influencia de un protocolo alternativo de cura

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Reina Durán, María José; Rodríguez Rodríguez, Isabel María; Aranda García, Ana María; De
Las Heras Moreno, Javier; Lobato Miranda, Carmen Lucía; Delgado Begines, Estefanía.
Influencia de un protocolo alternativo de cura para quemaduras de segundo grado. Biblioteca
Lascasas, 2015; 11(3). Disponible en http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0840.php
INFLUENCIA DE UN PROTOCOLO ALTERNATIVO DE CURA PARA
QUEMADURAS DE SEGUNDO GRADO.
INFLUENCE OF AN ALTERNATIVE PROTOCOL CURE FOR SECONDDEGREE BURNS.
Autores: María José Reina Durán1, Isabel María Rodríguez Rodríguez2, Ana
María Aranda García3, Javier De Las Heras Moreno4, Carmen Lucía Lobato
Miranda5, Estefanía Delgado Begines6,
1. Graduada en Enfermería. Enfermera Hospital Universitario Virgen del Rocío,
Sevilla (España).
2. Graduado en Enfermería. Enfermero Hospital Universitario Virgen del
3.
4.
5.
6.
Rocío, Sevilla (España).
Graduada en Enfermería.
Rocío, Sevilla (España).
Graduada en Enfermería.
Rocío, Sevilla (España).
Graduada en Enfermería.
Rocío, Sevilla (España).
Residente de Enfermería
Valme, Sevilla (España).
Enfermera Hospital Universitario Virgen del
Enfermera Hospital Universitario Virgen del
Enfermera Hospital Universitario Virgen del
Pediátrica. Hospital Universitario Virgen de
Correo electrónico: [email protected]
1
RESUMEN
Introducción Las quemaduras en sí son el resultado de un traumatismo físico
o químico que induce la desnaturalización de las proteínas tisulares. La
aparición de ampollas o flictenas en las quemaduras de segundo grado
superficiales es un problema delicado, por complicaciones como el dolor y la
infección.
El objetivo principal del estudio es proponer un método alternativo de cura para
las ampollas por quemaduras de segundo grado superficiales, con la cual se
disminuya el grado de dolor del paciente, la probabilidad de infección y que
suponga un menor coste económico.
Metodología. Estudio analítico, experimental, ensayo clínico aleatorio, formado
por una muestra de 30 personas que pertenezcan al distrito sanitario Sevilla
Sur, concretamente Centro de Salud de Utrera. La muestra se aleatorizará a 2
grupos: Grupo 1: grupo control, método habitual, desbridar la ampolla y
aplicación de apósito. Grupo 2: grupo experimental, método alternativo, drenar
la ampolla y aplicación de povidona yodada. Tras las curas se medirá el grado
de dolor a través de una escala visual numérica, se observaran los signos de
infección teniendo en cuenta la aparición de 1 o 2 itéms reflejados en una tabla
control.
Conclusión. El interés para la práctica clínica de este método alternativo es
por la disminución tanto del dolor, la tasa de infección como del coste
económico para la Sanidad Pública.
Palabras clave: ampollas, fricción, quemaduras segundo grado, superficiales,
cura alternativa.
ABSTRACT
Introduction. The burns themselves are the result of physical trauma or
chemical that induces the denaturation of tissue proteins. The appearance of
blisters or blisters in the superficial second-degree burns is a very sensitive
issue for complications such as pain and infection. The main objective of the
study is to propose an alternative method of cure for blisters on superficial
second-degree burns, which decreases with the degree of pain the patient, the
likelihood of infection and that involves lower cost.
Methodology. Analytical, experimental, randomized clinical trial consisting of a
sample of 30 persons belonging to the South Seville health district, specifically
Utrera Health Center. Randomize the sample to 2 groups: Group 1: control
group usual method ampoule and debriding dressing application. Group 2:
experimental group, alternative method, draining the blister and applying
povidone. After the cures will measure the degree of pain through a numerical
visual scale, were observed for signs of infection taking into account the
emergence of one or two items reflected in a table control.
Conclusion. The interest to the clinical practice of this alternative method is
both pain reduction, the rate of infection and the economic cost to the public
health.
Keywords: blisters, friction, second degree burns, superficial, alternative cure.
2
INTRODUCCIÓN
Se estima que por cada 100.000 habitantes, alrededor de 300 personas sufren
cada año quemaduras que requieren atención sanitaria, lo que trasladándolo a
nuestro entorno supone que unos 120.000 españoles sufren algún tipo de
quemadura cada año 2. Tan sólo un 5% precisan cuidados hospitalarios,
motivo que pone de manifiesto la efectividad de lo cuidados que se prestan en
atención primaria. (1)
Los mecanismos por los que se producen las quemaduras son muy variados,
siendo los más comunes: escaldadura (líquido caliente), llama (fuego), sólido
caliente, solares, por arco voltaico, frío, por ácidos, agentes quimioterápicos,
por álcalis, por contacto con un circuito eléctrico. (2)
Los accidentes se clasifican en dos grandes grupos: en el ámbito doméstico y
en el lugar de trabajo, por lo que la prevención comienza por todo lo que nos
rodea, el hogar es el ambiente más inmediato que nos circunscribe y el de
mayor incidencia. (1)
La toma de decisiones en relación al abordaje clínico de una persona con una
quemadura puede generar incertidumbre en los profesionales, tanto por la gran
dificultad que conlleva un diagnóstico acertado en extensión y profundidad de
la quemadura, como por la elección del tratamiento tópico adecuado. (1)
La aparición de ampollas o flictenas en las quemaduras de segundo grado
superficiales es un problema delicado, tanto por el dolor que padece el
paciente, como la infección que le puede llegar a causar en un momento
determinado si no se actúa correctamente.
Las enfermeras/os son los que asumen el cuidado de estas situaciones, es
decir, actúan abordando la quemadura en este caso en el centro de salud para
que realizando las curas adecuadas el paciente no llegue a sufrir infección, sus
secuelas sean las mínimas y disminuir su dolor.(1)
Es una técnica rápida y su coste para los centros de salud es inferior que las
que se realizan habitualmente en ellos para el tratamiento de las ampollas.
En cuanto a los costes, si bien no existen estudios que revelen los gastos
reales de la atención sanitaria a estas personas, debido a la gran variabilidad
en su asistencia y a los distintos criterios de ingreso, alta y seguimiento, se
estima que estos son muy elevados. (1)
En quemaduras graves, la extensión de esta, su profundidad, y las lesiones
asociadas, implican la utilización frecuente de los servicios más costosos del
Sistema Sanitario Público Andaluz: emergencias, cuidados intensivos,
quirófanos y rehabilitación física y psíquica. (1)
Aparte de las razones antes mencionadas, esta investigación puede llegar a
ser factible gracias a su bajo impacto económico, porque abre otra rama para la
cura de este problema que ha traído de cabeza a muchos profesionales desde
hace años.
3
MARCO TEÓRICO
A) Quemaduras.
Una quemadura es el resultado de la interacción con la piel de diferentes
agentes tanto físicos como químicos (calor, frío, agentes químicos, electricidad
o la radiación), que puede ir desde una leve afectación del tegumento
superficial hasta la destrucción total de los tejidos implicados. Por tanto, una
quemadura en la piel altera en mayor o menor medida las funciones que
desempeña normalmente, como son intervenir en el equilibrio hidroelectrolítico,
la regulación térmica, aislamiento del medio externo, funciones inmunológicas y
servirnos como órgano sensitivo y de relación.
Es muy importante señalar la diferencia entre un paciente con quemaduras
locales, sin repercusión sistémica, y el síndrome del gran quemado en el que la
importancia de las quemaduras queda en un segundo plano en favor de las
repercusiones sistémicas de las mismas. La incidencia exacta no se conoce,
pero se estima en un 1% aprox. de la población. (2)
Además, las quemaduras suponen en sí mismas, un importante impacto físico
y psíquico para la persona, pues afecta a todos los planos de su vida, incluso
llegando a perjudicar su aspecto físico por las consecuencias de las
quemaduras. (2)
B) Clasificación de las quemaduras.
Dada la morbimortalidad de las quemaduras se han descrito muchos factores
pronósticos, pero el mejor de todos ellos es el cálculo de la Superficie Corporal
Quemada (SCQ) y la profundidad de las quemaduras. (2)
b.1.- Según la profundidad:
Quemaduras epidérmicas o de primer grado: Son las más superficiales,
afectando únicamente a la epidermis.
• No se afecta la función de protección de la piel.
• Son dolorosas.
• Si se puncionan presentan un sangrado enérgico.
• Aspecto de eritema cutáneo que blanquea a la presión y que
rápidamente recupera su coloración. No ampollas.
• Curación espontánea en 5 días aproximadamente.
4
Los ejemplos más clásicos son los de origen solar o por escaldadura de agua.
(2)
Ejemplo: Ver figura 1.
Figura 1. Quemadura primer grado. Fuente: Guía práctica clínica. 2011
Quemaduras dérmicas superficiales o de segundo grado superficial:
Dañan el estrato dérmico de forma parcial, afectando sólo dermis papilar.
• Alteración de la función protectora de la piel.
• Signo clave: aparición de ampollas en la zona quemada.
• Son muy dolorosas por exposición de las terminaciones nerviosas.
• Retorno venoso normal.
• Si se puncionan presentan un sangrado enérgico, si se presionan
blanquean pero recuperan la coloración más lentamente.
• Folículo piloso conservado.
• Curación en 14-20 días espontáneamente con posible
despigmentación cutánea como secuela. (2)
Ejemplo: ver figura 2
Figura 2. Quemadura de segundo grado. Fuente: Guía práctica clínica.
2011
5
Quemaduras dérmicas profundas o segundo grado profundas: La
afectación llega hasta la dermis reticular. Presencia de flictenas o ampollas
rotas, el lecho de la quemadura es de aspecto pálido y moteado. Disminución
de la sensibilidad o hipoalgesia en algunos casos e hiperalgesia en otros. A
veces conservan el folículo piloso o las glándulas sebáceas. (1)
• No blanqueo a la presión.
• Apariencia blanquecina con moteado rojo que no blanquea.
• Pueden llegar a requerir escarotomía.
• Si en 21 días no curan, desbridar e injertar. (2)
Quemaduras de espesor total o de tercer grado: Implican la destrucción del
espesor total de la piel. El paciente no manifiesta dolor en la lesión debido a la
afectación de las terminaciones nerviosas, salvo en los tejidos sanos
colindantes.
Se distinguen por la formación de una escara de consistencia apergaminada y
de color blanquecino. (1)
Ejemplo: ver figura 3
Figura 3. Quemadura de tercer grado. Fuente: Guía práctica clínica.
2011
Quemaduras de cuarto grado: Actualmente la denominación de quemaduras
de cuarto grado no se utiliza en la práctica clínica. Se refiere a situaciones
donde el daño se extiende a estructuras profundas como músculos, tendones y
hueso. Estas quemaduras se denominan también carbonización. (1)
6
Ejemplo: ver figura 4
Figura 4. Quemadura de cuarto grado. Fuente: Guía práctica clínica.
2011
Quemadura menor:
MENOR
 15% de SCQ (superficie corporal quemada) o menos de primer o
segundo grado en adultos.
 10% de SCQ o menos de primer o segundo grado en niños.
 2% SCQ o menos de tercer grado en niños o adultos (que no afecten
ojos, orejas, cara o genitales) (1)
b.2.- Según SCQ (superficie corporal quemada) los métodos más conocidos
son:
La regla de los 9, de Wallace: se usa frecuentemente para valorar grandes
superficies de un modo rápido en adultos. No se contabilizan aquellas
quemaduras de primer grado. En el caso de los niños se debe tener en cuenta
que la proporción de la superficie craneal respecto de los miembros inferiores
es mayor, utilizando la regla de Lund Browder. (2)
7
Porcentaje de superficie Corporal en función de la edad.
Ejemplo: ver figura 5
Adaptado del Royal Hospital for sick children, Edimburgh.
Figura 5. Porcentaje de superficie Corporal en función de la edad.
Fuente: Guía de práctica clínica 2011.
Regla del 1 ó regla de la palma de la mano: instrumento de evaluación rápida
de la superficie en quemaduras poco extensas. La palma de la mano de la
persona afectada, equivale al 1% de la superficie corporal, se puede utilizar en
cualquier edad. Se superpone la mano del paciente sobre la quemadura sufrida
para obtener el cálculo aproximado. (1)
Según el manual de urgencias quirúrgicas realizado por el hospital Universitario
Ramón y Cajal de Madrid en 2011, también queremos nombrar los criterios
para derivar al paciente a la unidad de quemados:
• Adultos con quemaduras dérmicas con SCQ > 15 %
• Niños con quemaduras dérmicas con SCQ > 10 %
• Adultos o niños con quemaduras subdérmicas con SCQ > 2%
• Pacientes con síndrome de inhalación
• Quemaduras circunferenciales en miembros.
• Quemaduras en cara, periné, manos pies.
• Quemaduras eléctricas de cualquier tamaño.
• Sospecha de malos tratos o conducta negligente en niños.
• Quemaduras asociadas a politraumatismos o enfermedades previas.
(2)
Según la guía de práctica clínica para el cuidado de personas que sufren
quemaduras, realizada en 2011: En el Hospital Universitario Virgen del Rocío
de Sevilla el número promedio de personas que precisan ingreso hospitalario
por quemaduras cada año es de 250, dado que el número anual de urgencias
por quemaduras se sitúa en torno a la 1.500 al año, el porcentaje de ingresos
oscila entre un 15 y un 20 % de estos pacientes, siendo el resto atendidos
ambulatoriamente. En el año 2009 hubo 1278 urgencias por Quemaduras en la
Unidad de Quemados, de los que necesitaron ingresos 193, y fallecieron 11. (1)
8
C) Complicaciones más comunes de las quemaduras.
La infección es una de las complicaciones más comunes y de mayor causa de
muerte en los pacientes quemados, ya que las lesiones por quemaduras se
infectan rápidamente con la posibilidad de invadir el resto del organismo.(1)
La fuente de infección puede ser endógena de la flora propia del paciente o
exógena a partir del medio ambiente y de los profesionales de la salud que
atienden a la persona quemada. La quemadura típicamente es invadida por
Gram positivos en un 70% durante los primeros días y a partir del 5º día se
presenta una invasión por Gram negativos en un 55% 110.(1)
El principal factor de riesgo es la edad, los niños y ancianos desarrollan con
mayor frecuencia infecciones de la herida, tienen la piel más delgada lo que
favorece que se produzcan quemaduras de mayor profundidad, presentan una
mayor inmunosupresión y generalmente presentan comorbilidad que agravan la
quemadura .(1)
Un segundo factor de riesgo importante es la extensión de la quemadura, así
la incidencia general de infección en pacientes con quemaduras menores al
30% fue mínima; asociada a los medios de diagnósticos, tratamientos invasivos
y manipulación de la herida. (1)
Las consecuencias de la infección de la herida en los pacientes con
quemaduras incluyen efectos locales como la interrupción de la epitelización de
la herida y agravamiento de la profundidad de la lesión. Como signos locales
de infección en las quemaduras se destacan:
 Cambios de color (decoloración local).
 Cambios de la superficie quemada: Un exudado amarillento
intenso que destruye el tejido de granulación es típico de
gérmenes estafilococicos (gérmenes Gram. +), en cambio un
color verdoso en los vendajes y secreciones que pueden producir
necrosis del tejido es característico de las pseudomonas
(gérmenes Gram. -).
 Profundización de la quemadura de espesor parcial a total.
 Degeneración del tejido de granulación y formación de una nueva
escara.
 Separación rápida de la escara.
 Lesiones vesiculares en zonas epitelizadas.
 Retraso en la curación.
 Estigma gangrenoso: coloración púrpura del tejido no quemado.
(1)
Reconocer posibles infecciones en el paciente quemado resulta dificultoso, ya
que la propia quemadura es causa de inflamación y ésta produce signos y
síntomas muy similares a los de las infecciones (dolor, eritema, edema), del
mismo modo el aumento del nivel del exudado como signo de infección
9
también es difícil o imposible de determinar debido al alto volumen de fluido
producido en las quemaduras totales.(1)
El diagnóstico se efectúa mediante el cultivo del exudado o bien la biopsia de la
herida.
En el caso de sospecha de infección en un paciente con quemaduras que está
siendo cuidado de forma ambulatoria se hace necesaria su valoración en un
centro especializado. (1)
Paralelamente, otra de las complicaciones habituales en estos pacientes es la
aparición de queloides y cicatrices hipertróficas durante el proceso de
cicatrización, con los consiguientes problemas funcionales y psicológicos. Esto
hace que la atención a los individuos con este tipo de lesiones sea complejo y
precise de un adecuado abordaje interdisciplinar, donde enfermería realice su
aportación al cuidado desde una perspectiva integral y según las últimas
evidencias disponibles. (3)
El dolor, es también una de las complicaciones cutáneas de más relevancia,
pues se produce por que hay un aumento de permeabilidad vascular y
vasodilatación en la zona de la quemadura. (3)
Esta complicación puede impedir que la persona pueda llevar a cabo las tareas
de su vida diaria, por la limitación que esta complicación le produce.
El método más sencillo de interpretar la escala de dolor que una persona esta
sufriendo en un momento determinado es el uso de la escala EVA (escala
visual analógica), pero dentro de ella la escala numérica (EN), el cual es el
método más sencillo. (Véase descrito en variables.)
D) Valoración de la quemadura
La Valoración Primaria es la realizada en primera instancia tras el trauma
térmico. El manejo inicial del paciente está basado en el principio de que el
paciente gran quemado debe tratarse como paciente politraumatizado, y
comienza siguiendo la secuencia ABC, prestando atención a la vía aérea (A), la
respiración (B) y la circulación (C). Sólo cuando el paciente se encuentre
estable se debe evaluar la gravedad de las quemaduras.(1)
El mayor porcentaje de accidentes por quemaduras pueden tratarse en
Atención Primaria, sin embargo las quemaduras más complejas o con otras
patologías asociadas de importancia precisan cuidados en centros
especializados. (1)
La valoración inicial y los cuidados inmediatos del paciente que sufre una
quemadura tienen gran importancia sobre el estado global del individuo y sobre
el proceso de cicatrización.
De igual forma, la valoración continuada
determinará la adecuada planificación de los cuidados, así como la elección del
tratamiento local con vistas a obtener el mejor resultado estético y funcional de
la cicatriz resultante. (3)
10
Es oportuno, la aplicación en el algunos casos de un plan de cuidados integral,
orientado a la persona, esto nos permitirá abordar las distintas necesidades del
sujeto y darles la respuesta oportuna, consiguiendo cubrir satisfactoriamente
los criterios de resultados planteados al inicio de nuestra intervención, y
evitando las posibles complicaciones funcionales, psicológicas y sociales tras
un proceso de estas características. (3)
Los profesionales de enfermería, debido al estrecho contacto que nos une con
el paciente y dada las dimensiones del problema, podemos triangular
conocimientos, recomendaciones y sugerencias para coordinar servicios
específicos que puedan contribuir a mejorar el delicado estado emocional que
algunas veces sufren las personas con quemaduras las cuales pudieran
repercutir en su aspecto físico y prestar los cuidados adecuados. (3)
E) Ampollas producidas por quemaduras de segundo grado superficiales.
Las quemaduras son accidentes frecuentes. Se calcula que el 85% de las
mismas pueden ser prevenidas, ya que se deben a descuidos que ocurren en
el hogar. La población más afectada son los niños, que , de hecho, tienen la
más alta incidencia de lesiones térmicas, siendo generalmente los agentes
causales los líquidos calientes, llamas y electricidad, sin olvidad las de
contacto.(3)
Las quemaduras de segundo grado o dérmicas superficiales, afecta a todos los
estratos epidérmicos, incluso la dermis papilar. Se caracteriza por la formación
de flictenas o ampollas, son heridas exudativas, hiperérmicas, el dolor es
urente y los folículos pilosebáceos están conservados. La epitelización se
llevara a cabo entre 7-14 días, salvo complicaciones. (3)
Es decir, en las quemaduras de segundo grado superficiales: se afecta
epidermis y dermis papilar. Piel roja / pálida, ampollas dolorosas, con relleno
capilar. (4)
Según Housz-Oro & Benjoar (2010), las quemaduras superficiales (primer
grado y segundo grado superficiales) son lesiones frecuentes, que suelen
cicatrizar en menos de 2 semanas si reciben un tratamiento local adecuado. Se
deben controlar las lesiones cada 48 horas para no pasar por alto una
profundización secundaria o una sobreinfección. (5)
11
F) Tratamiento para ampollas por quemaduras de segundo grado superficiales.
Para poder curar estas ampollas de forma ambulatoria, primero se ha de tener
en cuenta unos factores para que los pacientes con este problema sean
tratados en el centro de salud:
-
-
-
Edad: en menores de 5 años y mayores de 60 años hay un riesgo
aumentado de morbilidad y mortalidad.
Extensión: a mator extensión mayor riesgo. Para este trabajo hemos
contando con pacientes que tuvieran unas ampollas con una extensión
aproximada de unos 5 mm.
Profundidad: es menos importante. Una quemadura profunda y poco
extensa puede ser tratada con curar ambulatorias e ingresar solo para la
cirugía.
Enfermedades previas.
Lesiones asociadas y etiología.
Localización
Situación familiar. (4)
En la revisión bibliográfica llevada a cabo por Cid-González & Alcón-Jiménez
(2011), acerca del tratamiento de las ampollas en las quemaduras de segundo
grado superficial, hemos podido ver mejor que la cura de estas es un problema
para los profesionales de enfermería; según esta reseña, el modo de tratar las
ampollas en las quemaduras de segundo grado ha sido una preocupación
constante a lo largo de nuestro ejercicio profesional en atención primaria desde
hace 25 años. Durante este tiempo hemos pasado de aplicar tratamientos
empíricos a tratamientos basados en la evidencia y no están de acuerdo en
aconsejar el desbridamiento de una flictena, aspecto que para nada recogemos
nosotros en la puesta en marcha de esta cura alternativa. (6)
Ellos entienden que el tratamiento de una ampolla es mientras existe el epitelio
superficial que recubre la dermis dañada y hay contenido líquido en su interior.
(6)
El paciente puede llegar con la flictena íntegra, con la flictena vacía por haber
una pequeña fuga de la epidermis que la recubre, con un scalp de la epidermis
o con la falta de la epidermis por un desbridamiento. En los últimos dos casos
estamos hablando de una herida abierta, producida en ese caso por el efecto
físico del calor, no del tratamiento de una ampolla. (6)
En fuentes bibliográficas a las cuales se hace hincapié en este artículo, solo
una estudia el tratamiento de las flictenas, en lo referente a la infección y el
dolor, mediante un estudio comparativo entre dejar la flictena intacta, drenarla o
desbridarla. (6)
12
Este artículo también hace referencia a que en 2006 se publica un trabajo
realizado por Shaw, que es una revisión bibliográfica sobre el manejo de las
flictenas, desde 1966 a mayo de 2006, llegando a la conclusión de que el único
artículo pertinente es el de Swain et al, sobre como tratar las ampollas en las
pequeñas quemaduras; concluye que las flictenas, siempre que sea posible, se
deben dejar intactas para reducir el riesgo de infección, pero si la posición
anatómica precisa intervenir sobre la flictena, la aspiración del líquido contenido
parece ser mejor que el desbridaje, con respecto al dolor y la contaminación,
sobre todo por Staphylococcus aureus.(6)
En la guía de práctica clínica para la atención de las ampollas de pequeñas y
medianas quemaduras propuesta por Sargent (2006) al final de su trabajo,
aconseja mantener el lecho de la quemadura húmedo y desbridar las ampollas
mayores de 6 mm para aplicar apósitos que mantengan húmedo el lecho de la
herida.
Según lo descrito en esta revisión bibliográfica les parece una incongruencia
metodológica, sin un ensayo clínico más potente, aconsejar la conveniencia de
desbridar las flictenas para aplicar un apósito que viene a sustituir el material
que estamos retirando. (6)
Enlazando esta reseña con otro artículo encontrado (7) en el que hacen alusión
a un buen trabajo de investigación Swain (1987), del cual se sacan algunas
conclusiones importantes para este trabajo; el ensayo esta realizado en
quemaduras menores del 1% de la superficie corporal, situadas en brazos y
piernas con posibilidad de tratarlas con apósitos de gasas de parafina.
Se incluyeron 202 pacientes en el ensayo, a los cuales se les aplico distintos
tratamientos, como por ejemplo dejar la flictena intacta, drenar la flictena y
eliminar la cubierta de la flictena dejando la quemadura expuesta.
De este ensayo se concluyo que, de las 110 flictenas que se dejaron intactas
se colonizaron 2. De las 104 que se aspiraron, 19 se colonizaron y de las 102
que se dejaron expuestas, se colonizaron 45.
Con respecto al dolor, de los 73 pacientes a los que se les aspiro el líquido de
la ampolla, 15 manifestaron que el dolor aumento, 27 que disminuyó y 36 que
ni aumento ni disminuyo.
Los 37 a los que se les quito la piel de la flictena, dejándole la quemadura
descubierta 16 manifestaron que el dolor aumento, y 21 que permaneció igual.
Ninguno experimentó disminución del dolor. El autor no habla sobre el tiempo
que tardaron en curarse unos ni otros, ni los resultados de la cicatrización final,
que es uno de los aspectos que es este presente trabajo se tienen en cuenta.
Como bien describe el artículo acerca de la conclusión sobre el resultado de
este estudio, con los datos que nos ofrece el autor del ensayo, el número de
casos estudiados y la falta de estudios posteriores más amplios, no pudieron
concluir categóricamente que el tratamiento adecuado sea el conservador, es
decir, dejar la flictena que evolucione sin drenarla y sin descapsularla, pero
parece razonable decir que es el mas recomendado. (7)
13
Se han encontrado varios artículos en los que se proponen diversas formas de
cura:
Según algunos autores, en las quemaduras de este nuestro caso estudiado, el
tratamiento seria básico, es decir, higiene, hidratación, protección, analgesia y
profilaxis antitetánica, y el desbridamiento si es necesario (4).
En la guía de práctica clínica para el cuidado de personas que sufren
quemaduras publicada en 2011, se puede encontrar que recomiendan el
desbridamiento de las ampollas asociadas a quemaduras de grosor medio en
base a la disminución de infecciones y de complicaciones en la herida;
basándose en puntos clave como: acción curativa, infección, resultado
funcional y estético, comodidad de la persona, facilidad para las curas/cambios
de apósitos o pomadas y eficacia económica. Estas ampollas presentan una
mayor probabilidad de riesgo de ruptura. (1)
Las últimas revisiones de estudios demuestran que las ampollas o flictenas con
un diámetro menor a 6 mm deben mantenerse íntegras excepto si interfieren
con el movimiento y son molestas para el paciente. Riesgo de ruptura poco
probable. (1)
Según cita la guía de práctica clínica (2011) hay autores que concluyen que las
ampollas deben dejarse intactas para reducir el riesgo de infección, pero si la
posición anatómica hace necesario la intervención por propósitos funcionales,
la aspiración aparece como menos dolorosa que la retirada de la piel, evitando
que el fluido de la ampolla pueda perjudicar en la cicatrización de la herida. En
contraposición otros autores abogan por no aspirar con aguja debido al
aumento del riesgo de infección.(1)
Retirar o mantener las ampollas intactas en los pacientes quemados ha sido y
es, un tema muy controvertido, los estudios analizados contienen sesgos
metodológicos y en ocasiones las recomendaciones realizadas son hechas por
consenso de expertos, dando lugar a poca evidencia para guiar la gestión de
las ampollas. (1)
Varios artículos encontrados en la revisión bibliográfica hacen referencia a que
siempre que sea posible se debe dejar la ampolla intacta, pero ninguno habla
sobre esta cura en la que dejaríamos la ampolla o la piel de la ampolla intacta
protegiendo la piel y no producirá dolor al paciente puesto que el drenaje de la
misma poco a poco a través de hilo de sutura lo minimiza. (6,7)
Por otro lado hemos encontrado otros artículos que hacen referencia a la
utilización de sulfadiazina de plata usado como antiséptico tópico que actúa
sobre la membrana de la pared celular para las infecciones que pueden llegar a
provocar las ampollas si se rompieran. (8, 9, 10)
14
Según un estudio realizado por Hernández et al, en 2011, sobre la eficacia de
esta crema sobre la quemadura ya desbridada, nos proporciono que en su
estudio tanto la crema de sulfadiazina de plata al 1% como la suspensión de
sulfadiazina de plata al 1%, son eficaces para el manejo de las quemaduras de
segundo grado superficiales y profundas causadas por cualquier mecanismo,
ya que no se reportaron pacientes con infección durante el período de 25 días
de observación. (8)
Esta última es una buena elección en caso de que la ampolla se rompiera y
hubiera riesgo de infección, pero en este estudio uno de nuestros objetivos es
que este caso no llegue a suceder.
En aquellos pacientes sin patología concomitante que padezcan quemaduras
sencillas (segundo grado superficial) sin riesgo o signos de infección podemos
decantarnos por la cura sin uso de agentes tópicos antimicrobianos, que
incluso podría considerarse contraproducente. Sin embargo, en el caso de
quemaduras dérmicas superficiales muy extensas o en el caso de áreas como
cara, periné, etc., es práctica habitual el empleo de antimicrobianos tópicos. (1)
Con respecto al uso de apósitos:
Actualmente no hay evidencias suficientes que demuestren que los apósitos de
plata son superiores en tasas de curación a la sulfadiazina argéntica.
En general los apósitos de plata ofrecen algunas opciones nuevas en el arsenal
terapéutico para el manejo del paciente quemado, que puede avanzar en la
reducción de los niveles de dolor, reducción en el número de curas y
manipulación de las mismas, pero no puede sustituir completamente a
productos como la sulfadiazina argéntica que ha demostrado eficacia en el
control de la colonización y la infección bacteriana existente en la quemadura.
(1)
Haciendo referencia sobre un estudio en el cual se habla sobre que el uso
inicial de los apósitos antiadherentes de malla de silicona (mepitel®)
proporciona un alivio palpable en la disminución del dolor en cada cura,
demostrando su eficacia para este fin y para minibar el sangrado en los
cambios de apósito en zonas quemadas. (3)
El uso de apósitos de silicona (mepiform®), una vez epitelizada la herida, les
permitió obtener a los 12 meses una notable mejoría en el proceso de
reducción de la cicatriz. Dado que en el cuidado de las quemaduras ha de
tenerse presente durante todo el proceso la reducción, en forma y señales, de
la posible cicatriz, la utilización de apósitos de silicona se ha demostrado como
muy efectivo (3). En este caso estaríamos hablando de unas ampollas de
mayor tamaño y cuya cicatriz sería mayos, caso que no vamos a incluir en
nuestro proceso de investigación.
Según la Guía de práctica clínica, los apósitos hidrocoloides ejercen un efecto
de absorción y mantenimiento del exudado suficiente para el manejo de este
tipo de quemaduras, creando un medio favorable a la epitelización. No se
aconseja su utilización en quemaduras profundas.
15
La utilización de un apósito hidrocelular o espuma de poliuretano es suficiente
para la gestión del exudado en quemaduras superficiales no extensas.
No hay diferencias en la efectividad clínica con respecto a los apósitos
hidrocoloides pero si han demostrado una mayor capacidad de absorción y una
mayor facilidad en la retirada proporcionando mayor confort a la persona
quemada.
En quemaduras en fase de epitelización y con escaso nivel de exudado, se
puede utilizar apósitos extrafino hidrocoloides o hidrocelulares. (1)
Para finalizar hacemos referencia a un artículo publicado Shaw (2006) en el
cual se hace referencia como conclusión de su trabajo a que, con base en la
evidencia disponible actual, las ampollas, siempre que sea posible, deben
dejarse intactas para reducir el riesgo de infección, pero si la posición
anatómica precisa de intervención en un contexto funcional, la aspiración
parece dar lugar a menos dolor que la desbridación. (11)
G) Cuidados de la piel
El cuidado de la piel tras la epitelización de una quemadura tiene como
finalidad aumentar el contenido de agua en la piel, incrementar la uniformidad
de esta y reducir los síntomas de picor, ardor y escozor. (1)
Una vez epitelizada la quemadura, debe hidratarse de forma activa la piel,
aportando sustancias coadyuvantes para la recuperación y el mantenimiento de
la hidratación, evitando con esto la sequedad de la piel que es la causante del
prurito o picores tan característicos en las personas que sufren quemaduras.
La utilización de productos de protección solar evita pigmentaciones o
trastornos del color (discromías) en zonas epitelizadas debido al alto grado de
sensibilización a la exposición solar. (1)
Las áreas lesionadas deben protegerse del sol durante al menos uno o dos
años después de la curación, evitando las horas puntas solares.
Las quemaduras dejan a menudo un recordatorio visible de un período
traumático y difícil. (1)
Las cicatrices pueden ocasionar un trauma psíquico a la persona quemada,
impidiéndole llevar una vida normal (relaciones personales, utilización de ropa
adecuada, problemas en baños públicos, etc.). En estas situaciones, se
recomienda utilizar el maquillaje corrector para camuflar las cicatrices. Un
maquillaje de buena calidad puede ser utilizado en pieles de todas las
tonalidades, en cualquier región anatómica, para cualquier edad y debe
disimular las imperfecciones visibles. El producto de enmascaramiento ideal
debe reunir varias características como son: fácil aplicación, cobertura total
durante todo el día, resistencia al agua, proporcionar protección solar
(FPS>15), debe contener ingredientes hipoalergénicos, diferentes tonos según
necesidades y precio razonable. (1)
16
Bibliografía.
(1) Pérez Boluda T, Martínez Torreblanca P, Pérez Santos L, Cañadas
Núñez F. Guía de práctica clínica para el cuidado de personas que
sufren quemaduras. 1ª ed. Sevilla: Artefacto; 2011.
(2) Moraleda E, García-Pumarino R, Marín M, Sánchez Olaso A.
Tratamiento de las quemaduras. En: Lobo Martínez E, editor. Manual de
urgencias quirúrgicas. 4ª ed. Madrid: IMEC; 2011; p. 407- 414.
(3) García González R, Gago Fornells M, Rodríguez Palma M, Gaztelu
Valdéz V, García Collantes Mª A, Rodríguez Bocanegra JC. Reducir la
secuela en una quemadura doméstica. Gerokomos. 2008; 19 (1): p. 4752.
(4) Casteleiro Roca P, Valero Gasalla J, Pineda Restrepo F, López Obregón
B. Quemaduras. Fernandez-Obanza Windscheid E, editor/coordinador.
ABCDE en urgencias extrahospitalarias. 2ª ed. Ferrol: Netbiblo; 2007; p
263- 267.
(5) Ingen-Housz-Oro S, Benjoar M. D. Quemaduras superficiales:
fisiopatología, clínica y tratamiento. EMC – Tratado de medicina. 2010;
14 (3): p. 1-4.
(6) Cid-González MC, Alcón Jiménez C. Tratamiento de las ampollas en las
quemaduras de segundo grado superficial, Revisión bibliográfica desde
diferentes puntos de vista. Enferm Clin. 2010; 20 (5): p. 1-2.
(7) Cid González MC, Alcón Jiménez C, Serrano León L. Tratamiento de las
flictenas en las quemaduras. Evidentia. 2011 ene-mar; 8(33): p.1-2.
(8) Rigoberto Hernández MG. Sulfadiazina de plata en crema versus
suspensión tópica en quemaduras de segundo grado. Rev Mex Pediatr.
2011 marzo-abril; 78(2): p.56-60.
(9) Armisén Gil A, Seijas C. Urgencias en atención primaria, Quemaduras.
Jano. 2003 abril; 64 (1.470): p. 1096.
(10) Ramírez Rivero C, Ramírez Blanco C, Ramírez Blanco M, Ramírez
Blanco N. Manejo del paciente quemado. Salud UIS. 2007; 39: p. 73-86.
(11) Shaw J, Dibble C. Management of burns blisters. Emerg Med J.2006
August: 23 (8): p. 648-649.
(12) Arrieta Ayestarán M, Balagué Gea L, Bañuelos Gordon A, Clavé
Arruabarrena E, Egaña Otaño L, Etxeberria Agirre A et al. Anexo 2
Escalas para medir el dolor. En: Infantes Campos A,
director/coordinador. Guía de práctica clínica sobre cuidados paliativos.
1ª ed. País Vasco: Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia;
2008; p. 216-226.
(13) Cutting KF, White RJ, Mahoney P, Harding KG. Identificación clínica de
la infección de las heridas: el enfoque Delplhi. En: Calne S, director.
Identificación de los criterios de infección en heridas. 1ª ed. Gran
Bretaña: Kathy Day; 2005; p 6-9.
17
Pregunta de investigación / hipótesis.
¿El modelo de cura propuesta reduce el dolor, la tasa de infección y el costo
con respecto al modelo de cura convencional?
Objetivos.
-
Objetivo general:
o Proponer un método alternativo de cura para las ampollas por
quemaduras de segundo grado superficiales.
-
Objetivos específicos:
o Valorar en el método alternativo la presencia y grado de dolor.
o Comparar la tasa de infección del método alternativo.
o Evaluar el coste-efectividad que supone esta cura alternativa para la
sanidad.
Material y métodos.
Literatura:
Tras realizar la búsqueda bibliográfica se leyeron 28 artículos para realizar el
estudio, en los cuales no se encontraron nada relacionado con el método
alternativo de cura planteado en este presente trabajo.
Se ha realizado una revisión literaria de los textos más relevantes en relación
con las unidades de análisis planteadas para situar en un primer momento el
contexto sociosanitario del tema planteado.
Base de datos:
Se ha realizado una búsqueda bibliográfica, actualizada a mayo de 2013, en
las bases de datos de Web of Sciencie, Current Contest Connect, ISI
Procceedings, MedLine, CINAHL, PsycInfo, IME, ISOC y CUIDEN utilizando
como fórmula de búsqueda “blisters” AND “2nd degree burns” para las
internacionales, sin limitación en la fecha de publicación. Para las nacionales
“blisters superficial” and “alternative cure”.
El objetivo perseguido era cuantificar, seleccionar, clasificar, y posteriormente
analizar los distintos trabajos de investigación encontrados en dichas bases de
datos, y así conocer la producción científica contrastada, que existe hasta el
momento sobre el objeto de estudio.
18
Tipo y diseño general del estudio:
Estudio analítico, experimental, tipo de ensayo clínico aleatorio.
Se tomará una muestra significativa de población, la cual se dividirá en 2
grupos para llevar a cabo en uno la cura habitual que suelen practicar los
enfermeros en ese centro de salud, y a otro la cura alternativa que se
desarrolla en este estudio, mediante una proporción 1:1, es decir por cada
sujeto que cumpla los criterios de inclusión será asignado al grupo control o
experimental de forma aleatoria.
Contextualización:
Para llevar a cabo este protocolo de investigación se tomará una muestra de
pacientes procedentes de un Centro de Salud de Utrera, provincia Sevilla. Esto
pacientes serán escogidos siempre que sus características concuerden con
nuestros criterios de inclusión y previamente habrán sido derivados desde su
Hospital para que lleven un seguimiento y curas ambulatorias.
Para seleccionar la muestra para el estudio, utilizaremos un muestreo aleatorio
simple, durante un tiempo estaremos en contacto con los profesionales del
centro de salud en el que se realizo el estudio para poder obtener el número de
sujetos con las características antes descritas y llevar a cabo la investigación.
Población y muestra:
Cálculo de tamaño muestral:
Teniendo en cuenta de que el número de habitantes en Utrera es
aproximadamente unos 50.000, y de que existe mas o menos una prevalencia
de quemaduras en Sevilla de un 5%, tras realizar los cálculos para obtener el
tamaño muestral:
19
Se obtuvo un tamaño de muestras de 30 personas, para llevar a cabo la
investigación, teniendo en cuenta que:
a) No se sabe aun la diferencia en % entre el grupo control e
intervención.
b) Hipótesis a dos colas, pues aunque el planteamiento de la hipótesis
es unidireccional, para el cálculo del tamaño de la muestra es
preferible plantearla a dos colas al ser una hipótesis más
conservadora y disminuye el riesgo de cometer un error tipo I.
c) Nivel de significación del 95%.
d) Potencia de 0,8.
e) Pérdida del 20%.
De estos 30 sujetos sin distinciones en sexo, edad ni etnia, que padecen una o
varias ampollas por quemadura de segundo grado superficial en cualquier para
de su cuerpo y con los criterios de inclusión y exclusión cumplimentados, 15 de
ellos serán curados con la cura que habitualmente realizan los enfermeros del
centro de salud para minimizar estas ampollas, y los otros 15 restantes serán
curados con la técnica alternativa que se propone en este trabajo.
Criterios de inclusión y exclusión:
Los criterios de inclusión para realizar este trabajo han sido pacientes los
cuales habían sufrido quemaduras de segundo grado superficiales:
- Pacientes con ampollas por fricción en la zona plantar del pie.
- Pacientes con ampollas por quemaduras de segundo grado
superficiales de entre 1 cm a 4 cm de diámetro.
- Pacientes por quemaduras de segundo grado que hayan sido
derivados a su centro de salud para realizar ahí sus curas, o que
directamente por la no gravedad de la ampolla hayan acudido al centro
de salud para que le realicen curas que minimicen las ampollas.
- Que la ampolla se encuentren intacta.
- Las ampollas podrán estar en cualquier parte del cuerpo.
- Que los pacientes sean mayores de 18 años.
Los criterios de exclusión que hemos tenido en cuenta a la hora de realizar el
protocolo han sido:
- Que no sean las ampollas provocadas por quemaduras de primero, de
segundo grado profundas ni de tercer grado
- La ampolla no deberá estar desbridada ni la piel de la ampolla rota.
- Las ampollas que se pudieran encontrar en la zona de la cara han sido
excluidas.
20
- Pacientes que sus curas se realizan en el ámbito hospitalario por tener
mayor gravedad.
- Ampollas con diámetro inferior a 1 cm o mayor de 5 cm.
- Menores de edad.
- Criterios de retirada del estudio:
- Que se produzca una rotura de la flictena.
Intervención:
En el presente trabajo realizamos una comparación entre la cura habitual que
se suele realizar con respecto a las ampollas por quemaduras de segundo
grado superficiales en un centro de salud, ya que se cree que con esta cura se
puede disminuir varias variables que afectan tanto al paciente como a la
sanidad publica.
Para llevar a cabo este estudio, de las 30 personas que se escogerán siempre
cumpliendo los criterios de inclusión y exclusión, se dividirán en 2 grupos. 15
de estas personas que acudieran al centro de salud para realizarse el
seguimiento y cura de las ampollas se les aplicará la cura habitual que los
enfermeros suelen hacer, es decir, se les puncionará la ampolla para drenar el
contenido, y a continuación se les aplicará un apósito para que actúe como
doble piel y un vendaje pequeño.
Al otro grupo de 15 personas, se les aplicará la cura alternativa propuesta en
este trabajo, es decir, con aguja e hilo de sutura, se suturará la ampolla por
varios sitios, dejando el hilo en el interior como si fuera un drenaje para el
líquido de la ampolla, la piel de la ampolla en este caso se usa como apósito
natural para evitar la infección y disminuir el dolor, después se le aplicará una
gasa con povidona yodada y un pequeño vendaje también.
Tras captar los pacientes que formarían parte del estudio, estos acudirían cada
2 días al centro de salud en ambos casos para la realización de las curas.
Al menos durante 2 semanas, según se viera la evolución de la ampolla, en el
caso de la cura alternativa, se puede ver la evolución y mejora, e incluso casi
eliminación total de la ampolla sobre la 2 o 3 cura, en la cual se retiraría el hilo
con la ampolla ya totalmente seca y cicatrizada, aunque se seguiría aplicando
la povidona yodada y el vendaje unos días más.
En el caso de la cura control habría que esperar varios días más.
En cada visita, se les pasará a los pacientes una escala de dolor, (escala visual
numérica) para ver que grado están padeciendo durante la realización de la
cura.
21
A la hora de valorar la infección, se prestara mucha atención al aspecto de la
piel, en busca de una seria de criterios de los que tendremos en cuenta la
aparición de 1 o 2 de ellos, para catalogarlos como presencia de infección,
descritos en nuestras variables a medir.
Con respecto a la disminución del coste económico, se llevara a cabo
búsqueda de precios de ambos materiales que se usan en las curas para su
comparación.
En cada visita de los pacientes iremos anotando todos los datos de interés para
nuestro estudio.
Cronograma:
ACTIVIDAD
1.- Presentación del estudio
- Solicitud del Comité ético
Presentación
del
estudio
y
profesionales en el centro de salud
2.- Captación de la muestra.
- Entrega
del
consentimiento
informado.
- Aceptación de los participantes.
3.- Recogida de datos.
4.- Análisis de los datos.
5.- Difusión de los datos.
TIEMPO
Sept. 2013 a Octubre 2013
Sept. 2013
Octubre 2013
Noviembre 2013 a Enero 2014
Noviembre 2013 a Enero 2014
Noviembre 2013 a Enero 2014
Febrero 2014 a Mayo 2014
Mayo 2014 a Julio 2014
Septiembre 2014 a Octubre 2014.
Variables y/o Categorías:
A la hora de obtener el buen resultado esperado con este estudio de
investigación se tendrá en cuenta algunas variables como:
- Variables dependientes:
Edad: variable cuantitativa discreta expresada en años.
Sexo: variable cualitativa dicotómica.
Tipo de quemadura: variable cualitativa ordinal.
Localización: variable cualitativa nominal.
22
Dolor: variable cualitativa ordinal expresada con valores del 1 al 10.
El dolor es una experiencia sensorial y emocional (subjetiva), generalmente
desagradable. Es una experiencia asociada a una lesión tisular o expresada
como si ésta existiera.
Para medir el dolor en los pacientes usaremos la escala EVA (escala visual
analógica), pero dentro de ella la escala numérica (EN), es un conjunto de
números de cero a diez, donde cero es la ausencia del síntoma a evaluar y diez
su mayor intensidad. Se pide al paciente que seleccione el número que mejor
indique la intensidad del síntoma que se está evaluando. Es el método más
sencillo de interpretar y el más utilizado. (12)
Ejemplo: ver figura 6
Figura 6. Escala numérica para valorar el dolor. Fuente: Guía práctica
clínica sobre cuidados paliativos. 2008
Infección: variable cualitativa nominal.
La infección es el resultado de las interacciones dinámicas que ocurren entre
un huésped, un patógeno potencial y el entorno. Se produce cuando los
microorganismos consiguen superar con éxito las estrategias de defensa del
huésped y sus resultados son un conjunto de cambios nocivos para el
huésped. Su desarrollo va siempre precedido de interacciones complejas
todavía mal conocidas. (13)
Para medir la infección tendremos en cuenta esta tabla, de la que tendremos
en consideración la aparición de 1 o 2 ítems para sospechar de infección. (13)
23
Ejemplo: ver figura 7
Figura 7. Identificación clínica de la infección de las heridas: el enfoque
Delplhi. Fuente: Identificación de los criterios de infección en heridas.
2005
Coste económico: variable cuantitativa continua.
El coste económico menor con la nueva cura.
Se ira anotando en un cuadro el material usado en casa cura, por ejemplo
número de gasas, número de apósitos, etc. Para después al finalizar el estudio
poder realizar un conteo aproximado del coste-beneficio en una cura y otra.
- Variables independientes:
Tipo de cura que se va a realizar:
Cura 1: (cura control) método en el cual se les puncionará la ampolla para
drenar el contenido, y a continuación se les aplicará un apósito para que actúe
como doble piel, a continuación se protegerá con un vendaje pequeño.
Cura 2: (cura experimental) método en el cual se usará aguja e hilo de sutura,
se suturará la ampolla por varios sitios, dejando el hilo en el interior como si
24
fuera un drenaje para el líquido de la ampolla, la piel de la ampolla en este caso
se usa como apósito natural para evitar la infección y disminuir el dolor,
después se le aplicará una gasa con povidona yodada y un pequeño vendaje.
Análisis de datos:
Los datos han sido analizados mediante el paquete estadístico SPSS para
Windows en su versión 18.0. En primer lugar se ha realizado un análisis
descriptivo de las variables, mostrando los valores en forma de frecuencias y
porcentajes.
En segundo lugar, se ha medido la homogeneidad de los grupos control y
experimental en relación a las variables extrañas y en relación a las variables
cuantitativas: edad, sexo, coste económico.
En primera instancia se ha realizado la prueba de Kolmogorov-Smirnof para
comprobar si seguía una distribución de curva normal. Con el mismo propósito
y para variables cualitativas: tipo de quemadura, localización, dolor e infección.
Por último para verificar la hipótesis, se ha usado la prueba de contraste de Chi
Cuadrado en el caso de variables cualitativas y ordinales; y para las
cuantitativas en función de sus propiedades paramétricas, la U-Mann Whitney o
la T-Student para muestras independientes.
Consideraciones éticas.
En todo momento se respetarán las normas de buena práctica clínica de
acuerdo con la Declaración de Helsinki de 1964.
Una vez que se compruebe que los individuos cumplen todos los criterios de
inclusión y ninguno de los de exclusión, antes de incluirlos en el estudio se le
pedirá su consentimiento informado para participar en él (ver anexo 1).
Previamente a otorgar su consentimiento, los pacientes serán informadas, tanto
oral como por escrito, sobre lo que supondría su participación en el estudio y
las posibles consecuencias. La información dada recogerá el objetivo del
estudio, las características básicas del diseño, que los pacientes tienen
derecho a abandonar el estudio en cualquier momento y el derecho a formular
cuántas preguntas relacionadas con la investigación desee. Se emplearán
términos sencillos y comprensibles para las pacientes y acompañantes,
evitando el lenguaje académico o científico
Todos los datos recogidos de los pacientes para este estudio serán tratados
según la Ley de protección de datos (Ley Orgánica 15/1999, de 13 de
diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal) y siguiendo las
normas de confidencialidad y anonimato establecidas.
25
Conclusiones:
Como ya se ha comentado anteriormente en la actualidad existe gran
variabilidad a la hora de tratar y pautar cuidados entre los profesionales
sanitarios, debido en parte a la poca evidencia científica que existe en la
documentación y bibliografía referente al tratamiento de las quemaduras.
Aspectos como la valoración y el diagnóstico parecen estar claros en la
actuación urgente de la quemadura, sin embargo en el tratamiento tópico y en
situaciones especiales existe una mayor discrepancia sobre cómo realizar una
acción adecuada.
Con respecto a la actuación ante el flictena, tema principal que se defiende en
este proyecto, hay autores que defienden dejarlas intactas para evitar el riesgo
de infección, a excepción de que la presión de la ampolla limite el movimiento
de la persona o tengan un aspecto frágil. Esta teoría mantiene que la piel que
recubre las flictenas es la mejor protección contra la contaminación, posibilita
que el contenido se reabsorba y evita causar dolor al paciente.
En este caso hemos querido poner de manifiesto que el drenaje del líquido
parece ser mejor que el desbridamiento, con respecto al dolor y la
contaminación, sobre todo por staphylococcus aureus. Con ello se evita que el
fluido de la ampolla perjudique la cicatrización de la herida (se ha demostrado
que contienen mediadores inflamatorios que pueden profundizar las
quemaduras superficiales), después se debe dejar el epitelio a modo de apósito
biológico.
Tras la revisión bibliográfica, se puede afirmar que existe aún mucha
controversia al respecto, pero parece ser que la mayoría de autores defienden
su desbridamiento, aunque se insiste en seguir investigando sobre el tema.
Unos cuidados básicos iniciales son cruciales para el proceso de curación. Es
importante educar a los pacientes para que tomen medidas correctas y
sencillas, así como desmitificar remedios caseros contraproducentes.
Es muy importante una buena colaboración interprofesional para que exista
una continuidad de cuidados tanto en el caso de derivar al hospital como si se
trata de los cuidados de atención primara tras el alta hospitalaria. Como hemos
querido reflejar en este proyecto, sigue existiendo aún mucha controversia en
el tratamiento de las quemaduras. Es importante insistir en que las
enfermeras/os deben seguir investigando y aplicar los resultados de la
investigación a la práctica enfermera.
Muchos de los aspectos antes mencionados y sobre todo la controversia a la
hora de realizar las curas sobre estas quemaduras, nos hicieron decantarnos
sobre este tema para el proyecto y más teniendo en cuenta de que no hay
evidencia científica para el tema de si desbridar la flictena o no, aspecto con el
que estoy totalmente en desacuerdo, bajo mi punto de vista no debemos
romper las barreras naturales de la piel, lo que el cuerpo humano, sabio nos
ofrece. Yo pienso que se debería dejar intacta la continuidad de la piel así
26
actuara de apósito natural, pues a veces nos empeñamos en realizar curas
muy profundas, cuando a veces la mejor opción nos la ofrece el propio
organismo.
Solo esperar que mi proyecto algún día se pueda llevar a cabo, y poder
comprobar si el método propuesto mejora los resultados que hasta hoy se
conocen acerca de la cura para las ampollas por quemaduras de segundo
grado superficiales.
27
ANEXO
1.
CONSENTIMIENTO
INFORMADO
–
INFORMACIÓN
AL
PACIENTE
Antes de proceder a la firma de este consentimiento informado, lea
atentamente la información que a continuación se le facilita y realice las
preguntas que considere oportunas.
Naturaleza: se trata de realizar un protocolo de investigación para considerar
una cura alternativa la cual minimice algunos de los efectos que suelen
producir las quemaduras, como por ejemplo dolor, infección y disminuir el coste
económico para la sanidad.
Importancia: es importante considerar la participación en el estudio para poder
mejorar en el futuro los ítems que condicionan la progresión de las ampollas
producidas por las quemaduras de segundo grado superficiales.
Implicaciones para el paciente:
• La participación es totalmente voluntaria.
• El paciente puede retirarse del estudio cuando así lo manifieste, sin dar
explicaciones y sin que esto repercuta en sus cuidados médicos.
• Todos los datos carácter personal, obtenidos en este estudio son
confidenciales y se tratarán conforme a la Ley Orgánica de Protección de Datos
de Carácter Personal 15/99.
• La información obtenida se utilizará exclusivamente para los fines específicos
de este estudio.
28
ANEXO 2. CONSENTIMIENTO INFORMADO – CONSENTIMIENTO POR
ESCRITO DEL PACIENTE
< Influencia de un protocolo alternativo de cura para quemaduras de
segundo grado >
Yo (Nombre y Apellidos):……………………………………………………………….
• He leído el documento informativo que acompaña a este consentimiento
(Información al Paciente)
• He podido hacer preguntas sobre el estudio < Influencia de un protocolo
alternativo de cura para quemaduras de segundo grado >
• He recibido suficiente información sobre el estudio < Influencia de un
protocolo alternativo de cura para quemaduras de segundo grado > He
hablado
con
el
profesional
sanitario
informador:
…………………………………………………………
• Comprendo que mi participación es voluntaria y soy libre de participar o no en
el estudio.
• Se me ha informado que todos los datos obtenidos en este estudio serán
confidenciales y se tratarán conforme establece la Ley Orgánica de Protección
de Datos de Carácter Personal 15/99.
• Se me ha informado de que la información obtenida sólo se utilizará para los
fines específicos del estudio.
• Deseo ser informado/a de mis datos genéticos y otros de carácter personal
que se obtengan en el curso de la investigación, incluidos los descubrimientos
inesperados que se puedan producir, siempre que esta información sea
necesaria para evitar un grave perjuicio para mi salud o la de mis familiares
biológicos.
Si
No
Comprendo que puedo retirarme del estudio:
• Cuando quiera
• Sin tener que dar explicaciones
• Sin que esto repercuta en mis cuidados médicos
Presto libremente mi conformidad para participar en el proyecto titulado <
Influencia de un protocolo alternativo de cura para quemaduras de
segundo grado >
29
Firma del paciente
Nombre y apellidos:……………….
Fecha: ………………………………
Firma del profesional (o
representante legal en su
caso) sanitario informador
Nombre y apellidos: ………..
Fecha: ……………………….
30
31
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