
gratificante y mucho más atractivo. La
explicación de ese cambio es conocido por
todos. La comprensión de esa diferencia no
exige conocimientos científicos alturados.
Las lluvias han encontrado gérmenes de
vida, que con el agua se han desarrollado.
Nadie se sorprende ante el hecho de esa
floración de vida. Sólo han sido necesarias
condiciones ambientales distintas.
La cultura de la muerte
El Papa actual, Juan Pablo II, utiliza con
mucha frecuencia esta expresión “cultura
de la muerte” como contrapuesta a “Civilización del amor”. Me parece que ambas
expresiones las acuñó S.S. Pablo VI, pero
quien más dinamismo las ha impuesto ha
sido el Sumo Pontífice actualmente
reinante. Las expresiones resumen hechos
humanos que nadie puede ignorar. La
promoción de las drogas, las esterilizaciones, sobre todo el aborto, la eutanasia,
etc. Constituyen fenómenos de muerte, o
en ella desembocan. Por otra parte, el
impulso dado a la dignidad humana, los
derechos humanos, el respeto a los
débiles, la promoción de todos los valores
morales constituye la civilización del amor.
La configuración de la vida humana en uno
u otro caso es muy distinta. Requiere todo
un ambiente específico una y otra situación.
Aunque se encuentren gérmenes en el
interior de la persona que pueden
desembocar en violencia o paz,
ordinariamente se desarrollan en el clima
adecuado para tan distintos resultados. Me
parece que la comparación del desierto
florecido nos puede ayudar a entender
mejor la violencia humana que tratamos de
comprender. La explicación rousoniana de
la bondad natural es apriorística. No lo ha
demostrado. Su explicación de la sociedad
tampoco es coherente. Está mucho más de
acuerdo con la experiencia, la explicación
que nos ofrece la fe cristiana que nos habla
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Eutiquiano Saldón Valiente
de la existencia del pecado original y sus
consecuencias en todas las personas. Hay
una inclinación al mal en cada corazón -aún
en el del bautizado-1 que explica fácilmente
la existencia de actos desordenados.
La persona: ser social
La dimensión social de la persona es constitutiva de la misma. Es decir, por naturaleza
somos seres sociales. No es ningún dato
extraño o añadido al ser de la persona
misma. Por eso tiene tanta influencia lo
social en las personas individuales. Los
comportamientos humanos tienen unas
medidas que las dan o las costumbres o las
leyes. En una sociedad bien organizada y
orientada no se necesitaría nada más que
fijarse en lo que hacen los demás para
actuar correctamente. Pero si esa orientación está equivocada, es muy explicable
también, que muchas personas no tengan
otra medida que la conducta de los demás,
y por tanto, se porten mal. En una cultura
como la actual en la que los medios de
comunicación tienen tanto influjo en la vida
de las personas no es extraño encontrar
gran uniformidad en muchas conductas. Si
a lo anterior añadimos la globalización, el
resultado es mayor uniformidad.
Dificultad de una explicación sencilla
Llegar a la raíz de la situación de violencia
que se vive (y que puede aumentar) no es
fácil. Son muchos factores los que han
intervenido en la configuración de la
realidad presente, pero a mi juicio, hay unos
puntos clave que dan luz ante el momento
presente. Se puede hablar de una forma de
cultura determinada. De hecho ya hemos
usado más arriba la expresión “cultura de la
muerte”. La cultura es un tema muy
complejo que no nos interesa analizar
ahora, pero hemos de ser conscientes de la
complicación del mismo. Aún dando esto
por supuesto hay que decir que las raíces
de la violencia son culturales. Esto entraña
lo decimos por adelantado- la insuficiencia
de los métodos que se quieren emplear
para acabar con ese castigo humano. La
violencia pienso que es un verdadero
castigo que se imponen unos hombres a
otros. Sin descontar la represión policial,
considero que no será suficiente ella sola.
La razón es clara: un fenómeno cultural no
se puede desarraigar con la actuación de la
policía y el ejército. Pueden disminuir las
manifestaciones más extremas de violencia. Pero acabar con ella supone un cambio
de mentalidad que cristalice en una nueva
cultura. Me parece que es necesario que los
mismos ejecutores del plan de lucha contra la
delincuencia sean conscientes de la probable
falta de éxito de su actividad. Se evitaría una
posible decepción. Aunque no es conveniente
empezar una actividad sin convicción de éxito,
pero tampoco hay que ser irreales.
Antecedentes históricos
La historia es maestra de la vida. Para
explicar el presente es necesario conocer el
pasado. En ocasiones ha sido lento el
desarrollo de una mentalidad, de una configuración social. En nuestro tiempo es
mucho más rápido todo, pero también es
imprescindible un tiempo de gestación de
las actitudes colectivas. Pienso que la situación de violencia que vivimos en muchas
partes del mundo, es el resultado de un
proceso que se inicia con el comienzo de la
llamada “edad moderna”. No se pueden
establecer cortes tajantes entre las
diversas épocas de la historia humana,
pero sí hay hechos o personajes claves en
la delimitación de los períodos históricos.
En la historia del pensamiento humano hay
un personaje singular que capitaliza un
cambio radical. Es René Descartes. Aunque
los historiadores de la Filosofía mencionan
algunos antecedentes, como Guillermo de
Okcam, sin embargo, quien más contribuye a
ese giro en el pensamiento es Descartes.
Además piensa haber encontrado el camino
seguro para no repetir los errores del pasado.
Su libro “Discurso del Método” es, según un
filósofo contemporáneo (Carlos Cardona) el
que más ha influido en la historia del
pensamiento humano.
El predominio de la voluntad
Aunque parezca mentira, pero el padre del
racionalismo moderno aparece también
como protagonista del voluntarismo que
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tendrá un gran futuro. Y en el “pienso, luego
existo” se encierra una cadencia atea que
tendrá funestas consecuencias. Descartes
era un buen católico y no pretendió las
consecuencias que se derivaban de su
planteamiento; pero aunque no las quisiera
no las pudo evitar. El deterioro posterior no
se hizo esperar. Detallar el proceso a que
me refiero llevaría consigo escribir un libro
voluminoso y pesado, por eso sólo haré
alusión a hechos y autores significativos. El
voluntarismo va ganando terreno y nos
encontramos con autores Schopenhauer, y
sobre todo Nietzsche, que desarrollan con
gran éxito de público la fuerza y el poder
autónomo de la voluntad. Estos autores
han encontrado un clima propicio a su
deseo y lo han desarrollado e incrementado
notablemente. Es muy difícil en la historia
de la cultura partir de cero. Pero también es
necesario -para tener éxito- captar el
momento psicológico. Y no cabe duda, que
el terreno estaba preparado para el
desarrollo de la tendencia voluntarista.
En el terreno práctico
Lo que hemos venido diciendo se refiere
-como se ha visto- fundamentalmente al
aspecto teórico. Pero lo referente a la
voluntad se dirige directamente a la práctica. La conexión de lo anterior con lo que
vamos a ver a continuación es clara, aunque sería prolijo desarrollarlo, por eso paso
directamente a considerar este aspecto. La
vida política de la época moderna ha
evolucionado también notablemente. Pero
la ley sigue siendo imprescindible para
gobernar. El Derecho como instrumento
humano de organización social y política nadie
lo pone en entredicho. Lo que sí va a ocurrir es
un deterioro y erosión de la naturaleza del
mismo, ocasionado por el mismo ambiente
cultural. La majestad del derecho romano y la
diafanidad de la ley, va a sufrir gran quebranto.
Nos encontramos en esa situación de
deterioro que es lo que -a mi juicio- proporciona el caldo de cultivo para la violencia.
El cambio en el concepto de ley
Las mejores definiciones en el Derecho
proceden de los juristas romanos. La defini-
Explicación de la violencia actual
ción de ley de Santo Tomás de Aquino es
clásica y universalmente conocida, pero el
Aquinate se inspira en la justicia romana
para formularla. Tiene tres elementos esen
ciales: a) ordenación de la razón; b) Para el
bien común; c) procedencia de la autoridad. Desde hace un par de siglos -más o
menos- esos componentes han cambiado
notablemente. Sigue el tercero, pero ha
variado el primero y ha arrastrado inevitablemente consigo al segundo elemento. La
ley ya no es ordenación de la razón, sino
ordenación de la voluntad. El cambio supone consecuencias trágicas y encierra el
germen de la violencia como espero poder
demostrar breve y claramente.
La ordenación de la razón
Si las disposiciones para regir la conducta
de las personas se formulan dictadas por la
razón se puede asegurar el bien común. La
inteligencia no hace la verdad, la descubre,
la conoce. No se impone el interés de la
persona, sino lo que se impone es la fuerza
de la verdad objetiva. La inteligencia puede
conocer lo que es bueno o malo. No lo
decide la persona humana. Está ya decidido. La voluntad humana no puede cambiar la naturaleza de lo que es bueno o malo. Por otra parte, como la verdad se va descubriendo y no exclusiva ni propiedad de
nadie, se puede llegar a un entendimiento
progresivo hasta alcanzar la convicción.
Eso requiere diálogo y paciencia hasta arribar al puerto de la verdad. Con la ventaja
enorme de que nadie se siente derrotado.
No hay vencedores ni vencidos. Hay
CONVENCIDOS. Todos han vencido. Se evita
el enfrentamiento que se produce cuando
se impone una de las partes por una decisión de la voluntad. No tiene que haber necesariamente una oposición. De lo contrario es inevitable el enfrentamiento, que no
es la mejor forma de gobernar cuando
necesa riamente hay una oposición. La democracia queda desfigurada porque siempre vence la mayoría. La opción de la mayoría puede ser tremendamente injusta,
principio de la violencia. Y eso no sería ley,
sino corrupción de la ley. Proceder de ese
modo es una manera de propiciar la violencia. Va creando una mentalidad, una
42
Eutiquiano Saldón Valiente
cultura de violencia. ¿Cómo va a tener eficacia después una ley que quiera erradicar
la violencia? Esto que digo es lo que está
ocurriendo actualmente en el mundo. La
violencia más inhumana se da en el aborto.
En muchos países se ha legalizado, es decir, se ha justificado la forma más extrema e
inicua de violencia. La recordada y valiente
Beata Teresa de Calcuta decía que no desaparecería la violencia mientras existiera
el aborto, que es la peor forma de violencia.
Me parece que no le faltaba razón.
El aborto la mayor violencia
No hace falta pensar mucho para reconocer
que el aborto es la forma más inicua de
violencia porque se ejerce sobre el ser más
indefenso, de la manera más cruel, ya que
se destroza el cuerpo sacándolo a trozos y
a petición de quien más debería defender a
esa criatura: sus padres. Todas las otras
violencias, aunque lleven consigo la
muerte, no resultan tan crueles. De hecho
hay unos datos sociológicos interesantísimos; merecería la pena hacer una tesis
doctoral recorriendo las hemerotecas para
publicarlos. Afirmo, con conocimiento de
causa, que desde que se legalizó el aborto
en Inglaterra en los primeros años de la
década del sesenta, la violencia en el
mundo se ha incrementado de forma cada
vez más alarmante. El ejemplo de Gran
Bretaña fue seguido por otros muchos
países. Eso va creando -aunque no sea
más que inconscientemente- una psicosis y
cultura de violencia. Pasar de esas formas
a otras ya no encuentra resistencia en
muchas conciencias. Es cuestión de
tiempo. Actualmente se ha formado una
mentalidad propicia para esa violencia. E
incluso se pretende extender a los países
que todavía rechazan el aborto en su
ordenamiento jurídico. Hasta se comete la
aberración de hablar del derecho a la violencia, porque se escribe sobre el -derecho
al aborto -. La conducta humana sigue una
cierta lógica. Por eso se puede hablar de
predicciones del futuro. Propiciar la
violencia y después querer combatirla, no
tiene mucho sentido, ni me parece que
puede tener suficiente éxito. Si se quiere
vivir en paz hay que crear una mentalidad
de paz. La violencia irá desapareciendo
sola. El combate es de otra naturaleza; aunque no excluya la acción policial, pero fundamentalmente no será represivo. Hay que
ser coherentes. No se puede, por un lado
alimentar la cultura de la muerte y la mentalidad de injusticia y violencia, y, por otra
parte intentar acabar con ellas por la fuerza.
La verdadera democracia
El imperio de la mayoría simplemente por
serlo no asegura la auténtica democracia.
Que prevalezca la razón es más legítimo. Si
cada uno contribuye con su razonamiento a
esclarecer un asunto, el que mejor piense,
con más profundidad y ateniéndose a la
naturaleza de las cosas, es quien más
habrá contribuido a buscar las soluciones a
los problemas humanos. Esas soluciones
han de traducirse en leyes. No importa
quién haya aportado más. Lo que interesa
es el bien común. El triunfo de la verdad y el
bien. Si lo que realmente se busca es servir
a la sociedad, esa será la mejor recompensa a quien más haya contribuido a
encontrar las soluciones. Sea de un grupo u
otro. Si todos dicen que buscan servir a la
sociedad, no se entiende bien por qué ese
afán de imponer la propia voluntad.2
¿Hay muchos demócratas?
En el fondo me parece que hay muy pocas
personas que realmente sean demócratas.
Es una opinión personal al contemplar lo
que ocurre en el mundo político de
cualquier país. Es el juicio de un observador
con sentido crítico. Un observador con
formación jurídica y filosófica. La forma
moderna de Estado la ideó el francés barón
de Montesquieu. Pensó en la división de
poderes para evitar la concentración del
mismo que considera muy peligrosa. Con la
tripartición del poder se contrarrestan,
porque son autónomos: el legislativo, el
ejecutivo y el judicial. Es una buena idea. Si
se viviera tal como la expuso Montesquieu,
me parece que sería más fácil contribuir al
bien común desde cualquier posición. No
entiendo por qué todos los partidos quieren
controlar los tres poderes. Esto da a
entender que no es la razón la que
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prevalece al organizar la sociedad. Esta actitud generalizada es la que me hace sospechar que realmente no hay muchos demócratas. Tampoco me parece que esté muy
de acuerdo con la mentalidad del autor de la
tripartición de poderes ese afán hegemónico.
Teoría versus praxis
Aunque en los libros siga apareciendo en la
definición de ley la “ordenación de la razón”,
en la práctica no es así y las leyes se
elaboran como “ordenación de la volun
tad”. Esa actitud lleva consigo gran empobrecimiento en la fundamentación de las
leyes y un enfrentamiento innecesario entre
los diversos partidos. Ya hemos expuesto
más arriba esas consecuencias y el origen
de las mismas. Ahora presento dos casos
concretos que se pueden analizar para
comprobar si lo que digo es así o no: el
empobrecimiento en la fundamentación de
las leyes. Cuando en España se debatía en
el Parlamento el proyecto de despenalización del aborto presentado por el
Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
además del debate parlamentario también
se produjo un debate en la prensa. (sobre
este asunto se podría publicar un libro
interesante que podría llevar como título:
“Posturas contrapuestas en la opinión
pública sobre el aborto”). Seguí de cerca
aquel debate. Quedó muy clara la
superioridad de fundamentación contraria
al aborto: varias Reales Academias como la
de Medicina y Farmacia, otras instituciones
y personas particulares se pronunciaron
aduciendo argumentación muy firme y
sólida. La fundamentación partidaria de la
despenalización era raquítica. Venía a
reducirse a decir por activa y por pasiva que
somos mayoría y como tenemos más
votos, ganamos. Y la mayoría de votos se
impuso.
Una confirmación de que la ley -en la
práctica- es ordenación de la voluntad. Y
ésta desvinculada de la razón, no distingue
entre el bien y el mal.
Otro caso más cercano
Lo que relato a continuación nos afecta más
directamente. Ocurrió aquí cuando se
promulgó la ley sobre esterilización
Explicación de la violencia actual
quirúrgica. También hubo debate en los
medios de comunicación. Tengo recogido el
material que se publicó en los periódicos. El
balance es semejante al ocurrido en el caso
español. La argumentación desde diversos
ángulos en contra de esa ley es abundante,
rica y bien fundamentada. En cambio la
argumentación a favor de la ley de esterilización, la fuerza decisiva se ponía en que
era lo que quería la mayoría. Y efectivamente, el mayor porcentaje de votos resolvió la controversia. Un ejemplo más de que
la ley es lo que quiere la mayoría. No deja
de ser preocupante esa actitud porque no
ofrece ninguna seguridad, cuando una de
las características del Derecho debe ser la
seguridad. Eso sólo se consigue cuando las
leyes se fundan en la razón, en la verdad de
las cosas. Pero cuando no tienen otro
sustento que la voluntad de la mayoría, no
hay nada seguro. Los que han dicho hoy sí,
mañana pueden decir no. U otro grupo
distinto que ha llegado a ser mayoría, con la
misma facilidad que los anteriores hicieron
algo, los posteriores lo pueden deshacer.
Ello lleva a un grave empobrecimiento de la
vida jurídica, de la vida política y de la vida
social. Y la ética tan fundamental en la vida
humana desaparece. Y sin ética ¿en qué te
apoyas? Aquí todos pierden, porque quien
pierde en este caso es la sociedad. Un grupo puede pensar que ha salido ganando.
Sólo ha sido en apariencia, porque al
formar parte de la sociedad que realmente
es la perdedora, hasta los que creen ganar,
pierden. Han erosionado las bases mismas
de la convivencia humana y ellos mismos
serán víctimas también de sus propios
errores, de sus mismas decisiones. Han
incendiado la casa en que se encontraban.
Ambiente generalizado
He mencionado dos grupos de personas,
uno nacional y otro extranjero. No han sido
nada más que botones de muestra. Dos
ejemplos muy claros de la situación que
lamentamos. Pero, por desgracia, no son
sólo esos grupos humanos los que actúan
así, sino que es un ambiente tan generalizado que será excepción si algún partido,
movimiento o grupo no actúa decidiendo
las cuestiones sociales por actos volunta-
44
Eutiquiano Saldón Valiente
ristas. A nadie se le oculta la desconfianza
que existe en la actuación del poder judicial.
La razón de ese malestar es la misma: el
voluntarismo. La grandeza del Derecho ha
desaparecido de la práctica judicial. Es una
pena. La pérdida no es sólo para el Derecho, sino para la entera sociedad. Tuve la
suerte de escuchar en clase al gran romanista Álvaro D'Ors. ¡Qué majestuoso y
equilibrado es el Derecho Romano, del que
nació el Derecho actual! ¡Qué seguridad
ofrece! De eso ¿qué queda? Es un retroceso muy lamentable. Ciertamente hemos
avanzado a pasos de gigante en el orden
tecnológico, pero en el orden humano
hemos retrocedido con la misma rapidez.
Es necesario equilibrar las dos dimensiones; se puede y se debe. Por eso a mi me
parece que el mal que padecemos es muy
profundo y no se puede desarraigar con
medidas represivas solamente. Si los hombres públicos no ofrecen garantías suficientes en sus actuaciones. Si lo que prevalece
no es la razón, sino la conveniencia. Si las
decisiones se toman no teniendo en cuenta
el bien común -concepto esencial para toda
sociedad- sino por pragmatismo, estamos
desamparados ante los poderosos, sin
seguridad en la vida. Ya no podemos hablar
de derechos, sólo de favores que nos
quieran conceder los que mandan. No es
extraño que se hable de crisis en tantos
aspectos. La injusticia está a la orden del
día y la injusticia es semilla de violencia. No
toda injusticia es violencia, pero sí germen
de la misma. Hay un refrán o dicho popular
-con gran sabiduría como todos esos
decires- que se expresa así: “el que siembra vientos recoge tempestades”. La solu-
ción, a mi entender, habrá que buscarla a
largo plazo. Procurando un cambio de
mentalidad para crear una nueva cultura.
Los medios de comunicación
En la tarea que venimos comentando los
medios de comunicación tienen una
función insustituible. Mucha gente toma de
ellos los parámetros de su conducta.
Desgraciadamente ofrecen muchos
programas que fomentan la violencia. En
muchas ocasiones no hay una ética mínima
que defienda la dignidad humana como
norma suprema en lo que ofrecen. Si sólo
prevalecen criterios económicos, en una
época como la actual, la degradación es
cada vez mayor. Entonces no nos podemos
extrañar que conductas violentas sean
cada vez más frecuentes, porque -al menos
inconscientemente- se están fomentando.
Si el único objetivo que parecen presentar
muchos programas es ser rico, tener
mucho dinero, ¿Qué resta al que no lo
tiene? Intentar conseguirlo como sea.
Hacerse fuerte para salir vencedor en esa
contienda en lucha por la existencia. Esa
concepción de la vida está incitando a la
violencia. No parece muy coherente
prender la mecha y extrañarse después de
la explosión. Como no me parece honrado
presentar sólo el problema, quiero a continuación ofrecer una solución, no automática, sino dependiente de la conducta
humana; una solución global que involucra
a todos. Si se habla de globalización de la
economía, de la ciencia, de la información,
también ha de llegar ese modo de encauzar
la vida a la educación y a la cultura.
Segunda Parte
Un modo humano de conseguir la paz:
Prenotandos
En la primera parte de este trabajo he adver
tido que la situación de violencia que se vive en
el mundo y concretamente en el Perú, es un
asunto muy complejo, pero me parece claro,
que para poder combatirla eficazmente, hay
que ir a la raíz. Y ésta es de índole cultural. En
la cultura intervienen muchos factores, sin
embargo se puede afirmar que la crisis actual
se origina al principio de la Edad Moderna, y
progresivamente se va agravando. Son varios
signos de descomposición humanista. El
planteamiento de la filosofía racionalista
cartesiana ya no da más. El idealismo y el
materialismo marxista, hijo del anterior, han
quedado agotados. Por eso se habla de Postmodernismo o Post-modernidad. Estamos en
los inicios de una nueva época histórica y
cultural. Nadie se atreve todavía a darle
nombre propio; sólo se atreven a decir que ese
modelo ya no da para más.
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Las evoluciones culturales son lentas, por
eso hay que trabajar a largo plazo, pero eso
no quiere decir cruzarse de brazos. Por otras
parte en los momentos actuales los cambios
son mucho más rápidos que en épocas
anteriores, por la rapidez de las comunicaciones y otros mecanismos. Por los años
1980 a 1985 nadie sospechaba que el
comunismo desapareciera en muy pocos
años más tarde. Parecía un mundo tan sólido
que su derrumbe cogió a todos por sorpresa.
Aunque como sistema ha periclitado, sin
embargo hay residuos del marxismo en la
cultura que tardarán más en desaparecer.
No existen las utopías
Hay que admitir que la paz definitiva sólo se
dará en el más allá. Un mundo perfecto
nunca podremos lograrlo en la tierra. El
bien y el mal se han dado siempre como lo
demuestra la existencia del derecho penal
en todas las épocas. Lo nuevo de los
tiempos actuales es la extensión generalizada de la violencia. La imposibilidad de
erradicar la violencia y la injusticia no es
razón para la desesperanza. Hemos de
esforzarnos en conseguir la disminución
mayor posible de tales acciones aunque
seamos conscientes de la imposibilidad de
la victoria total contra lo que luchamos. No
es el único caso de imposibilidad de una
eliminación total. Ya hemos dicho más
arriba que el mundo perfecto no se dará
nunca en la tierra. Por ejemplo, los médicos
saben muy bien que nunca van a lograr
vencer definitivamente a la muerte. Que
sus victorias son siempre parciales. La
victoria final la consigue permanentemente
la muerte, sin embargo cada vez luchan con
más interés en postergar la llegada del
esqueleto con la guadaña.
Una cultura humanista
Hay que lanzar un reto a la “cultura de la
muerte” con una concepción de la vida en la
que el centro esté en la preocupación por el
hombre tal cual es. La fuente inagotable de
este programa lo podemos encontrar en la
doctrina social de la Iglesia. El olvido de
Dios en la cultura ha traído consigo una
cultura anti-humana, porque los derechos
Explicación de la violencia actual
fundamentales de la persona son derechos
de Dios. El mejor defensor del hombre es su
Creador. Intentar corregir el plan divino está
llamado al fracaso. Un famoso filósofo y
político peruano -Víctor Andrés Belaúndelo explicaba con gran claridad y muy
gráficamente. También lo recordaba el
Papa Juan Pablo II en el discurso de la
Plaza de Armas de Lima en su primera
visita al Perú en 1985.3
Una cultura humanista comprende una
concepción ética de la vida como absolutamente imprescindible. Sin ética es imposible una vida humana. La moral es exclusiva de los hombres y de las mujeres. Por
ahí hay que empezar. Y la ética es para
todos. Nadie queda excluido. Sin ética
desaparece la diferencia entre la justicia y
la injusticia, entre el uso y el abuso, entre la
virtud y el vicio, entre el amor y el odio. En
una palabra. Desaparece la diferencia
entre el bien y el mal. ¿Cómo podemos
extrañarnos de la inmoralidad, de la corrupción de la violencia, etc. si no hay ética?
¿Qué explicación puede dar el Ministerio de
Educación para que prescinda de la Ética
en los planes de estudios superiores?
No hay que partir de cero
En la historia de la cultura humana hay una
ingente producción humanista. Se trata de
recuperar las grandes orientaciones de
esas expresiones intelectuales, artísticas,
sociales, etc. El pasado no se puede repetir
y no tendría sentido intentarlo. Pero aplicar
esos principios a la situación presente sí es
accesible. La naturaleza humana es la
misma y la exigencia de la dignidad
humana con el despliegue en los derechos
fundamentales de la persona, no sólo es
posible, sino que es un clamor generalizado
de nuestro tiempo. La crisis en todos los
órdenes que se encuentra en todas partes y
difundida por los medios de comunicación
social, es un clamor urgente para buscar
solución a este estado de cosas. Como casi
siempre el comienzo vendrá de una minoría
que vaya extendiendo su programa de
acción a gentes que anhelan un mundo
mejor. El Evangelio habla del fermento o
levadura que extiende su eficacia a la
Eutiquiano Saldón Valiente
harina preparada. La cultura de la muerte
será derrotada por la civilización del amor.
Parece imposible que una cultura tan
inhumana haya sido capaz de imponerse
de modo tan generalizado. Por eso, no
tardando llegará el momento de un despertar vigoroso que orientará a los hombres y
mujeres de nuestro tiempo por caminos de
respeto mutuo, colaboración, solidaridad y
felicidad. Los obstáculos son ingentes, pero
la fuerza más poderosa que tienen los
hombres y mujeres es su voluntad. Y los
cristianos sabemos que por encima de todo
está la gracia y la fuerza de Dios que no
pierde batallas. Es imprescindible ayudar a
que las personas reflexionen. Ya decía el
Antiguo Testamento que “la tierra está
desolada porque no hay quien reflexione en
su corazón”. La gran defensa del hombre
está en la verdad. Hay muchos modos de
ocultarla, pero la inteligencia humana está
creada para la verdad, como el ojo para ver
la luz. Por eso hay que hacer grandes
esfuerzos en ayudar a descubrir la verdad
que es el camino para vivir la libertad y
encontrar a Dios en quien tiene su fundamento todo lo bueno y lo bello. Hemos de
partir de la seguridad que la vida vencerá la
muerte, la verdad a la mentira y la virtud al
vicio. Habremos de esforzarnos en presentar positivamente las propuestas. La virtud
es más difícil que el vicio, pero nadie quiere
aparecer vicioso y sí quiere que le consideren virtuoso. Los resultados son muy
dispares entre un modo y otro de vivir. Lo que
uno siembra eso recogerá. Las consecuencias para la vida personal y social de los
vicios son contrarias a las de las virtudes.
Diferencias inevitables
Odios, rencores, enemistades, guerras,
cárceles, destrucción, violencia, corrupción, hambre, y otras secuelas similares
para la vivencia de los vicios. Amistad,
perdón, ayuda, solidaridad, libertad, alegría, paz, ética, misericordia, unión, etc.
Para la vivencia de los valores o virtudes.
La fe religiosa encuentra grandes dificultades para expresarse por el secularismo
reinante. Pero el cristiano no tiene que
olvidar y desconocer este mundo para
46
predicar a Cristo. Es en esta vida donde
comienza ese mundo mejor y más feliz que
nos enseña la doctrina cristiana. La santidad de vida no es sólo para el cielo. En la
tierra comienza ya esa felicidad. El camino
de cielo es ya un cielo y, al contrario, el
camino del infierno es ya un infierno. En el
lenguaje popular hay expresiones que
manifiestan esta verdad. No es raro encontrar personas que al considerar la situación
de una familia o un ambiente determinado,
lo describen con estas o semejantes palabras: “esa casa o ese lugar es un infierno”,
para describir que una familia, empresa,
lugar de trabajo u otra situación humana
está caracterizada por la falta de armonía,
respeto mutuo, amor y servicio. Por el
contrario, cuando se dice que “esa familia o
ambiente es un cielo”, se está señalando
que lo que allí prima es el amor y respeto
por cada persona. La alegría y confianza
con que todos viven en esa situación.
Naturalmente eso no se improvisa, sino que
exige perseverancia en el modo de organizar y vivir la familia, el trabajo, la convivencia y el trato mutuo. No sólo hay que
pensar en el momento presente, sino levantar la mirada y considerar el futuro. La fe
cristiana no es ninguna rémora para
construir este mundo sino todo lo contrario.
Debe ser un acicate. En uno de los documentos más importantes del Concilio
Vaticano II, la constitución “Sobre la Iglesia
en el mundo contemporáneo” (Gaudium et
Spes), se lee: “Se equivocan los cristianos
que, pretextando que no tenemos aquí
ciudad permanente, pues buscamos la
futura, consideran que pueden descuidar
las tareas temporales, sin darse cuenta que
la propia fe es un motivo que les obliga a un
más perfecto cumplimiento de todas ellas,
según la vocación personal de cada uno”.4
En la medida que cada persona vaya eliminando el pecado de su vida estará contribuyendo a hacer este mundo más humano y
trabajando por instaurar la paz, pues como
dice más adelante el documento que acabo
de citar, “En la medida en que el hombre es
pecador, amenaza y amenazará el peligro
de guerra hasta el retorno de Cristo; pero en
la medida en que, unidos por la caridad
triunfen del pecado pueden reportar la
victoria sobre la violencia.5
47
Necesitamos Santos
Vivir en plenitud la vida cristiana no es sólo
asegurar la salvación eterna, sino contribuir
eficazmente a ordenar este mundo según el
querer de Dios. El documento más importante del último concilio sobre la
constitución de la Naturaleza de la Iglesia,
conocido por las palabras latinas Lumen
gentium, cuando habla de la llamada
universal a la santidad de todos los
bautizados, dice: “fluye de ahí la clara
consecuencia de que todos los fieles, de
cualquier estado o régimen de vida son
llamados a la plenitud de la vida cristiana y a
la perfección de la caridad, que es una
forma de santidad que promueve aun en la
sociedad terrena un nivel de vida más
humano”6. Coincide con lo que había dicho
varios años antes San Josemaría Escrivá
cuando escribe: “Un secreto. Un secreto, a
voces: estas crisis mundiales son crisis de
santos. Dios quiere un puñado de hombres
'suyos' en cada actividad humana.
Después… 'pax Christi in regno Christi' la
paz de Cristo en el reino de Cristo” 7.
No hay que temer a la fe cristiana, sino la
falta de fe y vida cristiana. ¡Qué consecuencias tan prometedoras están teniendo
las enseñanzas de San Josemaría Escrivá
de Balaguer, Fundador del Opus Dei, sobre
la santificación del trabajo ordinario. Ya se
están viendo los frutos y no hace más que
setenta años que fundó la Obra! Con el
paso del tiempo cómo se irá notando en la
vida esa “inyección intravenosa en el
torrente circulatorio de la sociedad”, como
llamaba a los que, con ideal divino,
desarrollen el trabajo humano. Cualquier
ocupación humana honesta: manual,
intelectual, artística o deportiva, con tal que
se pueda santificar, es decir, que no sea de
suyo inmoral, es camino de santidad.
Esa concepción de la vida exige una fuerte
dosis de fe y sentido sobrenatural, pero no
olvidemos que el alma humana es “naturalmente cristiana” como decía Tertuliano
hace ya muchos siglos. El desarrollo tan
rápido y geográficamente tan extendido del
Cristianismo en los primeros siglos, en
aquella sociedad pagana tan degradada,
es un ejemplo de optimismo y esperanza.
Para la gracia de Dios no hay obstáculos
Explicación de la violencia actual
insuperables. Al mismo tiempo, al corazón
humano le atraen los grandes ideales. Lo
que se necesita es generosidad y audacia
apostólica para presentar que “se han
abierto los caminos divinos de la tierra”.
Presentación positiva
Tendrá gran importancia la presentación de
esos objetivos, ideales o como queramos
llamarlo. La grandeza y atracción de los
mismos impresionará a quienes aspiren a
hacer algo importante en su vida. El
esfuerzo, la perseverancia, el coraje, la
audacia y otras muchas virtudes se exigen
para triunfar en cualquier actividad humana.8 Pues ese mismo empeño que se pone
por triunfar, si se hace por Dios, se está
santificando y humanizando la actividad
que se desarrolle. No cabe duda que está
presente en el ambiente una mentalidad
materialista muy marcada, pero también es
claro que hay una profunda insatisfacción
en muchísimas personas. No puede llenar
el corazón humano sólo lo material. Hay
ejemplos abundantes, tanto antiguos como
nuevos, de esa insatisfacción. Por eso, se
trata de ir contra corriente a la que se
sumarán los mejores y cada vez más
personas a intensificar esa contracorriente.
Hay un adagio latino que dice: nihil
violentum durabit, que significa: nada
violento permanece por mucho tiempo. El
materialismo marxista era una violencia a la
naturaleza humana. Cayó estrepitosamente y hoy es ya una cosa pasada, aunque las
consecuencias de esa ideología siguen
haciéndose notar en ambientes y personas.
El materialismo hedonista y consumista es
otra violencia a la naturaleza humana y
caerá también estrepitosamente cuando
menos lo pensemos, obviamente, también
las consecuencias prácticas de esa concepción de la vida, seguirán notándose en
personas y ambientes durante largo
tiempo.
Pero ninguno de esos planteamientos
reduccionistas y materialistas puede
satisfacer el corazón humano. Sólo una
concepción de la vida que tenga en cuenta la
persona humana como es, puede resultar
atractivo. Y entre ellos ninguno mejor que el
que encontramos en la revelación divina
48
Eutiquiano Saldón Valiente
con Cristo en el centro que “es verdadero
Dios y verdadero hombre”, “perfecto Dios y
perfecto hombre”.
Responsabilidad de los medios de
comunicación social
Es terrible la alienación que pueden causar
los medios de comunicación social Para
muchas personas, aun entre cristianos, la
persona y doctrina de Cristo es -desgracia
damente- bastante desconocida. Por eso el
reto que nos presenta el Vicario de Cristo
con la nueva evangelización, no cambiando
las enseñanzas, sino “nueva en su ardor, en
sus métodos, en su expresión”, es de una
sorprendente actualidad y eficacia. Si somos fieles a ese camino nos quedaremos
admirados muy pronto de su eficacia y
atractivo. Aunque a primera vista parezca
que la doctrina católica va contra la
naturaleza humana, sin embargo, ninguna
enseñanza es más conforme a ella que el
Catolicismo con las aspiraciones y anhelos
más profun dos del corazón humano. El
Decálogo es la carta magna de la libertad.
Es muy ex- plicable que así sea, puesto que
proviene del mismo autor del hombre y de la
mujer. Lo mismo que ocurre con un inventor
humano que es el quien mejor conoce el
funcionamiento de la máquina o artefacto
que fabrica de la misma manera Dios es el
que mejor puede indicar lo más adecuado
para el manejo perfecto de la vida humana.
La verdadera libertad
Quien no quiere ser libre según la voluntad
de Dios y la exigencia de la dignidad humana, tiene que ser esclavo de las diversas
pasiones que maltratan la dignidad personal y no pueden ofrecer lo que prometen.
Lo que suelen ofrecer todos los días los
diversos medios de comunicación, no es
más que una confirmación de los que vengo
diciendo, ya que gran parte de las noticias
que ofrecen son sucesos lamentables, con
graves perjuicios a muchas personas. Pues
bien, muchos de esos lamentables sucesos
son faltas contra alguno de los mandamientos del Decálogo. ¡Cuánto dinero se gasta
en prevenir el sida, en sacar a las personas
de la opresión del alcohol o las drogas!
¡Cuántos quebraderos de cabeza presentan los embarazos de adolescentes!
Enseñar a vivir la templanza cristiana es la
mejor, la más económica, la más segura, la
única que no tiene miedo a la libertad
verdadera y humana. Es también la más
difícil de conseguir y a más largo tiempo.
Pero es ir a la raíz de los problemas y a no
poner parches para salir del paso y dejarles
el problema a los que vengan después.
La función insustituible de la Iglesia
El mejor servicio que puede prestar la
Iglesia a la sociedad es predicar valientemente la enseñanza divina, sin complejos.
Por otra parte es lo que dice el Evangelio de
San Mateo: “Ustedes son la sal de la tierra;
pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la
salará? Para nada aprovecha ya, sino para
tirarla y que la pisen los hombres”.9
Palabras del Señor muy exigentes que nos
tendrían que hacer pensar más en nuestra
responsabilidad ante la situación del mundo.10 Igualmente alentadoras son las palabras que siguen en el capítulo citado de San
Mateo: “Ustedes son la luz del mundo. No
puede ocultarse una ciudad asentada
sobre un monte… Así ha de lucir vuestra luz
ante los hombres, para que, viendo vuestras
buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que
está en los cielos”.11 Un auténtico cristiano no
pasa desapercibido. Influye en su ambiente de
modo positivo. Su vida es orientadora, Da
seguridad ante tanta incertidumbre ante tanta
cobardía y capitulaciones, y será asidero firme
para otros que no quieran dejarse arrastrar por
la corriente. Sólo los peces muertos son
arrastrados por la corriente, los peces vivos
luchan contra la corriente. Actuar con
naturalidad como lo que se es, no buscando
que se fijen en él o en ella, pero tampoco
dejarse intimidar porque hablen de ella o de él.
Es sencillamente la consecuencia de la luz y
de la sal que manifiestan su simple existencia y
actividad.
La misión de la familia
En la tarea de recuperación de la paz y la
alegría en la sociedad le incumbe un rol
49
especial e insustituible a la familia. Todos
los que piensan con visión de futuro lo ven
así. Especialmente clarividente es el Papa
Juan Pablo II. Permanentemente da
impulsos a las familias para que cumplan su
cometido en el mundo. Además de los
innumerables discursos que ha dirigido
durante su largo Pontificado a las familias
en diversas ocasiones -sobre todo en sus
viajes apostólicos por todo el mundo- ha
publicado documentos específicos para
este asunto. La exhortación apostólica
Familiaris consortio y Carta a las Familias son dos densos documentos que los
amantes de la familia hemos de repasar
con frecuencia por la riqueza de contenido y
la vitalidad que presentan. También ha
instituido las jornadas mundiales de la
familia a celebrarse con determinada periodicidad. Es necesario unir fuerzas porque
también los enemigos de la humanidad -así
se les puede denominar a los enemigos de
la familia- saben la importancia decisiva de
la misma y por eso la combaten con tanta
insistencia y poderosos medios. Sin fe y sin
visión sobrenatural sería como para rendirse y desistir del combate, pero se repite
en esta ocasión la escena de David y Goliat.
El gigantón presentaba un aspecto imponente por el poderío humano que exhibía. Y
despreciaba a aquel pastor de bella figura pero
con presentación ridícula para un combate
cuerpo a cuerpo. Mas como David acudía a la
lucha en nombre de Dios, pronto quedó clara
la superioridad del muchacho rubio. La victoria
se repetirá con la misma facilidad.
La familia y la paz
Durante todo lo escrito anteriormente he
hablado de las causas de la violencia y sus
Explicación de la violencia actual
remedios. Me parece que una causa
importante del incremento de la violencia en
el mundo, es precisamente, la destrucción de
la familia. Ésta -por naturaleza- es creadora
de humanismo, de amor y de paz. Pero si a
muchos niños nadie les quiere o ha querido,
porque sus padres no se preocupan de ellos,
o porque están separados o están tan
dedicados a otros asuntos, que los hijos
están prácticamente abandonados,
entonces, no es extraño que sigan el camino
de la violencia que ven en los medios de
comunicación, sobre todo en televisión, y en
la sociedad. Corregir después esas
desviaciones será muy difícil, habiendo
podido evitarlo antes con grandísima
facilidad si de niños se les hubiera atendido,
querido y enseñado en una familia normal.
Es proverbial el ejemplo del árbol que de
tierno se puede enderezar fácilmente y de
crecido resulta muy difícil o imposible ponerlo recto. Entre los animales observamos
algo parecido. Hasta los más fieros si de
jóvenes se los cría entre personas y con
cariño llegan a vivir como animales domésticos, a pesar de la fiereza de su naturaleza.
¡Lo que es capaz de conseguir un trato
amigo y cariñoso desde pequeños! Me parece que deberían tenerlo en cuenta los que
están tan preocupados por la actual violencia globalizada en el mundo. Que esas
personas hagan la prueba y se decidan a
fomentar y cuidar mucho más a la familia tal
como lo pide la naturaleza de la misma y
verán que es el mejor modo, el más eficaz y
barato de eliminar la violencia juvenil.
Termino con este consejo a los responsables familiares, sociales, políticos y culturales. Cuiden, apoyen, ayuden a la familia y
pronto se alegrarán de haberlo hecho.
50
Eutiquiano Saldón Valiente
Conclusiones
La existencia de la violencia en el mundo actual no se corregirá primordialmente mediante la acción policial porque tiene raíces
culturales.
El subjetivismo prevalente en la filosofía
moderna y contemporánea explica, a mi juicio, el actual clima de violencia en la sociedad.
La solución a esa problemática partirá de
una mayor reflexión personal para aceptar
la naturaleza y objetiva realidad de las
cosas como fundamento de la verdad.
No se trata de reeditar situaciones pasadas, sino de presentar planteamientos nuevos
apoyados en principios permanentes de los
que la Iglesia es garante como “experta en
humanidad”.
Notas
1
2
3
La doctrina católica enseña que en la persona
que recibe el bautismo se le perdona el pecado
original y todo otro pecado personal, si es
adulto el que se bautiza. Pero queda en el
alma la concupiscencia o inclinación al mal.
Para vencer esa orientación es necesaria la
gracia o ayuda de Dios y la colaboración de
cada persona.
Hay un texto de la encíclica VERITATIS
SPLENDOR del Papa Juan Pablo II bastante
clarificador a este respecto, que ofrezco a
continuación: “Si no se reconoce la verdad
trascendente, triunfa la fuerza del poder, y
cada uno tiende a utilizar hasta el extremo los
medios de que dispone para imponer su propio
interés o la propia opinión, sin respetar los
derechos de los demás... La raíz del
totalitarismo moderno hay que verla, por tanto,
en la negación de la dignidad trascendente de
la persona humana, imagen visible de Dios
invisible y, precisamente por esto, sujeto
natural de derechos que nadie puede violar: ni
el individuo, el grupo, la clase social, ni la
Nación o el Estado. No puede hacerlo tampoco
la mayoría de un cuerpo social, poniéndose en
contra de la minoría, marginándola,
oprimiéndola, explotándola o incluso
intentando destruirla”. (N. 99)
“Un humanismo cerrado, impenetrable a los
valores del espíritu y a Dios, que es fuente de
ellos, podría aparentemente triunfar. Ciertamente el hombre puede organizar la tierra sin
Dios, pero al fin y al cabo, sin Dios no puede
menos de organizarla contra el hombre”.
(Discurso en la Plaza de Armas de Lima, 01 de
febrero de 1985).
4
Gaudium et Spes, n. 43.
5
Ibidem, n. 78.
6
L. G. n. 40
7
Camino, n. 301
8
“¿No saben que los que corren en el estadio
todos corren, pero uno solo alcanza el premio?
Corran, pues de modo que lo alcancen. Y quien
se prepara para la lucha, de todo se abstiene, y
eso para alcanzar una corona corruptible; mas
nosotros para alcanzar una incorruptible.”
(1 Cor. 9, 24-25)
9
Mt. 5, 13
10
“Por lo cual, en esta génesis del ateismo pueden
tener parte no pequeña los propios creyentes,
en cuanto que, con el descuido de la educación
religiosa, o con la exposición adecuada de la
doctrina o incluso con los defectos de su vida
religiosa moral y social, han velado más bien
que revelado el genuino rostro de Dios y de la
religión” (Gaudium et Spes, n. 19)
11
Mt. 5, 14-16
51
Explicación de la violencia actual
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Vernaux Roger. 1967. Epistemología general o Crítica del conocimiento (Curso de filosofía
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