“2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-0286/15) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… Artículo 1º.- El objeto de la presente ley es asegurar que, en los edificios de propiedad horizontal de tres pisos o 12 metros, la altura que resulte menor, exceptuando aquellos destinados exclusivamente al estacionamiento de vehículos, se encuentre a disposición de sus moradores en forma permanente las 24 horas del día, los 365 días del año: 1) como mínimo un ascensor o en su defecto un montacargas, por cada cuerpo del edificio, a fin de posibilitar el transporte de movilidad vertical de sus ocupantes. 2) la provisión de agua potable proveniente de los tanques existentes en el edificio. Art. 2º.- Los edificios de propiedad horizontal deben contar con uno o más grupos electrógenos que aseguren su normal y permanente funcionamiento, a fin de cumplimentar lo establecido en los incisos 1) y 2) del artículo 1° de la presente ley. Art. 3º.- Son responsables del cumplimiento de lo establecido en la presente Ley él o los propietarios del inmueble del que se trate según corresponda. Art. 4º.- Los edificios de propiedad horizontal a construir deben incluir obligatoriamente en la presentación del proyecto de obra a la jurisdicción que en cada caso corresponda, la forma y modalidad en que se implementarán las medidas destinadas a dar cumplimiento al artículo 2° de la presente ley. Art. 5º.- En todo edificio, el ascensor destinado a la movilidad permanente debe respetar las medidas mínimas de ancho de ingreso y profundidad de cabina, de manera tal que personas con movilidad reducida y particularmente aquellas que se movilicen en sillas de ruedas, en sus diferentes variantes de modelo, puedan ingresar o salir de la misma sin inconvenientes. Art. 6º.- Los edificios existentes o con los proyectos de obra ya aprobados, tendrán un plazo de cinco años para ajustarse a lo estatuido en la presente ley, contemplando cuando corresponda estar exceptuados de aquellos requisitos normados en el artículo 4° de la misma. Art. 7º.- Serán autoridades de aplicación de la presente ley las autoridades responsables de autorizar la construcción de los edificios en las jurisdicciones nacionales, provinciales o municipales según corresponda en cada caso. “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” Art. 8º.- El Estado Nacional a través de los medios que considere deberá implementar una línea de créditos con tasa preferencial destinados a los Consorcios de Propiedad Horizontal que lo requieran con el objeto de posibilitar el efectivo cumplimiento de la presente ley. Art. 9º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Eugenio J. Artaza. – FUNDAMENTOS Señor Presidente Presento este proyecto de Ley con la intención de defender derechos humanos fundamentales, tal como es el poder contar en un edificio de propiedad horizontal con las condiciones mínimas habitabilidad que le permitan no sólo una permanente movilidad vertical, sino también que se asegure la provisión de agua potable en cualquier momento, preservando de ese modo la salud e higiene de sus ocupantes. La accesibilidad puede ser definida de muchas maneras, pero básicamente es la posibilidad que tiene una persona, con o sin problemas de movilidad o percepción sensorial, de entender un espacio, integrarse en él e interactuar con sus contenidos. Por tanto podemos caracterizar la accesibilidad como la condición de acceso que presenta la infraestructura urbanística y edificatoria para facilitar la movilidad y el desplazamiento autónomo de las personas, en condiciones de seguridad. La accesibilidad puede ser definida también, como el derecho de las personas con discapacidad a gozar de condiciones adecuadas de seguridad y autonomía como elemento primordial para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, sin restricciones en el ámbito físico, urbano, arquitectónico, de transporte o de comunicación, para su integración social en igualdad de oportunidades. Uno de los problemas más importantes en los espacios urbanos lo constituye la denominada movilidad vertical, mediante el empleo de ascensores o montacargas. Hay que tener en cuenta que, mientras el transporte público de pasajeros traslada diariamente alrededor de seis millones de personas, los subterráneos algo más de medio millón y los ferrocarriles aproximadamente un millón de personas, los ascensores en nuestro país, según cifras proporcionadas por F.A.C.A.R.A. (Federación de Asociaciones y Cámaras de Ascensores de la República Argentina) realizan alrededor de cuarenta y ocho millones de viajes por día, transportando casi diez millones de personas. Dado que el funcionamiento de los ascensores requiere de la provisión de energía eléctrica, la falta de la misma imposibilita la movilidad “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” vertical en los edificios de propiedad horizontal. Cuando tal circunstancia ocurre se afectan directamente los derechos de movilidad de los ciudadanos, puesto que la presencia de este tipo de barreras provoca serias dificultades en la vida cotidiana. De alguna manera la Ley 22.431 (Sistema de protección integral de las personas discapacitadas) ha significado un avance importante para la progresiva eliminación de las barreras arquitectónicas y de transporte. No obstante hay circunstancias, referidas a situaciones imprevistas, que dicha ley no está destinada a cubrir. Tal es el caso de los cortes de energía eléctrica que afectan, si bien en forma transitoria en función de la gravedad del problema, a las personas que viven, trabajan o realizan visitas o trámites en los edificios de propiedad horizontal. La imposibilidad de uso de los ascensores convierte a muchos de dichos individuos en prisioneros o rehenes dentro de una mole de cemento. Esta situación afecta no sólo a las personas discapacitadas, sino también comprende los casos de accidentados, personas de edad, niños, embarazadas, cardíacos, obesos, enyesados, personas con ataque de pánico, etc. En todos estos casos, al verse afectada la movilidad vertical en el edificio, estos moradores, mientras esperan la normalización del servicio, corren riesgos de diferente gravedad, a veces con desenlaces trágicos. La segunda dificultad generada por la falta de energía eléctrica, es la falta de agua potable, puesto que su normal provisión exige el funcionamiento de las bombas existentes en los edificios. La carencia de agua potable afecta derechos básicos de los ciudadanos, comprometiendo su salud e higiene personal. Sin agua no pueden funcionar los baños, las duchas, las piletas y lavatorios, amén del líquido elemento para beber o preparar comidas. Las personas ,como las mencionadas precedentemente, que se encuentran con este tipo de problemas se les hace dificultosa o a veces imposible movilizarse para conseguir agua envasada, porque esto supone no sólo un gasto innecesario, sino porque exige un doble traslado –bajar para conseguirla y volver a subir- que no pocas veces supone cargar pesados bidones escaleras arriba. La iniciativa aquí presentada exige que los edificios de propiedad horizontal cuenten con uno o más grupos electrógenos que cubran convenientemente las ausencias de energía eléctrica en los mismos y que, de ese modo, eviten convertir el lugar habitual para vivir o permanecer en un sitio carente de los requisitos mínimos de habitabilidad. El presente proyecto de ley tiene como finalidad volver a situaciones normales y vivibles estas circunstancias de carencia de energía eléctrica que provocan, como quedó dicho, la imposibilidad de “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” movilidad vertical y la carencia de agua potable en el edificio, con todas las secuelas de dificultades a veces inimaginables. Por tanto, solicito a mis pares de esta Honorable Cámara, la aprobación del presente proyecto. Dejo constancia que el presente proyecto fue oportunamente presentado bajo el número S-1349/13 sin haber tenido tratamiento parlamentario a la fecha. Eugenio J. Artaza. –